AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Sarcófago Ankh // privado Naitiri
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Sarcófago Ankh // privado Naitiri
Recuerdo del primer mensaje :
La mañana se había presentado fria pero despejada, la cambiante abrío su azul ojo observando que el sol ya se estaba presentando, se movió entre las suaves sabanas sin querer despertarse aun pero finalmente abrió sus ojos para levantarse, hecharse la fina bata por encima y abandonar la habitación para dirigirse a la cocina, el servicio ya sabía el desayuno que le gustaba a la mayor de las Enhydra, que se sentó en la mesa de la cocina comiendo las piezas de frutas allí ya preparadas, bebía del café caliente mientras su mirada aun se perdía en un punto mientras se perdía en sus pensamientos, cuando entró su hermana pequeña en la cocina y se apoyó en el marco de la puerta cruzada de brazos. -Buenos dias dormilona, ¿regresastes muy tarde anoche? espero que al menos el vuelo nocturno fuera fructifero.- Comentó la pelirroja con una sonrisa de medio lado, Eylith alzó la mirada mientras masticaba lentamente la pieza de fruta, esa costumbre inquietante de quedarse mirando a alguien fijamente durante largos segundos sin mediar palabra, pero Wenkyel ya estaba acostumbrada a eso de su hermana.
-Nada novedosos salvo unos vampiros con comportamiento de bandalos y un par de licántropos enrabietados...ninguna incidencia reseñable.- Dijo la cambiante con la voz calma, y dió un sorbo al café, mientras miró como su hermana se acercaba y le pasaba una carta. -Es del museo, te reclaman inmediatamente, vino el mensajero hace apenas unos minutos. - Eylith cogió la cara abriendola, sabía de sobra que su hermana no precisaba siempre de abrir cartas para adivinar el contenido. -Voy...- Eylith terminó su café y se aceleró a vestirse apresuradamente y adecentarse, pues tenía que dar buena presencia. Miró a Wenkyel mientras terminaba de acicalarse. -¿Y Bloondy?- Preguntó devido que a veces la vampiresa hacía de las suyas sin dar explicaciones a nadie, más Wenkyel negó con la cabeza. -Está en sus aposentos, se la ve alterada desde que tiene esas horribles pesadillas...ignoraba que los vampiros soñasen.- Alegó la pelirroja, Eylith enarcó la ceja. -Es algo curioso el que sueñen si...bueno, debo irme.
Salió de su casa montando en el carruaje de camino al museo mientras miraba la carta, pues el mensaje le era algo curioso, ya que acababa de llegar un cargamento, con retraso, al parecer hubo que rescatarlo inclusive, aqui había algo que no cuadraba, esperaba que al llegar al museo pudieran dar más directrices, por qué si bien ella conocía lo que lelgaba al museo bien sabía que ese cargamento iba en concreto a otro departamento, que era al departamento Egipcio, y aunque ella estudiaba todo tipo de cosas, tenían gente especializada exclusivamente en ese ambito, lo cual que la reclamasen le era sumamente curioso, el carruaje se detuvo y Eylith abandonó este para adentrarse en el museo, para dar los buenos dias a su paso, mientras bajaba a la planta inferiores donde con celo se guardaban las obras más importantes.
Ahí estaba quien la hizo llamar, y tras él una enorme caja. -¿Que es eso tan importante por lo que corría tanta prisa querido?- El tono serio de Eylith a veces intimidaba, pero algunos ya la conocían lo suficiente para saber que en realidad no estaba siendo hostil. -¿Ese es el cargamento? ¿no es del departamento egipcio? ¿Por que se requiere mi presencia?.- La cambiante estaba notablemente ansiosa por conocer.
-Verá señorita Enhydra, la he llamado a usted y a la señorita Zahir que consideramos que seran las que mejor se encarguen de esta situación, enseguida vendrá, ha sido invocada aqui como usted, en cuanto al retraso...el barco en el que venía quedó encayado unas millas antes de llegar, tuvimos que ir a por el barco...lo que pasa que este se encontraba completamente vacio cuando dimos con el barco, toda la tripulación había fallecido.- Comentó con tono lugubre, Eylith enarco una ceja notablemente con sorpresa. -¿¡Como!?.- Más la conversación fue irrumpida cuando llegó una joven mujer morena a donde estaban reunidos. -Ah...señorita Zahir, la esperabamos, ella es Eylith Enhydra, investigadora de artes clasicas, señorita Enhydra...Ella es Naitiri Zahir Directora del departamento de antigüedades egipcias.- Presentó a las dos mujeres, Eylith estendió la mano para estrecharsela a la nueva integrante, mientras sin dar credito escuchaba como el hombre repetía la escalofriante noticia a la morena.
La cambiante esa noticia no le gustó nada, era todo muy estraño, miró de reojo a la mujer que tenía a su lado, esperando que ella expresara su reacción ante lo dicho, ella era cambiante y conocía bien el mundo sobrenatural y aun asi le estaba siendo un dato escalofriante no quería imaginarse a alguien que vivía al margen de los caprichos sobrenaturales, pero tenía que el hombre terminar de explicarse y responder a las preguntas de ambas antes de mostrar el tesoro que había dentro de ese cajón de madera.
sueña la vida que si he de morir,
trozos de miedo, es duro vivir
trozos de miedo, es duro vivir
La mañana se había presentado fria pero despejada, la cambiante abrío su azul ojo observando que el sol ya se estaba presentando, se movió entre las suaves sabanas sin querer despertarse aun pero finalmente abrió sus ojos para levantarse, hecharse la fina bata por encima y abandonar la habitación para dirigirse a la cocina, el servicio ya sabía el desayuno que le gustaba a la mayor de las Enhydra, que se sentó en la mesa de la cocina comiendo las piezas de frutas allí ya preparadas, bebía del café caliente mientras su mirada aun se perdía en un punto mientras se perdía en sus pensamientos, cuando entró su hermana pequeña en la cocina y se apoyó en el marco de la puerta cruzada de brazos. -Buenos dias dormilona, ¿regresastes muy tarde anoche? espero que al menos el vuelo nocturno fuera fructifero.- Comentó la pelirroja con una sonrisa de medio lado, Eylith alzó la mirada mientras masticaba lentamente la pieza de fruta, esa costumbre inquietante de quedarse mirando a alguien fijamente durante largos segundos sin mediar palabra, pero Wenkyel ya estaba acostumbrada a eso de su hermana.
-Nada novedosos salvo unos vampiros con comportamiento de bandalos y un par de licántropos enrabietados...ninguna incidencia reseñable.- Dijo la cambiante con la voz calma, y dió un sorbo al café, mientras miró como su hermana se acercaba y le pasaba una carta. -Es del museo, te reclaman inmediatamente, vino el mensajero hace apenas unos minutos. - Eylith cogió la cara abriendola, sabía de sobra que su hermana no precisaba siempre de abrir cartas para adivinar el contenido. -Voy...- Eylith terminó su café y se aceleró a vestirse apresuradamente y adecentarse, pues tenía que dar buena presencia. Miró a Wenkyel mientras terminaba de acicalarse. -¿Y Bloondy?- Preguntó devido que a veces la vampiresa hacía de las suyas sin dar explicaciones a nadie, más Wenkyel negó con la cabeza. -Está en sus aposentos, se la ve alterada desde que tiene esas horribles pesadillas...ignoraba que los vampiros soñasen.- Alegó la pelirroja, Eylith enarcó la ceja. -Es algo curioso el que sueñen si...bueno, debo irme.
Salió de su casa montando en el carruaje de camino al museo mientras miraba la carta, pues el mensaje le era algo curioso, ya que acababa de llegar un cargamento, con retraso, al parecer hubo que rescatarlo inclusive, aqui había algo que no cuadraba, esperaba que al llegar al museo pudieran dar más directrices, por qué si bien ella conocía lo que lelgaba al museo bien sabía que ese cargamento iba en concreto a otro departamento, que era al departamento Egipcio, y aunque ella estudiaba todo tipo de cosas, tenían gente especializada exclusivamente en ese ambito, lo cual que la reclamasen le era sumamente curioso, el carruaje se detuvo y Eylith abandonó este para adentrarse en el museo, para dar los buenos dias a su paso, mientras bajaba a la planta inferiores donde con celo se guardaban las obras más importantes.
Ahí estaba quien la hizo llamar, y tras él una enorme caja. -¿Que es eso tan importante por lo que corría tanta prisa querido?- El tono serio de Eylith a veces intimidaba, pero algunos ya la conocían lo suficiente para saber que en realidad no estaba siendo hostil. -¿Ese es el cargamento? ¿no es del departamento egipcio? ¿Por que se requiere mi presencia?.- La cambiante estaba notablemente ansiosa por conocer.
-Verá señorita Enhydra, la he llamado a usted y a la señorita Zahir que consideramos que seran las que mejor se encarguen de esta situación, enseguida vendrá, ha sido invocada aqui como usted, en cuanto al retraso...el barco en el que venía quedó encayado unas millas antes de llegar, tuvimos que ir a por el barco...lo que pasa que este se encontraba completamente vacio cuando dimos con el barco, toda la tripulación había fallecido.- Comentó con tono lugubre, Eylith enarco una ceja notablemente con sorpresa. -¿¡Como!?.- Más la conversación fue irrumpida cuando llegó una joven mujer morena a donde estaban reunidos. -Ah...señorita Zahir, la esperabamos, ella es Eylith Enhydra, investigadora de artes clasicas, señorita Enhydra...Ella es Naitiri Zahir Directora del departamento de antigüedades egipcias.- Presentó a las dos mujeres, Eylith estendió la mano para estrecharsela a la nueva integrante, mientras sin dar credito escuchaba como el hombre repetía la escalofriante noticia a la morena.
La cambiante esa noticia no le gustó nada, era todo muy estraño, miró de reojo a la mujer que tenía a su lado, esperando que ella expresara su reacción ante lo dicho, ella era cambiante y conocía bien el mundo sobrenatural y aun asi le estaba siendo un dato escalofriante no quería imaginarse a alguien que vivía al margen de los caprichos sobrenaturales, pero tenía que el hombre terminar de explicarse y responder a las preguntas de ambas antes de mostrar el tesoro que había dentro de ese cajón de madera.
Eylith Enhydra- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 126
Fecha de inscripción : 19/01/2018
Re: Sarcófago Ankh // privado Naitiri
Eylith se acariciaba la sien buscando calmarse, dejar el estres a un nivel más bajo, ya que había sido muchisima tensión debido a lo complicado de lo que se había enfrentado, echaba la cabeza hacia atras buscando oxigeno relajación, fue Naitiri quien recibió la bandeja con comida, que para la bruja se le antojó como si fuera un autentico milagro, lo que hizo que Eylith atrapara el cruasang a la plancha con queso y jamon dentro devorandole con ansia y hambre y daba un trago al zumo, la comida les dió la vida, mientras cerraba los ojos, degustando el delicioso bocado mientras escuchaba a Naitiri, esta alzó las cejas mirandole mientras se relamía. -Vaya, tu marido parece alguien posesivo, pero a no ser que tenga conocimientos de esta indole tenerle aqui metido solo hara que te envuelva en una burbuja de cristal por lo que me dices querida.- Comentó la bruja dejando escapar una risa y sorprendiendose de las palabras que pronunciaba la egipcia. - Un vikingo suicida...a lo mejor le podemos poner a luchar con aquella sombra para poder investigar mientras.- Bromeó de finalmente.
Negó con la cabeza para volver a ponerse seria mientras miraba a la egipcia, mientras hablaba, si que apremiaba averiguar cuando demonios era la puñetera luna de sangre, si había una pronto era mejor saber conocerla cuanto antes, o tenía esa horrible sensación de que la cosa se iba a poner peor, siempre pasaba con esas cosas, había leido demasiada leyenda oscura en tiempos tenebrosos.
Entrecerró los ojos mientras daba un sorbo al café y miró a la chica, la verdad es que en ningún momento se le había ocurrido preguntar a Bloondy, la escuchaba y poco más pero no se le había ocurrido hacer eso, lo cual sin duda era una muestra de que a veces se veía mejor el paisaje desde la distancia, Eylith chasqueo la lengua y observó.-Quizá podriamos quedarnos aqui de noche y podré mandar un mensajero a la mansión para pedir a mi prima que se presente y podrás preguntarle lo que desees- Comentó la bruja mientras miraba los estantes de su despacho, sin embargo si sería bueno ir a por mas tomos al despacho de Naitiri que la ayudaran a obtener más información de la luna de sangre que urgia, demasiadas señales, demasiado peligro.
Claro que son importantes los registros de lunas de sangre, aprovechó que Naitiri se acercaba a su despacho para sacar los tomos que tenía con registros de luna de sangre, de hecho se quedó pensativa mirando hacia su escritorio, tenía un pequeño diario que salvó de una excavación sin duda esto podía servir de algo, Naitiri volvia con los tomos y la bruja hacía sitio para que los pudiera dejar.
Dió un sorvo al chocolate para notar como el azucar le daba la energía necesaria para recuperarse más mientras pensaba en la creencia de los egipcios sobre ello, quizá haya pistas en esas leyendas, siempre las había. Cuando Naitiri la enseño lo que había encontrado en una epoca oscura supo que su hipotesis no se había desencaminado para nada de lo que podría haber pasado. Escuchó lo que la egipcia decía con los brazos cruzados. Se dió cuenta de que algo dijo que la despertó la mente de la bruja. -Si, tienes razón la luna se ve en todo el mundo, pero por lo que he ledio no a la vez, es como una sombra que va creciendo y moviendose arrastrando oscuridad....al parecer la por alguna estraña razón no ocurria a la vez en los distintos sitios, solo hay tres noches donde sí se ve la luna igual en todo el mundo, me explico, imaginate que esta noche hay luna de sangre, aqui se veria roja, pero por ejemplo en inglaterra no se vuelve roja hasta dentro de tres dias, lo cual en paris se mantiene roja y despues se pone roja en inglaterra, y tres dias más tarde, en italia por ejemplo...y se van manteniendo las lunas de color rojo en todos sus estados...no se si me pillas, es como una oscuridad creciente...que llega un momento que lo cubre todo antes de disiparse...aunque me imagino que en total tarda como una semana...creo..es como una preparación a algo.- Se llevó la mano a la melena.- Quizá este conectado...cuando ocurrió eso...¿crees que el sarcofago estaba siendo manipulado o algo? - Preguntó buscando una respuesta aceptable a todo esto.
Negó con la cabeza para volver a ponerse seria mientras miraba a la egipcia, mientras hablaba, si que apremiaba averiguar cuando demonios era la puñetera luna de sangre, si había una pronto era mejor saber conocerla cuanto antes, o tenía esa horrible sensación de que la cosa se iba a poner peor, siempre pasaba con esas cosas, había leido demasiada leyenda oscura en tiempos tenebrosos.
Entrecerró los ojos mientras daba un sorbo al café y miró a la chica, la verdad es que en ningún momento se le había ocurrido preguntar a Bloondy, la escuchaba y poco más pero no se le había ocurrido hacer eso, lo cual sin duda era una muestra de que a veces se veía mejor el paisaje desde la distancia, Eylith chasqueo la lengua y observó.-Quizá podriamos quedarnos aqui de noche y podré mandar un mensajero a la mansión para pedir a mi prima que se presente y podrás preguntarle lo que desees- Comentó la bruja mientras miraba los estantes de su despacho, sin embargo si sería bueno ir a por mas tomos al despacho de Naitiri que la ayudaran a obtener más información de la luna de sangre que urgia, demasiadas señales, demasiado peligro.
Claro que son importantes los registros de lunas de sangre, aprovechó que Naitiri se acercaba a su despacho para sacar los tomos que tenía con registros de luna de sangre, de hecho se quedó pensativa mirando hacia su escritorio, tenía un pequeño diario que salvó de una excavación sin duda esto podía servir de algo, Naitiri volvia con los tomos y la bruja hacía sitio para que los pudiera dejar.
Dió un sorvo al chocolate para notar como el azucar le daba la energía necesaria para recuperarse más mientras pensaba en la creencia de los egipcios sobre ello, quizá haya pistas en esas leyendas, siempre las había. Cuando Naitiri la enseño lo que había encontrado en una epoca oscura supo que su hipotesis no se había desencaminado para nada de lo que podría haber pasado. Escuchó lo que la egipcia decía con los brazos cruzados. Se dió cuenta de que algo dijo que la despertó la mente de la bruja. -Si, tienes razón la luna se ve en todo el mundo, pero por lo que he ledio no a la vez, es como una sombra que va creciendo y moviendose arrastrando oscuridad....al parecer la por alguna estraña razón no ocurria a la vez en los distintos sitios, solo hay tres noches donde sí se ve la luna igual en todo el mundo, me explico, imaginate que esta noche hay luna de sangre, aqui se veria roja, pero por ejemplo en inglaterra no se vuelve roja hasta dentro de tres dias, lo cual en paris se mantiene roja y despues se pone roja en inglaterra, y tres dias más tarde, en italia por ejemplo...y se van manteniendo las lunas de color rojo en todos sus estados...no se si me pillas, es como una oscuridad creciente...que llega un momento que lo cubre todo antes de disiparse...aunque me imagino que en total tarda como una semana...creo..es como una preparación a algo.- Se llevó la mano a la melena.- Quizá este conectado...cuando ocurrió eso...¿crees que el sarcofago estaba siendo manipulado o algo? - Preguntó buscando una respuesta aceptable a todo esto.
Eylith Enhydra- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 126
Fecha de inscripción : 19/01/2018
Re: Sarcófago Ankh // privado Naitiri
Desde que habíamos salido de la cámara donde habían dejado el sarcófago notaba que me encontraba mucho mejor y, hasta ese momento, no me había dado cuenta de lo mucho que nos había afectado el estar cerca del sarcófago y toda la energía que nos había robado hasta el momento, incluso solo fui consciente del cambio de temperatura cuando sentí el calor que había fuera de la cámara y que recibí con agrado ya que de habernos quedado mucho más tiempo podría haberme encontrado peor e incluso podría habernos pasado algo ya que no lo dudaba debido a todo lo que habíamos escuchado y empezábamos a saber de dicho instrumento que traía consigo la muerte lleno de maldiciones y de malos augurios. El comer algo fuera de ese lugar y descansar un rato fue algo que agradecí, debíamos de encontrar información y hasta que no supiéramos una cuantas cosas no pensaba volver bajo porque no me apetecía que me volviera a pasar lo mismo que hacía unos minutos... había llegado a quedar inconsciente y de no haber sido por Eylith a saber lo que me hubiera pasado si hubiera estado yo sola en aquel lugar. Negué con la cabeza mientras relajada esperaba que nos trajeran la comida, me sentía con bastante hambre como si no hubiera comido en días y cuando trajeron la comida ni siquiera esperé demasiado para empezar a comer agradeciendo la comida y el café caliente que nos habían traído junto con algún bollo y café para despertarnos como si lleváramos horas y horas trabajando y nuestros cuerpos necesitaran recuperar energía, ahora sabíamos que no debíamos de estar mucho rato ahí bajo porque de eso se alimentaba el sarcófago y no era bueno quedarnos inconscientes las dos cerca porque no me fiaba ya de nada con todo lo que sabíamos. Mientras comíamos le respondí a su primera pregunta hablando sobre mi marido viendo las caras que ponía quizás porque le sorprendía que fuera tan sincera en ese aspecto hablando de él pero, si de verdad supiera lo que estaba pasando lo tendría allí todo el día vigilándonos a ambas con un ojo puesto en ese sarcófago para que nada nos pasara. Aunque difería un poco del hecho de que fuera “posesivo”, aunque debía de admitir que me “poseía” muchas veces y eso me hizo lanzar una risa entre dientes negando levemente con la cabeza por la auto-gracia que había hecho en mi cabeza, sin embargo algo que sí definía al vikingo era que era muy protector y mucho más después de todo lo que habíamos pasado. Ubbe me daba la libertad que necesitaba porque confiaba en mí y no tenía motivos para dudar igual que yo no lo hacía de él en ningún momento, pero sí era muy protector conmigo y quería protegerme siempre de todo... así que si le decía lo que había pasado con el sarcófago lo tendría todo el rato allí metido con nosotras para que no nos pasara nada, porque lo conocía demasiado y a la mínima que viera algo extraño ni siquiera se lo pensaría. Negué con la cabeza cuando Eylith dijo si tenía conocimientos sobre lo que tratábamos y negué con la cabeza lentamente, podías preguntarle todo lo que quisieras sobre cultura nórdica pero fuera de esta andaba algo perdido, sabía de la egipcia por lo que yo le había ido contando en el tiempo que estábamos juntos y de sobra sabía quién era, para mí, el padre de todos los dioses porque no dejaba de repetirlo constantemente.
Desde luego que me quedaba claro que no le iba a decir nada de nada a Ubbe, capaz era de venirse conmigo y enfrentarse a lo que quisiera que hubiera en el interior sin tan siquiera pensarlo... no quería quedarme viuda tan pronto. Mientras tomaba el postre después de comer sintiendo que me encontraba mucho mejor con ese pequeño descanso escuché lo que tenía que decir sobre su prima, quizás ella pudiera arrojar algo de luz en toda aquella neblina que teníamos y despejar algunas dudas que tuviéramos, veía bastante bien que pudiera acompañarnos esa noche para que nos ayudara y que además con su ayuda pudiéramos descifrar algo más o intuir a qué nos enfrentábamos realmente ya que ella parecía tener información sobre la Gehena. Sin embargo la idea que no me gustó demasiado fue la de quedarnos en el museo, es decir, si teníamos que hacerlo no me importaba primero querría ir a casa para informar al vikingo y que supiera que iba a quedarme, no le iba a hacer nada de gracia pero al menos si me veía y sabía que estaba bien no se preocupara demasiado porque de no volver me lo veía viniendo al museo para saber qué pasaba, protector era como él solo. Mordí mi labio escuchando sus palabras y asentí con la cabeza ante la idea, por la noche su prima podría ayudarnos y quizás con menos gente en el museo pudiéramos llevar un mejor examen al sarcófago por lo que pudiera pasar. Tras terminar fui a por los libros a mi despacho encontrando evidencias sobre la luna de sangre porque me sonaba de haber leído sobre ella en alguno de los miles de papeles que tenía tanto allí como en casa, empecé a mirar hasta que sí encontré las evidencias que estaba buscando para decírselas a Eylith y supiera lo que había encontrado, leyéndole lo que ponía sobre la luna de sangre para ver si ella también podía contrastar la misma información que yo tenía. Cuando terminé le pregunté qué era lo que ella pensaba al respecto y lo que había encontrado, escuché sus palabras y volví a morder mi labio un tanto inquieta y nerviosa sin saber realmente el motivo por ello, lo atribuí al cansancio y a las ganas de saber a qué nos enfrentábamos realmente por lo que no le di mayor importancia que esa. Desde luego lo que ella contaba era algo sumamente extraño y un fenómeno que era normal que fuera datado debido a lo extraño que era, sin embargo, jamás había oído que la luna repitiera sus fases cada tres días en distintos sitios como decía que pasaba, que se repitiera con ese patrón tan extraño por todo el mundo como si de esa forma se encargara de que realmente sucediera dicho fenómeno... lo que me llevaba a pensar que, aunque en el sarcófago se hubiera juntado ambas culturas quizás todas las culturas habían pasado por lo mismo y pudiéramos encontrarlo. Lancé un suspiro dejando mi espalda contra el respaldo de la silla pensando en todo lo que sabíamos, desde luego que alguien o algo quería encargarse de que volviera a suceder lo mismo y el que se acercara el momento de la luna de sangre no me gustaba en absoluto.
-Sin duda es un fenómeno muy extraño como para que no hubiera sido datado, estoy convencida de que si buscamos encontraremos evidencias en cada una de las culturas que hubiera en esa época explicando casi lo mismo que he leído yo, si son fases que se suceden hasta que se realiza la luna de sangre en todas las culturas tendría una época de oscuridad diferente... creo que tienes razón, es como si quisiera asegurarse que, independientemente de donde se encuentre, la presencia sea fuerte en cada uno de los lugares por todo el mundo. Quizás el hecho de que hayan sido los egipcios y los romanos fue pura casualidad cuando pasó lo que quisiera que ocurriera en esos momentos, quizás cada vez sucede en un lugar distinto y ellos quisieron asegurarse de que no volviera a suceder –hice una pausa- por lo que sé todas las culturas tienen patrones que se repiten y que son cumunes; para todas hay un “padre de dioses”, en todas hay algo que significa o representa el cielo y el infierno, en todas hay “ángeles y demonios” aunque vistos quizás de diferentes maneras... incluso la cultura romana y la egipcia se parecen porque ambas también tienes seres mitológicos –hice una pausa- a lo que quiero llegar es que, si todo es tan parecido es posible que ya haya pasado más de una vez aunque en otras culturas diferentes, para los antiguos todo lo desconocido y lo extraño era obra de los dioses, si hay patrones que se repiten y luego tenemos esa época oscura de la que hubo dicho “vacío” del cual no se sabe nada es posible que sí sea algo global, aunque quizá cada vez suceda en un sitio diferente. Egipto, parte de Europa... –la miré- quizás el hecho de que el sarcófago esté en París sea mera casualidad, pero que quieren abrirlo no me lo parece y creo que hay algo mucho mayor que desconocemos que intenta encontrar la manera de que se completen las fases hasta llegar a la luna de sangre donde sospecho que finalmente la oscuridad de la que hablaba reinará y habrá una época de caos y de muerte, nada bueno trae consigo lo que haya dentro –todo eran teorías pero cada vez parecían cobrar más sentido- creo firmemente que una fuerza mayor mueve unos hilos para procurar que todo pase, contando además con el hecho de que de por sí el sarcófago ya lleva una maldición per se y eso hace también que se cumpla, pero estoy convencida de que hay mucho más de lo que imaginamos... nada es pura casualidad, no en estas cosas –hice una pausa y la miré- me parece bien quedarnos esta noche y poder preguntarle a tu prima si ella tiene más información, quizá pueda resolvernos algunas dudas... pero me gustaría ir a casa antes de que llegara y fueran a buscarla. Quiero decirle a Ubbe que voy a quedarme por trabajo en el museo para que se quede tranquilo –su cara me decía que no entendía nada y sonreí de lado- digamos que el descubrir tumbas peligrosas no es el único peligro que he corrido últimamente, hay otros peligros que hemos sorteado y sé que si se lo digo en persona se quedará más tranquilo, si no voy a casa y empieza a ser muy tarde como para que no esté en casa estoy segura de que lo tendré aquí preocupado para saber qué pasa –reí entre dientes observándola- puedo ir a casa antes de que anochezca y volver antes de que venga tu prima.
Desde luego que me quedaba claro que no le iba a decir nada de nada a Ubbe, capaz era de venirse conmigo y enfrentarse a lo que quisiera que hubiera en el interior sin tan siquiera pensarlo... no quería quedarme viuda tan pronto. Mientras tomaba el postre después de comer sintiendo que me encontraba mucho mejor con ese pequeño descanso escuché lo que tenía que decir sobre su prima, quizás ella pudiera arrojar algo de luz en toda aquella neblina que teníamos y despejar algunas dudas que tuviéramos, veía bastante bien que pudiera acompañarnos esa noche para que nos ayudara y que además con su ayuda pudiéramos descifrar algo más o intuir a qué nos enfrentábamos realmente ya que ella parecía tener información sobre la Gehena. Sin embargo la idea que no me gustó demasiado fue la de quedarnos en el museo, es decir, si teníamos que hacerlo no me importaba primero querría ir a casa para informar al vikingo y que supiera que iba a quedarme, no le iba a hacer nada de gracia pero al menos si me veía y sabía que estaba bien no se preocupara demasiado porque de no volver me lo veía viniendo al museo para saber qué pasaba, protector era como él solo. Mordí mi labio escuchando sus palabras y asentí con la cabeza ante la idea, por la noche su prima podría ayudarnos y quizás con menos gente en el museo pudiéramos llevar un mejor examen al sarcófago por lo que pudiera pasar. Tras terminar fui a por los libros a mi despacho encontrando evidencias sobre la luna de sangre porque me sonaba de haber leído sobre ella en alguno de los miles de papeles que tenía tanto allí como en casa, empecé a mirar hasta que sí encontré las evidencias que estaba buscando para decírselas a Eylith y supiera lo que había encontrado, leyéndole lo que ponía sobre la luna de sangre para ver si ella también podía contrastar la misma información que yo tenía. Cuando terminé le pregunté qué era lo que ella pensaba al respecto y lo que había encontrado, escuché sus palabras y volví a morder mi labio un tanto inquieta y nerviosa sin saber realmente el motivo por ello, lo atribuí al cansancio y a las ganas de saber a qué nos enfrentábamos realmente por lo que no le di mayor importancia que esa. Desde luego lo que ella contaba era algo sumamente extraño y un fenómeno que era normal que fuera datado debido a lo extraño que era, sin embargo, jamás había oído que la luna repitiera sus fases cada tres días en distintos sitios como decía que pasaba, que se repitiera con ese patrón tan extraño por todo el mundo como si de esa forma se encargara de que realmente sucediera dicho fenómeno... lo que me llevaba a pensar que, aunque en el sarcófago se hubiera juntado ambas culturas quizás todas las culturas habían pasado por lo mismo y pudiéramos encontrarlo. Lancé un suspiro dejando mi espalda contra el respaldo de la silla pensando en todo lo que sabíamos, desde luego que alguien o algo quería encargarse de que volviera a suceder lo mismo y el que se acercara el momento de la luna de sangre no me gustaba en absoluto.
-Sin duda es un fenómeno muy extraño como para que no hubiera sido datado, estoy convencida de que si buscamos encontraremos evidencias en cada una de las culturas que hubiera en esa época explicando casi lo mismo que he leído yo, si son fases que se suceden hasta que se realiza la luna de sangre en todas las culturas tendría una época de oscuridad diferente... creo que tienes razón, es como si quisiera asegurarse que, independientemente de donde se encuentre, la presencia sea fuerte en cada uno de los lugares por todo el mundo. Quizás el hecho de que hayan sido los egipcios y los romanos fue pura casualidad cuando pasó lo que quisiera que ocurriera en esos momentos, quizás cada vez sucede en un lugar distinto y ellos quisieron asegurarse de que no volviera a suceder –hice una pausa- por lo que sé todas las culturas tienen patrones que se repiten y que son cumunes; para todas hay un “padre de dioses”, en todas hay algo que significa o representa el cielo y el infierno, en todas hay “ángeles y demonios” aunque vistos quizás de diferentes maneras... incluso la cultura romana y la egipcia se parecen porque ambas también tienes seres mitológicos –hice una pausa- a lo que quiero llegar es que, si todo es tan parecido es posible que ya haya pasado más de una vez aunque en otras culturas diferentes, para los antiguos todo lo desconocido y lo extraño era obra de los dioses, si hay patrones que se repiten y luego tenemos esa época oscura de la que hubo dicho “vacío” del cual no se sabe nada es posible que sí sea algo global, aunque quizá cada vez suceda en un sitio diferente. Egipto, parte de Europa... –la miré- quizás el hecho de que el sarcófago esté en París sea mera casualidad, pero que quieren abrirlo no me lo parece y creo que hay algo mucho mayor que desconocemos que intenta encontrar la manera de que se completen las fases hasta llegar a la luna de sangre donde sospecho que finalmente la oscuridad de la que hablaba reinará y habrá una época de caos y de muerte, nada bueno trae consigo lo que haya dentro –todo eran teorías pero cada vez parecían cobrar más sentido- creo firmemente que una fuerza mayor mueve unos hilos para procurar que todo pase, contando además con el hecho de que de por sí el sarcófago ya lleva una maldición per se y eso hace también que se cumpla, pero estoy convencida de que hay mucho más de lo que imaginamos... nada es pura casualidad, no en estas cosas –hice una pausa y la miré- me parece bien quedarnos esta noche y poder preguntarle a tu prima si ella tiene más información, quizá pueda resolvernos algunas dudas... pero me gustaría ir a casa antes de que llegara y fueran a buscarla. Quiero decirle a Ubbe que voy a quedarme por trabajo en el museo para que se quede tranquilo –su cara me decía que no entendía nada y sonreí de lado- digamos que el descubrir tumbas peligrosas no es el único peligro que he corrido últimamente, hay otros peligros que hemos sorteado y sé que si se lo digo en persona se quedará más tranquilo, si no voy a casa y empieza a ser muy tarde como para que no esté en casa estoy segura de que lo tendré aquí preocupado para saber qué pasa –reí entre dientes observándola- puedo ir a casa antes de que anochezca y volver antes de que venga tu prima.
Naitiri Zahir- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 27/11/2015
Re: Sarcófago Ankh // privado Naitiri
La bruja miraba con su gelida mirada a la joven egipcia, mientras se mordia el labio inferior pensativa, la cosa daba demasiado que pensar, un puzzle dificil de resolver, una pieza que encaja de varias postura y nunca queda claro cual es la correcta, la bruja baja la vista mirando un punto fijo en el suelo la cosa era dificil de encontrar la salida, más miro a la egipcia cruzandose de brazos mientras se acomodaba, sus claros ojos se entrecerraron y torció ligeramente la cabeza hacia la izquierda, mientras escuchaba las palabras de su nueva amiga, sin duda tenía mucho sentido, era como una poliza de seguro para que diera igual en el punto del mundo que se encontrase que el efecto fuera a nivel global, eso iba de la mano con que obviamente había un gigante poder oculto en algun lado, si no, lo mirases como lo mirases era de un tremendo imposible, que ni la bruja con lo de libros que habñia leido a lo largo de su vida podía solventar, má chasqueó la lengua mirando a la egipcia.
-Tienes razón, parece que es como un hecho a drede lo mires por donde lo mires, es como si el mundo en sí le esté llamando para volver, esto da que pensar y dá escalofrios, demasiado.- Comentó de manera sincera, una luna se sangre global, larga, de las ma largas de la historia, era como una maldición a nivel mundial, igualmente tendría que leer de los volumenes más coscuros, que tenía su hermana, para eso igual venía bien la pelirroja, cada vez es menos descabellado su presencia para investigarlo.
Apretó los labios mirando a Naitiri, escuchandola con atención, tenía razón, los antiguos tiraban de su falta de conocmiento achacandolo a dioses, pero había que tener en cuenta varios patrones, eso hizo que Eylith pasara los dedos por su melena empujandola hacia atras para quedar recostada de una manera más comoda mirando el techo de su despacho, mientras la luz y la sombra que dibujaba el arbol que estaba plantado frente al ventanal dibujaba sinuosas formas por la luz y eso hizo que mientras escuchaba a la morena le diera varias ideas, mirando repentinamente a Naitiri. - Tienes razón, en los dioses hay un patron en todas las culturas, un Dios sipremo y otros "dioses" menores, al igual que demonios, piensa esto, en la religión cristiana tenemos a Dios, y a los arcangeles, en la egipcias ¿Osiris es? y Bastet, Orus, etc...en la romana Jupiter y neptuno, venus.... en la griega Zeus y Hermes, Ares, Afrodita....osea en todas hay un supremo y unos "seguidores" en todas, al igual que en todas hay un desastre universal, eso da que pensar, pero eso me ha desatado una teoria...y si realmente estaban la gente de esa epoca estaban viendo "dioses".- Se quedo callada unos segundos y se puso en pie paseando por la sala.- En la antiguedad lo que no explicaban eran dioses, divinidades, milagros...pero ¿y si estaban viendo sobrenaturales que creian dioses, y si todo es mas retorcido?. - Daba que pensar, desde luego a ella se lo parecia.
Seguía caminando de lado a lado como una bestia enjaulada mientras la escuchaba hablar, tenía razón y mucho sentido, y si, una fuerza mayor estaba teniendo que ver con todo esto, dejó escapar un suspiro nuevamente mientras la observaba de esa manera fija e inquietante que tenía la bruja, nada era casualidad si, más entendió que ella tuviera que avisar a su marido, asi ella tendria tiempo para pensar, medir y exponer nuevas ideas más se atrevería a bajar mientras la egipcia estaba fuera y seguir investigando. -Te esperaré aqui pues, no te preocupes, mientras investigaré unas cuantas má intentando ver si hay algo más que encajar.- Aseguró la bruja de melena negra como el azabache.
-Tienes razón, parece que es como un hecho a drede lo mires por donde lo mires, es como si el mundo en sí le esté llamando para volver, esto da que pensar y dá escalofrios, demasiado.- Comentó de manera sincera, una luna se sangre global, larga, de las ma largas de la historia, era como una maldición a nivel mundial, igualmente tendría que leer de los volumenes más coscuros, que tenía su hermana, para eso igual venía bien la pelirroja, cada vez es menos descabellado su presencia para investigarlo.
Apretó los labios mirando a Naitiri, escuchandola con atención, tenía razón, los antiguos tiraban de su falta de conocmiento achacandolo a dioses, pero había que tener en cuenta varios patrones, eso hizo que Eylith pasara los dedos por su melena empujandola hacia atras para quedar recostada de una manera más comoda mirando el techo de su despacho, mientras la luz y la sombra que dibujaba el arbol que estaba plantado frente al ventanal dibujaba sinuosas formas por la luz y eso hizo que mientras escuchaba a la morena le diera varias ideas, mirando repentinamente a Naitiri. - Tienes razón, en los dioses hay un patron en todas las culturas, un Dios sipremo y otros "dioses" menores, al igual que demonios, piensa esto, en la religión cristiana tenemos a Dios, y a los arcangeles, en la egipcias ¿Osiris es? y Bastet, Orus, etc...en la romana Jupiter y neptuno, venus.... en la griega Zeus y Hermes, Ares, Afrodita....osea en todas hay un supremo y unos "seguidores" en todas, al igual que en todas hay un desastre universal, eso da que pensar, pero eso me ha desatado una teoria...y si realmente estaban la gente de esa epoca estaban viendo "dioses".- Se quedo callada unos segundos y se puso en pie paseando por la sala.- En la antiguedad lo que no explicaban eran dioses, divinidades, milagros...pero ¿y si estaban viendo sobrenaturales que creian dioses, y si todo es mas retorcido?. - Daba que pensar, desde luego a ella se lo parecia.
Seguía caminando de lado a lado como una bestia enjaulada mientras la escuchaba hablar, tenía razón y mucho sentido, y si, una fuerza mayor estaba teniendo que ver con todo esto, dejó escapar un suspiro nuevamente mientras la observaba de esa manera fija e inquietante que tenía la bruja, nada era casualidad si, más entendió que ella tuviera que avisar a su marido, asi ella tendria tiempo para pensar, medir y exponer nuevas ideas más se atrevería a bajar mientras la egipcia estaba fuera y seguir investigando. -Te esperaré aqui pues, no te preocupes, mientras investigaré unas cuantas má intentando ver si hay algo más que encajar.- Aseguró la bruja de melena negra como el azabache.
Eylith Enhydra- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 126
Fecha de inscripción : 19/01/2018
Re: Sarcófago Ankh // privado Naitiri
Parecía que por fin poco a poco íbamos dando con las respuestas a nuestras preguntas que necesitábamos, lo cierto es que estábamos remontándonos muy atrás en el tiempo para intentar hallar lo que teníamos entre manos y cuanto más atrás íbamos más tenía la sensación de que lo que íbamos a buscar no nos iba a gustar en absoluto. Muchos egiptólogos temían a las maldiciones que habían sobre algunas tumbas y ni siquiera se atrevían a ir en su búsqueda porque no querían que dicha maldición recayera sobre ellos, por lo que dejaban que otros fueran los que corrieran el riesgo. Sabía que muchas de las maldiciones que había eran simplemente meras leyendas, cuentos para que los ladrones no entraran y así se pudieran llevar el oro y las joyas, el tesoro que había en la cámara junto al sarcófago y que acompañaba al difunto a la otra vida para que siguiera siendo rico. Sin embargo aunque yo no era tan supersticiosa como otros si creía firmemente que aquel sarcófago era demasiado extraño y que había algo mucho mayor tras todo que no lográbamos entender ni Eylith ni yo, pero que sentía que estábamos próximas a descubrir, más bien pensaba que la ayuda de su prima sería crucial para descifrar lo poco que nos quedaba y nos hablara de la Gehena y lo que podría pasar si se llevara a cabo. Daba gracias por tener a Eylith y que fuera una hechicera porque así podíamos sellar la sala de bajo y no dejar que nadie entrara, aunque mucho me temía que no iba a ser tan fácil y que quien estuviera tras esto no se manifestaría tan rápidamente. Ambas habíamos encontrado información sobre las lunas de sangre y estas se remontaban muchos siglos atrás, habían sido datadas en varias ocasiones y aunque habían sido hechas por varias culturas todas se referían a lo mismo: plagas, desastres, catástrofes que en aquella época no se podían explicar con exactitud. Los egipcios pensaban que era porque Ra estaba herido en su lucha contra Apofis y por eso el sol no se alzó durante los tres días que duró la luna de sangre, pero ese fenómeno también había sido visto alrededor del mundo y me temía que era más importante y grande de lo que pensábamos en un inicio. Tenía claro que lo que estábamos viviendo eran las fases previas antes de que se completara dicha luna y ya pensaba que la frase que ella había dicho tenía un sentido que ahora tras lo que sabíamos era más oscuro. La sombra que habíamos visto más todo lo que había pasado en el barco con los hombres que habían en este abordo era un síntoma más de que exactamente todo comenzaba... la pregunta era, ¿cuánto más se tardaría en llegar a dicha fase? Porque estaba convencida que se necesitaba de un sacrificio para abrir el sarcófago o en todo caso la sangre de alguien en concreto, de ahí que necesitáramos saber quién lo construyó o quién estuvo presente. Llevé mis dedos al puente de la nariz sintiéndome algo cansada, había comido y mis energías habían sido restauradas pero sin embargo sentía como una pesadez en mi interior que no supe identificar y que achaqué directamente con todo lo que teníamos encima. Asentí con la cabeza ante las palabra de la hechicera cuando concordamos en que todo parecía que estaba hecho para la próxima luna de sangre y que esta reinaría en el cielo para que todo el mundo pudiera verla por tres días, como si al estar en el cielo se abriera una brecha y todo lo malo sucediera y tuviera lugar, era extraño pero estábamos convencidas de ello.
Si teníamos razón y resultaba que en todas las culturas se había estado hablando de lo mismo puede que nos fuera más fácil hallar a lo que nos enfrentábamos y el ejemplo más claro era el que le había puesto a ella. Pese a que antiguamente no había forma de comunicarse todas las culturas, absolutamente todas, tenían en común varios patrones que se repetían aunque dichos de diferentes maneras y explicados de otra manera, pero que habían dejado constancia de ello. Todos tenían seres mitológicos parecidos, dioses parecidos... si juntabas todas las culturas y hacías ramas de cada cosa nos daríamos cuenta de que las ramas coincidían, entonces antiguamente cuando no había tanta comunicación, ¿cómo era posible que se datara lo mismo aunque con nombres diferentes? Solo podía ser porque los “dioses”, esos que ellos nombraban y que decían que visitaban la tierra en verdad no eran realmente dioses, antiguamente algo que no se podía explicar enseguida pensaban que era obra de un dios porque era la mejor forma de explicar algo ya que no poseían conocimientos suficientes, pero si Eylith tenía razón y no era dioses si no que eran seres sobrenaturales... todo podía tener un sentido. Entonces podíamos encontrarnos un ser muy antiguo y poderoso que se hubiera perdido en el tiempo, un ser que había sido encubierto bajo otros nombres para pasar desapercibido hasta la llegada de su renacimiento... y eso era algo aterrador cuanto menos. Cuanto más lo pensaba mayor era el escalofrío que sentía en el cuerpo, cerré los ojos unos segundos y asentí con la cabeza a lo que ella estaba diciendo sobre los dioses y el patrón que había en cada cultura, sonreí riéndome entre dientes cuando habló sobre Osiris haciéndome gracia de que lo nombrara, sí era un dios mayor pero no el padre de todos los dioses egipcios. Había tomado la decisión de ir a casa y avisar a Ubbe para que estuviera tranquilo, por la noche sin nadie en el museo y con la visita de su prima podríamos indagar mucho más porque pensar en volver a ese sarcófago hacía que un escalofrío me recorriera y mi cuerpo temblara ligeramente, nos estábamos acercando demasiado al peligro pero si así era la única forma de saber qué era en realidad y cómo pararlo todo valdría la pena, porque todo no había hecho más que comenzar y aún quedaba una serie de cosas por suceder que no sabíamos cuándo sería ni cómo, pero lo teníamos presente.
-Osiris es el hijo de Ra, el padre de todos los dioses, algo así como Zeus... pero Osiris fue traicionado por su hermano Seth –hice una pausa y sonreí- algo así como Hades y Zeus, uno reina arriba y el otro reina abajo –finalmente acabé levantándome dejando el libro sobre la mesa que ella tenía- aprovecharé ahora para ir a casa y nos vemos dentro de un rato, si puedes creo que estaría bien contar con la ayuda de tu prima para que nos diga todo lo que ella sabe, cuanto más conocimiento e información tengamos mejor llevaremos esto –me despedí de la hechicera saliendo de su despacho para bajar por las escaleras e ir hacia la entrada del museo, no quería tardar demasiado porque no sabía tampoco si el vikingo estaría o no así que me dispuse a encaminarme hacia casa andando por las calles que se empezaban a llenar de gente por el buen tiempo que empezaba a hacer por la noche. El sol ya había caído y mientras los últimos resquicios quedaban de este sentí que me dolía la cabeza, como un pinchazo y un pitido agudo bastante molesto que me hizo sisear levemente, pero que no hice caso alguno sin saber lo que estaba pasando realmente. El dolor de cabeza no disminuyó conforme seguía andando y fue cuando cayó la noche que cobró toda su intensidad, sentí un frío recorrerme todo el cuerpo que me recordó al mismo frío que habíamos sentido en el sótano con aquella sombra, me empecé a encontrar mal de repente como si de nuevo las energías me fueran faltando y algo en mi interior cobraba más fuerza, con más frío... como si intentara controlar mi mente y doblegar mi voluntad- ¿qué...? –Murmuré mientras me apoyaba en una de las paredes con la respiración agitada y acelerada, mi corazón bombeaba con fuerza y de nuevo sentí que el frío llegaba hasta mi corazón como si lo intentara dominar, por mi mente pasó la imagen de aquella sombra como si me acechara mientras cada vez me encontraba más y más débil sin entender lo que pasaba... hasta que mis ojos de nuevo se cerraron y perdí todo conocimiento y control de mi cuerpo.
Para cuando abrí los ojos la noche había caído mucho más sobre la ciudad francesa, apenas una luz iluminaba el lugar y parpadeé intentando saber dónde me encontraba. Solo la luz de una tenue farola iluminaba aquel lugar donde no se oía demasiado, estaba tumbada en el suelo y no sabía lo que había ocurrido, recordaba que me había desmayado pero ¿y después de eso? Me dolía el cuerpo como si me hubieran dado una paliza y tenía los músculos en tensión, para cuando intenté incorporarme en el suelo cuando apoyé mi mano en las frías baldosas de este para levantarme sentí algo cálido y húmedo que manchaba mi palma, algo de lo que no me había percatado en absoluto. Para cuando levanté mi mano y me fijé en lo que me había manchado me di cuenta del color rojizo en el que se había teñido mi mano: sangre, se trataba de sangre y me alarmé pensando que me habían herido por lo que me miré buscando alguna herida pero no tenía nada, mi otra mano también estaba manchada de sangre, mis brazos también tenían restos y para cuando miré a mí lado lo que vi me dejó helada sin poder reaccionar: el cadáver de una joven sin vida, presentaba heridas por todo su cuerpo, heridas profundas y graves como si se hubieran hecho con un cuchillo, su cara ligeramente desfigurada, su pelo manchado de sangre que se extendía como un abanico en el suelo... y en su mano un trozo de tela de mi vestido, como si hubiera sido yo la que le hubiera hecho eso pero ¿cómo? Como si de un flashback se tratara me vi la imagen de aquella joven hablándome, llena de vida, extrañada y luego asustada mientras parecía que mi cuerpo “mutaba” y solo se escuchaban los ruidos de su piel siendo desgarrada, sus gritos pidiendo que parara y por ayuda.... me dio tal mareo ante aquello que giré mi cuerpo en la otra dirección para vomitar mientras las lágrimas se escapaban de mis labios. ¿Qué había hecho? ¿Qué había ocurrido? ¿Por qué la había matado? No tenía muchas respuestas pero supe que, así conforme estaba, no iba a ir a casa para que me viera el vikingo... así cuando me recuperé un poco me levanté tambaleando ligeramente y salí de allí corriendo dirigiéndome al museo en busca de la hechicera, no me atrevía a estar cerca de nadie porque pudiera perder el control de nuevo y matara a alguien más... bastante tenía con la culpa que me carcomía por dentro aunque yo no había hecho nada. Para cuando llegué subí directa a su despacho, abrí la puerta y la cerré apoyando mi cuerpo contra esta mientras la hechicera que parecía notar que algo pasaba me miraba y preguntaba qué me ocurría, la miré con las lágrimas todavía cayendo por mi rostro.
-Yo.... no lo sé.... algo me pasa Eylith.... iba de camino a casa y... por Ra, he matado a alguien –hizo el amago de acercarse pero extendí mi brazo hacia ella- ¡no! No quiero hacerte daño a ti también.... creo que hay algo dentro de mí, esa sombra –mordí mi labio- la he sentido dentro controlándome y luego no recuerdo nada más...
Si teníamos razón y resultaba que en todas las culturas se había estado hablando de lo mismo puede que nos fuera más fácil hallar a lo que nos enfrentábamos y el ejemplo más claro era el que le había puesto a ella. Pese a que antiguamente no había forma de comunicarse todas las culturas, absolutamente todas, tenían en común varios patrones que se repetían aunque dichos de diferentes maneras y explicados de otra manera, pero que habían dejado constancia de ello. Todos tenían seres mitológicos parecidos, dioses parecidos... si juntabas todas las culturas y hacías ramas de cada cosa nos daríamos cuenta de que las ramas coincidían, entonces antiguamente cuando no había tanta comunicación, ¿cómo era posible que se datara lo mismo aunque con nombres diferentes? Solo podía ser porque los “dioses”, esos que ellos nombraban y que decían que visitaban la tierra en verdad no eran realmente dioses, antiguamente algo que no se podía explicar enseguida pensaban que era obra de un dios porque era la mejor forma de explicar algo ya que no poseían conocimientos suficientes, pero si Eylith tenía razón y no era dioses si no que eran seres sobrenaturales... todo podía tener un sentido. Entonces podíamos encontrarnos un ser muy antiguo y poderoso que se hubiera perdido en el tiempo, un ser que había sido encubierto bajo otros nombres para pasar desapercibido hasta la llegada de su renacimiento... y eso era algo aterrador cuanto menos. Cuanto más lo pensaba mayor era el escalofrío que sentía en el cuerpo, cerré los ojos unos segundos y asentí con la cabeza a lo que ella estaba diciendo sobre los dioses y el patrón que había en cada cultura, sonreí riéndome entre dientes cuando habló sobre Osiris haciéndome gracia de que lo nombrara, sí era un dios mayor pero no el padre de todos los dioses egipcios. Había tomado la decisión de ir a casa y avisar a Ubbe para que estuviera tranquilo, por la noche sin nadie en el museo y con la visita de su prima podríamos indagar mucho más porque pensar en volver a ese sarcófago hacía que un escalofrío me recorriera y mi cuerpo temblara ligeramente, nos estábamos acercando demasiado al peligro pero si así era la única forma de saber qué era en realidad y cómo pararlo todo valdría la pena, porque todo no había hecho más que comenzar y aún quedaba una serie de cosas por suceder que no sabíamos cuándo sería ni cómo, pero lo teníamos presente.
-Osiris es el hijo de Ra, el padre de todos los dioses, algo así como Zeus... pero Osiris fue traicionado por su hermano Seth –hice una pausa y sonreí- algo así como Hades y Zeus, uno reina arriba y el otro reina abajo –finalmente acabé levantándome dejando el libro sobre la mesa que ella tenía- aprovecharé ahora para ir a casa y nos vemos dentro de un rato, si puedes creo que estaría bien contar con la ayuda de tu prima para que nos diga todo lo que ella sabe, cuanto más conocimiento e información tengamos mejor llevaremos esto –me despedí de la hechicera saliendo de su despacho para bajar por las escaleras e ir hacia la entrada del museo, no quería tardar demasiado porque no sabía tampoco si el vikingo estaría o no así que me dispuse a encaminarme hacia casa andando por las calles que se empezaban a llenar de gente por el buen tiempo que empezaba a hacer por la noche. El sol ya había caído y mientras los últimos resquicios quedaban de este sentí que me dolía la cabeza, como un pinchazo y un pitido agudo bastante molesto que me hizo sisear levemente, pero que no hice caso alguno sin saber lo que estaba pasando realmente. El dolor de cabeza no disminuyó conforme seguía andando y fue cuando cayó la noche que cobró toda su intensidad, sentí un frío recorrerme todo el cuerpo que me recordó al mismo frío que habíamos sentido en el sótano con aquella sombra, me empecé a encontrar mal de repente como si de nuevo las energías me fueran faltando y algo en mi interior cobraba más fuerza, con más frío... como si intentara controlar mi mente y doblegar mi voluntad- ¿qué...? –Murmuré mientras me apoyaba en una de las paredes con la respiración agitada y acelerada, mi corazón bombeaba con fuerza y de nuevo sentí que el frío llegaba hasta mi corazón como si lo intentara dominar, por mi mente pasó la imagen de aquella sombra como si me acechara mientras cada vez me encontraba más y más débil sin entender lo que pasaba... hasta que mis ojos de nuevo se cerraron y perdí todo conocimiento y control de mi cuerpo.
Para cuando abrí los ojos la noche había caído mucho más sobre la ciudad francesa, apenas una luz iluminaba el lugar y parpadeé intentando saber dónde me encontraba. Solo la luz de una tenue farola iluminaba aquel lugar donde no se oía demasiado, estaba tumbada en el suelo y no sabía lo que había ocurrido, recordaba que me había desmayado pero ¿y después de eso? Me dolía el cuerpo como si me hubieran dado una paliza y tenía los músculos en tensión, para cuando intenté incorporarme en el suelo cuando apoyé mi mano en las frías baldosas de este para levantarme sentí algo cálido y húmedo que manchaba mi palma, algo de lo que no me había percatado en absoluto. Para cuando levanté mi mano y me fijé en lo que me había manchado me di cuenta del color rojizo en el que se había teñido mi mano: sangre, se trataba de sangre y me alarmé pensando que me habían herido por lo que me miré buscando alguna herida pero no tenía nada, mi otra mano también estaba manchada de sangre, mis brazos también tenían restos y para cuando miré a mí lado lo que vi me dejó helada sin poder reaccionar: el cadáver de una joven sin vida, presentaba heridas por todo su cuerpo, heridas profundas y graves como si se hubieran hecho con un cuchillo, su cara ligeramente desfigurada, su pelo manchado de sangre que se extendía como un abanico en el suelo... y en su mano un trozo de tela de mi vestido, como si hubiera sido yo la que le hubiera hecho eso pero ¿cómo? Como si de un flashback se tratara me vi la imagen de aquella joven hablándome, llena de vida, extrañada y luego asustada mientras parecía que mi cuerpo “mutaba” y solo se escuchaban los ruidos de su piel siendo desgarrada, sus gritos pidiendo que parara y por ayuda.... me dio tal mareo ante aquello que giré mi cuerpo en la otra dirección para vomitar mientras las lágrimas se escapaban de mis labios. ¿Qué había hecho? ¿Qué había ocurrido? ¿Por qué la había matado? No tenía muchas respuestas pero supe que, así conforme estaba, no iba a ir a casa para que me viera el vikingo... así cuando me recuperé un poco me levanté tambaleando ligeramente y salí de allí corriendo dirigiéndome al museo en busca de la hechicera, no me atrevía a estar cerca de nadie porque pudiera perder el control de nuevo y matara a alguien más... bastante tenía con la culpa que me carcomía por dentro aunque yo no había hecho nada. Para cuando llegué subí directa a su despacho, abrí la puerta y la cerré apoyando mi cuerpo contra esta mientras la hechicera que parecía notar que algo pasaba me miraba y preguntaba qué me ocurría, la miré con las lágrimas todavía cayendo por mi rostro.
-Yo.... no lo sé.... algo me pasa Eylith.... iba de camino a casa y... por Ra, he matado a alguien –hizo el amago de acercarse pero extendí mi brazo hacia ella- ¡no! No quiero hacerte daño a ti también.... creo que hay algo dentro de mí, esa sombra –mordí mi labio- la he sentido dentro controlándome y luego no recuerdo nada más...
Naitiri Zahir- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 27/11/2015
Re: Sarcófago Ankh // privado Naitiri
La mujer de negros cabellos respiraba calmadamente mientras pasaba los dedos por su melena sonriendo de medio lado, mientras observaba los estantes que tenía a su lado, mientras escucha las palabras de ella, sin duda en esta investigación los dioses jugaban un movimiento clave, importante, era como una mega conexión entre ellos y lo que ocultaba ese sarcofago que tenían encerrado en esa fria y desolada camara. Mira a Naitiri frunciendo el ceño pensativa mientras asiente con la cabeza, ella tambien había comprendido lo que las religiones entre si cambian por algo, algun motivo tuvo que haber tenido para todas esas coincidencias, sin duda alguna.
Si, contar con la ayuda de Bloondy puede ser buena idea, y dado que anochece la vampiresa pronto llegaría pues mandó un mensajero antes a casa, asi que no habría porblema, asintió con la cabeza y se despidió de la egipcia, mientras tanto ella bajaría de nuevo a investigar unas cosas en el sarcofago y si, era algo temerario meterse ella sola despues de lo visto.
Se adentró sin compañia dentro de la camara donde tenía el sarcofago, la temperatura era baja, el baho salía de entre sus labios cada vez que ella respiraba, se acercó al sarcofago sacando unos rollos de papel de arroz y un carboncillo, como si fueran mantas sobre las inscripciones, ¿como no lo había pensado antes? pasaba el carboncillo imprimiendo en el el enorme pergamino de papel arroz las escrituras, representaciones y gravados que había en el sarcofago, mientras hacia eso, se sentía observada, cansada, fria, sin duda había una presencia realmente fuerte que se mantenía alrededor del sarcofago, sin duda oia susurros, sonidos a su espalda, pero la bruja sabia que si se girara no vería nada, que es todo producto de la maldición y el aura oscura que envolvía al maldito sarcofago.
Una vez teniendo todas las inscripciones, oia más fuertes slos sonidos, y las voces y sacudió la cabeza. -por dios la mente de Bloondy debe ser un infierno.- Reclamó ella para sí misma, si bloondy oia permanentemente eso, normal que su mente bailara en lo irracional.
Una vez enrollado los pergaminos salió apresuradamente de la habitación sintiendo alivio por ello y colocando el hechizo de protección sobre la puerta antes de volver al despacho, Naitiri aun no había regresado, ella recogió los libros que en ese momento no le hacian ninguna falta, y ya podría hechar un vistazo más tarde, para colocar los pergaminos con los gravados de las inscripciones del sarcofago, asi bajarian a él cuando fuera absolutamente necesario.
Entonces escuchó la puerta tras ella y se giró observando el rostro palido y desencajado de Naitiri, dejando todo para acercarse a ella intentando saber que demonios había pasado. -Naitiri..- Musitó acercandose con urgencia para ver que demonios era lo que le ocurria a la egipcia. -¿Que demonios a pasado?- Pregunta preocupada, mientras escucha como la joven se ve que esta muy aturdida, y no conoce lo que ha ocurrido lo que hace que la hechicera la mire desconcertada, mientras la toca comprobando su estado, sudores frios reconoce esos sintomas, pero no está segura.
-Tranquila Naitiri...tranquila....no has sido tú, no has sido tú...ya ha pasado...tranquila...-Intenta consolarla, mientras la guia para que se siente, mientras por un momento un tremendo sobresalto cuando escucha algo golpear el cristal de la ventana, Eylith se gira, y observa un cuervo queriendo entrar. -Aguarda.- Le pide a la aterrada egipcia mientras se mueve muy rapidamente dejando al ave entrar. -Es Arkray, la mascota de mi prima, estará de camino...- Comenta volviendo a por la Egipcia, para calmarla, estaba temblando horrorizada, mientras Eylith la miró, y se sentó de rodillas frente a ella. -Naitiri...creo...que la sombra...ha entrado en ti... necesito que me des tu autorización para usar mi nigromancia en tí y ver si tienes algo dentro.- Dijo en un tono serio, no quería asustar a su socia.
Si, contar con la ayuda de Bloondy puede ser buena idea, y dado que anochece la vampiresa pronto llegaría pues mandó un mensajero antes a casa, asi que no habría porblema, asintió con la cabeza y se despidió de la egipcia, mientras tanto ella bajaría de nuevo a investigar unas cosas en el sarcofago y si, era algo temerario meterse ella sola despues de lo visto.
Se adentró sin compañia dentro de la camara donde tenía el sarcofago, la temperatura era baja, el baho salía de entre sus labios cada vez que ella respiraba, se acercó al sarcofago sacando unos rollos de papel de arroz y un carboncillo, como si fueran mantas sobre las inscripciones, ¿como no lo había pensado antes? pasaba el carboncillo imprimiendo en el el enorme pergamino de papel arroz las escrituras, representaciones y gravados que había en el sarcofago, mientras hacia eso, se sentía observada, cansada, fria, sin duda había una presencia realmente fuerte que se mantenía alrededor del sarcofago, sin duda oia susurros, sonidos a su espalda, pero la bruja sabia que si se girara no vería nada, que es todo producto de la maldición y el aura oscura que envolvía al maldito sarcofago.
Una vez teniendo todas las inscripciones, oia más fuertes slos sonidos, y las voces y sacudió la cabeza. -por dios la mente de Bloondy debe ser un infierno.- Reclamó ella para sí misma, si bloondy oia permanentemente eso, normal que su mente bailara en lo irracional.
Una vez enrollado los pergaminos salió apresuradamente de la habitación sintiendo alivio por ello y colocando el hechizo de protección sobre la puerta antes de volver al despacho, Naitiri aun no había regresado, ella recogió los libros que en ese momento no le hacian ninguna falta, y ya podría hechar un vistazo más tarde, para colocar los pergaminos con los gravados de las inscripciones del sarcofago, asi bajarian a él cuando fuera absolutamente necesario.
Entonces escuchó la puerta tras ella y se giró observando el rostro palido y desencajado de Naitiri, dejando todo para acercarse a ella intentando saber que demonios había pasado. -Naitiri..- Musitó acercandose con urgencia para ver que demonios era lo que le ocurria a la egipcia. -¿Que demonios a pasado?- Pregunta preocupada, mientras escucha como la joven se ve que esta muy aturdida, y no conoce lo que ha ocurrido lo que hace que la hechicera la mire desconcertada, mientras la toca comprobando su estado, sudores frios reconoce esos sintomas, pero no está segura.
-Tranquila Naitiri...tranquila....no has sido tú, no has sido tú...ya ha pasado...tranquila...-Intenta consolarla, mientras la guia para que se siente, mientras por un momento un tremendo sobresalto cuando escucha algo golpear el cristal de la ventana, Eylith se gira, y observa un cuervo queriendo entrar. -Aguarda.- Le pide a la aterrada egipcia mientras se mueve muy rapidamente dejando al ave entrar. -Es Arkray, la mascota de mi prima, estará de camino...- Comenta volviendo a por la Egipcia, para calmarla, estaba temblando horrorizada, mientras Eylith la miró, y se sentó de rodillas frente a ella. -Naitiri...creo...que la sombra...ha entrado en ti... necesito que me des tu autorización para usar mi nigromancia en tí y ver si tienes algo dentro.- Dijo en un tono serio, no quería asustar a su socia.
Eylith Enhydra- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 126
Fecha de inscripción : 19/01/2018
Re: Sarcófago Ankh // privado Naitiri
Con la cena hecha y puesta sobre la mesa esperaba a mi mujer que se retrasaba. Iba por la segunda jarra cuando de un gruñido me levanté de la silla sintiendo arder mi culo fruto de la inquietud.
No me gustaba que mi esposa viniera sola desde el museo, pero ella insistía en no querer un guardaespaldas, según ella podía ser demasiado intenso en mis formas y a decir verdad, razón no le faltaba.
Ajusté las piles sobre mis hombros pasando el broche para que quedaran bien engarzadas y apuré la jarra de un trago antes de ajustar las hebillas de mi bastarda que quedó a mi espalda dispuesta a morder carnaza.
Nai nunca se retrasaba, mas sabiendo como me ponía cuando lo hacía, así que algo debía suceder.
-Thor -lo llame.
Dormía junto a Issis hechos una bola cuando esté alzó una oreja poniéndose de inmediato en pie para pegarse a mi pierna.
Monté sobre mi espectro atravesaba al galope el empedrado suelo de las calles de Paris, Thor que ya había crecido corría tras mi montura con aquello ojos amarillentos que delataban que atrás dejo al cachorro que era, ese que Nai mimaba en exceso para convertirse en mi aliado.
Fuimos directos al museo, mas para mi sorpresa, sus puertas estaban cerradas.
-¡Nai !-rugí golpeando la puerta ¿donde cojones estaba e seguridad?
Crucé mi mirada con la de mi Belga antes de pegar una patada a aquel enorme portón y repetirla hasta que el cerrojo cedió.
-¡Nai! -grité adentrándome por lso pasillos del museo -Búscala Thor -Ordené con un bramido mientras desenvainaba el acero preparado para enfrentar cualquier peligro.
-Nai.
No me gustaba que mi esposa viniera sola desde el museo, pero ella insistía en no querer un guardaespaldas, según ella podía ser demasiado intenso en mis formas y a decir verdad, razón no le faltaba.
Ajusté las piles sobre mis hombros pasando el broche para que quedaran bien engarzadas y apuré la jarra de un trago antes de ajustar las hebillas de mi bastarda que quedó a mi espalda dispuesta a morder carnaza.
Nai nunca se retrasaba, mas sabiendo como me ponía cuando lo hacía, así que algo debía suceder.
-Thor -lo llame.
Dormía junto a Issis hechos una bola cuando esté alzó una oreja poniéndose de inmediato en pie para pegarse a mi pierna.
Monté sobre mi espectro atravesaba al galope el empedrado suelo de las calles de Paris, Thor que ya había crecido corría tras mi montura con aquello ojos amarillentos que delataban que atrás dejo al cachorro que era, ese que Nai mimaba en exceso para convertirse en mi aliado.
Fuimos directos al museo, mas para mi sorpresa, sus puertas estaban cerradas.
-¡Nai !-rugí golpeando la puerta ¿donde cojones estaba e seguridad?
Crucé mi mirada con la de mi Belga antes de pegar una patada a aquel enorme portón y repetirla hasta que el cerrojo cedió.
-¡Nai! -grité adentrándome por lso pasillos del museo -Búscala Thor -Ordené con un bramido mientras desenvainaba el acero preparado para enfrentar cualquier peligro.
-Nai.
Ubbe Cannif- Humano Clase Alta
- Mensajes : 417
Fecha de inscripción : 25/02/2017
Re: Sarcófago Ankh // privado Naitiri
Por más que intentaba dar una explicación de lo que había pasado cuando dejé el museo, hasta que finalmente desperté aturdida en aquel callejón era imposible dar con algo lógico y coherente que explicara lo que había sucedido. No me había quedado más remedio que dar media vuelta al museo donde sabía que la hechicera estaría esperando mi llegada así como la de su primera que podría sacarnos de dudas con la parte que ella conocía del sarcófago y esa leyenda que Eylith aseguraba su primera tenía más información y podía arrojar luz a toda aquella oscuridad. Mi intención había sido regresar a casa para avisar al vikingo quien desde lo pasado en el norte y los peligros que nos habían rondado se había vuelto más protector de lo normal, no le culpaba en absoluto por ello aunque París era distinta al norte y allí nadie perseguía a su familia queriendo cobrarse una venganza que llevaba en danza muchísimo tiempo. Sin embargo él, cabezota y tozudo al máximo, me dejó claro que no le gustaba que llegara sola de noche desde el museo aun cuando había sido un camino que me sabía de memoria y que eran por calles de la ciudad bastante transitadas como para que ocurriera cualquier cosa, pero no se quedaba tranquilo e incluso me comentó algo de ponerme un guardaespaldas para que me acompañara a lo que yo me negué en rotundo porque no me hacía falta, porque mi intención no era ir con escolta a mi trabajo o de mi trabajo a casa cuando era una egiptóloga... pero después de lo vivido en el norte lo entendía. Por suerte sabía cómo lidiar con él o, más bien, cómo utilizar mis trucos para convencerlo de sus ideas y salirme con la mía para que no me pusiera una escolta. Procuraba por ello no llegar tarde para no preocuparlo y esa noche que íbamos a quedarnos en el museo mi intención había sido avisarlo... pero tras lo que había pasado no me arriesgaba a hacerle daño sin saber qué me pasaba y por qué había matado a aquella joven cuando todavía me daban arcadas el evocar ese momento con toda la sangre manchando el suelo, mi ropa, mis manos... si se enteraba el vikingo de eso dudaba mucho que intentara convencerlo de que no me pusiera alguien que me acompañara en el trayecto por lo que regresé al museo con la esperanza de que Eylith pudiera ayudarme y de paso, aunque no sabía cómo, hacerle llegar un mensaje a mi marido de que estaba bien y no se preocupara. En cuanto llegué al despacho de la hechicera y sus ojos subieron a los míos pude ver la conmoción y el desconcierto en su mirada al no esperarse que volviera llena de sangre y temblando. No quería que se acercara por lo que pudiera hacerle mientras algunas lágrimas caían por mi rostro pero ella acortó la distancia para ver qué me pasaba.
Sus manos tocaron mis manos para intentar tranquilizarme en lo que yo seguía temblando sintiendo el cuerpo frío, con sudores fríos que me recorrían por completo, el miedo y la duda en mi mirada todavía sin poder explicar qué me había pasado y esperando que ella lo solucionara. Tenía una ligera idea de lo que me había sucedido, debía de haber ocurrido en el momento en que aquella sombra me había rodeado y perdí el conocimiento, debió de ser en ese instante cuando hizo algo a mi cuerpo como si lo poseyera... de hecho es que podía sentir como un vacío oscuro en mi interior, algo que parecía tomar forma y que parecía que había despertado de su letargo con la sangre y a la joven que había matado sin pretenderlo y sin quererlo. Era como si quisiera rasgar parte de mi consciencia y apoderarse de mi razón y de mi cordura, ser el dueño y hacerse el único que tenía el control sobre cada parte de mí. Eylith intentaba tranquilizarme haciéndome saber que no era culpa mía y que no había sido yo pero ¿Cómo podía no sentirme culpable cuando llevaba eso dentro y por mi culpa había muerto esa joven? Claro que me sentía culpable de lo que había ocurrido, es más, me sentía horrorizada por ello sin poder borrar de mi mente las imágenes de toda la sangre en el suelo, sangre que aún seguía en mi vestido y en mis manos secas como recordatorio de lo que había pasado. Un golpe hizo que pegara un respingo en el asiento donde estaba solo para que ella me tranquilizara, al parecer el cuervo era de su prima y la forma en la que podían comunicarse... por un momento pensé si podía hacer algo conmigo para enviarle una nota a Ubbe con que iba a llegar tarde, para nada del mundo iría a casa si no estaba bien... no pensaba arriesgarme. De vuelta frente a mí se arrodilló dejando sus manos en mis piernas que seguían temblando igual que todo mi cuerpo, mis dedos intentaban borrar la sangre de mis manos pero era imposible porque estaban ahí remarcando lo evidente. Mis desiertos se clavaron en sus orbes tan azules que me recordaban a las de Ubbe, sus palabras sonaron con peso en la sala y calaron hondo porque de alguna forma intuía lo que me estaba pasando. Esa cosa estaba en mi interior, lo notaba ahora después de lo que había pasado y mis dudas me las estaba confirmando ella en que lo tenía en mi interior. Lancé un suspiro y cerré los ojos un par de segundos para intentar tranquilizarme, si necesitaba usar su magia en mí le daría el permiso que necesitaba, yo no podía hacer nada y aquello no debía de salir del museo y mucho menos podíamos dejar que se quedara tampoco en mi cuerpo... debíamos de buscar una solución en ese momento y claramente pasaba por ella.
-Haz lo que sea necesario Eylith –asentí aunque bien sabía que no hacía falta comprobaciones; estaba en mi interior. Sin embargo mi miedo residía por lo que podría pasar ahora que sabíamos que lo tenía dentro, lo notaba intenta rasgar mi voluntad, mi cordura y mi razón como si quisiera apoderarse de todo mi ser al completo y eso me atemorizaba, ¿y si no le daba tiempo a ayudarme? ¿Y si al igual que había perdido la consciencia antes, lo hacía y ya no despertaba más? Me estaba agobiando yo sola de pensar en las posibles soluciones, de tal forma, que ella mismo llevó su mano a mi brazo para apretarlo y hacerme ver que debía de tranquilizarme, mis ojos subieron de nuevo a los suyos mientras me pedía que me tranquilizara aunque ella parecía saber igual que yo lo que me pasaba- está bien, puedes empezar... –dije dispuesta a que utilizara su magia, de hecho, es lo que iba a hacer cuando oí un grito de una voz que reconocí aunque me extrañaba escuchar dicha voz en el museo. Mi mirada estaba puesta en la puerta del despacho en lo que Eylith esperaba y se preparaba para poder comenzar con lo que tenía que hacer. Me preguntó si pasaba algo y volví mi vista a ella algo confundida- no... simplemente me había parecido escuchar la voz de alguien –sacudí mi cabeza ligeramente- empecemos –dije mordiendo mi labio inferior con un tic nervioso en mi pierna en lo que sentía esa cosa dentro, lo sentía porque notaba el frío que poseía y que intentaba tomar en todo mi cuerpo. Sin embargo fueron unos golpes en la puerta los que hicieron que ambas miráramos en esa dirección, un ladrido tras esta fue lo que me hizo atar cabos para saber que la voz que había escuchado no había sido producto de mi imaginación porque ambas habíamos escuchado el ladrido- ¿Thor...? –Pregunté insegura escuchando el ladrido de nuevo, como sus uñas arañaban la puerta como si intentara entrar, quejidos porque no lograba abrir la puerta en lo que seguía arañándola y ladrando haciendo que me levantara de golpe sabiendo lo que pasaba- no puede ser... ¿qué hace aquí? –Aunque sabía la respuesta sin necesidad de escucharla de los labios del vikingo- maldito vikingo... –dije levantándome mirando a la hechicera- por favor Eylith no dejes que cruce esa puerta y me vea así.... si hace falta utiliza tus poderes para detenerlo pero no dejes que entre, por favor... –si me veía así después de todo sabía bien cómo iba a reaccionar y no era precisamente bien, si había venido hasta el museo con su perro es porque estaba más que preocupado al no llegar y lo que menos quería era que me viera de esa guisa- no se va a ir así que por favor, haz algo... –no quería verlo, corrección: no quería que me viera así y se preocupara aún más de lo que ya estaba. Tomé su brazo para darle un ligero empujón hacia la puerta y que lo parara de su avance pero bien sabía que o utilizaba su magia o nada podría parar al vikingo en esos momentos. Pareció que me hizo caso o quizás fue simplemente que me vio en un estado de nervios tal que se fue para intentar que parando a Ubbe yo me tranquilizaba si no me veía así... con lo que yo no conté, en ningún momento, es que cuando Eylith salió decidida a intentar pararlo, o al menos esa fue mi percepción porque no sabía qué iba a hacer la hechicera, de nuevo aquello intentara tomar posesión de mi cuerpo, de nuevo el mareo que había sentido antes sacudió mi mente aunque intenté no caer como la pasada vez, pero lo notaba, su frialdad, el vacío que lo arrasaba todo a su paso en mi interior queriendo salir como si de desgarrara desde dentro. Caí al suelo de rodillas intentando contenerme para que no me escucharan pero al final el dolor era insoportable, era como si sintiera que se abría paso desde el interior para querer salir fuera, algo doloroso en lo que intentaba aguantar con todas mis fuerzas, intentaba imponerse sobre mi voluntad aunque yo luchaba porque no fuera así pero aquel ser era más poderoso que yo y de pronto el dolor cesó por completo, la nada fue lo que me absorbió y todo se convirtió en una oscuridad permanente.
Para cuando quisieron llegar Eylith y Ubbe se encontraron con mi cuerpo de pie como si no hubiera sucedido nada, las ropas seguían manchadas así como los brazos y las manos, sin embargo la mujer que ambos habían conocido había quedado reducida en un segundo plano encerrada en el interior de su propio cuerpo sin siquiera poder salir. Su rostro era el mismo mas sus ojos eran totalmente diferentes; eran negros como la misma noche, oscuros y vacíos carente de todo sentimiento y calor. El cuerpo no era más que un mero recipiente que la sombra había ocupado para llevar a cabo su cometido; abrir uno de los sellos que portaba el sarcófago.
Sus manos tocaron mis manos para intentar tranquilizarme en lo que yo seguía temblando sintiendo el cuerpo frío, con sudores fríos que me recorrían por completo, el miedo y la duda en mi mirada todavía sin poder explicar qué me había pasado y esperando que ella lo solucionara. Tenía una ligera idea de lo que me había sucedido, debía de haber ocurrido en el momento en que aquella sombra me había rodeado y perdí el conocimiento, debió de ser en ese instante cuando hizo algo a mi cuerpo como si lo poseyera... de hecho es que podía sentir como un vacío oscuro en mi interior, algo que parecía tomar forma y que parecía que había despertado de su letargo con la sangre y a la joven que había matado sin pretenderlo y sin quererlo. Era como si quisiera rasgar parte de mi consciencia y apoderarse de mi razón y de mi cordura, ser el dueño y hacerse el único que tenía el control sobre cada parte de mí. Eylith intentaba tranquilizarme haciéndome saber que no era culpa mía y que no había sido yo pero ¿Cómo podía no sentirme culpable cuando llevaba eso dentro y por mi culpa había muerto esa joven? Claro que me sentía culpable de lo que había ocurrido, es más, me sentía horrorizada por ello sin poder borrar de mi mente las imágenes de toda la sangre en el suelo, sangre que aún seguía en mi vestido y en mis manos secas como recordatorio de lo que había pasado. Un golpe hizo que pegara un respingo en el asiento donde estaba solo para que ella me tranquilizara, al parecer el cuervo era de su prima y la forma en la que podían comunicarse... por un momento pensé si podía hacer algo conmigo para enviarle una nota a Ubbe con que iba a llegar tarde, para nada del mundo iría a casa si no estaba bien... no pensaba arriesgarme. De vuelta frente a mí se arrodilló dejando sus manos en mis piernas que seguían temblando igual que todo mi cuerpo, mis dedos intentaban borrar la sangre de mis manos pero era imposible porque estaban ahí remarcando lo evidente. Mis desiertos se clavaron en sus orbes tan azules que me recordaban a las de Ubbe, sus palabras sonaron con peso en la sala y calaron hondo porque de alguna forma intuía lo que me estaba pasando. Esa cosa estaba en mi interior, lo notaba ahora después de lo que había pasado y mis dudas me las estaba confirmando ella en que lo tenía en mi interior. Lancé un suspiro y cerré los ojos un par de segundos para intentar tranquilizarme, si necesitaba usar su magia en mí le daría el permiso que necesitaba, yo no podía hacer nada y aquello no debía de salir del museo y mucho menos podíamos dejar que se quedara tampoco en mi cuerpo... debíamos de buscar una solución en ese momento y claramente pasaba por ella.
-Haz lo que sea necesario Eylith –asentí aunque bien sabía que no hacía falta comprobaciones; estaba en mi interior. Sin embargo mi miedo residía por lo que podría pasar ahora que sabíamos que lo tenía dentro, lo notaba intenta rasgar mi voluntad, mi cordura y mi razón como si quisiera apoderarse de todo mi ser al completo y eso me atemorizaba, ¿y si no le daba tiempo a ayudarme? ¿Y si al igual que había perdido la consciencia antes, lo hacía y ya no despertaba más? Me estaba agobiando yo sola de pensar en las posibles soluciones, de tal forma, que ella mismo llevó su mano a mi brazo para apretarlo y hacerme ver que debía de tranquilizarme, mis ojos subieron de nuevo a los suyos mientras me pedía que me tranquilizara aunque ella parecía saber igual que yo lo que me pasaba- está bien, puedes empezar... –dije dispuesta a que utilizara su magia, de hecho, es lo que iba a hacer cuando oí un grito de una voz que reconocí aunque me extrañaba escuchar dicha voz en el museo. Mi mirada estaba puesta en la puerta del despacho en lo que Eylith esperaba y se preparaba para poder comenzar con lo que tenía que hacer. Me preguntó si pasaba algo y volví mi vista a ella algo confundida- no... simplemente me había parecido escuchar la voz de alguien –sacudí mi cabeza ligeramente- empecemos –dije mordiendo mi labio inferior con un tic nervioso en mi pierna en lo que sentía esa cosa dentro, lo sentía porque notaba el frío que poseía y que intentaba tomar en todo mi cuerpo. Sin embargo fueron unos golpes en la puerta los que hicieron que ambas miráramos en esa dirección, un ladrido tras esta fue lo que me hizo atar cabos para saber que la voz que había escuchado no había sido producto de mi imaginación porque ambas habíamos escuchado el ladrido- ¿Thor...? –Pregunté insegura escuchando el ladrido de nuevo, como sus uñas arañaban la puerta como si intentara entrar, quejidos porque no lograba abrir la puerta en lo que seguía arañándola y ladrando haciendo que me levantara de golpe sabiendo lo que pasaba- no puede ser... ¿qué hace aquí? –Aunque sabía la respuesta sin necesidad de escucharla de los labios del vikingo- maldito vikingo... –dije levantándome mirando a la hechicera- por favor Eylith no dejes que cruce esa puerta y me vea así.... si hace falta utiliza tus poderes para detenerlo pero no dejes que entre, por favor... –si me veía así después de todo sabía bien cómo iba a reaccionar y no era precisamente bien, si había venido hasta el museo con su perro es porque estaba más que preocupado al no llegar y lo que menos quería era que me viera de esa guisa- no se va a ir así que por favor, haz algo... –no quería verlo, corrección: no quería que me viera así y se preocupara aún más de lo que ya estaba. Tomé su brazo para darle un ligero empujón hacia la puerta y que lo parara de su avance pero bien sabía que o utilizaba su magia o nada podría parar al vikingo en esos momentos. Pareció que me hizo caso o quizás fue simplemente que me vio en un estado de nervios tal que se fue para intentar que parando a Ubbe yo me tranquilizaba si no me veía así... con lo que yo no conté, en ningún momento, es que cuando Eylith salió decidida a intentar pararlo, o al menos esa fue mi percepción porque no sabía qué iba a hacer la hechicera, de nuevo aquello intentara tomar posesión de mi cuerpo, de nuevo el mareo que había sentido antes sacudió mi mente aunque intenté no caer como la pasada vez, pero lo notaba, su frialdad, el vacío que lo arrasaba todo a su paso en mi interior queriendo salir como si de desgarrara desde dentro. Caí al suelo de rodillas intentando contenerme para que no me escucharan pero al final el dolor era insoportable, era como si sintiera que se abría paso desde el interior para querer salir fuera, algo doloroso en lo que intentaba aguantar con todas mis fuerzas, intentaba imponerse sobre mi voluntad aunque yo luchaba porque no fuera así pero aquel ser era más poderoso que yo y de pronto el dolor cesó por completo, la nada fue lo que me absorbió y todo se convirtió en una oscuridad permanente.
Para cuando quisieron llegar Eylith y Ubbe se encontraron con mi cuerpo de pie como si no hubiera sucedido nada, las ropas seguían manchadas así como los brazos y las manos, sin embargo la mujer que ambos habían conocido había quedado reducida en un segundo plano encerrada en el interior de su propio cuerpo sin siquiera poder salir. Su rostro era el mismo mas sus ojos eran totalmente diferentes; eran negros como la misma noche, oscuros y vacíos carente de todo sentimiento y calor. El cuerpo no era más que un mero recipiente que la sombra había ocupado para llevar a cabo su cometido; abrir uno de los sellos que portaba el sarcófago.
Naitiri Zahir- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 27/11/2015
Re: Sarcófago Ankh // privado Naitiri
Eylith miraba a Naitir con preocupación, sin duda tenía aquella cosa dentro de ella la podía sentir en su aura aunque de manera estraña, pues había una oscuridad dentro de ella, Eylith miró a la egipicia agarrando su rostro entre sus manos para que la mirae. -Tranquila.- Dijo en ese tono eco mientras pensaba que hacer, la mujer logicamente estaba asustada y por su espalda escuchaba al cuervo revolotear colocandose en lo alto de los estantes observando desde ahí, estaba inquieto, y tratandose de la mascota de Bloondy que ese animal este inquieto era señal de algo sumamente peligrosos, Eylith observaba a la egipcia, mientras esta la daba el consentimiento para realizar nigromancia sobre ella con el objetivo de sacar a aquella cosa que tuviera dentro de ella, era la unica forma de sacar, Wenkyel era muy buena con el tema de posesiones, pero ella no se quedaba atras en el manejo de la posesion y la nigromancia, mientras la observa.
Se queda estrañada cuando le parece oir algo, gira la cabeza mirando alrededor cuando se le hace oir algo, miró a la egipcia que por su cara también pareció haber oido algo, que parecío distraida por ello, Eylith enarcó una ceja observandola. -¿todo bien?- Preguntó antes de que esta asegurara de que continuara.
Eylith se alejó a la mesa para empezar a sacar las cosas que necesitaria para hacer el ritual para repeler el espiritu que parecía que se había metido en la egipcia, fue entonces cuando se distrajo pareciendole escuchar un perro en la puerta de su despacho, por lo que dijo Naitiri al llamarlo "Thor" sin duda conocía ese perro, seguramente fuera suyo, Eylith dejó las cosas en la mesa mientras se acercaba de nuevo a Naitiri, sin duda ese perro no había llegado hasta ahí solo, y por la cara de Naitiri revelaba más de lo que decía realmente. -¿Le conoces?- Inquirió la bruja mientras miraba la puerta que era rascada por el canido.
La bruja se dirigió a la puerta cuando la egipcia la intercepto haciendo que se frenase, la hechicera la miró como suplicaba para que el hombre que venía no entrase ni la viera en esas condiciones. -Tranquila..- Respondió con ese tono frio indicandoa Naitiri que se sentara, para entonces abrir la puerta para encontrarse a un enorme hombre de rasgos noruegos, que parecía ciertamente esta fuera de si.
Eylith miró al vikingo clavando sus ojos en él hombre con esa heladora mirada petrificante alzó una mano en señal de que se te tuviera. -Nadie te ha invitado...quedate ahí quieto.- Ordenó la bruja, pero el noruego no tenía pinta de que fuera hacer caso a lo que pidiera la bruja, y Eylith puso solución. -"etiam".- Pronunció la bruja haciendo que una energia pegase al hombre contra la pared de enfrente sin que este pudiera hacer nada.
Eyltih escucho ruido en su despacho, la distracción hizo que el hechizo de ella se desvaneciese liberando al hombre, para girarse y entrar junto al rubio en el despacho abriendo los ojos con sorpresa al encontrar ese estado de Naitiri que se habia puesto en pie, pero con los ojos como dos abismos sin fin, mientras parecía quitada de cualquier rastro sentimental. -Cuidado con lo que haces, tengo que hacerle un exorcismo a tu mujer, y aqui tus musculos no van a servir.- Dijo con desden mientras se movía a un lateral observandola, buscando como maniobrar antes de hacer nada. -Acercate a ella...despacio...con cuidado..o podría atacarte.- Le sugirió a Ubbe mientras miraba a Naitiri. -AguantaNaitiri- Gruño mirandola.
Se queda estrañada cuando le parece oir algo, gira la cabeza mirando alrededor cuando se le hace oir algo, miró a la egipcia que por su cara también pareció haber oido algo, que parecío distraida por ello, Eylith enarcó una ceja observandola. -¿todo bien?- Preguntó antes de que esta asegurara de que continuara.
Eylith se alejó a la mesa para empezar a sacar las cosas que necesitaria para hacer el ritual para repeler el espiritu que parecía que se había metido en la egipcia, fue entonces cuando se distrajo pareciendole escuchar un perro en la puerta de su despacho, por lo que dijo Naitiri al llamarlo "Thor" sin duda conocía ese perro, seguramente fuera suyo, Eylith dejó las cosas en la mesa mientras se acercaba de nuevo a Naitiri, sin duda ese perro no había llegado hasta ahí solo, y por la cara de Naitiri revelaba más de lo que decía realmente. -¿Le conoces?- Inquirió la bruja mientras miraba la puerta que era rascada por el canido.
La bruja se dirigió a la puerta cuando la egipcia la intercepto haciendo que se frenase, la hechicera la miró como suplicaba para que el hombre que venía no entrase ni la viera en esas condiciones. -Tranquila..- Respondió con ese tono frio indicandoa Naitiri que se sentara, para entonces abrir la puerta para encontrarse a un enorme hombre de rasgos noruegos, que parecía ciertamente esta fuera de si.
Eylith miró al vikingo clavando sus ojos en él hombre con esa heladora mirada petrificante alzó una mano en señal de que se te tuviera. -Nadie te ha invitado...quedate ahí quieto.- Ordenó la bruja, pero el noruego no tenía pinta de que fuera hacer caso a lo que pidiera la bruja, y Eylith puso solución. -"etiam".- Pronunció la bruja haciendo que una energia pegase al hombre contra la pared de enfrente sin que este pudiera hacer nada.
Eyltih escucho ruido en su despacho, la distracción hizo que el hechizo de ella se desvaneciese liberando al hombre, para girarse y entrar junto al rubio en el despacho abriendo los ojos con sorpresa al encontrar ese estado de Naitiri que se habia puesto en pie, pero con los ojos como dos abismos sin fin, mientras parecía quitada de cualquier rastro sentimental. -Cuidado con lo que haces, tengo que hacerle un exorcismo a tu mujer, y aqui tus musculos no van a servir.- Dijo con desden mientras se movía a un lateral observandola, buscando como maniobrar antes de hacer nada. -Acercate a ella...despacio...con cuidado..o podría atacarte.- Le sugirió a Ubbe mientras miraba a Naitiri. -AguantaNaitiri- Gruño mirandola.
Eylith Enhydra- Hechicero Clase Alta
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Fecha de inscripción : 19/01/2018
Re: Sarcófago Ankh // privado Naitiri
Para mi sorpresa, lejos de ser mi preciosa esposa la que salió a mi encuentro lo hizo una loca de pelo oscuro que con un tono que no me gustó en absoluto me pidió que me detuviera, para ese entonces Thor marcaba la posición de mi esposa sacando los dientes, y yo no era de los que reculaba ni ante el peligro ni menos ante aquella loca.
-Si le has hecho daño no habrá lugar en los nueve mundos que pueda resguardarte de mi ira -rugí desenvainando la espada.
Una palabra me estampo contra la pared, ladeé la sonrisa, así que magia, bien, porque odiaba las gestas sencillas y no existía batalla en la que el general perdía.
Un descuido de la hechicera bastó para que me soltara, el filo de mi acero se hundió en su cuello y con un gesto la hice adentrarse en la sala.
-Sin trucos bruja -ordene.
Dentro estaba el cuerpo de mi esposa, pero su alma parecía perdida, sus dos desiertos eran pozos, unos que no me conocían. Thor gruñía, no olía a Nai si no a no se bien que demonio.
-No se que cojones le has hecho, pero vas a solucionarlo ¡Me entiendes! -le ordené empujando a la bruja hacia ella -te arrancaré la cabeza si no sacas eso de dentro de mi mujer, no voy a perderla.
Emvainé la espada y levanté las dos manos en son de paz.
-Egipcia soy yo, se que estas ahí, lucha, porque no me voy a ir de aquí sin ti. -dije dando unos pasos hacía ella.
Thor ladraba dispuesto a atacar.
-¡Atras! ¡Quieto!
El perro obedeció sentándose al lado de la bruja.
-¡Vigila! -le ordené.
-Vamos Nai preciosa, he preparado la cena, eso para mi es todo un merito, si no vienes conmigo por Odin juro que no volveré a cocinar.
-Si le has hecho daño no habrá lugar en los nueve mundos que pueda resguardarte de mi ira -rugí desenvainando la espada.
Una palabra me estampo contra la pared, ladeé la sonrisa, así que magia, bien, porque odiaba las gestas sencillas y no existía batalla en la que el general perdía.
Un descuido de la hechicera bastó para que me soltara, el filo de mi acero se hundió en su cuello y con un gesto la hice adentrarse en la sala.
-Sin trucos bruja -ordene.
Dentro estaba el cuerpo de mi esposa, pero su alma parecía perdida, sus dos desiertos eran pozos, unos que no me conocían. Thor gruñía, no olía a Nai si no a no se bien que demonio.
-No se que cojones le has hecho, pero vas a solucionarlo ¡Me entiendes! -le ordené empujando a la bruja hacia ella -te arrancaré la cabeza si no sacas eso de dentro de mi mujer, no voy a perderla.
Emvainé la espada y levanté las dos manos en son de paz.
-Egipcia soy yo, se que estas ahí, lucha, porque no me voy a ir de aquí sin ti. -dije dando unos pasos hacía ella.
Thor ladraba dispuesto a atacar.
-¡Atras! ¡Quieto!
El perro obedeció sentándose al lado de la bruja.
-¡Vigila! -le ordené.
-Vamos Nai preciosa, he preparado la cena, eso para mi es todo un merito, si no vienes conmigo por Odin juro que no volveré a cocinar.
Ubbe Cannif- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 25/02/2017
Re: Sarcófago Ankh // privado Naitiri
Podría decir que no sabía el motivo por el cual oía los ladridos de mi perro tras la puerta, pero no estaría más que mintiendo porque lo sabía perfectamente; el vikingo había venido a buscarme. Tan típico en él que no me extrañaba en lo más mínimo y sobre todo después de lo que habíamos pasado y lo sobreprotector que se había vuelto últimamente, por ese mismo motivo quise ir a avisarle en persona de que pasaba la noche en el museo trabajando y se quedara tranquilo... pero mis planes se vieron truncados y ahora lo tenía allí, en mi lugar de trabajo, buscándome preocupado porque no era normal en mí que tardara tantísimo en llegar a casa y menos sin avisar de alguna forma. No podía ni quería dejar que me viera en ese estado ni en esas maneras, con mis manos llenas de sangre así como parte de mí vestido y en el estado de nervios que tenía... eso solo lo preocuparía mucho más y no quería que eso pasara. Le pedí a Eylith que hiciera lo necesario para pararlo, incluso utilizar su magia, si se diera el caso... porque lo conocía y ese hombre era tan terco y cabezón como una mula que no se quedaría atrás sabiendo que algo podría pasarme. Yo solo esperaba que la bruja pudiera mantenerlo fuera en lo que ella hacía lo necesario para sacar aquella cosa de mi interior. Fue cuando me dejó sola asegurándome que no lo dejaría entrar y que me tranquilizara, cuando perdí el control de todo y lo que llevaba en mi interior comenzó a manifestarse y cobrar fuerza. De nuevo el mareo que había sentido antes sacudió mi mente aunque intenté no caer como la pasada vez, pero lo notaba, su frialdad, el vacío que lo arrasaba todo a su paso en mi interior queriendo salir como si de desgarrara desde dentro. Caí al suelo de rodillas intentando contenerme para que no me escucharan pero al final el dolor era insoportable, era como si sintiera que se abría paso desde el interior para querer salir fuera, algo doloroso en lo que intentaba aguantar con todas mis fuerzas, intentaba imponerse sobre mi voluntad aunque yo luchaba porque no fuera así pero aquel ser era más poderoso que yo y de pronto el dolor cesó por completo, la nada fue lo que me absorbió y todo se convirtió en una oscuridad permanente.
Había logrado tomar posesión finalmente del cuerpo de la humana y me había hecho con el control, algo que no había sido fácil pese a que solo era una débil humana que no podía resistirse al poder que albergaba, desde que me había adentrado en su interior había esperado el momento oportuno y tras aquella muerte cuando pude salir y tomar consciencia como si fuera realmente mi cuerpo el cambio ya se estaba provocando. Ahora poseía un cuerpo humano, uno el cual utilizaría para mis fines y hacer más sacrificios que abrieran los sellos del sarcófago para liberar lo que había en su interior, algo que había estado demasiados siglos encerrados y que de nuevo tocaba que volviera a alzarse sobre la faz de la tierra imponiendo la sangre, la muerte y la oscuridad. La Luna de Sangre de nuevo se acercaba y esa vez estábamos un paso más cerca de conseguirlo, de lograr por fin que se alzara y caminara sembrando el Infierno, maldijera a todo aquel que se opusiera a seguir las leyes y las normas que dictara condenándolos a vagar en una vida eterna, llena de locura, de maldad, de terror y de sufrimiento. La humana sería la encargada que haría todo ahora que había tomado posesión de ella, se resistió y luchó pero yo era mucho más fuerte y poderoso y mi poder se había impuesto sobre ella. Alcé mis ojos oscuros, vacíos y negros como la misma noche, hacia las dos personas que habían atravesado la puerta y que me contemplaban solo para ver a un recipiente siendo utilizado, la humana había quedado relegada y doblegada bajo mi poder y solo quedaba la “vasija” de la cual me había apropiado. El perro ladró en mi dirección y yo ladeé la cabeza para escuchar las palabras que ambos decían lo que provocó y sacó una sonrisa que nada tenía que ver con algo humano; retorcida y malvada, nada como lo que seguramente fuera la humana porque podía sentir su esencia, el brillo que la caracterizaba. Mi ancha y diabólica sonrisa ladina se quedó en los labios en lo que los observaba y los escuchaba como intentaban hacer que la humana volviera a tomar consciencia... pobres ilusos, no sabían que nada podían hacer para que ella volviera ya que bajo mi poder estaba totalmente perdida. El humano, el de espada en su espalda y ojos enormes azules, alzó sus manos mientras le hablaba a su mujer en un intento por recuperarla, la bruja a uno de los lados no me quitaba ojo y parecía estudiar qué hacer para ayudar seguramente a su compañera. Me reí, mi risa sonó vacía con un tinte oscuro y frío que retumbó en el despacho mientras a través de los ojos de la mujer los contemplaba a ambos.
-Vaya con la bruja, ¿crees que puedes hacer algo para ayudar a tu amiga y sacarme de su interior? Te adelanto lo que pasará; fracasarás –mis ojos estaban fijos en ella para pasar a mirar al hombre que hablaba en un vano intento por buscar a su mujer, la que seguía frente a él, pero que parecía no querer aceptar que se había ido... al menos el tiempo que yo quisiera ocupar su cuerpo- oh, pero qué enternecedor –comenté con asco y con toda la ironía del mundo- el hombre que busca desesperado encontrar a su mujer y que pensando que, hablándole, va a hacer qué vuelva... debo de admitir que es más dura de pelar de lo que había imaginado. Su voluntad es fuerte pero nada comparado con mi poder, ¿quieres saber dónde la tengo “encerrada” realmente? –Sonreí de forma ladina, burlándome, regodeándome con su preocupación y su desespero, sus ganas porque volviera a ser ella de nuevo y corriera a sus brazos. No era complicado para mí ver el amor del hombre, ni tampoco pasar por alto los sentimientos de ella que sí, admitía que había reaccionado cuando él le llamaba... entrecerré ligeramente los ojos al darme cuenta de que estaban conectados, por ese hilo que unía sus vidas en una unión fuerte e inquebrantable. Tenerlo allí era un problema, pero no estaría el tiempo suficiente para dejar o darle una oportunidad- puedo sentir el amor que desprendes, igual que puedo sentir el amor que ella te profesa... te ama demasiado, ¡ah, los humanos y sus inútiles e inservibles sentimientos! ¿Cuándo aprenderán que el amor verdadero no existe? Os dejáis llevar por una ilusión que solo os ha causado, os causa y os causará dolor –me crucé de brazos- pero sí, puedo sentirlo flotando en el ambiente... y apesta. Asqueroso y nauseabundo –arrugué la nariz al sentir lo que el hombre manifestaba, reí por sus absurdas y estúpidas palabras divirtiéndome con ello- qué insensato, ¿crees que te es capaz de escucharte? Patético... no sois más que una panda de débiles humanos que os creéis con la capacidad de vencerme, pero oh, cuán equivocados que estáis –sonreí ladino dando un paso hacia atrás- no podía haber escogido mejor recipiente que tú mujer, ¿vikingo? –Reí por el apodo porque podía ver en los recuerdos de la humana, no había secreto alguno para mí y era sumamente divertido lo que podía sacar de ello- admito y reconozco que tienes buenos gustos, podría imaginar lo que es sentir el sentir placer con ella, y por lo que veo, disfrutas bastante –alcé una mano para abarcar su pecho con la sola intención de provocar al hombre y que cometiera un paso en falso- será un bonito cebo para lo que le tengo preparado, al fin y al cabo, ¿quién se resistiría a un bocado apetecible y tentador como ella? Ni tú pudiste hacerlo –ladeé la cabeza ligeramente sin apartar mis ojos de él regodeándome en lo que venía- Ubbe... tómame –mi voz sonó igual que la de la humana de manera sensual y provocativa, de hecho, es que él podía pensar sin lugar a dudas que quien lo llamaba era ella y no yo, como si no la poseyera... yo y me reí al ver la cara que se le ponía- ¿oh, ha colado? Entonces será más fácil de lo que pensaba con este cuerpo... la noche se abre camino y la Luna de Sangre pronto alcanzará su cénit... es hora de abrir nuevos sellos –con la velocidad que me caracterizaba me giré, sin siquiera darles tiempo, y atravesé el ventanal rompiendo los cristales que algunos se incrustaron en mi piel pero no me importó porque pronto curarían con mi poder, hice que la caída fuera algo más lenta como si la frenara casi como si estuviera “levitando” y así descender los dos pisos sin percance alguno hasta llegar al suelo, cuando lo hice alcé mi vista solo para verlos a ellos asomados pero sobre todo regodeándome de la expresión del hombre- que comience el baño de sangre –sonreí antes de perderme por las calles de París con la única intención de encontrar las víctimas perfectas, aquellas que derramarían su sangre para que los sellos se fueran abriendo y dar paso a la siguiente fase.
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Había logrado tomar posesión finalmente del cuerpo de la humana y me había hecho con el control, algo que no había sido fácil pese a que solo era una débil humana que no podía resistirse al poder que albergaba, desde que me había adentrado en su interior había esperado el momento oportuno y tras aquella muerte cuando pude salir y tomar consciencia como si fuera realmente mi cuerpo el cambio ya se estaba provocando. Ahora poseía un cuerpo humano, uno el cual utilizaría para mis fines y hacer más sacrificios que abrieran los sellos del sarcófago para liberar lo que había en su interior, algo que había estado demasiados siglos encerrados y que de nuevo tocaba que volviera a alzarse sobre la faz de la tierra imponiendo la sangre, la muerte y la oscuridad. La Luna de Sangre de nuevo se acercaba y esa vez estábamos un paso más cerca de conseguirlo, de lograr por fin que se alzara y caminara sembrando el Infierno, maldijera a todo aquel que se opusiera a seguir las leyes y las normas que dictara condenándolos a vagar en una vida eterna, llena de locura, de maldad, de terror y de sufrimiento. La humana sería la encargada que haría todo ahora que había tomado posesión de ella, se resistió y luchó pero yo era mucho más fuerte y poderoso y mi poder se había impuesto sobre ella. Alcé mis ojos oscuros, vacíos y negros como la misma noche, hacia las dos personas que habían atravesado la puerta y que me contemplaban solo para ver a un recipiente siendo utilizado, la humana había quedado relegada y doblegada bajo mi poder y solo quedaba la “vasija” de la cual me había apropiado. El perro ladró en mi dirección y yo ladeé la cabeza para escuchar las palabras que ambos decían lo que provocó y sacó una sonrisa que nada tenía que ver con algo humano; retorcida y malvada, nada como lo que seguramente fuera la humana porque podía sentir su esencia, el brillo que la caracterizaba. Mi ancha y diabólica sonrisa ladina se quedó en los labios en lo que los observaba y los escuchaba como intentaban hacer que la humana volviera a tomar consciencia... pobres ilusos, no sabían que nada podían hacer para que ella volviera ya que bajo mi poder estaba totalmente perdida. El humano, el de espada en su espalda y ojos enormes azules, alzó sus manos mientras le hablaba a su mujer en un intento por recuperarla, la bruja a uno de los lados no me quitaba ojo y parecía estudiar qué hacer para ayudar seguramente a su compañera. Me reí, mi risa sonó vacía con un tinte oscuro y frío que retumbó en el despacho mientras a través de los ojos de la mujer los contemplaba a ambos.
-Vaya con la bruja, ¿crees que puedes hacer algo para ayudar a tu amiga y sacarme de su interior? Te adelanto lo que pasará; fracasarás –mis ojos estaban fijos en ella para pasar a mirar al hombre que hablaba en un vano intento por buscar a su mujer, la que seguía frente a él, pero que parecía no querer aceptar que se había ido... al menos el tiempo que yo quisiera ocupar su cuerpo- oh, pero qué enternecedor –comenté con asco y con toda la ironía del mundo- el hombre que busca desesperado encontrar a su mujer y que pensando que, hablándole, va a hacer qué vuelva... debo de admitir que es más dura de pelar de lo que había imaginado. Su voluntad es fuerte pero nada comparado con mi poder, ¿quieres saber dónde la tengo “encerrada” realmente? –Sonreí de forma ladina, burlándome, regodeándome con su preocupación y su desespero, sus ganas porque volviera a ser ella de nuevo y corriera a sus brazos. No era complicado para mí ver el amor del hombre, ni tampoco pasar por alto los sentimientos de ella que sí, admitía que había reaccionado cuando él le llamaba... entrecerré ligeramente los ojos al darme cuenta de que estaban conectados, por ese hilo que unía sus vidas en una unión fuerte e inquebrantable. Tenerlo allí era un problema, pero no estaría el tiempo suficiente para dejar o darle una oportunidad- puedo sentir el amor que desprendes, igual que puedo sentir el amor que ella te profesa... te ama demasiado, ¡ah, los humanos y sus inútiles e inservibles sentimientos! ¿Cuándo aprenderán que el amor verdadero no existe? Os dejáis llevar por una ilusión que solo os ha causado, os causa y os causará dolor –me crucé de brazos- pero sí, puedo sentirlo flotando en el ambiente... y apesta. Asqueroso y nauseabundo –arrugué la nariz al sentir lo que el hombre manifestaba, reí por sus absurdas y estúpidas palabras divirtiéndome con ello- qué insensato, ¿crees que te es capaz de escucharte? Patético... no sois más que una panda de débiles humanos que os creéis con la capacidad de vencerme, pero oh, cuán equivocados que estáis –sonreí ladino dando un paso hacia atrás- no podía haber escogido mejor recipiente que tú mujer, ¿vikingo? –Reí por el apodo porque podía ver en los recuerdos de la humana, no había secreto alguno para mí y era sumamente divertido lo que podía sacar de ello- admito y reconozco que tienes buenos gustos, podría imaginar lo que es sentir el sentir placer con ella, y por lo que veo, disfrutas bastante –alcé una mano para abarcar su pecho con la sola intención de provocar al hombre y que cometiera un paso en falso- será un bonito cebo para lo que le tengo preparado, al fin y al cabo, ¿quién se resistiría a un bocado apetecible y tentador como ella? Ni tú pudiste hacerlo –ladeé la cabeza ligeramente sin apartar mis ojos de él regodeándome en lo que venía- Ubbe... tómame –mi voz sonó igual que la de la humana de manera sensual y provocativa, de hecho, es que él podía pensar sin lugar a dudas que quien lo llamaba era ella y no yo, como si no la poseyera... yo y me reí al ver la cara que se le ponía- ¿oh, ha colado? Entonces será más fácil de lo que pensaba con este cuerpo... la noche se abre camino y la Luna de Sangre pronto alcanzará su cénit... es hora de abrir nuevos sellos –con la velocidad que me caracterizaba me giré, sin siquiera darles tiempo, y atravesé el ventanal rompiendo los cristales que algunos se incrustaron en mi piel pero no me importó porque pronto curarían con mi poder, hice que la caída fuera algo más lenta como si la frenara casi como si estuviera “levitando” y así descender los dos pisos sin percance alguno hasta llegar al suelo, cuando lo hice alcé mi vista solo para verlos a ellos asomados pero sobre todo regodeándome de la expresión del hombre- que comience el baño de sangre –sonreí antes de perderme por las calles de París con la única intención de encontrar las víctimas perfectas, aquellas que derramarían su sangre para que los sellos se fueran abriendo y dar paso a la siguiente fase.
Naitiri Zahir- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 27/11/2015
Re: Sarcófago Ankh // privado Naitiri
Eylith le dedicaba la mayor mirada de odio existnte al vikingo cuando se atrevió a acercar el filo de su espada al cuello de ella para obligarla a retroceder, y así entrar más parece que en el momento que la bruja no miraba la cosa se había salido de control, fulminó con la mirada al hombre cuando la acusó de que eso era culpa suya y que tenía que solucionarlo, mucho musculo y poco cerebro fue la sensación que le dió a la hechicera, pero todo esto se vió minio cuando observaba como la egipcia había caido bajo la influencia del sarcofago, eso estaba claro, el vikingo quiso acercarse llamando a la cordura de ella, pero estas cayeron en saco roto, pues parece que los dos amantes no estaban en el mismo plano, la bruja se quedó detras observando la reacción de ambos, mientras sus ojos se clavan en la figura femenina, que destilaba una oscuridad abrumadora.
Ella ladea la cabeza mientras observa al ser, que mira al vikingo mientras este intenta apelar a la egipcia que tiene dentro, con pequeños chascarrillos buscando quizá la sonrisa por ello, lo que provoca que de un bufido agresivo por ello ante la oscuridad que emitia ahora la egipcia.
Más las palabras que escupió el ente a traves de la femina fueron golpes bajos, sin duda dedicados a herir a aquel hombre, a dejarle derrotado y hundido en la miseria, las palabras destilaban veneno que sin duda alcanzaban al hombre que era su marido, la mirada de Eylith era penetrante analizando la situación, el demonio que tenía en poder el cuerpo de la pobre egipcia solo conocía lo justo de la hechicera parecía, ya que al parecer los recuerdos de la joven eran un libro abierto para ella, Eylith se mordió el labio inferior pensativa mientras escuchaba lo terrible que estaba siendo aquel ente con el vikingo gracia a la información que le daba la mente de la joven a la que tenía bajo control.
Un golpe bajo llegó al joven que sin compansión recibió una burla cruel por parte del ente, haciendo alusión a los más intimos momentos, esas mofas que al hombre le debía estar doliendo en lo más profundo y si había algo de la consciencia de la egipcia estaría igual que él, mientras las burlas eran desgarradoras más el gesto serio de la bruja seguía sin escapar una mueca de ninguna indole, mirandoles de esa manera penetrante que tenía la irlandesa. La voz de la joven surgió con una provocación que sin duda deshubicó al vikingo mientras que Eylith mentalmente medía como hacerle el exorcismo.
Pero no iba a ser tan facil como parecía, ese demonio tenía sed de sangre y no tenía intención de quedarse ahí seguramente sabiendo de lo que podía ser capaz la bruja. En un repentino movimiento se giró para saltar por el enorme ventanal, lo que hizo que la bruja corriese para ver el resultado, los poderes del demonio salvaron a la chica de lo que podía haber sido una dolorosa caida y sin duda iba a buscar sangre. Eylith observo como se iba y se giró a mirar al vikingo y luego miró a lo alto de uno de los estantes, silbó y el enorme cuervo de Bloondy bajo a posarse en el brazo de Eylith. -Arkay, siguela, vamos, siguela vuela y no la pierdas de vista mantente bien alto.- Exije la bruja al cuervo que grazna antes de salir volando para obedecer la orden dada por una de sus dueñas, Eylith se gira a mirar al vikingo. -No es tiempo de llorar, ni de hundirse, coge tu espada y vamos a por ella.- Gruñe la bruja dandole un toque para que se mueva.
-El cuervo nos indicará donde está, ahi que ir tras ella, atraparla y sacarle el jodido ente de dentro...soy poderosa pero voy a necesitar ayuda, y seguro que tú quieres seguir teniendo quien caliente tu cama, ¡ahorrate el amenazarme! ¡¡vamos muevete!!.- Alega la bruja para salir rapidamente con la mirada hacia el cielo buscando la posición del cuervo para seguirlo y seguir su rastro de esa forma.
Ella ladea la cabeza mientras observa al ser, que mira al vikingo mientras este intenta apelar a la egipcia que tiene dentro, con pequeños chascarrillos buscando quizá la sonrisa por ello, lo que provoca que de un bufido agresivo por ello ante la oscuridad que emitia ahora la egipcia.
Más las palabras que escupió el ente a traves de la femina fueron golpes bajos, sin duda dedicados a herir a aquel hombre, a dejarle derrotado y hundido en la miseria, las palabras destilaban veneno que sin duda alcanzaban al hombre que era su marido, la mirada de Eylith era penetrante analizando la situación, el demonio que tenía en poder el cuerpo de la pobre egipcia solo conocía lo justo de la hechicera parecía, ya que al parecer los recuerdos de la joven eran un libro abierto para ella, Eylith se mordió el labio inferior pensativa mientras escuchaba lo terrible que estaba siendo aquel ente con el vikingo gracia a la información que le daba la mente de la joven a la que tenía bajo control.
Un golpe bajo llegó al joven que sin compansión recibió una burla cruel por parte del ente, haciendo alusión a los más intimos momentos, esas mofas que al hombre le debía estar doliendo en lo más profundo y si había algo de la consciencia de la egipcia estaría igual que él, mientras las burlas eran desgarradoras más el gesto serio de la bruja seguía sin escapar una mueca de ninguna indole, mirandoles de esa manera penetrante que tenía la irlandesa. La voz de la joven surgió con una provocación que sin duda deshubicó al vikingo mientras que Eylith mentalmente medía como hacerle el exorcismo.
Pero no iba a ser tan facil como parecía, ese demonio tenía sed de sangre y no tenía intención de quedarse ahí seguramente sabiendo de lo que podía ser capaz la bruja. En un repentino movimiento se giró para saltar por el enorme ventanal, lo que hizo que la bruja corriese para ver el resultado, los poderes del demonio salvaron a la chica de lo que podía haber sido una dolorosa caida y sin duda iba a buscar sangre. Eylith observo como se iba y se giró a mirar al vikingo y luego miró a lo alto de uno de los estantes, silbó y el enorme cuervo de Bloondy bajo a posarse en el brazo de Eylith. -Arkay, siguela, vamos, siguela vuela y no la pierdas de vista mantente bien alto.- Exije la bruja al cuervo que grazna antes de salir volando para obedecer la orden dada por una de sus dueñas, Eylith se gira a mirar al vikingo. -No es tiempo de llorar, ni de hundirse, coge tu espada y vamos a por ella.- Gruñe la bruja dandole un toque para que se mueva.
-El cuervo nos indicará donde está, ahi que ir tras ella, atraparla y sacarle el jodido ente de dentro...soy poderosa pero voy a necesitar ayuda, y seguro que tú quieres seguir teniendo quien caliente tu cama, ¡ahorrate el amenazarme! ¡¡vamos muevete!!.- Alega la bruja para salir rapidamente con la mirada hacia el cielo buscando la posición del cuervo para seguirlo y seguir su rastro de esa forma.
Eylith Enhydra- Hechicero Clase Alta
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Fecha de inscripción : 19/01/2018
Re: Sarcófago Ankh // privado Naitiri
Reconozco que eso que anidaba dentro de i esposa fue incisivo, pero no lo suficiente como para no obligarme a ladear la sonrisa ligeramente.
-Bien, pues ahora que sabes como follamos yo y mi mujer sabrás que voy a sacarte de su cuerpo aunque sea a pollazos, asi que regocijate con esas imágenes porque te aseguro que vas a anidar poco tiempo dentro de ella.
De un salto se lanzó desde el piso superior hacia el inferior, un gesto basto para que Thor la persiguiera bajando raudo escaleras a bajo, perder u rastro no me interesaba, a fin de cuentas, el demonio tenía que salir y por suerte una bruja haría que eso sucediera.
-Tu céntrate en concentrarte en el conjuro para sacar eso de mi mujer, yo mientras intentaré no llorar demasiado -apunté con sorna mientras sacaba el arco y lanzaba una flecha con toda la intención de acertar en Nai.
Por desgracia, el demonio fue mas rápido cruzando el umbral del portón del museo.
-¡Mierda!
Pude ver en la cara de la bruja el gesto de quien no comprende, seguramente porque mi ataque era una ofensiva y dañar al demonio implicaría herir a mi esposa.
Me encogí de hombros como única respuesta, a situaciones jodidas medidas desesperadas, evitaría le mal mayor y ese era que Nai desangrara gente para sus atrocidades, conocía a mi esposa y no soportaría ser causante de muerte.
-¡Muévete! -atajé dando un salto hasta la lampara de telas de araña que pendía en el techo, los miles de cristales se sacudieron y tras un tirón esta cedió despacio pues estaba colgada por innumerables hilos.
Así llegué al suelo tras una pirueta y emprendí arco en mano carrera tras ellas.
La bruja había mandado un cuervo, pero yo a Thor y sus ladridos delataban perfectamente la posición de mi mujer.
-Tranquila cariño, pronto estaremos cenando frente a la luz de las velas -dije con un tono divertido mientras una sonrisa ladina se dibujaba en mis labios consciente de que le demonio me escucharía, tenía que ganar tiempo, tiempo para que la bruja hiciera lo que tuviera que hacer ara salvar a mi mujer.
-Egipcia, ¿te he dicho que hoy estas especialmente preciosa -esperaba que eso llegara a oídos de mi esposa -ufffff, menudas nalgas tienes, voy a tener que perseguirte mas a menudo.
-Bien, pues ahora que sabes como follamos yo y mi mujer sabrás que voy a sacarte de su cuerpo aunque sea a pollazos, asi que regocijate con esas imágenes porque te aseguro que vas a anidar poco tiempo dentro de ella.
De un salto se lanzó desde el piso superior hacia el inferior, un gesto basto para que Thor la persiguiera bajando raudo escaleras a bajo, perder u rastro no me interesaba, a fin de cuentas, el demonio tenía que salir y por suerte una bruja haría que eso sucediera.
-Tu céntrate en concentrarte en el conjuro para sacar eso de mi mujer, yo mientras intentaré no llorar demasiado -apunté con sorna mientras sacaba el arco y lanzaba una flecha con toda la intención de acertar en Nai.
Por desgracia, el demonio fue mas rápido cruzando el umbral del portón del museo.
-¡Mierda!
Pude ver en la cara de la bruja el gesto de quien no comprende, seguramente porque mi ataque era una ofensiva y dañar al demonio implicaría herir a mi esposa.
Me encogí de hombros como única respuesta, a situaciones jodidas medidas desesperadas, evitaría le mal mayor y ese era que Nai desangrara gente para sus atrocidades, conocía a mi esposa y no soportaría ser causante de muerte.
-¡Muévete! -atajé dando un salto hasta la lampara de telas de araña que pendía en el techo, los miles de cristales se sacudieron y tras un tirón esta cedió despacio pues estaba colgada por innumerables hilos.
Así llegué al suelo tras una pirueta y emprendí arco en mano carrera tras ellas.
La bruja había mandado un cuervo, pero yo a Thor y sus ladridos delataban perfectamente la posición de mi mujer.
-Tranquila cariño, pronto estaremos cenando frente a la luz de las velas -dije con un tono divertido mientras una sonrisa ladina se dibujaba en mis labios consciente de que le demonio me escucharía, tenía que ganar tiempo, tiempo para que la bruja hiciera lo que tuviera que hacer ara salvar a mi mujer.
-Egipcia, ¿te he dicho que hoy estas especialmente preciosa -esperaba que eso llegara a oídos de mi esposa -ufffff, menudas nalgas tienes, voy a tener que perseguirte mas a menudo.
Ubbe Cannif- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 25/02/2017
Re: Sarcófago Ankh // privado Naitiri
Los humanos no cambiaban por mucho que pasaran los tiempos y los siglos, seguían siendo igual que siempre y se dejaban llevar por los sentimientos que tenían y que eran los que los movían realmente. Podía notar el amor que se tenían el uno al otro, cómo ella parecía notar la presencia de su marido e intentaba luchar con fuerzas para librarse del yugo al que la había sometido. Tenía carácter y no era fácil doblegarla, sin embargo con los poderes que tenía no era muy complicado hacer que quedara relegada en un segundo plano mientras yo utilizaba su cuerpo para ir abriendo los sellos del sarcófago. Se necesitaban sacrificios humanos, el derramamiento de la sangre por el agravio cometido que debía de ser pagado y por qué no, incluso hasta vengado. Ella era un buen recipiente, conocía a los humanos demasiado y sabía que siempre se habían dejado llevar por sus más bajos instintos, por lo que ella sería el cebo perfecto para cometer tales sacrificios. Tendría que alabar los gustos del vikingo, como ella lo llamaba, porque había escogido una hembra no solo atractiva, llamativa y exótica, sino con un carácter fuerte y luchador que me había sorprendido porque había luchado todo con lo que tenía para resistirse, pero mis poderes eran mayores y no pudo hacer frente a que yo la dominara. Por eso mismo me estaba burlando del hombre, porque la mente de la egipcia era un libro abierto en lo que podía ver todo su pasado hasta aquel mismo día, lo que había tenido que pasar, sufrir, soportar... y meterme con él era algo bastante sencillo porque tenía toda la información que quería y necesitaba para hacerle daño. La bruja sin embargo era otro tema aparte, además de que con su magia quizás pudiera intentar pararme, no tenía demasiadas referencias por no decir ninguna con respecto a ella porque no se conocían.... ella poseía magia y no quería que me atacara aunque sabía que estaba estudiando la situación para atacarme, esperando el momento oportuno y adecuado. Él, un humano sin mayores poderes mágicos que contaba con su fuerza que no era suficiente para derrotarme, era un blanco fácil por donde atacar porque sabía todo sobre él con solo tener el control de la mente de la egipcia. No quería que estuviera mucho tiempo cerca porque ella podía notarlo, podía sentirlo y eso era como si le dieran fuerzas para luchar... era más que evidente el lazo fuerte e irrompible que los unía y por experiencia sabía que nada había más poderoso que ese sentimiento del cual me había burlado hacía apenas unos minutos; el amor. Había visto como grandes civilizaciones caían destruidas por amor, que lo podía todo... no quería que influyera en el dominio que tenía con la mujer porque la necesitaba para cometer los sacrificios y había que admitir que era un bocado delicioso, nadie podría resistirse si me insinuaba con esa voz provocativa para que cayeran en mis redes. No debía demorar mucho más y poco tenía que hacer en aquella sala, así que me giré para saltar por la ventana cayendo del segundo piso frenando la caída porque no quería dañar al recipiente, ya que era importante para mí cometido, mirando al vikingo que se había asomado para ver qué había ocurrido ladeé la sonrisa por ello y eché a correr para salir en dirección hacia la calle sabiendo que la noche que tenía por delante era clave.
Mis sentidos más aumentados pese a estar en un cuerpo humano, gracias a mis poderes, era lo que me permitió salir raudo del lugar pero escuché el silbido de una flecha que había lanzado en mi dirección. Me giré atrapando la flecha con mi mano, parándola de donde iba a alcanzarme en el cuerpo, y la partí sin mucho esfuerzo portando una sonrisa retorcida en mis labios que daban a entender que eso era un juego de niños para mí, divirtiéndome con la idea de que dañara incluso a su mujer con tal de pararme. Una risa sonó en el lugar antes de que lo abandonara y me perdiera por la calle buscando a las víctimas que serían los sacrificios perfectos para abrir los sellos. Uno podía pensar que era una tarea un tanto complicada, pero nada más lejos de la realidad porque dichos candidatos eran reconocibles por un pequeño brillo, alrededor de su cuerpo, captados únicamente por mis ojos que los hacía ver como dignos candidatos para sangrar por una buena causa; la apertura de los sellos. Solamente tendría que buscar paseando por las calles bajo una apariencia totalmente humana a aquellos que fueran dignos de ser sacrificados, buscando ese brillo que los caracterizaba y distinguía de los demás humanos. Me interné por las calles de la ciudad paseando como una ciudadana más en lo que ellos eran ajenos a que un demonio habitaba en su interior buscando presas en la oscuridad de la noche. Tras varios minutos en los que estuve caminando, siendo consciente de que ninguno de los dos se daría por vencido y me dejarían actuar con libertad, encontré al primer candidato que era perfecto para mi cometido. Un joven que paseaba con un pequeño grupo de hombres, bajo la apariencia que llevaba no me costó demasiado lanzar una mirada y una sonrisa que hizo que los presentes se quedaran mirándome. Sin duda la mujer llamaba mucho la atención, no solo por su físico ni su belleza, sino por lo exótica que era con su piel y sus rasgos para nada comunes en esa ciudad. Fue relativamente fácil captar la atención de aquel que me interesaba y que al parecer no pudo resistirse a la tentación que lo miraba y le sonreía seduciéndolo. Todos los humanos eran iguales en ese aspecto y eran una presa fácil y sencilla, sobre todo con un cebo como aquel, que fue clave para que el humano al final terminara acercándose y entablar conversación con la intención de tener algo más que una charla... ah, eran tan predecibles que aquello resultaba hasta aburrido, pero era lo que tenía que hacer para abrir los sellos y él sería el primero de todos. No tenía demasiado tiempo para perder, así que con las palabras adecuadas y el tono indicado fue demasiado fácil conducir al hombre hasta un callejón en lo que él pensaba que era su día de suerte por poder estar con una mujer como ella, sus manos no dejaban de repasar su cuerpo sin poder creérselo en lo que yo sabía que el tiempo se agotaba por segundos. No perdí el tiempo y acerqué mi rostro al del hombre, los labios impactaron con los suyos para distraerlo y no supiera lo que pasaba. Mis manos cambiaron mostrando unas garras negras y afiladas que se hundieron en el pecho del hombre acallando con el beso su grito de dolor, mis garras llegaron hasta el corazón viendo la expresión de horror del joven y con una sonrisa retorcida extraje el corazón aún palpitante de su pecho. Su gesto de dolor fue claro y el cuerpo cayó inerte al suelo con un agujero en su pecho y el suelo bañándose de la sangre.
-El primero de esta ronda, aún quedan tres más –ya eran dos los sacrificios que había hecho y eran necesarios cinco para llevar a cabo el ritual y que se abriera el sarcófago. Con el corazón todavía en la mano pude escuchar las palabras del hombre que parecían cercanas a donde yo me encontraba, no me era demasiado complicado notar que su perro seguía mi rastro y que intentaba alcanzarme para pararme. Me reí por sus palabras divertido por lo que estaba diciendo- ¿qué clase de hombre hace la cena? –Claro que no dejaría que me atraparan así tan fácilmente, además, había puesto en marcha un plan alternativo por lo que pudiera pasar. Antes de ir a por la primera víctima había seleccionado a otra traspasando un poco de mi poder para que si intentaban cualquier cosa pudiera seguir con los sacrificios. La voz del hombre sonaba más cerca y sabía que la bruja también andaría cerca, los dos intentarían sacarme del cuerpo de la egipcia y sonreí ladino escuchando sus palabras; ella podía oírlo. Era como si reaccionara cada vez que él estuviera cerca como si fuera capaz de sentirlo, luchaba recluida y encadenada en el interior de su propio cuerpo en un intento por recobrar el control que había perdido... no me hacía demasiada gracia que él estuviera cerca, su conexión era fuerte y el vínculo irrompible por lo que tenerlos juntos era peligroso. Ella lo escuchaba y se revolvía por soltarse, luchando como una fiera salvaje intentando salir para ir al encuentro del hombre... esos eran los peligros del poder del amor; que podían con todo. Chasqueé la lengua pensando que me iba a complicar las cosas, de ser así, tendría que acabar con el hombre para que no me molestara- No podrás volver a tenerla vikingo, creo que voy a quedarme con este cuerpo para un futuro viendo lo efectivo que es... pero tranquilo, le daré un buen uso a esas nalgas que tanto te gustan y la mantendré perfecta e intacta.... espero que hayas disfrutado de ella porque va a ser la última vez que la veas antes de que te mate –ella se revolvía en el interior luchando por soltarse, antes de que llegaran de un salto subí a uno de los tejados de aquel callejón observando cómo los dos se acercaban- vamos brujita, no creas que me he olvidado de ti, a ver de lo que eres capaz. Si creéis que entre los dos sois rivales para mí siento decepcionaros, porque no va a ser así.
Mis sentidos más aumentados pese a estar en un cuerpo humano, gracias a mis poderes, era lo que me permitió salir raudo del lugar pero escuché el silbido de una flecha que había lanzado en mi dirección. Me giré atrapando la flecha con mi mano, parándola de donde iba a alcanzarme en el cuerpo, y la partí sin mucho esfuerzo portando una sonrisa retorcida en mis labios que daban a entender que eso era un juego de niños para mí, divirtiéndome con la idea de que dañara incluso a su mujer con tal de pararme. Una risa sonó en el lugar antes de que lo abandonara y me perdiera por la calle buscando a las víctimas que serían los sacrificios perfectos para abrir los sellos. Uno podía pensar que era una tarea un tanto complicada, pero nada más lejos de la realidad porque dichos candidatos eran reconocibles por un pequeño brillo, alrededor de su cuerpo, captados únicamente por mis ojos que los hacía ver como dignos candidatos para sangrar por una buena causa; la apertura de los sellos. Solamente tendría que buscar paseando por las calles bajo una apariencia totalmente humana a aquellos que fueran dignos de ser sacrificados, buscando ese brillo que los caracterizaba y distinguía de los demás humanos. Me interné por las calles de la ciudad paseando como una ciudadana más en lo que ellos eran ajenos a que un demonio habitaba en su interior buscando presas en la oscuridad de la noche. Tras varios minutos en los que estuve caminando, siendo consciente de que ninguno de los dos se daría por vencido y me dejarían actuar con libertad, encontré al primer candidato que era perfecto para mi cometido. Un joven que paseaba con un pequeño grupo de hombres, bajo la apariencia que llevaba no me costó demasiado lanzar una mirada y una sonrisa que hizo que los presentes se quedaran mirándome. Sin duda la mujer llamaba mucho la atención, no solo por su físico ni su belleza, sino por lo exótica que era con su piel y sus rasgos para nada comunes en esa ciudad. Fue relativamente fácil captar la atención de aquel que me interesaba y que al parecer no pudo resistirse a la tentación que lo miraba y le sonreía seduciéndolo. Todos los humanos eran iguales en ese aspecto y eran una presa fácil y sencilla, sobre todo con un cebo como aquel, que fue clave para que el humano al final terminara acercándose y entablar conversación con la intención de tener algo más que una charla... ah, eran tan predecibles que aquello resultaba hasta aburrido, pero era lo que tenía que hacer para abrir los sellos y él sería el primero de todos. No tenía demasiado tiempo para perder, así que con las palabras adecuadas y el tono indicado fue demasiado fácil conducir al hombre hasta un callejón en lo que él pensaba que era su día de suerte por poder estar con una mujer como ella, sus manos no dejaban de repasar su cuerpo sin poder creérselo en lo que yo sabía que el tiempo se agotaba por segundos. No perdí el tiempo y acerqué mi rostro al del hombre, los labios impactaron con los suyos para distraerlo y no supiera lo que pasaba. Mis manos cambiaron mostrando unas garras negras y afiladas que se hundieron en el pecho del hombre acallando con el beso su grito de dolor, mis garras llegaron hasta el corazón viendo la expresión de horror del joven y con una sonrisa retorcida extraje el corazón aún palpitante de su pecho. Su gesto de dolor fue claro y el cuerpo cayó inerte al suelo con un agujero en su pecho y el suelo bañándose de la sangre.
-El primero de esta ronda, aún quedan tres más –ya eran dos los sacrificios que había hecho y eran necesarios cinco para llevar a cabo el ritual y que se abriera el sarcófago. Con el corazón todavía en la mano pude escuchar las palabras del hombre que parecían cercanas a donde yo me encontraba, no me era demasiado complicado notar que su perro seguía mi rastro y que intentaba alcanzarme para pararme. Me reí por sus palabras divertido por lo que estaba diciendo- ¿qué clase de hombre hace la cena? –Claro que no dejaría que me atraparan así tan fácilmente, además, había puesto en marcha un plan alternativo por lo que pudiera pasar. Antes de ir a por la primera víctima había seleccionado a otra traspasando un poco de mi poder para que si intentaban cualquier cosa pudiera seguir con los sacrificios. La voz del hombre sonaba más cerca y sabía que la bruja también andaría cerca, los dos intentarían sacarme del cuerpo de la egipcia y sonreí ladino escuchando sus palabras; ella podía oírlo. Era como si reaccionara cada vez que él estuviera cerca como si fuera capaz de sentirlo, luchaba recluida y encadenada en el interior de su propio cuerpo en un intento por recobrar el control que había perdido... no me hacía demasiada gracia que él estuviera cerca, su conexión era fuerte y el vínculo irrompible por lo que tenerlos juntos era peligroso. Ella lo escuchaba y se revolvía por soltarse, luchando como una fiera salvaje intentando salir para ir al encuentro del hombre... esos eran los peligros del poder del amor; que podían con todo. Chasqueé la lengua pensando que me iba a complicar las cosas, de ser así, tendría que acabar con el hombre para que no me molestara- No podrás volver a tenerla vikingo, creo que voy a quedarme con este cuerpo para un futuro viendo lo efectivo que es... pero tranquilo, le daré un buen uso a esas nalgas que tanto te gustan y la mantendré perfecta e intacta.... espero que hayas disfrutado de ella porque va a ser la última vez que la veas antes de que te mate –ella se revolvía en el interior luchando por soltarse, antes de que llegaran de un salto subí a uno de los tejados de aquel callejón observando cómo los dos se acercaban- vamos brujita, no creas que me he olvidado de ti, a ver de lo que eres capaz. Si creéis que entre los dos sois rivales para mí siento decepcionaros, porque no va a ser así.
Naitiri Zahir- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 27/11/2015
Re: Sarcófago Ankh // privado Naitiri
La bruja escuchaba sin dar credito las palabras del vikingo y esa acción que pareció ir con intención de dañar a su mujer, ella alzó una ceja, desde luego le pareció un barbaro más bien si no tenía problema en agredir a su propia esposa, lo que indicaba que cuando le consiguiera hacer el exorcismo no se pondría a tocarla las nariece, volvió a centrar la vista en el cuervo y como el joven arrancó a correr, la hechicera se movió rapidamente para lanzar a perseguir a la joven poseida para intentar llegar a tiempo a atrocidades mayores que pudiera causar con ese maldito monstruo dentro que había que extirpar para evitar un mal mucho mayor, aunque por parte de la bruja naturalmente intentaría sacar sin hacer mayor daño a la mujer que había estado trabajando con ella, pues se había ganado la simpatía de la bruja de melena negra, y eso realmente era todo un merito para alguien ganarse el agrado de Eylith.
La bruja corria con la vista al cielo para divisar el cuervo, y los ladridos del perro, perdió de vista al vikingo, debido a que este corria más que ella, pero aun asi tenía pistas para seguir a la mujer y por tanto al vikingo suicida que parecía no tener miramiento respecto a nada.
Buscaba los atajos que podía servir para avanzar o buscar una forma de acercarse, con un poco de suerte ese ser no tendría ni idea de el mapa de las calles de París o al menos esa era la esperanza que tenía la bruja mientras seguía corriendo buscando adelantar, a juzgar por el vuelo del cuervo este parecío hacer circulos, indicando de esa forma que se detenía, el eco de la noche hacía que arrastrase las palabras escuchando las descaradas palabras de ese hombre con el que estaba casada la egipcia, Eylith finalmente llegó a las proximidades, había ya una victima, notaba el ambiente cargado perceptible para ella por ser practicandte de la magia negra, y la nigromancia, cuando había muerte cerca la bruja al igual que su hermana y su prima lo percibian, su hermana practicaba como ella la nigromancia y demas y su prima simlemente era una vampiresa, es oler la sangre y buscar con la mirada la fuente de esta como un lobo busca su presa.
Eylith entrecerro los ojos, tapar esto tendría metodos para hacerlo, ya se encargaria para ello, ahora había otro asunto más peliagudo entre las manos, asi que llegó hasta donde el demonio había parado y estaba de bravuconadas para provocar al vikingo, más parece que tambien tuvo para la bruja en cuanto llegó jadeando por la carrera, pero mientra atravesaba París a la caza había construido un plan para buscar algo para frenarle los pies.
-Sigue centrandote en la fuerza bruta, normalmente nadie se fija en el cerebro.- Comentó de manera jocosa la bruja mientras se paseaba con los brazos cruzados como si no le importara la cosa, mirandole de esa manera fria caracteristica en ella.
Asi que en un momento que nadie se espero y desde luego con la intención de la bruja fue pillar por sorpresa al demonio, repentinamente alzó la mano a la vez que daba un grito. -¡venis glacies!.- Apuntó al hombro de la chica buscando congelarselo, que sintiese un frio tan agudo que daría la sensación de puñales clavandosele, pero solo era sensación por el frio, pero la idea era que eso la paralizase el tiempo suficente. -Mueve el culo y ve a por tu esposa bigardo.- Le gritó al marido de Naitiri para que no se quedase mirando, esperaba no escuchar sus protestas por usar magia contra su mujer, pero como se le ocurriese decirla algo ella le cantaría las cuarenta, su intención era quitar ese demonio de ella. -Preparate para abandonar ese cuerpo, pienso encerrarte y hacer experimentos contigos, asi tu existencia valdría de algo.- Rugió la bruja.
La bruja corria con la vista al cielo para divisar el cuervo, y los ladridos del perro, perdió de vista al vikingo, debido a que este corria más que ella, pero aun asi tenía pistas para seguir a la mujer y por tanto al vikingo suicida que parecía no tener miramiento respecto a nada.
Buscaba los atajos que podía servir para avanzar o buscar una forma de acercarse, con un poco de suerte ese ser no tendría ni idea de el mapa de las calles de París o al menos esa era la esperanza que tenía la bruja mientras seguía corriendo buscando adelantar, a juzgar por el vuelo del cuervo este parecío hacer circulos, indicando de esa forma que se detenía, el eco de la noche hacía que arrastrase las palabras escuchando las descaradas palabras de ese hombre con el que estaba casada la egipcia, Eylith finalmente llegó a las proximidades, había ya una victima, notaba el ambiente cargado perceptible para ella por ser practicandte de la magia negra, y la nigromancia, cuando había muerte cerca la bruja al igual que su hermana y su prima lo percibian, su hermana practicaba como ella la nigromancia y demas y su prima simlemente era una vampiresa, es oler la sangre y buscar con la mirada la fuente de esta como un lobo busca su presa.
Eylith entrecerro los ojos, tapar esto tendría metodos para hacerlo, ya se encargaria para ello, ahora había otro asunto más peliagudo entre las manos, asi que llegó hasta donde el demonio había parado y estaba de bravuconadas para provocar al vikingo, más parece que tambien tuvo para la bruja en cuanto llegó jadeando por la carrera, pero mientra atravesaba París a la caza había construido un plan para buscar algo para frenarle los pies.
-Sigue centrandote en la fuerza bruta, normalmente nadie se fija en el cerebro.- Comentó de manera jocosa la bruja mientras se paseaba con los brazos cruzados como si no le importara la cosa, mirandole de esa manera fria caracteristica en ella.
Asi que en un momento que nadie se espero y desde luego con la intención de la bruja fue pillar por sorpresa al demonio, repentinamente alzó la mano a la vez que daba un grito. -¡venis glacies!.- Apuntó al hombro de la chica buscando congelarselo, que sintiese un frio tan agudo que daría la sensación de puñales clavandosele, pero solo era sensación por el frio, pero la idea era que eso la paralizase el tiempo suficente. -Mueve el culo y ve a por tu esposa bigardo.- Le gritó al marido de Naitiri para que no se quedase mirando, esperaba no escuchar sus protestas por usar magia contra su mujer, pero como se le ocurriese decirla algo ella le cantaría las cuarenta, su intención era quitar ese demonio de ella. -Preparate para abandonar ese cuerpo, pienso encerrarte y hacer experimentos contigos, asi tu existencia valdría de algo.- Rugió la bruja.
Eylith Enhydra- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 126
Fecha de inscripción : 19/01/2018
Re: Sarcófago Ankh // privado Naitiri
El demonio era bastante inteligente, de echo creo hubiéramos podido irnos de jarras de no haber decidido ocupar el cuerpo equivocado.
-Pues eso díselo a ella -le dije algo resignado mientras a la carrera llegaba al callejón donde se había parado cobrándose una vida -al parecer en su mundo los hombres cocinan, yo un general, bagh, mujeres-dije con un deje divertido en mi voz que hizo resoplar a la bruja y perturbó la paz del demonio que no lograba sacarme de mis casillas.
Me encogí de hombros cuando siguió con su parafernalia de explicaciones mientras me relamía los labios pensando en cuanto tiempo tardaría Thor en llegar a la posición.
-Pues tenemos un problema, te explico, resulta que ese cuerpo que te es tan útil es el de mi mujer, soy celoso, no me gusta compartir, mi padre decía que tenía un serio problema desde niño con eso al respecto, peor yo simplemente creo que soy un vikingo y hay cosas que n ose prestan, la espada, el caballo y la mujer son unas de esas cosas, así que mi consejo, coge a la bruja y úsala que con lo muertos de hambre que están los hombres aquí en París cualquier trozo de carne vale, peor ese es mio y lo quiero.
La bruja en ese instante hizo un conjuro y el tiempo se detuvo o al menos para el demonio lo hizo, un silbido llevó a Thor a lanzarse desde la parte alta del callejón cayendo sobre Nai mientras yo de soslayo miraba a la bruja ¿como me había llamado?
-¿Bigardo? Eso me suena a cardo y eso lo dices porque no me has visto desnudo -apunté lanzandole un mordisco.
Thor tiró de Nai hacia mi mientras yo caminaba hasta ellos atrapando a mi esposa con facilidad y subiéndola sobre mi hombro como un saco.
Le aticé un par de palmadas al culo, ese que era mio y pensaba dejárselo claro al demonio que en ella anidaba.
-Date prisa quiero recuperar a mi mujer. ¿Donde vamos?
-Pues eso díselo a ella -le dije algo resignado mientras a la carrera llegaba al callejón donde se había parado cobrándose una vida -al parecer en su mundo los hombres cocinan, yo un general, bagh, mujeres-dije con un deje divertido en mi voz que hizo resoplar a la bruja y perturbó la paz del demonio que no lograba sacarme de mis casillas.
Me encogí de hombros cuando siguió con su parafernalia de explicaciones mientras me relamía los labios pensando en cuanto tiempo tardaría Thor en llegar a la posición.
-Pues tenemos un problema, te explico, resulta que ese cuerpo que te es tan útil es el de mi mujer, soy celoso, no me gusta compartir, mi padre decía que tenía un serio problema desde niño con eso al respecto, peor yo simplemente creo que soy un vikingo y hay cosas que n ose prestan, la espada, el caballo y la mujer son unas de esas cosas, así que mi consejo, coge a la bruja y úsala que con lo muertos de hambre que están los hombres aquí en París cualquier trozo de carne vale, peor ese es mio y lo quiero.
La bruja en ese instante hizo un conjuro y el tiempo se detuvo o al menos para el demonio lo hizo, un silbido llevó a Thor a lanzarse desde la parte alta del callejón cayendo sobre Nai mientras yo de soslayo miraba a la bruja ¿como me había llamado?
-¿Bigardo? Eso me suena a cardo y eso lo dices porque no me has visto desnudo -apunté lanzandole un mordisco.
Thor tiró de Nai hacia mi mientras yo caminaba hasta ellos atrapando a mi esposa con facilidad y subiéndola sobre mi hombro como un saco.
Le aticé un par de palmadas al culo, ese que era mio y pensaba dejárselo claro al demonio que en ella anidaba.
-Date prisa quiero recuperar a mi mujer. ¿Donde vamos?
Ubbe Cannif- Humano Clase Alta
- Mensajes : 417
Fecha de inscripción : 25/02/2017
Re: Sarcófago Ankh // privado Naitiri
Podía notar cerca a los dos que cada vez intentaban cortarme más el paso y restar distancia entre ellos y yo con la firme intención de capturarme, de sacarme de aquel cuerpo que era perfecto para el plan que tenía en mente porque la egipcia era un dulce y pecaminoso caramelo que nadie era capaz de resistir la tentación, tan exótica que llamaba la atención sin hacer demasiado esfuerzo y aunque su fuerza de voluntad era grande porque podía notar sus intentos por luchar y liberarse de mi prisión y mi dominio, de nada le serviría pues no dejaba de ser una simple humana que luchaba contra un demonio que la tenía encerrada y dominada. La bruja también me habría servido, por supuesto, sin embargo su magia era un impedimento porque bien podría notar mi presencia y haber hecho algún conjuro para evitar que la poseyera por lo que me era más fácil y factible dominar a la egipcia como había hecho, ella podría ser quizás consciente de todo pero de nada le serviría porque pensaba quedarme con su cuerpo y sí, al final cuando los sellos fueran liberados apresaría al vikingo para hacerlo sufrir y que viera como su mujer engatusaba a ingenuos mortales que no sabían que la muerte se escondía tras esos carnosos labios, curvas voluptuosas que harían que con el tono adecuado y las palabras correctas cayeran en la tela de la araña, así le daría una lección a ese hombre para que por fin sintiera el sufrimiento ya que parecía que mis palabras aunque le llegaban no provocaban la herida que yo esperaba, algo que en cualquier otro hombre habría hecho ya mella. Solo quedaban tres sacrificios más para que el último sello se abriera y aunque intentaran capturarme y sacarme del cuerpo del egipcia ya había puesto en marcha un plan alternativo donde otra mujer tenía en su interior parte de mí, si algo intentaban hacerme seguiría el plan por ese camino sin que ninguno se enterara... los sellos debían de ser abiertos y nada ni nadie lo impediría. Escuchaba las palabras del vikingo y notaba a la egipcia en el interior como si eso le diera más fuerzas y más ánimos, no me era demasiado conveniente que estuvieran demasiado cerca porque ya había conocido el poder del amor, lo había visto y también había visto lo que había causado... por lo que nunca debía de ser subestimado. Sin embargo eso era algo que ninguno sabía y antes de que eso llegara a suceder mataría al hombre para que dejara de incordiarme y molestarme, la bruja también era un dolor de cabeza del cual me tendría que librar porque ninguno dejaría que cumpliera mi misión y era de vital importancia. Ya los tenía demasiado cerca mientras yo iniciaba la búsqueda de la tercera víctima aunque no pude evitar ladear la sonrisa por las palabras del hombre que seguía empeñado en que iba a recuperar a su mujer cuando ya la tenía más que perdida en estos momentos, era mía y me reí de forma retorcida cuando dijo que era suya y que era celoso, vaya con el vikingo, parecía que hasta sabía hacer bromas y todo. La bruja, sin embargo, era la que más tenía que vigilar porque su magia no podría vencerme pero sí podía hacer otras cosas que impedirían que siguiera con los sacrificios y no era algo que realmente quería.
Chasqueé la lengua por las palabras del hombre, no sabía que había visto la mujer en ese hombre tosco y rudo pero me divertía y hacía mucha gracia que intentara convencerse a sí mismo de que la iba a recuperar. Escuchaba los pasos del perro que se acercaba por uno de los laterales, al final acabaría matando a ese chucho como se acercara lo suficiente y estuviera dentro de mi rango, no sería un sacrificio que contar pero yo me divertiría bastante bañado en su sangre contemplando la cara del vikingo que sin duda eso lo jodería bastante. No contaba con que la bruja del diablo hiciera algo, en mi despiste hablando con el hombre, cuando pronunció las palabras ya era demasiado tarde como para evitarlo y este impacto en mi cuerpo provocando que no pudiera moverme, como si me hubiera paralizado por completo en lo que un frío extremo me envolvió dejándome sin poder moverme. Gruñí cuando el perro, aprovechando que ahora no podía moverme y que no podría destriparlo, saltó sobre mí y acabó tirando del vestido de la mujer hasta que me acercó al hombre quien ya se acercaba con una sonrisa ladeada pintada en los labios, incapaz de hacer nada sumido en el hechizo de la bruje no pude hacer más que dejar que me alzara como si fuera un saco colocándome sobre su hombro, se atrevió incluso a palmear un par de veces las nalgas de su esposa como si quisiera dejar constancia de que le pertenecía y yo gruñí sin poder moverme, querían sacarme del cuerpo de su mujer pero al parecer lo que la bruja no le había dicho al vikingo era las mismas complicaciones que conllevaba el hacerlo, lo que podría quedarle a ella pero ¿quién era yo para contradecir algo así? Sin poder hacer nada, resignado a esperar a que el efecto del hechizo pasara pues por mucho que lo hubiera lanzado mi magia y mi energía era superior a la de cualquier ser que hubiera en ese mundo, su efecto no duraría para siempre y cuando eso pasara... me los cargaría a los dos sin contemplación alguna. Comenzaron a andar adentrándose por los callejones para evitar las calles centrales de la ciudad, yo empezaba a notar que podía moverme sin embargo no hice gesto alguno para que pensaran que seguía inmovilizado para cuando sintiera mis poderes y mi capacidad de movimientos libre y renovada... atacarles. Unos minutos más tarde en los que ya hablaban sobre el plan a trazar y lo que la bruja tenía que hacer para sacarme del cuerpo de la egipcia, sin que ninguno me viera sonreí ladino y cuando ya sentí que estaba recuperado... de un movimiento rápido y ágil escapé de las manos del hombre empujándolo con fuerza y rapidez haciendo que retrocediera, fui a por la bruja con las manos ya convertidas en garras y sin que le diera tiempo a lanzar ningún hechizo mis garras rasgaron su vientre provocándole una herida de la cual comenzó a manar sangre, mis uñas manchadas con su rojo carmesí, un golpe en la cabeza dejándola noqueada para escuchar los ladridos del perro, un movimiento de brazo hacia un lado para que fuera lanzado contra la pared cuando intentó venir a por mí dejando al perro inconsciente sin que pudiera molestarme. Mis ojos subieron a los de hombre quien ya sacaba la espada, aquello me provocó mucha más risa por la situación, por el pequeño reguero de sangre que le caía de la ceja del golpe que le había dado para liberarme de su agarre, de haberlo querido le podría haber hecho algo muchísimo peor que esa pequeña herida, como por ejemplo; su muerte.
-Vaya, vaya, vaya... ¿de verdad estás penando en utilizar tu espada contra mí? –Chasqueé la lengua y levanté un dedo para negar con este, sin perder la sonrisa- ¿no sabes que si me atacas a mí, el daño que yo reciba, ella también lo va a recibir? Sigue aquí, encerrada y encadenada pero dentro... no soy partidario de tomar y dominar a las personas por completo, ocupo sus cuerpos como si fueran vasijas vacías pero me divierte ver cómo intentan liberarse cuando no pueden, y ella tampoco lo hará. En cuanto a ti –mis ojos fueron hacia la bruja para observarla, tenía la herida en su vientre y antes de que hiciera nada estiré mi brazo y mi mano hacia ella, eso bastó para que una fuerza invisible rodeara su cuello como si la estuviera asfixiando a la par que unas palabras susurradas de mi parte para atar sus manos con un sello que le prohibía utilizar todo tipo de magia- ya no eres tan poderosa sin tu magia, ¿qué truco harás ahora para intentar vencerme? Sois patéticos, simples humanos que os creéis que podéis contra lo que está fuera de vuestro alcance... y además me estáis haciendo perder el tiempo, así que como no sois más que una molesta mosca revoloteando a mi alrededor os mataré para que no podáis impedir lo que ya ha empezado, nadie podrá pararlo –pero no parecían dispuesto a claudicar, mucho menos el hombre que seguía aferrando la espada- venga vikingo, ¿te ha dicho la bruja que sacarme del cuerpo de tu mujer puede traer consecuencias negativas para ella? ¿Problemas, complicaciones, que no vuelva como tú la conocías? –Sonreí ladino- solo yo puedo abandonar su cuerpo tal como lo tomé; sin consecuencias.... supongo que eso no te lo habrá contado ya que quiere estudiarme –ladeé la cabeza- muy propio de los humanos mirar por sus propios intereses, no sois dignos de caminar por este mundo –aclaré negando con la cabeza- ya es hora de que todo esto acabe, ¿quieres a tu mujer? Ven a por ella –un claro desafío, sabía leer a los humanos y ese no era el que se echaba para atrás y lo había dejado claro. Espada en mano, y con todo que perder, se acercó a mí para luchar en lo que yo fácilmente esquivaba sus golpes y sus ataques, riéndome de él porque no era nadie para vencerme- ¿eso es todo cuánto tienes para darme? Patético. Bien, terminemos con esto–esquivando un golpe que de ser humano bien podría haberme matado, un golpe en su mano para lanzar la espada lejos, mi mano se alzó atrapando su cuello estampando al hombre contra la pared con fuerza provocándole dolor, un par de golpes consecutivos a su rostro para que un par de hilos de sangre cayera por su nariz y su labio cuando mi mano se alzó tomando su cuello- mira, mira bien los ojos de la que va a matarte, los mismos que te aman y que te juraron amor, ¿no es todo irónicamente divertido y retorcido? Asesinado por esa persona a la que amas, ¿cómo sienta, eh? –mi mano que no lo sujetaba fue hacia su cinto donde tenía una daga guardada, la saqué y la punta la dejé justo sobre su corazón presionando ese lugar- asesinado por su amor, ¿hay forma más patética de morir? –Miré de reojo a la bruja en esa lucha que se traía en la que le cortaban la respiración y luego se la daban, como en un bucle, sin poder hacer magia- tranquila morena, ahora voy a por ti para librarte de esta vida mortal que tenéis -miré al hombre ahora- espero que desde tú Valhalla veas cómo disfruto de este cuerpo –presioné la punta mientras apretaba su garganta riéndome por aquel final que le daría, en el que él vería al amor de su vida quitándosela... sin embargo todo no salió como yo tenía previsto, porque tal y como había temido, ella se había hecho más fuerte siendo consciente de lo que yo hacía ya que era como si pudiera verlo con sus propios ojos. Tendría que haberlo matado de primeras porque sí, ese poder que decían que tenía el amor salió a relucir e hizo que apartara las manos del hombre como si este quemara, las llevé a mi cabeza presionando mientras me afanaba por retomar el control sobre ella, para luego matarlos directamente porque la había subestimado, a ella y a ese poder que el amor provocaba incluso en unos simples humanos.
Chasqueé la lengua por las palabras del hombre, no sabía que había visto la mujer en ese hombre tosco y rudo pero me divertía y hacía mucha gracia que intentara convencerse a sí mismo de que la iba a recuperar. Escuchaba los pasos del perro que se acercaba por uno de los laterales, al final acabaría matando a ese chucho como se acercara lo suficiente y estuviera dentro de mi rango, no sería un sacrificio que contar pero yo me divertiría bastante bañado en su sangre contemplando la cara del vikingo que sin duda eso lo jodería bastante. No contaba con que la bruja del diablo hiciera algo, en mi despiste hablando con el hombre, cuando pronunció las palabras ya era demasiado tarde como para evitarlo y este impacto en mi cuerpo provocando que no pudiera moverme, como si me hubiera paralizado por completo en lo que un frío extremo me envolvió dejándome sin poder moverme. Gruñí cuando el perro, aprovechando que ahora no podía moverme y que no podría destriparlo, saltó sobre mí y acabó tirando del vestido de la mujer hasta que me acercó al hombre quien ya se acercaba con una sonrisa ladeada pintada en los labios, incapaz de hacer nada sumido en el hechizo de la bruje no pude hacer más que dejar que me alzara como si fuera un saco colocándome sobre su hombro, se atrevió incluso a palmear un par de veces las nalgas de su esposa como si quisiera dejar constancia de que le pertenecía y yo gruñí sin poder moverme, querían sacarme del cuerpo de su mujer pero al parecer lo que la bruja no le había dicho al vikingo era las mismas complicaciones que conllevaba el hacerlo, lo que podría quedarle a ella pero ¿quién era yo para contradecir algo así? Sin poder hacer nada, resignado a esperar a que el efecto del hechizo pasara pues por mucho que lo hubiera lanzado mi magia y mi energía era superior a la de cualquier ser que hubiera en ese mundo, su efecto no duraría para siempre y cuando eso pasara... me los cargaría a los dos sin contemplación alguna. Comenzaron a andar adentrándose por los callejones para evitar las calles centrales de la ciudad, yo empezaba a notar que podía moverme sin embargo no hice gesto alguno para que pensaran que seguía inmovilizado para cuando sintiera mis poderes y mi capacidad de movimientos libre y renovada... atacarles. Unos minutos más tarde en los que ya hablaban sobre el plan a trazar y lo que la bruja tenía que hacer para sacarme del cuerpo de la egipcia, sin que ninguno me viera sonreí ladino y cuando ya sentí que estaba recuperado... de un movimiento rápido y ágil escapé de las manos del hombre empujándolo con fuerza y rapidez haciendo que retrocediera, fui a por la bruja con las manos ya convertidas en garras y sin que le diera tiempo a lanzar ningún hechizo mis garras rasgaron su vientre provocándole una herida de la cual comenzó a manar sangre, mis uñas manchadas con su rojo carmesí, un golpe en la cabeza dejándola noqueada para escuchar los ladridos del perro, un movimiento de brazo hacia un lado para que fuera lanzado contra la pared cuando intentó venir a por mí dejando al perro inconsciente sin que pudiera molestarme. Mis ojos subieron a los de hombre quien ya sacaba la espada, aquello me provocó mucha más risa por la situación, por el pequeño reguero de sangre que le caía de la ceja del golpe que le había dado para liberarme de su agarre, de haberlo querido le podría haber hecho algo muchísimo peor que esa pequeña herida, como por ejemplo; su muerte.
-Vaya, vaya, vaya... ¿de verdad estás penando en utilizar tu espada contra mí? –Chasqueé la lengua y levanté un dedo para negar con este, sin perder la sonrisa- ¿no sabes que si me atacas a mí, el daño que yo reciba, ella también lo va a recibir? Sigue aquí, encerrada y encadenada pero dentro... no soy partidario de tomar y dominar a las personas por completo, ocupo sus cuerpos como si fueran vasijas vacías pero me divierte ver cómo intentan liberarse cuando no pueden, y ella tampoco lo hará. En cuanto a ti –mis ojos fueron hacia la bruja para observarla, tenía la herida en su vientre y antes de que hiciera nada estiré mi brazo y mi mano hacia ella, eso bastó para que una fuerza invisible rodeara su cuello como si la estuviera asfixiando a la par que unas palabras susurradas de mi parte para atar sus manos con un sello que le prohibía utilizar todo tipo de magia- ya no eres tan poderosa sin tu magia, ¿qué truco harás ahora para intentar vencerme? Sois patéticos, simples humanos que os creéis que podéis contra lo que está fuera de vuestro alcance... y además me estáis haciendo perder el tiempo, así que como no sois más que una molesta mosca revoloteando a mi alrededor os mataré para que no podáis impedir lo que ya ha empezado, nadie podrá pararlo –pero no parecían dispuesto a claudicar, mucho menos el hombre que seguía aferrando la espada- venga vikingo, ¿te ha dicho la bruja que sacarme del cuerpo de tu mujer puede traer consecuencias negativas para ella? ¿Problemas, complicaciones, que no vuelva como tú la conocías? –Sonreí ladino- solo yo puedo abandonar su cuerpo tal como lo tomé; sin consecuencias.... supongo que eso no te lo habrá contado ya que quiere estudiarme –ladeé la cabeza- muy propio de los humanos mirar por sus propios intereses, no sois dignos de caminar por este mundo –aclaré negando con la cabeza- ya es hora de que todo esto acabe, ¿quieres a tu mujer? Ven a por ella –un claro desafío, sabía leer a los humanos y ese no era el que se echaba para atrás y lo había dejado claro. Espada en mano, y con todo que perder, se acercó a mí para luchar en lo que yo fácilmente esquivaba sus golpes y sus ataques, riéndome de él porque no era nadie para vencerme- ¿eso es todo cuánto tienes para darme? Patético. Bien, terminemos con esto–esquivando un golpe que de ser humano bien podría haberme matado, un golpe en su mano para lanzar la espada lejos, mi mano se alzó atrapando su cuello estampando al hombre contra la pared con fuerza provocándole dolor, un par de golpes consecutivos a su rostro para que un par de hilos de sangre cayera por su nariz y su labio cuando mi mano se alzó tomando su cuello- mira, mira bien los ojos de la que va a matarte, los mismos que te aman y que te juraron amor, ¿no es todo irónicamente divertido y retorcido? Asesinado por esa persona a la que amas, ¿cómo sienta, eh? –mi mano que no lo sujetaba fue hacia su cinto donde tenía una daga guardada, la saqué y la punta la dejé justo sobre su corazón presionando ese lugar- asesinado por su amor, ¿hay forma más patética de morir? –Miré de reojo a la bruja en esa lucha que se traía en la que le cortaban la respiración y luego se la daban, como en un bucle, sin poder hacer magia- tranquila morena, ahora voy a por ti para librarte de esta vida mortal que tenéis -miré al hombre ahora- espero que desde tú Valhalla veas cómo disfruto de este cuerpo –presioné la punta mientras apretaba su garganta riéndome por aquel final que le daría, en el que él vería al amor de su vida quitándosela... sin embargo todo no salió como yo tenía previsto, porque tal y como había temido, ella se había hecho más fuerte siendo consciente de lo que yo hacía ya que era como si pudiera verlo con sus propios ojos. Tendría que haberlo matado de primeras porque sí, ese poder que decían que tenía el amor salió a relucir e hizo que apartara las manos del hombre como si este quemara, las llevé a mi cabeza presionando mientras me afanaba por retomar el control sobre ella, para luego matarlos directamente porque la había subestimado, a ella y a ese poder que el amor provocaba incluso en unos simples humanos.
Naitiri Zahir- Humano Clase Alta
- Mensajes : 928
Fecha de inscripción : 27/11/2015
Re: Sarcófago Ankh // privado Naitiri
La bruja se mantenía detras del vikingo para tener lo que ella consideraba una posición más segura y apartada de lo que podría ser el centro de la batalla, digamos un seguro de si el demonio arremetía no consiguiera llegar a ella tan facilmente o ese era el plan inicial que Eylith había tejido en su cabeza, lo que sorprendia era la conversación entre el demonio y él, que parecía inalterable pese a que un demonio estuviera dentro del cuerpo de la egipcia, la verdad es que la bruja se preguntaba como era posible que una mujer como la egipcia aguantase al bravucón noruego, por que Eylith ya había llevado apenas 20 minutos o algo más que a ella se le habían hecho eternos aguantando a ese creido que tenía al lado y que le hacía resoplar con agotamiento. Gruñó molesta, mientras que miraba al hombre frunciendo el ceño, pero ese comentarío que hizo arrancó incluso un gruñido de la irlandesa que le miró apretando los dientes y con sus claros ojos muy abiertos. -¿¡¡Y por que no ofreces a tu madre para que la posea!!?.- Rugió la bruja totalmente enrabietada, ¿como se atreve ese mastuerzo? de estar en otra situación había optando por el estilo de su melliza Wenkyel y le habría aplastado la nariz de un derechazo.
Bufó volviendo a concentrarse en sus que haceres, como conseguir sacar ese demonio de la pobre muchacha, por que la cosa, se estaba terciando bastante oscura aunque ese hombre parecía no tomarselo tan enserio como la mujer lo consideraba asi.
Enarcó una ceja cuando respondió a lo que ella le había llamado, sugiriendo que eso lo decía por no haberle visto desnudo seguido con ese gesto, la irlandesa bruja enarcó una ceja, para despues poner los ojos totalmente en blanco antes de bufar. -No gracias, le dejo los traumas a tu esposa, yo estoy contenta con mi aullador.- Aseguró de mal humor, con ganas de lanzarle un diccionario a la cabeza. -Bigardo si nignifica que eres enorme...- No es que tuviera un tono de muy paciente, pero quería airear para posibles mal entendidos, aunque con bigardo se re feria a que era, alto, grande y basico...al menos esa era la imagen que tenía la hechicera del hombre que tenía a su lado.
Sacudió su cabeza, el plan de ataque tenía parecía funcionar, y el noruego fue a por Naitiri, pero todo parecía demasiado facil, demasiado, y eso pronto el demonio lo hizo saber, reaccionando bruscamente siguiendo las provocaciones del noruego, pero esta vez el hechizo había hecho que el demonio se fijara tambien en Eylith. Sabia que el daño podía recibirlo ella, por eso sus ataques eran suaves por asi decirlo, más despues de aclarar su punto de partida por dañar al vikingo miró a Eylith que le fulminó con la mirada.
Más la sorpresa fue cuando notó la presión en su cuello haciendo que ella misma se intentara sacudir llevandose las manos al cuello como buscando lo que fuese que la oprimia. Las palabras del demonio eran crueles, sin duda quería desquiciar al vikingo, aunque tenía la sospecha de que quería provocar que este se volviera hostil, su magia era potente, la bruja se ahogaba, estaba roja y abria la boca intentando recuperar una bocanda de aire, solto una mano de su cuello para buscar en sus ropajes algo que pudiera servir.
Entonces encontró algo, se había puesto la ropa de su hermana y eso indicaba pequeñas sorpresas entre los bolsillos, palpó un pequeño objeto, lo sacó para observarlo, era una pequeña bombeta explosiva, era totalmente inofensiva, recordaba a Wenkyel creando esos extraños experimentos que tanto la gustaban, si mal no recuerda ese objeto lo unico que hacía emitir un estruendo fuerte y sacar unas pequeñas llamas de colorines, miró al demonio, dudaba que en su tiempo hubiera visto algo como eso, lanzarlo y que explotara podría distraerlo y desconcertalo el tiempo suficiente para que el vikingo reaccionara, y con un poco de suerte que el demonio debido al sobresalto la soltara, rasgó la mecha con la uña para encenderla y lanzarla lo más cerca posible de la egipcia poseida para asegurarse que lo viera y que el sonido lo sorprendiera como minimo, pues la bruja empezaba a marearse por la estrangulación. La bombeta explotó con un fuerte sonido y dejó ver una llamarada purpura y verde durante unos instantes.
Bufó volviendo a concentrarse en sus que haceres, como conseguir sacar ese demonio de la pobre muchacha, por que la cosa, se estaba terciando bastante oscura aunque ese hombre parecía no tomarselo tan enserio como la mujer lo consideraba asi.
Enarcó una ceja cuando respondió a lo que ella le había llamado, sugiriendo que eso lo decía por no haberle visto desnudo seguido con ese gesto, la irlandesa bruja enarcó una ceja, para despues poner los ojos totalmente en blanco antes de bufar. -No gracias, le dejo los traumas a tu esposa, yo estoy contenta con mi aullador.- Aseguró de mal humor, con ganas de lanzarle un diccionario a la cabeza. -Bigardo si nignifica que eres enorme...- No es que tuviera un tono de muy paciente, pero quería airear para posibles mal entendidos, aunque con bigardo se re feria a que era, alto, grande y basico...al menos esa era la imagen que tenía la hechicera del hombre que tenía a su lado.
Sacudió su cabeza, el plan de ataque tenía parecía funcionar, y el noruego fue a por Naitiri, pero todo parecía demasiado facil, demasiado, y eso pronto el demonio lo hizo saber, reaccionando bruscamente siguiendo las provocaciones del noruego, pero esta vez el hechizo había hecho que el demonio se fijara tambien en Eylith. Sabia que el daño podía recibirlo ella, por eso sus ataques eran suaves por asi decirlo, más despues de aclarar su punto de partida por dañar al vikingo miró a Eylith que le fulminó con la mirada.
Más la sorpresa fue cuando notó la presión en su cuello haciendo que ella misma se intentara sacudir llevandose las manos al cuello como buscando lo que fuese que la oprimia. Las palabras del demonio eran crueles, sin duda quería desquiciar al vikingo, aunque tenía la sospecha de que quería provocar que este se volviera hostil, su magia era potente, la bruja se ahogaba, estaba roja y abria la boca intentando recuperar una bocanda de aire, solto una mano de su cuello para buscar en sus ropajes algo que pudiera servir.
Entonces encontró algo, se había puesto la ropa de su hermana y eso indicaba pequeñas sorpresas entre los bolsillos, palpó un pequeño objeto, lo sacó para observarlo, era una pequeña bombeta explosiva, era totalmente inofensiva, recordaba a Wenkyel creando esos extraños experimentos que tanto la gustaban, si mal no recuerda ese objeto lo unico que hacía emitir un estruendo fuerte y sacar unas pequeñas llamas de colorines, miró al demonio, dudaba que en su tiempo hubiera visto algo como eso, lanzarlo y que explotara podría distraerlo y desconcertalo el tiempo suficiente para que el vikingo reaccionara, y con un poco de suerte que el demonio debido al sobresalto la soltara, rasgó la mecha con la uña para encenderla y lanzarla lo más cerca posible de la egipcia poseida para asegurarse que lo viera y que el sonido lo sorprendiera como minimo, pues la bruja empezaba a marearse por la estrangulación. La bombeta explotó con un fuerte sonido y dejó ver una llamarada purpura y verde durante unos instantes.
Eylith Enhydra- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 126
Fecha de inscripción : 19/01/2018
Re: Sarcófago Ankh // privado Naitiri
Me encogí de hombros mirando a la bruja de soslayo, así que sacarle al demonio este podía implicar daños a mi mujer.
-Pues eso quiere decir que vas a tener que salir de ahí dentro por tu propia voluntad, una lastima pero no me van los mirones y mientras me trinco a mi mujer no tengo ganas de tenerte ahí. Entiendo lo mucho que te cuesta salir, a mi me pasa tío, la tengo ahí dentro caliente y caigo sobre ella sudado y pienso, salir es tontería con lo bien que se esta. Pero claro, yo me he casado con ella, le hago la cena colega ¿tu que haces ademas de joderme a otros mortales? Nada productivo, así que ya sabes, largo o te saco, vete a jugar a otro lado.
La bruja era también mordaz y tenía sus propios recursos a decir verdad porque mientras el demonio que se había liberado y rehecho de la prisión de carne y hueso me ahogaba por el cuello y a la vez lo hacía con la bruja hizo explotar una especie de bomba que despistó al ente aunque antes mi esposa ya había emergido lo suficiente como para que la muerte no me encontrara en aquella encrucijada extraña.
Caí dando bocanadas como un pez, tosí dejando que el aire entrara en mis pulmones, peor yo no era un hombre cualquiera y antes de que el demonio volviera, me alcé y con la parte plana de la espada golpeé con fuerza su nuca.
-Lo siento Nai, esto me ha dolido mas a mi que a ti.
Mi esposa cayó entre mis brazos inconsciente, la alcé deslizando mi mano por su rostro para apartarle de su rostro unos mechones pardos.
-Aguanta Nai, voy a sacar a ese demente de ahí dentro.
Elevé la mirada hasta que mis mares revueltos quedaron anclados a los de la hechicera.
-Meteme ahí dentro, voy a sacar al demonio a golpes, porque si lo sacas de otro modo que n osea queriendo la matara y no estoy dispuesto a dejar morir a mi mujer ¿entiendes?
-Pues eso quiere decir que vas a tener que salir de ahí dentro por tu propia voluntad, una lastima pero no me van los mirones y mientras me trinco a mi mujer no tengo ganas de tenerte ahí. Entiendo lo mucho que te cuesta salir, a mi me pasa tío, la tengo ahí dentro caliente y caigo sobre ella sudado y pienso, salir es tontería con lo bien que se esta. Pero claro, yo me he casado con ella, le hago la cena colega ¿tu que haces ademas de joderme a otros mortales? Nada productivo, así que ya sabes, largo o te saco, vete a jugar a otro lado.
La bruja era también mordaz y tenía sus propios recursos a decir verdad porque mientras el demonio que se había liberado y rehecho de la prisión de carne y hueso me ahogaba por el cuello y a la vez lo hacía con la bruja hizo explotar una especie de bomba que despistó al ente aunque antes mi esposa ya había emergido lo suficiente como para que la muerte no me encontrara en aquella encrucijada extraña.
Caí dando bocanadas como un pez, tosí dejando que el aire entrara en mis pulmones, peor yo no era un hombre cualquiera y antes de que el demonio volviera, me alcé y con la parte plana de la espada golpeé con fuerza su nuca.
-Lo siento Nai, esto me ha dolido mas a mi que a ti.
Mi esposa cayó entre mis brazos inconsciente, la alcé deslizando mi mano por su rostro para apartarle de su rostro unos mechones pardos.
-Aguanta Nai, voy a sacar a ese demente de ahí dentro.
Elevé la mirada hasta que mis mares revueltos quedaron anclados a los de la hechicera.
-Meteme ahí dentro, voy a sacar al demonio a golpes, porque si lo sacas de otro modo que n osea queriendo la matara y no estoy dispuesto a dejar morir a mi mujer ¿entiendes?
Ubbe Cannif- Humano Clase Alta
- Mensajes : 417
Fecha de inscripción : 25/02/2017
Re: Sarcófago Ankh // privado Naitiri
Las bravatadas del vikingo no tenía fin, no entendía mucho la tactica de enojar más al demonio, asi solo conseguiria que se encendiera más, que se volviera más destructivo, Eylith miraba al marido de la Egipcia frunciendo el ceño mientras negaba con la cabeza, estaba loco, absolutamente loco ese hombre, Eylith no pudo callarse. -¿Por que le provocas?.- Protesto la bruja de negros cabellos, si se enfadaba más podría causar más daños y se estaba notando cada vez más, el demonio que había dentro de Naitiri reaccionaba cada vez de más agresiva forma, y estaba empezando a resultarle de lo más molestos la bruja y el vikingo que le estaban plantando cara a cada paso, a cada acción, sobre todo el enorme vikingo, la bruja de momento se mostraba más precavida, guardando mucho más las distancias para curarse en salud, pues el demonio había mirado en la mente de la egipcia revelandose asi hasta los mas oscuros secretos que esta pudiera tener, y las intimidades más morbosas que podría haber vivido con el hombre que estaba ahí, y eso hacía que tuviera gran capacidad para dañarles con sus palabras, a los dos, pues sin duda Naitiri escucharía lo que le decía.
Eylith sabía que las heridas más profundas y perturbadoras no eran las fisicas, si no las psiquicas, ella y su melliza habían jugado mucho con magia negra, y había cosas que han perturbardo más que cualquier herida que se podrían haber hecho fisica.
Eylith sacudio la cabeza y gruñó al vikingo, pero entonces la cosa que ahí, el demonio con forma de Naitiri movió ficha estrangulandolos a ambos, provocando que empezara a notar la falta de aire, pero la rapida acción recordandose que ponerse ropa de su melliza a veces traia demasiada buena suerte con el sin fin de cosas y pequeños objetos que esta tenía por costumbre tener a manos, entre ellas la dichosa polvora, la encantaba la polvora y las cosas que explotaba, una bruja piromante en toda regla. La explosión distrajo al demonio que no comprendió que fue eso, y el vikingo se pudo mover noqueandola rapidamente, y asi atraparle, no sabe cuanto aguantaria KO, antes de que el demonio reaccionara de nuevo y sin duda no tardaria en hacerlo.
Miró al rededor, pensando donde poder estar. -Volvamos al museo deprisa, en mi despacho encontraré tranquilidad.- Inquirió, tenía en mente lo que iba a hacer, y era exactamente lo que había pedido Ubbe, pero para eso necesitaba un sitio calmo, era un esfuerzo muy grande y de ser interrumpida sería un gran peligro, sobre todo por que el demonio podría acabar con la egipcia, y no quería comprobar como se pondría ese bigardo de vikingo si eso asi ocurria, no por simpatia, si no por que Eylith sencillamente había cogido ligera simpatia por su compañera de investigación.
Y un demonio que podía traer el inicio de la Gehena como decía su prima no podría traer nada bueno, maldita Bloondy, maldita mente distorsionada y despejada a su vez, aunque ha veces mataria por dar un vistazo a esa mente, vivir en ella, aunque ha veces seguro que era un infierno. Una vez llegados al despacho cerró con llave, y miró al vikingo que aun tenía a su mujer en brazos. -Tumbala en el suelo, y tumbate a su lado..- dijo la bruja seria mientras sacaba una tiza y empezaba a dibujar runas al rededor de ellos, mientras alzó una ceja mirandole esperando que obedeciera a que él se tumbase también antes de seguir. -Cogela la mano por favor...-Siguió mientras ella se sentaba en el suelo al lado de las cabezas de ambos observandoles. -Esto requiere mucha concentración, asi que me debilitaré bastante...esperemos que alga bien y no tengamos que repetir esto otra vez.- Colocó una mano sobre la frente de Naitiri y otra sobre la frente de Ubbe. -Cierra los ojos por favor.- Susurró con tranquiidad esperando a que el vikingo respondiera, y miró al frente empezando a recitar el hechizo que se empezó a entonar como un canto, una especie de nana, mientras su voz se tendía digno de canto de sirena, por llamarlo de alguna forma, los azules ojos de la bruja cambiaron hasta que sus ojos se pusieron en blanco.
Cuando abrieron los ojos tanto el vikingo como la bruja miraron a su alrededor, el sitio era oscuro, le recordaba a imagenes que había visto dibujadas del antiguo egipto, pero una versión oscura, tetrica. -Bien...esto es el plano onirico y lo cual indica que aquí hay cosas que...serán raras por decirlo de alguna manera y...- Se giró a mirar a Ubbe ya que no iba vestido igual, ahora iba con ropajes de guerrero parecía. -¡Oh! supongo que esa es ropa de tu tierra...o de tu ¿profesión? interesante...bueno es igual, lo que quiero decir es que aqui vamos a ver cosas de pesadilla, esta es la mente de tu esposa poseida por el demonio, es una mezcla de las dos, no se si me explico.-Dijo ella por si necesitaba el vikingo una explicación más sencilla a lo que estaban viendo. -Al ser el mundo onirico tenemos ciertas ventajas que en lo terrenal no...ahora tenemos que encontrar a tu mujer y por ende al demonio.- Sentenció la bruja mientras avanzaba en busca de Naitiri.
Eylith sabía que las heridas más profundas y perturbadoras no eran las fisicas, si no las psiquicas, ella y su melliza habían jugado mucho con magia negra, y había cosas que han perturbardo más que cualquier herida que se podrían haber hecho fisica.
Eylith sacudio la cabeza y gruñó al vikingo, pero entonces la cosa que ahí, el demonio con forma de Naitiri movió ficha estrangulandolos a ambos, provocando que empezara a notar la falta de aire, pero la rapida acción recordandose que ponerse ropa de su melliza a veces traia demasiada buena suerte con el sin fin de cosas y pequeños objetos que esta tenía por costumbre tener a manos, entre ellas la dichosa polvora, la encantaba la polvora y las cosas que explotaba, una bruja piromante en toda regla. La explosión distrajo al demonio que no comprendió que fue eso, y el vikingo se pudo mover noqueandola rapidamente, y asi atraparle, no sabe cuanto aguantaria KO, antes de que el demonio reaccionara de nuevo y sin duda no tardaria en hacerlo.
Miró al rededor, pensando donde poder estar. -Volvamos al museo deprisa, en mi despacho encontraré tranquilidad.- Inquirió, tenía en mente lo que iba a hacer, y era exactamente lo que había pedido Ubbe, pero para eso necesitaba un sitio calmo, era un esfuerzo muy grande y de ser interrumpida sería un gran peligro, sobre todo por que el demonio podría acabar con la egipcia, y no quería comprobar como se pondría ese bigardo de vikingo si eso asi ocurria, no por simpatia, si no por que Eylith sencillamente había cogido ligera simpatia por su compañera de investigación.
Y un demonio que podía traer el inicio de la Gehena como decía su prima no podría traer nada bueno, maldita Bloondy, maldita mente distorsionada y despejada a su vez, aunque ha veces mataria por dar un vistazo a esa mente, vivir en ella, aunque ha veces seguro que era un infierno. Una vez llegados al despacho cerró con llave, y miró al vikingo que aun tenía a su mujer en brazos. -Tumbala en el suelo, y tumbate a su lado..- dijo la bruja seria mientras sacaba una tiza y empezaba a dibujar runas al rededor de ellos, mientras alzó una ceja mirandole esperando que obedeciera a que él se tumbase también antes de seguir. -Cogela la mano por favor...-Siguió mientras ella se sentaba en el suelo al lado de las cabezas de ambos observandoles. -Esto requiere mucha concentración, asi que me debilitaré bastante...esperemos que alga bien y no tengamos que repetir esto otra vez.- Colocó una mano sobre la frente de Naitiri y otra sobre la frente de Ubbe. -Cierra los ojos por favor.- Susurró con tranquiidad esperando a que el vikingo respondiera, y miró al frente empezando a recitar el hechizo que se empezó a entonar como un canto, una especie de nana, mientras su voz se tendía digno de canto de sirena, por llamarlo de alguna forma, los azules ojos de la bruja cambiaron hasta que sus ojos se pusieron en blanco.
Cuando abrieron los ojos tanto el vikingo como la bruja miraron a su alrededor, el sitio era oscuro, le recordaba a imagenes que había visto dibujadas del antiguo egipto, pero una versión oscura, tetrica. -Bien...esto es el plano onirico y lo cual indica que aquí hay cosas que...serán raras por decirlo de alguna manera y...- Se giró a mirar a Ubbe ya que no iba vestido igual, ahora iba con ropajes de guerrero parecía. -¡Oh! supongo que esa es ropa de tu tierra...o de tu ¿profesión? interesante...bueno es igual, lo que quiero decir es que aqui vamos a ver cosas de pesadilla, esta es la mente de tu esposa poseida por el demonio, es una mezcla de las dos, no se si me explico.-Dijo ella por si necesitaba el vikingo una explicación más sencilla a lo que estaban viendo. -Al ser el mundo onirico tenemos ciertas ventajas que en lo terrenal no...ahora tenemos que encontrar a tu mujer y por ende al demonio.- Sentenció la bruja mientras avanzaba en busca de Naitiri.
Eylith Enhydra- Hechicero Clase Alta
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Fecha de inscripción : 19/01/2018
Re: Sarcófago Ankh // privado Naitiri
Era muy extraño todo ver lo que estaba ocurriendo y no poder hacer nada por ayudar, por cambiar las tornas de la situación que estaba pasando. Yo había quedado en un segundo plano y eso era todo muy extraño e incómodo, encerrada en mi propio cuerpo sin siquiera poder hacer nada sintiendo que no era yo quien tenía la voluntad de todo, sino que era como una marioneta que solo podía escuchar y ver lo que sucedía pero no tomar partido. Podía escuchar cada palabra, podía escuchar las voces que reconocía así como también ver qué estaba ocurriendo en todo momento. Me sentía extraña encerrada en mi propio cuerpo como si fuera una “extraña”, mientras el demonio tomaba posesión de mi cuerpo y lo manejaba con su voluntad sin que yo pudiera hacer nada, me sentía encadenada, inmovilizada dentro de mi propio cuerpo... algo que no era muy agradable. Era consciente de todo, de cómo pretendía encender al vikingo y picarlo con sus palabras, seguramente daba tantos detalles porque tenía el control sobre mi cuerpo, en mi cabeza había escuchado sus palabras haciéndome ver que se había adueñado de todo y que tenía el control absoluto, que ahora todos mis recuerdos pasaban a ser suyos y por ese mismo motivo sabía dónde pinchar al vikingo... pero este no cedió pese a que sus palabras fueron con la intención de hacer daño, de abrir una brecha en él que no consiguió porque su voluntad y su carácter eran más fuertes... pero lo intentó, y no solo una vez, sino que lo fue intentando en varias ocasiones. Yo me desesperaba porque no podía hacer nada, ni gritar, ni moverme... era una espectadora muda y paralítica contemplando dentro de mi propio cuerpo lo que ocurría pero sabiendo en todo momento que yo no tenía el control. Jamás hubiera pensado que algo así podría pasarme, y nadie debería de sentir la horrible sensación que yo tenía porque me desesperaba por liberarme y ayudarlos, cerrar mi propia boca para que no se metiera de esa forma con el vikingo con la intención de hacerle daño, algunas cosas incluso me dolieron pero él aguantó aun cuando había ido con muchísima maldad y no cayó en su trampa. De espectadora también vi lo que había hecho con aquella joven, cómo la había matado para realizar los sacrificios y tras esto la llegada de Ubbe y de Eylith que venían en mí búsqueda, yo sabía que el vikingo no cesaría en su empeño por salvarme y liberarme del yugo del demonio, sintiéndome mal por ponerlos en esa tesitura. El demonio era demasiado fuerte y poderoso y yo no podía hacer nada, sufrir por ver cómo los atacaba y yo no hacía nada por evitarlo... sin embargo fue un momento exacto donde era como si arañara la cárcel donde me tenía recluida sin poder hacer nada, no podía soportar ver cómo atacaba así al vikingo y mucho menos permitir que lo matara con mis propias manos, como si lo hubiera hecho yo, gruñía de la desesperación que me embargaba y luchaba con todas mis fuerzas como si gritara dentro de mi propio cuerpo, como si sacudiera las cadenas que me retenían con fuerzas envalentonada por ver aquello; ver sus ojos observándome, en teoría, y ver que eran mis manos quien le intentaba arrebatar la vida era demasiado para mí como para soportarlo.
No sé cómo lo hice pero logré por unos instantes tener el control de mi cuerpo, mis manos se apartaron de su cuello liberándolo, sin embargo el demonio era mucho más poderoso y luchaba contra mí empujándome para volver a cerrarme en la “prisión” donde me tenía encadenada y atada, fue justo el momento que aprovecharon para acatar al demonio, una bomba de humo fue lo que lo despistó por completo y lo siguiente fue sentir un golpe y después... oscuridad. No supe qué había pasado exactamente hasta que abrí mis ojos de nuevo dándome cuenta de que no estábamos en París, ni siquiera en ese callejón donde había sucedido todo, sino en un lugar que parecía mucho más aterrador y siniestro, ¿dónde nos encontrábamos? La ambientación era propia del antiguo Egipto aunque con connotaciones más oscuras y tétricas, un cielo oscuro sobre mi cabeza donde se veían pequeños rayos en las nueves como si se anunciara una fuerte tormenta. Intenté moverme para darme cuenta de que de que no podía hacerlo, mis muñecas estaban encadenadas y parecía que estábamos en un pequeño palacio por la decoración, como si se estuviera al aire libre en un lugar del mismo, había varias columnas con jeroglíficos y además estaba como encadenada a unos barrotes que simulaban una jaula que era un tanto grande, los grilletes apresaban no solo mis muñecas sino también mis tobillos impidiéndome todo movimiento, tiré con fuerzas pero no cedía en absoluto y solo me hacía daño en la muñeca. Miré el lugar y me fijé en que mi ropa había cambiado, ahora una más típica del antiguo Egipto que hubiera pertenecido a la alta clase. El primer rayo no tardó en caer sobre el lugar iluminándolo apenas unos segundos, se escuchaban ruidos que sonaban demasiado extraños y que no parecía ser nada del mundo de los “vivos”, me preguntaba si sería una antesala al Duat para pasar a este, la pregunta era ¿estaba viva? ¿Qué había ocurrido? Volví a tirar de las cadenas pero fui inútil porque ni siquiera se movieron. Una risa sonó en el lugar y pronto apareció por una de las enormes puertas una figura negra, una silueta que había visto en el sótano del museo; el demonio. Con forma humana bajó unas pequeñas escaleras acercándose hasta donde me encontraba quedando frente a mí, aunque tenía forma humana seguía siendo completamente negro, sus ojos dos pozos oscuros y esa hilera de colmillos que atemorizaba, sus ojos me recorrieron como si disfrutara de lo que veía y volvió a reírse pero no decía nada.
-¿Dónde estamos? Espero que esto sea una antesala previa al Duat, que te hayan matado y que te hayan hecho bajar aquí para recibir tu castigo –eso supondría que también estaba muerta, pero en ese momento saber que ese maldito demonio lo estaría me era más que suficiente. Su risa sonó de nuevo y algo me hizo pensar que no era como yo había dicho exactamente- ¿qué te hace tanta gracia? No vas a poder salir de aquí por muy demonio que seas, aquí estás atrapado –sonreí de lado por ello, eso significaría que yo también lo estaría pero al menos no haría daño a nadie ni desataría ninguna catástrofe- me habría gustado ver cómo te vencieron –su sonrisa se expandió.
-¿Y por qué crees que lo han hecho? Esto no es ninguna antesala al Duat y me río porque han cometido un gran error, uno que yo aprovecharé sin lugar a dudas –el cielo negro se tiñó con algo de color, color sangre como si eso anunciara muertes, no entendía lo que quería decir ese maldito demonio y parecía que se regodeaba con el hecho de que no sabía nada- no me han vencido, haría falta muchísimo más que tu interrupción y un mísero golpe en la nuca para vencerme... no egipcia, estamos ahora en tu mente –apuntó sin perder la sonrisa, su mano que era más bien como una garra se alzó para tomar mi mentón- estamos dentro de tu mente y todo esto es cosa y obra tuya, las cadenas son cosa mía pero es menester que te quedes ahí dentro –sus zarpas recorrieron mi mejilla- tu marido es demasiado bravucón ¿no te parece? Tendré que bajarle los humos cuando vaya a por él –fruncí ligeramente el ceño, si estábamos en mi mente ¿cómo iba a ir a por él?- Oh, veo que te has dado cuenta... verás, no somos los únicos que estamos aquí sino que ellos también. Vienen con la intención de rescatarte pero lo que la bruja no sabe es que en este plano sigo siendo mucho más poderoso que ella, es un maldito y jodido grano en el culo con su magia aunque tú marido con esa espada ridícula no se queda muy atrás. Los pienso matar a los dos, mientras tú te vas a quedar aquí encadenada, ¿sabes lo bueno de eso? Que mientras permanezcas dentro de la jaula y encadenada tu emergería la irá absorbiendo conforme pase el tiempo hasta que consuma todo de ti y ya no haya marcha atrás para ti... como lo habrá también para ellos -¿consumir mi energía? Como si el mero pensamiento hubiera cobrado forma sentí un pinchazo en el pecho que me hizo jadear con fuerza, sentí como si algo brotara de mí y me quedaba algo más débil- ¿ves? No te estaba mintiendo, tú serás la fuente de todo mi poder hasta que se te agote la energía, y vamos a estar un buen rato porque lo que... tendré que divertirme –se rió de nuevo y pronto su apariencia había cambiado, llevaba mi cuerpo y era como si me viera reflejada en un espejo- hora de cobrarme la revancha, tranquila, ahora sí que voy a poder descuartizar a tu marido, ¿quieres su cabeza como recuerdo? Te la traeré para que tengas un último recuerdo de él.
No sé cómo lo hice pero logré por unos instantes tener el control de mi cuerpo, mis manos se apartaron de su cuello liberándolo, sin embargo el demonio era mucho más poderoso y luchaba contra mí empujándome para volver a cerrarme en la “prisión” donde me tenía encadenada y atada, fue justo el momento que aprovecharon para acatar al demonio, una bomba de humo fue lo que lo despistó por completo y lo siguiente fue sentir un golpe y después... oscuridad. No supe qué había pasado exactamente hasta que abrí mis ojos de nuevo dándome cuenta de que no estábamos en París, ni siquiera en ese callejón donde había sucedido todo, sino en un lugar que parecía mucho más aterrador y siniestro, ¿dónde nos encontrábamos? La ambientación era propia del antiguo Egipto aunque con connotaciones más oscuras y tétricas, un cielo oscuro sobre mi cabeza donde se veían pequeños rayos en las nueves como si se anunciara una fuerte tormenta. Intenté moverme para darme cuenta de que de que no podía hacerlo, mis muñecas estaban encadenadas y parecía que estábamos en un pequeño palacio por la decoración, como si se estuviera al aire libre en un lugar del mismo, había varias columnas con jeroglíficos y además estaba como encadenada a unos barrotes que simulaban una jaula que era un tanto grande, los grilletes apresaban no solo mis muñecas sino también mis tobillos impidiéndome todo movimiento, tiré con fuerzas pero no cedía en absoluto y solo me hacía daño en la muñeca. Miré el lugar y me fijé en que mi ropa había cambiado, ahora una más típica del antiguo Egipto que hubiera pertenecido a la alta clase. El primer rayo no tardó en caer sobre el lugar iluminándolo apenas unos segundos, se escuchaban ruidos que sonaban demasiado extraños y que no parecía ser nada del mundo de los “vivos”, me preguntaba si sería una antesala al Duat para pasar a este, la pregunta era ¿estaba viva? ¿Qué había ocurrido? Volví a tirar de las cadenas pero fui inútil porque ni siquiera se movieron. Una risa sonó en el lugar y pronto apareció por una de las enormes puertas una figura negra, una silueta que había visto en el sótano del museo; el demonio. Con forma humana bajó unas pequeñas escaleras acercándose hasta donde me encontraba quedando frente a mí, aunque tenía forma humana seguía siendo completamente negro, sus ojos dos pozos oscuros y esa hilera de colmillos que atemorizaba, sus ojos me recorrieron como si disfrutara de lo que veía y volvió a reírse pero no decía nada.
-¿Dónde estamos? Espero que esto sea una antesala previa al Duat, que te hayan matado y que te hayan hecho bajar aquí para recibir tu castigo –eso supondría que también estaba muerta, pero en ese momento saber que ese maldito demonio lo estaría me era más que suficiente. Su risa sonó de nuevo y algo me hizo pensar que no era como yo había dicho exactamente- ¿qué te hace tanta gracia? No vas a poder salir de aquí por muy demonio que seas, aquí estás atrapado –sonreí de lado por ello, eso significaría que yo también lo estaría pero al menos no haría daño a nadie ni desataría ninguna catástrofe- me habría gustado ver cómo te vencieron –su sonrisa se expandió.
-¿Y por qué crees que lo han hecho? Esto no es ninguna antesala al Duat y me río porque han cometido un gran error, uno que yo aprovecharé sin lugar a dudas –el cielo negro se tiñó con algo de color, color sangre como si eso anunciara muertes, no entendía lo que quería decir ese maldito demonio y parecía que se regodeaba con el hecho de que no sabía nada- no me han vencido, haría falta muchísimo más que tu interrupción y un mísero golpe en la nuca para vencerme... no egipcia, estamos ahora en tu mente –apuntó sin perder la sonrisa, su mano que era más bien como una garra se alzó para tomar mi mentón- estamos dentro de tu mente y todo esto es cosa y obra tuya, las cadenas son cosa mía pero es menester que te quedes ahí dentro –sus zarpas recorrieron mi mejilla- tu marido es demasiado bravucón ¿no te parece? Tendré que bajarle los humos cuando vaya a por él –fruncí ligeramente el ceño, si estábamos en mi mente ¿cómo iba a ir a por él?- Oh, veo que te has dado cuenta... verás, no somos los únicos que estamos aquí sino que ellos también. Vienen con la intención de rescatarte pero lo que la bruja no sabe es que en este plano sigo siendo mucho más poderoso que ella, es un maldito y jodido grano en el culo con su magia aunque tú marido con esa espada ridícula no se queda muy atrás. Los pienso matar a los dos, mientras tú te vas a quedar aquí encadenada, ¿sabes lo bueno de eso? Que mientras permanezcas dentro de la jaula y encadenada tu emergería la irá absorbiendo conforme pase el tiempo hasta que consuma todo de ti y ya no haya marcha atrás para ti... como lo habrá también para ellos -¿consumir mi energía? Como si el mero pensamiento hubiera cobrado forma sentí un pinchazo en el pecho que me hizo jadear con fuerza, sentí como si algo brotara de mí y me quedaba algo más débil- ¿ves? No te estaba mintiendo, tú serás la fuente de todo mi poder hasta que se te agote la energía, y vamos a estar un buen rato porque lo que... tendré que divertirme –se rió de nuevo y pronto su apariencia había cambiado, llevaba mi cuerpo y era como si me viera reflejada en un espejo- hora de cobrarme la revancha, tranquila, ahora sí que voy a poder descuartizar a tu marido, ¿quieres su cabeza como recuerdo? Te la traeré para que tengas un último recuerdo de él.
Naitiri Zahir- Humano Clase Alta
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