AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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The Misty Mountains cold (privado)
Recuerdo del primer mensaje :
Hacia apenas un da había encontrado un pájaro herido, todavía estaba en fase de recuperarse, era una cambiante, así que se unió a mi y a la loba en mi camino hacia la fortaleza de Akershus.
Supongo era una simbiosis bastante practica, ella no quedaba herida en las montañas y para mi podía llegar a serme útil en algún momento del viaje.
Habíamos cruzado una escarpada montaña, con un rio de aguas vivas bajo esta, a vista de pájaro una gruta quedaba al otro lado de la escarpada montaña, así que la idea de investigarla no me pareció en absoluto descabellada.
Las dos parecían confirmes con el plan y aunque eso nos llevaría algo de tiempo, algo me decía que lo que descubriéramos al otro lado podía tener una importancia vital.
Pronto estuvimos todos en el interior de la estrecha gruta, por donde concurría con fluidez el agua de aquel rio natural, podía notar como los líquenes y otras plantas acuáticas se enredaban en mis pies, convirtiendo el suelo en una zona muy resbaladiza.
El musgo que crecía en las húmedas paredes, tampoco permitían afianzarse mucho a ellas. Por las rocas formando pequeños surcos resbalaban pequeñas cantidades de agua, que terminaban en el rio. Pero pese a todos las dificultades, parecía que podríamos atravesarlo; desde luego el agua tenía que venir de algún sitio, y tenía el extraño presentimiento de que quizás proviniera de la ciudad enana que buscábamos.
Caminamos durante un buen rato, agachados para no golpear con la cabeza en algunas zonas de aquella gruta rocosa, el agua nos llegaba por la cintura, congelando nuestros músculos y quebrantando nuestro ánimo.
Bry y Altair se acercaron a mí, mirando la pared con cierta curiosidad.
No veía nada, así que todo lo que percibía era a través del resto de mis sentidos.
Aquello parecía una red de alcantarillado creada por manos enanas, deslicé mis manos por las paredes, creía que era un mito la existencia de una raza de pequeños hombres.
-Seguramente si seguimos este camino encontraremos una zona más amplia donde concurrirán
Caminamos durante una hora, encontrando varias ramificaciones. A diferencia del rio natural, el caudal del agua que procedía de la ciudad, era más bajo, incluso en ocasiones permitía ver un suelo pavimentado con una especie de pequeñas losetas rectangulares. Desde luego estos enanos, trabajaban con tesón, sin descuidar el mínimo detalle.
Continuamos caminado a paso ligero, el suelo comenzó a empinarse hacia arriba y así a reducirse el nivel del agua, hasta que finalmente, todo resto de agua había desaparecido, cosa que parecía aliviarnos enormemente.
No tardaron las damas en ver una salida cuadrada, no de gran tamaño, que cruzamos de uno en uno, la rejilla que taponaba la entrada a la alcantarilla estaba en el suelo tirada, era evidente que no éramos los primeros en llegar hasta allí por ese camino, pero desde luego, ninguna de las pisadas que percibí acariciando el suelo a mi alrededor eran recientes, cosa que me alivio enormemente. Imaginaba que aquel mapa que encontré en mi aldea y que había guiado los pasos de Bry y míos, pertenecía a algún saqueador, que desde luego había salido y entrado por aquella misma alcantarilla y a juzgar por la cantidad de objetos esparcidos por el suelo, con las manos llenas.
Alce la mano de aquel pavimentado suelo de piedra, habíamos llegado sin lugar a dudas a lo que quedaba de lo que en su día fue una hermosa ciudad enana. No había dudas de que aquello debió de ser impresionante, hoy solo era un espejismo, que aun derruido y lleno de polvo guardaba una enorme hermosura capaz de dejar boquiabierto a cualquiera, era mas que evidente lo esplendoroso que debió de ser todo aquello.
-Descubramos que es guardado aquí con tanto recelo ¿Podia tener algo que ver eso tambien ocn la destruccion de mi aldea? Si asi era, pensaba descubrirlo.
Hacia apenas un da había encontrado un pájaro herido, todavía estaba en fase de recuperarse, era una cambiante, así que se unió a mi y a la loba en mi camino hacia la fortaleza de Akershus.
Supongo era una simbiosis bastante practica, ella no quedaba herida en las montañas y para mi podía llegar a serme útil en algún momento del viaje.
Habíamos cruzado una escarpada montaña, con un rio de aguas vivas bajo esta, a vista de pájaro una gruta quedaba al otro lado de la escarpada montaña, así que la idea de investigarla no me pareció en absoluto descabellada.
Las dos parecían confirmes con el plan y aunque eso nos llevaría algo de tiempo, algo me decía que lo que descubriéramos al otro lado podía tener una importancia vital.
Pronto estuvimos todos en el interior de la estrecha gruta, por donde concurría con fluidez el agua de aquel rio natural, podía notar como los líquenes y otras plantas acuáticas se enredaban en mis pies, convirtiendo el suelo en una zona muy resbaladiza.
El musgo que crecía en las húmedas paredes, tampoco permitían afianzarse mucho a ellas. Por las rocas formando pequeños surcos resbalaban pequeñas cantidades de agua, que terminaban en el rio. Pero pese a todos las dificultades, parecía que podríamos atravesarlo; desde luego el agua tenía que venir de algún sitio, y tenía el extraño presentimiento de que quizás proviniera de la ciudad enana que buscábamos.
Caminamos durante un buen rato, agachados para no golpear con la cabeza en algunas zonas de aquella gruta rocosa, el agua nos llegaba por la cintura, congelando nuestros músculos y quebrantando nuestro ánimo.
Bry y Altair se acercaron a mí, mirando la pared con cierta curiosidad.
No veía nada, así que todo lo que percibía era a través del resto de mis sentidos.
Aquello parecía una red de alcantarillado creada por manos enanas, deslicé mis manos por las paredes, creía que era un mito la existencia de una raza de pequeños hombres.
-Seguramente si seguimos este camino encontraremos una zona más amplia donde concurrirán
Caminamos durante una hora, encontrando varias ramificaciones. A diferencia del rio natural, el caudal del agua que procedía de la ciudad, era más bajo, incluso en ocasiones permitía ver un suelo pavimentado con una especie de pequeñas losetas rectangulares. Desde luego estos enanos, trabajaban con tesón, sin descuidar el mínimo detalle.
Continuamos caminado a paso ligero, el suelo comenzó a empinarse hacia arriba y así a reducirse el nivel del agua, hasta que finalmente, todo resto de agua había desaparecido, cosa que parecía aliviarnos enormemente.
No tardaron las damas en ver una salida cuadrada, no de gran tamaño, que cruzamos de uno en uno, la rejilla que taponaba la entrada a la alcantarilla estaba en el suelo tirada, era evidente que no éramos los primeros en llegar hasta allí por ese camino, pero desde luego, ninguna de las pisadas que percibí acariciando el suelo a mi alrededor eran recientes, cosa que me alivio enormemente. Imaginaba que aquel mapa que encontré en mi aldea y que había guiado los pasos de Bry y míos, pertenecía a algún saqueador, que desde luego había salido y entrado por aquella misma alcantarilla y a juzgar por la cantidad de objetos esparcidos por el suelo, con las manos llenas.
Alce la mano de aquel pavimentado suelo de piedra, habíamos llegado sin lugar a dudas a lo que quedaba de lo que en su día fue una hermosa ciudad enana. No había dudas de que aquello debió de ser impresionante, hoy solo era un espejismo, que aun derruido y lleno de polvo guardaba una enorme hermosura capaz de dejar boquiabierto a cualquiera, era mas que evidente lo esplendoroso que debió de ser todo aquello.
-Descubramos que es guardado aquí con tanto recelo ¿Podia tener algo que ver eso tambien ocn la destruccion de mi aldea? Si asi era, pensaba descubrirlo.
Aren Cannif- Humano Clase Media
- Mensajes : 114
Fecha de inscripción : 11/05/2017
Re: The Misty Mountains cold (privado)
Acabó de comer el bocado que tenía en la boca y se limpió con una servilleta la evidencia de su juego con Aren. Bebió un poco de agua y se aclaró la garganta. Se puso en pie y se apartó un poco de la mesa, comenzando a media voz una melodía que había cantado en muchas ocasiones, pero que, extrañamente, empezaba a tener un significado distinto para ella.
I have often dreamed of a far off place
Where a hero's welcome would be waiting for me
Where the crowds would cheer, when they see my face
And a voice keeps saying this is where I'm meant to be
I'll be there someday, I can go the distance
I will find my way if I can be strong
I know every mile would be worth my while
When I go the distance, I'll be right where I belong
Conforme avanzaba la canción, su voz fue tomando más fuerza, potenciada por el silencio que se había impuesto en la sala, cuando el sonido de la música fue apagando las conversaciones y los murmullos.
Tal y como decía la canción, ella había recorrido una gran distancia, hasta un país lejano, y estaba allí, a las puertas de la guerra, sin saber si encontraría muerte o gloria, pero con un sentimiento de certera pertenencia. Allí era justamente donde tenia que estar.
No, no pensaba volver atrás, ni esconderse como una cobarde. El verdadero poder de los héroes está en su corazón y el suyo latía con fuerza y decisión. No aspiraba a más que estar allí, junto a ese Cannif en el que clavó la mirada, a pesar de que sabía que él no podía verla; quería ser sus ojos y guiarle hasta cumplir su destino.
Like a shooting star, I will go the distance
I will search the world, I will face its harms
I don't care how far, I can go the distance
'Till I find my hero's welcome waiting in your arms
Avanzó hasta Aren y se detuvo frente a él, tomando su mano entre las suyas, porque él no podía ver, como el resto de la audiencia, la forma en que Altaír le miraba, cómo sus ojos le decían la verdad que encerraban aquellas palabras.
I have often dreamed of a far off place
Where a hero's welcome would be waiting for me
Where the crowds would cheer, when they see my face
And a voice keeps saying this is where I'm meant to be
I'll be there someday, I can go the distance
I will find my way if I can be strong
I know every mile would be worth my while
When I go the distance, I'll be right where I belong
Conforme avanzaba la canción, su voz fue tomando más fuerza, potenciada por el silencio que se había impuesto en la sala, cuando el sonido de la música fue apagando las conversaciones y los murmullos.
Tal y como decía la canción, ella había recorrido una gran distancia, hasta un país lejano, y estaba allí, a las puertas de la guerra, sin saber si encontraría muerte o gloria, pero con un sentimiento de certera pertenencia. Allí era justamente donde tenia que estar.
Down an unknown road to embrace my fate
Though that road may wander, it will lead me to you
And a thousand years would be worth the wait
It might take a lifetime but somehow I'll see it through
And I won't look back, I can go the distance
And I'll stay on track, no I won't accept defeat
It's an uphill slope
But I won't loose hope, 'till I go the distance
And my journey is complete, oh yeah
But to look beyond the glory is the hardest part
For a hero's strength is measured by his heart, oh
Though that road may wander, it will lead me to you
And a thousand years would be worth the wait
It might take a lifetime but somehow I'll see it through
And I won't look back, I can go the distance
And I'll stay on track, no I won't accept defeat
It's an uphill slope
But I won't loose hope, 'till I go the distance
And my journey is complete, oh yeah
But to look beyond the glory is the hardest part
For a hero's strength is measured by his heart, oh
No, no pensaba volver atrás, ni esconderse como una cobarde. El verdadero poder de los héroes está en su corazón y el suyo latía con fuerza y decisión. No aspiraba a más que estar allí, junto a ese Cannif en el que clavó la mirada, a pesar de que sabía que él no podía verla; quería ser sus ojos y guiarle hasta cumplir su destino.
Like a shooting star, I will go the distance
I will search the world, I will face its harms
I don't care how far, I can go the distance
'Till I find my hero's welcome waiting in your arms
Avanzó hasta Aren y se detuvo frente a él, tomando su mano entre las suyas, porque él no podía ver, como el resto de la audiencia, la forma en que Altaír le miraba, cómo sus ojos le decían la verdad que encerraban aquellas palabras.
I will search the world, I will face its harms
'Till I find my hero's welcome waiting in your arms
'Till I find my hero's welcome waiting in your arms
Altair Boussole- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 66
Fecha de inscripción : 17/08/2017
Re: The Misty Mountains cold (privado)
La chica pájaro empezó a cantar, no lograba verla, pero por contra, su música se adentraba cálida en mis oídos como una promesa. Una en la que combatiríamos juntos hasta que el norte estuviera a salvo del hijo puta de Randulf.
Sus manos tomaron las mías, no pude evitar ladear la sonrisa al sentir sus caricias sobre mis nudillos y cuando toco su ultima melodía tiré de estas riéndome hasta sentarla en mis rodillas.
-Suenas distinta -susurré en su oído dejando un beso después en su mejilla mientras escuchaba los culos de las jarras de los allí presentes pidiendo otra.
Me reí contra su cuello aflojando el agarre.
-Parece que tu publico te espe... -no acabé la frase cuando escuché algo fuera, apenas era perceptible para los humanos, peor estaba ciego y eso desarrollaba mi oído.
-¡Nos atacan! -aseguré poniéndome en pie de un salto.
Elaine se puso en pie avisando a los suyos, habíamos bebido creyéndonos a salvo, así que muchos de los lobos iban pasados de jarras, algo normal en el norte tras celebrar, en este caso un acuerdo.
-Los contendré -dijo Sirius posando mi mano en el hombro -¡a las armas! -ordenó.
Elaine rugía al tiempo que yo desenvaine sendas espadas de mi espalda.
-Altair, ten cuidado -pedí esperando sentir sus patas sobre mi hombro para con su graznar saber donde exactamente golpear, juntos hacíamos un buen tandeé en la batalla.
-¿prepara para cantar? -susurré ladeando la sonrisa saliendo tras Sirius a enfrentar a los soldados de Randulf y sus aberraciones.
Era licanos, pero unos ciclados, experimentos de ese bastardo que ahora lanzaba contra las fronteras para desestabilizar las manadas y seguramente el acuerdo alcanzado.
No iban solos, huargos y un par de bestias cuyos pasos era muy capaz de escuchar desde la distancia, gigantes.
Sus manos tomaron las mías, no pude evitar ladear la sonrisa al sentir sus caricias sobre mis nudillos y cuando toco su ultima melodía tiré de estas riéndome hasta sentarla en mis rodillas.
-Suenas distinta -susurré en su oído dejando un beso después en su mejilla mientras escuchaba los culos de las jarras de los allí presentes pidiendo otra.
Me reí contra su cuello aflojando el agarre.
-Parece que tu publico te espe... -no acabé la frase cuando escuché algo fuera, apenas era perceptible para los humanos, peor estaba ciego y eso desarrollaba mi oído.
-¡Nos atacan! -aseguré poniéndome en pie de un salto.
Elaine se puso en pie avisando a los suyos, habíamos bebido creyéndonos a salvo, así que muchos de los lobos iban pasados de jarras, algo normal en el norte tras celebrar, en este caso un acuerdo.
-Los contendré -dijo Sirius posando mi mano en el hombro -¡a las armas! -ordenó.
Elaine rugía al tiempo que yo desenvaine sendas espadas de mi espalda.
-Altair, ten cuidado -pedí esperando sentir sus patas sobre mi hombro para con su graznar saber donde exactamente golpear, juntos hacíamos un buen tandeé en la batalla.
-¿prepara para cantar? -susurré ladeando la sonrisa saliendo tras Sirius a enfrentar a los soldados de Randulf y sus aberraciones.
Era licanos, pero unos ciclados, experimentos de ese bastardo que ahora lanzaba contra las fronteras para desestabilizar las manadas y seguramente el acuerdo alcanzado.
No iban solos, huargos y un par de bestias cuyos pasos era muy capaz de escuchar desde la distancia, gigantes.
Aren Cannif- Humano Clase Media
- Mensajes : 114
Fecha de inscripción : 11/05/2017
Re: The Misty Mountains cold (privado)
La luna llena estaba cerca, Elaine podía sentir su tótem animal rugiendo, clamando por ser liberado, por tomar el control del cuerpo y aniquilar, destruir, masticar y desangrar. Pero Damon la había enseñado bien, su naturaleza era fuerte, pero su cerebro lo era más. Cambió de forma entre crujidos y chasquidos, Sirius ya la había visto así en un par de ocasiones, aunque normalmente los cambios de luna llena los hacía en el sótano, fuera de la vista de la gente, o en los bosques donde no haría daño a nadie.
Su tamaño erguida era considerable, su cuerpo cubierto de pelo, los ojos brillantes y amarillentos le daban un aspecto feroz que acompañado por las garras afiladas y los colmillos de gran tamaño, hacían desistir a cualquiera de acercarse a ella.
Mientras Sirius los contenía con barreras de hielo y tierra, tomaron posiciones y cuando comenzaron a sobrepasar las defensas, la licántropa se abalanzó contra el primero clavando sus garras en el abdomen y seprando el tejidso hasta que las tripas cayeron con un sonor "plof" al suelo. El siguiente probó sus colmillos mientras mordía con furia en el cuello y arañaba toda su espalda. Uno tras otro buscaban matar a la bestia, pero Elaine se movía rápido y con una fuerza asombrosa, no iba a dejar que llegaran a Sirius, a Altair o al pequeño Cannif si podía evitarlo, pero eran muchos y finalmente a cada cual le tocó compabtir algunos enemigos.
El suelo bajo sus pies se llenó de sangre, tripas y restos humanos, cuando el lobo feroz tomaba el control, no se detenía a hacer prisioneros, bestias y hombres de Randulf caían a trozos por doquier, porque la máquina de triturar necesitaba de vez en cuando liberar su verdadera naturaleza salvaje.
Uno de los soldados la pilló a traición por detrás y le ensartó una pica por el costado sacándola después. La herida era grande, sangraba en abundancia, pero la loba, soltando babas y espuma de la rabia y del dolor se giró y le arrancó al cabeza de dos tirones, lanzándola contra otro que se acercaba raudo hacia ella y derribándolo como si fuera un bolo.
Su tamaño erguida era considerable, su cuerpo cubierto de pelo, los ojos brillantes y amarillentos le daban un aspecto feroz que acompañado por las garras afiladas y los colmillos de gran tamaño, hacían desistir a cualquiera de acercarse a ella.
Mientras Sirius los contenía con barreras de hielo y tierra, tomaron posiciones y cuando comenzaron a sobrepasar las defensas, la licántropa se abalanzó contra el primero clavando sus garras en el abdomen y seprando el tejidso hasta que las tripas cayeron con un sonor "plof" al suelo. El siguiente probó sus colmillos mientras mordía con furia en el cuello y arañaba toda su espalda. Uno tras otro buscaban matar a la bestia, pero Elaine se movía rápido y con una fuerza asombrosa, no iba a dejar que llegaran a Sirius, a Altair o al pequeño Cannif si podía evitarlo, pero eran muchos y finalmente a cada cual le tocó compabtir algunos enemigos.
El suelo bajo sus pies se llenó de sangre, tripas y restos humanos, cuando el lobo feroz tomaba el control, no se detenía a hacer prisioneros, bestias y hombres de Randulf caían a trozos por doquier, porque la máquina de triturar necesitaba de vez en cuando liberar su verdadera naturaleza salvaje.
Uno de los soldados la pilló a traición por detrás y le ensartó una pica por el costado sacándola después. La herida era grande, sangraba en abundancia, pero la loba, soltando babas y espuma de la rabia y del dolor se giró y le arrancó al cabeza de dos tirones, lanzándola contra otro que se acercaba raudo hacia ella y derribándolo como si fuera un bolo.
Elaine Landvik- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 12/05/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: The Misty Mountains cold (privado)
Si algún merito había que reconocerle al hijo de puta de Randulf es que siempre era oportuno, sin presentación se adentraba en las fiestas dispuesto a dar el resto con sus bestias, no había alzamiento de faldas ni visión de enaguas, empezaba el baile de forma atolondrada.
Sus licantropos “ versión 2” eran fuertes, de magnitudes enormes, como si algo les hubiera dotado de la corpulencia de un alfa y su violencia no conocía parangón, detenerlos era necesario o aquello sería una matanza.
-¡Aren estate alerta! -rugí llevando uno de mis brazos hacia la tierra y la otra hacia el celo, gruñí violento invocando a los elementos, mis ojos adquirieron un tono anaranjado teñido de marrón.
Llevé el brazo que apuntaba a tierra al frente, las bestias que avanzaban hacia nosotros a cuatro patas aullando se estamparon contra un muro de tierra que se alzó ante ellos , por el agujero se hundieron varios de estos seres siendo engullidos por la tierra, otros se estampaban directamente contra el escudo natural.
Jadeé escuchando sus gritos desgarradores, como no se rendían y escalaban hambrientos de mas sangre.
Mi mirada fue un instante hacia la d mi mujer que con su forma lupina luchaba con uñas y dientes, fuerte, valiente, era una guerrera digna hija de los Landvk y no pude evitar en mi cansancio ladear la sonrisa, ella era sin duda la mujer de mi vida.
Por el rabillo del ojo vi a Arenque batallaba con Altair sobrevolando a su alrededor, marcando allí donde este debía asestar los golpes de acero. A su alrededor se acumulaban demasiadas bestias, na se lanzó violenta hacia la chica pájaro, bajé la zurda apuntando hacia el animal y un rallo lo partió por la mitad haciéndolo explotar llenando a aren de sangre y el suelo de tripas y miembros cercenados.
Sus licantropos “ versión 2” eran fuertes, de magnitudes enormes, como si algo les hubiera dotado de la corpulencia de un alfa y su violencia no conocía parangón, detenerlos era necesario o aquello sería una matanza.
-¡Aren estate alerta! -rugí llevando uno de mis brazos hacia la tierra y la otra hacia el celo, gruñí violento invocando a los elementos, mis ojos adquirieron un tono anaranjado teñido de marrón.
Llevé el brazo que apuntaba a tierra al frente, las bestias que avanzaban hacia nosotros a cuatro patas aullando se estamparon contra un muro de tierra que se alzó ante ellos , por el agujero se hundieron varios de estos seres siendo engullidos por la tierra, otros se estampaban directamente contra el escudo natural.
Jadeé escuchando sus gritos desgarradores, como no se rendían y escalaban hambrientos de mas sangre.
Mi mirada fue un instante hacia la d mi mujer que con su forma lupina luchaba con uñas y dientes, fuerte, valiente, era una guerrera digna hija de los Landvk y no pude evitar en mi cansancio ladear la sonrisa, ella era sin duda la mujer de mi vida.
Por el rabillo del ojo vi a Arenque batallaba con Altair sobrevolando a su alrededor, marcando allí donde este debía asestar los golpes de acero. A su alrededor se acumulaban demasiadas bestias, na se lanzó violenta hacia la chica pájaro, bajé la zurda apuntando hacia el animal y un rallo lo partió por la mitad haciéndolo explotar llenando a aren de sangre y el suelo de tripas y miembros cercenados.
Sirius Cannif- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 140
Fecha de inscripción : 03/08/2017
Re: The Misty Mountains cold (privado)
Un suspiro de resignación escapó de sus labios. ¿Por qué tenía que ser tan oportuno ese ataque? Ahora que el momento parecía ser perfecto... La reunión, la cena, la música, Aren...
Pero era lo que tocaba, así que dejó que su cuerpo cambiase y se convirtiera en un ser mucho más pequeño que un humano, pero todavía lo bastante grande para presentar batalla. El halcón se posó en el hombro de Aren y le dio con el pico sobre la oreja, indicándole así que estaba lista para combatir a su lado. Sus ropas quedaron olvidadas en el suelo, arrugadas como habían quedado, en espera de ser recuperadas más tarde, si sobrevivían al fragor de la batalla y no quedaban hechas meros jirones.
En todo momento se mantuvo junto al Cannif, guiando sus golpes con sus graznidos, que él ya había aprendido a interpretar a la perfección. En un momento dado, vio que dos atacantes iban contra el guerrero a la vez, uno de frente, otro por un lado. Sin pensarlo demasiado, le chilló casi con desesperación que pretara atención delante de él, para justo después, levantar el vuelo de su hombro y lanzarse con las garras por delante contra el segundo atacante.
Le arañó la cara y le picó la cabeza. Hasta hundió el pico en su hombro en cuanto tuvo ocasión y se llevó con ella un trozo de carne, que escupió al instante. Podía ser un dulce pajarito y una mujer cariñosa, pero no debía olvidarse que era una letal rapaz.
Se elevó sobre la batalla para tomar un panorama de la situación antes de volver sobre el hombro de su compañero y fue entonces cuando se percató de que más enemigos iban contra su nueva amiga. No dudó en lanzarse en picado contra ellos, con tal fuerza que impulsó a uno contra el otro y les hizo caer. No les haría daño, pero sí había entorpecido su ataque y permitido a Elaine y Sirius tener la ventaja en ese enfrentamiento.
Regresó junto a Aren, algo aturdida por el golpe, pero decidida a seguir luchando hasta el final. Y lo habría hecho, de no ser por aquella flecha que surcó el cielo hacia donde ellos estaban. Para cuando fue consciente de ella, ya caía al suelo con un ala atravesada de parte a parte.
Qué irónico. Así había conocido a Aren...
Sin poder volar, su única opción era gritarle con su voz humana, así que en el suelo, en mitad de la batalla, el halcón desapareció para dejar paso a la mujer, con la piel desnuda manchada de sangre.
-¡¡Detrás de ti!! ¡¡A la derecha!! ¡Estocada y barrido al lateral!
Altair Boussole- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 66
Fecha de inscripción : 17/08/2017
Re: The Misty Mountains cold (privado)
Atronador el rubor de la batalla, gritos, quejidos y rugidos por doquier llegaban a mis oídos con nitidez. La espada silbando tras el graznar de la chica pájaro daba muerte a las bestia.
Lo habíamos ensayado miles de veces, solo necesitaba aislar todo lo demás y centrarme en ella, allá donde dejaba su voz yo golpeaba de forma certera en carnaza enemiga y a su vez cuando su piular era cercano a mi cuerpo significaba que me cubriera, que allí era donde la afilada hoja enemiga pretendía morder mis entrañas.
Juntos hacíamos un buen tandem, así que todo iba bien, hasta que la oí alejarse.
-¡Altair! -la necesitaba y aun así mantuve la compostura parando las acometidas con el suficiente desconcierto como para que los enemigos se dieran cuenta de que algo iba en mal por ahí dentro.
Eran bestias, olían mi nerviosismo, también creo que mi debilidad y aprovecharon sin dudarlo lanzandoseme al cuello, pero la voz humana de la joven surcó el viento indicándome donde interponer la espada, como asestar la siguiente acometida y en que dirección hacerlo, no era lo mismo pero logré batir al licano con fluidos movimientos de acero.
-¡Altair! -rugí cuando me lo saqué de encima, no porque me preocupará mi integridad física, si no porque oír su voz solo podía significar una cosa, estaba herida y por eso no había vuelto a mi lado.
Mas concentrado en seguir su voz que en el enemigo fue Sirius el que rugió mi nombre, algo así como un rayo calló cerca de mi, pero no entendía bien que sucedía aunque por el aullido ensordecedor supuse alguien había muerto cerca.
Me dejé caer al suelo donde se encontraba el cálido cuerpo de Altair.
-¿Puedes levantarte? -pregunté palpando con mi diestra para dar con la herida, mientras con la zurda trataba de repeler cualquier ataque que hacia nosotros venia -cógete a mi, has de entrar dentro, aquí no puedo protegerte -ordené - guíame, yo te llevaré.
Nuestras frentes reposaron cansinas en la ajena mientras el agitado aliento de ambos chocó de forma inexorable.
-Altair guíame -pedí de nuevo, tenía que ponerla a salvo y volver con mi hermano.
Lo habíamos ensayado miles de veces, solo necesitaba aislar todo lo demás y centrarme en ella, allá donde dejaba su voz yo golpeaba de forma certera en carnaza enemiga y a su vez cuando su piular era cercano a mi cuerpo significaba que me cubriera, que allí era donde la afilada hoja enemiga pretendía morder mis entrañas.
Juntos hacíamos un buen tandem, así que todo iba bien, hasta que la oí alejarse.
-¡Altair! -la necesitaba y aun así mantuve la compostura parando las acometidas con el suficiente desconcierto como para que los enemigos se dieran cuenta de que algo iba en mal por ahí dentro.
Eran bestias, olían mi nerviosismo, también creo que mi debilidad y aprovecharon sin dudarlo lanzandoseme al cuello, pero la voz humana de la joven surcó el viento indicándome donde interponer la espada, como asestar la siguiente acometida y en que dirección hacerlo, no era lo mismo pero logré batir al licano con fluidos movimientos de acero.
-¡Altair! -rugí cuando me lo saqué de encima, no porque me preocupará mi integridad física, si no porque oír su voz solo podía significar una cosa, estaba herida y por eso no había vuelto a mi lado.
Mas concentrado en seguir su voz que en el enemigo fue Sirius el que rugió mi nombre, algo así como un rayo calló cerca de mi, pero no entendía bien que sucedía aunque por el aullido ensordecedor supuse alguien había muerto cerca.
Me dejé caer al suelo donde se encontraba el cálido cuerpo de Altair.
-¿Puedes levantarte? -pregunté palpando con mi diestra para dar con la herida, mientras con la zurda trataba de repeler cualquier ataque que hacia nosotros venia -cógete a mi, has de entrar dentro, aquí no puedo protegerte -ordené - guíame, yo te llevaré.
Nuestras frentes reposaron cansinas en la ajena mientras el agitado aliento de ambos chocó de forma inexorable.
-Altair guíame -pedí de nuevo, tenía que ponerla a salvo y volver con mi hermano.
Aren Cannif- Humano Clase Media
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Re: The Misty Mountains cold (privado)
-Estoy bien -respondió, poniéndose en pie y acunándole la mejilla con la mano izquierda-, pero me han herido en el brazo y no puedo volar. A la derecha. Por encima de tu cabeza.
Se alejaron unos pasos, repeliendo enemigos.
-No, no quiero ir dentro. No puedo volar, pero sí puedo guiarte. Mi herida no es grave, vamos, Aren, no podemos retirarnos ahora.
Le dolía, porque la flecha le había atravesado de parte a parte, pero no sangraba demasiado rápido, así que podía soportar un rato más de batalla. Se resistió a que Aren la llevase y se pegó a su costado.
-Me mantendré justo detrás de ti, si puedo guiarte como pájaro, puedo hacerlo como humana. No voy a dejarte solo.
Un beso en su mejilla, para darle buena suerte, puso punto y final a su sentencia. No abandonaría el campo de batalla hasta que no acabaran con sus enemigos y pudieran replegar fuerzas. Ella no podría luchar, porque no podía usar su pico y sus garras, pero sí podía ver y guiar a Aren, así que todavía no era inútil.
Se alejaron unos pasos, repeliendo enemigos.
-No, no quiero ir dentro. No puedo volar, pero sí puedo guiarte. Mi herida no es grave, vamos, Aren, no podemos retirarnos ahora.
Le dolía, porque la flecha le había atravesado de parte a parte, pero no sangraba demasiado rápido, así que podía soportar un rato más de batalla. Se resistió a que Aren la llevase y se pegó a su costado.
-Me mantendré justo detrás de ti, si puedo guiarte como pájaro, puedo hacerlo como humana. No voy a dejarte solo.
Un beso en su mejilla, para darle buena suerte, puso punto y final a su sentencia. No abandonaría el campo de batalla hasta que no acabaran con sus enemigos y pudieran replegar fuerzas. Ella no podría luchar, porque no podía usar su pico y sus garras, pero sí podía ver y guiar a Aren, así que todavía no era inútil.
Altair Boussole- Cambiante Clase Media
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Re: The Misty Mountains cold (privado)
El rugido de la bestia se escuchó atronador. Acababa de entrar en un frenesí sangriento a causa del dolor y de la herida y a su paso la destrucción se hizo palpable. Le echaron encima una red y con dos movimientos se la arrancó, lanzó por los aires a quienes la sujetaban, el crujido de los huesos al dar contra la pared con tanta violencia fue macabro.
Sus garras estaban rojas, sus colmillos destilaban escupitajos de espuma y sangre, los ojos los tenía brillantes y con las pupilas dilatadas a causa de la adrenalina. Como una máquina infernal rajaba, mordía y colpeaba sin tregua hasta que pegó la espalda con Sirius y se giró hacia él con un rugido dispuesta a arrancarle la cabeza, pero el aura del hechicero la detuvo, por unos segundos sus ojos quedaron presos en los del brujo, que estaban azules y naranjas, respirando pesadamente, sacando vaho por los ollares. Reconocía esa aura, conectaba con la humana que yacía sepultaba bajo el lobo berserker. Emitió un quejido y se volvió a girar, empalando a otra bestia con ambas garras y embistiéndola para sacársela de encima. Incluso en pleno frenesí, su bestia era capaz de reconocer al hombre que amaba y de no hacerle daño, además de las enseñanzas de damon, habían conexiones que trascendían al instinto y a la naturaleza, ellos estaban unidos por algo tan fuerte que hasta en los momentos de oscuridad, salía a relucir.
Sus garras estaban rojas, sus colmillos destilaban escupitajos de espuma y sangre, los ojos los tenía brillantes y con las pupilas dilatadas a causa de la adrenalina. Como una máquina infernal rajaba, mordía y colpeaba sin tregua hasta que pegó la espalda con Sirius y se giró hacia él con un rugido dispuesta a arrancarle la cabeza, pero el aura del hechicero la detuvo, por unos segundos sus ojos quedaron presos en los del brujo, que estaban azules y naranjas, respirando pesadamente, sacando vaho por los ollares. Reconocía esa aura, conectaba con la humana que yacía sepultaba bajo el lobo berserker. Emitió un quejido y se volvió a girar, empalando a otra bestia con ambas garras y embistiéndola para sacársela de encima. Incluso en pleno frenesí, su bestia era capaz de reconocer al hombre que amaba y de no hacerle daño, además de las enseñanzas de damon, habían conexiones que trascendían al instinto y a la naturaleza, ellos estaban unidos por algo tan fuerte que hasta en los momentos de oscuridad, salía a relucir.
Elaine Landvik- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 12/05/2017
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Re: The Misty Mountains cold (privado)
Aquello empezaba a resultar una matanza, los licanos caían bajo los espirales negras, mas grandes, mas voraces, y con cierto aspecto de hiena creaban el caos como si nada mas existiera.
Randulf había hecho bien su trabajo, los experimentos torturados de mil foras distintas eran llevados al extremo de su propia existencia y lo que había creado no tenía razón, solo hambre de destrucción.
Mi mujer golpeó mi espalda, ví como se giraba voraz y bien huebra perdido la cabeza de no ser porque reconoció mi olor, o mi mirada, o quizás porque su instinto le decía que me amaba.
Se lanzó contra uno de esos deformes desgarrándole el cuello mientras sacudía el morro degollando su yugular.
Mis fuerzas menguaban, pesé al muro de tierra interpuesto, los enemigos seguían cruzando las fronteras y muchos de los nuestros habían caído amontonándose a nuestros pies como mera carnaza de cuervo.
Aren trataba de encontrar el equilibrio entre protegerla a ella y no abandonarnos a todos, y esa era una decisión demasiado difícil para un hombre que ya lo había perdido todo.
-Lo siento Elaine -susurré entre dientes
Bien sabía que me escucharía, ella era una licnatropo, sus sentidos estaban desarrollados en su grado máximo aunque quizás no comprendiera...
Giuliana me había insistido en que no usara la magia negra, la nigromancia era un camino peligroso siempre traía consigo consecuencias, mas ¿para que tanto poder si no podía proteger a los míos con el.
Cerré los ojos, mis labios empezaron a murmurar en un perfecto griego antiguo pero ta seguido que a penas era perceptible, no sabía nada de la magia negra y por contra parecía correr violenta por mi organismo mostrándome que decir en cada momento.
Abrí los ojos sin dejar de repetir una y otra vez las mismas frases aunque cada vez con una voz mas ronca, fantasmagórica, mis ojos se convirtieron en pozos negros y el pelo se elevó eléctrico mientras los muertos se arremolinaban como almas errantes atraídas por mi cuerpo.
Ladeé la sonrisa de forma tétrica y antes de que un lobo se lanzara sobre mi los espectros lo carcomieron hasta dejar de él solo los huesos, eran una cúpula perfecta que protegían a su dueño, mas no quedó ahí mi poder.
Elevé las manos, la tierra se pario en muchos pedazos, si el norte tenia algo era muerte, caos, la tierra estaba bañada de sangre y ahora un ejercito emergía de ella convertido en esqueletos voraces de venganza armados hasta los dientes.
Se abalanzaban como la marabunta contra los espirales negras, por cada lobo tres esqueletos los corroían llevándolos aullar de puro dolor.
Apreté los dientes, disfrutaba de ese dolor golpeé las palmas de las manos haciendo implósionar varias cabezas, rugí elevando mi cabeza hacía el cielo los truenos se arremolinaban sombre mi cabeza mas violentos de l oque nunca había sido, como si la oscuridad fuera mi mayor amigo, poder, me sentía invencible, capaz de aplastar a todos con tan solo un pestañeo, podía ser el rey del norte, el dios del trueno.
Randulf había hecho bien su trabajo, los experimentos torturados de mil foras distintas eran llevados al extremo de su propia existencia y lo que había creado no tenía razón, solo hambre de destrucción.
Mi mujer golpeó mi espalda, ví como se giraba voraz y bien huebra perdido la cabeza de no ser porque reconoció mi olor, o mi mirada, o quizás porque su instinto le decía que me amaba.
Se lanzó contra uno de esos deformes desgarrándole el cuello mientras sacudía el morro degollando su yugular.
Mis fuerzas menguaban, pesé al muro de tierra interpuesto, los enemigos seguían cruzando las fronteras y muchos de los nuestros habían caído amontonándose a nuestros pies como mera carnaza de cuervo.
Aren trataba de encontrar el equilibrio entre protegerla a ella y no abandonarnos a todos, y esa era una decisión demasiado difícil para un hombre que ya lo había perdido todo.
-Lo siento Elaine -susurré entre dientes
Bien sabía que me escucharía, ella era una licnatropo, sus sentidos estaban desarrollados en su grado máximo aunque quizás no comprendiera...
Giuliana me había insistido en que no usara la magia negra, la nigromancia era un camino peligroso siempre traía consigo consecuencias, mas ¿para que tanto poder si no podía proteger a los míos con el.
Cerré los ojos, mis labios empezaron a murmurar en un perfecto griego antiguo pero ta seguido que a penas era perceptible, no sabía nada de la magia negra y por contra parecía correr violenta por mi organismo mostrándome que decir en cada momento.
Abrí los ojos sin dejar de repetir una y otra vez las mismas frases aunque cada vez con una voz mas ronca, fantasmagórica, mis ojos se convirtieron en pozos negros y el pelo se elevó eléctrico mientras los muertos se arremolinaban como almas errantes atraídas por mi cuerpo.
Ladeé la sonrisa de forma tétrica y antes de que un lobo se lanzara sobre mi los espectros lo carcomieron hasta dejar de él solo los huesos, eran una cúpula perfecta que protegían a su dueño, mas no quedó ahí mi poder.
Elevé las manos, la tierra se pario en muchos pedazos, si el norte tenia algo era muerte, caos, la tierra estaba bañada de sangre y ahora un ejercito emergía de ella convertido en esqueletos voraces de venganza armados hasta los dientes.
Se abalanzaban como la marabunta contra los espirales negras, por cada lobo tres esqueletos los corroían llevándolos aullar de puro dolor.
Apreté los dientes, disfrutaba de ese dolor golpeé las palmas de las manos haciendo implósionar varias cabezas, rugí elevando mi cabeza hacía el cielo los truenos se arremolinaban sombre mi cabeza mas violentos de l oque nunca había sido, como si la oscuridad fuera mi mayor amigo, poder, me sentía invencible, capaz de aplastar a todos con tan solo un pestañeo, podía ser el rey del norte, el dios del trueno.
Sirius Cannif- Hechicero Clase Alta
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Re: The Misty Mountains cold (privado)
Altair no quería abandonar el campo de batalla, mi brazo rodeaba su cintura mientras notaba su mirada fija en mis perdidos ojos.
-No te muevas de mi espalda -pudo sonar a orden, mas no era eso, solo la necesitaba a salvo, no podría luchar sabiendo que ella corría peligro alguno.
Hice bailar la hoja de la espada con saña, cada una de sus palabras eran exactas, marcaba allá donde interponer el acero para protegernos, así como donde asestar el golpe perfecto para bajadas las defensas del atacante morder su carne.
La espada silbaba al viento, aullaba sin remordimiento mientras cercenaba miembros y la sangre enemiga bañaba nuestros cuerpos en un baile letal sin dueño.
Su voz sonaba a melodía, a cántico de guerra y no pude evitar ladear la sonrisa recordando el beso.
-¿Siempre piensas convencerme de la misma manera para que ceda a tus ocurrencias? -pregunté entre jadeos cuando los lobos nos dieron un respiro.
Pronto me di cuenta de porque no nos alcanzaban mas enemigos, Sirius, algo había hecho, el campo de batalla se había convertido en algo tétrico y oscuro, no era capaz de verlo pero si de percibir el dolor de las entrañas corroerse.
-¿Que esta pasando Alatair? -pregunté tensando el gesto -¿Sirius? ¿como está mi hermano?
El grito de la chica pajaro me hizo reaccionar con destreza, interpuse mi arma en el camino de uno de los orcos que montaban a un grupo de huargos que acompañaban guiando a los descontrolados espirales negras.
Elevé el pie golpeando el pecho de aquel ser para que reculara, tenía que mantenerlo lejos de ella.
Gruñí lanzando una ataque tras otro, pero el cabron era resistente, un golpe con el codo me partió el labio pero detuve su hacha con mi bastarda, saqué con la zurda una daga del cinto y busqué morder el lateral de la bestia.
-Altair -rugí al no sentirla a mi espalda.
-No te muevas de mi espalda -pudo sonar a orden, mas no era eso, solo la necesitaba a salvo, no podría luchar sabiendo que ella corría peligro alguno.
Hice bailar la hoja de la espada con saña, cada una de sus palabras eran exactas, marcaba allá donde interponer el acero para protegernos, así como donde asestar el golpe perfecto para bajadas las defensas del atacante morder su carne.
La espada silbaba al viento, aullaba sin remordimiento mientras cercenaba miembros y la sangre enemiga bañaba nuestros cuerpos en un baile letal sin dueño.
Su voz sonaba a melodía, a cántico de guerra y no pude evitar ladear la sonrisa recordando el beso.
-¿Siempre piensas convencerme de la misma manera para que ceda a tus ocurrencias? -pregunté entre jadeos cuando los lobos nos dieron un respiro.
Pronto me di cuenta de porque no nos alcanzaban mas enemigos, Sirius, algo había hecho, el campo de batalla se había convertido en algo tétrico y oscuro, no era capaz de verlo pero si de percibir el dolor de las entrañas corroerse.
-¿Que esta pasando Alatair? -pregunté tensando el gesto -¿Sirius? ¿como está mi hermano?
El grito de la chica pajaro me hizo reaccionar con destreza, interpuse mi arma en el camino de uno de los orcos que montaban a un grupo de huargos que acompañaban guiando a los descontrolados espirales negras.
Elevé el pie golpeando el pecho de aquel ser para que reculara, tenía que mantenerlo lejos de ella.
Gruñí lanzando una ataque tras otro, pero el cabron era resistente, un golpe con el codo me partió el labio pero detuve su hacha con mi bastarda, saqué con la zurda una daga del cinto y busqué morder el lateral de la bestia.
-Altair -rugí al no sentirla a mi espalda.
Aren Cannif- Humano Clase Media
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Re: The Misty Mountains cold (privado)
Eran demasiados y ella no podía hacer nada, porque sin sus garras y su pico se sentía inútil. Indicó a Aren cada movimiento necesario. Si era capaz de entender sus graznidos de ave, podía entender indicaciones simples con su voz humana.
-¡Detrás! ¡Arriba!
Una tras otra, las ordenes de Altaír describían la posición del enemigo y por dónde venían los ataques, de forma que Aren podía defenderse sin problemas.
Sin embargo, la suerte en la batalla no corría a su favor y al verse sobrepasados en número, a pesar de la ayuda inestimable de Sirius y sus conjuros, la muchacha se vio a merced de un enemigo.
Sintió la hoja mellada entrar a través de su carne, sesgando el muslo en un tajo que llegaría a rozar el palmo de un extremo al otro. Sangraba abundantemente y, tras su transformación, no tenía ni siquiera ropa que la cubriera, mucho menos una coraza para protegerse.
Cayó al suelo, con un grito de dolor que alertó a Aren, quien supo acertadamente acabar con su atacante y darle un margen para ponerse en pie sobre la pierna sana.
-No puedo seguir, lo siento –murmuró entrecortadamente por el dolor.
-¡Detrás! ¡Arriba!
Una tras otra, las ordenes de Altaír describían la posición del enemigo y por dónde venían los ataques, de forma que Aren podía defenderse sin problemas.
Sin embargo, la suerte en la batalla no corría a su favor y al verse sobrepasados en número, a pesar de la ayuda inestimable de Sirius y sus conjuros, la muchacha se vio a merced de un enemigo.
Sintió la hoja mellada entrar a través de su carne, sesgando el muslo en un tajo que llegaría a rozar el palmo de un extremo al otro. Sangraba abundantemente y, tras su transformación, no tenía ni siquiera ropa que la cubriera, mucho menos una coraza para protegerse.
Cayó al suelo, con un grito de dolor que alertó a Aren, quien supo acertadamente acabar con su atacante y darle un margen para ponerse en pie sobre la pierna sana.
-No puedo seguir, lo siento –murmuró entrecortadamente por el dolor.
Altair Boussole- Cambiante Clase Media
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Re: The Misty Mountains cold (privado)
Sirius estaba desconocido, lo había visto con los ojos naranjas, plateados y hasta azul hielo, pero negros no. Su silueta alta y espigada, como la de su padre, de pronto emanaba un aura turbia, oscura y electrizante, su piel se llenó de venas negras y a su alrededor el aire se colapsaba y crepitaba, los espíritus de los muertos aullaban y destrozaban a su paso. Elaine estaba herida, pero no iba a dejar a Sirius a merced de su descomunal poder, era como cuando ella sucumbía al lobo interior, algo que Samon le había enseñado a controlar. Se acercó al hechicero.
— Sirius!!— gruñó entre dientes, porque sus colmillos le permitían hablar pero no se la entendía bien.— Sirius mírame!!! Detente!! Relájate un poco... cuenta a hasta diez....*
Ladeé la cabeza ligeramente para mirarla, su costado emanaba ríos de carmesí, mis pozos negros se hundieron en aquella herida que sangraba de forma abundante y que de no ser tratada pronto la llevaría al suelo y quizás a la muerte.
Negué con la cabeza sacudiéndola, mi poder no disminuía, los entes se arremolinaban a mi alrededor de forma algo sádica, rugían voraces de muerte y a su paso corroían la carnaza de los lobos enemigos, de las espirales negras que parecían no encontrar descanso y que locos por lo inyectado mantenían la posición en una lucha salvaje.
Los orcos, los huargos habían huido, aquello pronto sería un cementerio. Elevé las manos apretando los dientes, el suelo temblaba bajo nuestros pies, los intentos de mi esposa fueron en vano y de ese modo la aparte de mi lado envolviéndola en una espiral de tierra que formó alrededor de su cuerpo un tornado que no permitió a los enemigos tocarla.*
De pronto la loba se vio encerrada y protegida dentro de una barrera de aire que giraba a gran velocidad cargando de arena y pedruscos, nada la podía tocar, así que avanzó hacia donde Aren sufría un poco para mantener a raya a los enemigos, con Altair herida tenía que guiarse por su voz pero ese segundo podía ser crucial si lo rodeaban varios, así que se acercó convertida en una trituradora involuntariamente. La carne comenzó a picarse y salpicar cuando el torbellino conseguía morder a los cuerpos de los secuaces de Randulf. Aren luchaba con valentía, pero estaba muy preocupada por Sirius, temía que terminase por caer fundido como la vez que hizo salir el sol para parar a Velkan y casi lo perdió, técnicamente estuvo muerto y a ella el mundo se le apagó de pronto.
— Aren!! Tenemos que detener a Sirius!! Si sigue así se agotara y puede ser fatal!!.— su voz apenas atravesaba la barrera en la que la había confinado el nigromante.*
Mi hermano luchaba con valor, pero acaparaba mas de lo que un herrero podía hacer en estos casos, la chica pájaro estaba herida y todos parecían mas preocupados en parar al único que podía salvarles su maldita vida que en guardar silencio y dejar que me concentrara en lo que debía.
Pronto el cielo se oscureció, rayos, truenos y relámpagos surcaron la cúpula gris sin estrellas, ladeé la sonrisa disfrutando del hedor de la muerte, del poder de la destrucción, sintiendo el caos recorrer mis venas en una sensación sumamente placentera.
Bajé las manos golpeando la tierra, los rayos descendieron a esta llenándola de un bello espectáculo de luz y color. Los cuerpos medio carcomidos se electrocutaron gritando de dolor, si esos lobos, esos espirales negras n ose iban es porque eran gilipollas o unos putos dementes, mas fueran lo que fueran caerían.
En ese instante noté un hombro golpear mi vientre, mi diestra atrapó su cuello, con mi zurda le hubiera reventado la cabeza de no escuchar la voz de mi esposa gritando que era mi hermano.
Ambos caimos rodando por el suelo, el muy estúpido trataba de detenerme.*
— Sirius!!— gruñó entre dientes, porque sus colmillos le permitían hablar pero no se la entendía bien.— Sirius mírame!!! Detente!! Relájate un poco... cuenta a hasta diez....*
Ladeé la cabeza ligeramente para mirarla, su costado emanaba ríos de carmesí, mis pozos negros se hundieron en aquella herida que sangraba de forma abundante y que de no ser tratada pronto la llevaría al suelo y quizás a la muerte.
Negué con la cabeza sacudiéndola, mi poder no disminuía, los entes se arremolinaban a mi alrededor de forma algo sádica, rugían voraces de muerte y a su paso corroían la carnaza de los lobos enemigos, de las espirales negras que parecían no encontrar descanso y que locos por lo inyectado mantenían la posición en una lucha salvaje.
Los orcos, los huargos habían huido, aquello pronto sería un cementerio. Elevé las manos apretando los dientes, el suelo temblaba bajo nuestros pies, los intentos de mi esposa fueron en vano y de ese modo la aparte de mi lado envolviéndola en una espiral de tierra que formó alrededor de su cuerpo un tornado que no permitió a los enemigos tocarla.*
De pronto la loba se vio encerrada y protegida dentro de una barrera de aire que giraba a gran velocidad cargando de arena y pedruscos, nada la podía tocar, así que avanzó hacia donde Aren sufría un poco para mantener a raya a los enemigos, con Altair herida tenía que guiarse por su voz pero ese segundo podía ser crucial si lo rodeaban varios, así que se acercó convertida en una trituradora involuntariamente. La carne comenzó a picarse y salpicar cuando el torbellino conseguía morder a los cuerpos de los secuaces de Randulf. Aren luchaba con valentía, pero estaba muy preocupada por Sirius, temía que terminase por caer fundido como la vez que hizo salir el sol para parar a Velkan y casi lo perdió, técnicamente estuvo muerto y a ella el mundo se le apagó de pronto.
— Aren!! Tenemos que detener a Sirius!! Si sigue así se agotara y puede ser fatal!!.— su voz apenas atravesaba la barrera en la que la había confinado el nigromante.*
Mi hermano luchaba con valor, pero acaparaba mas de lo que un herrero podía hacer en estos casos, la chica pájaro estaba herida y todos parecían mas preocupados en parar al único que podía salvarles su maldita vida que en guardar silencio y dejar que me concentrara en lo que debía.
Pronto el cielo se oscureció, rayos, truenos y relámpagos surcaron la cúpula gris sin estrellas, ladeé la sonrisa disfrutando del hedor de la muerte, del poder de la destrucción, sintiendo el caos recorrer mis venas en una sensación sumamente placentera.
Bajé las manos golpeando la tierra, los rayos descendieron a esta llenándola de un bello espectáculo de luz y color. Los cuerpos medio carcomidos se electrocutaron gritando de dolor, si esos lobos, esos espirales negras n ose iban es porque eran gilipollas o unos putos dementes, mas fueran lo que fueran caerían.
En ese instante noté un hombro golpear mi vientre, mi diestra atrapó su cuello, con mi zurda le hubiera reventado la cabeza de no escuchar la voz de mi esposa gritando que era mi hermano.
Ambos caimos rodando por el suelo, el muy estúpido trataba de detenerme.*
Elaine Landvik- Licántropo Clase Alta
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Re: The Misty Mountains cold (privado)
Los espirales negras caían bajos los rayos, la carne se quemaba y el cielo estaba oscurecido, el ambiente era tenso y todo estaba cargado de electricidad, odio, muerte. No habían ido a hacer amigos, estaba claro, pero esa masacre, esa mortandad sin filtro, atenazaba las tropas de Elaine. Era una oscuridad lo que se estaba llevando a Sirius esta vez, no la energía, ni la magia, no el exceso de poder, sino una oscuridad negra como la noche la que se llevaba al hechicero arrastrándolo a algún lugar del que quizás no pudiera retornar. No quería ver a su marido cambiado, no quería un psicópata al otro lado de la cama, quería a su Sirius, tal cual era, con su precioso interior intacto. Siempre había tenido un corazón enorme, una capacidad de compresión fuera de lo normal y si ahora se volvía un desalmado, entonces ya no sería el.
— Sirius por favor!!! Sirius es tu hermano!!!! Detente!, para!! Ya no quedan enemigos, detente!!!.— le gritó porque no podía salir de dentro de esa espiral de viento y rocas.*
La espalda de Aren golpeó contra las rocas, elevé mi zurda llevándola a su pecho, oscuridad eso se extendió por su piel obligándole a aullar como a un enemigos mas, mi mujer, sus gritos se adentraban en mi razón " es tu hermano" pero.. en ese instante quería detenerme ¡él me traicionaba y no yo!
-¡Sirius! rugió adolorido incapaz de soltarse del titán en el que me había convertido y como vino se fue, sentí mi cuerpo ceder, debilitado, tosí, de mis labios emergió sangre negra y aun así me sentía bien, mi pelo flotaba electrificado y solo fueron los orbes ambar de mi mujer plagados de preocupación los que me detuvieron en el acto.
Cuando volví en mi miré a mi alrededor jadeando, mi hermano estaba abajo, mi cuerpo cedió y este lo sujeto como pudo.
-¿Que he hecho?
No era una pregunta, mas bien una dolorosa afirmación recordaba todo, pero era como si ese no fuera yo.
-¡Elaine -susurré al ver que lograba salir de esa espiral que había desaparecido a la vez que mi poder y ahora corría a mi posición.
Hundí la cabeza avergonzado en su cuello, habíamos ganado y muchos me felicitaban, decían que sin el hijo del conde estarían muertos y seguramente era cierto, mas yo no sentía la victoria como ellos, mas bien acaba de perder mi propia gesta, mi padre se sentiría tremendamente decepcionado conmigo*
Abrazó a Sirius nerviosa, no sabía cómo reaccionaría al desaparecer esa nube negra que lo había poseido.
—ya está... no ha pasado nada grave, estás bien...— frotó su espalda con la mano, pero ella debía cambiar de forma pronto y le herida estaba bastante abierta.— lo hablaremos luego...¿puedes cauterizarla?.— le pidió a Sirius, que buscó su cuchillo, lo calentó con las manos hasta que se puso al rojo y lo aplicaron sobre la herida del costado, que pronto empezó a humear. La loba apretó los colmillos y gruñó or el dolor, pero aguantó porque sabía que no llegaría a tiempo si esperaban a suturar o le llegaba el cambio de forma a humana al ocultarse la luna.*
Hablar, quizás era lo que necesitaba ahora pero ninguna de sus palabras iba a cambiar en nada lo que podía apreciar con mi mirada.
Era un guerrero, no es que la sangre fuera para mi algo nuevo, la muerte era una realidad en el norte. Nací con el firme propósito de proteger aquello que amaba y lo haría espada en mano o utilizando la magia, mas esto era algo distinto, era saña, era disfrutar matando, era gozar de su dolor como si alcanzara un orgasmo, los cuerpos estaban carcomidos, desmembrados, eran pilas de miembros cercenados, la luna se teñía de rojo llorando a sus hijos que aun siendo espirales negras, su pecado solo era ser experimentos de un tirano.
-Lo siento -susurré en su oido.
Quizás ella interpretó que era por hacerle daño al suturar su herida, mas ni de lejos era eso, si no por la vergüenza y la rabia que de debía sentir al mirarme.
La mano de mi hermano se posó n mi hombro dándome un par de palmadas como si no hubiera pasado nada, seguramente su ceguera no le permitía ver el monstruo que era.
-Voy a llevar a Altair dentro, necesita que la vea un medico dijo antes de alzar a la joven entre sus brazos para ir a una improvisada enfermería que las mujeres de la manada habían dispuesto.*
— Sirius por favor!!! Sirius es tu hermano!!!! Detente!, para!! Ya no quedan enemigos, detente!!!.— le gritó porque no podía salir de dentro de esa espiral de viento y rocas.*
La espalda de Aren golpeó contra las rocas, elevé mi zurda llevándola a su pecho, oscuridad eso se extendió por su piel obligándole a aullar como a un enemigos mas, mi mujer, sus gritos se adentraban en mi razón " es tu hermano" pero.. en ese instante quería detenerme ¡él me traicionaba y no yo!
-¡Sirius! rugió adolorido incapaz de soltarse del titán en el que me había convertido y como vino se fue, sentí mi cuerpo ceder, debilitado, tosí, de mis labios emergió sangre negra y aun así me sentía bien, mi pelo flotaba electrificado y solo fueron los orbes ambar de mi mujer plagados de preocupación los que me detuvieron en el acto.
Cuando volví en mi miré a mi alrededor jadeando, mi hermano estaba abajo, mi cuerpo cedió y este lo sujeto como pudo.
-¿Que he hecho?
No era una pregunta, mas bien una dolorosa afirmación recordaba todo, pero era como si ese no fuera yo.
-¡Elaine -susurré al ver que lograba salir de esa espiral que había desaparecido a la vez que mi poder y ahora corría a mi posición.
Hundí la cabeza avergonzado en su cuello, habíamos ganado y muchos me felicitaban, decían que sin el hijo del conde estarían muertos y seguramente era cierto, mas yo no sentía la victoria como ellos, mas bien acaba de perder mi propia gesta, mi padre se sentiría tremendamente decepcionado conmigo*
Abrazó a Sirius nerviosa, no sabía cómo reaccionaría al desaparecer esa nube negra que lo había poseido.
—ya está... no ha pasado nada grave, estás bien...— frotó su espalda con la mano, pero ella debía cambiar de forma pronto y le herida estaba bastante abierta.— lo hablaremos luego...¿puedes cauterizarla?.— le pidió a Sirius, que buscó su cuchillo, lo calentó con las manos hasta que se puso al rojo y lo aplicaron sobre la herida del costado, que pronto empezó a humear. La loba apretó los colmillos y gruñó or el dolor, pero aguantó porque sabía que no llegaría a tiempo si esperaban a suturar o le llegaba el cambio de forma a humana al ocultarse la luna.*
Hablar, quizás era lo que necesitaba ahora pero ninguna de sus palabras iba a cambiar en nada lo que podía apreciar con mi mirada.
Era un guerrero, no es que la sangre fuera para mi algo nuevo, la muerte era una realidad en el norte. Nací con el firme propósito de proteger aquello que amaba y lo haría espada en mano o utilizando la magia, mas esto era algo distinto, era saña, era disfrutar matando, era gozar de su dolor como si alcanzara un orgasmo, los cuerpos estaban carcomidos, desmembrados, eran pilas de miembros cercenados, la luna se teñía de rojo llorando a sus hijos que aun siendo espirales negras, su pecado solo era ser experimentos de un tirano.
-Lo siento -susurré en su oido.
Quizás ella interpretó que era por hacerle daño al suturar su herida, mas ni de lejos era eso, si no por la vergüenza y la rabia que de debía sentir al mirarme.
La mano de mi hermano se posó n mi hombro dándome un par de palmadas como si no hubiera pasado nada, seguramente su ceguera no le permitía ver el monstruo que era.
-Voy a llevar a Altair dentro, necesita que la vea un medico dijo antes de alzar a la joven entre sus brazos para ir a una improvisada enfermería que las mujeres de la manada habían dispuesto.*
Sirius Cannif- Hechicero Clase Alta
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Re: The Misty Mountains cold (privado)
Altaír rodeó el cuello de Aren con ambos brazos cuando la levantó del suelo para llevarla a la improvisada enfermería. Apoyó la frente contra su sien, con un profundo suspiro.
-Estaba tan asustada –murmuró en un suave susurro, aprovechando la cercanía a su oído-. La sola idea de que te pase algo…
La frase quedó a medias cuando Aren la dejó sobre uno de los camastros para que la atendieran y fue alejado por una de las mujeres para que no estorbase su trabajo. Su condición de cambiante le daba una sanación acelerada, como la poseían los licántropos, pero no era infalible ni inminente, así que necesitaba descansar y recuperar fuerzas.
Aquella mujer le limpió la herida con abundante agua clara y vertió sobre ella algo de licor para que el alcohol ayudase a evitar una infección. La pajarita apretó los dientes de dolor. Se obligó a comer y a beber lo que le dieron, a pesar de que no tenía apetito. La tensión le había cerrado el estómago.
Cuando se sintió mejor y le fue permitido levantarse, se acercó hasta Elaine, quien se había convertido en una gran amiga para ella.
-¿Cómo estás? No me han dejado venir a verte antes. ¿Cómo está Sirius?
-Estaba tan asustada –murmuró en un suave susurro, aprovechando la cercanía a su oído-. La sola idea de que te pase algo…
La frase quedó a medias cuando Aren la dejó sobre uno de los camastros para que la atendieran y fue alejado por una de las mujeres para que no estorbase su trabajo. Su condición de cambiante le daba una sanación acelerada, como la poseían los licántropos, pero no era infalible ni inminente, así que necesitaba descansar y recuperar fuerzas.
Aquella mujer le limpió la herida con abundante agua clara y vertió sobre ella algo de licor para que el alcohol ayudase a evitar una infección. La pajarita apretó los dientes de dolor. Se obligó a comer y a beber lo que le dieron, a pesar de que no tenía apetito. La tensión le había cerrado el estómago.
Cuando se sintió mejor y le fue permitido levantarse, se acercó hasta Elaine, quien se había convertido en una gran amiga para ella.
-¿Cómo estás? No me han dejado venir a verte antes. ¿Cómo está Sirius?
Altair Boussole- Cambiante Clase Media
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Fecha de inscripción : 17/08/2017
Re: The Misty Mountains cold (privado)
Con la herida ya cerrada se colgó del brazo de Sirius y ambos entraron en un edificio chato que parecía una especie de fonda, donde la loba podría cambiar de forma a humana cuando la luna desapareciese con los próximos rayos del amanecer. Muchos allí la miraban como si fuera una bestia, que lo era, cubierta de pelo y con las fauces ensangrentadas, al igual que las garras, erguida sobre sus cuartos traseros, potentes y musculosos, nada femeninos en verdad. Cuando Elaine se transformaba era completamente otra cosa, si de humana era la personificación de la elegancia, con una bellaza serena y delicada, como licántropa era una bestia parda que asustaba sólo de verla.
Les cedieron una habitación a pesar de que la fonda estaba llena, pero eran los héroes que habían salvado el lugar. Conforme pasaron los minutos, la loba regresó a su cuerpo humano y pudo verse la herida del costado, era fea y dejaría cicatriz, pero no le importaba demasiado en ese instante. Se lavó la sangre con unos paños húmedos y se enrolló en una toalla para sentarse al lado de Sirius.
— ¿qué te ha pasado ahí fuera? nunca te había visto así.— No había reproche en su tono, sólo quería saber, y quería demostrarle a Sirius que podían hablar de cualquier dificultad con la que se topasen. Había visto a Velkan y a otros lobos absolutamente descontrolados, cometiendo atrocidades presa de su naturaleza salvaje. Pero eso no los definía, y la oscuridad tampoco definía a Sirius. Entrelazó sus dedos con los del hechicero.— Yo también tengo una naturaleza violenta y salvaje. ¿Te acuerdas cuando tuviste que esquivarme y salté por la ventana de esa cabaña?.— eso fue porque una chica celosa le metió una poción que la hizo cambiar sin luna llena y se le fue la cabeza.— Sé quien eres Sirius Cannif, eso que ha pasado ahí no eres tú, o no siempre. Hemos superado muchos obstáculos, y los que no quedan; si esto es uno, lo superaremos, como siempre.
Les cedieron una habitación a pesar de que la fonda estaba llena, pero eran los héroes que habían salvado el lugar. Conforme pasaron los minutos, la loba regresó a su cuerpo humano y pudo verse la herida del costado, era fea y dejaría cicatriz, pero no le importaba demasiado en ese instante. Se lavó la sangre con unos paños húmedos y se enrolló en una toalla para sentarse al lado de Sirius.
— ¿qué te ha pasado ahí fuera? nunca te había visto así.— No había reproche en su tono, sólo quería saber, y quería demostrarle a Sirius que podían hablar de cualquier dificultad con la que se topasen. Había visto a Velkan y a otros lobos absolutamente descontrolados, cometiendo atrocidades presa de su naturaleza salvaje. Pero eso no los definía, y la oscuridad tampoco definía a Sirius. Entrelazó sus dedos con los del hechicero.— Yo también tengo una naturaleza violenta y salvaje. ¿Te acuerdas cuando tuviste que esquivarme y salté por la ventana de esa cabaña?.— eso fue porque una chica celosa le metió una poción que la hizo cambiar sin luna llena y se le fue la cabeza.— Sé quien eres Sirius Cannif, eso que ha pasado ahí no eres tú, o no siempre. Hemos superado muchos obstáculos, y los que no quedan; si esto es uno, lo superaremos, como siempre.
Elaine Landvik- Licántropo Clase Alta
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Re: The Misty Mountains cold (privado)
Elaine tomó asiento a mi lado, mi mirada se perdía en la blanquecina pared de enfrente, sabía que no había reproche en su pregunta, Elaine era una gran mujer, nunca trataría de hacerme daño pero no podíamos pasar por alto lo evidente, me había dejado llevar por mi lado oscuro y lo había disfrutado.
Sus dedos se paseaban despacio por la palma de mi mano mientras yo guardaba silencio pensando si realmente merecía todo aquello que tenía ¿cuanto tardaría en defraudar a mi familia, a mi mujer o a mis hijos en caso de tener.
-¿Por que estas conmigo? Me refiero, se que me quieres, se que ves en mi a un buen hombre, peor ese de ahí fuera también soy yo, lucho por que no salga a la luz, lucho cada día por que la oscuridad no me destruya.
Elaine abrió los labios para responder, mas de nuevo la interrumpí.
-No somos un matrimonio normal, Elaine podrías estar con cualquiera pero te has casado con un hombre que solo puede tomarte bajo un paraguas metálico o tan cansado que solo deja que lo cabalgues, soy caos, lo demuestro cada día de mi existencia, solo que no quieres verlo.
Ahí afuera había estado ap unto de matar a mi hermano y no puedo decir que no supiera lo era, sol oque me parecía bien mi forma de actuar y errada la suya.
Padre se decepcionaría de mi y eso me destruía, él había sido el único que se había ocupado de un niño demasiado peligroso para que sus propios progenitores lo quisieran en su vida.
¿Quien era mi madre? ¿Tanta maldad encarnaba esa mujer para pasarme tan peligroso legado?
-No pienso con claridad ahora Elaine, quiero estar solo -dije con dolor en mi mirada.
Supongo que la vergüenza y la soledad era el siguiente paso para la autodestrución y yo me estaba colmando de ella hoy.
Sus dedos se paseaban despacio por la palma de mi mano mientras yo guardaba silencio pensando si realmente merecía todo aquello que tenía ¿cuanto tardaría en defraudar a mi familia, a mi mujer o a mis hijos en caso de tener.
-¿Por que estas conmigo? Me refiero, se que me quieres, se que ves en mi a un buen hombre, peor ese de ahí fuera también soy yo, lucho por que no salga a la luz, lucho cada día por que la oscuridad no me destruya.
Elaine abrió los labios para responder, mas de nuevo la interrumpí.
-No somos un matrimonio normal, Elaine podrías estar con cualquiera pero te has casado con un hombre que solo puede tomarte bajo un paraguas metálico o tan cansado que solo deja que lo cabalgues, soy caos, lo demuestro cada día de mi existencia, solo que no quieres verlo.
Ahí afuera había estado ap unto de matar a mi hermano y no puedo decir que no supiera lo era, sol oque me parecía bien mi forma de actuar y errada la suya.
Padre se decepcionaría de mi y eso me destruía, él había sido el único que se había ocupado de un niño demasiado peligroso para que sus propios progenitores lo quisieran en su vida.
¿Quien era mi madre? ¿Tanta maldad encarnaba esa mujer para pasarme tan peligroso legado?
-No pienso con claridad ahora Elaine, quiero estar solo -dije con dolor en mi mirada.
Supongo que la vergüenza y la soledad era el siguiente paso para la autodestrución y yo me estaba colmando de ella hoy.
Sirius Cannif- Hechicero Clase Alta
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Fecha de inscripción : 03/08/2017
Re: The Misty Mountains cold (privado)
Miró a Sirius sintiendo cómo se le apretaba el corazón en el pecho. ¿En serio se planteaba esas cosas? Lo abrazó sin medias tintas, impidiendo que se fuera para "estar solo" como quería.
— No podía haber encontrado mejor hombre que tú para emparejarme de por vida. Sirius ¿no lo ves? me da igual cuántas dificultades tengamos, las superaremos, las dejaremos atrás porque el amor profundo todo lo puede y es lo que siento por ti.
Recordó cuando lo sintió morir y algo se murió en ella, ese dolor intenso que casi la ahoga, y se parecía bastante a lo que Sirius sentía ahora, el dolor de haberle hecho daño a un ser querido. Pero contaba con mucha gente que lo quería: ella, su padre, sus hermanos, Danielle y Giuliana... se había ganado el cariño y el respeto de todos y eso no se borraba por una mala tarde.
— Sirius, mírame. — lo obligó a enfrentar sus ojos verdosos llenos de determinación.— No te dejaré solo... nunca. Lo que sea que esté pasando...lo superaremos juntos.
Alguien llamó a la puerta interrupiendo su conversación, era Altair que venía a comprobar como estaban todos. Elaine había sufrido un buen desperfecto en las costillas pero su condición de licántropa la hacía sanar bien. Sirius por contra había recibido una herida más profunda que costaría sanar porque afectaba al alma.
— Hola Altair, bien, pasa. Estoy mejor. ¿Cómo estás tú? ¿Y Aren?
— No podía haber encontrado mejor hombre que tú para emparejarme de por vida. Sirius ¿no lo ves? me da igual cuántas dificultades tengamos, las superaremos, las dejaremos atrás porque el amor profundo todo lo puede y es lo que siento por ti.
Recordó cuando lo sintió morir y algo se murió en ella, ese dolor intenso que casi la ahoga, y se parecía bastante a lo que Sirius sentía ahora, el dolor de haberle hecho daño a un ser querido. Pero contaba con mucha gente que lo quería: ella, su padre, sus hermanos, Danielle y Giuliana... se había ganado el cariño y el respeto de todos y eso no se borraba por una mala tarde.
— Sirius, mírame. — lo obligó a enfrentar sus ojos verdosos llenos de determinación.— No te dejaré solo... nunca. Lo que sea que esté pasando...lo superaremos juntos.
Alguien llamó a la puerta interrupiendo su conversación, era Altair que venía a comprobar como estaban todos. Elaine había sufrido un buen desperfecto en las costillas pero su condición de licántropa la hacía sanar bien. Sirius por contra había recibido una herida más profunda que costaría sanar porque afectaba al alma.
— Hola Altair, bien, pasa. Estoy mejor. ¿Cómo estás tú? ¿Y Aren?
Elaine Landvik- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 12/05/2017
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Re: The Misty Mountains cold (privado)
Sabia que Elaine estaría a mi lado, la conocía, pero también la oscuridad que durante mucho tiempo enfrente y mantuve atada en mi interior, esa que hoy había desatado en el campo de batalla y que bien pudo llevarse la vida de mi hermano.
Tres repiqueteos en la puerta silenciaron la conversación, pronto entro Altair que preocupada pro ambos venía a ver como estábamos.
-Gracias Altair, todo esta bien -aseguré poniéndome en pie y tomando las pieles me las eché por los hombros.
Me acerqué a Elaine depositando un beso casto en su pelo mientras mi diestra acariciaba su rostro.
-Voy a dar un paseo -susurré en su oído dejando así a las dos mujeres solas en la cámara.
Les vendría bien hablar, para Altair era el primer enfrentamiento de esta índole que habían tenido, había aguantado bien el tipo, tenía que reconocer que la chica pájaro tenia espíritu.
La casona donde nos habían ofrecido tres habitaciones era de un matrimonio cuyos hijos habían hecho ya vida, así que la pareja de ancianos, parecía sentirse feliz de tener allí a los hijos del conde, mi padre era leyenda.
ambos eran lobos, así que parecían gozar de un sexto sentido y al verme el hombre salir de allí con mi gesto me detuvo pidiéndome que le ayudara a partir leños para la lumbre.
La anciana me recolocó bien las pieles que yo había dejado caer como si nada deslizando sus dedos por el broche del emblema de Akershus.
-Muchacho no olvides que todos enfrentamos demonios y a veces vence pero no definen al hombre que eres.
Salí con el anciano y pronto ambos nos pusimos en la parte trasera a cortar leña, necesitaba sinceramente relajarme un poco y no me venia mal usar mi ira en algo productivo y no en desatar tormentas.
Tres repiqueteos en la puerta silenciaron la conversación, pronto entro Altair que preocupada pro ambos venía a ver como estábamos.
-Gracias Altair, todo esta bien -aseguré poniéndome en pie y tomando las pieles me las eché por los hombros.
Me acerqué a Elaine depositando un beso casto en su pelo mientras mi diestra acariciaba su rostro.
-Voy a dar un paseo -susurré en su oído dejando así a las dos mujeres solas en la cámara.
Les vendría bien hablar, para Altair era el primer enfrentamiento de esta índole que habían tenido, había aguantado bien el tipo, tenía que reconocer que la chica pájaro tenia espíritu.
La casona donde nos habían ofrecido tres habitaciones era de un matrimonio cuyos hijos habían hecho ya vida, así que la pareja de ancianos, parecía sentirse feliz de tener allí a los hijos del conde, mi padre era leyenda.
ambos eran lobos, así que parecían gozar de un sexto sentido y al verme el hombre salir de allí con mi gesto me detuvo pidiéndome que le ayudara a partir leños para la lumbre.
La anciana me recolocó bien las pieles que yo había dejado caer como si nada deslizando sus dedos por el broche del emblema de Akershus.
-Muchacho no olvides que todos enfrentamos demonios y a veces vence pero no definen al hombre que eres.
Salí con el anciano y pronto ambos nos pusimos en la parte trasera a cortar leña, necesitaba sinceramente relajarme un poco y no me venia mal usar mi ira en algo productivo y no en desatar tormentas.
Sirius Cannif- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 140
Fecha de inscripción : 03/08/2017
Re: The Misty Mountains cold (privado)
Estábamos cansados, mi hermano se había retirado a su habitación, Altair se despidió de mi hacía ya rato y suponía que Elaine estaría con Sirius tratando de calmarlo. Así que deslizando mis dedos por las paredes me despedí del amable matrimonio hasta llegar a lo que era mi cámara, la tercera a la derecha.
Abrí la puerta, deslicé mis pies cruzando su umbral y cerré a mis espaldas, no conocía la ubicación de los muebles, así que me costó un poco ir a tientas peor finalmente llegué hasta la cama.
Me quité las pieles de los hombros dejándolas caer a un lado aflojé los correajes de la armadura y como pude la saqué por mi cabeza apoyándola después en el suelo.
Con la camisola manchada me dejé caer en la cama y cerré los ojos, el cuerpo me pesaba, hace no demasiado solo era un herrero con una vida mas o menos sencilla, nada que ver con este mundo de acero sangre, sudor y lagrimas.
Mi mundo ahora era movido por la venganza de aquellos que me criaron, educaron y convirtieron en el hombre que hoy era. Admito que los Cannif tenían el don de hacerte sentir uno mas, supongo que porque no me trataban de forma especial al resto, pero nunca olvidaría mis raíces y esa pequeña herrería de una aldea perdida en el olvido.
Así, hundido en mis pensamientos sucumbí al sueño.
Abrí la puerta, deslicé mis pies cruzando su umbral y cerré a mis espaldas, no conocía la ubicación de los muebles, así que me costó un poco ir a tientas peor finalmente llegué hasta la cama.
Me quité las pieles de los hombros dejándolas caer a un lado aflojé los correajes de la armadura y como pude la saqué por mi cabeza apoyándola después en el suelo.
Con la camisola manchada me dejé caer en la cama y cerré los ojos, el cuerpo me pesaba, hace no demasiado solo era un herrero con una vida mas o menos sencilla, nada que ver con este mundo de acero sangre, sudor y lagrimas.
Mi mundo ahora era movido por la venganza de aquellos que me criaron, educaron y convirtieron en el hombre que hoy era. Admito que los Cannif tenían el don de hacerte sentir uno mas, supongo que porque no me trataban de forma especial al resto, pero nunca olvidaría mis raíces y esa pequeña herrería de una aldea perdida en el olvido.
Así, hundido en mis pensamientos sucumbí al sueño.
Aren Cannif- Humano Clase Media
- Mensajes : 114
Fecha de inscripción : 11/05/2017
Re: The Misty Mountains cold (privado)
Varios días habían pasado desde aquel desafortunado incidente en que se habían visto envueltos. Sus heridas habían sanado y ya le permitían moverse con libertad, así que fue a comprobar el estado de Aren.
-Ey, despierta, dormilón. No querrás pederte la fiesta, ¿verdad?
Que no es que hubiera fiesta alguna, pero era por sacar algún tipo de conversación. Le daba un poco de vergüenza porque sentía que le había fallado de algún modo, que no había sabido guiarle y que por culpa de su caída, él no había tenido quien le indicara con mayor precisión la posición de los enemigos.
Podía pensar que sin ella hubiera acabado peor, pero no, era más de culparse un poco y pensar en sus errores, quizás llevada por la preocupación.
-¿Cómo están tus heridas? -se interesó-. ¿Cuándo vas a poder entrenar de nuevo?
No veía la prisa de volver a empuñar una espada, pero sí entendía que ése era el deseo de Aren y que era necesidad imperiosa en aquella situación que atravesaban. Nunca se sabía cuándo podía volver a caer sobre ellos el enemigo.
Charlaron un rato, interesándose Altaír por cuáles serían los siguientes pasos en aquella aventura. Tras eso, le dejó descansar, despidiéndose con un suave apretón de manos, no creyéndose con derecho a besar su mejilla. Se retiró y fue a buscar a Elaine.
-Hola -saludó a su amiga con tono afectado-. ¿Cómo estás? ¿Cómo está Sirius?
-Ey, despierta, dormilón. No querrás pederte la fiesta, ¿verdad?
Que no es que hubiera fiesta alguna, pero era por sacar algún tipo de conversación. Le daba un poco de vergüenza porque sentía que le había fallado de algún modo, que no había sabido guiarle y que por culpa de su caída, él no había tenido quien le indicara con mayor precisión la posición de los enemigos.
Podía pensar que sin ella hubiera acabado peor, pero no, era más de culparse un poco y pensar en sus errores, quizás llevada por la preocupación.
-¿Cómo están tus heridas? -se interesó-. ¿Cuándo vas a poder entrenar de nuevo?
No veía la prisa de volver a empuñar una espada, pero sí entendía que ése era el deseo de Aren y que era necesidad imperiosa en aquella situación que atravesaban. Nunca se sabía cuándo podía volver a caer sobre ellos el enemigo.
Charlaron un rato, interesándose Altaír por cuáles serían los siguientes pasos en aquella aventura. Tras eso, le dejó descansar, despidiéndose con un suave apretón de manos, no creyéndose con derecho a besar su mejilla. Se retiró y fue a buscar a Elaine.
-Hola -saludó a su amiga con tono afectado-. ¿Cómo estás? ¿Cómo está Sirius?
Altair Boussole- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 66
Fecha de inscripción : 17/08/2017
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