AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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El otro lado del espejo || Privado
Recuerdo del primer mensaje :
Melódica nota en cita que se había pactado, augurios de aventuras que llegan a albergar esperanzas de encontrar aquello que ansiaba, al menos por una noche. Sonrisa efímera que sobre los salinos muelles de la ciudad parisina se deja entrever, con aquella azabache melena volando al viento, la fatídica caída de la flor que ahora con delicados pasos se entrevé a la subida, una subida a un viaje sin retorno, un vieja que solo le durará unas horas. El juego ha sido abierto por los participantes, más como era de esperarse, de los contendientes, cada uno guardaba la llave de sus secretos oscuros algo que quedaría sellado al tocar el sol el nuevo día.
Una cinta roja ata las delgadas hebras de la melena oscura en lo alto un lazo atado siendo movido por las pequeñas brisas del verano, una brisa calurosa que deja que cada gota de sudor baje por el centro de aquella espalda, aun aquellas ropas que dejaban poco a la imaginación. El toque de un hada sobre las bellas flores que dejaban su aroma en el césped cortado del instituto.
Un viaje que se ha dado a la brevedad posible, llega a su corazón una latido de excitación, su sonrisa nuevamente vaga por el albores de las brisas, extiende sus alas la pequeña ave durante el trayecto de su mirada que se deleita con las vistas amistosas que se presentan. Es el nuevo año y con ello trae misterios sobre todo cuando uno es nuevo como los brotes primaverales, aunque en este caso la fragancia de aquella girasol de castaña melena despide uno peligrosos y atrayente. Como la campana que suena en el preciso momento
California || Universidad Central || Época Actual || 8:00 Am
Melódica nota en cita que se había pactado, augurios de aventuras que llegan a albergar esperanzas de encontrar aquello que ansiaba, al menos por una noche. Sonrisa efímera que sobre los salinos muelles de la ciudad parisina se deja entrever, con aquella azabache melena volando al viento, la fatídica caída de la flor que ahora con delicados pasos se entrevé a la subida, una subida a un viaje sin retorno, un vieja que solo le durará unas horas. El juego ha sido abierto por los participantes, más como era de esperarse, de los contendientes, cada uno guardaba la llave de sus secretos oscuros algo que quedaría sellado al tocar el sol el nuevo día.
Una cinta roja ata las delgadas hebras de la melena oscura en lo alto un lazo atado siendo movido por las pequeñas brisas del verano, una brisa calurosa que deja que cada gota de sudor baje por el centro de aquella espalda, aun aquellas ropas que dejaban poco a la imaginación. El toque de un hada sobre las bellas flores que dejaban su aroma en el césped cortado del instituto.
Un viaje que se ha dado a la brevedad posible, llega a su corazón una latido de excitación, su sonrisa nuevamente vaga por el albores de las brisas, extiende sus alas la pequeña ave durante el trayecto de su mirada que se deleita con las vistas amistosas que se presentan. Es el nuevo año y con ello trae misterios sobre todo cuando uno es nuevo como los brotes primaverales, aunque en este caso la fragancia de aquella girasol de castaña melena despide uno peligrosos y atrayente. Como la campana que suena en el preciso momento
Kiara Zając- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 74
Fecha de inscripción : 12/09/2014
Re: El otro lado del espejo || Privado
Entre las calles parisinas una joven de cabellos castaños con una sonrisa cerca de la panadería llevando bolsas con panes de sabores para los niños del orfanato su andar es demasiado lento para el común general de las personas, pero ella se toma su tiempo mirando a las personas completamente como si disfrutara de ello, y es lo que hace disfruta de al menos tener vida y convivir, a escasos segundos, con otros individuos; se le va haciendo tarde para llegar al trabajo de las ultimas horas, porque es siempre a estas horas que recibe grandes pedidos, por lo que solo se toma el tiempo para visitar a los pequeños ángeles; apresura el paso entrando a otra tienda por unos libros de lectura para los niños del orfanato.
Pero antes de llegar a su destino decide que es mejor comprar no solo comida si no también un poco de dulce para alegrarles al menos la noche, así que corre a la confitería más cerca por algo de chocolates y galletas, iba a cerrar el dueño hasta que ve a la joven con una mirada dulce en su rostro y la explicación, la atiende enfuruñado pero al ver que es para niños del orfanato calla las palabras. Con una sonrisa y una palmada en el hombro de la joven avanza a buscar el camino de regreso a su sendero, pero sin darse cuenta había tomado el camino equivocado perdiéndose entre las calles parisinas, sus ojos bien abiertos buscan el camino de nuevo, girando en una esquina y en otra más pero solo consigue perderse aún más su despistada mente no se ha percatado del camino y se siente como una de los cuentos que suele contar a los niños para dormir.
Pero antes de llegar a su destino decide que es mejor comprar no solo comida si no también un poco de dulce para alegrarles al menos la noche, así que corre a la confitería más cerca por algo de chocolates y galletas, iba a cerrar el dueño hasta que ve a la joven con una mirada dulce en su rostro y la explicación, la atiende enfuruñado pero al ver que es para niños del orfanato calla las palabras. Con una sonrisa y una palmada en el hombro de la joven avanza a buscar el camino de regreso a su sendero, pero sin darse cuenta había tomado el camino equivocado perdiéndose entre las calles parisinas, sus ojos bien abiertos buscan el camino de nuevo, girando en una esquina y en otra más pero solo consigue perderse aún más su despistada mente no se ha percatado del camino y se siente como una de los cuentos que suele contar a los niños para dormir.
Constance A. Zaïre- Humano Clase Media
- Mensajes : 88
Fecha de inscripción : 04/04/2014
Re: El otro lado del espejo || Privado
Los seres humanos con el pasar del tiempo, los años y las supuesta “sabiduría” los ha hecho cambiar evolutiva e involutivamente, para bien o para mal siempre hay rasgos del pasado en aquel presente, y para aquel que buscaba un cigarro entre sus ropas todo y todos le eran tan iguales que solo podía reírse, tal como estaba haciendo en aquel momento. La risa que soltó ante las palabras de la jovencita logró divertirlo así como hacerle olvidar sus negocios, algo que no era común y que solo una mujer lo había logrado mucho tiempo atrás.
—Venga pequeñaja que no es para tanto, tan mal no te ves, como mi ex, que aun es esposa no te ves, esa si que asustaría a cualquier bebe, pero no eres el tío cosas y el payaso maldito, tranquila, no hay nada que un buen baño caliente, una ropa de dormir y una manta no arregle hasta mañana— ríe, encontrando su cigarro,.
Lo enciende dejando el humo escapar lentamente junto a esa sonrisa de diversión, más esa sonrisa cambia por un puchero de tristeza y melancolía, fingida pero igual carga emotiva llevaba —Pero me dejarás ahí tirado en un frío hospital luego de que mi brazo resultase herido por el frenazo que pegue por TU culpa, no tomarás responsabilidad e cuidarme como una buena y caritativa persona que hace de enfermera sexy para cuidar al enfermito, cuanta maldad hay– sorbe la nariz en un falso llanto, sobre todo porque no hay lágrimas pero si una contenida carcajada.
—Venga pequeñaja que no es para tanto, tan mal no te ves, como mi ex, que aun es esposa no te ves, esa si que asustaría a cualquier bebe, pero no eres el tío cosas y el payaso maldito, tranquila, no hay nada que un buen baño caliente, una ropa de dormir y una manta no arregle hasta mañana— ríe, encontrando su cigarro,.
Lo enciende dejando el humo escapar lentamente junto a esa sonrisa de diversión, más esa sonrisa cambia por un puchero de tristeza y melancolía, fingida pero igual carga emotiva llevaba —Pero me dejarás ahí tirado en un frío hospital luego de que mi brazo resultase herido por el frenazo que pegue por TU culpa, no tomarás responsabilidad e cuidarme como una buena y caritativa persona que hace de enfermera sexy para cuidar al enfermito, cuanta maldad hay– sorbe la nariz en un falso llanto, sobre todo porque no hay lágrimas pero si una contenida carcajada.
Cesare Borgia- Humano Clase Alta
- Mensajes : 83
Fecha de inscripción : 19/02/2013
Localización : Estados Pontifices Roma
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Re: El otro lado del espejo || Privado
-Vamos vamos todos cálmense no me hagan gritar más, hey oye tu deja eso y siéntate que demonios con ustedes mocosos- soltó una risa mientras su jefe y todo poderoso señor se acerca para hablar con los niñitos esos que se miran tan malcriados –vieron les dije que se calmaran o habrían consecuencias graves pero a ustedes les entra por una oreja y les sale por la otra ¿Qué se creen?- de la nada el telón se alzó y mostró a todos los soldados del mal la mascota y el lidero del ejercito claro que su estatura lo dejaría como él último y eso fue lo que paso todos se referían al que estaba comiendo la manzana mientras el solo los veía sin entender lo que pasaba por la cabeza de ellos no aguanté mas y termine por soltar tremenda caracajada con mis otros compañeros que se reían nerviosos hasta que el ambiente se puso más que tenso se puso delicadito con la energía que emanaba él –oh oh esto no es bueno- deje de reir y todo el lugar comenzó a temblar y el en el medio tan serio que hasta su sonrisa daba miedo –que miedo con este niño- la mirada severa fue a donde mi haciéndome callar de una es cierto que el tiene un complejo por su tamaño y eso no es bueno recalcarlo siempre o de lo contrario cortaría la cabeza de quien se burle de su porte no crecido a saber la razón de que a él le moleste tanto ese tipo de señalamientos
Gastón T. Larrousse- Humano Clase Baja
- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 15/02/2015
Re: El otro lado del espejo || Privado
Con ayuda de Mark, avanzo hasta una esquina donde apoyo la espalda y me dejo caer arrastrándola hasta quedar sentado en el suelo. Tanto el dolor como el aturdimiento se disolverán rápidamente con un poco de descanso, pero no es instantáneo y las marcas en mi cara tardarán todavía un más en desaparecer.
Me cuesta respirar y no tengo manera de abrir el ojo derecho. Cada sitio donde impactaron los nudillos del gorila con quien me enfrenté, ya se inflamó y, si bien es práctico a la hora de detener la hemorragia que cubre la mitad de mi rostro partiendo de mi ceja, arriba, y mi labio, abajo, molesta para todo lo demás.
— Joder —maldigo intentando asearme un poco con la camiseta sin mangas que visto, termino quitándomela para facilitar la tarea, es entonces cuando la voz de mi amigo me advierte.
— Tenemos visitas —no tarda en ofrecerme la mano que acepto de buenas a primeras dada la urgencia en su voz. Me pongo en pie y sigo su mirada para encontrarme con una figura familiar, delicada, muy bien vestida y esbelta, muy esbelta, en este mar de desconocidos.
— Esto se pondrá divertido —resoplo una risa sardónica a lo que Mark responde con un empujón, un reclamo que me desestabiliza bastante, ambos conocemos a Änthi y sabemos que su presencia no arreglará ninguna de mis faltas.
— ¿Estarás bien? —y mira la salida con cariño.
Me cuesta respirar y no tengo manera de abrir el ojo derecho. Cada sitio donde impactaron los nudillos del gorila con quien me enfrenté, ya se inflamó y, si bien es práctico a la hora de detener la hemorragia que cubre la mitad de mi rostro partiendo de mi ceja, arriba, y mi labio, abajo, molesta para todo lo demás.
— Joder —maldigo intentando asearme un poco con la camiseta sin mangas que visto, termino quitándomela para facilitar la tarea, es entonces cuando la voz de mi amigo me advierte.
— Tenemos visitas —no tarda en ofrecerme la mano que acepto de buenas a primeras dada la urgencia en su voz. Me pongo en pie y sigo su mirada para encontrarme con una figura familiar, delicada, muy bien vestida y esbelta, muy esbelta, en este mar de desconocidos.
— Esto se pondrá divertido —resoplo una risa sardónica a lo que Mark responde con un empujón, un reclamo que me desestabiliza bastante, ambos conocemos a Änthi y sabemos que su presencia no arreglará ninguna de mis faltas.
— ¿Estarás bien? —y mira la salida con cariño.
Rónán Rothesay- Humano Clase Alta
- Mensajes : 23
Fecha de inscripción : 01/03/2015
Re: El otro lado del espejo || Privado
¿Qué estás enferma? ¡No puede ser! - Grité al teléfono.- ¡Sabes qué éste día se llena! - agarré mi cabeza con frustración. - No te molestes en volver, gracias. Pasa por tu cheque la próxima semana. - colgué frotando mis ojos mientras pensaba en como arreglar éste problema. Ya había despedido a la otra mesera cuando la había descubierto desnuda en mi oficina, normalmente no era el jefe el que sufría acoso, pero cualquier cosa podía pasar. Ahora con dos bajas me vi en aprietos, no podía dejar cerrado el bar, los fines de semana siempre eran muy convenientes para el negocio, entonces necesitaré algo de ayuda. Tomé el teléfono móvil y llamé a una de mis primeras opciones, si de ayuda en el bar se trataba, la dulce y algo loca bruja Margot. - ¡Te necesito! - supliqué al telefono, incluso le mandé una foto con grandes ojos llorosos para que no se negara y la convencí.
Ahora la tenía en frente a mi, a si que me tomé el atrevimiento de mirarla de arriba a abajo y asentí satisfecho. - Estás perfecta, ya sabes que no me gusta cruzar el límite de lo sexy y de lo vulgar. - Me acerqué para tomarla del rostro y dejé un beso en ambas mejillas. - No se que haría sin ti, preciosa. - susurré con una sonrisa dulce. - Los empleados ya no los hacen como antes. - me encojo de hombros llevándome un cigarrillo a los labios. - Ya sabes, que haría cualquier cosa para pagar tus favores, bonita. - le guiño un ojo y luego echo a reír a carcajadas.
Ahora la tenía en frente a mi, a si que me tomé el atrevimiento de mirarla de arriba a abajo y asentí satisfecho. - Estás perfecta, ya sabes que no me gusta cruzar el límite de lo sexy y de lo vulgar. - Me acerqué para tomarla del rostro y dejé un beso en ambas mejillas. - No se que haría sin ti, preciosa. - susurré con una sonrisa dulce. - Los empleados ya no los hacen como antes. - me encojo de hombros llevándome un cigarrillo a los labios. - Ya sabes, que haría cualquier cosa para pagar tus favores, bonita. - le guiño un ojo y luego echo a reír a carcajadas.
Nikolai E. Kozlov- Cazador Clase Media
- Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 29/04/2015
Re: El otro lado del espejo || Privado
esto no era fácil y menos sencillo algo habia que hacer como el hada que era no podia permitir que las cosas se salieran de su rumbo y menos del control de la habitualidad los humanos no debían pagar el pecado cometido por otros hace tantos años incluso antes de la creación de los mismos humanos y ahora ellos tenian que pagarlo por la idea de aquellos contrarios a las reglas que teniamos. que triste de su parte su comportamiento mire a uno de ellos que sonreía de aquella forma tan burlona y cínica reamente los detestaba a todos ellos siempre oi de sus hitorias por el dios que me creo pero parecía más un cuento que una realidad y ahora todas esas historias estaban cobran vida y una muy peligrosa. Me acerque a uno de las humanas que estaban en frente tratando de quitarla de la primera fila donde se encontraban reunidos todos ellos cuando vi a uno de los angeles y guardianes directos de los humanos ella estaba con la humana ahora entendi todo.
Mire con mayor detenimiento el auditorio y pude ver que estaba todo en igual valor y numero de razas estabamos casi todos pero faltaban algunos integrantes de otras razas ¿por qué? eso fue lo que pense quizás no son tan necesarios pero entonces cuando el aparecio lo enteni realmente ahi entendí que ellos no eran necesarios en ese momento si no más adelante cuando aquellos que faltaban de los que estaban en el atrio en aquel momento los que estaban tras la cortina apareciendo el ambiente se tenso lo suficiente como para comenzar a sentirse lo pesado, los otros seres estaban más que alerta sus caracteristicas básicas despertaron ¿en un hada cuales son? no dude en cerrar los ojos concentrandome en mi cancion aquella que servia para poner a dormir pero antes de poder entonar la música se detuvo mis cuerdas no pudieron entonar melodia y entonces el comenzo a dar indicaciones donde no podiamos hacer uso de nuestras habilidades entonces -somo inservibles así- murmure y el solo sonrio negando -para que nos quieren entonces sean mas claros con nosotros, por favor- todos regresaron a mirarme por la forma en que solicite las cosas estaba molesta pero no sería una grosera
Mire con mayor detenimiento el auditorio y pude ver que estaba todo en igual valor y numero de razas estabamos casi todos pero faltaban algunos integrantes de otras razas ¿por qué? eso fue lo que pense quizás no son tan necesarios pero entonces cuando el aparecio lo enteni realmente ahi entendí que ellos no eran necesarios en ese momento si no más adelante cuando aquellos que faltaban de los que estaban en el atrio en aquel momento los que estaban tras la cortina apareciendo el ambiente se tenso lo suficiente como para comenzar a sentirse lo pesado, los otros seres estaban más que alerta sus caracteristicas básicas despertaron ¿en un hada cuales son? no dude en cerrar los ojos concentrandome en mi cancion aquella que servia para poner a dormir pero antes de poder entonar la música se detuvo mis cuerdas no pudieron entonar melodia y entonces el comenzo a dar indicaciones donde no podiamos hacer uso de nuestras habilidades entonces -somo inservibles así- murmure y el solo sonrio negando -para que nos quieren entonces sean mas claros con nosotros, por favor- todos regresaron a mirarme por la forma en que solicite las cosas estaba molesta pero no sería una grosera
Constance A. Zaïre- Humano Clase Media
- Mensajes : 88
Fecha de inscripción : 04/04/2014
Re: El otro lado del espejo || Privado
V. Anielka Kuznetsòv | Vampira | 2015 | Francia.
Sus ojos lo miran sin creer lo que le acaba de decir ' No volverás a salir ni de día ni de noche sin mi compañía' separa los labios, apretando los puños molesta, mucho más que molesta -Pero... Pero... - los labios de la rubia se quedan abiertos mientras ante la seña de silencio de su 'primo' y creador -Es injusto!!- recrimina dando vuelta largándose derecho a su habitación. Desde siempre la a sobreprotegido de una forma enfermiza pero ese es el colmo.
Las moldeadas piernas enfundadas en los rotos jeans negros se deslizan por la ventana, por enésima vez se escabullirá recordando que fue ese el motivo por el que adquiriera tan naturaleza. Corre, y sin lastimar a nadie se esaca de dos de los mastodontes que le hacen de guardaespaldas. Esta enojada, furiosa pero sobretodo harta, es una mujer con mente de niña, no se sabe defender como tal pero siempre logra salir bien parada de toda situación.
Sus tenis la han llevado hasta la universidad, podría refugiarse ahí pero ni eso puede hacer ya que Stanislav le ha prohibido tal lugar entre arrebatos de furia esta noche, grita exasperada, continuando caminando intentando blasfemar sin mucho éxito, pues por desgracia no entiende las groserías ni malas palabras ni el doble sentido, da vuelta a una esquina y es cuando se detiene, percatándose de aquel aroma -Sangre... Se esta secando- por la pelea no a cenado, se lleva la mano a la boca ocultando que esta lamiéndose los colmillos que comienzan a crecer. Nunca a bebido directamente de la fuente... No pretende caer en la tentación pero, no solo es sangre, debe de tener suficientes heridas para percibirlo de el aroma que se mezcla con sudor de alguien. No necesita respirar y aún así lo esta haciendo excesiva. Busca con la mirada, continúan sus paso hasta dar con el, si, es él, ese enorme hombre, sierra los ojos moviendo la nariz como si una pequeño gato olfateara y al abrir los párpados un aló rojo rodea sus pupilas. Parece molesto, cree ver que la ha mirado, se aleja. Se esta exitando por el aroma que se hace cada vez mas fuerte, cálida y suculenta sangre, el sudor, la adrenalina que le corre por el musculoso cuerpo, el aroma salvaje que le rodea, peligroso y tan atrayente y después de parpadear un par de veces no lo ve mas -¿Donde estas?- susurra metiéndose en un callejón persiguiendo el aroma del hombre pasándose una vez mas la punta de la lengua por los colmillos.
Un movimiento rápido y le empuja contra la pared de aquel obscuro lugar, parándose de puntas sosteniéndose de sus hombros -Quiero saborearte, necesito beber de ti- susurra con la voz suave y tórrida, desliza su lengua por la clavícula del hombre saboreando su sudor pegándose a él mientras se frota exitandose aun mas al sentir el duro cuerpo.
Sus ojos lo miran sin creer lo que le acaba de decir ' No volverás a salir ni de día ni de noche sin mi compañía' separa los labios, apretando los puños molesta, mucho más que molesta -Pero... Pero... - los labios de la rubia se quedan abiertos mientras ante la seña de silencio de su 'primo' y creador -Es injusto!!- recrimina dando vuelta largándose derecho a su habitación. Desde siempre la a sobreprotegido de una forma enfermiza pero ese es el colmo.
Las moldeadas piernas enfundadas en los rotos jeans negros se deslizan por la ventana, por enésima vez se escabullirá recordando que fue ese el motivo por el que adquiriera tan naturaleza. Corre, y sin lastimar a nadie se esaca de dos de los mastodontes que le hacen de guardaespaldas. Esta enojada, furiosa pero sobretodo harta, es una mujer con mente de niña, no se sabe defender como tal pero siempre logra salir bien parada de toda situación.
Sus tenis la han llevado hasta la universidad, podría refugiarse ahí pero ni eso puede hacer ya que Stanislav le ha prohibido tal lugar entre arrebatos de furia esta noche, grita exasperada, continuando caminando intentando blasfemar sin mucho éxito, pues por desgracia no entiende las groserías ni malas palabras ni el doble sentido, da vuelta a una esquina y es cuando se detiene, percatándose de aquel aroma -Sangre... Se esta secando- por la pelea no a cenado, se lleva la mano a la boca ocultando que esta lamiéndose los colmillos que comienzan a crecer. Nunca a bebido directamente de la fuente... No pretende caer en la tentación pero, no solo es sangre, debe de tener suficientes heridas para percibirlo de el aroma que se mezcla con sudor de alguien. No necesita respirar y aún así lo esta haciendo excesiva. Busca con la mirada, continúan sus paso hasta dar con el, si, es él, ese enorme hombre, sierra los ojos moviendo la nariz como si una pequeño gato olfateara y al abrir los párpados un aló rojo rodea sus pupilas. Parece molesto, cree ver que la ha mirado, se aleja. Se esta exitando por el aroma que se hace cada vez mas fuerte, cálida y suculenta sangre, el sudor, la adrenalina que le corre por el musculoso cuerpo, el aroma salvaje que le rodea, peligroso y tan atrayente y después de parpadear un par de veces no lo ve mas -¿Donde estas?- susurra metiéndose en un callejón persiguiendo el aroma del hombre pasándose una vez mas la punta de la lengua por los colmillos.
Un movimiento rápido y le empuja contra la pared de aquel obscuro lugar, parándose de puntas sosteniéndose de sus hombros -Quiero saborearte, necesito beber de ti- susurra con la voz suave y tórrida, desliza su lengua por la clavícula del hombre saboreando su sudor pegándose a él mientras se frota exitandose aun mas al sentir el duro cuerpo.
A. Siren Skjaldmö- Humano Clase Baja
- Mensajes : 43
Fecha de inscripción : 07/07/2014
Re: El otro lado del espejo || Privado
Época actual | 2016 | Nueva Orleans | University of New Orleans | Otoño | 16:45
Aleksei S. Alexándrovich | Raza: Dios | 24 años terrestres
La advertencia a sido hecha, y una advertencia de la gran roja hacia mi es todo lo que necesito para hacer todo aquello que me esta siendo prohibido, impedido hacer o advertido que ni siquiera se me pase por la cabeza hacerlo, para que yo tan obediente vaya en pose gallarda y lo haga, solo por el simple hecho de satisfacer mi necedad y los necesarios enfados que necesita mi supuesta tía, protectora y numero uno en jalarme las orejas a cada mala decisión que tomo. Suspiro. Si estuviera mi buen amigo Azazel, ese si me seria alcahuete de fechorías.
Jugo con las llaves del auto en la mano, haciéndolas tintinear al girarlas y sacudiéndolas entre los dedos de la diestra caminando pausado sin prisa alguna en dirección a la salida del campus hasta que Ivanov choca con fuerza de forma amistosa el hombro conmigo -Mira la mierda que tenemos que tomar- me muestra un volante que dice
CLASES DE ORIENTACIÓN SEXUAL
Facultad de Medicina
Aula 1313
-¡Están de joda! Tu y yo podemos dar la clase, no necesito de un anciano que me explique que no tengo que hacer para que se me caiga la verga o como usar un condón y que pasa si no lo uso- Ivanov ríe a carcajadas. Extraño que un demonio sea uno de mis mejores amigos. Es como verme relajado en aquello que se supone debo odiar con todo mi ser. -No es de que quieras, es obligatorio, lo ah dicho el puto del profesor, todas las carreras irán. Nos toca con las de Artes- alza las cejas sugerente, le trae ganas a cierta pelinegra despampanante que se comió hace una semanas. Palmea mi espalda con mas fuerza de la necesaria y se larga por donde llego. Joder, yo no quiero ir, es una perdida de tiempo, aunque no es que tenga algo mejor que hacer. Y enfilo para el lado contrario saliendo por detrás del edificio. Saludo a una chicas de derecho, a otras de a las ricas de Periodismo, incluso a unas ratonas de Literatura, no son las mejores para llevarte a la cama, pero son simpáticas, aunque alguna que otra si que es ingeniosa. Llego a la dicha aula y miro que Ivanov, no ha perdido el tiempo con su pelinegra. Busco asiento con la mirada, al fondo hasta arriba, así cuando me aburra podre dormir un rato.
Aleksei S. Alexándrovich | Raza: Dios | 24 años terrestres
La advertencia a sido hecha, y una advertencia de la gran roja hacia mi es todo lo que necesito para hacer todo aquello que me esta siendo prohibido, impedido hacer o advertido que ni siquiera se me pase por la cabeza hacerlo, para que yo tan obediente vaya en pose gallarda y lo haga, solo por el simple hecho de satisfacer mi necedad y los necesarios enfados que necesita mi supuesta tía, protectora y numero uno en jalarme las orejas a cada mala decisión que tomo. Suspiro. Si estuviera mi buen amigo Azazel, ese si me seria alcahuete de fechorías.
Jugo con las llaves del auto en la mano, haciéndolas tintinear al girarlas y sacudiéndolas entre los dedos de la diestra caminando pausado sin prisa alguna en dirección a la salida del campus hasta que Ivanov choca con fuerza de forma amistosa el hombro conmigo -Mira la mierda que tenemos que tomar- me muestra un volante que dice
CLASES DE ORIENTACIÓN SEXUAL
Facultad de Medicina
Aula 1313
-¡Están de joda! Tu y yo podemos dar la clase, no necesito de un anciano que me explique que no tengo que hacer para que se me caiga la verga o como usar un condón y que pasa si no lo uso- Ivanov ríe a carcajadas. Extraño que un demonio sea uno de mis mejores amigos. Es como verme relajado en aquello que se supone debo odiar con todo mi ser. -No es de que quieras, es obligatorio, lo ah dicho el puto del profesor, todas las carreras irán. Nos toca con las de Artes- alza las cejas sugerente, le trae ganas a cierta pelinegra despampanante que se comió hace una semanas. Palmea mi espalda con mas fuerza de la necesaria y se larga por donde llego. Joder, yo no quiero ir, es una perdida de tiempo, aunque no es que tenga algo mejor que hacer. Y enfilo para el lado contrario saliendo por detrás del edificio. Saludo a una chicas de derecho, a otras de a las ricas de Periodismo, incluso a unas ratonas de Literatura, no son las mejores para llevarte a la cama, pero son simpáticas, aunque alguna que otra si que es ingeniosa. Llego a la dicha aula y miro que Ivanov, no ha perdido el tiempo con su pelinegra. Busco asiento con la mirada, al fondo hasta arriba, así cuando me aburra podre dormir un rato.
Aleksei S. Alexándrovich- Humano Clase Media
- Mensajes : 21
Fecha de inscripción : 21/01/2016
Re: El otro lado del espejo || Privado
En los últimos días me doy cuenta que los recuerdos de mi niñees junto a mis padres llegan con mas fuerza que en algunas otras épocas del año, es extraño ya que solo llegan sin aviso, no hay motivo en si. No es la fecha en que papá partió junto a Dios, ni tampoco cuando fue el turno de mamá en reunirse junto a él. Tampoco que recuerde hay fechas importantes cercanas como sus cumpleaños o algún aniversario o fecha significativa, no, nada, ningún motivo en especifico y eso no evita que los recuerdes lleguen como las brisas cálidas en noches de verano. Aunque sea otoño.
Miro las gotas incesantes de lluvia caer parada fuera de la panadería aunque Emilie, la hija del panadero, me haya dicho por cuarta vez que puedo esperar dentro mientras el termina de descargar su furia, me he negado sintiéndome apenada y comienzo a preocuparme debido a que pronto el manto de la noche se ara presente y yo continuo muy lejos de mi casa. Mientras transcurren los minutos sigo apretando contra mi cuerpo la bolsa llena de Cruasán que le gustan a mi abuelo, Paulette, mi nana y Maurice, aun están calentitos, incluso el aroma de los bollos con arándano que le encantan a mi pequeño hermano aun se perciben pese al húmedo clima. Suspiro y sin mas usando la capa y el mandil que me tapan casi nada corro en dirección a donde e dejado a Vanille, mi vieja yegua. -Gracias- sonrió depositando un cuarto de franco en manos del chico de cuadra que cuida a mi yegua cada que visito el mercado. En ocasiones no es tan fácil vivir en los limites del bosque tan lejos de la ciudad, esta es una de esas ocasiones, aun así me gusta mi casa, mi hogar lejos de todo los chismes que aun rondan a mi querida familia.
La lluvia a cesado, no del todo pero lo suficiente para emprender el viaje de regreso con el crepúsculo muriendo, debo aprovechar los últimos rayos que el astro rey nos regala antes de que se marche a descansar. -Recuerda Dęliã, no debes andar en el camino que sale del pueblo al paraje, es muy peligroso- susurro las palabras que siempre me dice cada que salgo al pueblo. Mi abuelo siempre dice que prefiere me quede en casa de Cony en vez de regresar, pero yo soy tan necia que no me gusta darle molestias a mi amiga y mucho menos pasar una noche lejos de mi pequeño hermano que al igual que yo se pone nervioso con las noches de tormenta.
El galope es mas feroz y rápido de lo que acostumbro a cabalgar, sobre todo porque no monto a silla como debería. Alejo mis pensamientos cuando Vanille parece asustada, se mueve inquieta y de un brinco suelto la canasta con los bollos mirando a otro jinete -Buenas noches Mesdames- deseo con la respiración agitada intentando calmar a mi caballo. Menudo susto a menuda hora.
Miro las gotas incesantes de lluvia caer parada fuera de la panadería aunque Emilie, la hija del panadero, me haya dicho por cuarta vez que puedo esperar dentro mientras el termina de descargar su furia, me he negado sintiéndome apenada y comienzo a preocuparme debido a que pronto el manto de la noche se ara presente y yo continuo muy lejos de mi casa. Mientras transcurren los minutos sigo apretando contra mi cuerpo la bolsa llena de Cruasán que le gustan a mi abuelo, Paulette, mi nana y Maurice, aun están calentitos, incluso el aroma de los bollos con arándano que le encantan a mi pequeño hermano aun se perciben pese al húmedo clima. Suspiro y sin mas usando la capa y el mandil que me tapan casi nada corro en dirección a donde e dejado a Vanille, mi vieja yegua. -Gracias- sonrió depositando un cuarto de franco en manos del chico de cuadra que cuida a mi yegua cada que visito el mercado. En ocasiones no es tan fácil vivir en los limites del bosque tan lejos de la ciudad, esta es una de esas ocasiones, aun así me gusta mi casa, mi hogar lejos de todo los chismes que aun rondan a mi querida familia.
La lluvia a cesado, no del todo pero lo suficiente para emprender el viaje de regreso con el crepúsculo muriendo, debo aprovechar los últimos rayos que el astro rey nos regala antes de que se marche a descansar. -Recuerda Dęliã, no debes andar en el camino que sale del pueblo al paraje, es muy peligroso- susurro las palabras que siempre me dice cada que salgo al pueblo. Mi abuelo siempre dice que prefiere me quede en casa de Cony en vez de regresar, pero yo soy tan necia que no me gusta darle molestias a mi amiga y mucho menos pasar una noche lejos de mi pequeño hermano que al igual que yo se pone nervioso con las noches de tormenta.
El galope es mas feroz y rápido de lo que acostumbro a cabalgar, sobre todo porque no monto a silla como debería. Alejo mis pensamientos cuando Vanille parece asustada, se mueve inquieta y de un brinco suelto la canasta con los bollos mirando a otro jinete -Buenas noches Mesdames- deseo con la respiración agitada intentando calmar a mi caballo. Menudo susto a menuda hora.
Dęliã Perrault- Humano Clase Media
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Re: El otro lado del espejo || Privado
En acto brusco retiro el brazo de su firme y suave agarre. Parpadeando un par de veces antes de que le presto la atención adecuada, lleva una capa que le cubre mas haya de la mitad del cuerpo y no me atrevo a ver mas abajo por educación – Tiene buenos reflejos chevalier – suspiro, los viejos hábitos se arraigan o simplemente deseo aferrarme a una humanidad marchita que no regresara a la vida jamas, o simplemente es la costumbre de aparentar ser una humana que respira y su corazón aun late con fuerza.
– Si, así es... aun no me acostumbro al francés y termino mezclado ambos. – explico con ese extraño acento que tengo dando un paso hacia atrás. – Me encuentro bien, solo hambrienta es todo. – Resumo en voz baja dejando a mi cuerpo recordarme que debo beber entre mas rápido mejor o azotare cual res muerta en cualquier momento – Me disculpo nuevamente por atravesarme en su camino e interrumpirle en su noche –dejo de mirar cada rasgo del hombre frente a mi. ¿A él se le consideraría un hombre atractivo? -ladeo la cabeza solo un poco admirándole un poco mas- si, seguro mi tía estaría encantada con la simple invitación de su voz dirigiéndose a ella.
Me duelen los colmillos y el hambre se hace insoportable, dios moriré en cualquier momento -rio mentalmente- bueno, puede que no pueda morir mas de lo que ya
Este hombre – ¿Usted? – señalo a su alrededor con el dedo indice – ¿Que es ello que es eso que... le rodeaba? – doy otro paso hacia atrás y esta vez no solo me recuerdo que se casi nada de mi nueva naturaleza, si no que también soy un desastre como ser humano, aparentando aquello que no soy en humanidad y clase social. Él claramente posee un estatus social a la par que el mio, pero a diferencia por su tipo de vestimenta no aparenta como yo. Su ropa es exquisita, de un corte elegante y fina tela asi como su calzado y yo llevo puesto.. uno de los viejos vestidos de mi tía que gracias a un milagro un se puede considerar bonito y la suave seda no se a desgastado, los guantes a juego y nada mas, ni sombrero, ni bolsa, ni chaqueta ni anda, eso ultimo porque por la forma en que salí corriendo...
– Mi nombre es Iren – Ahora la interrogante es ¿Él es igual a mi, es un vampiro?
Irín Koniétzkø- Vampiro Clase Alta
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Re: El otro lado del espejo || Privado
Étoile... ¿Qué carajos tenia que hacer para que se quedara quieta esa niña? Suspiro molesta, fastidiada, harta de sus niñearos, yo era una de las peores de mi especie pero ella… ¡por los dioese! Era la peor y no solo eso, se había escapado por encima vez y llevaba días siguiéndola. La ultima hada, el ultimo pilar de nuestro pueblo, el ultimo que los dioses se dignaron a crear y me salen con sus malditas estupideces de crear a la peor, mas revoltosa, malcriada y para nada cuerda Hada que haya pisado la tierra… y terminando de fastidiar la situación ¿me ponían a cuidarla a mi tomando en cuenta mis últimos fracasos? ¡Infiernos! Lo que más detestaba es que estaba ‘unida’ a ella para toda la eternidad. –En cuento te ponga las manos encima Étoile… te amarare con las cadenas de las bruja esculina tonta- mis susurros blasfemos no pararon hasta que sentí esa punzada. ‘Que no sea un demonio… ¡Por los dioses que no sea un demonio!’ roge mentalmente al sentir el dolor y desesperaciones la niña a mi cargo.
-¡Déjala! –grite al mirar como una gárgola la tenia contra el piso … y… maldita. La palabra denigrante que salió de mis labios floto antes de que me abalanzara sobre la chica y la quitara de encima con una embestida, dejándonos a ambas tumbadas. Me hice a un lado y adopte una posición de protección hacia mi lastimada hermana. Me decide de la falda arrancándola prácticamente y saque mis pequeñas espadas empuñándolas -¡Jamás la vuelvas a tocas! –ordene mirándola con odio mostrándole los colmillos. No éramos como los vampiros con sus enormes colmillos, no para nada, nuestros colmillos eran de un tamaño mas normal pero perfectamente visibles y puntiagudos cuando nos hacían enfadar.
Mi dios creador, uno de los más viejos y poderosos el cual jamás, ni por equivocación pronunciaba su nombre, me había explicado que cada raza tiene pilares, estos pilares mantiene a las razas estables, mantiene el equilibrio y las cualidades y poderes de cada una; si uno de estos pilares fallece o es herido, las especies se debilitan y para joder todo el asunto ‘Étoile es nuestro ultimo pilar’. Si algún día algún demonio muy poderoso se apoderaba de al menos uno pilar de cada una de las especies… podría acabar o controla a la mayoría a su antojo.
-¡Déjala! –grite al mirar como una gárgola la tenia contra el piso … y… maldita. La palabra denigrante que salió de mis labios floto antes de que me abalanzara sobre la chica y la quitara de encima con una embestida, dejándonos a ambas tumbadas. Me hice a un lado y adopte una posición de protección hacia mi lastimada hermana. Me decide de la falda arrancándola prácticamente y saque mis pequeñas espadas empuñándolas -¡Jamás la vuelvas a tocas! –ordene mirándola con odio mostrándole los colmillos. No éramos como los vampiros con sus enormes colmillos, no para nada, nuestros colmillos eran de un tamaño mas normal pero perfectamente visibles y puntiagudos cuando nos hacían enfadar.
Mi dios creador, uno de los más viejos y poderosos el cual jamás, ni por equivocación pronunciaba su nombre, me había explicado que cada raza tiene pilares, estos pilares mantiene a las razas estables, mantiene el equilibrio y las cualidades y poderes de cada una; si uno de estos pilares fallece o es herido, las especies se debilitan y para joder todo el asunto ‘Étoile es nuestro ultimo pilar’. Si algún día algún demonio muy poderoso se apoderaba de al menos uno pilar de cada una de las especies… podría acabar o controla a la mayoría a su antojo.
Jaelyn Sheridan- Cazador/Realeza
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Fecha de inscripción : 20/06/2014
Re: El otro lado del espejo || Privado
La voz del pequeño sueña desilusionada, cansada y puede que algo triste. Siente tristeza por el pequeño, no le gusta ver a los niños sufrír, considera que son el futuro y ella es una devota defensora de estos, sean la especia que sean. Los niños no son malos: nacen libres, sin pecados ni pensamientos viciados, son puros en cuerpo y alma. Lo contrario a los hombre hombres corrompidos por las circunstancias, el deseo de la carne y los pensamientos fétidos.
–Tienes un lindo nombre mi pequeño Yuri, si me permites decirlo– dice despacio, dejando que las palabras suenen cariñosas mientras sus manos acarician el pequeño e indefenso rostro, dibujando una sonrisa en sus labios sin darse cuenta cuando el hace lo mismo. –Que lastima que estén de viaje, seguro les extrañas. – continúa tratando de que no se sienta incomodo, después de las palabras de el al afirmar que es un pequeño soldado no puede evitar hacer una mueca de disgusto, es demasiado pequeño para tanta agresión, ¿Cuántos martirios pasara a cada día él pequeño? –No estés triste, a beses se gana y otras no... Aferrare al mañana, siempre habrá un mañana en el que podrás cambiar el futuro...
El momento es interrumpido y el amable, alegre y cálido carácter de la única fémina Borgia cambia como una tormenta marina que no se veía avecinar. Poniéndose de pie mira al hombre con severidad –Deseo saber donde esta el médico que atenderá a este pequeño– el hombre claramente esta ofendido por la forma en que ella se dirige, sin respeto alguno, presentaciones o un poco de agradecimiento por arriesgar la vida en nombre de la santa inquisición – Por si expresión parece ser que debo hacer los honores a mi educación y recordarle quien soy soldado– resalta la última palabra severa, pues está molesta y no precisamente con el hombre frente a ella, mas bien con la decisión de que Yuri tenga que combatir con ese sentimiento de culpa que seguramente le han implantado en él a base de muchas maquinaciones psicológicas y mentales–Soy Lucrezia Borgia, hija... Del papa Rodrigo Borgia, su santidad Alejandro VI– explica posando su mano en el hombro del pequeño dando una clara prueba de su protección a este.
–Tienes un lindo nombre mi pequeño Yuri, si me permites decirlo– dice despacio, dejando que las palabras suenen cariñosas mientras sus manos acarician el pequeño e indefenso rostro, dibujando una sonrisa en sus labios sin darse cuenta cuando el hace lo mismo. –Que lastima que estén de viaje, seguro les extrañas. – continúa tratando de que no se sienta incomodo, después de las palabras de el al afirmar que es un pequeño soldado no puede evitar hacer una mueca de disgusto, es demasiado pequeño para tanta agresión, ¿Cuántos martirios pasara a cada día él pequeño? –No estés triste, a beses se gana y otras no... Aferrare al mañana, siempre habrá un mañana en el que podrás cambiar el futuro...
El momento es interrumpido y el amable, alegre y cálido carácter de la única fémina Borgia cambia como una tormenta marina que no se veía avecinar. Poniéndose de pie mira al hombre con severidad –Deseo saber donde esta el médico que atenderá a este pequeño– el hombre claramente esta ofendido por la forma en que ella se dirige, sin respeto alguno, presentaciones o un poco de agradecimiento por arriesgar la vida en nombre de la santa inquisición – Por si expresión parece ser que debo hacer los honores a mi educación y recordarle quien soy soldado– resalta la última palabra severa, pues está molesta y no precisamente con el hombre frente a ella, mas bien con la decisión de que Yuri tenga que combatir con ese sentimiento de culpa que seguramente le han implantado en él a base de muchas maquinaciones psicológicas y mentales–Soy Lucrezia Borgia, hija... Del papa Rodrigo Borgia, su santidad Alejandro VI– explica posando su mano en el hombro del pequeño dando una clara prueba de su protección a este.
Lucrezia Borgia- Inquisidor Clase Alta
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Fecha de inscripción : 09/11/2013
Re: El otro lado del espejo || Privado
.La sangre barbotea como agua en un caldero, siento el calor recorrerme el cuerpo, la ira invadirme tal cual como se movería el líquido entre burbujas y por supuesto no tiene absolutamente nada que ver con el hecho del caluroso día de verano, o no, por supuesto que no tiene absolutamente nada que ver; todo esto tiene que ver con las estupideces, malditas e incoherentes decisiones que mis progenitores se les pasa por la descerebrada cabeza que llevan en el cuello. Hace una semana que se nos notifico del próximo acontecimiento que se celebrara en mi vida y aun siento el puñetazo doloroso de las palabras formuladas por mi padre. Si en algún momento fue mi mas amado ser en este momento es a quien mas aborrezco, odio y repudio en toda la tierra... a escisión claro esta -mis ojos rolan mientras suspiro intentando recuperar la compostura- de mi apestoso, patético e inestable mentalmente, renacuajo que tengo por hermano.
Las calles de París siempre me proporcionaron un increíble desahogo a toda la presión y estrés que mi hermoso cuerpo no debe tener, para nada, me saldrán arrugas sin continuo con esto. Por supuesto despilfarrar la herencia familiar calma mis nervios y resta todo el estrés de mis delicados hombros, pero en este momento -suspiro nuevamente caminando llevándome la diestra al rostro pasando mis delicados dedos por la cien, mirando las tiendas que pasan a mi alrededor- en este momento no ayudan en absoluto. Nada. En absoluto.
Bonjour
Saludo por educación alzando la ceja derecha y torciendo ligeramente los labios por inercia. Mi acento francés en es definitiva hermoso, pese a que no e nacido ni haberme criado en este paradisíaco lugar -miro cínica y despectiva encogiéndome, alzando ligeramente mi abanico cerrado a la altura del pecho pegándolo a mi sin apartar los ojos del hombre que se a atrevido a tocarme sin pedir permiso- en si, toda yo soy hermosa. Y NADIE puede negadlo.
Dudo que alguien como usted, pueda siquiera hacer algo para mi beneficio
Le miro con desprecio, señalando con el indice su pinta de medio-sobreviviente, la ropa del hombre es al menos una talla mas grande a su físico, pero con un toque semi elegante. El traje que porta seguramente se lo han prestado o robado o regalado por caridad. Asco.
¿Acaso no te das cuenta que ya tengo sirvientes y esclavos? ¡Octave! llévate al carruaje las compras, que las lleven a casa
Trueno los dedos dando las ultimas dos bolsas al anciano sin mirarle, que importa que ya no puede cargar ni una bolsa mas. Sonrio honrrando al hombre regalarle una de mis miradas. Prefiero los sirvientes, los esclavos me dan mucho asco, el simple hecho de tenerlos cerca me provoca urticaria.
Pero, mirando que tienes agallas para atreverte a dirigirte a mi, puede que podemos ver si me puedes ayudar de alguna otra foram
Ordeno me siga con un gesto de mi dedo, calle abajo dejando las tiendas atrás.
Las calles de París siempre me proporcionaron un increíble desahogo a toda la presión y estrés que mi hermoso cuerpo no debe tener, para nada, me saldrán arrugas sin continuo con esto. Por supuesto despilfarrar la herencia familiar calma mis nervios y resta todo el estrés de mis delicados hombros, pero en este momento -suspiro nuevamente caminando llevándome la diestra al rostro pasando mis delicados dedos por la cien, mirando las tiendas que pasan a mi alrededor- en este momento no ayudan en absoluto. Nada. En absoluto.
Bonjour
Saludo por educación alzando la ceja derecha y torciendo ligeramente los labios por inercia. Mi acento francés en es definitiva hermoso, pese a que no e nacido ni haberme criado en este paradisíaco lugar -miro cínica y despectiva encogiéndome, alzando ligeramente mi abanico cerrado a la altura del pecho pegándolo a mi sin apartar los ojos del hombre que se a atrevido a tocarme sin pedir permiso- en si, toda yo soy hermosa. Y NADIE puede negadlo.
Dudo que alguien como usted, pueda siquiera hacer algo para mi beneficio
Le miro con desprecio, señalando con el indice su pinta de medio-sobreviviente, la ropa del hombre es al menos una talla mas grande a su físico, pero con un toque semi elegante. El traje que porta seguramente se lo han prestado o robado o regalado por caridad. Asco.
¿Acaso no te das cuenta que ya tengo sirvientes y esclavos? ¡Octave! llévate al carruaje las compras, que las lleven a casa
Trueno los dedos dando las ultimas dos bolsas al anciano sin mirarle, que importa que ya no puede cargar ni una bolsa mas. Sonrio honrrando al hombre regalarle una de mis miradas. Prefiero los sirvientes, los esclavos me dan mucho asco, el simple hecho de tenerlos cerca me provoca urticaria.
Pero, mirando que tienes agallas para atreverte a dirigirte a mi, puede que podemos ver si me puedes ayudar de alguna otra foram
Ordeno me siga con un gesto de mi dedo, calle abajo dejando las tiendas atrás.
Renata O. D´Souza- Hechicero Clase Alta
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Fecha de inscripción : 28/04/2014
Re: El otro lado del espejo || Privado
Odio, rencor y soberbia son los tres adjetivos que gobiernan la vida del hombre que camina por las calles del mercado en busca de aquella que ha estado esperando para convertir en una pieza más de su juego de ajedrez tejiendo redes, mentiras, sólo por el simple acto u el objetivo de destrozar a su medio hermano. El premio: diversión principalmente y para ello no puede faltar humillarlo, recordándole principalmente cual es su posición en este mundo. Por debajo de él, y para ello la necesita a ella, sólo uno más de sus movimientos estratégicos en el juego.
Con esa cara de amargado, reprimido, pobre e irremediablemente jodido, quien creería que lograría casarse con una mujer y mucho menos una como aquella a la que esta siguiendo, tan hermosa y casi angelical como los ángeles de cristianismo, delicada, pálida, frágil cual muñeca porcelana precisando que en ello se convertirá la esposa del pobre que por desgracia comparte sangre. Las botas de montar dan prisa a sus pasos firmes, mirando cual depredador nato la escena de la mujer rubia que se debate mirando melocotones, utilizando las casualidades, meras casualidades a su favor en todo momento siguiendo los pasos finos alejarse un poco mientras deja medio franco en la mano del vendedor tomando un par de frutos.
Mueve los hilos del destino con su don de titiritero en torno a su nueva muñeca humana provocando que tropiece y acto seguido la sostiene de la cadera de espaldas, aferrándola pegándola a su cuerpo –Tenga más cuidado madmuasel, las rocas del pavimento suelen ser engañosas después de una noche de lluvia… podría lastimarse ese hermoso cuello– abraza con la diestra la cintura y con la gemela sube atravesando, aplastando sus pechos acariciando con el dorso de los dedos la piel, mostrando la fruta frente a su rostro antes de que el enfado se plante cual bofetada en el masculino rostro –Me permití observar que miraba con deseo la fruta que no ha podido llegar a sus manos por una razón desconocida a mi– le suelta, una vez tomado el fruto le gira para mira los verdosos iris sereno sin sonreír o ameritar gentileza –Le acompañare– afirma sin aceptar negatividad de la mujer –Coma, parece un poco delgada, le hace falta color en las mejillas– acaricia la parte mencionada tomándola del codo continuando el andar.
Una mentira a su hermana y esta ha buceado, hurgado sin que se percaten que ha obtenido lo necesario y más, mucho más de la mente del bastardo de la familia. Ariadne, tan frágil y tonta, tan manipulable la joven sin comprender siquiera que ella misma se condenara por no poder desarrollar un poco de criterio propio, siempre fiel, amorosa y complaciente al hermano medio de los últimos Tsergas.
Con esa cara de amargado, reprimido, pobre e irremediablemente jodido, quien creería que lograría casarse con una mujer y mucho menos una como aquella a la que esta siguiendo, tan hermosa y casi angelical como los ángeles de cristianismo, delicada, pálida, frágil cual muñeca porcelana precisando que en ello se convertirá la esposa del pobre que por desgracia comparte sangre. Las botas de montar dan prisa a sus pasos firmes, mirando cual depredador nato la escena de la mujer rubia que se debate mirando melocotones, utilizando las casualidades, meras casualidades a su favor en todo momento siguiendo los pasos finos alejarse un poco mientras deja medio franco en la mano del vendedor tomando un par de frutos.
Mueve los hilos del destino con su don de titiritero en torno a su nueva muñeca humana provocando que tropiece y acto seguido la sostiene de la cadera de espaldas, aferrándola pegándola a su cuerpo –Tenga más cuidado madmuasel, las rocas del pavimento suelen ser engañosas después de una noche de lluvia… podría lastimarse ese hermoso cuello– abraza con la diestra la cintura y con la gemela sube atravesando, aplastando sus pechos acariciando con el dorso de los dedos la piel, mostrando la fruta frente a su rostro antes de que el enfado se plante cual bofetada en el masculino rostro –Me permití observar que miraba con deseo la fruta que no ha podido llegar a sus manos por una razón desconocida a mi– le suelta, una vez tomado el fruto le gira para mira los verdosos iris sereno sin sonreír o ameritar gentileza –Le acompañare– afirma sin aceptar negatividad de la mujer –Coma, parece un poco delgada, le hace falta color en las mejillas– acaricia la parte mencionada tomándola del codo continuando el andar.
Una mentira a su hermana y esta ha buceado, hurgado sin que se percaten que ha obtenido lo necesario y más, mucho más de la mente del bastardo de la familia. Ariadne, tan frágil y tonta, tan manipulable la joven sin comprender siquiera que ella misma se condenara por no poder desarrollar un poco de criterio propio, siempre fiel, amorosa y complaciente al hermano medio de los últimos Tsergas.
Thanatos & Ariadne- Hechicero Clase Alta
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Fecha de inscripción : 30/09/2014
Re: El otro lado del espejo || Privado
Tan pequeña y delicada, si se quedara quieta por tan solo un momento, con aquellos ojos perdidos en el tiempo, la piel blanca como la nieve pasaría perfectamente como una muñeca, tan frágil de apariencia, tan frágil de pensamiento, tan frágil que jamás pensarías que podría quebrar tu frágil mente con todo el poder que lleca dentro como un castigo divino, no una muñeca, es un tesoro divino custodiado por una de las familias más poderosas y antiguas de aquellos que llaman, los hijos de la noche. Mueve despacio su cabeza a la izquierda y a la derecha en un acto negativo –No hay razón de tus palabras. Solo eres una humana –sus pequeñas piernas se ponen de pie acercándose a la joven con pasos pequeños sin hacer sonido alguno –Hace mucho que perdí mi humanidad, hace años que no sé que es una vida. No puedo alimentarte y no debiste alimentarme –susurra con palabras sin ningún tono aparente, son tan vacías como sus pupilas –¿Sabes acaso porque nadie me toca? ¿Por qué de aquellos que me alimento arranco el último aliento de vida? No… estoy segura que no lo sabes –una pequeña aporcelanada mano acaricia la piel de la joven que momentos antes a permitido dar un poco mas de vida atreves de su sangre.
¿Que la hace tan especial? Cuenta la leyenda que la pequeña Vaike fue concebida por una bruja extraordinariamente poderosa, no obstante, él la deseaba, la deseaba como nunca había deseado nada en el mundo, era tan perfecta, tan poderosa a pesar de su corta edad, podía ver el mundo de los espíritus, podía traer a una alma perdida de regreso, su poder, con tan solo dos años era exorbitante, pensaba permitir que creciera, que desarrollarla lo mas posible sus habilidades, permití que ella llegara a la edad adulta y percibir en que momento era el adecuado, cuando era mas fuerte para volverla inmortal… pero el tiempo apremio y en el cuarto año de su corta vida fue la última vez que vio un amanecer.
¿Que la hace tan especial? Cuenta la leyenda que la pequeña Vaike fue concebida por una bruja extraordinariamente poderosa, no obstante, él la deseaba, la deseaba como nunca había deseado nada en el mundo, era tan perfecta, tan poderosa a pesar de su corta edad, podía ver el mundo de los espíritus, podía traer a una alma perdida de regreso, su poder, con tan solo dos años era exorbitante, pensaba permitir que creciera, que desarrollarla lo mas posible sus habilidades, permití que ella llegara a la edad adulta y percibir en que momento era el adecuado, cuando era mas fuerte para volverla inmortal… pero el tiempo apremio y en el cuarto año de su corta vida fue la última vez que vio un amanecer.
Väike- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 29/03/2015
Re: El otro lado del espejo || Privado
Para poder quedarnos con los actores más indicados había preparado una serie de pequeños guiones con extractos de películas. En el primero debían mostrar la capacidad para soltar un discurso hilarante, rápido y agudo sin descojonarse y perder los papeles, así que sin dudarlo había elegido a Tarantino. El resto oscilaban entre algunas otras de mis películas favoritas.
Aún se formaba en mi rostro una sonrisa cuando lo releía. Joder era una de las escenas más míticas del cine y me seguía despollando. El primero de los actores frunció el ceño. Pues la gracia era que tuviesen que reaccionar a la lectura sin haberlo leído previamente. Parecía demasiado serio, un pijo estirado.
Agradecí su presencia, jodidamente profesional y aguantándome las ganas de tirarme por un puente o fumar un porro allí mismo. Estábamos a punto de acabar y ya quedábamos pocos en el teatro. Me acerqué a la cámara de grabación para cambiar el plano. – Eh, Lip, tio, ayuda tú al que venga ahora, que esta cámara no deja de tocar los cojones y el resto se han largado, luego te invito a una hamburguesa. Pedí sabiendo que si no ofrecía nada a cambio me iba a mandar a la mierda. ¿Quién es el siguiente? Exclamé concentrado en la grabación. Sobre el escenario y al fondo una buena cantidad de vestuario se desperdigaba por el suelo, así como algo de atrezzo, sólo por si los actores se ponían creativos.
Aún se formaba en mi rostro una sonrisa cuando lo releía. Joder era una de las escenas más míticas del cine y me seguía despollando. El primero de los actores frunció el ceño. Pues la gracia era que tuviesen que reaccionar a la lectura sin haberlo leído previamente. Parecía demasiado serio, un pijo estirado.
Agradecí su presencia, jodidamente profesional y aguantándome las ganas de tirarme por un puente o fumar un porro allí mismo. Estábamos a punto de acabar y ya quedábamos pocos en el teatro. Me acerqué a la cámara de grabación para cambiar el plano. – Eh, Lip, tio, ayuda tú al que venga ahora, que esta cámara no deja de tocar los cojones y el resto se han largado, luego te invito a una hamburguesa. Pedí sabiendo que si no ofrecía nada a cambio me iba a mandar a la mierda. ¿Quién es el siguiente? Exclamé concentrado en la grabación. Sobre el escenario y al fondo una buena cantidad de vestuario se desperdigaba por el suelo, así como algo de atrezzo, sólo por si los actores se ponían creativos.
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Re: El otro lado del espejo || Privado
Esta había sido una semana bastante complicada en la Universidad, pues había tenido que presentar los exámenes y aun a pesar de que era un muy buen estudiante y me iba naturalmente bien eso no quitaba que se me había complicado uno de los exámenes, aunque estaba casi seguro que iba a terminar casando buenas calificaciones en cada una de mis asignatura. Era tal el nivel de exigencia que yo había tenido esos días que mientras duraron mis exámenes no fui a mi casa, me quedé en mi fraternidad. Aunque tampoco es como que yo hubiera extrañado mucho ir sobre todo saliendo que en esa casa tenía casi en todo momento que estar fingiendo.
Pero ya los exámenes eran cosa del pasado ahora solo tenía que esperar las notas, pero estaba tan seguro que serian muy buenas que no me preocuparía al respecto, la noche anterior había dormido muy bien lo que hizo que me levantara con las ganas suficientes de salir a los jardines a jugar un poco de baloncesto, por lo que me vestí para la ocasión y salí con mi balón de baloncesto, pero cuando llegue vi a Karol en ese lugar - Te atreves a jugar contra mi - mi voz había sonado un tanto arrogante, no podía evitarlo con ella era así por muchas razones, ademas era algo mutuo ese sentimiento entre los dos.
Pero ya los exámenes eran cosa del pasado ahora solo tenía que esperar las notas, pero estaba tan seguro que serian muy buenas que no me preocuparía al respecto, la noche anterior había dormido muy bien lo que hizo que me levantara con las ganas suficientes de salir a los jardines a jugar un poco de baloncesto, por lo que me vestí para la ocasión y salí con mi balón de baloncesto, pero cuando llegue vi a Karol en ese lugar - Te atreves a jugar contra mi - mi voz había sonado un tanto arrogante, no podía evitarlo con ella era así por muchas razones, ademas era algo mutuo ese sentimiento entre los dos.
Diègue Theodor Döhler- Hechicero/Realeza
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Re: El otro lado del espejo || Privado
Que caprichoso podía llegar a ser el destino y que sentimientos tan inefables le inundaban a uno cuando después de una ausencia de muchos años se vuelve a encontrar a aquella persona del pasado y de su adolescencia. De este modo, no podía evitar inquietarse por las causas del retorno de aquel buen amigo que llegó a apreciar y sentir una conexión intelectual y amical poco común con los demás. Lo había extrañado pero jamás pensó que llegaría a hacerlo a este punto hasta que lo vio. Instintivamente siempre deseó volverlo a ver, pero jamás se atrevió a iniciar el contacto por su súbita ruptura desaparición:¿Qué?-apenas pudo escuchar el susurro y, si había entendido lo que creía, su lógica parecía aplastarle aquella ilusión.
Pero al escuchar lo siguiente que dijo a su perro no pudo evitar soltar una risotada. Sebas no había perdido su humor, especialmente cuando lo dirigía hacia el fiel:- Un día lo vas a marear tanto que enloquecerá de verdad-le dio una última suave acaricia sobre la cabeza del perro para después fijar su vista hacia el cielo. Unas nubes cubrían ahora aquella tarde y se avecinaba con su presencia que el día se iba a volver mortecino:-Creo que va a caer una bastante gorda-no quiso entrar en detalles sobre lo de sus padres. Por respeto a él y para no hacer más incómodo aquel encuentro inesperado. Sin embargo, el momento que vio cómo el se quitaba la camiseta para ponérsela encima a ella, fue, a raíz de este simple gesto, cuando experimentó una rara sensación. Aquella sensación de bienestar que tenía años atrás con el británico: -Gracias-se sonrojó, desviando por unos segundos la mirada hacia el suelo:-Supongo que no-volvió a reír, sintiéndose cada vez más cómoda en su presencia:-Pero veo que tú tampoco. Bueno, espera, ¿estás más alto?- cogió otra vez los zapatos que había tirado el suelo ante su sorpresa por verlo y se los puso de nuevo:-Escucha, conozco un sitio de aquí cerca para tomar algo y, no habría problema.
Pero al escuchar lo siguiente que dijo a su perro no pudo evitar soltar una risotada. Sebas no había perdido su humor, especialmente cuando lo dirigía hacia el fiel:- Un día lo vas a marear tanto que enloquecerá de verdad-le dio una última suave acaricia sobre la cabeza del perro para después fijar su vista hacia el cielo. Unas nubes cubrían ahora aquella tarde y se avecinaba con su presencia que el día se iba a volver mortecino:-Creo que va a caer una bastante gorda-no quiso entrar en detalles sobre lo de sus padres. Por respeto a él y para no hacer más incómodo aquel encuentro inesperado. Sin embargo, el momento que vio cómo el se quitaba la camiseta para ponérsela encima a ella, fue, a raíz de este simple gesto, cuando experimentó una rara sensación. Aquella sensación de bienestar que tenía años atrás con el británico: -Gracias-se sonrojó, desviando por unos segundos la mirada hacia el suelo:-Supongo que no-volvió a reír, sintiéndose cada vez más cómoda en su presencia:-Pero veo que tú tampoco. Bueno, espera, ¿estás más alto?- cogió otra vez los zapatos que había tirado el suelo ante su sorpresa por verlo y se los puso de nuevo:-Escucha, conozco un sitio de aquí cerca para tomar algo y, no habría problema.
May I. Leblanc- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 30/12/2014
Re: El otro lado del espejo || Privado
podía enfrentarse a cualquier hombre, mujer, criatura o dios e iniciar una tercera guerra mundial de ser necesario, no era alemana en balde. Modales fríos, lengua viperina, mirada altiva, sonrisa venenosa. Lo tenía todo para jamás amedrentarse en el mundo civilizado, sabiéndose de la liga ganadora. Pero el brillo que arrancaban las farolas a aquella navaja marcó la frontera, la bienvenida al mundo de las bestias. Uno en el que ella jamás podría sobrevivir. Ni siquiera podía enfocar bien al hombre a pesar de que su expresión era pétrea, controlada, más no sus pupilas dilatadas por el miedo mientras se aferraba hasta dejarse los nudillos blancos a su bolso. ¿Por qué demonios había ignorado a su instinto? Mientras el tacón de sus zapatos resonaba por las calles, se percató de la presencia del desconocido a un par de manzanas de distancia, tras ella. La dejó intranquila, percibiendo como un animal acorralado poco a poco la amenaza... pero claro, ¿quién iba a osar levantar la mano hacia ella? En su mundo, esas cosas no pasaban. Aceleró el paso, solo para que su forzado acompañante también lo hiciese. Lo siguiente fue aquella mano brusca sujetándola el brazo, echándola contra una pared contra la que golpeó su cuerpo y le robó el aire de los pulmones y el grito de pura indignación, más que de miedo, escapó de entre sus labios. Al principio solo pareció molesta, como si un niño hubiese alzado sus manos llenas de chocolate contra su ropa recién estrenada... hasta que vislumbró la hoja de acero apuntándola, el mordisco helado de la herida ya cerniéndose sobre ella. Solo tenía un salvoconducto: darle sus cosas. Por primera vez en su vida, ella ni siquiera supo reaccionar, anodada al darse cuenta de la situación, asumiéndola con temor solo cuando el hombre se atrevió a arrebatarle el bolso de las manos en un breve forcejeo que acabó con un movimiento amenazante de la navaja. Y entonces apareció. Una sombra que al principio en su agilidad que no pudo enfocar, hasta que dio paso a un cuerpo esbelto y masculino que... destrozaba al ladrón. Y su bolso. El ceño de la mujer se frunció. Y su pensamientos se agarró a eso para impulsarla a reaccionar, sacándola del miedo que había paralizado sus músculos hasta ese momento, atraída a la realidad por aquella voz grave que la ordenase que corriese. Lo hizo, demostrando una maestría inigualable con los tacones a pesar de que sus pies a aquellas horas de la noche ya se quejasen. Solo se detuvo cuando aquel moreno lo hizo, a su lado, apoyándose en la pared y recogiendo aire a bocanadas. Levantó la cabeza hacia él, como si lo viese por primera vez.
Sabrina De la Vega- Vampiro Clase Media
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Fecha de inscripción : 11/03/2014
Re: El otro lado del espejo || Privado
Su vida últimamente se basaba en libros y más libros y no solo en los de todas las asignaturas que tenía sino que adoraba tanto la lectura que cada día que visitaba la biblioteca cogía uno diferente, una nueva aventura de llevarla a otro mundo y que era una sensación tan única y maravillosa que Lottie no podía cambiarla por nada del mundo. Llevaba el récord de acabarse los libros más rápido que sus propias comidas y eso la estaba preocupando aunque a decir verdad, era sumamente normal en ella. Aún no entendía cómo podía ser tan diferente a los demás, tan cerrada y metida en su propio mundo que en ocasiones era incapaz de ver lo que la rodeaba o simplemente, no quería verlo y era más feliz en su pequeña burbuja. Había madrugado, como de costumbre, y tras darse su habitual y matutina ducha, prepararse, secarse el pelo hasta que quedara liso, echarse unas pequeñas gotas de perfume y haber cogido sus miles de libros, que casi ocupaban más que ella, salió directa hacia sus clases de esa mañana.
Por el camino se deleitaba con su barrita multicereales y un zumo de naranja, su favorito, la gustaba comer pero solía ser demasiado exquisita con la comida, no entendía el por qué pero la gustaba cuidarse aunque de vez en cuando la comida basura se convertía en su mejor aliada y amiga. La carrera de Medicina estaba agotando psicológicamente con ella pero aún así desde pequeña su sueño había sido formarse y convertirse en una gran doctora para así poder ayudar a personas que lo necesitaban, la verdadera razón de aquello había sido que su madre había muerto a causa de una enfermedad pero aún así Charlotte no perdía la esperanza de ello. Negó con la cabeza, evadiéndose así de sus pensamientos catastróficos y se limitó a ir a su primera clase del día, dos clases más y podría ir a perderse en las estanterías de los libros que tanto adoraba.
Por el camino se deleitaba con su barrita multicereales y un zumo de naranja, su favorito, la gustaba comer pero solía ser demasiado exquisita con la comida, no entendía el por qué pero la gustaba cuidarse aunque de vez en cuando la comida basura se convertía en su mejor aliada y amiga. La carrera de Medicina estaba agotando psicológicamente con ella pero aún así desde pequeña su sueño había sido formarse y convertirse en una gran doctora para así poder ayudar a personas que lo necesitaban, la verdadera razón de aquello había sido que su madre había muerto a causa de una enfermedad pero aún así Charlotte no perdía la esperanza de ello. Negó con la cabeza, evadiéndose así de sus pensamientos catastróficos y se limitó a ir a su primera clase del día, dos clases más y podría ir a perderse en las estanterías de los libros que tanto adoraba.
Haniel- Fantasma
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Fecha de inscripción : 04/04/2015
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