Comienzo sin sentido. [Rol Privado]

por **Dago Ravarotto** Dom Dic 16, 2012 5:47 pm

Noche fría y seca en el bosque, con aroma a muerte, el sonido de las lechuzas y uno que otro lobo aullando se escuchaban en el lugar, un ambiente cálido y agradable para Dago, todo era como el lo deseaba, ya daban más de las 11 de la noche, aunque solo que había cansancio y decepción en el, un oasis de emociones era en el que el joven vampiro se encontraba tras la persecución de el para con la mortal, distraído empezó a andar tras suyo perdiendo su sigilo, y haciendo ruido a su paso.
-Dago, Dago, ¿Qué estás haciendo?-
Se decía a si mismo cuando iba tras de ella, ahora sigiloso nuevamente, cansado de siempre lo mismo sin obtener ningún resultado decidió cambiar su plan, ya había pasado mucho tiempo desde que comenzó a seguirle pensando que ella le llevaría a su objetivo real, pero al parecer la chica no iría hacia donde el deseaba, o tal vez esta desconocía el paradero del hombre al que Dago buscaba.
-De acuerdo, ya me cansé!-
Murmuro yendo directamente hacia la joven, pensó que si se mostraba agresivo o si dejaba ver sus verdaderas intenciones, esta jamás le diría nada, la mejor opción era llegar como un hombre sin rumbo alguno, en busca de compañía, así podría ganar su confianza mas fácilmente; sin dudarlo mas coloca su mano sobre el hombro de la chica detrás de ella.
-¡Demonios!- Pensó, Al darse cuenta de lo sigiloso que fue al acercársele, el cansancio le hacia perder su sentido de lógica, por lo que decide desaparecer antes de que ella voltease y lo viera, debía actuar distinto, por lo que decidió aparecer unos pasos delante suyo, sentado sobre una roca esperando a que se percatara de su presencia; solo con la oscuridad del lugar, el brillo tenue de la luna y el aire frío del bosque.
-Buenas noches... Querida-
Saludo con muestra de desprecio antes de su pausa, para luego terminar con una sonrisa fingida con mucha lucidez.

por **Elene Rossato** Dom Dic 16, 2012 6:09 pm

Había ido bien lejos, no sabía en realidad dónde me encontraba,-¡Qué envidia.....! Quisiera estar en mi casa en este momento...- suspiré para mi misma y caí en cuenta que debía de volver a casa lo más pronto posible. Me había adentrado en aquel bosque con ramajes inmensos y copas muy altas apenas y podía mirar la cima de éstos, me encontraba más perdida que un pingüino en verano, el olor era muy peculiar, a pino verde, me sentía agusto pero era ya muy de noche y para una criatura como yo no era de muy buen augurio el internarme más dentro del bosque espero, habían seres ahí que no dudarían de hacerme presa fácil, -... Soy astuta....- pensé -eso no me pasará..- haciéndolo sonar en tono burlesco y de mala gana, alardeando de algo que no sabía si iba a poder cumplir, continué mi camino.

El sonido melódico de los grillos se hacia cada vez más resonante, -¡Qué pereza! ¿Cómo había acabado en este país y metida en un bosque?- era un son de quejas las que divagaban por mi cabeza, de momento quería descansar y por lo que el panorama mostraba debía de acampar en ese sitio.

El viento comenzó a susurrar fríamente la media noche y yo aún me encontraba vagabundeando cuando de repente sentí que detrás mio estaba alguien, de manera espontánea se me helaron todos los dedos y mi respiración se acortó de inmediato. Voltee a ver de reojo para no demostrar el terror que mis huesos sentían y no había nadie, suspiré con alivio y volví a acomodarme el cabello, miré hacia todos lados para ver si alguien no me había observado.

Continué casi a rastras mis pasos cuando mis ojos vagamente divisaron alguien sentado en una roca alumbrado por la escasa luz de luna, me emocioné, hacía mucho que no miraba a alguien desde ya tiempo. Sacudí mi traje y acomodé mi cabello nuevamente era como una especie de ritual. Me acerqué de manera cautelosa y era un joven, de buen aspecto y parecer, sonreí cuando de la boca de éste se musitaron tres palabras: -''Buenas Noches... Querida''-.
-...¿Querida? pero qué mal educado y poco fino, nadie trata a una dama decente así...- mirándole con cierta cara de desconcierto, lo ignoré y seguí de lado, una dama de clase alta jamás debía de caer ante tal maña.

Mientras el viento incesante seguía su soplo continuamente frío.

por **Dago Ravarotto** Dom Dic 16, 2012 8:11 pm

Un ventorral de aire completamente frío, y un aroma completamente agradable y singular se sintió con el paso de la joven cuando camino frente a el ignorándole, había quedado estático con su olor particular, no sabía como explicar lo que sentía, solo que este le hacia sentir un mayor interés en ella, sin importar su excelsa apariencia, esta había decidido hacer caso omiso a su saludo, ¿Podía ser posible eso? ¿Sólo decidió verle y seguir de largo?... Nunca en su extensa vida le habían ignorado, ni las mujeres de la mas altas sociedades, pero eso no le detuvo, sonriendo se levanto limpiando su pantalón con sus manos.
-Pobre ingenua-
Susurro molesto, para luego moverse ágil y rápidamente situandose mas adelante de la chica, recostado sobre el tronco de un árbol decidió esperarle allí para jugar con su mente y controlarla, jamás había pensado que iba a ser necesario usar esa habilidad con ella, pero era lo que debía hacer, nada le detendría con su objetivo, mientras le esperaba comenzó a pensar que lo que hacia era una perdida de tiempo, quizás la joven no sabia nada del paradero de su padre, pero ya no sabia que mas hacer, Dago estaba decidido a conseguir el paradero de ese hombre a como diera lugar; ya se aproximaba la chica y debía dejar de pensar para solo actuar.
-Buenas noches mi delicada doncella...-
Desviándo su mirada hacia el cielo oscuro saludo para luego mirarle nuevamente.
-¿Va a algún sitio con prisa?-
Pregunto con su sonrisa fingida de siempre, convencido que ahora controlando su mente la joven no podría ignorarle, no debía fallar, nunca había fallado, y no podia darse el lujo de permitir un fallo ahora.

por **Elene Rossato** Dom Dic 16, 2012 8:47 pm

Había quedado atónita ante aquel individuo, no podía pasarlo por alto porque debía de ser precavida, alguien en un bosque, a esas horas y de noche... - Muy sospechoso..- pensé pero de ahí caí en cuenta que él podía pensar eso mismo de mi porque yo me encontraba en las mismas circunstancias.
Sopló aquel viento con olor a sangre muy peculiar, se estremeció mi cuerpo y ya mis ojos no podían divisar a aquel joven que estaba sentado en una piedra anteriormente. El aire que con anterioridad sentí detrás mio casi como un acecho lo sentí nuevamente nada más que esta vez estaba cerca de mis mejías, voltee a ver con inseguridad nuevamente hacia atrás y me percaté que estaba sola.

El bailar de las hojas resonaban el suelo, hacían una especie de danza hipnótica que me llevaba al adormecimiento casi sentía que me desvanecía pero reaccioné debía que de estar alerta.
-¡ Concéntrate!. Mis ojos quedaron asombrados, mi ser se encogió, el joven que estaba atrás mio estaba ahora en frente. -¿Qué es lo que pasa aquí? ¿Cómo llegó hacia ahí tan rápido? dije desconcertada dentro de mis pensamientos,-..T-Todo es tan extraño, él no es de fiar, lo sé me lo dice mi sexto sentido.Quedé fuera de sí como seis segundos y luego reaccioné al oír hablar a aquel joven hombre: -Buenas noches mi delicada doncella...¿Va a algún sitio con prisa?-.

Dije que sí con la cabeza y no solté ni una sola palabra más, dentro de mí sentía que unos retortijones dentro de mi cabeza ¿Qué era eso? lo aparté de mí y quise continuar, no podía dejar que él me continuase siguiendo así que le enfrente.
- ¿Acaso siempre tienes esa mala costumbre de aparecerte delante de una señorita de esa manera?- Hablando en todo indiferente y sin ningún interés ¡A ti no debe de importarte hacia donde voy, ¡Deja de seguirme! es muy molesto y descortés de tu parte viéndole fijamente a sus ojos que intimidaban mi mirada.

por **Dago Ravarotto** Mar Dic 18, 2012 10:00 pm

Sorprendido ante la falla en el intento de controlar su mente sonrió tomando su mano.
-Mi pregunta no hace referencia al lugar al que se dirige mi querida dama, solo le preguntaba si tenia prisa en su marcha-
Dijo acariciando los dedos de su mano, su fineza y delicadeza eran increíbles, si ella poseía una tersa y delicada piel, no podía imaginar el dulce sabor de su sangre; mordía sus labios imaginando la escena, el sabor , y la sensación de sus colmillos en su cuello.
-Mucho gusto, Ravarotto... Dago Ravarotto.-
Realizando una reverencia se presento, se había dado cuenta de lo engreida que era la joven, y el ser como ha sido siempre no le ayudaría, debía fingir interés físico en ella, si se daba cuenta de lo que realmente deseaba obtener de su persona jamás le diría nada de lo que deseaba saber.
-Mil disculpas si llegue a asustarle-
Dijo sonriendo falsamente de una manera pícarezca mientras soltaba su mano y se sentaba en una de las rocas que estaban al lado de ellos.
-Es una hermosa noche, no? Un poco fría pero hermosa-
Observando hacia el cielo, volvió su mirada hacia ella.
-Mire como se esconden las estrellas y la luna detrás de las nubes, tal vez se hayan sentido opacadas con su belleza-
Dijo con tono y mirada seductora buscando conseguir confianza en ella para el, sino pudo con su habilidad de control mental, si podría con su astucia, para hablar y conquistar.

por **Elene Rossato** Miér Dic 19, 2012 2:02 pm

¡Qué osado que era! Sentía como sus frías manos se apoderaban de mi piel, cada poro se unía con los suyos y entraban en toque, fijé mis ojos a los suyos, no pude evitar sentir dentro de mi retortijones. Su pálida piel era suave, pensé dentro de mi ¿Quién es? me adormecí un instante y desperté de de manera brusca cuando éste soltó mi mano y reposó en una roca cerca de ambos. Estuvo pronunciando ciertas palabras que no logré entender porque estaba enredada en sus labios y fríos ojos.

Cuando me explicaba que no quería saber hacia donde iba sino que si llevaba prisa afligí mi rostro, - ¿Por qué debía de ser tan desconfiada?- me remonté a mi pasado y ahí lo entendí todo y sonreí para mi misma. Se presentó ante mi -Mucho gusto, Ravarotto... Dago Ravarotto.-, su nombre retumbó en mis oídos, quedé sin aliento y sin palabras. Tragué un sorbo de saliva y podía sentir como ésta resbalaba por toda mi garganta ¿Por qué, Qué me pasaba? comenzó el concierto de las ranas y grillos, para mi sorpresa todo estaba tan oscuro que sólo la luna era capaz de distinguirse, voltee a ver aquel manto que la recubría, tan magna y enigmática todo estaba en un mudo silencio ni siquiera era capaz de presentarme. Estaba idiotizada cuando Dago me interrumpió diciendo -Mire como se esconden las estrellas y la luna detrás de las nubes, tal vez se hayan sentido opacadas con su belleza-.

Titubee unos segundos y me quedé sin aliento ¿Qué era lo que él tenía?; inmediatamente fije mi rostro hacia el suelo para verle -...M-Mi nombre es Elene, Elene Rossato...- estrujé mis manos en mi vestido para continuar diciendo - Qué curiosos encontrarse a alguien por estos lares, no son necesarios esos versos un poco incómodos que menciona....- refiriéndome al comentario anterior -¿Acaso es así como halaga a todas las damas que se pasean por este bosque de noche?- soltando una carcajada algo sarcástica -¿Sabes como salir de aquí? Tengo ya medio día de estar caminando y me siento algo agotada, además de que necesito un baño, comida, es muy molesto vivir en un sitio así y la verdad no lo soporto- sonando lo más engreídamente posible -¡Extraño mi país!- agregué.

Mientras el mundo poco a poco se rajaba ante mis ojos.

por **Dago Ravarotto** Jue Dic 20, 2012 7:42 pm

No pudo evitar reír al escuchar como le preguntaba que si era la manera de halagar a las damas que pasan por ese bosque, al parecer no podía aceptar ningún cumplido sin resultar engreída y malcriada.
-¿Siempre tienes que reaccionar así cada vez que se te realiza un cumplido?-
Pregunto llevando una mano a su frente mostrando señales de pesar, para luego proseguir.
-¿Así que el nombre de esta pequeña dama es Elene Rossato? ¿Eres Italiana, no?-
Sonriendo continuo su serie de preguntas, sin dejar de verla de arriba hacia abajo.
-¿Y que hace una delicada ragazza en un lugar tan frío y solitario como los bosques de esta pequeña provincia francesa?-
Sintió que tenía una oportunidad y no la podía perder, la joven necesitaba un lugar a donde ir, y el podía ayudarle.
-Tengo una cómoda casa muy cerca de aquí, podrías pasar la noche, descansar e intentar relajarte, bueno...-
Hizo una pausa volteando a ver a su alrededor.
-Tienes esa opción, o puedes pasar la noche entera en este dulce y delicado bosque.-
Sabía que no podía negarse, la chica mostraba signos de cansancio, y tal como lo había expresado anteriormente, necesitaba un lugar para descansar y pasar la noche con completa tranquilidad.

por **Elene Rossato** Miér Dic 26, 2012 12:35 am

Había comenzado a soplar calmadamente, la marejada de insectos que crujían y cantaban era inmensa, una orquesta filarmónica única en aquel bosque. Mi respiración un poco agotada y a la vez agitada era incesante, no podía apartarle ni un ojo de encima a el joven que tenía frente mío, era la combinación de una atracción con peligro ¿ Quizás seducción? ¡Pero qué era lo que pasaba por mi mente!. Seguí la plática y no pude evitar notar que éste también era italiano, asentí con mi cabeza cuando él pregunto que si era italiana me limité a sólo hacer ese gesto y callé.

Mis delgadas piernas estaban cansadas así que tomé reposo en una de las esquinas de la inmensa roca en donde se encontraba Dago, cuando escuché muchas preguntas de su boca:-¿Y que hace una delicada ragazza en un lugar tan frío y solitario como los bosques de esta pequeña provincia francesa?,Tengo una cómoda casa muy cerca de aquí, podrías pasar la noche, descansar e intentar relajarte, bueno... Tienes esa opción, o puedes pasar la noche entera en este dulce y delicado bosque.-.

- ¿Te mencioné con anterioridad que era de mala educación hostigar a una dama con muchas preguntas, no?- viéndole de reojo le observé detenidamente - Ando viajando sola porque así lo deseo, necesito encontrar... paré en seco y pensé -Pero... ¿Por qué? ¿Por qué hago este viaje?... Yo solo quiero, quiero.... haciéndose un nudo en mi garganta traté de reponer mi voz y continué -Bien, verás... tener todo lo que se desea no es muy cómodo que se diga, necesito un poco de aventura algo que le dé sentido a mi estresada y aburrida vida. terminé con una sonrisa y una cara de ironía ¿Por qué le estoy dando explicaciones a este? agaché mi cabeza un instante y suspiré de decepción.

La luna no soportó tanta intriga, desesperada por ese poeta que le rezara y dijera poemas de amor al oído decidió ocultar su brillo en medio de las nubes grisáceas es guardia eterna por su amado trovador.

Inspeccioné con zozobra todo aquel lugar, me parecía tétrico dormir en un lugar como ese pero tampoco podía acceder a la petición de Dago así como así, recordé una de las clases de etiqueta que recibí en el monasterio donde por muchos años pasé, casi habían lavado mi cerebro y aunque mi cuerpo deseara comodidad mi mente se negaba rotundamente así que decidí colocar mi orgullo, etiqueta y protocolo de frente y negarme ante la propuesta, no quería estar sola así que solté una alternativa prometedora.

- No puedo acompañarte hacia tu casa...... pero quisiera que me ayudaras a salir de este enorme bosque, al parecer no tiene fin- acomodé mi cabello y observé el cabello castaño claro de Dago, deslicé mi vista hacia sus ojos claros como el amanecer de verano y después a sus tersos labios - ¿Crees que puedas hacerlo?- sonreí con cara de interés.

por **Dago Ravarotto** Miér Dic 26, 2012 12:33 pm

El ambiente entre los dos se había vuelto más suave, lo que parecía podía haber terminado en conflicto generado por el tenue orgullo de los dos termino en algo un poco agradable para... ¿Ambos? En realidad a Dago parecía no importarle el ser una persona de agrado para ella, o al menos es lo que así pensaba, aunque no pudo borrar de él esa sonrisa que detestaba mostrar al sentarse la joven a su lado.
Aún seguía preguntándose cómo es que ella había logrado evadir su intento de control mental, ¿Una simple humana pudiendo resultar inmune a sus habilidades? En sus 700 años jamás había visto algo similar, pero eso no le detendría en su objetivo.

-Reitero, mis preguntas no son con el motivo de hostigar o molestar, sólo son por no permanecer en silencio, y para conocer un poco más de usted mi hermosa dama-
Dijo esbozando una sonrisa mientras se acercaba un poco mas a ella, esta vez debía resultar un poco más acertivo, tomó su mano y asintiendo con su cabeza mientras le miraba prosiguió.
-Yo más que nadie sé que tener lo que la gente piensa que uno realmente desea no es suficiente, en esta vida hay que salir de la rutina, así como dices, un poco de aventura para salir de la tan rutinaria vida que se tiene-
Acariciando la mano de la joven, llevo la otra mano que el tenia libre al rostro de ella, para posarla en su mejilla, y susurrarle suavemente.
-Con franquesa puedo decirte que nadie puede entenderte mas que yo-
Terminó esa frase dándole un beso en la frente y levantándose frente a ella, ya le había quedado claro que no podría ejercer por completo el control mental sobre la joven, así que decidió hacerlo a la antigua.
-Si lo que deseas es salir de este bosque, ¡Te ayudaré!-
Al ayudarle, ella debería quedar en deuda con el, o bueno, así lo suponía el, ya que si ella fue educada con buena clase y excelentes normas de etiqueta así debía ser.
-¿Vamos?-
Preguntó extendiendo su mano hacia ella.

por **Elene Rossato** Dom Dic 30, 2012 6:53 pm

Íbamos de camino por no sé dónde, tomada de su mano, esperen ¿Tomada de su mano?. Acabamos de atravesar un sendero de matorrales y arbustos un poco altos, era de esperarse no había nada aún a cientos de kilómetros, la helada madrugada era inminente en aquel bosque de París.

Después de que Dago había dado su mano no pude negarle la mía ¿Acaso podía ser tan descortés? pero acababa de conocerle, me había dejado muda después de que había mencionado que: -Con franqueza puedo decirte que nadie puede entenderte mas que yo-. ¿Quién era éste y Qué se proponía?. No podía evitar no verle mientras iba tras sus pasos, su fuerte mano sostenía la mía, observaba su cabello castaño oscuro, su espalda, era muy apuesto, encerraba una especie de ''magia extraña'' que no podía evitar estar interesada en conocerle, su fría mano me daba calidez y seguridad, me sentía un poco intimidada -Esperen ¿Intimidada?- pensé en voz baja y casi pude percibir que Dago me escuchaba.

Enmarañados en aquella entristecida noche, no podía continuar, un paso más y me destruiría;- ¿Podemos detenernos?- solté aquella expresión sin ningún facción que me delatara pero la verdad era que por dentro moría de cansancio, tomé una de mis zapatillas y noté que mis pies se encontraban llagados por el camino sin descanso que había emprendido, Dago estaba parado a espaldas mías así que deslizando aquel zapato disimulaba mi dolor y sonreía.

--¿Continuamos?- y apenas podía colocarme en pie.

por **Dago Ravarotto** Dom Dic 30, 2012 7:21 pm

Iban tomados de la mano, sin embargo en la joven podía notarse cierto aire de cansancio y desgaste, mientras que Dago caminaba tranquilo, el aire de la noche le tranquilizaba, no había nada más agradable para el que el dulce silencio de la misma conjugado con la rara melodía de los varios habitantes del bosque, lo que para muchos podría parecer tenebroso, para el era una dulce sinfonía situada en el mejor de los lugares, la naturaleza de los desdichados, de los incomprendidos... Volteaba a ver a la chica mientras avanzaban, no pudo evitar sonreír al ver como le seguía, era la única persona que le había robado tantas sonrisas ese día, hacia ya mucho tiempo que no sonreía, a pesar de aquello, sentía que en ella había algo más que el debía descubrir; se detuvo al observar como le pedía que se detuvieran, podía observar como ella intentaba mostrar aquella fortaleza que era la barrera de su debilidad.

-Continuemos-

Rio cabizbajo negando con la cabeza al escuchar su deseo de continuar caminando a pesar del cansancio que tenía, intento caminar con más prisa que ella para demostrarle que era necesario ir a descansar a otro lugar.

-Pero si tal vez...-

Susurro sin que ella le escuchase, deteniendose por un momento la toma rapidamente y la coloca sobre su espalda cargandole consigo.

-Asi podrás descansar mientras avanzamos-

Continuo caminando a la espera de alguna respuesta positiva de su parte.

por **Elene Rossato** Dom Dic 30, 2012 7:42 pm

Cada paso era proporcionaba dolores que quebrantaban mis huesos pensé en detenerme pero en menos de un suspiro Dago había parado y yo me sentía un poco aliviada por haber puesto a descansar sus pies de nuevo.

Susurrando a sus oído, se estrujó mi estómago cuando de repente sentí un levantón de inmediato, Dago estaba cargándome en su espalda a primera impresión me negué a mi misma que esto pasase pero luego de enfocarme en el dolor que sentía pues debía de ceder.

- Esta bien, ¡Tú ganas!- solté una pequeña risa mientras mis senos se acomodaban en su espalda, mi cabello se deslizaba por sus hombros y mi respiración casi susurraba en sus oídos.

-Descansar, No creo que lo haga...- solté una sonrisa y me acomodé de nuevo. Observaba el paisaje sombrío a mi alrededor y los ruidos de lechuzas, insectos, buhos entre otras no dejaba concentrarme. Cerré mis ojos y solté una pregunta imprevista para Dago.

-¿Tú que hacías en este bosque solitario?.

.... Y la noche al parecer nos unió....

por **Dago Ravarotto** Dom Dic 30, 2012 8:18 pm

Yo gano?

Sonrió al escucharle, para el era increíble que ella pensara que el había ganado en ese momento y no desde antes, pero eso ya no le importaba
Podía sentir como la joven se acomodaba sobre su espalda, podía sentir como apoyaba sus senos sobre el, tal vez ingenuamente, o quizás buscando provocarle, pero igual, sea cual fuese su intención no conseguiría nada con el, ya que lo único que le interesaba era conseguir lo que necesitaba saber con ella, y luego de esto... Asesinarle.

Tú que hacías en este bosque solitario?

Se detuvo un momento al escuchar su pregunta, para luego seguir caminando, no podía decirle que estaba detrás de ella, era completamente ilógico mencionarle su real objetivo, ni tampoco podía decirle que era un vampiro y que merodeaba en el bosque en búsqueda de su próxima victima, o su próximo alimento...

Solo caminaba para despejar mi mente, y sin darme cuenta termine en este bosque

Respondió esperando que la joven le creyera, no podía desvariar ni dañar todo lo que había avanzado con ella, así que para que no le siguiera preguntando, le pregunto el a ella.

Y en realidad que es lo que esperabas conseguir en este bosque al adentrarte? es muy raro que una chica como tu ande por estos lugares y... Sola

Volteo ligeramente a verle al terminar de realizarle su pregunta.

por **Elene Rossato** Dom Dic 30, 2012 8:35 pm

-¿Solo caminaba para despejar mi mente, y sin darme cuenta termine en este bosque?- escucharon mis oídos, ¿Qué clase de respuesta era esa?. Lo miré con un grado de desconcierto y mi lanzó otra pregunta sin haber satisfecho mi interrogante, ¿Quién se arriesga a altas horas de la noche en un bosque?.

Despegué mi frío y delgado cuerpo de él haciendo un gesto para que se detuviera, el cual éste entendió perfectamente.
- Dago, ¿Qué clase de respuesta es esa?, me disculpas pero no me lo puedo creer...- suspiré y miré fijamente -¡¿Qué es lo que tanto ocultas, por qué no puedo saberlo?!- exclamándole con voz fuerte y bajándome de encima de él.

Mis tobillos desfallecieron al sólo tocar el suelo y caí tendida. ¡No! ¿Por qué? me decía dentro de mi y con una disimulada sonrisa le vi a Dago.

-¿Qué es lo que escondes Dago, Dago Ravarotto?

...Se rompió el silencio...

por **Dago Ravarotto** Dom Dic 30, 2012 8:56 pm

-Por que te bajas? Eres una persona muy terca-

Le pregunto al ver como se bajaba de el terminando tirada debil en el suelo, esbozando una sonrisa prosiguió.

-En realidad vine buscándote a ti para asesinarte, y ahora que estas completamente débil puedo hacerlo

Sacando su espada de su funda la levanta y se coloca como quien va a atacar y termina enterrándola justo al lado de su rostro, a escasos milímetros, sin rozarle ni lastimarle.

-Lista para morir?-

Preguntó, para luego soltar una inmensa carcajada...

-Es una broma-

Guardó su espada para luego levantar a la joven y colocársela nuevamente sobre su espalda. Sonriendo volvió a caminar junto con ella.

-Es imperativo que no te bajes de mi, no posees las fuerzas necesarias para caminar como se debe...

Hace una pausa sin dejar de caminar y viendo hacia arriba, en dirección a la luna prosiguió.

En realidad es como te dije, no se como termine aquí, estaba caminando y sin darme cuenta llegue a este lugar; se que puede resultar poco creíble, pero el hecho es que no es la primera vez que entro aquí, por ello es que conozco por completo este bosque, y no me preocupa ni me atemoriza el permanecer aquí

por **Elene Rossato** Dom Dic 30, 2012 9:22 pm

Mi garganta apenas y podía concebir que la saliva que resbalaba por mi cuello fuera tragada, el aire que emanó esa espada justo a la par de mis mejías se encajó con el apretón de mis dientes y el cerrar de mis ojos. Dago me tomó nuevamente, subiéndome a su espalda y yo no encontraba el momento indicado para gritarle que había sido un completo idiota, poco caballero y hombre, jugarle una broma así a una dama.

Mientras iba encima de él sentía como iba idealizando mi ira apretándole su mis antebrazos hacia su cuello en signo de ahorco, reí pensando que era demasiado y escuche como me hablaba.

-Supongo que no hay de otra ¿cierto?- solté una pequeña sonrisa y volví a acercar mi cuerpo con el suyo, estrujándole, en una especie de abrazo -Yo... Ando en busca de mi... paré en seco - De un conocido de mi familia, jaja aparte de que escapo de las responsabilidades sociales que mi familia tiene, verás Dago, ser hija única de una familia rica, huérfana prácticamente no es muy divertido, además de que eso no es para mi ¿sabes? colocando mis mejillas cerca de sus oídos - Eso de ser de la élite alta no va conmigo, no te niego que es cómodo, pero es aburrido, además siempre es bueno un poco de diversión susurrando cerca de su oído sonreí.

-¿y Tu, tu familia y la gente que te rodea?.... Déjame adivinar, eres también hijo único, caprichoso, egocentrista y creyente del que todo lo sabe..... solté una carcajada.

..Se ataban cabos...

por **Dago Ravarotto** Dom Dic 30, 2012 11:05 pm

La joven nuevamente se mostraba arrogante con el, al escuchar su risa al preguntarle que si era hijo único no pudo evitar mostrarse molesto con ella, deteniéndose le pidió ser más respetuosa con lo que decía, siguió caminando sin pronunciar ninguna palabra, hasta que con un pequeño suspiro decidió responderle.

No soy hijo único, mis padres nos tuvieron a mi y a mi hermana menor

Con seriedad continuo su respuesta.

-Ella...

Decidió no hablar más del tema, era bien sabido que los vampiros no lloraban muy a menudo, con suerte se podía ver a uno hacerlo, y el que le vieran afectaría su orgullo.

-En fin, no soy hijo único, ni soy caprichoso, si puedo saber mucho de la vida, pero es por todo lo vivido, esa madurez y experiencia se adquiere tras cada suceso por el que uno como persona transita.

Sonrió de lado para no mostrarse tan frío con ella, ya que no podía echar a perder todo lo que había avanzado, el odio y el resentimiento había aparecido en el, ese deseo por lanzarla y asesinarla, ese deseo, esa sed de venganza, todos esos sentimientos, así como aparecieron en el, supo guardarlos sin que ella se diese cuenta.

Entiendo lo que dices, no eres la primera persona de tu.. "élite"... que me lo dice, el dinero no lo es todo, y yo te lo puedo afirmar, tanta vanidad, tanto confort, tanto lujo, lo que hace es reducir la fuerza mental y psicológica de las personas para enfrentarse a la vida, te entiendo, solo que no creo que seas capaz de encontrar a ese familiar que dices tu sola

Aferrando el cuerpo de la chica más al suyo empieza a caminar más despacio.

Crees que podrás sola?

por **Elene Rossato** Lun Dic 31, 2012 3:50 pm

Callé de inmediato la risa algo burlesca que había soltado, me había pasado un poco y Dago me hizo saberlo en el momento que se dirigió hacia mi más distante.

En mis oídos retumbaba el hecho de que él tuviese una hermana, como una canción de cuna solté un suspiro y susurré para él.-Debe de ser muy bella, a diferencia de ti pues puedo decir que es amable y muy bondadosa, sin arrogancia en su corazón....-. Se aferró más hacia mi y yo hacia el suyo, mis dedos se deslizaban por la camisa que cubría su pecho u mis mejillas seguían posadas en su espalda, me sentía arrullada.

Escuchaba con mucha atención lo que éste me comentaba y dentro de mi pensaba ¿Cómo es que puede tener tanta experiencia si puedo apostar que somos de la misma edad o quizás él sea un poco mayor?. Mi concentración fue interrumpida cuando Dago en tono seco me preguntó si podría sola buscar a el ''familiar'' que supuestamente buscaba, él era muy pretencioso y parecía interesado en este tema.

Me acomodé aún más en su frondosa espalda mientras el caminar se hacia mas lento y respodí: - Por ahora lo que me interesa es llegar a París, necesito preguntarle algo a la Madre Superiora..... Y si todavía estas conmigo al amanecer podemos tomar algún café...- sollozando a sus espaldas colocándome un poco sonrojada -¡N-No vayas a pensar que es una cita, es sólo mi manera de agradecerte tus atenciones para conmigo... Ahí podrás descansar en una de las mansiones Rossato..-.

... Se soltó la propuesta....

por **Dago Ravarotto** Sáb Ene 05, 2013 10:50 pm

Escucho como hablaba de su hermana, ya ella se había dado cuenta del error que cometió con su comentario anterior, solo sonrió y le basto negar con la cabeza.

-Tienes razón, la describes exactamente, pero no me describes bien a mi...-

Soltó una pequeña carcajada sarcástica y siguió caminando, observo como se aferraba a el y deslizaba sus dedos sobre su pecho encima de su camisa, podía notar como comenzaba a tomarle confianza, a pesar de su conducta malcriada con el, debía seguir tratandole bien.

-Uhmm..-

Escucho su propuesta y la idea que tenia ella sobre lo de llegar a París para hablar con la Madre superiora de su lugar de crianza, dentro de si se maldecía, todo ese viaje, el seguirla por todos lados para terminar en el mismo sitio del comienzo, de nada había servido el tiempo perdido con ella todo ese tiempo; tomo aire y siguió caminando.

-No lo se...-

Frente a su propuesta no podía aceptarla, porque eso significaría que debería acompañarla en la mañana, y debido a su situación de debilidad no podría ir con ella, algo se le deberá ocurrir, ya que si se daba cuenta de que es un vampiro su plan se caería.

-Te puedo acompañar, pero primero debo ir por varias cosas entonces-

Detuvo su paso y volteando a verle prosiguió.

-Por aquí cerca tengo una cabaña, de allí puedo tomar varias cosas que nos servirán en el viaje-

Esperaba que la joven aceptase su idea, necesitaba ganar más tiempo para pensar e idear un plan que le ayudase a salir de esta.

-Descuida, que se que no es ninguna cita, es solo... Así como dijiste, una forma de agradecimiento de tu parte para mi, no?-

Sonrió para continuar caminando sin observarle.

por **Elene Rossato** Dom Ene 06, 2013 12:30 am

Recorrí el borde de mis labios en las ropas de Dago, olía bien a pesar que el bosque embriagaba con su aire frío, esperaba oler bien para él también ya que estar cargando a una extraña con olores raros no era muy agradable. Acerqué mi nariz hacia mi ropa y pude sentir el dulce aroma de la fragancia que me había colocado anteriormente, suspiré de alivio y me aferré a él aún más, era como una cuna.

Dago no estaba muy entusiasmado por la invitación hacia una de las propiedades de mi familia y eso me desanimó un poco a mi, le escuchaba hablar pero mi cerebro no procesaba ni entendía solo sabia que me estaba sumiendo en el mundo de la oscuridad. Mi respiración apenas detectable se unía con el arrullo de las aves nocturnas y a la lejanía se escuchaba perfectamente.

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-¡Ellos debe morir!- gritaron desde lo lejos, mientras una respiración agitada avanzaba con desespero y desdén empujando ramales y hojas.

-Shh, Shh ella debe de estar por aquí- y sus cálidos latidos me acunaban, me hacia estar tranquila y en paz.

*******

Desperté sollozando, aturdida ¿Qué había sido eso?, por un momento me sentí desubicada en tiempo y espacio y Dago me observó sabía que no le había escuchado y yo me encontraba apenada.

-Disculpa....- restregué mis ojos y bostecé -Creo que ya puedo continuar de aquí en adelante, no es necesario que me sigas cargando, muchas gracias....- bajándome de encima de Dago, encerrando ese silencio que llega después de llenarse de tantas dudas e intrigas. Viendo hacia abajo callé mi boca y seguí avanzando, un poco coja y mis ojos se llenaron de vacío.

...Se abría una brecha y sucumbía el infierno.....

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