Ce qui nous unit||Lora +18

por **Damian Alarcón** Sáb Sep 16, 2017 4:04 am

Recuerdo del primer mensaje :

"LO QUE NOS UNE"

PARÍS

...Algunas noches lejanas..
-•-•-

El silencio fue interrumpido por una copa de vidrio estrellándose contra el suelo y después de eso nadie más que Damián permaneció en esa habitación que funcionaba como estudio privado del inmortal,pues quien en su sano juicio metería los dedos en la jaula de un animal enfurecido, la respuesta era nadie, al menos ninguna de las almas que servían en aquella mansión se atrevían a molestarle después de los sucesos recientes.

El aura de Damián se tornó mas oscura como el abismo de una cueva inexplorada, estaba iracundo y no escuchaba razones, solo tenía una cosa en su mente o mejor dicho a una persona que podía mitigar su locura. Aún sentía como la luz de su existencia se desvanecía entre sus brazos, siempre dolía igual, cuanto tiempo tardaría en volver a el, lo haría esta vez?. En cuanto la noche le abrazo no tuvo la fuerza para mantenerse en ese lugar todo le recordaba a ella sin la menor provocación y asqueado de ello salió sin más, no tenía claro a donde iba se dejó guiar por su inconsciente que solo esquivaba por reflejo a los transeúntes que encontraba esporádicamente sobre la acera.

Solo un aroma peculiar capto su atencion haciéndole detener en su andar, demaciado penetrante e imprudente el olor de esa sangre que estaba derramando esa criatura traviesa. Su inconciente le buscaba a ella y al parecer le había encontrado, ese característico olor que Lora poseía le había impactado desde el inesperado primer encuentro entre ambos; la pequeña flor era letal al parecer.

La escena no le escandalizó, con toda calma se quedo observándola realizar la minuciosa tarea que le ocupaba en aquel obscuro callejón . Ella lo noto, por supuesto lo hizo pero no se sorprendió parecía que estaba esperando la aparición de Damián; tras el cruce de miradas que se dio por un momento la joven volvio su atención al bulto ya sin vida. Una vez que termino la sutura el inmortal camino hasta ella, no le importo que tuviese un poco salpicada la cara de aquel líquido carmesí le tomo del brazo alzándola del suelo con un poco de urgencia reclamando los cálidos labios descargando toda su frustración en ese beso, dejándole saber que se sentía vacío y por supuesto no solo necesitaba de su sangre, sus garras se volvieron sobre la fina cintura deleitándose con la tibieza del cuerpo ajeno y la adrenalina que parecía desbordar por sus actos.

-Interesante pasatiempo mi Lady-

Disimulo muy bien lo que le carcomía por dentro pues su rostro retomo la seriedad característica que le representaba.
No le quito la mirada de encima ni un segundo apesar que se había separado de ella con sutileza

-Que perpetró el infeliz para mereceros tan dedicada y hábil verdugo como tu-

La verdad no era algo que le interesará, pero necesitaba con vehemencia sacarse a Catalina de la cabeza, olvidar que al darle su sangre había provocado su muerte.

por **Damian Alarcón** Miér Feb 28, 2018 12:08 pm

Las manos frías como invierno recorrieron con fuerza innecesaria la suave piel de la rubia, marcándola de nuevo con sus caricias, el agarre se volvió más feroz y necesitado conforme el líquido dulce, caliente e inolvidable bajaba por su garganta. El oírla aceptar le tentaba a convertirla ahora mismo, quería tenerla sin restricción, sin controlarse como lo hacía en estos momentos para no herirla, pensarlo le generaba placer pues sin duda Lora se convertiría en su igual. Una compañera…incluso más, en el fondo lo sabía, aunque se empeñara en ignorar todo lo que esa pequeña enfermera le despertaba con cada gesto de afecto que tenía para él y nadie más. Un gruñido escapo de aquel inmortal mientras estrujaba la piel bajo sus dedos, tibia, tan suave; sus manos fueron a donde los perfectos montes se asomaban disimulados por aquel vestido de seda y con poca sutileza rasgo la tela de manera descendente hasta el borde de este, dejando aquella abertura a la mitad dándole la libertad a sus manos de tocar cuanto quisiese, piel con piel. Con un movimiento gentil se des afano de las piernas que le rodeaban colocándolas de igual manera en la madera de aquel mueble con fuerza en el gesto, desnudándole el alma con la mirada encendida una vez que los afilados colmillos le soltaron dejando unos pequeños orificios que la lengua masculina repasaron limpiando los restos de sangre al salir.

Beso de manera ferviente la clavícula femenina continuando con el andar de sus labios por el terso hombro deleitándose con su aroma, una sonrisa cargada de intención apareció en el vampiro al quedar en medio de aquellos hermosos pechos que delineo con su lengua una y otra vez mientras ambas manos estaban posadas en a cada extremo de los finos muslos manteniéndolos inmóviles a su merced, tomarla como suya no era algo que se tenia que pensar ni muchos menos controlar pues ella le pertenecía y no se cansaba de recordarselo a la francesa. El meditar en todos los años que estuvo sin Lora ahogado en la soledad, vicioso de los recuerdos que mas que aliviarlo lo torturaban, parecían una mala broma de la que ahora se podía librar gracias a la luz que irradiaba esa joven que sin darse cuenta le llenaba de vida, disfrutaba a travez de ella aquello que dejo de ser hace tanto tiempo, el calor que destilaba su cuerpo, el bello palpitar alocado de su joven corazón que sonaba como música para el y esa risa contagiosa que solo provocaba en el satisfacción, quizás podía permitirse un poco de felicidad.

La levanto en vilo mientras reclamaba sus labios con notoria necesidad,como si hubiesen sido años que sus labios no se tocaban, adictos al sabor que le regalaban.

-Después de todo, creo que necesitare empacar algunos besos y un tanto mas...-

Susurro sobre los labios que lucian hinchados por la fuerza de aquel beso, mientras con una mirada cómplice la apretaba a su cuerpo dirigiéndose a la habitación del vampiro, no iba a desaprovechar el tiempo con la humana, por que si de algo estaba seguro es que la extrañaría infernalmente...

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