Los hilos del destino {József}

por **Jeanette Kelly** Sáb Oct 16, 2010 12:21 am

Recuerdo del primer mensaje :

Si, algunas vecez el destino es implacable, fue lo primero que pense mientras aguardaba la llegada de una cita en aquella laguna, todo lo contrario a lo que se pudiera pensar no estaba esperando la llegada de un cliente, todavía era demasiado temprano, el reloj de la plaza apenas marcaba el inicio de la hora sexta, era la hora en la que me habia citado con aquella persona, pero habia decidido salir media hora antes...no me gustaba hacer esperar a la gente.

Durante la mañana mientras me encontraba haciendo las compras habituales en el mercado de mi canasta basica, me percaté de un jaleo que se estaba sucitando unos cuantos negocios arriba, precisamente en uno de fruta, un grupo de policias molestaban a un muchacho que a mis ojos parecía tener escasos 18 años, estaba tirando de sus brazos y el muchacho parecía poner resistencia, eso no era una buena idea, en esta zona por lo regular, a las personas que pertenecemos a la clase baja no se nos trata de la forma mas decorosa posible, si no todo lo contrario, algo en el muchachito me llamó la atención quizá la candidez de su mirada, pero no pude evitarlo, me dirigí a los guardias, mientras tomaba con suavidad el brazo del muchacho y le decía.-Toma gracias por esperarme...ven vamos a la casa ya...a policias, el es mi hermano, solo estaba esperandome en este lugar...no estaba haciendo nada malo- uno de los policias me reconocio y yo a el.
-Dark Jenny, han estado ocurriendo robos por esta zona, y ya han visto a este joven en tres ocasiones diferentes cerca del lugar donde ocurre.- mire al policia y le respondi con un tono de voz tranquilo
-Tu mejor que nadie debes de saber que avecez se esta en mal momento, vamos David, después te podrás tomar un trago conmigo.-el policia asintió en silencio y soltó al muchacho...caminé con el, y tuvimos una conversación muy breve, lo suficiente para saber un par de cosas bàsicas.
1.- Se llamaba Jozsef.
2.-Era analfabeta.
3.-Era un brujo muy joven.
Con aquella información y despues de haberle invitado un cafe, decidi proponerle vernos en la tarde, a las seis de la tarde en punto para ser exactos en la laguna, el muchachito me habia agradado bastante, era timido pero sumamente educado, se portaba como todo un joven caballero, y habia despertado un interés especial en mi, interés que pocas personas solian despertar, me dirigí hacia una antigua libreria y compré un libro con las paginas en blanco, forrado en hermosa piel de colores rojos y negros, aunque el precio hizo que se me fuera el dinero de la semana, no tenía mucha importancia.

Me dirigi a mi casa y guardé en un bolso grande el libro y otras cuantas cosas que decidí llevar a la cita.
sali envolviendome en mi chal verde, y me encaminé a la laguna...
Estaba aqui, esperando la llegada del joven, mientras observaba a lo lejos la quietud de las aguas, susurré unas palabras ininteligibles y casi al mismo tiempo una rafaga fresca de viento alborotó mi cabellera rojo, sonreí con suavidad en el rostro, habia paz en el lugar..y deseaba que asi se mantuviera el dia

por **Jeanette Kelly** Lun Oct 25, 2010 5:44 pm

Suspiré un tanto encantada con el aroma a lavanda, eran una de mis flores favoritas, sentía la yerba traspasar mi vestido, y mis manos jugueteando con el encaje de mi falda, me quedé unos momentos distraida mirando los ojos de Jozsef, y sus manos, tenía un cuerpo de hombre ya formado, pero aun seguía siendo mentalmente un niño, y eso hacia que yo lo viera como tal, no como una persona madura, aunque tambien me preocupaba que esa inocencia tarde o temprano pudiera acarrear problemas a Jozsef.

-Por que cielos Jozsef, no todas las personas son buenas y amables, los mas horribles asesinos avecez se esconden detrás de mascaras atractivas, y tu eres inocente e ingenuo, como para aprender a distinguirlo, además posees el don de la magia, y te dedicas al robo, ese te vuelve un enemigo para el orden que segun han decidido las autoridades que gobiernan..yo pensaba como tu, que nadie podría hacerme daño por ser mujer, hasta que salí a las calles, y hoy comprendo que cada que salgo por las noches a trabajar, voy no solo a encontrar el dinero que me permita subsistir un dia mas, si no tambien puedo encontrar la muerte, he corrido con suerte, solo me he topado a tipos violentos que me han golpeado hasta dejarme casi inconciente..-Esta vez el tono de mi voz fue severo, para que en verdad comprendiera, y no tuviera lugar a dudas.
-Yo si conozco a alguien Jozsef, las calles no son seguras para mujeres como yo, y usar mis poderes supondría quedar expuesta a los cazadores de brujos y brujas, hace tres semanas aproximadamente, asesinaron a dos de mis mejores amigas, a una le cortaron el cuello ademas de clavarle una daga 17 vecez en el cuerpo y en sus genitales...la otra fue degollada y encontraron su cadaver cerca de las tres de la mañana con su intestino, sus tripas enredadas alrededor de su cuello, Jozsef, yo podría ser la siguiente, eran prostitutas como yo, y ambas nos negamos a pagarle dinero a un sujeto que nos quería explotar por una supuesta protección, ademàs Jozsef, conozco a gente de la nobleza y la realeza, se de sus secretos mas horribles, ellas lo sabian tambien, y aparecieron muertas hace no mcuho...yo podría ser la siguiente en morir, por eso te estoy instruyendo, no quiero que si eso pasa, que muera asesinada por algun loco que odie a las prostitutas, tu educación se quede a medias.-dije apretando sin darme cuenta sus piernas, hundiendo con suavidad mis uñas en su carne para no lastimarlo, pues aquella platica me habia avivado una llama grande que quemaba todo mi ser internamente.

Hice oidos sordos a lo que me dijo sobre que yo se lo explicara y le conteste de la siguiente manera.
-Si Luther se niega a hablar, le daré un par de nalgadas por portarse mal contigo, o le haré un hechizo para que cuando se transforme en perro quede pelón y le dé frío.-dije cruzandome de brazos y poniendo cara de dignidad ante mi comentario.

por **József Bároti** Mar Oct 26, 2010 8:17 pm

-¿atractivas?...- le cuestiono no comprendiendo la raíz de aquella palabra a su parecer la belleza difería a ojos del corazón, no podia existir ser humano desagradable a la vista por el simple hecho de ser y vivir no podia serlo lo que su interior albergaba sin embargo podia ser el la mas horrible de las demostraciones.

-pero yo siempre estoy en las calles y nunca me a pasado nada- le indico no comprendiendo sus palabras o cuando minimo gran parte de ellas, suponía que se preocupaba por el y su bienestar y que no quería que algo malo le ocurriera mientras ella no estaba porque cierto era ni ella ni Luther estarían siempre a su lado cuando los necesitaba ni para pelear sus problemas -¡¿Qué?!...la próxima vez que alguien te ponga un dedo encima debes decirme- le pidió casi en una suplica porque no podia quedarse de brazos cruzados sabiendo que alguien maltrataba a un ser tan especial como lo era la mujer de cabellos de fuego, era inhumanamente posible.

-lamento escucharlo- aseguro en voz baja desviando la mirada porque hablar de muertes y temas tristes no era de sus hobbies favoritos muy por el contrario le hacían deprimirse y sentir triste su corazón como si algun maleficio hubiera caído encima de el, se imagino entonces el cuerpo destartalado de la mujer, con diecisiete heridas en el y en…¿en donde?

Sus ojos se enjuagaron en lagrimas nuevamente ¿morir? ¿esque acaso pretendía abandonarlo?, la abrazo con fuerza escondiendo su rostro contra su pecho no logrando contener la tangible muestra de tristeza y negación, su cabeza se agitaba de un lado a otro –no te va a pasar nada- aseguro intentando que sus plegarias se volvieran verdades. Las uñas de la mujer enrojecieron su tersa piel mas no se inmuto por la acción algo mucho mas grave estaba teniendo lugar frente a el.

-a Luther no le gustan las nalgadas…por lo menos nunca me lo ha dicho- le indico entre sollozos apenas y prestando atención a sus ultimas palabras –debes decirme quien es ese hombre, yo buscare la forma de saldar tu cuenta, yo hare que no lleves a muerte por apellido- le pidió encogiéndose entre sus brazos.

por **Jeanette Kelly** Miér Oct 27, 2010 2:56 pm

-Afortunadamente las personas que me han golpeado, nunca mas las he vuelto a ver, todas excepto, bueno...- guardé silencio unos momentos, no todas se habian ido, habia aun una persona a la que de vez en cuando tenía la "mala " suerte de seguirmela topando, no, no era una persona, era el mal encarnado, el demonio en la tierra, solo recordarlo se me ponia la piel de gallina, casi por reflejo, me llevé una mano hacia el cuello, aun podia sentir aunque ya muy poco, las cicatrices del ultimo encuentro que habia tenido con el, mi cuerpo temblo en una ligera convulsión, cerré los ojos, intentando quitar esas imagenes de mi mente y volver a abrirlos.

El cuerpo de Jozsef aferrado al mio me hizo desvanecer el recuerdo de ese vampiro, lo acaricié con infinita ternura, abrazandolo fuerte a mi, me sentía mal por haberle asustado, pero creía que era mejor que lo supiese, cerré los ojos, reprimiendo un suspiro que me negue a dejarlo escapar, lo mantuve apretado fuertemente a mi, como si quisiera dejarlo pegado a mi cuerpo, mientras hacia un suave sonido con los labios, como una madre que musita una nana para tranquilizar al bebe que se ha despertado llorando de improviso.
-Jozsef...la única cosa que tenemos segura en esta vida es la muerte...por triste que parezca...la felicidad, el dinero, la abundancia, incluso la libertad, nada es seguro desde el momento en que nacemos, la unica certeza que tendremos de esta vida, es que tarde o temprano moriremos...pero si algo me pasará...puedes quedarte con mi pequeña casa, y mis libros, y entonces yo seré tu angel guardian-dijo Jean con suavidad en su oido, llenandolo de suaves besos para tranquilizarlo.

-No Jozsef, por que ese hombre es malo, y moriria de remordimiento si algo te llegase a pasar a ti por defenderme, tu todavia eres bastante joven, yo ya soy una anciana de 23 años.-dije tratando de animarlo, jugueteando con sus dedos, besando las manos de Jozsef, y acariciando sus mejillas limpiandolas de las lagrimas.

por **József Bároti** Dom Oct 31, 2010 11:28 am

-yo no quiero tus cosas- exclamo soltándose con rapidez de ella mostrando quizá por primera vez una molestia tangible, las lagrimas recorrían sus mejillas suicidándose por su mentón cayendo asi a un suelo que las recibía con los brazos abiertos. Quito de un manotazo aquella muestra tangible de fragilidad porque cuando uno se enojada no debía llorar o cuando minimo eso era lo que habia visto atraves de los años de observar a las personas. Aveces por mera diversión y para comprender se asomaba por las ventanas que no tenían cortinas y observaba su interior le habia tocado ver a una familia comer, a dos niños jugar, a un perro esperar ansioso la llegada de su amo habia visto inclusive una pareja besarse de aquella forma fogosa que el desconocía aun.

-yo te quiero a ti, tus pertenencias no alegraran tu muerte ¿no entiendes?- le pregunto a gritos tomando sus cosas con rapidos movimientos quizás si comenzaba a correr ella jamás lo alcanzaría, quizás, no, era seguro -¿y que hare yo si ese hombre te hace algo? Será lo mismo porque lo buscare hasta el fin del mundo, lo hare y cuando lo encuentre lanzare una maldición sobre el- las lagrimas corrian nuevamente constante, como lluvia sobre sus mejillas empapando también su alma.

-mi abuela tenia 50 y mi madre 25 cuando fallecieron, sus edades no hicieron de una muerte mas dulce que la otra- se coloco el morral al hombro metiendo todas las cosas que habia en el lugar levantandoce de un salto –te buscare cuando Luther me explique lo que no has logrado hacer tu…te buscare en la corte de los milagros- aseguro inclinándose, besando su frente con rapidez para salir corriendo sin pensarlo dos veces, porque no podia seguir escuchando sus palabras no cuando en su interior, sonaban tan vacias.

por **Jeanette Kelly** Dom Oct 31, 2010 1:05 pm

Me preocupó la reacción de Jozsef, al menos para mi, morir no era algo que me preocupase en lo absoluto, era algo que en el fondo ansiaba, tantas cosas habian pasado ya por mi vida, que no veía mucho sentido a continuar llevando una existencia como esa, no me asustaba la muerte en lo absoluto, era como esperar a una visita largamante aguardada, que nunca se sabe cuando va a llegar pero al final lo hace.

Me llevé las manos al pecho cuando Jozsef alzó su voz convirtiendola en un grito, tomó las cosas que le habia llevado -Jozsef ...espera...por favor...- dije tratando de sujetarlo para que no se fuera...lo observé unos momentos, mis ojos se llenaron de lagrimas, pero las contuve, me mordí el labio inferior, mientras balbuceaba palabras inentendibles para tranquilizarlo.

Lo observé fijamente cuando levantó sus cosas, asegurandome que iria a verme a la corte de los milagros cuando Luther le explicara, no tenía la misma certeza, al parecer por lo poco que me habia dicho Jozsef, parecía que Luther lo protegía en exceso, y eso en una sociedad como en la que vivimos actualmente, lo mejor es no tener inocencia, ni desconocer todo lo que nos rodea, es mejor saberlo para discernir lo bueno de lo malo, apensar que toda la vida es color de rosa, y que hay un campo floreado donde los conejitos y las flores bailan y sonrien...Eso no era una forma de vida sana...le estaba causando un gran daño a ese muchacho...sentí una mezcla de rabia en mi interior, comenzé a recitar un conjuro en voz baja mientras Jozsef se iba, haría surgir las raices de la tierra, para que apresaran los pies de Jozsef, y lo trajeran hacia mi, pero ya estaba cansada, y ademàs lo recapacite mejor, no se debia usar la magia para amarrar a alguien, menos a un chico como el, habia realizado varios conjuros aquella tarde y aunque sencillos me habian dejado agotada.

Le observé despedirse, me quedé completamente estática sin mover ni un ápice de mi cuerpo, como una estatua viviente. Cuando desapareció rompì en un debil sollozo, que acontinuación se convirtió en una marejada de todas las lagrimas que habia deseado reprimir. Me sequé el rostro con mi chal verde, intentando detener las lagrimas que bajaban como cataratas por mi rostro, observé un relojillo de bolsillo que llevaba eran las nueve de la noche.
Me levanté, cogí mi bolso, me acomodé el cabello y el escote del corset, eran las nueve de la noche, y mi dia de trabajo comenzaba ahora...ya habría otro momento para llorar en silencio, por ahora las calles aguardaban mi regreso, los faroles anhelaban mi presencia, y los clientes comenzarían a preguntar por Dark Jenny...

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