Descubriendo la ciudad y a su gente - Catalina de Aragón

por **Contessa Luciano** Mar Ago 18, 2015 12:31 pm

Recuerdo del primer mensaje :

París, ciudad del amor. Qué bonito mote que tiene. Quién sabe las aventuras que me deparará esta nueva ciudad en la que llevo solo un par de días. Esta nueva era de la industrialización me encanta, el gobierno es tan inútil que no es capaz de sobrellevar la gran cantidad de población que vive ahora en las grandes ciudades. Gracias a eso, hay un montón de barrios marginales en los que no importa mucho si alguien desaparece o es atacado de repente. Además de eso, el mundo del placer es una salida para los que no hayan tenido la suerte de nacer en una familia noble, lo que me da muchas posibilidades de diversión. Me encanta.

Me gusta esto de la doble moral. Puedo hacer lo que quiera una vez anochezca y teniendo dinero suficiente. Y, de día, aquí no ha pasado nada y puedo dormir tranquilamente.

Pero como ya es de noche, es hora de salir a divertirse. Decido salir por las calles de París para conocer mejor la ciudad en la que espero quedarme mucho tiempo. Me siento libre, por primera vez en años me siento completamente libre. El cambio de aires me ha venido mejor de lo que pensaba. Me siento más poderosa, ahora soy dueña de mi destino y pienso aprovecharlo lo mejor posible. Ahora soy una mujer independiente y fuerte, aunque ahora hay muy pocas mujeres que piensen así de ellas.

El aire frío que hace hoy en la calle y hace muy feliz. No me gusta el calor, al fin y al cabo soy un cadáver viviente, ¿no? Jajaja. Estas cosas hay que llevarlas con humor. No me arrepiento de lo que hice en ese momento pero a veces se me olvida lo que soy y soy algo descuidada. Es lo que tiene ser tan joven.

Me pierdo por las calles de París, todavía no es muy tarde y, aunque se haya puesto el sol, aún hay mucha gente por las calles. El ajetreo de las grandes ciudades me pone de buen humor, me gusta estar rodeada de gente, posibles víctimas, posibles amantes, gente con la que solamente me cruzaré una vez en la vida… Las cosas eran muy distintas en el pueblucho en el que estaba antes de llegar aquí. Ay lo que hace una por amor.

Miro fascinada las luces de la ciudad, al campo apenas han llegado estas tecnologías. Brilla brilla lucecita. Jeje, me gustan. Sigo las luces mientras sigo caminando pero mi distracción no me hace darme cuenta de que me precipito sobre una persona con la que me acabo chocando:

-Ups, lo siento, estaba distraída- me disculpo.

por **Contessa Luciano** Dom Oct 04, 2015 1:43 pm

Sigo retándola, tirando de aquella cuerda imaginaria que ninguna quería soltar. Ambas queríamos llevar a la otra a su terreno, pero ninguna estaba dispuesta a ceder. Podríamos pasarnos así la eternidad sin que ninguna avanzara un paso.

-Creo que soy bastante paciente como para esperar por esa sorpresa. Me alaga que valore tanto mi humilde compañía. Aunque no voy a negarle que la soledad en ocasiones es muy cruel para seres como nosotros.

Mi explicación de que la historia siempre es igual no la ha convencido. Afirma que aquella época debería ser mejor. Pero alguien que lo ha vivido no está tan de acuerdo con ella.

-Puede que los años me hayan hecho un poco escéptica- le explico-. Pero por mi propia experiencia, esa época que clasificáis de honor, gestas y batallas, es tan falsa como la sociedad actual. Los caballeros que de puertas para fuera eran los más admirados del reino, los más honrados, en el fondo eran malvados y manipuladores. No le niego que hay excepciones, como en todos lados, pero por norma general, era así.

No iba a negar que aquella época fue muy bonita, descubrí, aprendí muchas cosas, conocí mucha gente. Pero también me quitó muchas cosas, demasiadas. Cosas que aún no he conseguido olvidar.

Al igual que ella, yo también me río con su comentario.

-Bastante larga, la verdad. Por eso yo quiero aprovechar esta segunda oportunidad al máximo- me sincero con ella.

Mi otra vida no era lo que yo quería y por eso decidí, desde el momento en que se me dio la oportunidad de volver a vivir como una persona nueva, que no me arrepentiría de nada de lo que hiciera de ahora en adelante. “Es mejor pedir perdón que pedir permiso”

Al parecer había malinterpretado sus palabras. No me estaba hablando de su verdadero padre, sino de aquel que la convirtió en una merodeadora de la noche. Cuando me empieza a contar sobre ese hombre, puedo notar un atisbo de admiración en su voz. No puedo evitar recordar también al causante de mi inmortalidad, intento no ponerme muy melancólica pero no puedo evitar emocionarme. Intento ocultar mis emociones, no quiero parecer débil.

-No necesito explicaciones, todos hemos vivido momentos complicados.

Su historia no es muy distinta a la mía. Huyendo de aquellos que solo quieren eliminarnos por ser diferentes. Todos hemos pasado por momentos difíciles y seguiremos sufriendo hasta que nos acaben capturando. Por lo menos, su “creador” sigue vivo, no como e mi caso. Ay, querido, te echo tanto de menos.
Mientras pienso en mis cosas, un fuerte ruido me sobresalta. Asustada, doy un salto y acabo cayendo al suelo. La tapa del ataúd había caído al suelo y una capa de polvo flotaba por la sala. Toso a causa del polvo.

El repentino grito de Catalina me asusta, me arrastro por el suelo hasta llegar a la pared, sorprendida. ¿Quizás debería calmarla? No sé si será la elección correcta.

por **Catalina De Aragón** Lun Oct 05, 2015 5:27 am

Frases inconclusas, respuestas que sólo llevan a otras preguntas. ¿A dondé queríamos llegar?. Para mi aquello era un juego, un tira y afloja en un arte que hay gente que llama seducción. Pero ¿Aquella joven se sentiría atraída por mujeres?. A veces, caía en la estúpida resolución de que todas las mujeres, si juegas la baza ganadora, pueden acabar bajo tus sábanas. El problema es que los juegos de cama habían quedado demasiado lejos para mi. ¿Porqué entonces seguía haciéndolo?. Me gustaba, no había otra explicación. Pero, eso no avanzaba hacia ningún lado, quizás era mejor hacerlo a un lado y seguir con otro tipo de conversación.

- Si no fuera una buena compañía se lo hubiera dicho. Además: nada nos hubiera retenido una al lado de la otra - declaré - Creo que la soledad es muy mala compañera y que, en el fondo, los seres como nosotros, buscamos algún tipo de compañía más allá de la vida y de la muerte. Una compañía en la que apoyarnos cuando estamos al borde de acabar con nuestra existencia - frené pues me había puesto demasiado trascendental - No quiero decir ni que usted sea la mía ni que yo sea la suya. Sólo digo que quizás este encuentro no es aleatoria y simplemente tenía que pasar.

Habla de nuevo de mi anhelada edad media. Relata lo que ella vivió de primera mano y como las apariencias engañan, al igual que en la actualidad. Quizás, en un futuro no muy lejano, alguien diga que ojala hubiera vivido esta época. Sin realmente saber lo podrida que podía llegar a estar por dentro. En ese punto, comprendo su postura perfectamente.

- Tiene razón en lo que dice, no se lo voy a negar - digo aceptando su postura, la que me acaba de intentar explicar - No obstante, al no haber estado allí y saber todo lo que se a través de cuentos, rimas y leyendas... Permítame que me la imagine como allí la pintan y viva un sueño idílico en la mentira oculta entre los papeles.

- Si, todos hemos tenido un inicio escabroso. De echo, no he conocido a ninguno de los nuestros que haya dicho que su paso por la muerte fue placentero. Por algo será ¿no cree? - rio ante mi comentario y luego me fijo en como su rostro se ha teñido oscuro, tras un velo de una verdad vivida y que quizás guarde en su interior para usarlo a modo de escudo.

Me aventuro a preguntarla.

- Parece consternada por la conversación familiar - le dije a modo de aclaración de la siguiente pregunta - ¿Necesita hablar de ello? Puedo escucharla si lo desea - me ofrezco de buena gana. Además, de todo se puede aprender.

Luego, cuando mi enfurecimiento ante el ataúd vacío, hace que se aleje de mi. Intento calmar mis ánimos, intento retomar la normalidad y la sonrío mientras vuelvo a la posición erguida y mis manos se desprenden de una piedra ahora mellada por la fuerza de mis manos.

- Perdone, no he querido asustarla - le comento - Sólo es frustración contenida. A veces me pasa. Quiero pensar que nos pasa a todos por igual - agrando un poco más la sonrisa hasta que esta se tuerce ligeramente dando un aspecto más oscuro.

por **Contessa Luciano** Miér Oct 07, 2015 3:52 pm

Quiero continuar con este juego. Sé que ninguna va a dar su brazo a torcer. Sé que yo tampoco estoy dispuesta a llegar a más con ella. Solo me apetece jugar, tontear un poco, ver hasta donde es capaz de llegar esta dama. Tampoco puedo llegar a saber si ella quiere algo más o también se limita a jugar conmigo. Sea cual sea la respuesta, prefería seguir así.

-Estoy de acuerdo con usted. Pasamos demasiado tiempo solos y a veces solo necesitamos algo de compañía. Alguien con quien conversar, solo para recordarnos como es nuestra propia voz. Aunque, en ocasiones me gusta pasar tiempo a solas, todo en exceso es malo.

La veo ponerse muy filosófica hablando de la soledad. Es normal, es un tema sobre el que es inevitable reflexionar continuamente durante tantos años de existencia.

-¿Cree que nuestro encuentro fue cosa del destino? Qué curioso- sonrío.

Yo creo en esas cosas, soy muy supersticiosa. Quizás sea cosa del destino, quizás no, quien sabe. El tiempo lo acaba explicando todo.

-No soy quien para remover el pasado. Si usted prefiere imaginarla de esa manera, no le voy a decir lo contrario. Es mejor recordar solo las cosas buenas. Lo negativo debe quedarse en el pasado.

Me da la razón en que el paso a la vida eterna no es algo muy agradable. Quizás, ese poco de sufrimiento sea el precio que todos teníamos que pagar por esa segunda oportunidad. Aunque sea en ocasiones muy dura, la eternidad nos permite conocer cosas increíbles y poder obtener todo el conocimiento que una simple vida humana no es capaz de abarcar.

-No es nada. Solamente he recordado algunas cosas de mi pasado. No muy agradables. Solo me he acordado de un ser querido al que perdí, hace ya mucho tiempo. Mi creador… como usted lo llama.

Cuando tira la tapa de la lápida, yo sigo asustada. Soy como un gato, los sonidos inesperados me sobresaltan demasiado. Siento miedo, normal por otra parte. Si siento el peligro cerca no suelo reaccionar rápidamente. Me quedo temblando sin saber qué hacer, solo esperando que todo pase y alejarme del peligro.

Ella intenta disculparse, pero yo no soy capaz de reaccionar. No me atrevo a hablarle, no sé si las cosas irán a peor si intento decir algo. Me sonríe, pero la sonrisa se vuelve algo siniestra.

por **Catalina De Aragón** Vie Oct 09, 2015 6:01 am

La situación ha cambiado. Me encuentro de pie, en medio de la sala y ella está arrinconada en uno de los lados, agachada y protegiéndose de mi arrebato. Un arrebato que me sucedía a menudo, siempre que paseaba por allí. ¿Porqué la había llevado hasta allí entonces? No tenía muy claro el porque, sólo que como había dicho de ir a algún lado, siempre acababa allí. A menos, claro está, que deambulara por las calles sin rumbo ni destino.

La observo y camino despacio alrededor del ataúd, hasta una de las paredes donde acaricio la losa con letras que hay impresa en ella.

- No hay nada que temer, no soy peligrosa - intento calmar sus ánimos mientras disfruto de la sensación de poder que da el miedo reflejado en los ojos de otra persona - Este es un tema que siempre saca lo más malo de mi. Pero no quiero decir con eso que vaya a atacar ni nada por el estilo.

Seguramente aquello no hubiera hecho más que acrecentar la incertidumbre que sentía ante una situación desproporcionada y completamente imprevista.

Camino unos pasos más, acercándome a ella y con dos dedos apago una de las velas. Siento el dolor de la quemadura recorrerme desde las manos subiendo por el brazo. Muerdo mi labio sintiendo la sensación que me recorre de principio a fin. Sintiendo, como sólo consigue hacerte sentir el dolor o el placer. Sólo que, lo segundo, hacía demasiado tiempo que había dejado de sentirlo para sólo regocijarme en el dolor de la soledad.

- Si, la soledad lleva a que la gente pierda un poco los estribos en ocasiones. Perder el norte no es malo si sólo pasa durante un periodo o tiempo corto y determinado - un par de pasos más, viéndola más oscura, más cerca - Pero, para seres inmortales, puede ser algo peligroso si no se sabe tratar con ello - paré un segundo como si hubiera escuchado algo que sólo llegaba a mis oídos - Podemos obsesionarnos y eso... - hice un gesto con el dedo negando - No es bueno amiga mía.

Me acerqué lo suficiente para estar al alcance de mi mano y la sonreí. Esta vez parecía más normal, más la chica que había visto en la calle tiempo atrás, más la que había chocado con ella y había decidido entablar conversación.

Le tendí la mano abierta con la palma hacia arriba.

- Deja que te ayude.

por **Contessa Luciano** Dom Oct 11, 2015 5:31 pm

No me reconozco a mí misma. Hacía siglos que no me sentía así, tan vulnerable. Aquel cambio de actitud tan repentino no me dejó reaccionar de otra manera. Si siguiera siendo humana, seguramente mi piel habría empalidecido más.

Durante unos segundos, me arrepiento de haberla seguido y haber acabado en una situación como esta. Pero no, quiero pensar que es solo un momento pasajero. No voy a arrepentirme de ninguna de mis elecciones y esta no será una excepción.

Ni siquiera la estoy mirando, mi vista está fija en este suelo polvoriento. Escucho como camina, me estremezco. Cuando me habla, creo que intenta calmarme. Pero en su tono de voz se nota que, en parte, está disfrutando de la situación.

No me gusta perder el control de la situación. Y en este caso ese control se había alejado de mí en el mismo momento en el que puse un pie en aquel edificio funerario.

Vuelvo a levantar la vista, respiro profundamente para tranquilizarme, la miro fijamente y suavizo la expresión, no quiero más problemas.

-No mienta señorita, usted es tan peligrosa como yo- le sonrío, dejando ver uno de mis pequeños colmillos.

Se sigue acercando y yo no me muevo. Me siento más segura donde estoy ahora. Noto que hay menos luz, ha apagado una de las velas. Tampoco es muy importante, la visión nocturna no me deja notar mucho la diferencia entre un momento u otro.
Conforme me va hablando más, me relajo un poco. Sigo sentada en el suelo, pero de forma más relajada.

-La soledad no es buena amiga y menos para nosotros. Tiene razón. Por eso nosotros debemos aprender a controlarnos.

Poco a poco vuelvo a ser la de siempre y recupero la compostura en todo lo posible. Se acerca más a mí y me extiende la mano. Dudo. No estoy segura de si debería seguir confiando en ella. Pero decido arriesgarme. Le doy la mano para que me ayude a levantarme, con estos vestidos, levantarse una sola es casi imposible.

-Gracias

por **Catalina De Aragón** Mar Oct 13, 2015 10:52 pm

Jugar con las sombras se puede convertir en una adicción si no sabes controlarlo. Sentir el poder de tener la situación en tus manos también podía ser algo peligroso si una se dejaba llevar por la emoción del momento.

Nunca pensé que, aquella dama, mostrará una actitud tan sumisa ante un sobresalto. La verdad es que tenía que admitir que a veces se me iba un poco la cabeza en situaciones que generaban frustración en mi. No podía olvidar la de obras que habían perecido en mis manos a causa de no llegar a transmitir aquello para, lo que supuestamente, estaban siendo creadas. Las cogía, las destruía. Quizás, poco tiempo después, volvía a empezar de nuevo. Pero mi ímpetu, completamente desproporcionado y más aún momentáneo, era demasiado destructivo.

Sabía que ella era más vieja que yo (a menos que hubiera mentido con su edad). Seguramente también sería más experimentada, más fuerte, más rápida. Quizás sólo pretendía ver como actuaba si tenía el control, o si creía tenerlo.

Su comentario hace que ría. Su colmillo entrevistó entre sus labios más que amenazante, resulta sexy. Una muestra de que ella también podía morder llegado el momento. Creó que, la última y la primera vez que fui mordida fue al entregarme a la vida inmortal. ¿Se sentiría igual después de la conversión? Algún día debería de probarlo. El problema de esa idea es que requería de una cercanía que no había tenido con nadie en siglos. Tampoco es que antes hubiera pensado en esa posibilidad...

- No negaré que lo soy, pues sería tal mentira que ni hasta los muertos que nos acompañan serían capaces de creerse - la respondí - Pero creó que sólo hay que generar miedo en aquellos que son una amenaza y claramente, nosotras no queremos hacernos daño - terminé diciendo.

No se movía mientras hablaba de soledad. Ese sentimiento capaz de vencer a cualquiera. Más aún si se trata de seres que jamás mueren y, si se exceden regocijándose en ella, pueden acabar muy pero que muy mal.

- Conmigo ha sido dura, no lo negaré. No obstante creo que, exceptuando algún momento puntual, puedo controlar sus secuelas de una manera óptima - algo que contradecía completamente lo que acababa de ocurrir.

Finalmente, tomó mi mano y la ayudé a levantarse. Quizás tiré con demasiada fuerza pues, durante un instante, nuestros cuerpos se juntaron. Ambos igual de fríos. Como dos espejos desprovistos de vida, donde la muerte se peina los cabellos.

No tarde demasiado en separarme: ya la había hecho pasar suficiente incomodidad aquella noche.

- Creó que Deberíamos intentar pasarlo un rato bien, es demasiado penoso pasar la noche entre muertos - dije aunque ciertamente había sido yo la que la había traído ahí - Creo que me vendría bien tomar algo antes de irme a la cama.

por **Contessa Luciano** Vie Oct 16, 2015 12:25 pm

Poco a poco empiezo a recuperar mi posición en aquel entretenido juego en el que me había dejado llevar. Aquel sobresalto me ha hecho mostrar una cara de mí que no me gusta mostrar a nadie.

No era normal que alguien como yo se mostrara así ante una persona que acabo de conocer. Tengo una imagen que mantener. Me frustro mucho cuando me pasan este tipo de cosas, pero soy como un gatito asustado, estas reacciones son inevitables. Aunque no muestro mi descontento, intento manejar la situación como mejor puedo, para recuperar mi posición inicial.

Mi comentario le hace gracia. Pero espero que por lo menos haya entendido que no soy siempre tan vulnerable como lo parecía en ese momento. Que si yo quiero, también puedo llegar a atacar y llegar a ser muy peligrosa, quizás incluso más que ella. No sería el primer vampiro al que ataco ni será el último en caso de que me descontrole yo también.

-Me alegra saber que no me considere una amenaza- le respondo sin moverme un milímetro-. Ya me estaba empezando a preocupar los motivos por los que me había traído aquí.

Doblo las rodillas para tener un punto de apoyo en el que apoyar los brazos para que sostengan mi cabeza. Menos mal que estos vestidos son tan extremadamente largos, así no me arriesgo a mostrar partes de mí que prefiero que se reserven para otros momentos.

El tema de la soledad vuelve la conversación algo más oscura. Pero es verdad, la soledad, que en ocasiones puede llegar a ser tu mejor amiga, te puede llegar a absorber hasta el punto de que haga olvidarte del mundo exterior.

-Espero que este sea uno de esos momentos puntuales, querida- contesto sin poder evitar una pequeña carcajada por lo irónico de su comentario en una situación como esta.

Cuando por fin le cojo la mano para poder levantarme, ella tira con demasiada fuerza y consigue que durante unos segundos nuestros cuerpos se juntaran. Si siguiéramos siendo humanas hasta me atrevería a decir que nuestros corazones eran capaces de latir al mismo ritmo, pero nuestros corazones ya se pararon hacía quizás demasiado tiempo.

A continuación me propone salir de allí e ir a tomar algo. Le doy la razón.

-Tiene razón, creo que nos vendrá bien a las dos para despejarnos un poco.

por **Catalina De Aragón** Sáb Oct 17, 2015 11:34 am

Su comentario me roba una sonora carcajada ante el modo que tiene de defenderse de la situación que, claramente, la ha sorprendido tanto como a mi el que todo se haya desarrollado de ese modo. Muestro mis colmillos en la penumbra y luego la miro aún con la sonrisa marcada en los labios.

- En un principio mi idea era someterla y violarla - dije con sorna - Luego, después de conocer su edad, era una idea que se me ha ido esfumando poco a poco - añadí a modo de coletilla a lo que había dicho anteriormente - No, la verdad es que este es el único sitio al que llego cuando no pienso realmente en donde ir. Es como mi refugio, mi destino y el final de mi camino así como también fue el principio - hice una pausa - Entre sus brazos - dije mirando el ataúd completamente abierto.

Veo su ademán de levantarse y colocarse en cuclillas a la vez que apunta acerca de lo que la estoy comentando y como la soledad puede afectar a las personas de una manera muy diferente sea cual sea su psique. La verdad es que yo me lo he tomado todo bastante bien dado todo lo que he tenido que pasar en el pasado.

- Lo es - le digo corroborando lo que ella acababa de decir - Pero en cierto modo me alegro de que lo haya visto. Así una vez que nos separemos, podrá elegir si volver a visitarme o no, conociendo todas mis facetas. O al menos la mayoría de ellas... - no es bueno descubrirlo todo en una primera vez.

Toma mi mano y por un momento nos miramos demasiado cerca. Esa situación, en otro momento, seguramente podría haber evolucionado hacia distintos puntos, el flirteo hubiera continuado y el tira y afloja acabado entre unas sabanas o algo peor... Ahora sólo eramos dos corazones muertos que unían su piel por causas eventuales.

- Diría que hay un lugar por aquí llamado "La nuit" - lo había escuchado en mis más de 10 viajes a ese mismo punto - Un lugar oscuro y bastante tranquilo. Quizás propicio para aquello que buscamos - luego sentí que de nuevo lo estaba eligiendo todo y que ella podría llegarse a sentir abrumada - Si le place.

Ascendí las pocas escaleras que nos separaban de nuevo de la noche y dediqué una última mirada a lo que dejábamos atrás. Una sensación de vacío inundó mi corazón cuando la puerta se cerró tras nosotras y la noche volvió a abrigarnos con su manto. Suspiré pues el destino no había querido que esa noche fuera la que soñaba que llegara. Eché una mirada a mi acompañante y, al menos sentí, que no todo estaba perdido. Y que, siempre había alguna esperanza para que la muerte no caminara siempre sola.

por **Contessa Luciano** Dom Oct 18, 2015 10:17 am

Mi intento de defenderme ha dado la vuelta a la situación. Intentando quedar por encima he acabado quedando como un ser fácilmente violable. Lo que más me sorprendió es que es la primera vez que una mujer me decía algo como eso.

Estaba más que acostumbrada a ese tipo de comentarios por parte de muchos hombres, pero de una mujer me sonaba un tanto extraño, no mal, solo extraño.

-Me alegra que haya cambiado de parecer- sonrío también.

Luego cuando me confiesa lo importante que es para ella este lugar, no puedo evitar sentirme algo alagada, no todos le enseñan un sitio tan importante a alguien que acaba de conocer.

-La entiendo perfectamente, más de lo que cree- digo casi en un susurro, no sé si me habrá logrado oir.

Verla, me recuerda demasiado a mí. A mi yo del pasado, a mi yo del presente…Deseosa de reencontrarme con alguien a quien sabía que no podría volver a ver. En este caso, ella tiene más suerte que yo. A ella aún le queda esa oportunidad que a mí me quitaron demasiado pronto. Para dejarme vagando sola por este ancho y cruel mundo.

-No se preocupe- le contesto ya completamente calmada-. Puedo entender perfectamente cómo se siente, a todos nos ha pasado por lo menos una vez en la vida. Y tranquila- continuo-, le aseguro que una cosa como esa no me va a hacer poner distancia con usted. Ya lo he visto antes en otros como nosotras y nunca ha sido un disuasorio.

El momento de nuestro acercamiento pasa muy rápido, yo apenas soy consciente de lo que pasa, últimamente soy muy distraída con estos temas.

Para despejarnos, propone un sitio al que nos podíamos dirigir. La verdad es que me da bastante igual. Hoy he decidido dejarme llevar y ver cómo me puede sorprender esta ciudad. No tenía intención de elegir ningún sitio porque tampoco es que conociera ninguno, así que acepto su elección.

-Claro, ¿por qué no? Le dije que quería conocer la ciudad, cualquier sitio está bien.

Subimos las escaleras y la veo mirar de nuevo aquel ataúd vacío. Parece decepcionada. Quizás pensaba que ahí encontraría a quien buscaba. No me gusta esta sensación de estar al lado de alguien triste.

Subo corriendo los pocos escalones que nos separan de la entrada. Cuando ya estoy en la puerta, me giro para mirarla y, con esa actitud algo infantil que a veces tengo le digo:

-Vamos antes de que salga el sol- sonrío

por **Catalina De Aragón** Lun Oct 19, 2015 5:15 am

- Era una broma. No vaya a tenerme como una pervertida ahora - apunté después de sorprenderme a mi misma por haber dicho semejante barbaridad a alguien que apenas conocía. Pero la verdad, es que habíamos congeniado bastante bien y eso hacía que las palabras salieran más espontáneamente.

Sonríe pero en el fondo se que no se siente segura con la situación. Ese cambio de humor ha roto algo por dentro de ella que había conseguido formalizar quizás con cuidado y algo de temor. Quizás es que le cueste confiar en la gente al igual que me cuesta hacerlo a mi de algún modo. Quizás sólo haya roto lo que habíamos formado palabra a palabra. El problema es que, de haberlo hecho, hecho estaba.

- Lo se, nadie más puede entenderme aparte de otro como yo - le dije en respuesta con una sonrisa leve - Sólo aquellos que pierden y viven, pueden sentir el dolor de la pérdida - era una frase que había escuchado alguna vez, aunque ahora no recordaba bien donde.

Sonrío de nuevo ante su postura de no huir incluso después de haber visto una de mis caras más oscuras, mi cara decepcionada, mi cara frustrada, mi cara incluso violenta. Soy así y uno no puede cambiar lo que es.

- Entonces deberemos pasar a las siguientes sorpresas - la digo - Como ve, si soy capaz de sorprenderla - haciendo referencia a palabras que antes habían ido de la una a la otra.

Sale más rápido y me indica que la siga. Añade además una broma haciendo alusión al tiempo que resta para que el Sol gobierne el cielo. Yo olvido por un momento aquello que aún me hace aferrarme a ese lugar y camino detrás de ella, la guio hasta donde pretendía llevarla.

Fuera, en el cementerio, ya no hay nadie más. La puerta esta en el mismo sitio que la dejamos aunque ligeramente abierta, un poco más que como nosotras la dejamos. Las calles están vacías a esas horas y por un momento dudo que encontremos el lugar que había ofertado a mi acompañante aún abierto. Por suerte para mi, si lo está. Llego hasta la puerta y la empujo levemente. Dentro, el aire huele a humo y humanidad. La gente está sentada en mesas y la iluminación es más bien escasa. Aquellos que gobiernan el lugar como clientes son, en la inmensa mayoría, varones. Mientras que, las encargadas de servir, son todas mujeres.

Vamos, algo típico de la época...

por **Contessa Luciano** Jue Oct 22, 2015 9:36 am

Me gustaba que la conversación se haya convertido en algo más ameno. Me gusta que esas insinuaciones sean solo bromas. Quizás me haga crearme la falsa ilusión de que puedo seguir manipulando a las mujeres como yo quiera.

No puedo evitar reírme. Quizás, hasta ella se ha sorprendido de lo que ha dicho. Una mujer en apariencia tan seria como ella era difícil que no me resultara algo extraño oírla decir cosas como esas.

Intenta animarme cuando me da ese pequeño bajón. Aunque intente calmarme, comprenderme, no es fácil. La mía es un angustia de demasiado tiempo. Puede que la mayoría del tiempo esté alegre y risueña, quizás para ahuyentar las tinieblas de mi alma, pero cuando recuerdo esos momentos, no puedo evitar que me den bajones, aunque al poco tiempo se me pasa.

-Preciosa frase- le contesto para poder zanjar ya este tema.

Por otra parte, parece que sí se ha tomado en serio esas palabras que le dije cuando nos conocimos. No era la forma de sorprenderme que yo me esperaba, pero es culpa mía por no haber especificado. Era una sorpresa al fin y al cabo.

-Espero que la siguiente sorpresa no me haga acabar de esta manera- le contesto sonriendo.

A pesar del miedo que había pasado a los pocos minutos. Las cosas ahora eran bastante divertidas y podía relajarme un poco en compañía de la que quizás podía ya clasificar como una nueva amiga.

Después de mi pequeña carrera hasta la salida, dejo que ella me guíe. Las calles estaban desiertas, ni un alma se atrevía a salir ya a estas horas de la noche.

El lugar al que llegamos es un típico antro de la época. No es que me desagradara. Aunque yo estaba acostumbrada a otro tipo de ambientes. Me suelo acostumbrar a los ambientes en los que entraba. Y en este caso, dejaba ver un lado un poco más brusco de mi personalidad.

Ignorando los posibles comentarios que generábamos a nuestro paso por parte de los clientes masculinos, yo seguí adentrándome en el local y me senté en una de las sillas que había libre, dejando una al lado para mi compañera.

-Oye, guapa- llamé la atención de una de las camareras-, un poco de ginebra por aquí y para ella…

Señalé a mi acompañante para que ella pidiera lo que quisiera.

por **Catalina De Aragón** Sáb Oct 31, 2015 7:55 am

Buscamos un lugar, ligeramente apartado, lo suficiente para no llamar demasiado la atención, lo suficiente para poder mirara alrededor sin que parezcamos faroles en mitad de la oscuridad.

Mi acompañante parece más feliz, más en su salsa. La miro por un instante y veo nuestras claras diferencias: Quizás sean los años o quizás la edad en la que nos convirtieron. Ella es más social, más abierta, disfruta más en un lugar con gente que encerrada entre cuatro paredes en el cementerio.

Quizás sea una triste a sus ojos, quizás me vea como alguien que ha perdido el norte, que no sabe como avanzar o como dejar el pasado atrás, donde debe estar. No obstante, me consta pensar que ella también tiene cosas sin terminar, asuntos sin zanjar que quizás, alguna que otra mañana, le quité el sueño o le haga removerse incómoda en su lecho.

Mi acompañante llama la atención de una camarera con la intención de pedir algo que beber. Al escuchar ginebra me sorprendió ¿Tomaría esa bebida también en vida? No, dudó que en su época existiera algo parecido, seguramente cerveza y vino, poco más. Además era una bebida fuerte, de un sabor peculiar, no demasiado bebido por damas. Aunque, claro está, a nosotras en el fondo nos sabía todo a lo mismo.

Me cede la palabra para que elija lo que deseo y por un momento, me quedó parada: no estaba demasiado acostumbrada a visitar esos sitios con la intención de tomar algo. No obstante, quizás sea un buen momento para comenzar y, seguramente una buena tapadera para conseguir alimento.

- ¿Madame? - pregunta la joven de pelo rubio y tirabuzones.

- Vino para mi, por favor - la respondí algo agitada y ligeramente desorientada.

- Enseguida - la joven se marcha y nos deja solas de nuevo.

Pienso algo original de lo que hablar, algún otro tema más "alegre" que nos saqué de las conversaciones del pasado y más acorde a nosotros y nuestra condición, dada la privacidad que nos daba el tumulto provocado por la clientela.

Humedecí mis labios antes de hablar y me disponía a hacerlo cuando fui de nuevo cortada.

- Buenas noches - la voz a mis espaldas me hizo virarme para encontrarme con un par de varones que se habían acercado. Seguramente mi compañera ya la hubiera visto venir pero no había dicho nada - ¿Podemos acompañarlas?

por **Contessa Luciano** Mar Nov 03, 2015 2:50 pm

Aunque no es algo que pegue con mi apariencia, este tipo de ambientes son, por así decirlo, mi verdadero hogar. El sitio donde me siento más resguardada, aunque, irónicamente, sean de los lugares más peligrosos de todas las ciudades.

El ambiente salvaje y despreocupado me hace sentirme como una más. La gente va allí a ahogar sus penas y a olvidarse del cruel mundo en el que viven. En el fondo, humanos o no, todos somos iguales. Queremos desaparecer por unos minutos, no pensar que somos nosotros, que tenemos otra vida, que somos mejores.

Quizás esta es la razón por la que me siento tan bien en estos ambientes. Porque tal vez esta sea, de las miles de máscaras que tengo, la que más me gusta, la que me hace sentir más libre.

Mi compañera no parece tan a gusto en este tipo de ambientes. Por lo poco que la conozco, no parece una persona que le guste mucho estar rodeada de gente. Es por así decirlo, el tipo de vampiro típico, al que la eternidad he hecho demasiado daño.

Pero quizás le venga bien venir a sitios de estos de vez en cuando. A veces, desconectar viene bien. Sobre todo para seres como nosotras, que no podemos pensar que la muerte puede ser la solución a sus problemas.

Cuando ya estamos sentadas en la mesa, llamo a la camarera. Una chica rubia con tirabuzones con la típica ropa de las camareras, enseñando demasiada piel para al final no dar nada. No es que sea mi tipo, no me van las rubias, pero el hecho de que su escotada blusa mostrara su cuello hizo que no pudiera evitar relamerme los labios por el simple hecho de imaginarme probando su sangre.

Cuando por fin pido mi bebida, la cedo la palabra a mi compañera. Se sobresalta, quizás porque no se esperaba que yo hubiera pedido algo como la ginebra, o que estaba muy metida en sus pensamientos como para reaccionar rápido.

Una vez pedidas las bebidas, noto ciertas miradas posadas en nosotras. Un par de jóvenes nos miraban fijamente. Yo, sin que Catalina se diera cuenta, entro en ese juego de miradas hasta que consigo que ellos se acerquen. Puede que la camarera no, pero quizás alguno de estos dos sea mi cena de hoy.

Ya estando a nuestra altura, no preguntan si nos pueden acompañar. Yo les sonrío y les contesto con cierto tono pícaro:

-Depende de lo que nos puedan ofrecer. ¿No cree?- le pregunto a mi compañera, interesada en saber su opinión.

por **Catalina De Aragón** Miér Nov 04, 2015 11:10 pm

El lugar era bastante acogedor, privado y tranquilo. Más allá del murmullo provocado por el tumulto de hombres apilados y ebrios, se respiraba trabquilidad a la comparsa de una débil melodía que provenía de un lugar inconcluso.

La camarera había despertado mi apetito y parecía lo suficientemente inocente para caer en mis redes llegado el momento. Además, dudaba mucho que, en un lugar como ese, las cuatros damas o más bien cortesanas, no tuvieran un precio por sus servicios. De hecho, ya había visto como alguno que otro las tomaba por la cintura y se las llevaba a algún lugar más allá de la zona en las que todo el mundo confluía.

Aún así, sabía que mis gustos eran dispares para con mis hermanos de estirpe. Y el hecho de que yo hiciera ascos a uno de los dos géneros a la hora de alimentarme no hacia otra cosa que complicar las cosas.

No obstante, vi la mirada en mi acompañante y como había iniciado el juego del flirteo, ese juego que quizás había tenido anteriormente conmigo y que se había solventado con un empate. Ahora, ella llevaba el equipo ganador, ella era quien tenía la pelota en su campo y las armas bajo su control. Pero utilizaba las mismas técnicas... Eso, en. cierto modo, me hizo reír: Nunca tendría la iniciativa.

- La compañía es un precio que se paga muy algo. Más aún cuando somos las únicas damas del lugar. Esperó que tengáis algo que ofrecer realmente atrayente.

Uno de los dos, el que más aspecto rudo tenía, parecía algo molesto con el primer bache que se habían encontrado en el camino. Seguramente pensara que, al haber acabado allí, estábamos buscando algo fácil, rápido y muy cuestionable.

- Yo tengo una gran... - comenzó a decir pero el otrole frenó.

- Perdonar a mi amigo, no se le da demasiado bien hablar en público - le disculpó y, cuando iba a replicar, le dio un codazo ennel estómago para que mantuviera la boca cerrada - Mi nombre es Peter y el es Joseph - dij a modo de presentación - Ofrecemos una conversación e invitarlas a lo que tomen. Pero estamos abiertos a sugerencias.

por **Contessa Luciano** Dom Nov 08, 2015 6:46 am

Al parecer aquella camarera rubia no solo había atraído mi atención. Quizás, al final yo no sea la única que encuentre algo de alimento esta noche. La verdad es que prefería dejarle a ella esa presa.

Yo ya le he echado el ojo a esos caballeros que se acercan a nosotras e intentan entablar una conversación amigable, quizás buscando en nosotras algo más que compañía.

Me da la sensación de que a mi compañera no le ha hecho mucha gracia que se hayan acercado a nosotras, quizás prefiere que vuelva la camarera.
La insinuación de uno de los hombres no me hizo ninguna gracia. No hay cosa que me guste menos que la gente vulgar, y que me hablen así es incluso peor.

Menos mal que el otro parece más decente y lo ha arreglado un poco. Por lo menos este se había dado cuenta de que no éramos unas cualquiera.

-Si nos van a invitar, creo que les podremos dar una oportunidad de enmendar semejante primera impresión- les digo mientras la camarera llega con lo que habíamos pedido-. Es un placer Peter, Joseph. Espero que pasemos una noche entretenida los cuatro- río divertida mientras empiezo a beber.

No es que a mí me afecte mucho el alcohol. Si fuera humana, seguramente habría muerto por todo lo que he bebido a lo largo de mi vida. Pero con este cuerpo inmortal, apenas me afecta.

Es solo que, con mi actitud alocada ya de por sí, lo poco que me afectaba el alcohol hacía que me descontrolara quizás demasiado en algunas ocasiones. Quién sabe si esta será una de ellas.

La noche aún es joven.

por **Catalina De Aragón** Mar Nov 10, 2015 12:33 am

La situación, dentro de lo irreverente, parecía bastante normal para las horas que eran: dos mujeres, "jóvenes", atractivas, en un local de hombres. Terminan llamando la atención de alguno de ellos y estos se aventuran a ver si es posible que la noche no sea tan fría y solitaria. O quizás, como deja bien claro uno de ellos, más concretamente "el vulgar". Lo único que pretendían era encontrar algo donde desfogar la tensión sexual que la mayoría del tiempo sufría ese sexo.

La camarera vuelve y la verdad es que no me fijo demasiado en ella. En una primera impresión, me había llamado la atención y la había valorado como una posible candidata a ser mi alimento aquella noche. Pero, ahora mismo, estaba más interesada en como irían los tiros con aquellos dos hombres que buscaban métodos dispares para conseguir sentarse con nosotras. Uno de ellos parecía haber tomado una de las rutas más cercanas al objetivo y, mi compañera, se lo hace saber.

Sonrío ante el juego de poderes que se despliega entre los que quieres y los que tienen pero no quieren ceder. Un juego en el que se lucha por ver quien consigue más por menos. En nuestro caso, de ser humanas, seguramente sería conseguir más copas enseñando menos piel. En su caso, sería ver y tocar más piel por menos copas. Inversamente proporcionales.

- Encantada también por mi parte - respondo rápidamente para incorporarme a la conversación de la que parecía fuera de lugar - Yo soy Sarah - no me importaban aquellas personas y tampoco creo que lo que buscaran en mi fuera mi nombre real. Guiñé un ojo de complicidad con mi acompañante - Les advierto, caballeros, que somos unas expertas en este arte y gastarán mucho dinero antes de que nos tornemos ebrias - lo que era cierto. Era más fácil caer en ese estado consumiendo sangre con grandes cantidades de alcohol que ingiriéndola: nuestro organismo no lo asimilaba.

- No se preocupen - contesta el más "cívico" - Aquí, mi amigo, aparte de tener la boca grande, también tiene una cartera en condiciones. Se hará responsable de todo lo que consuman en respuesta a su falta de respeto a la hora de hablar.

El otro fue a replicar algo al respecto pero fue acallado por un gesto duro de su amigo. Luego, después de sentarse y servirse algo, comenzaron las preguntas coloquiales.

- Y bien, ¿Qué hacen aquí a estas horas de la noche?¿Sus maridos le permiten ir desprotegidas así como así? - era obvio que era una pregunta claramente machista. Pero, en la sociedad en la que vivíamos, era normal. También era algo que debía preguntar, más que nada para conocer si realmente estábamos "libres".

por **Contessa Luciano** Jue Nov 12, 2015 9:43 am

En un lugar como ese, me parecía hasta extraño que solo dos hombres se nos hubieran acercado, ya que éramos las únicas mujeres, no camareras, que estábamos en todo el local.

Aunque puede que, claramente, quisieran algo más que nuestra simple compañía. Nosotras estábamos seguras de que se dejarían todos sus cuartos y mucho más antes de conseguir que nos pensáramos siquiera ceder a alguna de las proposiciones que por lo menos uno ya nos había dejado más que claras.

La verdad es que en ningún momento tuve la intención de aprovecharme de ellos más de lo necesario. Pero se los veía como una presa fácil, demasiado fácil, por eso, al final he decidido divertirme un poco con ellos en compañía de mi nueva amiga. Ella me había enseñado el lugar donde se sentía más a gusto y ahora me toca a mí enseñarle cual es mi ambiente.

Antes de hacer cualquier movimiento, le pido permiso a mi amiga. Tampoco quería hacer que se sintiera muy incómoda. Prefería su compañía a la de aquellos caballeros, pero nada me quitaba mis ganas de jugar un poco con ellos.

Siento la mirada cómplice de Catalina cuando miente sobre su nombre. Finalmente, decido hacer lo mismo, así es más divertido.

-Margaret, un placer, caballeros- extiendo la mano, dando un toque de elegancia a la conversación-. Mi amiga tiene razón, puede que no lo aparentemos, pero quizás tengamos más aguante que muchos de los que estáis aquí- sonrío con sorna.

Por lo menos, el más vulgar de los dos iba a hacer el esfuerzo de pagarnos todo lo que quisiéramos hasta poder domar nuestra voluntad. Pobres inocentes. Tendrían prácticamente que prostituirse para poder pagar el alcohol necesario para poder tenernos.

Una vez más avanzada la conversación, nos preguntaron directamente, para saber si iban a gastar su dinero en vano.

-¿Marido?- rio sonoramente-. Aún no ha aparecido el hombre que haya sido capaz de domarme. Quién sabe si esta noche aparecerá, ¿no crees Sarah?- le pregunto a mi compañera para que siga con la conversación.

por **Catalina De Aragón** Dom Nov 15, 2015 12:37 am

Al parecer el juego había comenzado y, aunque en nuestros orígenes quizás tuviéramos nuestros más y nuestros menos, habíamos congeniado bastante bien, tanto como para poder tener un mínimo de complicidad.

Aquellos pobres hombres habían tocado con unos huesos duros de roer y la noche era joven. Quizás tendríamos que finjir estar ligeramente ebrias después de unas cuantas consumiciones para que no lesbsonaran las alarmas. Pero, aún así, el vulgar iba a pagar lo suficiente como para que la siguiente vez que se acercara a unas mujeres, las tratara con más respeto. Fuera cual fuera su localizacion u/o ocupación.

Reí ante la ocurrencia del nombre y como también había decidido dar un poco de pan y circo a aquellos dos hombres. Ellos parecieron satisfechos con la predisposición que parecíamos tener. Seguramente a raíz de no haberles dado largas en una primera vez. Peter cogió la mano de Contessa y la besó como respuesta. Luego, su rostro se tornó extrañado.

- Está usted helada Mademoiselle. ¿Se encuentra bien? - pregunto.

- Le cuesta entrar en calor - le respondí anticipándome a mi compañera y despertando más aún la cara pícara de aquellos hombres.

- Camarera - llamó Peter a la chica que se acercó - No se moleste en traer copas. Traiga directamente la botella y además una de whisky - pidió mientras la camarera, sin decir nada más, se fue a buscar la petición - Hay una zona de reservados, quizás estaríamos más cómodos allí y más... en privado - añadió cuando volvimos a estar solos.

- Quizás no sea mala idea - respondí pensando en la posibilidad de que al final, mi compañera los usara como alimento.

En esas estábamos cuando Contessa les habló de sus pocas posibilidades para que ella acabará sucumbiendo a sus "encantos".

- Es cierto, muy fiero debe ser ese hombre para poder vencer a esta leona - les dije hablando en metafora. - Además, sería raro estar aquí teniendo marido ¿No cree?

- Si, disculpen la pregunta tan tonta que la he hecho - se retractó. Luego miró a Contessa - Y por el control no se preocupe, me gusta más que lo tenga usted llegado el momento.

por **Contessa Luciano** Jue Nov 19, 2015 10:21 am

El juego había comenzado y nosotras teníamos el control. Como a mí me gusta. Como dos expertas jugadoras de cartas, Catalina y yo nos entendemos sin siquiera palabras. En este poco tiempo ya hemos llegado a saber comunicarnos de esta manera muy fácilmente.

El juego va a nuestro favor y eso me hace animarme más. No hay nada que me guste más que jugar con los pobres humanos, hacerles pensar que ellos tienen el poder cuando en realidad están bailando al compás del ritmo que nosotras les marcamos.

El más educado, y al que he conseguido como mi víctima, Peter, me besa la mano muy caballerosamente. Nota la frialdad de mi piel, su comentario me pilla desprevenida y no se reaccionar. Menos mal que Catalina ha salido en mi ayuda. La miro cómplice, agradeciéndole su ayuda.

Suelto una risita pícara por el comentario con el que me defiende mi amiga, cosas como esas solo van a excitar más a nuestras posibles víctimas. Peter pide más bebida, a lo que yo respondo con un efusivo aplauso.

-Van muy rápido caballeros- les digo con un tono travieso, fingiendo estar ofendida- quizás dentro de un par de copas…- le guiño el ojo a Catalina, quería saber si podíamos sacarle algo más a esos dos.

Cuando se me compara con una leona. No puedo evitar reír. En alusión a lo que me han comparado, suelto un pequeño ronroneo seductor mientras me acerco un poco más a Catalina.

En cuanto al comentario del hombre, me hace mirarlo con cierto desagrado, aunque no creo que se note mucho. No me gusta que los hombres me den el control. Prefiero que manejen ellos ese tipo de situaciones.

Aunque en un caso como este, quien sabe como acabarán las cosas y si prefiero ser yo la que lleve la voz cantante.

Aun así, camuflo mi malestar y contesto:

-Vaya, es usted todo un caballero.

por **Catalina De Aragón** Dom Nov 22, 2015 1:12 am

El juego de la seducción era un juego muy entretenido. Más aún cuando es más que obvio que las víctimas ya han sido seducidas y que lo que pretenden es atraerte a sus redes. Aquel era el ejemplo claro de lo que comentaba: Eso o simplemente pretendían yacer con una mujer sin tener que gastar más de la cuenta. Lo que no sabían es que quizás, aquella decisión, podría salirles cara.

Su estrategia era algo así como se comentaba que eran los interrogatorios de la policía: Uno bueno y una malo. En este caso teníamos la versión educada y la versión más "atrevida" por decirlo de algún modo. Esta segunda, después de una primera impresión ligeramente fuera de lugar, había permanecido callada, latente. Seguramente a la espera de que se "animaran" las cosas y pudiera salir su lado oculto.

El tema del reservado llamaba mi atención pero, al parecer, mi compañía quería jugar más un poco allí, ver hasta donde podía conseguir dando lo mínimo posible. No podía hacer otra cosa que secundarla.

- No acostumbramos a entras en lugares a solas con desconocidos, nunca sabes que te pueden hacer - les respondo haciéndome la inocente.

- Por favor, ¿Qué podríamos hacerles? - intentó fingir la misma inocencia son tan buen resultado - Además, si compartimos la botella podemos considerarnos conocidos - añadió llenando los cuatro vasos. Yo lo tomé y lo bebi de un trago - ¡Vaya! veo que sabe jugar a este juego - dijo sorprendido llenándola de nuevo.

- Y a muchos otros - contesté mientras acababa con el siguiente vertiéndose por mi garganta - ¿Qué calor hace aquí no? - fingí mientras me abanicaba con una de las manos.

- A ese ritmo acabará desmayada Mademoiselle - me dijo y los ojos de su amigo se abrieron más. Al parecer aquella situación se acercaba más a sus posibilidades y pensamientos.

- No se preocupe por mi, si me paso siempre puedo ir a dormir a casa de mi amiga - contesté acercándome a ella y apoyando la cabeza en su hombro - Así que, por mi, no dejé de rellenar el vaso.

Off:

por Contenido patrocinado

Descubriendo la ciudad y a su gente - Catalina de Aragón

Descubriendo la ciudad y a su gente - Catalina de Aragón

Re: Descubriendo la ciudad y a su gente - Catalina de Aragón

Re: Descubriendo la ciudad y a su gente - Catalina de Aragón

Re: Descubriendo la ciudad y a su gente - Catalina de Aragón

Re: Descubriendo la ciudad y a su gente - Catalina de Aragón

Re: Descubriendo la ciudad y a su gente - Catalina de Aragón

Re: Descubriendo la ciudad y a su gente - Catalina de Aragón

Re: Descubriendo la ciudad y a su gente - Catalina de Aragón

Re: Descubriendo la ciudad y a su gente - Catalina de Aragón

Re: Descubriendo la ciudad y a su gente - Catalina de Aragón

Re: Descubriendo la ciudad y a su gente - Catalina de Aragón

Re: Descubriendo la ciudad y a su gente - Catalina de Aragón

Re: Descubriendo la ciudad y a su gente - Catalina de Aragón

Re: Descubriendo la ciudad y a su gente - Catalina de Aragón

Re: Descubriendo la ciudad y a su gente - Catalina de Aragón

Re: Descubriendo la ciudad y a su gente - Catalina de Aragón

Re: Descubriendo la ciudad y a su gente - Catalina de Aragón

Re: Descubriendo la ciudad y a su gente - Catalina de Aragón

Re: Descubriendo la ciudad y a su gente - Catalina de Aragón

Re: Descubriendo la ciudad y a su gente - Catalina de Aragón

Re: Descubriendo la ciudad y a su gente - Catalina de Aragón

Re: Descubriendo la ciudad y a su gente - Catalina de Aragón