El aullido [Libre]

Recuerdo del primer mensaje :

Llegue a la taberna antes que nadie, ese lujo tiene hospedarse en el centro y aunque caminé parsimoniosamente fui primero en llegar. No tenía necesidad de apresurarme en ningun sentido, lo que ha de ocurrir, acontencerá de cualquier manera. Hagen cree que ha llamado a concilio, pero lo cierto es que la semilla de una unión esta en nuestra sangre. La historia se conforma en ciclos, como una espiral que se cierra sobre si misma cada vez, sólo que escalando peldaños impasibles en el tiempo, asi hoy volvemos al lugar de donde partimos hace mucho, y puede que encontremos los mismos sitios y a la misma gente pero nosotros seremos alguien diferente, mirando desde otra posición, una nueva perspectiva cada día.

Por supuesto hay quien no aprovecha la bendición de renovarse y con uñas y dientes se aferran a sus miserables posesiones o a la seguridad de sus grises vidas, no es el caso de nuestro joven líder quien finalmente levanta la voz entre el silencio. Pronto responderán al llamado los representantes de todos los clanes quienes ya deben estar en París, y que según tengo entendido ya han sido convocados a esta reunión improvisada. Lo que Hans no ha meditado suficiente es que también acudirán al llamado los Ronin... los lobos vagabundos sin clan, que convocados por el aullido también se acercarán por los lazos del instinto A esos son a los que espero con cierta emoción silenciosa, mientras encuentro una mesa muy cerca de un rincón que me permita tener una vista completa del lugar. Quiero observarlos a todos mientras llegan.

Ah, los humanos se habían ido y fue hasta ese momento que pensó que si se hubiese querido marchar sin llamar la atención acababa de perder el momento justo para eso. Pero cuando escuchó el aullido su cuerpo se quedó inmóvil, simplemente si lo hubiese intentado se habría quedado a medio camino. Escuchó el eco de los otros respondiendo al gesto y su mirada estaba fija en aquel hombre que le hacía sentir pequeño.

De licanos no sabía nada, nunca había estado con otros, no sabía si había reglas, o qué hacían en determinadas circunstancias, eso le hacía verlos a todos con un aire de asombro. Se sentía fuera de lugar, pero no podía negar que el lobo que había en él se sentía atraído hacia ellos. Un escalofrío le recorrió la espina dorsal.

No había diferencia, así que no tenía mucho sentido pensarlo, no importaba de qué tipo fuesen, si era una tribu, debía funcionar como a la que él pertenecía, si bien el era el único licano que habían tenido y sin embargo ellos le habían enseñado a dominar al lobo en aquellas noches de luna en el que parecía querer perder la razón. Sinceramente no fue difícil, pero mucho tenía que de no haber ido a París, él habría sido el siguiente chamán en la línea de su familia. No era fuerte, solo tenía esa parte de él.

Si les observaba con ese sumo cuidado es que no sabía qué terreno pisaba. Ellos tenían –todos- esa aura que denotaba algo de lo que él carecía. Además ¿Ya pertenecían a alguno de los grupos que al parecer se habían reunido ahí? Notaba la diferencia entre varios de ellos, no creía realmente ser el único perdido que no sabía que pasaba ¿o si? Tampoco sonaba imposible. Se levantó por mera inercia, se sentía un poco agobiado, tenía que admitir. Las presencias de esos lobos eran abrumadoras. Ese aullido, era eso… había hecho sentir en su interior algo que no había sentido antes. Y apenas notaba lo primordial en aquello tras escuchar las palabras que pronunciaban. Su corazón se había acelerado, pero por mucho que no hubiese pronunciado palabras hasta ahora, ponerse de pie como quien va a decir algo y quedarse completamente callado no era realmente una buena cosa. No tenía un discurso o buenas palabras, es más, escucharlos le había dejado mudo.

No, spike, decídete o te quedas como quien no existe o dices algo. Penas notes las miradas sobre ti, ya no tienes en donde meterte, porque ya habrán notado tu presencia. Claro, ellos sabían que estaba ahí, era imposible que no cuando las personas ya habían huído y seguro que podían percibir el aroma de uno de los suyos como él podía distinguir el de ellos. Sinceramente, tenía ganas de salir y esperar afuera, como si aquello fuese demasiado importante y el no tuviese derecho de estar ahí. Estaba pensando de más Entonces di algo! Si, si no tuviera un nudo en la garganta eso serviría. solo pudo sonreír nerviosamente y volver a sentarse alzando el tarro de cerveza casi deseando poder volverse uno con la pared.

Su mirada se desvió ligeramente al lobo que había visto entrar antes, ahora estaba seguro de que era un solitario. Pero tenia el aroma de los chamanes, los lobos no deberían andar en solitario para eso estaban las manadas. Le miro directamente y busco sus ojos, dejando que el mismo encontrara su posición natural, en su clan nunca había tenido problemas para que las cosas se establecieran de forma natural. Cada miembro le sentía, sabían que había nacido alfa así como el sabia que no era el único con el privilegio, si algún alfa aparecía el aceptaría el reto para mantener su posición. El podía ver en el desconocido que no era material alfa, tampoco parecía un ejecutor, pero lo sentía, era de los suyos. Su lobo interior rugía y pedía que el muchacho expusiera su cuello ante el, pero su lobo podía ser muy impulsivo y salvaje.

Una mujer entro en la taberna y aparto su atención del jovenzuelo, era una mujer delgada, de facciones afiladas y cabello castaño. Los ojos oscuros del color de la canela. Hablo y fue evidente que sabia donde se estaba metiendo, sus ojos se encontraron con los suyos y el saludo con un asentimiento de cabeza.

-Remington Talbot Colton , un placer.

Saludo extendiendo la mano en un saludo civilizado después de la muestra salvaje que había dado momentos antes. Estrecho la mano ajena con un apretón firme. Que si se había perdido la diversión? No contesto a la pregunta. No sabia a lo que podía llamarle la diversión aunque ciertamente su encuentro apenas había comenzado.

Resulta inquietante la actitud de esta jauría de perplejos. Esta reunión debió llevarse acabo en el bosque, muy lejos de los humanos y sus cerradas mentes, ahí esta la mano de Hagen, el provocador, mas me sorprende que el joven Talbot se deje llevar por arranques de euforía en un lugar infestado de Vampiros, muchos de los cuales, a pesar de la tregua continuan su secreta guerra para borrarnos del planeta. Y aún ellos no resultaban una amenaza tan temible como la maldita inquisición que esta reclutando Lycantropos para asesinarnos. ¡LYCAN! Bien pudiera ser alguno de estos que de forma tan timorata se acercan fuese uno infiltrado de nuestros enemigos... Yo había sido hasta el momento uno de aquellos que no revelaba aun su nombre ante la manada y no pensaba hacerlo tan abruptamente, sin antes ver de que va su nuevo "concilio". Me puse de pie cuando todos los ojos seguían los pasos de Antonella Morel, ultima de las Nobles Herederas en aparecerse. Entre tantas escencias lupinas la mía aún pasaba inadvertida, mas no por mucho.

- ¡Hermanos!

(* Alza la voz sin saber muy bien que es lo que va a decir después, solo sintió que tenía que intervenir)

En casa se mostraban algo escepticos ante la invitación de Hagen a conformar un nuevo concilio, pero me enviaron de cualquier manera pues mis padres son lycans demasiado ancianos; en el fondo temen que los devore como era constumbre en los dias de sus propios abuelos, pero yo valoro mucho sus consejos. Es precisamente esa sabiduría la que me han encomendado traer entre estos lobos.

- Hermanos! Contnegan su euforia, pues asi como nosotros esuchamos el llamado que hoy nos une, otros que buscan separarnos tambien lo escucharon. Quizás vengan en camino. Me envía, como su heraldo el clan Lamarck, para saludar a los nobles Líderes de los Seis Clanes...

Quería continuar: "... y lo que encuentro es un monton de cachorros excitados." pero no hubiera sonado muy respetuoso.

Y para velar por la seguridad de este concilio... salió en cambio de mis labios.

Esperabamos a Jon, era parte de nuestro circulo de estudio; de hecho él es quien había arrojado la idea de un orígen común entre las especies de Lycan y Shifter. Fueron sus estudios los que tomamos como base para desarrollar cada uno sus propias investigaciones. Esperabamos a Lamarck aunque nos pesaba a todos... Sabíamos lo amargado que resultaba a veces su obstinado pesimismo.

El comentario dejó fríos a los recién llegados no solo por las palabras sino por el aire sombrío con que las acompañaba. Lo mejor que atiné a hacer fue servir una copa de ese vino dúlce que Hagen mandó traer para todos y ofresércela con un gesto delicado.


- Este podría ser nuestro ultimo brindis, es muy cierto...

Apenas la tomó en sus manos, le di la espalda y compúse mejor una mirada a las lobas Nahira y Morel, y al joven Talbot - mucho mas joven de lo que le habian contando - el instinto tendía lazos invisibles entre los lobos, pero quiso detenerse en el aquel que parecía mas callado entre todos... el que no tenía clan.

- Pero ¿hemos de vivir nuestros ultimos instantes acobardados? ¿escondiendonos? Estamos juntos... Queremos que escuchen que estamos juntos, que este es un tiempo nuevo...

(* Alza la su copa.)

- ¡Al fin reunidos! Larga vida a nuestra nación Loup Garou

mon cheri L. siempre ha tenido esa vocación conciliadora. Ya habíamos percibido su aroma aunque al no conocerlo mas que por sus cartas ysus publicaciones no habíamos hilado el olor a su dueño, Hans y yo sabíamos que estaría presente el insidioso Lamarck. Quisiera que fuese mi amor menos "amable" con aquellos de quienes se sabe son provocadores. A pesar de su actitud rejega se que los Lamarck son incondicionales seguidores de Hagen. ¿Para que tanta seriedad si estamos en nuestros propios terrenos? Con tanto lycan reunido, dudo que haya un solo enemigo por poderoso que pudiera ser o numeroros sus ejércitos que se atreviese a alzar la cabeza en contra nuestra so pena de perderla. Sin embargo cierto es que cuanto digamos aqui puede ser pasado por agua y sangre. Nunca sabes quien te escucha; asi, esclavos somos de cuanto decimos y dueños solo de aquello que callamos.

- Bienvenidos sean hermanos y hermanas a nuestro recinto. Sepan que además de la vigilancia de nuestro socio Lamarck, tambien contamos con nuestra propio cuerpo de seguridad, sientanse cómodos. Monsieur Hagen ha dispuesto todo para que esta reunión se lleve acabo sin contratiempos. Tómen la libertad de ordenar cuanto gusten de la carta. (* Mira a Talbot y luego a su hija) ¿quizás algo de comer para la pequeña?

Creo que la jugada de Hans es validar su liderazgo al frente del clan Hagen llamando a concilio a los jóvenes. ¿Planeará luego tomar el control de todo el territorio de Ivan? Debió enterarse del reciente nombramiento de Talbot y la caída en desgracia de las tribus Nahiara y Carthaigh. Y a todo esto... donde esta Carthaigh?

- Nuestra anfitriona, Nina Hagen esta proxima a llegar junto con el resto de la comitiva. Mientras tanto, acerquémonos; únamos algunas mesas para poder sentarnos todos juntos y mirarnos de frente... Tenemos asuntos urgentes que como hermanos debemos discutir

Y si, era verdad, había mucho por organizar, muchos acuerdos que tomar si ibamos a conformar una nueva nacion Lycan. Pero era necesario estar todos juntos, debemos esperar a que la ultima Heredera este presente...

Deirdre se sentía confundida, nunca en todos sus años habían sentido la necesidad de informarse sobre la vida de los lobos, de hecho le era algo nuevo, y de la noche a la mañana tenía que cargar con un gran peso sobre sus hombros, para su buena suerte la calidez de las personas que estaban a su alrededor la hicieron sentir en casa, como un segundo hogar, o quizás el primero que nunca había tenido. El primer encuentro le pareció fallido, la loba Morel estaba demasiado entretenida cómo para prestarle atención a su saludo, pero aquel otro hombre la saludo cómo si nada, y también una mujer más se acercó. Ahora le era imposible sonreír, su cuerpo se estremeció, sintió un aullido en su interior.

- Deirdre, me llamo Deirdre - Dijo su nombre con una radiante sonrisa al licántropo. Se dio cuenta que gracias a su habilidad podía identificar olores de distintos tipos. Le pareció que uno olía a frambuesas, y otro a pastel de chocolate, aquella la hizo reír un poco más, pero no hizo referencia a sus risas. - Nina… ¡Cuanto tiempo! - A pocos eran los que conocía, pero en ocasiones se había topado con alguno que otro, y podía darles un saludo cordial - Lamento la tardanza, de verdad, me entretuve en el camino - ¿Cómo iba ella a explicarles que era una despistada? Debía decirlo, eso de ser cargo de una manada, de otras vidas le ponía los pelos de punta. No dijo más y comenzó a caminar, la taberna ya estaba a un lado.

- Lamentamos la tardanza - Se disculpó, haciendo un estudio con la mirada de todas las personas que se encontraban en ese lugar. Pocas eran las que conocía, se sintió un poco intimidada, pero al poco tiempo retomó confianza ¿Por qué? Pues todos estaban a disposición del conocimiento mutuo. Para la mala suerte de Deirdre, Lykos había partido, disculpándose de sentir que algo malo ocurría en su hogar, y esas cosas no puedo negar la loba, pues para ella primero la familia. - Yo quiero solo un vaso de agua - No era una chica de beber, de hecho no tenía malos vicios, o quizás si pero muy secretos, y no se sentía dispuesta de contarlos en ese momento.

- Mi nombre es Deirdre, del clan Cárthaigh, mi padre ha fallecido hace un par de años y me he quedado a cargo de la manada - Se encogió de hombros, y después la sonrisa volvió, aunque sus mejillas se sonrosaron - ¿Debería hacer mi llegada más oficial con un aullido?-

OFF: Lamento la tardanza, mi compromiso desde ahora es ser más dinamica y participativa. Saludos.

Ante el mero atisbo de algo negativo en el ambiente, se puso de pie cual si una fuerza le estimulara a acercarse a quien le pareció la compañía mas acorde y segura para alguien como él. Se puso detrás de aquel hombre, más grande que él y saludo apenas con un movimiento de cabeza al resto en la mesa, viendo al hombre que le había dirigido antes la mirada y algunas de sus palabras. Se sentía nervioso por estar ahí, rodeado de esas personas que más bien le daban esa sensación de superioridad.

Giró el rostro viendo a los presentes, él podía ser muy raro a veces y desconocía por completo las costumbres de la raza de los presentes. No entendía para nada ese júbilo aunque en cierta medida lo sentía, pero no como ellos. Demostrar lo que era, aullar, prefería mantenerse en la quietud del desconocimiento hacia su persona. Su lobo interno, parte de si desde hacía tanto tiempo, era como una extensión a lo que podía hacer, y para él realmente era una sorpresa verse entre esta gente. Ser un licántropo había sido para él parte de su iniciación, controlarlo, hacer fluir esa energía era fácil o lo fue con la ayuda de su madre, quien era la chamán de su tribú.


Con todo y la naturalidad con que había sucedido, aquello evolucionado, siempre había sido diferente a los otros, estar ahí era como demasiado irreal con todos esos licanos a su alrededor. Pero se sintió como a la defensiva y por eso cerca de aquella niña y el hombre que le llevaba consigo, les observó y saludó también.

Todos se presentaban y mencionaban clanes, el no tenía uno. Justo en París el no tenía ni conocidos, ni amigos ni nada similar. Tampoco podía volver a su tierra en otro continente. Spike observó a todos como intentando averiguar de donde provenía esa mala sensación que sentía, pero sus sentidos estaban confundidos entre tantos -Mi nombre es Spike Spiegel... - Fue todo lo que pudo decir, no había nada más relevante de momento, no tenía nada que nombrar en su presentación como el resto. Solo se mantuvo quieto y cerca de donde creyó estaba seguro.

¡Deirdre, señora de los Carthaigh! - le saludé formalmente aunque mirándole en complicidad, - Acatamos el llamado de nuestra Naturaleza, entrémos pués, donde nuestros hermanos nos esperan.

Apenas entramos en la taberna, nos encontramos entre la nueva manada sus esencias eran una mezcla de perfumes deliciosos que me llenó el corazón como nunca otra sensación antes me ha llenado los pulmones, ¡el cuerpo entero! Tan solo por este momento ya en que los latidos poderosos de nuestros cuerpos batían juntos a un ritmo, valía la pena haber convocado a concilio. ¡Lobos de los cuatro rincones del Universo! jamás pensé que fuese posible volver a reunir a los seis nobles, pero parece que el llamado de mi hermano caló fuerte entre los Lobos. Aqui estaban, representantes de todas las tribus de Lycan, inclusive las tribus perdidas, pues llegamos justo en le momento en que se presentaban los últimos hermanos.

(* Nina asiente ante la sugerencia de su hermana de celebrar con cantos y sin más preámbulos comienza a entonar los antiguos versos de Gaia)

- Sin quien los Lycan no vencen, aquien llaman en su ayuda cuando combaten: Quien ha sido la medida de todos, quien mueve lo inamovible, ella, Oh! Hermanos, es Gaia.

(* miro los rostros de los jóvenes lobos, se que muchos de ellos no saben nada sobre sus tradiciones, sobre aquella cultura milenaria que transmitimos de padres a hijos. Lo sé porque muchas tribus se han alejado desde aquel primer concilio y otras nuevas han surgido.)

- A Gaia considero mi madre, mi pariente; la tomo por mi hermana y mi amiga por siempre.

En sus rostros hay asombro. No importa si conocen o no las tradiciones, se que pueden sentir lo que las vibraciones de mi canto les transmite. Esta voz y estas palabras venidas de lejos son suyas también e irán despertando la memoria de nuestra raza, que duerme en ellos.

- Tu eres mujer, Tu eres hombre. Eres tu el joven y la doncella también Eres Tú, como un viejo, tambaleante en bastón. Al nacer, Te volviste hacia todas direcciones.

Voy mirando uno a uno a los hermanos, primero a los que jamás había visto, saludándolos respetuosamente con mi canto, luego a mi propia tribu que me recibe siguiendo con palmas la voz.

- Firmemente asentados se encuentran los cimientos de la Ley Eterna, de su hermosa forma son muchas bellezas espléndidas.

(* Cuando terminó aquel divino canto y la bruja Hagen se sintió entre los suyos al fin, abarcando con la mirada el cada uno de los iris que sobre ella se posaban les dirigió una cariñosa bienvenida)

¡Jauría! Reúnamonos en comunión, ¡que nuestros espíritus estén en armonía! Como los dioses antiguos que en armonía se sentaban ante sus partes designadas. Común es el lugar, común la asamblea, común el espíritu, estén asi unidas sus ideas.

Vio a las mujeres entrar y presentarse, asintió a ellas a modo de saludo y bienvenida y sintió cierta gracia para sus adentros ante el comentario de la joven. Según sabia el clan de la muchacha había tenido también una vida trágica, como lo veía eran pocos los clanes en condiciones como el propio. Los suyos eran numerosos y en gran medida con pocas bajas por sus atacantes, desde luego jamas se atrevería a decir que era el responsable de ello. El no creía que le hubiese fallado a su gente hasta ahora ni la confianza que le tenían, pero habían sido sus ancestros quienes habían tomado las medidas necesarias para protegerles, creando la villa, diciendo por el país, juntando familias, buscando el menor numero de solitarios.

Su mirada estaba el las recién llegadas cuando lo sintió, el aroma a chaman tan similar a de su gente se acercaba, alertando sus sentidos, le miro de reojo y reconoció una vez mas como las cosas se alineaban naturalmente en este mundo, encontrando el balance y su lugar en la vida. El joven lobo se había acercado a el, consiente o inconscientemente debía haber sentido la afinidad de su naturaleza con la de su clan, su rango debía haberle hecho buscar protección dentro de aquel lugar lleno de aparentes amenazas para alguien que no conociera lo que ahí sucedía y por la mirada del joven seguro que no lo hacia.

-solo quédate cerca Spike, todo estará bien.

Le hablo en voz baja mientras nina comenzaba a cantar, cantando a gaia, cantando a los licanos. Un extremo de sus labios se curvo ligeramente, con el sentimiento de aceptación y de agrado. El sentimiento vibrante de los canticos era similar al de los versos de su gente, casi tan emotivo como los versos y los cantos de su gente para despedirlo antes de salir hacia un par de semanas de la villa, eran cantos para el alma. Su lobo en su interior estaba satisfecho y emocionado.

Giro un poco el rostro para ver a la cara al jovencito que había buscado refugio en sus espaldas-quédate tranquilo- le hablo- escucha y entenderás, mantente tranquilo por que nadie te hará daño- aseguro antes de volver la mirada al frente, donde todos observaban el fin de la interpretación.

Oh, no, si él no pensaba moverse de ahí cerca de ser posible. Aún así le miró como asintiendo a lo que le decía. Entre toda aquella gente, con él sentía esa afinidad que no podía explicar, porque siendo la primera vez que estaba con lobos, no podía saber lo que pasaba. Saludo a quien estuviese cerca por el nerviosismo latente en su interior.

Se acercó a la niña con el otro muchacho. Quería preguntar algunas cosas, pero pensó que tal vez era apresurado, y no había dicho que si observaba lo entendería? Spike tenía paciencia y a veces tal vez demasiada que desesperaba a algunos. Mantenerse en silencio y pasar desapercibido normalemente en otros lugares le funcionaba bastante bien. Eso que sentía ahí le inquietaba, sin saber que era porque el también se sentía como ellos pero no lograba verlo por completo.

Hacía tanto tiempo que no se había sentido realmente parte de algo, esto empezaría a abrirle un panorama diferente al parecer. Nunca topándose con uno de su raza y ahora rodeado de ellos. Era tan irreal y a la vez se sentía como si fuese lo natural. Y según lo que creía, solo debía dejar fluir las cosas y estas seguirían su curso natural, incluso si él no sabía a ciencia cierta lo que fuera.

Hasta este momento, solo había un lobo en la taberna que aún no había dicho nada; esperaba, con emoción contenida, la aparición de una escencia especial. Tan sólo se movió cuando ella, la bruja entró en la taberna, acompañada por la hija del Loco Carthaigh. Primero dejo que se acercaran uno a uno, el Dr. Dee, seguido por Lamarck y Beckmann, haciendo grandes aspavientos, gritando todos a una voz - NINA! NINA! - Detras de ellos, casi al borde de las lágrimas Madame L. y su marido abrazaron a la loba apenas pudieron alcanzarla. Tambien ese enorme Shifter le saludó con gran afecto y solo entonces este silencioso lobo se decidió a pronunciar palabra; no fué para presentarse, pues poco le importaba que alguien supiera su nombre; mas bien habló para recibir a su líder:

- Nina, Nina tankartina, etto traktor imotor.

¡Ya los seis grandes se han presentado! Finalmente el concilio esta completo. Profundo calan aún en nuestro espíritu las viejas alianzas. Sin mayores formaliades Svensson, Carthaigh, Nahiara, Morel, Talbot y Hagen se han presentado, como tambien nosotros los clanes menores acudimos al llamado de quien finalmente se une a nuestra mesa. Hagen, la bruja.

Abbatoir se le acerca arteramente apenas llega, se acerca con lenguaje florido y sus gestos afectados, ¡roba su atención! ¡Ese roe-huesos! Mas no hay por que fruncir el ceño, no debo dejar que su actitud arribista me moleste ni un poco. Me apresuro a tomar la mano de mi doncella para cederle el asiento que yo ocupaba, pasando yo a sentarme a su lado.

- Compañeros. Creo que ahora que estamos reunidos, debemos celebrar. Alzad sus copas en honor a los seis grandes. ¡Larga vida a este segundo concilio!

De entre la jauría de alegres y exitados lobos. En medio de aullidos y copas que se alzaban una y otra vez brindando por la salud de las Soberanas Familias de Lupinas que celebraban su concilio había unos pequeños y birllantes ojos. Una mirada inquieta que me arrastraba por encima de todas las demás. Presentada como la pequeña hija de lord Talbot, el que según Hagen era descendiente del antiguo lider de la Manada, un espiritu animal, encarnado de la misma forma que el mío se presentó esa noche a la reunión.

Aprovecho que los amigos cercanos a los Hagen se arremolinan al rededor de Nina - no es para menos tomando en cuenta que esta como levantada de entre los muertos - para acercarme hasta la pequeña hermanita cambiaformas.

- ¡Hola! - me presentó con el tono mas amable que me viene a la garganta, pues no pretendo asustar a la pequeña - mi nombre es Epoch. soy un Shifter, como tú. Un espíritu de Gaia.

Me pregunto cuantos otros Shifters habrá en la villa Talbot. La niña parece bastante sonriente, me pregunto si alguna vez en la niñez que he olvidado fui así de alegre.

(* Compone una sonrisa y alarga la mano en dirección a la cambiaformas)

Accedió al brindis y con aceptación y cierta euforia bebió de su vaso compartiendo el licos con sus hermanos y con aquellos que bien les habían llamado “los seis grandes” jamás desde su infancia había imaginado que podría reunirse con ellos, su clan era grande y aunque los problemas se presentaban nunca había pensado en pedir ayuda o asistencia, era un hombre protector y su vida la dedicaba a su gente. Siempre había sido así, su vida y su voluntad se centraban en eso.

Dejo que las cosas se calmaran que la euforia se bajase, los ánimos estaban aún mas incitados después de aquellos cantos pero aunque se alegraba de estar junto a ellos aun había una duda en su corazón. Tenía deseos, tenía cosas en su mente pero no había sido el quien había convocado el concilio y antes de hacer cualquier movimiento deseaba saber las razones de aquel que si lo había hecho.

-Hay regocijo en mi pecho como no lo ha habido en mucho tiempo.

Hablo levantando la voz por encima de las demás, buscando al atención de los presentes y dejo una pequeña pausa esperando el silencio que le permitiese continuar.

-pero nos hemos todos acudido aquí porque uno de nosotros nos ha convocado.

Los ojos de Remy buscaron la figura de Hagen, de su hermano de raza, debía saber si las razones que lo habían llevado ahí eran las mismas que las que habían movido sus pies desde la villa Talbot en Inglaterra hasta Paris.

-Por qué no has convocado a este concilio Hagen? Qué esperas de esta reunión?

Sabia en su interior, que había valido la pena el viaje.