¿Quién decía que estaba yo solicitado?

por **Jean Louis Mercier** Lun Mayo 23, 2011 5:16 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Aquella noche todavía nadie había pedido mis servicios así que me quedé tranquilo, en una de aquellas habitaciones que nadie estaba usando aún. El tiempo parecía pasar más lento mientras estaba solo, pero en realidad así lo prefería. Me deshice de la bata que llevaba y la dejé sobre la cama, para acercarme al espejo que había por allí, junto a una pequeña pila llena de agua limpia y fresca. Le di la espalda a mi reflejo y traté de observar la cicatriz que allí tenía. Me llegaba más abajo de lo que me gustaría, aunque por suerte el cuello me lo dejaba libre de mancha ni cicatriz y era menos preocupante. Me toqué la quemadura un poco, por encima del hombro y luego dejé de observarme, para ir a tapar mi espalda de nuevo con la bata. Llevaba unos finos pantalones de color oscuro, que no se veían desarreglados para nada pero era obvio que no eran de demasiado buena tela. Con unas cuantas copas de más y una luz ténue dában batante el pego. Me humedecí los labios y me asomé a la ventana, viendo que todo estaba oscuro y pocos transeuntes paseaban por la calle. Algunos entraban al local, otros pasaban de largo dándo miradas furtivas a la entrada del burdel. Cerré las cortinas y bajé, a por una copa, para ayudarme a llevar la noche, que se iba a hacer larga si nadie quería pasarla conmigo.

por **Jean Louis Mercier** Jue Mayo 26, 2011 1:49 pm

Me volvió a acariciar el pelo y yo me dejé, me gustaba que me acariciaran y me hicieran mimos de aquel tipo. Me mordí un poco la lengua cuando me contestó que no era eso lo que me había preguntado. Ya, pero seguro que lo había oído de todas formas. No había nada que se le escapase, de mí. Apreté los labios cuando sugerí la posibilidad de que se cansara de mí y él negó con la cabeza, añadiendo que no se trata de eso. ¿Pues? Me acarició la cara, mientras yo ponía gesto de pena y añadía que yo moriría algún día y que no quería verme morir. Llevé mi propia mano a la suya, que estaba en mi cara y agaché un poco la cabeza. Claro, no quería verme morir.
- Entiendo... - musité. Todas mis esperanzas se habían desvanecido así que no dije nada más sobre aquello y levanté la cabeza cuando comentó que cambiasemos a un tema más alegre. Me costó un poco, pero sonreí, tratando de disimular mi profunda decepción. Me hubiera gustado realmente poder llegar a ser amado por él y amarle yo también, incondicionalmente. Seguí sonriendo y con su mano bajo la mía se la sujeté y la llevé a mis labios, besándola para luego llevarla a mi cuello, como si hiciera un recorrido por mí. Aquel tipo de cosas eran como un buen tónico para el olvido.

por **Adelbert Ducovich** Jue Mayo 26, 2011 1:59 pm

Sonreí levemente pero cuando empecé a hablar me olvidé de la broma y le observé con gesto serio, esperando mientras le acariciaba el pelo suavemente. ME di ccuenta de que mi respuesta la decepcionaba en sobremanera pero, ¿qué esperaba? ¿A caso a él le gustaria? Claro que por otra parte, ya habia visto morir a mucha gente y... quizás podia convencerle, algún dia, para que se convirtiera en vampiro. Ya habia aprendido que los vampiros teniamos la necesidad imperiosa de buscar una pareja. Apreté un poco los labios, sin estar seguro de qué decirle para contentarle. ¡Vaya! - Disculpadme.. - murmuré, como si hubiera hecho algo, aunque en realidad eran unas "disculpas anticipadas". Le sujeté un poco y le abracé después, apartando mi mano de su cuello y besandole después allí -en el cuello- donde habia tenido mi mano - No os pongais así, monsieur, no he dicho que no. En el caso de que me enamorara de vos, monsieur, no podria evitarlo - le dije, separandome un poco después y apoyando mi mano en su cara - Asi que, siempre podeis intentarlo, monsieur, enamorarme, ¿uhm? - añadí, sonriendo un poco

por **Jean Louis Mercier** Jue Mayo 26, 2011 2:43 pm

Con su mano aún en la mía y dejándola sobre mi cuello él me pidió disculpas, por algo que no supe. Ladeé la cabeza confundido, pero él soltó mi mano y apartó la suya de mi cuello para abrazarme y besarme en el cuello. Parpadeé algo sorprendido y no fui demasiado capaz de devolverle el gesto. Escuché sus palabras, eran como una pequeña esperanza. Después se separó de mí y mantuvo su mano en mi cara, añadiendoq ue podía intentar enamorarle, si quería. Me quedé mirándole, cuajado y al cabo de un par de segundos sonreí. Bajé un poco la mirada, toqueteando mis manos la una con la otra y volví a subirla hasta sus ojos.
- Gracias, monsieur. - no sabía si iba en serio de verdad, pero agradecía su intento de contentarme. Volví a apoyar una de mis manos en su pecho, acercándome un poco más a él. - Creo que hace tiempo que nadie era tan considerado conmigo. - añadí, sonriendo aún un poco, agradecido. - ¿Os quedareis el tiempo suficiente conmigo, como para dejarme intentarlo, verdad? - pregunté, mirandolo a los ojos y evitando la tentación de centrarme en sus labios y volver a besarle.

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