Tras los rincones oscuros || Catalina de Aragón

por **Golnar Richelieu** Lun Sep 14, 2015 5:12 am

Recuerdo del primer mensaje :

La noche era el momento favorito de cualquier ser humano para pecar. Y sin duda ella no lo desaprovecharía. Llevaba algún tiempo de pie delante de esa taberna esperando encontrarse con algún cliente lo suficientemente borracho como para no importarle pagar más de lo debido. De todas maneras, durante su servicio, se las ingeniaba para robarle algún que otro franco. No sabía cuántos llevaba aquella noche pero los contaría nada más llegar a casa.

Pensó entonces en Narcisse, su madre adoptiva. Seguro que estaría preocupada por ella. Pero Golnar ya era mayor, tenía unos cuantos años encima como para no saber cuidarse ella solita. Escuchó cómo el gritería de la taberna se hizo más potente y volvió a su puesto para estar lista ante cualquier cliente.

Sin embargo, al ver el rostro del hombre su estómago se contrajo. Se lo había encontrado más de una vez y podía decirle que sentía pavor al imaginar que la tocaba en cualquier momento. Era demasiado tarde como para huir pues él ya se estaba acercando a ella con una repugnante sonrisa en el rostro.

─Vaya, vaya, mira lo que tenemos aquí─ su falta de modales era obvia y el olor a alcohol llegaba hasta ella─¿Cuánto pides, hermosa?

─ Lo siento, monsieur, esta noche está cerrado─ le dijo haciendo una reverencia y girándose para huir.

El hombre le sonrió y apretó su mano antes de que ella comenzase a correr. La acorraló contra la pared y empezó a besar su cuello. Golnar se revolvió, intentando zafarse de él. Viendo que él sería más fuerte, dejó de luchar y el hombre sonrió al creer que lo había conseguido. Contó hasta tres y levantó su pierna, dándole un rodillazo en sus partes nobles. Él cayó al suelo y la joven pudo por fin ocultarse en la parte trasera de la taberna. Se sentó en el suelo y trató de acallar su corazón que se había alarmado ante la sola idea de haber tenido a un hombre desagradable tocándole.

por **Golnar Richelieu** Lun Sep 21, 2015 5:40 am

Golnar acabó por asentir ante lo que le había dicho. No entraría en más debate. Ella seguiría creyendo que una prostituta nunca encontraría el amor y más si se trataba de ella la que lo buscaba. No debía malinterpretarse, ella deseaba enamorarse pero había asumido que no lo haría.

─Ahora lo entiendo mejor─ le dijo para que viese que así era─.Siempre he creído que cuando ves a esa persona, sientes algo desde primera hora, como si estuviese predestinado. Sé que puede sonar a una tontería lo que digo. Mucha gente no lo creerá así.

Le sonrió cuando se alegró de que aceptara ir a una de esas invitaciones. Lo cierto era que ni siquiera sabía a qué iban. Supuso que sería una especie de fiesta. Tendría que pensar en lo que era apropiado ponerse.

─Espero que así sea─ dijo sin saber muy bien a qué se refería.

Era consciente de que la pregunta que había hecho no era bien vista por la sociedad. O ni siquiera esperaban a que preguntasen algo parecido pero ella necesitaba respuestas y, quizá, esa pregunta solo la podría encontrar hablando con otra mujer. La escuchó atentamente. Habló incluso del caso contrario y ella lo entendía a la perfección. Los hombres casi perdían la cabeza por ese deseo carnal del que había hablado.

Cuando la miró, ella simplemente se quedó esperando a que continuase hablando, casi expectante por conocer su respuesta. Cuando la obtuvo, se quedó unos segundos pensativa antes de responder.

─Sí, puede ser eso. La verdad es que no me había formado una opinión clara respecto a eso─ admitió─. Supongo que los dos sexos pueden aportar algo distinto. En el caso masculino, una pasión desenfrenada y en el femenino algo mucho más delicado. Aunque sé que algunos hombres pueden llegar a ser tan sensible como una mujer. Supongo que antes de opinar habrá que probarlo, juzgar sin saber no es demasiado bueno.

Se quedó pensativa tras lo que había dicho ella misma. Era cierto que más de una vez se había sentido atraída por algunas damas pero nunca había llegado a más con ninguna, ni siquiera había besado a una pero la cuestión era que la atracción hacia ellas estaba presente y sabía que no era sentimientos románticos, eso no era tan fácil de identificar como la atracción o el deseo carnal, como había dicho Catalina.

por **Catalina De Aragón** Lun Sep 21, 2015 8:16 am

Por un momento, mientras escuchaba la contestación por parte de mi recién adquirida acompañante, se me pasó por la cabeza que quizás aquella pregunta, más allá de la curiosidad, era más bien una duda que le surgía pues ella había sentido algo similar. Alguna vez había sentido atracción por una dama, por alguien de su mismo sexo.

La pregunta llegaría un poco más allá si me paraba a pensarlo. ¿Cómo se habría sentido atraída una persona que pasa la mayor parte del tiempo practicando sexo? Por un lado, podría ser que al pasar la mayor parte de su tiempo entre hombres, deseara tener un encuentro de las mismas características con una mujer, quizás donde ella llevara las riendas de la situación y pudiera sentir que, por una vez, tiene el control. Por otro lado podría ser que, al siempre tener encuentros relacionados directamente con dar placer a una persona y, sabe Dios que las personas son muy dispares, pudieran ser de características varias, anhelara un contacto íntimo más suave, más pacifico, con una preparación más meditada y trabajada.

- También hay mujeres fogosas que distan mucho de ser sensibles y suaves en la cama - quizás al decir eso, había descubierto un poco mis apetencias en cuanto a las relaciones carnales - Debe haber un poco de todo para que haya equilibrio - miré hacia la lejanía como si estuviera pensando algo, nada más lejos de la realidad.

- Como usted ha dicho, sabiendo de lo que hablamos podemos dejarnos un poco de formalidades - dije sin rodeos y mucho menos tapujos - Todo es cuestión de gustos y el sexo, a fin de cuentas, es sexo. La finalidad en un encuentro de esas características es pasarlo bien y lo demás es cuestión de lo atractiva que te parezca la persona - tomé de nuevo un respiro organizando las palabras en mi cabeza - ¿Ha tenido alguna vez pensamientos con mujeres? - la pregunté - Es que si no, la pregunta me queda un poco rara en nuestra conversación - seguí diciéndole - No se preocupes, a estas alturas de la vida, no me voy a escandalizar.

En ese momento me di cuenta de que la conversación me estaba resultando interesante. Tanto así que no había pensado en alimentarme de aquella mujer después de que nos presentáramos y paseáramos un rato. Quizás fuera porque ya me había alimentado previamente (aunque una cosa no quitara la otra. Pues habiéndome alimentado, podía sentir deseo de morder igual), porque iba bastante tapada aparentemente o porque realmente no sentía la necesidad al estar entretenida.

por **Golnar Richelieu** Lun Sep 21, 2015 10:26 am

Escuchó su respuesta. Al principio pensó que estaban hablando de meras suposiciones pero después creyó que había hablado muy segura de lo que decía como si tuviese experiencia en el tema. Nunca se había planteado que la mujer que tenía delante podía tener inclinaciones sexuales por el género que no le correspondía según la sociedad.

─Sí, claro─ le respondió dándole la razón─ . Cada persona es diferente y enfoca el sexo como quiere.

Asintió a su siguiente comentario. Era lo que ella estaba pensando, cada uno tiene gustos diferentes y ser de un sexo u otro no significaba que te tenía que atraer el contrario. La pregunta la tomó por sorpresa. No debería ya que había sido ella misma la que había empezado el tema de conversación. Se sonrojó un poco y desvió la vista. Sabía que no debía avergonzarse de responder pero era inevitable no hacerlo. Ella parecía una dama, era una dama. La habían criado de manera que solo podía fijarse en los hombres. Estar hablando de la posibilidad de estar con una mujer salía de todas esas lecciones aprendidas. Pero ella ya había perdido casi todas esas lecciones por el camino (salvo la de los modales).

─Es posible que sí─ dijo sin admitirlo del todo─. Si no hubiese sido así, probablemente no le hubiera hecho esa pregunta.

Se quedó unos segundos en silencio. ¿Por qué había empezado a hablar? Lo extraño era que le resultaba muy fácil hablar con Catalina. Había algo, aún guardaba esa aura de misterio que la había hipnotizado en un principio.

─¿Sabe? Me siento muy cómoda hablando con usted─ tenía que decir lo que acababa de pensar, le parecía una información útil para ella─. Parece incluso que no fuera la primera vez que nos hemos encontrado.─ le dijo acompañando sus palabras con una sonrisa.

por **Catalina De Aragón** Lun Sep 21, 2015 4:15 pm

- Si, es así. A la hora de buscar cada persona es un mundo - dije seguidamente de que ella expresara su opinión - Pero a la hora de la verdad sólo es sexo, nada más - comenté abiertamente. La verdad es que, cuando aún vivía, mi práctica en el arte de la amatoria había sido extenso. Tanto así que más o menos semanalmente siempre lo practicaba al menos una vez. Si, a primera vista parecería que era un número más bien escaso. No obstante, la visión cambiaba si esa vez era con un doncella y pocas veces eran las que repetía en el mismo lecho.

Mi pregunta, por extraño que pudiera parecer, hizo que se sonrojara. La verdad es que el amanzanado de las mejillas cuando el rubor emerge, había perdido mucho sentido al no verlo reflejado a la luz del sol. Por la noche, todos los colores resultaban apagados, carentes de vida y sentimiento. Sólo era posible atisbar una micra de lo que realmente era.

Su respuesta calmó mi curiosidad porque, aunque intentaba no afirmarlo del todo, su negación era vana, más fruto de la incomprensión moral de la sociedad y el rechazo que pudiera provocarme a mi. Pero si había hablado de eso con ella abiertamente sería que no tenía intención de juzgarla por ello.

- Entiendo - luego intenté calmarla quitándole hierro al asunto - No tema expresar lo que siente. No la voy a juzgar, el deseo no debe ser pecado, no se deje amedrentar por lo que dice la gente y sienta como desee sentir - mi postura parecía de un liberal extremo, más no estaba fuera de lugar remarcar un punto - Entienda que me refiero, claro está, a hacer ese tipo de cosas en privado.

- Me alegra que se sienta cómoda. Eso quiere decir que he conseguido que se olvide del mal trago que ha pasado hace un rato - la contesté y, cuando habló de habernos visto antes, tuve que negar con la cabeza - Llevo demasiado poco tiempo aquí para que sea posible. Y usted dice que no ha salido de estas tierras - dije mentando las palabras que ella mismo había dicho - A menos que sus padres hayan sido de otro lugar y coinciedieran en algún momento con los mios, aunque creo que los mios tampoco es que fueran muy viajeros - la verdad es que la propia frase resultaba absurda pues mis padres habían muerto hacía más de 250 años, pero quizás si me hubiera cruzado yo en persona con ellos de haberse movido por España en algún momento.

por **Golnar Richelieu** Mar Sep 22, 2015 4:01 am

"Solo es sexo, nada más". Claro, ella no conocía otra cosa que no fuera eso. Ella jamás había probado el sexo con amor. Debía ser muy diferente. Ella a veces disfrutaba de su trabajo, todo dependía de la persona con la que estaba. A veces era más interesante y otras solo quería huir del lugar pero, como ya había dicho, era solo sexo.

─Claro, siempre en privado. Son cosas que no puede ir haciéndose en público─ comentó algo menos avergonzada que antes. Solo era una simple atracción física, se recordó─. Es usted muy abierta de mente, ¿se debe a algo en concreto?─ preguntó más por pura curiosidad que por otra cosa.

Asintió. Ya ni se acordaba del tipo que había intentado forzarla. Dudaba que sus padres alguna vez coincidiesen. Sus padres eran muy franceses y no deseaban visitar más partes de la Tierra. Habló en pasado sobre sus padres, aquello solo podía significar que ya no rondaban por este mundo. No se atrevió preguntar, la muerte de un familiar era bastante dolorosa para algunos. Lo cierto era que ella no sabía si sus padres seguían vivos o no. Hacía años que no los veía y no se preocupaba mucho por ellos, al igual que ellos no se preocupaban por ella. Seguro que para ellos solo existían esos hermosos hijos que habían decidido casarse con la más adinerada que hubieran encontrado. No debían ser demasiado felices por mucho dinero que tuviesen.

─Lo dudo─ dijo negando con la cabeza, nunca se debían de haber conocido sus padres─. Aún así creo que es porque usted tiene un aire de misterio que encandila a cualquiera─ no le importaba ser sincera, ya habían sobrepasado la línea. Habían hablado de temas que la mayoría de la gente no hablaría con completos desconocidos.

por **Catalina De Aragón** Mar Sep 22, 2015 6:56 am

El cielo se había encapotado. Las estrellas y la Luna habían cedido su control sobre la bóveda celeste a unas nubes densas y negras que amenazaban con descargar con furia en cualquier momento.

Levanté la vista extrañada por la calma que había en el ambiente. Era esa calma que precede a la tempestad. Esa calma que colma el ambiente con el silencio, con una quietud que erizaba el vello. Que incluso, en ocasiones, hacía que un escalofrío recorriera tu espalda.

Un ambiente que me recordaba a la noche de mi muerte...

- Deberíamos guarecernos, va a llover - dije con el rosto sereno, inmutable.

- ¿Sabe? - le dije ya en completa confianza - Es usted la primera de su oficio que parece tener dos dedos de frente - esperaba que no le sentara mal pues era un halago más que otra cosa - Se que si algún día llega a probarlo, se cuidará de que sea en privado.

Luego vino la pregunta. Era normal, yo me había sentido lo suficiente cómoda para ser directa y ella había hecho lo mismo. No tenía problema en hablar de ello.

- Supongo que ambas estamos sin tapujos
- comencé a decir - Al igual que usted no ha yacido en un lecho con una dama, yo no lo he hecho con un varón - confesé - Quizás por eso soy de mente abierta. Porque es un tema que me afecta directamente - aunque la verdad es que hacía 270 años que no compartía íntimamente un lecho - Hubo una vez que estuve cerca de caer en las redes de un hombre. Pero finalmente no se consumó - fue la noche de mi creación. Y el hombre no era otro que mi creador.

- Entonces dudó mucho que nos hayamos visto antes maidemoiselle - contesté después de que negara que sus padres hubieran viajado por el mundo.

Cuando dijo lo siguiente, mi rostro se tornó en sorpresa. Seguramente, si los vampiros se ruborizaran y yo no fuera tan vieja, lo hubiera conseguido.

- ¿Aire de misterio dice? - realmente, desde que había renacido, tenía facilidad para atraer humanos, para que sintieran algún tipo de magnetismo conmigo - ¿Qué quiere decir? - lo había escuchado muchas veces pero nadie conseguía explicarlo.

- Además - contraataqué - Yo no soy la que lleva una capa larga en mitad de la noche como si estuviera escondiendo algo...

por **Golnar Richelieu** Mar Sep 22, 2015 8:18 am

Golnar alzó su vista al cielo y se fijó en lo que ella había dicho. Sí, parecía que se iba a poner a llover en cualquier momento y era mejor tener un techo en el que refugiarse si no se querían mojar enteras.

Lo que le dijo se lo tomó como un buen halago. Nunca le habían dicho nada parecido. Siempre halagaban su físico pero nunca se habían dignado a halagar su inteligencia. Se sentía diferente al oír decir aquello. No sabía si aquella mujer había conocido a otras de su oficio pero le importaba poco. Un buen cumplido lo aceptaba cualquiera.

─Me alegra oírla─ le dijo aceptando de esa manera sus palabras─ ¿Dónde podríamos resguardarnos?─ le preguntó temiendo que la lluvia las empapase.

No se sorprendió de sus palabras. Internamente, ya imaginaba que era ese el motivo de su mentalidad abierta y de las respuestas que le iban dando. Al igual que ella no la había juzgado, Golnar no lo hacía. Había sabido que nunca tenía que precipitarse a la hora de sacar conclusiones sobre las personas que conocían, nunca eran lo que parecían.

─No lo sé, yo al menos le veo una elegancia y un aire que son muy interesantes. Además, a primera vista, parece que oculta algo

Se rió de su comentario. Era cierto, estaba tapada hasta el cuello pero no era por capricho o por que ocultara algo. Más bien lo hacía por el frío que París les proporcionaba. Vestir de prostituta y no pasar frío eran totalmente incompatible. De todas maneras, se deshizo de la capa y la sujetó con su antebrazo. Le mostró la ropa que llevaba debajo y alzó las cejas mientras le sonreía.

─Ya no hay misterio alguno─ le dijo sin volver a ponerse la capa─. Lo llevo porque a estas horas hace frío pero si prefiere verme con esta ropa, no tengo ningún inconveniente. Estoy acostumbrada a ello.

por **Catalina De Aragón** Mar Sep 22, 2015 1:49 pm

Un par de gotas cayeron sobre nosotras mientras seguíamos hablando, un par de gotas que eran el augurio de muchas más. Las lluvias en aquella época del año eran demasiado frecuentes y siempre amenazaban con convertirse en granizo.

Miré a nuestro alrededor buscando algún lugar donde guarecernos, donde huir de la inminente lluvia. Un poco más allá se veía unos portales en forma de arco que daban a un paseo cubierto con escaparates de unas tiendas que habían cerrado bastante tiempo atrás. Alrededor, la gente que había sentido al igual que nosotras, corría hacia sus hogares para poder evitar terminar como una sopa.

- Creo que aquel lugar hará las funciones que necesitamos - la indiqué mientras comenzaba a caminar hacia allí - Démonos prisa - seguí diciendo mientras aceleraba ligeramente el paso.

Parecía que el tiempo estaba esperando a que nos cubriéramos. Pues un segundo después de pasar el umbral, comenzó a llover de manera torrencial. Pronto, las calles estarían embarradas y aquel vestido que había seleccionado para esa noche, quedaría ensuciado y prácticamente inservible.

- Nos hemos librado por poco - dije en cierto modo sintiéndome afortunada por haber evitado el diluvio.

Intentó explicarme que veía diferente en mi, que le había llamado la atención. Su resolución no llevaba a nada más allá de lo que ya había dicho anteriormente. Pero supuse que realmente, todo el mundo veía algo extraño pero ninguno sabía el porque.

- Todos ocultamos algo, todo el mundo tiene secretos y, en alguno de los casos, más de los que quisieran - dije para responderla - No se puede saberlo todo de una persona simplemente pasando un rato a su lado. Es un trabajo que lleva tiempo y tiempo... a menos que pudieras leer la mente ¿Puedes? - sabía que, alguno de los míos, tenía esa capacidad. Por suerte o por desgracia, a mi se me había bautizado con otras. En ese momento, deseé poder leer los pensamientos de aquella dama. Por suerte para ella, no disponía de esa capacidad y sus secretos seguían a salvo con ella.

Ante mi contraataque, la doncella que me acompañaba se quitó su capa, mostrando una ropa sensual y bastante corta de tela. Gozaba, además de la belleza, de unos atributos femeninos marcados, sexualmente atrayentes. Era bastante entendible que fuera cotizada por la clientela y quisieran ver más allá de la tela que la cubría, sentir el calor que todo su cuerpo desprendía y sumergirse en su piel durante el tiempo que pudiera. Seguramente, en caso de que mi humanidad siguiera siendo parte de mi, buscaría algún modo de tomarla, de poseerla y llevarla a mi lecho aquella noche. Hacerla sentir lo que la mano femenina podía provocar.

Pero hacía tiempo que me costaba sentir algo más que sed...

- ¡No, por favor mademoiselle! - fingí alarma en mi tono de voz y me llevé la mano a la boca para evitar que mis colmillos se vieran - Lo último que desearía es que cogiera frio, tápese - en un momento, se me pasó por la cabeza la posibilidad de tomar su capa y pasarla de nuevo sobre sus hombros para cubrirla. Poco después, deseché esa idea: demasiado contacto - No era necesario mostrarlo, ya intuía lo que se ocultaba bajo la tela - luego, para terminar añadí - Luce muy bella. Quizás demasiado para desperdiciar su belleza sementales que sólo buscan tomarla.

por **Golnar Richelieu** Miér Sep 23, 2015 4:41 am

Intentó alcanzar su ritmo para no mojarse. En realidad era una tontería, la lluvia era solo agua. Claro que podías coger un enorme resfriado y morir por esa simple tontería así que era mejor no arriesgarse a acabar en la tumba. Habían llegado justo a tiempo a su refugio ya que se puso a llover de tal manera que hasta Golnar se sorprendió. Unos segundos después y se habrían calado hasta los huesos. Asintió ante el comentario de Catalina. Ella pensaba lo mismo.

─Es evidente que no se puede saber todo. Ni aunque lleves años conociéndola. Pero hay ciertas personas que tienen ese aura de misterio. Otras, sin embargo, parecen más sencillas, como si no tuvieran nada que ocultar. No sé si me explico─ dijo llevándose la mano a la cabeza. No lo entendía ni ella─. Ojalá pudiera leer la mente─ acompañó el comentario con una risa.

Parecía alarmada al verla en aquella ropa. No se sorprendía ya que muchos también se quedaban de igual manera al observar la ropa que llevaba normalmente por la noche. De ahí que siempre necesitase una capa, al menos se sentía más a gusto en invierno. Al oír cómo le pedía que volviese a ponerse la capa, no tardó mucho más en obedecer. Empezaba a sentir el frío y algunas gotas de lluvia se posaban sobre su piel. Una sensación muy poco agradable. Un escalofrío recorrió su espalda cuando volvió a la comodidad de aquella simple prenda.

─No es la primera vez que me lo dicen─ dijo mostrándole media sonrisa─. Lo del desperdicio. La verdad que me hubiera gustado que las cosas hubieran salido de otra manera. Pero tener algo que comer es lo más importante, no solo para mí sino para quien me espera en casa─ permaneció unos segundos en silencio, quizá no debería haber dicho eso pero su acompañante ya sabía que había alguien en casa esperando su regreso─. Pero bueno, al fin y al cabo, la primera vez nunca sale como una se lo espera.

por **Catalina De Aragón** Miér Sep 23, 2015 8:52 am

El ruido de la lluvia acalló cualquier otro sonido ambiental. Por un momento, si cerrabas los ojos, podrías decir que estabas en mitad de la selva, de un bosque, de cualquier lugar de la naturaleza virgen y salvaje. Sólo nuestras voces emergían en aquel concierto que nos brindaba el cielo.

Algunas de las farolas que ya tenían bastante tiempo, no pudieron evitar las condiciones y perecieron, arrojando un paisaje más lúgubre, con más sombras. Las demás aún permanecían en su lucha por seguir vivas, por seguir iluminando un paisaje ahora aún más desierto.

Su comentario hizo que me planteara bien que decirla a continuación. La verdad es que en ningún momento parecía haber ocultado lo que era o lo que se dedicaba. Quizás un poquito de sinceridad no venía mal. Claro está, siempre manteniendo las cosas secretas, en secreto.

- Si, realmente existe gente sencilla y básica. Por suerte no parecemos pertenecer a ese grupo selecto - le dije con un rostro ligeramente alegre pero sin sonreír - No le negaré que, resultar misteriosa es algo que me agrada - caminé unos pasos más y apoyé la espalda en una de las paredes que había en nuestro refugio - Y ya que no disponemos de la capacidad de leer mente... imagine por un segundo que puede ¿Qué buscaría? - le dije dedicando una mirada felina llena de curiosidad.

Vi como accedía a mi petición y privaba a mis ojos de la visión de su hermosura. Parecía bastante obediente siempre y cuando encontrarás las palabras oportunas.
También noté como su cuerpo de convulsionaba ligeramente con la tela, como el frío había calado ya dentro de ella. Un frío que yo no sentía, que era ajeno a mi.

Desabroché mi abrigo y me acerqué a ella.

- Creó que te hace más falta a ti - dije y continué antes de que pudiera replicar - Entra en calor y después me lo devuelves - después deposité el abrigo sobre sus hombros para taparla. Mis manos no llegaron a tocarla en ningún momento.

Yo llevaba manga larga y me serviría para aparentar que no era insensible del todo. Al menos guardaría las apariencias.

Sus motivos, lo que le había llevado a ejercer la prostitución, no distaba demasiado de lo que podría decirte cualquiera de ellas. Pero ese caso era especial pues había llamado mi atención.

- Por la familia se es capaz de cualquier cosa ¿No cree? Si no, no tiene más que mirarse a si misma - la verdad es que me alegraba de no necesitar trabajar para subsistir. Aunque el dinero seguía siendo necesario.

- Ya se que quizás es poco - continué con la conversación - Pero yo no cuidó mucho de mi hogar y soy una persona ocupada - seguí diciendo - Podría pasarse algún día y dar un repaso para que parezca habitable - esperaba que el ofrecimiento no la ofendiese y lo viera como una oportunidad - La pagaría. Seguramente ni de lejos los suficiente para dejar su oficio pero al menos le ayudará - además de que realmente necesitaba que pareciera un hogar normal.

por **Golnar Richelieu** Miér Sep 23, 2015 3:14 pm

No le asustaba la oscuridad. De hecho, ahora la noche era mucho más bonita. La lluvia, la poca gente y la escasa iluminación... Eran los elementos que la hacían relajarse. Sonrió mientras se giraba para contemplar a su acompañante mientras hablaba.

─Supongo que toda información sería bien recibida. Creo que cada pequeño detalle nos hace ser como somos. Los secretos grandes son jugosos y curioso pero también lo es el saber si le gusta más una noche lluviosa o prefiere el cielo despejado─dijo señalando el exterior.

Estuvo a punto de negarle aquel ofrecimientos pero a penas tuvo tiempo para ello. Cogió el abrigo que ella le puso por los hombros. Se extrañó de que sus manos no tocaran si quiera su tela. ¿Qué le ocurría? Rehuía del contacto físico.

Solo necesitaba entrar un poco en calor pero temía que Catalina fuera la que cogiese algún resfriado y todo sería por su culpa. Se frotó los brazos para intentar calentarlos un poco. ¿A quién se le ocurría estar fuera con ese tiempo? Oh, claro. A ellas dos.

─Haría todo lo que estuviese en mi mano para darle lo mejor

"¿Eso incluye el casarse con un rico?" su mente la volvía a torturar una vez más. No sabría si haría cualquier cosa. Casarse con un desconocido solo por su fortuna no era la solución. Preferiría estar trabajando en lo que trabajaba y ganar el dinero por su cuenta a no hacer nada y aburrirse en una enorme mansión.

─Sería...─ dijo sorprendida ante el ofrecimiento. No le había pedido ayuda aún así ella le estaba proponiendo algo y no pretendía negarse─. Sería genial. Aunque espero no ser mala limpiando una casa─ comentó con una sonrisa.

por **Catalina De Aragón** Jue Sep 24, 2015 12:49 am

El cielo seguía amenazando con romperse mientras, acompañando al agua, los truenos y rayos comenzaron su orquesta de luz y sonido.

Ahora gozábamos de una privacidad que podría haber suscitado cualquier tipo de pregunta. No obstante, el resultado fue una cuestión simple. Incluso me atrevería a decir que era más una evasiva que una curiosidad que rondaba su mente como esperaba que hiciera.

Era gracioso pero su modo de vivir, extrovertido y carente de vergüenza o timidez, parecía ir reprimiéndose conforme ibamos hablando. Era algo así como una conversión. Como si tuviera el poder de hacer que una vida de pecado, pudiera ser más moderada. Quizás el tratar con una persona no pensara sólo en abrirla de piernas también ayudaba.

Quizás era demasiado optimista...

- Me gustan los días lluviosos como este - le respondí ya que al parecer esa era su pregunta - En ocasiones, aunque parezca raro, me gusta sentir el agua empapándome, acariciando mi piel mientras resbala desde mi pelo siguiendo el curso que marca mi cuerpo - a veces, salir de los "normal" era liberador. Además ¿Quién decide que es normal y que no?

- Es digno de elogio sacrificarse hasta tal punto por aquellos que depende de ti - comencé a decir - No se si yo sería capaz de soportarlo, creó ser demasiado egocéntrica - la verdad es que pocas veces me había preocupado por otras personas hasta el punto que había llegado aquella dama. Menos aún si no adquiría nada a cambio.

En cuanto a su aceptación de lo ofrecido, no era su capacidad para limpiar lo que realmente me preocupaba...

- Seguro que lo hace bien - intenté calmar su incertidumbre - Es una casa pequeña, con tres plantas. Usted se encargaría sólo de tener preparada la baja, la que la gente ve. No le llevará mucho tiempo y puede hacerlo en un rato que tenga libre por el día - luego me mostré sería. Quería dejar claro que lo que venía a continuación era importante e innegociable - Soy una persona bastante maniática y tengo unas normas bastante estrictas. Espero que lo entienda - seguramente le parecerían ante todo raras. Pero para mi eran necesarias - Se las explicaré el primer día que vaya ¿Cuándo gustaría de empezar?

por **Golnar Richelieu** Jue Sep 24, 2015 3:45 am

Al principio, se asustó al ver que había truenos pero poco a poco, se fue acostumbrado y ya casi parecía un concierto de percusión, era incluso relajante.

Sabía que respondería algo parecido. Había intuido que era de las mujeres que le gustaban la lluvia. Podría parecer un hecho simple pero quería decir mucho más de lo que aparentaba. A ella también le gustaba la lluvia aunque, a veces, la ponía un poco triste.

─Sí, es una buena manera de sentirse vivo─ dijo respondiendo así a su comentario de estar bajo la lluvia. Sus palabras solo habían sido un mero comentario, no sabría la repercusión que podía tener sobre la mujer.

Se rió con sus palabras. A veces había que ser un poco egocéntrica, cosa que Golnar no podía permitirse. Bueno, sí que lo hacía. En ocasiones, se compraba vestidos y eso no lo podía compartir con nadie. Pero debía su vida Narcisse y eso era inevitable. Necesitaba ayudarla pasara lo que pasase.

─Supongo que debe dar con la persona idónea para dejar todo a un lado y lograr sacrificarse por ella─ comentó con un suspiro. Además, no compartían la misma sangre pero el vínculo que mantenían era muy estrecho. Era su madre y ella misma la había elegido. Muchos no podían alardear de algo semejante.

─¿Tres plantas?─ dijo totalmente sorprendida. Si eso era pequeño no quería imaginar lo que opinaría de su propia casa. Ella también se puso seria al escuchar que era bastante estricta─. No se preocupe, seguiré sus normas al pie de la letra─le aseguró moviendo su cabeza afirmativamente para reforzar su argumento─. Me gustaría empezar cuanto antes. Es decir, es su casa, lo mejor será que usted ponga una fecha.

por **Catalina De Aragón** Jue Sep 24, 2015 6:14 am

La verdad es que la combinación de palabras fue un completo despropósito. ¿Sentirse vivo? no recordaba ya lo que era aquello. Sólo conseguía atisbar algo de lo que eso significaba cuando tomaba la vida de otros, cuando sentía a través de la sangre que robaba. Cuando, durante un momento, su cuerpo ardía y se movía. Era un instante, pero lo suficiente para no dejarse morir en su lecho la noche siguiente.

No respondí, no podía decir nada sobre eso, no sin que se notara la lejanía que sentía, la añoranza. Al hacerlo así, siempre se podría achacar a que me sentía sola o cualquier otra excusa. Raramente podría ser relacionado con lobque realmente era.

La lluvia bajó un poco de intensidad. Como si, después de haber agotado toda su fuerza de golpe, ahora luchará por mantenerse viva también, sólo que cada vez se iba agotando más y más.

- Tal y como lo dice parece como si hubiera encontrado en ella el amor que dice no haber sentido - luego recalqué por si había sonado raro - En esa persona quería decir.

Luego pensé en mi casa, intenté darla una medida en mi cabeza y a mi, realmente tampoco es que me pareciera muy grande. En mi tierra, mi hogar era una pequeña mansión, pero aún diciendo que era pequeña, triplicaba en tamaño a mi actual residencia.

- No se asuste, no es tan grande como parece - la respondí ante su expresión de sorpresa cuando expliqué las capas de las que disponía - Además, como le he dicho, sólo sería su función la parte baja - añadí matizándolo de nuevo.

Al darme la libertad de elegir el momento en el que empezar. Cavilé un poco la idea y decidí que realmente cuanto antes mejor. La verdad es que, hasta que no se lo propuse, no fui consciente de lo necesario que era. Quizás algún día tuviera que volver a llevar a alguien a ella y no quería dar una visión de abandonada como había pasado con Lin.

- Pues si se levanta con ganas, mañana mismo - era algo incierta la frase así que aclaré - Me refiero a cuando salga el sol y haya descansado. Está siendo una noche larga.

Finalmente la lluvia cesó, dando paso de nuevo a la calma. Una calma que hasta los grillos disfrutaron volviendo a sus caracteristicos cantares. El sonido incesante del agua cayendo, pasó a ser un goteo nada más, errático e irregular.

Caminé hasta salir del refugio y miré a izquierdas y derechas, luego volví a donde estábamos.

- Mi residencia está a cinco minutos de aquí - le dije - Podemos ir hasta allí, que lo vea, le comentó mis reglas, decide y luego le hago llegar a casa en un carruaje ¿Qué me dice?

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por **Golnar Richelieu** Jue Sep 24, 2015 6:44 am

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