AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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¿Quién decía que estaba yo solicitado?
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¿Quién decía que estaba yo solicitado?
Aquella noche todavía nadie había pedido mis servicios así que me quedé tranquilo, en una de aquellas habitaciones que nadie estaba usando aún. El tiempo parecía pasar más lento mientras estaba solo, pero en realidad así lo prefería. Me deshice de la bata que llevaba y la dejé sobre la cama, para acercarme al espejo que había por allí, junto a una pequeña pila llena de agua limpia y fresca. Le di la espalda a mi reflejo y traté de observar la cicatriz que allí tenía. Me llegaba más abajo de lo que me gustaría, aunque por suerte el cuello me lo dejaba libre de mancha ni cicatriz y era menos preocupante. Me toqué la quemadura un poco, por encima del hombro y luego dejé de observarme, para ir a tapar mi espalda de nuevo con la bata. Llevaba unos finos pantalones de color oscuro, que no se veían desarreglados para nada pero era obvio que no eran de demasiado buena tela. Con unas cuantas copas de más y una luz ténue dában batante el pego. Me humedecí los labios y me asomé a la ventana, viendo que todo estaba oscuro y pocos transeuntes paseaban por la calle. Algunos entraban al local, otros pasaban de largo dándo miradas furtivas a la entrada del burdel. Cerré las cortinas y bajé, a por una copa, para ayudarme a llevar la noche, que se iba a hacer larga si nadie quería pasarla conmigo.
Jean Louis Mercier- Prostituta Clase Baja
- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: ¿Quién decía que estaba yo solicitado?
Pasaon ya unos dias desde la última vez que habia ido a visitar a mi peculiar nuevo-amigo. En realidad, me habia dedicado a ir por las noches a París, a investigar la ciudad y a intentar encontrar algunos de esos vampiros de los que aparentemente todos hablaban, pero nadie habia visto. ¿Acaso iba a ser un estúpido bulo popular? Por supuesto aquella noche decidí "tomarme un descanso" y ya que le habia prometido al joven humano que le haría un regalo, me encargué de conseguir una bata de tela de la mejor calidad, la cual metí en una caja, oscura. Entré al burdel tranquilamente, concentrandome un poco para intentar encontrar al chico, cosa que no tardé en hacer, por lo que empecé a caminar por el interior del local ignorando deliberadamente a toda aquella dama que intentaba persuadirme. Y no eran pocas las que habia allí dentro. Me acerqué a Louis sin casi mirar por donde iba, sin hacer ruido -aunque entre el gentío era dificil llamar la atención por el ruido que hacian los clientes- y apoyé una mano en el hombro del chico, que estaba pidiendo una copa y, por lo tanto, me daba la espalda - Buenas noches, monsieur Louis - murmuré con tono agradable, sosteniendo la caja con un brazo sin esfuerzo ninguno. Era un poco aparatosa, pero al contener solo un poco de tela, no era pesada.
Adelbert Ducovich- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 131
Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: ¿Quién decía que estaba yo solicitado?
El local estaba algo llenito, pero nadie llamó mi atención así que seguí caminando hasta la barra y me quedé de pie frente a ella, pensando tomar la copa e irme de nuevo hacia una habitación, para tumbarme y descansar, podía avisar si me llamaban, que lo dudaba por aquel momento. No me encontraba demasiado optimista como para pensar que alguien me solicitaría, tampoco es que me muriera de ganas por hacerlo en aquellos instantes, pero el trabajo era el trabajo. Pedí la copa después de esperar a que atendieran a unos clientes y cuando quise darme cuenta, una voz desmesuradamente agradable y conocida me saludó por detrás. Me giré para poder ver al alto vampiro con el, que hacía unos días, había entablado relación. Sonreí levemente, de repente verle allí me había animado un poco, ya que daba por supuesto que él había venido a verme a mí y seguramente no estaba interesado en ninguna de las simpáticas y agradables damas que compartían trabajo conmigo, ni tampoco los dos chicos que también se habían unido recientemente a la plantilla.
- Buenas noches, monsieur. - saludé con una pequeña reverencia. Me sorprendí un poco al ver que él llevaba una caja, pero no pregunté nada a pesar de que estaba curioso por saber qué era. Le miré y antes de poder preguntarle qué hacía allí me llamaron y me pusieron la copa delante, con wisky. Le dije gracias a la chica que me la sirvió y la tomé para volver a girarme hacia Adelbert. - ¿Quiere algo, monsieur? - pregunté con tono educado.
- Buenas noches, monsieur. - saludé con una pequeña reverencia. Me sorprendí un poco al ver que él llevaba una caja, pero no pregunté nada a pesar de que estaba curioso por saber qué era. Le miré y antes de poder preguntarle qué hacía allí me llamaron y me pusieron la copa delante, con wisky. Le dije gracias a la chica que me la sirvió y la tomé para volver a girarme hacia Adelbert. - ¿Quiere algo, monsieur? - pregunté con tono educado.
Jean Louis Mercier- Prostituta Clase Baja
- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: ¿Quién decía que estaba yo solicitado?
El chico estaba pidiendo algo y, al parecer no se encontraba de muy buen humor. Tras oir mi voz se giró con lo que a mi me pareció bastante lentitud y le sonreí suavemente, de nuevo, educadamente. Él parecio sorprendido de verme allí, sin embargo supe que se habia alegrado de mi presencia, asi que estiré un poco mi sonrisita. - Buenas noches.. - repetí, sosteniendo la caja cuadrada, en cuyo interior se encontraba la bata de seda, envuelta en papeles rojitos. Al oir lo que me preguntó reí un poco, suave y musicalmente - Monsieur, ¿a qué voy a venir? - pregunté retóricamente, mirando su copa y a él, con expresión amable - Venia a veros, hace dias que no me pasaba por aqui y como os dije me caisteis bien - le respondí con tono tranquilo, antes de inclinarme un poco, alzando las cejas - Y además, soy un caballero, os lo dije, y os prometí que os traería un regalo, ¿recordais? - añadí, guiñandole un ojo levemente y observando después a mi alrededor, barriendo el local de una sola mirada. Estaba bastante lleno, y le ruido me molestaba un poco, además de los múltiples y repetitivos pensamientos de la gente del lugar - Monsieur, ¿vamos arriba? Aqui no hay quien tenga una conversación tranquila.
Adelbert Ducovich- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 131
Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: ¿Quién decía que estaba yo solicitado?
Sonreí algo sonrojado cuando me respondió que era a mí a quién venía a ver. Claro, ¿cómo no? Traté de no sonreír con suficiencia, a pesar de que me gustaba el hecho de que fuera yo el centro de atención para alguien aquella noche, aunque no era un cliente. Después, agachándonse un poco me comentó que me traía un regalo, así que deduje que, como me había prometido, me traía aquella bata de seda negra que comentó que me quedaría tan bien. Sonreí tímido y desvié la mirada, sin recordar que podía leerme la mente, a pesar de que ya lo había hecho y había dado evidencias de ello minutos atrás. Asentí con la cabeza cunado me pidió que subieramos a una de las habitaciones y me giré musitando "un segundo". Pedí la botella de wisky entera, para llevármela a la habitación. Tuve que decir que ese día "mi amigo", venía como cliente, si no, no me hubieran dejado la botella y además, que él la pagaría después, aunque teníe pensado pagarla yo. Con la botella en la mano y mi vaso en la otra me giré de nuevo hacia él.
- Podemos ir ya... - le comuniqué, sonriendo un poco y empezando a caminar lentamente hacia las escaleras, seguido de él. Me sentía un poco torpe al caminar con él, pero un día tendría que acabar acostumbrándome.
- Podemos ir ya... - le comuniqué, sonriendo un poco y empezando a caminar lentamente hacia las escaleras, seguido de él. Me sentía un poco torpe al caminar con él, pero un día tendría que acabar acostumbrándome.
Jean Louis Mercier- Prostituta Clase Baja
- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: ¿Quién decía que estaba yo solicitado?
Le miré divertido viendo como se ponia a dar vueltas al tema, sin caer en un principio en que podia escuchar todo lo que pensaba. Qué inocente estaba hecho el chico. Sacudí un poco la cabeza y tras unos segundos más al oir como descubria mi "sorpresa" reí quedamente - No os preocupeis, no habeis pensado nada que os deje en evidencia, de momento - comenté amablemente, escuchando como al girarse le pedia a la señorita la botella de whisky entera. Alcé las cejas, dándome cuenta de que en aquel momento me colgó el rango de "cliente" y sacudí suavemente la cabeza, asintiendo cuando dijo que podiamos irnos ya. Hice el ademán de seguirle, pero en cuanto se giró y ya no pudo verme le tendí un billete que pagaria, con mucho, la botella de whisky. Le guiñé un ojo a la señorita de la barra y después le seguí, alcanzandole en un abrir y cerrar de ojos y subiendo al piso de arriba - Recuerdo vuestra puerta, era esa - le dije, señalandole una puerta que, recordaba, era en la que habiamos entrado la última vez, cuando habia estado allí - ¿Por qué os sentís incómodo, monsieur? ¿Os molesta que ande tan deprisa? - pregunté amable, apoyando mi mano llibre, con la que no sujetaba el paquete, en su espalda.
Adelbert Ducovich- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 131
Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: ¿Quién decía que estaba yo solicitado?
Me sorprendió en el momento en el que el vampiro comentó que yo no había pensado en nada que me dejase en evidencia. Mis ojos se abrieron en sobremanera y luego volví a apartar la mirada. ¿Había pensado alguna vez algo que me dejase en evidencia? Vale que a traves de mis pensamientos había descubierto cosas que no quería uqe nadie supiera y... que la privacidad con aquel hombre era nula, por desgracia para mí. No dije nada y por suerte para él no pude ver cómo pagaba la botella, porque no me hubiera hecho gracia. Llegamos rápidamente arriba y escuché su comentario, para negar con la cabeza.
- No es mía, las habitaciones son comunes, hoy está ocupada, ¿veis? - señalé con la mano con la que sujetaba la botella el mango de la puerta, del cual colgaba una corbata, que indicaba que la habitación no podía ser abierta hasta que no salieran sus ocupantes. - Por las mañanas las limpiamos para vovler a dejarlas disponibles a la noche. - añadí, pasándo de largo y llegándo hasta la última puerta, que era la habitación donde había estado antes. Escuché sus nuevas preguntas, estremeciéndome ante su mano en mi espalda. Traté de que la separara de allí, pero no lo logré. - No... no me molesta, pero vos pareceis demasiado elegante a mi lado... - abrí la habitación como pude y pasé delante de él, para dejar la botella y el vaso sobre una mesita que ya tenía dos vasos de cristal. Esperé a que Adelbert entrara para tomar una pieza de ropa que había por allí y colgarla del pomo de la puerta, cerrándola después, para que nadie molestase. - ¿Queréis un poco, verdad? - pregunté, a pesar de que había sonado como una afirmación y no estaba segurod e si le gustaba el wisky. El wisky le gustaba a todo el mundo, ¿no?
- No es mía, las habitaciones son comunes, hoy está ocupada, ¿veis? - señalé con la mano con la que sujetaba la botella el mango de la puerta, del cual colgaba una corbata, que indicaba que la habitación no podía ser abierta hasta que no salieran sus ocupantes. - Por las mañanas las limpiamos para vovler a dejarlas disponibles a la noche. - añadí, pasándo de largo y llegándo hasta la última puerta, que era la habitación donde había estado antes. Escuché sus nuevas preguntas, estremeciéndome ante su mano en mi espalda. Traté de que la separara de allí, pero no lo logré. - No... no me molesta, pero vos pareceis demasiado elegante a mi lado... - abrí la habitación como pude y pasé delante de él, para dejar la botella y el vaso sobre una mesita que ya tenía dos vasos de cristal. Esperé a que Adelbert entrara para tomar una pieza de ropa que había por allí y colgarla del pomo de la puerta, cerrándola después, para que nadie molestase. - ¿Queréis un poco, verdad? - pregunté, a pesar de que había sonado como una afirmación y no estaba segurod e si le gustaba el wisky. El wisky le gustaba a todo el mundo, ¿no?
Jean Louis Mercier- Prostituta Clase Baja
- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: ¿Quién decía que estaba yo solicitado?
Sonreí de nuevo ante sus divertidas ocurrencias. Desde luego.. Sacudí la cabeza y sin decir más le seguí arriba, hasta el piso superior. Miré la puerta, escuchando lo que decia y viendo la corbata que, en un principio me habia pasado inadvertida - Oh.. ya veo. Lo recordaré para la próxima entonces, monsieur - respondí, observando la puerta con fijeza y escuchando perfectamente lo que hablaban las personas que estaban en su interior. Sonreí divertido, soltando una risita, y miré a Louis, asintiendo y siguiendole con expresión tranquila, alzando las cejas con algo de sorpresa cuando añadió que era demasiado elegante - No seais tonto, no os preocupeis de esas cosas... - le pedí, dejando que pasara él primero y sujetando la puerta con una mano antes de cerrar, viendo como dejaba algo por fuera. Él mismo. Cuando volví la vista al interior, miré la botella de whisky y reí un poquito - Monsieur, si tuviera que elegir una bebida, preferiría vino tinto. Pero si, beberé whisky, ¿por qué no' - pregunté, acercandome a él y mostrandole la caja, envuelta - Abridla, monsieur, es vuestra
Adelbert Ducovich- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 131
Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: ¿Quién decía que estaba yo solicitado?
Sonreí un poco cuando comentó que pensaba recordar mis explicaciones para la próxima vez. Le miré, mientras él reía, parecía que escuchaba algo divertido, pero yo solo pude oír unas voces ahogadas.
- Oh.... - bajé la mirada algo decepcionado ante sus palabras. Prefería el vino. - Podíais haberlo dicho abajo, monsieur. - comenté, a pesar de que ya había empezado a servirle una copa de wisky en uno de aquellos pesados vasos de cristal. Yo aún no había probado de mi copa, pero no me importaba. - La próxima vez elegid vos. - agaché un poco la cabeza en una especie de rarita reverencia y me acerqué a él con el vaso en la mano. Se lo tendí, tratando de parecer elegante y gentil a su vez. Observé la caja que me tendía y que me decía que era mía. Esperé a que tomara el vaso y luego cogí yo la caja que no era demasiado pesada. La apoyé sobre la cama, que estaba cubierta por un cubrecama rojo chillón y quité la tapa oscura de la caja para ver un revoltijo de papeles de color sangre, más bonito que el cubrecama que había bajo la caja. Aparté los papeles y encontré algo de color oscuro, la tela brillaba prácticamente y cuando la tomé con mis manos me dio la sensación de quera la más suave y bonita tela que había visto nunca. Saqué la bata de dentro de la caja y la apoyé sobre mí, preguntándome cómo me quedaría.
- Oh.... - bajé la mirada algo decepcionado ante sus palabras. Prefería el vino. - Podíais haberlo dicho abajo, monsieur. - comenté, a pesar de que ya había empezado a servirle una copa de wisky en uno de aquellos pesados vasos de cristal. Yo aún no había probado de mi copa, pero no me importaba. - La próxima vez elegid vos. - agaché un poco la cabeza en una especie de rarita reverencia y me acerqué a él con el vaso en la mano. Se lo tendí, tratando de parecer elegante y gentil a su vez. Observé la caja que me tendía y que me decía que era mía. Esperé a que tomara el vaso y luego cogí yo la caja que no era demasiado pesada. La apoyé sobre la cama, que estaba cubierta por un cubrecama rojo chillón y quité la tapa oscura de la caja para ver un revoltijo de papeles de color sangre, más bonito que el cubrecama que había bajo la caja. Aparté los papeles y encontré algo de color oscuro, la tela brillaba prácticamente y cuando la tomé con mis manos me dio la sensación de quera la más suave y bonita tela que había visto nunca. Saqué la bata de dentro de la caja y la apoyé sobre mí, preguntándome cómo me quedaría.
Jean Louis Mercier- Prostituta Clase Baja
- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: ¿Quién decía que estaba yo solicitado?
Sonreí un poquito divertido al ver que él parecia decepcionado por no haber acertado con mi bebida favorita. Vamos, ¡que no era para tanto! Sacudí la cabeza con suavidad, quitandole importancia al asunto - No os preocupeis tanto, monsieur, bebo de todo - le confirmé, viendo como me llenaba una copa de whisky, afirmando que la próxima vez tenia que elegir yo - Como deseéis - añadí, tomando la copa que me intentó tender con su mejor cara y modales. Qué chico más adorable. Me incliné un poco y acariciandole una mejilla le sonreí - Sois un encanto - añadí, viendo como se iba a la cama y abria la caja. Me acerqué un poco, por detrás, y sonreí amablemente al darme cuenta de que la bata parecía gustarle - Estoy seguro de que os quedará bien, monsieur. Es de vuestra talla, recuerdo perfectamente lo que medís - comenté, acariciandole el pelo levemente y sentandome en la cama, después, con gesto elegante - Podéis ponerosla si gustáis, al fin y al cabo es vuestra - añadí, alzando las cejas y alzando la copa para beber un poco de aquel licor. No estaba mal del todo, y aunque prefería el sabor del vino, aquel tampoco era desagradable.
Adelbert Ducovich- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 131
Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: ¿Quién decía que estaba yo solicitado?
Asetní con la cabeza ante aquello que dijo de que él bebía de todo. Eso no significaba, sin embargo, que todo le gustase. Podía preferir alguna cosa que yo no podía ofrecerle y eso, para mí, sería decepcionante. Me humedecí los labios, mirando hacia otro lado y seguramente me sonrojé cuando me acarició la mejilla llamándome encanto, después. Aquel vampiro cometía estragos en mí. Me aparté para abrir la cajita y tomar la bata entre mis manos. Me giré hacia aún con la bata apoyada sobre mí.
- ¿Recordais lo que mido? - repetí algo desconcertado. ¿Todo lo que medía? ¿Cómo podía saberlo si no se lo había dicho yo? Le miré sentarse en la cama y asentí con la cabeza cuando me recomendo que podía ponérmela si yo quería. Rápidamente le hice caso y me aparté unos pasos, para quitarme la bata que ya llebaba, decara a él. Normalmente el resto de personas hacía aquellas cosas de espalda, por pudor pero... a mi me daba más pudor que viera mi espalda a que me viera el pecho. Total, mi pecho no era diferente del que él pudiera tener, aunque más musculado, seguro. Estaba en el ejército cuando se transformó, la mayoría de soldados solían estar fuertes. Me puse la bata que me había regalado, de color negro y até el cinturón al frente, alejándome unos pasos y dando una vuelta, para que viera cómo me quedaba. - ¿Le gusta como me queda, monsieur? - pregunté, sonriendo un poco, mirándole, esperando que así fuera. Tenía que ir pensando formas de agradecérselo, pero solo se me ocurrían formas de agradecer aquellas cosas a los clientes y... Adelbert Ducovich no era un cliente, no quería tratarlo comotal.
- ¿Recordais lo que mido? - repetí algo desconcertado. ¿Todo lo que medía? ¿Cómo podía saberlo si no se lo había dicho yo? Le miré sentarse en la cama y asentí con la cabeza cuando me recomendo que podía ponérmela si yo quería. Rápidamente le hice caso y me aparté unos pasos, para quitarme la bata que ya llebaba, decara a él. Normalmente el resto de personas hacía aquellas cosas de espalda, por pudor pero... a mi me daba más pudor que viera mi espalda a que me viera el pecho. Total, mi pecho no era diferente del que él pudiera tener, aunque más musculado, seguro. Estaba en el ejército cuando se transformó, la mayoría de soldados solían estar fuertes. Me puse la bata que me había regalado, de color negro y até el cinturón al frente, alejándome unos pasos y dando una vuelta, para que viera cómo me quedaba. - ¿Le gusta como me queda, monsieur? - pregunté, sonriendo un poco, mirándole, esperando que así fuera. Tenía que ir pensando formas de agradecérselo, pero solo se me ocurrían formas de agradecer aquellas cosas a los clientes y... Adelbert Ducovich no era un cliente, no quería tratarlo comotal.
Jean Louis Mercier- Prostituta Clase Baja
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Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: ¿Quién decía que estaba yo solicitado?
Le miré sonriendo pero no dije nada más sobre el tema. Él se comia la cabeza demasiado, cosa que no era necesaria, pues si me lo bebía era que no me desagradaba. Cuando preguntó por su altura sonreí un poco - He visto muchas personas en la vida, monsieur, y puedo saber lo que medís, más o menos - respondí tranquilamente, viendo como se apartaba para que no le viera la espalda, por aquella cicatriz que decia tener, y que no habia visto ni me interesaba. Si él no me la queria enseñar, ¿por qué obligarle? Bebí de nuevo de mi copa y me toqué el pañuelo, quitandomelo, pues allí dentro siempre hacia un calor que yo no tenia previsto, y éste mezclado con el embriagador olor de la colonia y el alcohol, me daba aun más calor. Dejé el pañuelo sobre la cama y miré al joven humano cuando quiso que diera mi opinión, girandose un poco. Por supuesto, la bata le quedaba perfecta - Estáis espléndido, monsieur - respondí educadamente, inclinando la cabeza con suavidad - Parece que le hubieran tomado medidas de verdad - añadí, sonriendo un poco, dulce - Resalta vuestros rasgos claros, la bata... - añadí, llevandome la copa a los labios de nuevo y mirandole, sonriendo ante lo que pensaba, de medio lado, pero no comentando nada al respecto por no querer incomodarle - Os gusta, monsieur?
Adelbert Ducovich- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 131
Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: ¿Quién decía que estaba yo solicitado?
Asentí con la cabeza. Claro, obviamente, era demasiado mayor como para no saber hacer comparaciones. A saber con la de chicos como yo que se había topado durante toda su vida. Apreté los labios levemente y terminé de colocarme la bata, dándome cuenta que se quitaba el pañuelo. Entonces, calor sí podía sentir aunque... dudaba que él pudiera sudar como podría hacerlo yo, que extraño. Cuando dí una vuelta para escuchar su opinión y pareció ser positiva, sonreí, haciendo una reverencia delante de él cuando añadió que parecía hecha a medida para mí.
- Muchas gracias, monsieur Adelbert. - le agradecí, no solo por los halagos, todo lo que me había regalado hasta el momento, que no era poco, era demasiado para lo que yo consideraba merecer. Aparté la mirada cuando añadió que resaltaba mis rasgos y mis ojos claros. Di un par de pasos hacia él y aparté la caja de la cama, para que no molestase. La dejé sobre otra mesa, antes de tomar mi propia copa de wisky, aún no había bebido nada de su contenido y tenía algo de sed. Escuché su pregunta y asentí con la cabeza. - Mucho, monsieur, no sé como podría agradecerle sus regalos y halagos. - comenté, negando un poco con la cabeza, no tenía ni idea de qué podía hacer. - Si quiere que haga algo por usted, estaré encantado de hacerlo. - añadí, inclinándome un poco, sin atreverme demasiado a sentarme a su lado sobre la cama.
- Muchas gracias, monsieur Adelbert. - le agradecí, no solo por los halagos, todo lo que me había regalado hasta el momento, que no era poco, era demasiado para lo que yo consideraba merecer. Aparté la mirada cuando añadió que resaltaba mis rasgos y mis ojos claros. Di un par de pasos hacia él y aparté la caja de la cama, para que no molestase. La dejé sobre otra mesa, antes de tomar mi propia copa de wisky, aún no había bebido nada de su contenido y tenía algo de sed. Escuché su pregunta y asentí con la cabeza. - Mucho, monsieur, no sé como podría agradecerle sus regalos y halagos. - comenté, negando un poco con la cabeza, no tenía ni idea de qué podía hacer. - Si quiere que haga algo por usted, estaré encantado de hacerlo. - añadí, inclinándome un poco, sin atreverme demasiado a sentarme a su lado sobre la cama.
Jean Louis Mercier- Prostituta Clase Baja
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Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: ¿Quién decía que estaba yo solicitado?
El chico parecio darse cuenta de por qué sabia su altura, asi que sonreí y sacudí la cabeza levemente, dejando pasar sus pensamientos e inclinando la cabeza cuando me dio las gracias - De nada, Jean Louis - respondí con tono sedoso, sonriendole un poco y viendo como quitaba la caja de la bata para que no me molestara, cogiendo su copa. Cuando escuché lo que dijo alcé las cejas levemente y después sonreí un poquito, negando con la cabeza - No tenéis que hacer nada para agradecermelo, monsieur - respondí, cogiendo una de sus manos y besandole el dorso educadamente, sonriendo después y soltandola con suavidad, dándole otro trago a mi whisky que no estaba tan malo, en realidad - Os lo diré, pero... no quiero nada, en realidad. Ya os dije que me basta con vuestra compañía - añadí, cogiendo de nuevo su mano y tirando levemente de él, sin obligarle realmente - ¿Por qué no os sentáis? No seais tonto, monsieur - le pedí, sonriendo de nuevo y apartando mi pañuelo, cambiandolo de sitio para que pudiera sentarse en la cama conmigo y estuviera cómodo - Monsieur, ¿hoy tampoco teníais clientes?
Adelbert Ducovich- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: ¿Quién decía que estaba yo solicitado?
Mientras dejaba la caja por ahí, de espaldas a él sonreí para mí mismo algo atontado. Culpa suya, seguro que me embrujaba con su seducción vampírica o algo. Contuve un suspiro y volví a acercarme un poco a donde él estaba, con mi vaso en la mano. Cuando le pedí que me dijera si podía hacer algo para compensarle por los regalos y todo eso dijo que no hacía falta, que no quería nada, solo mi compañía. Apreté un poco los labios, desviando la mirada, algo tímido por su culpa.
- Está bien, como querais, monsieur. - respondí, se había acostumbrado a besarme en la mano, como si yo fuera alguna especie de dama y... había acabado por no desagradarme, a pesar de que no me había hecho demasiada gracia en un principio. ¿Cuántos vampiros encontrabas que te besaran la mano? O mejor dicho, ¿cuántos hombres lo hacían? Muchos de los clientes solían ser unos desconsiderados en cuanto a modales se refería. Di un par de pasos hacia él cuando tiró de mi y le miré, sabiendo con certeza que me había puesto colorado. Asentí ante su petición y me senté a su lado, donde había estado el pañuelo de él, antes. No le miré y me centré por unos instantes en mi vaso, donde ya no había wisky. ¿Cuándo me lo había bebido? Negué con la cabeza ante su pregunta, la verdad es que me entristecía no tener clientes, era dinero que no podía cobrar si no los tenía. Me llevé el wisky a los labios, bebiendo un corto sorbo. - La última vez que vinisteis mi única clienta del día acababa de marcharse. - comenté. Pero claro, esa señora había decidido que quería cambiar un poco y que yo no era lo que necesitaba, por lo que prefería otro tipo de compañía cuando volvía al burdel.
- Está bien, como querais, monsieur. - respondí, se había acostumbrado a besarme en la mano, como si yo fuera alguna especie de dama y... había acabado por no desagradarme, a pesar de que no me había hecho demasiada gracia en un principio. ¿Cuántos vampiros encontrabas que te besaran la mano? O mejor dicho, ¿cuántos hombres lo hacían? Muchos de los clientes solían ser unos desconsiderados en cuanto a modales se refería. Di un par de pasos hacia él cuando tiró de mi y le miré, sabiendo con certeza que me había puesto colorado. Asentí ante su petición y me senté a su lado, donde había estado el pañuelo de él, antes. No le miré y me centré por unos instantes en mi vaso, donde ya no había wisky. ¿Cuándo me lo había bebido? Negué con la cabeza ante su pregunta, la verdad es que me entristecía no tener clientes, era dinero que no podía cobrar si no los tenía. Me llevé el wisky a los labios, bebiendo un corto sorbo. - La última vez que vinisteis mi única clienta del día acababa de marcharse. - comenté. Pero claro, esa señora había decidido que quería cambiar un poco y que yo no era lo que necesitaba, por lo que prefería otro tipo de compañía cuando volvía al burdel.
Jean Louis Mercier- Prostituta Clase Baja
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Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: ¿Quién decía que estaba yo solicitado?
Le miré divertido al escuchar lo que pensaba y asentí suavemente, intentando no ponerle en un modo aun más vergonzoso. Tras unos segundos así, dejé que se sentara a mi lado, bebiendo un poco y analizandole con la mirada, observando de nuevo lo bien que le sentaba la bata de seda. A él parecia agradarle mi modo de comportarme con él, asi que decidí no cambiarlo. Le observé con anteción, atento, cuando dijo aquello de que no tenia clientes - ¿Y eso, monsieur? - pregunté curioso, asintiendo cuando me recordó lo del a señora de la última vez. Al parecer habia cambiado de gustos. Já. Puse los ojos en blanco, un poco, y luego volví a mirar a su cara, acabandome la copa y sosteniendola con gesto educado - No tendréis problemas de dinero, ¿verdad? Por favor, si lo necesitais dejadme ayudaros - le pedí con tono aterciopelado, moviendo una mano y acariciandole el pelo, que era bastante suave. Sonreí suavemente y le miré con fijeza, intentando, aunque no me lo dijera, averiguar si necesitaba el dinero o no
Adelbert Ducovich- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: ¿Quién decía que estaba yo solicitado?
Suspiré levemente ya sentado a su lado y le miré de reojo, ladeando el vaso y colocándome bien la bata, como manía que tenía. Toqueteé los bordes que no tenían ribetes dorados, como podía haber esperado, si no que era sencilla solo de color negro. Aunque era obvio, monsieur Adelbert no era para nada pomposo como otras personas que podía yo conocer. Sonreí un poco, ante su curiosidad. ¡Mira ahora quién era el curioso! Mi curiosidad solía ser de otro tipo, pero bueno, también era curiosidad, era lo mismo. Observé como se terminaba las últimas gotas de wisky y me miró, preguntándome si tenía problemas de dinero, negué con la cabeza enérgicamente.
- No, en realidad, pero ya no soy el único ofreciendo compañía masculina y algunos clientes prefieren a los otros chicos. - me encogí de hombros, sonriendo levemente. Sí el número de ingresos había disminuído, pero no tanto como para necesitar que él me diera más dinero. Miré a Adelbert y me puse en pie. - ¿Quiere otra copa? - pregunté, con intención de volver a llenar la suya y la mía. Él no podía emborracharse según me había dicho así que le daba igual tomarse dos que veinte. Tendí la mano para que me pasara el vaso y dirigirme luego a la mesa, para rellenar ambos.
- No, en realidad, pero ya no soy el único ofreciendo compañía masculina y algunos clientes prefieren a los otros chicos. - me encogí de hombros, sonriendo levemente. Sí el número de ingresos había disminuído, pero no tanto como para necesitar que él me diera más dinero. Miré a Adelbert y me puse en pie. - ¿Quiere otra copa? - pregunté, con intención de volver a llenar la suya y la mía. Él no podía emborracharse según me había dicho así que le daba igual tomarse dos que veinte. Tendí la mano para que me pasara el vaso y dirigirme luego a la mesa, para rellenar ambos.
Jean Louis Mercier- Prostituta Clase Baja
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Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: ¿Quién decía que estaba yo solicitado?
Sonreí un poco, suavemente, y ladeé la cabeza después con expresión amable y tranquila. Vaya... ¿Bordes dorados? ¿Quizás le hubiesen gustado más? No lo creía. Sonreí de nuevo cuando me respondió y asentí un poco, entendiendo. Como habia más chicos, ahora algunos clientes se iban con los otros, tenía lógica - Está bien, monsieur.. Pero si lo necesitais decirdmelo, ¿de acuerdo? - le pedí amable, sonriendo un poco y mirandole atentamente. Cuando me quiso llenar la copa me levanté y negué, cogiendo la suya y sonriendole un poco - Monsieur, sentaros, ya voy yo - dije, caminando hacia donde estaba la botella y llenando las dos copas con gesto elegante, dirigiendome de nuevo, segundos después, hasta la cama y tendiendole su copa. Él seguia de pie, porque lo habia hecho todo demasiado rápido para que no pudiera negarse. - Aqui tenéis - murmuré, dejando la copa en su mano y acariciandole la cara después, sentandome nuevamente - Asi que tenéis más tiempo libre. ¿Habéis hecho algo interesante, monsier? - pregunté, antes de alzar las cejas - Siento no haber venido más, eché de menos vuestra compañía, sois divertido, monsieur
Adelbert Ducovich- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: ¿Quién decía que estaba yo solicitado?
Asentí con la cabeza cuando me pidió que le dijera si necesitaba dinero. No pensaba hacerlo, pero tampoco iba a decirselo eso... aunque mierda, seguro que ya lo había escuchado en mi cabeza. Me reñí a mi mismo por ser tan descuidado y evité mirarle a los ojos para no sentir demasiado bochorno. Cuando me puse en pie para llenar ambas copas él se puso en pie también, me arrevató el vaso de la mano y se largó para llenarlo, tan rápido se movió que no me dio tiempo a quejarme y ya estaba de vuelta, dándome el vaso de nuevo y acariciándome la cara. Ladeé la cabeza un poco confundido por lo que acababa de pasar. Me senté de nuevo, lentamente, con el ceño fruncido y asentí con la cabeza ante lo de "más tiempo libre".
- En realidad no hice nada, suelo ayudar con todo y a veces hago de camarero a bajo, si no me solicita nadie. - me encogí de hombros. Había ayudado a hacer la compra, a cocinar incluso, a pesar de que le tenía algo de miedo a las ollas con agua hirviendo y a casi todas las cazuelas en general. Cuando se disculpó por no haber venido más a menudo negué con la cabeza. - No os preocupeis, seguro que estabais ocupado. - negué con la cabeza, sonriendo levemente, dándome cuenta que había dicho que yo era divertido y... además, que me había echado de menos. Desvié la mirada hacia el suelo y bebí un largo trago de wisky. - ¿Me echasteis de menos? - repetí, aún con la cabeza baja, después de tragar la bebida. Jo, aquello sonaba realmente tierno para que él me lo hubiera dicho. Me hacía sentir cohibido.
- En realidad no hice nada, suelo ayudar con todo y a veces hago de camarero a bajo, si no me solicita nadie. - me encogí de hombros. Había ayudado a hacer la compra, a cocinar incluso, a pesar de que le tenía algo de miedo a las ollas con agua hirviendo y a casi todas las cazuelas en general. Cuando se disculpó por no haber venido más a menudo negué con la cabeza. - No os preocupeis, seguro que estabais ocupado. - negué con la cabeza, sonriendo levemente, dándome cuenta que había dicho que yo era divertido y... además, que me había echado de menos. Desvié la mirada hacia el suelo y bebí un largo trago de wisky. - ¿Me echasteis de menos? - repetí, aún con la cabeza baja, después de tragar la bebida. Jo, aquello sonaba realmente tierno para que él me lo hubiera dicho. Me hacía sentir cohibido.
Jean Louis Mercier- Prostituta Clase Baja
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Fecha de inscripción : 06/05/2011
Re: ¿Quién decía que estaba yo solicitado?
Le miré con diversión puesto que él parecia estar algo confuso ante mi gesto, que seguramente fue demasiado rápido para él. Tan solo le sonreí, sentandome después y viendo como él me imitaba, bebiendo un poco de su copita. Qué mono. Al oir lo que me contestó puse cara pensativa y asentí un poco después - Ya veo.. - murmuré curioso, asintiendo después en señar de que le habia entendido - Pues deberiais dedicaros un poco de tiempo a vos mismo, monsieur - dije, alzando las cejas - No es bueno exigirse demasido - añadí, sonriendo un poco y tocandole una mejilla, apartando la mano para coger despuès mi copa y beber un poco, sin dejar de observarle. ¿Le daban miedo las ollas? Qué encanto estaba hecho, el chico. Sonrreí un poco y asentí después, oyendo lo que decia y sacudiendo la cabeza - Solo estuve investigando un poco por Paris - le dije, riendo quedamente cuando me preguntó de aquella manera si le habia echado de menos - Por supuesto que sí, ya os dije que erais encantador, monsieur - murmuré amablemente, con tono aterciopelado, antes de alzar las cejas - ¿Sabéis? ¿Qué diriais si os invito una noche a cenar, vendriais, monsieur? - pregunté curioso, observandole con algo de fijeza
Adelbert Ducovich- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/05/2011
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