El otro lado del espejo || Privado

por **Kiara Zając** Jue Ago 04, 2016 10:57 pm

California || Universidad Central || Época Actual || 8:00 Am

Melódica nota en cita que se había pactado, augurios de aventuras que llegan a albergar esperanzas de encontrar aquello que ansiaba, al menos por una noche. Sonrisa efímera que sobre los salinos muelles de la ciudad parisina se deja entrever, con aquella azabache melena volando al viento, la fatídica caída de la flor que ahora con delicados pasos se entrevé a la subida, una subida a un viaje sin retorno, un vieja que solo le durará unas horas. El juego ha sido abierto por los participantes, más como era de esperarse, de los contendientes, cada uno guardaba la llave de sus secretos oscuros algo que quedaría sellado al tocar el sol el nuevo día.

Una cinta roja ata las delgadas hebras de la melena oscura en lo alto un lazo atado siendo movido por las pequeñas brisas del verano, una brisa calurosa que deja que cada gota de sudor baje por el centro de aquella espalda, aun aquellas ropas que dejaban poco a la imaginación. El toque de un hada sobre las bellas flores que dejaban su aroma en el césped cortado del instituto.

Un viaje que se ha dado a la brevedad posible, llega a su corazón una latido de excitación, su sonrisa nuevamente vaga por el albores de las brisas, extiende sus alas la pequeña ave durante el trayecto de su mirada que se deleita con las vistas amistosas que se presentan. Es el nuevo año y con ello trae misterios sobre todo cuando uno es nuevo como los brotes primaverales, aunque en este caso la fragancia de aquella girasol de castaña melena despide uno peligrosos y atrayente. Como la campana que suena en el preciso momento

por Invitado Vie Ago 26, 2016 11:38 pm

Llegó la hora en la que finalizó la clase y de pronto un murmullo de gente se levantaba y se escuchaban como las sillas se arrastraban para dejarlas vacías, también un montón de libros que se cerraban y muchas cremalleras de las mochilas cerradas. Daba gusto escuchar esos sonidos y sentir la poca libertad de la clase, pero nadie estaba libre. Significaba el fin de la clase pero no el del estudiar. Estuvo hablando con su compañero de al lado sobre lo dado en la clase y expresando cada uno sus opiniones, la de su compañero menos ya que se había perdido en algunos momentos. Ya todo recogido fueron saliendo lentamente, había mucha gente y ninguno de los dos tenía prisa. Ares solo estaba pensando en el hambre que tenía y en querer tomarse una cerveza fría. Estuvo quedando con un par de compañeros más que se juntaron en la cola para salir e ir todos juntos a estudiar durante el fin de semana, aunque la realidad sería otra, parecía que así se hacía todo más ameno. En equipo siempre se trabajaba mejor, lo mismo para estudiar o mejor dicho para salir de juergas. Empezó a reflejarse la luz del sol fuera y sus labios solo sabían dibujar una sonrisa. Seguía hablando con el chico que tenía al lado hasta que alguien se puso enfrente de ellos obstaculizando el paso — Esto sí es una sorpresa. — Abrió los ojos y la cogió de la mano y tiró de ella hacia delante, dirigiéndose a algún club social cercano. — No sabía que lo ángeles bajaban del cielo, que bello el haberte topado con un demonio — Se encogió de hombros, con tanto estrés ahora llegaba la mejor de las diversiones, y eso que aún faltaba mucho para terminar el día.

por Invitado Sáb Ago 27, 2016 11:34 pm

Miró el reloj. No tenía nada que hacer hasta la siguiente clase, así que guardó los libros en su mochila bandolera y tras cerrarla se la echó al hombro. Pasó entre los grupos que tenía cerca, esquivándolos, procurando no pararse ni entretenerse con otras personas porque aquel día tenía una sola intención: Pasar tiempo con su hermano. Hacía mucho que no sabía de él, a gran escala quería decir, hacía mucho tiempo que no pasaban tiempo juntos más que el poco que compartían en casa o algo por el estilo y quería saber todo lo que había ocurrido por la vida de su único hermano desde hacia años. Quería saber que torbellinos habían arrasado con la tranquilidad de su hermano, y quería saber si ya había alguna chica que ocupara su mente, o si sabía algo sobre el demonio que mató a su hermano, incluso si había conseguido algún cómic recientemente. Resopló ante un grupo de personas que no la dejaban pasar y acabó aprovechando un hueco que encontró por un lateral para avanzar el paso y adelantarlos como si nada. Los miró de reojo con cierto reproche pero no se paró a decir nada. Atravesó la universidad a pasos agigantados, sonriendo y saludando a algún conocido y haciendo lo oportuno con grupos que no la dejaban pasar. Tampoco solucionaba nada el ser bajita, porque algunos no la veían con facilidad cuando iban a su aire o algo por el estilo. Llegó a la facultad de medicina, pero comprobando el reloj de nuevo pudo ver que aún le quedaban unos cuantos minutos hasta que sonara el timbre y ello indicara el final de las clases que liberarían a su hermano para estar con ella, como debía de ser.

por **Cesare Borgia** Jue Sep 01, 2016 11:33 pm

Sin duda alguna, la mejor manera de celebrar un viernes junto a la compañía de su hermana. Daba por hecho que se iban a quedar juntos como mínimo una hora, quien sabía cuándo se volvería a repetir dicha ocasión. Por nada del mundo estaban distanciados por más que lo pareciese sino que sus agendas no les permitían disfrutar del tiempo el uno del otro. Cada uno tenía su vida social, sus amigos en diferentes aspectos que pocas veces coincidían, además de sus estudios, el trabajo y bueno... las pequeñas cosas que iban saliendo diariamente pero siempre, siempre lograban verse aunque fuera una vez a la semana. No había que desperdiciar nunca el tiempo con los hermanos, era algo muy valioso y para él aún más. Mientras se dirigía a la universidad trataría de al menos llevarle algo delicado, aunque él no entendía mucho sobre ese tema, pero al menos intentaría hacer que su pequeña hermana (la menos de su familia) tuviera aquella sonrisa suya que le alegraba el día a cualquiera. Fue sonriendo, con una sonrisa de oreja a oreja. Unos decían que eran como dos gotas de agua y, por el contrario, otros afirmaban que no tenían nada que ver el uno con el otro. Los hermanos nunca tenían porqué ser iguales. Al pasar por la entrada su mirada se fijo en una mujer de cabellos oscuros que leía y cuyo andar era tan delicada que se parecía a un hada, quizás y si lo era y por ello se quedó bajo un árbol observándola hasta que el aroma identificativo de su hermana llegara, ella saldría de clases y se cruzaría con aquella mujer, aunque al final terminó de otra manera, una que le hizo sonreír.

por **Mátyás/Thoumas Hendrick** Vie Sep 02, 2016 11:52 pm

Tres horas más tarde se encontraba saliendo de la casa Noa para ir directo allá donde había quedado con su grupo de amigos. Al parecer, no era una fiesta en la que solo ellos participarían, sino que habían invitado a media universidad. Pintaba bien el momento. Un choque de manos y abrazos varoniles fueron los que dieron comienzo a la fiesta. El estéreo empezó a sonar y pareció que eso llamó a la cantidad de gente que empezó a asomar por las pistas y los lugares más recónditos de la universidad. Era temprano todavía, y las botellas comenzaron a rular. Estaban en la parte más alejada de los edificios, en los jardines, así tendrían sitio de sobra para que cada grupo se montara su propio botellón sin invadir el de los demás. Él, como buen parte del equipo de anfitriones, comenzó a pasarse por cada grupo, no solo a saludar sino a sonsacar algo de beber. Le ofrecieron desde cubalitros hasta chupitos, y así es como en poco tiempo, una especie de cosquilleo mental comenzó a atontarlo. Pero aún estaba cuerdo, solo estaba en el primer nivel de embriaguez. Y de ahí no quería pasar. O eso se decía él mentalmente para no acceder a más invitaciones. Repudiaba no tener el control de su cuerpo y la resaca de los días posteriores al alcoholismo, así que, por menos que sus amigos quisieran, él iba a controlarse y por eso salió a dar un paseo a esas horas por el campus hasta que un grupo le llamó la atención

por **Mimi Drummond** Vie Sep 02, 2016 11:55 pm

Entonces todo había desaparecido de su habitualidad, la habitación estaba toda cambiada y eso le asustada. Un par de horas más tarde y ya habían llegado a los jardines del edificio, gracias a dios que decidió no ponerse tacones y se puso sus botas militares negras, de llegar a ser lo contrario, estaría ya martirizandose. Tan temprano, y más de una ya estaba hasta las cejas de alcohol, era impresionante la capacidad que tenían algunas de tragar líquido en tan poco tiempo. No se había despegado ni un momento de las chicas, se sentía excluída porque ese tipo de “eventos” no era a los que ella solía asistir y menos los grupos que frecuentaba pero por insistencia de su amiga terminó ahí, ahí se conocían todos y ella no veía ninguna cara conocida. Estaban hablando de algo sobre sujetadores, pero no prestaba demasiada atención en el tema, asentía cuando la miraban y se reía cuando las demás lo hacían. Y entonces, empezó a rular la bebida por sus manos, y poco a poco se iba encajando más en el grupo y se reía como loca. Todo le empezaba a dar vueltas y se encontraba bastante mareada, dió un paseo por los alrededores intentando no caerse en el camino hasta que optó por tomar asiento bajo uno de los árboles a disfrutar del fresco de aquel día, al menos hasta que sus ojos vieron a uno de los chicos de la fiesta que mira con atención a un grupo de adolescentes, en su cabecita ida de bebida las ideas locas comenzaron a fluctuar.

por **Tarja & Stephen Hauks** Vie Sep 02, 2016 11:59 pm

Lo cierto es que lo único que tenía para desahogarse y evadirse de la realidad que rodeaba su vida. Lo cierto es que desde hacía tiempo que no conseguía disfrutar tanto de su tiempo libre, apuntarse a aquella carrera que tanto la entusiasmaba había sido un gran acierto ya que además había conocido gente. Durante años su vida se había reducido a Jaime, su esposo, al cual veía más como un mejor amigo que como su marido. Durante años ellos dos habían vivido juntos, como un verdadero matrimonio de puertas para fuera y con ello poca oportunidad de conocer gente había tenido con los que poder ser ella misma, ya que la mayoría, por no decir todos, formaban parte de su falsa vida junto a Jaime. Ahora en cambio tenía ese respiro, esa ínfima parte de su vida donde nadie tenía porque saber que estaba casada o los motivos que llevaron a ello, simplemente era ella misma, con sus manías, con sus virtudes, con su forma de pensar y con su idea del romanticismo aún en la cabeza. Ahí es donde entraba Neal. Lo había conocido hacía poco, apenas unos meses, pero habían conectado como no había conectado con nadie en toda su vida, encajaban por completo y, a decir verdad, la pelirroja comenzaba a tener sentimientos por él, los cuales la atemorizaban y ni siquiera se dignaba a admitir aún para sí misma lo que podían significar aquellos. Y así se encontraba en su clase de filología latina. Resopló al observar que más que tomar apuntes se había dedicado a dibujar en el papel, el cual se encontraba sin apenas espacio en blanco. Alzó la vista hacia la pizarra y por suerte, o más bien por desgracia, no había nada que copiar en ella. Cerró el cuaderno y dejó el bolígrafo sobre la mesa, para así evitar distracciones y pensó que parecía mentira que a su edad estuviera estudiando como si se tratara de una adolescente más. Sonrió ante aquella idea y justo en ello, sonó el timbre lo que hizo que todos salieran abruptamente pero ella quedó sentada mirando por la ventana esperando a verle nuevamente pasar por el jardín pero solo había niños, niños que tenia sus propios problemas y que ella pronto tendría que tratar por ello los observó con cuidado

por **Désirée D'Aramitz** Dom Sep 04, 2016 12:28 am

A regañadientes se tomó una de las pociones y acudió a la universidad, llevaba como dos semanas sin hacerlo y más de uno ya pensaba que se había dado de baja, o almenos eso expresaban sus caras de sorpresa al ver como Leo se presentaba felizmente a clase sin un libro ni ninguna hoja de apuntes en la mano, sin saber que le esperaban tres horas de exámenes. Se sentó como si nada en la última fila y se puso a revisar el móvil en busca de alguna notificación de Twitter, Facebook, Whatsapp. Pocos segundos después el profesor irrumpió en la sala con cierta prisa y comenzó a repartir los exámenes, no le había dado tiempo a llegar hasta la fila donde Leo se encontraba cuando el muchacho se levantó de su silla y salió corriendo del aula.
No sabía que le ocurría, pero de un momento para otro tenía una enorme sensación de nauseas, motivo por el cual esprinto para llegar a tiempo al baño y echar allí las tripas. Cuando al fin parecía encontrarse un poco mejor fue a lavarse la cara y su sorpresa al verse en el espejo fue mayúscula, tenía las pupilas tan dilatadas que parecía que tenía la cuenca de los ojos prácticamente negros. Sabía que aquello tenía que ser obra de los nigromantes, pero aun así la única solución que se le ocurrió fue acudir lo más rápido posible a la enfermería, en busca de algo que le hiciese encontrarse mejor.

por **Gastón T. Larrousse** Dom Sep 04, 2016 12:44 am

Fue caminando hacia la universidad, donde sabía que contaban con un gimnasio y un aula donde la gente acudía allí a bailar, y incluso disfrutaban de aquel aula para la carrera de Bellas Artes. Se encontraba un poco perdido, lo admitía, pero pronto se ubicaría, estaba seguro de ello. Acabó encontrando, a base de mirar mapas del campus. Se quedó fuera, observando un poco, y vio desde fuera, desde aquel medio ventanal que rodeaba la clase, a una rubia. Era atractiva, lo sabía, pero no podía quitarle la vista de encima solo porque fuera atractiva, no, sino por como se movía. Tenía unos movimientos que lo hipnotizaban, bailaba como hacía mucho que no había observado a alguien bailar, poniendo toda la energía, todo el alma, todo lo que tenía en ello, y casi por inercia abrió al puerta del aula y entró. Estaba sola con un compañero que la observaba apoyado en la pared, al cual casi sin darse cuenta se acercó Orson. Entonces fue cuando él le habló — ¿Eh? Sí... — dijo casi por inercia, sin saber siquiera lo que le había dicho aquel chico, ¿como había aprendido a moverse así? A él le había costado años y años de práctica y en ella parecía que era lo más fácil del mundo. Entonces salió de su ensimismamiento y extendió la mano hacia aquel chico — Me llamo Gastón, por cierto — sentenció mientras el otro se presentaba y le estrechaba la mano. Hugh había creído escuchar que se llamaba. Entonces fue cuando él se acercó y comenzó a bailar con la chica. Gastón se limitó a dejar la bolsa en el suelo y a apoyar la espalda en la pared, con los brazos cruzados, dispuesto a observar.

por **Elizabeth of York** Lun Sep 12, 2016 8:53 pm

Todos estaban reunidos y no supe la razón.

Al entrar al compus vi a una de mis mejores amigas Sarika algo ruborizada pero cuando dirigí la vista entendí la razón de ello, ahí estaba uno de los estudiantes mayores (que se supone debe cuidarnos pero él lo suele hacer de otra manera), ya no era la joven rica de una universidad privada, estaba ahí por mi cuenta y por lo tanto todo había cambiado para mí. Solo Sarika sabía la verdad y quizás por ello fue que me encané directo a ella alejándola de aquellos tipejos, apartándola. Estaba molesta de que esos estúpidos se hagan los coquetos, y quizás por eso no medí mis palabras –HEY no se hagan los vivos, y tu Matyas deja de andar tras mi amiga si ya tienes a otra– tome su mano y salí corriendo lo más que pude para evitar que esos malvivientes se nos acercaran. Había oído que habría una fiesta a esas horas y era eso lo que estaban buscando gente para invitar y luego sabra dioses que demonios harían. Corrí por el campus con mi amiga que se reía por mi valentía, o quizás mi cobardía hasta que llegamos al jardín principal donde otros problemas nos esperaban porque al parecer el peor grupo se había reunido ahí, uno de los que ya tenía historial completo, eso porque era un ángel guardián.

por **Gabriel Cavalho** Lun Sep 12, 2016 9:53 pm

Cuando llegue a la cafetería vi que estaba se encontraba ya desierta tan solo habían cuatro personas en el lugar, por lo que esto me indicaba que la cafetería esta por terminar de dar los desayunos en tan solo unos quince minutos, agarre una de las bandejas para pedir el desayuno, fui hasta la encargada de comida y me sirvió el desayuno que tendría que comer en tan solo unos minutos sino quería llegar tarde a clases; el desayuno consistía en un pedazo de pan, unos huevos revueltos y un chocolate caliente, con la bandeja en mano observe a una chica que al parecer no sabia que en la cafetería te daban tu desayuno antes de empezar las clases, tal vez seria una nueva estudiante en la universidad pensé, no sabia la razón de porque la seguí viendo, mire como solo compro un pequeño chocolate y se fue a sentar en una mesa de la cafetería que se encontraba al lado de una ventana mientras exhalaba un pequeño suspiro, ese lugar en el que se había sentado era donde la mayor parte del tiempo me sentaba yo, ya que había suficiente espacio para los dos decidí sentarme en donde ella se encontraba y decirle que yo me sentaba en ese lugar porque era uno de los lugares que podía desayunar tranquilo sin ninguna interrupción y también para decirle sobre lo del desayuno de la cafetería.

por **Iris D'Aramitz** Lun Sep 12, 2016 9:57 pm

Pero le sirvió para que él se girar y, para su sorpresa. Sí que era el Bastardo de Bartolomeo. Notaba como se acaloraba, quizá de la ira, de la rabia de pensar que esa putita había estado con él, quién sabía. Para una vez que admitía sus sentimientos servía para esto. Se acercó a aquel bastardo y lo agarró del brazo antes de que éste llegara a las escaleras y lo arrastró hasta uno de los salones. Lo metió casi a empujones y cerró la puerta, echando el cerrojo antes de girarse. Se quedó un rato así, de espaldas, meditando qué coño iba a hacer ahora, no sabía que hacer. Lo había buscado, porque cuando estalló la guerra fue cuando se dio cuenta de que lo quería, y ahora, que lo único que quería era abrazarlo, algo poco habitual en ella, había pasado la noche ofreciendo orgasmos a otra. Se giró de pronto y lo observó allí, de pie frente a ella. La miraba con cara de pocos amigos, se había dado cuenta de ello, no era gilipollas. Egoísta, egocéntrica, caprichosa. Vale, eso sí, pero no gilipollas. Se acercó hasta él buscando controlar el genio que le comenzaba a salir. Quería gritar, pero no quería que el resto de la casa se enterara, por lo que hizo acopio de todas sus fuerzas para controlarse y así hablar en un susurro, pero lo que no pensaba ocultar era el cabreo que en esos momentos llevaba encima — ¿Se puede saber que cojones hacías en el cuarto de esa puta oxigenada y operada? Te he buscado durante años para encontrarte con tan mal gusto — sentenció finalmente mirando por la ventana a aquella maldita hada de los infiernos que se había metido entre ellos

por Invitado Lun Sep 12, 2016 10:05 pm

Ahí estaba Kiara, tan fresca como si no hubiese pasado nada pero yo sabía la verdad ella no podía mentir a nadie y con su sonrisa de niña buena no puede ocultar lo que paso en aquella fiesta, aunque ahora que lo pienso ¿Qué habrá sido del perro de Stan? ¿Será que sigue tras su niñita o ya se fue con la otra diabla? Que malos gustos tienen algunos demonios para enrolarse con esos perros nauseabundos, aunque entre nos, yo prefiero a los demonios y dioses, son tan buenos en la cama sobre todo aquellos que portan su aura tan dañada como pervertida. Aun recuerdo el sonido de aquel dios persa pero más que nada aun me quedan las señas de su esposita que al parecer no le agrada para nada que aquel se enrole con cualquier, bueno al final es una nueva mañana y por lo tanto otro comienzo para tentar humanos y llevármelos a devorar en el inframundo. Aunque Kiara se me adelanta con su aura de hada, realmente ella es mi ayuda. Voy pensando en ello hasta que una voz conocid y el roce de una mano hace que despierte de mis ensoñaciones pervertidas…Es EL DIOS, lo miro atónita y él solo sonríe mientras con su pinta de ¿profesor? Se acerca a todo el grupo que conformará su ¿clases? DEMONIOS ahora estoy con aquel tipo como su alumna, esto será un infierno, uno que disfrutaremos.

por **Bruno L. Đømęćq** Lun Sep 12, 2016 10:12 pm

Las diablillos siempre ronda por estos lares a los niños de colegios pero más a los universitarios porque al parecer son los más propensos a hacer travesuras que los condene, claro que uno puede intervenir ya que solo está como observador, solo los ángeles y demonios pueden hacerlo pero es divertido el poder meterse con ambos bandos. ¿Cuántas diablillas llevo? La lista es larga y eso siendo un dios. Pero por ahora me concentraré en una, mi ex esposa que al parecer no le hace gracia que me junte con otras mujeres en ciertos momentos, vamos que ella no sabe que uno es hombre y como tal necesita despejar el camino; pero en si, ahora estaba en medio de un trabajo, había sido asignado a la universidad de California con una clase que no paraba de asombrarme. Al parecer estaría llena de muchas razas y varios de ellos eran enemigos mortales, según sus expedientes (como dios tengo acceso a los detalles más profundos de cada uno), así que al parecer la mayoría se conocía de largo tiempo y otros solo en diversos momentos, pero lo más curioso eran los lazos que se formaban entre ellos y otros que aun faltaban por presentarse y aquellos que estaban en otras clases —Esto será divertido— es todo lo que digo cuando veo a aquella diablita que se hace pasar por adolescente, cuando uno las reconoce a leguas solo con su aroma pútrido, pero esa chiquilla es especial, endiabladamente especial.

por **Keane & Evan Caruso** Miér Sep 21, 2016 11:59 pm

Una voz femenina me saco de mis pensamientos, al parecer ya había comenzado a llamar la atención de las personas y eso era un problema, pues haría más difícil el poder concentrarme en recobrar el control, entre mas humanos estuvieran a mi alrededor, peor estaría la situación. Di un gran suspiro para lograr concentrarme y así responderle a la chica de la forma mas tranquila en que pudiera –No, no creo contar con la suerte de encontrarme con alguno- le respondí mientras lentamente retire mi mano de mis ojos y abrí los parpados para luego dirigir mi mirada a mi mano derecha, al parecer finalmente había logrado atravesar la tela del sofá con mis dedos, aquello no podía ser algo bueno, pues ya no solo tenía que intentar controlar mi ansia si no también explicar como había logrado enterrar mis dedos en el sofá. Dirigí mi mirada hacia la chica dispuesto a intentar dar alguna escusa sobre el hecho de haber logrado atravesar el sofá con simplemente mis dedos, pero cuando pose mis ojos sobre los suyos mi mente se nublo por completo, no podía explicarlo pero en el solo momento en que me enfoque en aquello grandes ojos azules mi sed se desvaneció, no lograba entenderlo pero de alguna forma la mirada de aquella chica había logrado apaciguar mis ansias, fue casi como si hubiera entrado en una especie de control hipnótico o algo similar, mantuve mi mirada fija en la de ella necesitaba saber que era ese algo que había logrado tranquilizarme de tan de repente.

por **Renato O. D´Souza** Lun Sep 26, 2016 10:26 pm

Como director, en mis manos esta la potestad de poder mover todo a mi antojo sobre todo con seres como los que se reúnen en mi universidad; efectivamente sabía de ellos mejor que nadie, era un Dios, uno de los primeros antes de la gran guerra y la diversificación. Ellos no saben de mí pero yo de ellos si y eso me permite manipularlos aunque esa palabras es muy fuerte para ellos.

Los veo a casi todos reunidos en la entrada y a algunas en otras de las aulas, incluso quedan pocos en las inmediaciones de afuera aferrándose a su cuota de valentía para ingresar, sé que será interesante cada uno de ellos y por ello es que mi asistente, un ángel, es quien me ayuda a crear el tablero y las piezas de ajedrez, solo me falta mi oponente. Espero que llegue o de lo contrario será aburrido; mientras ella prepara observo detenidamente a cada uno

—el embriagado quien es?— señalo preguntándole a mi mano derecha.

Ella simplemente deja las carpetas de información de cada uno de ellos sobre el escritorio sin decirme palabra alguna, no puede por mi sello

—Tan eficiente como siempre, quienes no más nos faltan por integrarse, creo que es hora que hagas sonar la campana y que los dirijas al auditorio a todos ellos, es hora de que me conozcan, no crees, Gabriel— susurra y con agita mi mano su sello se abre emitiendo una sonrisa.

Se arrodilla ante cuando me aparto de la ventana caminando hasta la puerta, al pasar por su lado mi verdadera apariencia toma forma, haciendo estruendo en los cielos para luego desaparecer cuando llego a la puerta con aquel disfraz de humano

—Te espero a ti y a todos ellos allá—

por **Lydia Atzerias** Mar Sep 27, 2016 11:44 pm

Dancing Flames

Mira donde miras que alguien te está mirando

Agnes miró su móvil mientras se terminaba de acomodar sus zapatillas de baile. Eran la una, pero hasta las dos y poco su compañero de baile no aparecería por el gimnasio, aunque a eso ella le daba igual, no podía esperar, se colgó la bolsa de deporte en un hombro y luego se recogió su pelo en una coleta mientras jugaba con el CD que llevaba en la mano. ¿Qué bailaría hoy? Podía darle a canciones aleatorias y dejar que fuera su cuerpo quien lo guiase en cada paso y en cada momento, cerrar los ojos y que sus movimientos describieran la canción tal y como ella la sentía, después de todo solo quería disfrutar un poco de una de sus pasiones, y aunque daba clases y tenía que practicar para el siguiente torneo con su compañero no había nada como escuchar la música y bailar al estilo libre, sentir que la melodía te envuelve hasta el punto de realizar ciertos movimientos y abandonar tu cuerpo para que éste se mueva a su voluntad, siguiendo solo las notas y las letras de la canción, solo de pensarlo una sonrisa aparecía en el rostro de la rubia que no pudo evitar juntas ambas manos al ver que el gimnasio estaba vacío. Dejó la bolsa caer al lado del reproductor de música y en ese instante puso el CD con el que anteriormente estuvo jugando, la primera canción si tenía que seleccionarla para calentar y no correr riesgos de caerse y tener una lesión, como bailarina tenía que cuidar su cuerpo, y ya bastante le costaba no comer demasiado chocolate con lo mucho que le gustaba, solo de pensarlo un pequeño puchero apareció en su rostro, el cuál se borró al escuchar las primeras notas musicales salir del reproductor, cerró los ojos y se dejó llevar.

♔

por Invitado Miér Oct 26, 2016 5:40 pm

Dispuesto como un aguila estaba a devorar a aquella pequeña angelita, cuando de pronto una mujer de aspecto siniestro, y no es porque sea fea porque es todo lo opuesto a ello, pero es por el aura que emana esa mujer que la vuelve detestable ante todos. Esa arpía secretaria del manda mas de aquel antro universitario es quien se acerca a cada uno y cuando lo hace por los demonios que hace que el tiempo se congele y de paso que el ambiente cambie y haya tensión. Ella sabe que no es de mi agrado y que no me gusta que se acerque ni un centímetro a mi o no respondería de su seguridad, el maldito director también lo sabe pero aun así sigue enviando a seres como ella tras de todos nosotros ¿acaso no sabe él que ese tipo de espectros molesta a todos? quizás lo hace de aposta el maldito. Ella me mira con esa sonrisa siniestra va acercándose justo donde estaba con la bonita castaña — Si te acercas te juro que te haré arder— la mujer se frenó y terminó con una frase que fue llevada como el viento tan claro y fuerte. Una orden de aquel maldito cabrón de reunirnos a los estudiantes en el auditorio principal de la universidad —Para decir eso te envía a ti, que no puede alzar los altavoces y llamar a todos de una, que estúpido imbécil hace eso— y ahí fue, ahi entendí la razón de que ella esté ahí, iba saltando de estudiante en estudiante y al parecer solo la morena y yo iríamos a ese encuentro, bueno al menos me alegraría tener una excelente compañía para llevarla al pecado mientras dure el infierno con aquel ser detestable.

por **Mátyás/Thoumas Hendrick** Miér Nov 02, 2016 8:12 pm

Al parecer las conversaciones entre cada grupo parecían demasiado interesantes como para no llamarle la atención, sus ojos fueron directo a aquel que estaba al parecer a punto de encender el mechero de una pelea, rápidamente se sintió sobrio así como demasiado interesando en la discusión incluso acercándose a la pareja viendo como la mujer se alejaba con aquella sonrisa que te decía "aléjate por tu propio bien", olía a peligro y eso a él le gustaba bastante. Todo iba bien cuando saludo a dos de los chicos que estaban atónitos por la llamada de aquella que daba tumbos de lado a lado seleccionando gente, ¡que cagada! pensó hasta que tras su espalda el resoplido de aquel espectro le llegó a la nuca volviendo a su estado de sobriedad más serio que jamás ha tenido, al regresar y verla sonriendo solo supo una cosa, también había sido llamado, eso no se lo creía (al menos si fuera por la fiesta el no la organizó, del todo). Tomó del codo a la mujer pero algo o alguien se lo impidió alejándolo con toda la fuerza contra uno de los grupos que al parecer había sido molestado o tensionado por aquella cosa, mujer, demonio o lo que sea que fuera –Hey, por qué es esto?— preguntó poniendose de pie –Si esto es producto del alcohol no prometeré dejarlo pero no me gustó para nada aquello, acaso realmente quieres jugar?– ya eramos dos que estabamos a punto de romper la brecha de la calma, incluso aquella mujer de cabellos castaños que sonreía y se ponía de pie acercandose a mi junto a aquel otro hombre que sonreía y agita sus manos dispuesto a entrar a la pelea del momento. Lo que si sabía era que esa mujer y todos los de ahí no eran normales y el que ella este juntando a cada uno de los que estaba ahí era la evidencia más clara que solo querían a los que ella designaba, la pregunta que todos nos hacíamos era ¿para qué?.

por **C. Sárika Harsányi** Jue Nov 03, 2016 9:17 pm

¡¡NOCHE DE CHICAS!! Esa que a gritado como si acabara de tener una excelente idea, idea de cada semana, hace tan solo unos minutos bailaba meneando la cadera en ropa interior con los audífonos puestos cantando mientras sacaba ropa, ella es Aphrodite mientras que la otra linda chica de ojos de gatito que la mira con una ceja alzada esperando que el pinta uñas termine de secare es Coralie aun que aún no se porque la apodan así. Yo sonrió mirándola desde mi cama escuchando a medias. Aparte de ellas dos esta Rubí que estudia medicina y Delia que estudia bellas artes junto a Nephthys, Renata y yo, ella es algo extraña, parece muy tranquila pero dicen que es igual que Coral y Aphrodite y anda con un hombre mayor.. Pero bueno que acá varias lo hacen. Ahora Aphrodite anuncia que Getel y Renata las alcanzarán en el antro en el que trabaja Coral la cual protesta porque tiene que conseguir que entren todas -Tu también te vienes- Anuncia sin tomar en cuenta mi opinión la organizadora quitándome el libro de las manos –No.. No creo tengo que hacer una práctica y madru...– soy interrumpida por Coralie -Tu y tus tareas y cosas, el cuerpo pide y el tuyo grita por un desertes así que.. A ver bastarda quietate le escogeré algo que ponerse - Aphrodite y Coral parece que jugarán a las muñecas empezando a sacar ropa que termina volando por toda la habitación –Pe.. Pero...– no da tiempo a que me queje -Oh vamos Sarika será divertido, te presentare a mi hombre. - Rubi se sienta a mi lado –¿Tienes novio?– pregunto sorprendida . -Yo dije Mi Hombre no mi novio. Es difícil de explicar... No logro que termine de aflojar - explica pensativa. Estoy a punto de quejarme pero una prenda de vestir me da de lleno en la cara -Vístete niña o te visto- Coralie me amenaza yendo a buscar algo al cajón de mi ropa interior –Oh.. Oye Cora... ...– estoy roja por lo que acaba de sacar -Uuyyyyy que es esto- enseña un conjunto de encaje morado que me ha regañado en mi último cumpleaños la pesada de mi prima Jaelyn <> fue la única explicación sobre el femenino y sexi conjunto íntimo –Es que.. Eso no me queda.. Se.. Se me salen los pechos– susurro a duras penas con el rostro rojo como un farolito navideño -¡¡¡Pues que mejor!!!- tal cual con el vestido me avienta la ropa íntima -¡Oh! tengo los zapatos perfectos- Aphrodite sale un momento y regresa con unos zapatos con tacon de aguja blancos que hacen juego al diminuto vestido blanco con flores al inicio que se van difuminando de abajo hacia arriba con mangas largas y un pronunciado escote ovalado. -Ve a cambiarte y mas vale que te pongas esa ropa interior o te revisaremos- abro desorbitados los ojos sintiendo la pesades y escuchando las risas de las que presumen ser mis amigas. -¡Anda, anda, ve!- me incita empujándome de los hombros hasta el pasillo directo al baño -Cuando salgas te maquillare y peinare- Aphrodite se la esta pasando de lo lindo, suspiro y resignada me meto al baño escuchando que Coral le pide que no me maquille como a una puta, a lo que mi mecenas de ropa responde que eso pasaría si la que protesta fuera quien me maquillase.

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