Los hilos del destino {József}

Si, algunas vecez el destino es implacable, fue lo primero que pense mientras aguardaba la llegada de una cita en aquella laguna, todo lo contrario a lo que se pudiera pensar no estaba esperando la llegada de un cliente, todavía era demasiado temprano, el reloj de la plaza apenas marcaba el inicio de la hora sexta, era la hora en la que me habia citado con aquella persona, pero habia decidido salir media hora antes...no me gustaba hacer esperar a la gente.

Durante la mañana mientras me encontraba haciendo las compras habituales en el mercado de mi canasta basica, me percaté de un jaleo que se estaba sucitando unos cuantos negocios arriba, precisamente en uno de fruta, un grupo de policias molestaban a un muchacho que a mis ojos parecía tener escasos 18 años, estaba tirando de sus brazos y el muchacho parecía poner resistencia, eso no era una buena idea, en esta zona por lo regular, a las personas que pertenecemos a la clase baja no se nos trata de la forma mas decorosa posible, si no todo lo contrario, algo en el muchachito me llamó la atención quizá la candidez de su mirada, pero no pude evitarlo, me dirigí a los guardias, mientras tomaba con suavidad el brazo del muchacho y le decía.-Toma gracias por esperarme...ven vamos a la casa ya...a policias, el es mi hermano, solo estaba esperandome en este lugar...no estaba haciendo nada malo- uno de los policias me reconocio y yo a el.
-Dark Jenny, han estado ocurriendo robos por esta zona, y ya han visto a este joven en tres ocasiones diferentes cerca del lugar donde ocurre.- mire al policia y le respondi con un tono de voz tranquilo
-Tu mejor que nadie debes de saber que avecez se esta en mal momento, vamos David, después te podrás tomar un trago conmigo.-el policia asintió en silencio y soltó al muchacho...caminé con el, y tuvimos una conversación muy breve, lo suficiente para saber un par de cosas bàsicas.
1.- Se llamaba Jozsef.
2.-Era analfabeta.
3.-Era un brujo muy joven.
Con aquella información y despues de haberle invitado un cafe, decidi proponerle vernos en la tarde, a las seis de la tarde en punto para ser exactos en la laguna, el muchachito me habia agradado bastante, era timido pero sumamente educado, se portaba como todo un joven caballero, y habia despertado un interés especial en mi, interés que pocas personas solian despertar, me dirigí hacia una antigua libreria y compré un libro con las paginas en blanco, forrado en hermosa piel de colores rojos y negros, aunque el precio hizo que se me fuera el dinero de la semana, no tenía mucha importancia.

Me dirigi a mi casa y guardé en un bolso grande el libro y otras cuantas cosas que decidí llevar a la cita.
sali envolviendome en mi chal verde, y me encaminé a la laguna...
Estaba aqui, esperando la llegada del joven, mientras observaba a lo lejos la quietud de las aguas, susurré unas palabras ininteligibles y casi al mismo tiempo una rafaga fresca de viento alborotó mi cabellera rojo, sonreí con suavidad en el rostro, habia paz en el lugar..y deseaba que asi se mantuviera el dia

Habia intentado robar una manzana de un puesto de frutas, la habia tomado entre sus manos y justo cuando pretendía emprender la huida una mano fornida se habia cernido contra su muñeca tirando de el hasta hacerle caer, le habia levantado entonces el suelo obligándole a soltar la comida con un fuerte manotazo que le habia dejado rojos los nudillos –suelteme- habia rogado forcejeando, siendo tirado ya no por un nombre sino por dos y con un tercero como observador, se mofaban mientras tiraban de el haciendo rodar la manzana cerca de el ¿creian enverdad que moria de hambre como para agacharse y recogerla? Mas asi lo hizo la sujeto con esfuerzo mas no para comerla, la arrojo con fuerza contra el rostro de uno de los hombros aprovechando el descuido para correr nuevamente, siento sujeto esta vez por las ropas, habia creido enverdad que aquel seria su ultimo dia de libertad.

Entonces una señora de rojiza melena se habia acercado como un ángel en aquel momento de obscuridad salvándole del castigo que le podrían haber dado cualquier tortura era mejor que la perdida de libertad sabia que no soportaría el dia que se la arrebataran de su lado, se habían alejado entonces de aquel grupo de hombres en dirección a un café en el cual habia probado el pan mas dulce que jamás hubiese probado, el café no era tan bueno como otros que conocía pero habia tanta variedad que por un segundo se sintió ofuscado.

Andaba ahora por alrededor de la laguna dejando que la tierra húmeda bajo sus pies lamiera su piel descalza habían quedado de reunirse ¿y como negarle nada a quien le habia salvado la vida y algo mas importante la libertad? Sonreía mientras observaba el lugar con atención, el cielo fundiéndose con el agua, las hierbas meciéndose por la gélida brisa, sus mejillas heladas y su nariz enrojecida, sus pies sucios y sus manos impecables.

Llego al lugar acordado sentándose a un lado de la mujer sin delicadeza, dejando golpear su cuerpo contra el suelo en un amplio suspiro y una sonrisa de satisfacción-hola Jeanette- saludo cordialmente observando con curiosidad las cosas que habia decidido llevar a su encuentro ¿Qué planeaba? Como un niño de cinco años curioso comenzando a mover con sus manos los objetos rebuscando algo que llamase en sobremanera su atención.

Mientras observaba a lo lejos el horizonte, un movimiento no muy lejos de ahi le hizo llamar su atención, caminando tranquilamente, era el jovencito que habia conocido en la tarde, Jean lo contempló fijamente y al final apartó su mano para que Jozsef no se estrellase con esta mientras este caía en la hierba.

Los ojos verdes de Jean brillaban mas que nunca como esmeraldas, con un brillo de inteligencia y curiosidad, se abrazó las rodillas mientras permitía que Jozsef esculcará en el bolso que habia llevado, sonrío con ternura, y deslizó su mano con suavidad por la cabeza del chico, retirando un mechón de cabellos de su frente con suavidad, tenía el cabello suave, y la piel tersa como la de un infante, observó su nariz roja, y al sentir la piel de su rostro la sintió fría, era normalm se encontraban ya en el otoño y el clima comenzaba a cambiar.

-Hola Jozsef, me alegra mucho que hallas decidido venir...y claro que te he traido algunas cosas para tí...tambien te traje una manzana.- entre las cosas primero sacó un par de guantes negros, los guantes habian sido recortados de la punta de los dedos, para permitir una mejor movilidad,Jean los colocó sobre su falda, y acontinuación sacó de aquel bolso el hermoso libro que habia comprado, un par de plumas y tinta, las cuales tambien colocó sobre sus faldas, tomó la manzana y la colocó cerca de Jozsef

-Estos guantes son para tí...el invierno no tardará mucho en empezar, y me tome la libertad de comprartelos, los pedí con los dedos recortados para que tengas movilidad en ellos...y ...sé que no sabes leer ni escribir...pero no te preocupes por eso te he pedido que vinieras Jozsef...no suelo hacer este tipo de cosas con todas las personas a las que conozco...pero debo confesar que despertaste una sensación extraña en mi...por lo que te haré el mejor regalo que alguien como yo te pueda hacer...te daré el conocimiento heredado desde hace cientos de años, te enseñaré a escribir y a leer...compre este libro para ti..esta en blanco, para que tu escribas en el tu propia historia, te enseñaré absolutamente todo lo que sé...mas te enseñaré algo que en verdad sea de utilidad, no digo que las matematicas y todas esas cosas que enseñan en la escuela sean importantes, te enseñaré algo que va mas halla de ese conocimiento, pues al igual que tu Joszef, y no te lo habia dicho antes, yo también soy una bruja...claro que he estudiado y dominado mis habilidades desde que tenía 5 años...te repito, no es normal que una bruja tome a un aprendiz por gusto propio...dicen las antiguas leyendas que cuando una bruja toma un aprendiz, un vinculo especial surge entre estas dos personas, como una especie de relación fraternal o familiar...tu Jozsef, en ti depositaré el conocimiento, es el mejor regalo que te haré, por que solo el conocimiento perdura...- Jean colocó con suavidad el libro, la tinta, las plumas y los guantes sobre las piernas de Joszef.

Se hincó justo frente a el, y cortó una mata de flores silvestres de grandes petalos de colores amarillos,blancos y rosados, y puso las flores apretadas entre sus manos enfrente del rostro de Jozsef y murmuró -Pépeem K'ab-, sus ojos emitieron un brillo enigmatico, y acontinuación puso sus labios como si fuera a depositar un beso sobre las flores, sopló con suavidad y los petalos salieron volando por el aire, pero no bien se hubieron separado de la corola, tomaron la forma de hermosas mariposas de color rojo, eran mariposas de fuego, con alas que centellearon en llamas al separarse de la flor, y acontinuacion tras extinguirse rapidamente el fuego, se volvieron alas de colores escarlatas que dejaban tras de su aleteó un rastro de polvos brillantes en color rojo, una mariposa se paró en la nariz de Jozsef, produciendo una agradable sensación de calor, y las demas se posaron sobre los pies del muchacho, sus manos y sus ropas, dando la sensación de ser suaves besos,las mariposas revolotearon un rato mas alrededor inclusive de Jean, haciendo que se confundieran con el rojo encendido de su cabello, tras unos cuantos minutos, Jean chasqueó los dedos en el aire, y las mariposas volvieron a transformarse en los petalos de las flores que habia arrancado y callerón sobre las cabezas de los dos jovenes, la muchacha sonrió divertida y dijo tomando entre sus manos las de Jozsef.

-Te enseñaré eso y mas...conocerás los secretos de la naturaleza para dominarla y respetarla...y te ayudaré con tus dones natos...yo por ejemplo tengo el don de la clarividencia...que dices...aceptas.-terminó Jean mirandolo a los ojos fija e intensamente.


Off Roll::
Hey...como que señora ¬¬ jajaja señorita aunque te tardes mas! jajajaja ^^

Se coloco los guantes con rapidez moviendo los dedos para comprobar su movilidad era de esas personas que no podían quedarse quitas ni un segundo de modo que le era esencial por moverse con libertad aquella libertad tan deseada y valorada por la que daría cualquier cosa y con la cual sin desearía preferiblemente no vivir porque vivir sin libertad era mejor no hacerlo.

No escucho con demasía atención lo que decía habia logrado captar las pares mas esenciales de lo narrado pero habia sonado tanto a un sermón o algo parecido que habia terminado por pensar que era algun castigo -¿conocimiento? ¡¿ me enseñaras a escribir?!- le cuestiono con los parpados bien abiertos alegre de saber aquello lograría al fin poder escribir su nombre, leer aquel libro que su abuela le habia dejado en su poder y que mas sin embargo era inútil en sus manos.

Escucho las palabras y observo sus acciones las mariposas salieron despedidas como lenguas de fuego que centellantes alzaban vuelo posando sobre su cuerpo, sonrio riendo alegremente al ver aquella sobre la punta de su fría nariz, comenzando a calentarla al igual que su cuerpo entero mas no tardaron en desvanecerse y ser nuevamente aquel montón de rabillas y demases que habían sido en un principio.

Tomo el libro entre sus manos abriéndolo en una pagina cualquiera, extendiéndolo hacia Jeanette era un joven usual y se encontraba tan feliz que no habia logrado a comprender todo lo que decía la magia que pudiese enseñarle paso a un segundo plano cuando descubrió que alguien le enseñaría a escribir su nombre –József Bároti- pronuncio golpeando con su dedo índice la hoja, sonriendo mientras la observaba -¿podrias escribirlo?- le cuestiono curioso tendría ahora una identidad, dejaría de ser un analfabeta, comprendería la magia y podia leerla ¡podria leerla!

-oh Jeanette porfavor- le pidió hincándose , tomando entre sus manos la manzana y observándola unos instantes no tenia hambre de modo que no la comería quizá mas adelante pudiese dársela a alguien que la necesitaba mas que el -¿puedes enseñarme a escribir mi nombre?...y a crear mariposas de colores…quiero ser como mi abuela- exclamo recordando aquella época –ella hacia figuras con humo en la fogata…podia hacer que los lobos hablasen y el cielo relampagueara ¿puedes tu hacerlo…¿puedes tu enseñarme?- le cuestiono inclinando su rostro hacia ella expectante.

Rió divertida cuando observó la expresión del rostro de Jozsef, en verdad era como un niño pequeño, le recordaba tanto a uno de los niños del orfanato donde habia crecido, que se sentía como una especie de hermana mayor, Jeanette asintió en silencio cuando escuchó la petición de Jozsef.

Cogió el libro, una pluma y la tinta, remojó la tinta en el libro, y acontinuación con una elegante caligrafía garabeto el nombre del chico en el extremo superior de la primera hoja.
"József Bároti", ademàs en la esquina superior izquierda apuntó la fecha del día para que lo recordará, Jeanette colocó el libro sobre sus piernas y se lo enseñó.Tomó con firmeza la mano de Jozsef, y cogió la pluma que aun tenia rastros de tinta.
-Ahora intentalo tu, afloja tu mano, y dejate llevar.-dijo Jean, deslizó con suavidad la mano del chico por el papel, indicandole el trazo para hacer su nombre, lo fue colocando en orden de lista, para que fuera distinguiendo cada una de las letras, primero dibujo con la mano de Jozsef la letra J-O-Z-S-E-F B-A-R-O-T-I.
-Imagina que el papel es un animal pequeño como un conejo o un gato, y que en vez de acariciarlo con tus manos lo harás con la pluma y la tinta, si lo acaricias muy fuerte lastimarás al animal, por ello tu mano debe de permanecer relajada, estos numeros es la fecha de hoy...para que no olvides que en este día nos hemos conocido, y quizá cuando muera pienses un poco en mi.-sonreí, antes de proseguir le recordé a Jozsef algo.

-Nunca utilizes ni enseñes este libro a cualquier persona Jozsef, las personas que practicamos la magia somos cazados peor que animales, aun se levantan hogueras para quemarnos, ten cuidado, pues este libro será tu Grimorio especial...un grimorio es el libro en donde anotas todos los hechizos, pociones y encantamientos que conozcas.- mi rostro adquirió una actitud seria mientras contemplaba los hermosos ojos bicolor de Jozsef, uno era verde como los mios, y el otro ojo azul como el cielo en verano.

Volví a coger su mano y con mucha suavidad, le enseñe a dibujar el alfabeto letra por letra en mayusculas y minusculas.-Este es el alfabeto utilizados por todos, aunque no es el único, memoriza bien los grafos y practicalos muchas vecez- saque de la bolsa un cartón un poco mas grande que el libro de Jozsef, era un silabario.-Y este silabario te enseñará a comprender y leer las palabras que vallas encontrando...por ejemplo, si juntas la letra C con la O, obtienes la silaba Co, si añades las letras N y E, obtendràs la silaba NE, y por ultimo si añades las jetras J y O, que son las dos primeras de tu nombre tendras la silaba JO...si juntas las tres silabas tendras CO-NE-JO-le dije a Jozsef entregandole el silabario, en ese momento se habia ido absolutamente todo el dinero de mi ultima noche, pero no era algo que me interesase mucho.

-Ahora intenta escribir alguna palabra, comienza con algo facil, como cafe, las letras que debes utilizar es la ce, a, efe, y e, no será tan dificil, ademàs luces como un chico apuesto y muy inteligente.-

Una fresca brisa soplo en ese momento meciendo mis cabellos y haciendo que se deslizaran como si estuvieran mecidos por el agua.
-Puedo enseñarte eso y mas querido Joz...no te molesta que te llame así...puedes llamarme Jane tambien si lo deseas, pero escucha, algunos encatamientos y conjuros tardarán mas tiempo en aprenderse que los mas básicos, cuando lleguemos a ese punto deberás de permanecer completamente concentrado y atento, cualquier distracción por minima que sea, tendrá resultados terribles..-El tono de voz empleado era por que en efecto parecía que en algunos momentos el chico se distraía con mucha facilidad y dejaba de poner atención en las palabras que le decía.

Deslizé mi mano con un movimiento delicado por el pie de Jozsef, rozando la planta de sus pies desnudos con la yema de los dedos, y al separarla un rastro de humo apareció como si hubiera sido creado por la fricción de mi mano con la planta de su piel, el humo giró alrededor mio como si de una serpiente se tratase.- Keh Balám- murmuré una vez mas, el humo cambió de forma, se dividió en varios fragmentos, que recrearon un cuadro silvestre; un grupo de venados saltaban y corrían en alegre tropel por el aire, al entrar en contacto con alguna parte del cuerpo de Jozsef o el mio, se disolvian en una boluta de humo y volvían a tomar la forma de siervos, uno inclusive se detuvo entre las piernas de Jozsef y le dedico una mirada de humo, los ciervos continuaron corriendo en alegre tropel, hasta que musité una palabra nueva.-Navis fûmus.- los venados se deshicieron y se reagruparon en la voluta de humo de la cual habian brotado, y se transformaron en un magnifico y hermoso barco de vela que permanecio estancado entre mis manos, apenas sople sobre el, las velas del barco se hincharon y el navio comenzo un silencioso viaje hacia el horizonte hasta perderse de nuestras vistas.
-Te gusta Jozsef...puedo enseñarte a hacer todo eso y mas.- rei divertida, la verdad es que tenia tiempo que no realizaba encantamientos, pasando tanto tiempo en las calles no me daba ya mas que para practicar mi oficio...la prostitución

Suspiro ampliamente antes de dejar deslizar su mano por encima de la hoja manchando tras de si una estela de tinta negra que dejaba a la vista los mismos simbolos que antes la mano de Jeanette habían formado aunque los suyos eran trazos temblorosos y regordetes no acostumbrado aun a sujetar aquel objeto –mi abuela me dio su Grimorio- le indico con la mirada fija en su nombre porque ese era el plasmado en una hoja –pero no puedo leerlo…- bajo la mirada con tristeza tantos años en sus manos y ni uno, ni un solo hechizo habia logrado aprender cuando el libro rebosaba de ellos –pero ahora podre…si…porque tu me vas a enseñar- una sonrisa calida desfiguro sus labios de aquellas sonrias que parecían poder frenar la mas terrible guerra o derretir el hielo mas grande del mundo una de esas sonrisas que no todos sabían brindar.

Su mente era ágil, aprendía con rapidez indescriptible de modo que cuando la mujer le pidió escribir café no se limito a un vocablo tan sencillo, con pulso imperfecto y caligrafía estrafalaria logro escribir la palabra indicada además de barco a un lado de la misma, utilizando el sonido de las palabras de su nombre y la ya aprendidas habia sido cuestión de observar y escuchar –barco- exclamo señalando la palabra –puedes llamare Józ y puedes decirme Sef…yo sabré que te refieres a mi no- aseguro volteándole a ver cuando le pidió atención.

El movimiento en su pie le hizo contraer los dedos con rapidez y dejar aflorar una risa corta que resonó en el ambiente hundiéndose en las aguas frente a ellos, era como lo que hacia su abuela crear seres parcialmente vivientes, ilusiones en base a humo, los ciervos se movían con agilidad, con aquellas largas patas y cornamentas rozando el fresco aire, partiéndolo por la mitad, desapareciendo y dando paso a un navío, uno que izando velas emprendió la huida.

Asintió energéticamente, escribiendo las palabras pronunciadas en una hoja continua a donde se encontraba su nombre, debajo de navis fumus escribió barco, la palabra ya antes aprendida y humo aunque con la faltante al principio -¿Cómo se escribe ciervo?- le cuestiono moviendo los pies alegremente, sabia escribir su nombre y sabia ya pronunciarlo, sabia el abecedario y podía escribir cualquier palabra mientras le dictasen letra por letra sabia ademas escribir barco, conejo y café, inteligente y apuesto -¿Cómo se escribe familia?- le cuestiono sonriendo, podría ahora enseñarle a sus hermanos que sabia ya todo aquello.

Cuando observé la sonrisa de Jozsef una sensación extraña se removió en su interior, era como si esa sonrisa hubiera desarmado todas sus defensas que desde hacia años se habia puesto, acarició el rostro del muchacho y le dijo con cierto aire de melancolía en la voz.-Me hubiera gustado tanto tener un hermano como tú Jozsef...aprendes muy rápido eres inteligente, mira que eres afortunada, ademàs del grimorio que perteneció a tu abuela, tendrás el tuyo propio con los hechizos y pociones que te valla enseñando.-y valla que lo era, yo habia tardado 17 largos años en completar el mio, y cada día iba anexandole hojas nuevas, pues estudiando iba conociendo nuevos conjuros, y ademàs me gustaba experimentar con ellos.

-Anota el hechizo de las mariposas así, te pondré la pronunciación en la lengua muerta, y la original en nuestro idioma para una mejor referencia.-con suavidad cogi la mano de Joz y dibuje en el papel las letras P-E-P-E-E-M K-A-B, y a continuación las letras que deletreaban las palabras Mariposa de Fuego, mee sorprendió la facilidad par aprender, sus trazos aun eran irregulares y disparejos como los de un niño, pero comenzaba a aprender rápido.
Anote tambien las letras del conjuro del humo para darle forma de venados K-E-H B-A-L-A-M, le ayudo a escribir ciervo deletreandole las letras C-I-E-R-V-O, y posteriormente le deletree las letras de la palabra familia F-A-M-I-L-I-A, fue entonces cuando se me ocurrió una pregunta que no le habia hecho antes.
-Jozsef...¿tienes familia?, por lo que me dices, parece que tu abuela ha fallecido, pero hay alguien mas contigo, hermanos, madre, tios, o algo- dije con cierto tono de curiosidad, mientras lo contemplaba fijamente a sus ojos con media sonrisa de lado, era como un niño pequeño, su alma desbordaba inocencia y candor, algo que hacia mucho tiempo no solía ver.

Dejo que su mano resbalase por encima del papel mientras la pelirroja le indicaba los trazos que debía seguir memorizándolos con maestría y logrando asi repetirlos de ser necesario sin necesidad de tener un guía, la verdad era que escribir se le facilitaba mas que leer, observaba la palabra y la repetía por memoria no por aprendizaje por el contrario podia escribir ya palabras dictadas por letra y copiar una ya aprendida.

-tengo una hermana- le indico observándola con atención mientras le relataba –tengo una familia pero no son de sangre como la gente conoce, somos hermanos de las calles…- le indico asintiendo ¿Cómo decirle que eran una pandilla de ladronzuelos? Debía decirlo, mentir no era bueno –nosotros robamos ¿sabes? Luther y mi hermana siempre me acompañan…somo una familia- le indico sonriendo dulcemente porque creía sus propias palabras, las creía firmemente.

Rozo entonces la piel de la mejilla de la mujer pronunciando aquellas palabras escritas en papel, los venados salieron despedidos dando giros y cornadas de un lado a otro, apaciguándose y rodando por el viento en una pista imaginaria, uno de aquellos se desvaneció al estamparse en su rostro y el otro dando vueltas se consumió a si mismo, sus parpados se abrieron enormemente no asi lo habia pensado –creo…que no salió bien- murmuro.

{lamento lo corto!}

-mmm valla en cierto sentido eres como yo...bueno desde pequeña me crié en un orfanato, creo de recien nacida segun me contaban...bueno no, no eres como yo Jozsef...yo no tengo una pandilla ni a nadie mas aquien llamar o considerar de mi familia.-dijo poniendose seria y guardando silencio, no, no deseaba que la conversación se fuera por ese punto, no deseaba que aquel chico supiera a lo que se dedicaba, una mujer que debia vender su cuerpo no siempre al mejor postor, el hambre y la necesidad no conocian de gustos físicos ni sentimentales, y debia de pertenecer a aquellos que le pagaban o pasar noches o dias enteros sin probar bocado, y sin poder regresar a su humilde cuarto por alguna renta atrasada.

Un nombre pronunciado por el muchacho hizo que Jean levantara una ceja y dijera sorprendida.
-Luther?...de casualidad no es un chico aproximadamente de tu edad de apellido Bauer o algo asi...hace unos dias conoci a un chico llamado Luther en uno de los callejones de la ciudad, fue un encuentro raro, pero me parecio ademas de agradable bastante simpatico...bueno en cuanto a robar no soy quien para juzgar lo que hagas Jozsef, pues...avecez las personas tenemos que hacer cosas que no son bien vistas por la sociedad para poder sobrevivir...solo te pido que tengas cuidado, el castigo para los que roban es terrible, les cortan las manos y la lengua, no me gustaria que te hicieran daño, ¿fue por eso que esos policias te estaban molestando verdad?, no son demasiado buenos con nosotros los pobres.- tal vez se trataba del muchacho que me habia besado de improviso y de paso meterme mano para despistar al policia que habia pasado cerca de nosotros.

Senti la mano de Jozsef acariciando mi mejilla, y entonces observé como intentaba el truco del humo y los venados, uno de ellos se estampó en mi cara lo que me hizo arquear el cuerpo en un ataque de toz, otro se quedo girando sobre si...un completo caos, pero no se lo iba a decir con aquellas palabras, cuando observé la cara de Jozsef, estalle en una alegre risotada.-Jajajaja en efecto Jozsef, no ha salido muy bien que digamos, concentrate...visualiza en tu mente que es lo que quieres que los venados hagan...imagina que tu les vas a dar ordenes mentales para que ellos te sirvan, enfoca mas tu pensamiento y concentrate mejor en las palabras-dije observandolo, recordé algo que iba a decirle desde el principio.
-Existen tres tipos de magia, o mejor dicho de magos, los magos que conjuran sus hechizos con palabras de activacion o mágicas- me levante y cogí una copa que llevaba tambien en la bolsa, pronuncie una palabra -Aqua-y el vaso borboteo llenandose hasta la orilla de agua, proseguí con mi explicación .-Existen aquellos hechiceros que por medio de ademanes realizan sus poderes-elevé la copa por encima de nuestras cabezas y vertí el agua al vacio, pero en ese exacto momento, hice un movimiento con la palma de la mano y el agua se quedo flotando tomando la forma de una esfera que giro sobre si misma muy lento, mantuve la mano extendida hacia la esfera y al final dije en un tono serio.
-Y existen los hechiceros, que realizan sus poderes con el simple pensamiento, eso será lo ultimo que te enseñaré Jozsef, sera un camino arduo pero creo que lo lograras rapido.- cuando termine de hablar me vastó con quedarme en silencio y clavar los ojos en la esfera, para que esta se cristalizara en hielo, comenzo a crujir y al final estalló en una hermosa lluvia de escarcha que calló al cesped derritiendose rapidamente...
-Comenzaremos con los conjuros de palabras-

Escucho con atención sus palabras pensando en lo triste que debía de ser no haber conocido a sus padres, sus labios se posaron entonces sobre la mejilla de la mujer depositando en esta un casto beso que mas parecía el roce de sus labios de forma imprecisa y no razonada –tuve suerte de encontrarlos- aseguro asintiendo y bien sabido tenia aquello ¿Cuántas posibilidades habia que encontrar a alguien mas robando? Y haber terminado entonces viéndole de la familia, porque cuidaría de Luther tanto como lo hacia de su propia hermana.

-el mismo- exclamo emocionando al saber que la mujer de cabellos de fuego le conocía la curiosidad le embargo entonces de pies a cabeza –yo le dije que me llevara se lo pedi…pero el insiste en que hay cosas que desconozco y que el no me enseñara yo no se que pueda ser tan malo- le indico comenzando a hablar sin nadie que pudiese detenerlo porque era un joven platicador dada la ocasión y el tema -¿Qué hicieron? Luther es bastante agradable quizá en un principio algo estresante…mi hermana le dio un golpe en el estomago la primera vez que nos vimos…- recordó aquella ocasión con alegría dejando que una sonrisa deformara sus alargados labios, porque y pese a su edad su cuerpo aun no se revolucionaba al tener el cuerpo de una mujer cerca tampoco de un hombre, sus pensamientos no podían ir mas alla de un dulce abrazo o un beso escurridizo.

-¿la sociedad? Creo que te estas equivocando- sonrio de medio lado el no conocía las reglas éticas ni las estipuladas por la sociedad en que ahora vivía y como no las conocía no podia preocuparse en seguirlas o no –es una diversión no una necesidad- no habia cosa mas embellecedora que salir triunfante de una persecución a quien por rehén querían tomar la libertad de uno –fue mi culpa por no haberme fijado lo cerca que estaban- le indico seguro de aquello era su deber estar atento de los peligros.

Ya no quería venados no no por lo menos de momento lo intentaría después cuando sus fracasos no terminaran por ahogar a la peliroja -¿me lo dictaras para poder escribirlos?- le cuestiono curioso observando las dos oraciones que tenia ya redactadas para realizar los primeros hechizos, bailaría entorno al fuego y hacia salir de este inmensos navios y una familia de ciervos bailarían a su alrededor, las mariposas emprenderían vuelo y los pájaros trinarían por verle bailar.

Me tomo por sorpresa el beso que Jozsef depositó en mis labios, era un gesto sumamente noble y muy tierno, algo que en verdad nunca antes, y cuando decia nunca en verdad era nunca, ningun otro hombre o persona habia hecho, quizá como saludo, mas no por que asi le naciera hacerlo, me acaricie la mejilla, donde Jozsef habia puesto sus labios, y sonreí con la misma candidez e inocencia con que Jozsef lo hacia, ¿inocencia?, era una palabra que habia perdido hacia mucho tiempo atras, se borró de mi haber cuando abandone el orfanato y a la ultima familia que me crió, me agradó la forma en que se expresaba de Luther.

-Sabes Jozsef, creo que yo tambien he tenido suerte de encontrarte-
Suspiré mientras depositaba la copa vacia en el piso, y pensaba mi respuesta.
-Bueno haces bien en obedecer a Luther, el sabe por que hace las cosas...y si, en un principio estuve a punto de soltar un maleficio o una bofetada sobre el, pero...me agrado su compañia...aaah..que hicimos?...eeh...bueno...ah...como te lo diré- se lo decia o no?, no queria que tuviese una imagen de mi fea, pero el habia sido honesto conmigo.
No quiero que nuestra relación se vea afectada por lo que te voy a decir, ni que te forjes una idea erronea de mi por el oficio que he decidido seguir...conocí a Luther mientras lo perseguía la policia, yo estaba fumando afuera de un callejon en una calle vacía y solitaria, mientras hacia la calle, tu hermano paso por ahi, y para despistar al policia que lo perseguía se avalanzó sobre mi, besandome de improvisto para despistar al guardia...solo fue un beso..verás Jozsef...soy una prostituta, o como nos llama la gente de clase alta " Desafortunada", una mujer que...vende su cuerpo a los hombres por dinero...-me quedé callada despues de aquello sentía que no podia mirarle a los ojos, un ser tan inocente comprendería acaso mis acciones...lo dudaba y comprendería si se decepcionaba de mi.
-Debes de tener cuidado cuando te diviertas, para la gente no es divertido y podrian castigarte...si Jozsef, te enseñare todos los hechizos de palabras y posteriormente comenzaremos a trabajar con los ademanes al par que aprenderás pociones y remedios.-mientras hablaba mi mirada se mantuvo siempre en el suelo, evitando a toda costa encontrarme con los ojos de aquel muchachito.

-y no los has visto convertido en perro- exclamo animadamente entre frescas y suaves risotadas que afloraron de sus labios como la mas dulce de las sinfonías –es un animal hermoso- aseguro recordando aquellas noches en que con su porte de Hovawart andaba siempre junto a el y a su hermana…entonces cayo en cuenta ¿y si Luther no le habia dicho que era un cambiaformas? O no lo habia delatado, a su propia familia.

Lo observo con curiosidad mientras sus palabras seguían fluyendo no pareció novedad que la policía siguiera a Luther era un joven menos escurridizo de lo que el y su hermana pudiesen ser porque no habia sido criado por gitanos y no conocía las mañas de estos, pero era ágil de palabra y son lugar a duda con una mayor resistencia que el mismo ademas de un espíritu mas emprendedor y duradero. Se apeno entonces porque sus besos no eran como los de su hermano los de Luther parecían estar tan cargados de alguna emoción que el mismo desconocía, una pasión tal que parecía querer arrancar los labios de una mordida cuando los de el parecían intentar besar el alma y no el cuerpo.

La palabra prostituta no le indico nada de modo que su expresión no cambio ni un ápice, cuando escucho lo siguiente sus parpados se abrieron enormemente -¡no!- exclamo aterrado no por lo que aquello implicaba ¿vendia su cuerpo? ¿para que lo vendia? Quizá para…ser retratado o…hacer trabajos pesados, su falta de malicia y conocimiento le obligaban a pensar aquello sin siquiera sospechar la cruda realidad, lo que realmente le aterraba era el hecho de que la mujer frente a el perdia sus libertades cada que vendia su cuerpo y la libertad era lo único fundamental en la vida.

Tomo las mejillas de la mujer entre sus manos alzando su rostro para poder verlo fijando su mirada sin ver porque la desigualdad en sus iris impedían sentir que atravesaba el alma sino la acariciaba con suavidad, como mas nadie sabia hacerlo –tu cuerpo es libre y tu lo eres…nadie puede amar sus cadenas aunque estas sean de oro- le indico recordando haber escuchado eso en algun lado, dejo de lado el tema de los hechizos porque mas importante era su libertad.

-No no tuve la oportunidad de verlo transformado en perro, pensé que siendo un cambiaformas sería algo mas agresivo, como un lobo o un animal de esos salvajes.-dije llevandome el dedo indice al menton, ahora que lo pensaba yo en verdad creía que se podia transformar en algo mas " imponente", que un perro, pero no habia tenido la oportunidad de verlo así, los perros me gustaban, ojala que un dia pudiera verlo.
-Me gustan mucho los perros, creo que son de mis animales favoritos, ojala que un dia podamos dar un pequeño paseo todos juntos...si a el no le molesta claro esta-.

Escuchó la negacion de Jozsef, si, lo sabia perfectamente, una persona como el, no iba a comprender que una mujer vendiera su cuerpo para complacer las necesidades sexuales de la gente, queria irme ya, estaba a punto de coger mi bolso y salir corriendo lo mas rápido que mis tacones me permitieran y alejarme de ahi, y perderme en las calles para siempre, y solo tener a Jozsef como el recuerdo de una tranquila y amena tarde de otoño...pero un par de manos suaves se aferraron a mis manos, levantó mi rostro, y mis pupilas se encontraron con las suyas, acarició la suave piel de mis mejillas, asi debia sentirse las manos de un angel sin lugar a dudas.
-Mi libertad es lo mas valioso que tengo, es lo único que me queda además de la pobreza y mis conocimientos...tienes razon Jozsef...no te preocupes, solamente dura unos minutos, y luego se van...y no vuelvo a verlos casi nunca.-no pude aguantar mas, y me aferré al cuerpo de Jozsef, abrazandolo con fuerza, como si fuera alguien abrazando a alguien a quien sabe que indudablemente no volverá a ver.
-Quisiera que Luther te explicará lo que significa ser una prostituta...no tengo el valor para hacerlo yo, Jozsef...perdoname.-acaricie el ensortijado cabello del muchacho como una madre que consuela a su hijo triste, aunque en ese momento era yo la persona triste.

-pero se llevan una parte de ti- murmuro con tristeza agolpándose ya algunas saladas y cristalinas lagrimas en sus ojos, haciéndolos brillar como un espejo de cristal como la superficie acuífera frente a ellos aunque sus orbes lucian mucho mas puros y limpios que aquella agua ennegrecida en su minoría.

Le abrazo de igual forma hundiendo su rostro entre sus cabellos humedeciéndolos al tacto con las lagrimas que suicidándose por sus mejillas terminaban enredadas en aquella maraña de cabellos de fuego –no te preocupes- le pidió en voz baja y apenas perceptible –yo le pediré que me lo explique y si no quiere insistiré…hasta que lo haga y después ire a hablar contigo- aseguro porque suponía que nada bueno era si a ella tanto trabajo le costaba decírselo y aun mas le era imposible explicarle.

-pero no temas que te juzgue…yo te amo y eso no cambiara- murmuro desconociendo la magnitud de la palabra que habia decidido o no utilizar, querer quizá era mas acorde aunque suponía el amar a todo mundo, todo ser viviente merecedor de aquello y solo los asesinos se negaban a serlo por voluntad propia ¿Cómo se podia amar a alguien que le robaba la libertad a otro? A su parecer sencillamente no habia forma humanamente posible.

Se separo con suavidad acariciando sus mejillas nuevamente, alejando el libro de su regazo por miedo de que alguna revoltosa lagrimilla fuese a caer sobre la tinta corriéndola, echando a perder el progreso y el esfuerzo que aquello le habia costado, porque parecía haber hecho con facilidad y quizás asi habia sido pero, no el gustaría pero destrozado si primer trazo en papel, lo cerro dejándolo a un lado limpiándose el rostro con rapidez –no pidas perdón…no has hecho nada malo- aseguro con calma y sinceridad.

¿Habia dicho la palabra amar ? y la habia dicho con tanta naturalidad, que no me cupo la menor duda del caracter inocente de Jozsef, como un pequeño, y ella sabia perfectamente que los niños son las personas mas sinceras y puras del mundo, por lo que podía estar segura de sus palabras.

Los ojos de Jozsef se cuajaron de lágrimas, no pude sentirme culpalble, algunas lagrimas tambien resbalaron por mi mejilla, mezcla de muchas emociones intensas, que hacia mucho tiempo habia creido capaz de no sentir, hacia muchos años tambien que ya no lloraba, y eso mas que entristecerme, me daba animos, por que quería decir que en el fondo, después de todo, no dejaba de ser una persona.

Cogí mi chal verde, y lo tomé de una punta, pasandolo por las mejillas de Jozsef, limpiando sus lagrimas de aquellos hermosos ojos -No llores por mi, por favor Jozsef, no quiero que conozcas de tristezas, solo prometeme que si despues de que Luther te lo expliqué, si ya no deseas verme, al menos pensarás en mi, por que yo prometo hacerlo siempre.-dije plantando con suavidad un beso en las mejillas del muchacho.

La tarde comenzaba a refrescar, y coloque mi chal sobre los hombros de Luther envolviendolo como una madre que arropa con cuidado a su hijo, y entonces recordé algo que me habian dicho de niña .-Cuando crecí en el orfanato, los niños siempre me decían que yo venia de Irlanda o de Escocia, por que el cabello rojo, no es un tono muy común entre los Ingleses, antes de venir a vivir a Francia, estudié un poco del idioma original Escoces, y aprendí solo dos palabras...Mo Cushle, que significa mi angel...Joz, ¿puedo llamarte así ahora?-termino Jean, acariciando las manos del muchacho con una mirada sincera en los ojos.

-pensare en tu cada que vea barcos y ciervos, cada que haga hechizos, cuando el humo flote por el denso ambiente estarás presente- le indico resguardándose en sus brazos después de aquel fino beso sobre su tersa y ahora húmeda piel. Se lo prometía no, se lo juraba, juraba que jamás la olvidaría y se juraba también a si mismo que sin importar lo que aquella palabras significara no dejar de ver a Jeanette con los mismos ojos de eterna devoción por haberle enseñado lo que nadie mas habia querido.

-puedes llamarme como quieras- aseguro acurrucándose por encima de su pecho, cerca de la clavícula desconociendo lo que los dotes femeninos causarían en cualquier otro hombre a aquella distancia porque la atracción física no existía para el, un ser creado no para la lujuria sino para la pureza, el amor desinteresado, ojos ciegos aun pudiendo ver.

Y eso no dejaba de lado su curiosidad misma que en los últimos días habia crecido con rapidez, como si comenzara a percatarse de lo que en dieciocho años no habia podido, no conocía del rubor o la vergüenza su cuerpo no sabia transmitirle tales sentimientos de modo que sin chistar cuestiono -¿podre visitarte? ¿Dónde vives?- no quería dejar de verla porque no importaba que o como seguiría pasando tiempo con ella, aprendiendo dia a dia, conociendo.

Sentí el cuerpo de Jozsef aferrandose al mio y su rostro recargandose entre mis senos, deslize mis dedos como si fueran un peine con delicadeza entre su alborotada maraña de cabellos, abrazandolo con infinita dulzura -Gracias Mo Cushle.- respondi.

Suspiré observando el cielo en el horizonte, cubierto de colores violetas y dorados, de naranjas que se mezclaban con amarillos y nubes rosadas y moradas que parecían provenir de un hermoso sueño, tomaban formas de animales, de seres fantasticos, de hadas y de cabezas de brujas, todas las formas que podia adivinar se dibujaban entre las nubes, tomaban la forma de angeles, y agradecía poder tener a uno de ellos en esos momentos entre mis brazos, susurré en el oido de Jozsef como si estuviera contandole un secreto muy importante
-Solo te harían falta alas para ser un angel Jozsef, nunca lo olvides, nunca permitas que nadie te haga creer que no eres mi pequeño angel.- Cuando Jozsef me pregunto por mi casa, fue como encender una vela que se habia consumido, la vela representaba una idea que tenia desde hace varias horas, y que se habia consumido, pero ahora Jozsef se habia encargado de encender de nuevo.
Sin embargo no lo despegue de mi cuerpo, me agradaba tenerlo abrazado a mi, sabia que era el primer hombre que me abrazaba sin malicia, sin desear mi cuerpo, sin deslizar manos sucias y profanas entre mis pechos, sin arrancar mi corsette, no importando que le suplicara que tuviera cuidado pues los botones eran bastante caros, y que ademàs no me miraba raro o me golpeaba por los comentarios que hacia.

-Puedes visitarme diario, y comer conmigo si lo deseas, vivo en un callejón cercano al lugar conocido como la corte de los milagros, vivo en un pequeño cuarto, tiene dos habitaciones, una cama muy grande y suave,y una sala con muebles que me regalaron, en la sala se encuentra tambien la cocina donde te enseñaré a preparar pociones y brebajes, y donde podré cocinarte un pastel, si es que te gustan, soy buena repostera, después cerca de la recamara que es el cuarto mas grande podrian acomodarse comodamente en el lugar unas cuatro personas bien distribuidas, esta el baño...seguro te gustará mi casa, es pobre y no es muy lujosa, pero procuro mantenerla habitable, aunque no suelo recibir muchas visitas-le dije a Jozsef, jugueteando a hacer remolinos con su cabello entre mis dedos.

No lo haría asi como jamás alguien le haría pensar que no era libre, era libre y era ahora un ángel el ángel de Jeanette , se dejo acariciar cerrando los parpados sintiendo la fresca brisa mecer sus cabellos y enfriar su cuerpo con mayor facilidad sus pies descalzos pero el no calzaría zapatos de ningun tipo no lo habia hecho en los años pasados y no planeaba comenzar por aquel le gustaba sentir el suelo, la tierra y las piedrecillas, le agradaba sentirse sabido de la naturaleza lo mantenía libre, a cada segundo le recordaba que lo era.

La corte de los milagros, tenia poco en Paris de forma que si bien la habia ya escuchado no habia estado demasiadas veces en aquel lugar quizá porque habia estado mas interesado en recorrer los bosques y campos con frecuencia –te visitare tan seguido como pueda- aseguro al instante pensando que no podia ir a comer todos los días eso seria aprovecharse de su cariño y hospitalidad pero podia ir quizá una vez a la semana a hablar con ella, abrazarla y aprender, lo haría en cuanto Luther le explicara aquello que la mujer de rojiza mata de cabellos no se veía capaz de pronunciar.

-¡ a mi me gustan!- aseguro recordando una vez que habían hurtado un pastel completo de una repostería habia sido una ardua labor por lo que suponía correr con el objeto por las calles, su hermana menor habia distraído al vendedor preguntando algunos precios con su rostro angelical mientras Luther quien lucia siempre menos fachoso que el entraba, lo tomaba y salía corriendo, József le habia esperado ya en las afueras del local, habia sido el relevo y una ves con el pastel habían salido corriendo en diferente dirección el por ser el mas rápido de todos llevaba aquel objeto y el hombre aunque le habia seguido por mas de quince calles habia terminado cansándose y regresando con perjurios manar de sus labios.

Se habían fijado claro estaba que alguien hombre no necesitara la ganancia de dicho alimento para subsistir por algunas semanas pero la prole alta solia visitar aquel local comprando tales delicias por precios altísimos se habían dado aquella noche un banquete de pan y leche, sonrio ante el recuerdo habían prometido hacer lo mismo con alguna dulcería.

-podria también invitar a Luther…seguro le agrada verte- asevero sonriendo de medio lado, separándose lentamente del pecho de la mujer por temor a quedarse dormido -¿Qué clase de brebajes? Yo se algunas con hierbas- le explico sacando de su morral una caja llena de diversas plantas a quienes habia pedido permiso de arrancar antes de hacerlo.

Aplaudí con gusto cuando Jozsef me dijo que me visitaría cuando pudiera y que además le agradaban los pasteles.
-Eso sera perfecto, haré uno del sabor que mas les guste, y veré si puedo conseguir una cama extra, por si pasas por ahi de noche y no tienes a donde ir.-solo tenia una cama lo suficientemente grande, pero por si las dudas no me parecía mala idea conseguir otra, además la recamará era el lugar mas espacioso de la casa, y el que mas disfrutaba yo aparte de mi cocina.

Me senté observando a Jozsef unos momentos mientras rebuscaba algo en el bolso que habia llevado, saque un frasco con un liquido de color morado, y lo puse sobre mis manos, era perfume, lo destape y deposite un poco del perfume entre mis manos, tenía un aroma a lavanda que me encantaba, coloque un poco en el cuello de Jozsef y en sus muñecas tambien .-Es perfume...ahora olerás dulce como una flor de lavanda, espero te agradè, pero no traigo otra esencia, te puedo enseñar a preparar perfumes por ejemplo,o puedo enseñarte a preparar de estas- cerré la tapa de la botellita de perfume, y acontinuación saque un frasco con un brillante liquido rojo como el de los rubis, lo destape un poco, y lo heche sobre la copa de agua que tenia en el piso, apenas hubo el liquido entrado en contacto con la copa, esta comenzó a derretirse como si fuera un helado al sol, hasta quedar reducida a una masa amorfa de plastico amarillento.
-Estas pociones me han salvado la vida en los momentos en que mi vida ha peligrado Jozsef, te enseñare magia tanto ofensiva como defensiva, hay gente mala, que no dudará en lastimarte, y entonces tu tendrás que defenderte, por que no siempre estaré yo presente para ayudarte-dijo en un afectuoso tono maternal, chasqueó los dedos y añadio rapidamente.
-Por supuesto que puedes llevar a Luther, aunque no se si Luther este dispuesto a querer verme de nuevo, tal vez se enoje conmigo cuando le preguntes que te explique sobre....sobre lo que me dedico, pero por supuesto que puede ir!, siempre y cuando que si lo llevas a alguna clase le prometas estarse quieto y no hablar, para no distraer tu concentración ni la mia, o podria salir algun hechizo mal y terminar convertido en un caracol con cabeza de gallina.-rei divertida ante mi comentario imaginandome como se vería eso.

-a mi me gusta de vainilla- aseguro sonriente y no solo era el sabor sino el olor y los colores, aquel beige que lucia tan cremoso y esponjoso que dentro de la boca se consumía lentamente mientras mascabas claro que era su favorito porque era el que su abuela siempre l horneaba siendo también el favorito de la señora –no te preocupes nosotros nunca tenemos a donde ir vivimos en una casa abandonada pero la hecho vuelto lujosa para nosotros- rio porque a lujos se refería a tener unas mantas y algo se comida, ropa y otras baratijas que en lo absoluto servían.

Olio sus muñecas cuando Jeanette le impregno aquel aroma que le hizo estornudar y sonreír no estaba acostumbrado a que su cuerpo oliera a algo porque el asi lo decidiera normalmente si pasaba el dia e el bosque la húmeda y tierra se impregnaba a su ropa si lo hacia en un campo de fresas el aroma seguía en sus cabellos si pasaba el dia en los altos trigos y espigas aquel era el aroma de su cuerpo aunque últimamente el olor del trigo parecía no despegarse de su ser.

Observo también como la copa se derretía sorprendido porque no la habia desaparecido y ya, la habia consumido lentamente tan lentamente que el poseedor de un solo ojo habia podido percatarse de ello –pero…- murmuro recordando el hombre del metro que habia pretendido darle una bofetada en todo caso aquel no era motivo suficiente como para regresarle la acción, el el quien nunca habia golpeado a nadie porque se limitaba a forcejear y negar.

-¿por qué alguien quería lastimarme?- le cuestiono curioso quizás ella sabia algo que el desconocía en su inocencia –yo no conozco a alguien que quiera herirme ¿tu si?- le cuestiono escuchando con mayor atención lo de Luther, riendo con ganas al imaginarse una gallina con cabeza de caracol ¿o era acaso al revés?

-¿te dedico?...¿por qué no me cuentas tu?- su mirada divergió nuevamente hasta caer sobre el césped se sentía como un niño torpe, uno que desconocía el propio mundo en el cual vivía, las mentiras nunca eran buenas prefería las verdades por mas dolorosas que fueran –Luther puede ser muy callado cuando quiere- aseguro asintiendo lo llevaría claro estaba para que viera sus avances y se sintiera orgulloso de el.