AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Me prometiste el cielo. (Privado)
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Sirius Cannif
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Me prometiste el cielo. (Privado)
Recuerdo del primer mensaje :
Rumanía, 22 de diciembre de 1830
Nevaba suavemente sobre las montañas de Oltenia, Brianna se sentía bastante sola en su caserón, su hijo Velkan estaba de camino de vuelta a casa tras su visita a Serbia, y Elaine se encontraba en Noruega preparando algunas cosas para el enlace que se produciría dos meses después de la Navidad. Había querido casarse en invierno, a pesar de que ella le recomendó que esperase a la primavera, cuando todas las flores brotaban y se fundían los picos helados dando paso a colores verdes y amarillos. Pero su hija insistió en que la primavera era cuando más actividad bélica sufrían en Akershus y no quería privar a la fortaleza de sus fieros defensores. Además, no había peligro de que saliese ventisca o llovizna, Sirius podía cambiar el clima, así que fuera como fuese en su boda brillaría el sol.
Trabajaba en unos libros de cuentas sentada en su escritorio cuando observó un jinete sobre un caballo de potentes cuartos traseros. Esbozó una amplia sonrisa cuando adivinó la familiar silueta de Damon, seguramente sus hombres aparecerían tras de él en breve instantes. Habían criado a un hijo propio desde hacía 22 años, pero seguían sin poder estar juntos a nivel legal, la reina rumana, esa bruja oscura que condenaba a su reino con sus malas artes, seguía empeñada en aferrarse a la corona. Brianna ya había sobrepasado los cuarenta pero seguía ostentando una belleza serena, paciente, la que le había otorgado aquellos años de lucha contra viento y marea para mantener en pie su amor con el rey. Damon seguía como siempre, el tiempo apenas hacía mella en él, dada su naturaleza licántropa. Le prometió que algún día la haría su esposa y ella le prometió que entonces se convertiría en licántropo.
Pero el tiempo pasaba y por ella mucho más rápido, así que había estado dándole vueltas a ese asunto. Hablaría con Damon sobre la necesidad de que la mordiera, porque no quería desperdiciar la oportunidad de pasar con él una vida mucho más longeva, sobre todo ahora que sus dos hijos también vivirían más. Ella sería la única que moriría en la mitad del tienmpo y no quería perderse sus bodas, sus nietos y todo lo que podía llegar.
Recogió los libros y salió a recibirlo, su amor no había menguado ni un ápice durante todo aquel tiempo. A pesar de las dificultades, se mantuvieron fieles uno al lado del otro y aunque la reina dificultaba su existencia,habían aprendido a llevarlo.
Rumanía, 22 de diciembre de 1830
Nevaba suavemente sobre las montañas de Oltenia, Brianna se sentía bastante sola en su caserón, su hijo Velkan estaba de camino de vuelta a casa tras su visita a Serbia, y Elaine se encontraba en Noruega preparando algunas cosas para el enlace que se produciría dos meses después de la Navidad. Había querido casarse en invierno, a pesar de que ella le recomendó que esperase a la primavera, cuando todas las flores brotaban y se fundían los picos helados dando paso a colores verdes y amarillos. Pero su hija insistió en que la primavera era cuando más actividad bélica sufrían en Akershus y no quería privar a la fortaleza de sus fieros defensores. Además, no había peligro de que saliese ventisca o llovizna, Sirius podía cambiar el clima, así que fuera como fuese en su boda brillaría el sol.
Trabajaba en unos libros de cuentas sentada en su escritorio cuando observó un jinete sobre un caballo de potentes cuartos traseros. Esbozó una amplia sonrisa cuando adivinó la familiar silueta de Damon, seguramente sus hombres aparecerían tras de él en breve instantes. Habían criado a un hijo propio desde hacía 22 años, pero seguían sin poder estar juntos a nivel legal, la reina rumana, esa bruja oscura que condenaba a su reino con sus malas artes, seguía empeñada en aferrarse a la corona. Brianna ya había sobrepasado los cuarenta pero seguía ostentando una belleza serena, paciente, la que le había otorgado aquellos años de lucha contra viento y marea para mantener en pie su amor con el rey. Damon seguía como siempre, el tiempo apenas hacía mella en él, dada su naturaleza licántropa. Le prometió que algún día la haría su esposa y ella le prometió que entonces se convertiría en licántropo.
Pero el tiempo pasaba y por ella mucho más rápido, así que había estado dándole vueltas a ese asunto. Hablaría con Damon sobre la necesidad de que la mordiera, porque no quería desperdiciar la oportunidad de pasar con él una vida mucho más longeva, sobre todo ahora que sus dos hijos también vivirían más. Ella sería la única que moriría en la mitad del tienmpo y no quería perderse sus bodas, sus nietos y todo lo que podía llegar.
Recogió los libros y salió a recibirlo, su amor no había menguado ni un ápice durante todo aquel tiempo. A pesar de las dificultades, se mantuvieron fieles uno al lado del otro y aunque la reina dificultaba su existencia,habían aprendido a llevarlo.
Brianna de Montreil- Licántropo/Realeza
- Mensajes : 197
Fecha de inscripción : 10/04/2016
Localización : al lado del hombre al que ama
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Re: Me prometiste el cielo. (Privado)
Brianna se ocupó de los invitados, que al poco de llegar a Oltenia ya armaban jaleo. Sirius y Elaine se ocuparon de enseñarles sus aposentos y que de que pudieran descargar sus pertenencias, pues era una boda real y de seguro que irían al menos vestidos con cierto decoro.
Dasha se colgó del brazo de Velkan y decidieron ir a buscar unas botellas a la bodega para hacer un brindis una vez bajasen los Cannif, antes de enseñarles las tierras y el lugar.
— Me preguntaste en la boda real de Bulgaria que si yo era de la Inquisición, ¿recuerdas? Cuando me diste el susto de mi vida cambiando de forma. Supongo que entonces no lo entendí, pero por lo que veo, sigue existiendo. Los españoles inventaron una secta muy eficaz al parecer. Hasta Serbia llegaban los rumores de brujería de la reina, pero pensaba que solo era superstición como siempre. ¿Es realmente una bruja?.— Dasha era muy convincente en su actuación.— Si lo es… qué quieres que te diga. Me cayó realmente mal y el hecho de que quisiera hundirle la boda a tu hermana…en fin.
En la mansión de pronto se escucharon un montón de voces y de pisadas, se llenaba de vida con la llegada de los invitados. Velkan y la condesa regresaron con las botellas en la mano y los reunieron a todos en la entrada del jardín. Brianna les indicó a los sirvientes que trajeran copas y las llenasen con los mejores caldos de su cosecha.
— Un brindis. Por los Cannif, que han hecho un largo y arduo camino hasta llegar aquí, y que será la familia que acogerá a Elaine de ahora en adelante. Estas tierras siempre estarán dispuestas para ayudar, pues a partir de ahora las dos familias estamos unidas. Y porque la felicidad inunde cada rincón de la nueva vida de Sirius y Elaine.— Levantó la copa y brindaron por ello.— Y ahora… Velkan, yo debo ausentarme, hay cosas que hacer, pero seguro que tanta gente joven quiere divertirse un rato. ¿Por qué no les enseñas estas tierras?
Dasha se colgó del brazo de Velkan y decidieron ir a buscar unas botellas a la bodega para hacer un brindis una vez bajasen los Cannif, antes de enseñarles las tierras y el lugar.
— Me preguntaste en la boda real de Bulgaria que si yo era de la Inquisición, ¿recuerdas? Cuando me diste el susto de mi vida cambiando de forma. Supongo que entonces no lo entendí, pero por lo que veo, sigue existiendo. Los españoles inventaron una secta muy eficaz al parecer. Hasta Serbia llegaban los rumores de brujería de la reina, pero pensaba que solo era superstición como siempre. ¿Es realmente una bruja?.— Dasha era muy convincente en su actuación.— Si lo es… qué quieres que te diga. Me cayó realmente mal y el hecho de que quisiera hundirle la boda a tu hermana…en fin.
En la mansión de pronto se escucharon un montón de voces y de pisadas, se llenaba de vida con la llegada de los invitados. Velkan y la condesa regresaron con las botellas en la mano y los reunieron a todos en la entrada del jardín. Brianna les indicó a los sirvientes que trajeran copas y las llenasen con los mejores caldos de su cosecha.
— Un brindis. Por los Cannif, que han hecho un largo y arduo camino hasta llegar aquí, y que será la familia que acogerá a Elaine de ahora en adelante. Estas tierras siempre estarán dispuestas para ayudar, pues a partir de ahora las dos familias estamos unidas. Y porque la felicidad inunde cada rincón de la nueva vida de Sirius y Elaine.— Levantó la copa y brindaron por ello.— Y ahora… Velkan, yo debo ausentarme, hay cosas que hacer, pero seguro que tanta gente joven quiere divertirse un rato. ¿Por qué no les enseñas estas tierras?
Dasha Nikola- Inquisidor/Realeza
- Mensajes : 51
Fecha de inscripción : 12/10/2017
Re: Me prometiste el cielo. (Privado)
Dasha y yo bajamos a la bodega, al parecer la vez que le pregunté por la inquisición no creyó que esta organización religiosa realmente existiera. Al no ser un ser sobrenatural no tenía que lidiar con la sensación de ser perseguido por unos monstruos que en nombre de Dios justificaban la muerte de muchos inocentes.
-El problema Dasaha, no es si la bruja merecía o no que la inquisición la atrapase, de hecho, no dudo que mi padre será mas feliz si esa mujer prende en una hoguera. Pero no podemos olvidar lo que somos, una manada de Lobos y esto siempre acaba cayendo en cadena ¿cuanto tardaran esos hombres de cruz en pecho en empezar a investigar a mi familia? pueden sospechar que mi padre al igual que la reina posee algún "don" satánico.- Negué con la cabeza dejando escapar el aire despacio mientras la atraía de la cintura contra mi labios. -Olvidalo, no quiero preocupar tu preciosa cabecita con estas cosas, llevamos una vida lidiando con estas cosas y seguiremos haciéndolo. Nosotros no somos mala gente, dudo que dios quiera castigarnos cuando lo único que hacemos es proteger Rumania.
Tomamos las botella y volvimos arriba, mi madre propuso un brindis para que los Cannif se centraran de nuevo en la boda y no e el revuelo que la inqisicion había causado en este día y sobre esta familia. Alcé la copa par brindar por las palabras bien dichas por mi madre.Esta se retiraba seguramente trataria de dar alcance a mi padre y a Höor, la preocupación se reflejaba en sus verdes ojos y me jodía porque la reina de un modo u otro siempre acababa arruinando la vida a mi madre.
-¿Venís? -les dije a los jóvenes Cannif, vamos a ver la hacienda y después si lo queréis podemos acudir a algún sitio típico de aqui...os haré de anfitrión y dejaremos a los tórtolos que se preparen para la boda.*
—¿Algún sitio típico?.— replicó Dasha con media sonrisa en la cara.— Yo creo que más bien disfrutarían de una buena cacería en estos bosques, yo quiero averiguar de qué están hechos los famosos vikingos.— la provocación salió por aquellos ojos de gata, y los Cannif asintieron, todo reto debía ser contestado y dejar bien alto el pabellón. La condesa susurró al oido de Velkan.— mejor que descarguen la adrenalina ahora o esta boda será explosiva.*
Me eché a reír por las palabras muy inteligentes de la condesa, tenia que admitir que era inteligente. Los vikingos, ya animados por sus palabras empezaban con sus retos, parecían animales dándose golpes con las manos en la espalda.
-Las escopetas estarán listas en menos de una hora, vamos a preparar las monturas al establo, si tenéis que ... -los miré de arriba a bajo. Iba a decirles ponerse ropa cómoda para la caza, pero la verdad es que, parecían ir mas que listos para ir a un combate de hacer falta.
-¿escopetas? -dijo Niels con una ladeada sonrisa subiéndose a caballo de Ubbe -nosotros no usamos escopetas.
Había visto a Sirius cazar con el arco, así que asentí.
-Sea pues, preparad vuestras armas y nos vemos en el patio en media hora.*
La condesa serbia llevaba su propia montura, a fin de cuentas, eran vecinos y no le costaba mucho embarcar su caballo para cruzar el Danubio. Se preparó en unos minutos y bajó vestida de montería, ballesta en mano. Ella también prefería la persecución de la presa y abatirla con esfuerzo, no con la facilidad de disparar los rifles. Cuando estuvieron todos preparados marcharon a los bosques colindantes en una galopada a momdo de carrera. No había forma mejor de soltar la adrenalina que una buena mañana de caza.
-El problema Dasaha, no es si la bruja merecía o no que la inquisición la atrapase, de hecho, no dudo que mi padre será mas feliz si esa mujer prende en una hoguera. Pero no podemos olvidar lo que somos, una manada de Lobos y esto siempre acaba cayendo en cadena ¿cuanto tardaran esos hombres de cruz en pecho en empezar a investigar a mi familia? pueden sospechar que mi padre al igual que la reina posee algún "don" satánico.- Negué con la cabeza dejando escapar el aire despacio mientras la atraía de la cintura contra mi labios. -Olvidalo, no quiero preocupar tu preciosa cabecita con estas cosas, llevamos una vida lidiando con estas cosas y seguiremos haciéndolo. Nosotros no somos mala gente, dudo que dios quiera castigarnos cuando lo único que hacemos es proteger Rumania.
Tomamos las botella y volvimos arriba, mi madre propuso un brindis para que los Cannif se centraran de nuevo en la boda y no e el revuelo que la inqisicion había causado en este día y sobre esta familia. Alcé la copa par brindar por las palabras bien dichas por mi madre.Esta se retiraba seguramente trataria de dar alcance a mi padre y a Höor, la preocupación se reflejaba en sus verdes ojos y me jodía porque la reina de un modo u otro siempre acababa arruinando la vida a mi madre.
-¿Venís? -les dije a los jóvenes Cannif, vamos a ver la hacienda y después si lo queréis podemos acudir a algún sitio típico de aqui...os haré de anfitrión y dejaremos a los tórtolos que se preparen para la boda.*
—¿Algún sitio típico?.— replicó Dasha con media sonrisa en la cara.— Yo creo que más bien disfrutarían de una buena cacería en estos bosques, yo quiero averiguar de qué están hechos los famosos vikingos.— la provocación salió por aquellos ojos de gata, y los Cannif asintieron, todo reto debía ser contestado y dejar bien alto el pabellón. La condesa susurró al oido de Velkan.— mejor que descarguen la adrenalina ahora o esta boda será explosiva.*
Me eché a reír por las palabras muy inteligentes de la condesa, tenia que admitir que era inteligente. Los vikingos, ya animados por sus palabras empezaban con sus retos, parecían animales dándose golpes con las manos en la espalda.
-Las escopetas estarán listas en menos de una hora, vamos a preparar las monturas al establo, si tenéis que ... -los miré de arriba a bajo. Iba a decirles ponerse ropa cómoda para la caza, pero la verdad es que, parecían ir mas que listos para ir a un combate de hacer falta.
-¿escopetas? -dijo Niels con una ladeada sonrisa subiéndose a caballo de Ubbe -nosotros no usamos escopetas.
Había visto a Sirius cazar con el arco, así que asentí.
-Sea pues, preparad vuestras armas y nos vemos en el patio en media hora.*
La condesa serbia llevaba su propia montura, a fin de cuentas, eran vecinos y no le costaba mucho embarcar su caballo para cruzar el Danubio. Se preparó en unos minutos y bajó vestida de montería, ballesta en mano. Ella también prefería la persecución de la presa y abatirla con esfuerzo, no con la facilidad de disparar los rifles. Cuando estuvieron todos preparados marcharon a los bosques colindantes en una galopada a momdo de carrera. No había forma mejor de soltar la adrenalina que una buena mañana de caza.
Velkan Landvik- Licántropo/Realeza
- Mensajes : 62
Fecha de inscripción : 12/10/2017
Re: Me prometiste el cielo. (Privado)
Brianna dejó a Giuliana, Danielle, Elora y Valeska que se quedasen con Sirius y Elaine, que les enseñaron las tierras y les explicaron las cosas que habían preparado. Ellas serían la voz de la cordura con los Cannif para que todo saliera bien. A última hora de la mañana algunos invitados comenzaron a llegar, sobre todo los que venían de lejos, y mandaron al servicio a acomodarlos en las posadas de la ciudad o en las haciendas de los nobles cercanos, porque allí no tenían tanto sitio.
La Baronesa de Oltenia se subió al coche que la llevó a la ciudad donde Damon y Höor fueron a ver qué pasaba. Se detuvo delante de la iglesia, donde supuestamente deberían estar y atravesó la puerta de madera buscando al padre Raileanu, que era quien oficiaría la boda de Elaine horas más tarde. Éste ya estaba al tanto de que se harían los dos ritos, puesto que Sirius era vikingo y tenía sus tradiciones.
El capellán, que era inquisidor y ahora ya lo sabían, estaba reunido con los dos hombres.
— Son muchos crímenes los que tiene a sus espaldas, la ley de los hombres no puede condenarla porque es una reina, pero la de la Iglesia si puede. Sé que pensarán que la Iglesia ha quemado muchas mujeres que no lo merecían, no voy a excusarnos. Pero en este caso, es un monstruo, una aberración. No la mataremos, pero la mantendremos presa, recluida para el resto de sus días en una prisión, y el mundo será más seguro.
Brianna llegó justo entonces y puso las manos sobre los hombros de Damon que estaba sentado escuchando al cura.
— Padre… ¿esto afecta a la boda de nuestra de hija? Por favor, haga lo que pueda por casarlos, hemos esperado tanto este día…— El Inquisidor respetaba mucho a la Baronesa, pues había traído la prosperidad a esas tierras. No era mezquina, hacía obras de caridad y todo aquel que necesitase algo, la podía encontrar, era una mujer accesible y buena. No tenía nada en contra de ella, y Dasha no había denunciado a los Landvik. Si bien sabían que eran licántropos, por el momento el punto de mira no estaba sobre ellos, tenían infinidad de vampiros y brujas que ajusticiar.
— No se preocupe, baronesa. Elaine contraerá matrimonio esta tarde como acordamos.
— Y… padre. ¿Puedo pedirle una cosa más?.— el hombre asintió.— Trátenla con dignidad, es una persona…aunque no siempre haya obrado correctamente.— Se refería a la reina, obviamente. El sacerdote enarcó una ceja, porque todo el mundo sabía que esa arpía había tratado de matarla a ella y a sus hijos en infinidad de ocasiones.
— Majestad… ahora entiendo muchas cosas. Tenéis suerte de tener una mujer así a vuestro lado.*
Sentado en el despacho del padre Raileanu, Höor y yo tratábamos de evaluar los daños. Negar lo que era la reina era absurdo y francamente estaba de acuerdo con las palabras dichas por el padre, Rumania estaría mucho mejor sin ella, pero era mi esposa, la reina y las cosas no siempre podían tomarse a la ligera.
-Entonces padre .. lo que trata de decirme ¿es que quedará recluida para siempre? Que de cierto modo nuestro matrimonio queda ¿anulado? pues mi mujer estará ausente.
Iba a responder cuando llegó Brianna, sus manos trémulas se posaron sobre mis hombros, podía apreciar en su mirada una infinita preocupación. Preguntó por la boda, por supuesto ninguno de nosotros quería que este incidente afectara a nuestra hija y a su futuro marido. Por suerte el párroco parecía bastante consecuente, si sabia lo que yo era, no me quedó muy claro, pero por contra si se notaba ese aprecio que le guardaba a Brianna.
Ella era una mujer inteligente que había traído prosperidad a estas tierras, Oltenia desde que Brianna llego haciéndose con el condado había crecido considerablemente, así como las obras sociales. La iglesia estaba muy agradecida a ella y no era un secreto que ambos manteníamos una relación clandestina.
Sonreí al escuchar las palabras del párroco, este aseguraba que tenia suerte por la mujer que me acompañaba en la vida.
-No lo dude padre, es un Ángel que un día dios puso en mi camino.Le agradezco que case a mi hija, ella ama a su marido y ser bendecida por dios es importante.*
La Baronesa de Oltenia se subió al coche que la llevó a la ciudad donde Damon y Höor fueron a ver qué pasaba. Se detuvo delante de la iglesia, donde supuestamente deberían estar y atravesó la puerta de madera buscando al padre Raileanu, que era quien oficiaría la boda de Elaine horas más tarde. Éste ya estaba al tanto de que se harían los dos ritos, puesto que Sirius era vikingo y tenía sus tradiciones.
El capellán, que era inquisidor y ahora ya lo sabían, estaba reunido con los dos hombres.
— Son muchos crímenes los que tiene a sus espaldas, la ley de los hombres no puede condenarla porque es una reina, pero la de la Iglesia si puede. Sé que pensarán que la Iglesia ha quemado muchas mujeres que no lo merecían, no voy a excusarnos. Pero en este caso, es un monstruo, una aberración. No la mataremos, pero la mantendremos presa, recluida para el resto de sus días en una prisión, y el mundo será más seguro.
Brianna llegó justo entonces y puso las manos sobre los hombros de Damon que estaba sentado escuchando al cura.
— Padre… ¿esto afecta a la boda de nuestra de hija? Por favor, haga lo que pueda por casarlos, hemos esperado tanto este día…— El Inquisidor respetaba mucho a la Baronesa, pues había traído la prosperidad a esas tierras. No era mezquina, hacía obras de caridad y todo aquel que necesitase algo, la podía encontrar, era una mujer accesible y buena. No tenía nada en contra de ella, y Dasha no había denunciado a los Landvik. Si bien sabían que eran licántropos, por el momento el punto de mira no estaba sobre ellos, tenían infinidad de vampiros y brujas que ajusticiar.
— No se preocupe, baronesa. Elaine contraerá matrimonio esta tarde como acordamos.
— Y… padre. ¿Puedo pedirle una cosa más?.— el hombre asintió.— Trátenla con dignidad, es una persona…aunque no siempre haya obrado correctamente.— Se refería a la reina, obviamente. El sacerdote enarcó una ceja, porque todo el mundo sabía que esa arpía había tratado de matarla a ella y a sus hijos en infinidad de ocasiones.
— Majestad… ahora entiendo muchas cosas. Tenéis suerte de tener una mujer así a vuestro lado.*
Sentado en el despacho del padre Raileanu, Höor y yo tratábamos de evaluar los daños. Negar lo que era la reina era absurdo y francamente estaba de acuerdo con las palabras dichas por el padre, Rumania estaría mucho mejor sin ella, pero era mi esposa, la reina y las cosas no siempre podían tomarse a la ligera.
-Entonces padre .. lo que trata de decirme ¿es que quedará recluida para siempre? Que de cierto modo nuestro matrimonio queda ¿anulado? pues mi mujer estará ausente.
Iba a responder cuando llegó Brianna, sus manos trémulas se posaron sobre mis hombros, podía apreciar en su mirada una infinita preocupación. Preguntó por la boda, por supuesto ninguno de nosotros quería que este incidente afectara a nuestra hija y a su futuro marido. Por suerte el párroco parecía bastante consecuente, si sabia lo que yo era, no me quedó muy claro, pero por contra si se notaba ese aprecio que le guardaba a Brianna.
Ella era una mujer inteligente que había traído prosperidad a estas tierras, Oltenia desde que Brianna llego haciéndose con el condado había crecido considerablemente, así como las obras sociales. La iglesia estaba muy agradecida a ella y no era un secreto que ambos manteníamos una relación clandestina.
Sonreí al escuchar las palabras del párroco, este aseguraba que tenia suerte por la mujer que me acompañaba en la vida.
-No lo dude padre, es un Ángel que un día dios puso en mi camino.Le agradezco que case a mi hija, ella ama a su marido y ser bendecida por dios es importante.*
Brianna de Montreil- Licántropo/Realeza
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Fecha de inscripción : 10/04/2016
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Re: Me prometiste el cielo. (Privado)
La situación de la Reina iba a causar gran escándalo, pero si la Iglesia y el Vaticano dictaban sentencia, ellos quedaban al margen de sus decisiones y el matrimonio de Damon quedaría anulado. Evidentemente, la familia estaría al tanto porque la Inquisición era peligrosa, pero por el momento se habían quitado un mal mayor, que era esa bruja negra que no hacía más que socavar el poder del rey y hacer el mal contra su propio pueblo.
Volvieron los tres a la baronía, donde sus invitados les esperaban y por el camino comentaron los pros y los contras de lo que había sucedido. Por pro (y era un grandísimo pro) estaba que por fin se podrían casar, tener esa vida que se prometieron veinte años atrás y no habían podido tener. Sus hijos serían legítimos y nadie podría rebatir que no fueran de una reina. Por otro lado, que Rumanía por fin tendría a los monarcas que merecía y a los herederos que hacían justicia a sus vasallos. Pero por contra, la sombra de las Inquisición revolotearía por sus cabezas y eso tendrían que tenerlo muy en cuenta.
Llegaron cuando los Cannif acompañados de Velkan, Dasha y Lobbo regresaban de cazar. Iban cubiertos de barro y mugre, de sangre de varios jabalís y corzos y reían, charlando animadamente. Dasha había resultado ser una cazadora feroz, implacable, que le había disputado una pieza a Ubbe, el mayor, ganadole la ventaja.*
Ubbe llevaba su brazo encima de los hombros de la condesa, no tenia un gran perder el vikingo, así que le discutía la pieza cobrada. Según él, había impactado con la flecha propia y ella se había limitado a darle muerte con el cuchillo.Esta por contra lo veia muy distinto.
Mis hijos se reían de esos dos, ambos manchados de barro y sangre, no habían usado los rifles, seguramente porque se sintieron lo suficientemente cómodos como para sacar a relucir su parte mas salvaje, los instintos animales de depredadores de los que ambos hacían gala cuando se perdían en el bosque. Yo les tenia dicho que cuando salieran de caza con otros nobles, no destacaran de mas, que como ellos se limitaran a disparar y a que los perros les trajeran la presa, no quería que la inquisición acabara cayendo sobre sus cabezas, pero supongo que a los Cannif los sentían familia.
Orion bromeaba con Niels sobre las feminas de la boda, según este esas eran las piezas que a él le interesaban. La mirada de Höor lo atravesó y Niels se echó a reir a ver a su padre moribundo, seguramente a todos ellos les habrían dado instrucciones de mantener sus manso lejos de todas las nobles.
Mi cabeza seguía dando vueltas al tema en cuestión, tenia que reconocer que si bien esto era un escándalo para la corona, por fin era libre de cumplir mi promesa, esa que con una anillo hice ante la mujer que amaba en un humilde italiano. Tendríamos que esperar un poco, dejar pasar la tormenta, peor al final del año creo podría por fin convertir a Brianna en mi reina y dar a nuestros hijos su lugar y por fin a Rumania la paz.*
Lo hecho, hecho estaba, y finalmente un acontecimiento ajeno a ellos había dado el finiquito a la arpía. No lo esperaba, de hecho su decisión de convertirse en licántropo como Damon y sus hijos la había tomado antes de aquello, y la mantendría. Aunque se había ganado el respeto de la manada, seguía siendo humana y aquello sabía que era una espinita que debía desclavar. Llegaron con las manos entrelazadas a la Baronía y Brianna comenzó a organizarlos a todos, necesitaban un buen baño y como sabía por Sirius que solían hacerlo en el lago bromeó con ellos.
— El lago queda lejos, pero tenemos la fuente de la entrada, si queréis tomar el baño allí…estoy segura de que a la princesa de Bulgaria le va a encantar el recibimiento.— Elaine protestó.
—Mamá!!!
— Es broma!! Tenéis el baño listo en cada uno de vuestros aposentos, la comida se servirá en una hora en las bodegas, aquel edificio de allá.— lo señaló con el dedo. Allí habían previsto unas mesas largas con todo tipo de manjares más rústicos y familiares, no tan sofisticados como serían los del banquete de la noche. Quería una comida en un ambiente agradable y lo que Brianna se proponía lo conseguía.
Cuando se quedaron solos abrazó a Damon apoyando su cabeza en el pecho del lobo y quedándose así un largo rato.
— No me lo esperaba…pero sólo puedo pensar en que por fin no tendré que compartirte con esa bruja.*
Los jóvenes se fueron a tomar ese baño que bien podía yo y mis agudos sentidos confirmar les hacia mucha falta.
Höor se fue a reencontrarse con Sirius que al parecer se había quedado con las tres mujeres que acompañaban al conde enseñándoles el traje.
Sirius había sido muy considerado respetando las tradiciones de mi hija, bien sabía que ese dios nada significaba para el muchacho, pero mi familia era religiosa y como mandaba la santa sede, la princesa tenia que desposarse bajo el rito cristiano.
Una vez solos Brianna se abrazó a mi, mi sonrisa se ensanchó contra su pelo rodeando su cintura con fuerza, dejando que su respiración acompasada se perdiera en la estancia.
-Nunca me has compartido -asegure alzando su mentón con mi mano -siempre te he pertenecido, desde ese día que te pedí matrimonio, hasta hoy he amado a la mujer que tengo frente a mi de forma única. Los lobos nos emparejamos de por vida y sabes que hace tiempo elegí compartirla a tu lado. Eres lo mejor que me ha pasado, has aguantado mas de lo que ninguna mujer lo hubiera hecho, durante mucho tiempo has sido la otra, la amante.. cuando yo siempre te he sentido la única, mi esposa y ahora..quiero que te conviertas en eso ,en mi mujer, en la reina, quiero darte el lugar que siempre te perteneció en mi corazón, pero ahora también ante la sociedad.
Volvieron los tres a la baronía, donde sus invitados les esperaban y por el camino comentaron los pros y los contras de lo que había sucedido. Por pro (y era un grandísimo pro) estaba que por fin se podrían casar, tener esa vida que se prometieron veinte años atrás y no habían podido tener. Sus hijos serían legítimos y nadie podría rebatir que no fueran de una reina. Por otro lado, que Rumanía por fin tendría a los monarcas que merecía y a los herederos que hacían justicia a sus vasallos. Pero por contra, la sombra de las Inquisición revolotearía por sus cabezas y eso tendrían que tenerlo muy en cuenta.
Llegaron cuando los Cannif acompañados de Velkan, Dasha y Lobbo regresaban de cazar. Iban cubiertos de barro y mugre, de sangre de varios jabalís y corzos y reían, charlando animadamente. Dasha había resultado ser una cazadora feroz, implacable, que le había disputado una pieza a Ubbe, el mayor, ganadole la ventaja.*
Ubbe llevaba su brazo encima de los hombros de la condesa, no tenia un gran perder el vikingo, así que le discutía la pieza cobrada. Según él, había impactado con la flecha propia y ella se había limitado a darle muerte con el cuchillo.Esta por contra lo veia muy distinto.
Mis hijos se reían de esos dos, ambos manchados de barro y sangre, no habían usado los rifles, seguramente porque se sintieron lo suficientemente cómodos como para sacar a relucir su parte mas salvaje, los instintos animales de depredadores de los que ambos hacían gala cuando se perdían en el bosque. Yo les tenia dicho que cuando salieran de caza con otros nobles, no destacaran de mas, que como ellos se limitaran a disparar y a que los perros les trajeran la presa, no quería que la inquisición acabara cayendo sobre sus cabezas, pero supongo que a los Cannif los sentían familia.
Orion bromeaba con Niels sobre las feminas de la boda, según este esas eran las piezas que a él le interesaban. La mirada de Höor lo atravesó y Niels se echó a reir a ver a su padre moribundo, seguramente a todos ellos les habrían dado instrucciones de mantener sus manso lejos de todas las nobles.
Mi cabeza seguía dando vueltas al tema en cuestión, tenia que reconocer que si bien esto era un escándalo para la corona, por fin era libre de cumplir mi promesa, esa que con una anillo hice ante la mujer que amaba en un humilde italiano. Tendríamos que esperar un poco, dejar pasar la tormenta, peor al final del año creo podría por fin convertir a Brianna en mi reina y dar a nuestros hijos su lugar y por fin a Rumania la paz.*
Lo hecho, hecho estaba, y finalmente un acontecimiento ajeno a ellos había dado el finiquito a la arpía. No lo esperaba, de hecho su decisión de convertirse en licántropo como Damon y sus hijos la había tomado antes de aquello, y la mantendría. Aunque se había ganado el respeto de la manada, seguía siendo humana y aquello sabía que era una espinita que debía desclavar. Llegaron con las manos entrelazadas a la Baronía y Brianna comenzó a organizarlos a todos, necesitaban un buen baño y como sabía por Sirius que solían hacerlo en el lago bromeó con ellos.
— El lago queda lejos, pero tenemos la fuente de la entrada, si queréis tomar el baño allí…estoy segura de que a la princesa de Bulgaria le va a encantar el recibimiento.— Elaine protestó.
—Mamá!!!
— Es broma!! Tenéis el baño listo en cada uno de vuestros aposentos, la comida se servirá en una hora en las bodegas, aquel edificio de allá.— lo señaló con el dedo. Allí habían previsto unas mesas largas con todo tipo de manjares más rústicos y familiares, no tan sofisticados como serían los del banquete de la noche. Quería una comida en un ambiente agradable y lo que Brianna se proponía lo conseguía.
Cuando se quedaron solos abrazó a Damon apoyando su cabeza en el pecho del lobo y quedándose así un largo rato.
— No me lo esperaba…pero sólo puedo pensar en que por fin no tendré que compartirte con esa bruja.*
Los jóvenes se fueron a tomar ese baño que bien podía yo y mis agudos sentidos confirmar les hacia mucha falta.
Höor se fue a reencontrarse con Sirius que al parecer se había quedado con las tres mujeres que acompañaban al conde enseñándoles el traje.
Sirius había sido muy considerado respetando las tradiciones de mi hija, bien sabía que ese dios nada significaba para el muchacho, pero mi familia era religiosa y como mandaba la santa sede, la princesa tenia que desposarse bajo el rito cristiano.
Una vez solos Brianna se abrazó a mi, mi sonrisa se ensanchó contra su pelo rodeando su cintura con fuerza, dejando que su respiración acompasada se perdiera en la estancia.
-Nunca me has compartido -asegure alzando su mentón con mi mano -siempre te he pertenecido, desde ese día que te pedí matrimonio, hasta hoy he amado a la mujer que tengo frente a mi de forma única. Los lobos nos emparejamos de por vida y sabes que hace tiempo elegí compartirla a tu lado. Eres lo mejor que me ha pasado, has aguantado mas de lo que ninguna mujer lo hubiera hecho, durante mucho tiempo has sido la otra, la amante.. cuando yo siempre te he sentido la única, mi esposa y ahora..quiero que te conviertas en eso ,en mi mujer, en la reina, quiero darte el lugar que siempre te perteneció en mi corazón, pero ahora también ante la sociedad.
Damon Landvik- Licántropo/Realeza
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Re: Me prometiste el cielo. (Privado)
La comida se sirvió en el edificio de las Bodegas, era una mesa enorme llena de todo tipo de manjares sencillos pero sabrosos. Descorcharon las mejores botellas para disfrutarlas en familia; no es que en la boda fueran a poner malos vinos, pero para esa ocasión sacaron botellas que tenían más de quince años y que guardaban para ocasiones especiales como esa.
Los novios, más tranquilos despues de que Damon, Höor y Brianna regresasen de la ciudad con noticias sobre la captura de la reina, se sentaron juntos y disfrutaron de una comida en verdad agradable. La cena sería muy distinta, llena de protocolos y teniendo que atender a la gente, muchos de los cuales no conocían.
— Será mejor que comamos bien, luego me temo que no podremos.— le sirvió a Sirius otro postre del que ella dio un par de cucharadas para compartirlo.— ¿Seguro que no lloverá? no quiero pasarme dos horas trenzándome el pelo para que se arruine!!.— besó su mejilla y luego sus labios susurrandole.— Tengo una sorpresa para ti cuando acabe toda la fiesta...— intentó que no sonara demasiado picarona porque había un montón de gente por alli y algunos eran licántropos, con lo que su oído era fino.
Dasha se hinchó de comer estofado de jabalí picando a Ubbe, que finalmente engulló más del doble que ella, pero acabaron riendose. La Condesa con sus exquisitos modales plantaba cara al vikingo en esa gesta de consumir la presa quehabían cazado "a medias" porque al final no hubo forma de aclararse con quien la había matado.
— Luego no cabré en el corsé, pero habrá merecido la pena.— Velkan sacó botellas de Tuica, el aguardiente tradicional rumano yse escanciaron vasos de chupito para pasar tan copiosa comida.
Danielle y Höor conversaron con los Tollak y los Landvik, estaban todos de acuerdo en que esa boda sería muy bie avenida porque las dos familias se llevaban bien, a pesar de las reticencias iniciales de Damon.
— No sé ni cuantas veces amenazó al pobre Sirius...— comentó Brianna mirando a Damon y sonriendo.
— Seguro que no tantas como yo a su hijo.— Danielle señaló a Ulf con media sonrisa en la boca.— y porque Giuliana no quiere enseñarme el arte de blandir la sartén,porque sabe que ahora la usaría contra su vástago. Deberías solidarizarte con lasmujeres y enseñarnos.— bromeó con la bruja.
Los novios, más tranquilos despues de que Damon, Höor y Brianna regresasen de la ciudad con noticias sobre la captura de la reina, se sentaron juntos y disfrutaron de una comida en verdad agradable. La cena sería muy distinta, llena de protocolos y teniendo que atender a la gente, muchos de los cuales no conocían.
— Será mejor que comamos bien, luego me temo que no podremos.— le sirvió a Sirius otro postre del que ella dio un par de cucharadas para compartirlo.— ¿Seguro que no lloverá? no quiero pasarme dos horas trenzándome el pelo para que se arruine!!.— besó su mejilla y luego sus labios susurrandole.— Tengo una sorpresa para ti cuando acabe toda la fiesta...— intentó que no sonara demasiado picarona porque había un montón de gente por alli y algunos eran licántropos, con lo que su oído era fino.
Dasha se hinchó de comer estofado de jabalí picando a Ubbe, que finalmente engulló más del doble que ella, pero acabaron riendose. La Condesa con sus exquisitos modales plantaba cara al vikingo en esa gesta de consumir la presa quehabían cazado "a medias" porque al final no hubo forma de aclararse con quien la había matado.
— Luego no cabré en el corsé, pero habrá merecido la pena.— Velkan sacó botellas de Tuica, el aguardiente tradicional rumano yse escanciaron vasos de chupito para pasar tan copiosa comida.
Danielle y Höor conversaron con los Tollak y los Landvik, estaban todos de acuerdo en que esa boda sería muy bie avenida porque las dos familias se llevaban bien, a pesar de las reticencias iniciales de Damon.
— No sé ni cuantas veces amenazó al pobre Sirius...— comentó Brianna mirando a Damon y sonriendo.
— Seguro que no tantas como yo a su hijo.— Danielle señaló a Ulf con media sonrisa en la boca.— y porque Giuliana no quiere enseñarme el arte de blandir la sartén,porque sabe que ahora la usaría contra su vástago. Deberías solidarizarte con lasmujeres y enseñarnos.— bromeó con la bruja.
Elaine Landvik- Licántropo Clase Alta
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Re: Me prometiste el cielo. (Privado)
Una vez llego mi padre junto a los padres de mi prometida nos dispusimos a tomar una cena en calma, donde el protocolo quedara fuera, algo que de seguro agradecerían mis hermanos, incluso yo mismo, para que negarlo.
Ubbe que parecía haber hecho buenas migas con la marquesa seguía retandola, esta vez sobre quien terminaría antes de engullir, literalmente, la cena. No había quedado muy claro quien había sido el que se había cobrado la presa, así que con alcohol fueron acallando la discursivo mientras se reían.
Velkan divertido metía mas leña al fuego quitandole la razón a Dasha que mujer de mal perder, se quejaba y ambos se picaban mirándose fijamente a los ojos, lo suficientemente cerca como para no pasar desapercibida la atracción que existía entre ambos.
Mi brazo rodeaba calmo el cuerpo de mi mujer, ladeé la sonrisa cuando aseguró que tenia un regalo para mi, después de la boda me lo daría, no antes y a mi sus palabras me sonaron literalemte a Valhalla.
-Juro por Odin que no lloverá durante la boda, mas no voy a prometer que el dios del trueno no golpeara Asgard con su martillo cuando llegue la noche de bodas.
Esta me dio un manotazo en el pecho riéndose, si ella quería ser discreta yo había sido un autentico bocazas que despertó la risa de Niels y a ella se unió la del resto de mis hermanos.
El tema, como no, dio pie a los adultos que conversaban animados y riéndose en un ambiente distendido a recordar lo poco que en un principio le gustaba al padre de Elaine. Dani aseguró que dudaba lo hubiera pasado peor que Alrek, las malas lenguas decían que casi hace con el pasto para tiburones.
-¿y tu Höor no le hiciste nada a ese muchacho? - preguntó Damon.
La risa de Höor entre los dos titanes que tenia sentados a cada lado acaparaba la atención de Brianna.
-¿yo? - respondió con ese humor que le caracterizaba – no, deje que Dani hiciera el trabajo sucio, si la conocieras bien descubrirías porque.
Ulf se echo a reir llevando la jarra a sus labios.
-Si nuestras mujeres enseñan a Brianna el arte de blandir la sarten o el de “invitarte a cenar” prepara un buen sofá Damon, lo vas a necesitar.
¿A ver tu que queja tienes de mi hijo -dijo mirando a la pirata -desde que mi hijo se la folla que tiene mejor aspecto, antes estaba siempre amargada, díselo tu Giuliana que a mi no me escucha la pirata.
Ubbe que parecía haber hecho buenas migas con la marquesa seguía retandola, esta vez sobre quien terminaría antes de engullir, literalmente, la cena. No había quedado muy claro quien había sido el que se había cobrado la presa, así que con alcohol fueron acallando la discursivo mientras se reían.
Velkan divertido metía mas leña al fuego quitandole la razón a Dasha que mujer de mal perder, se quejaba y ambos se picaban mirándose fijamente a los ojos, lo suficientemente cerca como para no pasar desapercibida la atracción que existía entre ambos.
Mi brazo rodeaba calmo el cuerpo de mi mujer, ladeé la sonrisa cuando aseguró que tenia un regalo para mi, después de la boda me lo daría, no antes y a mi sus palabras me sonaron literalemte a Valhalla.
-Juro por Odin que no lloverá durante la boda, mas no voy a prometer que el dios del trueno no golpeara Asgard con su martillo cuando llegue la noche de bodas.
Esta me dio un manotazo en el pecho riéndose, si ella quería ser discreta yo había sido un autentico bocazas que despertó la risa de Niels y a ella se unió la del resto de mis hermanos.
El tema, como no, dio pie a los adultos que conversaban animados y riéndose en un ambiente distendido a recordar lo poco que en un principio le gustaba al padre de Elaine. Dani aseguró que dudaba lo hubiera pasado peor que Alrek, las malas lenguas decían que casi hace con el pasto para tiburones.
-¿y tu Höor no le hiciste nada a ese muchacho? - preguntó Damon.
La risa de Höor entre los dos titanes que tenia sentados a cada lado acaparaba la atención de Brianna.
-¿yo? - respondió con ese humor que le caracterizaba – no, deje que Dani hiciera el trabajo sucio, si la conocieras bien descubrirías porque.
Ulf se echo a reir llevando la jarra a sus labios.
-Si nuestras mujeres enseñan a Brianna el arte de blandir la sarten o el de “invitarte a cenar” prepara un buen sofá Damon, lo vas a necesitar.
¿A ver tu que queja tienes de mi hijo -dijo mirando a la pirata -desde que mi hijo se la folla que tiene mejor aspecto, antes estaba siempre amargada, díselo tu Giuliana que a mi no me escucha la pirata.
Sirius Cannif- Hechicero Clase Alta
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Re: Me prometiste el cielo. (Privado)
Ahora que los veía bromear y conversar animadamente, se alegraba sinceramente de que Sirius se hubiera quedado en el norte con Höor, no podría haber tenido mejor familia ni destino. Además le habían premiado con la suerte en el amor, ella no podía quejarse de eso porque su vida fue un tormento hasta que dio con el amor verdadero. Bien sabía cuan importante era eso en la vida.
Llegó un poco más tarde a la comida porque se había quedado tejiendo salvaguardas de seguridad para esa boda. había apostado entes en todas partes, vigilantes, con las órdenes de atacar a cualquiera que tratase hacer daño a Sirius o Elaine. Durante el trayecto en barco había compartido algunas confidencias con la bruja vudú, le parecía una disciplina muy interesante. La conocía de mucho tiempo atrás, cuando en la boda de Leif las trajo a ambas de la muerte y desde entonces intercambiaban correspondecia cifrada. Giuliana se había apartado de la senda de la nigromancia por petición de su marido, pero intercambiaron consejos, conjuros y otras interesantes charlas todas codificadas porque la Inquisición tenía ojos en todas partes. Giuliana había sido sus ojos en Akershus y sabía que había protegido y enseñado a Sirius dentro de sus limitaciones.
Pronto los criados avisaron de que empezaban a llegar los invitados, así que todos se marcharon a cambiarse, a descansar un poco o arreglarse para el enlace que se celebraría en tres horas.
Llegó un poco más tarde a la comida porque se había quedado tejiendo salvaguardas de seguridad para esa boda. había apostado entes en todas partes, vigilantes, con las órdenes de atacar a cualquiera que tratase hacer daño a Sirius o Elaine. Durante el trayecto en barco había compartido algunas confidencias con la bruja vudú, le parecía una disciplina muy interesante. La conocía de mucho tiempo atrás, cuando en la boda de Leif las trajo a ambas de la muerte y desde entonces intercambiaban correspondecia cifrada. Giuliana se había apartado de la senda de la nigromancia por petición de su marido, pero intercambiaron consejos, conjuros y otras interesantes charlas todas codificadas porque la Inquisición tenía ojos en todas partes. Giuliana había sido sus ojos en Akershus y sabía que había protegido y enseñado a Sirius dentro de sus limitaciones.
Pronto los criados avisaron de que empezaban a llegar los invitados, así que todos se marcharon a cambiarse, a descansar un poco o arreglarse para el enlace que se celebraría en tres horas.
Elora Paine- Hechicero Clase Baja
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Fecha de inscripción : 04/04/2016
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Re: Me prometiste el cielo. (Privado)
La Baronesa recibió alguons invitados ilustres y los fueron acomodando en los salones de la casona. Aquello no era castillo ni un mansión "chic" como las parisinas, pero era una propiedad muy extensa, con la arquitectura funcional y defensiva de los rumanos y la habían cuidado para dejarla deslumbrante. Había flores, velas y antorchas por todas partes iluminando los senderos. En el interior, se servía una merienda para aquellos que gustasen tomar algo antes de que el enlace diera luegar en el exterior frente a una pérgola a modo de altar.
Cuando estuvieron todos atendidos, subió las escaleras para cambiarse y deslizó en su dedo el anillo de rubíes que Damon le regaló cuando le pidió matrimonio, y que sólo se ponía en ocasiones. Se recogió el pelo y le anudó la corbata al rey, que estaba espectacular con su porte y su traje. Él si llevaba los distintivos de su rango, como debía ser, y llevaría a su hija hasta el brazo de Sirius frente al cura. Después se oficiaría la ceremonia tradicional noruega y ambas casas quedarían unidas.
Entró en la habitación de Elaine donde la estaban preparando y no pudo evitar notar un nudo en el pecho al verla tan resplandeciente. Su pequeña, su niña, la que se aferraba a la vida en cada bocanada de aire, la que nunca se quejaba a pesar de las fiebre y dolores de pecho. Se le humedecieron los ojos al verla tan bonita, tan feliz. Le arregló un mechón que se salía un poco del sitio.
— estás preciosa...yo...
— madre, no digas nada. Ya lo sé. Gracias a ti hoy es el dia más feliz de mi vida, porque siempre has peleado por mi hasta la extenuación.— La abrazó un largo rato, porque su madre merecía tanta felicidad como entregaba a los demás, y estaba segura de que la tendría.
La ayudó a ponerse los pendientes, el vestido y toda la parafernalia de la novia, y más una novia de la realeza. Pero Elaine hubiera estado bonita aunque fuera vestida con un camisón.
Cuando estuvieron todos atendidos, subió las escaleras para cambiarse y deslizó en su dedo el anillo de rubíes que Damon le regaló cuando le pidió matrimonio, y que sólo se ponía en ocasiones. Se recogió el pelo y le anudó la corbata al rey, que estaba espectacular con su porte y su traje. Él si llevaba los distintivos de su rango, como debía ser, y llevaría a su hija hasta el brazo de Sirius frente al cura. Después se oficiaría la ceremonia tradicional noruega y ambas casas quedarían unidas.
Entró en la habitación de Elaine donde la estaban preparando y no pudo evitar notar un nudo en el pecho al verla tan resplandeciente. Su pequeña, su niña, la que se aferraba a la vida en cada bocanada de aire, la que nunca se quejaba a pesar de las fiebre y dolores de pecho. Se le humedecieron los ojos al verla tan bonita, tan feliz. Le arregló un mechón que se salía un poco del sitio.
— estás preciosa...yo...
— madre, no digas nada. Ya lo sé. Gracias a ti hoy es el dia más feliz de mi vida, porque siempre has peleado por mi hasta la extenuación.— La abrazó un largo rato, porque su madre merecía tanta felicidad como entregaba a los demás, y estaba segura de que la tendría.
La ayudó a ponerse los pendientes, el vestido y toda la parafernalia de la novia, y más una novia de la realeza. Pero Elaine hubiera estado bonita aunque fuera vestida con un camisón.
- Spoiler:
Brianna de Montreil- Licántropo/Realeza
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Re: Me prometiste el cielo. (Privado)
Aprovechó la tregua que les dieron para vestirse y arreglarse y bajó a las caballerizas donde encontró a su sirviente de confianza. Quería información de primera mano sobre aquello que había sucedido y éste le contó como andaban las cosas. La maquinaria se había puesto en marcha y entre los invitados habrían inquisidores, algunos infiltrados como servicio de apoyo, por si los secuaces de la reina pretendían arruinar la boda con sus malas artes.
Le informaron de que la mujer morena era una hechicera y que en París había causado muchos inconvenientes a la Inquisición, pero tenía de su lado a media Logia de brujos, la Orden de Cazadores y una de las principales manadas de licántropos. No era su problema, pertenecía a la demarcación francesa y ella se ocupaba de la zona del este de Europa, que los franchutes se cuparan de su basura.
Tras tener el escenario controlado y las órdenes claras, se fue a vestirse y arreglarse. Ella era Duquesa y se iba a notar su poderío. Se calzó un impresionante vestido añil con joyas de diamantes y zafiros, una tiara a modo de coronilla y las bandas y blasones distintivos de su importante rango en Serbia.
Bajó con el resto de invitados a tomar una copa antes de que empezase la ceremonia y como no encontró a Velkan se quedó charlando con el Duque de Montenegro y la princesa de Bulgaria.
Arriba, en ala de invitados noruegos Danielle y Giuliana se peleaban con los nudos de las corbatas, los peines y las camisas. No había forma de convencer a Hakon de que se abrochara el ultimo botón y a Fiolett de que se pusiera un collar de diamantes y el pelo recogido. Aquello era peor que cuando eran pequeños y tenía que llamarlos al orden para que no se robasen la comida de los platos.
Le informaron de que la mujer morena era una hechicera y que en París había causado muchos inconvenientes a la Inquisición, pero tenía de su lado a media Logia de brujos, la Orden de Cazadores y una de las principales manadas de licántropos. No era su problema, pertenecía a la demarcación francesa y ella se ocupaba de la zona del este de Europa, que los franchutes se cuparan de su basura.
Tras tener el escenario controlado y las órdenes claras, se fue a vestirse y arreglarse. Ella era Duquesa y se iba a notar su poderío. Se calzó un impresionante vestido añil con joyas de diamantes y zafiros, una tiara a modo de coronilla y las bandas y blasones distintivos de su importante rango en Serbia.
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Bajó con el resto de invitados a tomar una copa antes de que empezase la ceremonia y como no encontró a Velkan se quedó charlando con el Duque de Montenegro y la princesa de Bulgaria.
Arriba, en ala de invitados noruegos Danielle y Giuliana se peleaban con los nudos de las corbatas, los peines y las camisas. No había forma de convencer a Hakon de que se abrochara el ultimo botón y a Fiolett de que se pusiera un collar de diamantes y el pelo recogido. Aquello era peor que cuando eran pequeños y tenía que llamarlos al orden para que no se robasen la comida de los platos.
Dasha Nikola- Inquisidor/Realeza
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Re: Me prometiste el cielo. (Privado)
Todavía le daba vueltas en la cabeza a el desenlace que había sufrido la reina, si bien era cierto que esto podía traer una revuelta y que por eso antes de pasar por mi cámara para reunirme con mi preciosa y amada Brianna, pasé por el salón donde la manada, ya vestidos para la ocasión y con puros celebraban la unión de mi hija con los norteños, se reunían.
-Necesito que estáis atentos, he duplicado la guardia, no quiero sorpresas inesperadas, mi hija es feliz, va a unirse a Sirius en legitimo matrimonio y no quiero que nada pueda estropearle el día ¿entendido?
Todos asintieron, me felicitaron y ofrecieron sus mas sinceros deseos para este ventajoso enlace para todos.
Regresé a la cámara, mi prometida, que bien sonaba dicha palabra, estaba radiante, sonreía con ese brillo que iluminaba sus ojos.
Me orillé a su cuerpo atrapando su cintura, era la mujer mas bella que jamas había conocido y quería que lo supiera.
Sus labios atraparon los míos antes de arreglar mi nudo de la corbata.
-No sabes lo mucho que me alegro de que Lobbo y ese niño de la pala se pelearan en el arenero. Nuestra hija es una mujer, hemos hecho un buen trabajo Brianna. Desconoces lo feliz que me has hecho durante todo este tiempo, has sido y eres, lo único que me mantiene cuerdo, me has dado esperanza donde en ocasiones solo veía oscuridad y dolor. Siempre te he amado, tu has sido paciente, me lo has dado todo y solo has recibido migajas. Quiero que seas mi mujer, la reina, porque en mi corazón ese ha sido siempre tu lugar.
Ella me había convertido en padre por dos veces, nunca tendría vida para agradecer todas sus atenciones.
-Tengo que bajar -susurré contra sus labios, es costumbre que el padre espere a la novia para llevarla hasta al altar.
-Necesito que estáis atentos, he duplicado la guardia, no quiero sorpresas inesperadas, mi hija es feliz, va a unirse a Sirius en legitimo matrimonio y no quiero que nada pueda estropearle el día ¿entendido?
Todos asintieron, me felicitaron y ofrecieron sus mas sinceros deseos para este ventajoso enlace para todos.
Regresé a la cámara, mi prometida, que bien sonaba dicha palabra, estaba radiante, sonreía con ese brillo que iluminaba sus ojos.
Me orillé a su cuerpo atrapando su cintura, era la mujer mas bella que jamas había conocido y quería que lo supiera.
Sus labios atraparon los míos antes de arreglar mi nudo de la corbata.
-No sabes lo mucho que me alegro de que Lobbo y ese niño de la pala se pelearan en el arenero. Nuestra hija es una mujer, hemos hecho un buen trabajo Brianna. Desconoces lo feliz que me has hecho durante todo este tiempo, has sido y eres, lo único que me mantiene cuerdo, me has dado esperanza donde en ocasiones solo veía oscuridad y dolor. Siempre te he amado, tu has sido paciente, me lo has dado todo y solo has recibido migajas. Quiero que seas mi mujer, la reina, porque en mi corazón ese ha sido siempre tu lugar.
Ella me había convertido en padre por dos veces, nunca tendría vida para agradecer todas sus atenciones.
-Tengo que bajar -susurré contra sus labios, es costumbre que el padre espere a la novia para llevarla hasta al altar.
Damon Landvik- Licántropo/Realeza
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Localización : Bajo las estrellas
Re: Me prometiste el cielo. (Privado)
Dasha y yo nos habíamos despedido tras la comida con algún que otro beso furtivo por los pasillos. Parecía llevarse bien con los nórdicos, principalmente con Ubbe con el que estuvo bromeando toda la comida. Mi posesividad lobuna se hizo patente en alguna ocasión que otra, no me gustaba que vinieran a tocarme lo que era mio, o casi mio.
Anudaba mi corbata frente al espejo, aunque no estaba del todo pendiente de la imagen que me devolvía el cristal. Mi hermana, la mayor de todos nosotros se casaba, dejaría de vivir en estas tierras y emprendería su propio camino con Sirius en tierras nórdicas. Padre ahora tenia la oportunidad de ser feliz desposando a mi madre, mas algo me decía que los brujos no iban a ver con buenos ojos que su reina cayera de esa manera. Venían tiempos de guerra, los lobos tendríamos que luchar con ferocidad contra la magia oscura para mantener estas tierras muy ligadas a los seres sobrenaturales, salvas del mal.
Una vez arreglado para la ocasión bajé por las escalinatas del palacete rumbo al gran salón donde todo había quedado dispuesto, de allí pasaríamos a la zona al aire libre donde mi hermana se desposaría frente al párroco.
Mi madre, que era muy protocolaria había intentado que el novio también sintiera pese a que la ceremonia era religiosa, ciertos elementos de su cultura presentes, como bien podía ser el fuego, un elemento que en antorchar quedaba reflejado alumbrado aquel lugar de un modo algo mas rustico.
No se harían sacrificios, no habrían cuencos de sangre, ni espadas alzadas, mas ella era un princesa y bien sabían los del norte que esta era la boda que merecía.
Ladeé la sonrisa irrumpiendo en la conversación que Dasha mantenía con los duques, tomé una copa que me ofreció una de las doncellas y en un descuido acerqué mis labios al oído de la duquesa.
-¿os habéis puesto así de bella por mi presencia o por la del norteño?
Se giro para enfrentar mis pantanos, quedando nuestras miradas fijas como arpones.
Anudaba mi corbata frente al espejo, aunque no estaba del todo pendiente de la imagen que me devolvía el cristal. Mi hermana, la mayor de todos nosotros se casaba, dejaría de vivir en estas tierras y emprendería su propio camino con Sirius en tierras nórdicas. Padre ahora tenia la oportunidad de ser feliz desposando a mi madre, mas algo me decía que los brujos no iban a ver con buenos ojos que su reina cayera de esa manera. Venían tiempos de guerra, los lobos tendríamos que luchar con ferocidad contra la magia oscura para mantener estas tierras muy ligadas a los seres sobrenaturales, salvas del mal.
Una vez arreglado para la ocasión bajé por las escalinatas del palacete rumbo al gran salón donde todo había quedado dispuesto, de allí pasaríamos a la zona al aire libre donde mi hermana se desposaría frente al párroco.
Mi madre, que era muy protocolaria había intentado que el novio también sintiera pese a que la ceremonia era religiosa, ciertos elementos de su cultura presentes, como bien podía ser el fuego, un elemento que en antorchar quedaba reflejado alumbrado aquel lugar de un modo algo mas rustico.
No se harían sacrificios, no habrían cuencos de sangre, ni espadas alzadas, mas ella era un princesa y bien sabían los del norte que esta era la boda que merecía.
Ladeé la sonrisa irrumpiendo en la conversación que Dasha mantenía con los duques, tomé una copa que me ofreció una de las doncellas y en un descuido acerqué mis labios al oído de la duquesa.
-¿os habéis puesto así de bella por mi presencia o por la del norteño?
Se giro para enfrentar mis pantanos, quedando nuestras miradas fijas como arpones.
Velkan Landvik- Licántropo/Realeza
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Fecha de inscripción : 12/10/2017
Re: Me prometiste el cielo. (Privado)
En la cámara, frente al espejo, colocaba mi traje observando el reflejo que me devolvía el espejo. Dani y Giuliana peleaban con mis hermanos para que se calzaran aquellos trajes que decían les picaban, que no podían manejar la espada, que les apretaban, es mas Ubbe al mover la espalda partió por la parte de atrás el chaqué, menos mal que la bruja llevaba aguja e hilo y se puso a hacer un remiendo. Parecían una panda de gañanes quejándose como niños.
Padre ya vestido se acercó a mi con una ladeada sonrisa, su frente impacto en la mía al tiempo que su mano golpeó mi nuca con firmeza.
-Has crecido Sirius -dijo -eres un hombre y como tal, hoy juras ante su dios que la amaras y respetaras. Se que no te equivocas con ella hijo, pero mi miedo es que lo haga ella contigo, el norte es difícil, gélido y a veces...no es para todo el mundo, no quiero que mi guerra sea la tuya, se que habéis acordado una vida en Akershus, nada me hará mas feliz que eso..pero si crees que tu lugar esta aquí, quiero que sepas que lo apruebo, yo solo quiero que mi hijo sea feliz.
-No padre, no podría desposarme con ella si me obligara a abandonar mis tierras, ella esta de acuerdo, es una loba, fuerte, independiente y nos amamos, es todo cuanto quiero en mi cama, es la mujer que me dará un linaje y enfrentara conmigo a Randulf porque si bien no es una guerrera si es muy capaz de liderar, sera valida para llevar la paz a las manadas y eso es algo que sabes necesitamos.
Elora, la amiga de padre se acercó a los dos, besó mi mejilla con afecto y recolocó mi corbatín bajo la mirada orgullosa de mi padre que pronto se fue hacia Hakon que se peleaba con Dan porque no quería abrocharse el ultimo botón de la camisa, Morgan le ordenaba que obedeciera, pero Hakon negaba con la cabeza cruzado de brazos obstinado como ningún otro.
Synnove sonreía mirándolo de reojo a través del espejo, le sacaba la lengua cuando este fruncía mas el ceño.
Valeska estaba preciosa, como si de siempre este tipo de vestuario hubiera formado parte de su vida, en parte así era pues su madre le traía muchos vestidos de Paris y ella se los ponía.
Fio por contra no dejaba de quejarse, una criada tiraba para estrechar el corsee y ella gruñía sin parar.
Una vez todos listos bajaron al salón, dejé escapar el aire, mi hora se acercaba.
Padre ya vestido se acercó a mi con una ladeada sonrisa, su frente impacto en la mía al tiempo que su mano golpeó mi nuca con firmeza.
-Has crecido Sirius -dijo -eres un hombre y como tal, hoy juras ante su dios que la amaras y respetaras. Se que no te equivocas con ella hijo, pero mi miedo es que lo haga ella contigo, el norte es difícil, gélido y a veces...no es para todo el mundo, no quiero que mi guerra sea la tuya, se que habéis acordado una vida en Akershus, nada me hará mas feliz que eso..pero si crees que tu lugar esta aquí, quiero que sepas que lo apruebo, yo solo quiero que mi hijo sea feliz.
-No padre, no podría desposarme con ella si me obligara a abandonar mis tierras, ella esta de acuerdo, es una loba, fuerte, independiente y nos amamos, es todo cuanto quiero en mi cama, es la mujer que me dará un linaje y enfrentara conmigo a Randulf porque si bien no es una guerrera si es muy capaz de liderar, sera valida para llevar la paz a las manadas y eso es algo que sabes necesitamos.
Elora, la amiga de padre se acercó a los dos, besó mi mejilla con afecto y recolocó mi corbatín bajo la mirada orgullosa de mi padre que pronto se fue hacia Hakon que se peleaba con Dan porque no quería abrocharse el ultimo botón de la camisa, Morgan le ordenaba que obedeciera, pero Hakon negaba con la cabeza cruzado de brazos obstinado como ningún otro.
Synnove sonreía mirándolo de reojo a través del espejo, le sacaba la lengua cuando este fruncía mas el ceño.
Valeska estaba preciosa, como si de siempre este tipo de vestuario hubiera formado parte de su vida, en parte así era pues su madre le traía muchos vestidos de Paris y ella se los ponía.
Fio por contra no dejaba de quejarse, una criada tiraba para estrechar el corsee y ella gruñía sin parar.
Una vez todos listos bajaron al salón, dejé escapar el aire, mi hora se acercaba.
Sirius Cannif- Hechicero Clase Alta
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Fecha de inscripción : 03/08/2017
Re: Me prometiste el cielo. (Privado)
Elaine estaba nerviosa, era un gran día para ella, por lo que significaba y por los últimos acontecimientos sucedidos con la reina. En parte se alegraba de que esa arpía no estuviera en su enlace porque además le molestaba hasta su rostro de bruja, no quería verla al lado de su padre, no pintaba nada…y al menos en eso el karma se había portado. Iba a ser una boda poco fastuosa, celebrada en una baronía rural, pero todos los importantes irían allí, esperando seguramente algo muy distinto. Algunos ni siquiera irían, porque no aprobaban que el rey tuviera una familia fuera de los papeles legales, pero si todo iba sobre previsto, callarían muchas bocas en breve.
Brianna era plenamente consciente de lo que significaba esa boda, políticamente hablando, pero su papel sería siempre el mismo, inamovible: antes que baronesa o amante del rey, era madre de su hija y le daría todo cuanto estuviera en sus manos para que fuera la boda de sus sueños. La gente chismorrearía hiciera lo que hiciera, así que no escatimó en detalles, todos al gusto de Elaine, sencillos, elegantes, sin las pretensiones y las pompas absurdas, pero en la línea de una boda de primera clase. La Baronía estaba decorada como lo que era, una hacienda enorme y rural, pero engalanada para recibir a los ilustres mostrando el esplendor y el encanto de un lugar así, lejos de los fríos salones palaciegos pintados con frescos de pintores famosos y revestidos de mármoles. La novia tenía todos los detalles listos y su madre se dejó engullir por la ingente cantidad de invitados a quienes daba la bienvenida junto a Damon y Velkan hasta que fue la hora. Todos ocuparon sus asientos en la explanada de los jardines y los músicos comenzaron a tocar. Padre e hija estaban en la puerta, descendiendo los escalones para recorrer el pasillo hasta donde esperaban Sirius y Höor, frente a ellos el sacerdote al que habían acudido horas antes y un representante de las costumbres noruegas para llevar a cabo al finalizar el rito del Handfaste celta.*
Hacía ya demasiados años desde que mordí a esa niña a la que se le escapaba la vida, lo hice en una medida desesperada para la que todos estábamos preparados menos su madre que aun así, confió en mi criterio y acepto sin dudar, ni juzgar lo que yo era y siempre sería, una bestia presa de la luna. Muchas eran las llenas que habían pasado hasta este momento, y acompañaban a sus haces platas los innumerables problemas que Brianna y yo habíamos superado. Lo nuestro nunca fue una relación fácil, si no una verdadera prueba de fuego. Muchas veces la distancia hizo mella en nosotros, otras los rumores de deslealtades y siempre presente la desesperación de no ver el final de todo esto. Ahora paseando con ella prendida de mi brazo, saludando a la mas ilustre sociedad Rumana, me daba cuenta de que se acercaba el momento de dar a la única mujer que había amado en mucho tiempo, su lugar.
De nuevo se avecinaban tiempos oscuros, de seguro los hechiceros que eran leales a la vieja reina no permitirían un segundo de paz en estas tierras, mas en este momento, sabiendo que no existiría mas distancia impuesta entre ambos para mi era mas fácil enfrentar el riesgo.
Mi hija estaba preciosa, con ese vestido blanco, con la melena parda como su pelaje cayendo sobre sus hombros, me alegraba de que no tuviera que vivir lo que yo, que pudiera elegir con el corazón al que sería desde hoy y para siempre el hombre que la cogería de la mano y la guiaría en este viaje, no siempre sencillo, al que llamábamos vida. Sirius junto a Höor esperaban al pie del altar, un pasillo decorado con pétalos blancos caídos de sendas cestas portados por las jóvenes niñas de mi manada caían al ritmo de un coro.
-¿estas preparada hija? -pregunté tendiéndole el brazo antes de empezar a descender las escaleras rumbo hacía el final del camino.
Hoy dejaría de ser mi pequeña para convertirse en la mujer de Sirius y aunque no cabía de orgullo y gozo dentro del traje real perfectamente condecorado, tampoco podía obviar que una brizna de nostalgia me envolvía, pues sabía que tras el enlace volaría libre lejos de nosotros.*
Brianna era plenamente consciente de lo que significaba esa boda, políticamente hablando, pero su papel sería siempre el mismo, inamovible: antes que baronesa o amante del rey, era madre de su hija y le daría todo cuanto estuviera en sus manos para que fuera la boda de sus sueños. La gente chismorrearía hiciera lo que hiciera, así que no escatimó en detalles, todos al gusto de Elaine, sencillos, elegantes, sin las pretensiones y las pompas absurdas, pero en la línea de una boda de primera clase. La Baronía estaba decorada como lo que era, una hacienda enorme y rural, pero engalanada para recibir a los ilustres mostrando el esplendor y el encanto de un lugar así, lejos de los fríos salones palaciegos pintados con frescos de pintores famosos y revestidos de mármoles. La novia tenía todos los detalles listos y su madre se dejó engullir por la ingente cantidad de invitados a quienes daba la bienvenida junto a Damon y Velkan hasta que fue la hora. Todos ocuparon sus asientos en la explanada de los jardines y los músicos comenzaron a tocar. Padre e hija estaban en la puerta, descendiendo los escalones para recorrer el pasillo hasta donde esperaban Sirius y Höor, frente a ellos el sacerdote al que habían acudido horas antes y un representante de las costumbres noruegas para llevar a cabo al finalizar el rito del Handfaste celta.*
Hacía ya demasiados años desde que mordí a esa niña a la que se le escapaba la vida, lo hice en una medida desesperada para la que todos estábamos preparados menos su madre que aun así, confió en mi criterio y acepto sin dudar, ni juzgar lo que yo era y siempre sería, una bestia presa de la luna. Muchas eran las llenas que habían pasado hasta este momento, y acompañaban a sus haces platas los innumerables problemas que Brianna y yo habíamos superado. Lo nuestro nunca fue una relación fácil, si no una verdadera prueba de fuego. Muchas veces la distancia hizo mella en nosotros, otras los rumores de deslealtades y siempre presente la desesperación de no ver el final de todo esto. Ahora paseando con ella prendida de mi brazo, saludando a la mas ilustre sociedad Rumana, me daba cuenta de que se acercaba el momento de dar a la única mujer que había amado en mucho tiempo, su lugar.
De nuevo se avecinaban tiempos oscuros, de seguro los hechiceros que eran leales a la vieja reina no permitirían un segundo de paz en estas tierras, mas en este momento, sabiendo que no existiría mas distancia impuesta entre ambos para mi era mas fácil enfrentar el riesgo.
Mi hija estaba preciosa, con ese vestido blanco, con la melena parda como su pelaje cayendo sobre sus hombros, me alegraba de que no tuviera que vivir lo que yo, que pudiera elegir con el corazón al que sería desde hoy y para siempre el hombre que la cogería de la mano y la guiaría en este viaje, no siempre sencillo, al que llamábamos vida. Sirius junto a Höor esperaban al pie del altar, un pasillo decorado con pétalos blancos caídos de sendas cestas portados por las jóvenes niñas de mi manada caían al ritmo de un coro.
-¿estas preparada hija? -pregunté tendiéndole el brazo antes de empezar a descender las escaleras rumbo hacía el final del camino.
Hoy dejaría de ser mi pequeña para convertirse en la mujer de Sirius y aunque no cabía de orgullo y gozo dentro del traje real perfectamente condecorado, tampoco podía obviar que una brizna de nostalgia me envolvía, pues sabía que tras el enlace volaría libre lejos de nosotros.*
Damon Landvik- Licántropo/Realeza
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Fecha de inscripción : 06/06/2016
Edad : 288
Localización : Bajo las estrellas
Re: Me prometiste el cielo. (Privado)
Atravesaron el pasillo cogidos y aunque estaba algo nerviosa por si olvidaba los votos, veía a Sirius al final de ese camino de pétalos blancos y le sonreía, pensando que ojalá no se pusiera nervioso porque comenzaría a granizar y se arruinarían las flores.
— No, la verdad es que si no me estuvieras cogiendo creo que las piernas no me responderían. Pero no podía imaginarlo mejor.
Llegaron hasta el altar alzado en madera y decorado con un arco de parras enroscadas, símbolo de la abundancia y la fertilidad de la tierra y distintivo del lugar donde elaboraban vinos, y Elaine se fundió en un abrazo con Damon antes de que éste le entregara la mano de su hija a Sirius, estrechándolo también en un breve abrazo. Luego se quedaron Höor y él a sendos lados de los novios, como testigos y portadores de los anillos y del lazo de unión de manos.
Brianna no pudo evitar emocionarse y se agarró a Velkan y a Lobbo para no caer del temblor de pies que la sacudía. El cura comenzó a hablar, pero como Brianna le había dicho, no se extendió en sermones predicadores, se limitó a explicar a los presentes que el matrimonio era entrega, amor incondicional, perdón y generosidad y que los dos jóvenes se unían frente a todos ellos para hacerlos partícipes de esa opción elegida, la de amarse y respetarse. Intercambiaron los anillos pronunciando los votos y después el sacerdote noruego realizó el rito de unir las manos con un lazo, pronunciando esta vez los votos en perfecto noruego. La religión o las creencias no eran un obstáculo para ellos y así lo querían reflejar en su ceremonia doble.*
Elaine estaba preciosa, del brazo de su padre parecía flotar sobre las blancas hojas, su sonrisa iluminaba la estancia mas que los faroles blancos. Las llamas que en los laterales y con antorchas prendidas representaban el fuego de las hogueras de mi cultura dotando aquel lugar de haces naranjas. Tomé la mano de mi futura esposa, se soltó del brazo de su padre y un "cuídamela" mientras la dejaba ir para apretar la mano de ambos, sonó como un murmullo lejano. Se hizo a un lado, dejándonos a ambos frente al párroco como únicos protagonistas de lo que hoy celebrábamos.
El cura hablaba de la importancia del compromiso, de lo que significaba ese acto cristiano, no se centro en demasía en el discurso, mas bien en lo que representaba una union de una pareja que se amaba con certeza. El intercambio de los anillos llegó, padre me pasó el que yo había traído para ella, en ese instante nuestro druida, colocó sobre nuestras manos la tela blanca que nos ataba y como el otro párroco, habló de la importancia del amor y del compromiso que ahora nos unía a los dos. Tomé el anillo llevándolo a su dedo, sonreí mirando sus pardos mientras lo deslizaba despacio. Era un anillo de oro blanco, con un zafiro engarzado en lo que representaban ser las ramas del árbol Yggdrasil.
-Yggdrasil es un fresno perenne, el árbol de la vida en mi cultura. Sus raíces y ramas unen los 9 reinos y el de los humanos, Midgard, es solo una rama mas. Te prometo que nuestra union será tan imperecedera como la del árbol, te juro ante tu dios y el mío que voy a cuidar de ti como las nornas cuidan y riegan esas raíces y te juro que no permitiré que nos destruya el Ragnarok. Estoy enamorado de ti y ni siquiera el Valhalla podría separarme de lo que hoy prometo ante todas estas personas que se alegran de que dos culturas se encuentren y se comprendan.
El intercambio de anillos se produjo, besé sus labios primero despacio, como lo hacían los cristianos y después una picara sonrisa ilumino mi rostro, la alcé en volandas mostrándosela con jubilo a mis hermanos y la bese con hambre y ganas porque esa pasión a nosotros nos representaba y si llovía ¿que importaba? hoy era nuestro día, aunque intentaría que no pasara, no quería estropear el banquete que Brianna había preparado para todos los presentes.*
Estalló en carcajadas cuando Sirius la agarró en volandas en ese gesto tan espontáneo y cómo los Cannif prorrumpieron en gritos y vítores. La mayoría de la sociedad “civilizada” se creía muy lejos de esas bárbaras costumbres, pero las manadas de lobos continuaban manteniendo esa simplicidad lejos de la superficialidad de la nobleza y jalearon también. Ahora ya estaban oficialmente casados y la música empezó a tocar más alegre para que quien quisiera pudiera ir a felicitar a los novios, o los que gustaran de una copa pudiera ir ya hacia las mesas donde los banquetes estaban dispuestos. Abundancia, tradición y algunos detalles más sofisticados se fundían en un ambiente festivo para todos ellos. Brianna corrió a abrazar a su hija y a su nuevo hijo, porque Sirius ya lo era desde ese momento y tras llenarlos de besos y achuchones se colgó del brazo de Damon con una radiante sonrisa en los labios.
— Estoy tan feliz que no quiero que avancen los minutos. Podemos estar orgullosos de ella, ha sido precioso. Dejemos que los jóvenes disfruten.— se llevó a Damon hacia donde los invitados “más estirados” tomaban champán, ellos entretendrían a la más rancia nobleza para dejar que los verdaderos protagonistas disfrutaran de su momento.*
— No, la verdad es que si no me estuvieras cogiendo creo que las piernas no me responderían. Pero no podía imaginarlo mejor.
Llegaron hasta el altar alzado en madera y decorado con un arco de parras enroscadas, símbolo de la abundancia y la fertilidad de la tierra y distintivo del lugar donde elaboraban vinos, y Elaine se fundió en un abrazo con Damon antes de que éste le entregara la mano de su hija a Sirius, estrechándolo también en un breve abrazo. Luego se quedaron Höor y él a sendos lados de los novios, como testigos y portadores de los anillos y del lazo de unión de manos.
Brianna no pudo evitar emocionarse y se agarró a Velkan y a Lobbo para no caer del temblor de pies que la sacudía. El cura comenzó a hablar, pero como Brianna le había dicho, no se extendió en sermones predicadores, se limitó a explicar a los presentes que el matrimonio era entrega, amor incondicional, perdón y generosidad y que los dos jóvenes se unían frente a todos ellos para hacerlos partícipes de esa opción elegida, la de amarse y respetarse. Intercambiaron los anillos pronunciando los votos y después el sacerdote noruego realizó el rito de unir las manos con un lazo, pronunciando esta vez los votos en perfecto noruego. La religión o las creencias no eran un obstáculo para ellos y así lo querían reflejar en su ceremonia doble.*
Elaine estaba preciosa, del brazo de su padre parecía flotar sobre las blancas hojas, su sonrisa iluminaba la estancia mas que los faroles blancos. Las llamas que en los laterales y con antorchas prendidas representaban el fuego de las hogueras de mi cultura dotando aquel lugar de haces naranjas. Tomé la mano de mi futura esposa, se soltó del brazo de su padre y un "cuídamela" mientras la dejaba ir para apretar la mano de ambos, sonó como un murmullo lejano. Se hizo a un lado, dejándonos a ambos frente al párroco como únicos protagonistas de lo que hoy celebrábamos.
El cura hablaba de la importancia del compromiso, de lo que significaba ese acto cristiano, no se centro en demasía en el discurso, mas bien en lo que representaba una union de una pareja que se amaba con certeza. El intercambio de los anillos llegó, padre me pasó el que yo había traído para ella, en ese instante nuestro druida, colocó sobre nuestras manos la tela blanca que nos ataba y como el otro párroco, habló de la importancia del amor y del compromiso que ahora nos unía a los dos. Tomé el anillo llevándolo a su dedo, sonreí mirando sus pardos mientras lo deslizaba despacio. Era un anillo de oro blanco, con un zafiro engarzado en lo que representaban ser las ramas del árbol Yggdrasil.
-Yggdrasil es un fresno perenne, el árbol de la vida en mi cultura. Sus raíces y ramas unen los 9 reinos y el de los humanos, Midgard, es solo una rama mas. Te prometo que nuestra union será tan imperecedera como la del árbol, te juro ante tu dios y el mío que voy a cuidar de ti como las nornas cuidan y riegan esas raíces y te juro que no permitiré que nos destruya el Ragnarok. Estoy enamorado de ti y ni siquiera el Valhalla podría separarme de lo que hoy prometo ante todas estas personas que se alegran de que dos culturas se encuentren y se comprendan.
El intercambio de anillos se produjo, besé sus labios primero despacio, como lo hacían los cristianos y después una picara sonrisa ilumino mi rostro, la alcé en volandas mostrándosela con jubilo a mis hermanos y la bese con hambre y ganas porque esa pasión a nosotros nos representaba y si llovía ¿que importaba? hoy era nuestro día, aunque intentaría que no pasara, no quería estropear el banquete que Brianna había preparado para todos los presentes.*
Estalló en carcajadas cuando Sirius la agarró en volandas en ese gesto tan espontáneo y cómo los Cannif prorrumpieron en gritos y vítores. La mayoría de la sociedad “civilizada” se creía muy lejos de esas bárbaras costumbres, pero las manadas de lobos continuaban manteniendo esa simplicidad lejos de la superficialidad de la nobleza y jalearon también. Ahora ya estaban oficialmente casados y la música empezó a tocar más alegre para que quien quisiera pudiera ir a felicitar a los novios, o los que gustaran de una copa pudiera ir ya hacia las mesas donde los banquetes estaban dispuestos. Abundancia, tradición y algunos detalles más sofisticados se fundían en un ambiente festivo para todos ellos. Brianna corrió a abrazar a su hija y a su nuevo hijo, porque Sirius ya lo era desde ese momento y tras llenarlos de besos y achuchones se colgó del brazo de Damon con una radiante sonrisa en los labios.
— Estoy tan feliz que no quiero que avancen los minutos. Podemos estar orgullosos de ella, ha sido precioso. Dejemos que los jóvenes disfruten.— se llevó a Damon hacia donde los invitados “más estirados” tomaban champán, ellos entretendrían a la más rancia nobleza para dejar que los verdaderos protagonistas disfrutaran de su momento.*
Brianna de Montreil- Licántropo/Realeza
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Fecha de inscripción : 10/04/2016
Localización : al lado del hombre al que ama
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Me prometiste el cielo. (Privado)
Desde mi banco, al lado de los Cannif, estos se daban codazos murmurando lo guapa que estaba la novia y bromeaban sobre la tormenta que se avecinaba en la noche de bodas observaba la cara de felicidad de mi hermana y la forma en que Sirius la miraba. Casi sin darme cuenta atajé la distancia que separaba mi mano de la de Dasha mientras Sirius pronunciaba los toscos votos que exigía la religión cristiana. Una vez los anillos se intercambiaron y el beso se produjo mas animado de lo acostumbrado para toda la nobleza allí apostada que no fuera norteña, tiré de la duquesa para felicitar a los novios. Dasha miraba la escena animada por las circunstancias aunque nuca sabía del todo lo que esta pensaba. Besé a mi hermana mientras Lobbo abrazaba a Sirius, después estreche la mano del hechicero intercambiando el rol con mi hermano.
-Enhorabuena -les dijimos, la fiesta empezaba, el alcohol corría, las bromas con él y la música alegre tocaba animando el momento que todos estábamos viviendo.
Mis padres se fueron hacía las mesas para tomar asiento junto a los invitados mas "estirados". Padre estaba feliz, madre tenía los ojos húmedos de la emoción y algo me decía que empezaba en este momento un buen momento para ella, se lo merecía.*
Se sentaron a cenar, comenzaron a traer viandas calientes y el vino corría a raudales, de las mejores botellas de la bodega personal de Brianna. Entre plato y plato los novios se paseaban por la mesas saludando y dando la bienvenida a todos e informándoles que tras el postre habría baile y música. Uno de los sirvientes acudió muy preocupado a Brianna, porque en la cocina se había fundido la nieve que mantenía frío el postre y estaba a punto de estropearse. La baronesa acudió a Sirius, robándoselo a Elaine por unos instantes.
— ¿Crees que podrías hacer un poco de magia? Sería una pena que se estropeasen…— había una mesa de dulces delicados que deberían estar fríos y empezaban a derretirse y gotear. Sirius hizo descender la temperatura pero se le fue un poco el punto de congelación y los sacaron humeando del frío Brianna rió negando con la cabeza cuando todos los presentes preguntaron cómo habían hecho esos postres tan magníficos, tan espectaculares y novedosos. Todos querían la dirección del pastelero para ponerlos en los próximos eventos y Brianna le guiñó el ojo a Sirius pensando que si quisiera dedicarse a la pastelería seguro que lo iba a cobrar bien.
La música animaba el ambiente, miré a Dasha que bromeaba con Ubbe sobre lo bien que sabía la pieza cobrada. Pronto, tras la copiosa cena varias fueron las parejas que se animarían sin duda a salir a bailar, eso si, antes tocaba el baile nupcial, el vals. Sirius y Elaine se colocaron en el centro, las miradas cómplices destacaban, así como las risas y la inmensidad de caricias, roces y carantoñas que uno al otro se dedicaban. Los formalismos no existían, era francamente una pareja idílica que solo podía darme envidia, sana, pues me alegraba por ambos muchísimo.
El vals comenzó y ambos sobrevolaban la pista mientras la orquesta tocaba. Tras ellos los vikingos, faltos de vergüenza salieron a la pista, reían y bailaban como barbaros, el Vals no les pegaba pero no se puede decir que no lo intentaban y no dejaron mujer soltera sin baile, parecían expertos en fiestas y hasta las jóvenes mas estiradas acabaron sonriendo ante su falta de vergüenza.
-¿bailas? -pregunté a Dasha -demostremos a estos que aquí en Rumanía también sabemos bailar el vals.*
La duquesa se levantó haciendo la reverencia de rigor y siguió al licántropo a la pista de baile. Como señorita de la aristocracia sabía bailar todo aquello que hiciera falta en un salón, y así lo demostró frente a los presentes.
— Vaya… así que el príncipe granjero sabe bailar vals…— lo pinchaba sin ir muy en serio, ella misma vivía como una salvaje en una mansión demasiado grande para una sola persona, guardaba las apariencias pero una de las cosas que más le había removido de Velkan era su autenticidad, su falta de artificios y recovecos, era lo que veía ante él, un hombre educado y polivalente que era capaz de llevar una existencia dual como humano y lobo, de navegar entre las apariencias de la alta sociedad pero disfrutar de una caza por los bosques, y eso la desestabilizaba, de alguna forma la apartaba de su misión, la de sacar información para darles caza a todos los Landvik y su manada. Entre ellos saltaban chispas, se podía ver a la legua, pero cuando llevaban un rato bailando, fue Einar quien se la robó, en un cambio de turno. Ubbe le hizo un gesto burlón a Velkan y siguió danzando con Beth que se reía de lo mal que lo hacía Alrek. Entre ellos desde luego había mucha complicidad, cada uno de una raza y procedencia, pero todos hermanados por ese ideal que era Akershus. La duquesa estalló en carcajadas y cuando a Velkan le tocó en el cambio de parejas una mujer gruesa y mayor le sacó la lengua por encima del hombro de Einar.*
Si algo me gustaba de la marquesa es que lejos de tener un palo metido por el culo siempre parecía dispuesta a sacar conmigo su parte mas juguetona, me recordaba a dos cachorros haciendo trastadas por los bosques sin poder parar de atraparse, darse caza y esquivarse. Puede que fuera para mi ella fuera un misterio, que el pasado de Dasha todavía me intrigara lo suficiente como para andar alerta, al fin y al cabo mi instinto solía avisarme de los peligros y con ella me gritaba que debía andarme alerta. Quizas era porque de las allí presentes era la única capaz de darme caza y terminar, no en demasiado tiempo, con la argolla que hoy lucía Sirius, pero prendiendo de mi dedo.
El pequeño Cannif, como buen vikingo y pirata saqueó con sabiduría en el cambio de pareja dejándome a mi con la gorda y llevándose a la guapa, eran listos los vikingos, hacían trampas y con eso de no entender seleccionaban las hembras en vez de coger a la de la derecha . No por eso desistí en mantener mi impecable baile, la mujer estaba contenta y animada me hablaba sobre las dotes de su hija pequeña y soltera. Dasha me sacaba la lengua y yo hubiera dado todo porque fuera loba y escuchara las propuestas que me caían a ver si se le borraba esa sonrisa de víbora que se gastaba girando entre los brazos de Einar.
Al final me la devolvió, Dasha se reía de mi y yo apoyaba mi mano en su espalda baja poniendo cara de "ríete, que aquí el ultimo en reir voy a ser yo".
-¿bailas igual de bien desnuda en la cama? -pregunté acercando mis labios a su oido.
No era la primera vez que la tomaba, pero hasta ahora nuestros encuentros habían sido fogosos ¿podría con un ritmo distinto?*
— eso tendrás que descubrirlo…quizás quieras hacer música…— le susurró al oído mientras seguían los pasos de baile hasta que la pieza acabó y tocaron algo más animado, un rondó que se bailaba en corros, más alegre y movida, con lo cual, la señoras mayores se retiraron a sentarse un rato. El duque alemán la hizo girar en algunos cambios de pareja y al acabar la canción se le acercó con una copa con clara intención de iniciar una conversación. A fin de cuentas ambos eran buenos partidos. El hombre era alto y moreno, con un bigote algo ostentoso pero uno de los herederos más cotizados por todas las tierras y negocios de su ducado. En la alta sociedad esas bodas servían de coto de caza para quienes no sabían ni empuñar la ballesta, cazando a otro nivel, forjando alianzas políticas que les garantizarían la continuidad de sus linajes y legados.*
Estaba hablado con Niels que me contaba algo sobre una taberna que había cerca del templo de Upsala, el lugar donde él quería contraer matrimonio cuando me fije como el duque alemán se acercaba copa en mano a Dasha, yo era un depredador y conocía de lejos a los que como yo andaban de caza, gruñí por lo bajo, había aprendido a controlar mis instintos. Padre me había enseñado a hacerlo pues un paso en falso podría delatar mi condición y lanzar sobre mi persona a la inquisición, mas en esta ocasión no fui capaz. Mis ojos se tiñeron de amarillo y antes de que Niels pudiera detenerme avancé hacía ellos furibundo. Estaba llegando cuando Lobbo se interpuso, su mano en mi pecho y de un empujón mas fuerte de lo que un hermano hubiera usado con otro pero con clara intención de sacarme del trance desvió mi trayectoria y enganchando con su brazo mi cuello me llevó hacía donde se servían las copas.
-¿Que cojones haces Velkan? -rugió por lo bajo -¿quieres que todos los presentes sepan que eres un licantropo?
Gruñí cabreado, Dasha llevaba parte de la cena picándome con Ubbe y ahora, lo hacía con ese estirado aceptando la copa. Apreté los dientes y tomé le vaso de bourbon apurándolo de un trago.
-Relájate Velkan, no jodas la boda de nuestra hermana y menso te jodas la vida, esta aquí toda la sociedad rumana y no descartes que existan inquisidores entre sus filas.
Sabía que mi hermano tenía razón, así que tras pestañear varias veces devolví a mis ojos su color, aunque seguía cabreado*
-Enhorabuena -les dijimos, la fiesta empezaba, el alcohol corría, las bromas con él y la música alegre tocaba animando el momento que todos estábamos viviendo.
Mis padres se fueron hacía las mesas para tomar asiento junto a los invitados mas "estirados". Padre estaba feliz, madre tenía los ojos húmedos de la emoción y algo me decía que empezaba en este momento un buen momento para ella, se lo merecía.*
Se sentaron a cenar, comenzaron a traer viandas calientes y el vino corría a raudales, de las mejores botellas de la bodega personal de Brianna. Entre plato y plato los novios se paseaban por la mesas saludando y dando la bienvenida a todos e informándoles que tras el postre habría baile y música. Uno de los sirvientes acudió muy preocupado a Brianna, porque en la cocina se había fundido la nieve que mantenía frío el postre y estaba a punto de estropearse. La baronesa acudió a Sirius, robándoselo a Elaine por unos instantes.
— ¿Crees que podrías hacer un poco de magia? Sería una pena que se estropeasen…— había una mesa de dulces delicados que deberían estar fríos y empezaban a derretirse y gotear. Sirius hizo descender la temperatura pero se le fue un poco el punto de congelación y los sacaron humeando del frío Brianna rió negando con la cabeza cuando todos los presentes preguntaron cómo habían hecho esos postres tan magníficos, tan espectaculares y novedosos. Todos querían la dirección del pastelero para ponerlos en los próximos eventos y Brianna le guiñó el ojo a Sirius pensando que si quisiera dedicarse a la pastelería seguro que lo iba a cobrar bien.
La música animaba el ambiente, miré a Dasha que bromeaba con Ubbe sobre lo bien que sabía la pieza cobrada. Pronto, tras la copiosa cena varias fueron las parejas que se animarían sin duda a salir a bailar, eso si, antes tocaba el baile nupcial, el vals. Sirius y Elaine se colocaron en el centro, las miradas cómplices destacaban, así como las risas y la inmensidad de caricias, roces y carantoñas que uno al otro se dedicaban. Los formalismos no existían, era francamente una pareja idílica que solo podía darme envidia, sana, pues me alegraba por ambos muchísimo.
El vals comenzó y ambos sobrevolaban la pista mientras la orquesta tocaba. Tras ellos los vikingos, faltos de vergüenza salieron a la pista, reían y bailaban como barbaros, el Vals no les pegaba pero no se puede decir que no lo intentaban y no dejaron mujer soltera sin baile, parecían expertos en fiestas y hasta las jóvenes mas estiradas acabaron sonriendo ante su falta de vergüenza.
-¿bailas? -pregunté a Dasha -demostremos a estos que aquí en Rumanía también sabemos bailar el vals.*
La duquesa se levantó haciendo la reverencia de rigor y siguió al licántropo a la pista de baile. Como señorita de la aristocracia sabía bailar todo aquello que hiciera falta en un salón, y así lo demostró frente a los presentes.
— Vaya… así que el príncipe granjero sabe bailar vals…— lo pinchaba sin ir muy en serio, ella misma vivía como una salvaje en una mansión demasiado grande para una sola persona, guardaba las apariencias pero una de las cosas que más le había removido de Velkan era su autenticidad, su falta de artificios y recovecos, era lo que veía ante él, un hombre educado y polivalente que era capaz de llevar una existencia dual como humano y lobo, de navegar entre las apariencias de la alta sociedad pero disfrutar de una caza por los bosques, y eso la desestabilizaba, de alguna forma la apartaba de su misión, la de sacar información para darles caza a todos los Landvik y su manada. Entre ellos saltaban chispas, se podía ver a la legua, pero cuando llevaban un rato bailando, fue Einar quien se la robó, en un cambio de turno. Ubbe le hizo un gesto burlón a Velkan y siguió danzando con Beth que se reía de lo mal que lo hacía Alrek. Entre ellos desde luego había mucha complicidad, cada uno de una raza y procedencia, pero todos hermanados por ese ideal que era Akershus. La duquesa estalló en carcajadas y cuando a Velkan le tocó en el cambio de parejas una mujer gruesa y mayor le sacó la lengua por encima del hombro de Einar.*
Si algo me gustaba de la marquesa es que lejos de tener un palo metido por el culo siempre parecía dispuesta a sacar conmigo su parte mas juguetona, me recordaba a dos cachorros haciendo trastadas por los bosques sin poder parar de atraparse, darse caza y esquivarse. Puede que fuera para mi ella fuera un misterio, que el pasado de Dasha todavía me intrigara lo suficiente como para andar alerta, al fin y al cabo mi instinto solía avisarme de los peligros y con ella me gritaba que debía andarme alerta. Quizas era porque de las allí presentes era la única capaz de darme caza y terminar, no en demasiado tiempo, con la argolla que hoy lucía Sirius, pero prendiendo de mi dedo.
El pequeño Cannif, como buen vikingo y pirata saqueó con sabiduría en el cambio de pareja dejándome a mi con la gorda y llevándose a la guapa, eran listos los vikingos, hacían trampas y con eso de no entender seleccionaban las hembras en vez de coger a la de la derecha . No por eso desistí en mantener mi impecable baile, la mujer estaba contenta y animada me hablaba sobre las dotes de su hija pequeña y soltera. Dasha me sacaba la lengua y yo hubiera dado todo porque fuera loba y escuchara las propuestas que me caían a ver si se le borraba esa sonrisa de víbora que se gastaba girando entre los brazos de Einar.
Al final me la devolvió, Dasha se reía de mi y yo apoyaba mi mano en su espalda baja poniendo cara de "ríete, que aquí el ultimo en reir voy a ser yo".
-¿bailas igual de bien desnuda en la cama? -pregunté acercando mis labios a su oido.
No era la primera vez que la tomaba, pero hasta ahora nuestros encuentros habían sido fogosos ¿podría con un ritmo distinto?*
— eso tendrás que descubrirlo…quizás quieras hacer música…— le susurró al oído mientras seguían los pasos de baile hasta que la pieza acabó y tocaron algo más animado, un rondó que se bailaba en corros, más alegre y movida, con lo cual, la señoras mayores se retiraron a sentarse un rato. El duque alemán la hizo girar en algunos cambios de pareja y al acabar la canción se le acercó con una copa con clara intención de iniciar una conversación. A fin de cuentas ambos eran buenos partidos. El hombre era alto y moreno, con un bigote algo ostentoso pero uno de los herederos más cotizados por todas las tierras y negocios de su ducado. En la alta sociedad esas bodas servían de coto de caza para quienes no sabían ni empuñar la ballesta, cazando a otro nivel, forjando alianzas políticas que les garantizarían la continuidad de sus linajes y legados.*
Estaba hablado con Niels que me contaba algo sobre una taberna que había cerca del templo de Upsala, el lugar donde él quería contraer matrimonio cuando me fije como el duque alemán se acercaba copa en mano a Dasha, yo era un depredador y conocía de lejos a los que como yo andaban de caza, gruñí por lo bajo, había aprendido a controlar mis instintos. Padre me había enseñado a hacerlo pues un paso en falso podría delatar mi condición y lanzar sobre mi persona a la inquisición, mas en esta ocasión no fui capaz. Mis ojos se tiñeron de amarillo y antes de que Niels pudiera detenerme avancé hacía ellos furibundo. Estaba llegando cuando Lobbo se interpuso, su mano en mi pecho y de un empujón mas fuerte de lo que un hermano hubiera usado con otro pero con clara intención de sacarme del trance desvió mi trayectoria y enganchando con su brazo mi cuello me llevó hacía donde se servían las copas.
-¿Que cojones haces Velkan? -rugió por lo bajo -¿quieres que todos los presentes sepan que eres un licantropo?
Gruñí cabreado, Dasha llevaba parte de la cena picándome con Ubbe y ahora, lo hacía con ese estirado aceptando la copa. Apreté los dientes y tomé le vaso de bourbon apurándolo de un trago.
-Relájate Velkan, no jodas la boda de nuestra hermana y menso te jodas la vida, esta aquí toda la sociedad rumana y no descartes que existan inquisidores entre sus filas.
Sabía que mi hermano tenía razón, así que tras pestañear varias veces devolví a mis ojos su color, aunque seguía cabreado*
Velkan Landvik- Licántropo/Realeza
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Fecha de inscripción : 12/10/2017
Re: Me prometiste el cielo. (Privado)
Dasha lo vio cruzar la pista de baile directo hacia ellos con el fulgor de sus ojos demostrando que se había sentido como un depredador al que invaden el terreno. ¡Ahi estaba! Es por eso que no podía perder de vista que eran animales, que eran monstruos que no poseían del todo la esencia humana, y por eso no podía desviarse de su misión. Pero por otro lado, tampoco quería que la Inquisición cayera sobre él de esa forma, porque entonces…todo habría acabado. ¿Quería que acabase ya? no, ciertamente no quería cerrar unas semanas tan interesantes con un espectáculo público. Los Landvik caerían, cada uno a su tiempo, pero en su mano estaba decidir cuándo y por qué. Se deshizo del duque alemán y se acercó a Velkan que bebía con cara de fastidio.
— Todos somos presas en este baile de solteros y solteras con ganas de cazar. La rubia de los bucles suspira cada vez que pasas cerca…Estuve tentada de ir y decirle que a menos que baile muy bien desnuda en tu cama, no tiene nada que hacer.— mordió el cristal divertida y entornó sus misteriosos ojos de gata.— Vamos Velkan. Esto es el juego de siempre, dejar creer al otro que puede haber interés de tu parte y luego elegir a quien más te convenga, no vamos a inventar ahora las reglas del juego del flirteo de la alta sociedad.*
Ladeé mi cabeza en un gesto muy lobuno mirándola morder el borde del cristal.
-No se cual es tu juego Dasha, pero no quiero jugar. Yo soy un lobo, mis reglas son distintas, no juego a siete bandas y después elijo a la presa que convenga, yo asedió y una vez marco a mi presa, solo persigo a esa hasta que la cazo o se escapa, la ley del bosque, depredador tras herbívoro en su incesante carrera por la supervivencia.
Lo siento, este juego no va conmigo Dasha, puedes volver a por le alemán que conoce tus reglas y las quiere jugar.
Me di la vuelta dejándola plantada y sola, estaba cabreado en demasía, pero en eso no la había engañado, padre nunca me enseñó a echarle la caña a varias hembras, si no a ser constante en la vida y el amor era un aspecto mas de esta. Si estaba soltero y sin pretensión de que mi estado cambiara hacía lo que quería, mas pensé haber dejado claro mi interés por conocerla de forma mas intima, seguro podría jugar con el alemán al gato y al ratón, pero yo era un depredador superior.*
Enarcó una ceja al verlo salir de allí con aire ofendido. ¿Le importaba el simple tonteo que todo el mundo hacía en las fiestas de modo superficial? Eso era nuevo. Lo vio encaminarse a los jardines, así que pidió una botella de Tuica y fue tras él, hallándolo cerca de una de las fuentes.
— La última vez que nos vimos en un jardín casi me devoran las plantas asesinas… ¿Aquí estaré segura?.— le tendió la botella sentándose junto a él.— ¿ves esta banda?.— señaló la que cruzaba su pecho, al igual que la de Damon y todos los que pertenecían a las casas reales.— Esta banda no soy yo, no me representa, pero es lo que soy, lo que debo asumir por ser quien soy. Es normal que muchos traten de cazarme, soy una de las más grandes fortunas de la Europa del Este. Y si tu padre te deja el trono…bueno, ahora que ha pasado eso con la reina, seguro que tu madre será reina y tú príncipe. Es un juego tedioso, pero hay que jugarlo y hace tiempo que decidí que es mejor tener aliados que enemigos. Si hubiera espantado al duque alemán de malas manera mañana mismo tendría problemas en el comercio con el Alto Danubio. ¿Te enseñó eso tu padre? La politica es un mundo de fieras mucho peor que las de ojos amarillos.*
Pensé que seguramente las plantas carnívoras habrían tratado de devorarla porque puteó como a mi antes a un hechicero. Tomé la copa sin cambiar la cara de pocos amigos que me gastaba y ahora si, cuando empezó su clase magistral sobre la manipulación, las apariencias y los juegos de tronos dignos de la bruja que ahora la inquisición había dado caza y que ojalá quemara en la plaza del primer pueblo que quisiera ver tan grotesco espectáculo.
-No me ofende que traten de darte caza, no caí del nido ayer Dasha, se lo que eres y lo que representas e innumerables son las veces que en esta fiesta padres se han acercado para hablarme de sus hijas solteras, te recuerdo que soy Principe y posiblemente es mi fortuna la que destaca por encima de la tuya, mas yo he respondido amable, que sus hijas están llenas de gracia y que su belleza no conoce parangón en estas tierras, pero que mi vista está fijada en otra mujer y que soy hombre de palabra, prometí conocerla y eso hago, si no funciona encantado estaré de conocer a otra. No he mentido, no he jugado y he sido diplomático, lo suficiente como para que ese padre sepa que si algún día deposita la mano de su hija sobre la mía para pasear por los jardines, no jugaré a 7 bandas y conoceré a tantas como días de la semana hayan.*
— Y eso te honra, como caballero que eres. Pero si se me ocurre decir algo así, pensarán que soy tonta o retrasada y que necesito un tutor ya, pues mi cabeza está llena de pájaros. Este es un mundo de hombres, Velkan, y yo debo sobrevivir sola teniendo una diana en la espalda. Si el duque alemán no es estúpido del todo, habrá captado que estoy siendo amable, que me parece un buen partido, como tú y la mitad de los hombres de esta fiesta, pero nada más. No voy a descartar nada ni a cerrar puertas porque los egos heridos son muy peligrosos. Yo no tengo padre que ofrezca mi mano, y por todos los dioses que lo agradezco cada día de mi vida.— tener a sus progenitores era un seguro, algo que facilitaba la vida a las damas sobreprotegidas, pero ella había sido de todo menos protegida y tenía que pelear sus batallas por si sola, sobre todo las mentales, las que tenían que ver con su peor enemigo: ella misma y sus recuerdos.*
Di un sorbo de la botella meditando sus palabras, no podía decir que no la entendía, a ese juego eran muchos los hombres que jugaban no tantas las damas, pero..
-Lo siento Dasha, estoy seguro te irá bien en la vida con vuestra forma de "jugar" a fin de cuentas a veces la vida es como un tablero de ajedrez y gana el que mejor sabe mover las piezas. Padre me enseñó a abanderar la verdad, en esta sociedad en la que vivimos, parece que es algo inusual. Prefiero serte sincero, cuando me dijiste que ibas a conocerme, pensé que eso implicaba descartar a los demás, no hay ningún tipo de seguridad de que funcione, pero pido lo mismo que ofrezco y veo que tu no me lo puedes dar - Le devolví la botella -comprendo que tu vida es complicada, que no tienes padres y has tenido que encontrar la manera de arreglártelas sola, pero..no es lo que quiero, no quiero a mi lado una mujer que acepte copas con una sonrisa fingiendo que si puede ser presa cuando no quiere serlo. Dasha, soy un lobo, podían haberme descubierto ¿lo entiendes? he corrido un gran riesgo y he puesto en peligro a las personas que quiero.*
Asintió reflexionando sobre eso. Ella jugaba a guardar sus secretos bajo llave y él a no mostrarlos en sus ojos ámbar, porque ambos podían perder mucho. No quería perder todo lo que había conseguido y supo de inmediato que se equivocaba con la estrategia, así que optó por otro camino.
— No había caído en eso… para mi todo esto es nuevo…esto de que seas un lobo y… apenas entiendo nada de tus costumbres pero supongo que es inevitable. Los lobos son muy territoriales ahora que caigo.— Se rascó una ceja y le dio un trago a la botella clavando sus intensos ojos azules en los del licántropo.— Si un duque me entra no puedo hacerle un desplante, así que…¿y si evitamos que me entren? Si no me sueltas en los bailes ni me abandonas en la barra…— lo miró con cierto aire divertido y provocador. También él tenía que comprender que para las mujeres de la alta sociedad las cosas eran muy distintas y se esperaba de ellas un comportamiento muy determinado. Pero si no daban la opción de que eso tuviera que suceder… entonces no había caso.*
No pude evitar ladear la sonrisa ante su solución, es mas, me sonó picara, y eso me hizo arrancarle la botella de la mano y tirar de su cintura con mi diestra colándola entre mis piernas abiertas.
-No me parece un mal trato -susurré contra sus labios mordiendo su inferior.
Nos enredamos en un beso con sabor a licor y pronto estuvimos riéndonos como siempre, bromeando y con miradas cómplices mientras el ambiente iba caldeándose con las caricias que allí, lejos de miradas indiscretas nos prodigábamos. Los lobos también éramos fieles, de tener una única pareja de por vida, creo valía la pena conocernos, pues si la cosa funcionaba lucharía por mantenerla a mi lado hasta las ultimas consecuencias.
-¿así que no quieres que me despegue de ti? -susurré empujando sus nalgas hasta que mi abultado pantalón se hundió en su vientre -pero como de cerca he de marcarte.
Tendríamos que volver a la fiesta o acabarían preguntándose donde estábamos, pero la verdad es que con ella me gustaba pasar mi tiempo, no era como le resto de mujeres y ese halo de misterio me tenia enganchado.*
Dasha Nikola- Inquisidor/Realeza
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Fecha de inscripción : 12/10/2017
Re: Me prometiste el cielo. (Privado)
La cena estaba animada, el baile comenzó y ellos como no podía ser de otra forma, lo abrieron con la primera pieza. Estaba siendo su boda de ensueño, en su casa, con los suyos y con todos aquellos noruegos escandalosos y auténticos que había aprendido a querer y respetar desde el primer día que puso un pie en Akershus.
Colocó ambas manos alrededor del cuello de su marido. "Su marido" que grandes eran esas palabras. Como loba, sabía que se había emparejado hasta que la muerte se los llevase, y estaba absolutamente rebosante de felicidad por ello. Para un lobo lo era todo, su manada, su territorio, una vida dedicada a los suyos a los que defendería a capa y espada, a garra y colmillo.
— este es el día más bonito de mi vida.— se regalaron algunos besos y una fina lluvia empezó a caer sobre los que bailaban, Elaine rompió a reir y se separó de Sirius.— Lo siento, amor. Pero tengo que dejarte en manos de otra por un ratito o se arruinará la fiesta.
Lo dejó en manos de Giuliana que había sido su segunda madre todo ese tiempo, enseñándole como podía a controlar su magia y ella se puso a bailar con su padre.
— Gracias por todo, padre. No podías regalarme mejor tesoro que algo así, aunque ya me regalaste el don de nuestra raza y tu amor incondicional.— Se abrazó contra contra Damon en un largo abrazo muy emotivo y a Brianna le asomaron dos lagrimillas que evaporó pestañeando fuerte mientras hablaba con los Condes Moldavos.— Sé que por fin ahora seréis felices y os espera una larga vida, por fin, juntos de verdad.
El baile fue cambiando y regresó a los brazos de Sirius tras pasar por otros brazos, ya que todos querían bailar con la novia y el novio. Fue una noche divertida que dio para mucho y cuando se empezaron a ratirar los más mayores, los jóvenes hicieron suya la plaza, bailando, bebiendo y escapándose a rincones más cómodos donde tener intimidad. Estaba empezando a clarear el alba cuando los más aguerridos decidieron irse a dormir. Elaine llevó de la mano a Sirius hasta los establos donde había dos caballos ensillados.
— ¿preparado para nuestra noche de bodas?.— cabalgaron veinte minutos hasta una de las atalayas defensivas que habían reconstruido recientemente. Dejaron los caballos atados fuera y ascendieron las escaleras de caracol hasta la planta alta, circular, donde había una cámara completamente equipada con cama, alfombras, chimenea, bañera etc. Lo más impresionante eran las paredes y el techo, estaban recubiertos de cuarzo, cerámica y porcelana. Tres materias aislantes de la electricidad y de la energía térmica. ¿Funcionaría? tendrían que probarlo, habia consultado a físicos e inventores para diseñar una estancia así, y sin funcionaba, su casa en Akershus estaría recubierta de lo mismo, no queróa generar incendios ni electrocuciones. La lluvia sería inevitable, pero confiaba que poco a poco Sirius fuera capaz de controlarla mejor, hasta entonces, reducirían los daños materiales y personales si el invento funcionaba.
Colocó ambas manos alrededor del cuello de su marido. "Su marido" que grandes eran esas palabras. Como loba, sabía que se había emparejado hasta que la muerte se los llevase, y estaba absolutamente rebosante de felicidad por ello. Para un lobo lo era todo, su manada, su territorio, una vida dedicada a los suyos a los que defendería a capa y espada, a garra y colmillo.
— este es el día más bonito de mi vida.— se regalaron algunos besos y una fina lluvia empezó a caer sobre los que bailaban, Elaine rompió a reir y se separó de Sirius.— Lo siento, amor. Pero tengo que dejarte en manos de otra por un ratito o se arruinará la fiesta.
Lo dejó en manos de Giuliana que había sido su segunda madre todo ese tiempo, enseñándole como podía a controlar su magia y ella se puso a bailar con su padre.
— Gracias por todo, padre. No podías regalarme mejor tesoro que algo así, aunque ya me regalaste el don de nuestra raza y tu amor incondicional.— Se abrazó contra contra Damon en un largo abrazo muy emotivo y a Brianna le asomaron dos lagrimillas que evaporó pestañeando fuerte mientras hablaba con los Condes Moldavos.— Sé que por fin ahora seréis felices y os espera una larga vida, por fin, juntos de verdad.
El baile fue cambiando y regresó a los brazos de Sirius tras pasar por otros brazos, ya que todos querían bailar con la novia y el novio. Fue una noche divertida que dio para mucho y cuando se empezaron a ratirar los más mayores, los jóvenes hicieron suya la plaza, bailando, bebiendo y escapándose a rincones más cómodos donde tener intimidad. Estaba empezando a clarear el alba cuando los más aguerridos decidieron irse a dormir. Elaine llevó de la mano a Sirius hasta los establos donde había dos caballos ensillados.
— ¿preparado para nuestra noche de bodas?.— cabalgaron veinte minutos hasta una de las atalayas defensivas que habían reconstruido recientemente. Dejaron los caballos atados fuera y ascendieron las escaleras de caracol hasta la planta alta, circular, donde había una cámara completamente equipada con cama, alfombras, chimenea, bañera etc. Lo más impresionante eran las paredes y el techo, estaban recubiertos de cuarzo, cerámica y porcelana. Tres materias aislantes de la electricidad y de la energía térmica. ¿Funcionaría? tendrían que probarlo, habia consultado a físicos e inventores para diseñar una estancia así, y sin funcionaba, su casa en Akershus estaría recubierta de lo mismo, no queróa generar incendios ni electrocuciones. La lluvia sería inevitable, pero confiaba que poco a poco Sirius fuera capaz de controlarla mejor, hasta entonces, reducirían los daños materiales y personales si el invento funcionaba.
Elaine Landvik- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 12/05/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Me prometiste el cielo. (Privado)
Mi esposa danzaba grácil entre mis brazos, siempre estaba preciosa, con su atuendo mas salvaje, en ocasiones con ropa de monta, mas hoy destacaba entre todas las otras con aquel vestido inmaculado, blanco que flotaba ondeando con cada movimiento.
Las risas se sucedían ,los besos, las caricias y las bromas que delataban las ganas que nos teníamos, pero su padre me la robó y con un mohin acabé en brazos de la que para mi había sido mi madre junto a Danielle.
-Gracias -susurré llevando mis labios a su oído.
Creo que esa palabra podía decirlo todo, acogió a un niño incapaz de controlar no solo su magia si no sus fantasmas y nunca soltó su mano, ni le tembló el pulso aun cuando no siempre puse fáciles las cosas.
Como todo infante tuve mis pataletas, mis momentos de rebeldía y los que con miedo me hundía en su regazo esperando que ella fuera capaz de comprenderme porque ni yo mismo lo hacia, me trató como lo hizo con Bröok, siempre atenta, siempre dispuesta y llenándome de los besos que por desgracia no pudo darme mi madre pero si ella.
Dani fue la siguiente, la hice girar entre mis brazos mientras esta sonreía alegre dedicándole alguna que otra mirada furtiva a mi padre.
Lo suyo nunca fue fácil, ambos eran dos titanes y recuerdo que tenia miedo de pequeño que el muy idiota del conde acabara mandandola con su “te mandaré un cuervo” lejos del puerto de Akershus.
Supongo ambos tuvimos suerte con ella, recordé en ese instante en el que ambos nos abrazamos cuando me llevo al Reina Anna para que pusiera mi nombre en ese navío, el telescopio que me regaló para permitirme soñar con las estrellas.
-Te quiero Dani. -a padre le costó decirlo, pero a mi creo me había costado bastante mas y se lo merecía, porque sin ella no hubiera comprendido lo que era amar contra marea.
Mi esposa regreso a mis brazos tras dar muchas vueltas de brazo en brazo, todos mis bárbaros hermanos habían querido decirle algo, seguramente burradas porque Elaine aun se reía cuando Ubbe la soltó en mis brazos, pero a fin de cuentas ya los conocía.
Cuando la noche empezó a dar a su fin, solo quedaban los mas aguerridos a las fiestas y ya se iban a dormir bastante ebrios.
Elaine tiro de mi, era nuestro momento, los caballos nos llevaron a una atalaya que no había sido construida hacia demasiado tiempo, su sonrisa picara delataba que lago me estaba perdiendo y nada mas llegué a la parte mas alta deslicé mis ojos por la estancia ensanchando la sonrisa.
-Así que esta era la sorpresa que me tenias preparada.
Mis labios colisionaron con los de mi esposa sin permitirle responder, el lecho acogió nuestros cuerpos y una pequeña lumbre que había calentado la estancia lamió nuestra piel tal y como se desnudaba.
Admiré la ropa interior perfecta, el curvilíneo cuerpo de la diosa con la que había contraído matrimonio y esa noche Thor hizo sonar su martillo, poco me importaba si las mareas se llevaban Akershus, Rumanía o si acabábamos en el mismo Hel tras este acto, pero la ame sobre esas sabanas hasta que nos encontró el alba.
Las risas se sucedían ,los besos, las caricias y las bromas que delataban las ganas que nos teníamos, pero su padre me la robó y con un mohin acabé en brazos de la que para mi había sido mi madre junto a Danielle.
-Gracias -susurré llevando mis labios a su oído.
Creo que esa palabra podía decirlo todo, acogió a un niño incapaz de controlar no solo su magia si no sus fantasmas y nunca soltó su mano, ni le tembló el pulso aun cuando no siempre puse fáciles las cosas.
Como todo infante tuve mis pataletas, mis momentos de rebeldía y los que con miedo me hundía en su regazo esperando que ella fuera capaz de comprenderme porque ni yo mismo lo hacia, me trató como lo hizo con Bröok, siempre atenta, siempre dispuesta y llenándome de los besos que por desgracia no pudo darme mi madre pero si ella.
Dani fue la siguiente, la hice girar entre mis brazos mientras esta sonreía alegre dedicándole alguna que otra mirada furtiva a mi padre.
Lo suyo nunca fue fácil, ambos eran dos titanes y recuerdo que tenia miedo de pequeño que el muy idiota del conde acabara mandandola con su “te mandaré un cuervo” lejos del puerto de Akershus.
Supongo ambos tuvimos suerte con ella, recordé en ese instante en el que ambos nos abrazamos cuando me llevo al Reina Anna para que pusiera mi nombre en ese navío, el telescopio que me regaló para permitirme soñar con las estrellas.
-Te quiero Dani. -a padre le costó decirlo, pero a mi creo me había costado bastante mas y se lo merecía, porque sin ella no hubiera comprendido lo que era amar contra marea.
Mi esposa regreso a mis brazos tras dar muchas vueltas de brazo en brazo, todos mis bárbaros hermanos habían querido decirle algo, seguramente burradas porque Elaine aun se reía cuando Ubbe la soltó en mis brazos, pero a fin de cuentas ya los conocía.
Cuando la noche empezó a dar a su fin, solo quedaban los mas aguerridos a las fiestas y ya se iban a dormir bastante ebrios.
Elaine tiro de mi, era nuestro momento, los caballos nos llevaron a una atalaya que no había sido construida hacia demasiado tiempo, su sonrisa picara delataba que lago me estaba perdiendo y nada mas llegué a la parte mas alta deslicé mis ojos por la estancia ensanchando la sonrisa.
-Así que esta era la sorpresa que me tenias preparada.
Mis labios colisionaron con los de mi esposa sin permitirle responder, el lecho acogió nuestros cuerpos y una pequeña lumbre que había calentado la estancia lamió nuestra piel tal y como se desnudaba.
Admiré la ropa interior perfecta, el curvilíneo cuerpo de la diosa con la que había contraído matrimonio y esa noche Thor hizo sonar su martillo, poco me importaba si las mareas se llevaban Akershus, Rumanía o si acabábamos en el mismo Hel tras este acto, pero la ame sobre esas sabanas hasta que nos encontró el alba.
Sirius Cannif- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 140
Fecha de inscripción : 03/08/2017
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