AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Raakshason kee raat -Privado+18
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Raakshason kee raat -Privado+18
Recuerdo del primer mensaje :
"yah tum kya dekhate ho" ( Es lo que ves )
Algún evento en el centro de París, había alejado la clientela por esas horas. Me dediqué a darme un largo baño con mis aceites, debía estar preparada para esa noche en la que seguro alguien me reclamaría para hacer sus deseos realidad. Acostumbrada a la misma rutina, masajeé mis piernas con las yemas, los glúteos y los pechos, preparando mi cuerpo para una jornada intensiva..según la madame, estas noches más desiertas eran las más fructíferas a determinadas horas.
Tras enjabonar y darme el lujoso placer de un baño con flores secas, me dispuse a secarme y hundir las yemas en la piel, nutriéndola y cuidándola, era mi herramienta de trabajo...debía lucir perfecta. Dejé que mi cabello se secase a su amor, una cascada azabache que acariciaba mis nalgas, provocándome una risa cuando lo soltaba .
Una temperatura agradable, tan solo me puse por encima un batín de seda a medio abrochar, blanco como la nieve, en la espalda un bordado floral exquisito...que hacía juego con las flores que adornaban mi cabello. Dispuse tres rosas a un lado, el derecho, pequeñas rosas pequeñas que me daban ese toque más exótico.
Tenía hambre, apenas comí nada en todo el día. Ese maldito hombre me llevó más de media mañana en hacerlo desaparecer. Mi sonrisa , disfrazaba aquella amargura de tener que arrastrarlo hasta el río y dejarlo pudrirse en el lodo, como bien me habían pedido. Como si no hubiese ocurrido nada, mi sonrisa lucía resplandeciente, la mirada de mis compañeras no tardaron en posarse en mi persona. Sabía que ya tenía enemigas por robarles clientela pero me traía sin cuidado pues la ignorancia...era la mejor arma en estos casos.
Deslicé el dedo por la barra, pensando en qué tomar... un buen vino francés. Me mordí el labio inferior mientras paseaba la mirada por las distintas parejas, hombres con solo una prostituta, dos prostitutas con una...parejas de dos. Tomé mi copa dispuesta a llevarla a mi habitación cuando sin esperarlo, alguien me la arrebató... llevándosela, una compañera que ni ese placer me dejó saborear. Ni siquiera sabía quien tenía delante, me la iba a hacer pagar... sería la copa más cara de su vida. Solo le sonreí, mi cabeza ya comenzaba a trazar el plan...de su asesinato.
"yah tum kya dekhate ho" ( Es lo que ves )
Algún evento en el centro de París, había alejado la clientela por esas horas. Me dediqué a darme un largo baño con mis aceites, debía estar preparada para esa noche en la que seguro alguien me reclamaría para hacer sus deseos realidad. Acostumbrada a la misma rutina, masajeé mis piernas con las yemas, los glúteos y los pechos, preparando mi cuerpo para una jornada intensiva..según la madame, estas noches más desiertas eran las más fructíferas a determinadas horas.
Tras enjabonar y darme el lujoso placer de un baño con flores secas, me dispuse a secarme y hundir las yemas en la piel, nutriéndola y cuidándola, era mi herramienta de trabajo...debía lucir perfecta. Dejé que mi cabello se secase a su amor, una cascada azabache que acariciaba mis nalgas, provocándome una risa cuando lo soltaba .
Una temperatura agradable, tan solo me puse por encima un batín de seda a medio abrochar, blanco como la nieve, en la espalda un bordado floral exquisito...que hacía juego con las flores que adornaban mi cabello. Dispuse tres rosas a un lado, el derecho, pequeñas rosas pequeñas que me daban ese toque más exótico.
Tenía hambre, apenas comí nada en todo el día. Ese maldito hombre me llevó más de media mañana en hacerlo desaparecer. Mi sonrisa , disfrazaba aquella amargura de tener que arrastrarlo hasta el río y dejarlo pudrirse en el lodo, como bien me habían pedido. Como si no hubiese ocurrido nada, mi sonrisa lucía resplandeciente, la mirada de mis compañeras no tardaron en posarse en mi persona. Sabía que ya tenía enemigas por robarles clientela pero me traía sin cuidado pues la ignorancia...era la mejor arma en estos casos.
Deslicé el dedo por la barra, pensando en qué tomar... un buen vino francés. Me mordí el labio inferior mientras paseaba la mirada por las distintas parejas, hombres con solo una prostituta, dos prostitutas con una...parejas de dos. Tomé mi copa dispuesta a llevarla a mi habitación cuando sin esperarlo, alguien me la arrebató... llevándosela, una compañera que ni ese placer me dejó saborear. Ni siquiera sabía quien tenía delante, me la iba a hacer pagar... sería la copa más cara de su vida. Solo le sonreí, mi cabeza ya comenzaba a trazar el plan...de su asesinato.
- Spoiler:
Última edición por Thrisna el Lun Oct 02, 2017 2:08 am, editado 1 vez
Thrisna- Prostituta Clase Media
- Mensajes : 83
Fecha de inscripción : 01/09/2017
Re: Raakshason kee raat -Privado+18
Ni me molesté en vestirme, no necesitaba la ropa para pelear, luchar hasta que uno cayera al cuadrilátero, postrándose ante el otro. Sonreí maliciosa, dejando que mi cabellera larga tapase parte de mi trasero y mis pechos. No me importaba lo más mínimo que apreciasen mi desnudez, así vinimos al mundo y siempre dije que así deberíamos abandonar éste.
Al lobo no sólo le gustó mi propuesta, puso ciertas condiciones que acepté de buen grado. Le dediqué una mirada de advertencia, luchar con él iba a ser lo más excitante que haría esa noche. Un digno rival, un guerrero colosal. Esa noche no íbamos a dejar de luchar hasta que uno de los dos cayera, eso lo tenía más que claro. Esa sonrisa engreída, ojos fieros y no me quedé atrás, mi risa resonó en el lugar acallando murmullos.
Sentía las miradas puestas en mi persona, deleitándose en mi desnudez y muy atentos a cada movimiento que realizase pues era mi turno. Antes de atacar, me fijé en él detenidamente, impedido de uno de sus brazos. Mi ataque debía ser rápido, calculado. Caminé hacia él como un felino, una pequeña gatita buscando refugio, o eso quería aparentar pues mi único objetivo era arañar hasta el mismo alma.
Una imagen inocente, una sonrisa tierna que apenas podía destapar mis verdaderos pensamientos. Cogí carrerilla, acercándome a él con la velocidad del rayo...una inusual en una delicada dama. Cuando creyó que iba a golpearle en el rostro con uno de mis puños, alcé el brazo para barrer por debajo, golpear su espinilla con mi talón, golpe seco que lo hiciese flaquear un tanto y se intentase zafar del agarre que ejercieron mis piernas, enredándolas en las ajenas y tirar de ellas, dejar que cayese sobre mí.
Rodé por el suelo, levantándome desafiante. No iba a ganar tan fácil, solo lo despisté, con una sonrisa, alcé las manos como él hizo antes. Lo rodeé, acechándolo.. mirándole fijamente a los ojos, esperando ser atacada, fuese su turno. Tambalear a un guerrero como ese era muy difícil pero no imposible si sabías cómo hacerlo. Me agaché para esquivar un golpe seguro a mi rostro, mis brazos rodearon su cintura para volver a tirarlo al suelo.
Mis dedos pulgar e índice, buscaron un lugar en concreto, ese lugar en el que lo inmovilizaría el tiempo suficiente para hacerlo caer ante mí. Pincé el músculo cercano a su cuello para que no se moviese , presión justa, podía sentir un calambre general por todo su cuerpo, una técnica muy útil para estos casos en donde el contrincante era fuerte e indomable. Sonreí al ver como no podía mover un músculo, era tan fácil dejar consciente a alguien sin poder moverse con un simple gesto. Mis manos rodearon su cuello mis caderas chocaron con las ajenas y le observé mirarme de ese modo , ese que me excitaba más que cualquier caricia.
-Golpe bajo y nunca mejor dicho. ¿Vale que te hayas caído para proclamarme vencedora? No me importa perder, al menos esta noche... puedo torturar, hacerlo con la persona totalmente con sus facultades intactas, solo...sentiría dolor y desesperación. ¿Lo sientes? Ese hormigueo. Te quedan diez segundos para dejar de ser una marioneta de madera... -me aparté entre risas... esperando cualquier movimiento.
Al lobo no sólo le gustó mi propuesta, puso ciertas condiciones que acepté de buen grado. Le dediqué una mirada de advertencia, luchar con él iba a ser lo más excitante que haría esa noche. Un digno rival, un guerrero colosal. Esa noche no íbamos a dejar de luchar hasta que uno de los dos cayera, eso lo tenía más que claro. Esa sonrisa engreída, ojos fieros y no me quedé atrás, mi risa resonó en el lugar acallando murmullos.
Sentía las miradas puestas en mi persona, deleitándose en mi desnudez y muy atentos a cada movimiento que realizase pues era mi turno. Antes de atacar, me fijé en él detenidamente, impedido de uno de sus brazos. Mi ataque debía ser rápido, calculado. Caminé hacia él como un felino, una pequeña gatita buscando refugio, o eso quería aparentar pues mi único objetivo era arañar hasta el mismo alma.
Una imagen inocente, una sonrisa tierna que apenas podía destapar mis verdaderos pensamientos. Cogí carrerilla, acercándome a él con la velocidad del rayo...una inusual en una delicada dama. Cuando creyó que iba a golpearle en el rostro con uno de mis puños, alcé el brazo para barrer por debajo, golpear su espinilla con mi talón, golpe seco que lo hiciese flaquear un tanto y se intentase zafar del agarre que ejercieron mis piernas, enredándolas en las ajenas y tirar de ellas, dejar que cayese sobre mí.
Rodé por el suelo, levantándome desafiante. No iba a ganar tan fácil, solo lo despisté, con una sonrisa, alcé las manos como él hizo antes. Lo rodeé, acechándolo.. mirándole fijamente a los ojos, esperando ser atacada, fuese su turno. Tambalear a un guerrero como ese era muy difícil pero no imposible si sabías cómo hacerlo. Me agaché para esquivar un golpe seguro a mi rostro, mis brazos rodearon su cintura para volver a tirarlo al suelo.
Mis dedos pulgar e índice, buscaron un lugar en concreto, ese lugar en el que lo inmovilizaría el tiempo suficiente para hacerlo caer ante mí. Pincé el músculo cercano a su cuello para que no se moviese , presión justa, podía sentir un calambre general por todo su cuerpo, una técnica muy útil para estos casos en donde el contrincante era fuerte e indomable. Sonreí al ver como no podía mover un músculo, era tan fácil dejar consciente a alguien sin poder moverse con un simple gesto. Mis manos rodearon su cuello mis caderas chocaron con las ajenas y le observé mirarme de ese modo , ese que me excitaba más que cualquier caricia.
-Golpe bajo y nunca mejor dicho. ¿Vale que te hayas caído para proclamarme vencedora? No me importa perder, al menos esta noche... puedo torturar, hacerlo con la persona totalmente con sus facultades intactas, solo...sentiría dolor y desesperación. ¿Lo sientes? Ese hormigueo. Te quedan diez segundos para dejar de ser una marioneta de madera... -me aparté entre risas... esperando cualquier movimiento.
Thrisna- Prostituta Clase Media
- Mensajes : 83
Fecha de inscripción : 01/09/2017
Re: Raakshason kee raat -Privado+18
Tenia que reconocer que la prostituta ejecutaba con maestra sus dos artes, el amatorio de ahí su papel en el Satén donde vendía su cuerpo al mejor postor o en el combate, donde de igual modo se vendía por unas monedas de oro.
No tenia problema en ninguna de las dos cosas, no ansiaba una mujer fiel, es mas, ni siquiera ansiaba una mujer y que me demostrara su rapidez mientras mi mano seguía anclada a mi espalda era la clara prueba de que el contrato daría el fruto deseado, la muerte de mi primo era lo único que me importaba.
Su ladeada sonrisa me mostró su altivez cuando me tuvo en el suelo asegurando que era un trozo de madera y que no podría moverme durante un tiempo.
En algo se equivocaba, yo no era un hombre cualquiera, era un guerrero, un licantropo, el experimento perfecto de mi padre, así que sin poder evitar curvar mis labios en una mueca divertida me alcé del suelo ante su cara de sorpresa.
Mi mano atajó la distancia hasta su cuello, mis zarpas se hundieron en su piel haciéndola sangrar mientras la dama se revolvía sin poder respirar.
Elevé sus pies de tierra, vanos sus intentos de revolverse cuando la visión se le nublaba.
Desnuda su cuerpo empezaba a caer lánguido, sus manos a cada costado de su cuerpo la trasformaban en un precioso muñeco de trapo.
Sus ojos desenfocados no pedían clemencia, pero la vida se le escapaba al ritmo que el aire no entraba por sus pulmones.
Era orgullosa, una fiera guerrera que aceptaba su sino si le llegaba.
Antes de que eso sucediera, la dejé caer sin mas contra el suelo, una bocanada de aire fue su salvación y con ella mi bota golpeó su rostro dejándola tirada sobre la lona.
-Yo soy un guerrero, no lo olvides nunca.
Me dí la vuelta para volver al sofá, desde allí la llamé con mi dedo de forma engreída.
No tenia problema en ninguna de las dos cosas, no ansiaba una mujer fiel, es mas, ni siquiera ansiaba una mujer y que me demostrara su rapidez mientras mi mano seguía anclada a mi espalda era la clara prueba de que el contrato daría el fruto deseado, la muerte de mi primo era lo único que me importaba.
Su ladeada sonrisa me mostró su altivez cuando me tuvo en el suelo asegurando que era un trozo de madera y que no podría moverme durante un tiempo.
En algo se equivocaba, yo no era un hombre cualquiera, era un guerrero, un licantropo, el experimento perfecto de mi padre, así que sin poder evitar curvar mis labios en una mueca divertida me alcé del suelo ante su cara de sorpresa.
Mi mano atajó la distancia hasta su cuello, mis zarpas se hundieron en su piel haciéndola sangrar mientras la dama se revolvía sin poder respirar.
Elevé sus pies de tierra, vanos sus intentos de revolverse cuando la visión se le nublaba.
Desnuda su cuerpo empezaba a caer lánguido, sus manos a cada costado de su cuerpo la trasformaban en un precioso muñeco de trapo.
Sus ojos desenfocados no pedían clemencia, pero la vida se le escapaba al ritmo que el aire no entraba por sus pulmones.
Era orgullosa, una fiera guerrera que aceptaba su sino si le llegaba.
Antes de que eso sucediera, la dejé caer sin mas contra el suelo, una bocanada de aire fue su salvación y con ella mi bota golpeó su rostro dejándola tirada sobre la lona.
-Yo soy un guerrero, no lo olvides nunca.
Me dí la vuelta para volver al sofá, desde allí la llamé con mi dedo de forma engreída.
Hati Dag- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 54
Fecha de inscripción : 05/09/2017
Re: Raakshason kee raat -Privado+18
La inmovilidad no surtía efecto en un ser sobrenatural como en un humano. Menos tiempo, llegó tarde al apartarse, él le tomó del cuello con fuerza y firmeza, dispuesto a acabar con . En ningún instante, se le borró la sonrisa arrogante e insaciable. Los labios carnosos color cereza, se entreabrieron dejando escapar un quejido, la vista se iba borrando...sus orbes esmeraldas se volvieron cristalinos... la vida se le apagaba y en vez de claudicar , su sonrisa se ensanchó aún más.
Su cuerpo se erizó, él pudo notar como sus pezones volvían a ponerse duros, su cuerpo volvía a estremecerse por la sensación de ser tomada de ese modo. Se le iba la vida y en vez de zafarse , esperó a que aquel agarre terminase por volverla completamente loca. Sonrió, casi pierde el conocimiento, cayendo en medio del cuadrilátero.
La respiración volvió a la normalidad, poco a poco. Una gran bocanada que le insufló vida. Su risa hizo eco en el lugar, callando de golpe los murmullos, deteniendo la actividad del local. El cabello revuelto, lo buscó con la mirada... si pensaba que iba a rendirse, estaba muy equivocado. Alzó la barbilla, volviendo a ponerse de pie y las miradas pronto se centraron en ella, completamente desnuda, llamando sin proponérselo la atención.
Con el puño cerrado, se limpió la sangre del labio, lamiéndola después sin dejar de mirarle a los ojos. Sus pasos volvieron hasta el guerrero que la llamaba, su sonrisa se ensanchó al ver la ajena. Era muy atractivo, le gustaba la forma con la que luchaba...un guerrero incapaz de rendirse, luchar hasta el final.
[color=pink]-Buen golpe pero te costarán más para derribarme, sé que eres sobrenatural...pero más que sobrenatural, eres fuerte y astuto... sin escrúpulos, un digno rival. Rió sentándose a horcajadas en su regazo, sus pequeñas manos rodearon su cuello, haciendo la presión suficiente para que echase hacia atrás la cabeza, su boca se acercó a la ajena... mientras sus caderas se mueven insinuantes... no era simplemente sexo, se estaban dejando confiar por primera vez ...al menos de su parte Tendrás que golpearme más para que tan solo pierda el conocimiento... ¿un nuevo asalto? -podía ser cualquiera de las dos luchas, el cuerpo de la India seguía completamente excitado, por lo vivido por imaginar lo que vendría después -¿Qué dices, Hati? -al susurrar su nombre, convertía cada letra en un susurro de lo más dulce y tierno.
Su cuerpo se erizó, él pudo notar como sus pezones volvían a ponerse duros, su cuerpo volvía a estremecerse por la sensación de ser tomada de ese modo. Se le iba la vida y en vez de zafarse , esperó a que aquel agarre terminase por volverla completamente loca. Sonrió, casi pierde el conocimiento, cayendo en medio del cuadrilátero.
La respiración volvió a la normalidad, poco a poco. Una gran bocanada que le insufló vida. Su risa hizo eco en el lugar, callando de golpe los murmullos, deteniendo la actividad del local. El cabello revuelto, lo buscó con la mirada... si pensaba que iba a rendirse, estaba muy equivocado. Alzó la barbilla, volviendo a ponerse de pie y las miradas pronto se centraron en ella, completamente desnuda, llamando sin proponérselo la atención.
Con el puño cerrado, se limpió la sangre del labio, lamiéndola después sin dejar de mirarle a los ojos. Sus pasos volvieron hasta el guerrero que la llamaba, su sonrisa se ensanchó al ver la ajena. Era muy atractivo, le gustaba la forma con la que luchaba...un guerrero incapaz de rendirse, luchar hasta el final.
[color=pink]-Buen golpe pero te costarán más para derribarme, sé que eres sobrenatural...pero más que sobrenatural, eres fuerte y astuto... sin escrúpulos, un digno rival. Rió sentándose a horcajadas en su regazo, sus pequeñas manos rodearon su cuello, haciendo la presión suficiente para que echase hacia atrás la cabeza, su boca se acercó a la ajena... mientras sus caderas se mueven insinuantes... no era simplemente sexo, se estaban dejando confiar por primera vez ...al menos de su parte Tendrás que golpearme más para que tan solo pierda el conocimiento... ¿un nuevo asalto? -podía ser cualquiera de las dos luchas, el cuerpo de la India seguía completamente excitado, por lo vivido por imaginar lo que vendría después -¿Qué dices, Hati? -al susurrar su nombre, convertía cada letra en un susurro de lo más dulce y tierno.
Thrisna- Prostituta Clase Media
- Mensajes : 83
Fecha de inscripción : 01/09/2017
Re: Raakshason kee raat -Privado+18
Miré a la asesina, sus ojos me buscaron brillantes, como si en esta reunión de dos las cosas no pudieran ir mejor.
Subió a horcajadas nuevamente sobre mi cuerpo, sus labios tentaban los míos pidiendo un nuevo encuentro aunque desconocía exactamente si de lo primero, de lo segundo o de ambas cosas en el mismo sitio.
Ladeé la sonrisa contra su boca.
-Ahora no -dije sin mas de forma tentadora.
Quería que tuviera claro que yo tomaba las decisiones, lo que quería y lo que no, esto distaba mucho de ser una relación, yo era el hijo del rey, nunca doblegaría mi voluntad por colarme entre las piernas de una mujer.
Apuré de golpe la copa mientras mis ámbar por encima del cristal la buscaban.
Podía verla desconcertada, creo que estaba acostumbrada a hacer y deshacer a voluntad y que un hombre se negara a as le descuadraba.
Tomé una pluma que llevaba una mujer de bellas formas entre las tetas y sin mediar palabra garabateé en su brazo una dirección.
Allí estaba amarrado mi barco, partiríamos con el ocaso, si quería viajar conmigo ese seria el momento preciso de volver a encontrarnos.
No necesité despedida, solo ponerme en pie mientras sus ojos me repasaban con hambruna.
No era como uno de esos tantos parisinos que la frecuentaban, yo era un guerrero y Loqui guiaba mis pasos.
Caminé con firmeza dándole la espalda, el acuerdo estaba cerrado, yo diría que mas que eso pues como le dije no solía mezclar los negocios con el placer y en esta ocasión había hecho una excepción que esperaba no me pasara factura.
Me perdí por las calles de París rumbo al hotel les arenes, me hospedaría allí aquella noche, mi trabajo había sido ejecutado, ahora en sus manso estaba dar muerte a mi enemigo del modo mas oportuno.
Subió a horcajadas nuevamente sobre mi cuerpo, sus labios tentaban los míos pidiendo un nuevo encuentro aunque desconocía exactamente si de lo primero, de lo segundo o de ambas cosas en el mismo sitio.
Ladeé la sonrisa contra su boca.
-Ahora no -dije sin mas de forma tentadora.
Quería que tuviera claro que yo tomaba las decisiones, lo que quería y lo que no, esto distaba mucho de ser una relación, yo era el hijo del rey, nunca doblegaría mi voluntad por colarme entre las piernas de una mujer.
Apuré de golpe la copa mientras mis ámbar por encima del cristal la buscaban.
Podía verla desconcertada, creo que estaba acostumbrada a hacer y deshacer a voluntad y que un hombre se negara a as le descuadraba.
Tomé una pluma que llevaba una mujer de bellas formas entre las tetas y sin mediar palabra garabateé en su brazo una dirección.
Allí estaba amarrado mi barco, partiríamos con el ocaso, si quería viajar conmigo ese seria el momento preciso de volver a encontrarnos.
No necesité despedida, solo ponerme en pie mientras sus ojos me repasaban con hambruna.
No era como uno de esos tantos parisinos que la frecuentaban, yo era un guerrero y Loqui guiaba mis pasos.
Caminé con firmeza dándole la espalda, el acuerdo estaba cerrado, yo diría que mas que eso pues como le dije no solía mezclar los negocios con el placer y en esta ocasión había hecho una excepción que esperaba no me pasara factura.
Me perdí por las calles de París rumbo al hotel les arenes, me hospedaría allí aquella noche, mi trabajo había sido ejecutado, ahora en sus manso estaba dar muerte a mi enemigo del modo mas oportuno.
Hati Dag- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 54
Fecha de inscripción : 05/09/2017
Re: Raakshason kee raat -Privado+18
“Ahora no”.
Una sonrisa dibujada en los labios cereza, risa que impactó con la boca deliciosa del licántropo. Acababa de dejar claro que no, no iban a bailar ni a luchar más por esa noche. Una noche diferente en la que disfrutó hasta el último segundo pues ese hombre acababa de cruzarse en su camino para cambiarlo todo. Con él la aventura, estaba más que asegurada. Le observó escribir la dirección, recreándose en él , su cuerpo desnudo mostraba no solo las cicatrices de las gestas ganadas, si no una historia que la cortesana se había propuesto conocer.
Sobraron las palabras y tras una sonrisa de suficiencia, ambos abandonaron el lugar como si nunca hubiesen estado allí, menos juntos. Le recordó demasiado a sí misma, no hacía amigos, menos se dedicaba a despedirse de quien ha pagado por los placeres de la carne, en este caso...era uno muy diferente pues había surgido sin más, lo disfrutó como nunca y aún aturdida, se miró en el espejo de la habitación.
Hasta ese momento no se percató de las heridas, las garras marcadas en las nalgas, la sangre reseca... y la piel erizada al recuerdo de aquel encuentro sexual apasionado y placentero. Solo de imaginar cómo la penetraba volvió a excitarse, por primera vez...tuvo que hacer uso de sus habilidades más íntimas para complacerse a sí misma.
Días después, con una mochila de cuero a la espalda, sombrero de ala ancha y atuendo oscuro de cuero, se presentó en dicha dirección que emborronada...seguía en su brazo derecho. Sus orbes se alzaron en la búsqueda de aquel que había pagado sus servicios, el viaje al Norte estaba previsto e iba a partir con él en cuanto amaneciese.
Pudo observar como en cubierta, el trajín de la tripulación en disponer el barco para tan glorioso viaje. Cruzó la pasarela, buscando a aquel quien seguramente no esperase... pues ¿por qué iba a acompañarle cuando debía ir sola y ejecutar el asesinato? Estaba pagado y aún así, la sola idea de volver a desaparecer una temporada de su trabajo entre sabanas, le parecía la más acertada...
De espaldas, pudo verle hablar con uno de sus compañeros, ancha y robusta... los orbes esmeralda centellearon por la sola idea de tenerle bajo su cuerpo de un modo muy diferente al que pudiese imaginar...ahora no eran los mismos en aquel tugurio. Carraspeo, dejando caer a sus pies la pesada mochila, no necesitaba un baúl, menos un lacayo que llevase sus bienes materiales pues lo más importante ya lo llevaba encima.
-¿Cuándo nos vamos, norteño? Tenemos mucho qué hacer -se mordió el labio inferior, mirando de reojo a las personas que los rodeaban, los estudiaba...esa era su máxima prioridad, la cortesana se había quedado en aquella lujosa habitación, frente a él... la guerrera que estaba esperando.
Una sonrisa dibujada en los labios cereza, risa que impactó con la boca deliciosa del licántropo. Acababa de dejar claro que no, no iban a bailar ni a luchar más por esa noche. Una noche diferente en la que disfrutó hasta el último segundo pues ese hombre acababa de cruzarse en su camino para cambiarlo todo. Con él la aventura, estaba más que asegurada. Le observó escribir la dirección, recreándose en él , su cuerpo desnudo mostraba no solo las cicatrices de las gestas ganadas, si no una historia que la cortesana se había propuesto conocer.
Sobraron las palabras y tras una sonrisa de suficiencia, ambos abandonaron el lugar como si nunca hubiesen estado allí, menos juntos. Le recordó demasiado a sí misma, no hacía amigos, menos se dedicaba a despedirse de quien ha pagado por los placeres de la carne, en este caso...era uno muy diferente pues había surgido sin más, lo disfrutó como nunca y aún aturdida, se miró en el espejo de la habitación.
Hasta ese momento no se percató de las heridas, las garras marcadas en las nalgas, la sangre reseca... y la piel erizada al recuerdo de aquel encuentro sexual apasionado y placentero. Solo de imaginar cómo la penetraba volvió a excitarse, por primera vez...tuvo que hacer uso de sus habilidades más íntimas para complacerse a sí misma.
Días después, con una mochila de cuero a la espalda, sombrero de ala ancha y atuendo oscuro de cuero, se presentó en dicha dirección que emborronada...seguía en su brazo derecho. Sus orbes se alzaron en la búsqueda de aquel que había pagado sus servicios, el viaje al Norte estaba previsto e iba a partir con él en cuanto amaneciese.
Pudo observar como en cubierta, el trajín de la tripulación en disponer el barco para tan glorioso viaje. Cruzó la pasarela, buscando a aquel quien seguramente no esperase... pues ¿por qué iba a acompañarle cuando debía ir sola y ejecutar el asesinato? Estaba pagado y aún así, la sola idea de volver a desaparecer una temporada de su trabajo entre sabanas, le parecía la más acertada...
De espaldas, pudo verle hablar con uno de sus compañeros, ancha y robusta... los orbes esmeralda centellearon por la sola idea de tenerle bajo su cuerpo de un modo muy diferente al que pudiese imaginar...ahora no eran los mismos en aquel tugurio. Carraspeo, dejando caer a sus pies la pesada mochila, no necesitaba un baúl, menos un lacayo que llevase sus bienes materiales pues lo más importante ya lo llevaba encima.
-¿Cuándo nos vamos, norteño? Tenemos mucho qué hacer -se mordió el labio inferior, mirando de reojo a las personas que los rodeaban, los estudiaba...esa era su máxima prioridad, la cortesana se había quedado en aquella lujosa habitación, frente a él... la guerrera que estaba esperando.
Thrisna- Prostituta Clase Media
- Mensajes : 83
Fecha de inscripción : 01/09/2017
Re: Raakshason kee raat -Privado+18
Elevé la ceja al verla, al parecer la guerrera había aceptado viajar conmigo hacia el norte, así que no opuse resistencia a ofrecerle un camarote en mi navío.
-Póngase cómoda guerrera, nos esperan días de camino hasta alcanzar tierras norteñas.
Ladeé la sonrisa la verla dejar su pequeño petate sobre el lecho mientras me miraba con esa lascivia que la dama siempre arrastraba.
-Tendremos tiempo de jugar -aseguré sin mas con cierta indiferencia que por supuesto no sentía hacia ella, pero si era mi intención dejarle claro que yo no era de esos que se enamoran por colarse entre unas piernas.
Es mas dudaba que ese sentimiento pudiera albergarlo en mi vida.
Yo llegaba tomaba lo que quería y me iba, no había mas que eso, ni lo habría.
Lo que nos unía a ambos era un negocio aunque me había saltado las normas con ella pues no tendía a fornicar con la mujer que iba a trabajar para mi, no antes al menos de que la misión hubiera resultado completada, con ella si lo había hecho y eso podía traernos consecuencias complicadas a ambos que no estaba dispuesto a asumir.
-Os veré en le restaurante para la comida -dije sin mas.
Cerré la puerta tras de mi, pasé la mañana en cubierta si algo me había enseñado mi padre es a dirigir, si quería que las cosas fueran bien tenia que hacerlas por mi mismo y mi mano férrea era temida en ese barco y en todo el norte dicho de paso.
El capitán guiaba el timón con fiereza, daba ordenes a los hombres que corrían por cubierta y trepaban por las maromas para guiar los mástiles y desplegar las velas.
En bodegas los esclavos a golpe de látigo remaban con fuerza.
Mi sonrisa se ladeó observando mi obra, aquel engranaje perfecto del miedo en las entrañas de los míos.
No tardo en subir a cubierta la doncella guerrera.
-¿Os aburrís? -pregunté tendiéndole la mano para que me acompañara a mirar el infinito horizonte desde proa.
-Espero ya alberguéis un plan para dar muerte a Höor Cannif. No me gustan las decepciones.
-Póngase cómoda guerrera, nos esperan días de camino hasta alcanzar tierras norteñas.
Ladeé la sonrisa la verla dejar su pequeño petate sobre el lecho mientras me miraba con esa lascivia que la dama siempre arrastraba.
-Tendremos tiempo de jugar -aseguré sin mas con cierta indiferencia que por supuesto no sentía hacia ella, pero si era mi intención dejarle claro que yo no era de esos que se enamoran por colarse entre unas piernas.
Es mas dudaba que ese sentimiento pudiera albergarlo en mi vida.
Yo llegaba tomaba lo que quería y me iba, no había mas que eso, ni lo habría.
Lo que nos unía a ambos era un negocio aunque me había saltado las normas con ella pues no tendía a fornicar con la mujer que iba a trabajar para mi, no antes al menos de que la misión hubiera resultado completada, con ella si lo había hecho y eso podía traernos consecuencias complicadas a ambos que no estaba dispuesto a asumir.
-Os veré en le restaurante para la comida -dije sin mas.
Cerré la puerta tras de mi, pasé la mañana en cubierta si algo me había enseñado mi padre es a dirigir, si quería que las cosas fueran bien tenia que hacerlas por mi mismo y mi mano férrea era temida en ese barco y en todo el norte dicho de paso.
El capitán guiaba el timón con fiereza, daba ordenes a los hombres que corrían por cubierta y trepaban por las maromas para guiar los mástiles y desplegar las velas.
En bodegas los esclavos a golpe de látigo remaban con fuerza.
Mi sonrisa se ladeó observando mi obra, aquel engranaje perfecto del miedo en las entrañas de los míos.
No tardo en subir a cubierta la doncella guerrera.
-¿Os aburrís? -pregunté tendiéndole la mano para que me acompañara a mirar el infinito horizonte desde proa.
-Espero ya alberguéis un plan para dar muerte a Höor Cannif. No me gustan las decepciones.
Hati Dag- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 05/09/2017
Re: Raakshason kee raat -Privado+18
El viaje iba a ser largo, lo suficiente para meditar. Su objetivo era deshacerse de ese tal Höor Cannif y antes, tenía que conocer su gente, su alrededor, todo lo que conllevase tener relación con él. Tenía muy claro el trabajo y el resultado que debía obtener, una muerte sin testigos y limpia, como solían ser todas. En los días siguientes después de tratar con Hati, estuvo indagando por si sabían algo del Cannif y esa tal Valeria Cavey, por lo que pudo enterarse, se casaron y tuvieron hijos, todos residían en el Norte, excepto la señorita que iba y venía a París, no eran del todo un matrimonio...así que ella no valdría para nada, el Conde incluso la recompensaría por deshacerse de esa mujer insufrible.
Tras acomodar sus pocas pertenencias y asearse, se dirigió a cubierta. Examinó a todo aquel que se cruzaba en su camino, la tripulación no descansaba ni un solo segundo. Las miradas pronto se centraron en ella, con una simple mirada... fue suficiente para que siguiesen con su trabajo. La voz del licantropo, lo buscó con la mirada y sonrió de medio lado, dirigiéndose a proa, no le tomó de la mano, declinó esa invitación. Ya no era la señorita cortesana complaciente, ahora era quién era, una guerrera que solo esperaba cumplir a la perfección su objetivo.
-Ni a mí decepcionar, tendréis vuestra venganza. Aunque ya os advierto de que no va a ser llegar y besar el santo. Me tomaré mi tiempo en conocer a quien debo eliminar, no actúo sin más, además... debe ser limpio y nadie sospeche -la mirada esmeralda se perdió en el horizonte, ahora lo único que le importaba era acabar con ese hombre, no pensaba en nada más... su trabajo acaparaba todo pensamiento.
Si creía que iba a hacerse ideas equivocadas sobre lo ocurrido en aquel lugar apartado en donde pudieron ser ellos sin trampa ni cartón, dos adversarios dignos del otro. No buscaba nada más que terminar su trabajo, menos esperaba que algo cambiase entre ellos, todo por su parte estaba más que claro y definido. No era un secreto que le gustaba, se divirtió mucho luchando de ambas formas, y sí, ambas muy gratificantes.
-Quiero que me habléis de ese tal Höor Cannif. Vuestro familiar, tengo cierta información de la señorita que me nombrasteis, esposa del Conde aunque ahora creo que... no es una persona muy cercana a vuestro primo. De todos modos, el blanco perfecto son los niños... hay dos mágicos. Y... los demás pequeños futuros guerreros, eso al menos saben en París, desconocen más...-se apoyó en el borde, mirando al horizonte, se sentía bien como la brisa marina enredaba su cabello azabache, el cambio de temperatura...le erizó la piel.
Por encima del hombro, lo buscó con la mirada, girándose lentamente... y dejar que su espalda se apoyase, arqueándose. No dijo nada, tampoco hizo falta, mucho menos iba a pedirle otro tipo de favores si no eran relacionados con su misión.
-Háblame del Norte...Hati -ronroneó su nombre, como aquella noche mientras se pertenecían de aquel modo inhumano, loco...
Tras acomodar sus pocas pertenencias y asearse, se dirigió a cubierta. Examinó a todo aquel que se cruzaba en su camino, la tripulación no descansaba ni un solo segundo. Las miradas pronto se centraron en ella, con una simple mirada... fue suficiente para que siguiesen con su trabajo. La voz del licantropo, lo buscó con la mirada y sonrió de medio lado, dirigiéndose a proa, no le tomó de la mano, declinó esa invitación. Ya no era la señorita cortesana complaciente, ahora era quién era, una guerrera que solo esperaba cumplir a la perfección su objetivo.
-Ni a mí decepcionar, tendréis vuestra venganza. Aunque ya os advierto de que no va a ser llegar y besar el santo. Me tomaré mi tiempo en conocer a quien debo eliminar, no actúo sin más, además... debe ser limpio y nadie sospeche -la mirada esmeralda se perdió en el horizonte, ahora lo único que le importaba era acabar con ese hombre, no pensaba en nada más... su trabajo acaparaba todo pensamiento.
Si creía que iba a hacerse ideas equivocadas sobre lo ocurrido en aquel lugar apartado en donde pudieron ser ellos sin trampa ni cartón, dos adversarios dignos del otro. No buscaba nada más que terminar su trabajo, menos esperaba que algo cambiase entre ellos, todo por su parte estaba más que claro y definido. No era un secreto que le gustaba, se divirtió mucho luchando de ambas formas, y sí, ambas muy gratificantes.
-Quiero que me habléis de ese tal Höor Cannif. Vuestro familiar, tengo cierta información de la señorita que me nombrasteis, esposa del Conde aunque ahora creo que... no es una persona muy cercana a vuestro primo. De todos modos, el blanco perfecto son los niños... hay dos mágicos. Y... los demás pequeños futuros guerreros, eso al menos saben en París, desconocen más...-se apoyó en el borde, mirando al horizonte, se sentía bien como la brisa marina enredaba su cabello azabache, el cambio de temperatura...le erizó la piel.
Por encima del hombro, lo buscó con la mirada, girándose lentamente... y dejar que su espalda se apoyase, arqueándose. No dijo nada, tampoco hizo falta, mucho menos iba a pedirle otro tipo de favores si no eran relacionados con su misión.
-Háblame del Norte...Hati -ronroneó su nombre, como aquella noche mientras se pertenecían de aquel modo inhumano, loco...
Thrisna- Prostituta Clase Media
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Fecha de inscripción : 01/09/2017
Re: Raakshason kee raat -Privado+18
Mis dos brazos aprisionaron la cintura de la asesina que apoyada estaba en la baranda.
Quería información sobre el norte y por supuesto sobre la victima y su familia, era lógico, había obtenido ciertos detalles en París, pero francamente no los suficientes.
-¿que decir del norte, mi hogar? Lleno de valles y bosques, temperaturas gélidas que hielan lagos y que convierten sus mares en bravos.
El norte esta lleno de tierras áridas, de islas y de tempestad. Si tengo que sacarle un defecto, lo haré en ese carácter absurdo que la gente ostenta.
Esperanza lo llaman -me eche a reír a carcajadas – la gente necesita un rey, alguien que con mano férrea los guie como a los borregos que son. Pobres campesinos a los que el desgraciado de Höor Cannif les da una espada y se creen guerreros.
El norte pertenece a mi padre, cada palmo de tierra es nuestro y es lógico que tengan que pagarnos diezmos por permitirles trabajar esa tierra.
Ellos se alzan contra nosotros y nosotros los diezmamos y de esas, el conde se aprovecha para ser adorado.
Un baño de masas es lo único que mi primo necesita.
Por sus venas corre mi sangre, pero él a preferido dar la espalda a su familia, por comandar una revolución de inútiles que no saben pensar por si mismo.
Mis ojos se tornaron ámbar centelleando.
-El mayor don de de primo es ser un charlatán, tiene la facilidad de convencer al resto de que pueden cambiar y hacer lo correcto. Mi primo ha de morir y con él lo hará la esperanza del norte y bajaran la cabeza ante nuestro yugo.
Sobre su mujer, no deberías despreciarla, es mi primo el que es incapaz de valorar la joya que porta del brazo.
Ella, insensible, despiadada si es capaz de entender que el fin justifica los medios. Esa mujer se equivocó de bando.
Los niños, bueno, solo me interesa Sirius, dicen que es la reencarnación de Thor, que llegó con Höor una noche de tormenta. Quiero la oscuridad que reside en él. El resto puedes matarlos, me son indiferentes.
Quería información sobre el norte y por supuesto sobre la victima y su familia, era lógico, había obtenido ciertos detalles en París, pero francamente no los suficientes.
-¿que decir del norte, mi hogar? Lleno de valles y bosques, temperaturas gélidas que hielan lagos y que convierten sus mares en bravos.
El norte esta lleno de tierras áridas, de islas y de tempestad. Si tengo que sacarle un defecto, lo haré en ese carácter absurdo que la gente ostenta.
Esperanza lo llaman -me eche a reír a carcajadas – la gente necesita un rey, alguien que con mano férrea los guie como a los borregos que son. Pobres campesinos a los que el desgraciado de Höor Cannif les da una espada y se creen guerreros.
El norte pertenece a mi padre, cada palmo de tierra es nuestro y es lógico que tengan que pagarnos diezmos por permitirles trabajar esa tierra.
Ellos se alzan contra nosotros y nosotros los diezmamos y de esas, el conde se aprovecha para ser adorado.
Un baño de masas es lo único que mi primo necesita.
Por sus venas corre mi sangre, pero él a preferido dar la espalda a su familia, por comandar una revolución de inútiles que no saben pensar por si mismo.
Mis ojos se tornaron ámbar centelleando.
-El mayor don de de primo es ser un charlatán, tiene la facilidad de convencer al resto de que pueden cambiar y hacer lo correcto. Mi primo ha de morir y con él lo hará la esperanza del norte y bajaran la cabeza ante nuestro yugo.
Sobre su mujer, no deberías despreciarla, es mi primo el que es incapaz de valorar la joya que porta del brazo.
Ella, insensible, despiadada si es capaz de entender que el fin justifica los medios. Esa mujer se equivocó de bando.
Los niños, bueno, solo me interesa Sirius, dicen que es la reencarnación de Thor, que llegó con Höor una noche de tormenta. Quiero la oscuridad que reside en él. El resto puedes matarlos, me son indiferentes.
Hati Dag- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 05/09/2017
Re: Raakshason kee raat -Privado+18
Le había pedido le hablase de su tierra, aquella por la que guardaba respeto y lealtad. La guerrera, miraba al frente, perdida en la inmensidad del mar, el sol poniéndose en el horizonte. Una puesta de sol, la primera que veía acompañada pues nunca pasaba tiempo con alguien si no era para matarlo o meterse en su cama y luego acabar con él en determinados casos.
No pasó desapercibido el gesto del licantropo, afianzándola de la cintura, su grave voz susurrándole en el oído detalle por detalle palabras referentes a su Norte. En los labios de cereza, se formó una breve sonrisa intentando imaginárselo y bien sabía que podía imaginar pero no sería ni la mitad de increíble que sería aquel lugar. Curiosidad, eso sintió cuando le oyó reír... era la primera vez y le erizó la piel pues sin proponérselo la había provocado. Su rostro quedó a escasos centímetros de su boca y en ésta, la cortesana perdió su mirada de manera distraída.
-Me tomaré mi tiempo, sería demasiado evidente que nada más llegar al Norte me plantase frente a las puertas de la fortaleza, antes de preguntar siquiera..seguramente me cortarían la cabeza. No estoy insinuando que no me atreva, tampoco...que sea imposible pero todo a su y sobre los niños, ya te dije que no mato niños pero haremos una excepción. -se giró en sí misma, buscando sus orbes y al encontrarse, sus ojos centellearon de pura satisfacción...oírle hablar me recordaba demasiado,...a mí misma.
Un par de pasos para acortar la distancia, apenas unos milímetros que separaban sus labios , podía sentir el calor de su piel, llamas en su mirada. La venganza, la muerte de aquel “salvador del pueblo” sería la cumbre de su venganza y desde que entró en la habitación, ya aceptó sin aún mediar palabra.
-Me gustará más cuando vea el Norte con mis propios ojos, suena bien. Hablas con orgullo y eso te honra, guerrero. -miró hacia el cielo, se avecinaba tormenta. -El mismo Thor se ha revuelto en el sitio solo con oírte hablar -sonrisa traviesa que se apagó cuando el primer relámpago de la noche. El viento comenzó a azotar con fuerza, tenía un mal presentimiento y no solo por la tormenta, las esmeraldas buscaron en el mismo horizonte donde se había perdido el sol. La silueta de una embarcación se acercaba en sentido contrario, entrecerró los ojos para asegurarse.
-¿Preparado? La noche va a ser de lo más divertida -la embarcación cada vez nás cerca -Bonita noche se ha quedado para morir
No pasó desapercibido el gesto del licantropo, afianzándola de la cintura, su grave voz susurrándole en el oído detalle por detalle palabras referentes a su Norte. En los labios de cereza, se formó una breve sonrisa intentando imaginárselo y bien sabía que podía imaginar pero no sería ni la mitad de increíble que sería aquel lugar. Curiosidad, eso sintió cuando le oyó reír... era la primera vez y le erizó la piel pues sin proponérselo la había provocado. Su rostro quedó a escasos centímetros de su boca y en ésta, la cortesana perdió su mirada de manera distraída.
-Me tomaré mi tiempo, sería demasiado evidente que nada más llegar al Norte me plantase frente a las puertas de la fortaleza, antes de preguntar siquiera..seguramente me cortarían la cabeza. No estoy insinuando que no me atreva, tampoco...que sea imposible pero todo a su y sobre los niños, ya te dije que no mato niños pero haremos una excepción. -se giró en sí misma, buscando sus orbes y al encontrarse, sus ojos centellearon de pura satisfacción...oírle hablar me recordaba demasiado,...a mí misma.
Un par de pasos para acortar la distancia, apenas unos milímetros que separaban sus labios , podía sentir el calor de su piel, llamas en su mirada. La venganza, la muerte de aquel “salvador del pueblo” sería la cumbre de su venganza y desde que entró en la habitación, ya aceptó sin aún mediar palabra.
-Me gustará más cuando vea el Norte con mis propios ojos, suena bien. Hablas con orgullo y eso te honra, guerrero. -miró hacia el cielo, se avecinaba tormenta. -El mismo Thor se ha revuelto en el sitio solo con oírte hablar -sonrisa traviesa que se apagó cuando el primer relámpago de la noche. El viento comenzó a azotar con fuerza, tenía un mal presentimiento y no solo por la tormenta, las esmeraldas buscaron en el mismo horizonte donde se había perdido el sol. La silueta de una embarcación se acercaba en sentido contrario, entrecerró los ojos para asegurarse.
-¿Preparado? La noche va a ser de lo más divertida -la embarcación cada vez nás cerca -Bonita noche se ha quedado para morir
Thrisna- Prostituta Clase Media
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Fecha de inscripción : 01/09/2017
Re: Raakshason kee raat -Privado+18
Un barco oteamos en el horizonte, sinceramente, mi sonrisa se ladeó paladeando el sabor de la sangre, principalmente porque la bandera pirata hondeaba en su mástil.
-Vas a poder mostrarme lo eficaz que eres dando muerte ¿bailamos? -le pregunte a la vez que mis ojos claros adquirían un tono ámbar.
-¡¡Vamos!! -rugí a mis hombres -muerte, coas, no quiero que nada quede en pie de ese barco.
Los cañones cargados, divertido mi rostro cuando desenvainé la espada bajando el acero para dar orden a que los cañones fueran disparados.
Rugí, mis hombres reían, todos hambrientos del choque de barcos y de un enfrentamiento directo.
El que llevaba el timón sacaba la lengua, sacudía la cabeza haciendo ruido de forma abrupta, todos eramos unos demonios, la mayoría experimentos de mi padre que nos había no solo dado una vida distinta si no la oportunidad de ser dioses.
Escalaban por las cuerdas, se adueñaban del palo mayor y desde ahí les azuzaban sacudiendo sus espadas entre gruñidos.
El capitán viraba el barco zigzagueando, esquivando sus cañones, y disparando los nuestros cuando de frente quedábamos.
El cascaron quebrado, las bestias sedientas de sangre lanzamos los enganches en cuanto los cascos golpearon.
-¡Al abordaje! -rugó lanzándome sobre uno de los piratas desdichados, mis colmillos crecieron ,a mordiscos degollé su yugular.
La sangre goteaba por mis labios, mis ojos centelleaban por el placer del sabor férreo y por como la vida se extinguía entre mis manos, la busqué excitado ,esa noche algo me decía que acabaríamos en el lecho.
Ladeé la sonrisa antes de lanzarme a por el segundo desgraciado, mis zarpas en su vientre, las tripas salieron cuando desgarré su piel.
Rugí con el tono mostaza a un tercero que corría hacia mi posición y al que que decapité con mis garras mientras mi sonrisa socarrona dejaba claro que era la peor de las bestias.
-Vas a poder mostrarme lo eficaz que eres dando muerte ¿bailamos? -le pregunte a la vez que mis ojos claros adquirían un tono ámbar.
-¡¡Vamos!! -rugí a mis hombres -muerte, coas, no quiero que nada quede en pie de ese barco.
Los cañones cargados, divertido mi rostro cuando desenvainé la espada bajando el acero para dar orden a que los cañones fueran disparados.
Rugí, mis hombres reían, todos hambrientos del choque de barcos y de un enfrentamiento directo.
El que llevaba el timón sacaba la lengua, sacudía la cabeza haciendo ruido de forma abrupta, todos eramos unos demonios, la mayoría experimentos de mi padre que nos había no solo dado una vida distinta si no la oportunidad de ser dioses.
Escalaban por las cuerdas, se adueñaban del palo mayor y desde ahí les azuzaban sacudiendo sus espadas entre gruñidos.
El capitán viraba el barco zigzagueando, esquivando sus cañones, y disparando los nuestros cuando de frente quedábamos.
El cascaron quebrado, las bestias sedientas de sangre lanzamos los enganches en cuanto los cascos golpearon.
-¡Al abordaje! -rugó lanzándome sobre uno de los piratas desdichados, mis colmillos crecieron ,a mordiscos degollé su yugular.
La sangre goteaba por mis labios, mis ojos centelleaban por el placer del sabor férreo y por como la vida se extinguía entre mis manos, la busqué excitado ,esa noche algo me decía que acabaríamos en el lecho.
Ladeé la sonrisa antes de lanzarme a por el segundo desgraciado, mis zarpas en su vientre, las tripas salieron cuando desgarré su piel.
Rugí con el tono mostaza a un tercero que corría hacia mi posición y al que que decapité con mis garras mientras mi sonrisa socarrona dejaba claro que era la peor de las bestias.
Hati Dag- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 05/09/2017
Re: Raakshason kee raat -Privado+18
La matanza no había empezado y ya podía paladear el sabor férreo de la sangre ajena. Más que preparada, le dedicó una breve sonrisa de complicidad. Era la hora de dar caza, demostrar a quién tan solo se le ocurriese cruzarse en su camino lo que les esperaba. Esa al menos era su intención, si alguno dejaba vivo o simplemente, tenía la suerte de sobrevivir... corriese la voz entre los suyos.
El momento de codo con codo, respaldarse y encarar al enemigo. Si estaba en lo cierto y eran piratas, sanguinarios del mar... no tardarían en saquear el barco, mientras sus compañeros se batían entre la vida y la muerte. Ahí entraba en escena, ¿quién iba a no creer a una indefensa mujer hermosa? Trabajo fácil, por fin calmar esa sed de sangre de una vez por todas... rezó porque el viaje no se le hiciese tan largo y pronto llegar a tierras norteñas. No era una mujer que esperaba, siempre actuaba sin importar las consecuencias.
El centello de los ojos ámbar, le arrancó un jadeo, observando como se alejaba para dar caza y muerte. Buscó el lugar perfecto para ser visible, una táctica que en ciertas situaciones llevaba a cabo y siempre terminaba con buenos resultados. En cuanto los pasos resonaron en cubierta, Thrisna se despeinó el cabello...saliendo al encuentro de aquellos que habían osado interrumpir la paz, un momento más tranquilo.
Una media sonrisa, ojos vidriosos... en cuanto se percataron que en aquel barco solo de hombres, se encontraba la única mujer, el botín estaba más que asegurado. Un grupo de seis hombres se detuvieron frente a ella, terriblemente hermosa a rabiar y se veía tan indefensa, asustada de todo lo que acontecía a su alrededor. Con fingida esperanza brillando en sus orbes esmeraldas, se acercó a ellos unos pasos, ya estaban encandilados, habían caído en la trampa.
-¿Venís a salvarme, guerreros?-apenas un susurro, pobre de sus almas que quedarían ancladas en ese punto del mar pues este sería su última noche. Oía murmullos, todos referentes a lo que harían con ella , cual era su destino y no de salvarla precisamente. No perdió la sonrisa, ojos de esperanza...esperaba el momento clave. Cuando el más alto la rodeó por la cintura y los demás se acercaron, de un movimiento golpe de la nuca contra el pecho de aquel gigante, le hizo tambalearse y zafarse de su agarre, los demás intentaron salir en su encuentro.
Apenas les dejó dar más de cuatro pasos, el bonito cinturón dorado portaba más que un simple adorno pues aquella preciosidad tenía escondido su tesoro más preciado. Lo empuñó con firmeza, alzándolo justo a la yugular y hundirlo con saña, pudo notar la sangre brotar, caliente...salpicar su rostro. La mirada esperanzada cambió, su sonrisa se ensanchó a medida que observaba como los demás venían a rendir cuentas. Rió, esquivando golpes torpes... pues por más que fuesen piratas, no tenían ni idea de luchar, sí de defenderse.
En movimientos de esquivos, clavó el arma de doble filo en uno de los costados, a otro lo degolló al girarse sobre sí misma, un golpe seco. Uno más corpulento corría sin sentido, solo tuvo que agacharse un poco, le tomó de la cabeza con el cuchillo entre los dientes. Un crujido limpio, al girar de manera experta su cuello, cayó en el acto ante sus pies.
-Buenas noches, querido. ¿Y tú...? ¿te rindes? Tienes miedo... pero no lo tenías cuando pretendías follarme y sentirte poderoso -apenas se había manchado de sangre, no tanto como le gustaría. Miró de reojo dónde se encontraba el lobo, se relamió algunas gotas resecas de sus tentadores labios. -Eres el último, tu amigo te ha dejado con el trasero al aire y yo... -desafiante, el pirata la miraba a los ojos, ella no apartó la mirada ni un instante... rió y con la risa el desconcierto de su presa. Cogió carrerilla dispuesta a todo, el pirata no se lo esperó... fuerte y corpulento, esperó impaciente el ataque... apenas lo pudo oir castañear del miedo, fue fácil pues ni se resistió, como si no le pesase... tomó la muñeca que iba a golpearla, a la vez que hundía la piel en el estómago y realizaba un tajo que le daba acceso a sus intestinos. Introdujo la mano al asombro de aquel que ahora arrodillado veía ante él como la mujer tomaba con diversión sus órganos, dejándolos caer ante él.
-Tardarás en morir.. ese es mi regalo -le escupió en el rostro, su lengua limpió la hoja, se giró en busca del guerrero.
El momento de codo con codo, respaldarse y encarar al enemigo. Si estaba en lo cierto y eran piratas, sanguinarios del mar... no tardarían en saquear el barco, mientras sus compañeros se batían entre la vida y la muerte. Ahí entraba en escena, ¿quién iba a no creer a una indefensa mujer hermosa? Trabajo fácil, por fin calmar esa sed de sangre de una vez por todas... rezó porque el viaje no se le hiciese tan largo y pronto llegar a tierras norteñas. No era una mujer que esperaba, siempre actuaba sin importar las consecuencias.
El centello de los ojos ámbar, le arrancó un jadeo, observando como se alejaba para dar caza y muerte. Buscó el lugar perfecto para ser visible, una táctica que en ciertas situaciones llevaba a cabo y siempre terminaba con buenos resultados. En cuanto los pasos resonaron en cubierta, Thrisna se despeinó el cabello...saliendo al encuentro de aquellos que habían osado interrumpir la paz, un momento más tranquilo.
Una media sonrisa, ojos vidriosos... en cuanto se percataron que en aquel barco solo de hombres, se encontraba la única mujer, el botín estaba más que asegurado. Un grupo de seis hombres se detuvieron frente a ella, terriblemente hermosa a rabiar y se veía tan indefensa, asustada de todo lo que acontecía a su alrededor. Con fingida esperanza brillando en sus orbes esmeraldas, se acercó a ellos unos pasos, ya estaban encandilados, habían caído en la trampa.
-¿Venís a salvarme, guerreros?-apenas un susurro, pobre de sus almas que quedarían ancladas en ese punto del mar pues este sería su última noche. Oía murmullos, todos referentes a lo que harían con ella , cual era su destino y no de salvarla precisamente. No perdió la sonrisa, ojos de esperanza...esperaba el momento clave. Cuando el más alto la rodeó por la cintura y los demás se acercaron, de un movimiento golpe de la nuca contra el pecho de aquel gigante, le hizo tambalearse y zafarse de su agarre, los demás intentaron salir en su encuentro.
Apenas les dejó dar más de cuatro pasos, el bonito cinturón dorado portaba más que un simple adorno pues aquella preciosidad tenía escondido su tesoro más preciado. Lo empuñó con firmeza, alzándolo justo a la yugular y hundirlo con saña, pudo notar la sangre brotar, caliente...salpicar su rostro. La mirada esperanzada cambió, su sonrisa se ensanchó a medida que observaba como los demás venían a rendir cuentas. Rió, esquivando golpes torpes... pues por más que fuesen piratas, no tenían ni idea de luchar, sí de defenderse.
En movimientos de esquivos, clavó el arma de doble filo en uno de los costados, a otro lo degolló al girarse sobre sí misma, un golpe seco. Uno más corpulento corría sin sentido, solo tuvo que agacharse un poco, le tomó de la cabeza con el cuchillo entre los dientes. Un crujido limpio, al girar de manera experta su cuello, cayó en el acto ante sus pies.
-Buenas noches, querido. ¿Y tú...? ¿te rindes? Tienes miedo... pero no lo tenías cuando pretendías follarme y sentirte poderoso -apenas se había manchado de sangre, no tanto como le gustaría. Miró de reojo dónde se encontraba el lobo, se relamió algunas gotas resecas de sus tentadores labios. -Eres el último, tu amigo te ha dejado con el trasero al aire y yo... -desafiante, el pirata la miraba a los ojos, ella no apartó la mirada ni un instante... rió y con la risa el desconcierto de su presa. Cogió carrerilla dispuesta a todo, el pirata no se lo esperó... fuerte y corpulento, esperó impaciente el ataque... apenas lo pudo oir castañear del miedo, fue fácil pues ni se resistió, como si no le pesase... tomó la muñeca que iba a golpearla, a la vez que hundía la piel en el estómago y realizaba un tajo que le daba acceso a sus intestinos. Introdujo la mano al asombro de aquel que ahora arrodillado veía ante él como la mujer tomaba con diversión sus órganos, dejándolos caer ante él.
-Tardarás en morir.. ese es mi regalo -le escupió en el rostro, su lengua limpió la hoja, se giró en busca del guerrero.
Thrisna- Prostituta Clase Media
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Fecha de inscripción : 01/09/2017
Re: Raakshason kee raat -Privado+18
Cuando me giré, mis ojos centellearon en un intenso mostaza al verla con las tripas de aquel hombre colgando de su manos. Su pérfida sonrisa chocaba con la belleza de un rostro inmaculado.
Se relamió la sangre reseca, mis ojos se oscurecieron delatando la excitación del momento, un instante en el que nuestras miradas se anclaron.
Un enemigo por mi diestra, extendí la mano sin mirarlo, mis garras se hundieron en su pecho, sentí el esternón quebrarse, mi mano se hundía hasta tomar su órgano y de un tirón brusco su palpitante corazón abandonó u pecho quedando en mi mano.
No dejábamos de mirarnos, llevé el órgano a mis boca como si de una manzana roja se tratara y le dí un bocado mientras aun caliente se movía entre mis dedos.
Deliciosa, sentí la sangre fluir por mi boca, resbalando por mi mentón, mi cara de un placer sádico era un hecho.
Me lancé contra dos enemigos mas, era una bestia salvaje, fuera de mi desgarraba las carnes, escupiendolas a un lado. Aquellos piratas habían elegido al enemigo incorrecto, una lastima teniendo en cuenta que nada tenia en contra de esos caballeros, es mas, solían caerme bien esos rufianes que vivían a base de robar barcos ajenos.
La cubierta quedó bañada de sangre, nada quedó en pie, mejor dicho nadie. Solo mi tripulación, tan monstruosa como yo que se dio un gran festín a carne cruda, todos habíamos sido modificados por padre, ninguno hacia ascos a la sangre, realmente no eramos precisamente almas caritativas, por contra nos parecíamos mas a los demonios del peor de los avernos y mi padre el rey de todos ellos.
Lo que me recordó que tenia un bastado abandonado en una aldea, algún día iría por él, siempre me hizo especial ilusión destrozar para construir y ese niño seria una bestia afín a mi causa pues nuestra sangre corría por sus venas como un torrente de mal dispuesto a salir.
Se relamió la sangre reseca, mis ojos se oscurecieron delatando la excitación del momento, un instante en el que nuestras miradas se anclaron.
Un enemigo por mi diestra, extendí la mano sin mirarlo, mis garras se hundieron en su pecho, sentí el esternón quebrarse, mi mano se hundía hasta tomar su órgano y de un tirón brusco su palpitante corazón abandonó u pecho quedando en mi mano.
No dejábamos de mirarnos, llevé el órgano a mis boca como si de una manzana roja se tratara y le dí un bocado mientras aun caliente se movía entre mis dedos.
Deliciosa, sentí la sangre fluir por mi boca, resbalando por mi mentón, mi cara de un placer sádico era un hecho.
Me lancé contra dos enemigos mas, era una bestia salvaje, fuera de mi desgarraba las carnes, escupiendolas a un lado. Aquellos piratas habían elegido al enemigo incorrecto, una lastima teniendo en cuenta que nada tenia en contra de esos caballeros, es mas, solían caerme bien esos rufianes que vivían a base de robar barcos ajenos.
La cubierta quedó bañada de sangre, nada quedó en pie, mejor dicho nadie. Solo mi tripulación, tan monstruosa como yo que se dio un gran festín a carne cruda, todos habíamos sido modificados por padre, ninguno hacia ascos a la sangre, realmente no eramos precisamente almas caritativas, por contra nos parecíamos mas a los demonios del peor de los avernos y mi padre el rey de todos ellos.
Lo que me recordó que tenia un bastado abandonado en una aldea, algún día iría por él, siempre me hizo especial ilusión destrozar para construir y ese niño seria una bestia afín a mi causa pues nuestra sangre corría por sus venas como un torrente de mal dispuesto a salir.
Hati Dag- Licántropo Clase Alta
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Re: Raakshason kee raat -Privado+18
La conexión era bestial. En cuanto se giró y le vio destrozar el pecho de aquel tipo, una sonrisa maliciosa se dibujó en sus labios, le encantaba verle en acción. Un asesino nato, podía reconocer a un igual, no cualquier igual. Él. Ese hombre lobo que la tenía completamente fascinada, se mordió el labio inferior al contemplarle morder y deleitarse en el corazón aún caliente. Imagen demencial que le arrancó un jadeo.
Siseó antes de volver a la carga, acercándose y limpiar la comisura de su boca con el filo de su lengua. La victoria de los suyos se hizo presente en cubierta, mientras los demás devoraban los restos de su presa, Thrisna se paseó por el lugar para rematar a aquellos que aún agonizaban con su espada. Buscó con la mirada al guerrero , de espalda imponía incluso más.
Se acercó a él, el dedo índice acarició la cintura ajena, seguido de una risa... seguía a su lado, seguiría hasta el final pues ahora aquella también era su lucha. La sangre bañaban sus cuerpos y no, no podía negar que así se veía más fiero, terriblemente provocador. Imposible no devorarlo con la mirada, en cuanto dejó caer la espalda en el borde del barco. Se mordió el labio inferior, seguido de un rugido, la estaba provocando con el simple hecho de que sus miradas volvieran a encontrarse.
Aún jadeante, la respiración entrecortada por el esfuerzo, la sonrisa de la guerrera se ensanchó por el solo hecho de regalarle esa tentadora imagen. Era un hecho que le atraía, se complementaban en la lucha de igual modo y eso jamás le había ocurrido, siempre había ido por libre y ahora sin embargo, se uniría a aquel hombre sin pensarlo.
-Verte luchar es todo un espectáculo. Me quitaría el sombrero si lo tuviese -un halago que iba encadenado a esa mirada esmeralda que sólo tenía ojos para él -Tengo ganas de follarte. No he dejado de pensar en hacerlo en medio de este caos, sangre, desolación... verte comer el corazón. Maldita sea -apretó el borde de la cubierta para no arrancarle ella misma la ropa, no debían unir ambas cosas -Un placer luchar contigo. ¿En qué piensas, Hati?-susurró con voz melosa... dulce, como si la sanguinaria que acababa de ver ya no se encontrase allí.
Siseó antes de volver a la carga, acercándose y limpiar la comisura de su boca con el filo de su lengua. La victoria de los suyos se hizo presente en cubierta, mientras los demás devoraban los restos de su presa, Thrisna se paseó por el lugar para rematar a aquellos que aún agonizaban con su espada. Buscó con la mirada al guerrero , de espalda imponía incluso más.
Se acercó a él, el dedo índice acarició la cintura ajena, seguido de una risa... seguía a su lado, seguiría hasta el final pues ahora aquella también era su lucha. La sangre bañaban sus cuerpos y no, no podía negar que así se veía más fiero, terriblemente provocador. Imposible no devorarlo con la mirada, en cuanto dejó caer la espalda en el borde del barco. Se mordió el labio inferior, seguido de un rugido, la estaba provocando con el simple hecho de que sus miradas volvieran a encontrarse.
Aún jadeante, la respiración entrecortada por el esfuerzo, la sonrisa de la guerrera se ensanchó por el solo hecho de regalarle esa tentadora imagen. Era un hecho que le atraía, se complementaban en la lucha de igual modo y eso jamás le había ocurrido, siempre había ido por libre y ahora sin embargo, se uniría a aquel hombre sin pensarlo.
-Verte luchar es todo un espectáculo. Me quitaría el sombrero si lo tuviese -un halago que iba encadenado a esa mirada esmeralda que sólo tenía ojos para él -Tengo ganas de follarte. No he dejado de pensar en hacerlo en medio de este caos, sangre, desolación... verte comer el corazón. Maldita sea -apretó el borde de la cubierta para no arrancarle ella misma la ropa, no debían unir ambas cosas -Un placer luchar contigo. ¿En qué piensas, Hati?-susurró con voz melosa... dulce, como si la sanguinaria que acababa de ver ya no se encontrase allí.
Thrisna- Prostituta Clase Media
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Re: Raakshason kee raat -Privado+18
Ladeé la sonrisa cuando sus esmeraldas centellearon contra mis pardos, olía su excitación, podía ver como su pecho subía y bajaba preso de ese estado que posiblemente le había producido una buena gesta, sangrienta y violenta.
De un tirón la orillé contra mi cuerpo, mis labios repasaron los ajenos, lengua voraz que marcó un beso sin darlo recogiendo el sabor férreo de su manantial.
-Directa, me gusta -aseguré ante su petición, no se ando por las ramas, sabia lo que quería, también lo sabia yo.
La alcé de las nalgas, sus piernas cual boas se enredaron a mi cintura.
-Pienso solo en una cosa -aseguré con una picara sonrisa mientras sus caderas se movían sobre mi abultada hombría.
Descendimos hacia los camarotes, ella lo queria, yo lo necesitaba y por el camino nuestros labios colisionaron atronadores, jadeos, mordiscos, nada entre nosotros era juego limpio.
Eramos dos bestias caóticas que no podían ser encadenadas aunque lo merecieran.
Ella arrugaba con sus dedos mi ensangrentada camisa, las paredes eran lechos donde uno y otro cuerpo caían mientras nos besábamos con un desenfreno solo conocido por los dioses. Hel, allí la llevaría esa noche donde habíamos visto la oscuridad de nuestras almas y nos habiloso regocijado en ella sin calma.
De una patada abrí la puerta del camarote, la lancé sobre el lecho, mis ámbar rugían por completo, no tuve paciencia, mis manos desgarraron su piel, mis uñas se clavaron en sus caderas atrayendola contra el kraken que la mujer liberaba de forma rápida y necesitada.
Un rugido sádico cuando la penetre, ríos carmesí sobre las blancas sabanas, todo me importaba una mierda si me saciaba.
Su torso se alzó ,su boca me buscó, entre lametazos la mía la encontró y la gesta se torno tórrida y apasionada.
De un tirón la orillé contra mi cuerpo, mis labios repasaron los ajenos, lengua voraz que marcó un beso sin darlo recogiendo el sabor férreo de su manantial.
-Directa, me gusta -aseguré ante su petición, no se ando por las ramas, sabia lo que quería, también lo sabia yo.
La alcé de las nalgas, sus piernas cual boas se enredaron a mi cintura.
-Pienso solo en una cosa -aseguré con una picara sonrisa mientras sus caderas se movían sobre mi abultada hombría.
Descendimos hacia los camarotes, ella lo queria, yo lo necesitaba y por el camino nuestros labios colisionaron atronadores, jadeos, mordiscos, nada entre nosotros era juego limpio.
Eramos dos bestias caóticas que no podían ser encadenadas aunque lo merecieran.
Ella arrugaba con sus dedos mi ensangrentada camisa, las paredes eran lechos donde uno y otro cuerpo caían mientras nos besábamos con un desenfreno solo conocido por los dioses. Hel, allí la llevaría esa noche donde habíamos visto la oscuridad de nuestras almas y nos habiloso regocijado en ella sin calma.
De una patada abrí la puerta del camarote, la lancé sobre el lecho, mis ámbar rugían por completo, no tuve paciencia, mis manos desgarraron su piel, mis uñas se clavaron en sus caderas atrayendola contra el kraken que la mujer liberaba de forma rápida y necesitada.
Un rugido sádico cuando la penetre, ríos carmesí sobre las blancas sabanas, todo me importaba una mierda si me saciaba.
Su torso se alzó ,su boca me buscó, entre lametazos la mía la encontró y la gesta se torno tórrida y apasionada.
Hati Dag- Licántropo Clase Alta
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Re: Raakshason kee raat -Privado+18
El frenesí, el ansía de devorarlo por completo. Ella misma se había convertido en una bestia sin control, estaba deseando fundirse en él, seguir la gesta en la que no importaba quién cayese en el intento. Las largas uñas de la guerreras, se anclaron en la ancha espalda, punto en el que dejó grabada su marca. Él no iba a ser el único que marcase su piel, rió carmesí que se enredaban en la yema de los dedos, no pudo evitar llevarse a los labios aquel elixir delicioso, paladeando el rico sabor férreo de la sangre del licantropo.
Entre jadeos, respiración entrecortada, cuando los besos cesaron...se dio el capricho de saborear dedo por dedo, incitándolo. La mano libre seguía marcando territorio, estaba tan excitada que la humedad de su sexo era más que evidente. Las heridas de las garras, desgarros que le erizaron la piel y la hicieron gritar, excitada...perdida en aquel cuerpo al que no importaría comer despacio y sin prisa. Se había vuelto adicta, yacer con él en el lecho se volvió una necesidad.
Cuando sintió que entró bien dentro, abrió las piernas pidiendo más y más fuerte. No era suficiente, se habían vuelto locos los dos, la sangre formaba parte de aquel ritual pasional, en el que sólo importaba saciarse. Incapaz de dejar en paz su boca, en la que entre mordiscos, besos de fuego... susurró su nombre hasta que le faltó el aliento. Tiraba de su labio inferior con los dientes, sus caderas marcaban un baile demencial en el que sólo los dos eran los protagonistas.
Giró en la cama, con él encima, uñas clavadas en la nuca, su espalda arqueada ofreciendo sus generosos pechos colmados, piel de ébano tintada de sangre...locura. Rió contra su boca, traviesa y juguetona...paseó la punta por cada rincón de aquel manjar exquisito, empujándolo con los tobillos hacia sí, pies enredados en sus nalgas... las cuales no daban tregua a los fuertes movimientos. La fuerza descomunal con la que le penetraba, la estaba volviendo loca..
La risa, entre jadeos... pedían más, sus caderas tenían vida propia, profundizando los movimientos, sentirlo aún más dentro...sentir como si la partiera en dos. No le importaría que sus últimos segundos de vida fueran en aquella batalla, en donde el fin fuese el intenso orgasmo desconocido, de su mano.
-Muérdeme...-rugió presa de la excitación, sus dientes perlados se deslizaron por la piel de su cuello, sentía tanto placer...dolor y como el orgasmo poco a poco estaba más y más cerca-Hati...-jadeó lamiendo el lóbulo de su oreja, mordiendo su cuello con fuerza hasta hacerle sangrar...probar su deliciosa sangre -Estás delicioso....-las palmas, dejaron caerse por lo ancho de su espalda, deleitándose en una caricia...rugido contra ugido, ojos enlazados, sonrisas cómplices -Fóllame -se mordió el labio inferior, dos bestias que no dejaban de buscarse y encontrarse, se había vuelto un ritual mutuo.
Entre jadeos, respiración entrecortada, cuando los besos cesaron...se dio el capricho de saborear dedo por dedo, incitándolo. La mano libre seguía marcando territorio, estaba tan excitada que la humedad de su sexo era más que evidente. Las heridas de las garras, desgarros que le erizaron la piel y la hicieron gritar, excitada...perdida en aquel cuerpo al que no importaría comer despacio y sin prisa. Se había vuelto adicta, yacer con él en el lecho se volvió una necesidad.
Cuando sintió que entró bien dentro, abrió las piernas pidiendo más y más fuerte. No era suficiente, se habían vuelto locos los dos, la sangre formaba parte de aquel ritual pasional, en el que sólo importaba saciarse. Incapaz de dejar en paz su boca, en la que entre mordiscos, besos de fuego... susurró su nombre hasta que le faltó el aliento. Tiraba de su labio inferior con los dientes, sus caderas marcaban un baile demencial en el que sólo los dos eran los protagonistas.
Giró en la cama, con él encima, uñas clavadas en la nuca, su espalda arqueada ofreciendo sus generosos pechos colmados, piel de ébano tintada de sangre...locura. Rió contra su boca, traviesa y juguetona...paseó la punta por cada rincón de aquel manjar exquisito, empujándolo con los tobillos hacia sí, pies enredados en sus nalgas... las cuales no daban tregua a los fuertes movimientos. La fuerza descomunal con la que le penetraba, la estaba volviendo loca..
La risa, entre jadeos... pedían más, sus caderas tenían vida propia, profundizando los movimientos, sentirlo aún más dentro...sentir como si la partiera en dos. No le importaría que sus últimos segundos de vida fueran en aquella batalla, en donde el fin fuese el intenso orgasmo desconocido, de su mano.
-Muérdeme...-rugió presa de la excitación, sus dientes perlados se deslizaron por la piel de su cuello, sentía tanto placer...dolor y como el orgasmo poco a poco estaba más y más cerca-Hati...-jadeó lamiendo el lóbulo de su oreja, mordiendo su cuello con fuerza hasta hacerle sangrar...probar su deliciosa sangre -Estás delicioso....-las palmas, dejaron caerse por lo ancho de su espalda, deleitándose en una caricia...rugido contra ugido, ojos enlazados, sonrisas cómplices -Fóllame -se mordió el labio inferior, dos bestias que no dejaban de buscarse y encontrarse, se había vuelto un ritual mutuo.
Thrisna- Prostituta Clase Media
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Re: Raakshason kee raat -Privado+18
Me hundí con violencia en su interior, la bestia se abría paso entre sus paredes que ardían presas en fuego contra mi falo alzado.
Sus dedos tiraban de mi nuca, se clavaban enredando sus dedos en mi pelo para que nuestras bocas ansiosas se tomaran rasgándose los labios a mordiscos, vitae que como ríos escurría de boca a boca, sabor metálico de la gesta pasada y de la recién empezada.
La empalé con tanta fuerza que sus caderas apenas podían salir a mi encuentro, su vaivén era detenido por la bestia que en mi interior rugía.
Mi mano en su garganta, mis mostaza fijos en sus oscuros verdes felinos y allí estábamos de nuevo dispuestos a tomarlo todo del otro hasta que no quedara nada que nos mantuviera cuerdos o vivos.
Mas dentro, mas rudo, mis manos la atrajeron de las caderas y su cuerpo resbaló por el lecho arqueado y ofrecido.
Turgentes las montañas, picos que devasté con mi boca, mordiéndolos hasta que ella sentía que se los arrancaría, ella rasguñaba mi espalda, como si nada mas existiera que los ríos escarlata que de ella brotaban.
Me pidió que la mordiera, pero yo nunca hacia aquello que la dama me pedía porque yo era el animal, el dominante y ella iba a aprenderlo le gustara o lo odiara.
La giré colocandola a cuatro patas, tiré de su pelo, enredándolo en mis dedos, le di un par de azotes en el trasero antes de volver a metersela con tanta fuerza que gritó cayendo sobre el lecho ,de un tirón volví a levantarla ¿acaso importaba si la desgarraba? A mi no.
Me miraba por encima del hombro ,sonrió como si verme tan fuera de mi fuera exactamente su intención.
La embestí hasta sacudirme en su interior, ciertamente no me preocupé de su placer, aunque sabia que lo alcanzaba a la vez porque sus paredes mojadas y calientes estrangulaban mi falo entre espasmos.
Cayó al lecho agotada, pero yo no lo hice a su lado, la contemplé relamiendome los labios durante unos instantes aun arrodillado con mi miembro mojado y goteando.
La respiración de ella agitada, sus felinos en mis ámbar.
-Tengo trabajo
Sus dedos tiraban de mi nuca, se clavaban enredando sus dedos en mi pelo para que nuestras bocas ansiosas se tomaran rasgándose los labios a mordiscos, vitae que como ríos escurría de boca a boca, sabor metálico de la gesta pasada y de la recién empezada.
La empalé con tanta fuerza que sus caderas apenas podían salir a mi encuentro, su vaivén era detenido por la bestia que en mi interior rugía.
Mi mano en su garganta, mis mostaza fijos en sus oscuros verdes felinos y allí estábamos de nuevo dispuestos a tomarlo todo del otro hasta que no quedara nada que nos mantuviera cuerdos o vivos.
Mas dentro, mas rudo, mis manos la atrajeron de las caderas y su cuerpo resbaló por el lecho arqueado y ofrecido.
Turgentes las montañas, picos que devasté con mi boca, mordiéndolos hasta que ella sentía que se los arrancaría, ella rasguñaba mi espalda, como si nada mas existiera que los ríos escarlata que de ella brotaban.
Me pidió que la mordiera, pero yo nunca hacia aquello que la dama me pedía porque yo era el animal, el dominante y ella iba a aprenderlo le gustara o lo odiara.
La giré colocandola a cuatro patas, tiré de su pelo, enredándolo en mis dedos, le di un par de azotes en el trasero antes de volver a metersela con tanta fuerza que gritó cayendo sobre el lecho ,de un tirón volví a levantarla ¿acaso importaba si la desgarraba? A mi no.
Me miraba por encima del hombro ,sonrió como si verme tan fuera de mi fuera exactamente su intención.
La embestí hasta sacudirme en su interior, ciertamente no me preocupé de su placer, aunque sabia que lo alcanzaba a la vez porque sus paredes mojadas y calientes estrangulaban mi falo entre espasmos.
Cayó al lecho agotada, pero yo no lo hice a su lado, la contemplé relamiendome los labios durante unos instantes aun arrodillado con mi miembro mojado y goteando.
La respiración de ella agitada, sus felinos en mis ámbar.
-Tengo trabajo
Hati Dag- Licántropo Clase Alta
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Re: Raakshason kee raat -Privado+18
La gesta les dio hambre del otro. Pecó al comer de su piel, disfrutando de cada rincón que recorría su boca. Jamás se enfrentó a un igual, alguien capaz de leer su mente con una mirada, nadie se complementaba tan a la perfección que el licantropo. Fue extraño, sintió desde el primer segundo atracción y obsesión por conocer y saber más de aquel alma errante y oscura, un coloso guerrero que reclamaba su ayuda para saborear la victoria.
Con gusto cumpliría su deseo, no importaba cuánto cobrase por ello, estaba más que saldada la cuenta. Nunca sintió nada parecido a lo que él le había hecho sentir, poderosa, en dónde la gula le ganaba la batalla, podría estar saboreando aquel cuerpo de pecado hasta su último aliento, morir en semejante gesta no tenía precio. Vida por vida, muerte por muerte... ¿qué importaba mirar a los ojos a la muerte cuándo podías ganar tanto?
Aún extasiada, le observó de la misma forma...indiferencia con una sonrisa maliciosa en los labios. En cuanto la puerta se cerró, una sonrisa apareció en el cuerpo de la guerrera al ver las heridas marcadas en su piel de ébano. Antes de volver a cubierta, se adecentó , limpiando la sangre y con ropa limpia. Al subir, observó cómo la tripulación se deshacía de los cuerpos inertes , arrojándolos al agua, asegurándose de que no flotasen introduciéndolos en sacos y metiendo dentro piedras. Ayudó a ello, los sacos no eran tan grandes por los que no dudó en desmembrar para acelerar el proceso.
Lo buscó con la mirada, recordando la intensidad con la que se miraron al finalizar en el camarote. Fue aún más impresionante, perfecto. Se acercó por la espalda, quedando apenas unos pasos tras él, observando en su misma dirección, aún estaban lejos del Norte, de paso sí que había estado pero no permanecido más de unos días. Los trabajos bien renumerados terminaban siendo fáciles y rápidos.
-No estaban de casualidad navegando por aquí. Deberíamos asegurarnos de que no entramos en aguas negras, si no sabes lo que significa ...te haré un resumen: agujero negro. Así lo llaman los marineros, me lo contó un cliente tras haberle azotado hasta correrse -una sonrisa divertida, un par de pasos hasta colocarse a la misma posición -Si cruzamos … aunque sean un par de centímetros la línea... estamos perdidos. No es un farol, nos atacaron pero ¿y si iban a darnos un aviso? Volvían con las manos vacías, en el navío no hay nada más que tinajas vacías-podrían estar acechando a la suerte, eran leyendas de mar pero ¿no podría ser real?
Con gusto cumpliría su deseo, no importaba cuánto cobrase por ello, estaba más que saldada la cuenta. Nunca sintió nada parecido a lo que él le había hecho sentir, poderosa, en dónde la gula le ganaba la batalla, podría estar saboreando aquel cuerpo de pecado hasta su último aliento, morir en semejante gesta no tenía precio. Vida por vida, muerte por muerte... ¿qué importaba mirar a los ojos a la muerte cuándo podías ganar tanto?
Aún extasiada, le observó de la misma forma...indiferencia con una sonrisa maliciosa en los labios. En cuanto la puerta se cerró, una sonrisa apareció en el cuerpo de la guerrera al ver las heridas marcadas en su piel de ébano. Antes de volver a cubierta, se adecentó , limpiando la sangre y con ropa limpia. Al subir, observó cómo la tripulación se deshacía de los cuerpos inertes , arrojándolos al agua, asegurándose de que no flotasen introduciéndolos en sacos y metiendo dentro piedras. Ayudó a ello, los sacos no eran tan grandes por los que no dudó en desmembrar para acelerar el proceso.
Lo buscó con la mirada, recordando la intensidad con la que se miraron al finalizar en el camarote. Fue aún más impresionante, perfecto. Se acercó por la espalda, quedando apenas unos pasos tras él, observando en su misma dirección, aún estaban lejos del Norte, de paso sí que había estado pero no permanecido más de unos días. Los trabajos bien renumerados terminaban siendo fáciles y rápidos.
-No estaban de casualidad navegando por aquí. Deberíamos asegurarnos de que no entramos en aguas negras, si no sabes lo que significa ...te haré un resumen: agujero negro. Así lo llaman los marineros, me lo contó un cliente tras haberle azotado hasta correrse -una sonrisa divertida, un par de pasos hasta colocarse a la misma posición -Si cruzamos … aunque sean un par de centímetros la línea... estamos perdidos. No es un farol, nos atacaron pero ¿y si iban a darnos un aviso? Volvían con las manos vacías, en el navío no hay nada más que tinajas vacías-podrían estar acechando a la suerte, eran leyendas de mar pero ¿no podría ser real?
Thrisna- Prostituta Clase Media
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Fecha de inscripción : 01/09/2017
Re: Raakshason kee raat -Privado+18
Escuché a la asesina con atención, el mar era peligroso, de eso sabíamos bastante los vikingos teniendo en cuenta que habíamos sido navegantes desde tiempos inmemoriales.
¿Agujeros negros? Había escuchado hablar del triangulo de las Bermudas, también de casos en los que los marineros chocaban contra los arrecifes quedando encallados por los cantos de las sirenas.
Supongo que todo eran leyendas o quizás por contra realidad, pero si de algo estaba seguro es de que pobre seria el diablo que osara enfrentarnos.
Ladeé la sonrisa de forma engreída.
-No eran precisamente buenos samaritanos preciosa, iban bien armados y su idea lejos de avisarnos de nada era hundir nuestro barco, desconozco si existen esos agujeros, ni los leviatanes u otros monstruos marinos, mas si de algo se es de muerte y aquello que ose desafiarme acabará convertido en pasto para peces.
Negué con la cabeza atrayendola por las caderas mientras mi sonrisa se ladeaba con picardia.
-¿Estas preocupada por mi asesina? -pregunté guiñándole un ojo -¿o por que no quieres morir en mi barco?
No hay lugar mas seguro que conmigo, créeme pequeña, soy invencible.
Seguimos surcando el mar, estaba calmo y en principio parecía que podríamos alcanzar el norte con el aire a nuestro favor, mejor para los esclavos que remaban en galera, menos haría falta el látigo que los animaba a remar con mas saña.
Comí con los hombres y Thira que se había unido a nosotros como si fuera uno mas.
Bebimos ron, reímos y agradecimos a Loqui que el viento fuera a nuestro favor.
La noche volvió a cernirse sobre nosotros, mis manos en el timón, las estrellas esa noche resplandecían, era fácil guiarse a partir de la osa mayor.
-¿como estas? -le pregunté al escuchar sus pasos a mi espalda.
Rodeó mi cuerpo apoyando su espalda en la baranda clavando en mi sus esmeraldas.
-¿es para mi esa botella?
¿Agujeros negros? Había escuchado hablar del triangulo de las Bermudas, también de casos en los que los marineros chocaban contra los arrecifes quedando encallados por los cantos de las sirenas.
Supongo que todo eran leyendas o quizás por contra realidad, pero si de algo estaba seguro es de que pobre seria el diablo que osara enfrentarnos.
Ladeé la sonrisa de forma engreída.
-No eran precisamente buenos samaritanos preciosa, iban bien armados y su idea lejos de avisarnos de nada era hundir nuestro barco, desconozco si existen esos agujeros, ni los leviatanes u otros monstruos marinos, mas si de algo se es de muerte y aquello que ose desafiarme acabará convertido en pasto para peces.
Negué con la cabeza atrayendola por las caderas mientras mi sonrisa se ladeaba con picardia.
-¿Estas preocupada por mi asesina? -pregunté guiñándole un ojo -¿o por que no quieres morir en mi barco?
No hay lugar mas seguro que conmigo, créeme pequeña, soy invencible.
Seguimos surcando el mar, estaba calmo y en principio parecía que podríamos alcanzar el norte con el aire a nuestro favor, mejor para los esclavos que remaban en galera, menos haría falta el látigo que los animaba a remar con mas saña.
Comí con los hombres y Thira que se había unido a nosotros como si fuera uno mas.
Bebimos ron, reímos y agradecimos a Loqui que el viento fuera a nuestro favor.
La noche volvió a cernirse sobre nosotros, mis manos en el timón, las estrellas esa noche resplandecían, era fácil guiarse a partir de la osa mayor.
-¿como estas? -le pregunté al escuchar sus pasos a mi espalda.
Rodeó mi cuerpo apoyando su espalda en la baranda clavando en mi sus esmeraldas.
-¿es para mi esa botella?
Hati Dag- Licántropo Clase Alta
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Re: Raakshason kee raat -Privado+18
El ego del coloso guerrero no conocía límites. Esa sonrisa permitía conocer aún más al desconocido de lo que él pretendía o desease mostrar. Cuando alguien se asemejaba tanto a sí mismo, significaba que pensaban del mismo modo. Impresionaba verle de espaldas, ancha y fuerte, cualquiera querría desear perderse en el muro imponente y trepar por su cuerpo hasta llegar a la cumbre.
Sonrió sin poder evitarlo, su arrogancia, esa seguridad en sí mismo y la fuerza que transmitían sus palabras. Un descanso después de lo ocurrido, la batalla tanto en el barco como en el lecho, fue sencillamente brutal, perfecto y maravilloso. Los labios cereza, se humedecieron al pasar la lengua muy despacio por ellos, le gustaba esa sensación de posesión y poder que mutuamente se habían dedicado.
-Me preocupa más recoger tu cuerpo inerte de cubierta -una risa y un guiño de ojo, la gula se hizo presente y sació su sed como el hambre. La carne estaba deliciosa, cruda por el centro, sangrante al dar bocado, era una más entre los hombres, alguien forjada en el mismo mundo. Como otras tantas noches, no podía dormir, el trabajo en el burdel consumía gran parte del tiempo. El aire fresco despejaría la mente y le ayudaría a pensar, volvió a verle de espaldas... se mordió el labio inferior al volver a imaginar la dureza y la pasión desmedida.
-Sí, es para ti -antes de darle él un sorbo, se adelantó dando un buen trago y confirmase que no pretendía nada. Sonrió relamiéndose, volviendo a pasear descarada la mirada por su cuerpo, el viaje sería largo y la espera valdría la pena -Estoy bien, el barco es muy confortable y el capitán... -se mordió el labio inferior, volviendo la vista al frente , dándole la espalda. Tan sólo con una camisa ancha de manga larga, descalza y el cabello suelto, más como esa cortesana que la asesina... -No será fácil, lo sabes... -observó al frente, el cielo anaranjado, tonos rojizos... describían guerra -Se acerca una buena gesta, a la que estoy preparada pero esta noche...podremos acabarnos esa botella -sonrió, buscando la mirada por encima de su hombro.
-Te preocupas por mí...espero que no-una pregunta y a la vez respuesta, con él no tendría problemas con malentendidos, si había ocurrido varias veces y sin ser cliente y cortesana, no significaba nada, lo más importante era su misión y objetivo. Ese hombre podría volver loca a cualquiera -¿Cómo quieres que sea el último segundo? -una pregunta muy complicada... porque podría significar cualquier cosa.
Sonrió sin poder evitarlo, su arrogancia, esa seguridad en sí mismo y la fuerza que transmitían sus palabras. Un descanso después de lo ocurrido, la batalla tanto en el barco como en el lecho, fue sencillamente brutal, perfecto y maravilloso. Los labios cereza, se humedecieron al pasar la lengua muy despacio por ellos, le gustaba esa sensación de posesión y poder que mutuamente se habían dedicado.
-Me preocupa más recoger tu cuerpo inerte de cubierta -una risa y un guiño de ojo, la gula se hizo presente y sació su sed como el hambre. La carne estaba deliciosa, cruda por el centro, sangrante al dar bocado, era una más entre los hombres, alguien forjada en el mismo mundo. Como otras tantas noches, no podía dormir, el trabajo en el burdel consumía gran parte del tiempo. El aire fresco despejaría la mente y le ayudaría a pensar, volvió a verle de espaldas... se mordió el labio inferior al volver a imaginar la dureza y la pasión desmedida.
-Sí, es para ti -antes de darle él un sorbo, se adelantó dando un buen trago y confirmase que no pretendía nada. Sonrió relamiéndose, volviendo a pasear descarada la mirada por su cuerpo, el viaje sería largo y la espera valdría la pena -Estoy bien, el barco es muy confortable y el capitán... -se mordió el labio inferior, volviendo la vista al frente , dándole la espalda. Tan sólo con una camisa ancha de manga larga, descalza y el cabello suelto, más como esa cortesana que la asesina... -No será fácil, lo sabes... -observó al frente, el cielo anaranjado, tonos rojizos... describían guerra -Se acerca una buena gesta, a la que estoy preparada pero esta noche...podremos acabarnos esa botella -sonrió, buscando la mirada por encima de su hombro.
-Te preocupas por mí...espero que no-una pregunta y a la vez respuesta, con él no tendría problemas con malentendidos, si había ocurrido varias veces y sin ser cliente y cortesana, no significaba nada, lo más importante era su misión y objetivo. Ese hombre podría volver loca a cualquiera -¿Cómo quieres que sea el último segundo? -una pregunta muy complicada... porque podría significar cualquier cosa.
Thrisna- Prostituta Clase Media
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Re: Raakshason kee raat -Privado+18
Eché un ojo al cuerpo curvilíneo de la mujer que con sus verdes fijos en el horizonte hablaba de nuestra próxima gesta.
-No deberías preocuparte tanto por el hedor a muerte, para nosotros el caos forma parte de nuestra existencia, Hela guiara el barco ¿hacia la destrucción? Es posible, en ese caso el Valalla nos abrirá las puertas y las valquirias las piernas, todo pinta bien ¿Verdad?
Extendí la mano para que me pasara la botella, di un trago limpiando las gotas que humedecían mis labios con la manga antes de volver a fijar mis ojos en ella.
-tranquila, si lo que te inquieta es que por un par de encuentros contigo pierda la cabeza, puedes estar tranquila sigue sobre mis hombros pequeña -bromeé.
Era una mujer atractiva, sexy, con un buen movimiento de caderas y tan salvaje como nosotros mismos aunque con ese don que le daba su trabajo de cortesana para actuar como una actriz en el teatro.
No me importaba su oficio, no me importaba nada mas que cumpliera su misión y cuanto antes mejor.
-¿sabes navegar? -pregunté al ver como fijaba sus ojos en mis manos que sujetaban el timón con firmeza -ven.
Rodeé con mi cuerpo el suyo envolviéndola con mis brazos, mi mentón se apoyó en su hombro clavando la vista en el horizonte.
-Coge el timón -mis manso sobre las suyas, fui corrigiendo la dirección cada vez que se le iba -¿sientes la libertad? -le pregunté con una sonrisa.
Soy un lobo, el bosque es mi hábitat natural y la guerra mi pasión, el motivo por el que he nacido, peor admito que me gusta navegar, mis antepasados lo hacían ,saqueaban tierras, eran temidos cuando sus Drakkars llegaba por los mares desde el norte a todos lado.
Höor debilita el norte, no se que mierda mi primo tiene en la cabeza, pero nunca nos hemos caracterizado los vikingos por ser caballeros andantes. Si quiere jugar a ser el rey Arturo, que se vaya a Camelot y se meta al espada por el culo.
El norte es muerte, es sangre y es fuego y por eso, por el norte lucharé por recuperar la esencia que siempre tuvimos.
-No deberías preocuparte tanto por el hedor a muerte, para nosotros el caos forma parte de nuestra existencia, Hela guiara el barco ¿hacia la destrucción? Es posible, en ese caso el Valalla nos abrirá las puertas y las valquirias las piernas, todo pinta bien ¿Verdad?
Extendí la mano para que me pasara la botella, di un trago limpiando las gotas que humedecían mis labios con la manga antes de volver a fijar mis ojos en ella.
-tranquila, si lo que te inquieta es que por un par de encuentros contigo pierda la cabeza, puedes estar tranquila sigue sobre mis hombros pequeña -bromeé.
Era una mujer atractiva, sexy, con un buen movimiento de caderas y tan salvaje como nosotros mismos aunque con ese don que le daba su trabajo de cortesana para actuar como una actriz en el teatro.
No me importaba su oficio, no me importaba nada mas que cumpliera su misión y cuanto antes mejor.
-¿sabes navegar? -pregunté al ver como fijaba sus ojos en mis manos que sujetaban el timón con firmeza -ven.
Rodeé con mi cuerpo el suyo envolviéndola con mis brazos, mi mentón se apoyó en su hombro clavando la vista en el horizonte.
-Coge el timón -mis manso sobre las suyas, fui corrigiendo la dirección cada vez que se le iba -¿sientes la libertad? -le pregunté con una sonrisa.
Soy un lobo, el bosque es mi hábitat natural y la guerra mi pasión, el motivo por el que he nacido, peor admito que me gusta navegar, mis antepasados lo hacían ,saqueaban tierras, eran temidos cuando sus Drakkars llegaba por los mares desde el norte a todos lado.
Höor debilita el norte, no se que mierda mi primo tiene en la cabeza, pero nunca nos hemos caracterizado los vikingos por ser caballeros andantes. Si quiere jugar a ser el rey Arturo, que se vaya a Camelot y se meta al espada por el culo.
El norte es muerte, es sangre y es fuego y por eso, por el norte lucharé por recuperar la esencia que siempre tuvimos.
Hati Dag- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 05/09/2017
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