AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
El comienzo [Privado]
4 participantes
Página 2 de 3.
Página 2 de 3. • 1, 2, 3
El comienzo [Privado]
Recuerdo del primer mensaje :
¿Quién dijo que era el fin?
Desde que abandoné la residencia Appleby, mi vida había dado un giro considerable. Los lujos y mi apellido Appleby, se quedó encerrado con la antigua Abbey, la que acataba órdenes y obligaciones. No era de esta época, siempre lo sentí así. Alguien que pensase con mi misma libertad era inusual y un escándalo...aún no encontré a nadie que pensase de la misma manera. La vida, se me iba apagando entre esas cuatro paredes y el ilusionarme...me llevó a creer y esperar algo de alguien que no salió bien. Era imposible porque él siempre utilizó esa palabra...en vez de luchar.
Para mí el amor, carecía de sentido. El hecho de oír hacia mi persona “serías la última mujer sobre la faz de la tierra”, aquello...fue el detonante para que cogiese las riendas de mi vida, ser yo misma y labrar mi propio futuro, seguir mi camino. Ya no había vuelta atrás, el hecho de haber tenido las mejores experiencias de mi vida con Astrid y Lazarus, me llevaron a decidir convertirme en algo que aún no era. Los seres sobrenaturales eran la única razón por la que mi compañero de juegos no se encontrase a mi lado ni antes de ser cómo fui ni ahora... mi carácter se volvió más sombrío y frío, distante.. más nunca perdí esa candidez que aún sentía en mi inútil corazón.
No me faltaba valor y coraje, los necesitaría para mi misión. Quería convertirme en alguien tan fuerte y valiente como esa joven que sin pestañear se deshizo del vampiro y tan sabio como Lazarus a la hora de mirar a los ojos a la misma muerte. Nunca me pude sentir más arropada y protegida que aquel hombre en la que en mi soledad, encontré aquel día cuando caminaba por el silencioso cementerio.
La orden se fue haciendo más conocida cuando fue dirigida por aquel hombre que de mis tierras natales llegó a Paris, liderándola. Sabía que no iba a ser un camino de rosas, sería duro y estaba dispuesta no solo a intentarlo si no a conseguirlo. Cuando algo me proponía siempre lo conseguía y esta vez, así sería. Estaba segura que necesitaba ese soplo de aire fresco, metas y objetivos...convertirme en una persona fuerte no solo físicamente si no también mentalmente.
Acudí a la dirección indicada tras un par de noches visitar ciertos locales frecuentados por cazadores. Mi atuendo no era el de lujosos vestidos, ahora vestía siempre de colores oscuros , sentir que pasaba desapercibida era una sensación muy distinta a ser el centro de atención pues en mi caso... siempre quise que eso sucediera, ser invisible para el mundo y me dejasen vivir en paz, hacer lo que realmente me llenase y no acudir a bailes absurdos para buscar maridos.
Me ocultaba tras una capucha oscura, mi cabello dorado me delataba demasiado, conseguí dar con la puerta que me abriría un mundo de posibilidades muy distintos a todos los que conocía. Llamé un par de veces y me dieron paso.
-Buenas tardes , me gustaría reunirme con el señor Blackmore. -no titubee, mi mirada segura de mí misma, esperaba me echasen a patadas pero si eso ocurría, volvería a llamar...una y otra vez, porque sabía que en ese instante ese era mi sitio.
¿Quién dijo que era el fin?
Desde que abandoné la residencia Appleby, mi vida había dado un giro considerable. Los lujos y mi apellido Appleby, se quedó encerrado con la antigua Abbey, la que acataba órdenes y obligaciones. No era de esta época, siempre lo sentí así. Alguien que pensase con mi misma libertad era inusual y un escándalo...aún no encontré a nadie que pensase de la misma manera. La vida, se me iba apagando entre esas cuatro paredes y el ilusionarme...me llevó a creer y esperar algo de alguien que no salió bien. Era imposible porque él siempre utilizó esa palabra...en vez de luchar.
Para mí el amor, carecía de sentido. El hecho de oír hacia mi persona “serías la última mujer sobre la faz de la tierra”, aquello...fue el detonante para que cogiese las riendas de mi vida, ser yo misma y labrar mi propio futuro, seguir mi camino. Ya no había vuelta atrás, el hecho de haber tenido las mejores experiencias de mi vida con Astrid y Lazarus, me llevaron a decidir convertirme en algo que aún no era. Los seres sobrenaturales eran la única razón por la que mi compañero de juegos no se encontrase a mi lado ni antes de ser cómo fui ni ahora... mi carácter se volvió más sombrío y frío, distante.. más nunca perdí esa candidez que aún sentía en mi inútil corazón.
No me faltaba valor y coraje, los necesitaría para mi misión. Quería convertirme en alguien tan fuerte y valiente como esa joven que sin pestañear se deshizo del vampiro y tan sabio como Lazarus a la hora de mirar a los ojos a la misma muerte. Nunca me pude sentir más arropada y protegida que aquel hombre en la que en mi soledad, encontré aquel día cuando caminaba por el silencioso cementerio.
La orden se fue haciendo más conocida cuando fue dirigida por aquel hombre que de mis tierras natales llegó a Paris, liderándola. Sabía que no iba a ser un camino de rosas, sería duro y estaba dispuesta no solo a intentarlo si no a conseguirlo. Cuando algo me proponía siempre lo conseguía y esta vez, así sería. Estaba segura que necesitaba ese soplo de aire fresco, metas y objetivos...convertirme en una persona fuerte no solo físicamente si no también mentalmente.
Acudí a la dirección indicada tras un par de noches visitar ciertos locales frecuentados por cazadores. Mi atuendo no era el de lujosos vestidos, ahora vestía siempre de colores oscuros , sentir que pasaba desapercibida era una sensación muy distinta a ser el centro de atención pues en mi caso... siempre quise que eso sucediera, ser invisible para el mundo y me dejasen vivir en paz, hacer lo que realmente me llenase y no acudir a bailes absurdos para buscar maridos.
Me ocultaba tras una capucha oscura, mi cabello dorado me delataba demasiado, conseguí dar con la puerta que me abriría un mundo de posibilidades muy distintos a todos los que conocía. Llamé un par de veces y me dieron paso.
-Buenas tardes , me gustaría reunirme con el señor Blackmore. -no titubee, mi mirada segura de mí misma, esperaba me echasen a patadas pero si eso ocurría, volvería a llamar...una y otra vez, porque sabía que en ese instante ese era mi sitio.
Abbey Appleby- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 505
Fecha de inscripción : 23/03/2011
Localización : París-Londres
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El comienzo [Privado]
El ataque se fue poniendo cada vez más interesante, a la fiesta se unieron más y estaba lista. Me preparé para ello durante meses, servir a la Orden era mi máxima prioridad y cubrir las espaldas tanto de La Parca como la mía fue lo único en lo que pensaba cuando mi acero se hundía en la piel ajena para dar muerte. No fue fácil, ningún ataque lo era...ni siquiera para el cazador más experimentado.
El señor Ackerman nos protegió como escudo, entre todos...acabamos con ellos, solo de algunos pues entre las sombras se multiplicaban. Mi respiración errática luchaba por volver a la normalidad, sentí una punzada en el abdomen... esos malditos bichos me habían rasgado la piel, un arañazo superficial pero terriblemente molesto y doloroso. No me quejé, tan solo me aseguré de cuanta sangre brotaba de la herida.
Sonreí de medio lado a las palabras de la señora, me alagaba sin duda. Solo sonreí, mirando fijamente a esos cazadores que lejos de ser vampiros..los reconocí como mis compañeros. Malditos, la magia puede lavarte la mirada y el cerebro, ver lo que otros desean ver. Más que alagada, me sentí en mi lugar, con los míos... arropada y protegida, jamás tuve esta sensación y no era ni siquiera como lo imaginaba en absoluto.
[colo=yellow]-Es un placer luchar a su lado, señores [/color]-sonreí ampliamente, recostándome en el sillón, la herida me hizo soltar un suspiro. El bonito vestido amarillo se tiñó de sangre, como un trofeo que llevar con honor. Esa noche fue clave, la respuesta que siempre esperé y busqué -En realidad, no se puede ir tranquilo siendo cazadores o cualquiera de a pie... vivir en la incertidumbre y siempre cuidando tus espaldas. No puedo agradecer más de lo que he conseguido gracias a vosotros, e incluso a estos quejicas que no paran de lloriquear como niñas -me eché a reír, el cochero abrió la puerta dándonos paso...acabábamos de llegar a la Orden.
-Ha sido una velada magnífica y ahora entiendo porqué sus alabanzas sobre su talento, es una arpista grandiosa...y sabe muy bien manejar la espada, mejor que muchos hombres -bromeé antes de bajar, el vestido había quedado para el arrastre -Echaba de menos estas incomodidades...temo se lo devuelva diferente a como me lo dio, compraré otro para sustituirlo...aunque era un vestido magnífico. Gracias
El señor Ackerman nos protegió como escudo, entre todos...acabamos con ellos, solo de algunos pues entre las sombras se multiplicaban. Mi respiración errática luchaba por volver a la normalidad, sentí una punzada en el abdomen... esos malditos bichos me habían rasgado la piel, un arañazo superficial pero terriblemente molesto y doloroso. No me quejé, tan solo me aseguré de cuanta sangre brotaba de la herida.
Sonreí de medio lado a las palabras de la señora, me alagaba sin duda. Solo sonreí, mirando fijamente a esos cazadores que lejos de ser vampiros..los reconocí como mis compañeros. Malditos, la magia puede lavarte la mirada y el cerebro, ver lo que otros desean ver. Más que alagada, me sentí en mi lugar, con los míos... arropada y protegida, jamás tuve esta sensación y no era ni siquiera como lo imaginaba en absoluto.
[colo=yellow]-Es un placer luchar a su lado, señores [/color]-sonreí ampliamente, recostándome en el sillón, la herida me hizo soltar un suspiro. El bonito vestido amarillo se tiñó de sangre, como un trofeo que llevar con honor. Esa noche fue clave, la respuesta que siempre esperé y busqué -En realidad, no se puede ir tranquilo siendo cazadores o cualquiera de a pie... vivir en la incertidumbre y siempre cuidando tus espaldas. No puedo agradecer más de lo que he conseguido gracias a vosotros, e incluso a estos quejicas que no paran de lloriquear como niñas -me eché a reír, el cochero abrió la puerta dándonos paso...acabábamos de llegar a la Orden.
-Ha sido una velada magnífica y ahora entiendo porqué sus alabanzas sobre su talento, es una arpista grandiosa...y sabe muy bien manejar la espada, mejor que muchos hombres -bromeé antes de bajar, el vestido había quedado para el arrastre -Echaba de menos estas incomodidades...temo se lo devuelva diferente a como me lo dio, compraré otro para sustituirlo...aunque era un vestido magnífico. Gracias
Abbey Appleby- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 505
Fecha de inscripción : 23/03/2011
Localización : París-Londres
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El comienzo [Privado]
Después del enfrentamiento:
http://www.victorianvampires.com/t40588-a-new-twilight-libre
Not...It's too late for back...again.
El olor férreo inundaba sus fosas nasales, sólo podía oír su propia respiración acelerada. El encuentro había terminado hacía unas horas y desde entonces, perdió mucha sangre. Algo mareada pero no lo suficiente para detener sus pasos, aceleró como pudo el ritmo para volver a la Orden y mantenerse a salvo, no fuese su última noche.
No se deshizo de toda la manada, algunos licántropos abandonaron el lugar antes de que la cazadora se volviese a poner en pie una vez más. Entre las uñas, aún podía apreciarse pelo oscuro de uno de ellos. No, no iban a ser los únicos que pudiesen utilizar las zarpas para defenderse, ella también. Y lo hizo, hundió con saña las largas uñas hasta llegar a rasgarle la piel, capas de piel hasta llegar al hueso, pudo sentir como desgarraba con sus propios dedos, cómo aullaban de dolor hasta casi suplicar que parase.
No lo hizo, con la otra mano hundió el filo de plata en el gaznate, el sonido de la piel rasgándose y regalándole un río carmesí , coronándose vencedora de la gesta. El desagradable olor de esos seres le seguía persiguiendo, atormentando...olía a ellos, perro mojado, muerto. Sonrió victoriosa, jadeante, acababa de encarar a la muerte y volvió a salir vencedora...o eso creía. En sus propios pasos, regresaba a aquel lugar dónde por fin se encontró a sí misma, conocer a otros iguales y compartir experiencias, tener el apoyo incondicional de los tuyos, saber que estarían ahí por y para ti en cuanto los reclamase.
-Ya estoy en casa -atinó a murmurar para sí misma, en otras ocasiones empapada en sangre ajena pero esa noche... una mezcla entre la propia y la del enemigo abatido, huido. Perdió la noción del tiempo, la vista y la razón en cuanto sus dedos ensangrentados se aferraron a la entrada de su hogar. La herida no dejaba de sangrar aunque hiciese presión, debió quedarse quieta pero si como una cobarde hubiese aceptado su sino, no sería digna de pertenecer a La Orden, rendirse sin luchar antes no formaba parte de su forma de hacer las cosas. Luchar, lucharía hasta el final y sabía que esa noche no sería la última.
Cayó de rodillas, mordiéndose el labio inferior, aguantando las ganas de gritar. Ya no sentía la pierna derecha, poco a poco el frío general dejaba paso a la inconsciencia. Llamó dos veces, con los puños bien apretados, las fuerzas que le quedaban. Zarpas en el muslo derecho, hundida en la piel...arrebatándole la vida. Esa noche “Lynn” no perecería, volvería con fuerzas renovadas...si no era demasiado tarde.
Abbey Appleby- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 505
Fecha de inscripción : 23/03/2011
Localización : París-Londres
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El comienzo [Privado]
La Parca se encontraba en la Sede de la Plaza de Tertre, había ido a exterminar un vampiro enloquecido que operaba sus fechorías en el parque cercano a las Tullerías. Había sido un trabajo rápido, fácil y limpio. Tras su boda con Stein y su incipiente embarazo, no le daban misiones complejas y el capitán Blackmore le había puesto de fecha límite ese mes para retirarse del todo al menos hasta después del nacimiento. Lo primero era su salud y garantizar la viabilidad de ese pequeño que se aferraba milagrosamente a sus entrañas.
Lo cierto es que echaba de menos la acción para la que estaba tan entrenada, toda una vida de sacrificios y esfuerzos que ahora debía cambiar radicalmente, pero era disciplinada y sabía que era lo mejor. Además había desarrollado un antojo profundo por el pudin de castañas y eso no era compatible con mantenerse en forma, así que debería cuidarse bien. Estaba a punto de tirar del pomo de los vestuarios para colocarse su ropa de calle cuando escuchó la puerta abrirse y el ruido inconfundible de un fardo al caer al suelo. Cuando asomó la cabeza y vio la cabellera rubia no le cupo la menor duda de quien era.
— ¡¡¡Aureliuuuuuuus!!! a la entradaaaaa!.— gritó fuertemente para que el hermano Aurelius, monje y brujo wiccano acudiese junto a su ayudante a socorrer a la cazadora. Apreto con sendas manos la herida que más sangraba y a los dos segundos aparedieron los enfermeros que se hicieron cargo de ella en seguida, trasladándola a la enfermería y colocándola en una mesa para comenzar la tarea de limpieza, sutura y a veces hasta cirugía. Ella misma conocía bien esa sala, allí se tiró tres semanas cuando la apuñalaron en el vientre y vio la muerte pasar tan cerca. Allí estuvo Axel evitando cruzar al otro lado cuando lo envenenaron, y allí iban a parar todos en uno u otro momento. La inglesa estaba semiconsciente, sus ojos se abrían y se cerraban por momentos.
—Parece peor de lo que es, saldrás de esta, por desgracia aun no nos vamos a librar de ti, doña pija.— desde luego era única dando ánimos, pero en fin, los cazadores no se caracterizaban por ser dulces y cariñosos.
Lo cierto es que echaba de menos la acción para la que estaba tan entrenada, toda una vida de sacrificios y esfuerzos que ahora debía cambiar radicalmente, pero era disciplinada y sabía que era lo mejor. Además había desarrollado un antojo profundo por el pudin de castañas y eso no era compatible con mantenerse en forma, así que debería cuidarse bien. Estaba a punto de tirar del pomo de los vestuarios para colocarse su ropa de calle cuando escuchó la puerta abrirse y el ruido inconfundible de un fardo al caer al suelo. Cuando asomó la cabeza y vio la cabellera rubia no le cupo la menor duda de quien era.
— ¡¡¡Aureliuuuuuuus!!! a la entradaaaaa!.— gritó fuertemente para que el hermano Aurelius, monje y brujo wiccano acudiese junto a su ayudante a socorrer a la cazadora. Apreto con sendas manos la herida que más sangraba y a los dos segundos aparedieron los enfermeros que se hicieron cargo de ella en seguida, trasladándola a la enfermería y colocándola en una mesa para comenzar la tarea de limpieza, sutura y a veces hasta cirugía. Ella misma conocía bien esa sala, allí se tiró tres semanas cuando la apuñalaron en el vientre y vio la muerte pasar tan cerca. Allí estuvo Axel evitando cruzar al otro lado cuando lo envenenaron, y allí iban a parar todos en uno u otro momento. La inglesa estaba semiconsciente, sus ojos se abrían y se cerraban por momentos.
—Parece peor de lo que es, saldrás de esta, por desgracia aun no nos vamos a librar de ti, doña pija.— desde luego era única dando ánimos, pero en fin, los cazadores no se caracterizaban por ser dulces y cariñosos.
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El comienzo [Privado]
La voz de Aveline se mezcló con el sonido de la agitada respiración de la manzana, le costó llegar a las puertas, cada paso pesaba aún más que el anterior y llegó a dudar que fuese su último enfrentamiento. Una vez estuviese tras esas puertas, estaría a salvo y en paz. Las palabras de la parca le transmitieron tranquilidad, por una vez en su vida, se sintió como en casa, confiando en aquellas personas que se encontraban bajo ese mismo techo.
La pelea había sido muy igualada, no acabó con todos. Volverían a ajustar cuentas, no acabó con todos y cuando eso pasase, estaría más que preparada. El lugar donde fue atacada, fue señalado por la cazadora como punto de encuentro con otros compañeros, quién iba a pensar que terminaría siendo una jaula para la cazadora. Un lugar clave en la búsqueda por la que tanto insistía, esa persona debía estar cerca, muy cerca... sus conclusiones estaban en lo cierto, pondría la mano en el fuego, tan segura de ello.
Aquel acorralamiento no fue casualidad, la esperaban y gracias al felino pudo salir airosa, hicieron un buen equipo. Curioso que un ser sobrenatural le ayudase a tomar las riendas de una pelea en la que resultó no sólo malherida, aún más perdida en su teoría. Si él era uno de ellos, lo encontraría aunque fuese lo último que hiciese sobre la faz de la tierra.
-Bicho malo nunca muere -murmuró por lo bajo, seguido de una risa que le hizo toser sin poder detenerse, la herida dolía horrores pero en cuanto la empezaron a tratar, los orbes azules de Abbey buscaron los de la mujer que paciente, esperaba a su lado mientras le trataban la herida -Sé que ese clan es clave. No me encargué de todos ellos...¡tengo que volver! Me trajeron hasta la entrada a la ciudad, ¡no se lo pedí! -rugió fuera de sí, entre el enfado de no terminar y estar herida, el ánimo de la inglesa no menguaba -¡TENGO QUE IR! -gritó apartando de una brazada a uno de los médicos que iban a empezar a suturar el corte.
No muy profundo pero con necesidad de coser, tendría que cuidar de no abrirse la herida, al fin y al cabo terminaba haciendo lo que le venía en gana, sin cuidarse de sí misma. Su obsesión era encontrar a esa persona, además de por supuesto, sus misiones.
- Van a volver a terminar lo que han empezado. Volverán y estaré esperando, tengo que saber dónde está -deliraba, la medicación pronto surtió efecto, terminó sucumbiendo a una realidad lejana, pasada -Señor...¿Señor Milles? -aquel que fue su vigilante... murió ante sus ojos, apenas seguía siendo una joven de clase alta que se exponía para postular como candidata a buena esposa, la primera vez que él le sacó a bailar -Aveline, por favor... dile que me perdone -un hilo de voz escapó de sus labios, no era tan grave como parecía, los fantasmas de Abbey la perseguirían hasta el fin de sus días.
La pelea había sido muy igualada, no acabó con todos. Volverían a ajustar cuentas, no acabó con todos y cuando eso pasase, estaría más que preparada. El lugar donde fue atacada, fue señalado por la cazadora como punto de encuentro con otros compañeros, quién iba a pensar que terminaría siendo una jaula para la cazadora. Un lugar clave en la búsqueda por la que tanto insistía, esa persona debía estar cerca, muy cerca... sus conclusiones estaban en lo cierto, pondría la mano en el fuego, tan segura de ello.
Aquel acorralamiento no fue casualidad, la esperaban y gracias al felino pudo salir airosa, hicieron un buen equipo. Curioso que un ser sobrenatural le ayudase a tomar las riendas de una pelea en la que resultó no sólo malherida, aún más perdida en su teoría. Si él era uno de ellos, lo encontraría aunque fuese lo último que hiciese sobre la faz de la tierra.
-Bicho malo nunca muere -murmuró por lo bajo, seguido de una risa que le hizo toser sin poder detenerse, la herida dolía horrores pero en cuanto la empezaron a tratar, los orbes azules de Abbey buscaron los de la mujer que paciente, esperaba a su lado mientras le trataban la herida -Sé que ese clan es clave. No me encargué de todos ellos...¡tengo que volver! Me trajeron hasta la entrada a la ciudad, ¡no se lo pedí! -rugió fuera de sí, entre el enfado de no terminar y estar herida, el ánimo de la inglesa no menguaba -¡TENGO QUE IR! -gritó apartando de una brazada a uno de los médicos que iban a empezar a suturar el corte.
No muy profundo pero con necesidad de coser, tendría que cuidar de no abrirse la herida, al fin y al cabo terminaba haciendo lo que le venía en gana, sin cuidarse de sí misma. Su obsesión era encontrar a esa persona, además de por supuesto, sus misiones.
- Van a volver a terminar lo que han empezado. Volverán y estaré esperando, tengo que saber dónde está -deliraba, la medicación pronto surtió efecto, terminó sucumbiendo a una realidad lejana, pasada -Señor...¿Señor Milles? -aquel que fue su vigilante... murió ante sus ojos, apenas seguía siendo una joven de clase alta que se exponía para postular como candidata a buena esposa, la primera vez que él le sacó a bailar -Aveline, por favor... dile que me perdone -un hilo de voz escapó de sus labios, no era tan grave como parecía, los fantasmas de Abbey la perseguirían hasta el fin de sus días.
Abbey Appleby- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 505
Fecha de inscripción : 23/03/2011
Localización : París-Londres
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El comienzo [Privado]
La rubia desvariaba, comenzó diciendo que había una manada peligrosa y en eso la creía, comentaría con Axel los pormenores de ese caso, a ver qué podían hacer. Pero cuando intentó levantarse de la camilla y luego comenzó a decir incoherencias, supo que había perdido la cabeza. Quizás por el dolor, por la pérdida de sangre o por los opiáceos que Aurelius le dio, pero había abierto una caja de Pandora.
Esperó afuera a que los sanadores hicieran su parte y una vez instalada en la cama de rigor se quedó a su lado a esperar que recobrase el conocimiento. No había dejado ningun contacto de emergecia, no sabían si la señorita Appleby quería que avisasen a alguien si caía herida, así que decidió quedarse a acompañarla. Pasaron las horas y cuando empezaba a clarear el alba recobró la consciencia. Aveline estaba removiendo un té, se había tomado unos cuantos para mantenerse despierta porque el embarazo le daba mucho sueño.
— No debiste ir sola. Ya sabes las reglas. A menos que sea de peligro 1 debes ir con alguien. El desperfecto que tienes es feo, y te va a costar una reclusion aqui en la enfermería de al menos cinco días. — Sorbió su té como si fueran dos amigas que charlan del color de los vestidos para una fiesta.— me dijiste que le pida que te perdone...¿a quién? no quiero entrometerme en tu vida, Dios sabe que cuanto menos cosas sepa de nadie mejor, no me interesan. Pero me pediste eso porque creías que te estabas muriendo.
Esperó afuera a que los sanadores hicieran su parte y una vez instalada en la cama de rigor se quedó a su lado a esperar que recobrase el conocimiento. No había dejado ningun contacto de emergecia, no sabían si la señorita Appleby quería que avisasen a alguien si caía herida, así que decidió quedarse a acompañarla. Pasaron las horas y cuando empezaba a clarear el alba recobró la consciencia. Aveline estaba removiendo un té, se había tomado unos cuantos para mantenerse despierta porque el embarazo le daba mucho sueño.
— No debiste ir sola. Ya sabes las reglas. A menos que sea de peligro 1 debes ir con alguien. El desperfecto que tienes es feo, y te va a costar una reclusion aqui en la enfermería de al menos cinco días. — Sorbió su té como si fueran dos amigas que charlan del color de los vestidos para una fiesta.— me dijiste que le pida que te perdone...¿a quién? no quiero entrometerme en tu vida, Dios sabe que cuanto menos cosas sepa de nadie mejor, no me interesan. Pero me pediste eso porque creías que te estabas muriendo.
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El comienzo [Privado]
La medicación y la pérdida de sangre, le sumergió en un profundo sueño. Deliró creyendo que serían sus últimos segundos de vida, la culpa la reconcomía por dentro y hasta ese instante, no salió a la luz. Sus ojos azules, se abrieron lentamente, emborronados...apenas la luz que entraba por la ventana de la habitación , le daba la visión clara de dónde se encontraba, no lo recordaba. Le dolía la cabeza más que la herida que marcaría su piel de por vida.
Se quejó por lo bajo, mascullando palabras por lo bajo en su idioma natal, creyó que seguía en tierras inglesas y podría decirse que casi. El rostro conocido de la parca, la tranquilizó a la par que la inquietud, no debió ir sola, no sólo se puso en peligro ella misma, si no a todos aquellos con quién compartió entrenamiento, momentos... pudo haberles fallado y en su egoísmo, no sólo exponerse ante las bestias, señalarle el lugar donde se encontraban aquellos que los perseguían para darles muerte.
-Cinco días no es toda una vida. -murmuró sin atreverse mirarla a los ojos, en cierto modo la había fallado y la culpabilidad volvía a brillar en sus orbes -La cicatriz no me preocupa, es el menor de mis problemas. No acabé con todos ellos, ambas sabemos cómo acaba todo esto...volverán a culminar lo que no terminó en el barro -no respondió a lo del perdón , ni siquiera fue capaz de encajarlo en su cabeza ¿realmente lo dijo? Cuando creyó saborear el sabor de su final...
-Tuve que haber dado el paso antes, quizás el señor Milles seguiría vivo. Sólo me cuidaba... vigilaba mis pasos para que no me metiese en líos y sin embargo, esa noche me quedé en la fiesta, la música sonaba y... aún recuerdo la risa al pisarle, la promesa que no cumplí. Demasiadas vidas apagadas a mi alrededor, no entendía porqué hasta que comprendí lo que esos seres son capaces. No pude evitarlo, a él no pude salvarlo tampoco -marcada por la perdida de demasiadas personas, fortaleza que mostraba al no rendirse, buscar una respuesta al porqué de esas perdidas -No tengo perdón, no debí ir sola. Y ahora ellos tomaran su venganza, lo vi -el estado de Aveline le preocupó, se encontraba en cinta y la había estado velando toda la noche, nadie se mostró de tal modo con ella....si se encontraba allí, significaba que... le importaba de un modo que ninguna persona de su familia sintió por la manzana.
-Gracias. No estoy acostumbrada a...que me velen porque realmente...ya me entiendes, nadie te paga por ello y... no puedo estar aquí cinco días. Tengo que reponerme cuanto antes, es mi lucha y no voy a permitir que le ocurra nada a nadie, fue mi error y aceptaré mi testigo
Se quejó por lo bajo, mascullando palabras por lo bajo en su idioma natal, creyó que seguía en tierras inglesas y podría decirse que casi. El rostro conocido de la parca, la tranquilizó a la par que la inquietud, no debió ir sola, no sólo se puso en peligro ella misma, si no a todos aquellos con quién compartió entrenamiento, momentos... pudo haberles fallado y en su egoísmo, no sólo exponerse ante las bestias, señalarle el lugar donde se encontraban aquellos que los perseguían para darles muerte.
-Cinco días no es toda una vida. -murmuró sin atreverse mirarla a los ojos, en cierto modo la había fallado y la culpabilidad volvía a brillar en sus orbes -La cicatriz no me preocupa, es el menor de mis problemas. No acabé con todos ellos, ambas sabemos cómo acaba todo esto...volverán a culminar lo que no terminó en el barro -no respondió a lo del perdón , ni siquiera fue capaz de encajarlo en su cabeza ¿realmente lo dijo? Cuando creyó saborear el sabor de su final...
-Tuve que haber dado el paso antes, quizás el señor Milles seguiría vivo. Sólo me cuidaba... vigilaba mis pasos para que no me metiese en líos y sin embargo, esa noche me quedé en la fiesta, la música sonaba y... aún recuerdo la risa al pisarle, la promesa que no cumplí. Demasiadas vidas apagadas a mi alrededor, no entendía porqué hasta que comprendí lo que esos seres son capaces. No pude evitarlo, a él no pude salvarlo tampoco -marcada por la perdida de demasiadas personas, fortaleza que mostraba al no rendirse, buscar una respuesta al porqué de esas perdidas -No tengo perdón, no debí ir sola. Y ahora ellos tomaran su venganza, lo vi -el estado de Aveline le preocupó, se encontraba en cinta y la había estado velando toda la noche, nadie se mostró de tal modo con ella....si se encontraba allí, significaba que... le importaba de un modo que ninguna persona de su familia sintió por la manzana.
-Gracias. No estoy acostumbrada a...que me velen porque realmente...ya me entiendes, nadie te paga por ello y... no puedo estar aquí cinco días. Tengo que reponerme cuanto antes, es mi lucha y no voy a permitir que le ocurra nada a nadie, fue mi error y aceptaré mi testigo
Abbey Appleby- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 505
Fecha de inscripción : 23/03/2011
Localización : París-Londres
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El comienzo [Privado]
—De eso nada señorita Lynn.— la voz del capitán retumbó en la enfermería, llevaba un buen rato apoyado en el quicio de la puerta, pero como la tenían separada con un dosel, la cazadora y la Parca no lo habían visto entrar.— ¿Desde cuando es usted la senescal de la Orden de Hellsing? ¿recuerda cómo funciona esto? Usted me informa de lo acontecido y según sean las circunstancias del asunto yo decidiré la prioridad de la intervención y le asignaré compañeros o compañeras para que esa misión salga bien, esté coordinada y usted y los demás regresen vivos al final del día. ¿Recuerda lo que significa el trabajo en equipo, o lo de "somos una familia"? pues haga memoria, porque usted no irá sola a por esa manada.
Aveline lo miró asintiendo, su hermano tomaba decisiones a diario que podían costar vidas o quizás no ser bien entendidas, pero siempre lo hacía valorando todos los pros y lo contras, algo que la mayoría de gente no sabía hacer porque el liderazgo era algo complejo para lo que se tenían cualidades innatas. Un buen jefe no ordena, guía e inspira. El miedo o la autoridad pueden generar obediencia, pero el respeto genera confianza, y eso era lo que un buen líder como Axel conseguía la mayor parte de las veces: respeto.
—Pero lo primero es que se recupere. Le prohíbo que salga de esta enfermería hasta que el hermano Aurelius lo diga. Pídale a Faith lo que necesite, y si se aburre siempre puede redactarme el informe.— Sonrió de medio lado, porque era cierto que las horas muertas en el hospital se hacían largas.
Aveline no cazaba tanto como antes, estaba en estado de buena esperanza y no podía dedicarse con la misma tenacidad al asunto de administrar la muerte, así que tras una breve conversación con Axel, decidió que le haría compañía siempre que puediera a Abbey el tiempo que durase su convalecencia, y juntas que trazasen un par de planes y se los presentasen a Axel, para ver la viabilidad y darles caza a esos licántropos descontrolados.
Aveline lo miró asintiendo, su hermano tomaba decisiones a diario que podían costar vidas o quizás no ser bien entendidas, pero siempre lo hacía valorando todos los pros y lo contras, algo que la mayoría de gente no sabía hacer porque el liderazgo era algo complejo para lo que se tenían cualidades innatas. Un buen jefe no ordena, guía e inspira. El miedo o la autoridad pueden generar obediencia, pero el respeto genera confianza, y eso era lo que un buen líder como Axel conseguía la mayor parte de las veces: respeto.
—Pero lo primero es que se recupere. Le prohíbo que salga de esta enfermería hasta que el hermano Aurelius lo diga. Pídale a Faith lo que necesite, y si se aburre siempre puede redactarme el informe.— Sonrió de medio lado, porque era cierto que las horas muertas en el hospital se hacían largas.
Aveline no cazaba tanto como antes, estaba en estado de buena esperanza y no podía dedicarse con la misma tenacidad al asunto de administrar la muerte, así que tras una breve conversación con Axel, decidió que le haría compañía siempre que puediera a Abbey el tiempo que durase su convalecencia, y juntas que trazasen un par de planes y se los presentasen a Axel, para ver la viabilidad y darles caza a esos licántropos descontrolados.
Axel Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 144
Fecha de inscripción : 07/12/2016
Re: El comienzo [Privado]
La voz masculina, la silenció de golpe. Desde que ingresó en la orden de cazadores, el señor Blackmore no sólo se había convertido en su mentor, también en “su conciencia”, la frenaba antes de cometer alguna locura. Ocultaba hechos y acontecimientos, a los oídos del británico, llegaron informaciones en las que la cazadora salió sin avisar, tomándose la lucha por su mano...a su suerte. Fue consciente en todo momento que dichas acciones serían castigadas pero no le importaba, su entereza en volver a hacer lo mismo seguía en pie, no se iba a arrepentir de lo he hecho pues hecho estaba.
-No creí ser la senescal solo...-tuvo que inspirar aire, desviando la mirada hacia un punto muerto de la habitación, tenía razón, ahora pertenecía a una familia, tantos años a falta de ella que su impulsividad le hacía olvidar todo lo que ahora tenía, el recuerdo y la ira incontrolable le llevaba por caminos equivocados y aunque lo sabía, le era imposible detener sus pasos -Fue un error y fui una inconsciente pero estaba tan cerca...-apenas fue un susurro, cargado de culpa.
La manada en cuestión apenas se había asentado en París, su información más fiable le advirtió que no se trataba de cualquier manada de licantropos, no podía saber a ciencia cierta cuántos eran, apenas le acorralaron ni la mitad. Necesitaba ayuda, el orgullo no servía para nada, sabía perfectamente cuando llegó a su límite y sin la ayuda de sus ahora hermanos, no lo conseguiría. Sólo quería información, evitaba la masacre pero cuando no había vuelta atrás...
-El informe, está bien. El señor Aurelius dudo que me deje salir de aquí en menos de dos semanas...es un exagerado -enarcó ambas cejas, quizás no debió decir eso, se sentía tan impotente, la herida se curaría por completo dejando una cicatriz y el recordatorio que ir sola no era buena idea -Tendrá su informe esta tarde -finalizó con un suspiro, poco podía hacer más... -Ahora me vendría muy bien un té de esos que prepara con tanta mesura -seguramente Aveline le pillaría por sorpresa y aunque parecía una broma, lo decía completamente en serio -Es la hora, son las cuatro -puntualizó, incorporándose en la cama, le había dicho no salir pero no caminar por la habitación -Le hago más caso a su hermano que a mi padre en toda mi vida -susurró divertida como si acabase de contarle un secreto guardado.
Los días siguientes fueron difíciles, se le hacían eternos. La curación fue como debía, la prohibición del señor Blackmore dio sus frutos, le hizo caso. Cuando por fin el señor Aurelius le dio vía libre, se dirigió al despacho del líder, llamando con los nudillos, esperaba no importunar. Ir sin más no era el mejor plan, trazarlo...sería “El comienzo”.
-No creí ser la senescal solo...-tuvo que inspirar aire, desviando la mirada hacia un punto muerto de la habitación, tenía razón, ahora pertenecía a una familia, tantos años a falta de ella que su impulsividad le hacía olvidar todo lo que ahora tenía, el recuerdo y la ira incontrolable le llevaba por caminos equivocados y aunque lo sabía, le era imposible detener sus pasos -Fue un error y fui una inconsciente pero estaba tan cerca...-apenas fue un susurro, cargado de culpa.
La manada en cuestión apenas se había asentado en París, su información más fiable le advirtió que no se trataba de cualquier manada de licantropos, no podía saber a ciencia cierta cuántos eran, apenas le acorralaron ni la mitad. Necesitaba ayuda, el orgullo no servía para nada, sabía perfectamente cuando llegó a su límite y sin la ayuda de sus ahora hermanos, no lo conseguiría. Sólo quería información, evitaba la masacre pero cuando no había vuelta atrás...
-El informe, está bien. El señor Aurelius dudo que me deje salir de aquí en menos de dos semanas...es un exagerado -enarcó ambas cejas, quizás no debió decir eso, se sentía tan impotente, la herida se curaría por completo dejando una cicatriz y el recordatorio que ir sola no era buena idea -Tendrá su informe esta tarde -finalizó con un suspiro, poco podía hacer más... -Ahora me vendría muy bien un té de esos que prepara con tanta mesura -seguramente Aveline le pillaría por sorpresa y aunque parecía una broma, lo decía completamente en serio -Es la hora, son las cuatro -puntualizó, incorporándose en la cama, le había dicho no salir pero no caminar por la habitación -Le hago más caso a su hermano que a mi padre en toda mi vida -susurró divertida como si acabase de contarle un secreto guardado.
Los días siguientes fueron difíciles, se le hacían eternos. La curación fue como debía, la prohibición del señor Blackmore dio sus frutos, le hizo caso. Cuando por fin el señor Aurelius le dio vía libre, se dirigió al despacho del líder, llamando con los nudillos, esperaba no importunar. Ir sin más no era el mejor plan, trazarlo...sería “El comienzo”.
Abbey Appleby- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 505
Fecha de inscripción : 23/03/2011
Localización : París-Londres
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El comienzo [Privado]
Se reunieron en el despacho de Axel a primera hora de la mañana. Abbey ya estaba curada y podía salir de misión, entre tanto, los espías de la Orden habían hecho su trabajo identificando a la manada y recabando datos.
Aveline había leído algunos informes, pero Axel era quien tenía la batuta; las hizo sentarse frente a él y les pasó el plan que había trazado para hacer una redada en su territorio.
— Son al menos veintitrés. Cuatro estarán lejos del cubil, hay informaciones sobre sus actividades y saldrán sobre las 7 de la tarde rumbo al puerto. De los que se quedarán, seguramente entre 5 y 7 harán ronda de guardia del perímetro y el resto se quedarán dentro. estamos hablando de una operación a gran escala.
— Necesitamos al líder, al alfa. Si tenemos a quien manda, la manada se quedará sin cabeza.
— Exacto. La misión no es una lucha encarnizada a pecho descubierto, se trata de capturar a los alfas, que son una pareja, y a los omegas, que son otro dos.
Axel señaló el mapa trazado y les indicó qué cazadores entrarían en esa incursión, dónde estarían y cuál era su cometido. Para capturar a los alfas tendrían que hacerlo con mucha inventiva, porque no podían enfrentarse a doce o trece licántropos en su territorio. Sacó unas cerbatanas con dardos que habían implementado recientemente.
— Practiquen en la Arena, porque la idea es abatir con somníferos a cuantos podamos, sin presentar batalla. Los guardias del perímetro no deberían poder dar la voz de alarma, y para entrar...tengo varias sugerencias, pero me gustaría escuchar las suyas. Esto es un plano de la vivienda.
Les indicó dónde vivían esos licántropos y aquello era como una ratonera de pasillos y habitaciones.
Aveline había leído algunos informes, pero Axel era quien tenía la batuta; las hizo sentarse frente a él y les pasó el plan que había trazado para hacer una redada en su territorio.
— Son al menos veintitrés. Cuatro estarán lejos del cubil, hay informaciones sobre sus actividades y saldrán sobre las 7 de la tarde rumbo al puerto. De los que se quedarán, seguramente entre 5 y 7 harán ronda de guardia del perímetro y el resto se quedarán dentro. estamos hablando de una operación a gran escala.
— Necesitamos al líder, al alfa. Si tenemos a quien manda, la manada se quedará sin cabeza.
— Exacto. La misión no es una lucha encarnizada a pecho descubierto, se trata de capturar a los alfas, que son una pareja, y a los omegas, que son otro dos.
Axel señaló el mapa trazado y les indicó qué cazadores entrarían en esa incursión, dónde estarían y cuál era su cometido. Para capturar a los alfas tendrían que hacerlo con mucha inventiva, porque no podían enfrentarse a doce o trece licántropos en su territorio. Sacó unas cerbatanas con dardos que habían implementado recientemente.
— Practiquen en la Arena, porque la idea es abatir con somníferos a cuantos podamos, sin presentar batalla. Los guardias del perímetro no deberían poder dar la voz de alarma, y para entrar...tengo varias sugerencias, pero me gustaría escuchar las suyas. Esto es un plano de la vivienda.
Les indicó dónde vivían esos licántropos y aquello era como una ratonera de pasillos y habitaciones.
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El comienzo [Privado]
“La lucha interna llega a terminar ahogando el alma”
El número de licántropos no importaba, su mirada azul se endureció al recalcar “una operación a gran escala” . Esta vez no iría sola, cada uno caería ante sus pies, un baño de sangre en el que sumergiría victoriosa junto a los suyos, su familia. Aveline le daba tanta paz, se sentía protegida al estar cerca, si no llega a ser por ella, se estaría pudriendo en una caja de madera a dos metros bajo tierra, tenía mucho que agradecerle y protegerla, lo haría con su propia vida, esa criatura que estaba por llegar no le faltaría escudo.
-Me olvido del baño de sangre -murmuró por lo bajo, dejando escapar un suspiro de lo más desanimado, si era el plan más acorde, lo aceptaría, Axel Blackmore sabía perfectamente lo que hacía -Sin alfa no son nada, es nuestro objetivo principal. Sé que hasta llegar a éste vamos a tenerlo muy complicado, la zona va por...¿cómo decirlo? Capas. Como los de una cebolla. -Abbey y sus explicaciones de lo más inverosímiles pero sabía a lo que se refería.
Acercó la silla dónde se encontraba sentada hacia la mesa y buscó el punto crucial, donde se encontraba asentado el clan en cuestión. Con el índice, dibujó un camino invisible, tendrían que adentrarse en las zonas más frondosas y alejadas de la ciudad para encontrar el principio de la primera capa...como hizo mención.
-Se reparten, el mismo número de guardianes, creo que son como seis antes de llegar al mismo alfa. No será fácil pero no imposible y....vuelvo a hablar...demasiado -señaló dos puntos, la entrada y dónde se encontraba el alfa... supuso que unos cuántos kilómetros al norte -Lo deseo vivo, necesito respuestas .no era una petición, sí un ruego, antes de acabar con todos y cada uno de sus hermanos, tendrían una charla pendiente.
Abbey se levantó, mirando a ambos alternativamente, seguramente Aveline no podría luchar en la arena por lo que asintió, irían varios y el tiempo apremiaba. Antes de nada, quiso asegurarse de que no se equivocaba, si descubrieron el número significaba que habían llegado mucho más allá, más de lo que ella había logrado.
-No fallo. Caerán todos a mi paso.
El número de licántropos no importaba, su mirada azul se endureció al recalcar “una operación a gran escala” . Esta vez no iría sola, cada uno caería ante sus pies, un baño de sangre en el que sumergiría victoriosa junto a los suyos, su familia. Aveline le daba tanta paz, se sentía protegida al estar cerca, si no llega a ser por ella, se estaría pudriendo en una caja de madera a dos metros bajo tierra, tenía mucho que agradecerle y protegerla, lo haría con su propia vida, esa criatura que estaba por llegar no le faltaría escudo.
-Me olvido del baño de sangre -murmuró por lo bajo, dejando escapar un suspiro de lo más desanimado, si era el plan más acorde, lo aceptaría, Axel Blackmore sabía perfectamente lo que hacía -Sin alfa no son nada, es nuestro objetivo principal. Sé que hasta llegar a éste vamos a tenerlo muy complicado, la zona va por...¿cómo decirlo? Capas. Como los de una cebolla. -Abbey y sus explicaciones de lo más inverosímiles pero sabía a lo que se refería.
Acercó la silla dónde se encontraba sentada hacia la mesa y buscó el punto crucial, donde se encontraba asentado el clan en cuestión. Con el índice, dibujó un camino invisible, tendrían que adentrarse en las zonas más frondosas y alejadas de la ciudad para encontrar el principio de la primera capa...como hizo mención.
-Se reparten, el mismo número de guardianes, creo que son como seis antes de llegar al mismo alfa. No será fácil pero no imposible y....vuelvo a hablar...demasiado -señaló dos puntos, la entrada y dónde se encontraba el alfa... supuso que unos cuántos kilómetros al norte -Lo deseo vivo, necesito respuestas .no era una petición, sí un ruego, antes de acabar con todos y cada uno de sus hermanos, tendrían una charla pendiente.
Abbey se levantó, mirando a ambos alternativamente, seguramente Aveline no podría luchar en la arena por lo que asintió, irían varios y el tiempo apremiaba. Antes de nada, quiso asegurarse de que no se equivocaba, si descubrieron el número significaba que habían llegado mucho más allá, más de lo que ella había logrado.
-No fallo. Caerán todos a mi paso.
Abbey Appleby- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 505
Fecha de inscripción : 23/03/2011
Localización : París-Londres
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El comienzo [Privado]
Tendrían que abatirlos por fases, por oleadas, para poder llegar al centro de la "cebolla" como había dicho Abbey. Pero tenían los recursos y la técnica suficiente para llevarlo a cabo.
Los tres bajaron a la Arena a practicar con los dardos, los maestros armeros que eran como una suerte de innventores locos, habían desarrollado unos proyectiles que perforaban la gruesa piel de los licántropos, quedando anclados a ella y dándole el tiempo suficiente a la cánula para inyectar el veneno somnífero al romperse el vacío. La precisión y el sigilo lo era todo, porque si se descubrían en la primera capa de la cebolla, ya no podrían acceder a las demás. Los licántropos tenían los sentidos hiperdesarrollados y cualquier paso en falso los pondría al descubierto.
Sacaron un muñeco de paja y cuero que imitaba el pellejo de un licano y se colocaron a varias distancias, probando a soplar con la cerbatana. Todos los que irían a esa misión, tendrían que dominarla. Axel iría esta vez, porque era algo a gran escala y de mucha dificultad técnica, necesitaban al líder en el trabajo de campo.
Aveline no consiguió hacerlo del todo bien, su estado de gravidez le reducía la capacidad pulmonar por la presión que ejercía el vientre abultado sobre el diafragma, así que se quedaría en retaguardia por si hacía falta. La Parca no podía cazar de la misma forma que antes, pero cuando recuperase su forma física volvería a ser la de antes.
— Bien, Señorita Lyn... conmigo. Vendrán también Rex y Kyle. Las gemelas Riekova por la salida trasera junto a Aveline, John y West por el oeste. Ackerman y los Simmons, entráis a melé cuando superemos la segunda barrera. Ardelean y Boedrius aguantad el envite cuando los del círculo interior salgan a auxiliar a la última barrera. ¿Dudas?
El plan estaba establecido, cada cual tendría una posición y unos compañeros, irían de fuera a dentro anestesiando a los primeros, liquidando a los que no se durmiesen y rezando para no levantar la liebre antes de tiempo o todo se iría al traste. Completado el primer barrido, accederían al segundo nivel y por último al tercero. Los lobos plantarían cara, pero por eso irían los más técnicos a por los alfas y los más resistentes aguantarían el contraataque.
El grupo de cuatro que atacarían a los alfas eran Axel, Abbey y dos cazadores muy preparados: Rex Braco, el mastodonte que portaba dos hachas, y Kyle el halcón, casi invisible, diestro con las armas a distancia.
Los tres bajaron a la Arena a practicar con los dardos, los maestros armeros que eran como una suerte de innventores locos, habían desarrollado unos proyectiles que perforaban la gruesa piel de los licántropos, quedando anclados a ella y dándole el tiempo suficiente a la cánula para inyectar el veneno somnífero al romperse el vacío. La precisión y el sigilo lo era todo, porque si se descubrían en la primera capa de la cebolla, ya no podrían acceder a las demás. Los licántropos tenían los sentidos hiperdesarrollados y cualquier paso en falso los pondría al descubierto.
Sacaron un muñeco de paja y cuero que imitaba el pellejo de un licano y se colocaron a varias distancias, probando a soplar con la cerbatana. Todos los que irían a esa misión, tendrían que dominarla. Axel iría esta vez, porque era algo a gran escala y de mucha dificultad técnica, necesitaban al líder en el trabajo de campo.
Aveline no consiguió hacerlo del todo bien, su estado de gravidez le reducía la capacidad pulmonar por la presión que ejercía el vientre abultado sobre el diafragma, así que se quedaría en retaguardia por si hacía falta. La Parca no podía cazar de la misma forma que antes, pero cuando recuperase su forma física volvería a ser la de antes.
— Bien, Señorita Lyn... conmigo. Vendrán también Rex y Kyle. Las gemelas Riekova por la salida trasera junto a Aveline, John y West por el oeste. Ackerman y los Simmons, entráis a melé cuando superemos la segunda barrera. Ardelean y Boedrius aguantad el envite cuando los del círculo interior salgan a auxiliar a la última barrera. ¿Dudas?
El plan estaba establecido, cada cual tendría una posición y unos compañeros, irían de fuera a dentro anestesiando a los primeros, liquidando a los que no se durmiesen y rezando para no levantar la liebre antes de tiempo o todo se iría al traste. Completado el primer barrido, accederían al segundo nivel y por último al tercero. Los lobos plantarían cara, pero por eso irían los más técnicos a por los alfas y los más resistentes aguantarían el contraataque.
El grupo de cuatro que atacarían a los alfas eran Axel, Abbey y dos cazadores muy preparados: Rex Braco, el mastodonte que portaba dos hachas, y Kyle el halcón, casi invisible, diestro con las armas a distancia.
Axel Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 144
Fecha de inscripción : 07/12/2016
Re: El comienzo [Privado]
Mentiría si negase que se encontraba algo inquieta y preocupada. La última vez casi no lo cuenta y aunque el señor Blackmore trazó el plan, aún quedaba mucho por demostrarse a sí misma. Desde la noche en la que asistió con Aveline a la Ópera, no se enfrentó a un cara a cara semejante, la herida dejó marca pero la que no cerraba, era la de su mente. Revivía el momento del desgarro una y otra vez, el sonido de la piel al ser rasgada, la sangre tintando su dorada piel.
¿Si tenía dudas? Pensaba que no pero en su cabeza comenzó a hilarse un sin fin de ideas que no debía. La noche aquella no dejaba de repetirse, una y otra vez como una pesadilla, Abbey era una persona muy reservada que poco confiaba en los demás, excepto a los que consideraba parte de los suyos y su familia.
Cuando se alejaron del edificio, siseo para que Axel se detuviese, debía decirle algo antes...antes de que todo terminase no sólo en un simple susto, si iban a atacar debía de estar en sus completas facultades. ¿Estaba preparada? Sabía que sí pero ¿por qué dudaba entonces? Llevarlos a una muerte segura era un error, de ser inconsciente y Abbey siempre pensaba antes de actuar, en lo que a su oficio de cazadora se refería, impusliva...lo era por naturaleza.
-Señor Blackmore -suavizó el tono, esperaba que sus palabras no interfirieran en el ataque planeado pero ¿cómo guardárselo? -Hace semanas que no...ya sabeis, no he vuelto...y ese maldito sueño se repite una y otra vez, el alfa devorándome como si fuese una simple fruta que acaba de caerle del árbol. -negó con la cabeza, si dudaba los pondría a todos en peligro ¿era demasiado tarde para pensarlo? No quería defraudarlos, no después de haber sido tan inconsciente de lanzarse sola a acabar con el clan en cuestión.
-No me estoy echando atrás, iré y lucharé hasta mi último aliento pero no quiero que termine en desastre porque siga tan bloqueada que no sepa ni tan siquiera pensar con claridad ¿está seguro que es el momento? Quiero decir, la luna llena en todo su esplendor es esta noche, no habrá otra hasta el mes que viene y será encontes cuando habrán desaparecido...maldita sea, hablo demasiado -por primera vez no sabia cómo actuar y eso era un problema que no sabía cómo afrontar, no quería defraudar.-Seguiré cada uno de sus pasos, señor Blackmore
¿Si tenía dudas? Pensaba que no pero en su cabeza comenzó a hilarse un sin fin de ideas que no debía. La noche aquella no dejaba de repetirse, una y otra vez como una pesadilla, Abbey era una persona muy reservada que poco confiaba en los demás, excepto a los que consideraba parte de los suyos y su familia.
Cuando se alejaron del edificio, siseo para que Axel se detuviese, debía decirle algo antes...antes de que todo terminase no sólo en un simple susto, si iban a atacar debía de estar en sus completas facultades. ¿Estaba preparada? Sabía que sí pero ¿por qué dudaba entonces? Llevarlos a una muerte segura era un error, de ser inconsciente y Abbey siempre pensaba antes de actuar, en lo que a su oficio de cazadora se refería, impusliva...lo era por naturaleza.
-Señor Blackmore -suavizó el tono, esperaba que sus palabras no interfirieran en el ataque planeado pero ¿cómo guardárselo? -Hace semanas que no...ya sabeis, no he vuelto...y ese maldito sueño se repite una y otra vez, el alfa devorándome como si fuese una simple fruta que acaba de caerle del árbol. -negó con la cabeza, si dudaba los pondría a todos en peligro ¿era demasiado tarde para pensarlo? No quería defraudarlos, no después de haber sido tan inconsciente de lanzarse sola a acabar con el clan en cuestión.
-No me estoy echando atrás, iré y lucharé hasta mi último aliento pero no quiero que termine en desastre porque siga tan bloqueada que no sepa ni tan siquiera pensar con claridad ¿está seguro que es el momento? Quiero decir, la luna llena en todo su esplendor es esta noche, no habrá otra hasta el mes que viene y será encontes cuando habrán desaparecido...maldita sea, hablo demasiado -por primera vez no sabia cómo actuar y eso era un problema que no sabía cómo afrontar, no quería defraudar.-Seguiré cada uno de sus pasos, señor Blackmore
Abbey Appleby- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 505
Fecha de inscripción : 23/03/2011
Localización : París-Londres
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El comienzo [Privado]
La Parca se sentía inquieta tambiénb, era luna llena y los licanos alcanzarían su plenitud de fuerza, destreza y salvajismo y podían esperar una resistencia feroz a su ataque. Ella nunca se ponía nerviosa en la caza pero esta vez era eñ fruto de su vientre lo que la preocupaba, mas aún así, no lo dejó traslucir.
Las dudas de Abbey eran las dudas normales para alguien que no se dedicaba a esto desde niña como ella, torció media sonrisa y le puso la mano encima del hombro a la inglesa.
— Pues vaya mierda de sueños, yo prefiero soñar con tios buenos en ropa interior.— Rex estalló en carcajadas y Xaryne enarcó las cejas y puso los ojos en blanco, pues ella también padecía de pesadillas crónica de ese estilo.
— A eso se le llama quitar hierro sin nada de estilo. ¿Dónde están tus modales Faith.?— Axel la reprendió con media sonrisa en los labios.— Los sueños son sólo eso, la vida es lo que tenemos delante y esta vez estamos todos juntos en esto. Salga lo que salga, lo afrontaremos como una hermandad, pues eso es lo que somos.
Ahí estaba el líder, aportando el carisma y la inspiración que toda organización necesitaba para sacar adelante los retos tan complicados como ése.
— Bien, hemos llegado. ¿Todos tenéis claro dónde váis? sincronicemos los relojes.— Todos llevaban un pequeño reloj de bolsillo marcando la misma hora.— Tomad posiciones y a las 22.15 asaltad sin piedad. A las 12 estaremos todos en el punto seguro de huida, ya sabéis que el objetivo es matar a los alfas y largarnos, no es necesario recrearse. Cuando esté hecho, todos a seguro.
Aveline le dio abrazo a Axel y un puñetazo flojo en el hombro a Abbey, ella iría con las gemelas rusas a la puerta trasera. Comenzaba el show. Se deslizaron como sombras hasta visualizar los objetivos del veneno somnífero, cargaron las cerbatanas con sus dardos y se apostaron ocultos entre las sombras, esperando que el reloj marcase la hora convenida. Estaban en tensión, pero cuando estaban bien organizados su letalidad se multiplicaba por el infinito.
Las dudas de Abbey eran las dudas normales para alguien que no se dedicaba a esto desde niña como ella, torció media sonrisa y le puso la mano encima del hombro a la inglesa.
— Pues vaya mierda de sueños, yo prefiero soñar con tios buenos en ropa interior.— Rex estalló en carcajadas y Xaryne enarcó las cejas y puso los ojos en blanco, pues ella también padecía de pesadillas crónica de ese estilo.
— A eso se le llama quitar hierro sin nada de estilo. ¿Dónde están tus modales Faith.?— Axel la reprendió con media sonrisa en los labios.— Los sueños son sólo eso, la vida es lo que tenemos delante y esta vez estamos todos juntos en esto. Salga lo que salga, lo afrontaremos como una hermandad, pues eso es lo que somos.
Ahí estaba el líder, aportando el carisma y la inspiración que toda organización necesitaba para sacar adelante los retos tan complicados como ése.
— Bien, hemos llegado. ¿Todos tenéis claro dónde váis? sincronicemos los relojes.— Todos llevaban un pequeño reloj de bolsillo marcando la misma hora.— Tomad posiciones y a las 22.15 asaltad sin piedad. A las 12 estaremos todos en el punto seguro de huida, ya sabéis que el objetivo es matar a los alfas y largarnos, no es necesario recrearse. Cuando esté hecho, todos a seguro.
Aveline le dio abrazo a Axel y un puñetazo flojo en el hombro a Abbey, ella iría con las gemelas rusas a la puerta trasera. Comenzaba el show. Se deslizaron como sombras hasta visualizar los objetivos del veneno somnífero, cargaron las cerbatanas con sus dardos y se apostaron ocultos entre las sombras, esperando que el reloj marcase la hora convenida. Estaban en tensión, pero cuando estaban bien organizados su letalidad se multiplicaba por el infinito.
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El comienzo [Privado]
La lucha interior sólo puede tener un sólo vencedor.
TÚ.
No esperó en absoluto las palabras de Aveline, sumergida en sus atormentados pensamientos y sueños que no paraban de repetirse una y otra vez. Acaparaban cada rincón de su mente sin ninguna intención de marcharse, atormentarla y no dejarla ejecutar la misión. Fue instantáneo, la risa de Abbey se unió a la de los demás que junto con la reprimenda de Axel, fue la guinda al pastel para que la cazadora se echase a reír con ganas, olvidándolo todo de golpe, Ave siempre sabía cómo reaccionar cuando las nubes avisaban con descargar tormenta sobre su compañera cazadora.
-Lo tomaré en cuenta a partir de ahora pero si no recuerdo mal, hace tanto tiempo que no veo un hombre desnudo que creo que se me ha olvidado. ¿En la bañera? Qué necia fui entonces, ahí si que podía haber soñado y no tenía que estar dormida para ver semejante...-el golpe de Faith le hizo abrir los ojos de golpe, los demás cazadores la miraban divertidos entre risas y ella se encogió de hombros, soltando lo primero que se le vino a la cabeza -No me importaría ver aquí el cuerpo presente del jefe. ¿QUÉ? Todas lo pensamos, hasta estos dos truhanes si el hombre está bien pues está bien, siempre con mi más sincero respeto y admiración, lo último que quede bien recalcado...empiezo a hablar demasiado, maldita sea
sincronizó los relojes como pidió Axel y asintió solo una vez, no debía quedar ni uno y la misión sería un éxito. Un alfa en especial, lo reconocería entre un millón. Un lobo negro como la noche, aquel al que sus pistas le habían dirigido, él debía saber ciertas cosas referentes con su padre y otra persona más que aún no había logrado descifrar.
Todos estaban preparado, los fantasmas se disipaban cuando se iban abriendo paso entre las sombras, no eran tantos y sus compañeros letales, aún no hubo misión que se le resistiese. Junto a Axel,guardó las distancias guardando su espalda, todos los sentidos en cada movimiento, se inclinó al cazador para susurrar algo antes de que la masacre se iniciase.
-Un honor luchar a vuestro lado -sonrió, alzando el codo y rozar con la nariz la flecha , dejar un roce de sus labios en ésta antes de lanzarla, oyó pasos y antes de que se percatasen de la presencia de ambos , lanzó. Diana, un cuerpo inerte cayó en el suelo, el primero...de muchos.
TÚ.
No esperó en absoluto las palabras de Aveline, sumergida en sus atormentados pensamientos y sueños que no paraban de repetirse una y otra vez. Acaparaban cada rincón de su mente sin ninguna intención de marcharse, atormentarla y no dejarla ejecutar la misión. Fue instantáneo, la risa de Abbey se unió a la de los demás que junto con la reprimenda de Axel, fue la guinda al pastel para que la cazadora se echase a reír con ganas, olvidándolo todo de golpe, Ave siempre sabía cómo reaccionar cuando las nubes avisaban con descargar tormenta sobre su compañera cazadora.
-Lo tomaré en cuenta a partir de ahora pero si no recuerdo mal, hace tanto tiempo que no veo un hombre desnudo que creo que se me ha olvidado. ¿En la bañera? Qué necia fui entonces, ahí si que podía haber soñado y no tenía que estar dormida para ver semejante...-el golpe de Faith le hizo abrir los ojos de golpe, los demás cazadores la miraban divertidos entre risas y ella se encogió de hombros, soltando lo primero que se le vino a la cabeza -No me importaría ver aquí el cuerpo presente del jefe. ¿QUÉ? Todas lo pensamos, hasta estos dos truhanes si el hombre está bien pues está bien, siempre con mi más sincero respeto y admiración, lo último que quede bien recalcado...empiezo a hablar demasiado, maldita sea
sincronizó los relojes como pidió Axel y asintió solo una vez, no debía quedar ni uno y la misión sería un éxito. Un alfa en especial, lo reconocería entre un millón. Un lobo negro como la noche, aquel al que sus pistas le habían dirigido, él debía saber ciertas cosas referentes con su padre y otra persona más que aún no había logrado descifrar.
Todos estaban preparado, los fantasmas se disipaban cuando se iban abriendo paso entre las sombras, no eran tantos y sus compañeros letales, aún no hubo misión que se le resistiese. Junto a Axel,guardó las distancias guardando su espalda, todos los sentidos en cada movimiento, se inclinó al cazador para susurrar algo antes de que la masacre se iniciase.
-Un honor luchar a vuestro lado -sonrió, alzando el codo y rozar con la nariz la flecha , dejar un roce de sus labios en ésta antes de lanzarla, oyó pasos y antes de que se percatasen de la presencia de ambos , lanzó. Diana, un cuerpo inerte cayó en el suelo, el primero...de muchos.
Abbey Appleby- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 505
Fecha de inscripción : 23/03/2011
Localización : París-Londres
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El comienzo [Privado]
La Parca enarcó una ceja. ¿La señorita pija inglesa quería ver a su hermano sin ropa? pues iba lista, Axel se iba a casar por fin, a sus 37 años, después de haber comprendido que la vida no es eterna y que Anaé era la muñeca de porcelana que su hermano adoraría, y si pudiera la pondría en una urna de cristal como si de una obra de artes del Louvre se tratase. El capitán estaba de buen ver a su edad, ciertamente, pero aún así le dio un codazo y Abbey reaccionó.
— Pues cuando quieras nos vamos de juerga.— ¡Já!. Sobre todo ella con un bombo incipiente. Pero bueno, se conocía los suburbios mejor que nadie y algún consejo le podría dar.— en fin, manos a la obra, si la señorita Lynn da su permiso para terminar de hablar de los abdominales de Lord Blackmore, centrémonos en la misión.
Axel sonrió y negó con la cabeza, si no fuera por esos ratos divertidos, la vida sería muy pesada de digerir. El resto de cazadores tras aliviar el momento tenso se concentraron, sincronizaron los relojes y se marcharon cada cual a su puesto.
Las gemelas Riekova eran grandes cazadoras, Oxana manejaba un látigo con cuchillas como si fuera una extensión más de su brazo, y Svetlana con dos dagas llamadas Sai era capaz de desarmar a cualquiera y hacerlo morder el polvo. Ambas eran una máquina perfecta sin fisuras y Aveline ducha en muchas armas, pero sobre todo en el cuerpo a cuerpo, era una máquina de matar, eficaz, calculadora y letal. Se apostaron en la entrada trasera donde pululaban un par de licantropos, probablemente los que vigilaban el perímetro trasero. Cargaron las cerbatanas y los observaron mientras los minutos discurrían lentos hasta que los relojes marcasen las 22.15 h, cuando todos atacaráin coordinadamente.
En la entrada principal se encontraban Axel y Abbey a la espera de que el otro equipo les despejase en camino y los "tanques" aguantasen la embestida frontal para que ellos se pudieran colar al interior de la guarida.
— Pues cuando quieras nos vamos de juerga.— ¡Já!. Sobre todo ella con un bombo incipiente. Pero bueno, se conocía los suburbios mejor que nadie y algún consejo le podría dar.— en fin, manos a la obra, si la señorita Lynn da su permiso para terminar de hablar de los abdominales de Lord Blackmore, centrémonos en la misión.
Axel sonrió y negó con la cabeza, si no fuera por esos ratos divertidos, la vida sería muy pesada de digerir. El resto de cazadores tras aliviar el momento tenso se concentraron, sincronizaron los relojes y se marcharon cada cual a su puesto.
Las gemelas Riekova eran grandes cazadoras, Oxana manejaba un látigo con cuchillas como si fuera una extensión más de su brazo, y Svetlana con dos dagas llamadas Sai era capaz de desarmar a cualquiera y hacerlo morder el polvo. Ambas eran una máquina perfecta sin fisuras y Aveline ducha en muchas armas, pero sobre todo en el cuerpo a cuerpo, era una máquina de matar, eficaz, calculadora y letal. Se apostaron en la entrada trasera donde pululaban un par de licantropos, probablemente los que vigilaban el perímetro trasero. Cargaron las cerbatanas y los observaron mientras los minutos discurrían lentos hasta que los relojes marcasen las 22.15 h, cuando todos atacaráin coordinadamente.
En la entrada principal se encontraban Axel y Abbey a la espera de que el otro equipo les despejase en camino y los "tanques" aguantasen la embestida frontal para que ellos se pudieran colar al interior de la guarida.
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El comienzo [Privado]
Apenas un par de pasos me separaban de la verdad.
La misión se centraba en deshojar capa a capa la resistencia de la manada de lobos negros, más de una treintena, y si no recordaba mal, era la primera vez que se enfrentaba a tantos. No tenía miedo, las dudas se disiparon en cuanto los Blackmore le insuflaron ese empujón que necesitaba para no mirar atrás y centrarse en lo que debía., no perder el tiempo ni los pensamientos en tonterías que no llevaban ningún sentido.
Junto a Axel, esperó a que los dos cazadores Rex y Kyle se acercasen y guardasen distancia por si necesitaban refuerzos. Abbey busco una flecha de plata, deslizándola entre sus dedos hasta acariciar la punta afilada con la yema del índice, sin herirse, la sangre alarmaba y no sólo por ser derramada, el olor férreo los descubiría.
La puerta de entrada a la cueva donde seguramente no les esperasen, el primer licantropo cayó al suelo, los cazadores se encargarían de hacerlo desaparecer, si alguno daba la voz de alarma...poco había que hacer. Se adentraron en la cueva, despacio, arco en mano, apuntando en todo momento, no iba a ser una misión fácil pero ¿desde cuándo eso les importaba? La cazadora sonrió, oyó de fondo que se acercaban, no les dejó tiempo a reaccionar, antes de que volviesen la cabeza, lanzó hacia uno de ellos, justo en la frente, el otro fue a socorrerlo cuando Axel se encargase de él.
-Esta cueva es un laberinto ¿por dónde, señor? Izquierda... ¿o derecha? -no dio tiempo a más, la flecha que acabó con la vida del lobo, la tomó sin mirar, impregnada en sangre espesa y gelatinosa, limpió la punta con el bajo de su camisa oscura. -Vienen más, luna llena, en el horizonte. -el reloj marcaba unos minutos alejados de la medianoche, ahora empezaba la verdadera fiesta -Con cautela, sin pensar -corrió a su lado, un largo pasillo, el polvo inundó sus fosas nasales.
-Los oigo, creo...creo que son cuatro. Rex y Kyle espero que espabilen y no tarden en desenfundar. ¿Por qué tardan tanto? -Axel era muy meticuloso, Abbey muy perfeccionista...no quedaría ninguno.
La misión se centraba en deshojar capa a capa la resistencia de la manada de lobos negros, más de una treintena, y si no recordaba mal, era la primera vez que se enfrentaba a tantos. No tenía miedo, las dudas se disiparon en cuanto los Blackmore le insuflaron ese empujón que necesitaba para no mirar atrás y centrarse en lo que debía., no perder el tiempo ni los pensamientos en tonterías que no llevaban ningún sentido.
Junto a Axel, esperó a que los dos cazadores Rex y Kyle se acercasen y guardasen distancia por si necesitaban refuerzos. Abbey busco una flecha de plata, deslizándola entre sus dedos hasta acariciar la punta afilada con la yema del índice, sin herirse, la sangre alarmaba y no sólo por ser derramada, el olor férreo los descubiría.
La puerta de entrada a la cueva donde seguramente no les esperasen, el primer licantropo cayó al suelo, los cazadores se encargarían de hacerlo desaparecer, si alguno daba la voz de alarma...poco había que hacer. Se adentraron en la cueva, despacio, arco en mano, apuntando en todo momento, no iba a ser una misión fácil pero ¿desde cuándo eso les importaba? La cazadora sonrió, oyó de fondo que se acercaban, no les dejó tiempo a reaccionar, antes de que volviesen la cabeza, lanzó hacia uno de ellos, justo en la frente, el otro fue a socorrerlo cuando Axel se encargase de él.
-Esta cueva es un laberinto ¿por dónde, señor? Izquierda... ¿o derecha? -no dio tiempo a más, la flecha que acabó con la vida del lobo, la tomó sin mirar, impregnada en sangre espesa y gelatinosa, limpió la punta con el bajo de su camisa oscura. -Vienen más, luna llena, en el horizonte. -el reloj marcaba unos minutos alejados de la medianoche, ahora empezaba la verdadera fiesta -Con cautela, sin pensar -corrió a su lado, un largo pasillo, el polvo inundó sus fosas nasales.
-Los oigo, creo...creo que son cuatro. Rex y Kyle espero que espabilen y no tarden en desenfundar. ¿Por qué tardan tanto? -Axel era muy meticuloso, Abbey muy perfeccionista...no quedaría ninguno.
Abbey Appleby- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 505
Fecha de inscripción : 23/03/2011
Localización : París-Londres
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El comienzo [Privado]
En la parte trasera de la vivienda la Parca y las gemelas se encargaban silenciosamente de quienes montaban la guardia perimetral, estaban bien pertrechados y eran varios haciendo la ronda, así que dispararon las cerbatanas con dardos anestésicos a la vez para abatir a los tres que estaban cerca unos de otros y podrían descubrir el ataque. Entre las sombras tiraron de los monstruos hasta ocultarlos de la vista y despejar de nuevo la salida trasera.
Una nueva pareja de vigilantes se acercó a los cazadores y a donde se suponía que debían estar sus compañeros, pero al no hallarlos echaron las orejas hacia atrás y mostraron los dientes salivando y gruñendo. Uno iba a aullar alertando al resto de la manada pero una de las gemelas estranguló su cuello con el látigo mientras la otra salía de la nada para hundir un cuchillo serrado de plata en su corazón, y Aveline se deshacía del otro con un movimiento tan rápido que apenas la vio venir.
En principio no venían a matar a la manada sólo a los alfas, pero ante el peligro, primero estaba la misión y sus vidas y luego el resto de cosas.
Axel avanzaba por el pasillo oscuro en compañía de Abbey procurabndo no hacer nada de ruido. En la puerta donde estarían los alfas había al menos dos vigilantes, dos lobos enormes y armados. La cazadora no lo dudó y se abalanzó hacia delante abatiendo a uno con una flecha certera en el ojo. Axel no iba a cargar tan pronto, pero una vez hecho, ya no tenía remedio, así que sacó las armas elegidas para aquella misión: dos Khopesh egipcios.
Las espadas estaban forjadas en acero resistente recubierto de plata, eran dos espadas ligeras con una parte curva y un espolón. Servían para sajar, detener otros filos y ensartar. El capitán arremetió contra el lobo sin dudar, el choque fue brutal porque la bestia también tenía un arma, un cuchillo carnicero de buen calibre. El sonido de la reyerta alertó a losn que estaban en el interior y se causó cierto revuelo, cogieron sus armas y abrieron la puerta saliendo en tromba por el pasillo buscando la evacuación por la puerta trasera. Rex y Kyle aparecieron corriendo y de nuevo el choque de trenes no se hizo esperar, eran al menos seis o siete lobos fuertes con la misión de proteger a los alfas.
Una nueva pareja de vigilantes se acercó a los cazadores y a donde se suponía que debían estar sus compañeros, pero al no hallarlos echaron las orejas hacia atrás y mostraron los dientes salivando y gruñendo. Uno iba a aullar alertando al resto de la manada pero una de las gemelas estranguló su cuello con el látigo mientras la otra salía de la nada para hundir un cuchillo serrado de plata en su corazón, y Aveline se deshacía del otro con un movimiento tan rápido que apenas la vio venir.
En principio no venían a matar a la manada sólo a los alfas, pero ante el peligro, primero estaba la misión y sus vidas y luego el resto de cosas.
Axel avanzaba por el pasillo oscuro en compañía de Abbey procurabndo no hacer nada de ruido. En la puerta donde estarían los alfas había al menos dos vigilantes, dos lobos enormes y armados. La cazadora no lo dudó y se abalanzó hacia delante abatiendo a uno con una flecha certera en el ojo. Axel no iba a cargar tan pronto, pero una vez hecho, ya no tenía remedio, así que sacó las armas elegidas para aquella misión: dos Khopesh egipcios.
- Khopesh:
Las espadas estaban forjadas en acero resistente recubierto de plata, eran dos espadas ligeras con una parte curva y un espolón. Servían para sajar, detener otros filos y ensartar. El capitán arremetió contra el lobo sin dudar, el choque fue brutal porque la bestia también tenía un arma, un cuchillo carnicero de buen calibre. El sonido de la reyerta alertó a losn que estaban en el interior y se causó cierto revuelo, cogieron sus armas y abrieron la puerta saliendo en tromba por el pasillo buscando la evacuación por la puerta trasera. Rex y Kyle aparecieron corriendo y de nuevo el choque de trenes no se hizo esperar, eran al menos seis o siete lobos fuertes con la misión de proteger a los alfas.
Aveline Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 155
Fecha de inscripción : 07/01/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El comienzo [Privado]
-Cuando todo esto acabe, voy a necesitar un té de los suyos , señor Blackmore -una sonrisa de medio lado, esas palabras valieron para calmar el ánimo, centrarse en la misión y acabar con cada uno de los licántropos, hasta llegar al objetivo principal…el alfa al que aquella noche miró a los ojos, un duelo de miradas, un reto que aceptó sin dudarlo ni un segundo.
Ese maldito lobo negro tenía algo que deseaba, información. Los pasos acelerados advertían la aparición de más, siete en total. Alzó la ballesta, con la mano libre buscó a su preciosa arma nueva, en un pestañeo, lanzó varios shurikens que cortaron el paso, despistándolos lo suficiente para atacar. El disparo de la ballesta rozó el hombro de uno de los lican, retrasando sus pasos hacia ambos, aprovechó para lanzarle el hacha, tan pequeña pero muy eficaz, los sesos se esparcieron y Abbey sonrió, esa pequeña era una auténtica maravilla.
Al agacharse y recuperarla, se giró en sí misma aún de rodillas, el filo del arma rajó el vientre de la bestia, arrancándole un alarido de dolor, haciéndolo tambalearse, tuvo que rodar por el suelo para que no se le cayese encima y otro que se dirigía hacia ella no la atrapase.
-¡El té templado! -rió sin mirar a su superior, eso le calmaba los ánimos. Limpió la hoja en su ropa, algunas gotas carmesí adornaban las mejillas doradas de Abbey, una sonrisa maliciosa al comprobar que dos de ellos se acercaban con el fin de acabar con la cazadora -En otro momento -apretó con fuerza la empuñadora del hacha, estaba dispuesta a todo.
El refuerzo de Kyle y Rex abordaron a dos de los lican, impidiendo que atacasen. Sonrió , los cuerpos peludos y ensangrentados adornaban la estancia, no habría decoración mejor que esa. Sólo quedaba derribar a dos más y...llegarían al alfa. Abbey se relamió, podía saborear la victoria, la sangre impregnando sus labios.
Ese maldito lobo negro tenía algo que deseaba, información. Los pasos acelerados advertían la aparición de más, siete en total. Alzó la ballesta, con la mano libre buscó a su preciosa arma nueva, en un pestañeo, lanzó varios shurikens que cortaron el paso, despistándolos lo suficiente para atacar. El disparo de la ballesta rozó el hombro de uno de los lican, retrasando sus pasos hacia ambos, aprovechó para lanzarle el hacha, tan pequeña pero muy eficaz, los sesos se esparcieron y Abbey sonrió, esa pequeña era una auténtica maravilla.
Al agacharse y recuperarla, se giró en sí misma aún de rodillas, el filo del arma rajó el vientre de la bestia, arrancándole un alarido de dolor, haciéndolo tambalearse, tuvo que rodar por el suelo para que no se le cayese encima y otro que se dirigía hacia ella no la atrapase.
-¡El té templado! -rió sin mirar a su superior, eso le calmaba los ánimos. Limpió la hoja en su ropa, algunas gotas carmesí adornaban las mejillas doradas de Abbey, una sonrisa maliciosa al comprobar que dos de ellos se acercaban con el fin de acabar con la cazadora -En otro momento -apretó con fuerza la empuñadora del hacha, estaba dispuesta a todo.
El refuerzo de Kyle y Rex abordaron a dos de los lican, impidiendo que atacasen. Sonrió , los cuerpos peludos y ensangrentados adornaban la estancia, no habría decoración mejor que esa. Sólo quedaba derribar a dos más y...llegarían al alfa. Abbey se relamió, podía saborear la victoria, la sangre impregnando sus labios.
Abbey Appleby- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 505
Fecha de inscripción : 23/03/2011
Localización : París-Londres
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El comienzo [Privado]
El capitán blandió las dos hojas semicurvas describiendo un arco con ellas, llevaba toda la vida entrenando con Faith en todas las disciplinas que un cazador de élite debería dominar y la mayoría de las veces ella conseguía ganar el encuentro, pero Axel era rápido y letal como el que más aunque no tan legendario como la Parca.
Giró sobre sus talones y al recuperar el pie las espadas volaron sajando piel y músuclode un licántropo que se le echaba encima por el flanco. Observó por el rabillo del ojo como Abbey se deshacía de otros con la ballesta y el hacha corta y cómo después aparecían los dos compañeros para contener a los que pudieran venir alertados por el sonido y el olor de la muerte. Se acercó a la puerta y le susurró a Abbey.
— Apunta a las piernas, no los mates, los necesitamos vivos.
Empujó con el hombro sobre la madera haciendo crujir las jambas y los dos cazadores entraron al unísono en la estancia donde se encontraban el macho y la hembra alfa. Eran grandes y corpulentos, ambos negros como la noche con una quijada llena de colmillos rezumantes de la saliva rabiosa de los malditos. Con ellos había tres lobos más, de hecho fueron los primeros en atacar a la pareja de intrusos. Axel se abalanzó contra el primero asestándole un tajo vertical y después empleándose a fondo con la segunda arma, no llegarían a los alfas si no se deshacían primero de sus guardianes. Kyle lanzó desde el pasillo una daga que neutralizó a otro que iba en tromba hacia Axel, incrustándola en su frente, los dos alfas ya iban a ser mucho trabajo poor sí solos.
Giró sobre sus talones y al recuperar el pie las espadas volaron sajando piel y músuclode un licántropo que se le echaba encima por el flanco. Observó por el rabillo del ojo como Abbey se deshacía de otros con la ballesta y el hacha corta y cómo después aparecían los dos compañeros para contener a los que pudieran venir alertados por el sonido y el olor de la muerte. Se acercó a la puerta y le susurró a Abbey.
— Apunta a las piernas, no los mates, los necesitamos vivos.
Empujó con el hombro sobre la madera haciendo crujir las jambas y los dos cazadores entraron al unísono en la estancia donde se encontraban el macho y la hembra alfa. Eran grandes y corpulentos, ambos negros como la noche con una quijada llena de colmillos rezumantes de la saliva rabiosa de los malditos. Con ellos había tres lobos más, de hecho fueron los primeros en atacar a la pareja de intrusos. Axel se abalanzó contra el primero asestándole un tajo vertical y después empleándose a fondo con la segunda arma, no llegarían a los alfas si no se deshacían primero de sus guardianes. Kyle lanzó desde el pasillo una daga que neutralizó a otro que iba en tromba hacia Axel, incrustándola en su frente, los dos alfas ya iban a ser mucho trabajo poor sí solos.
Axel Blackmore- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 144
Fecha de inscripción : 07/12/2016
Re: El comienzo [Privado]
La sed de sangre seguía sin ser aplacada, cada paso dado hacia la situación exacta de los alfas no estaba siendo fácil. Pequeñas gotas carmesís, adornaban su rostro, la azul mirada de Abbey se perdió en las dos figuras que como demonios aparecían ante ellos, desafiantes, dispuestos a devorarlos y contar con ser la suculenta cena victoriosa.
Actuar con eficacia y rápidez, iban disminuyendo en número pero el premio se encontraba al final, en el corazón de la “cebolla” de esa fortaleza de licans. Tomó aire antes de que la puerta principal se abriese y sus compañeros se encargasen de los guardianes, las gemelas seguían los pasos asegurándose de que ninguno quedase vivo y terminasen como comida para las alimañas.
Abbey apretó con fuerza la empuñadura de su hacha, pudo oír a su propio corazón desbocado e incluso las gotas de sangre caer sobre sus botas de cuero. Tomarlos como rehén no sería fácil pero si bien algo había aprendido de ciertos compañeros fue que nada era imposible. Buscó en sus profundos bolsillos una bola de acero redonda, sólo con lanzar una de esas e impactar contra cualquier cosa, el humo los confundiría dando paso a la confusión.
Lanzó dos en medio de la reyerta, algún cazador sucumbiría a los encantos del arma, un daño colateral no grave, la cuerda de plata que pendía en su cintura como cinturón fue retirada a medida que se acercaba corriendo hacia uno de los enormes licántropos, la hembra quien intentaba abrir los ojos sin éxito, para remate, las gemelas tomaron con los labios aquella arma pequeña pero efectiva, lanzando dardos tranquilizantes, ambas eran muy buenas en esa técnica, cuatro dardos, uno en la pared, otro en el muslo del macho alfa y otro en el lomo de la hembra, Abbey entre medias de ambos fue abordada por el último, pudo rodear a la hembra dejando los brazos alrededor de la cintura con la cadena de plata…. Y acto seguido, cayó a un lado de la hembra, la miraba fijamente con los ojos inyectados en sangre, el dardo tranquilizante le había dado en la espalda.
-Maldición
Actuar con eficacia y rápidez, iban disminuyendo en número pero el premio se encontraba al final, en el corazón de la “cebolla” de esa fortaleza de licans. Tomó aire antes de que la puerta principal se abriese y sus compañeros se encargasen de los guardianes, las gemelas seguían los pasos asegurándose de que ninguno quedase vivo y terminasen como comida para las alimañas.
Abbey apretó con fuerza la empuñadura de su hacha, pudo oír a su propio corazón desbocado e incluso las gotas de sangre caer sobre sus botas de cuero. Tomarlos como rehén no sería fácil pero si bien algo había aprendido de ciertos compañeros fue que nada era imposible. Buscó en sus profundos bolsillos una bola de acero redonda, sólo con lanzar una de esas e impactar contra cualquier cosa, el humo los confundiría dando paso a la confusión.
Lanzó dos en medio de la reyerta, algún cazador sucumbiría a los encantos del arma, un daño colateral no grave, la cuerda de plata que pendía en su cintura como cinturón fue retirada a medida que se acercaba corriendo hacia uno de los enormes licántropos, la hembra quien intentaba abrir los ojos sin éxito, para remate, las gemelas tomaron con los labios aquella arma pequeña pero efectiva, lanzando dardos tranquilizantes, ambas eran muy buenas en esa técnica, cuatro dardos, uno en la pared, otro en el muslo del macho alfa y otro en el lomo de la hembra, Abbey entre medias de ambos fue abordada por el último, pudo rodear a la hembra dejando los brazos alrededor de la cintura con la cadena de plata…. Y acto seguido, cayó a un lado de la hembra, la miraba fijamente con los ojos inyectados en sangre, el dardo tranquilizante le había dado en la espalda.
-Maldición
Abbey Appleby- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 505
Fecha de inscripción : 23/03/2011
Localización : París-Londres
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Página 2 de 3. • 1, 2, 3
Temas similares
» Comienzo sin sentido. [Rol Privado]
» El comienzo de todo.../privado
» El comienzo de todo [Privado]
» Un nuevo comienzo | Privado
» El principio del comienzo [Privado]
» El comienzo de todo.../privado
» El comienzo de todo [Privado]
» Un nuevo comienzo | Privado
» El principio del comienzo [Privado]
Página 2 de 3.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour