Lienzos del alma [Soren+18]

Recuerdo del primer mensaje :

¿Era adorable? ¿eran los celos adorables? Sonrio de medio lado confundido con su palida mejilla pintándose de rojo en la zona en que suavemente le habia pellizcado –eres el único que piensa eso- aseguro en voz baja colocando sus pies sobre el suelo y avanzando algunos pasos para acoplarse nuevamente a sentir la rigidez del suelo bajo el, andar sin necesidad de los brazos de Soren rodearle o cargarle por defecto mismo.

Comenzó a subir los escalones por detrás del vampiro deteniéndose cuando este se volteo a verle diciendo aquello, sus ojos se iluminaron de una forma inusual como por hogueras alzando detrás de ellos, una sonrisa crispo sus labios al tiempo que subia el escalón tomandole por la cintura, besándole con rapidez y sujetando su mano para seguir andando a zancadas por las escaleras ¿la persona que mas le importaba?...la mas importante -supongo entonces…que si le vuelvo a ver me disculpare e intentare ser mas amable- aunque fuese aquello contra su naturaleza lo haría porque si a Soren tanto la importaba no podia llevarse mal con el, no seria justo.

Coloco su mano sobre la perilla girándola mientras la puerta rechinaba por el peso de la misma moviéndose sobre los soportes, asomo el cuerpo al interior observando el lugar iluminado por los platinados rayos lunares que se colaban por la puerta de cristal que daba al balcón de la galería -¿Lit?- cuestiono en voz alta y a la expectativa, ningun ruido, ningun maullido, eso significaba que no estaba, suspiro aliviado tirando con suavidad de la mano de Soren para cerrar la puerta con aquel orificio en la parte baja para el felino que vivía con el, aquella mujer que optaba por su aspecto mas diminuto.

El lugar falto de cualquier cuadro colgando sobre las paredes o arrumbado en alguna parte del suelo, vacio ahora, anduvo con tranquilidad hacia la habitación falta también de algunas pertenencias no del todo relevantes habia mantenido un lienzo y solo uno para una idea que le habia atormentado por noches enteras, le solto abriendo la puerta de la habitación sacando una caja de debajo de la cama, tomándola entre sus manos y colocándola sobre la cama para empezar a regar todo sobre esta, las calcetas cayeron a un lado, una camisa blanca al otro, varios chalecos, grises y negros aquí y alla -¿solo te quieres cambiar las calcetas?- le cuestiono suponiendo que no tenia demasiada ropa para prestarle.

Suspiro pasandose una mano sobre la frente, alborotando su flequillo, desabrocho aquella especie de chaleco con mangas con tranquilidad sintiendolo frio por la humedad adquirida.

¿Era tan poco obvio que tenia preguntar? ¿o era tan sorprendente que debía rectificar? Lo pensó unos instantes antes de asentir sin pronunciar palabra alguna un tanto desconcertado por su reacción ante el regalo que acababa de presentarle –supongo…- murmuro enarcando una ceja en un gesto invisible, paso sus manos por su cuerpo limpiando el sudor y pintura que tiñeron sus manos y las dejaron brillar.

Le escucho levantándose con rapidez prácticamente de un salto que no estaba seguro de haber hecho si Soren le hubiese visto de frente, anduvo hacia el abrazándole por la espalda, apoyando su mentón sobre su hombro rodeando con sus brazos su estomago completamente, no estrechándole contra si mismo sino solo apoyándose en el como quien se apoya de un monumento que en letras bien grandes se deja leer “no tocar” y aun contra la ley lo hacia claro estaba, guardando siempre el cuidado de no tumbar o romper aquel bien de la sociedad.

-no lo eres- murmuro nisiquiera importarle si son motivos eran acertados o no para decir aquello porque quizá fuese torpe, descuidado, algo voluble y con un humor demasiado extraño pero, imbécil no era y bien lo sabia –a mi me enseñaron a no decir mentiras- sonrio contra su piel rozando con sus labios su mejilla, ubicando una mano sobre su mentón para virar su rostro, soltándolo con lentitud para encaminarse hacia el estante antes señalado.

¿con que facilidad andaba ahora por la habitación desnudo? Con que facilidad…tomo el alhajero y bolsa negra entre sus manos, aquel objeto pintado a mano y trabajado con la mas fina porcelana existente en Rumania por aquellos años importada muy seguridad y trabajada por la mejor mano de obra, a su madre le gustaba tener sus cosas en orden y de forma pulcra se notaba en el buen estado de aquel objeto herencia perdida -toma- le indico dejándolo sobre la cama.

Soren nunca había sido temperamental, nunca había sido de esas personas que cambiaban de humor con la misma facilidad que el clima, su humor era por lo general estable e imperturbable, ¿Entonces porque de repente se sentía tan miserable luego de haber ido al paraiso en un par de minutos? Se estaba volviendo tan vulnerable como un adolescente, ¡que cosa más terrible!.

Sintió los brazos de Anuar rodeándole por la espalda y luego posándose en su estomago, la presión de su barbilla en su hombro y la incipiente barbilla le hizo cosquillitas, ahora lo que sentía era verguenza pura. Pero no por estar desnudo o por haber expuesto sus sentimientos de esa manera momentos atrás en la cama, sino por haber escapado de los problemas dejándo a Anuar para responsabilizarse de lo que él mismo había propiciado.

Porque había sido él quien había atacado a Eric, había sido él quien había perdido el control, era su culpa que el decano hubiese presenciado aquello y era su culpa la ausencia de una semana de clases por escondese como un ermitaño.

- Eres demasiado dulce - Murmuró como respuesta a lo que dijo el chico - Simplemente no puedo creer que hayas hecho algo así por mi - Agregó abatido y girándose gracias a la acción del chico para recibir el beso, entonces lo vio caminar hacía el cofre y ofrecérselo. Lo tomó torpemente en sus manos, como si se tratara de algún objeto divino que no pudiera ser tocado por sus manos.

- No se que decir... simplemente no puedo creer que hayas hecho esto - Continuó negándo con la cabeza y sentándose de nuevo en la cama con la reliquia en sus manos - Yo... me escondí bajo la tierra buscando escapar de todo... pero tu... tuviste el coraje de hacer algo como esto - Volvió a negar con la cabeza. - Muchas gracias...no tengo como agradecerlo, no se que hacer -

¿Dulce decía el? No lo creía no ni el mejor de los casos era siquiera amargo mas bien le parecía que si alguien llegaba a probarlo en su paladar seria salado o insípido dado el caso dulce, dulce no era la forma en que se veía a si mismo -¿por qué?...- le cuestiono curioso ¿esque acaso no estaba acostumbrado a que la gente hiciera cosas asi por el? El mismo no lo estaba pero por Soren podia hacer eso y mucho mas.

-¿el coraje?- repitió sonriendo riendo por lo bajo mientras se sentaba observándolo, preguntándose cuanta verdad habia en aquellas palabras y cuanta mas falsedad quizá no queriendo mas si estando quizá confundía el coraje con la valentía aunque no habia sido tampoco la valentía lo que lo habia impulsado a hacer aquello era algo mas parecido al cariño y la preocupación quizá la torpeza misma.

-yo si se que harás…iras a hablar a donde trabajas y solucionaras todo, te corran o no no debes huir mas de eso, los problemas nos persiguen cuando no los solucionamos- le explico aunque suponía que el bien sabia y decirlo en voz alta solo hacia pensar en lo ya conocido –solo tomalo y asiente- sonrio ampliamente desviando la mirada hacia la ventana –no estoy seguro que a alguien le interese el alhajero…pero es una pieza de arte…supuse que se veria mejor en tu tienda que aquí- observo el lugar en derredor una habitación ahora vacia, con una cama y estantes una cocineta improvisada y un baño con una puerta rechinante.

¿Debia ya vestirse? No estaba seguro suponía que si mas no deseaba hacerlo ¿era alguna clase de loco exhibicionista? Esque la desnudez no importaba ya se sentía mas libre de aquella forma que con las ropas encima aunque suponía que aun vestido su alma seguiría desnuda ¿seria cierto? No estaba seguro de querer comprobarlo.

Asintió con la cabeza rápidamente a todo lo que decía, como un niño que ha se ha estado portando mal y es regañado por su madre y ahora se encuentra dispuesto a rectificarse. El humano tenía toda la razón, debía regresar y hablar directamente con el director, debía presentar unas disculpas formales en una carta como era el protocolo y afrontar el resultado como un hombre.

- ¿Estás seguro que quieres que venda esto en mi tienda? - Murmuró con el alajero aún entre sus manos - Es tan bonito... preferiría quedármelo yo - Agregó torciéndo la boca en una media sonrisa, observó, sintiéndose más tranquilo aunque aún tuviera un enorme problema por delante - Nunca te he dicho... porque vine a Paris ¿verdad? - Comentó dejándo el alajero cuidadosamente en la mesita de madera al lado de la cama.

Estiró una mano y agarró la de Anuar y le haló para que se acercara, para que se sentara a su lado en la cama revuelta - Antes estaba en Estocolmo... estuve trabajando allí en un mismo lugar po mucho tiempo... alrededor de unos 50 años o más - Comenta comenzando a jugar con los dedos distraidamente - Era... algo asi como un ayudante del sherif vampirico... por decirlo de una manera burda... hacía el trabajo sucio - Suspiró desviando la mirada hacía los dedos de sus pies - para proteger los intereses de los de mi clase... para ser honesto no tenía experiencia como profesor, esta es la primera vez que me dedico a esto... -

Se giró porque sintió el impulso de besarlo y así lo hizo, atrapó sus labios con los suyos y le besó lentamente, disfrutando del gesto sin ningún apice de lujuria - Haré todo lo que dices, mañana buscaré al director, porque tu... me has mostrado un valor del cual yo carezco - Finalizó separándo los labios.

Le observo encogiéndose de hombros con tranquilidad como si aquel objeto en verdad no valiese mucho cuando valía demasiado quizá no para todo el mundo pero era un recuerdo tangible de lo que su madre había sido, una mujer cuidadosa, de meticulosas decisiones y sumisa aquella sumisión que le había impedido defenderlo cuando la había necesitado y que mas sin embargo no le culpaba por ello porque la amaba si, la adoraba mudamente.

-puedes hacer lo que quieras con el, es un regalo tómalo como tal- algo de aquello le había contado en el parque de diversiones cuando habían ido mas no había dicho demasiado, después tendría que matarlo, eso le había dicho y había reído después. Dejo que tirase de el corriendo su cuerpo por encima de la cama hasta chocar su pierna contra la piel ajena no se había percatado sino hasta aquel instante de la nula densidad del vello sobre su cuerpo, llevo una mano a su mejilla por reflejo, rozándola, no tenia que afeitarse demasiado a menudo banalidades de las que comenzaba a darse cuenta y que mas sin embargo no tenían peso sobre su vida diaria sino solo por curiosidad pensaba en ello.

Le escucho con suma atención ¿sheriff? ¿entonces le habían disparado antes a personas...o vampiros? Lo pensó unos instantes encogiéndose de hombros internamente podría haber sido un asesino en serie y eso no cambiaria ni un palmo lo que sentía por el porque no era importante el pasado no demasiado sino el presente, lo que uno era y hacia, lo que se pensaba y callaba, las cosas que se demostraban y las que no, Soren, Soren era importante.

-supongo que eras un buen profesor...cuando mínimo uno de tus estudiantes te aprecia bastante- le indico sonriendo de medio lado ironizado, le quería tanto como para llegar a amenazarle. Se dejo besar moviendo los labios con suavidad para corresponderle con aquella delicadeza que le caracterizaba por aquellas manos de mujer por quien nadie llegaría a amarle...eso a voces de su padre, sonrío esta vez de una forma sincera "te has equivocado padre"

-no se llama valor Soren fue sencillamente aprecio y preocupación- le indico besando su mejilla nuevamente.

- Eso es verdad - Comenta luego del beso - Gerard me aprecia... dijo que me consideraba más que un profesor, un amigo - Sus ojos se perdieron de repente en el recuerdo de esa noche loca de alcohol y charlas bohemias - Luego de que te fuiste del café, regresé con él a casa y Gerard compró mucho alcohol, casi como para un batallón - Comentó con una sonrisa confidencial - Nunca había bebido en mi vida, además con mi condición es más difícil estar ebrio, a no ser claro que se beba directamente de la sangre de una persona que previamente ha consumido mucho alcohol - Hizo una pausa y comenzó a jugar con los cabellos de Anuar, metiéndo los dedos entre las hebras rojizas.

- Por supuesto no bebí de él... beber de una persona puede ser algo burdo y banal como también puede ser algo demasiado intimo... cuando entré a la Universidad como catedrático, me prometí a ti mismo que no bebería nunca de un alumno - Dejó escapar otra risita - Así que bebimos y bebimos irresponsablemente como un par de adolescentes y finalmente logré emborracharme luego de casi 4 botellas enteras, de cualquier modo, en ese estado de embriagues... al parecer es más fácil hablar y expresar lo que uno siente... el joven Gerard me dijo que me veía también como su amigo -

HIzo una pausa percatándose de que estaba hablando demasiado de él y que no dejaba espacio a Anuar, se rascó la cabeza desviándo la mirada al suelo.

- Perdona hablo demasiado... me pasa siempre contigo - Murmuró revolviéndole el cabello de fuego al humano - ¿Que me cuentas tu? ¿que hiciste desde la última vez que nos vimos? cuentame sobre tu vida -

Escucho todo lo que le decía sin asentir ni moverse, sencillamente prestando atención a lo que tenia por decirle las maravillas que a continuación aflorarían de sus labios hablando de tan inusual pintor porque en sus ojos se reflejaba la vida que pocas personas parecían aun tener, regocijaba en aquel elixir de ensueños, con un mundo de nubes comestibles de esas nubes que guardaban los sueños de otros volviéndose cada vez mas grandes, mas blancas y acolchonadas, parecía vivir en una de aquellas nubes y mientras el mundo decayese mas el se engrandecería.

Oh Dios que pensamientos eran aquellos productos de el mas ruin de los celos habidos y por haber ¿celos? Jamás había sentido algo asi por lo menos no en la medida que ahora le consumía, como un humo negro que se cernía en su interior parecía nublarle las pupilas, despidiéndolas de esas como columnas densas que no pudiendo escapar del lugar terminaban encerrándolos, sofocándolo y asfixiándolo.

Vaya ebrio no se había equivocado al verle, juzgar, prejuzgar ¿desde cuando hacia el eso? Desde que los celos le orillaban a hacerlo mas motivo alguno había para aquello ¿no estaba con el? ¿no había preferido pasar la noche consigo antes de ir a explicarle todo al pelinegro? Irle a explicar todo a la casa que el no conocía y no porque no quisiese no sino porque Soren lo había impedido ¿Qué pensaba? ¿Qué locuras estaba pensando? Cerro los parpados intentando alejar aquellos pensamientos que serian su fin, lo serian.

Gerard era un alumno, un amigo que vivía con el, una persona por la que se preocupaba y en quien confiaba y el…el era su pareja y la persona a quien amaba ¿amar? No no le había dicho semejante cosa le había dicho casi en un rezo que era su mundo, su religión, su hogar y no recordaba mucho mas solo el había logrado pronunciar aquella palabra de ultratumba que solo los valientes o cobardes eran capaces de pronunciar.

Sonrió de medio lado observándole cuando este revolvió sus rojizos cabellos que mas parecían tela exótica de alguna parte de Arabia –me alegra que tengas amigos- aseguro en voz baja no mintiendo le alegraba cierto era, le alegraba, le alegraba quizá si lo repetía los celos se esfumarían aquel abismo de celos insensatos ¿debia hablarle sobre Eric? ¿debia decirle sobre el crimen al padre? No, no podía involucrarlo en algo asi mas bien sabia que las mentiras a fin de cuentas traian solo problemas, todo fuese por mantenerle a salvo.

-te dije que encontré a Angeliqué- aseguro sonriendo viendo ningún punto fijo en el suelo sino solo perdiendo su mirada en el –creo que no sabes como fue que la perdi…no tenia el valor de contárselo a alguien en voz alta…seria vivir demasiado el recuerdo mas ahora, ahora que esta suena como una mala pesadilla…una que e logrado superar- le explico parpadeando para proseguir con su narrativa, las imágenes parecían agolparse frente a sus pupilas contrayéndolas sentía la sangre punzar en sus sienes como aquella noche.

-habian pasado pocas semanas del cumpleaños catorce de mi hermana estábamos en casa nosotros y mi madre, padre estaba trabajando…para poder cumplir los caprichos de su hija- sonrio y rio, rio como si realmente aquello pudiese ser en algún momento gracioso mas le parecía aberrante –forzaron la cerradura no nos lo esperábamos…escuche el grito de mi madre y corri…pensé que buscaban solo dinero…quizá que se llevarían algunas joyas mas cuando equivocado podía estar- su voz se hizo pesada como si comenzara a costarle trabajo respirar agobiando por los fantasmas del pasado –su belleza los embalsamo…yo…yo no pude hacer nada, lo intente juro que lo intente- parpadeo conteniendo las lagrimas –me hicieron observar como aquel dia su infancia se acababa y se las llevaron…no volvi a saber de ellas hasta hace algunos días…a la vida le gusta aveces regresar lo que a quitado- susurro pasándose el dorso de la mano por el rostro con rapidez.

Los celos, los celos habían sido suplidos por un dolor indescriptible contarlo en voz alta era solo hacerlo mas verídico mas Soren merecía saber tenia tiempo ya deseando contarle aquello, dolor que se apaciguo al recordar, que la había perdido y recuperado y no la dejaría volverse a ir -creo...que es buena idea que la conoscas...quiero que la conoscas- deseaba poder tener a esas dos personas importantes en su vida en equilibrio que se llevasen bien, era un soñador ¿qué se le podia hacer?

Ahora que lo pensaba, el pobre Gerard debía estar preocupadisimo por su ausencia sin explicación, aunque en ningún momento acordaron que tenía que contarle todo lo que hacía, sin embargo se habían prometido (ebrios claro está) que confiarían el uno en el otro, esperaba de corazón que el chico estuviera bien y que ese otro vampiro no le hubiese encontrado en su ausencia o no se lo perdonaría. Anuar parecía mucho más tranquilo, aquello celos que había mostrado cuando venían desde el puerto, parecían haberse esfumado.

- Es algo nuevo para mi - Aclara con una sonrisa - Nunca he tenido amigos humanos... pero es agradable - Concluyó sintiéndose extrañamente feliz, la preocupación por su despido, se había disuelto ahora sólo tenía ojos y oídos para su pintor.

Escuchó la historia y su rostro se fue desencajando y convirtiendo en una mueca angustiada, Soren no era bueno guardando sus sentimientos, aunque la mayoría del tiempo intentaba no mostrar lo que sentía, generalmente su rostro mostraba sus estados de ánimo e intenciones fácilmente, así pues que su rostro se transformó notablemente conforme Anuar hablaba. Tragó saliva intentando ponerse en su lugar ¿Y si algo como eso le hubiese pasado a su propia hermana Annika? ¿Que habría hecho él? Habría enloquecido seguro, parpadeó y sus ojos se llenaron de admiración. Anuar era simplemente increíble.

- Siento mucho lo de tu hermana, pero me alegro enormemente de que halla aparecido de nuevo en tu vida - Exclamó bordeándo con sus brazos la espalda del chico, atrayéndolo contra él en un abrazo, aspiró el aroma de sus cabellos mezclados aún con el aroma del sexo, recordándole todo lo ocurrido en cuestión de segundos - Debe ser una niña dulce y agradable como tu, seguro viene de familia - Bromeó besándole por detrás de la oreja, luego retiró el rostro y lo miró a los ojos - Será un placer conocerla -

Besó el puente de su nariz tomando el rostro del chico entre sus manos, le apretó las mejillas haciéndo que su rostro se deformara graciosamente - ¡Que hermano más guapo! debió pensar eso cuando te vio - Tonteó estirándole esta vez las mejillas.

-si es agradable- sonrio porque el siendo humano tenia pocos allegados a los cuales sin temor de errar podia llamar amigos y algunos a quienes no habia visto hacia tanto que se preguntaba si aun podia darles tales títulos y conocía ademas la amistad que se podia formar con un ser vampirico, uno que y pese a necesitar la sangre que corria por sus venas habia decidido protegerle si, dos ahora tenia dos amigos de aquel calibre, Eric y Soren.

Su relato comenzó a tomar forma mientras sus labios describían sus pupilas le remontaban a aquella noche por las imágenes se habían fundido en su memoria para jamás ser olvidadas recordaba aun el manchon de sangre sobre el cuelo habían intentado quitarlo, borrarlo mas olvidarlo era una idea aun mas inaceptable que verle todos los días habían optado pues por cubrirla con un tapete y quizá la comparación no era tan metaforica.

-no estoy seguro…a cambiado demasiado ya no es la niña que yo conocía- murmuro sonriendo de medio lado apoyándose contra el como si pretendiese encontrar en sus brazos la fuerza para seguir hablando para no derrumbarse y quedar ahí, incapacitado de narrar mas nada “dudo…que si hubieses conocido a mi padre pensaras eso” pensó no atreviendo a pronunciarlo porque la conciencia le carcomía era el quien habia dejado al hombre que le engendro solo ¿y si cuando fuese viejo nadie estaría en su lecho de muerte? ¿Quién se percataría de su ultimo aliento de vida? ¿Qué mano le sujetaría para llegar a la luz? Le habia dejado solo…

Entrecerro los parpados cuando aplasto sus mejillas como su tia cuando era menor, lo pensó unos instantes y al final bajo la mirada no se creía realmente atractivo ¿Quién decidía aquello? -quiero…quiero que sepas algo de ella- le indico no sabiendo si debía decírselo o no su razón le dictaba que si su sentido que le estaba traicionando –es cortesana…-le indico no sabiendo que mas decir o callar ¿debia decirle que no podia verla como a un objeto? ¿Qué y pese a sus movimientos que el mismo habia notado no podia observarla? No solo no podia tocarla ni morderla…claro estaba ¿debia decirle que cualquier ofensa hacia ella seria una ofensa hacia si mismo? No estaba seguro. Porque el el habia aberrado toda su vida a esa clase de personas, las personas por quienes la habia perdido en primera instancia y ella, ella se habia vuelto una de esas personas.

Las personas cambiaban, especialmente los humanos que crecían con el tiempo, podía imaginar como habría sido de sorprendente para Anuar haberse encontrado con la chica de nuevo, debía verse muy distinta a como la vio por última vez. Él nunca había vuelto a ver a su familia y siempre se quedó con el remordimiénto de consciencia de nunca haber ido a verles aunque sea escondido desde algún lugar. Era un mal hijo, su padre y madre debieron haber estado decepcionados de él durante toda su vida.

Parecía bastante consternado con lo que iba a decir y entonces lo reveló, era cortesana. Soren no supo que hacer o decir en el momento, una cosa era visitar a una cortesana sólo por una noche, otra muy distinta era que una de ellas fuera parte de tu familia. Para nadie era un secreto el tipo de maltratos y peligros a los que estaban expuestas, (además de enfermedades), pero las cosas parecían carecer de importancia cuando no te involucraban directamente.

- Supongo que... sus razones tendrá para ejercer ese oficio - Comentó al fin luego de una pausa - Tengo una amiga... - Comenzó siendo consciente de que nunca le había hablado de ella a Anuar - Es también una cortesana... la conocí por azares de la vida en un restaurante, hablamos de poesía y del amor y me enseñó cosas que yo nunca creí jamás que llegaría a conocer - Explida mordiéndose el labio - Se llama Claire Delacroix, ella... me enseñó a ver las cosas desde otro punto de vista, cuando estaba vivo mi padre engañaba a mi madre con cortesanas y quisieron llevarme con ellas cuando cumplí los 16 para convertirme en un hombre -

Suspiró largamente recordando todas esas cosas de su niñez y adolescencia, nunca le habían gustado las cortesanas, pero odiaba más la hipocrecia de su madre quien aparentaba que nada pasaba en las fiestas elegantes en el castillo - Ven aquí - Murmuró halándo de Anuar de nuevo y recostándose en la cama, empujándole por el brazo para que se acostaran a su lado.

- Más importante que el trabajo que ejerza - Continuó diciéndo - Sigue siendo tu hermana y debes demostrarle lo mucho que la quieres, porque tienes la oportunidad de hacerlo, yo daría lo que fuera por volver a ver a mi hermana Anikka y decirle todo lo que nunca fui capaz -

-sus razones…sus razones fueron no querer buscar otro modo de subsistir- murmuro ofuscado por no lograr comprender aquello ella era una niña, que usaba vestidos holgados y el cabello suelto adornado con flores silvestres y un suave olor a fresas, una pequeña que le seguía por el prado corriendo detrás de el con aquella risa melodiosa que solo esperaba no hubiese perdido ya ¿la juzgaba? No podia no a ella, debía suponer que aquellos años de estar separados le habían obligado a aquello, no era una “vocación” que pudiese haber elegido a conciencia y aceptación no debía ser asi.

Escucho mas sin inmutarse ¿Qué clase de hombre era el que visitaba a dichas mujeres de la vida galante? Siquiera hombre debía llamarse un cerdo de la naturaleza ¿y que clase de mujer era aquella que permitía tales ultrajos? Una que debió haber tenido una infancia desdichada y una infeliz vida quería suponer, buscar una lógica para tales vendimias un porque a la cuestión a la incógnita que no existía.

Se recostó a un lado de el aferrándose, apoyando su rostro sobre su pecho con el ser compungido –lo se…no me permitiría volver a perderla…no podría vivir sabiendo que la encontré y la perdi suficiente tengo con una vez- sus labios se cerraron sobre su piel besándole con suavidad, acariciando su costado con su brazo pensando, pensando…

-solo no comprendo…fueron esa misma clase de personas que ahora se hacen llamar sus clientes quienes la alejaron de su hogar…eso no cambia el cariño que por ella siento pero me impide verla como aquella niña que conocía- comprender habia sido siempre parte de su modo e defensa si comprendía podia razonar, tener una conclusión y contestar dado el caso si el raciocinio no le era suficiente debía atenerse a dado el caso escuchar y asentir.

Pensar en lo que hacia con aquellos hombres le revolvía el estomago de una manera que oscilaba en lo inhumano era un mar de cólera, vergüenza, pena, desilusión, culpabilidad y cuanto sentimientos mas cupiesen que le encogían el pecho -¿Qué hare el dia que alguien me diga que a estado con ella?...no podre Soren…no podre contenerme- le explico revolviéndose en su lugar.

Se quedó escuchándolo, pasándo el brazo por debajo de su cuello para poder abrazarlo, no queria sonar como que justificaba a Angelique por haber escogido ese destino, pero en esos tiempos una mujer sola y sin estudio no podía dedicarse a otra cosa, muchas mujeres terminaban prostituyéndose porque simplemente no podían sobrevivir de otra forma, eran más bien pocos los trabajos que una podía ejercer y quizás la chica había pasado por muchas necesidades en ese tiempo en que había desaparecido.

- Es difícil para una mujer encontrar trabajo en estos tiempos - Comenta intentando que su voz sonara tranquila - Siempre ha sido igual... puede que haya pasado por cosas que la hayan hecho tomar esa desición ¿Te ha dicho algo? - Preguntó sintiéndo sus labios sobre su pecho. Bajo otra circustancia ese gesto le hubiera encendido y otro tipo de pensamientos habrían aparecido en su mente, pero realmente le impactaba el hecho de que su hermanita hubiese aparecido y más en esas circustancias.

- Anuar... - Murmura girando su rostro para besar su frente donde iniciaba el cabello de fuego - Mañana hablaré con el director Queen sobre mi trabajo y haré lo posible para no perderlo, sin embargo en caso de ser así, sigo siendo un vampiro, podré arreglármelas fácilmente si no sigo las reglas humanas... lo que quiero decir es que... - De repente se calla ¿Que estaba a punto de decir?.

De repente estaba pensando en un 'nosotros' y no sólo en si mismo, estaba apropiándose de los problemas de Anuar como suyos para buscarles una solución ¿Y no era lo mismo que había hecho Anuar?, ahora era su turno de demostrar que aunque era un imbécil podía aprender de sus errores. Haría lo que fuera por no volver a ver esa expresión angustiada de su pintor.

- Podrías pedirle que viniera a vivir aquí en tu piso y... ella no tendría que trabajar, si dejo de ser profesor, tendré mucho más tiempo libre y podré ayudaros a conseguir dinero para que ella pueda vivir dignamente - Finalizó cerrándo los ojos aún con los labios sobre la frente del chico.

Puedo hacerlo, puedo hacerlo, ¡claro que puedo! si con eso consigo verle sonreír...

Mente, corazón y cuerpo se debatían -¿esque no han llegado a una conclusión?- los escuchaba ya en un divertido monologo –no hay conclusión existente no debería siquiera pensar en ello es su hermana y nada mas necesita para amarla- el órgano habia hablado -¡mentiras! Sabemos bien que no podemos darnos ese lujo ¿Qué vendrá después? Quedara embarazada de un fulano, perdería toda dignidad no hemos pensado en la integridad de nuestro chico- sonrio ante el debate que se llevaba acabo en su mente – o pero el placer señores ¡el placer la a movido! Y es comprensible ¿Quién sino es humano? Esque tu nos limitas demasiado- su dedo invisible apuntaba a mente quien indignado comenzó a hacer sus maletas -¿yo? Por mi esque seguimos con vida ¿Qué hara este inepto? Entregarse por un falso amor…quiero verlo, ha quiero verlo- dos quedaban ya –todo amor es verdadero- asintió –todo amor es traición del cuerpo- y de pronto cuerpo, mente y corazón le abandonaron haciéndole sentir vacio.

-no la justifiques…se bien que debió haber sido duro para ella no necesito que me lo digas…solo me hace sentir como un mal hermano- murmuro con un nudo en la garganta estrujándole hasta la asfixia –no demasiado…no quise hablar de eso- aseguro en un tono inaudible temeroso de que el viento volase sus palabras a oídos ajenos.

Le escucho levantándose con rapidez observándole con sorpresa, negando con agilidad –hablaras con el director si, pero recuperaras tu trabajo y en dado caso que no sea asi no dejare que te enlies en esto…nada de lo que hagamos va a cambiar su decisión…lo ha dicho ya-le indico apoyando sus manos sobre sus mejillas –gracias- murmuro sonriendo de medio lado no sabiendo que mas decir o hacer deseaba sacarle de aquella zanja en que ella misma se habia metido y no asi deseaba involucrar a Soren en ello, quería volverlo parte de su vida pero no de sus problemas.

-agradezco tu preocupación pero primero hay que solucionar lo de tu trabajo- le indico deseando que no perdiera su trabajo que pudiera hacer eso que quería y si bien no recibiría ya su ayuda el podría arreglárselas porque toda su vida se las habia arreglado solo ¿era ahora diferente?...si porque no tenia ya nada que vender, la renta del piso estaba por ser reanudada, el espacio limitado ¿en que mas podría trabajar? Como terrestre quizá mas su escualito cuerpo no le permitían hacer aquello pensaría en algo, si lo haría.

- N..no fue mi intención que sonara así... - Se disculpó un poco sorprendido por la reacción de Anuar, debía querer mucho a su hermana para que su siempre impacible y ciertamente inexpresivo semblante cambiara de esa manera, mostrando evidente molesta en cuestión de segundos. Debía ir con cuidado si no quería crear un caos innecesario, lo menos que quería era pelear con la persona que momentos atrás le había hecho conocer el paraiso.

- Esta bien... - Murmuró asintiéndo con su cabeza varias veces - Lo que tu digas - Agregó y dejó escapar un buen bostezo en donde sus colmillos se pusieron en evidencia, ¿Quien era él para saber que le convenía a la hermana de Anuar? Apenas si la conocía y no era suficiente para pretender que podría hacer algo para cambiar esa situación. Se quedó callado acariciando el hombro desnudo de Anuar distraidamente por lo que pareció mucho tiempo, observándo la plateada luz de la luna que se filtraba por la ventana, dándole al lugar y sus objetos un melancólico resplandor.

Dos veces había estado en esa misma habitación y dos veces había hecho a Anuar alcanzar un orgasmo, parecía mentiras que esas cosas le hubiesen ocurrido presisamente a él. ¿Cuantas más ocaciones estarían por llegar? Se preguntó, le costaba pensar en el futuro porque nunca lo hacía. Cuando uno no tenía que preocuparse por morir, no tenía que ir de prisa para aprovechar el tiempo.

- ¿Y como es ella? - Preguntó luego de su larga pausa - ¿Como la encontraste? - Continuó sin mirarle, con la vista perdida en algún punto de la habitación - Cuentame los detalles -

Sus mirada se perdió en algun punto de la habitación que le remonto a su niñez a cuando felizmente podia correr por los prados con su hermana detrás de el, cuando la vida era fácil y el cielo no parecía querer caer encima de el como empeñado en hacerle caer, mas fácil seria voltear su mundo y tropezar entonces, entonces se perdería en la inmensidad del basto cielo sin una ubicación, sin un porque.

Sentia su frio tacto sobre su hombro y era aquello lo único que lo mantenía aun en la realidad era aquello lo que le impedía perderse en sus pensamientos y quizá no lograr encontrar el camino de regreso porque era tan fácil perderse en uno mismo perderse cuando se pretende encontrar –ella…yo no creo que nos parezcamos- le indico pues era lógico pensar que siendo hermanos llegarían a tener similitudes aunque mas diferencia que rasgos en común poseían.

-estaba caminando…y una joven se me acerco pidiéndome…creo que me pedia un encendedor- murmuro pensando creía que asi era aunque no recordaba bien mas impresionado habia estado por el parecido con aquella que habia dejado de ver años atrás que por lo que sus labios pudiesen decir o no –encontro el camino de regreso- murmuro sonriendo de medio lado observando aun ningun punto.

-no hay mucho mas que decir solo que me alegro de haberla encontrado- asevero entrecerrando los parpados exhausto por todo lo vivido y lo que les quedaba por vivir, su respiración se apaciguo aunque luchaba por mantenerse despierto, por reprimir los bostezos y mantener los pesados parpados abiertos –tambien me alegro de haberte encontrado a ti- le indico aferrándose a el casi de forma inconsciente comenzaba a entrar en aquel estado en que su mente parecía ya no razonar lo que de sus labios escapaba.

-¿Cuándo vendrás otra vez?- le cuestiono no pudiendo ya luchar contra aquella necesidad fisiológica.

- Es verdad... los hermanos no siempre se parecen entre si, mi hermano mayor era completamente opuesto a mi, lo único que teníamos en común era el apellido - Bromeó con una medio sonrisa - Mi hermana... ¿Me creerías si te dijera que no llegué a concerla? fuí un verdadero idiota en vida, cuando vivía en el castillo era antisocial inclusive con mi propia familia... no se porqué -

Escuchó el escueto relato de dos frases. Anuar era un hombre de pocas palabras, pero de grandes actos, pensaba, podía no decir mucho pero era capaz de tomar desiciones difíciles y tenía el caracter para enfrentar cosas que él no podía.

- Por supuesto encontrarla es lo más importan...- Se detuvo abrutamente cuando escuchó el resto y sus mejillas se encendieron como faroles, la felicidad que le provocó esa frase, sólo era comparado con lo sentido momentos atrás, prefería que le dijera cosas así a que repitiera esas palabras tenebrosas e ilógicas de amor.

Lo besó como respuesta, porque no era muy bueno con las palabras bonitas, de vez en cuando se le salía una que otra frase memorable, generalmente bajo presión o en momentos más extremos, pero si se ponía a pensar en que decir terminaba diciéndo tonterías o tartamudeando, por lo que prefirió sellar sus labios con un beso y transmitirle en el mismo lo que sentía. Lo necesitaba, lo quería siempre a su lado y estaba demasiado feliz de tenerle justo ahora sin importar el mañana. No estaba seguro de que Anuar comprendiera un mensaje tan complejo sólo através de un beso, pero nada perdía con intentarlo ¿verdad?.

Se giró de medio lado profundisando el beso, recorriéndo con su lengua y acariciándo la de él, sus manos acariciándo su cabello y cuello, dibujando el contorno de los hombros con sus uñas. Cortó el beso sin alejarse mucho de sus labios - ¿Aún no me he ido y ya quieres que regrese? - Bromeó dándole un último beso esta vez más corto y rápido, le soltó y se puso de pie, buscando con su mirada su ropa en medio del desastre.

- Tu duerme, que se que quieres hacerlo, se te nota en los ojos - Agregó recogiéndo la camisa que ahora olía a tierra con agua de mar, para nada agradable - Yo... iré a...cenar -

Tampoco podia decir que eran opuestos sus facciones tenían algunas similitudes aunque siempre le habia parecido que Angeliqué habia ganado el sorteo de los genes no esque le importase demasiado pero era obvia su belleza y el si bien no desagradable para ver no se habia considerado jamás un espécimen único de la humanidad digno de ser llamado por perfil griego o algun parecido.

Le dejo entrar besándole de igual forma, abrazando su lengua con la propia y compartiendo mas que fluidos corpóreos porque para el no era solo besarle y ya la acción iba vinculada con un mar de emociones incomprensibles de a momentos como si realmente querer tanto a alguien no pudiese ser mas que un mal chiste de ataño una historia y cuento de hadas que las personas se habían encargado de hacer realidad porque que triste seria vivir por uno mismo y sin un motivo externo.

-nisiquiera quiero que te vayas…pero se que debes hacerlo- le confeso observándole mientras sujetaba la camisa –puedes llevarte alguna camisa mia y un pantalón, también tengo calcetas limpias zapatos no demasiados y si quieres deja tu ropa yo me encargo de ella- no se atrevió a ofrecerle algo de ropa interior pues no sabia si debía o no hacerlo el mismo hubiese dudado si alguien mas le ofrece aquello aunque no le molestaba que Soren usase alguno a fin de cuentas habían compartido mucho mas.

Busco con la mirada la ropa que habia sacado para el vampiro en primera instancia, jalándola con un brazo y ubicándola sobre la cama cerca de el sin levantarse pues su cuerpo parecía no querer moverse ni un palmo mas alla o mas aca –que te aproveche- murmuro apoyando la cabeza sobre sus brazos a modo de almohada, suspirando y entrecerrando los parpados observando nuevamente aquel delgado cuerpo. Que estaba ahora manchado por la pintura revuelta y caída en algunas zonas percatándose de una única zona que no habia sido del todo manchada, desvio la mirada disimuladamente a su rostro.

Tomó un trapo que había sobre la mesita algo manchado de pintura seca y comenzó a pasarlo por su pecho, mientras escuchaba al chico hablar, si se ponía la ropa de Anuar terminaría manchándola con la pintura y no quería que se hechara a perder - No se su puedas quitarle el olor a tierra - Murmuró observándo la ropa que continuaba en el suelo, pasándose ahora el trapo por los brazos, observando las líneas de pinta que tan agradable sensación le había provocado.

- Siento dañar tu obra - Comentó limpiando la tinta también, aunque quedaba un poquito en algunas partes que sólo podría ser quitada con un buen baño - Ahora vuelvo a ser el lienzo incompleto y feo de antes - Agrega con una sonrisa, enseñándo sus colmillos - Hasta la próxima vez que vuelvas a pintarme - Agregó con una risita.

Pasó ahora a limpiarse el desastre en las piernas, porque con todo el ajetreo se habían mezclado los colores y bueno... también ciertos fluidos. Con las mejillas nuevamente coloradas se pasó el trapo limpiándose de repente siendo consciente de su desnudez. - No... estoy seguro de cuando... todo depende de el director Oliver Queen... espero... realmente espero que pueda continuar enseñando - Comenta buscando tema de conversación, por lo menos mientras terminaba de asearse y vestirse porque hacerlo frente a Anuar le daba mucha verguenza.

Se colocó finalmente el pantalón y posteriormente una camiza del chico, no pudo evitar notar que olía intensamente a Anuar, sus sentidos desarrollados no podían pasar algo como eso por alto y se llevó la manga de la camiza a la nariz para aspirar el aroma de la piel del chico. Caminó un poco buscando zapatos y entonces notó lo largos que le quedaban los pantalones, rió nerviosamente y se los dobló en la punta para no caerse al caminar y se calzó unas botas que encontró debajo de la cama.

Finalmente vestido regresó sobre sus pasos y apoyándose con ambos brazos en la cama alcanzó con sus labios la punta de la nariz del humano depositando un pequeño beso - Descanza mi pintor -

Escuchaba apenas y lo que decía como una cuna que le incitaba a dormirse, sus parpados comenzaban a pesarle mares y sentía como su cuerpo entero parecía caer bajo el efecto de aquellas palabras que mas le sonaban a arrullos como los que jamás recibido el y que sin embargo escuchaba siempre en su cama continua donde dormía su hermana y a quien cada noche arropaban con alguna historia o dulce melodía y si su madre recordaba un beso en la frente era lo que recibía.

-con lo que te e pintado no puedes quitártelo tan fácilmente- murmuro boca abajo, con los brazos como almohadas y el rostro virando hacia Soren aunque le vislumbraba ya con esfuerzo por no quedarse dormido en medio de la conversación y su cambio, sus amielados orbes siguieron el brazo de Soren por donde pasaba el trapo limpiando el desastre de pinturas y fluidos que ahora era y todo lo habia hecho extrañamente una sonrisa irónica crispo sus labios era bello verle hacer aquello porque sabia que y pese a todo lo que realmente importaba se habia quedado ya impregnado en su ser o por lo menos eso le gustaba pensar.

-yo también espero eso…seguramente asi será…- sus parpados estaban ya cerrados y sus palabras salieron sin ser razonadas aunque en aquellas ocasión y lo agradecía no era nada que no hubiese dicho en sus cinco sentidos, el flequillo le caia con gracia sobre la frente cubriendo parcialmente uno de sus ojos ahora cerrados, sus labios cerrados y casi adheridos se mantenían estáticos su apacible respiración apenas y lo movia.

El movimiento de la cama no le despertó mas aquellos labios sobre su nariz le hicieron compungir el rostro de forma apenas y perceptible sonriendo de forma poco obvia, escuchando solo ensueños lo que sus labios pronunciaban –noapte bună- murmuro retrayendo sus piernas para quedar de lado casi en posición fetal era su modo de cerrarse a las constantes pesadillas que le atormentaban por las noches con lo que ya no era ahora, ahora la muerte de aquel cura lo perseguía, compungió el rostro entre pensamientos soñando con aquel mundo que jamás seria y ese pasado que jamás le abandonaría.

TEMA FINALIZADO

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