Y el mundo se deshace para nosotros dos (Anuar)

por **Soren Kaarkarogf** Sáb Oct 16, 2010 1:01 am

Recuerdo del primer mensaje :

Viernes 7:00 PM.

Cuando Denver detuvo la carrosa, sus manos ateridas por el frío le dolían mientras sostenía las cuerdas que controlaban a los caballos. Se quedó unos momentos sin moverse soplándose las manos en un vano intento de calentarse, el cliente sólo le había dado la indicación de dejar a Anuar en el borde del camino y regresar por donde había llegado. Pero ¿Como iba a dejar a ese jovencito en medio de un bosque en el borde de un camino que no llevaba a ninguna parte sin nisiquiera un candelabro? De repente se encontró pensando en lo peor. ¿Y si el cliente lo que quería era asesinarlo y que no hubiesen testigos? Porque en ese lugar hinóspito sería la carnada perfecta, el cuerpo podría ser escondido y jamás encontrado por la policía...

¿Tendría el chico una deuda pendiente con algún señor poderoso? ¿Estaría metido en un lio pasional? Pobre muchacho, con esa carita inocente que tenía. Denver comenzaba a sentir el remordimiento de consciencia carcomiéndolo por dentro, pero él era sólo un conductor ¿Que podía hacer para cambiar el destino oscuro de ese pobre y desnutrido joven?

- Hemos llegado - Anunció bajándo del carruaje buscando un candelabro y encendiéndolo para Anuar quien en algún momento del viaje se había metido dentro del carruaje de nuevo. Karl había dormido un par de horas también y se rascaba los ojos mientras bajaba el baúl con provisiones y lo depositaba en el suelo. El cliente además había dicho que el baúl se quedaba en ese lugar con Anuar.

- Fue un placer escoltarle hasta este lugar monsieur Dutuescu - Comenzó Denver con una sonrisa - Ahora yo debo volver... que Jesus y la virgen le protegan en su infinita misericordia - . Finalizó con un gesto bastante religioso y volviéndo a montar al carruaje, el viaje de regreso sería tedioso, así que probablemente su hijo le relevaría conduciéndo los caballos mientras el dormía un poco.

por **Soren Kaarkarogf** Mar Dic 07, 2010 2:14 pm

Caminó tras el usurpador, con una grácil elegancia, demasiado impropia para su apariencia desaliñada, bordeando criptas y mausoleos elegantes, algunas otras no tanto, sostuvo la corona de flores silvestres con su mano derecha y con la izquierda, acarició las tumbas cercanas a su paso, la piedra se sintió fría y yerta contra sus dedos, como la caricia de la mismisima muerte. Finalmente pareciéron llegar a la tumba del joven brujo, se quedó unos pasos atrás de él, pues le pareció que era un momento demasiado íntimo que no debía interrumpir. La noticia de que regresaría antes de lo esperado sólo lo llenó de gozo, pero no pudo evitar pensar en su madre.

-Y... ¿Y tu madre? ¿No te despedirás de ella? - Preguntó, esperando que eso no significara que tuviera que esperar hasta el día siguiente o algo así. - ¿Deberíamos regresar a la casa primero...? - Le cuestionó, bordeándole y intentando ignorar las sendas lágrimas en sus ojos, era tan... extraño. De repente sintió como si se le encogiéra el corazón.

Sólo había visto llorar a Anuar una vez y había sido por su culpa, lo recordaba como si hubiese sucedido hacía unos instantes, en el muelle del puerto, Anuar había llorado y él se había lanzado al agua como un verdadero imbécil. Verle allí, con esa expresión a sabiendas que no era él, sólo lograba revolverle el estomago. Se agachó a un lado de la tumba y observó las modestas flores que seguramente la madre había dejado para él y sonrió. La primera sonrisa de esa noche caótica.

-Eres afortunado de tener alguien que te quiera tanto aún a pesar de los años– Comentó, acomodando la corona de flores y hojas al lado de las otras, organizándolas también y procurando de que se vieran bien y no simplemente puestas al azar. Lo último que hizo le hizo tragar saliva y asentir, como si aquella fuera una orden demasiado importante que cumplir, algo de vida o muerte, como solía decir la gente en la jerga común.

“Vida o muerte” Que apropiado.

por **Anuar Dutuescu** Mar Dic 07, 2010 3:06 pm

Nego sin abrir los parpados, moviendo la cabeza de un lado a otro en un movimiento oscilante como si sin soporte alguno el viento la moviese a capricho y decisión –sera mejor no despedirnos, ella comprenderá…debería hacerlo- murmuro suspirando ampliamente, sonrio de medio lado abriendo los parpados para observarle, rodeo su cuerpo con sus brazos de lo contrario cuando dejase aquel contenedor este caería al suelo, suponía que los reflejos del vampiro lograrían hacer que lo sujetase antes de golpear el suelo aunque, los bruscos movimientos podían herir el cuerpo del humano.

-cuando regreses por tu caballo dile que comprendi donde debo estar y que ella deba hacer lo mismo- murmuro observando por encima de su hombro la palida a espaldas del vampiro, el nombre en la misma apenas y podia leerse por la piedra erosionada y el moho abriéndose paso un mal escrito “fin del juego” se leia en una esquina inferior, rio por lo bajo aun en la melancolía quizas la frase fuese cruda no sabia el con que intención habia sido escrita pero cierta debía ser, la vida un juego de ajedrez y el un peón a caer.

Apoyo su frente sobre el hombro ajeno, sintiendo la extraña tibieza del mismo, como un cuerpo vivo de corazón latente, sus brazos se afianzaron con fuerza al cuerpo ajeno, se olvido de respirar por que pronto no fue necesario, el cuerpo inerte sin una ni otra alma del pelirojo yacia colgando como muñeco de trapo, sin pulso ni ritmo, sin recuerdos ni deseos, no supo bien cuanto tiempo paso en aquel estado ni como le fue posible regresar porque habia comenzado a creer que del sueño jamás despertaría.

La negrura cambio por brillos platinados y un ambiente cargado de polvo, aspiro abriendo los parpados de par en par mientras intentaba apoyar sus pies sobre el suelo, las lapidas parecían bailotear a su alrededor, los arboles giraban sus ramas formando graciosas y divertidas figuras, el cielo y la tierra se intercambiaron mareándole -¿Qué ocurrió?- le cuestiono en voz baja con el rostro compungido mas no adolorido sino, el de una persona por completo desentendida, habia caído inconsciente en el sillón de la casa de la decrepita mujer y ahora yacia rodeado de muertos.

Restregó sus parpados con los nudillos como un niño adormilado -¿podemos salir de aquí?- le cuestiono no feliz de los recuerdos de lugares como aquel.

por **Soren Kaarkarogf** Mar Dic 07, 2010 3:34 pm

¿Iba a irse ya? Pensó azorado, de repente le parecía que era demasiado rápido. Una extraña contradicción en su interior pues antes estaba deseando con fervor que se fuera, pero era difícil no sentir simpatía por una pobre alma desdichada que sólo quería revivir por unos momentos las cosas que había dejado atrás, tragó saliva y asintió con vehemencia, le diría todo a su madre y realmente esperaba que comprendiera o su hijo no encontraría nunca una paz eterna a sabiendas que su madre, estaba obsecionada por traerle al mundo de los vivos.

El usurpador se acercó y le abrazó, un abrazo que desde luego se sintió extraño y ajeno, como si otra persona lo estuviese haciendo, se sintió incómodo a pesar de que olía y se sentía como Anuar. A Soren no le gustaba el contacto físico con la gente y era en serio, pocas veces dejaba que sus alumnos o colegas de la universidad tocaran tan siquiera sus manos enguantadas y ahora ser abrazado por un desconocido sólo le producía escalofríos.

Hubo un momento de silencio en el que no supo que hacer – Oye... ya... es sufi...- Iba a pedirle que dejara de abrazarlo y continuara con lo suyo, pero entonces sintió como si el cuerpo entre sus brazos perdiera fuerza y la voz que escuchó, no fue la del usurpador, a pesar de tener el mismo timbre y el mismo acento, aquel era...Anuar. Su Anuar. Le sostuvo por los hombros y le observó absorto en la sorpresa, escuchando sus preguntas y observando los ojos húmedos por las previas lágrimas que había derramado en la tumba. Ahí estaba, intacto, el alma del chico había vuelto a su cuerpo.

No lo he perdido.

Soren Abrió los labios para decirle mil cosas ¿por donde empezar? ¿Como decirle que había sido poseído por un espiritu gracias a la poderosa magia del vudu? ¿Que había vagado por el pueblo, compartido un café y comido pan, inclusive pensado en disfrutar de la compañía de una prostituta? Dejó escapar un sonido vago que no fue ninguna palabra en particular y entonces sin más, sin pensarlo y sin consciencia real de lo que hacía, las palabras más aterradoras se formularon en su boca, una que, centenares atrás había jurado que jamás diría.

- Te... amo... -

por **Anuar Dutuescu** Mar Dic 07, 2010 6:02 pm

Le observo unos instantes en seriedad, la realidad y la fantasía se habían entremezclado tiempo atrás, la finísima línea que las dividía se había borrado y él ni siquiera había caído en cuenta de aquello sino hasta que le había sido imposible reordenar los acontecimientos y pensares en su lugar, la realidad le parecía una fantasía y las fantasías comenzaban a volverse reales, los sueños se transportaban al mundo material. Todo aquello le parecía un distante sueño del cual no deseaba despertar o quizas era una realidad y entonces no hacia falta soñar, porque no habia cosa mas perfecta que su realidad.

Quería preguntarle porque decía aquello, porque decidía pronunciarlo ahora que ni siquiera el comprendía que sucedía más le pareció impropio como si se fuese a desmoronar todo aquello de un fuerte soplido, se vendría abajo lo que con tantas ansias había esperado escuchar, lo que con paciencia había ignorado al no ser pronunciado, aquellas palabras que mas parecían un tabú para el vampiro, sentía que de ser asi no volvería a pronunciarlas aunque no hacían falta ya.

Tomo su rostro entre sus manos, sintiéndole con una tibieza impropia en su cuerpo, acostumbrado a su frialdad indago bajando sus manos hasta su cuello el cual permanecía en la misma temperatura beso su comisura con calma, beso bajo su oído rozando su mejilla con la punta de su nariz, deposito un tercer beso en su frente soltándole con calma, observando en derredor, no tardo en percatarse de la tumba a un lado de ellos, con una corona de hierbas y dos ramos diminutos.

Observo presa de la curiosidad lo que se exhibía a cinceladas, intento avanzar sintiendo como las piernas le flaqueaban, el tiempo que el usurpador habia usado su cuerpo no había sido el requerido para causar un daño irremediable más si había logrado borrar las horas de sueño de aquel día, sentía el cuerpo pesado y el estómago lleno, sus pestañeos eran lentos y forzados, se mantenía en pie guardando el equilibrio y en el momento que lo perdiese su cuerpo se estrellaría sobre el suelo.

-¿vas a contarme que sucedió?- le cuestiono arrastrando los pies hasta alejarse algunos pasos de la lapida, suspiro apoyándose de una cruz de madera plantada a un lado de un cumulo de tierra –no recuerdo nada…- le indico en voz baja observando el firmamento, no sabia descifrar la hora con la luna y las estrellas pero seguramente habia pasado más de media noche en aquel letargo involuntario.

por **Soren Kaarkarogf** Mar Dic 07, 2010 7:07 pm

Estaba soñando, estaba soñando. Aquello era una dimensión paralela sin sentido, él estaba de repente diciendo que lo amaba y sentía como si hubiese pasado mil años en su ausencia. Para ser realistas, sólo habían sido un par de horas, pero en ese par de horas, había hecho todas las cosas que algún día se juró no haría por nadie.

Había matado a un pobre hombre ebrio, por él. Porque hubiera sido mejor sólo beber un par de tragos y habría sido suficiente, pero temía lo que pudiera pasar con los brujos después.

Había contemplado la posibilidad de convertirlo en vampiro, porque se había dado cuenta de que no soportaba la idea de perderlo. Aunque eso significara que se convirtiera también en su compañero eterno.

Le había dicho que lo amaba, cuando ni siquiera sabía si podía realmente sentir algo como eso.

Se habría quedado pálido como un fantasma, pero tanta sangre fresca en su sistema había hecho que su piel además de tibia, adquiriera una tonalidad saludable, como la de cualquier joven de su edad. Eso si, se quedó muy quieto mientras sentía los labios de Anuar recorrer los suyos, su cuello, su mejilla y fue como si aquel fuera el primer beso de toda la historia, porque le temblaban las manos y las rodillas se le habían vuelto de gelatina.

No lo he perdido. No lo he perdido. No lo he perdido. No lo he perdido.
Gracias a Dios.
¿Dios? Calla Soren, no tienes derecho a invocar algo en lo que ni siquiera crees.

Oh si, pero Dios existía. Existía en esos labios y en ese roce delicado de sus dedos.

Anuar se alejó completamente ajeno a todo lo que se revolvía en su interior, ese chico nunca podría entender lo que sentía, el miedo, el gozo, todo junto atorado en su garganta, Soren finalmente había experimentado lo que podría significar 'perderlo' y no le había gustado en lo absoluto. Acortó el espacio entre ambos y lo rodeó con sus brazos por la espalda, atrayéndolo en un abrazo que amenazó con partirle las costillas, aún en silencio, sin saber si podría volver a hablar alguna otra cosa coherente luego de haber dicho algo como aquello.

por **Anuar Dutuescu** Mar Dic 07, 2010 7:30 pm

Rodeo su cuerpo con sus brazos apenas le sintió cerca, apoyando su mejilla contra su hombro y la mayor parte de su peso en el, porque se sentía desfallecer y solo en aquellos brazos sentía la protección que mas nadie podia brindarle, aquel calor en contraste con el frio que si bien ahora su piel no poseía si la mayor parte del tiempo, se cuestiono a si mismo a que se debía aquel cambio, el le habia dicho antes que solos los temas de lujuria lograban aumentar su temperatura corporal, pero el no sabia que habia ocurrido ¿le habia excitado alguna otra persona? ¿era acaso que le habia engañado y la culpa le obligaban a decirle aquellas palabras? Negó internamente apagando el fuero de la incertidumbre, las dudas no tendrían lugar aquellos instantes, la falta de confianza daban pie solamente al fracaso.

Escondió su rostro entre los pliegues de su ropa aspirando el aroma que despedía, una casi imperceptible y que ahora se mezclaba con uno agrio y fétido -¿podemos volver?- le cuestiono en voz baja, no deseaba mas que sentarse sobre el sillón frente a la chimenea con una taza de chocolate entre las manos, cubierto por una manta y acurrucado sobre el pecho de aquel con quien ahora estaba y a quien su tiempo le otorgaba y más aun a quien tantos te amo le habia brindado no pronunciados por sus labios.

-¿es acaso que no planeas volver a hablarme?- le cuestiono en voz baja al oído mirando por el rabillo del ojo el lugar debía suponer que si alguien se acercaba Soren se daría cuenta y entonces se alejaría de el para no caer en malos, aunque fuesen verdad, entendidos. Aun y aunque a el no le importaba las ideas de Soren le habían afectado, ahora no deseaba que les vieran juntos no por el sino por el vampiro, deseaba poder hacerle sentir bien en la medida que sus mas cimentadas ideas no fuesen contradecidas.

por **Soren Kaarkarogf** Mar Dic 07, 2010 8:45 pm

Hubiera podido quedarse toda la eternidad abrazándole, sin importarle la llegada del sol. Pero el chico lo cortó, realmente deseaba irse de allí, Soren recordó entonces que a los vivos no les agradaba mucho lugares como ese, para él resultaba de lo más acogedor, un lugar tranquilo y callado, muy acorde a su naturaleza. Asintió con la cabeza cuando el chico le preguntó que si podían volver y cuando le preguntó que si no planeaba volver a hablarle, negó con la cabeza rápidamente, sintiendo las mejillas arder.

Sin sentirse preparado para decir nada aún,se giró y agarró al chico por el costado, para que se montara en su espalda, no le dio chance a negarse o a hacer alguna otra cosa, porque de inmediato comenzó a correr, obligándole a aferrarse como pudiera a su cuello o espalda.

Corrió tan rápido como pudo tan pronto vio una casa, saltó sobre el techo con una agilidad sin precedentes, atravesándo el pueblo tan rápido que las casas y la plaza se volvían casi manchas borrosas a simple vistas. Se detuvo en seco luego de lo que pareció tan sólo unos 5 minutos y se encontraron frente a la casa de la vieja bruja.

Saltó y se deslizó con gracia y suavidad hacía la puerta, aún con el chico a su espalda y una vez allí la abrió sin esperar a que ella lo hiciera. Depositó a Anuar como si se tratara de su más preciada pieza de colección de porcelana China en el mueble donde había caído dormido y se acercó a la anciana, buscando las palabras más apropiadas para explicarle lo sucedido con el espiritu hijo.

(( dejaste mudo a Soren o_o ))

por **Anuar Dutuescu** Mar Dic 07, 2010 10:02 pm

Rodeo su cuello con sus brazos cuando se sintió alzar acomodándose sobre su espalda, sintiendo como su pecho se estrechaba contra la ropa del vampiro y su respiración se contraía cuando sus costillas se aplanaban, el gélido aire otoñal le obligaron a entrecerrar los parpados e intentar esconder el rostro tras su espalda, sintió como sus cabellos golpeaban su rostro con fuerza, había olvidado cómo se sentía creerse volar sobre la espalda de alguien, había olvidado la sensación en su estomago al ver el suelo tan lejano a el, tan distante y aun así saber que regresaría no importaba que.

Observo la casa y el sillón, por lo menos de aquello lograba acordarse, sus manos se dirigieron a su vientre por instinto al ver a la decrepita mujer acercarse a el con paso presuroso, le tomo por las mejillas apretándolas, entre el dedo índice y el pulgar. El rostro del pelirrojo cambio vertiginosamente a un gesto tangible de molestia y repugnancia, levanto el mentón observándole con severidad aunque seguro que si infundía en el nuevamente el dolor no podría resistir, terminaría sobre el suelo doblado sobre si mismo, gritando y llorando como cualquier otro hombre lo hubiese hecho.

Le soltó con brusquedad girándose en dirección al vampiro, sabía bien que él no era capaz de cortar un hechizo como aquel, un vampiro como el que tenía enfrente no podia ser conocedor de dichos estudios -¿Qué a sucedido?- le cuestiono sin más, apretando los dientes que le quedaban para no soltar su lengua de mas y pronunciar algún perjurio, quizas le habia querido y su pobre hijo había decidido volver, quizas algo lo habia obligado a hacerlo, quizas lo habia amenazado.

Anuar observo con atención escuchando, quizas ahora lograría comprender lo sucedido, se levanto del sillón con esfuerzo andando hasta el vampiro, ubicándose a su lado aunque unos centímetros por detrás, mentir seria decir que aquella mujer no le infundía miedo con sus ojos como navajas y labios de arpía, su siseante voz le recordaba a las víboras del circo, sentía que una de aquellas reptaría por sus memorias afianzándose a su tobillo y mezclando en su sangre el veneno, el elixir del eterno sueño.

-deberias acostarte, no tardaras en caerte dormido- asevero la mujer regresando sobre sus pies a la mesa con las velas y figuras, lo quito todo a manotazos y escupidas, guardándolo dentro de una caja de cartón, tantos años bien habidos y habían valido la pena por tenerle un segundo entre sus brazos.

por **Soren Kaarkarogf** Mar Dic 07, 2010 10:27 pm

La vieja se había dado cuenta casi inmediatamente que quien tenía en frente no era su hijo sino el verdadero Anuar. Soren suspiró siguiendo a la mujer, cuando esta había regresado y comenzado a quitar las cosas sobre la mesa, paró a un lado de la mesa y se metió las manos en los bolsillos, tomandose unos momentos para despejar su mente, porque de repente estaba demasiado feliz y el mundo un lugar demasiado perfecto.

-Acompañé a su hijo y cuidé de él – Comenzó a decir sin sonreír, pero ya sin la mirada cargada de resentimiento o rabia – Le invité a tomar un café y a comer, quería probar el pan de nuevo, luego me pidió que le dejara solo un rato pues quería recorrer algunos lugares por si mismo – Concluyó, se lamió los labios sintiéndolos algo secos y continuó – Luego hemos ido al cementerio, donde... preparé un presente para su tumba, una corona de flores muy bonita, debería ir a verla mañana luego de dormir, le aseguro que eso le hará muy feliz en donde quiera que se encuentre ahora -

Observó de soslayo todos los objetos que había usado para el hechizo, reconoció algunas cosas, pero otras eran demasiado complejas e incomprensibles, aquella mujer debía ser una bruja de gran sabiduría, aquella era la primera vez que Soren veía un hechizo de posesión tan exitoso.

-Él me dijo que... había comprendido cual era su lugar y que... esperaba que usted también comprendiera el suyo – Dijo al fin, recordando las palabras del usurpador, también recordando las palabras que había dicho antes, la voz del muerto retumbó en su cabeza.

“debes aprovechar porque nunca sabes cuando las cosas cambiaran”

Pudo haberle perdido... para siempre. Y aún habían tantas cosas que quería decirle y hacer con él. Dios... no podía permitir que algo así pasara.

por **Anuar Dutuescu** Mar Dic 07, 2010 10:58 pm

Escucho con atención y desentendimiento lo que estaban diciendo, el no recordaba haber visto a ningun hombre, no recordaba nisiquiera haber salido de la casa o haber llegado al cementerio, no sabia porque al despertar estaba en los brazos de Soren ni el motivo del fuerte mareo y el irremediable asco y cansancio que su cuerpo seguía experimentando, lo apaciguaba haciéndose pensar que al amanecer podría dormir a gusto, hasta que el sol se escondiese nuevamente.

La mujer torcio los diminutos y rugosos labios no logrando comprender del todo aquellas palabras o no deseando asi hacerlo, lo que a ella le habia costado una vida comprender a su hijo le habia costado solo algunas horas y pensamientos, debía ser aun mas inteligente de lo que ella habia supuesto –gracias…- mascullo arrastrando la caja de carton a la habitación continua, aquella que despedia tan fétidos y nauseabundos aromas.

-¿de que hijo están hablando Soren?- le cuestiono en voz baja mientras andaba en dirección del petrificado caballo, se habia mantenido en la misma esquina en la cual le habían dejado, con la cola meciéndose golpeando la pared y sus patas haciendo resonar el suelo de madera cada cierto tiempo, como si asi pudiese comprobar su estancia prolongada en aquel sitio.

Tomo las correas del caballo tranquilizándolo, hablándole con voz queda y calma, parecida a la de un rio al lamer las paredes de piedra que le contienen en aquel camino -¿es la tumba en la que estábamos?...¿hizo algun embrujo con mi cuerpo?- le cuestiono no logrando creer lo que el mismo pronunciaba, aquello seria lógico y no asi agradable, le habia enfermado para impedirle irse, habia ademas visto sobre la mesa un muñeco con mechones rojizos, como su opaco cabello, seguramente se lo habia arrancado en un descuido, por eso no recordaba quizas lo sucedido mas tampoco asi lo hacia el tiempo que en su cuerpo habia estado ausente, se cuestiono entonces, que habían hecho el y Soren en aquel tiempo, y por el no se refería a si mismo.

La mujer regreso con dos largos collares con dijes de plata, le otrogo una a cada joven -son de la buena suerte...ahora marchaos- exclamo agitando las manos, como si intentase espantar moscas.

por **Soren Kaarkarogf** Mar Dic 07, 2010 11:29 pm

La mujer se había marchado a la otra habitación y ahora no sabía como explicarle a Anuar lo sucedido, pero sería mejor hacerlo en otro lugar, sin la presencia de la mujer, para el humano no sería tan sencillo aceptar algo como eso. Si había sido difícil para él ya estando muerto ¿Cómo lo sería para un vivo y más aún para quien había sido conjurada la posesión? Se giró de medio lado y se llevó el dedo indice a los labios como indicándole a Anuar que hiciera silencio – Te contaré... luego – Murmuró.

La vieja volvió con unos collares. Y Soren tomó el que le correspondía con algo de torpeza, no recibía regalos con frecuencia – Gracias – Exclamó metiéndoselo en el bolsillo, era extraño no desear matar a la maldita bruja luego de todo lo que le había hecho sufrir esa noche, pero en esas pocas horas, había aprendido algo muy valioso que quizás de no haber sido por la vieja y sus conjuros, se hubiera tardado demasiado en comprender.

Había aprendido la importancia de valorar el presente.

Para una criatura inmortal como él, el tiempo se volvía algo relativo y era fácil dejar de vivir el presente para perderse sólo en las añoranzas del pasado, épocas mejores, quizás momentos de su vida como humano. Pero esa noche, había descubierto lo afortunado que era, al tener la oportunidad de continuar en ese mundo, aunque en esa forma y haber... conocido al pintor.

Se sonrojó intensamente mientras tomaba las riendas del caballo y lo arrastraba a la salida de la casa, el animal esta vez se mostró más dócil, quizás deseaba con fervor salir de la casa. Una vez afuera regresó su mirada a Anuar, sería mucho más rápido si corría y lo llevaba a su espalda, faltaban dos horas para el amanecer, agachó la cabeza como si el sólo hecho de hablar con Anuar le aterrara – ¿Quieres que te lleve... o irás...en él? - Preguntó palmeando el caballo.

(( Me voy a dormir que mañana debo trabajar desde temprano *-* ))

por **Anuar Dutuescu** Mar Dic 07, 2010 11:46 pm

Tomo el dije entre sus dedos no del todo agradecido por aquel gesto, asintió con la cabeza dándole vueltas entorno a su muñeca para dejarlo como una pulsera o algun parecido que cubrió con la chaqueta, salió detrás del vampiro cuando este asi lo decidió, escuchando el azote de la puerta a su espalda y casi podia asegurar que la mujer no habia esperado a verle ambos pies fuerza sino que con uno le habia bastado y por ende la puerta habia golpeado su espalda aunque el cansancio le impedía asegurar o negar aquel acto.

Enarco una ceja tomando las riendas del animal -¿te sucede algo?- le cuestiono con preocupación porque quizás no de décadas o años le conocía para acertar con facilidad cual era su preocupación o molestia más le conocía lo suficiente para saber que algo no marchaba del todo bien, quizás algo sucedido mientras el “dormía” aunque también podría haberse golpeado la cabeza con tanta fuerza que su memoria de corto plazo se habia dañada impidiéndole así recordar lo ocurrido en el transcurso de la noche.

-si me dices que no pasa nada me ire en el caballo, si me dices que ocurre….ya veremos- murmuro con tranquilidad andando sobre el empedrado, de vuelta por el camino en que los extraños se habían acercado a el con aparentes y nulas intenciones ¿Quién iba a creer que una mujer de dientes amarillos y un hombre que se creía ser mudo terminarían robándole el caballo? -¿es algo que hice?- le cuestiono en voz baja observando el suelo con extraña fijeza, llevaba el entrecejo fruncido, quizas su forma de hablar con la mujer o su prisa por marcharse, quizas era el no haber dejado al equino o haberlos expuestos aquella noche, habia tantas explicaciones posibles formulándose en su cabeza y solo una lo era, la que sus labios no dirían sino los del vampiro.

{buenas noches y suerte!}

por **Soren Kaarkarogf** Miér Dic 08, 2010 7:47 am

¿Que qué ocurría? Preguntaba el chico, “ocurre que he dicho las palabras prohibidas, ahora me desconozco por completo, no se quien soy ni que hago aquí, tampoco como seguir, en resumen tengo tanta vergüenza que siento que no podré volver a hablar cosas coherentes en semanas”. Por supuesto no iba a decirle eso, no podría. Agachó de nuevo la cabeza sonrojándose aún más y esta vez si era posible ponerse tan colorado como un tomate maduro, pues la cantidad de sangre que había bebido le hacía lucir más humano.

La sangre era el elixir que mantenía vivos a los de su clase, entre más consumiera, su apariencia era 'mejor', también sus habilidades, era como en los seres vivos, llevar una dieta balanceada o hacer ejercicio. Así pues que sus mejillas se tornaron notablemente carmesí de un tono muy vivo como el de una persona – Nada de lo que tengas que preocuparte...- Logró decir casi atorándose con las palabras. - Lo importante ahora es... que necesitas descansar cuanto antes...-

Desvió la mirada, haciendo un enorme esfuerzo mental, para 'descolorearse' pero por supuesto aquello era imposible, seguía tan sonrojado que tenía la impresión de que le saldría humo por las orejas – Puedo llevarte en mi espalda y podemos dejar el caballo...umm amarrado aquí y... - Entonces pareció pensárselo bien, era lunes y los lunes en la noche le habían organizado unas clases particulares con una tal Alina.

- Uh...oh – Murmuró rascándose la cabeza con la mirada dubitativa puesta en cualquier lado menos en Anuar – Mañana por la noche tengo clase... ¡ya es lunes!, El señor Denver vendrá en las horas de la tarde a recogerte y llevarte de regreso a Paris... quizás podemos entregarle el caballo a él... umm... - Se quedó pensativo otro momento y continuó – Puedes irte en el caballo ahora... quizás tome una media hora o un poco más llegar a la cabaña, pero si te sientes cansado de cabalgar yo puedo llevarte y guiar al animal -

por **Anuar Dutuescu** Miér Dic 08, 2010 10:48 am

-nada de lo que me preocupe pero si algo que te causa vergüenza…- murmuro usando al equino como soporte, reamente las palabras de la anciana habían sido certeras, sentía como su cuerpo se bamboleaba pidiendo un descanso, deseaba acostarse en aquel camino de pedregoso andar y dormir una buena siesta no importando si algún transeúnte o carruaje pasaba por encima de el, se despertaría entonces y seguiría su camino a la cabaña, aunque el peso de un carruaje podría impedirle aquello.

-creo que seria buena idea entregárselo a ese señor, asi trabajaría y le tratarían bien- aseguro con calma observando al equino, como si cuestionándole con la mirada esperase tener una respuesta de su parte, una afirmativa o negativa que le indicaran que podia seguir con su plan o por el contrario que no era de su agrado y prefería quedarse en soledad en aquellos altos pinos –ya habrá tiempo y de sobra para dormir- se encogió de hombros percatándose de la inconexa mirada del vampiro lejana a la propia como si en efecto le estuviese evitando a toda costa, no supo bien porque mas una sensación de soledad le embargo.

-¿podrias llegar hoy a Paris si te marchas ya?- le cuestiono con tranquilidad no observándolo de igual manera –quizas si decides irte mañana llegues tarde, yo puedo irme a la cabaña en el caballo esperare hasta la tarde que llegue el señor y volveré- le parecía una idea lógica aunque desconocía el tiempo en que el vampiro podia volver a Paris quizas serian demasiado y entonces el sol podia pescarlo en el trayecto, lo dudo unos instantes antes de decidir agregar algo más –claro esta, si piensas llegar varios minutos antes de la salida del sol- murmuro mirándole, buscando su mirada aunque la ajena se negaba a posarse sobre la propia, no comprendía que habia sido la acción o cuales habían sido las palabras que le habían inducido a aquel estado.

-seria cuestión de que deseas hacer tu- asevero sin mas, porque el no tenia inconveniente es ser cargado quizás por el contrario el vampiro no deseaba tenerle cerca hasta aclarar aquello que le acongojaba, posiblemente fuese mejor idea volver en el equino aunque eso supusiese un esfuerzo por no quedarse dormido con su suave andar.

por **Soren Kaarkarogf** Miér Dic 08, 2010 12:36 pm

Asintió con la cabeza, no muy seguro de que era lo que estaba afirmando, una cosa era si era segura, estaba avergonzado como nunca en su vida. No debía haberlo dicho, pensaba, ¿Porque había dicho algo así en un momento tan inapropiado? ¡Y además en un cementerio!, aunque como el chico apenas si regresaba en si mismo, puede que ni siquiera lo escuchara bien, en ese caso sería todo un alivio.

-No... no puedo regresar a París esta noche – Respondió, agarrando una soga que había visto tirada al lado de la casa de la bruja, para poder alar al caballo, a su cuello, el animal se mostró nuevamente reacio a dejarse tocar por el vampiro, pero, de todas maneras logró hacerlo agarrándolo con firmeza – No puedo dejarte solo... - Agregó sin mirarlo, concentrado en lo que hacía con el caballo – No te preocupes por mi clase, hace unas horas, bebí... demasiado y podría regresar a Paris en un par de horas si me lo propusiera, la clase es a las 8 y media, así que si salgo a las 6, estaré a tiempo -

Finalmente cuando terminó de atar el caballo, se giró hacía el chico, teniendo que encararlo, una vez más sintió las mejillas arder. Carraspeó acercándose al chico y luego se giró para indicarle que se subiera en su espalda – Ven, te llevaré, no quiero que te quedes dormido y caigas del caballo – Le indicó esbozando una tímida sonrisa – Salgamos cuanto antes... te contaré todo lo que quieras saber en el camino -

por **Anuar Dutuescu** Miér Dic 08, 2010 1:09 pm

¿Cómo le decía aquello cuando parecía tan indiferente? Nisiquiera le habia mirado a la cada cuando había pronunciado tales palabras, podía dejarle solo dado que no era ni seria jamás su obligación cuidarlo siempre y en todo lugar ¿Qué pasaría el día que no pudiese tenerlo a su lado? Tan inútil se volvería que sencillamente terminaría pereciendo ante las adversidades de las cuales en algun tiempo siquiera le hacían pensar en ellas, el instintito lo movía a superarse, le murmuraba cosas al oído que no deseaba escuchar.

Le observo unos instantes rodeando nuevamente sus hombros con sus brazos, se levanto del suelo apretando sus manos contra el pecho del vampiro, aspiro su aroma unos instantes al recordar la extrañeza con que habia estado actuando, dejo de aferrarse con tanto esmero levantando sus manos para depositarlas prácticamente sobre sus hombros, con los pies lejos del suelo y la mirada fija en el camino por el cual debían andar hasta llegar a la cabaña asintió.

-quiero saber que paso- le indico con calma apoyando su mentón sobre su mano, entrecerró los parpados apoyando con suavidad su mejilla sobre la ajena, negó ahogando el bostezo contra su brazo, no debía quedarse dormido como se comenzaba a hacer costumbre, quería saber que habia ocurrido, que inusual hecho habia marcado el punto en el cual estaban ahora.

por **Soren Kaarkarogf** Miér Dic 08, 2010 1:47 pm

Finalmente el chico subió a su espalda, Soren suspiró al tenerle de nuevo cerca, aunque de esa manera no le daba tanta vergüenza pues no tenía que verle la cara. Comenzó a caminar a paso rápido, halando al caballo que no tuvo más remedio que seguirlos y terminó optando un trote constante. Cuando ya habían salido del pueblo, Soren decidió que era el momento de hablar, Anuar debía saberlo todo, pero quería contarcelo suavemente, para que no fuera un gran shock.

-Te hicieron una invocación... y un espíritu del más allá poseyó tu cuerpo – Dijo atropelladamente, estaba claro que no era muy bueno con las palabras y mucho menos siendo diplomático – Umm...ella era una bruja – Continuó explicando – Su hijo murió hace tiempo y estaba obsecionada con traerlo de vuelta, así que él vino desde el mundo de los muertos y tomó prestado tu cuerpo por algunas horas... - Finalizó. Se quedo callado y de repente le pareció que diciéndolo así sonaba lo más de simple. Pero entonces recordó lo terrible que había sido.

-No pude evitar que pasara... lo lamento – Se disculpó apurando el paso, ahora el caballo tenía que cabalgar más rápido y relinchó a modo de protesta – La bruja me amenazó conque podrías... morir si interrumpía el hechizo – Se mordió el labio inferior, tragando saliva y mientras observaba como los árboles pasaban rápidamente a su alrededor.

-Estaba débil... no había bebido en casi 3 días... no tenía poder suficiente para enfrentar a una bruja tan poderosa, yo no se de brujería... sólo se que existe y algunas pocas nociones de lo que puede hacerse, pero no podía arriesgar tu vida, enfrentándome a ella en mi estado... por eso es que, fue inevitable que su hijo tomara posesión de tu cuerpo -

por **Anuar Dutuescu** Miér Dic 08, 2010 2:26 pm

Le escucho con la firme intención de soltarlo y rodar contra el empedrado, porque ahora mas que parecerle un bello sueño comenzaba a tomar los colores de una febril pesadilla en la cual no deseaba ya estar, mas bien sabia que los golpes malos de la vida eran también necesarios, eran los que marcaban a las personas y forjaban o deformaban el carácter, solo aquellos tragos amargos permitían a las personas saborear los dulces y mas placenteros aunque también mas efímeros, la belleza radicaba en ello, en no tenerlos a cada instante.

Aun asi desistió de dicho pensamientos escuchando con atención lo que comenzaba a decirle con tanta convicción que no pudo mas que creer, y pese a que sonaba como un relato de una persona a punto de ser sometida al manicomio, todas y cada una de sus palabras porque y a lo largo de su vida habia aprendido que todo era posible lo creyese uno o no.

-¿un muerto poseyó mi cuerpo?- le cuestiono como si no hubiese quedado del todo claro, aun asi el no recordaba donde se encontraba en aquellas horas, porque no sabia su dos almas podían estar en un mismo cuerpo o para estar una debía echar a la otra, en ese caso su esencia habia errado por la faz de la tierra o quizas habia sido enviada a aquel lugar en el cual la otra habia yacido. Suspiro abrumado por tantas ideas y cuestiones sin resolver, cuestiones que nos e resolverían pues no planeaba mezclarse con demás brujos debía suponer, que la mayoría no serian como los que el habia conocido, sino como aquella decrepita mujer a quien poco o nada le habia importado su vida. Penso entonces que, de haber estado el en la misma situación tampoco le importaría en demasía la vida de alguien mas, asi de grande era el egoísmo humano.

-¿y a donde dices que fueron?- le cuestiono azorado con la idea de haber tenido a alguien mas dentro de si, observo sus manos y después sus brazos, bajo su mirada por su cuerpo…intacto, exceptuando un fétido olor a polvo que provenía de su vestimenta.

por **Soren Kaarkarogf** Miér Dic 08, 2010 2:56 pm

No pudo observar el rostro del chico para determinar cuan afectado estaba por su revelación, pero sintió como su corazón latía más aprisa y la urgencia en sus palabras, no era algo fácil de asimilar el que alguien hubiese controlado tu cuerpo sin que te dieses cuenta, Soren hubiese querido contarle todos los detalles una vez estuvieran en la cabaña, con Anuar recostado en la mullida cama, más cómodo y quizás con té de hiervas para tranquilizarle.

-Si...tal y como oyes – Afirmó corriendo aún más rápido, tanto como se lo permitiera el caballo que ahora iba galopando a tope. Levantó el rostro para observar mejor el camino y entonces al cabo de un rato divisó una bifurcación, disminuyó la velocidad al llegar y giró a la izquierda, atravesando matorrales y tomando un camino perdido entre la maleza y los árboles, un desvío que sin duda los llevaría más pronto a la cabaña.

Se quedó un rato más en silencio, concentrándose en esquivar algunas ramas y sortear piedras, además el caballo parecía no muy contento de tener que correr por un camino tan angosto, entonces unos 10 minutos después, divisó el techo de la cabaña, por la parte de atrás – ¡Al fin! - Exclamó aliviado de poder dar punto final a la pesadilla, pues no se sentía seguro en ese maldito pueblo, amarró la soga a la parte trasera de la casa, dejandole un par de metros de libertad al animal para que pastara en los alrededores y sobre todo descansara, porque no había podido dormir en toda la noche. Luego caminó con Anuar bordeando la casa y subió los peldaños de madera hasta la puerta principal.

-Espera un poco... - Dijo al fin, para que no creyera que estaba evadiendo sus preguntas, una posesión de alma y cuerpo no era una cosa que le ocurriera a uno todos los días y aunque Anuar pareciera consciente y saludable, Soren no se fiaba de ello, aquello podía ser sólo la punta del iceberg. Atravesó la sala aún con él a cuestas, una sala que estaba completamente distinta, no habían manchones de sangre en los muebles, ni pedazos que loza quebrada, prácticamente estaba tal cual, como cuando habían llegado. Abrió ambas puertas del cuarto y al cerrarlas todo quedó sumido en la penumbra. Con mucho cuidado depositó al chico en la cama y luego buscó un candelabro en la mesita de madera al lado de la cama.

Cuando lo hubo encontrado y encendido lo colocó sobre la misma y la habitación adquirió una tonalidad castaña, conforme las llamas alumbraban paulatinamente la estancia.

- Creí que...creí lo peor...¿sabes? Estoy... demasiado feliz de que hayas regresado – Dijo al fin dejándose caer en la cama al lado de él con un largo suspiro.

por **Anuar Dutuescu** Miér Dic 08, 2010 9:31 pm

Se mantuvo en silencio el trayecto de regreso a la cabaña, intentando no quedarse dormido sobre su espalda aunque los parpados le pesaban y de a ratos la cabeza se le parecía ir de lado hasta que algun brusco movimiento lo traia de vuelta en si, sus manos se aferraban fuertemente a su ropa sentía que de lo contrario terminaría cayendo sobre el suelo, cayendo en un profundo sueño del cual no sabia ni estaba seguro de querer despertar. Porque en aquellos instantes el cuerpo le parecía una carga, deseaba no necesitar dormir, comer ni ninguna necesidad fisiológica, deseaba no depender del tiempo y el caprichoso destino.

Solo el tacto de la mullida cama le regreso en si, parpadeo repetida veces observando al vampiro aunque sus palabras le fueron difíciles de comprender y parecieron llegar con retardo, se escabullo por la cama hasta apoyar su mejilla contra la pierna del vampiro, bostezando por el cansancio que azotaba su cuerpo -¿es la felicidad lo que te impide hablar?- le cuestiono en voz baja con los parpados cerrados, restregó suavemente su mejilla contra la tela, usándole como almohada.

-¿es algo que hice?...lo lamento si fue así- susurro como si fuese un suave poema al viento, sin ningun dueño sino solo aquel que decidiera escucharlo. Apreto los parpados arrugando la frente en un gesto grácil, sus tupidas cejas parecían ser una sola dividas por un diminuto trozo de piel rugoso por el gesto, sus comisuras se curveaban hacia arriba deformando sus labios en una sonrisa extraña que era sonrisa sin afán de serlo, el pensar que podría haber sido su culpa aquella decisión del vampiro no podia mas que hacerle sentir intriga y una culpabilidad rara vez experimentada.

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Y el mundo se deshace para nosotros dos (Anuar)

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