Lienzos del alma [Soren+18]

¿Era adorable? ¿eran los celos adorables? Sonrio de medio lado confundido con su palida mejilla pintándose de rojo en la zona en que suavemente le habia pellizcado –eres el único que piensa eso- aseguro en voz baja colocando sus pies sobre el suelo y avanzando algunos pasos para acoplarse nuevamente a sentir la rigidez del suelo bajo el, andar sin necesidad de los brazos de Soren rodearle o cargarle por defecto mismo.

Comenzó a subir los escalones por detrás del vampiro deteniéndose cuando este se volteo a verle diciendo aquello, sus ojos se iluminaron de una forma inusual como por hogueras alzando detrás de ellos, una sonrisa crispo sus labios al tiempo que subia el escalón tomandole por la cintura, besándole con rapidez y sujetando su mano para seguir andando a zancadas por las escaleras ¿la persona que mas le importaba?...la mas importante -supongo entonces…que si le vuelvo a ver me disculpare e intentare ser mas amable- aunque fuese aquello contra su naturaleza lo haría porque si a Soren tanto la importaba no podia llevarse mal con el, no seria justo.

Coloco su mano sobre la perilla girándola mientras la puerta rechinaba por el peso de la misma moviéndose sobre los soportes, asomo el cuerpo al interior observando el lugar iluminado por los platinados rayos lunares que se colaban por la puerta de cristal que daba al balcón de la galería -¿Lit?- cuestiono en voz alta y a la expectativa, ningun ruido, ningun maullido, eso significaba que no estaba, suspiro aliviado tirando con suavidad de la mano de Soren para cerrar la puerta con aquel orificio en la parte baja para el felino que vivía con el, aquella mujer que optaba por su aspecto mas diminuto.

El lugar falto de cualquier cuadro colgando sobre las paredes o arrumbado en alguna parte del suelo, vacio ahora, anduvo con tranquilidad hacia la habitación falta también de algunas pertenencias no del todo relevantes habia mantenido un lienzo y solo uno para una idea que le habia atormentado por noches enteras, le solto abriendo la puerta de la habitación sacando una caja de debajo de la cama, tomándola entre sus manos y colocándola sobre la cama para empezar a regar todo sobre esta, las calcetas cayeron a un lado, una camisa blanca al otro, varios chalecos, grises y negros aquí y alla -¿solo te quieres cambiar las calcetas?- le cuestiono suponiendo que no tenia demasiada ropa para prestarle.

Suspiro pasandose una mano sobre la frente, alborotando su flequillo, desabrocho aquella especie de chaleco con mangas con tranquilidad sintiendolo frio por la humedad adquirida.

Soren le siguió aliviado al escucharle decir que si lo viera otra vez le pediría disculpas. No estaba seguro si las disculpas eran necesarias, puesto que había hablado con Gerard de Anuar y el chico no le guardaba ningún tipo de rencor y por el contrario se había mostrado comprensivo y dispuesto a apoyarle en su relación. En un principio no había entendido la reacción del chico, pero ahora que había sido tan claro, se sentía feliz ¿feliz? de que la razón fuera esa, quizás era egoísmo propio o quien sabe, pero le gustaba esa sensación, saber que el chico le quería sólo para él.

Le escuchó llamar a Lit y giró el rostro observando la sala para saludarla si la veía pero en vez de eso, le llamó la atención verla vacía, los cuadros que no había tenido oportunidad de ver, habían sido todos vendidos, al parecer su joven pintor estaba teniendo éxito con sus trabajos, eso era muy bueno, el dinero extra le vendría muy bien al chico, caminó tras él hasta su cuarto comentando - Madame Lit me prometio hacerte comer, espero que cumpla su promesa -

Una vez en la habitación, también la notó un poco más vacía, la primera vez había tenido la oportunidad de repararla muy bien, este hecho si le preocupó un poco, porque más parecía como una liquidación desesperada, se mordió el labio inferior pensando en como preguntarle sobre ello cuando el chico había comenzado a quitarle el chaleco. Como estaba concentrado pensando en los objetos del lugar la acción sólo provocó que las mejillas se le colorearan intensamente.

- ...Eh...todo - Murmuró torpemente - Quiero cambiarme todo... - Agregó dejándo caer el gabán polvoriento al suelo inconscientemente, sin poder evitar que otros pensamientos rondaran su mente más allá del acto inocente de ayudarle a vestir, se quedó paralizado dejándo que el chico le desvistiera, deseando el contacto de sus manos directamente sobre su piel y no sólo en sus húmedas ropas.

-realmente no creo que nadie pueda hacerme comer…los primeros meses fue agobiante la falta de alimento ahora es…pan de todos los días- murmuro enarcando una ceja ¿pan? Que sustantivo mas irónico habia optado por nombrar. Relamio sus labios desacomodándose el cabello con tranquilidad, pensando no se habia detenido antes a pensar no por lo menos en sobremanera era delgado cierto ero mas no asi famélico los músculos de su delicado cuerpo eran visibles si se esforzaba porque asi fuese, sus mejillas se consumían lentamente a falta de alimentos.

Una sonrisa picaresca torcio sus labios cuando el vampiro hablo, le desabrocho la camisa dejando ver su delgado cuerpo, rozo sus hombros para dejar caer la tela húmeda y encaminarse al baño, saliendo de este con un trozo de tela rectangular de algun material absorbente –para que te seques- murmuro colocándola sobre su cabeza, dejando caer trozos de tela de lado y lado teniéndole por soporte.

Su mirada cayo vertiginosa sobre su semidesnudo cuerpo girando para rebuscar entre la ropa algo que pudiese ser de su talle y agrado –el pantalón podría quedarte algo largo- le indico tendiéndolo sobre la cama para quitarle las posibles arrugas con las manos, y esque por sus centímetros de mas seguramente la bastilla rozaría el suelo o mas abajo aun.

Saco también unas calcetas y una camisa limpias, colocándolas a un lado del pantalón extendiéndola también con las manos, desviando sus pensamientos a cualquier otro lugar, a cualquier otra idea mas deseable y menos indecorosa, tomo la caja ya con la ropa no necesaria dentro y giro para colocarla bajo la cama nuevamente, tirando por aquel movimiento un frasco de pintura azul que no habia cerrado debidamente y que, al golpear el suelo se abrió esparciéndose sobre su zapato y el suelo ya manchando.

-genial- mascullo dejando la caja sobre la cama nuevamente y agachándose para intentar limpiar aquel desastre, enderezo el frasco y con las manos introdujo nuevamente la pintura que podia tomar, quedando estas teñidas de aquel azul desde la llema de los dedos hasta la palma de las manos, escurriendo en dirección de las muñecas y sobrepasando hasta los codos por dentro de la ropa .

Se dejó desabrochar la camiza, sintiéndose cada vez más coibido, nunca permitía a nadie tocar su cuerpo, aquello era algo que no hacía porque simplemente le incomodaba y le hacía sentir inseguro, con Anuar seguía sintiendo esa incomodidad extraña pero su cuerpo parecía más agusto con el tacto del chico, era como si mente y cuerpo no pudieran ponerse de acuerdo por una vez en lo que deseaban.

Tomó la toalla que el joven le había pasado y se secó distraidamente el cabello, esparciendo gotitas por el suelo. Observó la ropa que el chico le estaba organizando y pensó por primera vez en la diferencia de estatura. Se recostó en la pared para quitarse los zapatos y posteriormente las medias empapadas que casi parecían sacos de agua, sacudió un poquito de arena revuelta con sal marina de las mismas.

- No exageres... sólo será un par de... - Comenzó a decir, cuando vio el pequeño desastre, no pudo dejar escapar una risita - Mira quien es el torpe... - murmuró agachándose a su lado mientras Anuar comenzaba a limpiar afanosamente.

Pasó el dedo indice por la pintura esparcida en el suelo que aún quedaba, empapándolo y sin previo aviso lo pasó por la nariz de Anuar rápidamente, dejándo un largo trazo de azul por el puente de la misma. Rió con ganas esta vez - Ahora puedes trabajar en el circo gitano - Se burló y untó otro dedo para atacarle de nuevo.

Sonrio de medio lado ante sus palabras, suponía que si usualmente era Soren quien perdia el equilibrio cayendo al suelo con los botes de pintura sobre su cabeza, era el quien rodaba por el suelo y caia de sentón era Soren el torpe y no el, aquello le causo gracia y también desesperación, su ultimo frasco de pintura azul habia caído al suelo por su causa, no habría mas de aquella sustancia necesaria para sus lienzo, recogió lo que pudo dejándola sobre la mesita d enoche, girándose para ver al vampiro cuando sintió el dedo de ese sobre su nariz, siendo su única reacción cerrar los parpados.

Abrio los parpados estirando su brazo, manchando el rostro de Soren de hito en hito, con tres marcas causadas por los dedos desde su mejilla hasta su mentón, pasando por encima de sus labios con una sonrisa crispándole los labios –seguro te aceptan en el circo- murmuro apoyando su mano sobre su pecho, dejando su mano fielmente marcada sobre el mismo, observándole unos instantes para seguidamente arrastrarse sobre el suelo metiendo la mitad del cuerpo bajo la cama mientras su manos rebuscaban los frascos, aquellos que tenia guardados en antaño, los restos de lo que ya no necesitaba.

-¿te gusta el naranja?- le cuestiono aun con la mitad del cuerpo cubierto por el soporte de madera, sus manos destapaban cajas, giraban botes, arrojaban objetos inservibles, destapo el frasco embarrando sus dedos en el mismo -¿puedes sacarme?- le cuestiono listo para embarrarlo en cuanto jalase su cuerpo hacia afuera y su rostro y cuerpo quedaran a su alcanze.

Volvió a reir cuando el chico le manchó la cara y no hizo nada para evitarlo, esperaba una reacción así y sentía que estaban en paz pues él había comenzado, entonces el chico le había dejado la marca de la palma de su mano en el pecho y arrugó ligéramente el entrecejo, un nuevo ataque y él no había correspondido, la cosa comenzaba a ponerse injusta.

Le vio gatear y meterse... ¿bajo la cama? arqueó las cejas girándo su rostro escuchándole revolver cosas bajo esta, aquello era curioso, nunca le había visto arrastrandose por el suelo como un reptil (un cocodrilo con la nariz azul además) contuvo una risa y gateó hasta su lado escuchando pregunta y seguidamente su petición.

- Si...claro, no es mi color favorito, pero es un color bonito - Comenta escuchandole revolver algo que sonaba como un frasco de vidrio - Me recuerda el atardecer, cuando el sol se va poniéndo en el horizonte... que triste sería que el color naranja no existiera, no podría yo recordar esas cosas que ya no tengo la oportunidad de ver -

Cuando el chico le pidió que le ayudara a salir, no supo como agarrarle para halarlo de allí y sólo atinó a pasar sus piernas a ambos lados del cuerpo del humano, para quedar arrodillado casi sobre él y así poder agarrar su cintura con ambas manos y halarle hacìa atrás, la posición también hizo que tuviera malos pensamientos y no puedo evitar sonrojarse, avergonzado de si mismo.

Su cuerpo se deslizo sobre el suelo sujetando el frasco entre sus manos, estirando a como pudo el brazo el dirección al rostro de Soren sin asi lograr verla pues su pecho quedaba contra el suelo, cuando sus dedos manchados de naranja tocaron la piel del vampiro sonriendo de medio lado, le cubrirá el cuerpo con diversos colores, plasmaría e el parte de si mismo y claro estaba le marcaria el alma.

-puedo pintar todo eso para ti- aseguro con tranquilidad sentándose de espaldas a el, girándose para ver como era que comenzaba a quedar su mas reciente obra de arte improvisada –puedo mostrarte en lienzos todo eso que ya no puedes ver…robare una parte de ello por ti- le indico con aquella taciturnidad tan propia de el, porque llorando, riendo o molesto su rostro parecía no cambiar demasiado, no compungirse ni deformarse por gestos innecesarios.

Le enseño sus dedos manchados con azul y naranja -¿sabes a que se parecen?- le cuestiono con tranquilidad observándole con fijeza, con la mancha aun en su nariz sin ningun cambio, no planeaba quitársela no por lo menos aun –son tus orbes y…casi los mios- le indico dado que bien sabido tenia el que sus iris radicaban mas en lo amarillo que en lo anaranjado, algo mas claro y a la vez intenso, como oro liquido o miel sin azucarar ¿era aquello posible? Lo dudaba mas nada importaban aquellas suposiciones que jamás saldrían de eso, ser pensamientos acallados.

Ladeo entonces el rostro frunciendo suavemente el entrecejo, observando el rubor en las zonas aun libres de su marfilada piel -¿es acaso que estas pensando en algo?- le cuestiono recordando lo que habia dicho en aquella ocasión, podia tocarle y saber si su cuerpo aumentaba de temperatura o no mas la verdad era que no pretendía ser asi de obvio ¿estaba bien preocuparse tanto por ello? ¿Ansiar saber si sus pensamientos viraban por el mismo sendero que los propios? Y ¿desde cuando era asi importante saber que estaba bien y que no?

Se inclino hacia el besando sus labios, sintiendo el amargo e incomodo sabor de la pintura sobre los mismos.

Los dedos de Anuar habían viajado sobre su rostro otra vez, ahora debía lucir sendas manchas anaranjadas sobre su piel, se preguntó que tipo de colage expontáneo de colores tendría en su mejilla y se maldijo interiormente por no poder observarse en un espejo, el chico le había engañado para pintarle de nuevo, le iba a reñir, pero entonces escuchó sus palabras y una sonrisa se escapó de sus labios ¡Vería otra pintura suya! cada vez deseaba con más intensidad conocerlas, descubrir un poco más de todo lo que estaba escondido dentro de él a través de sus lienzos.

- El naranja y el azul... son colores complementarios - Comentó mientras el chico le mostraba sus manos y le daba la explicación de su significado, que curioso era aquello, porque en teoría del color, en el circulo cromático, el azul y el naranja eran ciertamente colores complementarios, de la misma forma que el violeta y el amarillo. - Que casualidad - Agregó, aunque no muy seguro de que fuera una mera casualidad.

La pregunta hizo que el sonrojo se hiciera más intenso, ¿Se refería a Anuar al hecho de que quería que sumergiera sus manos y le tocara como nunca había hecho? ¿Se refería a si estaba pensando en intoxicarse con el sabor de sus labios? dios, ¡claro que si!. Correspondió el beso gustoso, ignorando el sabor de la pintura, mordiéndole suavemente los labios antes de separarse.

Con las mejillas cada vez más rojas aún con la pintura manchándolas, el vampiro terminó de quitarse la camisa húmeda, quedándo finalmente al descubierto su torso por completo - Soy tu lienzo... haz de mi una verdadera obra de arte - Murmuró con el rostro girado hacía un lado sin poder sostenerle la mirada avergonzado.

Sonrio de medio lado besando sus labios mientras hundía sus manos en las pinturas, cada una con un tono diferente, el azul y el anaranjado –¿de que sirven las palabras si no puedes asi observarme?- le cuestiono sujetándole por el mentón, guiando su rostro con suavidad hacia el suyo fijando sus orbes en los ajenos –el alma que hablar puede con los ojos puede también besar con la mirada- recito no sabiendo si correcta o incorrectamente recordando solamente un verso que en su adolescencia habia memorizado por un escrito, tiempo atrás solia hacerlo, memorizar y recitar, pensar, reflexionar y avanzar porque una vida sin reflexión no valia la pena ser vivida ¿Quién habia dicho aquello? ¿Sócrates?

Levanto sus manos comenzando a mover sus dedos por encima de la piel de Soren, mezclando los colores y creando figuras, formas e imágenes, paso por debajo de sus parpados y por en medio de sus cejas, recorrió su cuello hasta toparse con su pecho, donde comenzó a hacer un desastre sin ton ni son –seras mi obra mas preciada- murmuro ensimismado en su labor , remojando sus manos nuevamente para seguir por su torso los colores que parecían fundirse en un abismo cambiante.

Su mente divago, olvidándose del aquí y el ahora olvidando donde estaba o que aquello que pintaba con sus manos no era un lienzo sino una persona, su persona ¿suya? Pero no era el a quien pintaba era un cuerpo, era un lienzo, se percato entonces de lo que hacia cuando comenzó a manchar la tela del pantalón por encima de las piernas de Soren alzando la mirada semi apenado , observo su torso con atención rozando con el dedo teñido de azul su piel, delimitando una línea difuminada en un extraño zigzagueó como el movimiento oscilante que su mente llevaba acabo resguardada en la seguridad de sus pensamientos.

- Si pudiera besarte con la mirada... - Murmuró al escuchar sus palabras, siendo obligado a mirarle, sintiendo el sonrojo (si era posible) cada vez más intenso - Estarías harto de mis besos - Concluyó imaginando como sería aquello, en que tipo de intenso se convertiría. Las manos de Anuar comenzaron entonces a pintarle, cerró los ojos disfrutando del delicioso toque de sus dedos untados de pintura sobre su piel aún húmeda por el agua del mar.

Extraña convinación era aquella, pinturas acrilicas y agua de mar. El tacto del chico se sentía más suave, deslizandose deliciosamente por su piel gracias a la pintura, con los ojos aún cerrados, Soren deseó realmente ser un lienzo. Su lienzo, permitir a Anuar destruirle y crearle, reacerlo y convertirlo en una obra nueva, porque eso era lo que estaba sucediendo, desde que conocía a Anuar el mismo había estado sufriendo una transformación lenta, evolucionando en un nuevo Soren que aunque le aterraba lo suficiente como para pasar una semana entera bajo la tierra, al mismo tiempo le facinaba.

- Hnn... - Escapó de sus labios inconscientemente cuando esas manos habían pintado la parte baja de su cuerpo, sin abrir los ojos se recostó un poco más, apoyándose en los codos, siendo ahora consciente de lo apretado que se sentía el pantalón mojado - Reinventame con tus trazos, creame de nuevo - Murmuró entre abriendo los ojos, dejando ver las irises azules, observándo el colorido recorrido por su pecho, dejó escapar una sonrisa - Destruye el antiguo lienzo y haz de mi tu obra -

-jamas me hartare de ti- aseguro inclinándose suavemente hacia enfrente, siguiendo el contorno de los brazos de Soren con fascinación, tiñendo su palida piel de vivos colores resaltantes a simple vista, pinto hasta la punta de sus dedos y descubrió entonces que no quedaba mas lienzo que crear no quedaba ya lugar donde sus manos se posaran para segui realizando lo que su mente e imaginación idealizaba.

Sujeto con sus manos el pantalón olvidándose de donde pintaba, su mente parecía no razonar cuando se enfocaba en ello, desabotono el pantalón bajando por las piernas húmedas del vampiro sin siquiera preguntarle porque si bien su mente parecía pensar en cosas indecorosas sus manos se mantenían ocupadas pintándole y de forma inconsciente tocándole con un deseo que solo el podría alzar en su interior.

-¿me dejarías pintarte?- le cuestiono subiendo de sus tobillos a sus muslos intercalando los brazos, manchando ambas piernas de ambos colores, con líneas mal trechas y círculos uniformes, con manchones mezclados y marcas existente no solo en su cuerpo –plasmarte en un lienzo me refiero- le indico fijando su mirada en su ropa interior, ruborizando al percatarse de ello y fijándose entonces en sus azulados orbes como imantado por ellos.

Sus mejillas rojas despedían un suave color carmín, su respiración se agito pensando que la ultima vez Soren se habia mantenido con el pantalón puesto y ahora, nisiquiera lo habia razonado cuando lo habia despojado de el, la tela húmeda transparentaba mas de lo que conocía sino fuese por su propio cuerpo, notaba su excitación y aquello solo le inducia a ruborizarse mas, manteniendo sus manos estáticas sobre las rodillas del vampiro, apretándolas con suavidad.

-me e entusiasmado- murmuro sonriendo de medio lado pintando en un manchón azul en su pierna izquierda un circulo anaranjado que bordeaba la parte interna de su muslo. Observando el rostro de Soren mientras tanto.

Cerró los ojos, con las mejillas coloradas cuando Anuar le había desabotonado los pantalones, permitiendose así disfrutar sólo de las sensaciones táctiles, de esos dedos que le recorrían suavemente generando patrones armónicos. Nunca se había puesto a pensar en si mismo como una obra de arte, de hecho nunca había pensado en alguna otra connotación al encuentro sexual de dos cuerpos, porque no podía evitarlo, estaba pensando en sexo, su cuerpo ardía descaradamente deseando sentir las caricias del otro y deseando que el contacto se hiciéra más fuerte.

No solía tener pensamientos de ese tipo con el chico, de hecho sólo recordaba aquella vez en la que le había atrapado bajo su cuerpo y le había hehcho alcanzar el límite, su expresión exitada y su cuerpo retorciéndose bajo sus caricias era una imagen que jamás se borraría de su mente, pero una vez aquello había terminado, no había vuelto a pensar en esas cosas con Anuar y con todo lo sucedido con el tal Eric, mucha menos cabeza tenía para pensamientos impuros, ni siquiera cuando se había metido bajo la tierra se había puesto a pensar en esas cosas. ¿Entonces como era que con una simple acción del chico sobre su piel, se encontraba deseándole de esa manera?

- Si... - Murmuró sin abrir los ojos, mordiéndose el labio inferior con deseo, esperando el momento en que esas manos le acariciarían apropiadamente, ¿Podía sentirse tanto con tan poco? se preguntaba mientras escuchaba al chico decir que se había entusiasmado, sintió sus manos en su mulso y se tensó ligéramente, hasta ese momento no le había permitido que le tocara, esa sería entonces la primera vez.

Abrió los ojos con una extraña contradicción de sensaciones, cerrándo ligéramente las piernas de manera inconsciente como si quisiera protegerse de sus manos. ¿Que demonios estaba haciéndo? Tonto, tonto Soren.

- ¿Ahora? - Preguntó tímidamente - ¿Quieres pintarme ahora? - No sabía ni porque preguntaba algo como ello en un momento así, ¡No sabía que demonios estaba haciendo!

Alejo sus manos cuando sus piernas se cerraron retrayendo aquella iniciativa que sin asi llevarla acabo comenzaba a alzarse en su interior como una lengua de fuego cernía sobre tizones al rojo vivo, era como si le hubiesen echado un balde con agua y aun asi la llama siguiese luchando por su supervivencia en un reducido tamaño que le hacia casi nulo, casi inexistente.

Nego con un movimiento apenas y perceptible, con la mirada fija sobre sus rodillas y el flequillo cubriendo parte de sus orbes y dejando una sombra sobre sus mejillas, no se atrevió a tocar su piel nuevamente, la pintura en sus manos adherida le hacia pensar en lo que era y lo que no, lo que podría ser y lo que dejaba de serlo –no me refería a ahora- le indico hincándose, dejando caer sus sentaderas sobre sus pies, usando sus piernas cual mullido cojín aunque bien sabia que a fin de cuentas terminaría entumido.

-el harte inconcluso no es de los mejores, y planeaba que fueras mi mejor obra- se atrevió a decir quitandoce el flequillo con la mano, manchando asi su rostro con una línea anaranjada y azulosa perfecta, con aquellos dedos alargados y de tácto calido y delicado –aunque si deseas que te plasme ahora en lienzo puedo también hacerlo- aseguro sonriendo de medio lado, inclinándose hacia el para atrapar sus labios con los propios, mordiendo suavemente el inferior al tiempo que se levantaba para ir por las cosas.

Su mente giraba entorno a tantas situaciones que no creía correcto acallarlas todas ¿Cómo saber si aquellos pensamientos estaban bien? El quien siempre habia pregonado aberrar la lujuria caia ahora pecaminosamente en tales pensamientos y no solo aquello sino que propiciaba a su realización desilusionándose al no verles el fin esperado pese a sus esfuerzos que vanos terminaban en un retroceso mas que un avance, se mordió suavemente el labio inferior levantandoce con ayuda de sus manos, marcando asi el suelo con los colores que antes y ahora se fijaban sobre la piel del vampiro. ¿Era acaso ahora tan aberrante como aquellos seres que habia odiado antes?

Abrió finalmente los ojos cuando le escuchó hablar de nuevo y notó que se retiraba para sentarse. No sabía que decirle, porque se debatía en su interior entre dos sentimientos contradictorios, el miedo a finalmente entregarse y permitirle llegar hasta donde nadie había llegado y el deseo demesurado de sentir su cuerpo sobre el suyo, que sus manos siguieran recorriéndole, pintándole y convirtiéndole en una nueva persona.

Porque Anuar no sólo tocaría su cuerpo, Anuar tocaría su alma. Llegaría demasiado lejos y descubriría todos sus secretos. El miedo crecía desmesuradamente, el miedo que siempre había estado allí y por el cual siempre había evitado que las personas le alcanzaran. Pero Anuar había entrado a su vida sin pedir permiso, había empujado la puerta con gentileza y ahora no podría dejarlo salir.

Cerró los ojos perdiendose en el sabor de sus labios, dejandose caer de nuevo en la tentación que estos provocaban, esos besos que le hacían querer olvidar todos sus miedos y simplemente permitirle entrar. Pero el chico se había retirado y levantado y Soren supo que era su culpa, había entendido su gesto y lo estaba... ¿Respetando? SI, eso parecía, porque Anuar nunca le forzaba a nada, siempre le dejaba los espacios abiertos para que fuera él quien tomara las desiciones.

¿Tu tomando desiciones? No me hagas reír Soren. Tu nunca serás capaz de tomar la iniciativa. Siempre necesitarás que te empujen

Se quedó sentado sin moverse, observando los trazos de los dedos del pintor en su cuerpo, sintiéndose más y más idiota con los segundos, sin poder creer que le costara tanto abrirse para él. Precisamente para él.

- Continua...- Susurró empuñando las manos - Con... tu obra - Agregó, de nuevo sus mejillas coloradas como las cerezas maduras, - Sobre... mi cuerpo -

Se levanto andando con pasos achichados y cansinos hacia los estantes donde tenia las cosas, las pinturas mas nuevas y las mejores brochas, relamió sus labios pasándose las manos por el torso, dejándole su camisa antes blanca teñida ahora con aquellos dos únicos colores, quitando los restos de la pintura de sus manos dejándolas expuestas nuevamente, observo entonces las líneas que le surcaban no sabiendo que significaban ¿era verdad que simbolizaban la vida? ¿Qué era capaz de saberse el futuro, pasado y presente por medio de ellas? Las giro observándolas con detenimiento ¿seria la mas pequeña la de la vida o la del dinero?

Revolvio algunas cosas doblándose las mangas de la tela, dejando por debajo de sus codos al descubierto -¿continuar?- le cuestiono agitando un bote con tinta negra y una pluma para escribir esponjada por la parte contraria, blanca y amarilla por los años mismos, como todo lo demás nada era nuevo, nada podia serlo.

Se acerco nuevamente dejando un monton de cosas a un lado, sentandoce frente a el con las piernas en posición de indios con la derecha bajo el muslo izquierdo y la izquierda por debajo de la derecha bajo la pierna del lado contrario -¿tu cuerpo?- le cuestiono tomando la pluma, apoyando su codo sobre su rodilla y sobre la misma su rostro apacible, rozandole con aquel objeto el pecho, bajando hasta sus costados y aun mas hasta su rodilla –yo no veo un cuerpo…- aseguro sonriendo de medio lado al verle manchado de aquella manera ¿Qué pasaría cuando el agua cayera sobre su cuerpo? ¿se borraría lo que habia hecho? Deseaba que no fuese asi egoísmo, deseaba que el mundo se enterase que aquel lienzo era suyo y solo el podia crear o deshacer que nadie mas le tocaria y nadie mas haría su obra sobre el.

-yo veo un lienzo uno bastante bello- murmuro remojando la punta de sus dedos en la pintura amarilla, marcando un camino de puntos por su abdomen hasta su cuello, rozando con los mismos sus labios, con los propios entreabiertos expectante –dime que me quieres- le pidió compungiendo el rostro habia escuchado una posibilidad de amor o una falta del mismo mas un gesto audible como aquel, jamás…

¿importaba acaso que lo dijese? No, podían bien ser mentiras y no sentirlo o, sentirlo y de ser asi no importaba no ser pronunciado ¿Qué le ocurria entonces? No dándole tiempo de contestar introdujo la mitad del dedo en su boca entreabriéndola, jugando con el en su interior con caricias que le humedecieron, intercalo su dedo con sus labios introduciéndose al contacto, como si fuese su aire y sin el no pudiese vivir, era ya algo existencial para el.

( Ay madre de dios! )

¡No quería mirar! Si miraba le daría más verguenza, pero la curiosidad le ganó y siguió con la mirada al chico que traía un montón de cosas entre sus manos y se acomodaba a su lado dejándolas en el suelo de madera, le observó a la espectativa y cuando el chico posó la plumilla sobre su piel se contrajo ligéramente al sentir el metal frío y la punta punzante. Entonces Anuar la había conducido por su pecho, generando un camino largo hasta sus piernas. Una sonrisita se escapó de sus labios porque la sensación de la plumilla le provocaba cosquillas. Mmm cosquillas, algo que había olvidado que existía.

Lo siguiente sensación fue mucho más suave, porque se trataba de sus dedos, unos dedos que dejaron puntos amarillos por su pecho, un camino amarillo viajando hasta sus labios, ahora manchados del mismo color. ¿Él un lienzo bello? Seguro se estaba confundiendo, aunque había escuchado que uno veía a las personas más bellas si las quería. Seguro que para Anuar sería igual. Entonces su petición le dejó frío y le hizo recordar que nunca se lo había dicho. ¿Pero que clase de idiota era que no le había dicho a su pareja que le quería?

- Yo...lo... - Murmuró y entonces el dedo indice de Anuar se introdujo en su boca sin permiso evitándo que hablara, la pintura no le supo a nada para ser francos, pero se encontró chupándo ese dedo ávidamente y sin pensarlo, recorriéndolo con su lengua, cerrándo los ojos porque el gesto le avergonzaba, recibiéndo los labios del chico en determinado momento para mordisqueárlos con deseo, aferrándose al labio inferior sin miramientos, metiéndo su lengua, profanándole la boca, usando su mano para agarrar al chico por la nuca y así atraérlo más hacía él y hacer del beso algo más asfixiante y estrecho. Porque deseaba comérselo en un sólo gesto.

Comer. Haz olvidado comer.

Oh, si, llevaba una semana sin 'comer' porque se había metido bajo la tierra y había ido presisamente al puerto a merendarse a un marinero. Cortó el beso, frunciéndo le ceño ligéramente, odiándose por tener esos pensamientos justo en ese momento. - No te confíes mucho - Murmuró y entonces una sonrisa se dibujó en sus labios, los colmillos apenas asomándose por entre ellos - Podría morderte...-

Apoyo su mano sobre la pierna de Soren mientras le besaba fogosamente, acariciando su lengua con ansias y frenetismo, su dedo húmedo por sus caricias se mezclaba nuevamente con la pintura que manchandolo borraba todo rastro del gesto anterior el cual habia hecho de su pantalón un objeto mas estrechoo.

Abrio los parpados cuando le escucho hablar y frenar el beso ¿Qué no se confiara? Confiaba en el ciegamente y no habia acción algo, por lo menos no que creyese capaz de realizar, para que sus pensamientos fueran diferentes, solo la muerte cambiaria ese aspecto ¿Por qué que seria de esa relación si uno no confiaba en el otro? Se veria llena de incertidumbre, celos que si bien existente no sobrepasaban el limite de lo normal, las ideas viradas al entorno infiel y basto en mentiras le carcomerían por dentro al punto de no poder mas con ello, confiaba en el si, y confiaba en que no le dejaría ver como un idiota el dia que dejase de quererlo se lo diría…

¿y si no le decía que le quería como le diría que dejaba de hacerlo? La cabeza le dio vuelta, trago en seco como si las cuestiones pudiesen ser tragadas también aunque la sensación fue mas parecida a tragar sin masticar un buen trozo de pan –yo se que podrías- aseguro observando su perlada dentadura y por un segundo recordó la de Eric aferrándose a su cuello, se llevo instintivamente la mano a aquella zona donde ya no quedaba marca sino unos diminutos hoyuelos sobre la piel en un tono diferente, que daban a entender que o bien podían ser lunares o marca de una herida pasada.

Pero ¿si no habia dejado a Eric por aquella acción si no lo habia abandonado ante el asesinato como seria capaz de dejar a Soren por una mordida? Le parecía ya imposible, que no existía acto operable que le hiciese aberrarle al grado de pretender alejarse de el, Angeliqué si si algo le hacia a Angeliqué podría considerarle, si le mordía…Dios amparase su relación porque no habia ser por quien pretendiera meter mas las manos al fuego que por ella y en efecto el mismos Soren seria entonces la perdida de dos personas existenciales en su vida.

-¿no has comido cierto?- le cuestiono sonriendo de medio lado de forma amarga el mismo aun tenia su cuerpo en recuperación, la falta de propia alimentación hacían de su recobro algo tardio y tedioso, casi le hacia la invitación de ir a buscar algo mas no sabia ya de antemano que no era capaz de presenciar tales espectáculos no era capaz de escuchar los gritos de suplica piadosa y ayuda histérica y no pretender hacer nada, porque enverdad no pretendía hacer nada ademas aquello implicaría irse de la intimidad de su vivienda.

Sus mejillas ruborizaron suavemente de nueva cuenta por tales pensamientos ¿Qué ocurria? el jamás se habia visto asi de tentado o incitado a cometer tan lascivo gesto, bajo su mirada hasta su ropa interior cerrando los parpados con fuerza ¿qué debia hacer? nisiquiera tenia las bases de haber estado con una mujer, conocia ya el orgasmo Soren se lo habia mostrado ¿y ahora?

Era extraño que un humano no mostrara terror frente a la idea de ser mordido. Recordaba como se le ponía la cara a Gerard frente a la idea, ¡pálido como un papel!, Gerard se hacía el tonto y bromeaba con ello, pero Soren podía sentir su miedo latente, depredadores como él detectaban el miedo en sus victimas fácilmente. Por eso nunca había mordido al joven alumno, aquello sería ir en contra completamente de todos sus principios y valores éticos...pero resultaba tan difícil resistirse a la deliciosa sangre de Anuar. Su condición virgen le daba un exquicito sabor que lo volvía loco, que le hacía temblar de deseo con sólo imaginarla bajando espesa por su garganta.

"Maldita sea. No. Deja de pensar en eso y no dañes el momento. Además mira al chico, apenas si se sostiene en pie, seguro que tampoco habrá comido." Se dijo así mismo deseándo besarlo de nuevo. - Si... - Aceptó frente a la pregunta - Este... como pase tantos días bajo la tierra... no tuve oportunidad de hacerlo - Se quedó unos segundos pensativo, aquello debía sonar terrible para el chico, por muy valiente que fuera, el hecho de alimentarse de una persona no dejaba de ser un asunto desagradable. - ¡Yo nunca asesino a mis presas! - Exclamó de repente como si se estuviera defendiendo de un ataque imaginario y en realidad no era sólo la opinión de Anuar, era la lucha contra su propio monstruo interior.

- Erkki me enseñó a hacerlo - Continua explicando con una voz llena de orgullo - Puedo detenerme y sólo beber lo necesario, a veces cantidades más pequeñas y... con mis habilidades mentales... esas ingenuas creaturas no son nisiquiera conscientes de lo que les ha sucedido - Agregó sus ojos perdiéndose en recuerdos de cazerías en las que planeaba todo tan meticulosamente, que ni siquiera derramaba una gota de sangre por su mentón.

- Si... llegara a morderte - Murmura esta vez más bajito - No sería... por el hambre... - Sus mejillas entonces volvieron a colorearse, esta vez más intensamente, aceptar esas cosas era demasiado vergonzoso...

Le observo sonriendo cuando le grito le molestaba que le alzaran la voz cierto era traia a el recuerdos poco deseados, su diminuto cuerpo de niño tensado y magullado siempre con alguna herida latente en alguna zona claro estaba no visible a ojos de curiosos, las lagrimas bajando por sus mejillas y los insultos aflorando de los labios de su padre siempre cegado por el amor incondicional que le tenia a su pequeña hija menor, a aquella por quien tantos castigos no merecidos habia recibido, por quien en una época desbordaba injurios contra su persona y que después de perderla por la que habia llorad tantas noches en vela habia aprendido y olvidado que las personas debían disfrutarse mientras estaban y no añorarlas cuando se iban.

-no pensaba que fuese asi- le confeso no se habia imaginado a Soren en una escena parecida a la de Eric pero quizá se debía a que no tenia motivos por los cuales estar asi, hasta donde sabia ningun cura habia asesinado a su hermano, ninguna persona se lo habia arrebatado sino solo el y sus ansias de alejarse cuando la soledad y el abandono le carcomieron desde el alma devorando toda alegría en el queriendo ser recuperada por medio de la vida eterna ¿de que estaba hablando? El no sabia nada, el no sabia nada…

-ingenuas creaturas- murmuro riendo y sonriendo de forma inconsciente con la mirada gacha ¿era asi como veía a los humanos? El mismo no podia auto describirse como ingenuo ¿le creía ingenuo? Seguro que no, se lo pensó unos instantes relamiendo sus labios con el sabor de la pintura en ellos, aunque rastro alguno tenia en los mismo sino solo la que habia quedado en la lengua de Soren por su dedo y por el beso habia quedado impregnada en el.

-¿no?- le cuestiono observándole con curiosidad ¿Por qué entonces? Se lo pensó unos instantes estremeciendo al imaginar los colmillos de Soren en su cuello no habia sido lo mismo que sentir los de Eric, Soren habia sido…cuidadoso, el dolor habia sido suplido con un gozo y placer que hacian hablar de aquello un tabú por un segundo y solo uno deseo de nuevo aquella sensación. Apoyo sus manos sobre el suelo arrodillándose hacia enfrente, acercando su rostro al de Soren para rozar sus labios al hablar.

-yo creo que seria por hambre…por otro tipo de hambre- murmuro sonriendo, dejando entre ver su perlada dentadura pocas eran las veces que la curvatura de sus labios permitia observar de hito en hito sus dientes –se que quieres morderme ¿Por qué te contienes?- le cuestiono quitándole el cabello de la frente, observando su rostro colorido con detenimiento, sus azulados orbes resaltaban en aquel lienzo anaranjado.

Bajo sus labios por su cuello, besándole aun por sobre la pintura, sintiéndola amarga y quedando sobre sus labios aquella misma tonalidad, rozando con su otra mano su abdomen –no quiero…que dejes de hacer nada por mi- aseguro casi pidiéndoselo rozando con sus labios y nariz su esternón.

Una vez más el chico no parecía asustado eso era bueno ¿En serio era bueno?.

Soren, acéptalo, que Anuar no te tema de hace sentir inseguro y preferirías que el chico te temiera para poder tener el control.

Parecía encontrar gracioso todo aquello de la cazería y el que él le llamara creaturas, ¿Le veía Anuar como a un igual? se preguntó y la presión de cumplir con ese canon de humano se hizo aún más fuerte. Quería cumplir todas las espectativas de Anuar, quería ser el humano perfecto que el chico se mereciera. Debía dejar atrás al monstruo, esconderlo muy recónditamente en su interior para que Anuar nunca llegara a conocerlo.

- Así es... es otro tipo de hambre - Murmura sintiéndo las cosquillitas que el aliento tibio del chico provocaba sobre sus labios - Beber sólo por alimentarse es simplemente eso, una necesidad fisiológica ligada al instinto, es algo vacío de significado - Concluye sorprendido de si mismo al poder dar una respuesta contundente y lógica en ese tipo de situación.

¿Porque se contenía? ¿No era obvio? Porque no quería que Anuar tuviera que soportar ese tipo de cosas, era aberrante, anti-natural, quería ser la persona idónea, el humano que el pintor buscaba, no un monstruo maldito que le dejara marcas en su delicada piel cada que se encontrasen. Correspondió el beso sin poder responder a la pregunta, pues los labios de Anuar ya estaban sobre los suyos, sus brazos rodearon el cuerpo del chico, manchando algunas partes con la pintura fresca aunque parte de ella se había secado ya.

- ¿En... serio? - Murmuró cerrándo los ojos anticipando las caricias sobre su adomen y deseando que fueran a parar sobre su ropa interior. - Yo... quiero convertirme en la persona... perfecta para ti - Susurró, tragándo saliva, no queriendo mencionar lo del monstruo, queriendo dominar con su consciencia el deseo de morderlo - Cuando vuelva a morderte - Continuó acariciando con sus manos la nuca del chico, metiéndo los dedos por entre su cabello - No será sólo sed o hambre o necesidad...no estará vacío de significado... tu eres demasiado valioso -