AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Encuentro en las escaleras (Libre)
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Encuentro en las escaleras (Libre)
Recuerdo del primer mensaje :
Camino por el pasillo con mi conocido libro en la mano izquierda y el iPod en la derecha. Comienzo a subir las escaleras contándolas pero hay una chica sentada a mitad de esta y me quedo parada mirándola. Es una chica y con ellas no tengo en absoluto ningún problema. Es castaña y me parece muy bonita a comparación conmigo, bueno quien no es atractiva mirando mi apariencia.
Escucho su voz, monótona, sin sentimiento, fría como una lata de comida en la alacena. Me mira y pide que continue mi camino pero hago lo contrario, me ciento a su lado dejando un poco de espacio entre ella y yo, no me gusta que me toquen, como a la mayoría de aquí, supongo que ella esta desacuerdo conmigo.
-Hola –saludo quitándome los audífonos guardando el aparato electrónico en el bolsillo de mi suéter sin mirarla- no te había visto aquí – me pongo el libro en las piernas- creo que si nos quedamos aquí sentadas realmente estorbaremos, aunque si lo prefieres puedo dejarte sola.
Me agrada el lugar, me agrada que las personas pasen de largo tu persona pero realmente necesito tener un poco de interacción aparte de la que tengo con Ginevra o tal vez pensaba eso porque no tenia a ningún doc encima. Suspire.
Camino por el pasillo con mi conocido libro en la mano izquierda y el iPod en la derecha. Comienzo a subir las escaleras contándolas pero hay una chica sentada a mitad de esta y me quedo parada mirándola. Es una chica y con ellas no tengo en absoluto ningún problema. Es castaña y me parece muy bonita a comparación conmigo, bueno quien no es atractiva mirando mi apariencia.
Escucho su voz, monótona, sin sentimiento, fría como una lata de comida en la alacena. Me mira y pide que continue mi camino pero hago lo contrario, me ciento a su lado dejando un poco de espacio entre ella y yo, no me gusta que me toquen, como a la mayoría de aquí, supongo que ella esta desacuerdo conmigo.
-Hola –saludo quitándome los audífonos guardando el aparato electrónico en el bolsillo de mi suéter sin mirarla- no te había visto aquí – me pongo el libro en las piernas- creo que si nos quedamos aquí sentadas realmente estorbaremos, aunque si lo prefieres puedo dejarte sola.
Me agrada el lugar, me agrada que las personas pasen de largo tu persona pero realmente necesito tener un poco de interacción aparte de la que tengo con Ginevra o tal vez pensaba eso porque no tenia a ningún doc encima. Suspire.
C. Sárika Harsányi- Humano Clase Media
- Mensajes : 36
Fecha de inscripción : 15/09/2014
Re: Encuentro en las escaleras (Libre)
Un sonido pulsa en mi oído de forma incesante. ¡Había olvidado que tenía el auricular puesto! Tardé algunos minutos en procesar que se trataba de una llamada y que ningúno de mis teléfonos convencionales estaba activada en este momento. Se trataba de la línea de emergencia.
¿A donde me había ido? Sin duda el poder contenido en esta pieza de la armadura es suficiente como para transtornar a cualquier persona, pero yo no soy cualquier persona. Llevaba un rato ya observándome en el espejo entusiasmado ante la visión de mi cuerpo portando la armadura. Es verdad que solo tenía el guante izquierdo hasta ahora, pero ya podía saborear el resto e inclusive sospechaba que el brazo mismo, de algún modo extraño estaba saboreando el reencuentro con las piezas perdidas.
La llamada no solo insistió con su tonito absurdo en mi cabeza, sino que, tras cortarse por si sola volvió a retomar el repiqueteo. Quien sea que osaba interrumpirme justo ahora, cuando contemplo mi mayor gloria debía tener ya una buena excusa para hacerlo.
Abro la línea, no tengo que decir nada, basta con que al otro lado se escuché el silencio para que el mensaje sea transmitido: - Intel los encontró rastreando las llamadas de todos sus conocidos, familiares y amigos tal como usted ordenó. Todas vienen de un número local en un departamento al norte de la ciudad. Esperamos ordenes -
La línea se cierra. No había por que apresurar ninguna órden todavía. Bastaba con el silencio por ahora para mantener a los operativos a la expectativa. La dirección fue a continuación recibida en mi movil - Debo ser yo, antes que nadie quien vaya a saludar a Reyes en persona -
¿A donde me había ido? Sin duda el poder contenido en esta pieza de la armadura es suficiente como para transtornar a cualquier persona, pero yo no soy cualquier persona. Llevaba un rato ya observándome en el espejo entusiasmado ante la visión de mi cuerpo portando la armadura. Es verdad que solo tenía el guante izquierdo hasta ahora, pero ya podía saborear el resto e inclusive sospechaba que el brazo mismo, de algún modo extraño estaba saboreando el reencuentro con las piezas perdidas.
La llamada no solo insistió con su tonito absurdo en mi cabeza, sino que, tras cortarse por si sola volvió a retomar el repiqueteo. Quien sea que osaba interrumpirme justo ahora, cuando contemplo mi mayor gloria debía tener ya una buena excusa para hacerlo.
Abro la línea, no tengo que decir nada, basta con que al otro lado se escuché el silencio para que el mensaje sea transmitido: - Intel los encontró rastreando las llamadas de todos sus conocidos, familiares y amigos tal como usted ordenó. Todas vienen de un número local en un departamento al norte de la ciudad. Esperamos ordenes -
La línea se cierra. No había por que apresurar ninguna órden todavía. Bastaba con el silencio por ahora para mantener a los operativos a la expectativa. La dirección fue a continuación recibida en mi movil - Debo ser yo, antes que nadie quien vaya a saludar a Reyes en persona -
Max Stirner- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 109
Fecha de inscripción : 15/05/2014
Re: Encuentro en las escaleras (Libre)
Desperté del sueño como se levanta uno de entre los muertos. Las imagenes se entremezclaban aún pegadas a mis parpados que se debatían entre seguir dormidos y abrirse a la realidad, a esa extraña, aterradora y confusa realidad.
(* La voz de Jezabel fue lo que le hizo reaccionar del todo, y entonces Juan sintió que el sueño se le escapaba como arena entre las manos. Tenía que recordarlo todo... tenía que recordar el mensaje que sin palabras le había sido entregado por el casco, pero las imagenes se diluían conforme la vigilia entraba lentamente y era procesada por su cabeza)
Los contornos de las cosas eran difusos, como si se desdibujaran por los bordes, pero yo ya había despertado hace rato y marcaba y marcaba desde el teléfono del departamento, pero nadie contestó en casa, ni con el Lorenzo, ¡nadie! Un abismo de silencio y la fuerte corazonada de que los hombres de negro habían ido a buscarme en cada uno de esos lugares. ¿Y si los habían levantado? Facil era en este país desaparecer a una persona, si se encontraba uno en una esfera de poder con suficientes influencias. Los chiquillos en la Ciudad Perdida se ofrecen como sicarios por dos mil pesos. ¿Cuanto más no podrán pagar estos tipos con el despliegue de personal que tenían?
Jezabel regresa apenas con la tercera taza de café cuando me doy cuenta de mi grave error. Una verdadera lástima.
- Debemos irnos. Debemos irnos ahora.
Ir ¿A dónde?, esa era una excelente pregunta que el casco no se había dignado a responder. Tenía ahora una vaga certeza de que debían encontrar al dueño de la armadura. Pero ni la más remota idea de por donde empezar. Las imagenes del sueño eran para ese instante el eco del caos.
(* La voz de Jezabel fue lo que le hizo reaccionar del todo, y entonces Juan sintió que el sueño se le escapaba como arena entre las manos. Tenía que recordarlo todo... tenía que recordar el mensaje que sin palabras le había sido entregado por el casco, pero las imagenes se diluían conforme la vigilia entraba lentamente y era procesada por su cabeza)
Los contornos de las cosas eran difusos, como si se desdibujaran por los bordes, pero yo ya había despertado hace rato y marcaba y marcaba desde el teléfono del departamento, pero nadie contestó en casa, ni con el Lorenzo, ¡nadie! Un abismo de silencio y la fuerte corazonada de que los hombres de negro habían ido a buscarme en cada uno de esos lugares. ¿Y si los habían levantado? Facil era en este país desaparecer a una persona, si se encontraba uno en una esfera de poder con suficientes influencias. Los chiquillos en la Ciudad Perdida se ofrecen como sicarios por dos mil pesos. ¿Cuanto más no podrán pagar estos tipos con el despliegue de personal que tenían?
Jezabel regresa apenas con la tercera taza de café cuando me doy cuenta de mi grave error. Una verdadera lástima.
- Debemos irnos. Debemos irnos ahora.
Ir ¿A dónde?, esa era una excelente pregunta que el casco no se había dignado a responder. Tenía ahora una vaga certeza de que debían encontrar al dueño de la armadura. Pero ni la más remota idea de por donde empezar. Las imagenes del sueño eran para ese instante el eco del caos.
Hagen- Licántropo Clase Baja
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Fecha de inscripción : 10/09/2010
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Re: Encuentro en las escaleras (Libre)
El equipo ha detectado que nuestros objetivos se mueven, Reyes y su putita pretenden escapar de la unidad sin saber que el perímetro está cubierto.
- Nuevas ordenes, recuperen las piezas de la armadura a como de lugar. Sin prisioneros, sin testigos.
Sería solo intuición o alguien le había avisado a Reyes que estaba en camino. No puedo ya confiar en nadie, por que bien puede haber mas de un traidor aliado al difundo demiurgo. Si había ratas en el cartel, me encartaría de aplastar sus cráneos a su debido tiempo, pero lo primero era reunir toda la armadura. En el auricular me conecto por medio del streaming con los cazadores que envié detrás de Reyes para enterarme que tienen el casco, y otras dos piezas de la armadura con ellos. En ellos...
El auto vuela sorteando a otros conductores porque el tiempo apremia. Cada segundo cuenta y yo casi no puedo esperar a estar frente a esos mocosos para demostrarles que conmigo no se juega.
El chofer se detiene en el estacionamiento de la unidad y yo salgo corriendo hacia el edificio que previamente ubiqué por satélite. Los disparos me indican hacia donde es que corrieron. ¡Mis hombres los han interceptado ya!
- Nuevas ordenes, recuperen las piezas de la armadura a como de lugar. Sin prisioneros, sin testigos.
Sería solo intuición o alguien le había avisado a Reyes que estaba en camino. No puedo ya confiar en nadie, por que bien puede haber mas de un traidor aliado al difundo demiurgo. Si había ratas en el cartel, me encartaría de aplastar sus cráneos a su debido tiempo, pero lo primero era reunir toda la armadura. En el auricular me conecto por medio del streaming con los cazadores que envié detrás de Reyes para enterarme que tienen el casco, y otras dos piezas de la armadura con ellos. En ellos...
El auto vuela sorteando a otros conductores porque el tiempo apremia. Cada segundo cuenta y yo casi no puedo esperar a estar frente a esos mocosos para demostrarles que conmigo no se juega.
El chofer se detiene en el estacionamiento de la unidad y yo salgo corriendo hacia el edificio que previamente ubiqué por satélite. Los disparos me indican hacia donde es que corrieron. ¡Mis hombres los han interceptado ya!
Max Stirner- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 109
Fecha de inscripción : 15/05/2014
Re: Encuentro en las escaleras (Libre)
- Están aquí - dice ella mientras la sigo por los pasillos de la unidad hasta la puerta que da a la calle. ¿Cuanto tiempo he dormido? Han dado con nosotros mucho más rápido de lo que yo pude haber previsto. ¿Quienes son estas gentes y hasta donde llega su poder? ¡Son capaces de rastrearnos en minutos y enviar personal al lugar! No pude haber dormido por más de diez minutos. ¿O si? No quiero saber. Quisiera no saber muchas cosas pero a estas alturas comienzan a resultar evidentes. Tiene que ser alguien muy pesado el que esta detrás de esto. ¡Si hubiera una forma de simplemente arrojar las piezas de la armadura y desentenderse de todo! Pero ahora estaba Jezabel. ¿Podría abandonarla a su suerte con tal de salvar mi pellejo?
No puedo dejar de pensar en lo que hacen con las mujeres estos cerdos. En el destino que espera a Jezabel por el atrevimiento de haber querido lograr un poco de justicia en un mundo que esta diseñado para ser injusto e impersonal.
Ahora somos la presa y el camino se acorta para encontrarnos ante una puerta cerrada. Jez intenta abrir pero la llave no gira, como me confirma a gritos mientras a gritos tambien se anuncian los que nos persiguen.
Nos rodean y cuando pienso que no hay salida la puerta se abre tras de mí y Jezabel me jala hacia afuera. Escuché disparos y cerré los ojos. Estoy seguro que sentí un impacto en la cabeza que de no estar cubierta por el casco hubiera estallado.
- ¡A quemarropa! ¡Nos disparan a matar!
Pero las palabras son arrastradas por el viento al igual que yo Jez hace su mejor esfuerzo para dar enormes zancadas con mi cuerpo a cuestas. A lo lejos alcanzo a ver al comando armado que nos perseguía, descargan hasta la última bala en nuestra dirección. Puedo ver algunas, no sé como puero puedo ver su trayectoria.
En ese mismo instante, para mi mayor terror, la mano derecha, armada con la armadura, comienza a moverse por sí misma. ¡Por si misma a atajar las balas que amenazaban con golpear mi cuerpo! ¡Todos los tiros desviados por mi mano! Pero no era ya mía, sino de la armadura que así se defendía de la mafia que pretendía robar sus secretos.
Cuando hemos puesto suficiente distancia, incrédulo todavía de lo que acabo de presenciar, volteo a mirar a mi salvadora. Ella me mira también con una sonrisa de complicidad. Ese momento hermoso parece flotar por una eternidad en el espacio hasta que un brusco y horrible puño metalico de un color verde lagartija, con la mano extendida, viene a detener con una brusca bofetada la carrera de Jezabel, el mismo puño guiado por un cruel dueño se da el lujo de dar una segunda bofetada en la otra mejilla antes de caer.
Ambos caemos por fuerza de la inercia contra el suelo de forma pesada y dolorosa. Todo el aire escapa de mis pulmones con la caída. No puedo incorporarme, no puedo hacer nada mientras la silueta de un hombre. El hombre del puño esmeralda se recorta contra el cielo.
No puedo dejar de pensar en lo que hacen con las mujeres estos cerdos. En el destino que espera a Jezabel por el atrevimiento de haber querido lograr un poco de justicia en un mundo que esta diseñado para ser injusto e impersonal.
Ahora somos la presa y el camino se acorta para encontrarnos ante una puerta cerrada. Jez intenta abrir pero la llave no gira, como me confirma a gritos mientras a gritos tambien se anuncian los que nos persiguen.
Nos rodean y cuando pienso que no hay salida la puerta se abre tras de mí y Jezabel me jala hacia afuera. Escuché disparos y cerré los ojos. Estoy seguro que sentí un impacto en la cabeza que de no estar cubierta por el casco hubiera estallado.
- ¡A quemarropa! ¡Nos disparan a matar!
Pero las palabras son arrastradas por el viento al igual que yo Jez hace su mejor esfuerzo para dar enormes zancadas con mi cuerpo a cuestas. A lo lejos alcanzo a ver al comando armado que nos perseguía, descargan hasta la última bala en nuestra dirección. Puedo ver algunas, no sé como puero puedo ver su trayectoria.
En ese mismo instante, para mi mayor terror, la mano derecha, armada con la armadura, comienza a moverse por sí misma. ¡Por si misma a atajar las balas que amenazaban con golpear mi cuerpo! ¡Todos los tiros desviados por mi mano! Pero no era ya mía, sino de la armadura que así se defendía de la mafia que pretendía robar sus secretos.
Cuando hemos puesto suficiente distancia, incrédulo todavía de lo que acabo de presenciar, volteo a mirar a mi salvadora. Ella me mira también con una sonrisa de complicidad. Ese momento hermoso parece flotar por una eternidad en el espacio hasta que un brusco y horrible puño metalico de un color verde lagartija, con la mano extendida, viene a detener con una brusca bofetada la carrera de Jezabel, el mismo puño guiado por un cruel dueño se da el lujo de dar una segunda bofetada en la otra mejilla antes de caer.
Ambos caemos por fuerza de la inercia contra el suelo de forma pesada y dolorosa. Todo el aire escapa de mis pulmones con la caída. No puedo incorporarme, no puedo hacer nada mientras la silueta de un hombre. El hombre del puño esmeralda se recorta contra el cielo.
Hagen- Licántropo Clase Baja
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Fecha de inscripción : 10/09/2010
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Re: Encuentro en las escaleras (Libre)
Cuatro piezas de la armadura en un sólo día. Pero no puedo cantar victoria hasta que no estén cubriendo mi cuerpo. Me acerco a Reyes que se retuerce en el suelo intentando incorporarse. Le doy algunas patadas ahí donde está para asegurarme que no se mueva. Luego lo centro. Voy a cortarle la cabeza de un solo golpe, igual que hicieron con Taumaturgo.
- Esto te pasa por robarnos. ¡Nadie se mete con nosotros! -
Descargo con furia el golpe pero en lugar de dar con el cuello del maldito ladrón un sonido metálico estalla. ¡Ha detenido mi golpe con su guante!
(* Cuando menos se lo esperaba nadie, Reyes se aferra de la mano de su agresor y sin pensarlo, lanza un ataque con la cabeza. El casco pega de lleno en la mandíbula derribándole)
No he visto ese golpe, ha sido demasiado rápido para que pudiera esquivarlo. ¡Me he confiado! y ahora mi error me esta costando perder a mi presa. Intento recuperar el aliento e incorporarme pero la vista se me nubla y cuesta trabajo respirar, entre el dolor y el zumbido de los oídos alcanzo a escuchar como Reyes intenta hacer reaccionar a su zorra. ¡Que tonto! ¡En lugar de aprovechar su ventaja para acabar conmigo! Me ha hecho escupir sangre, mi cabeza esta hirviendo de coraje pero consigo calmarme lo suficiente como para pensar con claridad. - No podrán escapar. Están rodeados... ¡Entreguenme las piezas! - Cuando recupero mis sentidos los dos tórtolos estan de pie, inmóviles. Mis hombres les apúntan con armas largas justo detrás de mi. El juego se acabo. He ganado.
- Esto te pasa por robarnos. ¡Nadie se mete con nosotros! -
Descargo con furia el golpe pero en lugar de dar con el cuello del maldito ladrón un sonido metálico estalla. ¡Ha detenido mi golpe con su guante!
(* Cuando menos se lo esperaba nadie, Reyes se aferra de la mano de su agresor y sin pensarlo, lanza un ataque con la cabeza. El casco pega de lleno en la mandíbula derribándole)
No he visto ese golpe, ha sido demasiado rápido para que pudiera esquivarlo. ¡Me he confiado! y ahora mi error me esta costando perder a mi presa. Intento recuperar el aliento e incorporarme pero la vista se me nubla y cuesta trabajo respirar, entre el dolor y el zumbido de los oídos alcanzo a escuchar como Reyes intenta hacer reaccionar a su zorra. ¡Que tonto! ¡En lugar de aprovechar su ventaja para acabar conmigo! Me ha hecho escupir sangre, mi cabeza esta hirviendo de coraje pero consigo calmarme lo suficiente como para pensar con claridad. - No podrán escapar. Están rodeados... ¡Entreguenme las piezas! - Cuando recupero mis sentidos los dos tórtolos estan de pie, inmóviles. Mis hombres les apúntan con armas largas justo detrás de mi. El juego se acabo. He ganado.
Max Stirner- Vampiro Clase Media
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Fecha de inscripción : 15/05/2014
Re: Encuentro en las escaleras (Libre)
Es de madrugada en las oficinas de la policía y el comandante revisa la cinta una vez mas, recorriendo cuadro por cuadro lo que las cámaras de seguridad, habían registrado.
Desafortunadamente solo unas cuantas cámaras estaban encendidas, la mayoría de las cámaras sólo está ahí para hacer sentir a la gente que es vigilada, pero detrás del lente no hay en realidad nadie observando la mayor parte del tiempo y en una ciudad donde hay poco presupuesto para todo, estos bastardos del gobierno, prefieren apagar alternativamente los distintos sistemas de vigilancia que hay en la ciudad, creando convenientes puntos ciegos a determinadas horas.
Todo esto esta decidido desde arriba y el comandante sábe que no tiene caso pedir una evidencia que no existe. Que todo lo que tiene son esas cintas, como único vestígio de la increible pelea que tuvo lugar y la prueba contundente de que "Zapatos de Hierro" existe.
Le habían seguido desde hacía meses. Asesino solitario; al menos catorce víctimas, con un claro modus operandi tan estudiados en otros casos de asesinos seriales. Los expertos en perfiles pensaban que era un adolecente, por la talla y forma de los zapatos que usaba para masacrar a los objetos de su venganza pero aquel viejo policía desde el principío sospechaba que se trataba de una mujer. Tenía que serlo ya que todas sus víctimas estaban implicadas en casos de violación a mujeres que habían sido desestimados en los juzgados por incompetencia o currupción de los abogados que se supone debían defenderlas. Estaban ante una vigilante y ahora podía sentirse satisfecho de que su corazonada era cierta.
La pregunta que los forenses no podían responder y que los videos que se esforzaba en mirar una y otra vez a pesar de la frustración y el cansancio, tampoco estaban solucionando era: ¿Cómo consigue una sola chica matar a tanto cabrón sin morir en el intento?
Por que lo que los monitores le muestran es una locura. Un grupo de matones persiguiendo a una pareja. Borrones de movimiento y disparos erráticos, caos y gritos, y ella, apenas visible en un par de cuadros, demasiado desenfocada para poder ser identificada pero lo suficientemente definido para saber que esta tirando patadas a toda velocidad con las botas más blancas que este oficial haya visto en su vida. Son apenas unos instantes que no suman un minuto antes que los matones estén en el suelo, ensangrentados. Todos menos uno, que parece poder defenderse de los ataques usando algún tipo de protección en el brazo izquierdo.
Los técnicos en imágen, me han explicado que los borrones son producto de cuerpos moviendose a una grán velocidad, tánta que sólo analizando la imágen cuadro por cuadro han encontrado los detalles que en el reporte le confirman que estos personajes siguieron peleando hasta donde las cámaras ya no podían captarlos. El comandante regresa la cinta para analizarla una vez más...
Desafortunadamente solo unas cuantas cámaras estaban encendidas, la mayoría de las cámaras sólo está ahí para hacer sentir a la gente que es vigilada, pero detrás del lente no hay en realidad nadie observando la mayor parte del tiempo y en una ciudad donde hay poco presupuesto para todo, estos bastardos del gobierno, prefieren apagar alternativamente los distintos sistemas de vigilancia que hay en la ciudad, creando convenientes puntos ciegos a determinadas horas.
Todo esto esta decidido desde arriba y el comandante sábe que no tiene caso pedir una evidencia que no existe. Que todo lo que tiene son esas cintas, como único vestígio de la increible pelea que tuvo lugar y la prueba contundente de que "Zapatos de Hierro" existe.
Le habían seguido desde hacía meses. Asesino solitario; al menos catorce víctimas, con un claro modus operandi tan estudiados en otros casos de asesinos seriales. Los expertos en perfiles pensaban que era un adolecente, por la talla y forma de los zapatos que usaba para masacrar a los objetos de su venganza pero aquel viejo policía desde el principío sospechaba que se trataba de una mujer. Tenía que serlo ya que todas sus víctimas estaban implicadas en casos de violación a mujeres que habían sido desestimados en los juzgados por incompetencia o currupción de los abogados que se supone debían defenderlas. Estaban ante una vigilante y ahora podía sentirse satisfecho de que su corazonada era cierta.
La pregunta que los forenses no podían responder y que los videos que se esforzaba en mirar una y otra vez a pesar de la frustración y el cansancio, tampoco estaban solucionando era: ¿Cómo consigue una sola chica matar a tanto cabrón sin morir en el intento?
Por que lo que los monitores le muestran es una locura. Un grupo de matones persiguiendo a una pareja. Borrones de movimiento y disparos erráticos, caos y gritos, y ella, apenas visible en un par de cuadros, demasiado desenfocada para poder ser identificada pero lo suficientemente definido para saber que esta tirando patadas a toda velocidad con las botas más blancas que este oficial haya visto en su vida. Son apenas unos instantes que no suman un minuto antes que los matones estén en el suelo, ensangrentados. Todos menos uno, que parece poder defenderse de los ataques usando algún tipo de protección en el brazo izquierdo.
Los técnicos en imágen, me han explicado que los borrones son producto de cuerpos moviendose a una grán velocidad, tánta que sólo analizando la imágen cuadro por cuadro han encontrado los detalles que en el reporte le confirman que estos personajes siguieron peleando hasta donde las cámaras ya no podían captarlos. El comandante regresa la cinta para analizarla una vez más...
Mitra- Nosferatu
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 28/10/2016
Re: Encuentro en las escaleras (Libre)
Los cuerpos fueron embolsados y llevados lejos del alcance de cualquiera. Jorge, el forense, fuera de los reportes, dice que eran federales; que prácticamente se llevaron los cuerpos por la fuerza, como si estuvieran preocupados por desaparecerlos lo antes posible de los ojos del mundo. En económico le confieza todo al comandante, pero nada de esto va a los reportes.
Acostumbrado a esto, el viejo policía no se sorprende. Cada día desaprece gente que resulta incómda y sin embargo este caso en particular le deja con una sensación demasiado incómoda como para dejarla pasar sin hacer siquiera un intento de indagar.
En la libreta ya ha tachado todos nombres de los conocidos de Reyes. Sus familiares directos no responden las llamadas, los pocos amigos que ha localizado niegan haberlo visto o saber nada de él desde hace años.
Quedan pocos cabos que atar, así que regresa a la esena de la masacre. Recorre los pasillos de la unidad en silencio, durante su tiempo libre, vestido de civil. Sin embargo carga con su placa por que sabe que tendrá que pasar un retén antes de que se le permita entrar al departamento.
Los federales ya estuvieron aquí tambien y han limpiado la escena del crimen. Pero sus viejos ojos pasean con la esperanza de ver lo que otros omitieron. Las fotos que tomaron los peritos el día de la matanza revelan que la chica no tenía mucho de por sí. Hay poco que mirar ahí dentro salvo algunos muebles, ropa desordenada y los recortes de periodicos con sus hazañas.
La foto mostraba el muro con los recortes, pero era parte del material que se habían llevado. junto con cualquier documento, dispositivo o pista que pudiera identificarla. Al comandante le hubiera gustado poder probar ahí mismo las teorías que conectaban a Zapatos de Hierro con varios de los homicidios que se hallaban aún sin resolver.
-Una pena- piensa mientras sale de nuevo a fumar un cigarro al patio. Lo que resta es interrogar a los vecinos aunque en su declaración inicial, nadie en el edificio menciona haber tenido amistad con ella. Pagaba el depósito de su renta en efectivo y firmaba siempre como Beatriz Paz aunque probablemente ese sea un alias de entre tantos que aparente usaba para ocultarse de la policía. Ensimismado como estaba no notó a una figura envuelta en una capucha negra que le cubría hasta las rodillas que le observaba desde hacia algún tiempo desde las jardineras.
- Buscas la verdad - dijo el encapuchado acercandose un poco - pero no la encontrarás ahí - - ¿Que quieres? - espetó como respuesta el policía y añadió - ¿quién diablos crees que eres? - Mi nombre no importa- responidó hoscamente el encapuchado. - Quiero ayudarte, pero primero tienes confiar en mí -
El policía miró con desconfianza y su mano se deslizó suavemente dentro de la chaqueta acariciando el mango de su automática. El encapuchado pareció notar este gesto y se detuvo a distancia prudente para no alarmar al policía.
- Soy sólo un mensajero del Santuario, pero el Patriarca que me envía sabe de ti y de tus esfuerzos. Queremos ayudarte a encontrar a la chica.
Acostumbrado a esto, el viejo policía no se sorprende. Cada día desaprece gente que resulta incómda y sin embargo este caso en particular le deja con una sensación demasiado incómoda como para dejarla pasar sin hacer siquiera un intento de indagar.
En la libreta ya ha tachado todos nombres de los conocidos de Reyes. Sus familiares directos no responden las llamadas, los pocos amigos que ha localizado niegan haberlo visto o saber nada de él desde hace años.
Quedan pocos cabos que atar, así que regresa a la esena de la masacre. Recorre los pasillos de la unidad en silencio, durante su tiempo libre, vestido de civil. Sin embargo carga con su placa por que sabe que tendrá que pasar un retén antes de que se le permita entrar al departamento.
Los federales ya estuvieron aquí tambien y han limpiado la escena del crimen. Pero sus viejos ojos pasean con la esperanza de ver lo que otros omitieron. Las fotos que tomaron los peritos el día de la matanza revelan que la chica no tenía mucho de por sí. Hay poco que mirar ahí dentro salvo algunos muebles, ropa desordenada y los recortes de periodicos con sus hazañas.
La foto mostraba el muro con los recortes, pero era parte del material que se habían llevado. junto con cualquier documento, dispositivo o pista que pudiera identificarla. Al comandante le hubiera gustado poder probar ahí mismo las teorías que conectaban a Zapatos de Hierro con varios de los homicidios que se hallaban aún sin resolver.
-Una pena- piensa mientras sale de nuevo a fumar un cigarro al patio. Lo que resta es interrogar a los vecinos aunque en su declaración inicial, nadie en el edificio menciona haber tenido amistad con ella. Pagaba el depósito de su renta en efectivo y firmaba siempre como Beatriz Paz aunque probablemente ese sea un alias de entre tantos que aparente usaba para ocultarse de la policía. Ensimismado como estaba no notó a una figura envuelta en una capucha negra que le cubría hasta las rodillas que le observaba desde hacia algún tiempo desde las jardineras.
- Buscas la verdad - dijo el encapuchado acercandose un poco - pero no la encontrarás ahí - - ¿Que quieres? - espetó como respuesta el policía y añadió - ¿quién diablos crees que eres? - Mi nombre no importa- responidó hoscamente el encapuchado. - Quiero ayudarte, pero primero tienes confiar en mí -
El policía miró con desconfianza y su mano se deslizó suavemente dentro de la chaqueta acariciando el mango de su automática. El encapuchado pareció notar este gesto y se detuvo a distancia prudente para no alarmar al policía.
- Soy sólo un mensajero del Santuario, pero el Patriarca que me envía sabe de ti y de tus esfuerzos. Queremos ayudarte a encontrar a la chica.
Mitra- Nosferatu
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 28/10/2016
Re: Encuentro en las escaleras (Libre)
Desprecio es lo único que puedo sentiren a entrañas. Un jovencito de no más de 20, probablemente sicario de algún cártel. ¿Será Santa Catarina? ¿Había mencionado al Patrón? ¡Patriarca! fue lo que dijo... Un maldito templario, solo ellos tienen ese vocabulario tan absurdamente apantallador.
¿Que te crees, Mocoso? ¿Eres Zeta? No sabes nada. - Quizás era de esos malditos zetas. ¿Como confiar en un alacrán? Nos han traicionado antes. - No me vengas con mamadas, de que el patriarca... - yo no tengo vela en ese entierro ¡que compren a otros! pero el muchacho permanece estático.
- ¿Eres de los Nueva generación? ¿Vienes a decirme como serán las cosas a partir de ahora? ¡Habla de una vez sicario de mierda! Sé que si me rehúso a seguirle la corriente comenzará amenazando a mis hijos, a mis familiares cercanos, a todo lo que crean que puede importarme. Lo he previsto todo, no pueden tocarme. Aún así la perspectiva es extraña, nunca me espere que me ofrecieran dar con el paradero de la chica. Por supuesto este escuicnle es solo un mensajero de los capos que quieren la cabeza de "Botas de Hierro"
-Yo soy Alfil, tengo protección de los altos mandos idiota... ¿que podrías ofrecerme tu que no tenga ya entre mis recursos? le interpelo directamente y ahora hasta siento pena por el chamaquito cuya expresión, parcialmente oculta por las sombras de su capucha no puede ocultar su franco desconcierto ante mi actitud. Vacila y se queda en silencio un rato.. luego se hace a un lado dejándome ver una caja que esconde tras de si. Su voz sonó clara y simple como si dijese cualquier cosa. - Una armadura de acero.
¿Que te crees, Mocoso? ¿Eres Zeta? No sabes nada. - Quizás era de esos malditos zetas. ¿Como confiar en un alacrán? Nos han traicionado antes. - No me vengas con mamadas, de que el patriarca... - yo no tengo vela en ese entierro ¡que compren a otros! pero el muchacho permanece estático.
- ¿Eres de los Nueva generación? ¿Vienes a decirme como serán las cosas a partir de ahora? ¡Habla de una vez sicario de mierda! Sé que si me rehúso a seguirle la corriente comenzará amenazando a mis hijos, a mis familiares cercanos, a todo lo que crean que puede importarme. Lo he previsto todo, no pueden tocarme. Aún así la perspectiva es extraña, nunca me espere que me ofrecieran dar con el paradero de la chica. Por supuesto este escuicnle es solo un mensajero de los capos que quieren la cabeza de "Botas de Hierro"
-Yo soy Alfil, tengo protección de los altos mandos idiota... ¿que podrías ofrecerme tu que no tenga ya entre mis recursos? le interpelo directamente y ahora hasta siento pena por el chamaquito cuya expresión, parcialmente oculta por las sombras de su capucha no puede ocultar su franco desconcierto ante mi actitud. Vacila y se queda en silencio un rato.. luego se hace a un lado dejándome ver una caja que esconde tras de si. Su voz sonó clara y simple como si dijese cualquier cosa. - Una armadura de acero.
Mitra- Nosferatu
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Fecha de inscripción : 28/10/2016
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