AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Vann stein (privado)
Recuerdo del primer mensaje :
Tras una noche de jarana la mañana fue resacosa pero temprana, las luces del alba despuntaron como cada día marcando nuestros pasos.
Hoy embarcaríamos rumbo a Escocia, la bruja había visto el lugar exacto donde estaba la piedra que del templo había sido sustraída, así que no había duda alguna de que ese era nuestro destino y la inmediatez de nuestro acto es que Randulf no descubriera nuestros planes pues no eramos los únicos que contábamos con hechiceros entre nuestras filas.
Por el pasillo acabando de anclar los correajes de mi armadura tachonada me encontré con Kala que bostezaba con el pelo enmarañado pero vestida como todos para la guerra.
Al verme se lanzó a mi espalda juguetona mientras yo me reía.
-¿aun borracha? -pregunté arrastrando su cuerpo por el pasillo.
-No, pero lo podemos solucionar con unas jarras.
Atharal salio de su cámara hacha en mano.
-¿Habláis de Jarras? -preguntó con cara ansiosa.
Kala y yo nos echamos a reír mirándolo, Atharal siempre dispuesto a beber y a comer, claro que también a luchar.
-Nos esperan en el puerto -les dije sin detener mi paso mientras ambos se reían dándose codazos.
No tardamos en llegar ante el barco que con la rampa preparada y las velas izadas nos esperaba. La pirata miró a los rezagados con cara de pocos amigos, algo que me hizo reír mientras me encogía de hombros como única escusa.
-Quita esa cara mujer, hemos quedado al amanecer -señalé el sol -y ha amanecido ¿no?
Lund pese a haber bebido anoche como el resto se había dado prisa en llegar junto a ella, algo que me hizo reír aun mas mientras Kala me empujaba para que me callara y este fruncía el ceño.
Ulf y Giuliana fueron los últimos en llegar al barco, Ulf también había pillado una buena cogorza anoche con nosotros y algo me decía por la cara que traía la bruja que habían tenido por la noche algo mas que palabras cuando llegó a casa.
-¡vamos pirata, Ulf ya ha hecho bastante con llegar, a su mujer es mas fácil traerla rodando que andando!.
Un capón es lo que me llevé de Giuliana, algo que me hizo reír de nuevo.
Ahora que ya estábamos todos podíamos zarpar.
-Capitán -le dije a Daniella sin borrar la picara sonrisa de ms labios -haga los honores.
Tras una noche de jarana la mañana fue resacosa pero temprana, las luces del alba despuntaron como cada día marcando nuestros pasos.
Hoy embarcaríamos rumbo a Escocia, la bruja había visto el lugar exacto donde estaba la piedra que del templo había sido sustraída, así que no había duda alguna de que ese era nuestro destino y la inmediatez de nuestro acto es que Randulf no descubriera nuestros planes pues no eramos los únicos que contábamos con hechiceros entre nuestras filas.
Por el pasillo acabando de anclar los correajes de mi armadura tachonada me encontré con Kala que bostezaba con el pelo enmarañado pero vestida como todos para la guerra.
Al verme se lanzó a mi espalda juguetona mientras yo me reía.
-¿aun borracha? -pregunté arrastrando su cuerpo por el pasillo.
-No, pero lo podemos solucionar con unas jarras.
Atharal salio de su cámara hacha en mano.
-¿Habláis de Jarras? -preguntó con cara ansiosa.
Kala y yo nos echamos a reír mirándolo, Atharal siempre dispuesto a beber y a comer, claro que también a luchar.
-Nos esperan en el puerto -les dije sin detener mi paso mientras ambos se reían dándose codazos.
No tardamos en llegar ante el barco que con la rampa preparada y las velas izadas nos esperaba. La pirata miró a los rezagados con cara de pocos amigos, algo que me hizo reír mientras me encogía de hombros como única escusa.
-Quita esa cara mujer, hemos quedado al amanecer -señalé el sol -y ha amanecido ¿no?
Lund pese a haber bebido anoche como el resto se había dado prisa en llegar junto a ella, algo que me hizo reír aun mas mientras Kala me empujaba para que me callara y este fruncía el ceño.
Ulf y Giuliana fueron los últimos en llegar al barco, Ulf también había pillado una buena cogorza anoche con nosotros y algo me decía por la cara que traía la bruja que habían tenido por la noche algo mas que palabras cuando llegó a casa.
-¡vamos pirata, Ulf ya ha hecho bastante con llegar, a su mujer es mas fácil traerla rodando que andando!.
Un capón es lo que me llevé de Giuliana, algo que me hizo reír de nuevo.
Ahora que ya estábamos todos podíamos zarpar.
-Capitán -le dije a Daniella sin borrar la picara sonrisa de ms labios -haga los honores.
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 976
Fecha de inscripción : 21/09/2016
Localización : el placentero infierno de tus piernas.
Re: Vann stein (privado)
Enarqué una ceja cuando como no, me dejo claro que no habían sido mis ideales los que me habían salvado el culo en Callanish. Me hablaba de insensatez, de que mis hijos se hubieran quedado sin padre de no ser porque ella intervino.
-No sigas por ahí -le aconsejé con rabia en la voz -¿crees que no soy consciente de lo que me juego cuando desenvaino el acero? ¿crees mujer que no se que la parca me mira de frente en cada batalla? Es por eso, porque me juego la vida por lo que he de caer de rodillas ante Randulf pidiendo clemencia para mi pueblo, o quizás mejor me convierto en algo peor que él para hacerle frente.
¿Quizás lo que necesites escuchar es un gracias? ¿Crees que no soy de los que las dan? Soy consciente de que salvaste mi pellejo, pero negociaste a mis espaldas con los escoceses ¿me preguntaste si estaba dispuesto a pagar el precio de ese combate? No, porque tu tomas tus propias decisiones y te importan una mierda mis creencias, mi opinión, no me respetas, no me escuchas, crees que me equivoco en todo y que eres dueña de la verdad absoluta.
Respiró hondo apoyando su cabeza en las tablillas mientras yo rellenaba el vaso negando con la cabeza.
-Libertad ¿por que mierda crees que lucho yo? ¿crees que mis soldados no son libres? ¿crees que luchan a mi lado obligados o pagados?¿crees que mi intención es ponerte una puta soga en el cuello? -rugí cabreado apurando la copa nuevamente entre mis labios -te equivocas conmigo, no soy un héroe, no tienes ni puta idea de cuantas veces se me tambalean las creencias, no tienes ni puta idea lo que siento, lo que pienso ni lo que me cuesta mantenerme en pie cuando todo a mi alrededor se derrumba, no me conoces de nada Danielle.
Eres libre, pues coge tu maldita bandera negra, tu orgullo y mis gracias y sal de mi casa -gruñí mientras mi peco se lazaba furioso y mis ojos la buscaban.
Los dos estábamos diciendo palabras de las que nos arrepentiríamos, pero francamente ambos ostentábamos un fuerte carácter.
Dejé escapar una carcajada sarcástica mientras negaba ladeando la sonrisa sin ganas.
-Eres la mejor pirata y ni siquiera eres capaz de quitarte el puto velo de la cara y decir que eres una mujer ¿y? No me digas que soy yo quien coarta tu libertad, eres tu las que te escondes tras una bandera negra, un nombre falso y la mar.
Felicidades Capitan Morgan ,tu nombre tendrá un halo en la historia.
Rugí elevando el dedo de forma amenazante cuando dijo que sobre mi espalda caían las muertes de todos los caídos, que se lo explicara a sus hijos cuando Randulf usara el acero para atacar a los míos, morirán porque por mi culpa no los armaba con eso que ella traía en su barco.
Mis principios por encima de mi gente, eso es lo que ella veía en mi, no se daba cuenta que no era así.
-Vete a la mierda -rugí negando antes de lanzar el vaso contra una de las paredes del barco -no seré un nuevo Randulf, ese acero es robado, me da igual si a los españoles o a los que iba a comercializar con Randulf, porque no son culpables de para lo que el rey loco use el acero ¿donde poner los limites? ¿atacaremos después las minas de hierro? ¿las fraguas de otros países? ¿mataré a los que no me ofrezcan su apoyo? Siempre hay escusas para blandir el acero, para hacer la guerra, para derramar sangre, siempre habrá enemigos..¿donde pongo el limite Danielle?
Me di la vuelta, me había tirado de su barco y en parte creo que era mejor largarme antes de seguir esta discusión que solo iba a llevarnos a auto destruirnos mutuamente.
Sobre mis hombros la carga pesaba demasiado.
-No sigas por ahí -le aconsejé con rabia en la voz -¿crees que no soy consciente de lo que me juego cuando desenvaino el acero? ¿crees mujer que no se que la parca me mira de frente en cada batalla? Es por eso, porque me juego la vida por lo que he de caer de rodillas ante Randulf pidiendo clemencia para mi pueblo, o quizás mejor me convierto en algo peor que él para hacerle frente.
¿Quizás lo que necesites escuchar es un gracias? ¿Crees que no soy de los que las dan? Soy consciente de que salvaste mi pellejo, pero negociaste a mis espaldas con los escoceses ¿me preguntaste si estaba dispuesto a pagar el precio de ese combate? No, porque tu tomas tus propias decisiones y te importan una mierda mis creencias, mi opinión, no me respetas, no me escuchas, crees que me equivoco en todo y que eres dueña de la verdad absoluta.
Respiró hondo apoyando su cabeza en las tablillas mientras yo rellenaba el vaso negando con la cabeza.
-Libertad ¿por que mierda crees que lucho yo? ¿crees que mis soldados no son libres? ¿crees que luchan a mi lado obligados o pagados?¿crees que mi intención es ponerte una puta soga en el cuello? -rugí cabreado apurando la copa nuevamente entre mis labios -te equivocas conmigo, no soy un héroe, no tienes ni puta idea de cuantas veces se me tambalean las creencias, no tienes ni puta idea lo que siento, lo que pienso ni lo que me cuesta mantenerme en pie cuando todo a mi alrededor se derrumba, no me conoces de nada Danielle.
Eres libre, pues coge tu maldita bandera negra, tu orgullo y mis gracias y sal de mi casa -gruñí mientras mi peco se lazaba furioso y mis ojos la buscaban.
Los dos estábamos diciendo palabras de las que nos arrepentiríamos, pero francamente ambos ostentábamos un fuerte carácter.
Dejé escapar una carcajada sarcástica mientras negaba ladeando la sonrisa sin ganas.
-Eres la mejor pirata y ni siquiera eres capaz de quitarte el puto velo de la cara y decir que eres una mujer ¿y? No me digas que soy yo quien coarta tu libertad, eres tu las que te escondes tras una bandera negra, un nombre falso y la mar.
Felicidades Capitan Morgan ,tu nombre tendrá un halo en la historia.
Rugí elevando el dedo de forma amenazante cuando dijo que sobre mi espalda caían las muertes de todos los caídos, que se lo explicara a sus hijos cuando Randulf usara el acero para atacar a los míos, morirán porque por mi culpa no los armaba con eso que ella traía en su barco.
Mis principios por encima de mi gente, eso es lo que ella veía en mi, no se daba cuenta que no era así.
-Vete a la mierda -rugí negando antes de lanzar el vaso contra una de las paredes del barco -no seré un nuevo Randulf, ese acero es robado, me da igual si a los españoles o a los que iba a comercializar con Randulf, porque no son culpables de para lo que el rey loco use el acero ¿donde poner los limites? ¿atacaremos después las minas de hierro? ¿las fraguas de otros países? ¿mataré a los que no me ofrezcan su apoyo? Siempre hay escusas para blandir el acero, para hacer la guerra, para derramar sangre, siempre habrá enemigos..¿donde pongo el limite Danielle?
Me di la vuelta, me había tirado de su barco y en parte creo que era mejor largarme antes de seguir esta discusión que solo iba a llevarnos a auto destruirnos mutuamente.
Sobre mis hombros la carga pesaba demasiado.
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 976
Fecha de inscripción : 21/09/2016
Localización : el placentero infierno de tus piernas.
Re: Vann stein (privado)
¿Que no le respetaba? ¿que no le escuchaba? ¿Hola? ¿desde cuando la estupidez se premiaba con aplusos? Si lo hubiera dejado hacer lo que quería en Callanish hoy no estarían discutiendo porque estaría muerto. Rodó los ojos y dejó escapar un bufido irónico. No iba a seguir discutiendo, que dijera lo que quisiera. Ya había encontrado una cabeza de turco con quien pagar sus frustraciones y era ella. Pues bien, genial. ¿Que el acero era robado? evidentemente. ¿Acaso no era ese el plan desde el principio? no le hizo ascos al dinero robado de Randulf, ni a sus suministros. ¿A quién creía que estaba ribando? a las monjas? No. A una compañía que se enriquecía con la guerra que drenaba a su pueblo. Pero no lo quería ver, pues allá él.
La mandó a la mierda y le estalló un vaso en la pared. Cuando Höor salió por la puerta por poco no le dió el otro vaso, lanzado por ella y que se estrelló en las jambas de la puerta. Estaba rabiosa por las palabras dichas y los ataques gratuitos. Así Randulf no tenía que hacer nada, entre ellos acabarían a puñetazos.
Lund apareció a los pocos minutos por la puerta. ¿Otro que venía a echarle un sermón? gruñó.
— ¿Tú también vienes a echarme mierda encima? pues ahórratelo, ya me doy por enterada, puedes largarte por donde has venido.
Se levantó a duras penas y cerró el diario de abordo pesadamente, dejándolo caer con desgana sobre un cajón que cerró con un puntapié. Su intención era irse a...¿a dónde? aquello era un maldito barco, no había donde esconderse. Volcó la botella con el codo y ésta se estampó contra el suelo rompiéndose en mil pedazos. Masculló un "joder, mierda" y negó con la cabeza. No era su día. Agarró uno de los paños que había usado para limpiar su sangre y lo echó sobre los cristales recogiéndolos y lanzadolos a un cubo que hacía de papelera. Quizás no fuera tan mala idea después de todo poner rumbo a cualquier parte, a cualquier mar a seguir saqueando y a tomar por saco, el botín sería para sus hombres, ella ya tenía una buena cuenta guardada en un banco irlandés de todos aquellos años de incursiones. Por una puta vez en su vida que tomaba la decisión de apoyar una causa, de tomar bando y partido y la llamaban egoista.
Höor estaba empeñado en que el acero era español, ya no sabía como explicarle que procedía de ese país pero lo compró Gunnarson para hacerle las armas a Randulf y vendérselas. El vampiro ya se había cobrado ese mordisco a sus finanzas con su sangre. Gracias por preguntar, Höor...y de nada, ya de paso.
La mandó a la mierda y le estalló un vaso en la pared. Cuando Höor salió por la puerta por poco no le dió el otro vaso, lanzado por ella y que se estrelló en las jambas de la puerta. Estaba rabiosa por las palabras dichas y los ataques gratuitos. Así Randulf no tenía que hacer nada, entre ellos acabarían a puñetazos.
Lund apareció a los pocos minutos por la puerta. ¿Otro que venía a echarle un sermón? gruñó.
— ¿Tú también vienes a echarme mierda encima? pues ahórratelo, ya me doy por enterada, puedes largarte por donde has venido.
Se levantó a duras penas y cerró el diario de abordo pesadamente, dejándolo caer con desgana sobre un cajón que cerró con un puntapié. Su intención era irse a...¿a dónde? aquello era un maldito barco, no había donde esconderse. Volcó la botella con el codo y ésta se estampó contra el suelo rompiéndose en mil pedazos. Masculló un "joder, mierda" y negó con la cabeza. No era su día. Agarró uno de los paños que había usado para limpiar su sangre y lo echó sobre los cristales recogiéndolos y lanzadolos a un cubo que hacía de papelera. Quizás no fuera tan mala idea después de todo poner rumbo a cualquier parte, a cualquier mar a seguir saqueando y a tomar por saco, el botín sería para sus hombres, ella ya tenía una buena cuenta guardada en un banco irlandés de todos aquellos años de incursiones. Por una puta vez en su vida que tomaba la decisión de apoyar una causa, de tomar bando y partido y la llamaban egoista.
Höor estaba empeñado en que el acero era español, ya no sabía como explicarle que procedía de ese país pero lo compró Gunnarson para hacerle las armas a Randulf y vendérselas. El vampiro ya se había cobrado ese mordisco a sus finanzas con su sangre. Gracias por preguntar, Höor...y de nada, ya de paso.
Danielle Morgan- Humano Clase Media
- Mensajes : 245
Fecha de inscripción : 21/08/2017
Re: Vann stein (privado)
Me habían informado de que el barco de Danielle estaba en puerto. Yo estaba en la taberna cuando sus hombres llegaron, así que sin duda era cierta la información. Esperé un poco pero al no verla acompañar a los suyos decidí ir a verla a su camarote.
No me imaginé cruzarme en la rampa que ascendía hacia el navío con un desquiciado Höor que ni me saludo.
Nuestros hombros chocaron sin mas y como si fuera un huracán que demolía todo a su paso lo vi subir sobre su espectro alejándose entre las luces y sombras que otorgaba la plateada luna del puerto.
Me encogí de hombros sin mas continuando mi camino hacia el camarote, la bienvenida de Danielle no fue exactamente como la esperaba, pero esa mujer me gustaba, así que hice acopio de paciencia y ladeé la sonrisa al verla cabreada cerrando la puerta tras de mi.
-¿Que me he perdido? -pregunté acercándome a ella.
Tomé uno de los trapos limpios para limpiar la sangre que se salia de su labio abierto.
-Danielle no soy tu padre, ya eres mayorcita para saber lo que te haces y tampoco soy tan necio como para pedirte cuentas de a donde vas y a donde vienes -susurré tirando de su cintura para acomodarla entre mis piernas ahora que me había apoyado en el escritorio.
Alcé por el mentón su rostro con delicadeza, mis pardos se perdieron en sus mares, sabia que estaba alterada, posiblemente por algún tipo de pelea que había tenido con Höor, pero prefería no preguntar.
-Estoy aquí Dani -susurré acortando la distancia que me separaba de sus labios.
Apenas los presioné, estaba herida y ella no era una vikinga, dudaba fuera capaz de aguantar el dolor como nosotros, no estaba acostumbrada a la primera linea de batalla, si no mas bien a pensar en la retaguardia.
No me imaginé cruzarme en la rampa que ascendía hacia el navío con un desquiciado Höor que ni me saludo.
Nuestros hombros chocaron sin mas y como si fuera un huracán que demolía todo a su paso lo vi subir sobre su espectro alejándose entre las luces y sombras que otorgaba la plateada luna del puerto.
Me encogí de hombros sin mas continuando mi camino hacia el camarote, la bienvenida de Danielle no fue exactamente como la esperaba, pero esa mujer me gustaba, así que hice acopio de paciencia y ladeé la sonrisa al verla cabreada cerrando la puerta tras de mi.
-¿Que me he perdido? -pregunté acercándome a ella.
Tomé uno de los trapos limpios para limpiar la sangre que se salia de su labio abierto.
-Danielle no soy tu padre, ya eres mayorcita para saber lo que te haces y tampoco soy tan necio como para pedirte cuentas de a donde vas y a donde vienes -susurré tirando de su cintura para acomodarla entre mis piernas ahora que me había apoyado en el escritorio.
Alcé por el mentón su rostro con delicadeza, mis pardos se perdieron en sus mares, sabia que estaba alterada, posiblemente por algún tipo de pelea que había tenido con Höor, pero prefería no preguntar.
-Estoy aquí Dani -susurré acortando la distancia que me separaba de sus labios.
Apenas los presioné, estaba herida y ella no era una vikinga, dudaba fuera capaz de aguantar el dolor como nosotros, no estaba acostumbrada a la primera linea de batalla, si no mas bien a pensar en la retaguardia.
Lund Around- Humano Clase Alta
- Mensajes : 50
Fecha de inscripción : 22/09/2017
Re: Vann stein (privado)
¿Qué se había perdido? una maldita guerra, eso es lo que se había perdido, una que beneficiaba a Randulf. Tenía tantas ganas de gritar, de romper algo, de insultar y prenderle fuego a todo el puto acero hasta derretirlo...que se le acumulaba en la garganta y la boca del estómago. Estaba cansada, dolorida, casi se arranca la maldita lengua en la pelea con aquella bestia...¿y todo para qué?.
Lund la agarró de las caderas para estrecharla contra él. No quería su condescendencia, no quería su consuelo, se sentía como una niña gilipollas a las que le daban un besito en el dedo golpeado y le decían que no pasaba nada. Se revolvió un poco pero él apretó el agarre.
— Suerte la tuya que no eres mi padre...así no tendrás que avergonzarte de mi, como hace todo el mundo. ¿Sabes qué? que me da igual!! estoy harta. Viene muy bien tener una pirata para los asuntos sucios pero a la hora de la verdad es mejor echarla a los perros porque ...¡Oh! sopresa! no tiene honor.— sus ojos relampaguearon peligrosamente, estaba al borde de una crisis de ira explosiva.— Esa maldita bestia me sacudió tan fuerte que ya no sé ni cuantos huesos rotos tengo y casi me quedo sin lengua, pero venga, no importa, echáme en cara las cuentas que tengamos pendientes, es el momento, hoy es el día mundial de "ahorca un pirata que es gratis".
Lund le habló con suavidad, la miró con aquellos ojos cansados y serios, cargados de experiencia y cordura. Golpeó su pecho con los puños cerrados, odiaba que le hablase así, prefería que le gritase y le dijese que era una imbécil provocando otra pelea y cada cual a sus cosas. Esa era la dinámica con el capitán Morgan, algo de lo que nunca habló con nadie, pero no fue un matrimonio feliz más allá de los tres primeros meses. Él era soberbio, ambicioso, intransigente, jamás daba su brazo a torcer. Por eso cuando la peste se lo llevó no lloró su pérdida. No iba a sentirse otra vez culpable, vulnerable, débil. No iba a dejar que ningún otro hombre le dijera cómo debía ser, que le impusieran más reglas y normas. No. De ninguna de las maneras. Daba igual que fuera su padre, el conde o el Papa de Roma.
"Estoy aquí Dani". ¿Cuánto tiempo hacía que nadie la llama Dani? ni se acordaba. No se había quedado demasiado tiempo en el mismo lugar para trabar confianza con alguien. La besó en los labios respetando la herida que tenía, el mismo hombre que se lanzó con ferocidad sobre su cuerpo noches atrás cuando la drenalina corría por las venas de todos. Recordó su torpeza cuando llamó a la puerta de Giuliana tratando de establecer conversación con ella tras el ataque de los falsos druidas. ¿Qué quería de ella? todo el mundo quería algo, todo tenía un precio al parecer.
— será mejor que...te alejes de mi o te alcanzará mi tormenta.
Lund la agarró de las caderas para estrecharla contra él. No quería su condescendencia, no quería su consuelo, se sentía como una niña gilipollas a las que le daban un besito en el dedo golpeado y le decían que no pasaba nada. Se revolvió un poco pero él apretó el agarre.
— Suerte la tuya que no eres mi padre...así no tendrás que avergonzarte de mi, como hace todo el mundo. ¿Sabes qué? que me da igual!! estoy harta. Viene muy bien tener una pirata para los asuntos sucios pero a la hora de la verdad es mejor echarla a los perros porque ...¡Oh! sopresa! no tiene honor.— sus ojos relampaguearon peligrosamente, estaba al borde de una crisis de ira explosiva.— Esa maldita bestia me sacudió tan fuerte que ya no sé ni cuantos huesos rotos tengo y casi me quedo sin lengua, pero venga, no importa, echáme en cara las cuentas que tengamos pendientes, es el momento, hoy es el día mundial de "ahorca un pirata que es gratis".
Lund le habló con suavidad, la miró con aquellos ojos cansados y serios, cargados de experiencia y cordura. Golpeó su pecho con los puños cerrados, odiaba que le hablase así, prefería que le gritase y le dijese que era una imbécil provocando otra pelea y cada cual a sus cosas. Esa era la dinámica con el capitán Morgan, algo de lo que nunca habló con nadie, pero no fue un matrimonio feliz más allá de los tres primeros meses. Él era soberbio, ambicioso, intransigente, jamás daba su brazo a torcer. Por eso cuando la peste se lo llevó no lloró su pérdida. No iba a sentirse otra vez culpable, vulnerable, débil. No iba a dejar que ningún otro hombre le dijera cómo debía ser, que le impusieran más reglas y normas. No. De ninguna de las maneras. Daba igual que fuera su padre, el conde o el Papa de Roma.
"Estoy aquí Dani". ¿Cuánto tiempo hacía que nadie la llama Dani? ni se acordaba. No se había quedado demasiado tiempo en el mismo lugar para trabar confianza con alguien. La besó en los labios respetando la herida que tenía, el mismo hombre que se lanzó con ferocidad sobre su cuerpo noches atrás cuando la drenalina corría por las venas de todos. Recordó su torpeza cuando llamó a la puerta de Giuliana tratando de establecer conversación con ella tras el ataque de los falsos druidas. ¿Qué quería de ella? todo el mundo quería algo, todo tenía un precio al parecer.
— será mejor que...te alejes de mi o te alcanzará mi tormenta.
Danielle Morgan- Humano Clase Media
- Mensajes : 245
Fecha de inscripción : 21/08/2017
Re: Vann stein (privado)
Con mis labios en su frente, deslizando mis ásperos dedos llenos de callos por el manejo de la espada por su pelo, ladeé la sonrisa.
-Se me da bien capear el temporal Dani, así que si hay tormenta pues la desafiaremos y cuando haya calma haremos el amor hasta el alba. Soy un guerrero, no tengo miedo ni al acero, ni a los truenos.
Tiré de su cintura para alzarla sobre mi regazo, ella necesitaba descansar desde luego ni de lejos era momento de echarle nada en cara, no estaba de acuerdo con el modo en el que hacia las cosas, pero ella era una pirata y cambiar a las personas era algo imposible, algo que no funcionaba.
Era como si a mi me pidieran que dejara la espada y de creer en el Valhalla o que abandonara el norte, mi hogar, jamas lo haría porque sabia que eso seria efímero y me llenaría de rabia..el hogar de Dani era la mar, su casa una bandera negra y su modo de vida la piratería.
Nos estaba ayudando a su manera y en mi opinión lo hacia bien, nos había salvado el culo en Escocia.
Besé sus labios de nuevo buscándolos despacio, no tenia prisa.
-Yo no siento vergüenza por ti, todo lo contrario, eres una mujer fuerte, decidida, algo irreflexiva que no esta hecha para obedecer si no para mandar ni para echar anclas en ningún lugar.
No te voy a mentir, me gustas, creo que eso lo sabes y no tengo prisa pro descubrir si esto nos lleva a alguna parte o si en dos semanas levaras anclas y te largaras sin mas.
Dejé que apoyara su cabeza en mi pecho mientras deslizaba mi mano por debajo de sus piernas y con la otra en su espalda la elevaba para llevarla al lecho.
-Höor es un buen tipo, lo conozco desde niño, es impetuoso, en ocasiones no mide sus palabras, tampoco sus actos pero es un gran hombre, honorable, valiente que sufre por un pueblo que se muere.
No me gustaría estar en su pellejo, ni llevar la pesada carga que porta sobre sus hombros.
Hoy habéis hablado en caliente, hablad cuando las aguas se calmen, cuando la tormenta amaine, acercar posturas...y si son irreconciliables pues entonces...tu veras lo que haces.
Ahora, duerme -le dije recostándome con ella en aquel pequeño camastro -estaba en la taberna, me he perdido una buena borrachera por venir a verte, peor sin duda encontrarme con una fiera salvaje siempre resulta estimulante -bromeé ensanchando la sonrisa.
-Se me da bien capear el temporal Dani, así que si hay tormenta pues la desafiaremos y cuando haya calma haremos el amor hasta el alba. Soy un guerrero, no tengo miedo ni al acero, ni a los truenos.
Tiré de su cintura para alzarla sobre mi regazo, ella necesitaba descansar desde luego ni de lejos era momento de echarle nada en cara, no estaba de acuerdo con el modo en el que hacia las cosas, pero ella era una pirata y cambiar a las personas era algo imposible, algo que no funcionaba.
Era como si a mi me pidieran que dejara la espada y de creer en el Valhalla o que abandonara el norte, mi hogar, jamas lo haría porque sabia que eso seria efímero y me llenaría de rabia..el hogar de Dani era la mar, su casa una bandera negra y su modo de vida la piratería.
Nos estaba ayudando a su manera y en mi opinión lo hacia bien, nos había salvado el culo en Escocia.
Besé sus labios de nuevo buscándolos despacio, no tenia prisa.
-Yo no siento vergüenza por ti, todo lo contrario, eres una mujer fuerte, decidida, algo irreflexiva que no esta hecha para obedecer si no para mandar ni para echar anclas en ningún lugar.
No te voy a mentir, me gustas, creo que eso lo sabes y no tengo prisa pro descubrir si esto nos lleva a alguna parte o si en dos semanas levaras anclas y te largaras sin mas.
Dejé que apoyara su cabeza en mi pecho mientras deslizaba mi mano por debajo de sus piernas y con la otra en su espalda la elevaba para llevarla al lecho.
-Höor es un buen tipo, lo conozco desde niño, es impetuoso, en ocasiones no mide sus palabras, tampoco sus actos pero es un gran hombre, honorable, valiente que sufre por un pueblo que se muere.
No me gustaría estar en su pellejo, ni llevar la pesada carga que porta sobre sus hombros.
Hoy habéis hablado en caliente, hablad cuando las aguas se calmen, cuando la tormenta amaine, acercar posturas...y si son irreconciliables pues entonces...tu veras lo que haces.
Ahora, duerme -le dije recostándome con ella en aquel pequeño camastro -estaba en la taberna, me he perdido una buena borrachera por venir a verte, peor sin duda encontrarme con una fiera salvaje siempre resulta estimulante -bromeé ensanchando la sonrisa.
Lund Around- Humano Clase Alta
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Re: Vann stein (privado)
Las palabras del general calaron en su ser como el agua de deshielo que cala sobre los pastos. Ése era el verdadero talento de Höor, el rodearse de personas valientes y leales que equilibrasen los truenos de Thor cuando el conde rugía. Acababa de entenderlo, todo era un trabajo de equipo, el Norte no podría sobrevivir si no cerraban filas, si no arrimaban todos el hombro cada cual con lo que tuviese, pero para eso debían compartir un objetivo común, y Höor había sembrado en ellos la esperanza de un pueblo libre, de un gobierno justo.
Ella siempre había ido a la suya, se movía entre tunantes, muertos de hambre y borrachos, entre delincuentes y buscafortunas que no dudaban en vender a quien fuera para conservar el pellejo intacto. Sin embargo, en su fuero interno, había absorbido alguna vez esa educación inglesa de respeto a su patria, a su reina y a los ideales de una nación que fue un imperio. ¿Y si pudiera navegar entre dos aguas? no quería renunciar a su libertad, a sus dotes de mando, a la adrenalina estimulante de trazar planes y llevarlos a cabo. Pero tampoco la movía ya el afán del botín.
— el océano es inmenso y solitario, como los desiertos, pero lleno de peces. No quiero dejar de navegar, es lo que mejor sé hacer, es como si te pidieran que dejases de empuñar tu acero. Pero por otro lado, esa vida está vacía, y día tras día va cubriendo el alma de una pátina negra como la bandera. Pensé que aquí podría fondear, usar a la Reina Ana y mis habilidades para hacer algo más que saquear...darle sentido a esto. Pero Höor no lo quiere así y me cabrea porque vosotros sois el pueblo más ladrón que conozco, invasores y saqueadores como voraces bandadas de cuervos.
Reflexionaba en voz alta mientras sus dedos se enredaban inconscientemente en unos cordones que colgaban de la camisa de Lund.
— Höor tiene suerte de teneros con él. Ulf es igual de cabezahueca y quizás hasta más terco. Atharal siempre está dispuesto a lo que sea y sobre todo a poner un toque divertido. Khayla...jamás vi a alguien más entregado a dar muerte al enemigo y tú... si no fuera por ti, todos estos estarían más perdidos que yo en tierra firme. Eres la voz de la cordura...y eso dicho de un vikingo es...raro.
Lund tenía razñon, trataría de razonar con Höor en otro momento, pero le estaba sabiendo a bilis, porque tragarse el orgullo y la vena peleona era muy complicado.
Ella siempre había ido a la suya, se movía entre tunantes, muertos de hambre y borrachos, entre delincuentes y buscafortunas que no dudaban en vender a quien fuera para conservar el pellejo intacto. Sin embargo, en su fuero interno, había absorbido alguna vez esa educación inglesa de respeto a su patria, a su reina y a los ideales de una nación que fue un imperio. ¿Y si pudiera navegar entre dos aguas? no quería renunciar a su libertad, a sus dotes de mando, a la adrenalina estimulante de trazar planes y llevarlos a cabo. Pero tampoco la movía ya el afán del botín.
— el océano es inmenso y solitario, como los desiertos, pero lleno de peces. No quiero dejar de navegar, es lo que mejor sé hacer, es como si te pidieran que dejases de empuñar tu acero. Pero por otro lado, esa vida está vacía, y día tras día va cubriendo el alma de una pátina negra como la bandera. Pensé que aquí podría fondear, usar a la Reina Ana y mis habilidades para hacer algo más que saquear...darle sentido a esto. Pero Höor no lo quiere así y me cabrea porque vosotros sois el pueblo más ladrón que conozco, invasores y saqueadores como voraces bandadas de cuervos.
Reflexionaba en voz alta mientras sus dedos se enredaban inconscientemente en unos cordones que colgaban de la camisa de Lund.
— Höor tiene suerte de teneros con él. Ulf es igual de cabezahueca y quizás hasta más terco. Atharal siempre está dispuesto a lo que sea y sobre todo a poner un toque divertido. Khayla...jamás vi a alguien más entregado a dar muerte al enemigo y tú... si no fuera por ti, todos estos estarían más perdidos que yo en tierra firme. Eres la voz de la cordura...y eso dicho de un vikingo es...raro.
Lund tenía razñon, trataría de razonar con Höor en otro momento, pero le estaba sabiendo a bilis, porque tragarse el orgullo y la vena peleona era muy complicado.
Danielle Morgan- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 21/08/2017
Re: Vann stein (privado)
Mis dedos seguían peinando su pelo mientras sus palabras la desahogaban por completo, sus dedos jugaban con mi camisa por fin entendiendo de que iba esto.
Höor era sin duda el corazón del norte, sin él no existía esperanza, ni valores, no existía revolución, pero el resto eramos importantes de igual modo, porque eramos sus ojos, sus manos, su razón en algunos casos.
Höor no era un hombre perfecto, ni un dios aunque así lo creyeran las gentes que lo veneraban, él sangraba, amaba y sufría como cualquiera de los aquí presentes.
También se equivocaba pero nunca pensaba mas en él que en su gente, yo admiraba a ese muchacho que se forjo a base de látigos, nunca lo vi caer y motivos no le faltaron.
Era cierto a veces era como Thor, un trueno que retumbaba bien alto, pero ¿acaso no eramos eso los norteños? Dioses, leyendas, sangre y fuego, Höor representaba todo eso.
-Es cierto somos un pueblo de saqueadores, de echo, nuestras tierras nunca han sido fértiles del todo, nuestra economía se basaba en el saqueo a otras tierras, pero...ahora mismo estamos en guerra, guerra contra un rey que nos supera en numero, en efectivos y en armas.
No es tiempo de crearnos nuevos enemigos, de eso nos sobra -apunté deslizando mi lengua entre sus labios para besarla muy despacio.
Nos acomodamos en el lecho, ella estaba agotada, se notaba por como su respiración poco a poco se iba acompasando al movimiento de mi pecho.
No me habían pasado desapercibidas sus palabras...
-Supongo que siempre pertenecerás a la mar como yo al acero pero hasta alguien como yo algún día quiere formar una familia, un linaje, el ir y venir con la edad de Atharal esta bien, se divierte, va y viene, pero yo me hago viejo. Vemos a ulf y joder, nos remueve a la mayoría. Algún día quiero eso...un mujer que entienda que moriré en el campo de batalla pero que aun así, este dispuesta a compartir conmigo el tiempo que que los dioses nos mantengan lejos del Valhalla.
Finalmente los dos nos quedamos dormidos en el lecho, supongo que esa noche ella necesitaba eso y yo no siempre era la bestia que la tomó en el barco de forma ruda y apasionada..entendía los tiempos, no era un muchacho.
Höor era sin duda el corazón del norte, sin él no existía esperanza, ni valores, no existía revolución, pero el resto eramos importantes de igual modo, porque eramos sus ojos, sus manos, su razón en algunos casos.
Höor no era un hombre perfecto, ni un dios aunque así lo creyeran las gentes que lo veneraban, él sangraba, amaba y sufría como cualquiera de los aquí presentes.
También se equivocaba pero nunca pensaba mas en él que en su gente, yo admiraba a ese muchacho que se forjo a base de látigos, nunca lo vi caer y motivos no le faltaron.
Era cierto a veces era como Thor, un trueno que retumbaba bien alto, pero ¿acaso no eramos eso los norteños? Dioses, leyendas, sangre y fuego, Höor representaba todo eso.
-Es cierto somos un pueblo de saqueadores, de echo, nuestras tierras nunca han sido fértiles del todo, nuestra economía se basaba en el saqueo a otras tierras, pero...ahora mismo estamos en guerra, guerra contra un rey que nos supera en numero, en efectivos y en armas.
No es tiempo de crearnos nuevos enemigos, de eso nos sobra -apunté deslizando mi lengua entre sus labios para besarla muy despacio.
Nos acomodamos en el lecho, ella estaba agotada, se notaba por como su respiración poco a poco se iba acompasando al movimiento de mi pecho.
No me habían pasado desapercibidas sus palabras...
-Supongo que siempre pertenecerás a la mar como yo al acero pero hasta alguien como yo algún día quiere formar una familia, un linaje, el ir y venir con la edad de Atharal esta bien, se divierte, va y viene, pero yo me hago viejo. Vemos a ulf y joder, nos remueve a la mayoría. Algún día quiero eso...un mujer que entienda que moriré en el campo de batalla pero que aun así, este dispuesta a compartir conmigo el tiempo que que los dioses nos mantengan lejos del Valhalla.
Finalmente los dos nos quedamos dormidos en el lecho, supongo que esa noche ella necesitaba eso y yo no siempre era la bestia que la tomó en el barco de forma ruda y apasionada..entendía los tiempos, no era un muchacho.
Lund Around- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 22/09/2017
Re: Vann stein (privado)
Durante los días posteriores a mi desencuentro con Dani, apenas nos cruzamos. Ella trató de pasar desapercibida, supongo que para cicatrizar sus heridas y yo estuve muy ocupado con el escoces.
Le mostré algunas de las aldeas, lo que Randulf hacia en ellas y supongo que vio el reflejo, sin ser necesario que se lo predijera con palabras, de lo que Randulf podría hacer en Escocia si la revolución causaba bajas y Noruega finalmente cedía al control completo de ese demente.
-Conozco a vuestra reina -le aseguré. Omití el como la conocí y lo que pasó entre nosotros -es una buena mujer que vive en tiempos difíciles, al parecer tampoco vuestras tierras viven en son de paz eterna, aunque por lo que ella me contó, en la corte las cosas se manejan de forma mas sibilina que aquí que todo se soluciona a base de fuego y acero. Estoy seguro que si devolvéis esa cruz a la corona os lo agradecerá -le dije ladeando la sonrisa.
No tardé en descubrir donde Randulf guardaba esa cruz, en principio no era ningún bien preciado, no ostentaba magia, ni nada que sirviera para la guerra en ninguna de sus formas, era mas bien un símbolo de poder, el modo de recordar a los escoceses que podía ir, saquear y tomar cuanto quería no solo de sus tierras si no de las que bien quisiera.
-La cruz no esta en el castillo de Randulf, lo que en parte es una ventaja, aunque allí donde la atesoran no se puede decir que sea terreno fácil de conquistar.
En los pantanos Randulf tiene a tres brujas viejas, dicen que son ciegas, no llegan a ser oráculos, pero si utilizan a estas para ver lo que se les escapa. Las tienen drogadas, a su merced, sera complicado llegar sin anunciar antes nuestra visita.
Su poder es inmenso, Randulf acudió una vez a ellas y como pago pidieron esa cruz que los tuyos quieren recuperar, quizás podamos ir y pedírsela por las buenas -ironicé con picarda, aunque algo me dice que será mas bien el acero lo que las convenza eso o que quieran algo de uno de nosotros y yo la idea de pasármelas por la piedra no la contemplo -bromeé alzando las manos mientras ambos estallábamos en carcajadas.
Le mostré algunas de las aldeas, lo que Randulf hacia en ellas y supongo que vio el reflejo, sin ser necesario que se lo predijera con palabras, de lo que Randulf podría hacer en Escocia si la revolución causaba bajas y Noruega finalmente cedía al control completo de ese demente.
-Conozco a vuestra reina -le aseguré. Omití el como la conocí y lo que pasó entre nosotros -es una buena mujer que vive en tiempos difíciles, al parecer tampoco vuestras tierras viven en son de paz eterna, aunque por lo que ella me contó, en la corte las cosas se manejan de forma mas sibilina que aquí que todo se soluciona a base de fuego y acero. Estoy seguro que si devolvéis esa cruz a la corona os lo agradecerá -le dije ladeando la sonrisa.
No tardé en descubrir donde Randulf guardaba esa cruz, en principio no era ningún bien preciado, no ostentaba magia, ni nada que sirviera para la guerra en ninguna de sus formas, era mas bien un símbolo de poder, el modo de recordar a los escoceses que podía ir, saquear y tomar cuanto quería no solo de sus tierras si no de las que bien quisiera.
-La cruz no esta en el castillo de Randulf, lo que en parte es una ventaja, aunque allí donde la atesoran no se puede decir que sea terreno fácil de conquistar.
En los pantanos Randulf tiene a tres brujas viejas, dicen que son ciegas, no llegan a ser oráculos, pero si utilizan a estas para ver lo que se les escapa. Las tienen drogadas, a su merced, sera complicado llegar sin anunciar antes nuestra visita.
Su poder es inmenso, Randulf acudió una vez a ellas y como pago pidieron esa cruz que los tuyos quieren recuperar, quizás podamos ir y pedírsela por las buenas -ironicé con picarda, aunque algo me dice que será mas bien el acero lo que las convenza eso o que quieran algo de uno de nosotros y yo la idea de pasármelas por la piedra no la contemplo -bromeé alzando las manos mientras ambos estallábamos en carcajadas.
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
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Re: Vann stein (privado)
Las tierras noruegas eran similares a las escocesas en cuanto a la dureza de su clima, la escasez de sus cultivos y el carácter aguerrido de sus habitantes. En su casa los pastos eran verdes, el mar era bravo y las noches largas junto a una lumbre. Si Randulf quería destruir eso tendría que matar hasta el último escocés. Peleaban entre ellos, los clanes eran orgullosos y desorganizados, pero frente al enemigo externo unirían filas y no dejarían que destruyesen su cultura y sus costumbres, en eso estaban junto a los rebeldes de Akershus.
— La reina es una niña que no ha estado aquí para gobernar a su pueblo, pero aún así lucharemos por ella, por la bandera, por todo lo bueno de nuestra tierra.
El cambiante pudo observar de cerca la forma en la que Höor llevaba a los suyos hacia delante y le recordó a William Wallace, el rebelde escocés que luchó por librar del yugo inglés a los suyos. Pero Wallace no acabó precisamente bien. Quizás su mentalidad práctica coincidía más con la visión a medio camino entre el conde y la pirata. Él también tenía fuertes raíces, pero eso no le impedía hacer lo que fuera necesario para llevarse el gato al agua. Enarcó una ceja al escuchar lo de las brujas.
— ¿Así que tres brujas viejas?mmmm... pues no esperes que me las trajine yo, una cosa es que los escoceses no hagamos ascos a una falda, la otra es que estemos tan chalados para hacer algo así...aunque igual con mucho whisky...— sonrió de medio lado. Ya había catado alguna mujer vikinga y por las barbas de San Andrés, que era verdaderas fieras.— Supongo que vuestra bruja no podrá acompañarnos..— La mujer de Ulf acababa de dar a luz a su primer hijo y no estaba en condiciones de viajar ni de hacer magia.— Un pantano... tres brujas...pero nos las tendremos que repartir ¿se puede pedir más? es un plan cojonudo!
Rieron entre vasos de cerveza y McQuinn se levantó de la silla. Llevaban varios días de descanso y ya tenía ganas de medir el acero con Höor.
— vamos afuera a entrenar un poco, tú y yo. Escocia contra Noruega. Si tenemos que pelear juntos es mejor que nos conozcamos con el acero en la mano.— Desenvainó la claymore, era una espada magnífica, tan grande como su dueño, y su nombre era Barn, que significaba Sentencia en gaélico escocés. Todavía no se había transformado en oso desde que estaba allí, pero ya había visto a Atharal y a Ulf hacerlo, y al parecer eso se llevaba con naturalidad en esas tierras.
— La reina es una niña que no ha estado aquí para gobernar a su pueblo, pero aún así lucharemos por ella, por la bandera, por todo lo bueno de nuestra tierra.
El cambiante pudo observar de cerca la forma en la que Höor llevaba a los suyos hacia delante y le recordó a William Wallace, el rebelde escocés que luchó por librar del yugo inglés a los suyos. Pero Wallace no acabó precisamente bien. Quizás su mentalidad práctica coincidía más con la visión a medio camino entre el conde y la pirata. Él también tenía fuertes raíces, pero eso no le impedía hacer lo que fuera necesario para llevarse el gato al agua. Enarcó una ceja al escuchar lo de las brujas.
— ¿Así que tres brujas viejas?mmmm... pues no esperes que me las trajine yo, una cosa es que los escoceses no hagamos ascos a una falda, la otra es que estemos tan chalados para hacer algo así...aunque igual con mucho whisky...— sonrió de medio lado. Ya había catado alguna mujer vikinga y por las barbas de San Andrés, que era verdaderas fieras.— Supongo que vuestra bruja no podrá acompañarnos..— La mujer de Ulf acababa de dar a luz a su primer hijo y no estaba en condiciones de viajar ni de hacer magia.— Un pantano... tres brujas...pero nos las tendremos que repartir ¿se puede pedir más? es un plan cojonudo!
Rieron entre vasos de cerveza y McQuinn se levantó de la silla. Llevaban varios días de descanso y ya tenía ganas de medir el acero con Höor.
— vamos afuera a entrenar un poco, tú y yo. Escocia contra Noruega. Si tenemos que pelear juntos es mejor que nos conozcamos con el acero en la mano.— Desenvainó la claymore, era una espada magnífica, tan grande como su dueño, y su nombre era Barn, que significaba Sentencia en gaélico escocés. Todavía no se había transformado en oso desde que estaba allí, pero ya había visto a Atharal y a Ulf hacerlo, y al parecer eso se llevaba con naturalidad en esas tierras.
Stan McQuinn- Cambiante Clase Alta
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Fecha de inscripción : 19/09/2017
Re: Vann stein (privado)
La guerrera se cruzó de brazos cuando los vio salir a ambos al patio de armas. Una buena pelea siempre era un buen espectáculo, y lo cierto es que le había echado el ojo a ese escocés. Más de una vez el muy descarado se había levantado las faldas de cuadros y el paisaje que había a la vista le había gustado bastante. Quizás alguna noche tras unas jarras le propusiera un buen rato.
Los acompañó fuera con media sonrisa pintada en la cara y una jarra entre las manos que levantó a modo de trofeo.
— el que haga la primera sangre se lleva la jarra y el que piedra tiene que follarse a las brujas si éstas lo piden!!.
McQuinn soltó una carcajada ante su comentario replicándole que si ganaba quería la jarra y un cuarto oscuro con ella, para imaginarse que se trajinaba a una bruja, porque el escocés no podía ser menos que el conde en cuanto a gestas legendarias.
La pelea comenzó y los dos titanes se batieron en duelo de espadas, el acero chocaba y sonaba quebrando el silencio que se había hecho en el patio, todos los ojos fijos en ellos y el resplandor de la luz que arrancaba a las hojas metálicas. Ambos giraban sobre sus pies parando, tajando y asestando mandobles. Dos técnicas distintas y dos hombres hecho a empuñar el arma desde la tierna infancia. A ninguno le gustaba perder ni a las canicas, pero era un choque sano, se reían y se jaleaban mutuamente recordándose lo buenas que estarían las viejas del rey Randulf, y que seguramente tras esa visita tuvieran que lavarse la piel con azufre al menos.
Los acompañó fuera con media sonrisa pintada en la cara y una jarra entre las manos que levantó a modo de trofeo.
— el que haga la primera sangre se lleva la jarra y el que piedra tiene que follarse a las brujas si éstas lo piden!!.
McQuinn soltó una carcajada ante su comentario replicándole que si ganaba quería la jarra y un cuarto oscuro con ella, para imaginarse que se trajinaba a una bruja, porque el escocés no podía ser menos que el conde en cuanto a gestas legendarias.
La pelea comenzó y los dos titanes se batieron en duelo de espadas, el acero chocaba y sonaba quebrando el silencio que se había hecho en el patio, todos los ojos fijos en ellos y el resplandor de la luz que arrancaba a las hojas metálicas. Ambos giraban sobre sus pies parando, tajando y asestando mandobles. Dos técnicas distintas y dos hombres hecho a empuñar el arma desde la tierna infancia. A ninguno le gustaba perder ni a las canicas, pero era un choque sano, se reían y se jaleaban mutuamente recordándose lo buenas que estarían las viejas del rey Randulf, y que seguramente tras esa visita tuvieran que lavarse la piel con azufre al menos.
Khayla- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 26/09/2017
Re: Vann stein (privado)
Yo nunca renunciaba a un buen combate y con el Escoces era algo asegurado, así que entre risas ambos salimos al patio de armas picándonos mutuamente.
Su cleymore fue desenvainada ante la sonrisa altiva del hombre oso. Yo solía usar la bastarda, sin embargo para este combate prefería dos cimitarras, mas ágiles bailaban entre mis dedos con cada giro de muñeca.
El choque de aceros prendió nuestras armas de fuego, ambos eramos dos colosales guerreros incapaces de ceder un ápice ante el adversario, templados a base de acero aunque de forma distinta sin duda alguna, su fuerza contrastaba con mi técnica y destreza.
El combate estaba igualado, la danza de nuestros pies levantaba el polvo del escenario y pronto a nuestro alrededor se congregaron varios hombres de uno y otro bando que jaleaban nuestros nombres.
El enfrentamiento pese a que era rudo, no dejaba de estar lleno de bromas, incluso en una ocasión me enseñó las nalgas llevándose una patada de mi bota mientras reíamos y el acero volvía a silbar de nuevo.
Khayla animo la gesta con una apuesta, sangre seria la victoria y la derrota tener que meter la vera en terreno hostil.
Durante algo mas de una hora ambos combatimos sin pausa, hasta que en un giro mi espada sujeta por la diestra terminó en su cuello y su cleimor en mi pecho.
Los dos ladeamos la sonrisa, con la hoja rasgué su piel, apenas un corte mientras el hizo lo propio, ambos derramamos sangre adversaria, así que podíamos proclamarnos vencedores y vendidos.
-¿y ahora? ¿no la jugamos a las tabas? -bromeé caminando hacia Khayla arrebatandole una de las jarras apurandola de un trago.
Una buena batalla siempre daba sed.
La alcé del culo cuando llegó el escoces, mis manos apretaron las nalgas de la guerrera riéndonos.
-A la guerrera podemos compartirla -bromee mordiendo su labio inferior pero las brujas todas tuyas.
La bajé cuando escuché la voz de Valeska que de la mano de Danielle corría hacia el patio de armas.
Me agaché a la altura de mi hija alzando la mirada haca la pirata que me avisó de que Sirius tenia fiebre, la doncella estaba con él pero no conseguía bajarsela con los baños en la tina.
Corrí hacia allí dejando a Khayla en buena compañía, podía ser un guerrero, un hombre, pero principalmente era padre.
Sirius y yo pasamos el resto de la mañana en el lago, allí corría el aire, ademas las aguas eran muy gélidas, le ayudaron a bajar su fiebre. Bajo la sombra de un árbol y con el niño dormido entre mis brazos y arropado con las pieles la fiebre desapareció por completo, así que cuando regresamos Sirius se encontraba bastante mejor y yo preparado para emprender camino hacia los pantanos junto a los escoceses.
Su cleymore fue desenvainada ante la sonrisa altiva del hombre oso. Yo solía usar la bastarda, sin embargo para este combate prefería dos cimitarras, mas ágiles bailaban entre mis dedos con cada giro de muñeca.
El choque de aceros prendió nuestras armas de fuego, ambos eramos dos colosales guerreros incapaces de ceder un ápice ante el adversario, templados a base de acero aunque de forma distinta sin duda alguna, su fuerza contrastaba con mi técnica y destreza.
El combate estaba igualado, la danza de nuestros pies levantaba el polvo del escenario y pronto a nuestro alrededor se congregaron varios hombres de uno y otro bando que jaleaban nuestros nombres.
El enfrentamiento pese a que era rudo, no dejaba de estar lleno de bromas, incluso en una ocasión me enseñó las nalgas llevándose una patada de mi bota mientras reíamos y el acero volvía a silbar de nuevo.
Khayla animo la gesta con una apuesta, sangre seria la victoria y la derrota tener que meter la vera en terreno hostil.
Durante algo mas de una hora ambos combatimos sin pausa, hasta que en un giro mi espada sujeta por la diestra terminó en su cuello y su cleimor en mi pecho.
Los dos ladeamos la sonrisa, con la hoja rasgué su piel, apenas un corte mientras el hizo lo propio, ambos derramamos sangre adversaria, así que podíamos proclamarnos vencedores y vendidos.
-¿y ahora? ¿no la jugamos a las tabas? -bromeé caminando hacia Khayla arrebatandole una de las jarras apurandola de un trago.
Una buena batalla siempre daba sed.
La alcé del culo cuando llegó el escoces, mis manos apretaron las nalgas de la guerrera riéndonos.
-A la guerrera podemos compartirla -bromee mordiendo su labio inferior pero las brujas todas tuyas.
La bajé cuando escuché la voz de Valeska que de la mano de Danielle corría hacia el patio de armas.
Me agaché a la altura de mi hija alzando la mirada haca la pirata que me avisó de que Sirius tenia fiebre, la doncella estaba con él pero no conseguía bajarsela con los baños en la tina.
Corrí hacia allí dejando a Khayla en buena compañía, podía ser un guerrero, un hombre, pero principalmente era padre.
Sirius y yo pasamos el resto de la mañana en el lago, allí corría el aire, ademas las aguas eran muy gélidas, le ayudaron a bajar su fiebre. Bajo la sombra de un árbol y con el niño dormido entre mis brazos y arropado con las pieles la fiebre desapareció por completo, así que cuando regresamos Sirius se encontraba bastante mejor y yo preparado para emprender camino hacia los pantanos junto a los escoceses.
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
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Fecha de inscripción : 21/09/2016
Localización : el placentero infierno de tus piernas.
Re: Vann stein (privado)
El escocés no era tonto y tenía ojos en la cara, esa guerrera rubia era un bocado de lo más apetecible. Cuando acabaron el entrenamiento entre risas y palmaditas en la espalda iba a retirarse del juego porque al parecer el conde tenía pensado darle candela, pero llegaron a buscarlo porque uno de sus hijos estaba enfermo. Höor se marchó y el oso se acercó a Khayla desplegando sus inmensas dotes de seducción.
— ehm...eres Kiara ¿no?
— Khayla.
— Lo que he dicho. Kala.
— No, Khayla.
— Kalia?.— la rubia lo miró con el ceño fruncido y Stan levantó las manos en gesto de paz riéndose. Sólo le estaba tomando el pelo.— Como nadie ha ganado te invito a unas jarras, al menos que alguien disfrute del premio.
Ambos se fueron a la taberna y "el falditas" como lo apodó la rubia se bebió unas cuantas pintas haciendo honor a su naturaleza escocesa, cuando ya iba un poco mareado le dijo a Khayla que era un oso.
— no quería decirtelo pero... es que ers tan...ehm...intensa? no... espera, puedo hacerlo mejor. Eres como...luz que se cuela entre las montañas al amanecer y... no, no. Esto no te lo creerás. Pffff. Soy un oso, no se me dan bien los cortejos, prefiero que me cortejen a mi.
— ¿quieres ir arriba?.— respondió al rubia mirándolo de reojo muerta de la risa.
— ¿Asi tan fácil? y ya está? No, no! esto no se hace así. ¿Me quieres usar de juguete sexual? que poca consideración. No sé que te has creido pero yo no soy de esos que...eh...bueno vale.
La guerrera se divertía con ese grandullón, ya demás era carne fresca que catar. Lo enganchó del pescuezo y se lo subió arriba sin más rodeos.
— ehm...eres Kiara ¿no?
— Khayla.
— Lo que he dicho. Kala.
— No, Khayla.
— Kalia?.— la rubia lo miró con el ceño fruncido y Stan levantó las manos en gesto de paz riéndose. Sólo le estaba tomando el pelo.— Como nadie ha ganado te invito a unas jarras, al menos que alguien disfrute del premio.
Ambos se fueron a la taberna y "el falditas" como lo apodó la rubia se bebió unas cuantas pintas haciendo honor a su naturaleza escocesa, cuando ya iba un poco mareado le dijo a Khayla que era un oso.
— no quería decirtelo pero... es que ers tan...ehm...intensa? no... espera, puedo hacerlo mejor. Eres como...luz que se cuela entre las montañas al amanecer y... no, no. Esto no te lo creerás. Pffff. Soy un oso, no se me dan bien los cortejos, prefiero que me cortejen a mi.
— ¿quieres ir arriba?.— respondió al rubia mirándolo de reojo muerta de la risa.
— ¿Asi tan fácil? y ya está? No, no! esto no se hace así. ¿Me quieres usar de juguete sexual? que poca consideración. No sé que te has creido pero yo no soy de esos que...eh...bueno vale.
La guerrera se divertía con ese grandullón, ya demás era carne fresca que catar. Lo enganchó del pescuezo y se lo subió arriba sin más rodeos.
Stan McQuinn- Cambiante Clase Alta
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Fecha de inscripción : 19/09/2017
Re: Vann stein (privado)
Las cosas estaban muy tirantes con Höor, nos evitábamos porque aún no había bajado la rabia, al menos en mi y tenía entendido que tampoco en él. Hablar las cosas en caliente sólo las pondría peor. A ratos me pasaba por Akershus pero en vez de ir al patio de armas o a la sala de juntas, iba a ver a los niños, echaba de menos la calidez de su presencia, la sensación de estar en un hogar en tierra firme, un verdadero hogar y no el carcarón de madera en el que me escondía de mi realidad.
El tiempo estaba cambiando y Sirius se resfrió cogiendo fiebres muy altas, yo no era médico y apenas sabía de hierbas, en alta mar lo curábamos todo con ron e hilo de pescar. Sabía que Höor se había ido al lago a bajarle la fiebre a su hijo. Tomé una cesta, puse toallas limpias una botella de hidromiel y una infusión de tomillo que el médico dijo que le haría bien al niño y se acercó al lago. Le ofrecí las toallas cuando ambos salieron del agua helada, ayudándole después a ponerle ropa seca al pequeño. Le di la infusión a sorbitos para que se curase más rápido. Cuando finalmente se durmió en los brazos de Höor bajo un árbol guardé toda la ropa húmeda en la cesta y saqué la botella a la que arranqué el corcho con los dientes escupiéndolo a un lado y dándosela al conde.
— a veces es difícil saber si es un simple resfriado o si es a causa de la magia...debe ser muy angustioso no saber qué hacer..— entendía que ser padre era muy complicado, ella no sabía lo que podía implicar porque no era madre pero lo veía a diario con esos niños dotados de poderes complejos y desconocidos.
Apoyó la espalda en el tronco del árbol unos instantes manteniendo el silencio, escuchando sólo el rumor del agua. Eso era una forma de familia, no todas eran como la suya, no todas decidían ser esclavos de la alta sociedad y sus normas impuestas, no todas mandaban a sus hijos lejos a que otros les enseñasen modales, historia o canto hasta el punto de que al regresar no eran más que extraños con el mismo apellido. Se levantó despacio, ese era un momento que Höor quería compartir con su hijo y ella sobraba allí una vez finalizada su misión que era hacerles la mañana un poco más fácil. Se alejó de vuelta a Akershus, no le apetecía encerrarse en las tripas del Reina Ana.
El tiempo estaba cambiando y Sirius se resfrió cogiendo fiebres muy altas, yo no era médico y apenas sabía de hierbas, en alta mar lo curábamos todo con ron e hilo de pescar. Sabía que Höor se había ido al lago a bajarle la fiebre a su hijo. Tomé una cesta, puse toallas limpias una botella de hidromiel y una infusión de tomillo que el médico dijo que le haría bien al niño y se acercó al lago. Le ofrecí las toallas cuando ambos salieron del agua helada, ayudándole después a ponerle ropa seca al pequeño. Le di la infusión a sorbitos para que se curase más rápido. Cuando finalmente se durmió en los brazos de Höor bajo un árbol guardé toda la ropa húmeda en la cesta y saqué la botella a la que arranqué el corcho con los dientes escupiéndolo a un lado y dándosela al conde.
— a veces es difícil saber si es un simple resfriado o si es a causa de la magia...debe ser muy angustioso no saber qué hacer..— entendía que ser padre era muy complicado, ella no sabía lo que podía implicar porque no era madre pero lo veía a diario con esos niños dotados de poderes complejos y desconocidos.
Apoyó la espalda en el tronco del árbol unos instantes manteniendo el silencio, escuchando sólo el rumor del agua. Eso era una forma de familia, no todas eran como la suya, no todas decidían ser esclavos de la alta sociedad y sus normas impuestas, no todas mandaban a sus hijos lejos a que otros les enseñasen modales, historia o canto hasta el punto de que al regresar no eran más que extraños con el mismo apellido. Se levantó despacio, ese era un momento que Höor quería compartir con su hijo y ella sobraba allí una vez finalizada su misión que era hacerles la mañana un poco más fácil. Se alejó de vuelta a Akershus, no le apetecía encerrarse en las tripas del Reina Ana.
Danielle Morgan- Humano Clase Media
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Re: Vann stein (privado)
Estábamos a punto de partir cuando golpeé con los nudillos la cámara de la pirata.
De normal y de ser el habitáculo de cualquiera de mis generales hubiera entrado sin llamar como ellos hacían conmigo, algo que luego daba mucho de si durante el viaje si nos encontrábamos con situaciones subidas de tono, pero en esta ocasión, no sabia si Lund estaba con ella y encontrarlos en el lecho no era mi plan del día.
Danielle abrió supongo que no me esperaba pro la cara que puso y aunque se hizo a un lado para que entrara, no lo hice, me mantuve fuera, sin cruzar el umbral de la puerta.
-Gracias por lo de esta mañana -dije sin mas.
Refiriéndome claramente a que hubiera aliviado a mi hijo con la sopa que le trajo, no tenia ya ningún tipo de obligación con ellos y sin embargo era muy consciente de que los visitaba a menudo.
No sabia bien por donde empezar sobre el tema en cuestión que nos tenia tirantes durante días, básicamente porque no había cambiado de opinión y era muy consciente de que ella tampoco lo que nos llevaría a una nueva discusión.
-Partimos en una hora -le dije finalmente antes de darme la vuelta sobre los talones para bajar a el patio de armas donde habíamos quedado para armarnos.
Quería revisar la estrategia defensiva de Akershus antes de partir y como Ulf se quedaba al mando, iba a hacerle una visita breve.
-Se me olvidaba -dije deteniéndome antes de meter mi mano en el bolsillo del chaleco y sacar una brújula que de seguro reconocería pues era suya -Sirius te la cogió prestada, ya sabes como son los niños, al parecer le llamó la atención, me disculpo por él, me pidió que te la devolviera pero creo que te la ha roto -dije abriendo la tapa y acercándome a ella para mostrarle que la aguja no marcaba el norte si no hacia abajo.
Cerré la tapa y se la di con un guiño de ojo
-Ya tienes escusa para comprarte otra -bromeé
De normal y de ser el habitáculo de cualquiera de mis generales hubiera entrado sin llamar como ellos hacían conmigo, algo que luego daba mucho de si durante el viaje si nos encontrábamos con situaciones subidas de tono, pero en esta ocasión, no sabia si Lund estaba con ella y encontrarlos en el lecho no era mi plan del día.
Danielle abrió supongo que no me esperaba pro la cara que puso y aunque se hizo a un lado para que entrara, no lo hice, me mantuve fuera, sin cruzar el umbral de la puerta.
-Gracias por lo de esta mañana -dije sin mas.
Refiriéndome claramente a que hubiera aliviado a mi hijo con la sopa que le trajo, no tenia ya ningún tipo de obligación con ellos y sin embargo era muy consciente de que los visitaba a menudo.
No sabia bien por donde empezar sobre el tema en cuestión que nos tenia tirantes durante días, básicamente porque no había cambiado de opinión y era muy consciente de que ella tampoco lo que nos llevaría a una nueva discusión.
-Partimos en una hora -le dije finalmente antes de darme la vuelta sobre los talones para bajar a el patio de armas donde habíamos quedado para armarnos.
Quería revisar la estrategia defensiva de Akershus antes de partir y como Ulf se quedaba al mando, iba a hacerle una visita breve.
-Se me olvidaba -dije deteniéndome antes de meter mi mano en el bolsillo del chaleco y sacar una brújula que de seguro reconocería pues era suya -Sirius te la cogió prestada, ya sabes como son los niños, al parecer le llamó la atención, me disculpo por él, me pidió que te la devolviera pero creo que te la ha roto -dije abriendo la tapa y acercándome a ella para mostrarle que la aguja no marcaba el norte si no hacia abajo.
Cerré la tapa y se la di con un guiño de ojo
-Ya tienes escusa para comprarte otra -bromeé
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
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Localización : el placentero infierno de tus piernas.
Re: Vann stein (privado)
Esa brújula estaba inservible, apuntaba mal al norte, pero aun así la guardó en el bolsillo. No podía culpar a Sirius, el pequeño no controlaba su magia y no lo había hecho queriendo, ella podía comprarse veinte brújulas sin problema.
Partieron hacia las tierras de los Pantanos bordeando la costa. En el Reina Ana la tripulación era variopinta, Höor, Khayla y los generales, los escoceses con falditas, los marineros...en fin, una amalgama de gente variada con un mismo objetivo: las tres brujas. Esas hechiceras guardaban la reliquia de San Andrés, el Saltire tan preciado para McQuinn y sus hombres, el pago que le pidieron a Höor por sus servicios. Debían recuperarla y regresar a Akershus, así ya estarían saldadas las cuentas y los mercenarios que quisieran seguir con los rebeldes noruegos ya podrían decidir por si mismos quedarse.
Danielle estaba sobre el castillo de proa oteando el horizonte, sacó la brújula del bolsillo y se acordó que estaba rota, miró hacia donde apuntaba y ésta viraba rumbo a Akershus. No tenía sentido. La guardó de nuevo.
En este tema se enlaza aquí el siguiente:
http://www.victorianvampires.com/t40534-tiempo-de-ruina-privado#422850
Partieron hacia las tierras de los Pantanos bordeando la costa. En el Reina Ana la tripulación era variopinta, Höor, Khayla y los generales, los escoceses con falditas, los marineros...en fin, una amalgama de gente variada con un mismo objetivo: las tres brujas. Esas hechiceras guardaban la reliquia de San Andrés, el Saltire tan preciado para McQuinn y sus hombres, el pago que le pidieron a Höor por sus servicios. Debían recuperarla y regresar a Akershus, así ya estarían saldadas las cuentas y los mercenarios que quisieran seguir con los rebeldes noruegos ya podrían decidir por si mismos quedarse.
Danielle estaba sobre el castillo de proa oteando el horizonte, sacó la brújula del bolsillo y se acordó que estaba rota, miró hacia donde apuntaba y ésta viraba rumbo a Akershus. No tenía sentido. La guardó de nuevo.
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En este tema se enlaza aquí el siguiente:
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Danielle Morgan- Humano Clase Media
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Re: Vann stein (privado)
Embarcamos con el ocaso, atrás dejaba Akershus, esta vez para cumplir con mi palabra, dar pago a los escoceses, que francamente nos habían sido fieles en esta lucha. Ellos nos habían ayudado a recuperar la piedra, por no decir que sin su ayuda no estaríamos vivos en este momento y aunque yo esto mas que como una transacción económica, prefería verlo como una ayuda mutua, era consciente de que el trato con al pirata era este y debía ser cumplido por todas las partes.
Danielle al timón observaba con fijeza el horizonte, nosotros sin tener mucho mas que hacer que seguir sus ordenes nos dedicamos a entrenar en cubierta con el acero, a bromear entre risas dejando claro que el ambiente entre la variopinta tripulación era excelente.
Lund estuvo pendiente de la capitán en todo momento, parecía que entre ellos las cosas se afianzaban o al menos eso es lo que Lund dejaba entrever entre jarras de hidromiel.
Al tercer día de viaje llegamos a los pantanos de Peltotunturo, en las fronteras de Noruega.
Según la información con la que entabacamos era el lugar donde habitaban esas brujas, claro que dudaba fuera sencillo dar con ellas si no querían ser localizadas.
Nos iba a tocar hacer trabajo de campo y caminar por esas aguas negras no era tarea fácil por no contar que las tierras que encontráramos podían ser movedizas y engullirnos si no íbamos con cuidado.
Danielle al timón observaba con fijeza el horizonte, nosotros sin tener mucho mas que hacer que seguir sus ordenes nos dedicamos a entrenar en cubierta con el acero, a bromear entre risas dejando claro que el ambiente entre la variopinta tripulación era excelente.
Lund estuvo pendiente de la capitán en todo momento, parecía que entre ellos las cosas se afianzaban o al menos eso es lo que Lund dejaba entrever entre jarras de hidromiel.
Al tercer día de viaje llegamos a los pantanos de Peltotunturo, en las fronteras de Noruega.
Según la información con la que entabacamos era el lugar donde habitaban esas brujas, claro que dudaba fuera sencillo dar con ellas si no querían ser localizadas.
Nos iba a tocar hacer trabajo de campo y caminar por esas aguas negras no era tarea fácil por no contar que las tierras que encontráramos podían ser movedizas y engullirnos si no íbamos con cuidado.
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
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Localización : el placentero infierno de tus piernas.
Re: Vann stein (privado)
Krystha observaba el terreno que tenía delante, Noruega tenía tierras únicas y dignas de recordar, pero no estaba allí para admirar el paisaje. Se inclinó acercando la mano hacia la tierra fangosa en la que sus botas se hundían, ella no tenía una brújula, pero si un colgante de hierro con un líquido rojizo dentro y una pequeña cúpula de cristal. Las siglas HHB adornaban uno de los bordes del colgante y al incorporarse lo ocultó nuevamente bajo su camisa, con una mano en su cintura miró a su tía, a la que le dolía en el alma verla arrastrándose por el lodo, pero La Parca era fuerte, había pasado por situaciones peores y esta era la oportunidad de Krys para demostrar a todo el mundo lo que valía, para que su padre tuviera la certeza de que ya no necesitaba niñera. Su tía era su mentora, más que una madre, amiga y confidente, la respetaba más que a cualquiera de la familia, pero ya no tenía edad para estar bajo sus faldas. Sin embargo, apreciaba su compañía, su sabiduría, aunque su potencia física ya no fuera la misma de antaño.- No cabe duda de que está aquí. Aumenta según nos acercamos al centro del pantano.-Suspiró, mirando a su tía, iba a ser un terreno duro y una travesía nefasta, pero no iba a ofenderla con el comentario. Aveline Blackmore podría con ello y mucho más, aun no habían acabado sus días y estaba segura de que le quedaban muchas cosas que enseñarle.
- Lo que sea se esconde allí y es poderoso. ¿No podían elegir una hermosa villa con vías de piedra? ¿Tenía que ser un apestoso lodazal? -Krystha empezó a caminar hacia el interior, pero no por ello fue imprudente, no esperaba una bienvenida cálida, así que el camino bien podría estar plagado de trampas. Se lo tomó con toda la calma que exigía la situación, no había que olvidar que era una cazadora en busca de un enemigo que ni siquiera conocía y no sabía qué podría encontrarse, lo que tenía claro era que no lo harían estando desprevenida. Con todos los sentidos puestos en la tarea y a su alrededor, fue adentrándose en el pantano.
- Lo que sea se esconde allí y es poderoso. ¿No podían elegir una hermosa villa con vías de piedra? ¿Tenía que ser un apestoso lodazal? -Krystha empezó a caminar hacia el interior, pero no por ello fue imprudente, no esperaba una bienvenida cálida, así que el camino bien podría estar plagado de trampas. Se lo tomó con toda la calma que exigía la situación, no había que olvidar que era una cazadora en busca de un enemigo que ni siquiera conocía y no sabía qué podría encontrarse, lo que tenía claro era que no lo harían estando desprevenida. Con todos los sentidos puestos en la tarea y a su alrededor, fue adentrándose en el pantano.
Krystha E. Blackmore- Cazador Clase Alta
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Fecha de inscripción : 13/09/2017
Re: Vann stein (privado)
Los escoceses habían hecho el trayecto bastante animado, se quedaron con los marineros del barco de Danielle, alguien tenía que defender su medio de escape y además en aquella misión era mejor ser poco y actuar con sigilo. La pirata decidió unirse a ellos y por parte de los highlanders bajaron a tierra Angus McKenzie y Stan McQuinn, eran primos lejanos y el primero era un par de dedos más bajo que el oso, con una poblada barba roja y cara de saber disfrutar de la vida. Ambos habían batallado juntos y donde iba uno solía ir el otro, eran como un dúo cómico.
Stan se rascó la nalga al bajar, le había picado algo a bordo y por supuesto iba maldiciendo en alto para que lo escuchase el capitán.
— Mecagüenlamadrederandulf!!! La venganza de la Reina Ana....pffff, una mierda. La pocilga llena de pulgas de las reina Ana. No me pican los putos bichos en las trincheras y me tienen que dejar el trasero acribillado en un barco inglés.— Los ingleses serían siempre el enemigo natural de los escoceses y aunque Danielle le caía bien, no desperdiciaba la oportunidad de rezongar y meterse con cualquier cosa británica.— y encima ahora el pantano apestoso este...Mira conde!!.— se dirigió a Höor.— Como encima me toque follarme a una bruja fea creo que me vas a tener que pagar con mucho más que cervezas y una reliquia. Y tú!! limpia el barco alguna vez..— le espetó a la inglesa, que enarcó una ceja y le replicó.
— Tranquilo, tus hombres lo estarán haciendo ahora mismo.— esbozó media sonrisa y siguió adelante dejado que el escocés rebufara cuanto quisiera.
Stan se rascó la nalga al bajar, le había picado algo a bordo y por supuesto iba maldiciendo en alto para que lo escuchase el capitán.
— Mecagüenlamadrederandulf!!! La venganza de la Reina Ana....pffff, una mierda. La pocilga llena de pulgas de las reina Ana. No me pican los putos bichos en las trincheras y me tienen que dejar el trasero acribillado en un barco inglés.— Los ingleses serían siempre el enemigo natural de los escoceses y aunque Danielle le caía bien, no desperdiciaba la oportunidad de rezongar y meterse con cualquier cosa británica.— y encima ahora el pantano apestoso este...Mira conde!!.— se dirigió a Höor.— Como encima me toque follarme a una bruja fea creo que me vas a tener que pagar con mucho más que cervezas y una reliquia. Y tú!! limpia el barco alguna vez..— le espetó a la inglesa, que enarcó una ceja y le replicó.
— Tranquilo, tus hombres lo estarán haciendo ahora mismo.— esbozó media sonrisa y siguió adelante dejado que el escocés rebufara cuanto quisiera.
Stan McQuinn- Cambiante Clase Alta
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Fecha de inscripción : 19/09/2017
Re: Vann stein (privado)
La pirata caminó un rato durante el trayecto ella sola, hundiendo su sable en cada porción de tierra antes de pisarla, no se fiaba nada de nada, las aguas estancadas eran lo peor, era traicioneras y albergaban bichos de todo tipo. El escocés ya podía quejarse, pero es que a quien se le ocurría ir con faldas a algo así cuando lo mejor eran unos pantalones y una botas de caña alta.
Sacó la brújula del bolsillo y ésta empezó a girar en multiples direcciones hasta detenerse. Levantó los ojos y encontró en su campo visual la espalda de Lund que estaba razonando con Khayla la mejor forma de pasar por una enorme ensenada con varios palmos de agua. Agitó el cacharro y éste empezó a dar vueltas sin parar otra vez y se detuvo de nuevo. ¿Aquello sería el norte? apuntaba hacia donde Höor medía con su espada la profundidad de un charco. Bah! esa brújula estaba loca.
Algún día tendrían que arreglar las cosas, pero ambos tenían mucho orgullo, y aunque habían avanzado unos pasos, distaba mucho de estar solucionado. Notaba sobre el ánimo una especie de nubarrón gris, debía ser la maldita ciénaga que crispaba su espíritu, no le gustaba nada, le daba mala espina. Eso le hizo apretar el paso hacia Lund, de alguna forma se sentía más segura si lo tenía cerca.
Sacó la brújula del bolsillo y ésta empezó a girar en multiples direcciones hasta detenerse. Levantó los ojos y encontró en su campo visual la espalda de Lund que estaba razonando con Khayla la mejor forma de pasar por una enorme ensenada con varios palmos de agua. Agitó el cacharro y éste empezó a dar vueltas sin parar otra vez y se detuvo de nuevo. ¿Aquello sería el norte? apuntaba hacia donde Höor medía con su espada la profundidad de un charco. Bah! esa brújula estaba loca.
Algún día tendrían que arreglar las cosas, pero ambos tenían mucho orgullo, y aunque habían avanzado unos pasos, distaba mucho de estar solucionado. Notaba sobre el ánimo una especie de nubarrón gris, debía ser la maldita ciénaga que crispaba su espíritu, no le gustaba nada, le daba mala espina. Eso le hizo apretar el paso hacia Lund, de alguna forma se sentía más segura si lo tenía cerca.
Danielle Morgan- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 21/08/2017
Re: Vann stein (privado)
Al lado de Hoor mi sonrisa se ladeaba escuchando al escoces cagarse en el barco de la pirata, debía de ser al único que le había picado algo ahí arriba, lo que me daba que pensar que quizás eran ladillas o alguna enfermedad venérea.
Yo no era muy hablador, prefería observar, no bromeaba con nadie, si no era con los que de toda la vida había considerado mi familia y podía decirse que el grupo era bastante reducido.
Hoor le daba un par de palmadas a la espada del escoces bromeando sobre donde metió la polla después de hacerlo en el coño de khayla, pues todos sabíamos que esa mujer no tenia nada malo entre sus piernas, muchos diríamos que habíamos cruzado el puente camino al Valhalla entre ellas.
Khayla le dio un capón a Höor por atrás y este un manotazo en el culo de la guerrera que le sacó la lengua.
Danielle no se quedó callada y aseguró que los escoceses estaban limpiando el barco como respuesta al escoces, lo que de nuevo me hizo curvar los labios por como se las gastaba la dama.
-Stan yo te llevo ante la reliquia, luego ya si hay que empujar, pues se empuja -dijo Höor atajando la pelea entre ingleses y escoceses.
El conde lo miraba descojonandose mientras el oso no parecía muy convencido de quien de los dos iba a empujar exactamente.
Nos metimos en la ciénaga, aquello si que olía a mierda, de ahí íbamos a salir mínimo con sarna. Avazamos a buen ritmo, dentro de lo que se podía pues en algunas zonas el barro se quedaba como desprendido creando arenas movedizas que te engullían si no andabas al ojo de donde pisabas.
Ademas la bruma rodeaba el pantano con cierto halo mágico, estaba claro que esas brujas no querían ser encontradas y de quererlo pretendían complicarlo.
-Me parece Höor que las brujas no ceden a tus encantos -le dije mientras este me lanzaba un mordisco.
Eso es porque aun no me han conocido -apuntó con su aire engreído -es al oso al que no le quieren abrir las piernas, quiero decir, las puertas.
Mediamos los charcos para ver donde pisar cuando Danielle se acercó a mi, alcé la mirada, parecía confusa o agitada.
Estar con ella me gustaba, no era de grandes muestras de afecto en publico, al menso no ante extraños y sin bastaste jarras encima pero estar a su lado me hacia sentir bien, ella me gustaba, un evidencia que le había dejado clara a la pirata.
-Creo que por aquí es lo mas seguro Höor -le dije asegurándome de que lo demás era un barrizal -es el único camino posible.
Höor asintió y seguimos la marcha.
Yo no era muy hablador, prefería observar, no bromeaba con nadie, si no era con los que de toda la vida había considerado mi familia y podía decirse que el grupo era bastante reducido.
Hoor le daba un par de palmadas a la espada del escoces bromeando sobre donde metió la polla después de hacerlo en el coño de khayla, pues todos sabíamos que esa mujer no tenia nada malo entre sus piernas, muchos diríamos que habíamos cruzado el puente camino al Valhalla entre ellas.
Khayla le dio un capón a Höor por atrás y este un manotazo en el culo de la guerrera que le sacó la lengua.
Danielle no se quedó callada y aseguró que los escoceses estaban limpiando el barco como respuesta al escoces, lo que de nuevo me hizo curvar los labios por como se las gastaba la dama.
-Stan yo te llevo ante la reliquia, luego ya si hay que empujar, pues se empuja -dijo Höor atajando la pelea entre ingleses y escoceses.
El conde lo miraba descojonandose mientras el oso no parecía muy convencido de quien de los dos iba a empujar exactamente.
Nos metimos en la ciénaga, aquello si que olía a mierda, de ahí íbamos a salir mínimo con sarna. Avazamos a buen ritmo, dentro de lo que se podía pues en algunas zonas el barro se quedaba como desprendido creando arenas movedizas que te engullían si no andabas al ojo de donde pisabas.
Ademas la bruma rodeaba el pantano con cierto halo mágico, estaba claro que esas brujas no querían ser encontradas y de quererlo pretendían complicarlo.
-Me parece Höor que las brujas no ceden a tus encantos -le dije mientras este me lanzaba un mordisco.
Eso es porque aun no me han conocido -apuntó con su aire engreído -es al oso al que no le quieren abrir las piernas, quiero decir, las puertas.
Mediamos los charcos para ver donde pisar cuando Danielle se acercó a mi, alcé la mirada, parecía confusa o agitada.
Estar con ella me gustaba, no era de grandes muestras de afecto en publico, al menso no ante extraños y sin bastaste jarras encima pero estar a su lado me hacia sentir bien, ella me gustaba, un evidencia que le había dejado clara a la pirata.
-Creo que por aquí es lo mas seguro Höor -le dije asegurándome de que lo demás era un barrizal -es el único camino posible.
Höor asintió y seguimos la marcha.
Lund Around- Humano Clase Alta
- Mensajes : 50
Fecha de inscripción : 22/09/2017
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