AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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El otro lado del espejo || Privado
Recuerdo del primer mensaje :
Melódica nota en cita que se había pactado, augurios de aventuras que llegan a albergar esperanzas de encontrar aquello que ansiaba, al menos por una noche. Sonrisa efímera que sobre los salinos muelles de la ciudad parisina se deja entrever, con aquella azabache melena volando al viento, la fatídica caída de la flor que ahora con delicados pasos se entrevé a la subida, una subida a un viaje sin retorno, un vieja que solo le durará unas horas. El juego ha sido abierto por los participantes, más como era de esperarse, de los contendientes, cada uno guardaba la llave de sus secretos oscuros algo que quedaría sellado al tocar el sol el nuevo día.
Una cinta roja ata las delgadas hebras de la melena oscura en lo alto un lazo atado siendo movido por las pequeñas brisas del verano, una brisa calurosa que deja que cada gota de sudor baje por el centro de aquella espalda, aun aquellas ropas que dejaban poco a la imaginación. El toque de un hada sobre las bellas flores que dejaban su aroma en el césped cortado del instituto.
Un viaje que se ha dado a la brevedad posible, llega a su corazón una latido de excitación, su sonrisa nuevamente vaga por el albores de las brisas, extiende sus alas la pequeña ave durante el trayecto de su mirada que se deleita con las vistas amistosas que se presentan. Es el nuevo año y con ello trae misterios sobre todo cuando uno es nuevo como los brotes primaverales, aunque en este caso la fragancia de aquella girasol de castaña melena despide uno peligrosos y atrayente. Como la campana que suena en el preciso momento
California || Universidad Central || Época Actual || 8:00 Am
Melódica nota en cita que se había pactado, augurios de aventuras que llegan a albergar esperanzas de encontrar aquello que ansiaba, al menos por una noche. Sonrisa efímera que sobre los salinos muelles de la ciudad parisina se deja entrever, con aquella azabache melena volando al viento, la fatídica caída de la flor que ahora con delicados pasos se entrevé a la subida, una subida a un viaje sin retorno, un vieja que solo le durará unas horas. El juego ha sido abierto por los participantes, más como era de esperarse, de los contendientes, cada uno guardaba la llave de sus secretos oscuros algo que quedaría sellado al tocar el sol el nuevo día.
Una cinta roja ata las delgadas hebras de la melena oscura en lo alto un lazo atado siendo movido por las pequeñas brisas del verano, una brisa calurosa que deja que cada gota de sudor baje por el centro de aquella espalda, aun aquellas ropas que dejaban poco a la imaginación. El toque de un hada sobre las bellas flores que dejaban su aroma en el césped cortado del instituto.
Un viaje que se ha dado a la brevedad posible, llega a su corazón una latido de excitación, su sonrisa nuevamente vaga por el albores de las brisas, extiende sus alas la pequeña ave durante el trayecto de su mirada que se deleita con las vistas amistosas que se presentan. Es el nuevo año y con ello trae misterios sobre todo cuando uno es nuevo como los brotes primaverales, aunque en este caso la fragancia de aquella girasol de castaña melena despide uno peligrosos y atrayente. Como la campana que suena en el preciso momento
Kiara Zając- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 74
Fecha de inscripción : 12/09/2014
Re: El otro lado del espejo || Privado
Se quitó los lentes de sol y los colgó en el cuello de su camiseta.—Dios mio.- Dijo echándose para atrás, a un lado de las escaleras, llevándose las manos al pecho con suma impresión debido a las palabras y gesto serio de la contraria.—Eso sí me ha asustado.- dijo antes de reirse nerviosamente después de que ella mostrara que era una broma. sabia que ambos compartían un humor un tanto pesado, una manera de ser parecida... pero Wooseok lo estaba volviendo blando, tan blando que ahora rara vez podía estar serio y las mejillas le dolían ya de tanto sonreir, cuando antes, rara vez lo hacia, incluso con conocidos no sucedía, Gretel era de las primeras personas en ser testigo de aquel cambio, ya que se habían conocido antes de Wooseok y entonces el menor, no hecho una furia claro, pero sí bastante serio y retador, le miró con fastidio debido a su accidente en la cafetería y hasta poco después había aplacado las aguas debido a sus similitudes. Volvió a acomodar su cabello con ambas manos y un gesto tranquilamente sonriente.
—Ah, pero por supuesto, soy el sol de tus mañanas.- le guiñó un ojo con coquetería. —Ah.- Se quejó cerrando un ojo por el golpe en el hombro, como si hubiera sido fuerte antes de sonreirle de nuevo. Tenía que parar de hacerlo o seguramente el mayor a quien se había dirigido hacia dos minutos a ver de carrera, empezaría a interpretar las cosas de muy mala manera. No era extraño verle hablar con chicas y sonreirles, pero... Gretel era Gretel, preciosa y asiática además de lista y con una pequeña que solo de verla, se había ganado el amor. mientras tanto, parecía tener mucho problema con la sola presencia de Gretel en el planeta tierra, cosa que mantenía una constante tensión
—Ah, pero por supuesto, soy el sol de tus mañanas.- le guiñó un ojo con coquetería. —Ah.- Se quejó cerrando un ojo por el golpe en el hombro, como si hubiera sido fuerte antes de sonreirle de nuevo. Tenía que parar de hacerlo o seguramente el mayor a quien se había dirigido hacia dos minutos a ver de carrera, empezaría a interpretar las cosas de muy mala manera. No era extraño verle hablar con chicas y sonreirles, pero... Gretel era Gretel, preciosa y asiática además de lista y con una pequeña que solo de verla, se había ganado el amor. mientras tanto, parecía tener mucho problema con la sola presencia de Gretel en el planeta tierra, cosa que mantenía una constante tensión
Rónán Rothesay- Humano Clase Alta
- Mensajes : 23
Fecha de inscripción : 01/03/2015
Re: El otro lado del espejo || Privado
Contaba con la fortuna de que el sol se escondería dentro de poco y tal vez le evitase unas buenas quemaduras en la piel, la cual si había alcanzo a enrojecer ligeramente. Era un muchacho despreocupado, aquello se podía notar por la simpleza con la que había decidido por echarse en el suelo para darse un tiempo de relajación; no era la primera vez que se permitía tanto descuido, pero seguramente si la primera en que lo hacía con tan poco humor, supuso que si volvía a la fraternidad alguien le preguntaría por su día, que es muy honesto, terminaría por confesar que había suspendido y que la suerte simplemente parecía detestarle. Cuando se calmara tendría tiempo para sentirse mejor y volver a su dormitorio.
La universidad estaba resultando más interesante de lo que pudo legar a pensar. Las clases eran mucho más interesantes que cuando su profesora particular las daba, claro, se distraía a veces viendo a los demás alumnos moverse o hacer alguna clase de broma hacia los profesores, pero era lo que ella esperaba y más. Era poco los días que llevaba y a pesar de que le costaba iniciar alguna conversación, ya se sentía parte del lugar. Terminando sus clases de ese día quiso buscar un lugar tranquilo y fresco para continuar con su lectura. Primero paso por la cafetería en busca de una soda helada para hacer de su tarde más fresca. Luego preguntando un poco a sus compañeros llego a los jardines. Sonrió satisfecha del lugar y fue busca de un lugar que fuera perfecto para pasar el resto del día ahí.
Camino bastante en busca de un lugar en el cual no estuvieran hablando o haciendo algún otro tipo de cosa que la fuera a distraer y que le fuera a molestar el sonido hasta que encontró un lugar perfecto cerca de un chico. dudo unos minutos si acercarse o no, pero el querer leer era más importante. Se encamino hasta dicho lugar y tomo asiento dejando sus cosas cerca. ━Espero no molestar.━ Murmuró no muy fuerte, pero lo suficiente para que no dijera que había avisado con anterioridad de su presencia.
La universidad estaba resultando más interesante de lo que pudo legar a pensar. Las clases eran mucho más interesantes que cuando su profesora particular las daba, claro, se distraía a veces viendo a los demás alumnos moverse o hacer alguna clase de broma hacia los profesores, pero era lo que ella esperaba y más. Era poco los días que llevaba y a pesar de que le costaba iniciar alguna conversación, ya se sentía parte del lugar. Terminando sus clases de ese día quiso buscar un lugar tranquilo y fresco para continuar con su lectura. Primero paso por la cafetería en busca de una soda helada para hacer de su tarde más fresca. Luego preguntando un poco a sus compañeros llego a los jardines. Sonrió satisfecha del lugar y fue busca de un lugar que fuera perfecto para pasar el resto del día ahí.
Camino bastante en busca de un lugar en el cual no estuvieran hablando o haciendo algún otro tipo de cosa que la fuera a distraer y que le fuera a molestar el sonido hasta que encontró un lugar perfecto cerca de un chico. dudo unos minutos si acercarse o no, pero el querer leer era más importante. Se encamino hasta dicho lugar y tomo asiento dejando sus cosas cerca. ━Espero no molestar.━ Murmuró no muy fuerte, pero lo suficiente para que no dijera que había avisado con anterioridad de su presencia.
Kiara Zając- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 74
Fecha de inscripción : 12/09/2014
Re: El otro lado del espejo || Privado
Su cuerpo se mueve incesante, el sudor corre por ambos cuerpo, los labios de ella abiertos, calientes, dejando caer saliva, gimiendo, gritando dejándose llevar por completo por lo que su captor lo hace, la lame, la muerde y la toma con mucha fuerza de la cadera enterrándose en ella. –Varg… por… AHHHHHHHHHHHH- esta a punto de correrse, los dedos de el se frotan contra aquel pequeño nudo que la esta a punto de liberar. Puede sentir que el también esta cerca, su agresividad. Sus garra arañan la piel delicada, palida que se a enrojecido por los azotes de el –Varggghhhhhhhh… -solo necesito eso, sentir como el cuerpo ajeno explotaba para dejarse arrastrar por esa embriagante sensación, drogándola en placer, haciéndola gritar desesperada. El espeso semen caliente le cubre la espalda a lo que ella cae de boca en la sabanas, su orgasmo aun hace estragos en todo su cuerpo, se frota los senos contra la rugosa sabana. Entra en ella haciendo que se arquee –Si… sigues duro… -susurra sin aliento. Eso solo le indica que no se detendrá, hace exactamente un mes le hizo lo mismo, parecía que no importaba cuantas veces se corriera el no tenia suficiente. Se sentía llenísima pero aquello que dijo no dejaba de rondarle la cabeza -¿Iba… en.. serio..?-los gemido las interrumpen- ¿lo de.. AHHHHHHHHHHHHHH… los cachorros?.
¿De que diablos habla? Ella no había hecho nada y si el cuarto apestaba a sexo era porque el no dejaba de follarla. Cae de boca mirándolo desnudo, se siente mal por ello, se muerde los labios y un suspiro es acallado por el beso, la muerde, sus lenguas danza deslizándose en saliva caliente mientras los pechos de ella en punta se frotan contra la caliente y dura de músculos del bastardo –Varg-le intenta retener pasando las uñas sobre su pecho. El le mueve el cuello y la muerde haciendo que ella se moje nuevamente temblando por su propia necesidad. La arroja a la cama y no escucha aquel sonido metalico ¿en que momento la a desatado de sus cadenas?
Mira como se aleja saliendo por la puerta, el astro rey se a ocultado y una ráfaga de gruñidos llega a ella. Se deja caer recuperando un momento el aliento. Debe escapar, ahora, toma varios minutos, tal ves mas de lo que debe pero antes de ponerse de pie cae, las piernas aun le tiemblan por la faena antes desempeñada. Se mueve, toma una de las camisas de hombre le queda hasta por debajo de los muslos, sus botas viejas y suspirando, escuchando desenas de bramidos y gruñidos, no le importa solo sale como puede caminando por el bosque deseando que su suerte no sea pero de la que ya tenia escrita junto a Varg.
¿De que diablos habla? Ella no había hecho nada y si el cuarto apestaba a sexo era porque el no dejaba de follarla. Cae de boca mirándolo desnudo, se siente mal por ello, se muerde los labios y un suspiro es acallado por el beso, la muerde, sus lenguas danza deslizándose en saliva caliente mientras los pechos de ella en punta se frotan contra la caliente y dura de músculos del bastardo –Varg-le intenta retener pasando las uñas sobre su pecho. El le mueve el cuello y la muerde haciendo que ella se moje nuevamente temblando por su propia necesidad. La arroja a la cama y no escucha aquel sonido metalico ¿en que momento la a desatado de sus cadenas?
Mira como se aleja saliendo por la puerta, el astro rey se a ocultado y una ráfaga de gruñidos llega a ella. Se deja caer recuperando un momento el aliento. Debe escapar, ahora, toma varios minutos, tal ves mas de lo que debe pero antes de ponerse de pie cae, las piernas aun le tiemblan por la faena antes desempeñada. Se mueve, toma una de las camisas de hombre le queda hasta por debajo de los muslos, sus botas viejas y suspirando, escuchando desenas de bramidos y gruñidos, no le importa solo sale como puede caminando por el bosque deseando que su suerte no sea pero de la que ya tenia escrita junto a Varg.
A. Siren Skjaldmö- Humano Clase Baja
- Mensajes : 43
Fecha de inscripción : 07/07/2014
Re: El otro lado del espejo || Privado
Las caderas se mueven insinuantes, algo rígida por la pena o atención que estoy seguro no esta acostumbrada a recibir pero en definitiva esa niña esta haciendo que se me ponga dura la verga. –CALLAOS EH DICHO!!! – grital hombre que esta que se lo lleva la puta verga y no para coger precisamente. –Al próximo que comience con sus estupideces mandare a que lo reprueben en alguna de las materias! Esto es una clase no un espectáculo! – a lo lejos el eco de la última palabra, ofrecida por alguno de los presentes, hace estallar a todos en sonoras carcajadas, mientras la castaña y yo regresamos a nuestro lugar. El vampiro no soportara mas, a mi me da igual, esta pequeña muñeca penosa no se me va a escapar –Os advierto, una mas y a todos no nada mas a esos dos que se han hecho los graciosos! – señala a varios lugares. Miro de reojo al buen Matyas en la ultima fila muy pegado a su pelirroja que tiene las mejillas del mismo intenso tono rojo en las mejillas. Una de las piernas de ella está sobre una de el y la mano del puto esta entre los muslos de la chica. Muy buen ejemplo, eso me da la idea de hacer lo mismo con la pequeña temblorosa hurona que se acomoda en su asiento.
–¿Sales con el vampiro histérico? – pregunto, tomando mi asiento junto a la castaña –O solo follan – lo digo despacio, bajo y casi casual –O dime, eres virgen pequeña huroncita – sonrio delineando con mi dedo el contorno de su rostro –AH, ah, ah, yo que tu no me pondría en plan histerismo o ese de ahí abajo empezara a joder de nuevo – ella se mueve y en el instante en que esta a punto de ponere en pie para mover su silla le toco el tracero regresándola a su haciento al tomarle la cintura –¿Quieres conocer las manos de un verdadero hombre? – con la izquiera que es la que esta en su cadera subo la falda y meto la mano acarisiando la pierna –Anda, grita, quéjate y todos nos vera ¿Te gusta el voyerismo? ¿Te gustaría ver que todos nos miran mientras te toco? – la voz del hombre resuena entre información que estoy seguro la mayoría conoce y/o a llevado a la practica mientras yo me sumerjo entre las carisias de aquellas largas y torneadas piernas, deliciosa y entre mas subo hasta sus muslos el calor se hace presente –Dime pequeñita – susurro muy cerca de su oído –¿Quieres sentir? – el cuerpo femenino se estremece y la voz del vampiro ordena que no me le acerque tanto mientras tomo la mano de ella y la llevo a mi entre pierna dejando que sienta mi miembro –Lo pones inquieto –digo mirando hacia otro lado mientras fuerzo a que frote la mano de ella que esta atrapada entre mis pantalones y mi mano.
La clase acaba, o eso ha dicho el puto ese –Quietecita pequeña huroncita – la tomo de la cadera y la siento sobre mi mientras comienzan a salir de la enorme aula –Alexándrovich y Divella ustedes dos me esperan al final – grita Stan a lo que hago que se pare la castaña y pego su tracero a i entrepierna frotándola. ¿Quién diría que entre tanta tela esconde cositas tan ricas? La suelto. Recojo mis cosas al ver que casi no sobran estudiantes y la espero en el pasillo de las escaleras.
–¿Sales con el vampiro histérico? – pregunto, tomando mi asiento junto a la castaña –O solo follan – lo digo despacio, bajo y casi casual –O dime, eres virgen pequeña huroncita – sonrio delineando con mi dedo el contorno de su rostro –AH, ah, ah, yo que tu no me pondría en plan histerismo o ese de ahí abajo empezara a joder de nuevo – ella se mueve y en el instante en que esta a punto de ponere en pie para mover su silla le toco el tracero regresándola a su haciento al tomarle la cintura –¿Quieres conocer las manos de un verdadero hombre? – con la izquiera que es la que esta en su cadera subo la falda y meto la mano acarisiando la pierna –Anda, grita, quéjate y todos nos vera ¿Te gusta el voyerismo? ¿Te gustaría ver que todos nos miran mientras te toco? – la voz del hombre resuena entre información que estoy seguro la mayoría conoce y/o a llevado a la practica mientras yo me sumerjo entre las carisias de aquellas largas y torneadas piernas, deliciosa y entre mas subo hasta sus muslos el calor se hace presente –Dime pequeñita – susurro muy cerca de su oído –¿Quieres sentir? – el cuerpo femenino se estremece y la voz del vampiro ordena que no me le acerque tanto mientras tomo la mano de ella y la llevo a mi entre pierna dejando que sienta mi miembro –Lo pones inquieto –digo mirando hacia otro lado mientras fuerzo a que frote la mano de ella que esta atrapada entre mis pantalones y mi mano.
La clase acaba, o eso ha dicho el puto ese –Quietecita pequeña huroncita – la tomo de la cadera y la siento sobre mi mientras comienzan a salir de la enorme aula –Alexándrovich y Divella ustedes dos me esperan al final – grita Stan a lo que hago que se pare la castaña y pego su tracero a i entrepierna frotándola. ¿Quién diría que entre tanta tela esconde cositas tan ricas? La suelto. Recojo mis cosas al ver que casi no sobran estudiantes y la espero en el pasillo de las escaleras.
Aleksei S. Alexándrovich- Humano Clase Media
- Mensajes : 21
Fecha de inscripción : 21/01/2016
Re: El otro lado del espejo || Privado
Él frotó su barbilla mirándome con una duda en la mirada, aun me sentía extrañamente sensorial, sentiba, perceptiva a todo lo que me rodea, me siento ebria de de el. Deje q balbuceara ¿Estaba cansada de tanto teatro? ¿Qué me estaba sucediendo? Yo no recordaba ser de esta forma ¿Acaso eran las drogas? Pego la frente en la metálica mesa dejando que me refresque un poco, no duele pero me siento desorientada por un par de segundos que no estoy segura de que lo sean ¿Percibía el tiempo como realmente sucedía o ni eso podía percibir? Una hoja y un bolígrafo están frente a mí, pero no recuerdo en que momento los a puesto frente a mi —¿A cambio de que me salvaras el trasero? … ¿Me dirás tu nombre?— o acaso ya me lo había dicho porque si me lo había dicho no lo recordaba en absoluto. Me talle la cara con el dorso de la mano. —¿Oye y el oficial que estaba aquí hace un momento?— pregunto tratando de enfocarlo, me toallo los ojos y le miro de nuevo pero… —¿Qué me diste?— pregunto sintiéndome mas mal, puede que me este haciendo efecto apenas o puede que … Me paso la lengua por los labios sonriendo al ver como se desabrochó la corbata y los dos primeros botones de su camisa, de solo verlo la respiración se me ha agitado, siento la tela de la blusa acariciarme los senos.
Sonrió al ver que en su expresión se forma alguna idea retorcida —Lo que sea no te incumbe… ni nada de mi vida que no tenga que ver con proporcionarte placer siempre y cuando aceptes y cumplas tu parte— Sonrie, tiene una maldita sonrisa demasiado sencual, demasiado… aprieto las piernas. —Nunca me había drogado— confieso sin prestar mucha atención —No mas que alcohol y cigarrillos… pero seguro que si me metes los dedos me correré de lo sensible que estoy en este momento, casi puedo sentir como tu ansiosa mirada me acaricia… cuanto me… — Me tomó del cabello tirando hacia atrás mientras sonríe —deseas— deslizo la palabra sórdida, burlona, sensual entre mis labios.
El había pronunciado las palabras adecuadas, él prometería que continuara llendo a la universidad, lo demás podía irse al infierno en verdad que no me importaba —¿Qué eres? Te ves como un soldado porque dudo que seas solo uno de esos escuincles babosos que se mata en los GYM por puro narcicismo— el fue a su asiento esperando su diversión —¿Porque no te callas ya?— algo en mi interior me llenaba de energía, de burda arrogancia, una que nunca había poseído pero ahí estaba frente al tipo que me haría pudrirme en la carsel y yo me sentía poderosa sobre él. Que estupidez. Comencé a tararear una canción que para nada era sensual pero era la única que recordaba en aquel momento. Me posicione frente a él y moví la cadera despacio de izquierda a derecha, incluso el movimiento parecía infantil, tome el filo d mi blusa y lo subí despacio con picardía. Ese hombre como me ponía estúpida. Me acerque hasta ponerme a ahorcajadas aun tarareando la canción quitándome la blusa por completo dejando ver la parta superior de mi cuerpo completamente desnuda moviendo los hombros y la cintura como una bailarina de hawaiano en un acorde que era curioso y gracioso, salte fuera de sus manos aun moviendo de forma suave mi cuerpo de bailarina abriendo mi pantalón y sin darme cuenta en que momento esta prenda ya no ocupaba mi cuerpo le mire con hambre subiéndome en él a ahorcajadas tomando su rostro y me vi mordiendo sus labios —No tenias que montar todo esto para tenerme— pase mi lengua humedeciendo sus labios —Solo tenias que pedírmelo— me aleje de él tronando un beso y enviándoselo antes de sentarme en el borde de la mesa, subí las piernas hasta posicionar cada talón en una de las esquinas mostrándole lo que quería al abrir mis piernas para él.
Sonrió al ver que en su expresión se forma alguna idea retorcida —Lo que sea no te incumbe… ni nada de mi vida que no tenga que ver con proporcionarte placer siempre y cuando aceptes y cumplas tu parte— Sonrie, tiene una maldita sonrisa demasiado sencual, demasiado… aprieto las piernas. —Nunca me había drogado— confieso sin prestar mucha atención —No mas que alcohol y cigarrillos… pero seguro que si me metes los dedos me correré de lo sensible que estoy en este momento, casi puedo sentir como tu ansiosa mirada me acaricia… cuanto me… — Me tomó del cabello tirando hacia atrás mientras sonríe —deseas— deslizo la palabra sórdida, burlona, sensual entre mis labios.
El había pronunciado las palabras adecuadas, él prometería que continuara llendo a la universidad, lo demás podía irse al infierno en verdad que no me importaba —¿Qué eres? Te ves como un soldado porque dudo que seas solo uno de esos escuincles babosos que se mata en los GYM por puro narcicismo— el fue a su asiento esperando su diversión —¿Porque no te callas ya?— algo en mi interior me llenaba de energía, de burda arrogancia, una que nunca había poseído pero ahí estaba frente al tipo que me haría pudrirme en la carsel y yo me sentía poderosa sobre él. Que estupidez. Comencé a tararear una canción que para nada era sensual pero era la única que recordaba en aquel momento. Me posicione frente a él y moví la cadera despacio de izquierda a derecha, incluso el movimiento parecía infantil, tome el filo d mi blusa y lo subí despacio con picardía. Ese hombre como me ponía estúpida. Me acerque hasta ponerme a ahorcajadas aun tarareando la canción quitándome la blusa por completo dejando ver la parta superior de mi cuerpo completamente desnuda moviendo los hombros y la cintura como una bailarina de hawaiano en un acorde que era curioso y gracioso, salte fuera de sus manos aun moviendo de forma suave mi cuerpo de bailarina abriendo mi pantalón y sin darme cuenta en que momento esta prenda ya no ocupaba mi cuerpo le mire con hambre subiéndome en él a ahorcajadas tomando su rostro y me vi mordiendo sus labios —No tenias que montar todo esto para tenerme— pase mi lengua humedeciendo sus labios —Solo tenias que pedírmelo— me aleje de él tronando un beso y enviándoselo antes de sentarme en el borde de la mesa, subí las piernas hasta posicionar cada talón en una de las esquinas mostrándole lo que quería al abrir mis piernas para él.
Dęliã Perrault- Humano Clase Media
- Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 22/10/2014
Re: El otro lado del espejo || Privado
Hipnotizada por los penetrantes e intensos ojos de aquel inmenso lobo, Esmeralda no sabia que hacer. ¿Gritar? ¿y para que? ¿para que el lobo la matara? No era estupida, muchas gracias.Se fijó con detalle en como el lobo se tensaba y expulsaba de su cuerpo las balas que quiza los gitanos le habian disparado. Estaba lleno de sangre y el olro a polvora era insoportable. El lobo se le acercó y esmeralda aguantó el aliento, aterrorisada por sentir sus patas a cada lado de su cuerpo.
Escuchó de afuera como sus hermanos revisaban las carretas..¿buscando heridos? .Quizo gritar, decirles que se encontraba allí, pedir ayuda.
Comenzó a respirar mas rapido cuando el lobo la tomó y la cargo entre sus enormes patas, corriendo a toda velocidad. Lloró en silencio al ver su carreta destruida, la carreta que habia sido de su madre... soltó sin queres un sollozo de angusstia mientras estaba en el lomo de aquel lobo extraño, sin saber ya que hacer.
Tras varios metros ya de haber perdido a los demas gitanos, el lobo la dejo caer al suelo y se quedo allí, mirandola con atención, intimidandola. ¿Que estaría pensando? se preguntó esmeralda ladeando la cabeza, sintiendo la cara humeda por las lagrimas soltadas. En un momento a otro, se vio el camisón y lo vió lleno de sangre. Frunció el ceño. ¿ella no estaba herida... a no ser...
Miro al lobo nuevamente y tras respirar unos momentos, se acerco a el a gatas, temerosa.¿estaba haciendo bien? ¿la atacaría? Sin imporas aquellas preguntas, el instindo compasivo de Esmeralda pudo contra todo y comenzó a tocar el pelaje del lobo, dandose cuenta con pena que sangraba. ¿le dolía? Quizá. Se sacó la bata de encaje que complementaba su pijama y la rompio en un facil movimiento, palpando la herida de aquella bestia delicadamente, limpiando la sangre de su pelaje.
-A mi... no me gustan los animales heridos.- susurró timidamente, alejandose cuando ya habia limpiado la sangre del pelaje del animal, bajando la vista.
Escuchó de afuera como sus hermanos revisaban las carretas..¿buscando heridos? .Quizo gritar, decirles que se encontraba allí, pedir ayuda.
Comenzó a respirar mas rapido cuando el lobo la tomó y la cargo entre sus enormes patas, corriendo a toda velocidad. Lloró en silencio al ver su carreta destruida, la carreta que habia sido de su madre... soltó sin queres un sollozo de angusstia mientras estaba en el lomo de aquel lobo extraño, sin saber ya que hacer.
Tras varios metros ya de haber perdido a los demas gitanos, el lobo la dejo caer al suelo y se quedo allí, mirandola con atención, intimidandola. ¿Que estaría pensando? se preguntó esmeralda ladeando la cabeza, sintiendo la cara humeda por las lagrimas soltadas. En un momento a otro, se vio el camisón y lo vió lleno de sangre. Frunció el ceño. ¿ella no estaba herida... a no ser...
Miro al lobo nuevamente y tras respirar unos momentos, se acerco a el a gatas, temerosa.¿estaba haciendo bien? ¿la atacaría? Sin imporas aquellas preguntas, el instindo compasivo de Esmeralda pudo contra todo y comenzó a tocar el pelaje del lobo, dandose cuenta con pena que sangraba. ¿le dolía? Quizá. Se sacó la bata de encaje que complementaba su pijama y la rompio en un facil movimiento, palpando la herida de aquella bestia delicadamente, limpiando la sangre de su pelaje.
-A mi... no me gustan los animales heridos.- susurró timidamente, alejandose cuando ya habia limpiado la sangre del pelaje del animal, bajando la vista.
Gweneth D'Aramitz- Inquisidor Clase Alta
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 26/09/2016
Re: El otro lado del espejo || Privado
amaba las noches como esa en el circo de los gitanos. Eran hermosas, con la luna y las estrellas claramente rodeando al campamento de gloria y luz. Una de las gitanas habia ido a ver a esmeralda, preguntandole si estaba bien ya que poseía y terrorifico presentimiento. Esmeralda asegurandole que si, que podia irse tranquila, pidio a la su gitana amiga irse, que necesitaba estar sola. Lo mas extraño era que esmeralda sentía exactamente lo mismo con respecto al presentimiento.
Rara vez tenia esos momentos.
Sacandose el corsé apretado que llevaba, se saso tambien el vestido colorido y se puso un delicado camisón para poder dormirse. Mientras tomaba el cepillo de pelo y estaba dispuesta a peinarse, algo cambio en el ambiente y se escuchó un grito de terror. Preocupada iba a salir para ver que sucedía, pero un gitano se lo nego, rogandole que se quedara en la carreta, prometiendole que todo saldría bien. Siguío escuchando los gritos y esta vez sonaban destructivos sonidos.
¿Las carretas? ¡los niños! exclamo asustada, cerrando los ojos y haciendo un ovillo en el suelo, tapandose los oidos al escuchar los disparon y rugidos de furia. ¿que era esa criatura? se preguntaba una y otra vez, soltando lagrimas de miedo.
Cuando los sonidos pararon y ya pensando que todo se habia calmado, alzó la vista y suspiro temblorosamente aliviada, mordiendose el labio. ¿Habra pasado todo? susurró tenblorosa, levantandose del ovillo que habia formado. Pero equivocandose inmensamente, ya que por la puerta de la carreta aparecio, alto, musculoso e impotente, un lobo que arrasaba con casi toda la carreta, dejandola pequeña.
Con sus ojos azul verdoso, inocentes y aterrados, la joven gitana miró a la bestia, levantandose poco a poco hasta quedar parada. Aun asi la bestia no dejaba de verla y de su presencia salia un extraño olor a polvora y a ... ¿sangre?. Se mordío nuevamente el labio, sin saber que hacer, paralizada por el miedo como para poder gritar.
- Tu...tu hiciste todo ese caos?- susurro entrecortadamente, pegandose al rincón donde se encontraba.
Rara vez tenia esos momentos.
Sacandose el corsé apretado que llevaba, se saso tambien el vestido colorido y se puso un delicado camisón para poder dormirse. Mientras tomaba el cepillo de pelo y estaba dispuesta a peinarse, algo cambio en el ambiente y se escuchó un grito de terror. Preocupada iba a salir para ver que sucedía, pero un gitano se lo nego, rogandole que se quedara en la carreta, prometiendole que todo saldría bien. Siguío escuchando los gritos y esta vez sonaban destructivos sonidos.
¿Las carretas? ¡los niños! exclamo asustada, cerrando los ojos y haciendo un ovillo en el suelo, tapandose los oidos al escuchar los disparon y rugidos de furia. ¿que era esa criatura? se preguntaba una y otra vez, soltando lagrimas de miedo.
Cuando los sonidos pararon y ya pensando que todo se habia calmado, alzó la vista y suspiro temblorosamente aliviada, mordiendose el labio. ¿Habra pasado todo? susurró tenblorosa, levantandose del ovillo que habia formado. Pero equivocandose inmensamente, ya que por la puerta de la carreta aparecio, alto, musculoso e impotente, un lobo que arrasaba con casi toda la carreta, dejandola pequeña.
Con sus ojos azul verdoso, inocentes y aterrados, la joven gitana miró a la bestia, levantandose poco a poco hasta quedar parada. Aun asi la bestia no dejaba de verla y de su presencia salia un extraño olor a polvora y a ... ¿sangre?. Se mordío nuevamente el labio, sin saber que hacer, paralizada por el miedo como para poder gritar.
- Tu...tu hiciste todo ese caos?- susurro entrecortadamente, pegandose al rincón donde se encontraba.
Irín Koniétzkø- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/09/2014
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Re: El otro lado del espejo || Privado
Aguanto la carcajada en un extraño y cómico gesto reflejarse en mi rostro sin poder taparme la boca – El santo corgi – repito en un susurro aun mordiéndome los labios intento mantener la boca cerrada – No soy de bebes… créeme jaja – agrego arrugando la nariz sonriendo. Corre junto a mi, miro de vez en cuando si continuamos a la par y sin mas con algunos segundos sin dolor aparente cambia de apariencia y tamaño – Fascinante… – susurro distrayéndome resbalándome de nuevo, logro mantener el equilibrio para continuar mi carrera…
Cuan fascinante me parece el mundo de los cambiantes, seguro es una chica o su tono de voz es demasiado ‘femenino’ ¿Pudiera ser que cambiase dependiendo las circunstancias? –¡¡Concéntrate Jaelyn!! ¡¡Pelea ahora, desvaríos después!!- si eso exactamente me lleva a mi maldita perdición, mis constantes distracciones e impulsos como es en este momento en que escucho me grita ‘CAZADORA’ poniéndome alerta ralentizando mi andar y – ¡¡Demonios!! – me derrapo en el suelo, ella se lanza en pos de la bestia. Recuerdo la primera vez que vi un lycan transformado por completo, el miedo me paralizo a tal grado que no recuerdo nada de lo que sucedió, pareciera q la maldición de ellos me hubiera acunado en un tierno abrazo ya que supe lo que destripe… y así como paso con ese pasaría con este.
Me abalanzo dejándome resbalar, con las piernas de frente, aprovechando que la bestia se yergue aun con el can aferrándose a el, logro encajar una de las dagas en su costado derecho a la altura de sus costillas, jalo con fuerza inútil al atorarse entre estas. Abandono aquel acto y acuchillo el brazo arrancándole un par de dedos de paso. La plata anidada en las dagas ayudara y mucho mas aquella en su costado pero no es suficiente – !Muerete! – grito enfadada sacando resina de plata aventándoselo a lo que es la cara ganándome uno de sus manotazos y golpes, parece querer arrancarse el rostro. De nuevo se mueve y miro a la can espantada de que puede llegar a hacerle daño distrallendome nuevamente, sus garras sangrientas me alcanzan golpeándome de lleno entre la garganta y el pecho arañando todo mi hombro izquierdo – ¡AHHHhh! – mi cuerpo cae con peso muerto de boca, exhalo dificultosa en busca de aire – No es mi noche – susurro para mi quejándome adolorida buscándome en el cuerpo mas armas. Debí hacer caso y cargarme otra pistola…
Cuan fascinante me parece el mundo de los cambiantes, seguro es una chica o su tono de voz es demasiado ‘femenino’ ¿Pudiera ser que cambiase dependiendo las circunstancias? –¡¡Concéntrate Jaelyn!! ¡¡Pelea ahora, desvaríos después!!- si eso exactamente me lleva a mi maldita perdición, mis constantes distracciones e impulsos como es en este momento en que escucho me grita ‘CAZADORA’ poniéndome alerta ralentizando mi andar y – ¡¡Demonios!! – me derrapo en el suelo, ella se lanza en pos de la bestia. Recuerdo la primera vez que vi un lycan transformado por completo, el miedo me paralizo a tal grado que no recuerdo nada de lo que sucedió, pareciera q la maldición de ellos me hubiera acunado en un tierno abrazo ya que supe lo que destripe… y así como paso con ese pasaría con este.
Me abalanzo dejándome resbalar, con las piernas de frente, aprovechando que la bestia se yergue aun con el can aferrándose a el, logro encajar una de las dagas en su costado derecho a la altura de sus costillas, jalo con fuerza inútil al atorarse entre estas. Abandono aquel acto y acuchillo el brazo arrancándole un par de dedos de paso. La plata anidada en las dagas ayudara y mucho mas aquella en su costado pero no es suficiente – !Muerete! – grito enfadada sacando resina de plata aventándoselo a lo que es la cara ganándome uno de sus manotazos y golpes, parece querer arrancarse el rostro. De nuevo se mueve y miro a la can espantada de que puede llegar a hacerle daño distrallendome nuevamente, sus garras sangrientas me alcanzan golpeándome de lleno entre la garganta y el pecho arañando todo mi hombro izquierdo – ¡AHHHhh! – mi cuerpo cae con peso muerto de boca, exhalo dificultosa en busca de aire – No es mi noche – susurro para mi quejándome adolorida buscándome en el cuerpo mas armas. Debí hacer caso y cargarme otra pistola…
Jaelyn Sheridan- Cazador/Realeza
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Fecha de inscripción : 20/06/2014
Re: El otro lado del espejo || Privado
Un dia la hija mayor le dijo a la menor:
- Nuestro padre ya esta viejo, y no hay en esta región
ningún hombre que se case con nosotras, tal como se acostumbra;
asi que vamos a emborracharlos y a acostarnos con el
para tener hijos suyos.
Genesis 19:31,32
Los dias parecen eternos, las noches infinitas para la única fémina reconocida por el santísimo padre Alejandro VI como suya y bendecida con el apellido Borgia; al permanecer los dias en aquella fortaleza destinada a las filas, miembros y ejercito de la santa inquisición, a los que por supuesto ella pertenece junto a sus hermanos y liderada en su mayoría por su padre.
Una vez mas deja los libros a medio abrir, los pergaminos regados por doquier. Es una servidora de dios y aun asi peca cada dia, a cada hora por su hambre de conocimiento. Deja atrás toso aquello que la asombra y fascina par buscar un poco de consuelo en el exterior. aquel dia debe ser distinto, sabe que lo sera, sus pies la dirigen hasta el salón de los arcángeles en donde su mirada y labios sonríe al ver al mayor de sus hermanos, asi por igual al que mas ama. se desliza a pasos silenciados escuchándolo hablar.
– Somos aquellos que poseen libre albedrío y hacemos enfadar mas a nuestro señor dios padre ... querido hermano– su cabeza se mueve un poco ladeandola acercándose a él a llamando su atención corriendo a abrazarlo –Cesare– el nombre del susodicho espaca sin permiso alguno de los labios carnoso y rosas de la pequeña hermana de aquel que abraza –Me alegra verte, tiene días que no nos encontramos. ¿Has estado ocupado?– acaricia cariñosa el contorno del rostro masculino –Nuestro señor dios padre no creo que pueda tomar el tiempo para responder aquellas cuestiones que agobian tu pensamiento, hermano. Él siempre esta ocupado– señala con la mirada no de los murales adornado con ángeles y el espíritu de Jesús en medio de ellos. Las celestes pupilas regresan a él y la mirada de adoración de la joven rubia es inequívocamente innegable.
Si, puede que no tenga el porte de una niña, ni el carácter, ni mucho menos las osadas decisiones que se aventura a proponer a los altos mansos pero junto a sus hermanos, sobre todo aquel favorito que le acompaña, es inviable que se comporte como una pequeña.
- Nuestro padre ya esta viejo, y no hay en esta región
ningún hombre que se case con nosotras, tal como se acostumbra;
asi que vamos a emborracharlos y a acostarnos con el
para tener hijos suyos.
Genesis 19:31,32
Los dias parecen eternos, las noches infinitas para la única fémina reconocida por el santísimo padre Alejandro VI como suya y bendecida con el apellido Borgia; al permanecer los dias en aquella fortaleza destinada a las filas, miembros y ejercito de la santa inquisición, a los que por supuesto ella pertenece junto a sus hermanos y liderada en su mayoría por su padre.
Una vez mas deja los libros a medio abrir, los pergaminos regados por doquier. Es una servidora de dios y aun asi peca cada dia, a cada hora por su hambre de conocimiento. Deja atrás toso aquello que la asombra y fascina par buscar un poco de consuelo en el exterior. aquel dia debe ser distinto, sabe que lo sera, sus pies la dirigen hasta el salón de los arcángeles en donde su mirada y labios sonríe al ver al mayor de sus hermanos, asi por igual al que mas ama. se desliza a pasos silenciados escuchándolo hablar.
– Somos aquellos que poseen libre albedrío y hacemos enfadar mas a nuestro señor dios padre ... querido hermano– su cabeza se mueve un poco ladeandola acercándose a él a llamando su atención corriendo a abrazarlo –Cesare– el nombre del susodicho espaca sin permiso alguno de los labios carnoso y rosas de la pequeña hermana de aquel que abraza –Me alegra verte, tiene días que no nos encontramos. ¿Has estado ocupado?– acaricia cariñosa el contorno del rostro masculino –Nuestro señor dios padre no creo que pueda tomar el tiempo para responder aquellas cuestiones que agobian tu pensamiento, hermano. Él siempre esta ocupado– señala con la mirada no de los murales adornado con ángeles y el espíritu de Jesús en medio de ellos. Las celestes pupilas regresan a él y la mirada de adoración de la joven rubia es inequívocamente innegable.
Si, puede que no tenga el porte de una niña, ni el carácter, ni mucho menos las osadas decisiones que se aventura a proponer a los altos mansos pero junto a sus hermanos, sobre todo aquel favorito que le acompaña, es inviable que se comporte como una pequeña.
Lucrezia Borgia- Inquisidor Clase Alta
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Fecha de inscripción : 09/11/2013
Re: El otro lado del espejo || Privado
.La sangre barbotea como agua en un caldero, siento el calor recorrerme el cuerpo, la ira invadirme tal cual como se movería el líquido entre burbujas y por supuesto no tiene absolutamente nada que ver con el hecho del caluroso día de verano, o no, por supuesto que no tiene absolutamente nada que ver; todo esto tiene que ver con las estupideces, malditas e incoherentes decisiones que mis progenitores se les pasa por la descerebrada cabeza que llevan en el cuello. Hace una semana que se nos notifico del próximo acontecimiento que se celebrara en mi vida y aun siento el puñetazo doloroso de las palabras formuladas por mi padre. Si en algún momento fue mi mas amado ser en este momento es a quien mas aborrezco, odio y repudio en toda la tierra... a escisión claro esta -mis ojos rolan mientras suspiro intentando recuperar la compostura- de mi apestoso, patético e inestable mentalmente, renacuajo que tengo por hermano.
Las calles de París siempre me proporcionaron un increíble desahogo a toda la presión y estrés que mi hermoso cuerpo no debe tener, para nada, me saldrán arrugas sin continuo con esto. Por supuesto despilfarrar la herencia familiar calma mis nervios y resta todo el estrés de mis delicados hombros, pero en este momento -suspiro nuevamente caminando llevándome la diestra al rostro pasando mis delicados dedos por la cien, mirando las tiendas que pasan a mi alrededor- en este momento no ayudan en absoluto. Nada. En absoluto.
Bonjour
Saludo por educación alzando la ceja derecha y torciendo ligeramente los labios por inercia. Mi acento francés en es definitiva hermoso, pese a que no e nacido ni haberme criado en este paradisíaco lugar -miro cínica y despectiva encogiéndome, alzando ligeramente mi abanico cerrado a la altura del pecho pegándolo a mi sin apartar los ojos del hombre que se a atrevido a tocarme sin pedir permiso- en si, toda yo soy hermosa. Y NADIE puede negadlo.
Las calles de París siempre me proporcionaron un increíble desahogo a toda la presión y estrés que mi hermoso cuerpo no debe tener, para nada, me saldrán arrugas sin continuo con esto. Por supuesto despilfarrar la herencia familiar calma mis nervios y resta todo el estrés de mis delicados hombros, pero en este momento -suspiro nuevamente caminando llevándome la diestra al rostro pasando mis delicados dedos por la cien, mirando las tiendas que pasan a mi alrededor- en este momento no ayudan en absoluto. Nada. En absoluto.
Bonjour
Saludo por educación alzando la ceja derecha y torciendo ligeramente los labios por inercia. Mi acento francés en es definitiva hermoso, pese a que no e nacido ni haberme criado en este paradisíaco lugar -miro cínica y despectiva encogiéndome, alzando ligeramente mi abanico cerrado a la altura del pecho pegándolo a mi sin apartar los ojos del hombre que se a atrevido a tocarme sin pedir permiso- en si, toda yo soy hermosa. Y NADIE puede negadlo.
Renata O. D´Souza- Hechicero Clase Alta
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Fecha de inscripción : 28/04/2014
Re: El otro lado del espejo || Privado
Abrir los ojos y mirar el horrible techo de la habitación de la universidad no era la mejor manera de empezar el día, las manchas de humedad se extendía por todos lados, juraba que en cualquier noche o momento se caería sobre todo después de que los últimos días parecía que se caería el cielo con tanta lluvia. Se tapo con las cobijas una vez mas. Bien, admitía que cuando tenia compañera el deprimente lugar estaba demasiado bien pero se había vuelto mas deprimente cuando ella se había ido. No tenia muchas cosas, que ni falta hacia ya que pasaba muy pocas horas en el lugar. Con una patada hecho las cobijas y se dispuso perezosamente a vagar por un momento en el piso que no tenía mas de 3 metros cuadrados. Del mini frigorífico saco descuidadamente un bote de leche y al dar un sorbo escupió sin modales algunos y limpiándose con la manga de la enorme playera que usaba de camino, miro la caducidad. Sus ojos se volvieron pequeños y en su cara se plasmó la ironía pura y dura –Mierda –Asqueada miro lo que había y evitando mas sorpresas desagradables tomo una bolsa negra y tiro todo lo que había dentro, junto con las envolturas de dulces, comida rápida, un plato desechable con cereal de hace días en la mesa y toda la basura que se encontró. Si vida era un caos, y comenzaba a comprender porque nadie quería ser su compañera de habitación.
Dos horas después, había barrido y recoger el lugar dejando las pocas cosas que tenía más ordenadas. Estaba lista su mochila llena de uniformes y batas de medico junto a la poca ropa casual que usaba los fines de semana listas para llevar a la lavandería, se encontraba junto a las dos bolsas negras bien cerradas que debía bajar. Bañada y vestida con un short, una blusa sin mangas y con el cabello suelto tomo la mochila y las bolsas abriendo la puerta –Que comience el sufrimiento –suspiro saliendo de su piso.
Dejo la basura en el contendedor y mientras se dirigía a la lavandería pensó que aquel día se merecía algo digno de comer, variar a su acostumbrada dieta de comida rápida, golosinas de la maquina expendedora, comida congelada o cuando le iba mejor la comida de la cafetería. Tal vez iría a ese restaurante de comida italiana, podría llamar a Sin, o Gigi o simplemente conocer a alguien nuevo. Aun era temprano y aquel sábado prometía para mucho.
Dos horas después, había barrido y recoger el lugar dejando las pocas cosas que tenía más ordenadas. Estaba lista su mochila llena de uniformes y batas de medico junto a la poca ropa casual que usaba los fines de semana listas para llevar a la lavandería, se encontraba junto a las dos bolsas negras bien cerradas que debía bajar. Bañada y vestida con un short, una blusa sin mangas y con el cabello suelto tomo la mochila y las bolsas abriendo la puerta –Que comience el sufrimiento –suspiro saliendo de su piso.
Dejo la basura en el contendedor y mientras se dirigía a la lavandería pensó que aquel día se merecía algo digno de comer, variar a su acostumbrada dieta de comida rápida, golosinas de la maquina expendedora, comida congelada o cuando le iba mejor la comida de la cafetería. Tal vez iría a ese restaurante de comida italiana, podría llamar a Sin, o Gigi o simplemente conocer a alguien nuevo. Aun era temprano y aquel sábado prometía para mucho.
Thanatos & Ariadne- Hechicero Clase Alta
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Fecha de inscripción : 30/09/2014
Re: El otro lado del espejo || Privado
Sonreí al escuchar el comentario de Liam porque una de las ventajas de ser una Laroche era contar con diversas propiedades en y fuera de la capital y precisamente teníamos una que se encontraba más en las afueras. -Creo que conozco la localización más apropiada y algo me dice que será de su agrado.- comenté, pensando que el lugar que tenía en mente no era visitado frecuentemente por mi familia y que manejando la cosa bien el lugar podría perfectamente contar con un inquilino sin despertar ningún tipo de sospechas por parte de nadie, o al menos no por parte de mi familia, tenía una idea de como manejar el asunto, aunque yo misma pronto también me marcharía de casa.
-Es algo amplia para una sola persona pero tal vez sea mejor así.- dije, pensando en que tal vez el quisiese utilizarla para algún tipo de reunión aunque no estaba segura de donde me venían estas ideas ya que no conocía a Liam pero mientras más conversabamos más misterioso me parecía o quizás esa era su manera de ser y era sólo mi imaginación la que me inducia a imaginarme que él era más de lo que saltaba a la vista y no me refería precisamente a su naturaleza de licántropo.
Negué ligeramente con la cabeza al escuchar su último comentario. -Para ser honesta Liam usted es el primer licántropo con el que mantengo una conversación en serio.- le dije sinceramente sabiendo que tal vez mis palabras le sorprenderían un poco. -Desconozco el paradero de cualquier posible sociedad aunque los rumores abunden pero en realidad nunca puede fiarse uno demasiado de ellos.- Lo miré con aire de disculpa pues a mi también me hubiese gustado tener información al respecto. -Tal vez mi suerte cambie y algún día pueda reunirme con ellos finalmente.- sonreí a medias pensando que ese día tendría que llegar tarde o temprano, algo en mi interior me lo decía y después de este breve encuentro con Liam, de alguna manera comenzaba a confiar en que así sería.
-Qué le parece si para resarcirle por mi falta de recursos le compenso enseñandole la propiedad que tenemos lejos del centro? Si le parece bien podría tomarme algo de tiempo mañana o cuando le resulte más provechoso.- Lo miré esperando su respuesta, se hacía tarde ya y tenía que regresar a casa, a lo mejor él también tendría algún asunto que atender... La luz de la luna ya se colaba por los vitrales de la catedral y me sorprendió sobremanera que fuese ya tarde, de alguna manera el tiempo se había pasado volando...
-Es algo amplia para una sola persona pero tal vez sea mejor así.- dije, pensando en que tal vez el quisiese utilizarla para algún tipo de reunión aunque no estaba segura de donde me venían estas ideas ya que no conocía a Liam pero mientras más conversabamos más misterioso me parecía o quizás esa era su manera de ser y era sólo mi imaginación la que me inducia a imaginarme que él era más de lo que saltaba a la vista y no me refería precisamente a su naturaleza de licántropo.
Negué ligeramente con la cabeza al escuchar su último comentario. -Para ser honesta Liam usted es el primer licántropo con el que mantengo una conversación en serio.- le dije sinceramente sabiendo que tal vez mis palabras le sorprenderían un poco. -Desconozco el paradero de cualquier posible sociedad aunque los rumores abunden pero en realidad nunca puede fiarse uno demasiado de ellos.- Lo miré con aire de disculpa pues a mi también me hubiese gustado tener información al respecto. -Tal vez mi suerte cambie y algún día pueda reunirme con ellos finalmente.- sonreí a medias pensando que ese día tendría que llegar tarde o temprano, algo en mi interior me lo decía y después de este breve encuentro con Liam, de alguna manera comenzaba a confiar en que así sería.
-Qué le parece si para resarcirle por mi falta de recursos le compenso enseñandole la propiedad que tenemos lejos del centro? Si le parece bien podría tomarme algo de tiempo mañana o cuando le resulte más provechoso.- Lo miré esperando su respuesta, se hacía tarde ya y tenía que regresar a casa, a lo mejor él también tendría algún asunto que atender... La luz de la luna ya se colaba por los vitrales de la catedral y me sorprendió sobremanera que fuese ya tarde, de alguna manera el tiempo se había pasado volando...
Väike- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 29/03/2015
Re: El otro lado del espejo || Privado
Repentinamente noté como mi torpeza no sólo había golpeado al jovenzuelo frente a mí, sino que también le había hecho perder el equilibrio haciéndolo caer al suelo. De inmediato también noté como un grupo de manzanas salían rápidamente de un saco para desparramarse a lo largo de la empedrada. Me preocupé de inmediato temiendo haber lastimado al muchacho. Después de todo mi fuerza era algo que en ocasiones como ésta no podía medir a cabalidad y por ende podía fácilmente causar daño. Sin embargo el chico ya me respondía asegurándome que se encontraba bien. Me reprendí mentalmente por no tener más cuidado al caminar, tomando nota de mi torpeza. El estar pensando en otras cosas, por más grave que fuesen los asuntos no era una excusa para andar empujando chicos en la calle.
Noté que el jovencito comenzaba ya a recoger sus manzanas por lo que me apresuré a acercarme y recoger un par de ellas, siendo lo mínimo que podía hacer en este momento. Pero el chico se movía con una rapidez inusitada habiéndose él mismo hecho cargo ya del asunto. Antes de darme cuenta, él ya había recuerdado cada una de las manzanas. Lo miré sorprendida. De no ser por su olor, el cual lo identificaba claramente como un ser humano, hubiese jurado que se trataba de alguna presencia sobrenatural haciendo gala de una rapidez íncreible. O acaso fuese el hambre... al examinar con mi vista el estado del chico no pude evitar notar estado de sus ropas, las cuales a leguas denotaban la carencia de medios económicos. Incluso se me hacía extraño que tuviese suficiente dinero para comprar manzanas...
Comencé a sonreir al escuchar el ofrecimiento del muchacho y posé mi vista en la manzana que sostenía en su mano. -Bueno.- acepté, alargando la mano para tomar la fruta, la cual he de admitir, tenía un aspecto de lo más apetitoso y tomando en cuenta que había salido de mi casa sin probar realmente el desayuno comenzaba a sentir un apetito bastante grande. Y sin embargo, justo antes de darme cuenta de lo que hacía me detuve sintiéndome de lo más avergonzada. -Sabes? Creo que es mejor que la lleves con las otras a tu casa.- Extendí mi brazo nuevamente en su dirección para devolvérsela.
Me llamó la atención escuchar un barullo a lo lejos. Una serie de voces que hubiesen pasado desapercibidas para los oídos mortales pero que a mi me resultaba más fácil distinguir. Sobre todo porque me había acostumbrado a hacerlo en los casos en que me había encontrado fuera de casa observando algunos amaneceres y había tenido que prestar atención a cualquier posible sonido de alarma. En esta ocasión pareciera como si en algún lado del mercado se hubiese armado tremendo jaleo. Quien sabe cual sería la razón... pero en fin, ahora me interesaba más asegurarme de que el chico estuviese bien. -Estás seguro de que no te lastimaste?-
Noté que el jovencito comenzaba ya a recoger sus manzanas por lo que me apresuré a acercarme y recoger un par de ellas, siendo lo mínimo que podía hacer en este momento. Pero el chico se movía con una rapidez inusitada habiéndose él mismo hecho cargo ya del asunto. Antes de darme cuenta, él ya había recuerdado cada una de las manzanas. Lo miré sorprendida. De no ser por su olor, el cual lo identificaba claramente como un ser humano, hubiese jurado que se trataba de alguna presencia sobrenatural haciendo gala de una rapidez íncreible. O acaso fuese el hambre... al examinar con mi vista el estado del chico no pude evitar notar estado de sus ropas, las cuales a leguas denotaban la carencia de medios económicos. Incluso se me hacía extraño que tuviese suficiente dinero para comprar manzanas...
Comencé a sonreir al escuchar el ofrecimiento del muchacho y posé mi vista en la manzana que sostenía en su mano. -Bueno.- acepté, alargando la mano para tomar la fruta, la cual he de admitir, tenía un aspecto de lo más apetitoso y tomando en cuenta que había salido de mi casa sin probar realmente el desayuno comenzaba a sentir un apetito bastante grande. Y sin embargo, justo antes de darme cuenta de lo que hacía me detuve sintiéndome de lo más avergonzada. -Sabes? Creo que es mejor que la lleves con las otras a tu casa.- Extendí mi brazo nuevamente en su dirección para devolvérsela.
Me llamó la atención escuchar un barullo a lo lejos. Una serie de voces que hubiesen pasado desapercibidas para los oídos mortales pero que a mi me resultaba más fácil distinguir. Sobre todo porque me había acostumbrado a hacerlo en los casos en que me había encontrado fuera de casa observando algunos amaneceres y había tenido que prestar atención a cualquier posible sonido de alarma. En esta ocasión pareciera como si en algún lado del mercado se hubiese armado tremendo jaleo. Quien sabe cual sería la razón... pero en fin, ahora me interesaba más asegurarme de que el chico estuviese bien. -Estás seguro de que no te lastimaste?-
Katya Berdiáyeva- Esclavo de Sangre/Clase Alta
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Re: El otro lado del espejo || Privado
Había tenido que ir a darle los papeles que le pidieron ya que iba a faltar unos días a causa de una gira la universidad se portaba genial con ella y la apoyaba en todo. Hoy tenía una entrevista y se iba a saltar la ultima clase así que también llevó el permiso y los profesores le dijeron que la iban a ver se puso a reír porque a veces a ella misma aún le daba vergüenza verse en la TV. Tenía ganas de ir a comprarse el disfraz para Halloween ya que se había probado unos cuantos pero aún no se había decidido. Cuando salió de la sala casi se la pega por no llevar sus zapatillas atadas así que se paró de golpe pero alguien le vino por delante y no se apartó.-¡Ah! Cuidado que estoy debajo!.-Levantó la cabeza y al ver quien era le entro la risa. Echaba de menos a Ryan, Nate, Annuar pero bueno sabía que esto era lo que tenía tener distintos horarios y ellos también eran chicos que siempre andaban ocupados. Se levantó y luego se puso bien la ropa.-Siempre trato de no chocarme pero no se com lo hago, el otro día en la rampa del aeropuerto también se me desató un cordón del zapato y no veas la que se armo yo tratando de escapar de la multitud con la policía.-Se puso muy roja porque le daba vergüenza ser a veces torpe.
Sabrina De la Vega- Vampiro Clase Media
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Fecha de inscripción : 11/03/2014
Re: El otro lado del espejo || Privado
La bruja escondía algo en sus labios se notaba que algo entre manos se traía y más que nada por la cantidad de energía que brotaba de aquel lugar, podía sentirlo a través de las paredes, había algo dentro de aquel auditorio que no era normal y por los rasgos por fuera que iban descapareciendo con la sangre de aquella nigromante supe la razón. Ella trataba de ocultar de la vista de los de arriba aquel gran poder, entonces los que estaban ahí dentro no eran precisamente los amiguitos de la caridad al contrario serían los bastardos odiados de la creación. Eso me dio una idea, si aquellas monstruosidades estaban ahí eso quería decir que también estarían un buen grupo de inocentes. Me pare contra la pared mirando a la nigromane en su actitud de querer pelear pero era solo una distracción para ambos. Alce las manos en una ofrenda de paz y la mire –dime el numero de inocentes que están ahí adentro encerrados y no haré nada más que retirarme- si sabía el numero podría deducir lo que ellos quisieran hacer, pero antes pensé en varias posibilidades y todas ellas me conducían a un callejón sin salida. Saque de mi chaqueta un cigarro y lo encendí fumándolo, la mujer no parecía querer cooperar conmigo y era más que obvio que no lo haría no vendería a sus compradores, pero entonces vi, vi a aquella cazadora acompañada de dos personas que antes las había conocido y oído en rumores. Ellos atravesaron un campo despareciendo, de solo ver eso mi cuerpo sintió un repelus hacia ellos, entonces comprendí, los dibujos, las runas, los cristales y los nigromantes poderosos ahí afuera. Lo que estaba pasando era un despertar y para ello necestiarían el numero de una tercera parte de cada sangre, era tarde ya para hacer algo.
Bruno L. Đømęćq- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 19/10/2014
Re: El otro lado del espejo || Privado
se han encendidos las alarmas todos estan menos la indicada y ahora esta sufriendo en una irónica demostración ante sus camaradas se saludan todos menos a ella que es la representación del hambre y de las víboras la mantienen de lejos pero lo suficientemente cerca para no ser dañados por ella pero ella solo les sonrie con ese veneno que destila y sus pequeñas amistades que aparecen como si quisieran acompañar a alguien más en ese momento. El lider del grupos se acerca a ella susurrandole palabras tiernas y de agrado pero no ella cons u cara congelada y de pocos amigos solo se mueven un poco a la izquierda en silencio. Aparece el último grupo y sus amigas que son las mas efusivas en verla. En años nadie había oído la voz de la serpiente del mal por temor de perder el alma pero cuando ellas llegan su voz se deja oir congelando a todos por tener una voz casi infantil lo que hace que todos estallen en risas -acaso pensaronq ue mataria a alguien con solo oir mi voz que estupidos son esos son solo cuentos porque mi voz es de una niña pequeña para confundir tarados- murmuró la mujer que enseguida tomó asiento rompiendo la tensión entre todos que tomaron una actitud más calmada y tranquila ya con ella el nerviosismo se fue en ese momento para otro lado y ahora ya estaban completos todos los invitados a ese festin
Iris D'Aramitz- Condenado/Cambiante/Clase Media
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Fecha de inscripción : 27/05/2014
Re: El otro lado del espejo || Privado
ía… tíiaaa… ahora soy tía… la palabra la repetía en mi mente una y otra ves descomponiendo la palabra, pareciéndome extraña en verdad, una silaba, dos bocales y una consonante… Tía… esas eran las palabras que había dicho mi hermano mayor abrazándome con mucha fuerza por la llegada de su engendro ese, habían tratado durante años y por fin la mula estéril de su esposa lo había logrado después de una decena de abortos. Al soltarme pensé que no comprendía la diferencia a este y a los otros, claro los otros eran bastardos, pues mi hermano había tomado a tantas durante tanto tiempo, sobre todo cuando contaje nupcias, que estaba segura que el ignoraba cuentos bastardos había engendrado en aquel tiempo.
Gritos. Furia. Muerte. Desesperación. Desesperanza.
Yo tenia quince años cuando lo vi por primera ves.
Yo miraba la situación sin expresión alguna. Solo era una vida mas, un menos que reinaba en la tierra. Una de las esclavas lo sacaba de la habitación donde al parecer su madre moría e hice un
ademan para que le acercaran y lo mire por primera ves, su piel bronceadita a pesr de que acababa de nacer, el abúndate cabello negro y sus pequeñas y regordetas facciones que estaba segura se volverían fuertes y duras al igual que las de mi hermano. Era idéntico a Apolo. Una versión pequeña e indefensa del bruto señor de la guerra que era mi hermano.
Al mirar ahora a sus veinticinco años, miro a mi hermano Apolo aquel del que siempre estuve enamorada.
Gritos. Furia. Muerte. Desesperación. Desesperanza.
Yo tenia quince años cuando lo vi por primera ves.
Yo miraba la situación sin expresión alguna. Solo era una vida mas, un menos que reinaba en la tierra. Una de las esclavas lo sacaba de la habitación donde al parecer su madre moría e hice un
ademan para que le acercaran y lo mire por primera ves, su piel bronceadita a pesr de que acababa de nacer, el abúndate cabello negro y sus pequeñas y regordetas facciones que estaba segura se volverían fuertes y duras al igual que las de mi hermano. Era idéntico a Apolo. Una versión pequeña e indefensa del bruto señor de la guerra que era mi hermano.
Al mirar ahora a sus veinticinco años, miro a mi hermano Apolo aquel del que siempre estuve enamorada.
Artemisa De Witt- Fantasma
- Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 31/05/2015
Re: El otro lado del espejo || Privado
Los días habían pasado mejor de lo que ella creía. Hacia tan solo cuatro días que había llevado a su pequeño hermano a aquella escuela en la que se quedaría internado durante las clases y saldría solo por las vacaciones. Pese a que la casa seguía igual que siempre, con las mismas personas, su nana, Nathalie y Maurise, la joven se sentía sola, le hacia falta su abuelo. Los obscuros ropajes demostraban que aun estaba en duelo.
El sol de aquel día era radiante, aun asi ella llevaba una falda negra con discretas flores en los bordes de la misma de color gris obscuro, el corset era gris y la blusa era color vino. Ya no había deudas, su prometido se había encargado de todo como había prometido a su abuelo, aun así ella se sentía que se había aprovechado pese a que no había ni abierto la boca para pedirle algo. -Bruno… -su nombre aun lo pronunciaba como si fuera una oración a dios. Suspiro y salió al jardín. En tan solo un día había cambiado su vida por completo. Tomo asiento en una de las bancas del jardín cerca del pequeño invernadero donde cultivaban calabazas y jugueteo con las hojas y sobre. Era la encima vez que la leía, había llegado un día después de haber dejado a su hermano y su remitente era su tía. Las noticias volaban, aunque no tenía ni idea de que Bruno fuera tan conocido. Se sentía algo abrumada y temerosa, mas temerosa que abrumada, o viceversa. Habían miles de preguntas que no daban tregua en su mente repitiéndose una y otra vez, descubriendo otra mas y otra más pero la más persistente era si en verdad ella era adecuada para tan distinguido caballero.
Puede que aquella visita inesperada le ayudara a ordenar sus pensamientos. Una visita que no tardaría en llegar según las letras escritas en la carta.
El sol de aquel día era radiante, aun asi ella llevaba una falda negra con discretas flores en los bordes de la misma de color gris obscuro, el corset era gris y la blusa era color vino. Ya no había deudas, su prometido se había encargado de todo como había prometido a su abuelo, aun así ella se sentía que se había aprovechado pese a que no había ni abierto la boca para pedirle algo. -Bruno… -su nombre aun lo pronunciaba como si fuera una oración a dios. Suspiro y salió al jardín. En tan solo un día había cambiado su vida por completo. Tomo asiento en una de las bancas del jardín cerca del pequeño invernadero donde cultivaban calabazas y jugueteo con las hojas y sobre. Era la encima vez que la leía, había llegado un día después de haber dejado a su hermano y su remitente era su tía. Las noticias volaban, aunque no tenía ni idea de que Bruno fuera tan conocido. Se sentía algo abrumada y temerosa, mas temerosa que abrumada, o viceversa. Habían miles de preguntas que no daban tregua en su mente repitiéndose una y otra vez, descubriendo otra mas y otra más pero la más persistente era si en verdad ella era adecuada para tan distinguido caballero.
Puede que aquella visita inesperada le ayudara a ordenar sus pensamientos. Una visita que no tardaría en llegar según las letras escritas en la carta.
Dęliã Perrault- Humano Clase Media
- Mensajes : 56
Fecha de inscripción : 22/10/2014
Re: El otro lado del espejo || Privado
Su respiración es tranquila, no le incomoda el frio en la piel desnuda, la visita de algunos insectos, el canto de las aves, tampoco sufre es escozor de los rasguños en la piel, los moretones y luxaciones. Está cansada y duerme. Ya oscureció, permanece recostada en la hierba y las voces comienzan a hablar cada vez con más fuerza ¿Por qué aquí? ¿Por qué ahora?
"Aléjate de él", dicen, "es peligroso", "es oscuro", "es maldad" repiten, no les escucha entre sueños, batiéndose contra ellos. Se revuelve y gira, frunce el ceño y gruñe.
– Cállense –ordena en un balbuceo frugal mientras bate los dedos en el aire, describe algunos garabatos que después, al girar, marca en la tierra, escarbando y escarbando en el césped. Las voces continúan, exclaman, gritan, pero, entre todas ellas, se distingue una más familiar, más cálida, la voz de una madre afectuosa que aconseja en vez de reclamar.
“Perderás el camino” susurra con dulzura, “no puedes caer en la oscura tentación, la oscuridad no es lo que elegiste para ti”.
Aun no despierta, la pesadilla le arrastra. Su rostro muestra congoja y sus dedos tiemblan cubiertos de tierra y tiernas hojitas machacadas. El mensaje en el suelo ya es claramente legible, y es destinado para su acompañante y amante:
VETE
"Aléjate de él", dicen, "es peligroso", "es oscuro", "es maldad" repiten, no les escucha entre sueños, batiéndose contra ellos. Se revuelve y gira, frunce el ceño y gruñe.
– Cállense –ordena en un balbuceo frugal mientras bate los dedos en el aire, describe algunos garabatos que después, al girar, marca en la tierra, escarbando y escarbando en el césped. Las voces continúan, exclaman, gritan, pero, entre todas ellas, se distingue una más familiar, más cálida, la voz de una madre afectuosa que aconseja en vez de reclamar.
“Perderás el camino” susurra con dulzura, “no puedes caer en la oscura tentación, la oscuridad no es lo que elegiste para ti”.
Aun no despierta, la pesadilla le arrastra. Su rostro muestra congoja y sus dedos tiemblan cubiertos de tierra y tiernas hojitas machacadas. El mensaje en el suelo ya es claramente legible, y es destinado para su acompañante y amante:
VETE
Gweneth D'Aramitz- Inquisidor Clase Alta
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 26/09/2016
Re: El otro lado del espejo || Privado
Sin importar que, el Mercado ambulante siempre estaba concurrido con cientos de transeúntes, algunos caminaban hacía la iglesia otros venían de ella, pero siempre pasaban por ahí, haciendo del lugar un sitio para la venta de infinidad de artículos, desde verduras y huevos, hasta reliquias y objetos supuestamente mágicos. Él mundo en el que quería me desarrollaba y continuaba desarrollándome, en ocasiones mostrándome en ocasiones no. Era raro, no estaba viva pero tampoco creo que esta muerta soy algo así como un ser atrapado a medias. Miro un poco a los gitanos que caminan en el mercado, esos se encargaban en su mayoría de eso, vendiendo talismanes o joyas que decían tenían poderes místicos.
No me constaba pero las chicas que pasaban a mi lado susurraban un
Huele rico
Para nada. –se quejaba su acompañante –huele mucho a esas hierbas.
Arrugo la nariz e hizo ese gesto molesto como si espantara una mosca. Sonrio triste mirándolas, lo que daría yo por poder oler cualquier cosa. El viento del otoño se había encargado de rematar a las debilitadas hojas para que éstas se rindieran al hechizo del suelo y levantaran el aroma de la naturaleza muerta. Oh eso era lo que creía porque era una linda forma de describir todo lo que admiraba pero ya no podría sentir ni oler ni … ¿Acaso esa chica me miraba? Sin mucho actando como cualquier ser viviente camine hacia ella.
Hola
Salude sonriéndole moviendo mi mano frente a ella. Mi asentó aun es extraño a pesar de tantos años, bueno es que no hay mucho con quien platique. Mmmh... Es linda, con una cálida aura verde, me le quedo mirando un poco mas. Hay algo mas dentro o fuera, o rodeándole.
Sabes, me pareces conocida, pero eso es imposible. ¿Te agrada el mercado?
Es imposible que le conozca, hace más de 40 años que estoy muerta pero estoy casi segura que ella me escucha, que ella me puede ver porque asi lo quiero y asi lo permite sus habilidades.
No me constaba pero las chicas que pasaban a mi lado susurraban un
Huele rico
Para nada. –se quejaba su acompañante –huele mucho a esas hierbas.
Arrugo la nariz e hizo ese gesto molesto como si espantara una mosca. Sonrio triste mirándolas, lo que daría yo por poder oler cualquier cosa. El viento del otoño se había encargado de rematar a las debilitadas hojas para que éstas se rindieran al hechizo del suelo y levantaran el aroma de la naturaleza muerta. Oh eso era lo que creía porque era una linda forma de describir todo lo que admiraba pero ya no podría sentir ni oler ni … ¿Acaso esa chica me miraba? Sin mucho actando como cualquier ser viviente camine hacia ella.
Hola
Salude sonriéndole moviendo mi mano frente a ella. Mi asentó aun es extraño a pesar de tantos años, bueno es que no hay mucho con quien platique. Mmmh... Es linda, con una cálida aura verde, me le quedo mirando un poco mas. Hay algo mas dentro o fuera, o rodeándole.
Sabes, me pareces conocida, pero eso es imposible. ¿Te agrada el mercado?
Es imposible que le conozca, hace más de 40 años que estoy muerta pero estoy casi segura que ella me escucha, que ella me puede ver porque asi lo quiero y asi lo permite sus habilidades.
Haniel- Fantasma
- Mensajes : 27
Fecha de inscripción : 04/04/2015
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