Youth and lust [Magnolia Velvet, +18]

por Invitado Vie Mayo 06, 2011 9:02 pm

Recuerdo del primer mensaje :

La noche, como todas sus noches era el momento de su paseo nocturno, aquella vez sus pasos lo habían guiado una vez más al burdel, pensó en cuánta era su necesidad como para eso, pero la verdad era que sólo se trataba de una soledad tan grande que le estaba comenzando a pesar, y todas esas mujeres estaban ahí para eso, para hacer que los hombres solitarios como él no pensaran en ello aunque fuese por una noche.

Entró pensando en que tal vez ya sería conocido en el lugar pero luego sacudió la cabeza descartando esa idea, no era el único cliente y no era que fuese tan seguido. Se quedó parado en medio de la gente que entraba y salía, hombres que elegían mujeres como mercancía, las chicas que debían mantenerse coquetas todo el tiempo, mil olores a perfume barato y la iluminación tan poco reveladora, hacía calor, pudo sentirlo aunque su cuerpo no lo resintiera. No supo qué hacer, dirigirse a la persona que parecía dirigía el lugar o ir directamente con una de las cortesanas e iniciar lo que inevitablemente esa noche iba a pasar.

Por un momento fue sólo un observador de aquel arte de la seducción, falso se dijo, pues ella cumplían un trabajo y ellos pagaban el precio, ellas seducían como oficio y ellos se dejaban seducir, no había nada de galantería ni flirteo real. Era espectador de aquello sin moverse de su lugar.

por Invitado Mar Mayo 24, 2011 8:21 pm

Mi sonrisa se acentuó cuando me dijo que así sería, estoy seguro, parecía un niño al que habían premiado por un logro académico, con la misma sonrisa sincera y cara de perro lastimero. No pude responder nada porque la sentí besarme de nuevo, no recordaba que las cortesanas besaran tanto, incluso había algunas que no lo hacían para nada; no me estaba quejando, sólo estaba haciendo la observación, primero me dejé manejar por sus labios, casi negándome para ver cuánto podía resistir, resulta que no pude mucho y correspondí casi de inmediato. Era un beso lento, estudiado, con cadencia, pero también era uno que sabía a despedida y traté de prolongarlo, pero a pesar de lo que pudiera creerse, era un beso casto, limpio, como el que se dan dos amantes y no... cualquier cosa que fuéramos esa noche, cliente y prostituta, desventurados que cruzaron sus caminos, bienaventurados que en ese cruce se toparon mutuamente, quien sabe, tal vez, de hecho, éramos amantes por esa noche.

Le sonreí cuando nos separamos, la miré a los ojos, me pregunté qué historia había detrás de ella, me pregunté cuando podría verla nuevamente, me pregunte tantas cosas y a ninguna hallé respuesta.

-Lo serás -le dije con una sonrisa de lado y acariciando su rostro con el dorso de mi mano-, prometo venir a visitarte pronto -dije riendo suavemente, una risa breve y que quedó atrapada en su mayoría en mi boca; era una promesa, y yo siempre cumplo mis promesas. No sólo visitarla para repetir lo que habíamos hecho, visitarla para saber esa historia que sus ojos se negaron a contarme, que no pude leer de ellos, pero que estoy seguro, existe.

Suspiré y aguardé unos segundos más para luego ponerme en pie y comenzar a recoger mis cosas, no la miré, le estaba dando la espalda, no quería ver su expresión cuando me viera poner en su lugar toda mi ropa. Al pisar el suelo casi caigo al tropezar con la botella de licor de cerezas que después unos cuántos tragos, habíamos olvidado, la tomé y me quedé mirando la sencilla etiqueta, sonreí a la botella, cada vez que probara, o viera al menos, licor de este tipo, me acordaría de ella.

-¿Te molesta si me la llevo? -le dije por sobre mi hombro, refiriéndome al licor.

por **Magnolia Velvet** Mar Mayo 24, 2011 9:42 pm

Me estaba dejando llevar bastante más que con cualquier cliente, estaba dejando que desmoronara mis barreras recién re-construidas, estaba dejando que me dejara un poco tonta cuando se fuera pero no podía evitarlo, entre ms trataba de poner distancia más me acercaba y entre más trataba de recomponer mis barreras, más endebles se hacían. De pronto todo lo que había hecho con él me regresó a la mente en un flashback y yo trataba de recriminarme un montón de cosas, empezando por los tres orgasmos. Cielos, ¿en qué estaba pensando? Y aun cuando me cuestionaba, me recriminaba, me reñía por todo, seguía teniendo en el rostro sonrisa de idiota. Cuando me separé sólo bastó que nuestros ojos se cruzaran un momento para que yo cortara el contacto y mirara al techo.

Me alegré. Era la prostituta de la elección de varios hombres y muchos de ellos me pedían por nombre y no se iban hasta que terminaran entre mis piernas pero ser la consentida de alguien, supuse que sólo de Lucian y él había pasado tanto tiempo fuera que no tenía idea de si me seguía queriendo como yo lo quería a él. Y estaba eso de... Le dediqué una mirada de reojo cuando hizo esa promesa y asentí, lo esperaría con ansias. -Sólo haz que me busquen y me tendrás aquí- A menos claro, que fuera mi noche libre pero ¿qué posibilidad cabía que justo me buscara esa noche. Intenté advertirle pero eran demasiadas palabras para decir y yo no quería romper lo que sea que tuviéramos en ese momento explicándole todo lo que debía saber de mi. De pronto estaba tan cansada que no sabía si sería capaz de llegar hasta mi casa.

Atrapé su mano que me acariciaba el rostro dedicándole una sonrisa pero sin detenerlo cuando se levantó, era el final inminente así que era hora de irse, esperé a que se diera la vuelta y me senté en la cama rebuscando mi ropa en el suelo y en la cama, me incliné hacia delante para tomar mi ropa interior y ponérmela en un estado de somnolencia que me había dado después de tanto esfuerzo, era perfectamente normal pero yo nunca dormía en el burdel, era como quedarme vulnerable toda la noche, la noche en la que yo me permitía no ser una cortesana para variar un poco. Me fui vistiendo despacio, acomodándome el cabello y amarrándolo en una coleta levantando la mirada, todavía a medio vestir, en ropa interior y sólo un liguero cuando volvió a hablar. La botella de licor. Ya se me había olvidado. Negué y le hice un gesto para hacerle saber que estaba bien que se la llevara. -Me alegra que te haya gustado, es mi favorito- Me levanté cuando me puse las medias y caminé hasta llegar a mi vestido para agacharme por él y empezar a luchar con la tela y las cintas a mi espalda. Me lleva, esto costaba trabajo.

por Invitado Miér Mayo 25, 2011 6:04 pm

Esa botella sería más un recuerdo que otra cosa, no era como si fuera a beber el licor que esa noche no consumimos, de todos modos yo prefiero algo más... ejem, fuerte. Había dicho que sí a su petición por esta bebida sólo para complacerla, me daba igual a mi, podía ser agua del río y no hubiese importado, lo que quería lo había obtenido, y más, algo en mi interior me decía que no sería la última vez que vería a Magnolia, la promesa que le había hecho lo confirmaba, aunque tantas veces en el pasado mis corazonadas habían fallado que no sé si tener tanta fe sea lo correcto.

Tomé mi ropa y la coloqué de nuevo en su sitio con solemnidad y lentitud, aún le daba la espalda así que no sé qué estaba haciendo ella, supongo que lo mismo. El pantalón estuvo en su lugar y estaba a punto de abrocharme la camisa cuando la miré de reojo batallar con el vestido que horas antes pude desprender de su cuerpo con relativa facilidad. No quería mirarla, no en este instante porque era el epílogo y el final estaba cerca, las páginas se acababan entre mis dedos, se escapaban y yo nada podía hacer para detenerlo, era lo que seguía, era lo lógico y contra la aplastante fuerza de la lógica nada se puede hacer.

Me giré, así como estaba, sin zapatos y camisa desabrochada, lo único que estaba en su lugar era el pantalón, caminé hacia ella, estaba demasiado entretenida luchando con el vestido como para notarme y la tomé de la cintura por detrás.

-Déjame ayudarte -le dije acercándome a su oído en un susurro terso, era lo mínimo que podía hacer después de haberle yo quitado el vestido, comencé a deslizar las cintas por mis dedos, atando con deliberada calma, para poder disfrutar cada segundo que me quedaba a su lado al máximo, no alejé mi nariz y mis labios de su cuello, queriendo también encapsular su aroma en el tiempo y en mi mente.

por **Magnolia Velvet** Miér Mayo 25, 2011 11:17 pm

¿Porqué esa despedida sabía tan amarga? Alguien debería ponerle encima a todo esto un poco de licor de cereza para hacerlo más dulce. O algo. Realmente esperaba verlo de nuevo, y él había prometido que vendría pronto a verme, así que debía estar con la certeza de que vendría. Era lo único que podría mantenerme esperanzada por el momento. Mientras él se vestía yo intentaba ponerme el vestido y le miraba la espalda, tal vez justamente por esa razón no podía atar las cintas del atuendo hasta que se giró y me miró, entonces probablemente me sonrojé, desvié la mirada y me concentré en otra cosa.

Aun cuando sabía que estaba en la habitación di un bote cuando se acercó, el tacto de sus manos en mi piel que aun vestida se sentía sensible, asentí con la cabeza cerrando los ojos mientras él con manos expertas me ataba las cintas. Dejé caer las manos a los costados y cuando terminó suspiré sintiendo su respiración en mi cuello. Era hora. La hora del final. ¿Porqué nunca me costaba trabajo y justamente ahora estaba tan estúpida? Me giré para plantarle un beso de improviso empujándolo hacia la puerta, separándome justo cuando cruzábamos el marco y dejándole una sonrisa mientras él se iba. Vi su espalda hasta que desapareció, hasta que sus pasos dejaron de escucharse por el pasillo y luego me fui yo, dejando la habitación con el mero recuerdo del éxtasis que habíamos compartido él y yo por designios del destino.

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