Jamás he estado perdida en París. {Adam DuPont. +18}

por **Laura Juliet Bianchi** Lun Mayo 23, 2011 6:19 pm

Sencillamente no era justo. No es justo, no, no & no. Repetía una y otra vez mientras corría escaleras abajo de la mansión de la familia, sabía que actuaba un tanto infantil pero, no era justo.
Llevaba bastante tiempo viviendo en París & ahora mi padre volvía a Inglaterra pero, ¡se negaba en llevarme consigo!
Cuando era más jovén lo aceptaba. El debía cumplir con sus responsabilidades, con sus deberes pero, ¿por qué le costaba tanto dejarme estar un tiempo allá?
Laura se quedó callada e inmovil frente a la reja de la mansión, la que daba con las calles parisinas mientras sentía su acelerado corazón taladrando su pecho y recordaba el rostro avejentado de su padre, sus pequeños lentes de media luna y escuchaba nuevamente su tono de voz mientras decía:
"No es bien visto para una jovén doncella, tan jovén como tú"
Ya no era jovén. En absoluto y en cambio, me mantenía encerrada cual princesa de los cuentos.
¿Querían un cuento?
La princesa desaparecería un tiempo, quizá lo suficiente para que le remordiera la conciencia & reconsiderara eso de llevarme a la escuela de derecho en Inglaterra.
Decidida, abrió la reja de la puerta y envuelta en la ligera capa color vino que tanto le agradaba, se puso a caminar por las calles de París, molesta y dejandose llevar por una ola de resentimiento.

¿A dónde debía ir? No podía ir a los lugares de siempre, la encontarían en un instante. De hecho, no podía ir al centro de París y dada la hora, no podía ir demasiado lejos.
Se conformó con sentir la suave brisa del aire, disfrutar de los colores de el sol mientras bajaba lentamente sobre el horizonte, en una hora sería la puesta de sol. Eso significaba que no llevaba mucho caminando, y no alcanzaría recorrer demasiado dadas las condiciones climáticas, el aire cada vez era un poco más frío y más violento, aununciando una tormenta.
Entonces recordó aquella finca que se veía más alejada del resto, una hermosa casa ubicada en lo más alto de las casas, y se puso a andar hacía allá.

No llevaba más de la mitad del camino cuando la anunciada tormenta se hizo presenté, más rápida y furiosa de lo que esperaba, en un par de minutos me dejo casi completamente mojada, así que me apoyé contra una de las altas paredes de una de las mansiones cercanas, mientras una carroza pasaba por ahí.
Vaya, que buena idea. Hermoso día elegí para hacer mis ideales presentes.

por **Jean-Luc Tessier** Lun Mayo 23, 2011 7:20 pm

Las gotas de lluvia empañaban los ventanales de la habitación. Podía verse el cielo completamente oscuro descargando sobre el lugar, en ese momento, París pero seguramente horas atrás habría estado en otra parte y así sucesivamente, al igual que en otras partes del mundo también pasaría lo mismo.

La vida..la vida era realmente compleja de entender. Adam no creía en Dios ni era católico, por mucho que todas -o casi todas- las familias de alta cuna aparentaran serlo, la suya no lo era realmente. Sus padres le habían criado con las costumbres, pero únicamente fueron eso, costumbres que se hacían precisamente por no faltar. Más lo importante debía ser llevarlo en el corazón y en su caso no era así.

De repente un destelló le sacó de sus pensamientos escuchando el fuerte tronar del rayo que acompañó al relampago anterior. No le asustaban ni mucho menos, de echo, le agradaban, más si se llevó un susto esa vez que no se lo esperaba. Los días lluviosos podían ser hermosos, sumamente bellos. Ver como el cielo lloraba sobre la ciudad, pensar en si habría alguien ahi arriba que de verdad estaría llorando y el pensar en porque lloraría. Se le hacía fascinante.

Otro trueno inundó el lugar pocos minutos después. Adam alzó la vista para contemplar el cielo. Se mantenía de brazos cruzados, de pie sobre el pequeño porche que estaba de cara a la calle. A menudo, le gustaba salir en los días como aquellos para que el olor de la lluvia le inundara.

Una sombra le hizo apartar la vista de las nubes y fijarse en una muchacha que había pasado fugazmente casi por su lado, deteniendose a pocos metros de él en una fachada que estaba entre la mansión de sus vecinos y la suya. Era común que sus ojos se fueran tras las mujeres, sí, más esta vez no pensó nada perverso, únicamente se lamentó porque estuviese con este temporal fuera de casa.

Sin pensarselo dos veces dió un par de pasos hacia delante, situandose en el borde el porche, la punta del techo que le cubría y abanzó a paso rapido, cruzando la distancia que les separaba. - Disculpe, madame, pero no creo que sea conveniente que esté aquí fuera - y otro rayo tronó, haciendo que por inercia le agarrara la mano a la muchacha - Venga conmigo - tiró de ella de vuelta hacia su casa, corriendo como alma que lleva el diablo.

Ahora era cuando le replicaban la manera en que la habia tratado, porque, seguramente, sería alguna vecina de los alrededores.

por **Laura Juliet Bianchi** Lun Mayo 23, 2011 9:51 pm

"Bien, bien, bieeeen... ¿Ahora qué?" pregunté en voz alta aunque nadie me escuchaba, estaba segura, no era solo porque apostaba un caballo a que no había nadie cerca, si no porqué las gotas de aquella tormenta, la lluvia que caía feroz & violentamente se tragaba mis palabras.

Cerré los ojos apoyada contra aquella pared, tratando de mantener mi respiración acompasada, sintiendo la lluvia empaparme... sí, me agradaba la lluvia pero mojarme llevando tantas capas de ropa no era exactamente un pasatiempo.
Aún así intenté transformar todo lo mano en algo agradable. La lluvia, el olor de la tierra al mezclarse con la lluvia, amaba ese delicioso olor, se percibía tanto como se escuchaba el golpeteo de las gotas contra el suelo, contra la tela de mi ropa, contra mis pestañas y mis ojos.

Un rayo me sacó de mis pensamientos al embestir contra la tierra, el sonoro trueno descendió igual pero volví a concentrarme en lo bueno que podría sacar de aquella salida desprevenida...
"AH!" grité asustada cuando alguien habló a mi lado, no esperaba eso, en definitiva y miré a aquel joven sin demasiados detalles, la lluvia me empañaba la vista y un trueno le siguió, después se aferró a mi muñeca.
Mordí mi labio fuertemente para evitar gritar de nuevo, apenas entendí lo que se proponía asentí distraidamente y le seguí.
El muchacho prácticamente me arrastro consigo, pues la lluvia no cesaba, si no todo lo contrario y a mi me costo todo mi esfuerzo el seguirle el paso sin tropezarme o resbalarme con cada paso.

Finalmente nos detuvimos bajo techo.
Yo estaba jadeante, mojada y agradecida. Levanté la vista mirando a aquel chico mientras me bajaba la capa del cabello, aunque igual la humedad se había transpasado.
Mi rostro estaba empapado, pequeños restos de lluvia resbalaban por mi frente, bajaban por la curva de mi nariz y algunas gotas, suicidas, se lanzaban al abismo y se perdian entre el suelo.
El resto se detenían en mis pestañas, labios o cabello para unirse a la humedad de mi ropa y calarme los huesos.
Temblé al sentir la brisa fría pero miré a aquel jovén con una sonrisa agradecida, aunque sabía que ya no podía ser más adecuado, sostuve los bordes de mi empapado vestido y me incliné.
"No tiene usted idea de cuanto le agradezco, salvar a una desconocida & arriesgarse... es usted un verdadero caballero"
Sonreí posando la mirada en aquel muchacho, cuyos rasgos me parecían extrañamente familiares.

por **Jean-Luc Tessier** Mar Mayo 24, 2011 12:45 pm

Se escuchaba la respiración agitada de ambos muchachos. Acababan de correr. Si bien no un tramo demasiado largo, de echo, a penas unos pocos metros que en unos cuatro o cinco pasos estarían más que listos, sin embargo, el echo de que lloviera torrencialmente en su contra les daba una ligera desventaja que había echo que acabaran tan agotados. Adam por mucho que intentara ir lo más rápido posible había acabado echo una completa sopa. Mojado de pies a cabeza, justo como la señorita. Debía aclararse que, para su suerte, los ropajes que llevaba no eran ni mucho menos tan pesados com esos vestidos tan remilgados de las damas. Él con su camisa y pantalon holgados era el hombre más feliz del mundo.

Se mantuvo apoyado en sus rodillas durante unos instantes, reclinando su cuerpo y respirando algo agitado. Se había cansado sí y esperaba a recuperar su aliento habitual para volver a erguirse. También el corazón le latía con mucha rapidez, solía pasar en ese tipo de situaciónes.

Algo hizo que alzara la cabeza con rapidez. La voz de la joven le resultó tremendamente familiar. La miró, muy fijamente. Analizandola de arriba a abajo. Le era un tanto dificil pues, no solo el cansancio del momento nublaba su mente si no también el echo de que ella estaba echa un guiñapo totalmente, la lluvia le habia arruinado el posible bonito peinado que debiera llevar, cubriendole parte del rostro.

- Tú... - susurró y se irguió finalmente ya menos cansado, ahora únicamente con la atención puesta en su compañera. Dió un paso hacia delante acortando la distancia. La tomó de la mano y la "tiró" sobre su cuerpo, haciendo que estuviesen pegados. Con una mano apartó los mechones de cabello que le tapaban ligeramente la cara y entonces fue cuando se dió cuenta - Vaya, pero quien tenemos aquí - sonrió de medio lado ahora que podía verle el rostro por completo. - ¿Oh vamos, no te acuerdas de mi? - soltó una pequeña carcajada.

- Laura.. - susurró tras haber pegado su cuerpo al de ella y, concretamente, sus labios al oido de la muchacha. Seguidamente le dió un suave mordisco. ¿Se acordaría? o, tal vez, no eran tan buenos amigos como creía.

por **Laura Juliet Bianchi** Mar Mayo 24, 2011 3:31 pm

Se sabía que yo respiraba con dificultad pero no estaba segura de la verdadera razón, aquel vestido se había vuelto mucho más pesado, sí seco era una horrenda prisión, húmedo era una pesadilla que no deseaba que yo me mantuviera de pie; creía que era esa la razón que me mantenía carente de aliento y cuando aquel chico me estrecho contra su cuerpo, me hizo pensarme las posibilidades.

¿Pero qué pretendía? ¡Por quién me tomaba! Fue lo que pasó por mi cabeza en primera instancia pero al estar tan cerca fue imposible no mirarle a los ojos.
Pude haberlo mirado sin reconocerlo pero cuando escuché su risa, esa risa.
Entonces fue inevitable recordarlo.

Unos días después de que finalmente había sido presentada en sociedad, en Inglaterra, hubo una gran fiesta local, celebrada en una mansión de por los jardínes Kensington, en el centro de Londres.
Era una de las reuniones sociales más cotizadas, las familias, de todas clase, que al menos la tuvieran, habían sido invitadas.
Recuerdo que era temprano en la noche, sentados en la larga mesa del comedor, me concedieron un lugar junto a un jovén muchacho de buen aspecto, con una cálida sonrisa, casi tan cálida como la conversación en la que nos vimos involucrados, conversación que terminamos en los terrenos del extenso jardín, donde las palabras, las rísas se tornaron en silencios, en caricias, en pequeños rastros de deseo, mordidas suaves.

El recuerdo me dificultó aún más el respirar.
"Adam" murmuré inaudiblemente cuando sostenía entre sus dientes el lóbulo de mi oreja, tan solo formando las palabras en mis labios.
Dí un paso hacía atrás, dejando su rostro frente al mío y le sostuve el rostro con mi mano derecha, acaricié su mejilla.
"Vaya, vaya. Hace una eternidad que no sabía nada de ti, ¿así que aquí terminaste? O... ¿me estabas siguiendo?" pregunté con una sonrisa, acercandome un poco a su rostro y su cuerpo de nuevo.
Había sido un amigo desde prácticamente la mejor parte de mi adolescencia, pero no frecuentabamos vernos hasta que perdimos el contacto.
Aparentemente el destino tenía otros ideales.

Off. Siento que me estén quedando tan cortos.

por **Jean-Luc Tessier** Miér Mayo 25, 2011 1:56 pm

No pudo evitar una amplia sonrisa al darse cuenta de que ella ya empezaba a recordarle. Y se notaba la familiaridad con la que le trató cuando posiblemente sus recuerdos se hicieron presentes en la mente de ella, tanto como cuando se habían echo presentes en la de él. Y esque ¿para que andarse con tonterías? aunque ambos fueran de cuna alta ya habían pasado todas las formalidades tiempo atrás, cabe decir que bastante rápidamente se habían acomplado. Encajaron bastante bien en su momento, esperaba que todavía encajaran de igual manera.

De momento, en esos cinco segundos que habían compartido desde su reencuentro no le pareció que hubiese cambiado. Por su parte..bueno, tal vez si había cambiado, sí, se había vuelto algo más pervertido y a la vez experto con las mujeres. Habían pasado algunas más por su vida que cuando la conoció, aunque en ese entonces ya habían pasado unas cuantas. Sí, él era un autentico mujeriego, un don juan juvenial nato..¿Irremediable? eso solo se vería con el tiempo. Con el tiempo en el que alguna muchacha consiguiese encandilarle.

Rió ante sus palabras. Bromeaba claro pero no pudo evitar que se le escapara. Estaba contento por aquel encuentro después de todo - ¿Ah? ¿Debo recordarte que has sido tú la que te has puesto justo frente a mi casa? - alzó una ceja sin retirar la sonrisa, haciendola esta vez algo ladina, interesante - Yo creo que más bien eres tú la que me está siguiendo. - acercó su rostro un tanto más al de la joven para que sus labios se rozaran.

- Y sin duda veo muy claras tus intenciones, muchachita - susurró justo antes de tomar sus labios en un beso y poner sus manos en la cintura ajena, pegandola a su cuerpo.

Recordarían viejos tiempo.

off:

por **Laura Juliet Bianchi** Miér Mayo 25, 2011 4:09 pm

Off. Esos posts suenan a que adam ya no es tan feliz andando de mujer en mujer, ¿eh? xD

Ahora que miraba ese rostro que alguna vez le había parecido tan encantador & encontrarlo aún encantado, me hizo preguntarme, ¿cómo era que no le había reconocido?
No era como que había cambiado demasiado.
Sonreí y acompañé a la sonrisa con una risa sincera y llena de alegría, algo bueno debía salir de aquel día, nada mejor que un buen recuerdo, una memoria que al parecer, ninguno de los dos había olvidado.

No dije nada, mis labios ansiosos sentían la necesidad de sentir esos húmedos labios sobre los propios, yo miraba esos ojos tan familiares que hacían que algo que había olvidado hace ya demasiado, palpitara con vida nuevamente en mi corazón.

Y la sensación había sido completamente olvidada, según descubrió al recibir cariñosamente esos labios, para Laura era inevitable, inevitable hacer las cosas sin un poco de deseo, sin un poco de gusto.
Esa era la razón por la cual sus parpados protegieron sus ojos, para dejar que los demás sentidos se apropiaran de aquel beso.
Mi mano abandonó su mejilla y bajó por su cuello, hasta alcanzar el crecimiento de cabello que se formaba en la nuca, el recorrido de su piel había sido suave, húmedo.
Para entonces el agua no había sido una pésadilla, era más como la ambientación, el fenómeno que le permitía a dos viejos conocidos recordarse.
Tenía bastante que debía recordar y no todo era específicamente trabajo que debía cumplir la mente.

Sus labios se abrieron a la par que sus ojos, liberandose de aquel beso con poco aliento y una sonrisa.
"Lo agradable de saber que esta es tu casa, es que ahora es inútil pensar en algún lugar donde conseguir secarme."

por **Jean-Luc Tessier** Miér Mayo 25, 2011 8:40 pm

El beso fue relativamente corto pero muy placentero. Lo dejó con un poco de ganas, no iba a negarlo, aquel día no se esperaba tener nada de actividad, por lo menos, de ese tipo de actividad. En los días lluviosos lo más probable era que se quedara en casa, la lluvía le gustaba, sí, pero era mejor contemplarla que no ponerse a caminar bajo ella. El caminar bajo la lluvia, ciertamente, era una sensación hermosa y muy liberadora, por la contra también pesada y molesta. Dependiendo de como le pillara a Adam podía tener ganas de una cosa o de otra. Ese día, no tenía ganas de mojarse. Por buena o mala fortuna había acabado empapado de pies a cabeza.

Rió suavemente ante el comentario de su compañera pues tenía toda la razón. De estar en cualquier otro lugar -a menos que fuese un hotel- tendrían que aguantarse con esas pesadas ropas. Sin embargo tenían toda una casa a su disposición, con ropa y porsupuesto un magnifico baño en el que poder darse una relajante ducha. Además de tela apropiada para secar sus cuerpos del agua que les había mojado.

Se separó unos milimetros para poder mirarla fijamente al rostro, sin quitar la sonrisa en ningún momento - ¡Qué harias tú sin mi! - gritó la típica frase de todos aquellos que eran lo suficientemente creídos como para pensar ciertamente eso, o bien, que como en su caso lo decían para molestar a su compañía.

La agarró de la mano y echó a correr hacia dentro de la casa, sin esperar a que ella le dijera algo. Su mala costumbre volvía a asaltarle pero simplemente se le metía algo en la cabeza y hasta que no lo conseguía no paraba, en ese caso, quería encontrar una habitación. Concretamente, la suya.

Así pues es lo que hizo, subió los escalones a toda prisa, arrastrando a la jovencita y su pesado vestido con ella aún de la mano hasta que llegó a la puerta de su cuarto. La abrió y cerró una vez dentro respirando agitadamente, la sonrisa no se le habia borrado del rostro. - ¿Qué te parece mi habitación real? - la miró alzando una ceja con una especie de retintín en las últimas palabras y echandose con una mano un par de cabellos hacia detrás. Con la otra la atrajo hacia su cuerpo volviendo a pegarse.

¿Por qué siempre que estaba cerca de una mujer con la que tenía tanta confianza sentía la necesidad de tenerla tan cerca? misterios de Adam.

off:

por **Laura Juliet Bianchi** Miér Mayo 25, 2011 9:35 pm

¡El hombre, el hombre! Para ser honesta no había leeído nada pero, al decirme me dió una pizca de curiosidad... sí esa mujer puede intentar enamorarlo, ¿no debería yo misma intentarlo? xDD

Le examinó el rostro, memorizandolo en algún lugar recondito y seguro de su cabeza, esa expresión que se leía, esa sonrisa, ese grito que me inundó de alegría, incluso cuando la lluvia tratara de ahogarlo y convertirlo en silencio.
Sin decir ni una palabra más, sentía su mano resbalar entre la propia y antes de que pudiera evitarlo, echaron de nuevo a correr.

El calor de la casa le inundó a penas pasaron la entrada, se habría detenido a mirar pero le habría costado el doble de trabajo mantenerle el paso.
¡Qué gusto tenía por andar con prisas! Me hizo desear quejarme al respecto pero, me sentía alegre, consentida quizá, habiendo dejado el recibidor y una acogedora sala, caí en cuenta de que me sentía cómoda, algo incoherente, algo que no encajaba con la situación; estaba empapada, húmeda hasta el último rincón de mi cuerpo, en una casa ajena y como si no fuera suficiente, corría a toda prisa detrás de un hombre con quien había intimado hace tiempo. Cómoda sin embargo.
"Sé que... te fascina correr, es maravilloso ejercició pero, ¿qué estás busca...?" preguntaba mientras andabamos por un largo pasillo pero me quedé callada cuando finalmente nos detuvimos frente a una puerta, era diferente al resto de las puertas que habíamos pasado, parecía más personal, más habitada.

No estaba equivocada. La puerta de madera cedió cuando el giró la manija, revelando una pulcra y cálida habitación.
No estaba demasiado iluminada, tan solo una ventana con cortinas transparentes dejaba entrar la luz de aquel cielo nublado, no estaba lo suficientemente oscuro para que me impidiera mirar una cama al centro de la habitación, color hueso, a juego con el resto de los muebles color madera o incluso, la pequeña chimenea en una de las paredes de la habitación.
Quizá era yo o era ese sentimiento que tenía su casa, por más amplía que fuera, todo era acogedor.
Eso fue todo lo que ví, escuché su pregunta y a penas me giraba para mirarle, me sostuvo nuevamente por la cintura, estrechandome contra su cuerpo.
Una sonrisa volvió a formarse entre mis labios.
"Adam, adam. Honestamente espero que no tengas esa mania con todas las mujeres... la distancia" suspiré practicamente, pues hablaba entre murmullos hasta que el hilo de mi voz se perdió entre sus labios, conforme me acercaba para hundir mis labios en los suyos por segunda vez, mientras mi mano acariciaba su brazo por encima de aquella húmeda camisa, haciendose camino hasta su hombro, casi sintiendo su tersa piel por debajo de la tela.
Casi deseando poder hacerlo.

por **Jean-Luc Tessier** Jue Mayo 26, 2011 10:13 am

Una sonrisa se formó en sus labios justo antes de que lo atrapara en un beso. No le dió tiempo a contestar a su frase más la respuesta era un claro Sí. Sí, tenía esa costumbre con todas las mujeres con las que había la suficiente confianza ¿por qué? precisamente por eso. Porque tenían la suficiente confianza. En Inglaterra ciertamente no le importaba demasiado hacerselo a alguien aunque no lo conociera, mientras fuera hermoso, pero ya había empezado a odiar los escándalos y gracias a eso había sabido controlar sus impulsos. Por suerte Laura no entraba en esa clase de gente y no tenía porque tener control alguno.

Sus manos volvieron a sus caderas, acariciandolas de arriba a abajo aunque notando la ropa, bastante molesta. Él llevaba ropa holgada, pegada al cuerpo por la lluvia pero extremadamente fina, sin embargo, la de ella era sumamente pesada. Como habia llegado a maldecir quien las hacía vestirse tan remilgadamente por muy hermosas que estuviesen.

El beso duró un par de segundos más, tras lo cual se separó a penas unos milimebros pero lo suficiente como para respirar sobre ellos. Relamiendose y lamiendole a ella los labios. Abriendo los ojos.

- Odio que lleves tanta ropa encima... - susurró mirandola a los ojos. Su sonrisa no era tanta como la de momentos anteriores pues se estaba empezando a concentrar en el tema. Agachó su cabeza hasta el cuello de la joven empezando a repartir besos por la zona, pegando ambos cuerpos con las manos que la mantenían agarrada.

Puede que fuera simplemente por el tiempo que hacía que no la veía o porque la había provocado. Fuese por lo que fuese empezaba a estar deseoso.

por **Laura Juliet Bianchi** Jue Mayo 26, 2011 12:27 pm

Al sentir sus labios separarse, permanecí con los ojos cerrados, sintiendo su aliento rozar mis labios entreabiertos para después sentir como su lengua los acarició por tan solo un instante.
Sonreí abiertamente, ¿acaso me alegraba el recuerdo de los viejos tiempos?
Desconocía la razón pero, me agradaba aquel momento, por más inesperado & espontaneo que fuera.

Y por más calma que me traía estar ahí, abrí los ojos al escuchar su voz, mirando directo en sus ojos mientras me acariciaba las caderas o pretendía buscarlas entre tanta tela.
Me reí, era cierto. A mi tampoco me agrada llevar tanta ropa en aquel momento, era pesado, era una prisión privada la cual me sentía desesperada por deshacer.
"Comparado con como tú vas vestido, estoy en una clara desventaja..."
Escuché mi voz, un tono más aterciopleado que parecía atrapar cada palabra entre los labios y besarla antes de dejarles salir.
Cerré mis ojos de nuevo cuando le sentí inclinarse hasta mi cuello, percibiendo su fragancia, tenía un olor agradable, algo que definitivamente no mantenía en mi memoria y combinado con la lluvia sobre su piel, era un olor dulzón que casi se desvanecía.
Pero ni por poco tan satisfactiorio como aquellos besos que dejaba en mi cuello, incluso me hizo ladear un tanto la cabeza, dejandole hueco a sus labios.

Mis manos acariciaban sus hombros, alcanzando su espalda y acariciandola por encima de aquella fina camisa, recorriendo su columna una y otra vez donde sentía la cálidez que emanaba de su piel.
No era justo; esa era la motivación del día, la injusticía pero, deseaba sentir un tanto más su cuerpo y un tanto menos las capas de gruesa tela empapada que llevaba puestas.
Mi poca paciencia se veía remplazada por deseo, deseo de alejarme de él para conseguir desabrochar aquellos pequeños broches de metal que sujetaban la parte superior del vestido y desenfundarme de él.

por **Jean-Luc Tessier** Jue Mayo 26, 2011 1:42 pm

Las manos de Adam se aferraban a la tela del vestido, siendo sinceros, se lo habría arrancado de tener la fuerza suficiente, sin embargo, era un simple humano y como tal poseía una fuerza limitada. Aún así, no se andaría con rodeos pues sabían como terminaría aquello. Ella no parecía rechazarle en ningún momento ni le daba señales de que no le agradara lo que hacía, todo lo contrario, le impulsaba a continuar. Y él como buen "amigo" obviamente complacía los deseos de su compañera. Y los suyos propios.

Propinó varios mordiscos por la zona que cada vez le estaba dejando más a su disposición, besandola también. Tentado de dejarle marcas. Todavía quedaba tiempo para eso, sin duda, por lo que también tenía que ir lo suficientemente despacio como para "saborearla" a gusto, para disfrutar el momento lo debido. No tenían prisa alguna, por lo menos él no pensaba hacer nada en lo que quedaba de día. Ahora claro que se le había presentado una proposición interesante. La tenía delante.

- Creo que es hora de quitar estorbos - susurró junto a una sonrisa y al mismo tiempo alzó la cabeza para besarla con pasión, agarrando la nuca de ella con una mano. Apretando así ambas cabezas de manera que no se separaran en ningún momento, nisiquiera para coger aire.

Introdujo también su lengua en la cavidad contraria deslizandola para explorarla, obligando a que la de ella hiciese lo mismo y, mientras tanto, la mano libre iba hasta la parte trasera del vestido. Enseguida encontró los botones que empezó a desabrochar, uno por uno, con rapidez. Ya con todos desabrochados introdujo la mano suavemente hasta rozarle la piel, únicamente un contacto pues enseguida la separó, todavía faltaba que se quitara esa enorme prenda.

Apartó la mano de la nuca y condujo de nuevo ambas hasta la cintura - No veo la hora de volver a verte.. - la última palabra la pronunció con especial énfasis pues obviamente se refería a ver su cuerpo completo. La miró fijamente a los ojos besando con continuidad sus labios.

por **Laura Juliet Bianchi** Jue Mayo 26, 2011 3:58 pm

Al momento en que sus labios volvieron a los míos, era una sensación diferente, algo más provocativo, algo que además de hacerl estremecer, provocó la sensación que tienes al recordar algo que creías olvidado.
Una sensación placentera & bastante agradable, donde su mano sobre mi nuca me impedía alejarme pero no era necesario, no deseaba alejarme & conforme su lengua se aventuraba dentro de mi boca, la mía imitaba sus movimientos, acariciando todo aquello a su paso.

Entonces presencié la libertad.
Recobré el aliento casi de golpe, a la par que me quedaba sin el mismo. Finalmente la parte que sostenía el vestido dejaba de encerrar mi cuerpo, ahora incluso, los gruesos tirantes que descansaban sobre la parte superior de mi brazo, aquella que se alineaba con la línea del escote, finalmente esos tirantes se aflojaron torno a mi piel.
Habrían resbalado de no tener mi piel todavía ligeramente húmeda, pero seguramente ese vestido deseaba liberarse de mi tanto como yo de él.
Por un instante casi retrocedo y me desenfundo de aquel vestido yo sola, porque esa ligera libertad era como para un católico que al haber pecado, había sido liberado de prisión pero algo le aseguraba que su alma aún perecería.

Busqué algo de control en mi interior y al identificarlo me aferré a él, paciencia. Eso era.
Así que ahora fui yo quien retomó aquel beso tan apasionado, buscando encontrarlo nuevamente entre sus labios, desistiendo en la busqueda a los pocos segundos, alejandome, atrapando su labio entre mis dientes sin intenciones de causar ni la más mínima herida.
Seguí el camino que me marcaban sus labios, besando su barbilla, su cuello.
Alcanzando el hueco por detrás de su oreja, respiré permitiendo que su dulce fragancia envenenara mis pulmones.
"Podremos esperar unos segundos, sabiendo que esa hora se asoma con el atardecer..." murmuré mientras aquella mano que acariciaba su espalda alcanzaba lo más bajo de esta, donde aquella fina camisa mojada se metía bajo sus pantalones. Con un ligero jalón basto para desfajarle y poder pasar mis manos bajo la tela, encontrando mis manos con la cálida piel de su espalda.

Aquello no sería un re-encuentro. Sería como si jamás nos hubieramos separado.

por **Jean-Luc Tessier** Jue Mayo 26, 2011 6:50 pm

Ahora ya sin esa molesta prenda sobre su cuerpo volvieron a besarse, esta vez por inercia de la muchacha y obviamente sin ninguna restricción por parte de Adam. Al contrario. Él estaba deseoso de poner sus manos sobre el cuerpo de ella. De palpar su piel. De sentirla. Y eso fue exactamente lo que hizo. La acarició de arriba a abajo con ambas manos y de manera suave sin que sus labios se separaran en ningún momento, o por lo menos, no hasta que ella habló. Susurró.

Un pequeño escalofrio le recorrió el cuerpo debido al respirar tan cerca de su oido. Entrecerró los ojos para disfrutar de las sensaciones. Para disfrutar de la mano que ahora le acariciaba bajo la camisa. Ella si era atrevida; eso le gustaba.

No respondió a sus palabras más que con un profundo suspiro cerca de su oido de tal manera como había echo ella, agarrandola con fuerza por las caderas. Mordisqueó el lóbulo, estirandolo hacia él y bajando por un camino de besos desde el mentón hasta el cuello como había echo instantes atrás, mordiendo esa zona aún con cuidado de no dejar una marca demasiado llamativa. Sería todo un escándalo para una muchacha de su clase y, lo más seguro, es que sus padres no supieran absolutamente nada de el tipo de relaciones que tenía con muchachos. Como por ejemplo la que había tenido y tenía en ese preciso instante con él.

Soltó una pequeña carcajada de sus propios pensamientos y en un arranque la acorraló contra una pared, haciendo que su espalda chocara con fuerza contra esta, empujandola él mismo a proposito. La miró y se mordió el labio con una sonrisa - ¿Me vas a sorprender? - le susurró sobre sus labios dándole a éstos pequeños besos sin quedarse más de dos segundos parados - Seguro que algo has aprendido en todo este tiempo eh, Laura.. - susurró de nuevo, llevando una de sus manos hasta el muslo de ella y apretandolo con fuerza, haciendo a la misma vez que ella alzara la pierna; rozando con la suya propia.

Ahora los ojos los mantenía abiertos; no quería perderse ninguna expresión y a la vez esaba ansioso por saber la respuesta a su pregunta.

por **Laura Juliet Bianchi** Jue Mayo 26, 2011 9:33 pm

Abandonarse. En definitiva, cada uno de mis sentidos adquirían sensibilidad, mayor conforme me abandonaba entre sus labios, sus caricias & teniendo en cuenta la corta distancia entre nosotros.
Así escuché claramente la respuesta a aquella frase que había murmurado hacía unos instantes; un suspiro. Una respuesta de satisfacción.

Eso fue suficiente para sacarme una corta risilla alegre, donde al ceder territorio, Adam ya lo estaba recuperando con pequeñas mordidas sobre el lóbulo de mi oído, donde al sentir la cálidez de su respiración y su aliento, fue inevitable no estremecerme de anticipación.
Encontraba agradables aquellos mordiscos, aún cuando él parecía insistir en dejar una marca visible, algo que nos conectara.
¿Qué no ya había conseguido aquello hacía un par de años?

Mordí mi labio, dejando que sus labios retocaran esos besos de antes, mientras ahora ambas de mis manos acariciaban su espalda, al comienzo, con la palma de la mano abierta, alcanzando lo más bajo de su espalda para luego hasta donde se unía con sus hombros para que las segundas vueltas fueran más como escribir palabras invisibles sobre su piel. Creanlo un mal rasgo de mi parte pero, me agradaba la sensación de su piel, sentir como su cuerpo era un poco más ancho y luego menos, además, con la mano en su espalda conseguía mantenerlo cerca mío, justo como me agradaba.
Mis manos se habrían aventurado a acariciar la parte delantera de su cuerpo pero me empujó con tal fuerza que me sorprendió un poco, me quitó el aliento y me sacó una amplia sonrisa con bastante coquetería.

Entre un hombre & la pared. No, no era cualquier hombre; entre Adam & la pared.
Escuché antenta sus palabras que me cautivaban, incrementaban aquel deseo que por sí solo ya se había acumulado en mi interior mientras le sentía llevar sus manos hasta mi muslo.
Estrechó mi pierna contra la suya y yo por supuesto, no hice nada para impedirselo, más que mirarlo con una sonrisa.
"Debería tomar en cuenta su atrevimiento, ¿acaso eso ha sido un reto?" pregunté arqueando una ceja, sin poder desvanecer la sonrisa de mis labios.
No abandoné su espalda y alcancé nuevamente lo más bajo de esta, siempre por debajo de la tela, aquella prenda estaba pasando a segundo plano pero sabía que pronto no enfrentaría mayor problemas al respecto y seguí, empujandome entre la cintura de sus pantalones, no para avanzar demasiado, solamente tentando el territorio, donde con un poco de presión, conseguí que él dejara sus caderas sobre las mías, presionando lo más bajo de su cuerpo contra mí; mis labios se acercaron a sus suyos, entreabiertos, deseosos de otro beso más yo les contuve, tan solo dejé que mis labios a penas le tocaran.
Mis ojos jamás abandaron los suyos.
"Siempre hay trucos por aprender & yo... he estado buscando el maestro adecuado"

por **Jean-Luc Tessier** Vie Mayo 27, 2011 2:19 pm

- En ese caso, veremos que tal te ha enseñado - sonrió pícaro como lo habia estado haciendo instantes antes y volvió a tomarle sus labios en un beso; cabe decir que bastante pasional. Sus ojos se cerraron y sus manos se aferraron al cuerpo de ella, una sobre su muslo y la otra sobre su cintura. Podía notar perfectamente el cuerpo de ella sobre el suyo sin poder evitar mover levemente su pelvis contra la de ella, disimuladamente pero a la vez con fuerza; para que lo notara.

Sin pensarlo apartó las manos de su cuerpo, separandose unos centimetros y llevandolas hasta su propia camisa. Se la quitó en cuestión de segundos, abriendo en ese instante los ojos y relamiendose sus labios con la lengua después del beso que acababan de tener. La miró fijamente y le dió de nuevo otro repaso, esta vez algo más profundamente, de arriba a abajo, asegurandose de que ella lo estaba mirando; de que sabía las intenciones que tenía. No dudaba en que las de ella eran si no iguales muy parecidas. Ya la conocía y aunque pensaba descubrir cuanto había cambiado poco a poco veía que en ese aspecto continuaba siendo igual de atrevida que cuando se conocieron años atrás.

Volvió a pegarse y a besarla. Mordiendole suavemente el labio inferior a la vez que sus manos volvían a ponerse en movimiento. Esta vez agarraron ambos muslos, alzandolos de manera que ella pudiera agarrarse así a su cintura con las piernas. Habitualmente en ese tipo de situaciones la pasión y el deseo le hacían tener una fuerza que puede que en un estado más "pasivo" no se le diera tan facilmente. Podía ser delicado y suave, sí, pero también podía ser bruto. Tan bruto como su pareja se lo consintiera.

- No pararía ni aunque me lo suplicaras - le susurró sobre su oido dandole otro mordisco, esta vez algo más fuerte, y seguido de otro movimiento de pelvis sobre la contraria. Sus manos se aferraban con fuerza al cuerpo contrario y podía sentir el corsé de la joven contra su propio pecho al pegarse sus cuerpos; otra prenda molesta que no tardaría mucho en desaparecer.

Ahora le hacía saber que en el estado en el que se encontraba tanto "esa" parte como el resto del cuerpo no había vuelta a atrás posible.

por **Laura Juliet Bianchi** Vie Mayo 27, 2011 5:25 pm

Poco a poco olvidaba mi buen juicio, sintiendo aquel movimiento de su pelvis contra mi cuerpo & sus labios atrapandome, eran pequeñas, placenteras delicias.
Y las delicias mejoraban con la vista de su cuerpo, más especificamente, de su torso desnudo, el cual sabía se revelaría a penas él se quitara la camisa; ¿alguien tenía un poco de prisa?

Sonreí con una sonrisa coqueta, mordiendo mi labio después mientras él lanzaba su camisa a algun lugar de aquella habitación.

No había cambiado. Se mantenía con un buen cuerpo, quizá ahora estaba un poco más trabajado que antes aunque, nada demasiado exagerado.
Eso me encantaba.
Y no pude evitar responder el beso que llegó acontinuación con más energía, apasionadamente mientras con mis piernas, él me invitaba a rodearle la cintura y por supuesto, yo lo hice agradecida, dejando mis manos sobre sus hombros, sus brazos desnudos, su espalda...
Mis piernas se afianzaron fuertemente a su cintura, nada que pudiera lastimarlo más, fue inevitable el contacto de su cuerpo con el mío, casi tan inevitable como fue el sentir que alguna parte de su anatomía, estaba demostrando un tanto más de su sentido de placer y deseo.

Conseguí alejarme de sus labios para mirarlo callada, sin aliento. Lo miré unos segundos, mientras mis manos finalmente recorrían la parte delantera de su torso, acariciando su pecho hasta donde alcanzaban mis dedos, hasta verse obligados a volver a subir por su cuerpo, cuando mi estomago y vientre, respiraba acelerado, buscando salir de aquella tela e ir al encuentro de su cuerpo de una sola vez.
Nuevamente me acerqué a su cuerpo, sin cerrar mis ojos, besando su mejilla hasta alcanzar uno de los costados de su rostro, recorrer nuevamente el camino de su oreja a su cuello y desembocar como el río, sobre sus hombros, donde ahora su piel dulce me esperaba y mis labios con besos borraban cualquier rastro de húmedad.
Besé su piel una y otra vez, haciendome camino entre su clavícula, besandola también para alcanzar el hombro opuesto, besarlo y continuar con pequeñas mordidas sobre su piel.
"Adam..." murmuré casi en un suspiro, nuevamente estando a un lado de su oído mientras llevaba una de mis manos a buscar la suya, aquella que descansaba sobre mi cintura y sin dejar de presionarla contra mi cuerpo, guié sus dedos por mi cintura, hasta por encima de mis pechos. "...te he extrañado. Te deseo ."

por **Jean-Luc Tessier** Lun Mayo 30, 2011 3:28 pm

Sus palabras no hacían más que excitarlo. Sí, le gustaba saber que ella lo deseaba tanto como él y que lo había extrañado. La verdad esque Laura fue una buena amante por aquellos tiempos. Aquellos tiempos en los que no habían pasado tantas mujeres por su vida pero que por la contra ella era más especial. No fue un "aquí te pillo aquí te mato" como decía Adam habitualmente de los encuentros fortuitos que tenía con alguna que otra mujer; ella al ser una conocida de su familia había persistido durante bastante tiempo. Desde aquella fiesta en la que se conocieron formaron una bonita amistad, por no decir que estuvieron saliendo durante un tiempo. Era la mejor manera de mantener a su madre contenta y que acallaran algunos rumores sobre sus amorios. Laura era una muchacha de buena familia, a la suya le convenía y a la de ella Adam también le convenía. Ambos eran muy parecidos después de todo.

Cuando ella dirigió su mano hacia la parte de sus senos los pensamientos desaparecieron; ahora había que concentrarse en otra cosa. Sonrió malicioso y esa misma mano la llevó hasta su cabello, tirandolo con algo de fuerz de manera que colocara su cabeza junto a la de él. Se acercó y los labios se rozaron provocadoramente, por parte de él claro que era el que todavía la mantenía sujeta. Añadiendole algo de morbosidad al asunto. El emplear algo de fuerza nunca estaba de más.

Le mordió el labio inferior y lo estiró hacia él - Demuestrame cuanto - fue lo único que salió como respuesta a las palabras de ella justo antes de volver a besarla con pasión, comiendose sus labios prácticamente y soltandole del pelo para que pudiera moverse. Le dió otro movimiento de pelvis que hizo chocar la espalda de ella contra la pared, escuchandose el ruido. Obviamente echo con fuerza a proposito para que lo sintiera.

La mano que ahora habia quedado colgada volvió hacia la parte de sus pechos, concretamente, la del corsé y empezó a deshacer los lazos de detrás con suma rapidez. Alzando el cuerpo de ella lo suficiente como para que su mano cupiese entre la pared y su espalda. Era ya experto en corses, muy molestos pero a la vez excitante. Excitantes cuando se los arrancaba -literalmente- claro.

Lo desató hasta que quedó algo flojo, bajandolo entonces con esa mano lo suficiente como para que uno de sus senos quedara al descubierto, agarrando ese mismo con fuerza. Lo estrechó entre su mano y centró su atención en el pezón. Le encantaba tocar los puntos sensibles.

off:

por **Laura Juliet Bianchi** Lun Mayo 30, 2011 11:27 pm

Jamás he entendido eso, do explain, ¿cómo es que en un foro para mayores de 18, hay qué poner +18? xD

Al parecer mi piel reconocía sus caricias y las respondía con estremecimientos, con pequeños suspiros de deseo que se empezaban a escapar de entre mis labios, mi cuerpo empezaba a delatarme.
Empezaba a delatar mi excitación.

El conocimiento comenzaba a nublarse, entre recuerdos y sensaciones, viejas memorias que creía olvidadas, donde ahora aprecían claramente dos figuras, un par de escapadas juntos, unas fiestas, bailes elegantes donde solo se escuchaba música alegre, mis memorias iban desde aquello hasta detenerse en lo más intimo, lo más privado que compartimos juntos.
Y nuevamente teníamos esa oportunidad, de compartir un momento juntos, compartirse...

Me incliné hacía sus labios cuando me sentí atrapada entre sus dientes y jadeé cuando escuché el estruendo de mi espalda al chocar contra la pared, a la vez que sentía sus caderas arremeter contra las mías.
Entonces le miré a los ojos, con estos dos bien abiertos mientras sentía como sus habiles dedos se deshacían de aquel corsé y apenas lo liberaron, sus dedos se encontraron con mis pechos, donde aquel que era el centro de su atención, comenzó a endurecerse ante su tacto.
"Y... tanto"
Murmuré casi de manera incomprensible, mientras aquello que hacía me hizo volver a buscarle los labios por un beso, hasta encontrarlos y reclamar aquello que buscaba, donde nuevamente mi lengua tomo parte de su boca, mientras mis manos le acariciaban la espalda, haciendose camino hasta lo bajo de su cuerpo, donde mis manos acariciaban su trasero, obligandole a presionar más su cuerpo contra mi.
Tentandolo.
Mientras con mi entrepierna frotaba la suya, con un ligero movimiento que podía ejercer sobre su cuerpo mientras el me sostuviera.
Vaya que estaba disfrutaba aquellos juegos nuestros.

por **Jean-Luc Tessier** Mar Mayo 31, 2011 1:54 pm

Laura no se quedaba quieta, para nada, por cada movimiento que hacía Adam ella se lo devolvía y bien que le gustaba la manera en la que se lo devolvía. Siempre le había gustado que le devolvieran los movimientos. Como si aquello se trataba de una pequeña batalla para ver quien era el que excitaba más al contrario. Un juego divertido entre ambos como solían hacer en el pasado. Ninguno de los dos había perdido facultades eso estaba claro, si un caso, habían cogido experiencia porque Laura habría tenido también sus buenas experiencias en el tiempo que no se habían visto. Eso seguro.

Su miembro ya estaba prácticamente del todo erguido, duro ante el roce que ella ejercía sobre el. Su movimiento de pelvis al que Adam correspondió pero de manera un tanto más brusca y asegurandose de que notara su dureza; de que sintiera lo que ella le había provocado en cuestión de minutos.

Sus labios a petición de ella volvieron a juntarse. Adam mordió el labio inferior de ella con fuerza hasta notar el sabor metalico de la sangre; tal vez se estaba pasando de la ralla pero no era culpa suya. Era culpa de esa mujer que lo estaba volviendo loco con sus movimientos, ahora que se atuviera a las consecuencias que provocaba. Pasó la lengua por la herida -cabe decir que muy pequeña- y dió de nuevo otro mordisco, a proposito, para que le doliera esta vez.

La movió del sitio y la llevó hasta la parte de los ventanales que daban a la parte trasera de la casa, empotrandola ahora contra los cristales. - Me estás tentando preciosa y eso..no es nada bueno.. - susurró con una sonrisa ladina en su rostro sin apartar la mirada de la trayectoria de ella, bajando esta vez la cabeza hasta que sus labios llegaron al pezón que ya había endurecido; mordiendolo con fuerza.

Oh sí, aquello solo acababa de empezar y solo de pensar en lo mucho que se iba a divertir ya le latía el corazón con más fuerza.

off:

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