Visita inesperada [Wesh]

por Invitado Jue Mayo 19, 2011 4:53 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Con los pies acurrucados bajo una pequeña manta y un libro abierto sobre el regazo, Victoria leía en silencio. Era bien entrada la noche, pero no tenía sueño. Últimamente había estado desvelada. Tenía tantas cosas en la cabeza...

Ya había pasado una semana desde que cerró el trato con el señor Wesh y no había recibido ninguna noticia de él, a pesar de que le había asegurado que las tendría en pocos días. Estaba preocupada, temía que la hubiesen dejado nuevamente tirada. La euforia que la había invadido aquella noche al saber que estaba tan cerca de su venganza había desaparecido por completo.

Escuchó el sonido de la puerta y volvió la cabeza, a tiempo de ver a Marie entrar con una bandeja.

-He pensado que tal vez deseaba tomarse un té relajante.

Victoria sonrió y cerró el ejemplar de Hamlet.

-Oh, Marie, muchísimas gracias -dejó el libro a un lado y tómo la taza de té-. Ya me encargaré de llevarla yo a la cocina cuando termine. Acúestate ya, no tienes por qué padecer mis problemas de insomnio.

Marie se lo agradeció con un ligeromovimiento de cabeza y salió silenciosamente de la sala.

por Invitado Mar Mayo 24, 2011 4:51 pm

¡Dios santo! Aquel hombre estaba empeñado en escandalizarla del modo que fuese. Lo miró a él y luego bajó la mirada a las cenizas que tenía en la mano. Volvió a mirarlo, demasiado sorprendida como para pronunciar palabra.

-¿Realmente...? -se detuvo al ver su expresión. Estaba claro que no le daba opción y en su mirada reconoció... cierto reto. Estaba retándola a hacer algo tan poco femenino como escupir. ¡Seguía probándola! De acuerdo, iba a demostrarle lo bien que podía interpretar el papel.

Sin dejar de mirarlo y tras reunir saliva en su boca, escupió en su mano.

-Ya está -le sonrió satisfecha-. Tendré que ensuciarme las manos también, ¿no? Y tal vez debería ponerme algo entre las piernas para... uhm... ya sabes. Los hombres camináis de un modo tan... particular.

por **Wesh** Mar Mayo 24, 2011 5:16 pm

-Todo eso no estaría de más

Empezó a restregarle la mezcla de sus manos en la cara y el cuello. Se había portado como una valiente al escupir en sus manos, pero no podía reprimir las muecas de asco, mientras sus manos manchadas se movían por su blanca piel. El no intentó esconder la sonrisa ante los intentos inconscientes de ella por alejarse.

-De todas formas, no intentes imitar los andares de un hombre, quedaría totalmente ridículo -terminó de pringarle el cuello y pasó a las manos y las muñecas, y también un poco en el antebrazo, aunque estuviera bajo la ropa. No estaba de más prevenir-. También deberías ponerte algo que imitara las p... er, los genitales de un hombre. Algo que resista si intentan tocártelo.

¡Santo Dios! Si alguien lo intentaba el problema no sería la falta obvia dentro de los pantalones, si no la cara que se le iba a quedar a Victoria. Quizá debería hacerlo él primero para que se fuera acostumbrando.

por Invitado Mar Mayo 24, 2011 5:50 pm

Se le dispararon las cejas hacia arriba al escucharlo y, de repente, la situación le pareció muy graciosa. Ella llena de ceniza, Wesh hablándole de que debería ponerse algo para imitar las... ¿tal vez unas naranjitas?

Lo miró mientras él seguía restregando la mezcla, intentando reprimir las ganas de echarse a reír.

-¿Te imaginas? -soltó una carcajada cuando no pudo aguantar más-. Que una prostituta... intente... -se detuvo porque la risa no la dejaba hablar-. Ay, Dios, lo siento -intentó limpiarse la lágrima de risa que se le había escapado sin estropear el trabajo de Wesh; respiró hondo varias veces e intentó cambiar de tema para no volver a tener el ataque de risa-. ¿Por qué tanta molestia en ensuciarme si tú vas tan limpio?

Era cierto. Ya la primera noche se había dado cuenta de ello. Al principio, había esperado encontrarse un hombre andrajoso, de los bajos fondos, ¡pero cuál había sido su sorpresa! Por otro lado era lógico, ¿no? Antes de conocerlo, no había imaginado que tendría tanto dinero.

por **Wesh** Mar Mayo 24, 2011 6:01 pm

Se apartó de ella un momento para mirarla de arriba abajo, viendo todos y cada uno de los detalles que fallaban en el disfraz. Su boca era demasiado voluptuosa, ¡maldita sea! y para eso no tenía arreglo. Sus manos, aunque grandes para una mujer, eran frágiles al lado de las suyas. Debería buscarla también unos guantes que engordaran sus dedos, al menos un poco. Su cintura, aún con los pechos vendados, era demasiado estrecha para ser un hombre. Y encima se quejaba porque ella iba sucia y él limpio.

-Voy tan limpio, mi querida señora, porque nadie que me vea dudará ni un momento que soy un hombre -sus palabras sonaron categóricas, sin opción a réplicas. Volvió a observarla atentamente y lanzó un suspiro al mismo tiempo que apoyaba las manos en las caderas-. Y tú eres mujer hasta la médula. Me está costando Dios y ayuda disfrazarte.

Se acercó a la bata que había dejado sobre el sofá y la rasgó sin miramientos, ignorando su gritito de protesta. Le levantó la camisa, sujetando los bordes en los vendajes del pecho y empezó a rodear la cintura con la tela, intentando de esta forma aumentar el grosor del vientre. Hizo todo lo posible por no tocarla, pero todas las veces que no llegaba a conseguirlo podía sentir los escalofríos que recorrían la columna de la joven.

por Invitado Mar Mayo 24, 2011 6:19 pm

No quiso tomarse su comentario como un halago, pero fue inevitable. Wesh creía que era toda una mujer y, sin saber por qué, aquello le subió la moral. Después de todo, él debía haber visto a muchas mujeres, ¿no? Y llevaba demasiado tiempo sin escuchar algo bonito y sincero dirigido a ella, aunque las maneras de Wesh fuesen un poco brutas y dejasen mucho que desear.

¡La esencia de lo que decía era lo que importaba!

Y ahí volvía otra vez a escandalizarla de nuevo. Estuvo a punto de apartarlo de un empujón cuando le subió la camisa sin ningún miramiento, pero se mordió el interior de la mejilla. Ay, Dios, cuánto iban a cambiar las cosas... cuánto iba a cambiar ella...

-Seguro que lo estás haciendo muy bien -murmuró para romper el silencio que se había instaurado-. Disfrazarme, digo.

Por Dios, ¿cómo era posible que Wesh tuviese las manos siempre tan calientes? ¿o era ella que siempre estaba fría?

por **Wesh** Miér Mayo 25, 2011 4:02 pm

-Pues claro que lo estoy haciendo bien -refunfuñó mientras intentaba atar las dos partes de la tele que no hacía más que escapársele de las manos-. El problema es que estás demasiado delgada. ¡Maldición! Los niños de las calles muriéndose de hambre y ahora se ha puesto de moda comer como los pajaritos.

No dejo de tirar de la tela, sacudiendo más de una vez el cuerpo de Victoria. Tampoco paró de comentar las últimas estupideces de la alta sociedad a quien quisiera escucharlas. En su opinión eran todos un hatajo de excéntricos, despóticos, con demasiado dinero en proporción del sentido común del que hacían gala. Y así se lo hizo saber a ella.

Cuando terminó de abultar el vientre de la mujer, estaba sofocado por la diatriba. Bajó la camisa sobre el vendaje y tuvo que reconocer que había hecho un muy buen trabajo. Aunque todavía quedaba el detalle de lo lisa que tenía la entrepierna. Se aclaró la garganta cuando ambos se dieron cuenta de dónde se dirigía su mirada.

-Ya solo nos queda lo que obviamente no está ahí. ¿No tendrás una coquilla?

por Invitado Miér Mayo 25, 2011 4:32 pm

-¡No como como los pajarillos! Como cuando tengo hambre y todo lo que me apetece -lo miró apretando los labios-. Tú mismo has podido comprobarlo. Así que haz el favor de no achacarme todo lo que se suponen que hacen los nobles.

Se apartó de él y observó su reflejo en el espejo que había encima de la chimenea. Se sorprendió al verse, realmente no parecía ella. Parecía un crío de la calle que se encontraba en plena adolescencia. Lo cierto era que habían hecho un trabajo excelente con el disfraz. Nadie que la viese creería que bajo toda aquella ropa y suciedad estaba escondida Victoria Bennet.

-Creo que... -se volvió hacia Wesh-, Samuel utilizaba una cuando salía a cazar. Iré a ver. No tardo nada -y sin entretenerse, se deslizó fuera de la estancia, cerrando la puerta suavemente tras ella.

por **Wesh** Miér Mayo 25, 2011 4:47 pm

La observó salir corriendo del salón y entonces pudo relajarse contra un sofá. No debía haberla puesto esa tela en la cintura. Tendría que haber dejado que se la pusiera ella. Pero la tentación había sido más fuerte que su sensatez. La piel de su vientre era aún más suave que la de sus manos o sus mejillas. Y él se sorprendía más a cada instante que pasaba en su compañía. Era una condenada dama. Una dama de la cabeza a los pies y en cada uno de los movimientos que hacía. Wesh había pensado que llevarla al límite haría que su arrojo cediera. Pero la condenada estaba dispuesta a hacer cada una de las cosas que él le proponía.

Una coquilla, ¡maldición! iba a buscar una coquilla. Si ni siquiera debía saber qué era eso.

Le intrigaba. Más de lo que cualquier otra mujer le había intrigado nunca. ¿Cómo era posible si había conocido tantas? Y lo peor de todo era que ella tan sólo quería tratar con él porque era el único capaz de encontrar a los asesinos del señor Bennet. Como si a él le importaran en algo. Debería dejar de intentar probarla. Lo único que conseguiría sería admirarla aún más. Y cuando el misterio se resolviera, el deseo seguiría corroyéndole las entrañas, mientras que ella brindaría en sus copas de cristal de bohemia felicitándose por un trabajo bien hecho. No le dedicaría ni un solo pensamiento. Y no podía juzgarla en absoluto.

Se dejó caer en el sofá con un suspiro y decidió dejar la mente en blanco hasta que ella llegara.

por Invitado Miér Mayo 25, 2011 5:05 pm

La ropa de Samuel seguía en el mismo lugar, nadie la había tocado, ni siquiera ella. Bueno, de vez en cuando solía abrir el armario y tomaba alguna de sus camisas y la olía e intentaba recordarlo, pero los rasgos de su rostros cada vez se desdibujaban más con el paso del tiempo. Y las camisas ya no olían más que a humedad y madera.

Hacía meses que no había vuelto a abrir el armario de Samuel, así que cuando lo hizo una extraña sensación la embargó. Fue incapaz de describirla o de darle nombre. Respirando hondo, intentó no pensar demasiado en ello y se puso a rebuscar con cuidado en los cajones. No tardó en encontrar la coquilla donde se suponía que debía estar. Se la colocó con rapidez y volvió a cerrar el armario.

Al caminar hacia la salida, volvió a verse reflejada en uno de los espejos de la habitación. ¿Qué pensaría Samuel de todo aquello? ¿Se alarmaría al verla con pantalones o se reiría con ella? ¿se enfadaría o le divertiría? Sentía que no había tenido el suficiente tiempo para conocerlo, por lo tanto era incapaz de suponer cualquier reacción. Se lo habían arrebatado tan rápido...

Salió y cerró la puerta de la habitación, intentando dejar encerrados sus sentimientos allí dentro. Bajó las escaleras y entró nuevamente en el pequeño salón. Wesh estaba cómodamente sentado en el sofá.

-Ya está todo en su sitio. Podemos irnos.

por **Wesh** Miér Mayo 25, 2011 5:16 pm

Se fijó en que en verdad lo estaba. Ahora sí que nadie podría reconocer en ella a la mujer que verdaderamente era. Había hecho un trabajo magnífico... Bueno, habían...Los dos juntos. Solo esperaba que formaran el mismobuen equipo en las calles, que era donde realmente los pondrían a prueba. No necesitó acercarse a ella y rodearla para observarla desde todos los ángolos Era más que obvio que no había dejado ni un solo detalle al azar.

Se levantó con una sonrisa y salió a su encuentro. Una vez estuvo a su altura, le tendió la mano en señal de aceptación. Iba a resultar que no era tan despótico después de todo.

-Enhorabuena, señora. Tengo que reconocer que ha conseguido sorprenderme -se acordó tarde de que habían decidido tutearse. Cuando continuó, lo hizo como hablaría con un compañero de faena-. ¿Qué, Victor? ¿Estás preparado?

por Invitado Miér Mayo 25, 2011 5:32 pm

Le estrechó la mano como lo haría un hombre mientras movía la cabeza en un brusco asentimiento. Sus labios se curvaron en una sonrisa a pesar de todo. Se sentía eufórica y no sólo porque estaban muy cerca de capturar a los asesinos, sino porque alguien la estaba ayudando. Wesh la estaba ayudando, aunque ese fuera su trabajo y lo hiciese de manera interesada

-Más que preparado, Wesh -le soltó la mano-. Saldremos por la puerta de atrás. ¿Has traido algún vehículo?

No sabía exactamente dónde tenía pensado llevarla Wesh, si al puerto o a alguna de las callejuelas, pero fuese donde fuese la Mansión Bennet se encontraba lejos de ambos lugares. No tenía ningún problema en ir a pie, pero perderían mucho tiempo con eso... y ya habían perdido suficiente con el disfraz.

Wesh le dijo que sí y la adelantó para señalarle el camino. Victoria sospechó que a estas alturas debía conocer la casa más de lo que la conocía ella, pudo verlo en la seguridad que mostraba al caminar. Mientras lo seguía un pensamiento asaltó al mente de Victoria: aquella iba a ser una noche larga, aunque aún no sabía si para bien o para mal.

por Contenido patrocinado

Visita inesperada [Wesh]

Visita inesperada [Wesh]

Re: Visita inesperada [Wesh]

Re: Visita inesperada [Wesh]

Re: Visita inesperada [Wesh]

Re: Visita inesperada [Wesh]

Re: Visita inesperada [Wesh]

Re: Visita inesperada [Wesh]

Re: Visita inesperada [Wesh]

Re: Visita inesperada [Wesh]

Re: Visita inesperada [Wesh]

Re: Visita inesperada [Wesh]

Re: Visita inesperada [Wesh]

Re: Visita inesperada [Wesh]