AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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The Misty Mountains cold (privado)
Recuerdo del primer mensaje :
Hacia apenas un da había encontrado un pájaro herido, todavía estaba en fase de recuperarse, era una cambiante, así que se unió a mi y a la loba en mi camino hacia la fortaleza de Akershus.
Supongo era una simbiosis bastante practica, ella no quedaba herida en las montañas y para mi podía llegar a serme útil en algún momento del viaje.
Habíamos cruzado una escarpada montaña, con un rio de aguas vivas bajo esta, a vista de pájaro una gruta quedaba al otro lado de la escarpada montaña, así que la idea de investigarla no me pareció en absoluto descabellada.
Las dos parecían confirmes con el plan y aunque eso nos llevaría algo de tiempo, algo me decía que lo que descubriéramos al otro lado podía tener una importancia vital.
Pronto estuvimos todos en el interior de la estrecha gruta, por donde concurría con fluidez el agua de aquel rio natural, podía notar como los líquenes y otras plantas acuáticas se enredaban en mis pies, convirtiendo el suelo en una zona muy resbaladiza.
El musgo que crecía en las húmedas paredes, tampoco permitían afianzarse mucho a ellas. Por las rocas formando pequeños surcos resbalaban pequeñas cantidades de agua, que terminaban en el rio. Pero pese a todos las dificultades, parecía que podríamos atravesarlo; desde luego el agua tenía que venir de algún sitio, y tenía el extraño presentimiento de que quizás proviniera de la ciudad enana que buscábamos.
Caminamos durante un buen rato, agachados para no golpear con la cabeza en algunas zonas de aquella gruta rocosa, el agua nos llegaba por la cintura, congelando nuestros músculos y quebrantando nuestro ánimo.
Bry y Altair se acercaron a mí, mirando la pared con cierta curiosidad.
No veía nada, así que todo lo que percibía era a través del resto de mis sentidos.
Aquello parecía una red de alcantarillado creada por manos enanas, deslicé mis manos por las paredes, creía que era un mito la existencia de una raza de pequeños hombres.
-Seguramente si seguimos este camino encontraremos una zona más amplia donde concurrirán
Caminamos durante una hora, encontrando varias ramificaciones. A diferencia del rio natural, el caudal del agua que procedía de la ciudad, era más bajo, incluso en ocasiones permitía ver un suelo pavimentado con una especie de pequeñas losetas rectangulares. Desde luego estos enanos, trabajaban con tesón, sin descuidar el mínimo detalle.
Continuamos caminado a paso ligero, el suelo comenzó a empinarse hacia arriba y así a reducirse el nivel del agua, hasta que finalmente, todo resto de agua había desaparecido, cosa que parecía aliviarnos enormemente.
No tardaron las damas en ver una salida cuadrada, no de gran tamaño, que cruzamos de uno en uno, la rejilla que taponaba la entrada a la alcantarilla estaba en el suelo tirada, era evidente que no éramos los primeros en llegar hasta allí por ese camino, pero desde luego, ninguna de las pisadas que percibí acariciando el suelo a mi alrededor eran recientes, cosa que me alivio enormemente. Imaginaba que aquel mapa que encontré en mi aldea y que había guiado los pasos de Bry y míos, pertenecía a algún saqueador, que desde luego había salido y entrado por aquella misma alcantarilla y a juzgar por la cantidad de objetos esparcidos por el suelo, con las manos llenas.
Alce la mano de aquel pavimentado suelo de piedra, habíamos llegado sin lugar a dudas a lo que quedaba de lo que en su día fue una hermosa ciudad enana. No había dudas de que aquello debió de ser impresionante, hoy solo era un espejismo, que aun derruido y lleno de polvo guardaba una enorme hermosura capaz de dejar boquiabierto a cualquiera, era mas que evidente lo esplendoroso que debió de ser todo aquello.
-Descubramos que es guardado aquí con tanto recelo ¿Podia tener algo que ver eso tambien ocn la destruccion de mi aldea? Si asi era, pensaba descubrirlo.
Hacia apenas un da había encontrado un pájaro herido, todavía estaba en fase de recuperarse, era una cambiante, así que se unió a mi y a la loba en mi camino hacia la fortaleza de Akershus.
Supongo era una simbiosis bastante practica, ella no quedaba herida en las montañas y para mi podía llegar a serme útil en algún momento del viaje.
Habíamos cruzado una escarpada montaña, con un rio de aguas vivas bajo esta, a vista de pájaro una gruta quedaba al otro lado de la escarpada montaña, así que la idea de investigarla no me pareció en absoluto descabellada.
Las dos parecían confirmes con el plan y aunque eso nos llevaría algo de tiempo, algo me decía que lo que descubriéramos al otro lado podía tener una importancia vital.
Pronto estuvimos todos en el interior de la estrecha gruta, por donde concurría con fluidez el agua de aquel rio natural, podía notar como los líquenes y otras plantas acuáticas se enredaban en mis pies, convirtiendo el suelo en una zona muy resbaladiza.
El musgo que crecía en las húmedas paredes, tampoco permitían afianzarse mucho a ellas. Por las rocas formando pequeños surcos resbalaban pequeñas cantidades de agua, que terminaban en el rio. Pero pese a todos las dificultades, parecía que podríamos atravesarlo; desde luego el agua tenía que venir de algún sitio, y tenía el extraño presentimiento de que quizás proviniera de la ciudad enana que buscábamos.
Caminamos durante un buen rato, agachados para no golpear con la cabeza en algunas zonas de aquella gruta rocosa, el agua nos llegaba por la cintura, congelando nuestros músculos y quebrantando nuestro ánimo.
Bry y Altair se acercaron a mí, mirando la pared con cierta curiosidad.
No veía nada, así que todo lo que percibía era a través del resto de mis sentidos.
Aquello parecía una red de alcantarillado creada por manos enanas, deslicé mis manos por las paredes, creía que era un mito la existencia de una raza de pequeños hombres.
-Seguramente si seguimos este camino encontraremos una zona más amplia donde concurrirán
Caminamos durante una hora, encontrando varias ramificaciones. A diferencia del rio natural, el caudal del agua que procedía de la ciudad, era más bajo, incluso en ocasiones permitía ver un suelo pavimentado con una especie de pequeñas losetas rectangulares. Desde luego estos enanos, trabajaban con tesón, sin descuidar el mínimo detalle.
Continuamos caminado a paso ligero, el suelo comenzó a empinarse hacia arriba y así a reducirse el nivel del agua, hasta que finalmente, todo resto de agua había desaparecido, cosa que parecía aliviarnos enormemente.
No tardaron las damas en ver una salida cuadrada, no de gran tamaño, que cruzamos de uno en uno, la rejilla que taponaba la entrada a la alcantarilla estaba en el suelo tirada, era evidente que no éramos los primeros en llegar hasta allí por ese camino, pero desde luego, ninguna de las pisadas que percibí acariciando el suelo a mi alrededor eran recientes, cosa que me alivio enormemente. Imaginaba que aquel mapa que encontré en mi aldea y que había guiado los pasos de Bry y míos, pertenecía a algún saqueador, que desde luego había salido y entrado por aquella misma alcantarilla y a juzgar por la cantidad de objetos esparcidos por el suelo, con las manos llenas.
Alce la mano de aquel pavimentado suelo de piedra, habíamos llegado sin lugar a dudas a lo que quedaba de lo que en su día fue una hermosa ciudad enana. No había dudas de que aquello debió de ser impresionante, hoy solo era un espejismo, que aun derruido y lleno de polvo guardaba una enorme hermosura capaz de dejar boquiabierto a cualquiera, era mas que evidente lo esplendoroso que debió de ser todo aquello.
-Descubramos que es guardado aquí con tanto recelo ¿Podia tener algo que ver eso tambien ocn la destruccion de mi aldea? Si asi era, pensaba descubrirlo.
Aren Cannif- Humano Clase Media
- Mensajes : 114
Fecha de inscripción : 11/05/2017
Re: The Misty Mountains cold (privado)
Incrédulo vi como la joven pájaro salia de mi habitación molesta, negué con la cabeza, no lo entendía, nada tenia que ver con ser mujer, o ciego, o tullido, en mi culturas las mujeres guerreras eran escuderas y mas de una me daría una paliza, pero en su caso, no estaba hecha para la guerra, por eso era complicado dejarla volar tan lejos conociendo sobradamente lo hijo de puta que era Randulf y que no le faltaban hechiceros y cambiantes en sus filas, por no contar con los arqueros que desde las almenas bien podían hacerla caer con una lluvia de flechas.
Gruñí y fui tras ella, quizás haciendo gala de ese carácter Cannif que en ocasiones era tempestuoso, lo suficiente rudo como para interponer mi mano antes de que la puerta se cerrara.
-¿crees que soy como me has descrito? -pregunté furibundo -¿crees que solo quiero imponer mi voluntad sobre la tuya? Te he dado libertad para quedarte o irte, te he dicho lo que necesito porque tu me lo has preguntado y entre las cosas que necesito no esta perderte en este momento.
Si te digo que solo partiré a cumplir con mi venganza, me dirías que estoy loco y enumerarías las mil razones por lo que lo mas fácil es que acabe muerto. ¿Lo dirías porque soy ciego? No, lo dirías porque te importo y sabes que lo que pretendo es un suicidio.
Ve, quieres hacerlo, vuela e investiga, se útil a Akershus, pero no esperes mi beneplácito, porque pienso que es una locura que vayas sola, al menos ve con alguien que de suceder algo pueda darnos aviso o salir en tu ayuda.
No voy a imponerte mi voluntad, no soy nadie para hacerlo, pero al menos no dejaré que me juzgues, que pongas en mi boca palabras no pronunciadas y que interpretes lo que siento por ti como te venga en gana.
No necesitaba su respuesta estaba cabreado, quizás algo frustrado por lo del lago y la taberna, así que cerré de un portazo la puerta y me largué a mi habitación a dormir la mona y a esperar levantarme de mejor humor.
Gruñí y fui tras ella, quizás haciendo gala de ese carácter Cannif que en ocasiones era tempestuoso, lo suficiente rudo como para interponer mi mano antes de que la puerta se cerrara.
-¿crees que soy como me has descrito? -pregunté furibundo -¿crees que solo quiero imponer mi voluntad sobre la tuya? Te he dado libertad para quedarte o irte, te he dicho lo que necesito porque tu me lo has preguntado y entre las cosas que necesito no esta perderte en este momento.
Si te digo que solo partiré a cumplir con mi venganza, me dirías que estoy loco y enumerarías las mil razones por lo que lo mas fácil es que acabe muerto. ¿Lo dirías porque soy ciego? No, lo dirías porque te importo y sabes que lo que pretendo es un suicidio.
Ve, quieres hacerlo, vuela e investiga, se útil a Akershus, pero no esperes mi beneplácito, porque pienso que es una locura que vayas sola, al menos ve con alguien que de suceder algo pueda darnos aviso o salir en tu ayuda.
No voy a imponerte mi voluntad, no soy nadie para hacerlo, pero al menos no dejaré que me juzgues, que pongas en mi boca palabras no pronunciadas y que interpretes lo que siento por ti como te venga en gana.
No necesitaba su respuesta estaba cabreado, quizás algo frustrado por lo del lago y la taberna, así que cerré de un portazo la puerta y me largué a mi habitación a dormir la mona y a esperar levantarme de mejor humor.
Aren Cannif- Humano Clase Media
- Mensajes : 114
Fecha de inscripción : 11/05/2017
Re: The Misty Mountains cold (privado)
Dejó que ese portazo se interpusiera entre ellos. No le entendía. ¡Ella sólo pretendía ser útil! Pero estaba claro que él no veía sus cualidades y sus habilidades. Ese afán de protección sólo dejaba entrever la falta de confianza en ella, porque no le había visto prohibir a sus hermanos luchar.
¿En qué momento se había torcido la noche de aquel modo? Suspiró y se metió en la cama, aunque tardó un buen rato en dormirse y no consiguió descansar todo lo que le hubiera gustado.
A la mañana siguiente no dijo absolutamente nada del tema, ni se mostró distinta con ninguno de los Cannif con los que trataba. Pero tenía un deje triste que los demás no percibían, oculto tras su sonrisa, pero que no pasaría desapercibido para alguien más ducho en separar matices.
No volvió a mencionar a ninguno de ellos nada acerca de sobrevolar la fortaleza y se limitó a hacer las tareas propias de una mujer, a servir la mesa, a remendar algunas ropas, a cantar y a indicarle a Aren los peligros que le acechaban en un entrenamiento. Todo muy seguro.
No quería tomar en caliente ninguna decisión precipitara, como marcharse de allí cuando no era eso lo que deseaba, o ir a la fortaleza sola, porque no quería hacer daño a Aren... Pero sentía que quería gritar de pura rabia.
¿En qué momento se había torcido la noche de aquel modo? Suspiró y se metió en la cama, aunque tardó un buen rato en dormirse y no consiguió descansar todo lo que le hubiera gustado.
A la mañana siguiente no dijo absolutamente nada del tema, ni se mostró distinta con ninguno de los Cannif con los que trataba. Pero tenía un deje triste que los demás no percibían, oculto tras su sonrisa, pero que no pasaría desapercibido para alguien más ducho en separar matices.
No volvió a mencionar a ninguno de ellos nada acerca de sobrevolar la fortaleza y se limitó a hacer las tareas propias de una mujer, a servir la mesa, a remendar algunas ropas, a cantar y a indicarle a Aren los peligros que le acechaban en un entrenamiento. Todo muy seguro.
No quería tomar en caliente ninguna decisión precipitara, como marcharse de allí cuando no era eso lo que deseaba, o ir a la fortaleza sola, porque no quería hacer daño a Aren... Pero sentía que quería gritar de pura rabia.
Altair Boussole- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 66
Fecha de inscripción : 17/08/2017
Re: The Misty Mountains cold (privado)
A la mañana siguiente me desperté con resaca, desayuné un buen zumo con panecillos en mi cámara y pertrechado con la armadura bajé al patio de armas donde el resto de Cannif ya habían empezado su entrenamientos diarios.
No tuve que ser muy inteligente para saber que Alatair estaba mas distante de lo normal conmigo, era cierto, parte de razón tenia y aunque no cambiaba un ápice mis pensamientos, quizás si el modo de habérselos dicho en esos momentos en el que el alcohol corría por mis venas y también el fuego de las fraguas norteñas. Fui mas rudo de lo necesario y no lo merecía.
Entrenamos en silencio, solo marcándome con sus graznidos donde golpear, por donde quebrar, haciéndome la lucha en definitiva mas fácil.
Cada vez era mas rápido, mejoraba y pronto podría ir junto a mis hermanos a la batalla.
Una vez terminamos, Alatair se iba a ir pero la afiancé de la muñeca para que me mirara.
-Lo siento -supongo era el mejor modo de empezar esa conversación -no siento lo que te dije, en eso no he cambiado de opinión ¿quieres ser una escudera? De acuerdo, no voy a decirte que no lo hagas, peor prepárate antes de alzar la espada. Solo te pido eso, que antes de irte hasta el castillo de Randulf, te prepares para los peligros que puedas encontrarte.
Posé mi mano en su rostro intentando identificar las caras que ponía, era mi única manera de ver.
-Solo estoy preocupado por ti, no te estoy cortando las alas, pero no quiero que una tempestad te devore por una imprudencia.
Yo también iré a la guerra, no podrás evitarlo, como yo no puedo evitar que sobrevueles el castillo de Randulf, peor antes de hacerlo...solo toma las medidas necesarias ¿de acuerdo?
No quería hablar mas del tema, estaba preocupado por ella, pero ese sentimiento era normal en el norte, madres despedían a sus hijos sabiendo que no necesariamente volverían a verlos, el Valhala nos esperaba y allí la gran cena.
-No te enfades conmigo -le pedí besando su mejilla.
No sabia como actuar con ella, porque lejos de discutir conmigo me castigaba con su indiferencia y a eso no estaba acostumbrado en absoluto.
No tuve que ser muy inteligente para saber que Alatair estaba mas distante de lo normal conmigo, era cierto, parte de razón tenia y aunque no cambiaba un ápice mis pensamientos, quizás si el modo de habérselos dicho en esos momentos en el que el alcohol corría por mis venas y también el fuego de las fraguas norteñas. Fui mas rudo de lo necesario y no lo merecía.
Entrenamos en silencio, solo marcándome con sus graznidos donde golpear, por donde quebrar, haciéndome la lucha en definitiva mas fácil.
Cada vez era mas rápido, mejoraba y pronto podría ir junto a mis hermanos a la batalla.
Una vez terminamos, Alatair se iba a ir pero la afiancé de la muñeca para que me mirara.
-Lo siento -supongo era el mejor modo de empezar esa conversación -no siento lo que te dije, en eso no he cambiado de opinión ¿quieres ser una escudera? De acuerdo, no voy a decirte que no lo hagas, peor prepárate antes de alzar la espada. Solo te pido eso, que antes de irte hasta el castillo de Randulf, te prepares para los peligros que puedas encontrarte.
Posé mi mano en su rostro intentando identificar las caras que ponía, era mi única manera de ver.
-Solo estoy preocupado por ti, no te estoy cortando las alas, pero no quiero que una tempestad te devore por una imprudencia.
Yo también iré a la guerra, no podrás evitarlo, como yo no puedo evitar que sobrevueles el castillo de Randulf, peor antes de hacerlo...solo toma las medidas necesarias ¿de acuerdo?
No quería hablar mas del tema, estaba preocupado por ella, pero ese sentimiento era normal en el norte, madres despedían a sus hijos sabiendo que no necesariamente volverían a verlos, el Valhala nos esperaba y allí la gran cena.
-No te enfades conmigo -le pedí besando su mejilla.
No sabia como actuar con ella, porque lejos de discutir conmigo me castigaba con su indiferencia y a eso no estaba acostumbrado en absoluto.
Aren Cannif- Humano Clase Media
- Mensajes : 114
Fecha de inscripción : 11/05/2017
Re: The Misty Mountains cold (privado)
Sonrió con amargura, pero se mantuvo relativamente firme.
-Ya dejaste clara tu postura, Aren, no necesitas darme explicaciones, sé cuál es mi lugar aquí.
Porque de repente se sentía una intrusa, como si estuviera de prestado. Sí, era útil para Aren, para entrenar. Y no dudaba de que le tuviera aprecio, pero no podía evitar sentirse fuera de lugar después de lo que le había dicho la noche anterior. Porque se lo había dicho con más alcohol del debido y de todos era sabido que los borrachos siempre dicen la verdad
Dejó que la besara en la mejilla y no insistió en el tema. No saldría a sobrevolar el castillo de Randulf, pero tampoco pensaba salir a despedirle para verle partir a la batalla. Se encerraría en su habitación o se pondría a hacer labores más propias de mujeres y no sufriría en vano.
Tampoco le plantaría cara ni pelearía para salirse con la suya, porque no era una de esas mujeres del norte y su caracter no era belicoso. Si había propuesto el hacer de espía era por ayudarles a ellos, porque lo único que ella tenía contra el tirano era el haber sido su prisionera unas horas.
Altaír no se desvió en absoluto de la rutina que compartían, sonreía a todos como si nada hubiera pasado, como si la conversación que habian tenido no hubiera tenido lugar, hasta tarareaba canciones mientras se ocupaba de adecentar la ropa o preparar la comida. La pajarita seguía despidiendo esa alegria tan propia de ella, tan unida a la música. Salvo cuando miraba a Aren, aunque él no podía verlo. Entonces sus ojos se apagaban un poco, pero hacia todo lo posible por disimularlo.
Sólo esperaba que sus hermanos no fueran a pedirle ayuda, porque no le apetecía tener que inventarse una excusa para no hacer lo que ella misma se había ofrecido a hacer.
-Ya dejaste clara tu postura, Aren, no necesitas darme explicaciones, sé cuál es mi lugar aquí.
Porque de repente se sentía una intrusa, como si estuviera de prestado. Sí, era útil para Aren, para entrenar. Y no dudaba de que le tuviera aprecio, pero no podía evitar sentirse fuera de lugar después de lo que le había dicho la noche anterior. Porque se lo había dicho con más alcohol del debido y de todos era sabido que los borrachos siempre dicen la verdad
Dejó que la besara en la mejilla y no insistió en el tema. No saldría a sobrevolar el castillo de Randulf, pero tampoco pensaba salir a despedirle para verle partir a la batalla. Se encerraría en su habitación o se pondría a hacer labores más propias de mujeres y no sufriría en vano.
Tampoco le plantaría cara ni pelearía para salirse con la suya, porque no era una de esas mujeres del norte y su caracter no era belicoso. Si había propuesto el hacer de espía era por ayudarles a ellos, porque lo único que ella tenía contra el tirano era el haber sido su prisionera unas horas.
Altaír no se desvió en absoluto de la rutina que compartían, sonreía a todos como si nada hubiera pasado, como si la conversación que habian tenido no hubiera tenido lugar, hasta tarareaba canciones mientras se ocupaba de adecentar la ropa o preparar la comida. La pajarita seguía despidiendo esa alegria tan propia de ella, tan unida a la música. Salvo cuando miraba a Aren, aunque él no podía verlo. Entonces sus ojos se apagaban un poco, pero hacia todo lo posible por disimularlo.
Sólo esperaba que sus hermanos no fueran a pedirle ayuda, porque no le apetecía tener que inventarse una excusa para no hacer lo que ella misma se había ofrecido a hacer.
Altair Boussole- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 66
Fecha de inscripción : 17/08/2017
Re: The Misty Mountains cold (privado)
Rugí furibundo, no entraba en razón, era desesperante y así se lo hice saber cuando pasé por mi pelo la mano intentando encontrar una calma que ni de lejos llegaba.
Vale, no era nadie para pedirle nada, pero me había tratado de explicar, algo que pocas veces hacia con ese carácter furibundo que ostentaba.
-Joder, haz lo que quieras
Fue Sirius el que viéndome mucho mas exaltado de lo normal interrumpió nuestra discusión.
-Padre quiere verte en el despacho Aren.
-Bien -gruñí dándome la vuelta y emprendiendo camino hacia la fortaleza dejándome llevar por el bastón que aferraba en mi diestra.
Tal y como me alejaba iba maldiciendo a esa mujer que lejos de hablar conmigo las coas me castigaba con una indiferencia que ni de lejos merecía.
Sirius:
-Se os da bien discutir, si pusierais la mitad de esfuerzo en conoceros y en explicaros que esperáis exactamente del otro...
Me encogí de hombros, hacer de consejero matrimonial no era mi fuerte, necesitaba algo de ella, por eso estaba aquí.
-Sabes que mi mujer esta llegando a acuerdos con las manadas, se que has propuesto a Aren sobrevolar el castillo de Randulf para darnos información que si bien de seguro seria muy necesaria y útil, creo como Aren que podría pasarte factura. Por contra si necesito de tu poder como cambiante pájaro y dado que Atharal está ahora mismo ocupado en otros asuntos, me gustaría fueras con mi mujer en el viaje que va a emprender. Al parecer una de las manadas está teniendo problemas. Elaine quiere acudir en persona, el tratado entre manadas todavía es endeble y si no se ocupa de solucionar, si no les damos apoyo desde Akershus acabaran traicionando lo firmado.
Quiero la acompañes, que sobrevueles por allí por donde pase y que ayudes a mis guerreros a protegerla, espero entiendas lo importante que para mi es ella y corren tiempos difíciles.
Aren y yo os daremos alcancé en dos lunas, antes hemos de hacer algo.
Vale, no era nadie para pedirle nada, pero me había tratado de explicar, algo que pocas veces hacia con ese carácter furibundo que ostentaba.
-Joder, haz lo que quieras
Fue Sirius el que viéndome mucho mas exaltado de lo normal interrumpió nuestra discusión.
-Padre quiere verte en el despacho Aren.
-Bien -gruñí dándome la vuelta y emprendiendo camino hacia la fortaleza dejándome llevar por el bastón que aferraba en mi diestra.
Tal y como me alejaba iba maldiciendo a esa mujer que lejos de hablar conmigo las coas me castigaba con una indiferencia que ni de lejos merecía.
Sirius:
-Se os da bien discutir, si pusierais la mitad de esfuerzo en conoceros y en explicaros que esperáis exactamente del otro...
Me encogí de hombros, hacer de consejero matrimonial no era mi fuerte, necesitaba algo de ella, por eso estaba aquí.
-Sabes que mi mujer esta llegando a acuerdos con las manadas, se que has propuesto a Aren sobrevolar el castillo de Randulf para darnos información que si bien de seguro seria muy necesaria y útil, creo como Aren que podría pasarte factura. Por contra si necesito de tu poder como cambiante pájaro y dado que Atharal está ahora mismo ocupado en otros asuntos, me gustaría fueras con mi mujer en el viaje que va a emprender. Al parecer una de las manadas está teniendo problemas. Elaine quiere acudir en persona, el tratado entre manadas todavía es endeble y si no se ocupa de solucionar, si no les damos apoyo desde Akershus acabaran traicionando lo firmado.
Quiero la acompañes, que sobrevueles por allí por donde pase y que ayudes a mis guerreros a protegerla, espero entiendas lo importante que para mi es ella y corren tiempos difíciles.
Aren y yo os daremos alcancé en dos lunas, antes hemos de hacer algo.
Aren Cannif- Humano Clase Media
- Mensajes : 114
Fecha de inscripción : 11/05/2017
Re: The Misty Mountains cold (privado)
Altaír miró a Sirius a los ojos.
-Me ha prohibido sobrevolar el castillo de Randulf y aprovechar mis habilidades para facilitaros información. Eso es lo que él espera de mí y eso es lo que ha obtenido, ¿no? No tiene derecho a enfadarse por ello.
Y en parte tenía razón, porque había acatado al pie de la letra los deseos de Aren y se había limitado a ser sus ojos en los entrenamientos. Había cumplido ese cometido impecablemente y se había esforzado porque cada sonido o cada gesto fuera fielmente entendidos. Estaba haciendo justo lo que él le había dicho que hiciera, aunque lo hubiera hecho en ese arrebato de furia que tuvo días atrás. ¿Qué más quería? Le obedecía, ¿no era suficiente?
Escuchó la propuesta de Sirius y asintió.
-Sea. Me reuniré con tu mujer y aguardaremos vuestra llegada en el camino. Hablaré con ella para ver cuándo salimos y qué necesito preparar -informó, con una sonrisa algo más relajada ahora que Aren no estaba-. Entiendo que no soy el tipo de mujer a la que estáis acostumbrados en el norte, pero no voy a cambiar sólo porque Aren no sepa gestionarlo. Estoy haciendo lo que él quiere, o lo que me ha dicho que quiere... A lo mejor el problema es que ni él mismo sabe qué desea realmente. No dudo que su preocupación sea genuina, pero igual lo es la mía y ya me ha dejado claro que partirá a la guerra. Pues bien, no seré yo la que salga a despedirle para no verle volver.
-Me ha prohibido sobrevolar el castillo de Randulf y aprovechar mis habilidades para facilitaros información. Eso es lo que él espera de mí y eso es lo que ha obtenido, ¿no? No tiene derecho a enfadarse por ello.
Y en parte tenía razón, porque había acatado al pie de la letra los deseos de Aren y se había limitado a ser sus ojos en los entrenamientos. Había cumplido ese cometido impecablemente y se había esforzado porque cada sonido o cada gesto fuera fielmente entendidos. Estaba haciendo justo lo que él le había dicho que hiciera, aunque lo hubiera hecho en ese arrebato de furia que tuvo días atrás. ¿Qué más quería? Le obedecía, ¿no era suficiente?
Escuchó la propuesta de Sirius y asintió.
-Sea. Me reuniré con tu mujer y aguardaremos vuestra llegada en el camino. Hablaré con ella para ver cuándo salimos y qué necesito preparar -informó, con una sonrisa algo más relajada ahora que Aren no estaba-. Entiendo que no soy el tipo de mujer a la que estáis acostumbrados en el norte, pero no voy a cambiar sólo porque Aren no sepa gestionarlo. Estoy haciendo lo que él quiere, o lo que me ha dicho que quiere... A lo mejor el problema es que ni él mismo sabe qué desea realmente. No dudo que su preocupación sea genuina, pero igual lo es la mía y ya me ha dejado claro que partirá a la guerra. Pues bien, no seré yo la que salga a despedirle para no verle volver.
Altair Boussole- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 66
Fecha de inscripción : 17/08/2017
Re: The Misty Mountains cold (privado)
Sirius:
La joven cambiante pájaro aceptó mi propuesta, la verdad es que mi hermano tenia que lidiar con una mujer muy distinta a lo que acostumbrábamos a tratar los nórdicos.
Nosotros mucho mas impulsivos y pasionales tendíamos a discutir con vehemencia las cosas que pensábamos y si era necesario acabábamos a golpes. No seria la primera escudera que le metía con el escudo a su marido en la cabeza por una desavenencia, peor en el caso de Altair funcionaba a base de silencios e indiferencia. Cumplía la voluntad de mi hermano embargada de tristeza y eso hacia que Aren se desesperaba.
-No voy a quitarte razón, entiendo lo que dices, también entiendo a Aren, creo que lo sensato seria que dejarais a un lado ese orgullo que os guardáis los dos y que hablarais con calma las cosas.
Los Cannif no somos fáciles de llevar...mi mujer como sabes no es nórdica, nació en París y se crió en Rumanía, así que supongo que .. ¿que te voy a contar yo?
Me eche a reír cuando dijo que no iría a despedir a Aren para ver como no volvía.
-Pues, eso implica que te importa ¿no? En ese caso creo deberíais arreglar esto antes de que se largue sin que lo despidas..si lo dioses lo reclaman, te arrepentirás de no haberte despedido de un amigo ¿no crees?
Aren:
Dejé pasar todo el día..hice por no encontrarme con Altair, me daba la sensación de que mi presencia le molestaba, así que preferí simplemente darle espacio.
Por la noche volvía de la taberna con Niels cuando la escuché cantar asomada al balcón, su melodiosa voz retumbaba en la noche, su canto se me antojo triste y animado por el licor decidí ir a “verla” a su habitación, no quería estar constantemente de mal rollo con ella.
Golpeé con mis nudillos la puerta y esperé a que su voz al otro lado sonara preguntándome quien iba.
-Soy Aren -dije sin mas.
La joven cambiante pájaro aceptó mi propuesta, la verdad es que mi hermano tenia que lidiar con una mujer muy distinta a lo que acostumbrábamos a tratar los nórdicos.
Nosotros mucho mas impulsivos y pasionales tendíamos a discutir con vehemencia las cosas que pensábamos y si era necesario acabábamos a golpes. No seria la primera escudera que le metía con el escudo a su marido en la cabeza por una desavenencia, peor en el caso de Altair funcionaba a base de silencios e indiferencia. Cumplía la voluntad de mi hermano embargada de tristeza y eso hacia que Aren se desesperaba.
-No voy a quitarte razón, entiendo lo que dices, también entiendo a Aren, creo que lo sensato seria que dejarais a un lado ese orgullo que os guardáis los dos y que hablarais con calma las cosas.
Los Cannif no somos fáciles de llevar...mi mujer como sabes no es nórdica, nació en París y se crió en Rumanía, así que supongo que .. ¿que te voy a contar yo?
Me eche a reír cuando dijo que no iría a despedir a Aren para ver como no volvía.
-Pues, eso implica que te importa ¿no? En ese caso creo deberíais arreglar esto antes de que se largue sin que lo despidas..si lo dioses lo reclaman, te arrepentirás de no haberte despedido de un amigo ¿no crees?
Aren:
Dejé pasar todo el día..hice por no encontrarme con Altair, me daba la sensación de que mi presencia le molestaba, así que preferí simplemente darle espacio.
Por la noche volvía de la taberna con Niels cuando la escuché cantar asomada al balcón, su melodiosa voz retumbaba en la noche, su canto se me antojo triste y animado por el licor decidí ir a “verla” a su habitación, no quería estar constantemente de mal rollo con ella.
Golpeé con mis nudillos la puerta y esperé a que su voz al otro lado sonara preguntándome quien iba.
-Soy Aren -dije sin mas.
Aren Cannif- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 11/05/2017
Re: The Misty Mountains cold (privado)
-Es posible, pero es mi derecho y mi decisión -respondió a Sirius antes de despedirse y seguir con sus quehaceres en el castillo Cannif.
Al menos en eso tenía claro que no iba a ceder. Si no era lo suficientemente importante como para que se valorara su utilidad fuera de aquellos muros, tampoco ocuparía un lugar en la despedida de los guerreros. Aren le había indicado muy bien cuál era su lugar en aquella casa y ella lo cumplía a rajatabla.
Esa noche, en la soledad de su habitación, mientras observaba el cielo nocturno por la ventana, se echó a cantar. No era la primera vez que cantaba aquella canción, cargada de melancolía, que hablaba de un amor no correspondido, de fantasías diluidas por la lluvia, de sueños rotos...
Los golpes en la puerta interrumpieron y la hicieron callar. Aren. No sabía si quería o no verle, porque todavía le dolía la forma en la que la había tratado. Aun así, no lo dejó entrever. Se acercó a abrir la puerta y se recolocó el chal de punto sobre los hombros, cerrándole el paso a su alcoba.
-¿Necesitas algo?
Al menos en eso tenía claro que no iba a ceder. Si no era lo suficientemente importante como para que se valorara su utilidad fuera de aquellos muros, tampoco ocuparía un lugar en la despedida de los guerreros. Aren le había indicado muy bien cuál era su lugar en aquella casa y ella lo cumplía a rajatabla.
Esa noche, en la soledad de su habitación, mientras observaba el cielo nocturno por la ventana, se echó a cantar. No era la primera vez que cantaba aquella canción, cargada de melancolía, que hablaba de un amor no correspondido, de fantasías diluidas por la lluvia, de sueños rotos...
Los golpes en la puerta interrumpieron y la hicieron callar. Aren. No sabía si quería o no verle, porque todavía le dolía la forma en la que la había tratado. Aun así, no lo dejó entrever. Se acercó a abrir la puerta y se recolocó el chal de punto sobre los hombros, cerrándole el paso a su alcoba.
-¿Necesitas algo?
Altair Boussole- Cambiante Clase Media
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Fecha de inscripción : 17/08/2017
Re: The Misty Mountains cold (privado)
Iba a entrar, pero choqué de bruces con el cuerpo de la cambiante que al parecer estaba decidida a cortarme el paso hasta el interior de su cámara.
Dejé escapar el aire furibundo, con ella era muy complicado acertar, me preguntaba si quería algo ¿no era obvio que si? Necesitaba dejar esta discusión estúpida, escucharla cual fantasma pasear por Akershus con la tristeza de una prisionera, necesitaba que habláramos, pero al parecer nunca encontraba el momento adecuado y tampoco las palabras.
El alcohol me había insuflado valor pero ahora, ante su actitud beligerante, alejada de una tregua, se diluían mis intenciones.
-¿Nunca aflojas? -pregunté negando con la cabeza -tampoco creo que lo que te dije fuera para tanto y aun así, he tratado de hablarlo contigo, darte mis razones, pero sigues igual... ¿que mas tengo que hacer? Yo no soy él, ese por el que cantas tus penurias a la luna.
Soy un maldito bárbaro, siento sin mis modales no te gustan, no que llame a tu puerta borracho aun intentando solucionarlo.
Te aseguro que no habrá un tercer intento, no voy a molestarte mas, si ni siquiera me dejas entrar a tu habitación y me haces vocifear en el pasillo como si fuera un bandolero
Me di la vuelta para dirigirme a mi cuarto, parecíamos estar condenados a no entendernos, pero yo no sabia que quería ella y creo que tampoco ella lo que necesitaba yo.
Me detuve un instante, por encima del hombro giré el rostro en su dirección antes de que la puerta se cerrara.
-Ten cuidado mañana -dije sin mas.
Sabia que se iría con la mujer de mi hermano hacia una aldea, no me parecía mala idea, supongo que necesitábamos distanciarnos para ver las cosas si es que se podía de otra manera.
Dejé escapar el aire furibundo, con ella era muy complicado acertar, me preguntaba si quería algo ¿no era obvio que si? Necesitaba dejar esta discusión estúpida, escucharla cual fantasma pasear por Akershus con la tristeza de una prisionera, necesitaba que habláramos, pero al parecer nunca encontraba el momento adecuado y tampoco las palabras.
El alcohol me había insuflado valor pero ahora, ante su actitud beligerante, alejada de una tregua, se diluían mis intenciones.
-¿Nunca aflojas? -pregunté negando con la cabeza -tampoco creo que lo que te dije fuera para tanto y aun así, he tratado de hablarlo contigo, darte mis razones, pero sigues igual... ¿que mas tengo que hacer? Yo no soy él, ese por el que cantas tus penurias a la luna.
Soy un maldito bárbaro, siento sin mis modales no te gustan, no que llame a tu puerta borracho aun intentando solucionarlo.
Te aseguro que no habrá un tercer intento, no voy a molestarte mas, si ni siquiera me dejas entrar a tu habitación y me haces vocifear en el pasillo como si fuera un bandolero
Me di la vuelta para dirigirme a mi cuarto, parecíamos estar condenados a no entendernos, pero yo no sabia que quería ella y creo que tampoco ella lo que necesitaba yo.
Me detuve un instante, por encima del hombro giré el rostro en su dirección antes de que la puerta se cerrara.
-Ten cuidado mañana -dije sin mas.
Sabia que se iría con la mujer de mi hermano hacia una aldea, no me parecía mala idea, supongo que necesitábamos distanciarnos para ver las cosas si es que se podía de otra manera.
Aren Cannif- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 11/05/2017
Re: The Misty Mountains cold (privado)
¿Aflojar? pensó. Pareciera que todo era culpa suya. Pensó en decirle que estaba cansada, que no deseaba discutir, porque realmente quería aclarar las cosas con Aren, volver a recuperar esa confianza y complicidad que parecían haberse perdido -o quizás sólo escondido tras un manto de orgullosa dignidad-...
Pero no.
Ahí estaba de nuevo el ataque del Cannif, que blandía las palabras con más certeza que el acero, que apretaba esa cicatriz aún fresca, que no había cerrado del todo, provocando que sangrara.
-¿Y qué esperas tú que haga yo, Aren? -preguntó en un susurro dolido-. Siento no ser lo que esperabas. Siento no ser una de esas mujeres que te perdonarán todo a cambio de un par de empujones entre las sábanas. Lamento profundamente que el salirte con la tuya y que no sobrevuele el castillo de Randulf no sea suficiente para ti. Pero eso no te da derecho a herirme como lo haces. No hables de él. ¡Ni siquiera le conoces!
¿Por qué tenía que causarle dolor de esa manera? ¿Por qué? ¿Es que no tenía suficiente con que le hubiera hecho caso sin presentar batalla? Estaba haciendo exactamente lo que él le había ordenado -porque no habia sido una petición, sino una orden-, así que no entendía qué más necesitaba para estar contento.
Lo único que ella quería era verlo avanzar y vencer. Quería que alcanzara su venganza contra el tirano y que pudiera, por fin, dedicar sus años a lo que de verdad le gustaba, que era forjar el acero. Por eso se había ofrecido a espiar en el castillo. Por eso le había dolido que le prohibiera ayudar, pero entendía que necesitaba hacerlo por sus propios medios y lo aceptaba, así que se limitaba a ser sus ojos, sin ir más allá de lo que él le había pedido que hiciera.
Aunque tampoco parecía acertar.
Y, de repente, aparecía en su habitación a horas intempestivas, cargado de alcohol y diciéndole algo que le había dolido más que una bofetada. Así, se lo soltaba y se marchaba sin más, como si no fuera responsable del daño que había hecho, como si no le importara.
-Tú no le conoces... -repitió casi en un susurro, viéndole marchar.
Pero no.
Ahí estaba de nuevo el ataque del Cannif, que blandía las palabras con más certeza que el acero, que apretaba esa cicatriz aún fresca, que no había cerrado del todo, provocando que sangrara.
-¿Y qué esperas tú que haga yo, Aren? -preguntó en un susurro dolido-. Siento no ser lo que esperabas. Siento no ser una de esas mujeres que te perdonarán todo a cambio de un par de empujones entre las sábanas. Lamento profundamente que el salirte con la tuya y que no sobrevuele el castillo de Randulf no sea suficiente para ti. Pero eso no te da derecho a herirme como lo haces. No hables de él. ¡Ni siquiera le conoces!
¿Por qué tenía que causarle dolor de esa manera? ¿Por qué? ¿Es que no tenía suficiente con que le hubiera hecho caso sin presentar batalla? Estaba haciendo exactamente lo que él le había ordenado -porque no habia sido una petición, sino una orden-, así que no entendía qué más necesitaba para estar contento.
Lo único que ella quería era verlo avanzar y vencer. Quería que alcanzara su venganza contra el tirano y que pudiera, por fin, dedicar sus años a lo que de verdad le gustaba, que era forjar el acero. Por eso se había ofrecido a espiar en el castillo. Por eso le había dolido que le prohibiera ayudar, pero entendía que necesitaba hacerlo por sus propios medios y lo aceptaba, así que se limitaba a ser sus ojos, sin ir más allá de lo que él le había pedido que hiciera.
Aunque tampoco parecía acertar.
Y, de repente, aparecía en su habitación a horas intempestivas, cargado de alcohol y diciéndole algo que le había dolido más que una bofetada. Así, se lo soltaba y se marchaba sin más, como si no fuera responsable del daño que había hecho, como si no le importara.
-Tú no le conoces... -repitió casi en un susurro, viéndole marchar.
Altair Boussole- Cambiante Clase Media
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Fecha de inscripción : 17/08/2017
Re: The Misty Mountains cold (privado)
Me detuve en seco girando sobre mis propios talones para enfrentarla nuevamente, caminé sin pensarlo rehaciendo el camino, hasta que mi mano chocó con el marco de la puerta quedando de frente a la furiosa mujer pájaro.
-¡el! -rugí -¡él! ¿donde está él ahora mujer? Estas mas ciega que yo y mira que es difícil Altair. ¡Soy yo el que está aquí! ¿no me ves? Soy yo ese bárbaro al que odias porque crees que solo quiere perderse entre tus piernas y empujar hasta el alba el que intenta ebrio o no solucionar las cosas, pero no, claro que no, no te sirve, porque no soy ÉL.
Escupí cada palabra preso de la rabia ¿que tenia de malo que la deseara? ¿era algún tipo de pecado por le que tenia que pedir a mis dioses penitencia?
-Soy un bárbaro ¡si! No lo encontraras en mi a él -dije con desprecio – yo solo quería protegerte, no me niego a que luches, no me niego a que seas útil para Akershus, solo quiero que nates de hacerlo entiendas que esto es una guerra y no un juego. He perdido todo, a mis padres, a mi gete, no me queda nada y tengo miedo a perderte también a ti ¿que no entiendes?
No iba a dar pena, ya había dicho mas de lo que quería y ahora huir de esa conversación era mi mejor salida.
-olvídalo, tienes razón, estoy borracho y solo he venido para empujar un rato -ladeé la sonrisa poniendo ante mi los mil y un escudos que esta noche no atravesaría la mujer que tenia enfrente. Buenas noches, buscaré otras piernas entre las que colarme, tu, sigue pensando en él, parece que eso te da un gran placer.
Sabia que mis palabras estaban muy lejos de ser las acertadas, pero ¿que mas daba? Ya estaba bien de intentar explicarme cuando esta mujer no entendía nada ¿quería un motivo para irse de Akershus sin mirar atrás, pues se lo acababa de dar.
-¡el! -rugí -¡él! ¿donde está él ahora mujer? Estas mas ciega que yo y mira que es difícil Altair. ¡Soy yo el que está aquí! ¿no me ves? Soy yo ese bárbaro al que odias porque crees que solo quiere perderse entre tus piernas y empujar hasta el alba el que intenta ebrio o no solucionar las cosas, pero no, claro que no, no te sirve, porque no soy ÉL.
Escupí cada palabra preso de la rabia ¿que tenia de malo que la deseara? ¿era algún tipo de pecado por le que tenia que pedir a mis dioses penitencia?
-Soy un bárbaro ¡si! No lo encontraras en mi a él -dije con desprecio – yo solo quería protegerte, no me niego a que luches, no me niego a que seas útil para Akershus, solo quiero que nates de hacerlo entiendas que esto es una guerra y no un juego. He perdido todo, a mis padres, a mi gete, no me queda nada y tengo miedo a perderte también a ti ¿que no entiendes?
No iba a dar pena, ya había dicho mas de lo que quería y ahora huir de esa conversación era mi mejor salida.
-olvídalo, tienes razón, estoy borracho y solo he venido para empujar un rato -ladeé la sonrisa poniendo ante mi los mil y un escudos que esta noche no atravesaría la mujer que tenia enfrente. Buenas noches, buscaré otras piernas entre las que colarme, tu, sigue pensando en él, parece que eso te da un gran placer.
Sabia que mis palabras estaban muy lejos de ser las acertadas, pero ¿que mas daba? Ya estaba bien de intentar explicarme cuando esta mujer no entendía nada ¿quería un motivo para irse de Akershus sin mirar atrás, pues se lo acababa de dar.
Aren Cannif- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 11/05/2017
Re: The Misty Mountains cold (privado)
Los ojos de la cambiante se inundaron de lágrimas que no quería dejar salir. ¿Con qué derecho se creía a decirle todo aquello? Él no sabía nada de ella, de su pasado, de los motivos por los que habia huído o de las heridas de su alma. No lo sabía porque no se había molestando en preguntarlo.
No, en lugar de eso, la hería con sus palabras, le hacía reproches como si estuviera preso de los celos, la alejaba una y otra vez de él. Aguantó estoicamente toda la hiel que le escupió encima, hasta cuando pareció que la culpaba de todas sus desgracias.
¿Qué esperaba Aren de ella? Porque lo único que hacía era doblegarse a su voluntad y no era suficiente. Le vio marcharse de nuevo, gritándole que iría a buscar una mujer más dispuesta que ella, que no le faltarían. No le detuvo, no serviría de nada. Por un momento se le pasó por la cabeza dejar que la tomara en sus brazos y gozase de los placeres de su cuerpo, pero sentía que si lo hacía, en el momento en que sus pieles desnudas se unieran, sus almas quedarían irremediablemente separadas.
-Jamás le he buscado en ti -sus palabras se perdieron, muriendo casi en sus labios, porque era imposible que la oyera a la distancia que estaba y con el tono con que lo habia dicho.
Se metió en la habitación y se apoyó en la parte interior de la hoja de madera, observando su equipaje a medio hacer. Todo lo que tenia se lo habian facilitado allí, porque su única muda y sus escasas pertenencias en un hatillo habían desaparecido cuando cayó prisionera de Randulf.
Dejó que su cuerpo resbalara hasta quedar sentada en el suelo, abrazada a sus piernas, llorando la impotencia y la rabia. Se sentía pequeñita y miserable. Aren había sido cruel con ella sin motivo. ¿Qué pensaba que iba a hacer ella cuando la trataba así? ¿Tirarse a sus pies a suplicar? ¿Pelear hasta el desgaste? ¿Ofrecerle su cuerpo como pago para retenerle?
Se limpió los ojos y se puso en pie para acabar el petate que se llevaría para acompañar la mujer de Sirius. Una vez más, hacía lo que Aren quería, que era perderla de vista. Y lo hacía sin pelear, envuelta en una de sus canciones, como la que entonó aquella mañana, mientras partían, una que hablaba de palabras no dichas, de despedidas, de esa sonrisa falsa que mostraba mientras lloraba por dentro.
No, en lugar de eso, la hería con sus palabras, le hacía reproches como si estuviera preso de los celos, la alejaba una y otra vez de él. Aguantó estoicamente toda la hiel que le escupió encima, hasta cuando pareció que la culpaba de todas sus desgracias.
¿Qué esperaba Aren de ella? Porque lo único que hacía era doblegarse a su voluntad y no era suficiente. Le vio marcharse de nuevo, gritándole que iría a buscar una mujer más dispuesta que ella, que no le faltarían. No le detuvo, no serviría de nada. Por un momento se le pasó por la cabeza dejar que la tomara en sus brazos y gozase de los placeres de su cuerpo, pero sentía que si lo hacía, en el momento en que sus pieles desnudas se unieran, sus almas quedarían irremediablemente separadas.
-Jamás le he buscado en ti -sus palabras se perdieron, muriendo casi en sus labios, porque era imposible que la oyera a la distancia que estaba y con el tono con que lo habia dicho.
Se metió en la habitación y se apoyó en la parte interior de la hoja de madera, observando su equipaje a medio hacer. Todo lo que tenia se lo habian facilitado allí, porque su única muda y sus escasas pertenencias en un hatillo habían desaparecido cuando cayó prisionera de Randulf.
Dejó que su cuerpo resbalara hasta quedar sentada en el suelo, abrazada a sus piernas, llorando la impotencia y la rabia. Se sentía pequeñita y miserable. Aren había sido cruel con ella sin motivo. ¿Qué pensaba que iba a hacer ella cuando la trataba así? ¿Tirarse a sus pies a suplicar? ¿Pelear hasta el desgaste? ¿Ofrecerle su cuerpo como pago para retenerle?
Se limpió los ojos y se puso en pie para acabar el petate que se llevaría para acompañar la mujer de Sirius. Una vez más, hacía lo que Aren quería, que era perderla de vista. Y lo hacía sin pelear, envuelta en una de sus canciones, como la que entonó aquella mañana, mientras partían, una que hablaba de palabras no dichas, de despedidas, de esa sonrisa falsa que mostraba mientras lloraba por dentro.
Altair Boussole- Cambiante Clase Media
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Fecha de inscripción : 17/08/2017
Re: The Misty Mountains cold (privado)
Un par de golpes resonaron en la puerta. Elaine había sido informada de que una amiga de Aren, la cambiante que lo había guiado en su viaje hasta Akershus, la acompañaría en su nueva visita a los clanes de licántropos. Apenas la había visto en la fortaleza y decidió pasarse por sus aposentos a charlar un rato y ver si necesitaba alguna cosa. Cuando escuchó "adelante" entró en aquel cuarto bastante espartano. Ella había vivido allí pero desde que se casó con Sirius ocupaban una casa vecina a la de Ulf y su familia, aunque cuando hacían noche en el castillo sus aposentos eran de los más grandes. Lo cierto es que la trataban como la princesa que era, aunque ella disfrutaba igual de una habitación grande que de dormir al raso en el claro de un bosque, seguía siendo la niña que pasó media vida en la miseria, así que no tenía el cargo subido a la cabeza.
— Hola, soy Elaine, me dijeron que te encontraría aquí y como partimos en unas horas, quería conocerte. A donde vamos hace bastante frío, ¿quieres que me lleve otra capa de pelo? te vendrá bien.
Notaba en su aura que era cambiante, y aunque la habían informado de que se transformaba en algun ave, sería mejor comentar algunas cosas.
— Me han dicho que puedes cambiar de forma... no dudes en hacerlo si crees que estás en peligro. La luna llena nos pillará allí y digamos que...me pongo de muy mal humor.— Sonrió bromeando sobre el asunto.— Será una pequeña aventura, los lobos son muy suyos, pero cuando consigo hablar con ellos las cosas mejoran ujn poco. Espero que no te asustes tanto cuando me salgan colmillos y bigotes que huyas corriendo.
Sirius y Aren se unirían un poco después, tenían algo de última hora que les habían encomendado. Esperaba que supiera montar, eso era algo que no le había preguntado.
— Hola, soy Elaine, me dijeron que te encontraría aquí y como partimos en unas horas, quería conocerte. A donde vamos hace bastante frío, ¿quieres que me lleve otra capa de pelo? te vendrá bien.
Notaba en su aura que era cambiante, y aunque la habían informado de que se transformaba en algun ave, sería mejor comentar algunas cosas.
— Me han dicho que puedes cambiar de forma... no dudes en hacerlo si crees que estás en peligro. La luna llena nos pillará allí y digamos que...me pongo de muy mal humor.— Sonrió bromeando sobre el asunto.— Será una pequeña aventura, los lobos son muy suyos, pero cuando consigo hablar con ellos las cosas mejoran ujn poco. Espero que no te asustes tanto cuando me salgan colmillos y bigotes que huyas corriendo.
Sirius y Aren se unirían un poco después, tenían algo de última hora que les habían encomendado. Esperaba que supiera montar, eso era algo que no le había preguntado.
Elaine Landvik- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 12/05/2017
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Re: The Misty Mountains cold (privado)
Altaír pensó por un instante que sería de nuevo Aren, quien parecía estar cambiando de opinión cada segundo. Pero luego cayó en la cuenta de que seguramente sí que estaría por ahí, con alguna muchacha, drenando la frustración entre sus piernas... como si eso fuera a solucionar el problema o fuera a hacerle sentir mejor.
Al ver que se trataba de Elaine, su gesto cambió a uno más relajado y se permitió sonreír.
-Hola, pasa, pasa. Es un placer, yo también tenía muchas ganas de conocerte. Sirius habla maravillas de ti.
Apartó las cosas que estaba recogiendo de encima de la cama para hacer sitio y que pudieran ambas sentarse a los pies del colchón y así charlar.
-Soy un pájaro -no especificó cuáles-. No te preocupes, si te pones violenta con la luna, me alejaré. Conozco a algún que otro licántropo -sonrió con melancolía, como si recordara a alguien en concreto-. No me asustaré. ¿Tienes idea de partir muy temprano para aprovechar el día? Yo tengo esto ya casi listo, así que por mí, como si nos vamos en un par de horas... Total, dudo que pueda dormir demasiado.
Al ver que se trataba de Elaine, su gesto cambió a uno más relajado y se permitió sonreír.
-Hola, pasa, pasa. Es un placer, yo también tenía muchas ganas de conocerte. Sirius habla maravillas de ti.
Apartó las cosas que estaba recogiendo de encima de la cama para hacer sitio y que pudieran ambas sentarse a los pies del colchón y así charlar.
-Soy un pájaro -no especificó cuáles-. No te preocupes, si te pones violenta con la luna, me alejaré. Conozco a algún que otro licántropo -sonrió con melancolía, como si recordara a alguien en concreto-. No me asustaré. ¿Tienes idea de partir muy temprano para aprovechar el día? Yo tengo esto ya casi listo, así que por mí, como si nos vamos en un par de horas... Total, dudo que pueda dormir demasiado.
Altair Boussole- Cambiante Clase Media
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Re: The Misty Mountains cold (privado)
De inmediato su aura colorida le transmitió buenas vibraciones, le gustaba esa chica, parecía buena gente, de ese tipo de mujeres que iluminaban con un gesto o una palabra la estancia en la que estuvieran.
— Si, quería salir temprano porque el viaje es largo. Pasaré a ver si Aren lo tiene todo listo.— Lo cierto es que era el Cannif con el menos relación tenía, en verdad apenas nada, porque no habían conincidido demasiado, pero Sirius en seguida lo había "adoptado" como hermano, ya que él mismo era un Cannif peculiar que no pertenecía a aquella realidad.— Cuando lleguemos... bueno, las manadas del norte son muy fieras, en general las manadas todas lo son, pero éstas es que además son muy... vikingas. ¿Me estoy explicando bien? es que no sé cómo definirlos. Bueno, tú tranquila, parecen muy dispuestos a saltarte al cuello y devorarte, a mandarte callar a la primera de turno, pero la mitad es sólo fachada. Si te los ganas te escuchan y eres una más...a mi me han aceptado muy bien. Sé que no es fácil ser una extraña en un lugar tan marcado por los lazos de sangre, pero al final todo es más fácil de lo que parece. ¿Te apetece cenar algo? podemos ir a la fonda a comer alguna cosa, supongo que Sirius habrá ido a preparar los trastos con Aren.
Se puso en pie y se dirigió a la puerta con una sonrisa, a pesar de ser princesa y tener el título real, Elaine se había criado en la más absoluta indigencia y no era exigente con las ropas, las camas o los alimentos, así que degustar un guiso casero en la fonda del lugar le parecía tan buen plan como asistir a un baile de invierno con lo más granado de la sociedad.
— Si, quería salir temprano porque el viaje es largo. Pasaré a ver si Aren lo tiene todo listo.— Lo cierto es que era el Cannif con el menos relación tenía, en verdad apenas nada, porque no habían conincidido demasiado, pero Sirius en seguida lo había "adoptado" como hermano, ya que él mismo era un Cannif peculiar que no pertenecía a aquella realidad.— Cuando lleguemos... bueno, las manadas del norte son muy fieras, en general las manadas todas lo son, pero éstas es que además son muy... vikingas. ¿Me estoy explicando bien? es que no sé cómo definirlos. Bueno, tú tranquila, parecen muy dispuestos a saltarte al cuello y devorarte, a mandarte callar a la primera de turno, pero la mitad es sólo fachada. Si te los ganas te escuchan y eres una más...a mi me han aceptado muy bien. Sé que no es fácil ser una extraña en un lugar tan marcado por los lazos de sangre, pero al final todo es más fácil de lo que parece. ¿Te apetece cenar algo? podemos ir a la fonda a comer alguna cosa, supongo que Sirius habrá ido a preparar los trastos con Aren.
Se puso en pie y se dirigió a la puerta con una sonrisa, a pesar de ser princesa y tener el título real, Elaine se había criado en la más absoluta indigencia y no era exigente con las ropas, las camas o los alimentos, así que degustar un guiso casero en la fonda del lugar le parecía tan buen plan como asistir a un baile de invierno con lo más granado de la sociedad.
Elaine Landvik- Licántropo Clase Alta
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Re: The Misty Mountains cold (privado)
Habíamos preparado los petates, Sirius trataba de darme conversación, quitando hierro al asunto de mis encontronazos constantes con la cambiante pájaro, pero yo estaba furibundo, gruñía alegando en mi defensa que esa mujer era intratable.
-No escuchá -rugí -he intentado explicarle, pero se encierra en que quiero que sea un ama de casa o yo que cojones se y no abre su mente. No le he prohibido nada, al revés, me gustan las mujeres de férreo carácter, pero le he pedido que antes de cometer una locura se forme. Eso y que parece odiar todo contacto conmigo, no se que pajaritos tiene en la cabeza pero siempre anda pensando en no se que puto tipo que parece ser exactamente lo que quiere, pues cojones, que se largue en su busca y deje de tocarme la verga.
Estaba enfado y cuando estaba así no media, Sirius que creo reconocía en mi el carácter de Höor Cannif.
-anda, vamos a cenar, llenemos el estomago de comida y de unas jarras y veras como se te pasa el cabreo.
Entramos en una cantina, mi mano sobre la empuñadura del bastón para marcar mi camino, Sirius podía ayudarme, pero no se ofreció, ni se lo pedí, si en lago valoraba a esos que podía llamar hermanos es que nunca me trataban como un tullido, era uno mas..
Tomamos asiento en una mesa, la cantinera pronto nos trajo unas hogazas de pan y un buen guisado para entrar en calor, ademas de dos jarras repletas de cerveza negra.
Al rato escuché la voz de Elaine, Sirius la invitaba a sentarse, peor no venia sola, me centré en los pasos que la acompañaban, no tenia que ser muy listo para saber de quien se trataba y mis sospechas quedaron confirmadas cuando saludó con un “hola”
-Hola -gruñí llevando la jarra a mis labios.
-No escuchá -rugí -he intentado explicarle, pero se encierra en que quiero que sea un ama de casa o yo que cojones se y no abre su mente. No le he prohibido nada, al revés, me gustan las mujeres de férreo carácter, pero le he pedido que antes de cometer una locura se forme. Eso y que parece odiar todo contacto conmigo, no se que pajaritos tiene en la cabeza pero siempre anda pensando en no se que puto tipo que parece ser exactamente lo que quiere, pues cojones, que se largue en su busca y deje de tocarme la verga.
Estaba enfado y cuando estaba así no media, Sirius que creo reconocía en mi el carácter de Höor Cannif.
-anda, vamos a cenar, llenemos el estomago de comida y de unas jarras y veras como se te pasa el cabreo.
Entramos en una cantina, mi mano sobre la empuñadura del bastón para marcar mi camino, Sirius podía ayudarme, pero no se ofreció, ni se lo pedí, si en lago valoraba a esos que podía llamar hermanos es que nunca me trataban como un tullido, era uno mas..
Tomamos asiento en una mesa, la cantinera pronto nos trajo unas hogazas de pan y un buen guisado para entrar en calor, ademas de dos jarras repletas de cerveza negra.
Al rato escuché la voz de Elaine, Sirius la invitaba a sentarse, peor no venia sola, me centré en los pasos que la acompañaban, no tenia que ser muy listo para saber de quien se trataba y mis sospechas quedaron confirmadas cuando saludó con un “hola”
-Hola -gruñí llevando la jarra a mis labios.
Aren Cannif- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 11/05/2017
Re: The Misty Mountains cold (privado)
Altaír siguió a Elaine hasta la fonda. Hablar con aquella mujer era fácil, le ofrecía confianza y sentía que habían conectado al instante. Acababa de conocerla, pero se sentía cómoda en su presencia y no le costaba reír y bromear. Iba a ser una compañía agradable para el viaje. Tal vez el apoyo que necesitaba para soportar la presencia de Aren sin acabar peleados de nuevo.
Por el camino, le contó que Aren estaba enfadado con ella y que le había prohibido sobrevolar el castillo de Randulf para ser una espía. Ella lo había aceptado, pero él tampoco parecía estar contento con eso. Hasta le contó lo hiriente que había sido en su ultima conversación, cuando le había gritado que prefería ir a revolcarse con cualquiera y que ella se quedara allí, soñando con su amor imposible.
Suspiró con pesadez, porque esa herida dolía y le laceraba las entrañas. Ese amor había sido profundo y le había costado una gran amistad. Se sentía una traidora. Y Aren no entendía su culpabilidad. Al contrario, metía los dedos en la llaga sin contemplaciones, sin tener ni idea realmente de lo que había pasado.
Se tragó las ganas de marcharse cuando vio a Aren, porque entendía que Elaine quería estar con Sirius y ella no era una niña, podía gestionarlo. Aren la recibió con un gruñido que ella respondió con un suspiro resignado. Ese hombre era imposible. ¡¡No entendía por qué se enfadaba, si estaba haciendo justo lo que él quería que hiciera!!
Pidió una jarra de bebida.
-Ya tenemos todo listo para partir mañana. Tenías razón, Sirius, tu mujer es un encanto, creo que podremos hacernos buenas amigas y que juntas podremos conseguir cualquier cosa.
Sí, estaba ignorando deliberadamente a Aren. No quería verlo marcharse a meterse entre las piernas de cualquiera. Que lo hiciera si quería, pero no necesitaba refregárselo en las narices.
Por el camino, le contó que Aren estaba enfadado con ella y que le había prohibido sobrevolar el castillo de Randulf para ser una espía. Ella lo había aceptado, pero él tampoco parecía estar contento con eso. Hasta le contó lo hiriente que había sido en su ultima conversación, cuando le había gritado que prefería ir a revolcarse con cualquiera y que ella se quedara allí, soñando con su amor imposible.
Suspiró con pesadez, porque esa herida dolía y le laceraba las entrañas. Ese amor había sido profundo y le había costado una gran amistad. Se sentía una traidora. Y Aren no entendía su culpabilidad. Al contrario, metía los dedos en la llaga sin contemplaciones, sin tener ni idea realmente de lo que había pasado.
Se tragó las ganas de marcharse cuando vio a Aren, porque entendía que Elaine quería estar con Sirius y ella no era una niña, podía gestionarlo. Aren la recibió con un gruñido que ella respondió con un suspiro resignado. Ese hombre era imposible. ¡¡No entendía por qué se enfadaba, si estaba haciendo justo lo que él quería que hiciera!!
Pidió una jarra de bebida.
-Ya tenemos todo listo para partir mañana. Tenías razón, Sirius, tu mujer es un encanto, creo que podremos hacernos buenas amigas y que juntas podremos conseguir cualquier cosa.
Sí, estaba ignorando deliberadamente a Aren. No quería verlo marcharse a meterse entre las piernas de cualquiera. Que lo hiciera si quería, pero no necesitaba refregárselo en las narices.
Altair Boussole- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 66
Fecha de inscripción : 17/08/2017
Re: The Misty Mountains cold (privado)
Elaine le contó a Altair que los Cannif se gastaban un genio muy vivo, pero todos tenían buen fondo.
— A Aren lo conozco menos, él llegó más tarde y fue un shock para su padre que lo creía muerto. A Sirius también le cuesta a veces controlarse, tiene mucho poder y desde niño lleva entrenando para no sucumbir a él, de la misma forma que a los Landvik tampoco es que se nos pueda caracterizar por ser los más pacientes del mundo. Es duro, es una lucha continua que requiere mucha paciencia, voluntad y comprensión. Yo creo que Aren ve el mundo de formas que nosotros no podemos y eso lo hace especial...pero en este caso ha hablado su rabia y su frustración. Seguro que no quería hacerte daño, ni mucho menos.
Se sentaron a cenar y trazar planes para el viaje al día siguiente, pero al ver que Aren y Altair estaban en pie de guerra, Elaine se levantó alegremente.
— Quiero bailar y a mi marido lo tengo ya muy visto.— Guiñó el ojo a Sirius, tiró de Aren, y aunque sabía que el joven no podría moverse de forma fluida, lo que sonaba era más bien lento y lo llevó hasta una zona de la taberna donde no había mucha gente y pocas sillas. Se balancearon despacio al son de la música.— No estés de mal humor, anda. Son sólo choques estúpidos que se pueden solucionar. ¿Sabes cómo hubiera arreglado esto Niels, verdad? pues con ella haz justo lo contrario.— se echó a reir cuando lo dijo, porque Niels era terrible con la mujeres.
Sirius sacó a bailar a Altair y se fueron desplazando poco a poco entre la gente y cuando estuvo cerca de ellos soltó la mano de la cambiante y se la puso sobre la de Aren.
— Devuélveme a mi mujer, que no quiero que esa cara se la quede en exclusiva Niels.
— A Aren lo conozco menos, él llegó más tarde y fue un shock para su padre que lo creía muerto. A Sirius también le cuesta a veces controlarse, tiene mucho poder y desde niño lleva entrenando para no sucumbir a él, de la misma forma que a los Landvik tampoco es que se nos pueda caracterizar por ser los más pacientes del mundo. Es duro, es una lucha continua que requiere mucha paciencia, voluntad y comprensión. Yo creo que Aren ve el mundo de formas que nosotros no podemos y eso lo hace especial...pero en este caso ha hablado su rabia y su frustración. Seguro que no quería hacerte daño, ni mucho menos.
Se sentaron a cenar y trazar planes para el viaje al día siguiente, pero al ver que Aren y Altair estaban en pie de guerra, Elaine se levantó alegremente.
— Quiero bailar y a mi marido lo tengo ya muy visto.— Guiñó el ojo a Sirius, tiró de Aren, y aunque sabía que el joven no podría moverse de forma fluida, lo que sonaba era más bien lento y lo llevó hasta una zona de la taberna donde no había mucha gente y pocas sillas. Se balancearon despacio al son de la música.— No estés de mal humor, anda. Son sólo choques estúpidos que se pueden solucionar. ¿Sabes cómo hubiera arreglado esto Niels, verdad? pues con ella haz justo lo contrario.— se echó a reir cuando lo dijo, porque Niels era terrible con la mujeres.
Sirius sacó a bailar a Altair y se fueron desplazando poco a poco entre la gente y cuando estuvo cerca de ellos soltó la mano de la cambiante y se la puso sobre la de Aren.
— Devuélveme a mi mujer, que no quiero que esa cara se la quede en exclusiva Niels.
Elaine Landvik- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 12/05/2017
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: The Misty Mountains cold (privado)
Elaine tiró de mi para sacarme a bailar, casi tropiezo con el taburete donde Sirius que estaba sentado, pero por suerte me repuse rápido y no hice el ridículo.
Mi diestra bajo a la cintura de la loba deslizándose por su lateral, no veía, así que mis movimientos se acompasaban a los ajenos pegándome a su cuerpo.
-¡Que corra el aire! -rugió Sirius en tono jocoso pero con cierto toque de posesividad. El hechicero no era tan seguro como Niels, nadie en todo Akershus se gastaba el ego de mi gemelo, así que sus palabras aun dicha en broma, tenían un punto de verdad.
La loba se reía divertida girando entre mis brazos, aunque de sobra sabia no era yo el mejor bailarin con el que pudiera haber estado.
Escuché a Elaine frunciendo el ceño.
-No me escucha -repliqué con ese furibundo carácter que me gastaba, peor ella me hizo callar alegando que hiciera justo lo contrario que haría Niels -pero si no me deja tocarla -repliqué de nuevo por si pensaba que es que me la había tirado y luego la había dejado tirada.
Al instante sentí como soltaba mis manos y como otras la sustituían, entrecerré los ojos enarcando una ceja asumiendo que acaban de hacernos la tranca para que habláramos.
-Lo siento -gruñí, pero despues no pude evitar reírme porque de seguro aparentaba un niño cabreado.
Había intentado muchas veces hablar con ella, explicarle que no quería se sintiera inútil en Akershus y que tampoco deseaba me obedeciera, pero que mi intención era que alguien la acompañara o al menos se preparara.
Dejé escapar el aire e hice justo lo que Niels nunca hubiera hecho, preguntar para saber y escuchar para comprender.
Deslicé mi mano por su cintura dejándola sobre la parte alta de su trasero mientras la izquierda quedaba enredada.
-¿por que estas enfadada conmigo? ¿y que puedo hacer para solucionar esto?
Mi diestra bajo a la cintura de la loba deslizándose por su lateral, no veía, así que mis movimientos se acompasaban a los ajenos pegándome a su cuerpo.
-¡Que corra el aire! -rugió Sirius en tono jocoso pero con cierto toque de posesividad. El hechicero no era tan seguro como Niels, nadie en todo Akershus se gastaba el ego de mi gemelo, así que sus palabras aun dicha en broma, tenían un punto de verdad.
La loba se reía divertida girando entre mis brazos, aunque de sobra sabia no era yo el mejor bailarin con el que pudiera haber estado.
Escuché a Elaine frunciendo el ceño.
-No me escucha -repliqué con ese furibundo carácter que me gastaba, peor ella me hizo callar alegando que hiciera justo lo contrario que haría Niels -pero si no me deja tocarla -repliqué de nuevo por si pensaba que es que me la había tirado y luego la había dejado tirada.
Al instante sentí como soltaba mis manos y como otras la sustituían, entrecerré los ojos enarcando una ceja asumiendo que acaban de hacernos la tranca para que habláramos.
-Lo siento -gruñí, pero despues no pude evitar reírme porque de seguro aparentaba un niño cabreado.
Había intentado muchas veces hablar con ella, explicarle que no quería se sintiera inútil en Akershus y que tampoco deseaba me obedeciera, pero que mi intención era que alguien la acompañara o al menos se preparara.
Dejé escapar el aire e hice justo lo que Niels nunca hubiera hecho, preguntar para saber y escuchar para comprender.
Deslicé mi mano por su cintura dejándola sobre la parte alta de su trasero mientras la izquierda quedaba enredada.
-¿por que estas enfadada conmigo? ¿y que puedo hacer para solucionar esto?
Aren Cannif- Humano Clase Media
- Mensajes : 114
Fecha de inscripción : 11/05/2017
Re: The Misty Mountains cold (privado)
Dejó que Sirius la sacara a bailar y canturreó alegremente la cancioncilla. Parecía que ese aire taciturno y apagado sólo lo mostraba con Aren. Rió con las ocurrencias del hechicero mientras bailaban y le comentó que tenía una mujer preciosa y encantadora y que esperaba que se hicieran amigas.
Y lo seguiría pensando a pesar de que les hubieran hecho el juego para obligarles a bailar juntos. Altaír se tensó en brazos de Aren, pero no huyó de él. Sobre todo poque no le parecía apropiado dejarlo tirado en mitad de la taberna, en evidencia. Sabía que los hombres no llevaban bien esas cosas y no quería empeorar la situación cuando se iba al día siguiente. ¿Qué más daba?
-No estoy enfadada. Simplemente me prohibiste hacer algo y te he hecho caso, pero tú tampoco pareces estar contento con eso. Me gritaste que me limitara a entrenar contigo, que no me acercara a la fortaleza de Randulf. Y eso he hecho. Ahora me pides que vaya con Elaine y es lo que hago. Pero tampoco parece ser suficiente, al contrario, me vuelves a gritar que vas a irte a buscar quien sacie tus bajos instintos.
Obvió el hecho de que, además de gritarle que iba a ir a buscarse a otra, lo que le parecería hasta normal, en vista de como se comportaban los Cannif, había sido tremendamente hiriente con ella, atacándola con algo que él desconocía por completo.
-Soy yo la que no entiende qué esperas que haga, Aren. Me exiges que haga cosas, me prohibes otras. Yo acato y, aún así, te enojas.
No podía mirarle a los ojos para ver en ellos la verdad, así que tendría que fiarse de sus otros sentidos. Aprovechando la cercanía que les permitía el baile, le susurró al oído:
-¿Qué es lo que quieres de mí, Aren Cannif?
Por encima del hombro de Aren miró hacia Elaine y Sirius. No estaba enfadada por la encerrona y realmente esperaba solucionar las cosas con él antes de partir. Pero no quería más arrebatos de vikingo energúmeno con pataleta. Era una mujer y quería hablar con un hombre, no con un niño.
Y lo seguiría pensando a pesar de que les hubieran hecho el juego para obligarles a bailar juntos. Altaír se tensó en brazos de Aren, pero no huyó de él. Sobre todo poque no le parecía apropiado dejarlo tirado en mitad de la taberna, en evidencia. Sabía que los hombres no llevaban bien esas cosas y no quería empeorar la situación cuando se iba al día siguiente. ¿Qué más daba?
-No estoy enfadada. Simplemente me prohibiste hacer algo y te he hecho caso, pero tú tampoco pareces estar contento con eso. Me gritaste que me limitara a entrenar contigo, que no me acercara a la fortaleza de Randulf. Y eso he hecho. Ahora me pides que vaya con Elaine y es lo que hago. Pero tampoco parece ser suficiente, al contrario, me vuelves a gritar que vas a irte a buscar quien sacie tus bajos instintos.
Obvió el hecho de que, además de gritarle que iba a ir a buscarse a otra, lo que le parecería hasta normal, en vista de como se comportaban los Cannif, había sido tremendamente hiriente con ella, atacándola con algo que él desconocía por completo.
-Soy yo la que no entiende qué esperas que haga, Aren. Me exiges que haga cosas, me prohibes otras. Yo acato y, aún así, te enojas.
No podía mirarle a los ojos para ver en ellos la verdad, así que tendría que fiarse de sus otros sentidos. Aprovechando la cercanía que les permitía el baile, le susurró al oído:
-¿Qué es lo que quieres de mí, Aren Cannif?
Por encima del hombro de Aren miró hacia Elaine y Sirius. No estaba enfadada por la encerrona y realmente esperaba solucionar las cosas con él antes de partir. Pero no quería más arrebatos de vikingo energúmeno con pataleta. Era una mujer y quería hablar con un hombre, no con un niño.
Altair Boussole- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 66
Fecha de inscripción : 17/08/2017
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