Danzas sobre la nieve (Soren)

por **Dana Luminita** Lun Feb 28, 2011 12:02 am

Recuerdo del primer mensaje :

Lejos del cielo hundo mis pasos, sobre la nieve dejo mis huellas, me pierdo entre sombras de algodón helado que hacen que mi mente peque en lamentos escondidos. Marco los arboles con mi aroma a orquídeas oscuras, dejaran un sendero y estoy perfecta, radiante con un corazón que ha dejado de latir por centenares.

Danzo con un traje de arlequín, sus cascabeles tintinean con mis movimientos gráciles tal cual felino que acompañan mis sonrisa y mi color casi humano. Lo soy, pesadilla de la noche, me encuentro en aquel lugar sin un ángel que me cuide, solo los tengo a ustedes: Juana, Hamelín y Martín. Siempre digo qué ausencia es camino, pero no encuentro uno aunque sus pasos de mi padre se escuchan cerca, lo puedo percibir, me gustan sus juegos, le gusta que me pierda y luego me encuentre.

Mis danzas se detienen cuando mi olfato dice que no estoy sola, y mis ojos grises cetrinos se posan hacia la oscuridad de la noche, huele diferente, huele a noche, pero no menos exquisito. En una de mis manos cuelga una muñeca decapitada y mi maquillaje sombrío se derrite sobre mi rostro junto con los copos de nieve qué deja el tiempo.

Sonrío ávida y atenta, mis mejillas sonrojadas muestran mi excelente alimentación vampírica, gracias a lacayos servidores que me sustentan. Gitanos. Gozo de su sufrimiento, pero mucho más de su sangre…
-¿Te has perdido creatura de la noche? –Mi voz suena melodiosa y aterciopelada, con unos ojos encantadores, que poseen un don hipnotizante y bastante llamativo, mis botas se hunden cautelozas en la nieve, haciendo tintinear aquellos botones de las puntas... tal vez mi aspecto infantil puede engañar a muchos ó algunos cuantos, pero mi sonrisa es terrible...
-¿Estás solo?...

por **Dana Luminita** Mar Abr 05, 2011 5:02 pm

Aquello que a muchos puede parecerle extraño, a un arlequín demente como Luminita no pude parecerle tanto. Mi padre me enseñó muchas cosas, entre ellas; amarse entre dos iguales no es diferente. Tal vez algún día el mismo hombre se redimiría ante esto.

Las respuestas no llegan cuando uno las espera, sin embargo la espera puede ser eterna, tengo tiempo de sobra. No me disgusta la presencia del vampiro torpe con ventanas azulinas, al contrario, por alguna razón le cae bien a Luminita. Mi padre diría, sirve, todos sirven de alguna manera, pero: ¿El serviría con sus cultos saberes entre libros?... ¿De sus excéntricos movimientos torpes?....¿De su visión escasa? Ahí está la clave de todo esto: La ceguera.
- El mar siempre puede ser misterioso, muchos la llaman la mar y otros le llaman el mar, a veces no logro ver la diferencia, pero ambos suenan a respeto. – Una risilla sale de mis labios sonando infantil cuando habla sobre los marineros, me gusta el olor a sal, más si se trata de sudor. -Puede imaginar que es un gato que acaba de alimentarse... ¡meow!

Mis ojos se levantan nuevamente para ver el cielo que se opaca con nubes grises y ocultan la luna haciendo que la visión se vuelva más lúgubre.
-Somos un clan antiguo, que está regido por un rey y una reina, soy la hija del rey, su mano derecha, el alfil... todas las piezas del tablero son importantes. –me vuelvo lentamente mi mirada se dirige hacia donde está la creatura escondida, uno de los hombres que me escoltan desenfunda una espada ¡me encanta!- No se preocupe por los visitantes... seguramente haremos de su piel un tapete para los gitanos...-mi sonrisa es maldita y el olor característico de esos seres cambiantes es inconfundible, su aroma a hierbas y tierra, a ese bosque petrificado puede revelar a un cambiaformas que sale de la maleza, un enorme oso gruñe dejando caer su enorme peso sobre sus patas delanteras.

por **Soren Kaarkarogf** Mar Abr 05, 2011 6:28 pm

Comenzaba a entender mejor a la vampiresa. Nunca es buen juzgar a una persona cuando apenas se lleva un par de minutos con ella, Soren comenzaba a descubrir en ella cosas que le agradaban, tenía que aceptar que en primer lugar no le atrajo en particular, sobre todo porque le confundía su manera de hablar en acertijos y aunque era interesante, se le hacía tedioso el no poder comprender y estar en desventaja y sólo Dios sabía como Soren odiaba sentirse en desventaja, para alguien tan inseguro y perfeccionista como él, estar al tanto de la situación le hacía sentir tranquilo, no entender lo que sucedía por el contrario le ponía nervioso.

El detalle que recién descubría y que le gustaba de ella, era que ella entendía su humor, se había reído ¿no? y su risa infantil, le hablo de inocencia y una ternura escondida bajo esa macabra apariencia, dos características que gustaban a nuestro vampiro cegatón. Le iba a decir que quizás podrían ir al puerto juntos a recoger conchas y caracoles, cuando le reveló el asunto del clan.

- Nunca he pertenecido a un clan... de hecho eres la primera vampiresa que conozco - Comentó con expresión inocente, quizás era hora de expandir el circulo social. - Tampoco se jugar Ajedrez... no soy muy bueno con la estrategia...ni con ningún deporte de hecho, sólo soy hábil con la cuchara y puedo preparar un par de caldos -

El aire se tiznó del característico olor animal de los cambia formas, Soren observó con su técnica su aura y notó que estaba enojado, la bestia lucía como un enorme oso, el vampiro lo observó embelesado y le recordó a Epoch. El sonido de la espada le distrajo, por lo que los colores del mundo volvieron a la normalidad, escuchó lo que dijo y una pregunta, bastante inocente surgió de sus labios - ¿Porqué vamos a pelear con él? Me gustan los osos, caminan chistoso y tienen pelaje suave, además pueden hablar con los espíritus de la tierra - Explicó ignorando por unos instantes el rugido del coloso animal - Buenas noches monsieur Oso - Saludó inclinando ligeramente su cuerpo en una venia cortes.

De ser un hombre lobo, habría actuado agresivamente como le dictaba el instinto y habría defendido su territorio, pero le agradaban los cambiaformas y no lucharía con uno aunque tuviera una poderosa razón.

por **Dana Luminita** Miér Abr 06, 2011 12:10 am

Una ceja se levanta al escuchar al hombre que habla del oso, puesto que para mi los cambiantes tenían una enemistad con mi padre y había aprendido a eliminarlos. No muevo ningún musculo pareciendo una estatua de piedra y los dos hombres están a punto de atacar cuando levanto la mano y hago un sonido que solo ellos conocen para detener su ataque. Tiempo atrás conocí a un lobo y a un gato, ambos de alguna manera habían hecho cambios en mi y por su memoria, no quise cambiar del destino de ese oso. Algo me consume, los ojos de ese oso, los deseo para mi colección.
- ¿Caminan chistoso? ... – ahora pienso que no soy la única loca en este lugar. Entonces cuando dice aquello me parece algo fantástico, Link y Alissa, nunca mencionaron nada de ello. ¿Será un secreto de los cambiantes?...-¿Cómo lo hacen?...

El oso no parece alguien agradable, sus ojos rojizos son inquietantes. Se vuelve a poner en dos patas y vuelve a rugir enfadado y corre luego hacia nosotros ¿Es un oso suicida? Ahora el otro guardia saca su otra espada, le toco el hombro advirtiendo que aun no ordeno un ataque. El oso sigue con su carrera rumbo a atacarnos. Miro al oso a los ojos para crear una ilusión, me golpean sus recuerdos haciendo que mi cuerpo se tambalee un poco, y logro entrar a su cabeza creando una imagen diferente. Hago que se pierda, nos desvanecemos ante sus ojos. Se detiene justo entre nosotros. Nos busca, nos olfatea y no puede percibirnos.

Miro al señor de lunetas haciendo silencio con una mímica. El oso camina un momento entre nosotros, sus ojos parecen perdidos y luego sus ojos parecen aterrados y corre entre los arboles petrificados mientras escapa.
-Tal vez la luna no quiso escuchar su nombre... tal vez esta noche no era la noche para entablar conversaciones... tenía hambre... esta molesto... alguien se burló de su familia y sediento busca la venganza.... siempre me pregunté cual es su nexo con el mundo espiritual... ¿Será parecido a tener un alma?

por **Soren Kaarkarogf** Vie Abr 08, 2011 11:19 pm

Aquel no era precisamente un buen momento para ponerse a charlar, había un oso furioso corriendo hacía ellos con intención de partirles el pescuezo. Soren no estaba asustado, de haber sido un hombre lobo habría temblado como una hoja al viento, sólo Dios sabía cuan temor le guardaba a esas criaturas mitad humanas mitad bestia. Los licántropos eran enemigos naturales del vampiro y Soren había aprendido por experiencia que no era una buena idea enfrentarse a ellos solo. El oso por el contrario, aunque luciera aterrador, nunca sería tan ágil como un lupino y sus ataques serían mucho más fáciles de esquivar.

No respondió a la pregunta y se quedó en silencio observando como el oso se detenía en su ataque y parecía no poderles ver, observó de reojo a Dana y supuso de que algo estaba haciendo con su mente. Debía ser una vampiresa bastante poderosa para poder controlarle con tal facilidad. Pronto el oso había corrido hacía el bosque y se había alejado sin causarles mayores problemas.

-Me alegro de que le haya perdonado la vida – Comentó cuando el animal ya había desaparecido – Todos tenemos motivos para estar enojados y querer atacar a otros, es muy fácil dejarse llevar y actuar cegados por los impulsos primarios – Explicó – Pero lo realmente difícil es controlarse, lograr actuar de manera correcta y tomar el camino más tedioso para solucionar un problema – Ahora su voz sonaba más como la de un verdadero profesor que ofrece sus enseñanzas.

-Por cierto... me parece que caminan chistoso, porque tienen enormes traseros que les hacen perder el equilibrio y entonces se balancean de un lado a otro... algo parecido a los Patos y gansos – Comentó alzándose de hombros, recordando a aquellos alados animales que contorneaban sus colas emplumadas al caminar y que podían flotar sin ningún esfuerzo sobre el agua – Me pregunto... que tipo de animal sería de haber nacido como uno... - Agregó pensativo – Quizás un Guacamayo o un loro... hablo demasiado – Concluyó y una risita afloró de sus labios, cuando se percató de ello, se llevó inmediatamente una mano a los labios para evitar que le viera.

- ¿Le gustan los animales madame? - Finalizó.

por **Dana Luminita** Jue Abr 14, 2011 4:02 am

Pequeño pajarillo que sus pecados son perdonados, no es su culpa que su voluntad grite tormentos, que sus blasfemias sean terroríficos recuerdos. La venganza sabe dulce, pero nunca sabe bien sobre la piel de Luminita. Muchas corazas hay para rendir cuentas, tal vez en otra ocasión podremos encontrarnos de nuevo, ¿No lo crees Juana?

No quiero pensar en el perdón o la vida de esa creatura, realmente no me importa... No quiero pensar... shhh shhh... no digas más Juana. Escucho el sonido de las espadas que vuelven a enfundarse y levanto mi mirada con la mente en las imágenes que tenía aquel oso en la cabeza. La luna aun es cantarina y brilla en aquel manto, orgullosa y sublime. Extraño ese sonido, el murmullo de aquellos ojos... Pero la voz del señor de las ventanas llama mi atención y aquellos ojos azules que poseo se quedaron fijos en el, mirándolo con atención y escuchando palabra por palabra que sale de su boca. Cuando concluye una sonrisa extraña se plasma en mis labios, cierto, es algo muy cierto. Las acciones sin pensar, son como disparar sin apuntar, lo menciona mi padre siempre, las estrategias, la mente y la disciplina, todo es apariencias, hay que pensar muy bien los movimientos y luego hacer la acción para luego Jaque.

Mi risa grácil fluye cuando me imagino el trasero del animal moviendo el rabo.
-No se preocupe profesor Kaarkarogf... es usted muy sensato y me agrada. Es raro encontrar vampiros que les interese pensar antes de actuar... eso habla mucho de lo que fue y de lo que es... no todos son así... solo buscan formas de divertirse, en la sangre, siempre la sangre... es algo que los condena, nos condena, pero siempre hay más cosas que solo la sangre... aunque nuestro espíritu esté en un vacío, siempre existen otras posibilidades de poder aferrarnos a nuestra fuerza de voluntad... a mí me gustan las aves... – Mi voz sale fluida, muy parecido a alguien coherente y normal, un vampiro normal ¿Existe eso?... no creo que existan los vampiros normales, solo el hecho de ser un vampiro, es algo inhumano. Es algo extraño aquello, cuando hablo de las aves es una forma de expresar aquella humanidad que se revuelca en mi interior y que nunca piensa salir en un día de verano a tomar el sol- ¿Le gustaría ir de cacería profesor Kaarkarogf?...

por **Soren Kaarkarogf** Jue Abr 14, 2011 7:04 pm

El bosque volvió a sumirse en su quietud, como si nada hubiese ocurrido allí, así era la vida, todo pasaba y quedaba la quietud y la soledad, por eso muchos intentaban vanamente perdurar en el tiempo, como ellos, demonios condenados a esa eternidad sin motivo ni razón que sólo terminaba en frustraciones. Pero tal y como ella decía, no todos los inmortales eran iguales, Soren había escuchado de muchos que eran realmente unos imbéciles, que masacraban pueblos enteros sin pensar, o más bien sólo pensando en ellos mismos. Meneó la cabeza ligeramente cerrando los ojos y pensando en ese tipo de bestias.

- Pensar es lo que nos hace reales, ya lo decía Descartes "Pienso luego existo" - Comentó metiéndose ambas manos dentro de los bolsillos, no tenía frío, pero le gustaba sentir la calidez de los bolsillos - Cuando pensamos, recreamos el mundo que nos rodea, porque somos creadores por naturaleza, sin embargo la mayoría prefiere destruir en vez de crear... a mi me gusta creer que puedo crear aún cuando sea un condenado y viva entre los vivos y muertos sin ley ni Dios - Explicó, se encontraba más tranquilo ahora y mucho más a gusto con ella.

Soren no era una persona muy sociable y le costaba bastante relacionarse con otros, especialmente encontrar temas de conversación, también era raro que se sintiera a gusto entre la gente, así que le tomaba tiempo acostumbrarse a la presencia de otros.

- Las aves son preciosas - Le aseguró asintiendo con la cabeza - Me fascina estudiar la mecánica del movimiento de sus alas... quizás algún día el hombre podrá volar ¿Tu que crees? - Le cuestionó haciendo hoyos en la tierra con la punta del zapato - ¿C...azar? - Levantó el rostro mirándola con asombro y curiosidad - Pues... no tengo mucha sed.. pero puedo acompañarla -

Tonto Soren, hablas de cosas que no pones en práctica, a la final para ti, la sangre también está por encima de las demás cosas.

por **Dana Luminita** Dom Abr 17, 2011 11:32 pm

Toda la noche se vuelca en silencio y ese silencio nos tapa con un manto... los recuerdos llegan como un golpe frío y solo me quedo ausente unos instantes, la muerte, la sangre y todo aquello que hace congelar las almas de inocentes, no importa, no importa su sangre, fueron añorados sus recuerdos, ahora, son solo olvidados... Simplemente es el placer de la sangre, la satisfacción de dar muerte a un ser, los celos de ser lo que no eres y lo que fuiste... ¿Escuchas? Shhh shhhh... sí... es el silencio Juana, el silencio que hace que todos callen, que todos griten.

La voz del profesor es agradable y presto atención a lo que dice y es cierto, muchos existen y luego piensan, me gusta pensar y me gusta existir aunque no pertenezco a este mundo, no perteneceré nunca.
-Lo entiendo. Y estoy de acuerdo... –Mi voz parece ausente y me sujeto del tirante de la bolsa que traigo atravesada y aquellas manos de porcelana de Juana se mueven con sutileza. También recuerdo toda aquella maldad, todas esas muertes que sin causa perecieron en mis manos, no siento culpa, pero tampoco quiero hablar de ello. Ordenes son ordenes, y en ocasiones cuando perteneces a alguien solo tienes que seguir sus líneas.
-Las aves es un simbolismo de libertad... y creo que los hombres cuando tengan la paciencia de creer en esa libertad, el hombre podrá volar...

Es curioso como un vampiro como el profesor tiene esos movimientos timidos, ¿es normal? ¿También soy tímida? Hace mucho tiempo que no tengo contacto con gente que no sean mucamas, mi padre y mi madre, o el príncipe Kian.
-No, espere.... es mejor que la sangre nos llame cuando realmente se necesite...Me llamó la atención lo que dijo de los marineros en el muelle. Solo eso, quería saber si en verdad sabían a peces, tal vez en otro momento será hacerme pasar como un vampiro-gato...je je...

Me quedo callada un momento y le miro, miro los círculos en el suelo y una sonrisa se dibuja deforme en mi rostro...
-¿Le gustaría escuchar una historia?...

por **Soren Kaarkarogf** Lun Abr 18, 2011 11:45 pm

Lentamente la conmoción causada por el oso fue pasando y pronto fue como si nada hubiese pasado allí, el vampiro parpadeó imaginando lo que hubiera ocurrido si él se hubiese dejado llevar por el instinto, hubiese saltado sobre el oso y le hubiese asesinado a sangre fría, habría destruido a una familia sin duda, aquel oso seguramente era el padre de un núcleo, debía tener una vida llena de alegrías o tristezas, pero vida real al fin y al cabo ¿Tenía Soren el poder de decidí quien debía vivir y quien morir?.

No, por supuesto, sólo dios (si es que existía) podía juzgarlos y Soren se sentía feliz de haber tomado la decisión correcta en ese momento y haber impedido que Dana le matara. Esos Oseznos se lo agradecerían algún día.

- Libertad... o bello concepto que lo mueve todo - Comentó y estiró los brazos a ambos lados, levantando la mirada a las estrellas - Sin ti querida dama de la libertad, no existiría la filosofía, ni la ciencia, ni el arte - De repente las estrellas titilaron coquetas desde la distancia - ¿Es usted libre damita? -

Se quedó observándola mientras hablaba y asintió con vehemencia - Cierto, es mejor beber cuando se tiene sed, la gula no es buena en ninguno de los casos, ni siquiera cuando se está muerto, ¿Pero sabes? podemos dar un paseo y simplemente caminar, esta noche el cielo está despejado y el bosque es tranquilo... bueno no tan tranquilo como podría estar - Rió un poco llevándose el dorso de la mano a los labios - Y así podrías contarme esa historia que ya me intriga -

por **Dana Luminita** Miér Abr 20, 2011 2:15 am

Mi cabeza no está para pensar en nada, siento un poco de cansancio mental, controlar todo el ambiente para dejar libre a un maldito oso, solo me cansó, no sentí lastima por el, aunque su odio por los nuestros era entendible, sus recuerdos gritaban venganza, no todos los vampiros son iguales y de eso estoy segura. Me pregunto en ese momento si yo era un vampiro diferente, si empezaba a tener cambios y que aquella maldad que siempre profesé, en momentos atrás la había quebrantado. Existir y luego vivir, vivir y luego existir...pero de qué sirve, si no estamos vivos.

Levanto la mirada hacia el firmamento y las estrellas parecen cantar y hacer danzas, lego miro al profesor que levanta las manos y parece un ave queriendo volar, de nuevo esas preguntas empiezan a surgir en mi cabeza, toda aquella identidad, mi pasado y mis recuerdos azotan una y otra vez en mi interior, el alma que nos pica el cuerpo, y esa existencia de condena que nos persigue en la eternidad. La libertad de la filosofía, la ciencia y el arte, me gustan esas tres palabras.
-Tengo libertad. Pero... también debo de respetar las leyes de mi reino, debo obedecer a lo que establece mi clan el ajedrez, debo respetar lo que impone mi padre, que es mi amo.

Mi creador tiene todo el poder sobre mí, y siempre debo acatar sus reglas, sean buenas o malas, tengo libertad de hacer lo que me plazca, de cumplir mis caprichos. Puedo estar contando semillas con la servidumbre pero después tengo que ir a ducharme para luego ir a asesinar a las doncellas como regalo de medianoche para mi padre. Lo hago con gusto, sin arrepentimiento, obedezco sus órdenes y daría la vida por él. Imito un suspiro con los hombros, vicios que se que son reflejos de convivir centenarios con la servidumbre. Asiento a lo que dice.
-Perfecto, una caminata está bien profesor.

Tomo camino junto con mis torres, que nos resguardan las espaldas, me detengo esperando que el profesor guie pues no conozco muy bien estos sitios, apenas llevo poco tiempo que llegamos, le hago una seña con una mano para que guie el camino. Y cuando ya tomamos el rumbo digo:
-Bueno, esta es la historia de una niña que se perdió en el bosque persiguiendo el canto de unas aves y bajo un árbol se quedó toda la noche. Un nido cayó sobre ella mientras lloraba, no encontraba el camino a casa. Tomó a uno de los polluelos entre sus pequeñas manos con frustración. Los ojos blanquecinos del polluelo le causaron curiosidad. La niña incrustó en en la mirada nublada del ave unas pequeñas varas. La soltó. El ave revoloteó simulando a una mariposa. Ella sonrió siguiéndo el ave encontrando el camino de vuelta a casa. Esa noche no comió, no tenía hambre, se había llenado con su hazaña.Se decía que en los bosques vivían las hadas y algunas podían surgir de la noche, llaman a los niños con sus cantos maravillosos parecidos a las aves, los pierden. Estas hadas viven en los corazones de las aves y en sus ojos. La niña desde ese momento había sido castigada por las hadas oscuras, su maldición fueron las pesadillas. Noche tras noche soñó encarnando aquella ave con los ojos atravesados con las varas, ensangrentados, chocando tronco con tronco, con las alas torcidas y adoloridas, su cuerpo se cayó al piso, aleteando con debilidad, no regresó a casa, tropezó en un abismo. Cuando despertó no podía diferenciar la realidad con las pesadillas. Desde entonces se dice que las hadas de la noche se alimentan del miedo y del alma dejando su maldición. Precavido debes ser al caminar por un bosque de noche, no seguir los cantos de las aves porque puedes perderte, si te encuentras un nido, es mejor dejarlo ahí y no acercarte a mirar o tocar porque los ojos de las hadas oscuras pueden maldecirte con pesadillas eternas.

por **Soren Kaarkarogf** Vie Abr 22, 2011 12:20 am

El vampiro se apresuró a seguirla, caminaron adentrándose aún más en el bosque, la escuchaba en silencio mientras sus pasos lo guiaban a ninguna parte, en realidad no conocía muy bien ese lado del bosque, pero no tenía miedo de perderse, después de todo ¿Qué podría pasarle? Así pues que caminó en silencio sorteando enormes árboles y siguiendo senderos oscuros e irregulares, girando a izquierda y derecha sin rumbo fijo.

- Yo también tengo una buena relación con mi mentor - Le comentó - Se llama Erkki Aliranta es Psiquiatra del Sanatorio de París, sin embargo no es como si fuera mi padre, quiero decir... si me ordena hacer algo, es probable que lo haga sólo si tiene sentido... - A decir verdad Soren sólo recordaba haber desobedecido a Erkki en una cosa en toda su inmortal existencia y esta tenía que ver con continuar con su pecaminosa relación con Anuar... ¿Y que quedaba de la relación de ambos ahora?

Distancía y ruinas.

Meneó la cabeza tratando de alejar sus pensamientos de Anuar, no quería que Dana se metiera en su cabeza y le robara pensamientos que lo dejara en vergüenza, prefería ser él, llegado el caso, quien le contara las cosas. Pero sentía un nudo en la garganta cada que recordaba a ese tonto pintor, no estaba seguro de poder materializar sus pensamientos en palabras.

- Siento pena por el pajarito... - Murmuró pensativo luego de escuchar la historia - Salió perjudicado sin saberlo... aunque más pena siento por la niña, me recuerda... a algo que me ocurrió - Suspiró ¿debía contarle a una extraña? - Yo me perdí en el bosque cuando era niño también... cuando estaba vivo por supuesto, tenía 8 o 9 años y pasé una noche a la intemperie en pleno invierno en Suecia ¿Sabes lo terriblemente frío que es el invierno allí? creí que moriría congelado... ¡fue una experiencia espeluznante! -

por **Dana Luminita** Sáb Abr 23, 2011 4:10 pm

Los sonidos del bosque llaman mi atención. Sigo al vampiro con sus ventanas que brillan en la oscuridad. Los cascabeles nos acompañan, haciendo ese sonido incansable de tintineo por los movimientos vacuos de los pasos. ¿Lo miras Juana? Sí, yo también. Le sigo cautelosa mientras observo los troncos de los arboles dejando mis yemas en sus rugosas pieles.
-Entiendo... Yo obedezco sin importar las consecuencias... tal vez es un poco contradictorio, pero no puedo negarme. –No sé si puedo hablar de ello, no lo conozco aun, y es difícil hablar de los sistemas del ajedrez, a menos que el señor ventanas quisiera pertenecer a nuestra alianza, en una ocasión desobedecí y fui castigada, me pregunto si eso influyó en que el desapareciera- Mi madre... Irina Vervelle, la reina del clan, ella me rescató aun cuando era humana y mi padre me dio esta vida. No la pedí, pero no me arrepiento de ella, es mejor ser así tiene más sentido de lo que era antes...

Llega de nuevo a mi esa imagen de ese joven de ojos claros como la miel, pero no digo nada sobre ello, es palpitante y llena de fulgor, conocí unos ojos como aquellos, pero no eran amaneceres en el desierto, sino que eran mares en los cuales navegué perdidamente durante años y años.
-Sabe profesor, siento empatía con usted. Y no sé porque, no me causa desconfianza como otros vampiros que he conocido... creo que es su sensatez o su manera de hablar... y de pensar. –una sonrisa se forma en una de mis comisuras, recordando lo que dice sobre aquella historia, esas aves era la manera en que veía la libertad, ciega libertad de mi humanidad- Esa niña se llamaba Dana y se perdió en el bosque cuando tenía unos diez años... cuando llegó a casa, no podía concebir el sueño y esos espejos la torturaban día y noche con las aves, no siento pena por las aves. No siento pena por Dana... después de que sus padres no pudieron controlar su esquizofrenia, la llevaron a una casa y la dejaron ahí con el pretexto de estar poseída por el demonio, fue abandonada y mancillada por extraños. No supo de su familia en mucho tiempo, ellos la visitaron solo dos veces en un principio y luego nunca más volvieron. En una habitación húmeda y desgajada, permaneció durante seis años, donde hombres le torturaron en las noches, apostaron por ver correr la sangre entre sus piernas y luego, ella solo quería ver caer aquellos hombres causándole las peores pesadillas. Se las ingenió para escapar y escabullirse por los pasillos en las noches, logró sacarle los ojos a cada uno de los hombres que la profanó y luego se volvía a su vida incauta en aquella habitación fría. Estaba acostumbrada, sin conocer la vida, ni el amor, ahí se quedó hasta que esa casa de locos se incendió...

por **Soren Kaarkarogf** Sáb Abr 30, 2011 8:36 pm

Siguieron caminando entre el bosque, sorteando grandes abedules cubiertos de nieve, arbustos m'as pequeños bordeando los caminos, el cielo oscuro y frìo se habría paso sobre sus cabezas, mostrando algunas ocasionales estrellas titilantes. Le escuchò y no pudo evitar sonrojarse cuando ella dijo que no le causaba desconfianza como otros vampiros, era agradable saber que èl causaba ese tipo de sentimientos en una desconocida - Gracias - Murmuró como respuesta.

La historia le pareció más que impactante, bastante triste, Erkki le había hablado alguna vez que las personas que sufrìan de enfermedades mentales eran generalmente juzgadas como dementes y recluidas para siempre por sus familias en esos hospitales, sin embargo Erkki su mentor, creía que esas personas eran infinitamente más libres y a veces inclusive más felices que los mismos 'cuerdos'. ¿Era Dana feliz?

- Mi mentor es Psiquiatra - Comentó al final del relato - Casi todo el mundo piensa que está más demente que sus propios pascientes, por supuesto nadie sabe de su verdadera naturaleza vampirica, sin embargo sus pascientes parecen muy contentos en su comopañìa y le prefieren - Le explicó recordando algunas mujeres que había conocido en el sanatorio - Yo pienso que la mente... se abre a nuevas posibilidades cuando sufres algúna 'enfermedad mental' como la llaman los medicos, yo prefiero llamarlo, otros puntos de vista, porque no estamos del todo seguros de cual es la verdadera realidad -

El vampiro se adelantó dando un salto y trepó por uno de los árboles, se aferró con sus uñas a la corteza helada, para poder alcanzar una rama, se acunclilló sobre la rama y volvió su mirada a la vampireza y sus escoltas - ¿Cuantos secretos esconde un lugar como este? - Preguntó al aire - Secretos que jamás llegaremos a adivinar, ni siquiera los inmortales que llevamos tanto tiempo en el mundo, hay cosas de la mente que no tienen explicación en este mundo y no por menos son inexistentes- Se dejó caer hacía atrás y cayó del árbol no de manera muy grácil, pero si segura, pues sus pies golpearon la nieve y no perdió el equilibrio con el impulso.

- Yo por el contrario, crecí en una familia muy adinerada en Suecia, mi padre era el Barón Kaarkarogf, pertenecíamos a la nobleza, cuando morí para convertirme en esto, dejé toda mi riqueza atrás y emprendí la búsqueda de mi verdadero yo y de la verdad del mundo - Comentó y un suspiro escapó de sus labios - 291 años de búsqueda para terminar más confundido de lo que ya estaba, más débil y patético... -

Anuar. Su expresión...apática y fría apareció en su cabeza como una mancha fugaz.

(( perdona la tardanza :/ ))

por **Dana Luminita** Lun Mayo 02, 2011 1:14 am

Los pasos inaudibles dejan sus marcas en esa tierra que se pierde en el bosque, las aves nocturnas avisan nuestro pasaje y se esconden mirándonos con ojos escrutadores. No digo nada, me agrada el torpe vampiro de ventanas y creo que eso de la torpeza le denota carisma aunque él no quiera reconocerlo. Le escucho con atención mientras caminamos por esos senderos dejando atrás varios de los arboles, dejo escapar un suspiro cuando habla de la locura, tal vez el entendió que el cuento se refiere a mi y no a otra Dana, se trata de la Dana humana. Ella no era feliz. Y a veces me pregunto si lo soy. Una condición como la nuestra nos da beneficios, pero también nos da caminos de completa amargura.
-Yo creo profesor, que la locura es como la sabiduría, a veces la locura no se denota nada de cordura, sin embargo siempre estará ahí, ese hilo que nos une a una realidad absoluta... de la locura viene la sabiduría, de la sabiduría, viene el poder...

Levanto la mirada para seguirlo en esa rama del árbol y luego miro el horizonte, los guardias se detienen un momento, como sombras que nos acompañan, no hablan, pero tampoco molestan.
-Deberá tener muchos secretos, sobre todo estos árboles, ellos son los testigos de la historia... ellos cuentan en sus cortezas cuántas vidas han pasado por aquí... me gustaría adivinar algunos secretos.

Le espero un momento en lo que el termina su relato y le sigo con la mirada hasta que cae de nuevo sobre la tierra, le sonrío y me dan ganas de mostrarle mi verdadera cara, aunque en realidad no vale la pena todavía, sí nos volvíamos aliados, o amigos, eso estaría próximo a descubrirlo, tengo pocos amigos, lo sé Juana, pero sabes que tengo un carácter bastante especial. Sonrío ante lo que dice y parece que la búsqueda nunca termina.
-Todos siempre estamos en la búsqueda de algo profesor... creo que yo también sigo buscando algo y aun no lo encuentro, creo que un día me topé con ello, pero no lo supe conservar, las reglas de mi clan, las leyes de mi padre hizo que deje por completo mi búsqueda, y sabe, no puedo arrepentirme, no nos permitimos siquiera pensar en arrepentimiento.

Nuevamente está esa palabra, Anuar, ese recuerdo que viene a su cabeza me vuelve a llegar con sus maravillosos ojos miel.
-Anuar... –murmuro, sin querer pasarme con el profesor, solo es que siempre ese recuerdo repica como una campana- Profesor... ¿usted cree en el amor?... Los vampiros tenemos esa condena, de ser enamoradizos, sin embargo, muchos no lo creen así, creen que esos sentimientos que se forjan en nuestro interior son parte de nuestra propia naturaleza, para dominar, seducir y sin usar la conciencia apoderarse de lo que nosotros queramos... del cuerpo, de la mente de los mortales. Una vez un amigo, un humano muy hermoso, me dijo que no debíamos de matar a las personas... y después, terminé matándolo a él... No quise hacerlo, pero el lo sabía que pasaría. Solo sé que extraño las noches cuando el venía a platicar conmigo con aquellos ojos celestes y cabello rubio, cuando jugábamos al ajedrez y luego hacía magia con estelas de fuego. Creo que eso me hace sentir más patética profesor, no poder conservar a las amistades, no poder tener amigos humanos, es cuestión del autocontrol... tal vez es muy osado de mi parte y tal vez estúpido, pero me pregunto si a usted le gustaría tener un amigo como yo, como Luminita.

(off: Tranqui no se preocupe, quise hacerlo más corto pero no me salió =P)

por **Soren Kaarkarogf** Sáb Mayo 14, 2011 9:53 pm

No le gustaba mucho la idea de que otra persona conociera a Anuar, especialmente cuando esa persona era un asesino en potencia, pero una vez la chica se había metido en su cabeza y había leído sus pensamientos ya no había marcha atrás. Escuchó la historia de Dana con atención, sintiéndose cada vez más preocupado por la misma. No podía evitar pensar que algo así puediese ocurrirle con Anuar, que en algún momento él pudiese matarlo.

La sóla idea le produjo dos extrañas sensaciones que se encontraron y se fusionaron en una sola mucho más extraña, sintió temor y al mismo tiempo un descarado placer.

- Antes no estaba muy seguro de la existencia del amor... - Murmuró apenas - Ahora creo que si es posible para nosotros... - Aceptarlo era más complicado que sentirlo, sus mejillas se colorearon intensamente - Anuar... él... me ha hecho sentir cosas que no había experimentado antes, ni siquiera cuando era humano - Le explicó mientras seguían caminando, pronto llegaron hasta lo que parecía ser el borde del bosque, pues se podía oler el humo de las chimeneas de viviendas del otro lado, no estaba muy seguro en que dirección habían viajado pero habían terminado por alcanzar de nuevo la ciudad.

- Lamento mucho lo ocurrido con su humano - Le dijo con expresión sinera, mientras se acercaba más y más a los arbustos que delineaban el bosque - Yo... temo no poder controlarme algún día y... que Anuar sufra las consecuencias... pero me esforzaré al máximo para que eso no suceda... es demasiado valioso para mi - Finalizó y hecho un vistaso a la ciudad que se alzaba a oscuras bajando la planicie, divisó su casa a varias cuadras de distancia y se giró hacía la vampiresa.

- Tu compañía a resultado bastante grata Damita, pero creo que es hora de volver, tengo muchas cosas que hacer antes del amanecer - Le explicó estirando los brazos con una expresión soñolienta.

por **Dana Luminita** Vie Mayo 27, 2011 9:27 pm

Los comentarios están de más Juana solo caminemos esta noche en busca de nieve y soledad, son de las piedras solo son cantarinas del sendero y busquemos un poco de sereno para hacer nuestra casa... No quise hacer más preguntas, preguntas que incomodan al profesor, solo quiero seguir caminando en ese lugar sombrío. Algo si se me queda en la cabeza aquel nombre que lo acompañan los ojos que parecen despertares en el desierto. Le miro cuando habla de la existencia del amor, es un mar que pocos se atreven a tocar, en nuestro clan está prohibido siquiera pensar en ello, pero también somos hombres, pensamos, sentimos, amamos. No podemos evitar esa naturaleza que es el principio de todo caos, la humanidad.

Lo entiendo, pero no soy capaz de decirle algo, no puedo decirle algo, lo tengo prohibido, pero muero de ganas de decirle algo... y las palabras se ahogan en lamentos que se reflejan en mis ojos cetrinos. La ciudad esta frente nuestro Juana, este rumbo tiene notas diferentes, tomaremos un atajo para quedarnos un rato más entre ratas y vagabundos y luego llegaremos a la casa a pintar cuadros de colores, sumergirnos en aguas de aromas y bañarnos con pétalos de jazmines.

-Entonces eso no ocurrirá... si es valioso para usted, hará todo lo que esté en sus manos para poder conservarlo. No importa la espera, ni el sufrimiento, solo esperará y lo admirará.- Imito un suspiro y miro los senderos. El cielo amenaza con una aurora- Es posible que los mundos sean pequeños y si algún día encuentro un tesoro como el suyo, lo guardaré y preservaré, aprendí la lección una vez y nunca volverá a ocurrirme lo mismo, a pesar de todas nuestras reglas en el clan, cada uno tenemos nuestras propias reglas y limites, por eso existe la fuerza de voluntad. –Hago una reverencia antigua y elegante- Puede contar con mi lealtad profesor Kaarkarogf, puede encontrarme cuando quiera en la Arkadia, está a las afueras, por ese camino... –No a cualquiera le ofrezco mi lealtad. Señalo el lugar haciendo tintinear los cascabeles- Cerca de la laguna... hmm espere...- hurgo en mis bolsillos y saco una ficha de ajedrez de color dorado y aunque sé que no le gusta que le toquen, tomo su mano y dejo la ficha en la palma abierta, es un alfil de oro- Con esta ficha me encontrará. -Hago una pausa y me acomodo un poco el sombrero de arlquín- Gracias a usted por su compañía, ha sido muy agradable platicar con usted. –aunque nunca me respondió si podríamos ser amigos, no importa, siempre estaremos solas por estas tierras que no nos pertenecen, tu y yo contra el mundo Juana. Cómo puedo pensar que él... .... .... Lo sé Juana, lo sé, los amigos no se dan en árboles de sauce, se cultivan como las rosas... y se riegan, se cuidan, con el tiempo se cosechan. - Buenas noches profesor... - No sueno tan demencial, porque no lo estoy, solo es parte de una actuación efímera, doy un salto y quedo en los brazos de una de las torres, uno de esos hombres corpulentos me abraza como su fuese una muñeca, Juana cuelga de una mano mía y le hago adiós al profesor de cabeza, como si fuere una princesa al revés. Buscas amigos Luminita, pero tienes la maldición de que todo lo que tocas se vuelve cenizas.

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Danzas sobre la nieve (Soren)

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