AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Recuerdo del primer mensaje :
https://www.youtube.com/watch?v=c2pHBcdDCzY
Habían pasado unas semanas desde lo del cuchillo de Gael, en las cuales la vida de la bruja había dado un giro de 180 grados. Primero había conocido a Xaryne, y se habían dejado llevar por una tórrida pasión que las había encerrado en su buhardilla por unas pocas noches. Pero la cazadora era muy hermética, germana, fría y cuadriculada para algunas cosas, como por ejemplo para decirle dónde vivía, o qué narices había ocurrido en su pasado para que no quisiera hablar de ello. Por el momento la bruja le dejaba todo el espacio que ella parecía necesitar porque estaba demasiado ocupada tratando de asimilar tantos cambios. Le gustaban los hombres. Y ahora también las mujeres. Vaya lío.
Los días se le antojaban cortos cuando esperaba verla aparecer por el callejón. Las horas pasaban voladas a su lado y el sol las sorprendía exhaustas y amodorradas. La vieja Brisienne le había propinado un par de escobazos por andar despistada pensando en las musarañas. Pero al menos la bruja había recuperado una chispa de vitalidad y buen humor que hacía siglos que no recordaba tener. Por fin parecía que algo comenzaba a ir bien, o al menos no rodaba cuesta abajo como era costumbre en su vida.
https://www.youtube.com/watch?v=-n2hhQ9PS1s&list=PLA7qUFOoGxETsqkrl3QqJW48fngs-Q1rP&index=4
Era viernes y ya hacía dos semanas y media que no veía a Xaryne. Su humor se había helado como un témpano. Se había largado a Alemania, sin decirle ni el motivo ni la fecha de regreso: “Es personal”. Le había soltado. Ya. ¿Y qué debía hacer ella con esa información? era una puta mierda de información. ¿Sabía si quiera que volvería? le había dicho que sí, pero no sabía cuándo.
Elora no sabía de muchas cosas, pero en abandonos era especialista. Creció sin padre, sin amigos y hasta su madre se había largado. Y ahora Xaryne la dejaba con palabras vagas y miles de dudas. Había tragado ya demasiada bilis como para no olerse las excusas. Quería pensar que regresaría, pero sería más fácil si se hacía a la idea de que no. La muy maldita se lo dijo justo cuando se estaba vistiendo para ir a trabajar, sin poder tener la opción de quedarse, de hablarlo o de… bah!. Ni siquiera sabía si valía la pena. La cazadora lo había hecho así para no tener que dar explicaciones, para seguir manteniendo a Elora fuera de lo que estuviese guardando con tanto ahínco. Pues la bruja no quería meterse donde no la invitaban, si no era bienvenida, a tomar por culo. Así que apretó los dientes le deseó buen viaje y salió por la puerta. Ese iba a ser el día que comenzaría su deseada venganza y que ya había aplazado demasiado con aquel asunto sentimental. Sus heridas en la espalda ya no sangraban, estaban cerradas, y el cabrón de Mauritz de Buisson había regresado de su viaje. Era el tiempo de actuar. Notaba el frío crecer en su interior cada vez que regresaba a su buhardilla vacía, llena de polvo, con la única compañía de los tarros de vísceras, hierbas secas y aceites de intensos olores. Sentía la rabia avanzar ennegreciendo su corazón, volviéndolo de piedra e inmune al dolor ajeno.
Bajó una noche al Two Bells donde el nuevo rico estaba tomando pintas y alternando con la plebe para llevarse a alguna incauta a la cama y poder descargar en ella todas sus frustraciones sexuales y sus problemas no resueltos de la infancia. Pero es anoche no iba a encontrar a el placer, iba a verse cara a cara con su destino.
— ay Mauritz…San Martín se acerca y tu nombre está escrito en su lista…— murmuró Elora cuando lo vislumbró entre la turba de borrachines del pub irlandés.
Inspiró hondo y compuso la mejor de sus sonrisas. Pagó al camarero por la bebida que más tarde una camarera le llevaría a Mauritz, diciendole que era cortesía de la casa, y poder verter en ella el polvo rojo que se disolvió rápidamente. Cuando hubo dado el primer trago se acercó a él y le susurró algo al oido. El desconcierto inicial del ricachón fue sustituido por una sonrisa de medio lado. Así que la chica quería más tema, se lo había pasado bien al final del cuento. Cuando terminó la bebida, alentado por las provocaciones de la bruja, ya era tarde para dar marcha atrás. Se había tomado la dosis de poción para un elefante. Elora probó a manipular su voluntad… y sorprendentemente funcionó.
Los siguientes días Mauritz se sintió irremediablemente atraído por aquellos ojos castaños y comenzó a complacer sus deseos, uno tras otro. Vestidos. Sombreros. Una perla negra para el cuello. A ratos el hombre se sentía confundido porque tenía algunas lagunas, pero volvía de nuevo a pensar en ella y salía a buscarla.
Esa noche Elora estaba de muy mal humor. No soportaba tener a Mauritz todo el tiempo del brazo, pero sabía que debía aguantar, porque todavía quedaba un largo camino hasta que éste le pidiera matrimonio y le legase todos sus bienes. Esa noche se encaprichó en ir al restaurante de Gael. No sabía muy bien por qué, quizás porque aunque hiciera semanas que no lo veía, era la única persona que más o menos le resultaba cercano y agradable. Era una tontería, quizás ni siquiera saliese de la cocina, o hasta puede que se hubiera ido de la ciudad, a saber. Pero por una vez en su puñetera vida quería ir a ese sitio de lujo, sin que tuvieran lástima de ella, y si podía al menos verlo de refilón, ya le valía. Quizás es que la bruja no quería enterrar del todo a la vieja Elora, y cederle todo el terreno a la hija de puta en la que se estaba convirtiendo.
Entraron en el local, del brazo, y el mâitre les hizo un hueco ipso facto en una mesa cerca de una ventana. La hija de Paine, la bruja indigente, esa noche llevaba un vestido de seda burdeos, con el pelo recogido en la nuca, cayendo cual cascada de bucles. Lucía sobre el pecho la perla gris, guantes de encaje negro y escarpines a juego. Probablemente nadie la reconociese con esa pinta de persona decente y rica, nadie pensaría que era la muchacha de la tienda de hierbajos, la que tenía más remiendos en su falda que una vela de barco.
https://www.youtube.com/watch?v=c2pHBcdDCzY
Habían pasado unas semanas desde lo del cuchillo de Gael, en las cuales la vida de la bruja había dado un giro de 180 grados. Primero había conocido a Xaryne, y se habían dejado llevar por una tórrida pasión que las había encerrado en su buhardilla por unas pocas noches. Pero la cazadora era muy hermética, germana, fría y cuadriculada para algunas cosas, como por ejemplo para decirle dónde vivía, o qué narices había ocurrido en su pasado para que no quisiera hablar de ello. Por el momento la bruja le dejaba todo el espacio que ella parecía necesitar porque estaba demasiado ocupada tratando de asimilar tantos cambios. Le gustaban los hombres. Y ahora también las mujeres. Vaya lío.
Los días se le antojaban cortos cuando esperaba verla aparecer por el callejón. Las horas pasaban voladas a su lado y el sol las sorprendía exhaustas y amodorradas. La vieja Brisienne le había propinado un par de escobazos por andar despistada pensando en las musarañas. Pero al menos la bruja había recuperado una chispa de vitalidad y buen humor que hacía siglos que no recordaba tener. Por fin parecía que algo comenzaba a ir bien, o al menos no rodaba cuesta abajo como era costumbre en su vida.
https://www.youtube.com/watch?v=-n2hhQ9PS1s&list=PLA7qUFOoGxETsqkrl3QqJW48fngs-Q1rP&index=4
Era viernes y ya hacía dos semanas y media que no veía a Xaryne. Su humor se había helado como un témpano. Se había largado a Alemania, sin decirle ni el motivo ni la fecha de regreso: “Es personal”. Le había soltado. Ya. ¿Y qué debía hacer ella con esa información? era una puta mierda de información. ¿Sabía si quiera que volvería? le había dicho que sí, pero no sabía cuándo.
Elora no sabía de muchas cosas, pero en abandonos era especialista. Creció sin padre, sin amigos y hasta su madre se había largado. Y ahora Xaryne la dejaba con palabras vagas y miles de dudas. Había tragado ya demasiada bilis como para no olerse las excusas. Quería pensar que regresaría, pero sería más fácil si se hacía a la idea de que no. La muy maldita se lo dijo justo cuando se estaba vistiendo para ir a trabajar, sin poder tener la opción de quedarse, de hablarlo o de… bah!. Ni siquiera sabía si valía la pena. La cazadora lo había hecho así para no tener que dar explicaciones, para seguir manteniendo a Elora fuera de lo que estuviese guardando con tanto ahínco. Pues la bruja no quería meterse donde no la invitaban, si no era bienvenida, a tomar por culo. Así que apretó los dientes le deseó buen viaje y salió por la puerta. Ese iba a ser el día que comenzaría su deseada venganza y que ya había aplazado demasiado con aquel asunto sentimental. Sus heridas en la espalda ya no sangraban, estaban cerradas, y el cabrón de Mauritz de Buisson había regresado de su viaje. Era el tiempo de actuar. Notaba el frío crecer en su interior cada vez que regresaba a su buhardilla vacía, llena de polvo, con la única compañía de los tarros de vísceras, hierbas secas y aceites de intensos olores. Sentía la rabia avanzar ennegreciendo su corazón, volviéndolo de piedra e inmune al dolor ajeno.
Bajó una noche al Two Bells donde el nuevo rico estaba tomando pintas y alternando con la plebe para llevarse a alguna incauta a la cama y poder descargar en ella todas sus frustraciones sexuales y sus problemas no resueltos de la infancia. Pero es anoche no iba a encontrar a el placer, iba a verse cara a cara con su destino.
— ay Mauritz…San Martín se acerca y tu nombre está escrito en su lista…— murmuró Elora cuando lo vislumbró entre la turba de borrachines del pub irlandés.
Inspiró hondo y compuso la mejor de sus sonrisas. Pagó al camarero por la bebida que más tarde una camarera le llevaría a Mauritz, diciendole que era cortesía de la casa, y poder verter en ella el polvo rojo que se disolvió rápidamente. Cuando hubo dado el primer trago se acercó a él y le susurró algo al oido. El desconcierto inicial del ricachón fue sustituido por una sonrisa de medio lado. Así que la chica quería más tema, se lo había pasado bien al final del cuento. Cuando terminó la bebida, alentado por las provocaciones de la bruja, ya era tarde para dar marcha atrás. Se había tomado la dosis de poción para un elefante. Elora probó a manipular su voluntad… y sorprendentemente funcionó.
Los siguientes días Mauritz se sintió irremediablemente atraído por aquellos ojos castaños y comenzó a complacer sus deseos, uno tras otro. Vestidos. Sombreros. Una perla negra para el cuello. A ratos el hombre se sentía confundido porque tenía algunas lagunas, pero volvía de nuevo a pensar en ella y salía a buscarla.
Esa noche Elora estaba de muy mal humor. No soportaba tener a Mauritz todo el tiempo del brazo, pero sabía que debía aguantar, porque todavía quedaba un largo camino hasta que éste le pidiera matrimonio y le legase todos sus bienes. Esa noche se encaprichó en ir al restaurante de Gael. No sabía muy bien por qué, quizás porque aunque hiciera semanas que no lo veía, era la única persona que más o menos le resultaba cercano y agradable. Era una tontería, quizás ni siquiera saliese de la cocina, o hasta puede que se hubiera ido de la ciudad, a saber. Pero por una vez en su puñetera vida quería ir a ese sitio de lujo, sin que tuvieran lástima de ella, y si podía al menos verlo de refilón, ya le valía. Quizás es que la bruja no quería enterrar del todo a la vieja Elora, y cederle todo el terreno a la hija de puta en la que se estaba convirtiendo.
Entraron en el local, del brazo, y el mâitre les hizo un hueco ipso facto en una mesa cerca de una ventana. La hija de Paine, la bruja indigente, esa noche llevaba un vestido de seda burdeos, con el pelo recogido en la nuca, cayendo cual cascada de bucles. Lucía sobre el pecho la perla gris, guantes de encaje negro y escarpines a juego. Probablemente nadie la reconociese con esa pinta de persona decente y rica, nadie pensaría que era la muchacha de la tienda de hierbajos, la que tenía más remiendos en su falda que una vela de barco.
Última edición por Elora Dahan el Miér Mayo 04, 2016 8:23 am, editado 1 vez
Elora Paine- Hechicero Clase Baja
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Fecha de inscripción : 04/04/2016
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Re: Vuelve a haber carne en el menú. (Privado)
Bufé cuando me dijo que tendría que cuidar de Thomas todo el mes. Apreciaba al viejo, pero desde que se había vuelto insufrible hacía ya unos cuantos años, me costaba tragarlo. Pero ni Gael ni yo podíamos dejarle a su suerte. Después de todo nos había criado y hecho unos cazadores de renombre, aunque sus métodos fueran duros y para nada cariñosos. Gael y yo habíamos crecido teniéndonos solo el uno al otro, ése había sido el único vínculo emocional de nuestra infancia.
Si bien era cierto que Gael tenía don de gentes, yo siempre había sido todo lo contrario. Cuando íbamos al pueblo a por alguna cosa, siempre acababa peleándome con alguien mientras Gael intentaba apaciguar los ánimos. Pero ahora todo parecía haber cambiado.
De camino a la buhardilla de Elora me fijé en mi compañero. Siempre había estado muy en forma gracias al entrenamiento de cazador, pero en el fondo de sus ojos se reflejaba un profundo cansancio emocional. A Gael parecían haberle ocurrido muchas cosas, cosas que me había perdido bajo la vorágine de sucesos y emociones en las que se había convertido mi vida. Suspiré y apoyé mi espalda en su pecho. Teníamos mucho que recuperar.
Al menos ya estaba más tranquila, aunque la punzada producida por la mentira de Elora sobre su padre le seguía martilleando el pecho. Intentaba no pensar mucho en ello, pero sabía que en cuanto le viera la cara la decepción volvería a hacer mella en el recién conseguido buen humor.
Le di un suave codazo a Gael cuando me reprendió, era un año mayor que yo, así que solía dárselas de hermano protector. Respiré hondo y entramos en la buhardilla.
El panorama era, cuanto menos, pintoresco. La habitación estaba hecha un devoro, vendas y sangre se repartían por el suelo como si hubiera tenido lugar una cirugía poco higiénica. Aunque sabía que Elora, aunque era nigromante, era una curandera más que decente. Los dos cazadores nos plantamos en el cuarto, las armas descansando en sus fundas listas para desenvainar en medio segundo, pero sabía que no sería necesario. Elora no lo permitiría, y esperaba que Gael tampoco si mi vena autodestructora decidía hacer acto de presencia. Respiré hondo, seguía tensa. Miré a Elora directamente a los ojos, pretendiendo hacer caso omiso de la criatura con cara de malas pulgas que bebía agua al otro lado de la habitación, aunque todos mis sentidos estaban alerta ante cualquier movimientos sospechoso.
Si bien era cierto que Gael tenía don de gentes, yo siempre había sido todo lo contrario. Cuando íbamos al pueblo a por alguna cosa, siempre acababa peleándome con alguien mientras Gael intentaba apaciguar los ánimos. Pero ahora todo parecía haber cambiado.
De camino a la buhardilla de Elora me fijé en mi compañero. Siempre había estado muy en forma gracias al entrenamiento de cazador, pero en el fondo de sus ojos se reflejaba un profundo cansancio emocional. A Gael parecían haberle ocurrido muchas cosas, cosas que me había perdido bajo la vorágine de sucesos y emociones en las que se había convertido mi vida. Suspiré y apoyé mi espalda en su pecho. Teníamos mucho que recuperar.
Al menos ya estaba más tranquila, aunque la punzada producida por la mentira de Elora sobre su padre le seguía martilleando el pecho. Intentaba no pensar mucho en ello, pero sabía que en cuanto le viera la cara la decepción volvería a hacer mella en el recién conseguido buen humor.
Le di un suave codazo a Gael cuando me reprendió, era un año mayor que yo, así que solía dárselas de hermano protector. Respiré hondo y entramos en la buhardilla.
El panorama era, cuanto menos, pintoresco. La habitación estaba hecha un devoro, vendas y sangre se repartían por el suelo como si hubiera tenido lugar una cirugía poco higiénica. Aunque sabía que Elora, aunque era nigromante, era una curandera más que decente. Los dos cazadores nos plantamos en el cuarto, las armas descansando en sus fundas listas para desenvainar en medio segundo, pero sabía que no sería necesario. Elora no lo permitiría, y esperaba que Gael tampoco si mi vena autodestructora decidía hacer acto de presencia. Respiré hondo, seguía tensa. Miré a Elora directamente a los ojos, pretendiendo hacer caso omiso de la criatura con cara de malas pulgas que bebía agua al otro lado de la habitación, aunque todos mis sentidos estaban alerta ante cualquier movimientos sospechoso.
Xaryne Ackerman- Cazador Clase Media
- Mensajes : 146
Fecha de inscripción : 24/04/2016
Re: Vuelve a haber carne en el menú. (Privado)
-Claro que no puedes... - musitó para sí, conteniendo un gruñido que se escuchaba como un ronroneo constante saliendo de su pecho. Seguía sin saber qué función tenía él ahí como padre si su hija no le hacía el menor caso en cuanto a su opinión respecto a aquella cazadora. - Pues por no tener interés un poco más y me corta cual jabalí. Así que no esperes ni por un momento que la acepte - de todos modos poco podía hacer, la paciencia no era precisamente una de sus virtudes, pero esperaba que Elora lograra devolverle su vida para largarse, así ambos podrían hacer lo que les diera la gana.
Miró la botella con sospecha, preguntándose si no le habría puesto algo para calmarle o lo que fuera en vistas que aquellos dos estaban por llegar, sin embargo la alcanzó para empezar a beber sin gestos de asco, acostumbrado al ardor en su garganta. - Estar en esa boda implica ya romper mi parte de NO voy a vestirme como un Lord. Iré, pero ni se te ocurra decirme qué ponerme... - entrecerró los ojos como muda amenaza, ya se las apañaría para no estropear el plan de su hija, algo encontraría que entrara dentro de sus límites de comodidad. Dejó la botella sobre una mesa y cogió la llave, mirándola antes de colgársela en uno de sus tantos collares. Lo del espíritu protector le sorprendió. - Con el talento que tienes no entiendo por qué no te las has apañado para vivir mejor... - lo del muerto sin duda fue curioso y no entendía absolutamente nada de qué hablaba, ¿es que dejaría un cadáver o qué? pero dejó de tener importancia enseguida. Una sonrisa había aflorado en sus labios, un augurio de maldad y diversión mientras se apoyaba en la pared con la botella de vuelta a su mano. - Oh pero estoy malherido, no pretenderás que tu padre salga ahí afuera, con tantos cazadores sueltos y en mi estado, ¿no?
No pensaba irse, esos dos estaban por llegar y pensaba marcar límites. Poco pudo decir Elora pues justo en ese instante se escucharon los golpes en la puerta y su sonrisa se amplió antes de desaparecer por completo para dejar paso a una expresión seria y fría. Clavó sin piedad la mirada en ambos cuando entraron, bebiendo lentamente como si en su mente se estuviera cociendo algún retorcido plan de visceración. - Si ha vuelto la cobarde... - era bien consciente de la provocación, pero ahora que estaba seguro que su hija no permitiría que le atacaran, pensaba al menos divertirse con aquella odiosa situación.
Miró la botella con sospecha, preguntándose si no le habría puesto algo para calmarle o lo que fuera en vistas que aquellos dos estaban por llegar, sin embargo la alcanzó para empezar a beber sin gestos de asco, acostumbrado al ardor en su garganta. - Estar en esa boda implica ya romper mi parte de NO voy a vestirme como un Lord. Iré, pero ni se te ocurra decirme qué ponerme... - entrecerró los ojos como muda amenaza, ya se las apañaría para no estropear el plan de su hija, algo encontraría que entrara dentro de sus límites de comodidad. Dejó la botella sobre una mesa y cogió la llave, mirándola antes de colgársela en uno de sus tantos collares. Lo del espíritu protector le sorprendió. - Con el talento que tienes no entiendo por qué no te las has apañado para vivir mejor... - lo del muerto sin duda fue curioso y no entendía absolutamente nada de qué hablaba, ¿es que dejaría un cadáver o qué? pero dejó de tener importancia enseguida. Una sonrisa había aflorado en sus labios, un augurio de maldad y diversión mientras se apoyaba en la pared con la botella de vuelta a su mano. - Oh pero estoy malherido, no pretenderás que tu padre salga ahí afuera, con tantos cazadores sueltos y en mi estado, ¿no?
No pensaba irse, esos dos estaban por llegar y pensaba marcar límites. Poco pudo decir Elora pues justo en ese instante se escucharon los golpes en la puerta y su sonrisa se amplió antes de desaparecer por completo para dejar paso a una expresión seria y fría. Clavó sin piedad la mirada en ambos cuando entraron, bebiendo lentamente como si en su mente se estuviera cociendo algún retorcido plan de visceración. - Si ha vuelto la cobarde... - era bien consciente de la provocación, pero ahora que estaba seguro que su hija no permitiría que le atacaran, pensaba al menos divertirse con aquella odiosa situación.
Leif Paine- Licántropo Clase Baja
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Fecha de inscripción : 01/04/2016
Localización : Bosques
Re: Vuelve a haber carne en el menú. (Privado)
Elora miró a su padre de refilón un par de veces cuando empezaba a argumentar estupideces variadas. La paciencia tampoco era su fuerte, para algo tenían los mismos genes, así que resopló sonoramente.
— La aceptarás, porque la quiero. No tienes por qué hablarle ni tratarla, pero me importa un soberano boniato tu opinión en eso. Si algún dia te cuelas por una mujer, la aceptaré aunque sea la puta más fea, desdentada y manipuladora sobre la faz de la tierra, así que hazme el favor. Este tema es innegociable. Sobre el atuendo de la boda... meh. Intenta ir limpio, solamente eso.
Como Xaryne y Gael estaban a punto de llegar, recogió algunos trastos tirados en la buhardilla y siguió con la conversación que había destapado Paine.
— No he usado mucho la magia, porque no es fácil hacerlo. No tengo un manual para aprender estas cosas, y mi madre me enseñó todo lo que pudo antes de... antes de desaparecer. Los libros son caros y los hechiceros son muy cerrados, nadie toma aprendices así como así. Pero ahora mismo, ya estoy apañandomelas para vivir mejor, si completamos esto, seremos ricos. Necesito que firmes unos documentos, al igual que Xaryne y Gael. Los tres tenéis parte en el negocio textil de Mauritz, cosa que él no sabe porque tengo hechizado al contable. Así nadie sospechará que lo han matado por una cuestión de negocios. Eso si no me fallan las cuentas son... una renta mensual de aproximadamente mil francos. Podrás vivir en la mansión, conmigo, o irte donde quieras.
En ese momento entraron los cazadores y Paine provocó a Xaryne. Elora soltó el almohadón que estaba ahuecando y se apresuró a colocarse en medio de ambos. No quería de nuevo otro espectáculo.
— ¡padre!! ya basta!!! cierra el pico!!! no provoques más. No quiero más sangre ni más peleas entre vosotros...escuchadme bien. Lo siento. Lo siento muchísimo, todo esto es culpa mía porque no os dije la verdad, justamente porque... quería evitar esto. Pero ya no tiene remedio!! la he cagado, enfadáos conmigo, pagadlo conmigo, pero dejáos en paz.
— La aceptarás, porque la quiero. No tienes por qué hablarle ni tratarla, pero me importa un soberano boniato tu opinión en eso. Si algún dia te cuelas por una mujer, la aceptaré aunque sea la puta más fea, desdentada y manipuladora sobre la faz de la tierra, así que hazme el favor. Este tema es innegociable. Sobre el atuendo de la boda... meh. Intenta ir limpio, solamente eso.
Como Xaryne y Gael estaban a punto de llegar, recogió algunos trastos tirados en la buhardilla y siguió con la conversación que había destapado Paine.
— No he usado mucho la magia, porque no es fácil hacerlo. No tengo un manual para aprender estas cosas, y mi madre me enseñó todo lo que pudo antes de... antes de desaparecer. Los libros son caros y los hechiceros son muy cerrados, nadie toma aprendices así como así. Pero ahora mismo, ya estoy apañandomelas para vivir mejor, si completamos esto, seremos ricos. Necesito que firmes unos documentos, al igual que Xaryne y Gael. Los tres tenéis parte en el negocio textil de Mauritz, cosa que él no sabe porque tengo hechizado al contable. Así nadie sospechará que lo han matado por una cuestión de negocios. Eso si no me fallan las cuentas son... una renta mensual de aproximadamente mil francos. Podrás vivir en la mansión, conmigo, o irte donde quieras.
En ese momento entraron los cazadores y Paine provocó a Xaryne. Elora soltó el almohadón que estaba ahuecando y se apresuró a colocarse en medio de ambos. No quería de nuevo otro espectáculo.
— ¡padre!! ya basta!!! cierra el pico!!! no provoques más. No quiero más sangre ni más peleas entre vosotros...escuchadme bien. Lo siento. Lo siento muchísimo, todo esto es culpa mía porque no os dije la verdad, justamente porque... quería evitar esto. Pero ya no tiene remedio!! la he cagado, enfadáos conmigo, pagadlo conmigo, pero dejáos en paz.
Última edición por Elora Dahan el Miér Oct 19, 2016 12:21 pm, editado 2 veces
Elora Paine- Hechicero Clase Baja
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Re: Vuelve a haber carne en el menú. (Privado)
Conseguimos subir a la buhardilla, aunque mejor dicho seguí a Xaryne hasta arriba, sin decir una sola palabra, no sabía lo que nos podía esperar al atravesar esas puertas. Entramos en la buhardilla y miré al rededor, esquivando la mirada del padre de Elora, que nos miraba con cara de asco y de pocos amigos, exactamente igual que como lo había hecho en el callejón.
La buhardilla estaba algo desordenada, parecía como si Elora hubiera querido recogerla y se hubiera quedado a medias. ¿No podía usar la magia para recoger cosas? Igual podía hacer que los fantasmas vinieran a ayudarla. Crucé mis brazos, mirando ahora sí al padre de Elora, acababa de provocar a Xaryne llamándola cobarde. ¿Qué le pasaba a este hombre? Solo quería ver el mundo arder.
Elora se colocó en medio de ambos, por si a alguno le entraba la neura de abalanzarse sobre el otro. En parte entendía al padre, debía ser muy duro el saber que alguien se estaba llevando a la cama a tu dulce hijita y más que fuera otra mujer, aunque lo bueno era que al menos, no iban a poder tener hijos y no podía presentarse un día embarazada por sorpresa. Pasé las manos por mi barbilla, estaba cansado, mojado y no quería que se peleasen más. —Bueno, mientras os coméis entre vosotros... ¿Alguien tiene hambre? — Me paseé por la buhardilla que tantas noches me había acogido y saqué un poco de salmón ahumado. Solo necesitaba un poco de queso y unas rebanadas de pan. Si conseguía que comieran juntos y tranquilos, quizás todo iría mucho mejor entre ellos.
La buhardilla estaba algo desordenada, parecía como si Elora hubiera querido recogerla y se hubiera quedado a medias. ¿No podía usar la magia para recoger cosas? Igual podía hacer que los fantasmas vinieran a ayudarla. Crucé mis brazos, mirando ahora sí al padre de Elora, acababa de provocar a Xaryne llamándola cobarde. ¿Qué le pasaba a este hombre? Solo quería ver el mundo arder.
Elora se colocó en medio de ambos, por si a alguno le entraba la neura de abalanzarse sobre el otro. En parte entendía al padre, debía ser muy duro el saber que alguien se estaba llevando a la cama a tu dulce hijita y más que fuera otra mujer, aunque lo bueno era que al menos, no iban a poder tener hijos y no podía presentarse un día embarazada por sorpresa. Pasé las manos por mi barbilla, estaba cansado, mojado y no quería que se peleasen más. —Bueno, mientras os coméis entre vosotros... ¿Alguien tiene hambre? — Me paseé por la buhardilla que tantas noches me había acogido y saqué un poco de salmón ahumado. Solo necesitaba un poco de queso y unas rebanadas de pan. Si conseguía que comieran juntos y tranquilos, quizás todo iría mucho mejor entre ellos.
Gael Lutz- Cazador Clase Media
- Mensajes : 445
Fecha de inscripción : 23/12/2015
Edad : 32
Localización : Detrás de ti
Re: Vuelve a haber carne en el menú. (Privado)
Escuché su provocación, pero hice caso omiso. Aunque no iba a dejarlo pasar. Aprovechando que Elora se había situado en medio de la habitación, le dirigí una siniestra sonrisa a Paine, sin dejar de mirarle ni un momento mientras alargaba la mano y cogía la de la bruja. Di un rápido tirón y la espalda de Elora acabó contra mi pecho. Observé la reacción de su padre mientras mis labios se posaban en su garganta en un sensual roce mientras musitaba contra su piel:
- Yo tengo hambre, Gael.
Solté a Elora, con una sonrisa burlona hacia el pirata. Me senté en una desvencijada silla de madera mientras me quitaba las fundas de las cimitarras y las dejaba colgadas del respaldo. Por supuesto, no iba desarmada. Mi letal cuchillo de ébano descansaba en mi bota, listo para ser utilizado. Fue entonces cuando miré a Elora, aún con la decepción haciéndome mella.
- No tengo interés alguno en cazar lobos, no es una raza de nuestra incumbencia. No te delataré, licántropo, pero no pienses que lo hago por ti, porque ganas no me faltan.
Obviamente, no podía olvidar el golpe que le había dado a Elora. - Lo hago por ella.
Suspiré revolviéndome el pelo húmedo para peinarlo un poco y resoplé al ver que Gael parecía ajeno a la tensión en el ambiente, que podía cortarse con un cuchillo.
- Yo tengo hambre, Gael.
Solté a Elora, con una sonrisa burlona hacia el pirata. Me senté en una desvencijada silla de madera mientras me quitaba las fundas de las cimitarras y las dejaba colgadas del respaldo. Por supuesto, no iba desarmada. Mi letal cuchillo de ébano descansaba en mi bota, listo para ser utilizado. Fue entonces cuando miré a Elora, aún con la decepción haciéndome mella.
- No tengo interés alguno en cazar lobos, no es una raza de nuestra incumbencia. No te delataré, licántropo, pero no pienses que lo hago por ti, porque ganas no me faltan.
Obviamente, no podía olvidar el golpe que le había dado a Elora. - Lo hago por ella.
Suspiré revolviéndome el pelo húmedo para peinarlo un poco y resoplé al ver que Gael parecía ajeno a la tensión en el ambiente, que podía cortarse con un cuchillo.
Xaryne Ackerman- Cazador Clase Media
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Fecha de inscripción : 24/04/2016
Re: Vuelve a haber carne en el menú. (Privado)
Si las miradas mataran, la buhardilla habría sido redecorada en un instante con el joven cadáver de aquella cazadora. Que su hija se acostara con otros a decir verdad le daba absolutamente igual, era ya mayor para tomar sus decisiones, lo que le retorcía las entrañas es que no se le tuviera en cuenta a él o que encima le provocaran. ¿Hipócrita? mucho, pero era un pirata después de todo, no un lord de la corte suprema. Dio por perdida aquella batalla, pero no la guerra, no pensaba darse por vencido tan fácilmente ante tal ofensa, aunque solo fuera porque estaba aburrido hasta el hueso.
Observó de reojo al otro cazador, siguiéndole con la mirada mientras se alejaba dándole un trago a la botella y recogiendo una silla del rincón para sentarse en la mesa. Suponía que estaba allí principalmente para controlar a su compañera, pero de los cuatro que eran, parecía ser al que menos le importara la tensión del momento. - Vayamos al grano, quiero irme cuanto antes a mi cueva. ¿Cuándo es la boda? - Miró a Elora tratando de obviar al otro par. - No tengo ningún inconveniente en acabar con ese truhán, excepto que no quiero una cacería después. Nadie se escandaliza si desaparecen un par de brujos en los bosques, pero cuando se trata de un lord van a querer la cabeza de alguien y la mía no pienso ofrecerla.
Aquella situación, muy en el fondo, le reconfortaba. La estrategia, la planificación... eran cosas a las que estaba acostumbrado en su vida anterior como capitán, poder sentir de nuevo aquella sensación de utilidad era gratificante.- ¿No crees que resulte sospechoso que de repente firmemos esos documentos de los que hablabas? No me cae especialmente bien la gente de por aquí, pero no son estúpidos. Van a olerse algo.
Observó de reojo al otro cazador, siguiéndole con la mirada mientras se alejaba dándole un trago a la botella y recogiendo una silla del rincón para sentarse en la mesa. Suponía que estaba allí principalmente para controlar a su compañera, pero de los cuatro que eran, parecía ser al que menos le importara la tensión del momento. - Vayamos al grano, quiero irme cuanto antes a mi cueva. ¿Cuándo es la boda? - Miró a Elora tratando de obviar al otro par. - No tengo ningún inconveniente en acabar con ese truhán, excepto que no quiero una cacería después. Nadie se escandaliza si desaparecen un par de brujos en los bosques, pero cuando se trata de un lord van a querer la cabeza de alguien y la mía no pienso ofrecerla.
Aquella situación, muy en el fondo, le reconfortaba. La estrategia, la planificación... eran cosas a las que estaba acostumbrado en su vida anterior como capitán, poder sentir de nuevo aquella sensación de utilidad era gratificante.- ¿No crees que resulte sospechoso que de repente firmemos esos documentos de los que hablabas? No me cae especialmente bien la gente de por aquí, pero no son estúpidos. Van a olerse algo.
Leif Paine- Licántropo Clase Baja
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Fecha de inscripción : 01/04/2016
Localización : Bosques
Re: Vuelve a haber carne en el menú. (Privado)
La bruja se quedó patidifusa cuando la cazadora la agarró y la besó en el cuello delante de su padre. No porque fuera pudorosa, que no lo era, sino porque si pensaba que la provocación del pirata era significativa, la de Xaryne no había decepcionado a nadie.
Acababan de firmar la enemistad perpetua y ella se encontraba en medio de aquello. Genial. Yupi.
Por otro lado, ese arranque posesivo de Xaryne casi le arrancó una sonrisa, que si murió en sus labios antes de esbozarse fue porque vio en sus ojos helados la decepción todavía marcada. "Mecawenmiputaestampa." Pensó. Resopló y cuando la soltó para sentarse en una silla, la bruja se pasó las manos por la cara mirando a Gael. ¡Si es que al final iba a ser el más sensato de todos!
— ejem... bien. Si. Ahora que estamos todos... haré las presentaciones y...¡nada de sangre! padre, ella es Xaryne Ackerman, él es Gael Lutz y mi padre es Leif Paine. Os guste o no... estamos todos metidos en este entuerto por mi culpa, así que mejor trabajar en equipo y al final cuando acabe,que cada cual tire hacia donde le dé la gana. La boda será en diez días, pero antes tengo que arreglar más asuntos. Tengo al contable hechizado, me es fiel hasta la médula, y ha arreglado todo para que nadie sepa lo que está sucediendo. De la misma forma, estoy haciendo compraventas de propiedades para que cuando sea viuda no me caigan en herencia y sospechen de mi. El señor Higgs es un verdadero experto en estas cosas.Mauritz no tiene más familia que su madre, Delphine, a la que estaré encantada de acoger en casa y cuidar hasta el fin de sus días. Será una lástima que enferme de pena por lo de su hijo y pierda la razón ¿verdad? .— Tenía el conjuro preparado y los entes la atormentarían hasta acabar con su cordura.— y por si esto no fuera suficiente... he hecho un trato con el sobrino del rey. Le ayudaré con un asunto y él nos dará a cambio la protección que da su apellido y su influencia.
Repiqueteó con los dedos sobre una mesa. Allí todos eran de sangre muy caliente y actuaban sin pensar o pensando poco, más bien. Ella debía pensar de forma retorcida, porque la fuerza no era lo suyo.
— Dejaremos que pasen unos días. Al principio pensé que sería una buena excusa una invitación a una cacería, pero eso implica demasiada gente. Así que he variado el plan. Sería terrible que Mauritz tuviera una amante con la que se cita en una casa de campo a escondidas de su joven esposa. Se citaron, y algo salió mal. Aparecerán cartas de ella en algunos cajones privados de mi marido, y el escenario lo prepararemos con todo detalle. Si la desconsolada viuda le pide discreción a la policía, tratarán el asunto con prisa y lo cerrarán rápido. Nadie quiere escándalos innecesarios y la policía tiene exceso de trabajo como para darle vueltas a un crimen pasional tan claro. Esa noche todos tendréis que tener coartada. Padre, tú dejate caer por el burdel o la taberna, que te vean, finge estar borracho y págale a una puta la noche entera. Sal por la ventana y regresa al acabar. Gael, necesito que te vean en algun lugar publico. Yo iré a un aburrido concierto de arpa que organiza una ricachona. Xaryne, puedes llevarme en el coche y asegurate que te ven quedarte por allí.
Suspiró y los miró a todos. No podían fallar, ya estaba muy cerca.
Acababan de firmar la enemistad perpetua y ella se encontraba en medio de aquello. Genial. Yupi.
Por otro lado, ese arranque posesivo de Xaryne casi le arrancó una sonrisa, que si murió en sus labios antes de esbozarse fue porque vio en sus ojos helados la decepción todavía marcada. "Mecawenmiputaestampa." Pensó. Resopló y cuando la soltó para sentarse en una silla, la bruja se pasó las manos por la cara mirando a Gael. ¡Si es que al final iba a ser el más sensato de todos!
— ejem... bien. Si. Ahora que estamos todos... haré las presentaciones y...¡nada de sangre! padre, ella es Xaryne Ackerman, él es Gael Lutz y mi padre es Leif Paine. Os guste o no... estamos todos metidos en este entuerto por mi culpa, así que mejor trabajar en equipo y al final cuando acabe,que cada cual tire hacia donde le dé la gana. La boda será en diez días, pero antes tengo que arreglar más asuntos. Tengo al contable hechizado, me es fiel hasta la médula, y ha arreglado todo para que nadie sepa lo que está sucediendo. De la misma forma, estoy haciendo compraventas de propiedades para que cuando sea viuda no me caigan en herencia y sospechen de mi. El señor Higgs es un verdadero experto en estas cosas.Mauritz no tiene más familia que su madre, Delphine, a la que estaré encantada de acoger en casa y cuidar hasta el fin de sus días. Será una lástima que enferme de pena por lo de su hijo y pierda la razón ¿verdad? .— Tenía el conjuro preparado y los entes la atormentarían hasta acabar con su cordura.— y por si esto no fuera suficiente... he hecho un trato con el sobrino del rey. Le ayudaré con un asunto y él nos dará a cambio la protección que da su apellido y su influencia.
Repiqueteó con los dedos sobre una mesa. Allí todos eran de sangre muy caliente y actuaban sin pensar o pensando poco, más bien. Ella debía pensar de forma retorcida, porque la fuerza no era lo suyo.
— Dejaremos que pasen unos días. Al principio pensé que sería una buena excusa una invitación a una cacería, pero eso implica demasiada gente. Así que he variado el plan. Sería terrible que Mauritz tuviera una amante con la que se cita en una casa de campo a escondidas de su joven esposa. Se citaron, y algo salió mal. Aparecerán cartas de ella en algunos cajones privados de mi marido, y el escenario lo prepararemos con todo detalle. Si la desconsolada viuda le pide discreción a la policía, tratarán el asunto con prisa y lo cerrarán rápido. Nadie quiere escándalos innecesarios y la policía tiene exceso de trabajo como para darle vueltas a un crimen pasional tan claro. Esa noche todos tendréis que tener coartada. Padre, tú dejate caer por el burdel o la taberna, que te vean, finge estar borracho y págale a una puta la noche entera. Sal por la ventana y regresa al acabar. Gael, necesito que te vean en algun lugar publico. Yo iré a un aburrido concierto de arpa que organiza una ricachona. Xaryne, puedes llevarme en el coche y asegurate que te ven quedarte por allí.
Suspiró y los miró a todos. No podían fallar, ya estaba muy cerca.
Elora Paine- Hechicero Clase Baja
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Re: Vuelve a haber carne en el menú. (Privado)
Estaba claro que todo este asunto a Elora le sobrepasaba, había sido una especie de suicidio lo que había hecho y más conociendo como de protectora podía llegar a ser Xaryne. Dejé un poco que se matasen entre ellos, y me fui a preparar algo para picar, si estaban comiendo no podrían decirse groserías a no ser que comenzasen a escupir la comida y a lanzarsela a la cara entre ellos. Partí unas cuantas rebanadas de pan, hasta agotar el pan que Elora tenía. Lo coloqué sobre el primer plato limpio que encontré, después, puse un poco de queso, al que le tuve que quitar unas pocas partes verdes y olía a pies... Pero seguro que estaba rico. Coloqué el salmón ahumado encima y me aparté un poco para ver mi obra de arte. Seguro que a estos muertos de hambre les parecía todo un manjar.
Lo puse en medio de la mesa y cogí uno, dándole un pequeño mordisco. Estaba bueno y apenas se notaba que el queso estaba un poco pasado. Miré en una estantería que estaba algo destartalada y llena de botellas con polvo, una botella de vino intacta y limpia. Me acerqué a cogerla y sonreí, la maldita de Xaryne la había robado de la bodega de Thomas. Cogí cuatro vasos, aunque estuve a punto de coger solamente tres, el padre de Elora ya había bebido lo suficiente. Me senté en una silla con cuidado por si se rompía bajo mi peso y presté atención a Elora mientras me terminaba la rebanada.
Contó todo lo que tenía planeado, que se iba a casar en diez días con el tipo del restaurante, que su padre se llamaba Leif Paine, que había hechizado al contable y muchas más cosas. Me reí cuando mencionó el nombre de la madre de su prometido, era un nombre gracioso. Fruncí el ceño cuando mencionó al sobrino del rey. Me pasé una mano por el pelo y la miré. —Elora, si ese muchacho se chiva o nos delata a todos... Nos ahorcarán. Es muy arriesgado. ¿Te fías de él?— No me convencía mucho aquello, era lo que menos me convencía del descabellado plan.
Este plan me ponía en una tesitura muy comprometida. Estaba dejando a un lado mi trabajo como cazador e incluso iba a permitir que un hombre lobo devorase a Mauritz sin hacer nada para evitarlo. Me sentía como alguien corrupto, que acababa de dejar de ser fiel a sus ideales por una amiga... Suspiré y me bebí de un trago el contenido del vaso. —¿Cómo lo harás? Alguien tiene que controlar a Leif. En forma de lobo es completamente irracional. — Miré esta vez a Leif, puesto que le iba a hablar a él.—¿Qué pasa si acabas con Mauritz y escapas? Podría ser un peligro para todos... ¿Qué sueles hacer cuando estás en esa fase? ¿Te acuerdas de algo?— Ningún lobo se acordaba de lo que hacía en estado lobuno, salvo los que conocían el poder de Gaia. Miré de nuevo a Elora. —Trabajaré en el restaurante esa noche, pero me iré pronto. No quiero que escape y mate a más gente de la necesaria.— Volví a servirme vino.
Lo puse en medio de la mesa y cogí uno, dándole un pequeño mordisco. Estaba bueno y apenas se notaba que el queso estaba un poco pasado. Miré en una estantería que estaba algo destartalada y llena de botellas con polvo, una botella de vino intacta y limpia. Me acerqué a cogerla y sonreí, la maldita de Xaryne la había robado de la bodega de Thomas. Cogí cuatro vasos, aunque estuve a punto de coger solamente tres, el padre de Elora ya había bebido lo suficiente. Me senté en una silla con cuidado por si se rompía bajo mi peso y presté atención a Elora mientras me terminaba la rebanada.
Contó todo lo que tenía planeado, que se iba a casar en diez días con el tipo del restaurante, que su padre se llamaba Leif Paine, que había hechizado al contable y muchas más cosas. Me reí cuando mencionó el nombre de la madre de su prometido, era un nombre gracioso. Fruncí el ceño cuando mencionó al sobrino del rey. Me pasé una mano por el pelo y la miré. —Elora, si ese muchacho se chiva o nos delata a todos... Nos ahorcarán. Es muy arriesgado. ¿Te fías de él?— No me convencía mucho aquello, era lo que menos me convencía del descabellado plan.
Este plan me ponía en una tesitura muy comprometida. Estaba dejando a un lado mi trabajo como cazador e incluso iba a permitir que un hombre lobo devorase a Mauritz sin hacer nada para evitarlo. Me sentía como alguien corrupto, que acababa de dejar de ser fiel a sus ideales por una amiga... Suspiré y me bebí de un trago el contenido del vaso. —¿Cómo lo harás? Alguien tiene que controlar a Leif. En forma de lobo es completamente irracional. — Miré esta vez a Leif, puesto que le iba a hablar a él.—¿Qué pasa si acabas con Mauritz y escapas? Podría ser un peligro para todos... ¿Qué sueles hacer cuando estás en esa fase? ¿Te acuerdas de algo?— Ningún lobo se acordaba de lo que hacía en estado lobuno, salvo los que conocían el poder de Gaia. Miré de nuevo a Elora. —Trabajaré en el restaurante esa noche, pero me iré pronto. No quiero que escape y mate a más gente de la necesaria.— Volví a servirme vino.
Gael Lutz- Cazador Clase Media
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Fecha de inscripción : 23/12/2015
Edad : 32
Localización : Detrás de ti
Re: Vuelve a haber carne en el menú. (Privado)
Comí despacio una rebanada de pan con salmón mientras escuchaba el plan de Elora. Gruñí cuando mencionó al sobrino del rey. ¿En qué se estaba metiendo aquella bruja? Como algo saliera mal nos ahorcarían, Gael tenía razón. Aquella venganza empezaba a irse por unos derroteros que no me gustaban nada. Cuando el cazador mencionó el descontrol que sufriría la forma lobuna del padre de Elora, esbocé una sonrisa torcida mientras le observaba.
- Oh, también puedo desempeñar labores de contención. - noté la mirada de Elora y añadí: - No letales.
Era una situación extraña, pero me fui relajando con la voz de Gael. Por mucho que a veces quisiera estrangularlo, su presencia calmaba mis más oscuros instintos. En el fondo sabía que no dejaría que hiciera nada de lo que me arrepintiera. Aunque había otro problema añadido. Era cierto que estábamos especializados en vampiros, aunque nos había tocado cazar a más de un licántropo en nuestros años como cazadores. La diferencia era que la Orden sólo cazaba licántropos cuando se descontrolaban, ya que se daba la opción de encerrarlos durante la luna llena. Había cierta controversia en aquel tema.
Si el padre de Elora perdía el control y mataba a alguna otra persona, se redactaría un contrato de caza por su cabeza que sería muy difícil de tapar. Chasqueé la lengua, si encima implicába a la familia real, aunque fuera de refilón, la cosa se complicaba. Bebí un trago de vino y lo saboreé, y sin dejar de mirar el vaso dije:
- Espero que sepas lo que haces, Elora, porque te estás metiendo en unos asuntos más turbios que la propia muerte de un Lord. No juegues con la Casa Real, porque la Orden le seguirá como un perrito faldero. Y ni siquiera Gael y yo podremos protegerte de una horda de cazadores.
- Oh, también puedo desempeñar labores de contención. - noté la mirada de Elora y añadí: - No letales.
Era una situación extraña, pero me fui relajando con la voz de Gael. Por mucho que a veces quisiera estrangularlo, su presencia calmaba mis más oscuros instintos. En el fondo sabía que no dejaría que hiciera nada de lo que me arrepintiera. Aunque había otro problema añadido. Era cierto que estábamos especializados en vampiros, aunque nos había tocado cazar a más de un licántropo en nuestros años como cazadores. La diferencia era que la Orden sólo cazaba licántropos cuando se descontrolaban, ya que se daba la opción de encerrarlos durante la luna llena. Había cierta controversia en aquel tema.
Si el padre de Elora perdía el control y mataba a alguna otra persona, se redactaría un contrato de caza por su cabeza que sería muy difícil de tapar. Chasqueé la lengua, si encima implicába a la familia real, aunque fuera de refilón, la cosa se complicaba. Bebí un trago de vino y lo saboreé, y sin dejar de mirar el vaso dije:
- Espero que sepas lo que haces, Elora, porque te estás metiendo en unos asuntos más turbios que la propia muerte de un Lord. No juegues con la Casa Real, porque la Orden le seguirá como un perrito faldero. Y ni siquiera Gael y yo podremos protegerte de una horda de cazadores.
Xaryne Ackerman- Cazador Clase Media
- Mensajes : 146
Fecha de inscripción : 24/04/2016
Re: Vuelve a haber carne en el menú. (Privado)
Escuchó atentamente el plan de Elora mientras se llenaba el gaznate con el vino servido, inclinándose hacia atrás en la silla para tener una mejor visión de los comensales. En ningún momento tocó la comida, no se fiaba en absoluto del cazador, e hizo caso omiso a la provocación de la cazadora, ya se la devolvería en otro momento, su mente estaba ahora concentrada en todo lo que acababa de explicar su hija y dándole vueltas a cada uno de los detalles. Se mirara por donde se mirara era una locura y aunque por lo general las locuras le encantaban, había demasiadas cosas en riesgo en aquel plan. Como su vida, por ejemplo, o su libertad.
-No pensé que fuera a decirlo, pero estoy de acuerdo con estos dos. Es demasiado arriesgado... Mas no imposible - ¿qué pensaban, que se iba a negar? Solo por el hecho de que los cazadores, sus "amiguitos", no la apoyaran era suficiente para que Leif llevara la contraria. - Aunque veo totalmente innecesario que hayas inmiscuido a ese lo que sea del rey. Si algo he aprendido durante mi vida como pirata es que jamás puedes fiarte de la corte, son unos cobardes y a la mínima que sus cimientos tambalean te venden al mejor postor - además un pirata que se precie nunca hacía tratos con la realeza. - No nos conviene nada que ese hombre sepa lo que vamos a hacer.
Se puso en pie para alcanzar la botella de vino, lanzando una mirada de advertencia al cazador por si se atrevía a decir algo. Tras rellenarse la copa se dispuso a dar vueltas alrededor de la mesa. - El otro tema... - se detuvo justo detrás de los dos cazadores, mirándoles desde arriba antes de agacharse con el rostro entre el de ambos - ...es que no necesito ninguna niñera. Muchos menos a vosotros dos. - Se apartó para retomar su paseo. - Antes me has tomado por sorpresa, además estaba borracho, y aún así te hubiera podido aplastar la cabeza si no fuera por Elora... ¿de veras creéis que vais a poder conmigo durante la luna llena? Tsk - soltó un bufido de burla - no me hagáis reír. ¿Os pensáis que me convirtieron ayer? Que hagáis de pena vuestro trabajo no es mi problema, pero llevo años transformándome en estos bosques y ni siquiera sabíais de mi presencia - ladeó una sonrisa. - Es cierto que no soy consciente de mis actos durante la luna llena, pero por la razón que sea nunca voy a la ciudad. Lo único que tenéis que hacer para que el lobo se dirija a donde estén Mauritz y su amante es dejar alguna prenda de Elora cerca.
El lobo reconocía a su hija, ya se habían encontrado una vez y no la atacó, pero siempre rastreaba su olfato, probablemente por todo el tiempo que Elora estuvo llevándole comida al bosque. - Sobre la coartada... Es imposible, Elora. No puedo estar en la ciudad durante los días de luna llena, es demasiado peligroso. De todos modos no necesito una. Nadie sabe que vivo en el bosque, nadie sabe que soy lobo. Puedes contarles que soy pirata y que estaré fuera durante una temporada una vez acabe la boda.
Se acabó el vino y dejó la copa con un golpe seco. - Si es todo lo que hay que hablar, yo no tengo nada más que decir.
-No pensé que fuera a decirlo, pero estoy de acuerdo con estos dos. Es demasiado arriesgado... Mas no imposible - ¿qué pensaban, que se iba a negar? Solo por el hecho de que los cazadores, sus "amiguitos", no la apoyaran era suficiente para que Leif llevara la contraria. - Aunque veo totalmente innecesario que hayas inmiscuido a ese lo que sea del rey. Si algo he aprendido durante mi vida como pirata es que jamás puedes fiarte de la corte, son unos cobardes y a la mínima que sus cimientos tambalean te venden al mejor postor - además un pirata que se precie nunca hacía tratos con la realeza. - No nos conviene nada que ese hombre sepa lo que vamos a hacer.
Se puso en pie para alcanzar la botella de vino, lanzando una mirada de advertencia al cazador por si se atrevía a decir algo. Tras rellenarse la copa se dispuso a dar vueltas alrededor de la mesa. - El otro tema... - se detuvo justo detrás de los dos cazadores, mirándoles desde arriba antes de agacharse con el rostro entre el de ambos - ...es que no necesito ninguna niñera. Muchos menos a vosotros dos. - Se apartó para retomar su paseo. - Antes me has tomado por sorpresa, además estaba borracho, y aún así te hubiera podido aplastar la cabeza si no fuera por Elora... ¿de veras creéis que vais a poder conmigo durante la luna llena? Tsk - soltó un bufido de burla - no me hagáis reír. ¿Os pensáis que me convirtieron ayer? Que hagáis de pena vuestro trabajo no es mi problema, pero llevo años transformándome en estos bosques y ni siquiera sabíais de mi presencia - ladeó una sonrisa. - Es cierto que no soy consciente de mis actos durante la luna llena, pero por la razón que sea nunca voy a la ciudad. Lo único que tenéis que hacer para que el lobo se dirija a donde estén Mauritz y su amante es dejar alguna prenda de Elora cerca.
El lobo reconocía a su hija, ya se habían encontrado una vez y no la atacó, pero siempre rastreaba su olfato, probablemente por todo el tiempo que Elora estuvo llevándole comida al bosque. - Sobre la coartada... Es imposible, Elora. No puedo estar en la ciudad durante los días de luna llena, es demasiado peligroso. De todos modos no necesito una. Nadie sabe que vivo en el bosque, nadie sabe que soy lobo. Puedes contarles que soy pirata y que estaré fuera durante una temporada una vez acabe la boda.
Se acabó el vino y dejó la copa con un golpe seco. - Si es todo lo que hay que hablar, yo no tengo nada más que decir.
Leif Paine- Licántropo Clase Baja
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Localización : Bosques
Re: Vuelve a haber carne en el menú. (Privado)
Escuchó atentamente las palabras de Leif y en parte tenía razón en lo que decía, pero no podía entender el alcance real del plan de Elora, que iba mucho más allá de matar a Mauritz. Ella sabía que una vez enviudase iba a necesitar las influencias de alguien importante para mantenerse en la alta sociedad y que nadie la molestase, a ella y a Xaryne, que una vez muerto el noble, dejaría de ser la mozo de cuadra para ser su invitada/amiga a ojos de todos.
— no sabe nada, padre, ni un solo detalle. Solo sabe que no ha de meterse en mis asuntos, y yo no le preguntaré por los suyos. Tampoco tiene las manos limpias, así que no hay que proecuparse por él. Y en uñtima instancia... siempre puedo hechizarlo.
Bueno, las cosas ya estaban menos tensas, así que la bruja se llevó la mano a la cara que estaba hinchada.
— en fin, tenemos que volver a la mansión, amanecerá en unas horas y Mauritz querrá contemplar su obra de arte. Estaremos en contacto todos. Ve con cuidado padre.— se acercó a Leif y le apretó el hombro. Ya lo había abrazado una vez y a él casi le da un parraque, así que no iba a avergonzarlo delante de la gente.
Salieron de la buhardilla y se encaminaron a la mansión Buisson, antes de que el salir del sol les alcanzase.
— no sabe nada, padre, ni un solo detalle. Solo sabe que no ha de meterse en mis asuntos, y yo no le preguntaré por los suyos. Tampoco tiene las manos limpias, así que no hay que proecuparse por él. Y en uñtima instancia... siempre puedo hechizarlo.
Bueno, las cosas ya estaban menos tensas, así que la bruja se llevó la mano a la cara que estaba hinchada.
— en fin, tenemos que volver a la mansión, amanecerá en unas horas y Mauritz querrá contemplar su obra de arte. Estaremos en contacto todos. Ve con cuidado padre.— se acercó a Leif y le apretó el hombro. Ya lo había abrazado una vez y a él casi le da un parraque, así que no iba a avergonzarlo delante de la gente.
Salieron de la buhardilla y se encaminaron a la mansión Buisson, antes de que el salir del sol les alcanzase.
Elora Paine- Hechicero Clase Baja
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Re: Vuelve a haber carne en el menú. (Privado)
Continúa la trama en la mansión --> http://www.victorianvampires.com/f256-mansion-dahan
Elora Paine- Hechicero Clase Baja
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