AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Ardhanarisvara (privado)
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Ardhanarisvara (privado)
por Maya Rivers Jue Ene 10, 2019 9:36 am
Bombay, siglo III d.C
“No hay diferencia entre Dios y las almas”
“Yo soy uno, pero me convierto en muchos”
Fragmentos de los himnos que regalaban a Shiva, dios de dioses, se podían escuchar en el templo de Mumba Devi de Bombay. La efigie de la diosa madre hindú, la diosa tierra, la que favorecía las cosechas, la fertilidad y la belleza portaba un Tikka en su frente coronado con una esmeralda de la mayor pureza. El incienso flotaba en cendales de humo aromático por toda la base circular de piedra enmohecida por el paso de los años, cuencos con pétalos de rosas, leche o cereales eran ofrecidos como ofrenda a la diosa de los seis brazos montada en un león. A esas horas calmas de la noche, sólo pululaban por allí algunos borrachos que no habían regresado aún a casa y las guardianas del templo, que oraban o recogían las ofrendas y limpiaban el lugar.
Joe había recibido un mensaje claro de su padre, Caín, a través de una de sus encarnaciones en la tierra, antes de desaparecer de nuevo: “El Tikka maldito está en Bombay, cógelo y evita que Askar consiga su objetivo”. Esa joya de la diosa Devi tenía su historia, se remontaba a cuando su padre fue expulsado del Edén y desterrado a la tierra de Nod. Caín se lo había contado a sus hijos tiempo atrás.
Cuando Lilith engatusó a Caín, éste mató a su hermano que ya tenía descendencia, pero eso no lo sabían todavía, los herederos de la sangre de Abel no saltarían a la palestra hasta quince siglos más tarde. Set, el tercer hijo de Adán y Eva tuvo la suya propia, y Asura, una de sus hijas, se convirtió a la maldición cainita para hacer frente a sus primos. Caín hizo lo propio con una humana y los Black se erigieron como los demonios más peligrosos en la tierra. Caín y Lilith fueron desterrados a Nod, que estaba al oriente del Edén, en lo que actualmente sería Pakistán o India. Allí se rendía culto a Shiva y Shakti, las dos mitades indisolubles de Dios, la parte masculina y la femenina, respectivamente que se encarnaba en el Ardhanarisvara, una estatua mitad hombre y mitad mujer.
Devi, Durga o Parvati, eran los nombres por los que se conocía a la diosa madre, a la diosa de la tierra, la fertilidad y las cosechas, la equivalente a Afrodita, Gea o Dana en otras culturas como la griega, romana o celta. La diosa Devi tenía una hija con un mortal, Maya, cuya función en el panteón era la de atar las almas a este universo material, como se aseguraba en la tradición shivaista, algo parecido a un Norna vikinga pero al revés, en vez de cortar el hilo de la vida, mantenerlo y asegurarse que las almas se mantenían en los cuerpos.
Maya se enamoró de un mortal, pero su relación no estaba bien vista, pues ella era una semidiosa. Decidieron escapar, marcharse juntos, lejos, de donde pudieran encontrarlos, pero eso no llegó a suceder porque cuando Maya se preparaba para abandonar el templo, Caín la interceptó. Dios lo había maldecido y por culpa de Lilith había perdido su alma; el demonio le exigió a la joven que le regresara el alma al cuerpo, pero ésta se negó, no se podía atar un alma a un maldito como él. Caín no lo pensó dos veces y la mató sin gran esfuerzo, atravesándola con su mano y extrayéndole el corazón, que lanzó al altar de Devi. El vampiro abandonó el lugar sin presenciar cómo del corazón sangrante de Maya se evaporaban unos tenues hilos azules, su alma se refugió en la esmeralda del Tikka que portaba la estatua de Devi en la frente. Según la tradición hindú, ahí reside el chakra central, el de la preservación y donde reside Ardhanarisvara que simboliza la unión final donde no hay división entre hombre y mujer.
Cuando el mortal apareció en el templo en busca de su amada, observó de lejos como su corazón era arrojado a los pies del altar, Caín se desvaneció en las sombras y nada pudo hacer para vengar su muerte. Desgarrado por la pérdida y lleno de odio y sed de venganza le pidió a la diosa que le dejara vengar su muerte. Devi, que no veía bien al joven pues por su culpa su hija había muerto, lo convirtió en una bestia maldita y sanguinaria, que al menos conseguiría vengar con sangre esa muerte, pero lo condenaría para toda la eternidad
Así nació el lobo primigenio, Askar, que perseguiría hasta la muerte a todo Black que osara asomar su maldita presencia en la tierra.
Los pasos de Joe rompieron la quietud del templo de Devi, alguna de las mujeres que limpiaban y custodiaban la sala se le acercaron para echarlo de allí, pero sus ruegos y advertencias no sirvieron de nada, pronto las piedras vieron de nuevo como la sangre las bañaba y el silencio empapaba las paredes. El hijo de Caín, ese que comenzó una guerra abierta contra la diosa madre, arrancó el Tikka de la frente de la estatua y lo sujetó entre los dedos, si lo miraba atentamente con sus ojos sobrenaturales podía ver como algún tipo de esencia mágica se agitaba en su interior, era hipnótico. Lo guardó en su bolsillo y abandonó Bombay como había venido. Durante quince siglos la joya estuvo “perdida”, mas Askar sabía que estaba en poder de los Black; ¿de cuál? Difícil de saber, pero seguro que ellos retenían el alma de Maya. Su momento llegaría, su fin estaba cerca y cuando se hiciera con alguno de ellos, no vacilaría en mandarlos al inframundo de donde no debieron salir nunca.
“No hay diferencia entre Dios y las almas”
“Yo soy uno, pero me convierto en muchos”
Fragmentos de los himnos que regalaban a Shiva, dios de dioses, se podían escuchar en el templo de Mumba Devi de Bombay. La efigie de la diosa madre hindú, la diosa tierra, la que favorecía las cosechas, la fertilidad y la belleza portaba un Tikka en su frente coronado con una esmeralda de la mayor pureza. El incienso flotaba en cendales de humo aromático por toda la base circular de piedra enmohecida por el paso de los años, cuencos con pétalos de rosas, leche o cereales eran ofrecidos como ofrenda a la diosa de los seis brazos montada en un león. A esas horas calmas de la noche, sólo pululaban por allí algunos borrachos que no habían regresado aún a casa y las guardianas del templo, que oraban o recogían las ofrendas y limpiaban el lugar.
Joe había recibido un mensaje claro de su padre, Caín, a través de una de sus encarnaciones en la tierra, antes de desaparecer de nuevo: “El Tikka maldito está en Bombay, cógelo y evita que Askar consiga su objetivo”. Esa joya de la diosa Devi tenía su historia, se remontaba a cuando su padre fue expulsado del Edén y desterrado a la tierra de Nod. Caín se lo había contado a sus hijos tiempo atrás.
Cuando Lilith engatusó a Caín, éste mató a su hermano que ya tenía descendencia, pero eso no lo sabían todavía, los herederos de la sangre de Abel no saltarían a la palestra hasta quince siglos más tarde. Set, el tercer hijo de Adán y Eva tuvo la suya propia, y Asura, una de sus hijas, se convirtió a la maldición cainita para hacer frente a sus primos. Caín hizo lo propio con una humana y los Black se erigieron como los demonios más peligrosos en la tierra. Caín y Lilith fueron desterrados a Nod, que estaba al oriente del Edén, en lo que actualmente sería Pakistán o India. Allí se rendía culto a Shiva y Shakti, las dos mitades indisolubles de Dios, la parte masculina y la femenina, respectivamente que se encarnaba en el Ardhanarisvara, una estatua mitad hombre y mitad mujer.
Devi, Durga o Parvati, eran los nombres por los que se conocía a la diosa madre, a la diosa de la tierra, la fertilidad y las cosechas, la equivalente a Afrodita, Gea o Dana en otras culturas como la griega, romana o celta. La diosa Devi tenía una hija con un mortal, Maya, cuya función en el panteón era la de atar las almas a este universo material, como se aseguraba en la tradición shivaista, algo parecido a un Norna vikinga pero al revés, en vez de cortar el hilo de la vida, mantenerlo y asegurarse que las almas se mantenían en los cuerpos.
Maya se enamoró de un mortal, pero su relación no estaba bien vista, pues ella era una semidiosa. Decidieron escapar, marcharse juntos, lejos, de donde pudieran encontrarlos, pero eso no llegó a suceder porque cuando Maya se preparaba para abandonar el templo, Caín la interceptó. Dios lo había maldecido y por culpa de Lilith había perdido su alma; el demonio le exigió a la joven que le regresara el alma al cuerpo, pero ésta se negó, no se podía atar un alma a un maldito como él. Caín no lo pensó dos veces y la mató sin gran esfuerzo, atravesándola con su mano y extrayéndole el corazón, que lanzó al altar de Devi. El vampiro abandonó el lugar sin presenciar cómo del corazón sangrante de Maya se evaporaban unos tenues hilos azules, su alma se refugió en la esmeralda del Tikka que portaba la estatua de Devi en la frente. Según la tradición hindú, ahí reside el chakra central, el de la preservación y donde reside Ardhanarisvara que simboliza la unión final donde no hay división entre hombre y mujer.
Cuando el mortal apareció en el templo en busca de su amada, observó de lejos como su corazón era arrojado a los pies del altar, Caín se desvaneció en las sombras y nada pudo hacer para vengar su muerte. Desgarrado por la pérdida y lleno de odio y sed de venganza le pidió a la diosa que le dejara vengar su muerte. Devi, que no veía bien al joven pues por su culpa su hija había muerto, lo convirtió en una bestia maldita y sanguinaria, que al menos conseguiría vengar con sangre esa muerte, pero lo condenaría para toda la eternidad
Así nació el lobo primigenio, Askar, que perseguiría hasta la muerte a todo Black que osara asomar su maldita presencia en la tierra.
Los pasos de Joe rompieron la quietud del templo de Devi, alguna de las mujeres que limpiaban y custodiaban la sala se le acercaron para echarlo de allí, pero sus ruegos y advertencias no sirvieron de nada, pronto las piedras vieron de nuevo como la sangre las bañaba y el silencio empapaba las paredes. El hijo de Caín, ese que comenzó una guerra abierta contra la diosa madre, arrancó el Tikka de la frente de la estatua y lo sujetó entre los dedos, si lo miraba atentamente con sus ojos sobrenaturales podía ver como algún tipo de esencia mágica se agitaba en su interior, era hipnótico. Lo guardó en su bolsillo y abandonó Bombay como había venido. Durante quince siglos la joya estuvo “perdida”, mas Askar sabía que estaba en poder de los Black; ¿de cuál? Difícil de saber, pero seguro que ellos retenían el alma de Maya. Su momento llegaría, su fin estaba cerca y cuando se hiciera con alguno de ellos, no vacilaría en mandarlos al inframundo de donde no debieron salir nunca.
Maya Rivers- Humano Clase Baja
- Mensajes : 36
Fecha de inscripción : 17/06/2018
Re: Ardhanarisvara (privado)
por Joe Black Miér Ene 23, 2019 3:24 am
Joe llegaba de una fiesta de mascaras, su situación personal iba en decadencia, el inmortal era incapaz de comprender como las cosas se estaban torciendo de esa manera, su esposa apenas le dirigía la palabra estaba ausente y desde lo que pasó en la boda con la muerte de su hermano lo odiaba.
Joe andaba ocupado en otros menesteres, Isa también parecía odiar lo que él representaba y de algún modo Joe se mofaba de ambas porque asumir que le dolía era mas complicado que tomárselo a risa y seguir con su vida de lujuria y desenfreno, era un Dios o así se sentía y las cosas mundanas solo eran eso, temas banales que discutir borracho en una cena con sus hermanos.
Cuando llegó a casa la mansión estaba silenciosa. Nico seguramente estaría dormido en su cámara y lo mismo pensó de una rebelde Isa que últimamente lo desafiaba con saña. Se asomó a la puerta del crío, dormía envuelto entre mantas, cerró con cuidado la puerta para no despertarlo, mas por egoísmo que por tener aprecio al muchacho y se dirigió directamente a la habitación de Isa, después de lo que había pasado hacía unas noches esperaba encontrarla de mejor humor o tal vez no.
Dentro no había ni rastro de ella, la habitación estaba vacía y Joe se temió lo peor, que pudiera haberlo desobedecido y se hubiera largado a algún lugar a ponerse ciega de alcohol, mas ni en sueños podía imaginar que el final de Isa era mucho peor, uno que descubrió cuando al seguir su rastro la encontró en la sala secreta que el inmortal tenia a buen recaudo con el medallón que contenía el espíritu de Maya en la mano.
Tensó el gesto, de nada sirvieron sus intentos de recuperar a la viajera, pues esta parecía sumida en un sueño eterno, mas valía que alguno de sus hermanos conociera algo mas que él sobre la historia de Askar, Maya y el medallón que la contenía porque de no hacerlo tendría que ir ante el lobo original y arrancarle la piel a tiras hasta recuperar a Isa algo de lo que Joe era muy capaz, pocas eran las veces que medía las consecuencias de sus actos cuando estaba desesperado.
Joe andaba ocupado en otros menesteres, Isa también parecía odiar lo que él representaba y de algún modo Joe se mofaba de ambas porque asumir que le dolía era mas complicado que tomárselo a risa y seguir con su vida de lujuria y desenfreno, era un Dios o así se sentía y las cosas mundanas solo eran eso, temas banales que discutir borracho en una cena con sus hermanos.
Cuando llegó a casa la mansión estaba silenciosa. Nico seguramente estaría dormido en su cámara y lo mismo pensó de una rebelde Isa que últimamente lo desafiaba con saña. Se asomó a la puerta del crío, dormía envuelto entre mantas, cerró con cuidado la puerta para no despertarlo, mas por egoísmo que por tener aprecio al muchacho y se dirigió directamente a la habitación de Isa, después de lo que había pasado hacía unas noches esperaba encontrarla de mejor humor o tal vez no.
Dentro no había ni rastro de ella, la habitación estaba vacía y Joe se temió lo peor, que pudiera haberlo desobedecido y se hubiera largado a algún lugar a ponerse ciega de alcohol, mas ni en sueños podía imaginar que el final de Isa era mucho peor, uno que descubrió cuando al seguir su rastro la encontró en la sala secreta que el inmortal tenia a buen recaudo con el medallón que contenía el espíritu de Maya en la mano.
Tensó el gesto, de nada sirvieron sus intentos de recuperar a la viajera, pues esta parecía sumida en un sueño eterno, mas valía que alguno de sus hermanos conociera algo mas que él sobre la historia de Askar, Maya y el medallón que la contenía porque de no hacerlo tendría que ir ante el lobo original y arrancarle la piel a tiras hasta recuperar a Isa algo de lo que Joe era muy capaz, pocas eran las veces que medía las consecuencias de sus actos cuando estaba desesperado.
Joe Black- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 348
Fecha de inscripción : 16/06/2016
Re: Ardhanarisvara (privado)
por Maya Rivers Miér Ene 23, 2019 3:26 am
La viajera había estado deambulando por la mansión como muchas otras noches, cavilando sobre sus opciones. Volver a su tiempo, aunque fuera posible mediante magia, era algo que seguramente la condenaría. En el futuro había cámaras, drones, pruebas de ADN y rastreo satélite. Darían con ella y la aniquilarían. Quedarse en ese tiempo era complicado, había descubierto que existían los vampiros, los licántropos, la magia y un sinfín de desacatos sobrenaturales, pero había conseguido establecerse a priori en el bando correcto. Pero las cosas no eran fáciles, ella veía el mundo desde otra perspectiva y no entendía que Joe siendo el arma perfecta perdiese su tiempo en tonterías, en vicio, alcohol y chorradas como una boda. Él tenía el poder sobre la vida y la muerte y lo desperdiciaba de ese modo…porque era eterno, y eso era lo que Isa no podía comprender porque no lo era. Se le había pasado por la cabeza pedirle la inmortalidad para saber qué se sentía al ser indestructible, o casi. Pero no tuvo opción de preguntarlo.
Había un cuarto secreto que la traía loca, ella sabía que allí había un zulo escondido y no podía evitar querer saber qué se ocultaba en su interior. Esa noche decidió utilizar sus habilidades de marine para averiguarlo y terminar de una vez por todas con algunas de las incógnitas que le impedían terminar el puzzle mental. Era una sala pequeña con cajas bien cerradas con candados gruesos, pero nada de ese siglo se le resistía a la americana. La abrió, encontró el medallón y lo sujetó entre los dedos, mirándolo con curiosidad, parecía que algo se movía en su interior.
Comenzó a escuchar una voz que pronunciaba su nombre, o el que creía que era su nombre… Maya… Maya… ya lo había escuchado en sueños, pero esta vez venía de otro lugar. Los hilos azulados que se agitaban en el interior de la piedra del Tikka la “agarraron” de alguna manera a la joya y empezó a sentir que algo subía por su brazo, por dentro, como en las películas de terror o de alienígenas, subía y subía hasta su cabeza y el dolor de cien mil rayos la atravesó, haciendo caer su cuerpo al suelo y de pronto se encontró atrapada en la piedra.
Había un cuarto secreto que la traía loca, ella sabía que allí había un zulo escondido y no podía evitar querer saber qué se ocultaba en su interior. Esa noche decidió utilizar sus habilidades de marine para averiguarlo y terminar de una vez por todas con algunas de las incógnitas que le impedían terminar el puzzle mental. Era una sala pequeña con cajas bien cerradas con candados gruesos, pero nada de ese siglo se le resistía a la americana. La abrió, encontró el medallón y lo sujetó entre los dedos, mirándolo con curiosidad, parecía que algo se movía en su interior.
Comenzó a escuchar una voz que pronunciaba su nombre, o el que creía que era su nombre… Maya… Maya… ya lo había escuchado en sueños, pero esta vez venía de otro lugar. Los hilos azulados que se agitaban en el interior de la piedra del Tikka la “agarraron” de alguna manera a la joya y empezó a sentir que algo subía por su brazo, por dentro, como en las películas de terror o de alienígenas, subía y subía hasta su cabeza y el dolor de cien mil rayos la atravesó, haciendo caer su cuerpo al suelo y de pronto se encontró atrapada en la piedra.
Maya Rivers- Humano Clase Baja
- Mensajes : 36
Fecha de inscripción : 17/06/2018
Re: Ardhanarisvara (privado)
por Nico Black Miér Ene 23, 2019 4:26 am
Joe la lazó en volandas, sabia que no iba a poder solventar solo el problema y aunque como primera opción pensó en la salta cuerpos, de algún modo opto por ir a la fiesta donde estaba Ferox, a fin de cuentas él sabía bastante acerca de los objetos mágicos y quizás supiera mas del colgante en cuestión.
Iba gritando el nombre de Nico por el pasillo, lo hubiera dejado allí olvidado, pero no era cuestión de que se despertara, se escapara y sumar problemas a su cuenta personal de conflictos, así que de una patada abrió la puerta del dormitorio del niño buscándolo con impaciencia con los ojos rojos como el mismo fuego del averno.
Nico se frotaba los ojos en la cama mirando al que decía ser su tío con cara de no saber si estaba soñando.
-Vamos, ponte los zapatos que nos vamos.
-Pero voy en pijama.
-Me da igual, ponte los zapatos y una chaqueta, es urgente -ordenó Joe mientras el niño se sentaba en el borde del lecho buscando sus zapatos negros.
-Pero papa me dice que no he de salir por la noche, que he de dormir, mañana tengo cole -intento justificar el crío señalando el ventanal.
Joe resoplaba airado, una parte de él sentía la necesidad imperiosa de arrancarle la cabeza por ser tan terco, se notaba que era un Black.
-O te pones los zapatos o te saco de la cama descalzo.
El niño se colocó los zapatos rápidamente, veía capaz al hombre ese de cumplir su amenaza, según Isa no era tan malo, pero él veía a un demente, o un dinosaurio, si, mejor lo comparaba con un dinosaurio con largos dientes. Así salieron todos de casa apresuradamente, Isa y el niño permanecieron en el carruaje a buen recaudo mientras Joe iba en busca de su hermano.
En el palacio royal se estaba celebrando el baile de navidad (ENLACE AQUI) donde Asura, Ferox y Askar estaban muy entretenidos intentando sacarse los ojos. Joe consiguió que un airado Ferox le acompañase, a decir verdad, de buen grado porque tenía ganas de salir de allí, y todos juntos partieron a la mansión del mayor de los Black.
Iba gritando el nombre de Nico por el pasillo, lo hubiera dejado allí olvidado, pero no era cuestión de que se despertara, se escapara y sumar problemas a su cuenta personal de conflictos, así que de una patada abrió la puerta del dormitorio del niño buscándolo con impaciencia con los ojos rojos como el mismo fuego del averno.
Nico se frotaba los ojos en la cama mirando al que decía ser su tío con cara de no saber si estaba soñando.
-Vamos, ponte los zapatos que nos vamos.
-Pero voy en pijama.
-Me da igual, ponte los zapatos y una chaqueta, es urgente -ordenó Joe mientras el niño se sentaba en el borde del lecho buscando sus zapatos negros.
-Pero papa me dice que no he de salir por la noche, que he de dormir, mañana tengo cole -intento justificar el crío señalando el ventanal.
Joe resoplaba airado, una parte de él sentía la necesidad imperiosa de arrancarle la cabeza por ser tan terco, se notaba que era un Black.
-O te pones los zapatos o te saco de la cama descalzo.
El niño se colocó los zapatos rápidamente, veía capaz al hombre ese de cumplir su amenaza, según Isa no era tan malo, pero él veía a un demente, o un dinosaurio, si, mejor lo comparaba con un dinosaurio con largos dientes. Así salieron todos de casa apresuradamente, Isa y el niño permanecieron en el carruaje a buen recaudo mientras Joe iba en busca de su hermano.
En el palacio royal se estaba celebrando el baile de navidad (ENLACE AQUI) donde Asura, Ferox y Askar estaban muy entretenidos intentando sacarse los ojos. Joe consiguió que un airado Ferox le acompañase, a decir verdad, de buen grado porque tenía ganas de salir de allí, y todos juntos partieron a la mansión del mayor de los Black.
Nico Black- Humano Clase Alta
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