El otro lado del espejo || Privado

por **Kiara Zając** Jue Ago 04, 2016 10:57 pm

Recuerdo del primer mensaje :

California || Universidad Central || Época Actual || 8:00 Am

Melódica nota en cita que se había pactado, augurios de aventuras que llegan a albergar esperanzas de encontrar aquello que ansiaba, al menos por una noche. Sonrisa efímera que sobre los salinos muelles de la ciudad parisina se deja entrever, con aquella azabache melena volando al viento, la fatídica caída de la flor que ahora con delicados pasos se entrevé a la subida, una subida a un viaje sin retorno, un vieja que solo le durará unas horas. El juego ha sido abierto por los participantes, más como era de esperarse, de los contendientes, cada uno guardaba la llave de sus secretos oscuros algo que quedaría sellado al tocar el sol el nuevo día.

Una cinta roja ata las delgadas hebras de la melena oscura en lo alto un lazo atado siendo movido por las pequeñas brisas del verano, una brisa calurosa que deja que cada gota de sudor baje por el centro de aquella espalda, aun aquellas ropas que dejaban poco a la imaginación. El toque de un hada sobre las bellas flores que dejaban su aroma en el césped cortado del instituto.

Un viaje que se ha dado a la brevedad posible, llega a su corazón una latido de excitación, su sonrisa nuevamente vaga por el albores de las brisas, extiende sus alas la pequeña ave durante el trayecto de su mirada que se deleita con las vistas amistosas que se presentan. Es el nuevo año y con ello trae misterios sobre todo cuando uno es nuevo como los brotes primaverales, aunque en este caso la fragancia de aquella girasol de castaña melena despide uno peligrosos y atrayente. Como la campana que suena en el preciso momento

por **Rubí** Jue Nov 03, 2016 9:26 pm

09:22 horas / Soleado, despejado, caluros.

Abrir los ojos y mirar el horrible techo del piso que alquilaba no era la mejor manera de empezar el día, ella resoplo y se tapo con las cobijas una vez mas. Bien, admitía que para lo que pagaba por el deprimente lugar estaba demasiado bien, no tenia muchas cosas que ni falta hacia ya que pasaba muy pocas horas en el lugar. Con una patada hecho las cobijas y se dispuso perezosamente a vagar por un momento en el piso que no tenía mas de 40 metros cuadrados. Del mini frigorífico saco descuidadamente un bote de leche y al dar un sorbo escupió sin modales algunos y limpiándose con la manga de la enorme playera que usaba de camino, miro la caducidad. Sus ojos se volvieron pequeños y en su cara se plasmó la ironía pura y dura –Mierda –Asqueada miro lo que había y evitando mas sorpresas desagradables tomo una bolsa negra y tiro todo lo que había dentro, junto con las envolturas de dulces, comida rápida, un plato desechable con cereal de hace días en la mesa y toda la basura de los botes que se encontró.

Dos horas después, había barrido y recoger el lugar dejando las pocas cosas que tenía más ordenadas. Estaba lista su mochila llena de uniformes de paramédico y la poca ropa casual que usaba los fines de semana listas para llevar a la lavandería, se encontraba junto a las dos bolsas negras bien cerradas que debía bajar. Bañada y vestida con un short, una blusa sin mangas y con el cabello suelto tomo la mochila y las bolsas abriendo la puerta –Que comience el sufrimiento –suspiro saliendo de su piso.

Dejo la basura en el contendedor y mientras se dirigía a la lavandería pensó que aquel día se merecía algo digno de comer, variar a su acostumbrada dieta de comida rápida o congelada. Tal vez iría a ese restaurante de comida italiana, podría llamar a Sin, o a alguno de sus hermanos solteros o simplemente conocer a alguien nuevo. La tarde prometía para mucho.

por **Honey** Jue Nov 03, 2016 9:33 pm

20:47 horas / Nublado, frio.

Honey se caracterizaba por ser una chica un tanto vaga y despreocupada, esa era la perspectiva de todo aquel que la veía, en gran parte así era pero las apariencias engañan notablemente. Pese a que los humanos, esos simples mortales eran la causa de muchos de su males, la causa de muchas de sus tristezas y perdidas ella no se desanimaba, amaba su trabajo y la mantenía lo suficientemente ocupada que era lo que mas le gustaba. Salvar vidas era una de las mayores satisfacciones de su vida, y de vez en cuando no solo se topaba con humanos, era aun mas satisfactorio ayudar a inmortales.

Su compañero, por suerte, era un licántropo y se llevaba de maravilla con él, habían salido un par de veces pero no había suficiente química ni interés. Aunque perdió un excelente amante gano un amigo inigualable –Flaca Agria –la llamo con aquel característico mote cariñoso mientras ella estaba sentada en la parte trasera con una de las puertas abiertas comiendo una paleta helada de cereza cubierta de chocolate –¿Mmm? –pregunto sin sacarse la paleta de la boca terminando de trenzarse el cabello rubio y recogerlo en una diadema mirando al enorme hombre acercarse a ella –Tus favoritos –bufo él mientras ella se sacó la paleta y rolo los ojos sonriendo –Y yo que pensé que tendríamos una noche aburrida –brinco de vehículo y cerró la puerta rodeando y abriendo la puerta del copiloto –Que comience la acción –sonrío aun divertida ella terminando de devorar su paleta helada.

por **Rónán Rothesay** Jue Nov 03, 2016 9:43 pm

El manto oscuro de la noche sobre la bella ciudad de Chartes, las calles medias vacías aún son recorridas por aventureros que no temen arriesgar sus vidas en manos de peligros, unos peligros que solo son descritos en los santos anales de la Santa Madre Iglesia. El horror con el que son descritos no se comparan con la maldad que reside en cada uno de esos demonios; su hora llega, ya van sonando las campanas y uno a uno se muestran por las calles y ahí un hombre que viste una sotana tan oscura como su alma, el rosario envuelto en su mano acercándose directamente a aquella cafetería justo para dejar el objeto bendito y alejarse lo más rápido de ahí con el tic tac del reloj sonando.

Y entonces…BOOM

Gran explosión que envuelve en llamas todo el lugar donde varios cuerpos salen envueltos en llamas, el efecto de aquel artefacto era el destruir el objetivo, una familia de lobos cuya propiedad era aquel café, uno a uno salían los miembros quemados pero aun no morían del todo así como el sonido de los gritos atroces y los de ayuda que buscaban socorrer a los heridos. Debajo de la sotana el arma se muestra dando disparos justos a aquellos que estaban marcados por la cacería, lástima que uno se le salva, uno que apenas termina con pequeñas heridas en el brazo y una que otra quemadura

—Maldición, espero que al menos esto atraiga al otro—

Masculla molesto escondiéndose entre los callejones de la ciudad esperando a la llegada de su otro trabajo; trabajos como esos le llovían de tres a cuatro objetivos.

por **Konstantín D. Lyovin** Dom Nov 06, 2016 5:04 pm

Había preparado todo para que al día siguiente, no tuviese que ir desnudo por las calles de París hacia la posada. Tenía en la bolsa algo de comida, ropa de repuesto, zapatos, una manta y una toalla para limpiarse. No era algo que le gustase preparar, pero era el ritual que había empezado a llevar a cabo desde que se había convertido y era consciente de ello.

Caminó hacia el bosque con paso lento, arrastrando los pies, notando cómo su sangre hervía de emoción, una emoción que no compartía en absoluto. Se odiaba, era totalmente desprecio hacia su ser lo que sentía. Nada podría hacerlo cambiar de opinión. El simple hecho de pisar el barro que se había formado en su camino hacia el lugar que creía seguro, el arrastrar su bolsa con sus enseres… todo correspondía al ritual que odiaba… estaba resignado de todos modos, se quejaba mentalmente, eso sí, pero estaba resignado.

Al llegar al lugar que había decidido como su coto de caza, buscó un árbol donde dejar la bolsa y, tras desnudarse, lo subió todo a una rama alta de un árbol, sentándose a esperar al conversión, abrazándose a sí mismo muerto de frío. No podía evitar pensar en la vida que había dejado atrás, estaba aterrorizado en aquella ciudad en la que no conocía a nadie, pero era menos miedo el que sentía respecto al de temer el asesinar a alguien querido… No, no podía permitir matar a sus seres queridos, sería demasiado duro.

Primero llegó un olor conocido a su nariz y miró a su alrededor, asqueándose, pues no reconocía olores en aquella ciudad. Sería alguna persona que se había cruzado anteriormente? lo dudaba. Sus dudas se disiparon, lo conocían, y lo buscaban. Había escuchado la llamada. Se quedó lívido y comenzó a correr en sentido opuesto, en busca de un escondite. No, no podían encontrarlo allí! No ese día!

por **Elizabeth of York** Sáb Nov 12, 2016 8:39 pm

Todo había pasado muy rápido, más de lo que me podía imaginar incluso al estar ahí de pie con ella observando como todos iban y venían, como incluso los puños eran parte del espectáculo, apreté la mano de ella con fuerza mientras atónita observaba todo, era cierto que no era parte de mi el aceptar ello pero ver como empieza una riña es emocionante, más para un ángel guardián como yo –Esto no es normal, esa persona no lo es– aquella señorita olía diferente era un espectro de ángel de esos usados por dioses antiguos. Mis ojos corrieron por todo el lugar buscando a su dueña y sin darme cuenta había soltado la mano de ella, había dejado a mi protegida momento que aprovechó aquella mujer para acercarse a mi espalda susurrando una sola palabra “no lo vas a encontrar aquí” luego de eso su sonrisa y su toque me congelo mientras iba entre algunos informándoles algo, sentía curiosidad de ello pero si no era llamada no debía interferir, o al menos eso pensé hasta que fue con mi amiga a susurrarle que también debía acudir al auditorio general, eso implicaba que también iría y la mujer lo sabía porque me miró y esbozó una sonrisa que me heló por completo toda la piel se me puso de gallina y la cabeza comenzaba a darme vueltas, ella no daba una buena imagen y menos inspiraba confianza, pero ¿quién era su dueño? Estaba demasiado curiosa por conocer a esas leyendas

por **Pierre A. Dittmar** Mar Nov 15, 2016 11:20 pm

No podía dormir en esa noche, algo no me lo permitía. Tantos pensamientos venían a mi mente que me era difícil entrar al extraño mundo de los sueños, el cual a decir verdad, yo temía. Cada vez que cerraba los ojos una historia de pesadilla se filtraba; desde que tengo uso de razón no recuerdo un solo sueño alegre ¿por qué sería? A veces me cuestionaba al respecto, pero jamás encontraba una respuesta. Abajo en la taberna -pues yo aun me hospedaba en el segundo piso del lugar- no había música, ni sonoras carcajadas... nada. Seguro que Balthasar cerraría antes de lo esperado. Mientras permanecía tumbado sobre mí incomoda cama, tome la decisión de salir a tomar aire fresco. Tome los ropajes que se hallaban sobre una vieja silla de madera roída.

Me dirigí a las escaleras del lugar, bajando cada peldaño con sumo cuidado. Al ver al dueño del sitio le sonreí, informándole, por mera cordialidad, que saldría a dar una vuelta; Yo jamás salía sin un poco de armamento, aunque ese día solo llevaba conmigo un pequeño cuchillo.
Salí por la puerta del lugar caminando por entre la niebla que se posaba sobre las calles. Camine y camine, a veces en compañía de efímeros pensamientos que poco significaban. No tenía muchos días en el deslumbrante ciudad y sin embargo comenzaba a sentirme un poco frustrado al no encontrar el motivo por el cual era mi traslado. Aquel demonio seguía suelto y no dudaba que estaba haciendo destrozos por doquier.

por **Isak & Tara Mirković** Dom Nov 20, 2016 10:29 pm

Que importa siempre lo que los demás digan, al final todo se reduce a simples chismes de pasillos pero aun así existe gente que siempre da de que hablar, como aquel par de hermanos que hacen de todo para que la gente rumoree sobre ellos y su relación incestuosa, aunque de ello no exista nada sino todo lo contrario. Si, aquellos gemelos se tratan de las patadas pero es su demostración de cariño a como están criados. Ella es profesora de defensa y él es profesor de práctica, ambos deportes que se unen en algunas ocasiones. Ahora ambos están paradas en la entrada del auditorio esperando como un par de estatuas a los estudiantes por orden de su jefe y autoridad máxima, si, ellos tampoco son normales y pertenecen al mismo grupo que aquella que como asistente desempeña sus labores, solo que su grupo es otro, uno más oscuro y siniestro de aquellos que rondan en lo prohibido, al menos por parte de ella, y de él se supone que debe ser un defensor de lo bueno, pero su percepción es otra.

—Te dijo para que teníamos que estar aquí— le mira a la mujer mientras come maní que ha tenido en su bolsillo —Tú crees que los logre traer— termina mirando hacia el interior del auditorio todo vacío y frío –No, solo me dijo que esperemos a ella– alisa sus cabellos negros mirando hacia la puerta esperando mientras recarga su cuerpo contra el pilar de la entrada al auditorio general. –Al final siempre vienen, así que es ahí donde haremos lo nuestro, hermanito– de la nada el ambiente cambia, las luces se encienden así como el sonido, la ventilación y las sillas se acomodan para recibir al tan esperado público, especial.

La mirada entre ambos, justo cuando van apareciendo uno a uno a los llamados a la reunión.

por **Renato O. D´Souza** Sáb Nov 26, 2016 7:40 pm

Todo estaba dándose según lo planeado y ello era algo que motivaba a puntos exorbitantes a aquel ser que tras las grandes y oscuras cortinas se ocultaba con una sonrisa llena de autosuficiencia y complacencia de que sus órdenes eran ejecutadas a la brevedad posible.

En su mente podía ver casi todo y a todos los que bajo su poder y domino se encontraban y porque no arriesgarse a decir que todo el campus estudiantil podía ser controlado de aquella manera. Desde aquella ventana observo como uno de sus mejores peones ejecutaba su orden llevando a cada uno de esos engendros infelices al punto de encuentro solo para ser llamados como “elegidos” ¿para qué? Pues para iniciar una guerra interna entre razas nuevamente, si él quería despertar a los suyos y para ello necesitaría de los otros que están por fuera

—Llamala, ella es la única que sabe dónde encontrarlos a todos, dile que venga que YO la estoy convocando para esa tarea— espetó y desde las sombras algo se movió

Las puertas se abrieron justo cuando otros de su séquito de subordinados aparecía, llevaba un parche y fumaba mientras se acercaba al hombre que ahora desaparecía tras una puerta cuya llave es tan extraña como única

—Cuando llegue cierra la puerta y te quedas con los hermanos cuidando que nadie salga y nadie pueda oír lo que ahí ocurra, si me fallan ya saben lo que ocurrirá— ordena y desaparece por completo ahora.

por **May I. Leblanc** Sáb Nov 26, 2016 7:51 pm

Que era lo que estaba pidiendo en aquel bar a aquella horas de la mañana, no era lo que precisamente cualquier remilgada y religiosa mujer pediría, pero ella si lo hacía y más con esos hábitos de monja que traía puesto aunque lo que era diferente era el arma con el que apuntaba la cabeza de aquel demonio ¿Qué era ella? La pregunta cuya respuesta nadie creería, un ángel caído y desterrado del cielo, eso era lo que aquella mujer representaba.

En medio de su trabajo de “recolección” un individuo la interrumpe susurrándole un solo nombre al oído, y aunque todos estaban estupefactos creyendo que aquel infeliz moriría lo que ocurrió fue inesperado. Soltó al pobre hombre mirando con desagrado al otro al que le disparó en la cabeza dejándolo tendido en el suelo.

▬A la próxima dile que tenga la decencia de aparecer el mismo, sobre todo si va por ese tipo de encargo▬

Al salir por la puerta del bar el hombre herido se pone de pie como si no hubiese ocurrido nada, y es que aquel no era un hombre sino uno de los perros de aquel dios caído que ahora quería revivir las viejas tradiciones y la nueva guerra.

▬Es mejor que me pague en efectivo y una buena cantidad, llamar a todos ellos no es fácil y tienen un muy pésimo humor luego de lo que les ocurrió y a los demás, así que no confiaran en mi a la primera pero puede que lo hagan si llevo algo de él ▬

Y ahí estaba una bolsa con unas monedas que sonaban y que solo eran servibles para aquellos externos citados.

por Invitado Lun Nov 28, 2016 9:13 pm

Mira nada más, que me ha salido bien brava aquella mujercita que se ha presentado en su estudio fotográfico y agencia de modelos. Pero claro, todos son iguales creyéndose los dioses del mundo, si supieran que están ante una de esos que terminaron por ser exiliados y encerrados tras cadenas y grilletas, cuanto extraño a mis bebes “poderes”, como quisiera que ese maldito sello estuviera extinto para así hacer sucumbir a todos, pero para ello falta, falta millones de años. Así que aquí esta una que se tira de a putas y hay van la muy hija de perra adentrándose a mi negocio como si fuera de ella. ¡Patética Mortal! Y por supuesto que esta es igual que esos, no importa la clase social todos terminan igual. – Di a que vienes porque a tomarte fotos no es precisamente lo que quieres y menos a hacerte modelo con la cara de estropajo que llevas, muy bien, bastarda– Una de las modelos me mira y el fotógrafo deja de trabajar – Continua con tu trabajo, no le presten atención a esta que no sirve para na…– la palabra terminó ahí cuando un susurro llegó con un nombre y el sonido de una moneda que se lanza al aire y cae justo en mis manos. Si era él, no había duda. Ahora todo tenía sentido

Sonreí invitando a la mujer a mi oficina privada, ahí podriamos hablar mucho mejor y dare su paga por el recado.

por **Rónán Rothesay** Sáb Dic 03, 2016 7:52 pm

Camina una callecita larga y angosta, sin veredas ni farolas, entre dos altas edificaciones de aspecto lúgubre, la oscuridad es tal que muchos detalles escapan incluso de su vista superdotada. No hay brisa que limpie el aire o sacuda la pesada gabardina de cuero que cubre su cuerpo hasta las rodillas, ni charcos que mojen sus botas. Sus pasos son amplios y silenciosos, aunque se considere solo, siempre lo son.

Una de estas edificaciones es un local donde se comercializan pieles, encontrar un galpón de curtiembre no debería ser un problema, ha de negociar los términos de pago de un venidero embarque de materia prima, uno que su costo, dadas las revueltas políticas y tanta amenaza de guerra y piratería, se ha visto drásticamente aumentado ¿Quién sino este vampiro podría llegar a buenos términos en este, que promete derivar en más que muchos problemas? Y debe ser gentil, amable y servicial, debe hacer gala de esa educación impecable que enarbola con orgullo. Debe estar en completo control de si mismo ¿¡Cómo demonios con esta peste!?

Se sorprende a si mismo suspirando, estático, de pie a medio camino, oscuridad adelante, oscuridad detrás, al hacerse a la idea y resignarse a convivir con el olor, son muchos años sobre los hombros como para dejarse derrotar por un enemigo sin cuerpo.

por **Gastón T. Larrousse** Sáb Dic 03, 2016 8:42 pm

La llamada de su amigo solo lo ponía de mal genio pues haberlo levantado a esas horas de la madrugada no tenía perdón de dios alguno y para ello se lo haría saber a su único amigo que le quedaba luego de la gran batalla divina. Pequeños recuerdos de aquello le venía a la mente al entrar por aquella puerta de la universidad. Si había sido en ese mismo lugar donde los sellaron, ahí estaba la gran montaña donde sus cuerpos fueron arrojados y sus poderes sellados en aquella ánfora hasta que pasen los milenios y ni aun así porque siempre aumentaban mas y más miles de años, todo con el fin de que se pudran en al espera.

Con odio ingresó al lugar fastidiado de volver ahí, las cosas habían cambiado y entre lo que miraba encontró a la sierva, esclava o empleada de su amigo aquel ser que a todos ponía de puntas hasta querer golpearla “pobres capullos e imbéciles niñatos” exclama como un susurro acercándose a uno de los jóvenes a los que toma del hombro para detener su avance contra aquella bella criatura, si porque eran los sirvientes de ellos –Hey amigo, es una mujer deberías tener más cuidado de como hablas o te expresas delante de ella, no querrás terminar con los sesos volando por todo el lugar y quedar luego como un estampa en el suelo viéndote muy mal frente a otras mujeres– antes que el chico diera un golpe o algo simplemente desapareció para estar un poco más lejos del mocoso sonriéndole mientras se adentraba para ir a la oficina de su amigo

por **Kiara Zając** Dom Dic 04, 2016 9:50 pm

Genial. Maravilloso. Mi aparatosa, vergonzosa y no menos cómica caída había tenido un testigo. Un chiquillo que estaba fumando en la calle y que, conteniendo la risa, se levantó para ayudarme. ¡No te contengas, buen hombre! Si yo hubiera presenciado una caída como la mía de buen grado hubiera soltado una sonora carcajada. Pero, en aquel momento, maldita era la gracia que me hacía la situación.

Y el muchacho se dio cuenta de que yo no era un hombre. Tampoco esperaba otra cosa. A lo lejos, y en las sombras de la noche parisina, podía pasar por un muchacho espigado, pero en las distancias cortas, las caderas anchas y el busto no engañaban a nadie, y eso que me apretaba vendas anchas en torno al pecho para que no se notase el pecho en exceso.

Sin más, le cogí la mano. Si él quería mancharse de barro, no le iba a quitar el gusto, aunque podía haberme levantado sola. Mi orgullo no me permitió protestar, pero lo cierto es que me había hecho bastante daño en la caída. Cuando pude observarle mejor me llamaron la atención los ojos. No había visto unos ojos tan azules, y tan grandes y profundos. Eran preciosos.

Parpadeé para centrarme.

–Eh… Sí… Gracias.

Me sacudí el barro de los pantalones lo mejor que pude que… era poco. Estaban arruinados, llenos de barro. Ya podía imaginar las risas a mi consta del resto del grupo de tertulia y, peor aún, el enfado de mi primo por haber estropeado los pantalones. No. No. No. Mi primo no era lo peor. ¡Mis tías! Ellas sí que se iban a poner echas una furia. Por dos cosas, por manchar los pantalones y por salir de noche.

Porque mi primo no iba a comerse la regañina por mí, eso sin dudas. pero ya me preocuparía por mis tías mañana.

Empecé a recoger los papeles intentado que no se notase la ansiedad porque él no descubriera los papeles equivocados y leyese el manifiesto, si es que sabía leer, porque se le veía un muchacho humilde. Pero aún así, mi espalda se tensó como si me hubiera comido una escoba cuando le vi recoger los documentos, pero no hizo amago de mirarlos siquiera y suspiré de alivio cuando los colocó en mis manos.

– Gracias.

por **Bruno L. Đømęćq** Jue Dic 08, 2016 9:25 pm

La situación se había terminado de una manera completamente distinta a lo que yo hubiese podido imaginar. Desde el instante en que me había convertido en lo que era ahora, me jure a mí mismo que no permitiría que ella formase parte de este nuevo mundo al cual me introduciría. Desde hacía siete años me vi envuelto entre toda esta guerra entre eterna entre el bien y el mal desde distintas mesas y distintas posiciones, constantemente tuve que luchar por mi supervivencia, enfrentarme a todas las adversidades yo solo. Lidiaba cada día con mi constante sed de sangre, los vampiros novatos solemos ser los más hambrientos, y lastimosamente mis manos no se encuentran limpias, durante ese tiempo cometí actos de los cuales jamás podre perdonarme, ese no es un mundo con el que un humano común deba lidiar. Pero ahora ella era quien me estaba pidiendo, ¡no!, me rogaba el formar parte de este. ¿Qué podía hacer?.
No sabía que decir, quería protegerla, pero el tenerla nuevamente a mi lado era una idea que simplemente me llenaba de felicidad. Ella fue a quien vi crecer, a quien ayude a criar. ¿Cómo poder elegir entre abandonarla y que la soledad la consuma, o sumergirla en un mundo que seguramente podría destruirla? ¿Que debía hacer?. Apreté aún más fuerte mis manos hasta que estas comenzaron a sangrar. Me separe y mire fijamente. Rápidamente me acerque y la rodee con mis brazos dándole un fuerte abrazo

por Invitado Vie Dic 09, 2016 2:24 pm

Nada cambiará el hecho de lo que somos. ¿Acaso no entiendes que mientras tú te ves sumerjo en un mundo de monstruos de pesadillas y dolor ... - dejó que sus ojos se posaran en el semblante de aquel bastardo que era el docente de aquel lugar - No es tan diferente del mío? - suspiró, tratando de tomar control sobre sus emociones con poco éxito - La única discrepancia es que tú has tenido que pasar por dolores físicos por lo demás estamos a la par. En la realidad como en mis sueños me encuentro ante la pesadilla de haber perdido a toda mi familia. Afronto aquel monstruo del día y el dolor sigue allí, acompañándome a todo lado que voy - se paró – Y hoy, al verte, fue la primera vez que ese dolor crecio y el deseo de arrancarte la cabeza y el corazón surgió rápidamente - se quedó allí parada, sin acercarse, si lo hacía otra vez, la rechazaría - Tal vez este equivocada y no sea igual por lo que tú y yo estemos pasando pero eso no quita que ambos estamos sufriendo ahora mismo y que, aunque no quieras verlo o admitirlo existe otra solución aparte de matarte - esa palabra la obligó a soltar una sonrisa, justo en ese momento ingresó una mujer extraña que solo los miraba en silencio y para colmo aplaudia como un eco algo que a mi nuca alarmó martillandola completamente

por **Keane & Evan Caruso** Miér Dic 21, 2016 9:30 pm

Simplemente la mujer entre saltos iba acercándose a todos enmudecido quedé por su velocidad una clara muestra que ella no era normal ni para todos los que estábamos ahí, mi nuca picada demasiado con mi pecho que dolía de solo ver a aquel ser o espectro o lo que sea, su sonrisa te helaba la sangre sin que entendieras la razón y cuando se iba era como si salieras de un trance con mareos y esa sensación amarga. Pude ver como la mayoría respondía de manera hostil y eso no era bueno para mí que era representante de esa hostilidad, tragué en seco renegando fuertemente y antes que la mujer se acercara la pare en seco a una distancia prudente para los dos, si ella se acercaba más terminaría incinerada –Sea lo que sé que desees dilo desde ahí- la mujer se detuvo pero no deja de sonreír hasta que sus labios se abrieron. Un choque sentía en mi corazón como si lo tomara con sus manos y lo estrujara con suma fuerza, no podía controlar más y las llamas del infierno se estaban haciendo visibles hasta que sentí una mano tranquilizadora de aquella joven que estaba siempre rondando el instituto. Aquella joven monstuosa se inclinó ante nosotros y su voz resonó molestosa para mis oídos, simplemente no podía soportar más –Para ¿Por qué demonios lo haces?, esto no es normal nada de esto lo es y aun así quieres que nosotros hagamos todo – abri los ojos y tenían un colr oscuro y profundo..

por Invitado Lun Dic 26, 2016 2:40 pm

Los dientes que se trituraban y la mandíbula que se tensaba constantemente así como aquellas venas que no paraban de latir en la sien de aquel que solo seguía con la mirada hasta que sus compañeros y otros desconocidos que sentían esa repulsión trataron de detener la contienda. Los puños le picaban y pedían a gritos clavarse de lleno en aquella cara nauseabunda de la mujer que sabía muy lo que era la provocación.

Al todo iba tranquilo hasta que aquel nuevo desconocido apareció frente a todos con su actitud de chulito moviéndose de lado a lado como si fuera su casa alertando y llamando a todos a la guerra, gruñido evocó en el momento que se otro tipo le hablo y eso fue lo que se necesitó para hacer estallar la mecha de la pólvora, todos se habían levando con aquella sensación de peligro ante la bestia y el nuevo integrante que reía de forma maligna mientras se alejaba, todos quedaron en silencio cuando se dirigió a sus amistades –No sé qué está pasando pero esto no pinta para nada bien– sigue con la mirada a ambos integrantes hasta que el último se pierde en el edificio de la administración central al igual que la otra.

Solos, todo ahí de pie se miran dudando si asistir o no a ese salón pero no tienen otra alternativa si al menos quieren descubrir porque tanto se alteró el ambiente con la llegada del nuevo. Se adentran por los pasillos hasta aquel auditorio y para su sorpresa dos antiguos seres, de lo que tuvo el mal grado de conocer están como estatus saludando a todos dando la correcta bienvenida (lo que correspondía a quitarles todos los accesorios, mochilas, teléfonos, etc., que llevaban consigo) empujándolos a que tomaran asiento. Las demás puertas estaban cerradas pero había cadenas mágicas y otras que tan físicas que sería imposible abrirlas, la única puerta de entrada y salida sería aquella donde estaban esos eres del infierno –Tengo un mal presentimiento y creo saber quién está detrás de todo eso– musita mirando a todos lados antes de sentir la mirada de los únicos que le han escuchado

por **Renato O. D´Souza** Lun Dic 26, 2016 9:39 pm

Ya todo estaba en su lugar, podía oir las quejas y desaliento de cada uno de sus “borreguitos” que solo lo complacían hasta perderse en los recuerdos del tiempo pasado. Ese recuerdo que aún está tan vivo como para ser llevado a cabo. Un suspiro fuerte soltó cuando de la nada la puerta de su oficina se abrió y tras ello una silueta tan antigua como la de él se mostró con una sonrisa triunfante.

Ambos seres se miraron en silencio por unos minutos que bastaron para que el invitado ingresara por completo a la habitación sentándose frente a su colega con esa sonrisa siniestra. Silencio era todo lo que compartían hasta que no hubo más que un estallido en risas y un abrazo fraternal entre ambos

—Joder cuanto tiempo amigo, mi hermano. Vaya ha sido ¿cuánto? Años, milenios o siglos. Ya olvide todo incluso el día que nos conocimos por los dioses no has envejecido nada hombre sigues igual, me pregunto si tendrás las mimas mañas de aquel entonces— espetó tomando asiento

—JAJAJAJA por supuesto, un dios caído es un dios caído y por ello jamás olvidamos lo que somos y quienes éramos ¿o será que tu ya lo hiciste? Abel, eso nos enojaría mucho a todos los que terminamos siguiendote— se cruzó de brazos en el momento que su amigo rompió en una carcajada

—Si fuera así no los hubiera mandado a llamar, ¿sabes dónde estamos?— giró en su asiento mirando por la ventana aquella montaña que se divisaba y era parte de los predios de la universidad —Nos han olvidado con los años y es hora de hacerles recordar su posición y quienes éramos, es hora de que la guerra estalle nuevamente—

Un aplauso y la puerta que se abre mostrando ante ellos la figura femenina de la criatura que ha obedecido a su amo en silencio, se acerca al hombre que la llama y acaricia la cabeza como si de un fiel perro se tratase, y lo era, era su criatura después de todo. Se levantó alejando se de ahí invitando a su amigo a seguirlo nuevamente por una pared que conducía directo al salón pero de la parte de atrás donde nadie los vería.

por **Mátyás/Thoumas Hendrick** Lun Ene 02, 2017 10:46 pm

El hombre que llegó tenía una actitud extraña demasiada para mi gusto pero tenía la sensación que ya lo había visto antes pero mi cabeza alcoholizada no recordaba bien del todo. De mala gana tuvimos que asistir a ese lugar, solo con llegar me tumbe en el asiento a descansar una siesta comenzando la mañana no vendría mal a nadie. Tanto ruido no deja que pueda perderme en los brazos de Morfeo, los murmuras y las maldiciones llenan el lugar pero en mi cabeza nuevamente ronda aquel hombre que llegó y los dos sujetos de mala pintas que estabas de pie en la entrada, no había de otra usaría mi condición para saber. Era un ángel como tan podía hacer algunas cosas y una de ellas es remontarme en recuerdos míos y de mis protegidos pero no fue mucho hasta que una voz conocida me despertó con un comentario fuera de lo común —Si es así di su nombre al menos—abrí los ojos y como un rayo de recuerdo llegó a mi memoria las figuras de los titanes caídos, aquellos dioses caídos y arrojados del cielo por sus actos anti humanos. No eran humanos, no eran dioses, ni demonios y menos alguna otra raza solo eran unas escorias y con ellos se habían llevado a sus mascotas esos seres deformes de seudos ángeles —los caídos— murmure levantándome de mi asiento. Caí en cuenta muy tarde la razón de que solo nosotros , un numero de representantes de cada raza y en el numero exacto estemos en aquel lugar, ahí vino a mi la cara de esas pintas —Oh, si esto se puso muy bueno parece que los cielos y el averno pelearé por todo, la batalla ha despertado nuevamente— murmure comenzando a tensar de solo pensar en que mis sospechas fueran reales-

por **Gastón T. Larrousse** Mar Ene 03, 2017 8:03 pm

Luego del encuentro solo había risas entre ambos que tras el enorme telón aguardaban a los cinco integrantes del grupo de amigos y más que nada de hermanos ¿cuántas peleas habían tenido antes todos ellos? Tantas que su memoria ya olvidaba algunas de ellas. En silencio se hablaban con la mirada tan digno de ese tipo de seres que no dicen palabra alguna más el momento estaba cerca y con ello tenían que hacer la presentación –Y que le dirás a estos niñatos que “señores habrá una guerra y ustedes eran los peones de nosotros contra el equipo divino de mierdas”, vamos tu crees que se lo van a creer siquiera tenemos el arma o nuestros completas habilidades ¿Cómo vamos a dar la cara a esos pendejos?– la cara de su amigo fue de una manera que no dejó duda que tenía un plan bajo la manga. El era el líder del escuadrón no había duda alguna aun con su cuerpo pequeño el era el más poderoso de los siete –Odio tu completa seguridad maldito, por cierto ellas vendrán verdad– pregunta cuando su amigo le da una palmada en el hombro de calma.
Entre todos no se llevaban bien y por eso había algunas rencillas, viejas y letales, entre cada uno de ellos menos con la cabeza de la serpiente –mataría por unos cigarros, pídele a tu mascota que traigo unos buenos paquetes y unas cervezas frias– más tardo en decir la frase que en la mujer aparecer con el pedido, era tan eficiente como recordaba las mascotas de los cielos –Y ahora qué ¿esperar? Sabes que no soy bueno en ello y aún me lo pides?– de la nada un empujón y estaba ahí delante de esos mocosos mirándoles enfurecidos, otros con recelo y unas con lujuria solo sonrió y abrió una lata de cerveza enfrente de ellos, el tenía que hacer de calma mientras los demás llegaban y se calentaba la situación lentamente.

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El otro lado del espejo || Privado

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