AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Y... a por un segundo turno.
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Y... a por un segundo turno.
Seguramente era bastante tarde aquella noche. Acababa de terminar el primer servicio de mi jornada laboral y me habían dejado limpiarme un poco después, por si algún otro cliente tenía ganas de marcha aquella noche. Con mi batita de lo que parecía imitación de seda puesta y el pecho descubierto me acerqué a la barra que colocaban para los clientes que deseasen tomar una copa antes de iniciar otro tipo de actividades lúdicas en el lugar. Suspiré un poco y sonreí a la cantinera, pidiéndole que me pusiera algo fresco para tomar. Tenía sed y me sentía un poco cansado, pero no importaba, el trabajo era el trabajo. Después de unos instantes observé como la señora, no tan mayor (pero sí casada) con la que había tenido "el placer" de tener algún tipo de relación se marchaba, después de volver a vestirse. Sonreí levemente mirándola de reojo, dándome cuenta que ella observaba la calle antes de salir, para que nadie le viera hacerlo. Sí, la mayoría de mujeres se marchaban por la puerta de atrás y entraban por allí para que no se les viera pero... esa había decidido que prefería la puerta delantera. También cabía decir que no había demasiados clientes en las zonas comunes y... algunos estaban ocupados o demasiado borrachos como para nada más. Una de mis compañeras me ofreció un cigarrillo, al parecer uno de sus clientes habituales se los había regalado y a ella no le gustaban, además decía que hacía feo ver a "señoritas" fumando. Con una cerilla lo encendí y le di una calada, bebiendo un poco de aquello que me habían puesto. ¿Wisky? ¿Y se suponía que eso refrescaba?
Jean Louis Mercier- Prostituta Clase Baja
- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: Y... a por un segundo turno.
Llevaba ya un rato por la calle, y ya... "habia cenado". Estaba de buen humor, por eso, y caminé con rapidez por la calle, buscando algo interesante que hacer. Me habia acercado a la zona de los burdeles, donde aquel chico, dias atrás.. Jean Louis, me dijo que habia oido los rumores. Bien era cierto que aun no tenia muy claro como iba a reconocer a otros vampiros. Mientras pasaba por delante de uno de los burdeles, una señora chocó conmigo... o yo con ella, por lo que me disculpe haciendo una reverencia, girando la cara hacia el interior y entrando dentro sin pensarlo demasiado. Quizás encontraba a alguien qeu me pudiera "facilitar" información.. y con eso queria decir que le iba a leer la mente a todo dios. Mientras daba unos pasos hacia el interior, un mar de voces me inundó, tanto las que oía como las que oía. Y entre ellas, reconocí la del chico Jean Paul. Barrí el local con la mirada, entrecerrando los ojos y evité hacer una masacre como pude, dirigiendome a la barra e intentando pasar por alto todo ese olor a humano... y a diversas colonias, muy fuertes para mi desarrollado olfato. Dios mio, estaba respirando colonia. Cuando llegué junto a la barra me di cuenta de que justo allí estaba el chico aquel, por lo que sonreí un poco, escondiendo mi cara, un poquito, bajo mi sombrero. No era de buena educación dejarselo puesto, pero solo queria saber qué pensaba
Adelbert Ducovich- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 131
Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: Y... a por un segundo turno.
Reí levemente cuando hube terminado prácticamente el segundo vaso de wisky y decidí que dejaba de beber en ese mismo momento, ¡sabía fatal! Aún tenía el primer cigarrillo entre los dedos, eso quería decir que me había terminado el wisky demasiado rápido y eso me pagaría factura como alguien se interesase por mí. Aunque sería raro, normalmente a esas horas ya estaba todo el mundo "ocupado". No me di cuenta que una figura alta entraba al local porque hablaba con la tabernera, me contaba que una de las chicas quería dejar el negocio pero que no podía, debía demasiado dinero y no conseguía encontrar otro trabajo por que todos llegaban a reconocerla y que, encima, algunas de las personas que podrían llegar a contratarla habían gozado de los servicios que ella ofrecía allí, en el burdel. Me dio un poco de pena y le contesté que yo la hubiera ayudado si no fuera porque los 500 francos que hacía poco había conseguido desaparecieron a manos del dueño. Había sido demasiado bueno al contárselo. Supe que alguien se sentaba no demasiado lejos de mí y me di cuenta de que una de las chicas rápidamente iba a ofrecerle un asiento cómodo en los amplios sillones, una copa y... que se deshiciera de la chaqueta y el sombrero, muy amablemente y con una de aquellas sensuales voces aterciopeladas. Sonreí, su táctica era algo parecida a la mía en el momento de captar clientela. Me dejé el cigarrillo en los labios, sin mirar a la escena que ocurría a un lado y me coloqué bien el batín, sobre los hombros y ajustando el cinturón.
Jean Louis Mercier- Prostituta Clase Baja
- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: Y... a por un segundo turno.
Cuando me senté en uno de los taburetes de la barra, no tardó nada en acercarse una de las chicas, ofreciendome muy amablemente que me quitara la chaqueta. No pude más qu sonreir de medio lado y giré la cara hacia ella, analizandola con la mirada - No, gracias - susurré con tono aterciopelado, mirando de reojo a Jean Louis que seguia hablando sobre una chica que queria irse del burdel.. o algo así. Claro que también me enteré de que habia perdido los quinientos francos. Aquel chico no estaba bien de la cabeza. A pesar de que no era asunto mio, y tras echar a la señorita de manera educada (aunque seguramente volvería, y sino ella, otra), giré un poco la cabeza hacia Jean, sin quitarme aun el sombrero, con una sonrisita - Deberiais tener más cuidado, monsieur Jean Paul, no todos los dias se gana ese dinero - murmuré con tono algo divertido. Yo sabia que él no habia dicho nada en alto sobre ello, al menos en aquel momento, y probablemente la mujer que estaba allí en la barra estaría pensando que estaba loco, o algo así. La observé un poco, mirandola de arriba a abajo y luego sonreí suavemente. ¿Levantaría sospechas sino tomaba nada? O alomejor me echaban, quien sabia - Uno de ron, por favor - le pedí con tono sedoso, antes de volver a observar a Jean Paul, quitandome el sombrero finalmente y dejandolo por allí al lado
Adelbert Ducovich- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 131
Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: Y... a por un segundo turno.
Negué con la cabeza cuando me preguntaron si no tenía ningún cliente a la vista y me encogí de hombros. Tendrían que hacer algo para arreglar aquella situación. Fruncí el ceño al terminar de ponerme bien el cinturón y con la colita ya del cigarrillo entre los dedos escuché un comentario, una voz conocida, tal vez no demasiado pero que era inolvidable había dicho que tenía que tener más cuidado con el dinero. Tragué saliva y miré con los ojos algo más abiertos de lo habitual a la camarera y negué con la cabeza ante el gesto que hizo, de pedir que alguien lo entretuviera por mí. Me giré un poco y bajé del taburete, apoyándome un poco en la mesa, antes de dejar la colilla del cigarillo caer dentro del vaso, junto a las dos gotas de wisky que quedaban.
- ¿Qué haceís vos aquí? - pregunté, viendo como la chica que había intentado reclamarle como suyo antes me miraba de malas. Como si el que fuera yo el que interesaba al joven fuera algo malo. Apreté los labios levemente viendo como pedía algo de beber. ¿Podía notar el sabor de la comida y bebidas humanas? Aunqu tal vez solo era disimulo. Me quedé en silencio, con un brazo sobre la barra y mirándole, esperando que dijera algo. Su pelo brillaba bajo la la iluminación ténue de las lámparas, sus ojos también. Me quedé mirándole unos segundos sin darme cuenta que mis labios se quedaban entreabiertos, como si estuviera sorprendido de verle, que así era.
- ¿Qué haceís vos aquí? - pregunté, viendo como la chica que había intentado reclamarle como suyo antes me miraba de malas. Como si el que fuera yo el que interesaba al joven fuera algo malo. Apreté los labios levemente viendo como pedía algo de beber. ¿Podía notar el sabor de la comida y bebidas humanas? Aunqu tal vez solo era disimulo. Me quedé en silencio, con un brazo sobre la barra y mirándole, esperando que dijera algo. Su pelo brillaba bajo la la iluminación ténue de las lámparas, sus ojos también. Me quedé mirándole unos segundos sin darme cuenta que mis labios se quedaban entreabiertos, como si estuviera sorprendido de verle, que así era.
Jean Louis Mercier- Prostituta Clase Baja
- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: Y... a por un segundo turno.
Tras unos segundos allí, hablando con sus conocidos, el joven Jean pareció percatarse de quién era el que le estaba hablando, ¡y solo por mi tono de voz! Le observé divertido, sin dejar de sonreir, y después cuando vi el gesto que habai a la mujer de detrás de la barra sonreí con algo de sorna, observandola después con ojos amable y volviendo mi atención a Jean. Durante un momento, el pareció distraerse con la joven que antes habia intentado algo conmigo. ¡Uhm! Giré la cara discretamente para mirarla y reí entre dientes con suavidad, escuchando entonces la pregunta de Jean Louis y mirandole - ¿Qué hago aqui? En realidad paseaba por la zona, monsieur, y entré aqui de casualidad - respondí, sonriendole con expresión amable - A sido una suerte, ¿no creeis? - añadí, alzando las cejas y escuchando como se preguntaba mentalmente si podia notar los sabores de la comida humana. Qué curioso era, el chico.. como un gatito - Por cierto, monsieur, hariais bien en tener cuidado con el dinero que conseguís - murmuré, viendo como me ponian el ron delante y ladeando la cabeza, cogiendo el vaso y llevandomelo a los labios con elegancia, dandole un traguito.
Adelbert Ducovich- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: Y... a por un segundo turno.
Entonces no había parado expresamente a verme. Ladeé la cabeza, algo decepcionado. ¿Por qué me decepcionaba aquello? ¿Me había encantado o algo con sus artes de vampiro para sentir algo por él? Entrecerré los ojos levemente, recordando que podía oír mis pensamientos, mierda. Aunque... quizás se entretenía con los de los demás, aunque muchos seguramente estarían teniendo sexo y no pensarian demasiado. Mierda. Asentí con la cabeza cuando comentó que había sido una suerte y desvié la mirada, sí, una total suerte. Fruncí el ceño ante lo del dinero.
- Se lo quedó porque no aparecí a trabajar. - respondí, volviendo a mirarle, ignorando deliberadamente el vaso de ron que le había puesto la camarera. Le observé detenidamente, viendo como bebía algo. ¿Enserio podía beber de eso? Quizás incluso podía emborracharse, cabía decir que yo ya iba un pelín bebido, culpa de los dos wiskys que acababa de tomar, no hacía tanto. Por un momento quise tener un cigarrillo entre los dedos, para tener algo que hacer y no parecer tonto. Me senté de nuevo en el taburete, tratando, disimuladamente de vovler a colocarme la bata, siemrpe me daba la sensación de que la llevaba mal, pero en realidad no era así.
- Se lo quedó porque no aparecí a trabajar. - respondí, volviendo a mirarle, ignorando deliberadamente el vaso de ron que le había puesto la camarera. Le observé detenidamente, viendo como bebía algo. ¿Enserio podía beber de eso? Quizás incluso podía emborracharse, cabía decir que yo ya iba un pelín bebido, culpa de los dos wiskys que acababa de tomar, no hacía tanto. Por un momento quise tener un cigarrillo entre los dedos, para tener algo que hacer y no parecer tonto. Me senté de nuevo en el taburete, tratando, disimuladamente de vovler a colocarme la bata, siemrpe me daba la sensación de que la llevaba mal, pero en realidad no era así.
Jean Louis Mercier- Prostituta Clase Baja
- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: Y... a por un segundo turno.
Al oir lo que pensaba sonreí divertido, mirandole con expresión algo juguetona y poniendo los ojos en blanco, después - ¿He de decir que me alegro de veros, monsieur Jean? - pregunté con tono sedoso, mirandole después de nuevo con las cejas alzadas. Él parecia haberse percatado de nuevo de que podia escuchar lo que estaba pensando. Bueno, lo que él y todo el burdel pensaban, mejor dicho. Al oir lo que dijo sobre el dinero fruncí un poco el ceño - No me parece bien, vos mismo dijisteis que nadie pagaría esa cifra por vuestro trabajo - le recordé y chasqueé la lengua, manteniendo el vaso en alto, como si pensara beber de nuevo - De todas formas, siento mucho haberos metido en lios, monsieur - me disculpé, sonriendole después y acariciandole el pelo levemente, colocandole bien un mechón - Y dejad de mirar con esa cara el ron, puedo comer y beber - le pedí, divertido, apartando la mano de su cara y bebiendo otro poco, dejando el vaso sobre la barra y mirando a la señora que estaba allí detrás, que me miraba fijamente. Le devolví la mirada durante unos segundos y luego le observé - Os sienta bien esa ropa, Jean, asi que dejad de preocuparos por ella, ¿queréis? - exclamé de buen humor, observando la parte de piel que dejaba a la vista y evitando sonreir maliciosamente, ya que no seria correcto. Esperaba que el chico no tuviera trabajo ahora, cosa que parecia no tener
Adelbert Ducovich- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: Y... a por un segundo turno.
¿Ves? Se había dado cuenta, los fornicadores compulsivos no le habían distraído. Que lástima. Carraspeé levemente, como disimulando y me encogí de hombos ante su pregunta, él sabría si se alegraba de verme o no. ¿Iba yo a decírselo? No. Se quejó de que hubiera perdido el dinero y se disculpó por lo del otro día, negué con la cabeza.
- No importa, no lo necesito urgentemente el dinero. - comenté, sin decir nada ante sus disculpas, no hacía falta que lo hiciera pero seguro que si se lo decía lo haría más aún, tenía cara de eso, llevar la contraria. Con el ceño fruncido al observarle beber me sonrojé un poco cuando se puso a toquetaearme el pelo, como si fuera un crío al que había que ayudar a peinarse y me decía que podía beber y comer con normalidad. ¡Y yo qué sabía, como si conociera a muchos vampiros, oye! Añadió que no debería preocuparme más por la ropa, como si fuera por eso por lo que me la colocaba, si él supiera... Negué enérgicamente con la cabeza, alargando una mano en su dirección, como si fuera a tocarle la pierna, pero no lo hice. - Ya bebí suficiente... - respondí, desviando la mirada de nuevo, viendo a una parejita sentada en un sofá, entretenida en hacer... cositas. No me había dado cuenta antes.
- No importa, no lo necesito urgentemente el dinero. - comenté, sin decir nada ante sus disculpas, no hacía falta que lo hiciera pero seguro que si se lo decía lo haría más aún, tenía cara de eso, llevar la contraria. Con el ceño fruncido al observarle beber me sonrojé un poco cuando se puso a toquetaearme el pelo, como si fuera un crío al que había que ayudar a peinarse y me decía que podía beber y comer con normalidad. ¡Y yo qué sabía, como si conociera a muchos vampiros, oye! Añadió que no debería preocuparme más por la ropa, como si fuera por eso por lo que me la colocaba, si él supiera... Negué enérgicamente con la cabeza, alargando una mano en su dirección, como si fuera a tocarle la pierna, pero no lo hice. - Ya bebí suficiente... - respondí, desviando la mirada de nuevo, viendo a una parejita sentada en un sofá, entretenida en hacer... cositas. No me había dado cuenta antes.
Jean Louis Mercier- Prostituta Clase Baja
- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: Y... a por un segundo turno.
Puse los ojos en blanco, suavemente, cuando volvió a pensar por segunda vez en la gente que estaba haciendolo. Por favor, no me habia dado cuenta antes, ¡pero aquel chico era un pervertido en miniatura! Claro que a mi tampoco me disgustaba el tema, pero no era igual... Después de todo, yo tenia más de 250 años. Tras unos segundos reflexionando sobre ello le miré - Vamos, monsieur... Da igual que no sea urgente, os podriais haber compraado alguna tonteria que os apeteciera - respondí, llevando la razón, como siempre. Aquel crio era demasiado inocente, ¿cómo le enseñaba el dinero así a su jefe? Chasqueé la lengua tras beber un poco y le miré después, tras colocarle el pelo, sonriendo un poco al notar las caritas tan adorables que ponia. Cuando movió su mano la miré, pero no hizo nada con ella y solo la dejó allí en mitad, sin llegar a tocarme - Como gustéis - contesté, tras dejar el vaso sobre la barra. Él parecio distraerse de nuevo con una pareja que estaba entretenida en sus cosas. Divertido, me incliné un poco hacia él, acercando un poco mi boca a su oido - Monsieur Jean, si tanto os interesa deberiais pedirles que os dejen participar - murmuré, sonriendo después y apartandome con elegancia
Adelbert Ducovich- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 131
Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: Y... a por un segundo turno.
Me encogí de hombros, vamos, ya daba igual. Negué con la cabeza, encogiéndome de hombros, tratando que dejara de decirme que había sido un tonto en dejar que el dueño se quedara con todo el dinero que él me había "regalado", solo por hablar con él, un rato. Tragué saliva.
- Da igual, ya no puedo hacer nada. - murmuré observándole, notando un leve escalofrío placentero ante su roce con mi piel al apartar su mano de mi pelo. Como no me atreví a tocarle la pierna, después de dejarla unos segunos en el aire la coloqué sobre mi propia pierna, para distraerme levemente después. Aparté la vista rápidamente cuando a él se le ocurrió sugerir que me uniera a la pareja que estaba prácticamente haciéndolo sobre un sofá, ella trabajaba allí y él era un cliente novicio. Miré a Adelbert, que estaba muy pegado a mí pero que luego se apartó lentamente, como un señor. - No quiero unirme a ellos. - respondí, poniéndome en pie. Miré a la camarera antes de informarle de quién era Adelbert. - Está conmigo, es un conocido, no un cliente. - le dije, para que supiera que él no tenía que pagar por mi tiempo. Estuve pensándo en llevármelo a una de las habitaciones para poder evitar el ambiente cargado y con olor a sexo, a alcohol y humo que había en aquella estancia. Pero no sabía cómo decirselo, para que no pareciera que quería follar con él, que era lo que parecería si se lo sugería.
- Da igual, ya no puedo hacer nada. - murmuré observándole, notando un leve escalofrío placentero ante su roce con mi piel al apartar su mano de mi pelo. Como no me atreví a tocarle la pierna, después de dejarla unos segunos en el aire la coloqué sobre mi propia pierna, para distraerme levemente después. Aparté la vista rápidamente cuando a él se le ocurrió sugerir que me uniera a la pareja que estaba prácticamente haciéndolo sobre un sofá, ella trabajaba allí y él era un cliente novicio. Miré a Adelbert, que estaba muy pegado a mí pero que luego se apartó lentamente, como un señor. - No quiero unirme a ellos. - respondí, poniéndome en pie. Miré a la camarera antes de informarle de quién era Adelbert. - Está conmigo, es un conocido, no un cliente. - le dije, para que supiera que él no tenía que pagar por mi tiempo. Estuve pensándo en llevármelo a una de las habitaciones para poder evitar el ambiente cargado y con olor a sexo, a alcohol y humo que había en aquella estancia. Pero no sabía cómo decirselo, para que no pareciera que quería follar con él, que era lo que parecería si se lo sugería.
Jean Louis Mercier- Prostituta Clase Baja
- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: Y... a por un segundo turno.
El me dijo muy inteligentemente que ya no podia hacer nada. Ya lo sabia yo, pero aun así... Bueno, de todas formas, podria darle otros 500 aunque a saber... lo mismo se los volvía a dar al dueño, el muy inocentón - Está bien - murmuré con tono amable, mirando su mano después y viendo como tras vacilar la dejaba sobre su pierna. Sonreí algo divertido, pues el chico me resultaba todo un amorcito. ¿Le daba vergüenza poner una mano en mi pierna y era cortesano? ¡Debia de ser del tipo tímido, desde luego! Rápidamente, cuando le insinué que se uniera a la pareja, él negó querer ir - Como gustéis - exclamé, sonriendo aun, mirando después a la pareja y clavando mis ojos en ellos, ladeando la cabeza hasta que escuché hablar a Jean Louis... aunque no era a mi. Miré a la camarera y le sonreí suavemente, inclinando la cabeza con una educación exquisita. Tras unos segundos en los que Jean se dedicó a pensar como decirme algo, puse los ojos en blanco - Ahorrároslo, monsieur - murmuré con tono amable, mirando a la mujer tras la barra y dejándole un billete de 50 francos - Quedaos con el cambio, madmoiselle - le pedí, antes de mirar a Jean - Os sigo - dije, poniendome en pie, junto a él, cogiendo mi sombrero sin más. Probablemente la gente pensaria que de hecho, el chico me habia engatusado o algo así para que le acompañara. Eso me resultaba gracioso
Adelbert Ducovich- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: Y... a por un segundo turno.
Al menos dejó el tema del dinero. Pues menos mal, porque no me gustaba demasiado que me siguiera recordando que era tonto por dejar que me quitaran de las manos tanto dinero, cuando sabía que iba a ser una de las pocas veces en mi vida que viera tal cantidad. Suspiré un poco y él pareció divertirse a mi costa, insinuando que me fuera a follar con la pareja de allí. Ni siquiera verlos y oírlos conseguía tener ningún tipo de efecto en mí, ¿cómo se le ocurría sugerir que me uniera a ellos? Poco después, mientras debatía conmigo mismo la mejor manera de pedirle que me acompañara, él se encargó de verlo en mi cabeza y me dijo que podía ahorrarme las palabras, como si ya supiera lo que yo quería. Pues vaya. Una vez de pie y esperando al vampiro se le ocurrió darle un billete demasiado grande también a la camarera para cobrar su bebida, que ni de lejos valía aquello. Como le gustaba malgastar... Una vez me dijo que me seguía le miré de reojo, mientras caminaba.
- Es realmente molesto que sigais leyendome la mente todo el rato. - me quejé en un murmullo, que seguramente solo él fue capaz de oír, frunciendo el ceño y caminando hacia las escaleras. Daba por supuesto que todas las habitaciones del piso de abajo estarían ocupadas. Terminé de subir y esperé a que él hiciera lo mismo, para acercarme a una de las puertas que no estaba marcada (con ropa colgada en su pomo o cartelitos de colores), por lo tanto, estaba libre.
- Es realmente molesto que sigais leyendome la mente todo el rato. - me quejé en un murmullo, que seguramente solo él fue capaz de oír, frunciendo el ceño y caminando hacia las escaleras. Daba por supuesto que todas las habitaciones del piso de abajo estarían ocupadas. Terminé de subir y esperé a que él hiciera lo mismo, para acercarme a una de las puertas que no estaba marcada (con ropa colgada en su pomo o cartelitos de colores), por lo tanto, estaba libre.
Jean Louis Mercier- Prostituta Clase Baja
- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: Y... a por un segundo turno.
Le miré divertido. Él en cambio parecia algo molesto de que yo insinuara que podia unirse a los que fornicaban en el sofá. ¡Ah, cierto, cierto! Por unos instantes habai olvidado que dias atrás me habia confirmado su preferencia por los hombres. Uhm! Tras darle aquel billete a la mujer, miré al chico, siguiendole - No gastaria toda mi fortuna ni aunque fuera tirando billetes de 500 a cada paso que diera, monsieur - murmuré devuelta, oyendole decir quel e molestaba que le leyera la mente - No puedo evitarlo - respondí y después le seguí, evitando a un par de personas que intentaron acercarseme y siguiendo al chico, prácticamente pegado a él, subiendo luego por unas escaleras - Además... mirad todo el tiempo que os he ahorrado en pensar una manera de decirme esto - añadí, juguetón - De todas formas, monsieur, ¿no os da miedo quedaros a solas conmigo en la habitación? - pregunté con tono divertido, junto a su oido, cuando paró de andar en el pasillo. Casi todas las habitaciones tenian algo colgada, sin embargo nosotros nos paramos delante de una que no tenia nada en la puerta - ¿Pasamos? - pregunté suavemente, mirando a mi alrededor y observando después al joven muchacho, que me acababa de fijar, únicamente llevaba aquella bata de... lo que parecia imitar la seda
Adelbert Ducovich- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: Y... a por un segundo turno.
Suerte que tenía el tío de ser tan rico... Aunque quizás influyeran los casi 300 años de... "vida"que tenía el vampiro. Mientras miraba hacia delante él me respondió que no podía evitar leerme la mente. Claro, no podía evitarlo, pero si los comentarios se los ahorraba, por mí que mejor. No hice comentario alguno más sobre eso y asentí con la cabeza cuando me respondió de aquella manera, después de esquivar un par de compañeras que parecían interesadas en él. No me molesté en decirles que estaba conmigo, se dieron cuenta al ver cómo se me pegaba al subir las escaleras. Cuando me sugirió aquello de tener miedo de él, al estar a solas en una habitación me giré, para mirarle a los ojos.
- ¿Me hariaís algo estando aquí? - pregunté, ignorando su "¿Pasamos?". Quería que me respondiera primero. Fruncí el ceño, a la espera. Sería capaz de matarme, hacerme cualquier cosa y luego, sin dejar huellas largarse. Alcé las cejas después, viendo como miraba mi indumentaria. Sí, solo llevaba la bata y... sí, también iba algo desnudo bajo ella. Desvié la mirada.
- ¿Me hariaís algo estando aquí? - pregunté, ignorando su "¿Pasamos?". Quería que me respondiera primero. Fruncí el ceño, a la espera. Sería capaz de matarme, hacerme cualquier cosa y luego, sin dejar huellas largarse. Alcé las cejas después, viendo como miraba mi indumentaria. Sí, solo llevaba la bata y... sí, también iba algo desnudo bajo ella. Desvié la mirada.
Jean Louis Mercier- Prostituta Clase Baja
- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: Y... a por un segundo turno.
Si, definitivamente no le hacia ninguna gracia que le leyera la mente pero.. era lo que habia. Y no me iba a aguantar los comentarios, si habia algo que no toleraba era que la gente no fuera sincera conmigo (cosa que ahora me daba exactamente igual, porque podia adivinarlo por mi mismo) asi que yo tampoco solia ser un mentiroso con el resto. A menos, claro, que la situación lo requiriese. Después de unos segundos, siguiendole, él se giró al yo comentarle que sino tenia miedo. ¿Cómo podia ser tan cobarde y tontorrón? Puse los ojos en blanco, mirandole - Para qué preguntáis de nuevo? - respondí, con otra pregunta - Ya os djie que no os iba a hacer daño, ni allí ni aqui. ¡Y menos aqui! - exclamé, sacudiendo la cabeza - Además, no tengo ningún motivo para haceros daño, dudo que vos os negaráis a algo que pudiera querer ahí dentro - añadí, alzando las cejas y abriendo la puerta después, sin titubear. Sin embargo solo la sostuve abierta, sin pasar, haciendo un gesto - Pasad ya, por favor, me molesta hablar en el pasillo y que todos puedan oir lo que os digo - dije, sonriendo suavemente y volviendo a fijar mi vista, después, en las partes desnudas que se le veian. - Creo que os interesará saber que tengo los sentidos desarrollados - le comenté, apartando la vista después y refiriendome, en aquel momento, al de la vista. Quizás queria taparse más o algo..
Adelbert Ducovich- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 131
Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: Y... a por un segundo turno.
Me reclamó que cómo podía preguntar aquellas cosas cuando era él el que lo había sugerido. ¡Embustero! Si tan claro tenía que no iba a hacerme daño, por qué se le ocurría sugerir que si "no iba yo a tener miedo". Desfruncí el ceño, escuchando sus más nuevas explicaciones y... como insinuaba que es probable que no me negase a "ese tipo de cosas" si él las insinuaba. Tal vez tuviera razón, pero eso no era motivo para ponerse así, creído. Y, recordando que estaría escuchándome, seguramente, repetí aquella palabra en mi cabeza "creído". Si no me haría falta hablar, a partir de ahora, ya vería. Él abrió la puerta de la habitación y me invitó a pasar, sonriendo, aunque me pareció más una orden que una petición. Antes de atravesar la puerta le devolví el comentario, con una pregunta.
- ¿Eso quiere decir que podeis atravesar las prendas con la mirada? - pregunté, siendo un poco burlón. Después de eso y antes de que me contestase me giré de nuevo y pasé a la habitación, por suerte estaba limpia y vacía. Seguramente no la había tocado nadie desde hacía un par de días. Me humedecí los labios y caminé hasta el pequeño sofá, sentándome en él, con las piernas hacia un lado. Era consciente de que si me sentaba con normalidad, se me vería todo y tampoco era plan, de ir exiviéndome por ahí.
- ¿Eso quiere decir que podeis atravesar las prendas con la mirada? - pregunté, siendo un poco burlón. Después de eso y antes de que me contestase me giré de nuevo y pasé a la habitación, por suerte estaba limpia y vacía. Seguramente no la había tocado nadie desde hacía un par de días. Me humedecí los labios y caminé hasta el pequeño sofá, sentándome en él, con las piernas hacia un lado. Era consciente de que si me sentaba con normalidad, se me vería todo y tampoco era plan, de ir exiviéndome por ahí.
Jean Louis Mercier- Prostituta Clase Baja
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Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: Y... a por un segundo turno.
Le miré divertido cuando pareció asustado porque yo hubiera dicho eso. Qué pavo era, el muchacho... además! ¿Que interés iba a tener yo en hacerle daño? En cualquier caso en hacer alguna otra cosa más.. subida de tono, pero pasando de ahí, nada más. Después, él se puso a pensar que yo era un creido... Menudo tio, y todo por decir la verdad, porque incluso en su cabeza él mismo habia afirmado que probablemente no me rechazaría - Vamos, no seais tan quejica - le pedí, para dejara de insultarme mentalmente - Solo os he dicho que no tenia ninguna intención de haceros daños, monsieur - añadí, pasando finalmente dentro de la habitación y cerrando la puerta tras de mi, dando unospasos al interior y mirando a mi alrededor, observnado la estancia. Estaba limpia, no estbaa mal - Eso quiere decir, que veo entre los espacios de los hilos, monsieur - le corregí, andando mientras miraba a mi alrededor y clavando mi vista después en él, juguetonamente
Adelbert Ducovich- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: Y... a por un segundo turno.
Bueno vale, que pesado, no dejaba de repetirlo. ¿Cuántas veces me había afirmado que no me iba a hacer daño? Aunque lo dijera un millón de veces, que fuera un vampiro seguía siendo peligroso. Por mucho que su palabra valiera más que la del mismisimo San Pedro. Apreté los labios, sin escuchar como la puerta se cerraba detrás de él, ya que sus movimientos fueron rápidos y silenciosos, cuidadosos.
- Está bien, ya lo entiendo. - puse los ojos en blanco mientras caminaba y una vez sentado le observé, que daba unos pasos y miraba a su alrededor, como si esperase encontrar algo desagradable por ahí. Que poca confianza parecía tener en nuestro servicio de limpieza (yo mismo, que solía ayudar a limpiar durante las mañanas, preparando el lugar para los clientes). Cuando me respondió que era capaz de ver entre los pequeños hilos de la tela alcé una ceja, sin pensar en que también podría llegar a ver la cicatriz si ponía empeño, solo en algo un poco más obvio. - Podeis mirar cuanto gustéis. - afirmé, con un tono algo chulito, subiendo las piernas al sofá, apoyándome en él. Traté de colocar mis piernas de manera que no se viera demasiado, pero sin pensarlo, instintivamente.
- Está bien, ya lo entiendo. - puse los ojos en blanco mientras caminaba y una vez sentado le observé, que daba unos pasos y miraba a su alrededor, como si esperase encontrar algo desagradable por ahí. Que poca confianza parecía tener en nuestro servicio de limpieza (yo mismo, que solía ayudar a limpiar durante las mañanas, preparando el lugar para los clientes). Cuando me respondió que era capaz de ver entre los pequeños hilos de la tela alcé una ceja, sin pensar en que también podría llegar a ver la cicatriz si ponía empeño, solo en algo un poco más obvio. - Podeis mirar cuanto gustéis. - afirmé, con un tono algo chulito, subiendo las piernas al sofá, apoyándome en él. Traté de colocar mis piernas de manera que no se viera demasiado, pero sin pensarlo, instintivamente.
Jean Louis Mercier- Prostituta Clase Baja
- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: Y... a por un segundo turno.
Vi las caras que ponia y evité reir y darle el guantazo que se merecía. Encima de que me preocupaba por un mocoso como él, ¡y me lo pagaba con gestos de aquel tipo, como si le cansaran mis comentarios! - Entonces no insistas - resopndí con una expresión algo divertida, caminando aun por la habitación y tocando algunas de las cosas que habia sobre los muebles - Me sorprende no ver una cama en forma de corazón, que gire - bromeé suavemente, consciente de que estaba exagerando bastante. Cuando volví a mirarle y le avisé de que podia ver entre los hilos de la tela, si me fijaba, él me respondió de una manera algo atrevida. Le observé fijamente y me acerqué a él, viendo como subia las piernas al sofá. Me incliné levemente, sujetando su barbilla con una mano y pegando mi boca a su oido, para que me escuchara bien - Monsieur... Para mirar no necesito su permiso - respondí, rozando su orejilla con mis labios al hablar, sonriendo después y soltandole con suavidad antes de dejar el sombrero sobre la cama, quitandome la chaqueta que habia llevado y dejandome la camisa y el elegante pañuelo que llevaba debajo - De todas formas, ya veo que no tenéis vergüenza ninguna, Jean Louis - añadí, divertido, dirigiendome al sofá de nuevo y sentandome suavemente a su lado, poniendome cómodo y quitandome después el pañuelo, acalorado - Por cierto, debo preguntarlo. - empecé, mirandole con expresión algo divertida. Que el muchacho pretendiera hacerse el chulito conmigo, que le sacaba como... 260 años, era interesante - ¿Os gusta que os miran, monsieur?
Adelbert Ducovich- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 131
Fecha de inscripción : 06/05/2011
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