El otro lado del espejo || Privado

Asi no pense que serían las cosas todos ellos ya estaban y a mi me habían dejado al final como podían ser tan egoistas esos tipejos que no saben lo mucho que me ha costado mantener mi fachadas de niña buena frente a todos solo para ahora llegar y romperlo así de fácil. Es dificil sacarse la sangre de ellos de encima mio pero tendré que hacerlo mientras espero que los niños grandes terminen su show o teatro o lo que sea que hayan formado ahí. Puedo sentir la presencia de él, está con esa maldita cosa entre sus piernas, cuando lo veo le daré una patada tan fuerte en sus bajos que se reducirán más de lo que esta y su apetito se abrirá de aquí hasta el polo norte. Los gemelos estan ahí afuera, veo que ella conversa con un hombre, no, el no es cualquier hombre es, él. El primer caído, entonces es verdad él tambien va a estar de nuestro lado, pero, a él siempre lo ponían como muerto nunca se supo su paradero, será que Luis si lo supo al fina. Maldición, no debo subestimar a ese enano malcriado, él es único con razón estamos ahora todos. Observo desde afuera olvidandome de la sangre de mis padres o supuestos padres que no eran más que angeles custodios mientras grabo en mi subconsciente todo aquello que veo para al menos si algo me ocurre mientras espio él podrá llegar a saber lo que ha pasado, es para de nuestras habilidades conjuntas, una de tantas que pocos conocen

NO, NO , NO. Noo pienso quedarme aquí afuera a ser parte de la corte del rey decapitado, eso jamás. Yo tengo mucha clase para ello y no lo voy a permitir. Es culpa de a quien enviaron para llamarnos, además no ¿podía él enviar un mensaje de texto un día anterior? Claro, el no sabe lo rica e importante que soy como para desaparecerme así de la nada él cree que con solo abrir la boca tendrá todo a sus pies y disposición. Bueno siempre fue así, ya que nosotros lo nombramos nuestro lider de batallón, y no fue porque él era el más grande y fornido hombre, para eso estaba el otro idiota, pero él tenía algo que lo hacía resaltar, una gran inteligencia y tacticas de ataque que jamás se vieron, pe etoncs ¿por qué perdimos esa ocasión? ¿Qué salió tan mal para haber sido desterrados? Eso es algo que no entendemos y nunca preguntamos, solo juramos volver a reunirnos cuando todo haya sido encontrado. El desapareció del radar de todos nosotros y luego apareció como un nuevo hombre...que es ese enano nos oculta, hay algo que él no nos esta diciendo y tampoco nos atrevemos a preguntar ¿por qué? quizás eso sepamos ahora con todo lo que esta haciendo.

Solo tengo que esperar de brazos cruzados, los siete no estan completos puedo ver, enotnces ¿por qué nos dejaron acá afuera al resto? Que trama ese enano maldito, acaso no sabe que atraerá la atención de los de arriba. Esta tactica es nueva y no me gusta algo se avecina algo muy grande y poderosos

llego tarde llego tarde llego muy tarde. Lo voy a lamentar el no me va a perdonar y no me dejará olvidar que llegué tarde por vez primera en mi vida. Que demonios las puertas están cerradas y veo a algunos por fuera, es mejor pasar desapercibido tengo que entrar antes que él me mate despiadadamente. Me concentro en ellos, los puedo oir en mi mente y ZAS uso mi habilidad. Estoy ya con ellos, él me mira furios pero todo estan riendose de algo que ha hecho Alex bien, todo va bien hasta que mis ojos ven a la mascota de nuestro jefe ¿por qué siempre esta ella con nosotros? si la verdad es que ella no fue más que una mera creación de diversión, fue una prueba que él hizo y luego descartó con algo más, eso no saben ellos, q él creo a varios como ella solo para ver si podía eran su experimento de teorías y él les dio vida a esa raza odidada, es decir él creo una nueva raza a un de las que estabamos ya presentes para ese entonces. Esa fue la razón que los dioses se enojaron con él, nuestros hermanos se pusieron en contrar de crear una rza mássobre todo porque traería problemas a los otros y habrían un desbalance o eso decían ellos pero él explico de una manera tal que si cabía la relación, ellos serían mascotas para nuestras aburridas vidas en los cielos, enotnces por qué se enojaron, quizás porque lo que él quería era traer a el de regreso. Eso nos convirtió en una nueva raza a los que le seguiamos, y creomos el desbalance y con lo que él hizo creo su balance perfecto para romper el velo y traer de nuevo la guerra para esos dioses, entonces ¿por qué seguía esa mujer ahí si fue destruída? o no.

Me tragué todo y sonreí a todos inclu a ella qe me miraba con una sonrisa calida pero escalofriante -hola chicos que tal perdón llego tarde pero no fue mi culpa las mujeres no me dejaban salir de la cama sin antes darles su dósis de afrodisiaco natural de los cielos- todos reimos y me quedo en silencio

Fijo fijo tenían que estar todos ellos ahí reunidos esperando a que llegara su diosa inmortal, salir del mundo del modelaje no es bueno y menos con los fans pervertidos que uno encuentra, pero son ellos el desayuno agradable que tengo todos los días, al menos hasta que sus cuerpos se secan y tenga que pulverizarlos, claro que de eso sabe mi queridito señor y líder del malos tiempos, el fue quien me dio esa habilidad, él fue quien me dijo como usarla pero ¿Quién le enseñó a el eso? Es la duda pero no me interesa saber para nada esas cosas de nimiedades y babosadas yo solo quiero más cadáveres apilados a mis pies para hacer de nuevo mi trono, era feliz antes cuando enviaba a la muerte cada miembro de las razas existentes, devorando sus almas una y otra vez pero fue hasta entonces que empecé a tomar el gusto por el sabor de sus almas y me como condenada, salí de ahí con él, ambos caminando entre el velo de la vida y la muerte. Sabía que él tenía un hijo, pero nadie sabía de quien era hijo realmente, todos decían que era el hijo de un dios poderoso y una demonio del mismo rango, generales ambos que habían concebido un niño, pero ¿era posible? Todos decían que sería otra raza una que podría matar a todos y crear su propio mundo quizás por eso a ese enano lo mandaron para acá, será que él es el hijo de ese hombre y es amujer. Quien sabe. En fin yo solo lo sigo porque me da almas que devorar lentamente y más como súcubos que somos eso nos agrada bastante, aunque esa mascota que carga es a la única que quiero probar quiero saber a que sabe.

- ¿No te han enseñado a usar el cubo de basura? - Le puso el palillo en la mano y señaló un cubo de metal, en una esquina al otro lado del salón. - Ése es su lugar - Metió su pequeña libreta de apuntes en el bolsillo de su pantalón y caminó un par de pasos, esperando que la chiquilla llevase a tirar el palillo donde era debido. - Es fácil beneficiarse del sacrificio de los demás, pero es aún más fácil ayudar a hacer un día más llevadero para quien se dedica a limpiar, ¿no crees? - Señaló de nuevo el cubo de basura e hizo el ademán de ir con ella. - No te costará nada si pones tu granito de arena, créeme que la encargada de la limpieza te lo agradecerá. Le ahorrarás el tiempo que puede pasar con sus hijos. - Si en verdad era tan fácil hacer el bien por los demás, el sería un santo, pero con lo poco que podía hacer, apenas y le quedaba tiempo para dedicarse a pensar en sí mismo, y sin duda eso era algo que apreciaba, porque tener que pensar un poco más en su pasado, le rompería la cabeza y acabaría tan loco como los hombres del sanatorio. No necesitaba eso, por ahora, simplemente se dedicaría a realizar sin equívocos, su trabajo, y quien sabe, incluso podría encontrar un tiempo al final del día, para deleitarse con un trozo de pastel y un buen chocolate caliente. Sin duda eso sería un buen final del día para él.

La patada en el catre lo hace roncar aun mas fuerte. Otra patada y esta tirado en el suelo boca abajo limpienadose los resto de baba del mentón –Verga hombre…– esta vez siente como la amarga y helada bebida que tanto llena su estomago cada noche mojar de lleno su cabeza y pecho –¡Verga mujer! Que estaba soñando con…– la mira y se guarda los enormes pechos que se estaba devorando en el sueño mirando a la hembra con ceja alzada después de lo de hace dos noches. Le evita la molestia de saber a que va a despertarlo de tan mala gana –¿El jefe habla? ¡Ya!... dile que voy en un momento culito sabroso– una nalgada como despedida y la rubia se va sonriendo negando con la cabeza.

Reconocimiento del lugar, si que se habían cogido duro al nuevo. Se aguanta la risa mirando cómo se larga el hombre todo encabritado. Un paso fuera y todos estallan en risa, incluso la rubia nalgas prontas que está al acecho de quien de sus compañeros será su presa esta noche. La tipa esta buena pero no para lo que todos cree. Se alista dejando a los hombres mirar a las dos cazadoras presentes. Será una cacería pesada. El Jefe le ha dicho que se forraran con francos de oros las bolsas si salen vivos. No le importa, solo es dinero, lo que a él le gusta es la adrenalina de destripar al licántropo, el sentir que está a punto de morir, que puede más que un humando convertido en bestia como alguna vez lo llego a ser él mismo. Se guarda un par de cuchillos más y las pistolas en la chamarra.

Un par de horas más y esta a lado del drugo rabioso nuevo que acaba de unirse.

–Ni tan pérfida ni tan buena cabron– bosteza mirando a la rubia que todos se quieren tirar, todos menos él –No es tan buena como presume ¿Mamadas buenas?– se queda pensativo rascándose la nunca unos segundos –Nnaaa… he tenido mejores, pero si salimos de esta te invito un par de putas– sonríe socarrón –Si le cortas los huevos al licántropo te invito a la “favorita” del jefe si se los corto yo me la invitas tú ¿Qué dices?– el silbido se vuelve largo y joroscho sacando una pistola mientras pensando en la castaña saboreándosela, le trae ganas tremendas y es la noche que no ha podido tirársela.

No obstante, tras aquellos duros y arduos trabajos, las noches posteriores fueron nada más y nada menos que una incesante y potente orgía de placer. París era mía, estaba consumando con la eterna París, como si todas sus calles y paredes, estructuras y personas fueron un enorme banquete del que no me cansaba nunca. En las tardes salía, leía, charlaba e incluso salía a un hermoso lago aledaño a la ciudad. Me deleitaban los plácidos viajes que realizaba con Tía Katelyn así como también con muchos de los amigos de la familia. Había conocido mujeres nuevas, hombres nuevos, incluso cosas nuevas en las que invertir mi tiempo. Algún que otro día salía en busca de un nuevo traje adecuado para las distintas fiestas en salones de gran importancia. Lloviese, tronase o incluso granizase yo saldría lo más impecable posible. Uno de los muchos pecados que poseo, ¡maldita vanidad! Cuando no tenía gran cosa que hacer me dedicaba a escribir cartas para familiares en Inglaterra y algunos otros en Alemania. Eran largas, algunas cortas, pero no me importaba, pues me encanta escribir. Incluso, le escribí a mi gran amiga, la gran señora. Le respondí a una de sus peticiones: Por supuesto, asistiría tuviese que acompañarla o no. ¿Y por qué no hacerlo? Después de todo había grandes dotes y una particularidad en juego.Sonreí, agudizando la mirada en su rostro. Tenía un gran parecido a él y por ello había que respetarlo.

Rodó los ojos exageradamente cuando preguntó, con cierta preocupación, si la competencia era de comida vegetariana. — Estamos aquí no deberías venir con esas ínfulas sabes, probablemente sean veganos la mayoría. — Respondió con una mezcla de broma y verdad. El movimiento verde se había expandido por las costas de la ciudad casi como la plaga en la época feudal. — No, no es de comida vegetariana exclusivamente, pero como son buenas personas, hay opciones de comida no cruel como la que ustedes proponen instaurar en este momento así que por que no mejor optan por ese sistema como buenas personas que son. — Respondió esta vez, con bastante más seriedad, aunque molestándolo con sus ideologías. — Bueno... señor piel perfecta, no creo que convenga que comas eso si pretendes mantenerte como estás. — Dijo, señalando una de las angelitas del lugar como si fuerse un sandwich grasiento, apenas vio a la lejanía un grupo de personas cerca de puestos de comida. Por más de que no había mucha gente, llegó a ver una cámara de filmación — Mira, quieren hacerlo hasta por televisión tener grabado su espectaculo. Quizás te contrate Neutrogena y todo. —Bromeó y lo empujó un poco hacia el costado, caminando un poco más rápido que antes por la idea de comer algo sabroso más que solo lamas descaradas porque la pelea estaba comenzando en la universidad

Apuré tres vasos sin apenas darme cuenta; en ese sentido el señor Thomas estuvo muy atento. A esas horas ya tenía la visión borrosa –una de los efectos que buscaba-, además de un hormigueo que me recorría el bajo de la columna hasta la nuca –cosa que no dejaba de ser interesante. Al no ser de este mundo es laborioso dejarme fuera de combate así que toda ayuda era buena, añádele el hecho de que hacía días que no dormía. Suspiré, encogiéndome de hombros y cruzándome de brazos; tuve la sensación de que me hacía más y más pequeño. Mis manos estaban abrigadas por unos viejos guantes de lana gris, algo deshilachados por el tiempo. Suelo conservar las cosas hasta que se caen a trozos, les tengo cierto apego. Por otro lado, las botas de piel marrón me las había regalado un mendigo, cerca de Notre Dame, me dijo que las necesitaba más que él; quise discutírselo, pero se negó en rotundo. Las voces y ‘ruidos varios’ del local iban alejándose hasta que sólo llegó a mis oídos un inquietante pitido. Me gustaba pensar que alguien quería comunicarse conmigo, aunque probablemente fuese mi cuerpo que me pedía una tregua.

De pronto noté que el ambiente se cargaba. Unos pasos acompasados dieron paso a una sombra que se proyectó sobre mí “¿Qué está pasando?”—Disculpa, pero no hay otra mesa libre en la que quiera sentarme. — Parpadeé confuso, imaginando que eran invenciones mías. Me encogí más en mi mismo mirando sin ver el vaso vacío que descansaba delante de mí. -¡Uy! Ya veo que ha encontrado asiento, señorita…- arrugué la nariz levantando la cabeza de la mesa ¿Con quién habla? Pude entrever bajo las sombras de la capucha que el señor Thomas estaba descorchando una botella y que me miraba de reojo. -No todos los días se tiene el placer de servir un buen vino, ya ve que aquí mis comensales son más dados al barril y al whisky escocés.- Asentí como si me hablase a mí. -Espero que cumpla sus expectativas, señorita.- noté algo de nerviosismo en su voz mientras ladeaba la cabeza hacia atrás, parecía que temía que los “buitres” atacaran aquella botella que con tanto recelo había guardado en su bodega.

Al mirar a mis sobrinas jugar suelo preguntarme que es lo que estarán pensando o simplemente solo disfrutan el momento sin remordimiento alguno, asi bien suelo pensar lo mismo cuando miro a las demás personas, a cada una de ellas, sea uno de mis hermanos o una de mis alegres hermanas ¿Qué nos hace únicos y especiales? ¿Qué hay en el fondo de nuestra mente para provocar daño a alguien ajeno a nuestro ser? Al escuchar a mis guías mostrar los dones curativos y cuando hablan tan apasionadamente de la mente humana me imagino que no solo soy un insignificante grano de arena ante todas las personas que existen en este mundo, el ser que me representa, el que mira y sonríe todos los días es solo una pequeñísima parte del profundo abismo que ni yo misma conozco y soy.

Mi mirada curiosa va a dar justo a la mano que me sostiene la muñeca con fuerza, no la necesaria para lastimarme pero su la suficiente para sentirme incomoda por la acción. Abre lo ojo y parece no enfocar del todo. Guardo silencio pues no estoy acostumbrada a tratar con personas que no sean gitanas y él claramente no lo es aun así no me parece malo, claro que peligroso no me aventuraría a ser tan optimista.

–Espera, te vas a lasti.. – él continua moviéndose brusco –¿En el cielo? – mi corazón se agita por un momento temiendo que sea un inquisidor, el nerviosismo se apodera de mi. No, no so en necesario que lo sea, hay muchos crellentes en la iglesia y no por ello tiene que ser un soldado descorazonado a las ordenes de su “Santa madre iglesia” como le llaman. –Tranquilízate por favor. Estas a salvo mi nombre es Rubí y para nada soy un ángel – sonrió acercándome con las palmas de las manos mostrándose intentando que se calme –Mira, puedes comprobarlo, no soy ninguno de esos seres celestiales en los que creen – intento ayudar que se pare y se recueste nuevamente –Aun no estas del todo bien, te encuentras en la tienda de Oszcar, mi hermano ¿Tienes hambre, sed? ¿Te duele algo? – no me atrevo a tocarlo, no por el momento hasta que el este mas tranquilo y familiarizado, hasta ese omento pediré si le puedo revisar. Sin querer e usado es pequeño poder en mi ayudando a crear una atmosfera de tranquilidad y paz a ver si eso puede ayudar a que confié en mi.

Nadie está hablando, pero cientos de voces resuenan en mi cabeza, como si el silencio permitiese que todas las cosas que he ignorado mientras me las decían a lo largo de mi vida estallasen de golpe en el vacío de mi mente. Trato de ignorarlas, pero es difícil ignorar un recuerdo, sobre todo cuando es propio. Y hablando de recuerdos ¿qué he hecho ayer? Ha pasado casi una semana desde que mi nombre se incorporó a la de la lista de internos de este maldito lugar y la rutina ya me está matando: cada día es una réplica perfecta del anterior. Hoy está siendo igual que ayer, y apostaría lo que fuese a que mañana será igual que hoy. Así, es fácil perder la noción del tiempo. Es fácil incluso perderse a uno mismo. En realidad, yo no necesito esto. No necesito terapia de ningún tipo... pero mis padres no lo entienden. Sin duda, hay una terrible falta de comunicación entre nosotros, porque de hecho, yo tampoco entiendo cómo han podido abandonarme aquí y seguir con sus vidas como si nada. Por si fuera poco, aseguran que es “por mi propio bien”. ¡Y una mierda! Ni que les importase a estas alturas si estoy o no bien.

Absolutamente compungida, alzo la vista. De vez en cuando pasan algunas personas: desde jóvenes aspirantes a psiquiatras, hasta doctores que ostentan su título con todos los honores. Chicos y chicas, todos ellos con la misma mirada perdida que yo misma reconozco cuando me miro al espejo, y que no parecen tener nada de raro. Que no parecen estar locos, quiero decir. Pero lo están, o no estarían aquí. ¿En qué lugar me deja eso? Me pierdo en mis reflexiones buscando la respuesta, y cuando vuelvo a prestar atención al entorno que me rodea, veo que ha cambiado: las paredes siguen en el mismo sitio, el mobiliario no se ha movido ni un centímetro... pero las personas que van y vienen son diferentes.

Aparto la vista y me apoyo contra la barandilla de las escaleras. Cuando era pequeña, cuando me quedaba mucho rato quieta en un mismo lugar, era como si me volviese invisible. En un instante me veías, y al siguiente te olvidabas de que estaba allí, porque nadie siente interés por una niña que está sentada en un rincón mirando hacia ninguna parte. Las personas son así, si no haces nada llamativo se olvidan de que existes. Un gruñido me alerta de que alguien no me considera invisible, ni parte del mobiliario. Tiene sentido, si tenemos en cuenta que estoy repantingada en medio de las escaleras con las largas piernas estiradas a lo largo del escalón, y suponiendo un estorbo para cualquiera que pretenda subir o bajar. Lo entiendo: a nadie le gusta jugar a saltar obstáculos en medio de unas escaleras, donde un paso mal dado puede suponer la diferencia entre bajarlas andando o bajarlas rodando. Pero tengo un buen motivo para estar aquí, y no en ninguna otra parte. Siempre y cuando consideres que las metáforas son un buen motivo, claro. Alzo la vista, para comprobar a quién estoy estorbando, y mientras tanto me muevo, encogiendo las piernas y convirtiéndome en un ovillo humano.

Mi cabeza era un lío pero solo había una manera de aclarar todo y era preguntándole a la fuente principal, con eso en mente giro al lado opuesto y me encamino hacia la casa de las Alphas, mis recuerdos se remontan aquella noche.No tengo idea de como acabamos en la casa del árbol de papá, pero no es algo que me preocupe en ese momento, todo se encuentra a oscuras y en completo silencio, sin embargo la morena se las arregla para romperlo en cuanto estalla en carcajadas, y no entiendo a que viene aquello hasta que veo en su mano una foto en la que Mike y yo aparecemos en ropa interior con capas de superman y batman. -¿De donde has sacado eso? pregunto totalmente serio, y trato de quitársela de las manos pero en vez de eso resbalo y termino en el suelo lo que provoca más carcajadas de su parte, esta vez no puedo evitar unirme a ella. Vuelvo al presente cuando detengo el auto en frente de la casa de las reinas, no puedo imaginar que aquella chica con la que había compartido tanto hubiese sido capaz de algo tan horrible como asesinar a una pequeña criatura inocente, me niego a creerlo. En la entrada me encuentro con una de las chicas que me deja entrar y me dice que ellos se encuentra en el salón , le agradezco y voy directamente a donde se me ha indicado y allí encuentro a la morena. -Hola guapa, ¿tienes un rato para mi? la saludo como siempre, no queriendo llamar la atención de los demás, después de todo aquello era un tema que solo nos correspondía a nosotros.

Es raro que se me olvide alguna si en el momento de conocer a la persona, las circunstancias hacen que sea inolvidable. Y yo había presenciado muchos ataques de pánico, pero éste había sido el más reciente. Y pudiera ser que me equivocara, pero que Doña Nosvamosamatar se escondiera tras el libro que sostenía, me confirmaba que efectivamente, era ella, aunque no me dejara contemplar ni medio segundo aquellos grandes ojos que durante el tiempo que me molesté para tranquilizarla aquél día, me habían dejado... ¿eclipsado? Sí, esa era una buena calificación. De nuevo en el mundo real, tardé en decidirme si debía acercarme y parecer un acosador barra psicópata o seguir a lo mío. Al final caminé hasta su mesa, aparte una silla sin arrastrarla y me senté frente a ella con una sonrisa amable y tranquilizadora. Sí, porque había descartado la segunda opción, la cual no sería "muy yo". -¿Me recomiendas algo? digo- pregunté al tiempo que apoyaba los codos en la mesa y sostenía mi rostro sobre las palmas de las manos. Así, como si nos conociéramos de toda la vida, que eso sí era muy de ella y no de mi. ¿Qué?- bien, me había habaldo cuando yo estaba en mi particular mundo de olores y gilipollismo agudo. -Ah, sí, he oído hablar de él. Me lo apunto- no esperaba que una muchacha como ella me sugiriera algo así.

¡Maldito blusón vestido o lo que mierdas sea lo que traigo puesto! –Ahhh… ¡AAH! – me muerdo los labios, el movimiento de su cuerpo contra el mio me esta subiendo el maldito vestido –¡Oh dios! – siento mi piel contra la tela de sus pantalones, cierro los ojos con fuerzas toja roja cuando su mano se mete entre –¡No.. ahhh! Nos … nos… veran – me muevo a contra ritmo de él, oh dios, el solo necesita sacarse la verga y meterla, delicioso ¡Woo se siente tan bien! Pero… reprimo un gemido mientras mies piernas tiemblan y el mete y saca su dedo. No quiero su dedo quiero su… Este Cabron estaba empeñado en encontrar que no era un ratón asustado. Me calienta y me suelta, me vuelve a calentar y me velve a soltar y … ¡Es suficiente! Antes de que se vaya le sujeto del brazo y le plante una bofetada –No regresare al baño – hable tan claro como podía, era increíble como tres tragos y medio me habían puesto tan mal –No soy de esas chicas… no puedo, yo… – mis caderas se movían al mismo momento en que mis muslos y yo me sentía adolorida y necesitada, tan necesitada –No soy una de esas chicas fáciles, una de esas gatas en celo que se van detrás de primer macho que se cree el semental y se tira a cuantas chicas les apetece – antes de soltarle le plante un beso lleno de rabia, metiendo la lengua y jugueteando, mordiendo sus labios con fuerza y chupándolos… le solté antes de que me pusiera las manos encima otra vez, le mire molesta pero de la nada la molestia se me esfumo del rostro y la vergüenza se apodero de toma mi adquiriendo el rostro de un intenso rojo. Yo no era ni hablaba asi. Era hora de largarme, ya había hecho demasiadas estupidedeses por una noche. –Seguro cualquier otra chica estará encantada de abrirte las piernas esta noche… … ¡Lo siento! – me solté y literalmente corrí entre el mar de gente que se manoseaba en la pista para perderlo y de ahí me largue derecho al lugar vacío que ocupaban mis amigas. Me pase la lengua por los labios sintiendo mi sabor y el maldiciendo, así que me bebí todos los pequeños restos de trago intentando quitarme ese sabor y las sensaciones que provocaban… ¡Mala idea! ¡Realmente MUY MALA! Pero ya era tarde.

–Sarika? ¿Qué te pasa? – una voz melosa y tórrida me hizo girarme, era Rubí sostenida por el chico –¿Qué no estabas con Matyas? – pregunto a lo que negué moviendo la cabeza de una forma muy tonta… ¡¡MOMENTO!! ¡Paren el tren! … ¿Ella como sabia su nombre? el chico que la acompañaba le susurro algo al oído y ella rio empalagosa –Más vale que corras si no quieres que te alcance – saco un billete de cien dólares y me lo ofreció. Yo no entendí muy bien pero lo acepte y sin esperar algo mas ni tomarme la molestia de buscar mi chamarra di las gracias y me fui derecho a la salida como si el mismísimo diablo estuviera persiguiéndome.

Al salir no me fije si me seguía o no, simplemente busque con la mirada los carros en los que habíamos llegado, el de Gretel y Coralie no estaban, el de Aphrodita seguía ahí pero seguro aun estaba en el antro. ¡Mierda! Me tocaría tomar taxi y para la hora que era me cobraría una fortuna, suspire al sentir el billete en la mano. De la nada vi a Delia que caminaba con la cabeza algo baja detrás de un hombre, a ella podía pedirle que me llevara al departamento pero no alcance a llegar, para cuando corri el auto había arrancado y ya iba para la salida. ¡Mierda! Quería irme antes de que algo malo pasara. Casi podía sentir a Matyas con la mirada furiosa y molesta detrás de mi, de tal forma que un escalofrió me recorrió todo el cuerpo.

El sol esta a punto de esconderse, llevamos poco más de tres meses en Inglaterra cuando ellas llegan, un grupo de Intelectualonas tontas, tapadadas hasta las narices. ¿Cómo si alquien se fuese a fijar en ellas? Los idiotas de mi escuadrón silban desde los balcones del monasterio al verlas llegar, huyen cuales cucarachas secreteándose escapando de las miradas morbosas de mis hombres. Un zape a mi segundo hace que regrese la seriedad y ordenando alistarse para la noche, hay que salir a cazar ratas con colmillos y alas.

No han pasado mas de dos horas desde que encontramos el nido de vampiros neófitos. Un setenta porciento a caído, algunos mas ha sido arrestados para interrogatorio y aun así no estamos ni cerca de encontrar a la puta que esta organizando todo esto. Esa asquerosa mujersuela del demonio me obsesiona, no en plan sentimental pero encontrar tomando en cuenta mi historia es difícil no obsesionarme casi con cualquier cosa o ser. Silbó a Uriel, mi nueva protegida, que me mira de inmediato ordenándole seguirme en silencio e ir por cinco sanguijuelas que se están colando de tras de –¡Estas putas mujeres! –recito apretando los dientes corriendo mas rápido.


“Inocente y curiosa una plato que puede ser atractivo a los íncubos o mejor dicho, estúpida y descerebrada ofreciéndose de cena a media noche”


El macho que guía a las otras cuatro hembras toma a la mujer que esta a punto de desmayarse del miedo. La bala que atraviesa el hombro hace evite le clave los dientes –¡¡Uriel mueve el culo y ponte a trabajar!! –grito a la rubia que se va detrás de las otras dos hembras que emprenden la huida. Tres neófitos de tan corta edad no es la gran cosa, apena y tienen control de sus nuevos poderes, así que no es difícil deshacerme de ellos.

El humo del cigarro que suelto llena por donde estoy obligando a los que llegan a dar paseos evitarnos para no tener que oler ese desagradable aroma del tabaco mezclada con la muerte, aunque a ella no la ven solo a mí pero eso es lo más divertido porque en segundos desaparezco con la fina tela de la invisibilidad llegando a ser solo visible a los ojos del otro ente para aparecer de nuevo visible y así tomar más energía de los que están alrededor y otros entes más débiles, riéndome de todos ahí.

Clavo la mirada en la mujer espectral y miserable que agoniza con una excusa tan barata como justificada a la que solo puedo alzar los hombros como si no me importara, además yo estaba aquí por el deseo de no dejar jamás en paz a aquella perra asesina que debí estar bajo tierra y no yo.

—¿Tan difícil se te hace dejarlos ir? Deberías hacer mejor que encuentre una esposa nueva y una madre más viva tu hijo o ¿qué? Piensa que lo podrás abrazar y seguir con tu vida, acaso quieres jugar a ser mami y esposita nuevamente, por favor, el tiempo pasa y se hace presente en las demás personas pero nosotros quedamos vivos en otro mundo, no será igual tu esposo no podrá sentir como antes te sentía solo frío y vacío que no llenará nada, mejor usa la venganza para quedarte y no el amor—

Suelto como el cigarro que cae al suelo.

—Todo en esta vida tiene dos opciones el camino fácil y el difícil, el sencillo para ti será tomar energía de otras personas para concentrarla en ti y poder materializarte, con el tiempo y la habilidad podrás mantenerte mucho tiempo visible, pero lo difícil es que uses a aquellos que amas, uses su energía vital para que te alimente a ti, ah y no me digas que no lo quieres hacer porque lo terminarás haciendo—

Suelto una risa porque se de lo que hablo mejor que nadie y quien mejor que aquella maldita masoquista del esperpento que aun mantengo como mi esposa, si aquella esclava de mi deseo.

—Somos muerte y como tal terminamos matando a nuestro alrededor, niña—

Suelto una carcajada porque ella tendrá que decidir si realmente quiere hacer eso, pero lo dudo su aura es tan pura como una bebe inocente, nada que ver con espectros como yo, muy distintos éramos todos.

Will solia ser una mujer tranquila y pacifica, obediente y placentera, al parecer no conocía el mar humor o la irritabilidad, no hasta noches atrás cuando la pequeñanila vampiro la había hecho dudar, desde hacia tres noches q no la veía y era momento de que la pequeña se alimentara, solo que esta ves era distinto. Pero antes de eso terminaría lo que le habían enviado a hacer.
Will pestañeó con fingida inocencia—No estoy muy convencido.—Oh, vamos—le engatusó. —Sólo estoy hablando de un poco de toqueteo. —Antes de que él protestara, le sujetó por los hombros, le dio la vuelta y le obligó a sentarse en la silla. Después se sentó sobre su regazo, de cara a él y con las palmas extendidas sobre su suave pecho. —Tócame.

Durante un segundo interminable, Will creyó que se desharía de ella, pero al final la agarró por los muslos y los apretó lo suficientemente fuerte como para que una humana gritara de dolor. Sin embargo, ella no era humana y no emitió sonido alguno. —Si hacemos esto—dijo él con un tono glacial y letal—, me obedecerás en todo lo que te diga. Lo haremos según mis reglas. ¿Entendido? –ella afirmo con sublime inocencia. Las perlas se convirtieron en pequeños y afilados espolones que se clavaron en la piel y en la carne más sensible del vampiro.

Una tremenda agonía recorrió el cuerpo de Will pero los gritos de Rhys eran tan sonoros que cualquiera que hubiera soltado ella habría pasado desapercibido. Ella bajó la vista al suelo y vio tres dedos amputados. Con un rápido y doloroso movimiento, lo tiró al suelo, se sentó a horcajadas sobre él y puso la punta de la daga justo bajo su ojo. —Y ahora, dime lo que quiero saber o perderás algo más que tus dedos.—La furia teñía la voz de él. —Hija de perra.

Will le clavó la daga en el ojo. Cuando estaba tan dolorida no solía tener mucha paciencia. Los espolones alrededor de sus caderas y entre sus muslos habían vuelto a transformarse en perlas. El vampiro gritó de nuevo mientras la sangre y otros fluidos oculares manaban de la destrozada cuenca. –Respuesta incorrecta, probemos de nuevo –Will colocó el cuchillo en el otro ojo —¡¿En donde Esta?!

.La carta llego como una tormenta que fastidiaría mi increíble agenda social, como osaba y realmente me pregunte sarcástica a mi misma que podía esperar de ese hijo de puta -si, aunque fuese mi propio hermano, de sangre y todo ello- si es una escoria andante. Todo le molesta, esta tan amargado, y no solo eso. Mi madre y yo, notese que sobretodo yo, era feliz viviendo en la caótica y mal lograda España. Tan cerca de mi amada París en la que podías encontrar desde la mas exquisita joya hasta el hombre mas delicioso que te...

Miro a mi madre, que palabrea cosas que no me digno a escuchar, por el simple hecho de que sea tan débil ante los deseos de mi padre. Tan fácil que era responder la carta indicando mis ya confirmados compromisos con la realeza ¿A quien con un sano juicio se le ocurre cancelar a la realeza?

¿Renata, me estas escuchando?

Obvio que no, para que pregunta

Doy por terminado el tema. El carro se detiene y en dos minutos después camino en dirección a la puerta principal mirando la insignificante mansión comparada con a lo que estoy, siendo recibidas por el amo y señor de estas tierras, acompañado de mi padre el cual de solo verlo, abrazo y beso sus mejillas... y claro un docena de asquerosa servidumbre.

La sangre barbotea como agua en un caldero, siento el calor recorrerme el cuerpo, la ira invadirme tal cual como se movería el líquido entre burbujas y por supuesto no tiene absolutamente nada que ver con el hecho del caluroso día de verano, o no, por supuesto que no tiene absolutamente nada que ver; todo esto tiene que ver con las estupideces, malditas e incoherentes decisiones que mis progenitores se les pasa por la descerebrada cabeza que llevan en el cuello.

Un jalon de muñeca y uno de cabellos —Oh vamos Jasper se que te encanta… mi compañía— y eso era verdad, nos encantaba estar juntos, a la buena y a la mala y … —¡Mierda Jasper!— exclame molesta sintiendo que todo me daba vueltas, a fin de cuentas yo solo era una humana, una humana débil pero ágil de mente y cuerpo, y aun así ¡Mierda! Oh mierda alcanzo a lamer sus labios al sentirlos y solo es un estúpido mordisco pero sus labios se pegan, la saliva y calidez solo duran un instante, la punzada de dolor —Hay por favor— susurro rolando los ojos antes de soltar un gemido de sorpresa y dolor —¿Eso es lo que quieres?— susurro frotándome, acercándome a él ofreciéndole los labios —¿Quieres jugar a eso? Oh yo se que quieres—  con fuerza le agarro las bolas, bien cogidas para q no se atreva a moverse y paso mi lengua delineando mis labios sonriendo de forma sensual —Ah.. te hice una pregunta— susurro juguetona. Es tan fácil provocarlo, puedo sentirlo ponerse duro.

Me pego a él lamiéndole el labio inferior —Anda, cóbrate y espero que sea con creses porque lo he estado esperando— no le regresaría el maldito collar —Oh vamos Jasper, sabemos divertirnos— susurra sonriendo de forma ruin, sus manos están masajeando mis pechos, se pueden sentir mis pezones atreves de la sencilla y desgastada tela de la blusa. Junto sus manos y sin que se de cuenta deslizo una cinta q antes de que toque sus labios la aprieto empujo con todo el peso de mi propio cuerpo y le derribo o mejor dicho nos derribo de forma torpe. De un brinco me pongo de pie y antes de salir corriendo trueno un beso y se lo envió subiendo ágilmente la barda calendo cual felino en el callejón de a lado. Echando a correr nuevamente mirando los pendientes de perlas y la pulsera de diamantes q le acabo de quitar —Lindos— canturreo corriendo mas y mas a prisa mirando que viene detrás de mi.

Las caderas se mueven insinuantes, algo rígida por la pena o atención que estoy seguro no esta acostumbrada a recibir pero en definitiva esa niña esta haciendo que se me ponga dura la verga. –CALLAOS EH DICHO!!! – grital hombre que esta que se lo lleva la puta verga y no para coger precisamente. –Al próximo que comience con sus estupideces mandare a que lo reprueben en alguna de las materias! Esto es una clase no un espectáculo! – a lo lejos el eco de la última palabra, ofrecida por alguno de los presentes, hace estallar a todos en sonoras carcajadas, mientras la castaña y yo regresamos a nuestro lugar. El vampiro no soportara mas, a mi me da igual, esta pequeña muñeca penosa no se me va a escapar –Os advierto, una mas y a todos no nada mas a esos dos que se han hecho los graciosos! – señala a varios lugares. Miro de reojo al buen Matyas en la ultima fila muy pegado a su pelirroja que tiene las mejillas del mismo intenso tono rojo en las mejillas. Una de las piernas de ella está sobre una de el y la mano del puto esta entre los muslos de la chica. Muy buen ejemplo, eso me da la idea de hacer lo mismo con la pequeña temblorosa hurona que se acomoda en su asiento.

–¿Sales con el vampiro histérico? – pregunto, tomando mi asiento junto a la castaña –O solo follan – lo digo despacio, bajo y casi casual –O dime, eres virgen pequeña huroncita – sonrio delineando con mi dedo el contorno de su rostro –AH, ah, ah, yo que tu no me pondría en plan histerismo o ese de ahí abajo empezara a joder de nuevo – ella se mueve y en el instante en que esta a punto de ponere en pie para mover su silla le toco el tracero regresándola a su haciento al tomarle la cintura –¿Quieres conocer las manos de un verdadero hombre? – con la izquiera que es la que esta en su cadera subo la falda y meto la mano acarisiando la pierna –Anda, grita, quéjate y todos nos vera ¿Te gusta el voyerismo? ¿Te gustaría ver que todos nos miran mientras te toco? – la voz del hombre resuena entre información que estoy seguro la mayoría conoce y/o a llevado a la practica mientras yo me sumerjo entre las carisias de aquellas largas y torneadas piernas, deliciosa y entre mas subo hasta sus muslos el calor se hace presente –Dime pequeñita – susurro muy cerca de su oído –¿Quieres sentir? – el cuerpo femenino se estremece y la voz del vampiro ordena que no me le acerque tanto mientras tomo la mano de ella y la llevo a mi entre pierna dejando que sienta mi miembro –Lo pones inquieto –digo mirando hacia otro lado mientras fuerzo a que frote la mano de ella que esta atrapada entre mis pantalones y mi mano.