AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
La Tempestad. (+18)
2 participantes
Página 11 de 11.
Página 11 de 11. • 1, 2, 3 ... 9, 10, 11
La Tempestad. (+18)
Recuerdo del primer mensaje :
Este tema va a continuación de La Clameur du Silence.
AMBIENTACIÓN AQUÍ
"Full fathom five thy father lies;
Of his bones are coral made;
Those are pearls that were his eyes:
Nothing of him that doth fade
But doth suffer a sea-change
Into something rich and strange.
Sea-nymphs hourly ring his knell
Hark! Now I hear them – Ding-dong, bell."
— William Shakespeare, The Tempest, Act I, Sc. II
2 de enero de mil ochocientos y algo.
Sus manos se cerraban sobre el asa de la maleta de cuero con correas que sujetaba delante de sus rodillas. El muelle estaba silencioso y cubierto de niebla, su silueta se recortaba apenas a unos metros de la pasarela que unía el Northwind a tierra, tal era el nombre del navío que los llevaría hasta las costas del norte. Su vestido era de un color negro riguroso como si del luto más profundo se tratase, cubierto con un grueso abrigo gris. Las botas de cordones le llegaban hasta las rodillas y las medias de lana negra completaban el atuendo; el único toque de color que destacaba bajo su palidez era el rubio de sus cabellos y sus ojos verdes tocados de marrón alrededor de las pupilas.
Lo había dejado todo arreglado, su familia sabía que se marchaba, si bien creían que iba a estudiar un mes a Londres. Descubrirían más adelante su verdadero destino, cuando ya no hubiera vuelta atrás.
No sabía cómo reaccionaría al verlo, no la esperaba allí, no había sabido nada más de él desde aquella noche semanas atrás. Cada vez que miraba por la ventana hacia el cementerio de Pére-Lechaise esperaba ver su pelaje blanco entre las tumbas, pero no había sucedido.
Las heridas y cortes habían sanado, los huesos se habían recompuesto y sus recuerdos dolían en algún lugar del corazón, pero estaba escrito lo que debía ser, y ella no sería quien desafiase al orden cósmico.
La semana anterior, cuando regresaba de la biblioteca, ensimismada, pensando en algo que había leido, chocó contra un hombre y se desparramaron sus libros y papeles por el suelo. Muy amablemente, el desconocido la ayudó a recogerlos y pudo ver su rostro a la perfección; mandíbula cuadrada, ojos azul hielo, pelo ralo rubio como el trigo y barba poblada. El extraño siguió su camino y Lana se quedó plantada en la calle teniendo una visión. En su mente se sucedió una serie de escenas bastante claras.
El extraño rubio se acercaba a una mujer hermosa a la que llamaba Thyra, y le entregaba malas noticias. El rey acababa de usurpar sus tierras y había mandado a un pequeño contingente de hombres para someter a los aldeanos y trabajadores de dicha propiedad. El rey pensaba que en ausencia de la señora del lugar, podía apropiarse de lo que le diera la gana.
La siguiente escena tras un breve fundido a negro, era Thyra ordenando a Ulf que se fuera al norte y que lo arreglase, dandole un montón de legajos y haciendo que le acompañara un burócrata que defendiese sus derechos por la via legal, pero si el rey no atendía a razones, tenía instrucciones de emplear la fuerza.
Tras otro fundido a negro se le reveló el nombre del barco, el Northwind, y la fecha escrita en unos pasajes.
Por último, la bruja vio el norte, vio la contienda, la sangre y el fuego. Vio al rey reir satisfecho después que una oráculo predijese la muerte de los rebeldes. Todos ellos caerían.
Sus rodillas fallaron y se desplomó sobre el suelo de la acera de la biblioteca. No podía dejarlo a su suerte, tenía que preguntarle al Barón Samedi si era la hora de Ulf, porque si no lo era, tendría que intervenir. Se apresuró a llegar a casa para beber Sazerac, entrar en una especie de trance y conjurar al más poderoso de los Loas, pero éste parecía no responder, la bruja todavía no estaba preparada para llamar a la puerta de una deidad así. Pero Legba sí acudió, siempre tan misterioso con sus acertijos.
— Giuliana, las respuestas que buscas no las vas a encontrar.
— ¿por qué?.— La bruja inquirió al más sabio de sus dioses.
— Porque erraste en las preguntas.
— ¿Y cómo sabré qué preguntas son las adecuadas?
— Porque obtendrás respuestas.
— Eso no me ayuda.— Legba rió con aquella boca cosida tan desagradable.
— No estoy aquí para cumplir tus deseos, niña.
— Dime al menos si el Barón reclamará su alma, si no estoy cometiendo el peor de los errores negándole ese deseo al señor de la Muerte.
— Si el Barón desea su alma... no habrá nada que puedas hacer para impedirlo.— Legba se encendió un puro apresándolo entre los resquicios que dejaban sus labios cosidos.
Eso ya era una respuesta, más o menos. Agradeció a Legba su enrevesada ayuda y lo preparó todo para subir a ese barco. Compró el pasaje, llenó la maleta con lo que podía necesitar para ayudar con los hechizos que sabía y llegado el día, cuando aún no despuntaba el alba, se perdió entre las nieblas parisinas para llegar al puerto y esperar a que apareciesen los norteños.
Este tema va a continuación de La Clameur du Silence.
AMBIENTACIÓN AQUÍ
"Full fathom five thy father lies;
Of his bones are coral made;
Those are pearls that were his eyes:
Nothing of him that doth fade
But doth suffer a sea-change
Into something rich and strange.
Sea-nymphs hourly ring his knell
Hark! Now I hear them – Ding-dong, bell."
— William Shakespeare, The Tempest, Act I, Sc. II
2 de enero de mil ochocientos y algo.
Sus manos se cerraban sobre el asa de la maleta de cuero con correas que sujetaba delante de sus rodillas. El muelle estaba silencioso y cubierto de niebla, su silueta se recortaba apenas a unos metros de la pasarela que unía el Northwind a tierra, tal era el nombre del navío que los llevaría hasta las costas del norte. Su vestido era de un color negro riguroso como si del luto más profundo se tratase, cubierto con un grueso abrigo gris. Las botas de cordones le llegaban hasta las rodillas y las medias de lana negra completaban el atuendo; el único toque de color que destacaba bajo su palidez era el rubio de sus cabellos y sus ojos verdes tocados de marrón alrededor de las pupilas.
Lo había dejado todo arreglado, su familia sabía que se marchaba, si bien creían que iba a estudiar un mes a Londres. Descubrirían más adelante su verdadero destino, cuando ya no hubiera vuelta atrás.
No sabía cómo reaccionaría al verlo, no la esperaba allí, no había sabido nada más de él desde aquella noche semanas atrás. Cada vez que miraba por la ventana hacia el cementerio de Pére-Lechaise esperaba ver su pelaje blanco entre las tumbas, pero no había sucedido.
Las heridas y cortes habían sanado, los huesos se habían recompuesto y sus recuerdos dolían en algún lugar del corazón, pero estaba escrito lo que debía ser, y ella no sería quien desafiase al orden cósmico.
La semana anterior, cuando regresaba de la biblioteca, ensimismada, pensando en algo que había leido, chocó contra un hombre y se desparramaron sus libros y papeles por el suelo. Muy amablemente, el desconocido la ayudó a recogerlos y pudo ver su rostro a la perfección; mandíbula cuadrada, ojos azul hielo, pelo ralo rubio como el trigo y barba poblada. El extraño siguió su camino y Lana se quedó plantada en la calle teniendo una visión. En su mente se sucedió una serie de escenas bastante claras.
El extraño rubio se acercaba a una mujer hermosa a la que llamaba Thyra, y le entregaba malas noticias. El rey acababa de usurpar sus tierras y había mandado a un pequeño contingente de hombres para someter a los aldeanos y trabajadores de dicha propiedad. El rey pensaba que en ausencia de la señora del lugar, podía apropiarse de lo que le diera la gana.
La siguiente escena tras un breve fundido a negro, era Thyra ordenando a Ulf que se fuera al norte y que lo arreglase, dandole un montón de legajos y haciendo que le acompañara un burócrata que defendiese sus derechos por la via legal, pero si el rey no atendía a razones, tenía instrucciones de emplear la fuerza.
Tras otro fundido a negro se le reveló el nombre del barco, el Northwind, y la fecha escrita en unos pasajes.
Por último, la bruja vio el norte, vio la contienda, la sangre y el fuego. Vio al rey reir satisfecho después que una oráculo predijese la muerte de los rebeldes. Todos ellos caerían.
Sus rodillas fallaron y se desplomó sobre el suelo de la acera de la biblioteca. No podía dejarlo a su suerte, tenía que preguntarle al Barón Samedi si era la hora de Ulf, porque si no lo era, tendría que intervenir. Se apresuró a llegar a casa para beber Sazerac, entrar en una especie de trance y conjurar al más poderoso de los Loas, pero éste parecía no responder, la bruja todavía no estaba preparada para llamar a la puerta de una deidad así. Pero Legba sí acudió, siempre tan misterioso con sus acertijos.
— Giuliana, las respuestas que buscas no las vas a encontrar.
— ¿por qué?.— La bruja inquirió al más sabio de sus dioses.
— Porque erraste en las preguntas.
— ¿Y cómo sabré qué preguntas son las adecuadas?
— Porque obtendrás respuestas.
— Eso no me ayuda.— Legba rió con aquella boca cosida tan desagradable.
— No estoy aquí para cumplir tus deseos, niña.
— Dime al menos si el Barón reclamará su alma, si no estoy cometiendo el peor de los errores negándole ese deseo al señor de la Muerte.
— Si el Barón desea su alma... no habrá nada que puedas hacer para impedirlo.— Legba se encendió un puro apresándolo entre los resquicios que dejaban sus labios cosidos.
Eso ya era una respuesta, más o menos. Agradeció a Legba su enrevesada ayuda y lo preparó todo para subir a ese barco. Compró el pasaje, llenó la maleta con lo que podía necesitar para ayudar con los hechizos que sabía y llegado el día, cuando aún no despuntaba el alba, se perdió entre las nieblas parisinas para llegar al puerto y esperar a que apareciesen los norteños.
Última edición por Giuliana Mordrake el Dom Ene 15, 2017 2:12 pm, editado 1 vez
Giuliana Mordrake- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 179
Fecha de inscripción : 01/04/2016
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: La Tempestad. (+18)
Había algunas costumbres vikingas que jamás podría adoptar, como esa de follar como animales sin pudor alguno, así que montó la habitación contigua para que todos los niños durmieran allí contemplando las estrellas proyectadas en el techo como un conjuro de ilusión que encontró en un libro.
Se sentía feliz en su casa, dueña y señora de su hogar, aunque Hilda y Arne realizasen todas las tareas. Había entendido que allí era necesaria a otro nivel, que su magia era importante no sólo para combatir al rey tirano, sino para ser compartida con la gente de Akershus a muchos otros niveles como la elaboración de pociones para remediar males, medicinas y ungüentos, hechizos de protección etc o sencillamente encauzar la magia de aquellos que la tenían. Siempre pensó que acabaría siendo una bruja oscura de las que ardían en hogueras, y no una bruja sabia como iba camino de convertirse. Todo ello era gracias a Ulf, todo su mundo giraba en torno a él y a los suyos, y jamás estaría más agradecida a los dioses por ponerlo en su camino.
— Estás cansado...es mucho peso, pero tenemos que resistirlo por Höor. Él volverá cuando esté controlada la epidemia.— iba masajeando sus hombros despacio a la vez que se embriagaba del aroma de su piel, había tenido a bien bañarse el dia anterior. Brökk descansaba en su cunita, iba creciendo a un buen ritmo y no le cabía duda que la magia corría por él, pero que sería un vikingo con todas la letras de la palara, pues ya berreaba como su padre. La cuarentena no estaba cumplida, pero ella se encontraba bien y no veía impedimento para compartir el lecho con su marido. Había visto algunas cosas que prefería no contárselas a Ulf, porque si luego no sucedían iba a ser muy doloroso. Los había visto a ellos rodeados de niños, sus propios hijos, y eran cinco. A veces las visiones no se cumplían o no eran exactamente así; quizás esos niños no fueran suyos, o quizás las cosas no fueran tan bonitas como parecían...pero a ella le pareció una buena visión, algo a lo que agarrarse en tiempos de poca esperanza. Una gran familia, eso era algo bueno por lo que luchar y esforzarse. Acarició los rizos de Ulf perdiéndose en sus ojos del color del pantano, más enamorada que nunca del lobo.
— Tengo un hogar lleno de gente, un hijo precioso que berrea como un vikingo enfadado y el mejor marido que pudiera desear... sólo necesito una sartén nueva y mi vida estará completa.— estalló en carcajadas y se acurrucó contra el cuerpo desnudo del guerrero enredando las piernas y los brazos como si fuera una hiedra trepadora y quisiera impedirle la huida.— Lo estamos haciendo bien, Ulf. Todo saldrá bien, ya lo verás.
Se sentía feliz en su casa, dueña y señora de su hogar, aunque Hilda y Arne realizasen todas las tareas. Había entendido que allí era necesaria a otro nivel, que su magia era importante no sólo para combatir al rey tirano, sino para ser compartida con la gente de Akershus a muchos otros niveles como la elaboración de pociones para remediar males, medicinas y ungüentos, hechizos de protección etc o sencillamente encauzar la magia de aquellos que la tenían. Siempre pensó que acabaría siendo una bruja oscura de las que ardían en hogueras, y no una bruja sabia como iba camino de convertirse. Todo ello era gracias a Ulf, todo su mundo giraba en torno a él y a los suyos, y jamás estaría más agradecida a los dioses por ponerlo en su camino.
— Estás cansado...es mucho peso, pero tenemos que resistirlo por Höor. Él volverá cuando esté controlada la epidemia.— iba masajeando sus hombros despacio a la vez que se embriagaba del aroma de su piel, había tenido a bien bañarse el dia anterior. Brökk descansaba en su cunita, iba creciendo a un buen ritmo y no le cabía duda que la magia corría por él, pero que sería un vikingo con todas la letras de la palara, pues ya berreaba como su padre. La cuarentena no estaba cumplida, pero ella se encontraba bien y no veía impedimento para compartir el lecho con su marido. Había visto algunas cosas que prefería no contárselas a Ulf, porque si luego no sucedían iba a ser muy doloroso. Los había visto a ellos rodeados de niños, sus propios hijos, y eran cinco. A veces las visiones no se cumplían o no eran exactamente así; quizás esos niños no fueran suyos, o quizás las cosas no fueran tan bonitas como parecían...pero a ella le pareció una buena visión, algo a lo que agarrarse en tiempos de poca esperanza. Una gran familia, eso era algo bueno por lo que luchar y esforzarse. Acarició los rizos de Ulf perdiéndose en sus ojos del color del pantano, más enamorada que nunca del lobo.
— Tengo un hogar lleno de gente, un hijo precioso que berrea como un vikingo enfadado y el mejor marido que pudiera desear... sólo necesito una sartén nueva y mi vida estará completa.— estalló en carcajadas y se acurrucó contra el cuerpo desnudo del guerrero enredando las piernas y los brazos como si fuera una hiedra trepadora y quisiera impedirle la huida.— Lo estamos haciendo bien, Ulf. Todo saldrá bien, ya lo verás.
Giuliana Mordrake- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 179
Fecha de inscripción : 01/04/2016
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: La Tempestad. (+18)
Las siguientes semanas fueron duras, no solo porque las decisiones a tomar no siempre contentaban a todos y cierto descontento inundaba las calles de Akershus. Si no porque las preguntas sobre Höor se sucedían y la gente quería saber que su salvador continuaba con vida.
Por suerte mi esposa me ayudó a apaciguar a las masas, Lud hizo un gran trabajo con los jóvenes en formación y finalmente el gran día llegó y el conde junto a la pirata volvieron a adentrarse en Akershus despertando el jubilo de las masas.
-Nunca me he alegrado tanto de verte -aseguré dándole una palmada en el hombro.
Y si, era exactamente porque con su llegada se terminaba para mi esa toma de decisiones complicadas, bueno, y también porque estaba allí, vivo.
Lund se acercó presto a Dani que conversaba con nosotros para abrazarla, el general la había echado de menos y su preocupación lo había tenido algo mas taciturno en estas semanas de lo que frecuentaba a ser.
Höor se apartó del grupo resoplando, algo me había perdido, pero no sabia aun a estas alturas que había sido.
Esa misma noche Dani partió con su barco y la vida en Akershus prosiguió. Höor se recuperaba de la enfermedad a buen ritmo, había vuelto a entrenar y cogido el mando de la ciudad, pero estaba hastiado, malhumorado...
Lund parecía igualar el humor de Höor y uno y otro apenas cruzaban palabra centrándose meramente en el trabajo que los dos tenían que hacer. Entre ellos parecía haberse roto algo, pocas veces coincidían en el mismo lugar, como si uno y otro se esquivaran sin mas.
Mi esposa había se mantuvo con esa enfermería, a Hóor le pareció una idea perfecta, decía que muchas mujeres de seguro aprenderían de Giuliana y eso era algo que necesitábamos pues muchos eran los hombres y mujeres que en el campo de batalla sufrían heridas.
Randulf no descansaba, sumidos siempre en una incesante guerra repasábamos nuevas estrategias cuando la pirata regresó a Akershus.
Por suerte mi esposa me ayudó a apaciguar a las masas, Lud hizo un gran trabajo con los jóvenes en formación y finalmente el gran día llegó y el conde junto a la pirata volvieron a adentrarse en Akershus despertando el jubilo de las masas.
-Nunca me he alegrado tanto de verte -aseguré dándole una palmada en el hombro.
Y si, era exactamente porque con su llegada se terminaba para mi esa toma de decisiones complicadas, bueno, y también porque estaba allí, vivo.
Lund se acercó presto a Dani que conversaba con nosotros para abrazarla, el general la había echado de menos y su preocupación lo había tenido algo mas taciturno en estas semanas de lo que frecuentaba a ser.
Höor se apartó del grupo resoplando, algo me había perdido, pero no sabia aun a estas alturas que había sido.
Esa misma noche Dani partió con su barco y la vida en Akershus prosiguió. Höor se recuperaba de la enfermedad a buen ritmo, había vuelto a entrenar y cogido el mando de la ciudad, pero estaba hastiado, malhumorado...
Lund parecía igualar el humor de Höor y uno y otro apenas cruzaban palabra centrándose meramente en el trabajo que los dos tenían que hacer. Entre ellos parecía haberse roto algo, pocas veces coincidían en el mismo lugar, como si uno y otro se esquivaran sin mas.
Mi esposa había se mantuvo con esa enfermería, a Hóor le pareció una idea perfecta, decía que muchas mujeres de seguro aprenderían de Giuliana y eso era algo que necesitábamos pues muchos eran los hombres y mujeres que en el campo de batalla sufrían heridas.
Randulf no descansaba, sumidos siempre en una incesante guerra repasábamos nuevas estrategias cuando la pirata regresó a Akershus.
Ulf Tollak- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 196
Fecha de inscripción : 18/12/2016
Re: La Tempestad. (+18)
Lanormalidad regresó a Akershus cuando volvieron Höor y Danielle tras la epidemia, seguidos de los supervivientes de aquella trágica plaga. Se afanaron en darles cobijo, ropa limpia y alimentos para recuperarse con mayor brevedad. Las semanas pasaron raudas, había mucho por hacer y el tirano no parecía dormir nunca. Ulf se relajó un poco al ver que su hermano, su amigo del alma, estaba sano y salvo, aunque un poco desmejorado y gruñón.
La bruja acostumbraba a pasar por la fortaleza a última hora cuando iba a dejar a Sirius y Valeska tras sus clases de magia, y pasaba un rato en el comedor con ellos. A veces les llevaba alguna botella, otras, algun dulce; algo que les hiciera sentir como en casa no en un cuartel en guerra. Esa noche estaba bastante agotada y un poco pálida, pero entró en el comedor tras dejar a los niños con sus nanas para que los bañasen y dieran la cena.
— Hoy me he acordado bastante de Randulf.— Besó los labios de Ulf y tomó asiento al lado de Höor sonriendole.— Hemos estado haciendo ungüento para almorranas.— Sacó de una bolsa un tarro de árnica y caléndula para los moratones de Höor, que había tenido un encuentro con unos soldados del rey loco días atrás.— Toma, ponlo en esos verdugones, te aliviará.
A diario veía como su marido y los demás trataban de levantar el ánimo de aquellos que estaban tratando de aguantar aquella larga guerra y sólo pretendía ayudar con su ejemplo: una extranjera totalmente comprometida con aquella causa, sin fracturas, sin vacilaciones.
— Hoy Sirius ha aprendido a concentrar su energía en una varita metálica. El día que pueda hacerlo en una espada no habrá quien lo pare.— Sabía que Höor estaba orgulloso de ese pequeño de profundos ojos azules.— Y tu hijo le ha meado a Arne en toda la cara al cambiarle el pañal.— esta vez se lo dijo a Ulf con una mueca.— es igualito que su padre, siempre dispuesto a alegrarte el dia.— le sacó la lengua divertida.
Se recostó en la silla alargando la mano en dirección a la del lobo para que se acercase a ella, quería su contacto cercano.
— Lo siento mucho Höor, te prestaría el culo peludo de Ulf esta noche, pero preferiría quedármelo para mi porque hay algo que celebrar, pero os lo quería contar a los dos porque sé que a ti te alegrará tanto como a él.— Miró al conde y después a Ulf acariciando su mano. Con un gesto orgulloso y una amplia sonrisa se dirigió al lobo.— La próxima primavera habrá otro Tollak en Akershus. Tu amigo no sabe estarse quieto ni durante la cuarentena.
Se había sentido débil esos días, con alguna náusea matutina y había decidido hacer la prueba de la rana con el hechizo para saber si estaba encinta o no. La respuesta era afirmativa. Brökk y su nuevo hermano o hermana apenas se llevarían diez meses, era mejor así, crecerían juntos y se apoyarían. Por lo pronto se encontraba bien, sólo algo cansada, esperaba no tener las náuseas tan terribles que había tenido con su primer hijo.
La bruja acostumbraba a pasar por la fortaleza a última hora cuando iba a dejar a Sirius y Valeska tras sus clases de magia, y pasaba un rato en el comedor con ellos. A veces les llevaba alguna botella, otras, algun dulce; algo que les hiciera sentir como en casa no en un cuartel en guerra. Esa noche estaba bastante agotada y un poco pálida, pero entró en el comedor tras dejar a los niños con sus nanas para que los bañasen y dieran la cena.
— Hoy me he acordado bastante de Randulf.— Besó los labios de Ulf y tomó asiento al lado de Höor sonriendole.— Hemos estado haciendo ungüento para almorranas.— Sacó de una bolsa un tarro de árnica y caléndula para los moratones de Höor, que había tenido un encuentro con unos soldados del rey loco días atrás.— Toma, ponlo en esos verdugones, te aliviará.
A diario veía como su marido y los demás trataban de levantar el ánimo de aquellos que estaban tratando de aguantar aquella larga guerra y sólo pretendía ayudar con su ejemplo: una extranjera totalmente comprometida con aquella causa, sin fracturas, sin vacilaciones.
— Hoy Sirius ha aprendido a concentrar su energía en una varita metálica. El día que pueda hacerlo en una espada no habrá quien lo pare.— Sabía que Höor estaba orgulloso de ese pequeño de profundos ojos azules.— Y tu hijo le ha meado a Arne en toda la cara al cambiarle el pañal.— esta vez se lo dijo a Ulf con una mueca.— es igualito que su padre, siempre dispuesto a alegrarte el dia.— le sacó la lengua divertida.
Se recostó en la silla alargando la mano en dirección a la del lobo para que se acercase a ella, quería su contacto cercano.
— Lo siento mucho Höor, te prestaría el culo peludo de Ulf esta noche, pero preferiría quedármelo para mi porque hay algo que celebrar, pero os lo quería contar a los dos porque sé que a ti te alegrará tanto como a él.— Miró al conde y después a Ulf acariciando su mano. Con un gesto orgulloso y una amplia sonrisa se dirigió al lobo.— La próxima primavera habrá otro Tollak en Akershus. Tu amigo no sabe estarse quieto ni durante la cuarentena.
Se había sentido débil esos días, con alguna náusea matutina y había decidido hacer la prueba de la rana con el hechizo para saber si estaba encinta o no. La respuesta era afirmativa. Brökk y su nuevo hermano o hermana apenas se llevarían diez meses, era mejor así, crecerían juntos y se apoyarían. Por lo pronto se encontraba bien, sólo algo cansada, esperaba no tener las náuseas tan terribles que había tenido con su primer hijo.
Giuliana Mordrake- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 179
Fecha de inscripción : 01/04/2016
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: La Tempestad. (+18)
Le di un codazo a Höor riéndome por las palabras de la bruja.
-Que te parece, tu hijo controla la energía y el mio usa la varita para mear al enemigo, se parece a su padre -dije orgulloso mientras Höor negaba descojonandose y dándome por caso perdido -imaginas cuando tenga la verga mas grande, si aprende a controlar ahí la energía no habrá quien lo pare.
Mi esposa me dio un capón por mal hablado y Höor aseguró que tenia suerte de que la sarten no le cupiera en el bolso.
Höor andaba mas taciturno de lo norma, creo que no todo se debía a que Dani se había largado sin avisar, si no mas bien, a que Valeria se había declarado en huelga de hambre.
En el patio de armas se había desmallado hacia apenas un par de días y a Niesl no lo amamantaba desde que nació prácticamente.
Por suerte una nodriza hacia su papel, pero el crio se desesperaba con demasiada frecuencia, era inquieto, lloraba con fuerza despertando a sus hermanos, era un guerrero.
Mi esposa tomó mi mano, mi brazo rodeó su cintura y fueron mis labios los que hambrientos la buscaron desesperados, la amaba y creo que a estas alturas era algo que quedaba claro
Mi esposa se había acomodado a tierras norteñas, era útil, querida y yo estaba muy orgulloso de ella aunque últimamente la veía cansada y no dejaba de pedirle que lo tomara todo con mas calma, criar a un vikingo no era poco.
Giuliana dijo que tenia una noticia que darnos, enarqué una ceja cuando habló del sofá, había que ir con cuidado que con las mujeres, las cosas cambian rápido en ellas, ahora estaba contenta, pero de un momento a otro de una patada me largaba la mas de contenta y se volvía a casa con mi hijo dejando mi culo peludo en palacio hasta mañana.
Fue cuando me dijo que en primavera volvería a ser padre cuando la abracé alzándola por los aires y lanzandola como si fuera una muñeca de trapo.
-Tio, que voy a ser padre otra vez.
Höor y mi mujer se reían por mi derroche de energía.
-¿esta saldrá lobo? -pegunté a mi mujer.
Ella siempre veía cosas.
Höor la abrazo dándole la enhorabuena y dejándola quieta en el suelo, quitandomela de mis brazos mientras negaba riendose.
-Lobo no lo se, pero con los meneos que le has dado mínimo se hace águila -dijo Höor riendose.
-Como salga pájaro desplumo a Atharal -aseguré frunciendo el ceño.
-Que te parece, tu hijo controla la energía y el mio usa la varita para mear al enemigo, se parece a su padre -dije orgulloso mientras Höor negaba descojonandose y dándome por caso perdido -imaginas cuando tenga la verga mas grande, si aprende a controlar ahí la energía no habrá quien lo pare.
Mi esposa me dio un capón por mal hablado y Höor aseguró que tenia suerte de que la sarten no le cupiera en el bolso.
Höor andaba mas taciturno de lo norma, creo que no todo se debía a que Dani se había largado sin avisar, si no mas bien, a que Valeria se había declarado en huelga de hambre.
En el patio de armas se había desmallado hacia apenas un par de días y a Niesl no lo amamantaba desde que nació prácticamente.
Por suerte una nodriza hacia su papel, pero el crio se desesperaba con demasiada frecuencia, era inquieto, lloraba con fuerza despertando a sus hermanos, era un guerrero.
Mi esposa tomó mi mano, mi brazo rodeó su cintura y fueron mis labios los que hambrientos la buscaron desesperados, la amaba y creo que a estas alturas era algo que quedaba claro
Mi esposa se había acomodado a tierras norteñas, era útil, querida y yo estaba muy orgulloso de ella aunque últimamente la veía cansada y no dejaba de pedirle que lo tomara todo con mas calma, criar a un vikingo no era poco.
Giuliana dijo que tenia una noticia que darnos, enarqué una ceja cuando habló del sofá, había que ir con cuidado que con las mujeres, las cosas cambian rápido en ellas, ahora estaba contenta, pero de un momento a otro de una patada me largaba la mas de contenta y se volvía a casa con mi hijo dejando mi culo peludo en palacio hasta mañana.
Fue cuando me dijo que en primavera volvería a ser padre cuando la abracé alzándola por los aires y lanzandola como si fuera una muñeca de trapo.
-Tio, que voy a ser padre otra vez.
Höor y mi mujer se reían por mi derroche de energía.
-¿esta saldrá lobo? -pegunté a mi mujer.
Ella siempre veía cosas.
Höor la abrazo dándole la enhorabuena y dejándola quieta en el suelo, quitandomela de mis brazos mientras negaba riendose.
-Lobo no lo se, pero con los meneos que le has dado mínimo se hace águila -dijo Höor riendose.
-Como salga pájaro desplumo a Atharal -aseguré frunciendo el ceño.
Ulf Tollak- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 196
Fecha de inscripción : 18/12/2016
Re: La Tempestad. (+18)
— Si sale pájaro tendremos que ir a pedirle explicaciones a todos los dioses, porque te juro que sólo tú me has puesto la mano encima.— y además de verdad, él la estrenó y no había estado con nadie más, era dueño y señor de ese cuerpo desde el primer día. Daba gusto verlo tan feliz, tan sonriente. Para Ulf tener una familia lo era todo y a pesar de tener sus altibajos, lo estaban consiguiendo día a día. Abandonaron el castillo para dirigirse hacia su casa, allí tenían su pequeño feudo en el que habían conseguido ese calor de hogar que ambos añoraban.
Se quitaron la ropa para meterse bajo las pieles y enredarse en un abrigo de piel. La noticia habia sido algo inesperada por lo poco que hacía que había dado a luz, aún no estaba casi recuperada, pero era joven y al parecer en el norte se había hecho más fuerte. Le escribiría a su padre que había prometido pasar más a menudo por allí a visitarlos, porque estaba como loco con su nieto.
Esa noche soñó con los mundos espirituales y su conciencia viajó allí, pero Legba no la desconcertó con acertijos, sólo empinó una botella a la salud “de su próximo varón” y le dijo que lo consagrase al panteón que quisiera.
Los rayos del sol se colaban por las ventanas de su cuarto donde Ulf dormía a pierna suelta tras celebrar que serían padres de nuevo. Observó su perfil recortado en la incipiente luz del amanecer. Repasó con las yemas de los dedos sus familiares contornos, su pecho, su barbilla, sus labios…y los rizos rubios que había heredado el pequeño, aunque ella también era rubia, pero tenía el pelo liso.
Su marido y su hijo. Jamás hubiera pensado tenerlos, en ninguno de sus sueños había visto algo así, se había sumido en una soledad voluntaria que la ahogaba hasta que él apareció regalándole una vida, una en la que los amaneceres eran así, abrazados en la cama escuchando el viento del norte ulular en las chimeneas. Y ahora venía otro en camino. Ulf se removió un poco cazando su mano sin abrir aún los ojos pero esbozando esa media sonrisa pícara que la volvía loca.
— Ulf…¿estás despierto?.— Vaya pregunta, si no lo estaba, ahora sí.— he viajado en sueños al mundo de los Loa y…será niño, sin magia. Legba me dijo que lo consagremos a los dioses que gustemos.— Se pegó un poco más a su cuerpo acoplándose a él como tantas y tantas otras veces.— Me gusta el nombre de Alrek, como los reyes vikingos Alrek y Erik, los hermanos que gobernaron Suecia siendo grandes guerreros. Si es cambiante como tú será un gran guerrero, no me cabe duda. Ojalá herede tus preciosos ojos, seguro que será un rompecorazones como tú.
Los de Brökk habían salido azules como muchos de sus antepasados por parte de ambas familias, pero ellos los tenían verdes, los de Ulf algo más grises, y a Giuliana le encantaba mirarlos, le recordaban al color de sus pantanos de Louisiana cuando la niebla se esparcía sobre ellos. Ulf había sido un conquistador nato, en realidad a ella le daba igual con cuántas mujeres hubiera estado antes, sabía que tenía su corazón aunque con Ingrid aún tenía una cuenta pendiente, esa zorra arpía algun día se enteraría de las consecuencias que tenían tratar de arrebatarle lo suyo.
Se quitaron la ropa para meterse bajo las pieles y enredarse en un abrigo de piel. La noticia habia sido algo inesperada por lo poco que hacía que había dado a luz, aún no estaba casi recuperada, pero era joven y al parecer en el norte se había hecho más fuerte. Le escribiría a su padre que había prometido pasar más a menudo por allí a visitarlos, porque estaba como loco con su nieto.
Esa noche soñó con los mundos espirituales y su conciencia viajó allí, pero Legba no la desconcertó con acertijos, sólo empinó una botella a la salud “de su próximo varón” y le dijo que lo consagrase al panteón que quisiera.
Los rayos del sol se colaban por las ventanas de su cuarto donde Ulf dormía a pierna suelta tras celebrar que serían padres de nuevo. Observó su perfil recortado en la incipiente luz del amanecer. Repasó con las yemas de los dedos sus familiares contornos, su pecho, su barbilla, sus labios…y los rizos rubios que había heredado el pequeño, aunque ella también era rubia, pero tenía el pelo liso.
Su marido y su hijo. Jamás hubiera pensado tenerlos, en ninguno de sus sueños había visto algo así, se había sumido en una soledad voluntaria que la ahogaba hasta que él apareció regalándole una vida, una en la que los amaneceres eran así, abrazados en la cama escuchando el viento del norte ulular en las chimeneas. Y ahora venía otro en camino. Ulf se removió un poco cazando su mano sin abrir aún los ojos pero esbozando esa media sonrisa pícara que la volvía loca.
— Ulf…¿estás despierto?.— Vaya pregunta, si no lo estaba, ahora sí.— he viajado en sueños al mundo de los Loa y…será niño, sin magia. Legba me dijo que lo consagremos a los dioses que gustemos.— Se pegó un poco más a su cuerpo acoplándose a él como tantas y tantas otras veces.— Me gusta el nombre de Alrek, como los reyes vikingos Alrek y Erik, los hermanos que gobernaron Suecia siendo grandes guerreros. Si es cambiante como tú será un gran guerrero, no me cabe duda. Ojalá herede tus preciosos ojos, seguro que será un rompecorazones como tú.
Los de Brökk habían salido azules como muchos de sus antepasados por parte de ambas familias, pero ellos los tenían verdes, los de Ulf algo más grises, y a Giuliana le encantaba mirarlos, le recordaban al color de sus pantanos de Louisiana cuando la niebla se esparcía sobre ellos. Ulf había sido un conquistador nato, en realidad a ella le daba igual con cuántas mujeres hubiera estado antes, sabía que tenía su corazón aunque con Ingrid aún tenía una cuenta pendiente, esa zorra arpía algun día se enteraría de las consecuencias que tenían tratar de arrebatarle lo suyo.
Giuliana Mordrake- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 179
Fecha de inscripción : 01/04/2016
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: La Tempestad. (+18)
Mi mujer se movía en la cama despierta, ladeé la sonrisa alargando mi mano en busca de la ajena aun con los ojos cerrados, aunque notando como los rayos del sol golpeaban mi rostro invitándome a despertarme.
Habíamos pasado la noche celebrando la llegada de nuestro nuevo hijo, la verdad es que mi mujer y yo eramos muy pasionales en el lecho, nuestros cuerpos quemaban cuando se encontraban bajo las mantas, ciertamente la deseaba como nunca había deseado a una mujer, había tenido muchas aventuras pero con ella había sido todo distinto, supongo que cuando encuentras esa otra parte de ti, simplemente lo sabes, ella era eso, mía.
Mi instinto lobuno la marcaba con hambruna y cuando abrí los ojos repasé con la yema de mis dedos las marcas que esa noche la había hecho en el cuello, me costaba mucho controlarme, era mi forma de amar, intensa, pasional.
Sonreí divertido.
-No estoy durmiendo aun -aseguré tirando de ella para subirla sobre mi a horcajadas.
Alcé mi tronco buscando sus labios con ganas, esa mujer siempre despertaba en i las ganas de tomarla una y otra vez.
Nos besamos de forma lenta, entre risas, conversaciones cómplices y en el lecho hicimos de nuevo el amor hasta que el hambre de nuestro hijo nos hizo salir de aquella ensoñación.
Se alzó echándose por encima del camisón las pieles, el norte era gélido pese a que la lumbre en nuestro hogar ardía con vigor.
Bröok se enganchó a su pecho para alimentarse y pronto el llanto del guerrero ceso.
Ella sentada al borde de la cama paseaba sus dedos por los rizos rubios del pelo de nuestro pequeño.
Me incorporé ligeramente hasta llegar a su posición besando a mi esposa mientras admiraba aquella estampa.
-Alrek es un buen nombre, me gusta ,así que me vas a dar otro varón -no cabía en mi gozo, un nuevo guerrero y sin magia, lo que podía implicar que poseyera mi don -sera grande con el acero, un Tollak -aseguré ladeando la sonrisa.
Giuliana ahora tenia que preocuparse de sacar adelante no solo al hijo que llevaba entre los brazos, si no el que crece en sus entrañas.
-Hablaré con Höor, Valeria no tiene leche para alimentar a Niels y hasta ahora tu y otra mujer que hace poco a parido os habéis estado encargando de sacar adelante a su hijo, pero se que entenderá que has de cuidarte, no puedes seguir con este ritmo.
Así que..creo que lo mas sensato seria comprar una esclava, venden muchas mujeres para esos menesteres y aunque se que Höor no está a favor de la esclavitud, no se me ocurre mucho mas …
Busqué la mirada de mi mujer, siempre ta dispuesta a ayudar, por eso se había ganado no solo el respeto, si no el cariño de todos los norteños.
Las mujeres confiaban en ella para contarle cosas, pedirle ayuda.
La enfermería que monto funcionaba, muchas se habían presentado voluntarias para que ella les enseñara a hacer pociones, ungüentos y Sirius la tenia como una madre, ese crio adoraba a Dani y a Giuliana, se notaban las carencias que tenia y las había suplido con ambas.
Habíamos pasado la noche celebrando la llegada de nuestro nuevo hijo, la verdad es que mi mujer y yo eramos muy pasionales en el lecho, nuestros cuerpos quemaban cuando se encontraban bajo las mantas, ciertamente la deseaba como nunca había deseado a una mujer, había tenido muchas aventuras pero con ella había sido todo distinto, supongo que cuando encuentras esa otra parte de ti, simplemente lo sabes, ella era eso, mía.
Mi instinto lobuno la marcaba con hambruna y cuando abrí los ojos repasé con la yema de mis dedos las marcas que esa noche la había hecho en el cuello, me costaba mucho controlarme, era mi forma de amar, intensa, pasional.
Sonreí divertido.
-No estoy durmiendo aun -aseguré tirando de ella para subirla sobre mi a horcajadas.
Alcé mi tronco buscando sus labios con ganas, esa mujer siempre despertaba en i las ganas de tomarla una y otra vez.
Nos besamos de forma lenta, entre risas, conversaciones cómplices y en el lecho hicimos de nuevo el amor hasta que el hambre de nuestro hijo nos hizo salir de aquella ensoñación.
Se alzó echándose por encima del camisón las pieles, el norte era gélido pese a que la lumbre en nuestro hogar ardía con vigor.
Bröok se enganchó a su pecho para alimentarse y pronto el llanto del guerrero ceso.
Ella sentada al borde de la cama paseaba sus dedos por los rizos rubios del pelo de nuestro pequeño.
Me incorporé ligeramente hasta llegar a su posición besando a mi esposa mientras admiraba aquella estampa.
-Alrek es un buen nombre, me gusta ,así que me vas a dar otro varón -no cabía en mi gozo, un nuevo guerrero y sin magia, lo que podía implicar que poseyera mi don -sera grande con el acero, un Tollak -aseguré ladeando la sonrisa.
Giuliana ahora tenia que preocuparse de sacar adelante no solo al hijo que llevaba entre los brazos, si no el que crece en sus entrañas.
-Hablaré con Höor, Valeria no tiene leche para alimentar a Niels y hasta ahora tu y otra mujer que hace poco a parido os habéis estado encargando de sacar adelante a su hijo, pero se que entenderá que has de cuidarte, no puedes seguir con este ritmo.
Así que..creo que lo mas sensato seria comprar una esclava, venden muchas mujeres para esos menesteres y aunque se que Höor no está a favor de la esclavitud, no se me ocurre mucho mas …
Busqué la mirada de mi mujer, siempre ta dispuesta a ayudar, por eso se había ganado no solo el respeto, si no el cariño de todos los norteños.
Las mujeres confiaban en ella para contarle cosas, pedirle ayuda.
La enfermería que monto funcionaba, muchas se habían presentado voluntarias para que ella les enseñara a hacer pociones, ungüentos y Sirius la tenia como una madre, ese crio adoraba a Dani y a Giuliana, se notaban las carencias que tenia y las había suplido con ambas.
Ulf Tollak- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 196
Fecha de inscripción : 18/12/2016
Re: La Tempestad. (+18)
Las noches frías de Akershus eran la excusa perfecta para enredarse en la cama, para abrazarse y darse calor y no dudaban en hacerlo a diario, porque no sabían cuando tendría que partir Ulf de nuevo lejos de casa o cuando Randulf pondría a trabajar a sus neuronas ideando planes maléficos que los meterían en problemas. Ulf la marcaba en el cuello, lo hizo la primera vez que se encontraron y seguía haciéndolo casi dos años después. Vale, había sido todo muy rápido, pero para ella había sido un viaje intenso y tenía la sensación de que todo acababa de comenzar, esa era la vida que quería tener y le daba igual el lujo o la comodidad. En Akhersus era aceptada y valorada, en su hogar se respiraba paz y en su lecho amor. Su pequeño era un regalo de los dioses, le daba igual de cuáles, comía bien, lloraba a pleno pulmón y reía con la misma facilidad de su padre.
Estaba contemplando su sonrisa satisfecha tras el desayuno cuando Ulf besó su pelo y se colocó tras ella abrazándola. Estaba feliz, otro varón venía en camino y la familia crecería para hinchar todavía más el ego de su orgulloso padre.
— No me importaría seguir haciéndolo, pero supongo que no sería lo más adecuado en mi estado, tienes razón, correría el peligro de debilitarme demasiado. En Nueva Orleans también hay esclavitud y es como aquí, se trata más o menos bien a los esclavos, pero yo personalmente creo que todas las personas deberían ser libres. ¿Y no crees que podría comprarla pero darle su libertad? seguro que una mujer que elige trabajar y ganarse el pan, lo hace mucho más a gusto cuando no la obligan a ello.
Brökk balbuceaba con los dedos de su madre enredados en sus manitas. Cogió al niño y lo depositó sobre la cama, en el medio y se tumbó a su lado, dejando que Ulf hiciera lo mismo al otro.
— Ah... mis dos hombrecitos.— Ahora el bebé cogiía el dedo del lobo y la bruja acarició ambas manos, la pequeña y la callosa. Estaba hambrienta, pero esos pequeños momentos llenaban su día de felicidad y trataba de grabarlos a fuego en sus recuerdos. Alargó la mano y acarició los rizos rubios de su marido. Estaba segura que guiaría a sus hijos firmemente por los caminos que los dioses designasen, les enseñaría a ser valientes, honrados y leales; les acompañaría en su primera borrachera y estaría a su lado en su primera batalla. Había muchas cosas que ella se perdería porque el camino de un guerrero necesitaba de un hombre fuerte que lo forjase para que se conviertieran en uno. Ella estaría ahí para todo lo demás, para asegurar su bienestar, su educación en todo aquello que no fueran las armas, para mantener unida esa familia y enseñarles con el ejemplo que con constancia y esfuerzo todo era posible, pero que lo más importante era el amor inquebrantable.— Te quiero... te quiero tanto que a veces temo despertar y que sea un sueño.
Estaba contemplando su sonrisa satisfecha tras el desayuno cuando Ulf besó su pelo y se colocó tras ella abrazándola. Estaba feliz, otro varón venía en camino y la familia crecería para hinchar todavía más el ego de su orgulloso padre.
— No me importaría seguir haciéndolo, pero supongo que no sería lo más adecuado en mi estado, tienes razón, correría el peligro de debilitarme demasiado. En Nueva Orleans también hay esclavitud y es como aquí, se trata más o menos bien a los esclavos, pero yo personalmente creo que todas las personas deberían ser libres. ¿Y no crees que podría comprarla pero darle su libertad? seguro que una mujer que elige trabajar y ganarse el pan, lo hace mucho más a gusto cuando no la obligan a ello.
Brökk balbuceaba con los dedos de su madre enredados en sus manitas. Cogió al niño y lo depositó sobre la cama, en el medio y se tumbó a su lado, dejando que Ulf hiciera lo mismo al otro.
- Spoiler:
— Ah... mis dos hombrecitos.— Ahora el bebé cogiía el dedo del lobo y la bruja acarició ambas manos, la pequeña y la callosa. Estaba hambrienta, pero esos pequeños momentos llenaban su día de felicidad y trataba de grabarlos a fuego en sus recuerdos. Alargó la mano y acarició los rizos rubios de su marido. Estaba segura que guiaría a sus hijos firmemente por los caminos que los dioses designasen, les enseñaría a ser valientes, honrados y leales; les acompañaría en su primera borrachera y estaría a su lado en su primera batalla. Había muchas cosas que ella se perdería porque el camino de un guerrero necesitaba de un hombre fuerte que lo forjase para que se conviertieran en uno. Ella estaría ahí para todo lo demás, para asegurar su bienestar, su educación en todo aquello que no fueran las armas, para mantener unida esa familia y enseñarles con el ejemplo que con constancia y esfuerzo todo era posible, pero que lo más importante era el amor inquebrantable.— Te quiero... te quiero tanto que a veces temo despertar y que sea un sueño.
Giuliana Mordrake- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 179
Fecha de inscripción : 01/04/2016
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: La Tempestad. (+18)
Habían pasado unas cuantas semanas desde que Höor y Dani volvieron del viaje a Inglaterra. Akershus había vuelto a la normalidad, el choque de aceros se sucedía a todas horas en el patio de armas, los guerreros nunca dipodia flaquear pues la ente de Randulf, el rey tirano, no dejaba de maquinar.
La primera noticia que hablaba de la desaparición del maestro de Höor y Skadi llegó con un cuervo negro directo de la aldea donde este vivía desde hace tiempo.
Tras el enfrentamiento entre sus dos discípulos, este decidió tomar la senda de la paz, incapaz de ver como se arrancaban la vida entre ellos. Skadi, discípula de Loqui odiaba a Höor, seguidor de Thor, o al menos eso sucedió cuando fue a París a matarlo...ahora mismo no sabia como estaban las cosas entre ellos, prefería no sacar ese tema al conde pues sabia que en su foro interno era una herida que aun dolía.
Con el mensaje en mi mano me acerqué a ver a la bruja que estaba en la enfermería enseñando a las mujeres a crear ungüentos, antídotos con los que trataban a algunos enfermos.
Me conocía tanto que sus dedos se deslizaron por mi rostro al ver la preocupación marcada en ellos.
Conocía a Höor lo suficiente como para saber que si le daba este mensaje a Höor ni las nieves del invierno le impedirían cruzar las montañas, era demasiado impulsivo y cuando se trataba de las personas que amaba no consocia medida, arriesgaría su vida por la de su maestro sin pensarlo.
Besé los labios de mi mujer explicándole lo que había pasado, tras hablarlo decidimos no comentárselo a Höor, no en un principio pues podía ser un mero rumor...
Convertido en lobo decidí investigar la veracidad de aquella información, mi esposa se quedó preocupada, pero era necesario, si iba a poner en peligro la vida de mi amigo tenia que ser con fundamentos y no para llegar allí y que todo fuera una trampa.
Recorrí las ladeas cercanas hasta donde pude, el paso de la montaña era muy peligroso, había una ventisca y no me quedó otra que retroceder, mas si algo saque en claro es que el rumor existía, algo había sucedido con su maestro.
Regresé a Akershus, esta vez decidido a hacerle saber a Höor lo sucedido, como imaginé, este decidido a saber mas, tomó su montura para ir en su búsqueda. Pasamos una semana fuera, recorriendo las aldeas cercanas, el paso por la montaña era imposible, así que con un Höor furibundo y decidido a cruzar esas montañas aunque le costara la vida regresamos a Akershus.
Agotado fui a casa, mi esposa estaba con Brökk entre sus brazos, esa noches celebraríamos una cena en casa del conde, Danielle había regresado de su viaje y por fin todos nos reuniríamos.
Un poco de paz no nos vendría mal.
Me perdí en el cuerpo de mi mujer, necesitado de sentirla, de besarla, si algo echaba de menos cuando pasaba mucho tiempo fuera de mi hogar, era a ella y a mi hijo.
La primera noticia que hablaba de la desaparición del maestro de Höor y Skadi llegó con un cuervo negro directo de la aldea donde este vivía desde hace tiempo.
Tras el enfrentamiento entre sus dos discípulos, este decidió tomar la senda de la paz, incapaz de ver como se arrancaban la vida entre ellos. Skadi, discípula de Loqui odiaba a Höor, seguidor de Thor, o al menos eso sucedió cuando fue a París a matarlo...ahora mismo no sabia como estaban las cosas entre ellos, prefería no sacar ese tema al conde pues sabia que en su foro interno era una herida que aun dolía.
Con el mensaje en mi mano me acerqué a ver a la bruja que estaba en la enfermería enseñando a las mujeres a crear ungüentos, antídotos con los que trataban a algunos enfermos.
Me conocía tanto que sus dedos se deslizaron por mi rostro al ver la preocupación marcada en ellos.
Conocía a Höor lo suficiente como para saber que si le daba este mensaje a Höor ni las nieves del invierno le impedirían cruzar las montañas, era demasiado impulsivo y cuando se trataba de las personas que amaba no consocia medida, arriesgaría su vida por la de su maestro sin pensarlo.
Besé los labios de mi mujer explicándole lo que había pasado, tras hablarlo decidimos no comentárselo a Höor, no en un principio pues podía ser un mero rumor...
Convertido en lobo decidí investigar la veracidad de aquella información, mi esposa se quedó preocupada, pero era necesario, si iba a poner en peligro la vida de mi amigo tenia que ser con fundamentos y no para llegar allí y que todo fuera una trampa.
Recorrí las ladeas cercanas hasta donde pude, el paso de la montaña era muy peligroso, había una ventisca y no me quedó otra que retroceder, mas si algo saque en claro es que el rumor existía, algo había sucedido con su maestro.
Regresé a Akershus, esta vez decidido a hacerle saber a Höor lo sucedido, como imaginé, este decidido a saber mas, tomó su montura para ir en su búsqueda. Pasamos una semana fuera, recorriendo las aldeas cercanas, el paso por la montaña era imposible, así que con un Höor furibundo y decidido a cruzar esas montañas aunque le costara la vida regresamos a Akershus.
Agotado fui a casa, mi esposa estaba con Brökk entre sus brazos, esa noches celebraríamos una cena en casa del conde, Danielle había regresado de su viaje y por fin todos nos reuniríamos.
Un poco de paz no nos vendría mal.
Me perdí en el cuerpo de mi mujer, necesitado de sentirla, de besarla, si algo echaba de menos cuando pasaba mucho tiempo fuera de mi hogar, era a ella y a mi hijo.
Ulf Tollak- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 196
Fecha de inscripción : 18/12/2016
Re: La Tempestad. (+18)
Por fin habían regresado de aquella misión en busca del maestro de Höor. Sabía que Ulf estaba frustrado porque en algun momento su amigo decidió que debía continuar solo dejándolo en el paso de las montañas para asegurarle la vuelta. Eran como hermanos y al lobo no le gustaba nada dejarlo a su suerte, pensaba que siempre que estuvieran ambos todo sería más fácil y mejor, pero cuando Höor se empeñaba en algo, tenía que cumplirlo.
Regresaron finalmente y lo recibió en casa con todo el amor del mundo. Para ella cuando Ulf entraba por la puerta se hacía de día; no se podía decir que en la fortaleza Höor hubiera tenido un recibimiento similar, porque más bien se llevó un tortazo. En el hogar de los Tollak se respiraba siempre eso: hogar, amor. El pequeño Brökk había crecido y engordado bastante, toda una gesta para ser invierno y ser un bebé, ciertamente iba a tener que guardar muchas energías porque su futuro prometía ser muy movido. La bruja lo mimaba hasta el infinito, porque sabía que llegaría el día que tendría que enfrentar mil penurias y mientras pudiera ser feliz y ajeno al dolor, mejor.
Celebraron la Navidad, algo que no recordaba echar tanto de menos hasta que se sumieron en ese par de días de celebración y preparación. Le gustó estar con toda su familia reunida, porque Höor y sus hijos eran como su propia familia, y aliviar un poco los pesares de esos niños que sen quedaban sin su padre demasiado a menudo; algo que le sucedería sin duda también a sus hijos ya que donde iba Höor, iba Ulf.
Al parecer entre Höor y Danielle había algo y la bruja que era más observadora que ninguno, se percató desde el primer momento. Le preguntó a su marido si podía olerlo y éste asintió pero le hizo caso a su mujer cuando le pidió que los dejara tranquilos, que no les gastase demasiadas bromas en el desayuno, porque estaba claro lo que había pasado y si ellos no lo decían, sería por algo.
Tres días de paz, tan sólo tres días, porque de nuevo Höor se marchaba a arreglar algun entuerto y estaría ausente 3 o 4 meses. Al menos a Ulf lo dejaba en tierra, pero no exento de misión, ir a buscar un basilisco. Ya en casa se dejó caer el sillón pinzándose el puente de la nariz.
— Ulf... un basilisco... es una bestia horrible. En los libros se dice que petrifican con la mirada, tendrás que luchar contra él a ciegas. Pero hay varias cosas que pueden ayudarte.— Le tendió un espejo.— si consigues que se mire a sí mismo, lo petrificarás, y si no, al menos te servirá para saber por donde está.— Le dio también tres frascos, uno de ellos vacío.— El azul expulsa la ponzoña de la bestia de tus heridas, pero debes ponerlo mientras sangren, una vesz cerradas ya no se puede hacer nada. El rojo es un conjuro de protección para el colmillo cuando lo consigas, si lo tocas sin el conjuro se te pudrirá la mano, envuélvelo con este conjuro y estarás salvo. Usa tu Ojo superior, tu visión remota cuando tengas los ojos cerrados...— ¿Quería que fuera a esa misión? no, evidentemente. Pero estaba ya acostumbrada a que tuviera que hacer barbaridades y lo único que ella podía hacer es ayudarlo con todo lo que pudiera a regresar sano y salvo a casa. Lo abrazó apretándolo fuerte.— Regresarás, lo he visto, pero eso no hace que esté más tranquila. El tarro vacío es... ¿podrías traerme un poco de sangre de basilisco? sirve para un hechizo protector muy fuerte.
Eso no era exactamente así, tenía en mente un hechizo de longevidad, porque Ulf viviría mucho más que ella y también sus hijos si salían cambiantes. Pero ademas de un ingrediente tan extraño como la sangre de basilisco, necesitaba de otras cosas que tardaría años en reunirlas, y algunas de ellas de dudosa moralidad. Lo seguiría pensando si realmente al final se decidía a realizarlo.
Regresaron finalmente y lo recibió en casa con todo el amor del mundo. Para ella cuando Ulf entraba por la puerta se hacía de día; no se podía decir que en la fortaleza Höor hubiera tenido un recibimiento similar, porque más bien se llevó un tortazo. En el hogar de los Tollak se respiraba siempre eso: hogar, amor. El pequeño Brökk había crecido y engordado bastante, toda una gesta para ser invierno y ser un bebé, ciertamente iba a tener que guardar muchas energías porque su futuro prometía ser muy movido. La bruja lo mimaba hasta el infinito, porque sabía que llegaría el día que tendría que enfrentar mil penurias y mientras pudiera ser feliz y ajeno al dolor, mejor.
Celebraron la Navidad, algo que no recordaba echar tanto de menos hasta que se sumieron en ese par de días de celebración y preparación. Le gustó estar con toda su familia reunida, porque Höor y sus hijos eran como su propia familia, y aliviar un poco los pesares de esos niños que sen quedaban sin su padre demasiado a menudo; algo que le sucedería sin duda también a sus hijos ya que donde iba Höor, iba Ulf.
Al parecer entre Höor y Danielle había algo y la bruja que era más observadora que ninguno, se percató desde el primer momento. Le preguntó a su marido si podía olerlo y éste asintió pero le hizo caso a su mujer cuando le pidió que los dejara tranquilos, que no les gastase demasiadas bromas en el desayuno, porque estaba claro lo que había pasado y si ellos no lo decían, sería por algo.
Tres días de paz, tan sólo tres días, porque de nuevo Höor se marchaba a arreglar algun entuerto y estaría ausente 3 o 4 meses. Al menos a Ulf lo dejaba en tierra, pero no exento de misión, ir a buscar un basilisco. Ya en casa se dejó caer el sillón pinzándose el puente de la nariz.
— Ulf... un basilisco... es una bestia horrible. En los libros se dice que petrifican con la mirada, tendrás que luchar contra él a ciegas. Pero hay varias cosas que pueden ayudarte.— Le tendió un espejo.— si consigues que se mire a sí mismo, lo petrificarás, y si no, al menos te servirá para saber por donde está.— Le dio también tres frascos, uno de ellos vacío.— El azul expulsa la ponzoña de la bestia de tus heridas, pero debes ponerlo mientras sangren, una vesz cerradas ya no se puede hacer nada. El rojo es un conjuro de protección para el colmillo cuando lo consigas, si lo tocas sin el conjuro se te pudrirá la mano, envuélvelo con este conjuro y estarás salvo. Usa tu Ojo superior, tu visión remota cuando tengas los ojos cerrados...— ¿Quería que fuera a esa misión? no, evidentemente. Pero estaba ya acostumbrada a que tuviera que hacer barbaridades y lo único que ella podía hacer es ayudarlo con todo lo que pudiera a regresar sano y salvo a casa. Lo abrazó apretándolo fuerte.— Regresarás, lo he visto, pero eso no hace que esté más tranquila. El tarro vacío es... ¿podrías traerme un poco de sangre de basilisco? sirve para un hechizo protector muy fuerte.
Eso no era exactamente así, tenía en mente un hechizo de longevidad, porque Ulf viviría mucho más que ella y también sus hijos si salían cambiantes. Pero ademas de un ingrediente tan extraño como la sangre de basilisco, necesitaba de otras cosas que tardaría años en reunirlas, y algunas de ellas de dudosa moralidad. Lo seguiría pensando si realmente al final se decidía a realizarlo.
Giuliana Mordrake- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 179
Fecha de inscripción : 01/04/2016
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: La Tempestad. (+18)
Höor no me había contado lo de Dani, apestaba a ella y viceversa en el desayuno, era tan evidente lo que estaba pasando que era un insulto que no conociera mis capacidades para detectarlo. Francamente Höor nunca destacó por ser un bocazas en lo referente a las mujeres con las que se acostaba, así que cuando Giuliana me preguntó, le di mi opinión, que no tenían nada serio, que había sido fruto de una noche de alcohol y que Höor había tenido mas noches de estas pero que nadie se había enterado porque él a diferencia del resto se lo callaba.
La navidad había obrado el milagro, no era tonto, que Höor sentía algo por la pirata para mi estaba muy claro, pero no era el tipo de mujer para él.
Con Valeria había sufrido mas de la cuenta, se lo dije cuando me la presentó, no es mujer para ti, pero Höor no siempre escucha, que cojones, no lo hace nunca y bueno, en esta ocasión pensaba lo mismo. Dani era muy libre, Höor tenia muchas obligaciones y quizás le vendría mejor estar con una mujer como Giuliana que le prestara mas atención, que pudiera entenderlo...
Yo apostaba por Ira, merecía un poco de paz y con ella la encontraría, sin embargo mi mujer lo hacia por Dani. Fuere como fuere, Höor haría lo que quisiera como siempre.
No fue eso lo que me tenia mas jodido, me dejé caer en el sofá junto a mi mujer, ella hablaba pero yo estaba a otra cosa, se que estaba preocupada por mi caza del basilisco, no dudaba que fuera a ser complicado hacerme con el colmillo de uno de esos ejemplares, pero..
-¡Joder! -la corté -¡Por Odin! ¿como cojones Höor es asi de terco? ¿lo has visto volver de ese bosque? -le pregunté a mi mujer hundiendo mis pantanos en sus verdes – no debería ir solo con la condesa, ese lugar es peligroso, me he informado, nadie sale de ahí con vida, se suicidan.
¿Giuliana dime que puedo hacer?
Restregué mi mano por mi cara frustrado, no estaba centrado en la difícil misión que me habían encomendado, yo era como un hermano para Höor, lo había visto nacer, crecer, convertirse en el hombre que era y no quería verlo también morir.
-Giuliana -susurré su nombre hundiendo mi cabeza en su cuello -no voy a ir a por le basilisco, tengo que ir con Höor, me colaré en ese barco y cuando estemos de viaje ya no podrá hacer nada por evitar que lo acompañe, tu y Dani podéis mantener Akershus y Atharal podrá buscar ese bicho, es un pájaro, no se le dará mal..si muere Höor, morirá Akershus.
Posé mi mano en su vientre con mi decisión tomada, acaricié su vientre despacio.
-Te quiero, a ti y a mis hijos.
La navidad había obrado el milagro, no era tonto, que Höor sentía algo por la pirata para mi estaba muy claro, pero no era el tipo de mujer para él.
Con Valeria había sufrido mas de la cuenta, se lo dije cuando me la presentó, no es mujer para ti, pero Höor no siempre escucha, que cojones, no lo hace nunca y bueno, en esta ocasión pensaba lo mismo. Dani era muy libre, Höor tenia muchas obligaciones y quizás le vendría mejor estar con una mujer como Giuliana que le prestara mas atención, que pudiera entenderlo...
Yo apostaba por Ira, merecía un poco de paz y con ella la encontraría, sin embargo mi mujer lo hacia por Dani. Fuere como fuere, Höor haría lo que quisiera como siempre.
No fue eso lo que me tenia mas jodido, me dejé caer en el sofá junto a mi mujer, ella hablaba pero yo estaba a otra cosa, se que estaba preocupada por mi caza del basilisco, no dudaba que fuera a ser complicado hacerme con el colmillo de uno de esos ejemplares, pero..
-¡Joder! -la corté -¡Por Odin! ¿como cojones Höor es asi de terco? ¿lo has visto volver de ese bosque? -le pregunté a mi mujer hundiendo mis pantanos en sus verdes – no debería ir solo con la condesa, ese lugar es peligroso, me he informado, nadie sale de ahí con vida, se suicidan.
¿Giuliana dime que puedo hacer?
Restregué mi mano por mi cara frustrado, no estaba centrado en la difícil misión que me habían encomendado, yo era como un hermano para Höor, lo había visto nacer, crecer, convertirse en el hombre que era y no quería verlo también morir.
-Giuliana -susurré su nombre hundiendo mi cabeza en su cuello -no voy a ir a por le basilisco, tengo que ir con Höor, me colaré en ese barco y cuando estemos de viaje ya no podrá hacer nada por evitar que lo acompañe, tu y Dani podéis mantener Akershus y Atharal podrá buscar ese bicho, es un pájaro, no se le dará mal..si muere Höor, morirá Akershus.
Posé mi mano en su vientre con mi decisión tomada, acaricié su vientre despacio.
-Te quiero, a ti y a mis hijos.
Ulf Tollak- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 196
Fecha de inscripción : 18/12/2016
Página 11 de 11. • 1, 2, 3 ... 9, 10, 11
Temas similares
» Tempestad -Fergus
» Noche de tempestad -Libre-
» Tempestad Roja {Ethan-Mia}
» Profunda tempestad || Privado
» El carácter se forja en la tempestad +18 [Gabriella]
» Noche de tempestad -Libre-
» Tempestad Roja {Ethan-Mia}
» Profunda tempestad || Privado
» El carácter se forja en la tempestad +18 [Gabriella]
Página 11 de 11.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour