Danzas sobre la nieve (Soren)

por **Dana Luminita** Lun Feb 28, 2011 12:02 am

Lejos del cielo hundo mis pasos, sobre la nieve dejo mis huellas, me pierdo entre sombras de algodón helado que hacen que mi mente peque en lamentos escondidos. Marco los arboles con mi aroma a orquídeas oscuras, dejaran un sendero y estoy perfecta, radiante con un corazón que ha dejado de latir por centenares.

Danzo con un traje de arlequín, sus cascabeles tintinean con mis movimientos gráciles tal cual felino que acompañan mis sonrisa y mi color casi humano. Lo soy, pesadilla de la noche, me encuentro en aquel lugar sin un ángel que me cuide, solo los tengo a ustedes: Juana, Hamelín y Martín. Siempre digo qué ausencia es camino, pero no encuentro uno aunque sus pasos de mi padre se escuchan cerca, lo puedo percibir, me gustan sus juegos, le gusta que me pierda y luego me encuentre.

Mis danzas se detienen cuando mi olfato dice que no estoy sola, y mis ojos grises cetrinos se posan hacia la oscuridad de la noche, huele diferente, huele a noche, pero no menos exquisito. En una de mis manos cuelga una muñeca decapitada y mi maquillaje sombrío se derrite sobre mi rostro junto con los copos de nieve qué deja el tiempo.

Sonrío ávida y atenta, mis mejillas sonrojadas muestran mi excelente alimentación vampírica, gracias a lacayos servidores que me sustentan. Gitanos. Gozo de su sufrimiento, pero mucho más de su sangre…
-¿Te has perdido creatura de la noche? –Mi voz suena melodiosa y aterciopelada, con unos ojos encantadores, que poseen un don hipnotizante y bastante llamativo, mis botas se hunden cautelozas en la nieve, haciendo tintinear aquellos botones de las puntas... tal vez mi aspecto infantil puede engañar a muchos ó algunos cuantos, pero mi sonrisa es terrible...
-¿Estás solo?...

por **Soren Kaarkarogf** Lun Feb 28, 2011 9:51 am

El vampiro cegatón había terminado su clase a las 10, contrario a lo esperado, la clase había salido bastante bien, uno que otro alumno se había burlado de él en susurros, pero eso y era costumbre y aquella noche en particular a Soren no le preocupaba lo que pudiesen decir de él. No le molestaba tener los puños de su saco curtidos con óleos de diversos colores, como tampoco el tener el cabello desordenado, como tampoco haberse cortado al afeitarse en la mañana, cuando le había cogido la tarde para arribar a la clase. Esa noche Soren se sentía más sólo que nunca.

Y era increíble que tras 291 años de soledad, estuviera extrañando la presencia de alguien en su no-vida, tal y como decía el dicho, una vez pruebas algo, ya no hay marcha atrás y le daba la impresión de que esa cosa que la gente tan irresponsablemente llamaba ‘amor’ era más perjudicial que la misma droga o que el enviciante sabor de la sangre. Aquella noche, Soren no quiso volver a la tienda y quedarse el resto de la misma, atendiendo clientes como era lo habitual, esa noche le apetecía estar alejado de las voces y pensamientos de los humanos y disfrutar del ruido del bosque.

Caminó pues por el bosque, con sus medias disparejas, una violeta y otra de rallas negras, ya que nunca pudo encontrar el otro par y sus zapatos desgastados de cuero negro, saltó por encima de las piedras atravesando un riachuelo en la penumbra, escuchando el canto de las lechuzas en las ramas y el murmullo de las hojas de los árboles al jugar con el viento y entonces, una voz llamó su atención. Perdió el equilibrio cuando sus agudos sentidos le alertaron del peligro y cayó de medio lado en el riachuelo, mojándose hasta las rodillas.

- No me he perdido… pero ahora estoy empapado – Respondió estirando los labios en un puchero de niño de 3 años, reparó en el pantalón y las salpicaduras habían alcanzado la entrepierna. Genial ahora parece que no aguanté hasta ir al baño. Pensó y la sola idea le provocó vergüenza y risa al mismo tiempo. Como si los vampiros pudiesen orinar, que tontería.

- Buenas noch…- Entonces notó que quien hablaba era una mujer y sus mejillas se colorearon al instante como un par de manzanas maduras a pesar de la palidez de su piel - …noches…madame-

por **Dana Luminita** Lun Feb 28, 2011 3:06 pm

El viento frío hace que mi cabello se mueva sobre mis hombros, miro el cielo nublado y las pequeñas pelusas de nieve qué caen del cielo, son pelusas qué se desvanecen con el tacto humano, con el nuestro solo forma una capa de algodón frío. Mi rostro se fija en aquella sombra qué hace sonar un poco el agua ¿Escuchaste Juana? Los peces quieren salir a bailar can-can... No... No... no es un pez danzante, solo es un alma condenada como la nuestra.

Le miro con atención sin inmutarme sobre las salpicaduras del agua, solo una sonrisa inquietante tengo en los labios y me adelanto como si estuviera sobre una alfombra de hielo. Mis ojos lo examinan como si fuera una obra de arte... lo primero qué me llama su atención son sus Lunettes... ¿Lo has notado Juana? Sus mejillas se vuelven color carmín, como aquellos labios qué posee. La timidez suele ser exquisita en algunas creaturas...
-Bonne Nuit Monseur –hago una reverencia de época mirándole con aquellos ojos azules qué poseo, con ese maquillaje maltrecho que se desvanece con los copos de nieve qué caen, sobre mi cabeza, un sombrero de arlequín qué tintinea y mi traje, de pantaloncillos, botas y tirantes que se sujetan en los hombros, un blusón colorido de un color y de otro y Juana, sigue colgando de mi mano, esa muñeca decapitada qué le duele la cabeza, tal vez algún día inventen un jarabe con sabor a cereza.
-Esta noche los lobos no aúllan y solo se encuentra la noche cautiva... con una gotas de nebulosa hacen qué una capa de nieve nos cubra... si puede escuchar el agua los peces cantan canciones... pero no son canciones de cuna... solo son las voces apagadas de los muertos...

Sigo unos pasos más para mirarle más de cerca y puedo ver mi reflejo en sus anteojos, es diferente el cristal, es diferente el diseño de un espejo, ese color brillante no es igual a una ventana, el tiene dos ventanas y las anda sobre la nariz... ¿Habías visto algo así Juana?...
-Las voces dicen nombres... pero no han dicho nunca el suyo...

por **Soren Kaarkarogf** Lun Feb 28, 2011 4:18 pm

El agua estaba helada, probablemente tanto como la nieve, quizás si se quedaba un poco más allí las piernas sumergidas se le congelarían. De ser humano ya estaría teniendo hipotermia, se apresuró a salir a la orilla y comenzó a sacudirse el pantalón como podía, se sentó en una piedra y se sacó los zapatos, los voltió para sacar el exceso de agua y entonces cayó en cuenta que tenia medias de diferentes colores, el sonrojo iba en aumento. Se sacó las medias y las escurrió, gotitas heladas cayeron sobre la tierra fría.

Se levantó como un resorte (aún descalzo) y se inclinó rápidamente para corresponder la venia, con la inclinación las gafas le resbalaron por la larga nariz y rebotaron en el suelo con un ligero ‘Click’.

Oh. God...

Se agachó inmediatamente para recoger sus gafas mientras escuchaba las enigmáticas palabras de la mujer y aún desde el suelo levantó el rostro para reparar finalmente su apariencia. ¿Un arlequín? No pudo evitar recordar a Hayleigh Harley. la vampiresa vestida de Arlequín que le había prestado su gorro de cascabeles. Sonrió inconscientemente al recordar los cascabeles y como sonaban divertidamente cuando movía la cabeza. Reparó en el maquillaje y en el traje y le pareció que un ser humano no debería estar a esas horas de la noche y vestido así en un bosque semicongelado. Cerró los ojos y cuando los abrió todo estaba a escala de grises y la aura de ella brillaba con un tenue y desagradable color grisaseo, el color de un asesino, el color de un condenado de la noche.

Desactivo la técnica con un parpadeó y se puso de pie, acomodándose las gafas de nuevo en su lugar, la sonrisa se disolvió tan fugazmente como apareció y supuso que lo último había sido una pregunta.

- Porque esas voces no me conocen – Comentó y agregó – Soy Soren Kaarkarogf, el profesor Soren ¿Y usted madame de los cascabeles como puedo llamarle? – Le devolvió la pregunta con expresión curiosa.

por **Dana Luminita** Lun Feb 28, 2011 8:08 pm

Ding dong... así suenan los cascabeles de las puntas de sombrero... un sombrero sutil y elegante, de color dorado con rojo... no es un sombrero qué suelen usar los arlequines de los circos, ni de la clase baja. Mi sombrero costurado con las finas telas hace notar mi alcurnia...

Silencio.

Observo los dedos de sus pies, los cuento, uno, dos... diez... sus venas frías hacen ese débil pulso. Sus medias me sacan una sonrisa de medio lado, se distorciona en mi boca junto con mi maquillaje y levanto a Juana para abrazarla, una muñeca vieja, olvidada, con un vestido de monja, con un crucifijo bordado y sin aquella cabeza ¿La perdiste? Sí, la perdiste querida... olvídate del dolor... la cabeza no volverá...

Las ventanas que cubren sus ojos vuelan en un aire lejano, dejando que se caigan sobre la nieve. Ahora puedo ver sus ojos. Tiene un océano atrapado en ellos, no son como los océanos qué aullaron en lunas que llenaron de sangre mis entrañas, sino es diferente ese océano, parece calmado y terso.

Ding Ding Ding...

Sus recuerdos podrían venir a mi mente, pero aun no quiero revisar aquella cabeza de un vampiro qué tiene anteojos... me parece curioso ¿No lo crees Juana?...
-Cuando las voces se sentían vacías y no hubo luz que las llenaran de dicha... llegó Luminita a contar cuentos... cuentos de terror, locura y muerte. Juana está encantada en conocerle... –muevo la mano de la muñeca de forma de títere- Y su ama también – asiento con levedad, observo su vestimenta y sus zapatos, parece que no es de alto linaje, parece un vagabundo, pero eso no le importa a Luminita...¿Verdad Juana?...
-¿Cuáles son las enseñanzas qué difunde el Profesor Kaarkarogf? ¿Es usted un templario trovador?... o ¿Canta Poemas de corazones marchitos?

por **Soren Kaarkarogf** Lun Feb 28, 2011 8:40 pm

La mujer se presentó con la muñeca primero y Soren recordó a su alumna Alina, la chica Rusa había llevado una muñeca al salón de clases, no estaba decapitada por supuesto y vestía más apropiadamente, pero aquella vez le pareció que Alina veía a la muñeca como otro ser pensante. ¿Sería también así aquella mujer?. ¿Juana o Luminita? ¿Quien era la ama y quien el títere?.

-Es un placer, damita – Comentó el vampiro cegatón, tomando de la pequeña manita a la muñeca y haciendo una inclinación con la cabeza – Doblemente encantado de conocerlas – Agregó no sabiendo muy bien a quien dirigirse. Al escuchar la nueva pregunta, Soren se sintió feliz de responder, porque siempre amaba hablar de su profesión.

-Me temo que no soy ninguno de esos maestros – Comentó negando con la cabeza – Soy profesor de historia del arte y también enseño Literatura clásica, así que se podría decir que vivo entre lienzos y libros – Le explicó con el pecho hinchándose de orgullo – Me gusta la poesía y puedo recitar algunos versos ¿Quiere escuchar uno? - Preguntó y sin darle chance a responder se aclaró la garganta y exclamó:

- Así es, no volveremos a vagar
Tan tarde en la noche,
Aunque el corazón siga amando
Y la luna conserve el mismo brillo.

Pues la espada gasta su vaina,
Y el alma desgasta el pecho,
Y el corazón debe detenerse a respirar,
Y aún el amor debe descansar.

Aunque la noche fue hecha para amar,
Y demasiado pronto vuelven los días,
Aún así no volveremos a vagar
A la luz de la luna -

Recitó el poema de memoria y con voz inspirada, llevándose una mano al pecho y haciendo arcos con la otra – Es de Lord Byron – Le informó al terminar y entonces recordó que seguía sin zapatos, se regresó sobre sus pasos y se sentó en la piedra de nuevo, se acomodó una media y luego la otra con parsimonia, estaban frías como el mismo hielo – Brrr...- Murmuró sintiendo un escalofrío por todo el cuerpo y prosiguió a ponerse los zapatos - ¿Y usted a que se dedica dama y damita?-

por **Dana Luminita** Lun Feb 28, 2011 9:24 pm

(OFF: Disculpa me quedó un poco largo >.<)

Mis ojos se quedaron mirándolo con detenimiento y Juana colgó de mi mano nuevamente, algo insignificante, un muñeco de trapo y porcelana qué solo es parte de mis demencias...

Atención...

Inquieta quedo solo unos momentos y una sonrisa tranquila se plasma de nuevo en mis labios, haciendo qué ese maquillaje de arlequín deteriorado gesticule en mis mejillas. Solo lo observo como si fuera una pintura, sus movimientos, sus anteojos, sus zapatos, sus manos, su barbilla y su nariz...

Mis dos cejas se arquean al escuchar a qué se dedica y me parece que podría servir ¿No lo crees Juana?... ding ding ding... son los sonidos que hace que mi cabeza de un vuelco y regreso cuando empieza a cantar un poema...muevo mis dedos llevando su ritmo como si de una melodía se tratase. Aplaudo como si de una obra maestra que mis oídos se deleitan y le hago una reverencia de agradecimiento. Por un momento pienso qué esas costumbres de etiqueta son fastidiosas.

Como una estatua perfecta estoy observándole y asiento para responder aquella lirica. Miro el cielo como si un recuerdo me haya golpeado la cabeza y los cascabeles suenan con un ding ding ding...
-Mis pasos son los pasos de mi amo... de mi rey qué descansa en su trono... estoy aquí para cuidar como un alfil su lecho y su reino... y por las noches una flauta nace para tocar sus melodías... para deleitar con la muerte aquel alma podrida... con unos ojos que antes tenían un alma y ahora solo tienen nada... Luminita... así suele llamarle su padre... La luz de sus tragedias, el hada de las pesadillas...

Le miro con cautela y le digo con una sonrisa, hago la mímica de la prosa con todo y el movimiento de la muñeca sin cabeza:
-Juana escribió esto una noche sin luna... y dice de así: Pequeña niña, te hundes en la arena, falta de glamour y pérdida tú pureza, Apestas a putrefacción fétida, reflejo de la bazofia al final del pozo. Aquel pozo tapado con la arena de tú corazón desgarrado… La arena será tú celda. La sed tú ley. El dolor tú descanso. Tú cuerpo desmadejado el edén. El agua tú utopía. No busques, encuentros no hay. Tu corazón y tú alma, sucios, no sirven. Tú tumba mi sufrimiento. Me largo. He de buscar unos nuevos ojos, esos opacos son feos. Juana, la muñeca sin cabeza se despide. El polvo maldito de tu dulce sepulcro. ¡ te hundes! Ya no vemos, ojos y paz, edén perdido por siempre… Mas, un día bonito y feliz resultó ser, ¿Cierto Juana? ¡Adiós! ¡Adiós lindo juguete! ¡Adiós pequeña niña!

Después de ello, hago una pequeña pirueta sobre la punta de la bota girando con grácil movimiento y terminando con una reverencia casi circense.
-¿Le gustan los cuentos Profesor?... los cuentos hacen trovas en los corazones cantantes... corazones de los poetas qué nunca encontraron su alma..¿Usted aun conserva la suya?

Mi sonrisa se dibuja de forma misteriosa, maligna, y mis ojos azules se tornan de un color amarillento mirándolo fijamente, como su fuera una presa... me gusta el melodrama... definitivo ¿A ti no Juana?

por **Soren Kaarkarogf** Mar Mar 01, 2011 10:52 am

Soren se sintió incómodo a pesar de haber escurrido las medias y haberle sacado el agua a los zapatos, ahora tenía los pies tan fríos como dos témpanos de hielo, pero le gustaba el frío, lo cual era una ventaja. El calor siempre le había molestado sobremanera y le había hecho sentir incómodo, en las noches de verano, sentía el irrefrenable impulso de meterse bajo la fresca y húmeda tierra, para evitar el bochorno del aire. Escuchó lo que ella decía, arqueando las cejas, no muy seguro de comprender todo lo que decía, le daba la impresión que ella hablaba en código o en un lenguaje metafórico que su cerebro no lograba descifrar.

Y se sintió bastante tonto por no comprender del todo lo que decía, pero algo era seguro, se llamaba Luminita y su muñeca sabía recitar poesías tétricas. El vampiro de cuatro ojos no era muy bueno sonriendo a personas desconocidas, aunque sabía muy bien que una sonrisa era muy importante para socializar, así que intentó sonreírle para demostrar que le había gustado la poesía lo que fuera que hubiera dicho. Hizo un esfuerzo sobrenatural o eso le pareció y segundos después su boca se curveó en lo que más bien parecía una mueca y no una sonrisa.

- Suena triste y oscuro, pero es bonito – Comentó con esa extraña sonrisa que ahora había aparecido en su rostro. – También puedes bailar… yo soy pésimo bailando… una vez intenté bailar y fue todo un desastre, a pesar de que me gusta escuchar música, no puedo tocar un instrumento, ni tampoco moverme con el ritmo – Le explicó.

Se llevó las manos a los bolsillos con ganas de seguir caminando por el bosque, pero le daba vergüenza invitarla a ella a caminar a su lado así que decidió proseguir con la conversación – Me gustan los cuentos si… las novelas también, he leído tantas que he perdido la cuenta, pero si me preguntas… no puedo escribirlos, creo que no soy muy creativo… - Confesó desviando la mirada al suelo – No se si haya tenido una al nacer… sinceramente, quizás la perdí en algún lugar y no me di cuenta… ¿Tiene usted una?-

por **Dana Luminita** Mar Mar 01, 2011 5:59 pm

Creo que todo esto se vuelve vago Juana, los árboles y la nieve qué caen con cautela, silenciosos como un alma perdida, como si sus pasos estuviesen ausentes, solo callan como las aves qué le sacaste los ojos, sí, lo sé, no fuiste tú, fueron mis manos qué detuvieron ese aleteo continuo y qué las plumas cayeron al suelo con su sangre.

Mi muñeca cae al suelo dejando qué su vestido verde se quede pegado a la nieve y qué mis pasos se adelanten hasta el hombre qué posee ventanas sobre la nariz. Sí... ventanas... Shhhh Shhhh no digas más Juana... yo sé lo que pienso... no son punzadas sobre la cabeza, únicamente son ilusiones.

Parece un muñeco trabado, como si vaya a sufrir un colapso, solo espero qué caiga al suelo con la lengua de fuera y con los lentes sobre la nariz.
- Se lo agradece con el corazón putrefacto la pequeña Juana – qué está tumbada en la nieve- Quizá un día le cuente un cuento...

Mi sonrisa parece una línea recta y de frente le digo.
-No, no tengo alma señor... mi alma se perdió cuando descubrí los ojos de las aves, ellas se la llevaron junto con sus alas y sus cantos... pero le enseñaré a bailar...

Le tomo la mano, sin esperar respuesta y la pongo sobre mi cintura, luego subo una de mis manos sobre su hombro y por un instante, unos segundos, le miro a los ojos, suficiente para crear una melodía qué nace de los arboles, de mi mente y fluye... voces qué solo son parte de un encantamiento... piso la nieve tratando de guiar al señor ventanas sobre la nariz, uno, dos, tres... uno, dos, tres... y me aventuro a dar una vuelta.

por **Soren Kaarkarogf** Miér Mar 02, 2011 9:13 pm

Para cualquier otra criatura (y no necesariamente mortal) aquella mujer resultarìa simplemente aterradora, con su palabras aparentemente ilógicas e inconexas y su apariencia extraña, ¿Cuantos muertos llevaría a cuestas? se preguntó mientras la escuchaba hablar, ¿a cuantas personas habría asesinado por la sangre y que otras atrocidades habría cometido con su perturbada mente?.

Pero Soren lejos de sentir miedo, sólo lograba sentir algo de curiosidad, al fin de cuentas un monstruo como él no podía más que sentir simpatía por otro condenado, la maldad era algo imposible de calcular o medir y él no podría juzgar a aquella mujer por su apariencia o su actitud. Además todos sabían que los vampiros estaban algo... locos por lo general. A veces Soren pensaba que él era único medianamente cuerdo.

- Es...spera - Logró decir pero ella ya le había tomado de las manos, sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, odiaba ser tocado por otras personas, especialmente por extraños, sintió el impulso de retirar sus manos y alejarla, la fríaldad de sus dedos le resultó desagradable y le hizo consciente de lo desagradable que debía ser para otros cuando Soren los tocaba.

Sus mejillas volvieron a ponerse coloradas, se sentìa más torpe que nunca, intentando dar la vuelta y enrredándose con los pies, intentando no pisarla ¡ay donde la pisara! no podría con la verguenza, bajó la cabeza para observar sus pies tratando de seguir el inexsistente ritmo, pisó una piedrita y el tobillo se le torció haciéndole perder el equilibrio, así que como pudo se estabilisó, pero terminó apretando a la mujer contra su cuerpo y fue inevitable sentir sus redondos pechos contra el suyo.

- Lo...siento - Murmuró desviándo la mirada.

por **Dana Luminita** Miér Mar 02, 2011 9:54 pm

Atención...

Los copos de nieve siguen cayendo en aquel bosque sombrío. El río suena caudaloso ante nuestros oídos vampiros. Si puedo describir mi ataviado traje de arlequín parece más de una persona que sale del manicomio a un jardín de feria, botas de colores llamativos, morado y verde, una de cada color, pantalones amplios y con tirantes... y ese blusón... de color blanquecino con el cuello dorado. Tengo una capa negra con bordados en dorado que se amarra en el centro del pecho. Mi padre me educa todos los días con esos conocimientos de sangre y muerte, aunque un día...Shhh... shhhh... calla Juana... esos secretos, esos recuerdos no se ponen en la mente, solo son palabras, solo so ojos que se los ha llevado el tiempo.

Las notas siguen fluyendo entre las hojas y tal vez siento un poco la incomodidad del vampiro de marmol, un poco tieso, un poco ausente, un poco desconfiado... así debe ser... nadie es de nadie, nadie pertenece a nadie a menos que... Shhhh shhhhh.... Puedo sentir su temor y me gusta, se siente bien Juana, pero esta noche no tengo ganas de combatir. Luminita está lejos de su padre... aunque sé... qué en esos árboles se esconden sus guardias, sus ojos qué me cuidan, sus corazones suenan de dos corpulentos humanos en algún lugar del bosque escondidos están por mi mandato.

Ding Ding Ding

Pude notar sus mejillas y una sonrisa amable se forma en mi boca, aunque extraña, por ese maquillaje mal logrado que poseo, no me gustan los espejos, no me gusta que me maquillen las cortesanas de mi padre... y pasó, lo qué por un momento pasa por mi cabeza, el vampiro que se había caído al agua, se le habían mojado los calcetines, se le habían caído los lentes, era probable que también se tropezara, que me pisara y no me sorprendía, al contrario, me parecía gracioso. No dije nada por el apretón, solo se me sale una risa divertida. Aunque así, en su cercanía, puedo sentir más profundamente su esencia.
-No se preocupe...–muy cercana a él murmuro aunque vuelve la mirada, tomo de nuevo la iniciativa de seguir la danza, uno, dos, tres pasos...aunque la música sé va desvaneciendo entre las hojas y después de una vuelta y dejar al vampiro a un lado mejor me aparto-...Profesor Kaarkarogf... ha sido un placer y un honor haber bailado una pieza con usted... –hago una reverencia, no tengo nada contra el vampiro ventanitas sobre la nariz, me parece alguien adorable... ¿Qué? ¿Cómo?.... Shhh shhhh...

-La noche se vuelve más oscura y más eterna cuando nuestra condición nos lleva en estas épocas... todas las historias son confusas entre las hojas y de noche, los vampiros... con alma o sin ella.... deben de alimentarse... no tenga miedo profesor... qué esta noche Luminita no quiere jugar... –comento levantando a Juana- Juana un día perdió la cabeza... en un manicomio cuando aun tenía trece años... las monjas que la cuidaban decían que nunca se curaría y qué los ojos de las aves... solo eran juguetes de los muertos... ¿Puede creerlo?... entonces llegó el día... –le dejo la muñeca en las manos del profesor para qué la vea, es una muñeca de trapo y porcelana (solo las manos y pies)- conoció a su mejor amigo... uno delgado y de plata... –como por arte de magia muevo las manos y aparece una flauta de plata, una traversa que muevo entre mis dedos como si fuese una bastonera- fue su acompañante en esas noches vacías, cuando nadie le iba a visitar... le dolía la cabeza, el corazón... y perdió la cabeza con la locura... y los ojos... siempre los ojos... aquellos ojos de las aves le perseguían –empecé a tocar la flauta traversa, con una melodía suave y fina, alegre para alguien como yo, dulce, maestra que puede alegrar el corazón de cualquier ser viviente, fluye con el viento, y las hojas de los arboles, todo se mezcla con lentitud hasta que poco a poco con la misma melodía empieza a concluir...

por **Soren Kaarkarogf** Jue Mar 10, 2011 8:38 pm

(( Sorry por la demora, no sabia como continuar el tema :/ ))

El vampiro se sintió aliviado cuando ella dejó de bailar y se alejó, no porque ella le disgustase en particular, sino que a él simplemente no le gustaba ser 'tocado' por nadie. Recordaba no haber tenido muchos abrazos en su niñez y mucho menos en su adolescencia, su familia no había sido mala, era que simplemente en Suecia, de donde él venía las cosas eran así, la gente prefería mantenerse distante y sólo eran cálidos cuando había suficiente cercanía o méritos.

A Soren le costaba acostumbrarse a Francia a pesar de llevar ya bastante tiempo allí, los Franceses tenían la manía de andar tocando y besando sin pedir permiso.

Escuchó las palabras de la extraña mujer y entendió mucho menos de lo que ya había entendido antes. Se preguntó si Erkki tendría que lidiar con gente como ella todos los días en el Sanatorio mental, seguramente hablaba con mujeres de pensamientos inconexos e ilógicos para la mayoría, su mentor era todo un experto en ese tipo de temas, quizás de estar allí podría servirle de traductor, para lo que fuera que ella estaba diciendo.

-No comprendo... - Murmuró al fin, encogiéndose de hombros con gesto tímido – Pero toca usted bien la flauta y baila bien, como habrá notado no soy muy bueno en lo que tiene que ver con ritmo... por cierto ¿Que la trae por aquí a estos bosques madame Luminita? - Preguntó al fin, acomodándose las gafas - Yo vine a dar un pequeño paseo, quizás a cazar algún bocadillo... antes de volver a casa, realmente no tengo mucho que hacer... Mis noches caen una rutina vacía y aburrida últimamente-

¿Porqué Anuar no está? No puedes ser más patético Soren.

por **Dana Luminita** Mar Mar 22, 2011 2:55 pm

Una noche encontré una pluma, esa pluma que me lleva a la perdición todos los días, cuando encontré aquellos ojos que nunca volvieron a ser míos, se fue, no sé si en la muerte o en el olvido, pero nunca volví a encontrar unos parecidos. Esa pluma cuelga en mi cuello, se quedó aquella noche cuando desapareció y ahora... solo las lunas y los aullidos dijeron que este alguna vez existió.

Suspiro pensativa, el vampiro con ventanas no comprende de metáforas, pero entiende de poesía, es extraño.
-Vengo a dar un paseo como usted y alimentarme de algún desdichado... pero esta noche me encontré unos calcetines húmedos y unos antejos resbaladizos –sonrío con gracia- Suele pasar con los vampiros, tenemos mucho tiempo de sobra y no tenemos sueño que nos haga calmar esa ansiedad... –hablo más coherente, hasta parezco normal- La vida siempre es diferente para nosotros, no como los humanos que todo pende de un hilo fino.... ¿El es para siempre? –pregunto por aquella imagen que vi en mi cabeza, vino de sus recuerdos, un nombre; Anuar- Tiene una mirada llena de miel... ¿Son suyos sus ojos?

por **Soren Kaarkarogf** Sáb Mar 26, 2011 4:16 pm

Lo siguiente que dijo la mujer si lo comprendió, comenzaba a descubrir un poco más o más bien a entender un poco más de ese lenguaje ambiguo de ella, sentía curiosidad por lo que se encontraba perdido en su cabeza, en el remolino de ideas que para muchos podrían ser ilógicas e inconexas. Desvió su mirada hacía sus propios pies para observar las húmedas calcetas – Menos mal no soy humano o esta noche enfermería de catarro – Comento torciendo la boca en un gesto de niño pequeño.

-Es cierto.. uno llega a un punto en que se aburre... aunque no en mi caso, he encontrado muchas cosas que me agradan de este mundo y que afortunadamente son tan eternas como yo – Comentó afirmando con su cabeza, por supuesto pensaba en su adorado arte, que existía desde el principio de los tiempos y que nunca se existiría porque era inherente a la pasión del individuo por expresarse y crear.

- ¿Que hace usted para no aburrirse madame? - Le preguntó con curiosidad y entonces la pregunta de los ojos miel le sorprendió un poco, tardó unos segundos en relacionar una cosa con la otra y entonces abrió los ojos con sorpresa ¿Conocía esa demonia a su Anuar? - No...no lo se – Murmuró sintiéndose nuevamente nervioso – El es dueño de si mismo... yo... quizás sólo quiero ser parte de su mundo... es todo -

(( pensé que habías dejado el foro D: ))

por **Dana Luminita** Sáb Abr 02, 2011 12:41 am

Mis movimientos son autómatas por un momento, estilizados, actuados como si estuviese dentro de una obra de teatro, genialidad y dedicación de antaño. Una chica atrapada en un demonio, un ángel que cayó a la tierra y nunca pudo recuperar aquellas alas, y él sonido de su flauta solo le llena ese corazón endemoniado haciéndole recordar que alguna vez estuvo viva.

Mi barbilla se levanta y mi mirada azulina se dirige hacia el cielo, donde las nubes cubren la luna llena. Una sonrisa vacía se dibuja en mis labios, mi cabeza vuelve a ese recuerdo, a esa pérdida que me hizo cambiar toda mi fortuna por solo una mano, por unos ojos, por aquella pasión descontrolada y prohibida... pero ya no está, ya se había ido para siempre y alguna vez me sentí triste y todas las lunas que se llenan con líquido de plata... me recuerdan sus ojos.
-Así es... la eternidad solo nos recuerda que estamos condenados a pisar un mundo que no nos pertenece, que una vez que morimos y seguimos viviendo, todo lo que tocamos se vuelven cenizas y tristezas- Mi voz se pierde con mi mirada, hasta parece que un alma en mi cuerpo vive escondida y regreso con la oscuridad en mis ojos observando al señor ventanas- Tocar la flauta... tocar el piano... en ocasiones hacer magia... leer cuentos, muchos cuentos... y caminar por las noches, sentarme en una rama y quedarme mirando la nieve, observar como se mancha con la sangre caer...

Tal vez mi voz se vuelve parsimonia ante todo aquello y le miro con una sonrisa al escuchar lo que tiene que decir sobre ojos de miel. Mis hombros imitan un ligero suspiro.
-¿No lo sabe? Tal vez eso signifique más de lo que no sabe... eso lo entiendo... lo entiendo perfectamente... pero la pregunta es... ¿Es suyo su corazón...? si ese humano tiene su corazón, si usted tiene un lazo con el señor... me pregunto... ¿Porqué quiere entrar a su mundo?... no, no... –levanto una mano- No me lo diga, es de mal gusto hacer esas preguntas... –bufo mirando la nieve y recojo a Juana- Entiendo... -¿Lo entendía?... es posible, la vida no es igual cuando estás vivo, que cuando estás muerto, se escucha un sonido entre los árboles.

por **Soren Kaarkarogf** Sáb Abr 02, 2011 11:19 pm

Me encanta la música, pero infortunadamente no se como tocar ningún instrumento – Comentó al escucharla hablar sobre las cosas que le gustaba hacer - ¿Magía? ¿Que tipo de mágia?- Preguntó con sus ojos azules brillando con la curiosidad. - A mi también me encanta leer, de hecho creo que leo mucho, como trabajo en la Universidad, tengo acceso a la Biblioteca así que ya he perdido la cuenta de cuantos libros he leído desde que llegué a París -

Lo siguiente que ella dijo lo desconcertó por completo. ¿Como demonios sabía ella que se trataba de un hombre y no de una mujer? No había revelado tanta información, el vampiro frunció el ceño mientras la escuchaba hablar, sólo existía una razón posible, ¡Ella le estaba leyendo la mente! O en su defecto debía acceder a sus recuerdos sin que pudiera evitarlo.

Debía tratarse de una vampireza más antigua que él, puesto que vampiros muy jovenes no saben como controlar sus poderes, generalmente. Una mezcla de molestia, enojo y curiosidad lo embargó, aquella intromisión no le parecía grata, ya que era algo demasiado privado para él, demasiado íntimo y ella no tenía derecho a husmearlo en su cabeza.

- Agradecería que no leyeras mi mente... lo encuentro de mal gusto ya que has entrado sin permiso – Comentó, su voz no sonaba tan molesta y altanera como hubiera querido, en vez de eso sonó nerviosa e insegura – Y... si... el es importante para mi, hasta el punto de estar presente en mis pensamientos la mayor parte del tiempo... supongo que te parecerá bastante tonto... teniendo en cuenta de que es un humano y no un vampiro como yo -

por **Dana Luminita** Sáb Abr 02, 2011 11:55 pm

-Presdigitación... –un hilo de voz corre acariciando la petrificada nieve, doy unos pasos mirando aquellos ojos que atraviesan sus ventanales y noto el enojo que hay en su interior y lo entiendo...lo sé... No es fácil reconocer el hecho que todos somos diferentes, todos tenemos defectos... y que nadie es perfecto en este podrido mundo.

Levanto con cuidado a la muñeca decapitada y la meto en la bolsa de mensajero colorida en tonos dorados con rojos y las manos están en el borde y su ausente cabeza está en la superficie mirando. Nuevamente suspiro y es un momento bastante incomodo y hago una reverencia.
-Le ofresco una disculpa profesor Kaarkarogf. No es mi intención entrometerme en sus recuerdos, pero me es difícil no verlos, están gritando constantemente hasta puedo tocarlos...

Mis manos se levantan en forma de precaución pero no vuelvo la cabeza. Hay pasos más cercanos, un olor que se difumina en el ambiente, almizcle y tierra... ¿Qué es?... no lo conozco, mis sombríos ojos se tornan oscuros, opacando el azulino color. Dos torres salen de los árboles, dos hombres altísimos y musculosos, ataviados como guardianes, y se ponen cerca de mí, a mis espaldas, los ignoro. Son humanos que mi padre puso a mi merced, su deber es cuidar a su ama.
-Respeto lo que dice, no le juzgo, no soy nadie para juzgarle. Pero es bueno saber que pertenece a una parte de usted... y prometo, con honor de mi clan antiguo... que si llego a ver aquellos ojos los protegeré... –lo digo sinceramente debido que algunas cosas me parecen honorables y proteger a la gente que te importa, para mi es algo de honor- No me parece tonto que tenga un mar que agite sus sentimientos inmortales, alguna vez fuimos parte de este mundo...y en ocasiones añoramos esa mortalidad... de alguna manera, ellos nos hacen sentir vivos. Usted parece alguien de honor profesor... ¿No es así?

por **Soren Kaarkarogf** Dom Abr 03, 2011 11:27 pm

La escuchó disculparse y eso aminoró el enfado y la indignación que crecía dentro de él, Soren era una persona reservada y no le gustaba exteriorizar sus cosas, especialmente las más personales, especialmente su relación con Anuar, porque eran dos hombres y era prohibido. No quería ser juzgado y tener que fingir que estaba bien, cuando le dolía saber que nunca podrían aceptarlo públicamente.

-¿De verdad? - Preguntó con expresión anhelante y confundida - ¿No te parece extraño que me sienta así? - Se atrevió a decir, entonces notó la presencia de los terceros en el lugar, retrocedió un poco, prevenido frente a ellos, habían sido muy silenciosos y normalmente Soren podía percibir la presencia de las personas con sus sentidos sobre naturales.

-Yo... no se que tan honorable pueda llegar a ser... pero le aseguro que soy un hombre de palabra – Explicó al escucharla hablar – Siempre cumplo mis promesas... es así como fui enseñado – Y no precisamente por sus padres, Más si por su mentor, quien le había enseñado todo lo que sabía, su mentor vampirico siempre había dicho que cumplir las promesas era lo más importante en un hombre.

- ¿Q...uienes son ellos ? - Preguntó al fin, sin dejar de estar alerta, algo le hacía sentir que corría peligro.

por **Dana Luminita** Lun Abr 04, 2011 5:48 pm

Cierro los ojos un momento y solo escucho lo que dice, y los abro de repente cuando hace aquella pregunta.
-¿Porqué debería serlo?... los inmortales viven refugiados en este mundo, no me sorprende que muchos de los vampiros se interesen en los mortales...- o en otras creaturas- cuando uno es tocado por el mar tomará una canoa y navegará en sus aguas sin importar si hay tormentas o mareas.

Mis movimientos siguen teatrales, y solo aspiro un poco el aroma de los mortales, huelen bien, pero no tienen bonitos ojos dignos para mi colección. Pienso de nuevo en aquella luna y en todo lo que dije anteriormente, puedo entender su situación, en esta época es mal visto aquello, pero a nadie le importa nuestra vida inmortal, hacemos lo que mejor nos parece, lo que nosotros queremos, siempre y cuando respetando las leyes.
-Le puedo asegurar que soy leal. Mis leyes son estrictas... -y ante algunas situaciones las quebranto, pocas ocasiones que se descubren las traiciones. Dana se quebró una vez cuando encontró un mar, ese mar, lo tenemos prohibido- Le ofrezco una alianza profesor Kaarkarogf, soy perteneciente del clan ajedrez que llegó hace unos meses de Rumania. Hija del Rey Von Carstein. -hago una reverencia de época- Le ofresco con honor mi fiel alianza.

Levanto mis ojos ante purtrifín y mohoso. Mis hombros se mueven en un fingido suspiro y miro al señor ojos con ventanas.
-Son dos torres que me dejó mi padre... son mis guardianes, humanos... pero tienen un encantamiento, no hablan, solo gruñen y pelean. Pero ellos no son los que vinieron a la fiesta sin invitación, parece que hay alguien más escondido entre los árboles.

por **Soren Kaarkarogf** Lun Abr 04, 2011 7:05 pm

¿No encontraba ella extraño que dos hombres estuviesen juntos? ¿No le aberraba el hecho de que rompieran con el canon establecido por la naturaleza? Se preguntó Soren en esos momentos mientras la escuchaba hablar, los únicos que sabían al respecto de su relación con Anuar, eran dos humanos y un vampiro. El vampiro era su mentor y no terminaba de aprobar la relación y los dos mortales eran una puta y un bohemio pintor, ambos más inmorales y pecadores que el mismo Soren y el mismo Anuar.

Un extraño alivio lo embargó. No era fácil vivir fingiendo todo el tiempo lo que uno no es, siempre escondido, siempre con miedo a expresar lo que se siente, ser aceptado por aquella extraña mujer de macabro aspecto y palabras intrigantes, le hacía sentir aliviado y no tan diferente. Se preguntó entonces si ella estaría enamorada de otra mujer, porque aunque no conocía el caso, si dos hombres podían amarse, era probable que dos mujeres también ¿Comprendería aquello la dama Luminita?.

- Su metáfora sobre el mar me parece muy bonita - Dijo al fin, debatiéndose entre pensamientos - Me gusta mucho el mar, a veces voy al puerto, porque me encanta el olor del agua salada - Una suave risita afloró de sus labios e inmediatamente cubrió su boca para evitar que le viera la sonrisa - La sangre de marinero, sabe a pescado - Murmuró entre risas.

Levantó el rostro interesado en el asunto del clan del Ajedrez, nunca había algo como eso, de hecho no conocía más vampirezas sino ella. - No tengo conocimiento sobre el clan... tampoco he ido nunca a Rumania, de hecho no soy ni siquiera Frances, vengo de Suecia- Comentó observando con expresión nerviosa a los hombres. Parpadeó varias veces cuando ella dijo que habían otros invitados. Soren cerro los ojos y cuando los abrió activó su técnica de observación de áuras, la vampira frente a él resplandeció con una aurea grisasea y muerta, propia de los inmortales, los humanos resplandecieron en rojo puro, el color de la excitación y la rabia, pero no pudo identificar muy bien en donde se encotraba esa otra persona, giró su rostro azorado hacía ambos lados, observando el follaje vagamente iluminado por la luna.

(( Awww que linda tu firma *--* me hizo sonreír ))

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Danzas sobre la nieve (Soren)

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