AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
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Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
"I want to hide the truth
I don't want to shelter you,
But with the beast inside
There's nowhere we can hide"
I don't want to shelter you,
But with the beast inside
There's nowhere we can hide"
París, Francia.
El inicio de la afrenta sugiere un espectáculo interesante. Desde el primer combatiente que pone un pie cubierto por un tipo de calzado que le rodea el tobillo en el improvisado ring de tierra, sangre y sudor, hasta el segundo contrincante, con mayor constitución física reflejada por la semi desnudez obligatoria en el sitio, donde sólo son cubiertas sus partes nobles por unos pantalones cortos, elaborados con una tela que ha visto días mejores, provoca a valorarlos. ¿Quién pudiese ganar? Es como elegir un caballo, ver las patas, la piel entre las costillas, pero son los ojos... Sí, es en los orbes donde encuentras al ganador. Sea un bestia para transporte -humana o no- un compañero de cacería o inclusive, la presa o el propio cazador.
En tanto sus valoraciones son hechas en su mente, Charles luce descansado e informal. No va a ir con sus mejores galas a un sitio así. Sería como una luz intensa a la cual las polillas se sienten atraídas. El abrigo que lo cubre, aunque prolijo y limpio, tiene bastantes años. Camisa blanca de manga larga, pantalones cómodos y botines con refuerzo son su atuendo por esta noche. Los guantes negros es un aditamento que no abandonaría. El contacto físico piel a piel, no es algo que esté en sus preferencias.
Recargado contra un pilar de madera, brazos cruzados al pecho, sus ojos recorren la estancia. Para distinguirlo, sería preciso acercarse. El fistol del león plateado se encuentra en la solapa del abrigo. Está colocado en pro de identificarlo. Justin Hashell, el irlandés, fue muy amable al buscarle a alguien en París para que pudiera auxiliarle en su labor de reorganizar el espectáculo lo más pronto posible, por lo que contactó a alguien en París para que le ayudara por un tiempo a completar su logística.
Grimm, Cinder. Por un momento las dos cejas de Charles casi se unen formando una sola al recordar ese nombre. Tiene curiosidad. ¿Cinder? Si es apellido o nombre, es bastante... peculiar. Se obliga a no catalogar al personaje antes de tiempo. En caso contrario, estará soportando una atmósfera tensa auto provocada como pasó con el propio Hashell. ¿Quién diría que sería tan eficiente? Tanto en obtención de recursos como en pagos. Hashell no es sólo un contacto, es un cliente asiduo. Es una pena que no tenga tanta pericia al momento de manejar las armas y quiera a sus presas atadas para disfrutar de ellas.
¿Y quién es Charles para criticar o prejuiciar? Nadie. En tanto Hashell siga pagando bien, si quiere a su presa atada, sin manos, ni piernas, Charles lo hará.
Saca de su abrigo unos cuantos billetes llamando al sujeto que toma las apuestas. El olor corporal del hombre sugiere que la transacción se haga lo más rápido posible. - 100 al rubio -. El que le recibe el dinero lo observa con curiosidad, no lo identifica, lo cual es lógico debido a que sólo tiene dos semanas en París. - Johnson no durará ni un asalto, pero si quiere perder su dinero, ¿Cuál es su nombre? - la voz resuena burlesca. Charles devuelve la mirada mientras le anotan en el papel - Lyon - es la respuesta.
Tiene demasiado cuidado con su nombre y en la mayor parte de las ocasiones, utiliza pseudónimos. Es mejor la privacidad. Sus orbes azul cobalto vuelven a la arena. Cierto, el moreno es mucho más corpulento, tiene mayor fuerza. El rubio es más pequeño, lo que significa destreza y sus pupilas reflejan una rabia y una afrenta que hará todo más divertido. Está casi seguro de que el rubio tiene un impulso extra, producto de alguna situación sentimental. Cuando algo así está en medio de una contienda, genera un extra de willpower.
Su mano diestra busca en uno de sus bolsillos para sacar una cajilla y de ésta, un cigarrillo preparado con antelación. Tabaco envuelto en papel de la mejor calidad, traído de la propia Cuba. Lo enciende dando la primera calada. Quizá sea ese un mal movimiento, no cualquiera puede darse el lujo de fumar en un sitio de esta calaña. Y aun así, no pierde conciencia de su alrededor por un simple vicio, no está en sus costumbres, por lo que un movimiento a su derecha le llama la atención. Un barrido visual rápido es suficiente para tomar los datos del acontecimiento. Alguien molestando a alguien más. Un masculino a un femenino. Y por la actitud del femenino, seguro que el masculino tendrá que sobarse las gónadas.
Última edición por Charles Moncrieff el Miér Abr 18, 2018 9:56 am, editado 3 veces
Charles Moncrieff- Esclavo de Sangre/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
"Yo fui el primero que haya hecho lo mismo
para hacer realidad sus placeres.."
para hacer realidad sus placeres.."
Hacia un tiempo que andaba ganandose el dinero de una manera mas esporadica de los que solían pedir ayuda para los más turbios asuntos, más ahora tenía otra cosa en mente, la habían citado con alguien en un lugar tan turbio como eran los tugurios donde se celebraban las peleas clandestinas, por lo que se dirigió al local que había en la parte más baja y oscura de la francesa ciudad, mientras se dirigía ahí con paso ligero pronto al entrar en el sitio el olor del sitio golpeo sus fosas nasales de tremenda forma, el olor a sangre que si le agradaba, y el olor a sudor entre otras cosas no le eran tan agradable, arrugó la nariz con fastidio y se pasó involuntariamente la mano por la cara como si eso sirviera, tenía que encontrar a un tal Charles Moncrieff, no es que le hubieran dado muchos datos sobre él, pero dijo que sería facil distinguirle en aque tuburio, así que cuando entró lo primero que hizo fue dirigirse a la barra, donde pidió una cerveza y observó a su alrededor, mostrando su mejor sonrisa al camarero para dejar ver esa fachada adorable que le gustaba tener a la loba.
Pero solo era la imagen que quería dar para esconder la ferocidad que realmente poseía la joven, que en su forma humana aunque atletica, no era una chica alta, se colocó bien su abrigo y dejo las monedas pagandose la cerveza mientras hechaba un vistazo a su alrededor.
Entonces empezó a fijarse en un hombre que mientras se tomaba la libertad de fumar allí añadiendo más aroma al ambiente, dió un sorbo a la jarra y desvió su atención unos instantes hacia la arena donde dos hombres estaban ya predispuestos a intercambiar golpes para buscar la victoria y unas monedas de oro muy posiblemente, era divertido y para alguien de su naturaleza, que adoraba la carne, la sangre y la violencia, pero por suerte el envoltorio y la imagen que daba la muchacha no era acorde con ello, más con tranquilidad se dirigió a aquel llamativo hombre, al menos por las directrices que le habían dado tenía que ser aquel que tenía en su rango de visión, por un segundo se distrajo mirando como el pequeño finteaba esquivando un golpe del grandullon en la arena, cosa que hizo que Cinder dejara escapar una risa divertida, mientras caminaba con discrección para colocarse al lado.
Podía jugarse el todo por el todo, sin duda si se equivocaba de persona seguramente ni se percataria de que hablaba con él, pero estaba bastante segura de que era el hombre con el que la habían citado y se moría de curiosidad de que tipo de encargo le mandaban, aunque tenía que medir como reaccionaría con ella al ver su aspecto, su nombre a veces despistaba un poco a quien lo oyese, mientras se ponía de camino hacia el susodicho la abordaron alegando que la invitaban a una copa, Cinder alzo la vista para mirarle, mientras el hombre que la interrumpió su camino se le veía notablemente borracho, Cinder arrugó la nariz e intento escapar, pero cuando la sujetó por el brazo Cinder se giró veloz y un rodillazo dejó al hombre de rodillas cubriendose la entrepierna, Cinder bufó y se acercó apoyandose en la pared cerca del hombre buscando como hacer el contacto con él, más se cruzó de brazos con su jarra en la mano y sonrió de medio lado y de maliciosa forma. -Buenas noches señor Moncrieff.- Dijo en voz notablmente baja de manera que solo él lo escuchase.- Soy Cinder Grimm, me han citado con usted, y espero que lo que tenga que contarme sea mas entretenido que esos dos que se están partiendo la cara en este momento.- Dijo con un tono un tanto jocoso, pero simplemente enarcó una ceja a la vez que sonreía de medio lado.
La noche empezaba interesante y quería ver que era lo que este hombre podía ofrecerla y sinceramente esperaba que no fuera algo como ir a una taberna, tontear un poco y al estar a solas obligarle a pagar una deuda a golpes, miró al hombre ampliando la sonrisa y con cierto aire impeciente.
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
La satisfacción de tener la razón es un manjar en todo su esplendor. No sólo en la arena donde el rubio estaba recibiendo una golpiza hasta que uno de sus puños se hunde en el hígado de su contrincante seguido de otro impacto que tiene como resultado un estómago vacío de aire. Y al unísono, la rodilla femenina se incrusta en las gónadas del masculino. Hay que ser inmisericordes para no acompañar el dolor de un macho golpeado donde más duele. Y aún lamentándolo por el otro, los labios de Charles se alargan hasta formar una sonrisa socarrona.
Otra calada al cigarrillo profunda, espaciada, deleitándose en el sabor de la hierba atravesando el largo de su garganta hasta llegar a los pulmones, al tiempo que la fémina antes catalogada, se acerca para recargarse a su lado y llamarle por su nombre. De no ser por la experiencia que lleva fumando, se ahogaría con un ataque de tos. Se calló las palabras altisonantes que su mente pugnaba por dejar escapar y lo único que exhaló fue el humo del cigarrillo. ¿De verdad era una mujer? Y no cualquiera. Una morena, de extracto bajo y con aires de autosuficiencia impropios para la época.
¿Y quién era Charles para juzgarla? Mientras hiciera bien su trabajo... El carnoso apéndice bucal recorrió los perlados dientes antes de hacer su labor habitual: hablar - Así que "Cinder" era el nombre y "Grimm" el apellido. Curioso. ¿Fuma? - su diestra le ofrece el cigarrillo en tanto la siniestra le desprende de la jarra de cerveza llevándosela a la boca para darle un largo trago. Favor con favor se paga, era una forma silenciosa de demostrarlo. Que a ella no le apeteciera el cigarro, no era problema de Charles.
Habiendo pasado el líquido amargo y fresco por la garganta, asiente con la cabeza devolviéndole la jarra, mirándola de reojo en tanto no pierde tampoco el espectáculo de enfrente y recuperando su cigarrillo. El rubio acaba de darle otro golpe en la quijada al contrincante haciéndolo caer de rodillas. La batalla está ganada, ahora la pregunta es ¿Terminará de buena manera su transacción con Grimm? - Busco a alguien que me consiga cierto material, ¿Conoce bien el lugar y a los distribuidores? En ocasiones soy bastante exquisito y peculiar con los pedidos - con una señal de la siniestra llama al sujeto de las apuestas que se acerca lento, desorientado por lo acontecido.
- Eh... sorprendente ¿No? ¿Quién iba a pensarlo? - tartamudea en tanto pareciera no estar de acuerdo en que su mano se dirija al bolsillo para entregarle la cantidad ganada - ¿Va a apostar en la siguiente pelea? Puede ganar otra vez - el intento por no entregarle su dinero es patético. Charles sólo le dirige la mirada una sola vez - mi dinero ahora o quizá quieras... - le toma de las ropas para jalarlo hacia él, ignorando el fétido aroma que desprende - que tus huesos nauseabundos terminen en el fondo del Sena antes de que puedas correr y pedir ayuda - la pistola que lleva con él se recarga contra el costado del domitor de apuestas.
Sólo lo justo para que pueda entender su posición. El sujeto no duda en empezar a buscarse en los bolsillos hasta entregar la cantidad que le corresponde. Charles la toma con paciencia, la cuenta y guarda el dinero como el arma en su abrigo. Asiente y con los dedos índice y medio, le indica que puede retirarse. Acto seguido, voltea con Cinder - te doy el 25% de lo que acabo de ganar si me sacas de aquí y me llevas a mi hogar sano y salvo - sonríe con petulancia. Sabe lo que todos quieren, incluso, lo que Cinder puede querer.
Y desde ya, reconoce que el tipo va a correr con algunos de sus compinches y les complicarán la salida. Charles lleva demasiado dinero en el bolsillo y ha demostrado ser peligroso. Esa es una afrenta que se paga cara. Lo que el domitor de apuestas no sabe, es que Charles lo tiene todo calculado y ésto es una prueba para Cinder. A ver si es cierto que es tan buena como Hashell prometió.
Otra calada al cigarrillo profunda, espaciada, deleitándose en el sabor de la hierba atravesando el largo de su garganta hasta llegar a los pulmones, al tiempo que la fémina antes catalogada, se acerca para recargarse a su lado y llamarle por su nombre. De no ser por la experiencia que lleva fumando, se ahogaría con un ataque de tos. Se calló las palabras altisonantes que su mente pugnaba por dejar escapar y lo único que exhaló fue el humo del cigarrillo. ¿De verdad era una mujer? Y no cualquiera. Una morena, de extracto bajo y con aires de autosuficiencia impropios para la época.
¿Y quién era Charles para juzgarla? Mientras hiciera bien su trabajo... El carnoso apéndice bucal recorrió los perlados dientes antes de hacer su labor habitual: hablar - Así que "Cinder" era el nombre y "Grimm" el apellido. Curioso. ¿Fuma? - su diestra le ofrece el cigarrillo en tanto la siniestra le desprende de la jarra de cerveza llevándosela a la boca para darle un largo trago. Favor con favor se paga, era una forma silenciosa de demostrarlo. Que a ella no le apeteciera el cigarro, no era problema de Charles.
Habiendo pasado el líquido amargo y fresco por la garganta, asiente con la cabeza devolviéndole la jarra, mirándola de reojo en tanto no pierde tampoco el espectáculo de enfrente y recuperando su cigarrillo. El rubio acaba de darle otro golpe en la quijada al contrincante haciéndolo caer de rodillas. La batalla está ganada, ahora la pregunta es ¿Terminará de buena manera su transacción con Grimm? - Busco a alguien que me consiga cierto material, ¿Conoce bien el lugar y a los distribuidores? En ocasiones soy bastante exquisito y peculiar con los pedidos - con una señal de la siniestra llama al sujeto de las apuestas que se acerca lento, desorientado por lo acontecido.
- Eh... sorprendente ¿No? ¿Quién iba a pensarlo? - tartamudea en tanto pareciera no estar de acuerdo en que su mano se dirija al bolsillo para entregarle la cantidad ganada - ¿Va a apostar en la siguiente pelea? Puede ganar otra vez - el intento por no entregarle su dinero es patético. Charles sólo le dirige la mirada una sola vez - mi dinero ahora o quizá quieras... - le toma de las ropas para jalarlo hacia él, ignorando el fétido aroma que desprende - que tus huesos nauseabundos terminen en el fondo del Sena antes de que puedas correr y pedir ayuda - la pistola que lleva con él se recarga contra el costado del domitor de apuestas.
Sólo lo justo para que pueda entender su posición. El sujeto no duda en empezar a buscarse en los bolsillos hasta entregar la cantidad que le corresponde. Charles la toma con paciencia, la cuenta y guarda el dinero como el arma en su abrigo. Asiente y con los dedos índice y medio, le indica que puede retirarse. Acto seguido, voltea con Cinder - te doy el 25% de lo que acabo de ganar si me sacas de aquí y me llevas a mi hogar sano y salvo - sonríe con petulancia. Sabe lo que todos quieren, incluso, lo que Cinder puede querer.
Y desde ya, reconoce que el tipo va a correr con algunos de sus compinches y les complicarán la salida. Charles lleva demasiado dinero en el bolsillo y ha demostrado ser peligroso. Esa es una afrenta que se paga cara. Lo que el domitor de apuestas no sabe, es que Charles lo tiene todo calculado y ésto es una prueba para Cinder. A ver si es cierto que es tan buena como Hashell prometió.
Charles Moncrieff- Esclavo de Sangre/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
La muchacha observó al que efectivamente respondió ante el nombre, ella sonrio ampliamente y negó con la cabeza rechazando el cigarro sonriendo ampliamente para ello, le hizo gracia que le pareciera curioso su nombre, la joven simplemente ladeo la cabeza mientras sonreía de medio lado, y desvió su mirada hacía la pelea que se seguía manifestando en la arena mientras el gentio gritaba por las apuestas, ladea la cabeza mientras olfateaba la sangre que tan agradable le resultaba, más enarcaba una ceja al escuchar las cuestiones que el humano revelaba, lo que hizo que Cinder aun con la sonrisa dibujada en los labios girara sus verdes ojos a mirar al hombre. -No llevo mucho aqui, pero ya he estudiado todos los puntos que estudiar y puedo encontrar casi cualquier cosa.- dijo guiñandole un ojo y dando otro trago a la cerveza vaciando asi la jarra que abandonó en la mesa más cercana a donde ella estaba, más despues de asegurar que no había perdido el tiempo en aquella citación, más parecía que la velada iba a poder ofrecer un poco más.
Observó como su compañero llamaba al que se encargaba de las apuestas de ese lugar, parece que antes de que ella llegara aquel hombre había tomado la molestia de hacer apuestas, lo que hizo que llamara al encargado de eso con motivo de que aquel rubio se había coronado vencedor contra todo pronostico. Cinder observó al hombre como titubeaba a la hora de pagar lo acordado, había gente con muy mal perder.
Cinder se cruzó de brazos mientras observaba como se guardaba el dinero y siguió con la mirada al hombrecillo que se dirigía a dos hombres mas grandes que armarios, más volvió a centrar su atención en su acompañante citado, al que la loba no pudo evitar sonreir de incluso dulce manera, mientras jugó con un mechón de su pelo. -Hecho.- Dijo aceptando la propuesta de sacarle entero, ella se acomodó el abrigo buscando sus dagas a mano, pues bien sabía lo que iba a venir, pues efectivamente aquel hombrecillo había alertado a dos hombres que sin duda sentía que el Charles les estaba robando, asi que era momento de sacar algo de armas de seducción, acicalandose coquetamente en lo que los hombres paraban el paso con cara de pocos amigos, sin duda con intención de desplumar, asi que Cinder avanzó de manera rauda hacía ambos. -Vamos, vamos caballeros, no hay por que ser groseros.- Dijo con cierto deje coqueto, aunque no funciono, pues el objetivo era dinero, un destello ambarino se mostró en los ojos de la mujer que agarró la mano de uno de los hombres y se la retorció hasta estar a punto de romperla.
-Si prefieres ser grosero.....- Gruñó ella y giró bruscamente la mano hasta que se escuchó el "crack" y los aullidos de dolor del enorme gorila, el segundo al darse cuenta de eso se giró buscando golpear a Cinder pero esta esquivó a tiempo agachandose y haciendo que sin querer golpeara a un hombre fortachon que sin duda se dedicaba a pelear en ese tugurio, este se giró y miro al guardaespaldas enfadado y se lanzó sobre él, Cinder miró a Charles. -El caos está servido, vamos querido es hora de largarse de aqui.- Le agarró del brazo con algo de confianza para abandonar aceleradamente el local y poder ir a un sitio mejor, y sin duda poder tener más detalles de aquel hombre.
Observó como su compañero llamaba al que se encargaba de las apuestas de ese lugar, parece que antes de que ella llegara aquel hombre había tomado la molestia de hacer apuestas, lo que hizo que llamara al encargado de eso con motivo de que aquel rubio se había coronado vencedor contra todo pronostico. Cinder observó al hombre como titubeaba a la hora de pagar lo acordado, había gente con muy mal perder.
Cinder se cruzó de brazos mientras observaba como se guardaba el dinero y siguió con la mirada al hombrecillo que se dirigía a dos hombres mas grandes que armarios, más volvió a centrar su atención en su acompañante citado, al que la loba no pudo evitar sonreir de incluso dulce manera, mientras jugó con un mechón de su pelo. -Hecho.- Dijo aceptando la propuesta de sacarle entero, ella se acomodó el abrigo buscando sus dagas a mano, pues bien sabía lo que iba a venir, pues efectivamente aquel hombrecillo había alertado a dos hombres que sin duda sentía que el Charles les estaba robando, asi que era momento de sacar algo de armas de seducción, acicalandose coquetamente en lo que los hombres paraban el paso con cara de pocos amigos, sin duda con intención de desplumar, asi que Cinder avanzó de manera rauda hacía ambos. -Vamos, vamos caballeros, no hay por que ser groseros.- Dijo con cierto deje coqueto, aunque no funciono, pues el objetivo era dinero, un destello ambarino se mostró en los ojos de la mujer que agarró la mano de uno de los hombres y se la retorció hasta estar a punto de romperla.
-Si prefieres ser grosero.....- Gruñó ella y giró bruscamente la mano hasta que se escuchó el "crack" y los aullidos de dolor del enorme gorila, el segundo al darse cuenta de eso se giró buscando golpear a Cinder pero esta esquivó a tiempo agachandose y haciendo que sin querer golpeara a un hombre fortachon que sin duda se dedicaba a pelear en ese tugurio, este se giró y miro al guardaespaldas enfadado y se lanzó sobre él, Cinder miró a Charles. -El caos está servido, vamos querido es hora de largarse de aqui.- Le agarró del brazo con algo de confianza para abandonar aceleradamente el local y poder ir a un sitio mejor, y sin duda poder tener más detalles de aquel hombre.
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
La mente humana casi no guarda secretos para Charles. Eso en ocasiones lo hace aburrido. ¿Cómo entonces va a divertirse si la mayor parte del tiempo puede saber qué es lo que los demás van a hacer incluso antes de que lo decidan? Como el hombre de las apuestas que ha corrido a toda velocidad a decirle a sus "socios" alguna mentira si no son parte del negocio o bien, les está robando. O la verdad, si participan de las ganancias a partes iguales. Lo que es lógico que se disgusten al saber que van a perder su dinero e intenten hacer algo para evitarlo. Charles recarga la espalda contra el pilar esperando con paciencia y la respuesta de su ahora compañera tampoco le sorprende. ¿Quién iba a negar un veinticinco por ciento de la ganancia sólo por dar unos cuantos golpes?
La sigue con pasos tranquilos, llevando las manos a los bolsillos del abrigo. La diestra, empuñando el dinero, la siniestra, la daga retráctil en caso de necesidad. La pistola está bien guardada en su cintura, presta a soltar el estruendo a la menor provocación y si algo de eso falla, está su constitución física y el entrenamiento por el que ha sudado e incluso, sangrado. El primero de los hombres, un oriental con redondas formas no exentas de fuerza bruta, calvo y cuyos ojos rasgados están casi semiabiertos por la intención de mostrar su intimidatoria postura, es caso fácil si se sabe golpear en el lugar preciso. Dos puñetazos son suficientes para hacerle doblar. Uno iría al cuello, el otro a los oídos y se desequilibraría.
El otro tipo es más complicado. El típico nórdico que ha peleado en nombre de Odín y Thor, cuyas cicatrices en el rostro son suficiente muestra de que no es tan fácil deshacerse de él sin contar con el bulto a su cintura, seguro alguna porra o un bastón de peso considerable hacen que en sus manazas sea un objeto mortal. Su altura es mayor que la de Charles, quizá por unos quince centímetros. La mujer se ve diminuta en su propia figura. Intenta algo de seducción, hablar con dulces palabras para empalagar los gustos de dos individuos que en lo que menos piensan es en clavarle el miembro en lo profundo del orificio de las nalgas femeninas.
Quizá después, cuando terminen con ambos, sea la mujer el trofeo extra para el desfogue de emociones y rabia.
El rubio toma impulso llevando la mano a su rostro para asestar el bofetón en el símil de la mujer, con lo que no contaba era con el pequeño secreto que su contacto ya había vertido en los oídos del inglés: "la persona que te envío sabe cuidarse bien, no desconfíes y deja que haga lo suyo". El impulso de la mano masculina es suficiente para que pierda el control y sea dominado por la fuerza contraria femenina. Termina en su espalda en tanto los ojos verdes del nórdico se abren sorprendidos. Ya está inhabilitado, deduce Charles al ver su expresión de azoro al tiempo que un crujir muy particular le transfigura el rictus hasta obligarlo a abrir la boca babeante y exhalar un alarido.
El oriental va a por la fémina descubriendo muy tarde que es ella a quien hay que detener y no a Charles. El golpe del grandulón es patético puesto que toda su atención se había concentrado en el inglés y ahora daba pasos torpes. Un movimiento ágil de su compañera le desestabiliza y el puño va a parar en el rostro de uno de los espectadores. Para mala suerte del chino, alguien que puede darle una respuesta en forma salvaje: el rostro regordete es atravesado por la jarra de vidrio, el cristal rompiéndose, astilla y atraviesa la piel dejando escapar gotas carmesíes.
Cinder vale su peso en oro. Charles deja que le tome del brazo y le saque de ahí con rapidez antes de que la trifulca se vuelva campal. Los golpes, gritos y destrozos se regalan en el sitio y son acompañados de las carreras de las mujeres por intentar protegerse haciendo que su salida sea invisible. Ni siquiera tiene que utilizar su navaja, mucho menos la pistola, lo que le concede a la mujer un punto extra. Afuera del lugar, avanzan con rapidez llegando hasta el establo improvisado, Charles toma el caballo que trajo consigo, lo monta y extiende la mano a la mujer para que suba a la grupa a sus espaldas. Jala las riendas dando la orden y el bronco corcel empieza su loca carrera en pos de otro lugar alejado de las miradas indiscretas.
La cabalgata se vuelve cada vez más rápida conforme Charles incita al animal a que mueva esas patas de carbón y sangre, mirando de vez en cuando a sus espaldas para asegurarse de que nadie los sigue. Una vez que llegan a un descampado solitario, detiene al caballo que relincha ansioso - aquí estaremos bien - anuncia dejando que la fémina desmonte e imitándola para después, amarrar al animal contra un árbol. Sonríe satisfecho sacando otro cigarro, encendiéndolo y dejando que el humo ascienda al infinito firmamento oscuro.
Se recarga contra el tronco del árbol - estoy satisfecho con su labor. Sin embargo, deberá contestar dos preguntas insignificantes. La primera es, ¿Qué haría si en este claro viera correr a una mujer perseguida por caballos y perros de caza y antes de que pueda usted hacer algo, notara que hombres desmontan para matarla de maneras inhumanas? La segunda, ¿Qué es usted? La fuerza con que le partió el brazo al sujeto me hace pensar que también hay algo especial en su persona, tómese el tiempo para responder - otra aspiración profunda al tabaco ilumina en poco el lugar.
Sólo existe un punto rojo en el extremo del cilindro de papel y tabaco. Esa forma de romperle el brazo es típica de un sujeto con una constitución física mayor o inclusive, de alguien sobrenatural. Ha escuchado de ellos, ha tenido a dos bajo su mando. Los beneficios han sido mayor teniéndolos a su lado. Ahora la pregunta es, ¿Qué tan humana es Cinder en realidad? ¿Podrá su conciencia ayudarle en su trabajo? De no ser así, entonces sabrá dónde colocarla: consiguiendo material muerto.
La sigue con pasos tranquilos, llevando las manos a los bolsillos del abrigo. La diestra, empuñando el dinero, la siniestra, la daga retráctil en caso de necesidad. La pistola está bien guardada en su cintura, presta a soltar el estruendo a la menor provocación y si algo de eso falla, está su constitución física y el entrenamiento por el que ha sudado e incluso, sangrado. El primero de los hombres, un oriental con redondas formas no exentas de fuerza bruta, calvo y cuyos ojos rasgados están casi semiabiertos por la intención de mostrar su intimidatoria postura, es caso fácil si se sabe golpear en el lugar preciso. Dos puñetazos son suficientes para hacerle doblar. Uno iría al cuello, el otro a los oídos y se desequilibraría.
El otro tipo es más complicado. El típico nórdico que ha peleado en nombre de Odín y Thor, cuyas cicatrices en el rostro son suficiente muestra de que no es tan fácil deshacerse de él sin contar con el bulto a su cintura, seguro alguna porra o un bastón de peso considerable hacen que en sus manazas sea un objeto mortal. Su altura es mayor que la de Charles, quizá por unos quince centímetros. La mujer se ve diminuta en su propia figura. Intenta algo de seducción, hablar con dulces palabras para empalagar los gustos de dos individuos que en lo que menos piensan es en clavarle el miembro en lo profundo del orificio de las nalgas femeninas.
Quizá después, cuando terminen con ambos, sea la mujer el trofeo extra para el desfogue de emociones y rabia.
El rubio toma impulso llevando la mano a su rostro para asestar el bofetón en el símil de la mujer, con lo que no contaba era con el pequeño secreto que su contacto ya había vertido en los oídos del inglés: "la persona que te envío sabe cuidarse bien, no desconfíes y deja que haga lo suyo". El impulso de la mano masculina es suficiente para que pierda el control y sea dominado por la fuerza contraria femenina. Termina en su espalda en tanto los ojos verdes del nórdico se abren sorprendidos. Ya está inhabilitado, deduce Charles al ver su expresión de azoro al tiempo que un crujir muy particular le transfigura el rictus hasta obligarlo a abrir la boca babeante y exhalar un alarido.
El oriental va a por la fémina descubriendo muy tarde que es ella a quien hay que detener y no a Charles. El golpe del grandulón es patético puesto que toda su atención se había concentrado en el inglés y ahora daba pasos torpes. Un movimiento ágil de su compañera le desestabiliza y el puño va a parar en el rostro de uno de los espectadores. Para mala suerte del chino, alguien que puede darle una respuesta en forma salvaje: el rostro regordete es atravesado por la jarra de vidrio, el cristal rompiéndose, astilla y atraviesa la piel dejando escapar gotas carmesíes.
Cinder vale su peso en oro. Charles deja que le tome del brazo y le saque de ahí con rapidez antes de que la trifulca se vuelva campal. Los golpes, gritos y destrozos se regalan en el sitio y son acompañados de las carreras de las mujeres por intentar protegerse haciendo que su salida sea invisible. Ni siquiera tiene que utilizar su navaja, mucho menos la pistola, lo que le concede a la mujer un punto extra. Afuera del lugar, avanzan con rapidez llegando hasta el establo improvisado, Charles toma el caballo que trajo consigo, lo monta y extiende la mano a la mujer para que suba a la grupa a sus espaldas. Jala las riendas dando la orden y el bronco corcel empieza su loca carrera en pos de otro lugar alejado de las miradas indiscretas.
La cabalgata se vuelve cada vez más rápida conforme Charles incita al animal a que mueva esas patas de carbón y sangre, mirando de vez en cuando a sus espaldas para asegurarse de que nadie los sigue. Una vez que llegan a un descampado solitario, detiene al caballo que relincha ansioso - aquí estaremos bien - anuncia dejando que la fémina desmonte e imitándola para después, amarrar al animal contra un árbol. Sonríe satisfecho sacando otro cigarro, encendiéndolo y dejando que el humo ascienda al infinito firmamento oscuro.
Se recarga contra el tronco del árbol - estoy satisfecho con su labor. Sin embargo, deberá contestar dos preguntas insignificantes. La primera es, ¿Qué haría si en este claro viera correr a una mujer perseguida por caballos y perros de caza y antes de que pueda usted hacer algo, notara que hombres desmontan para matarla de maneras inhumanas? La segunda, ¿Qué es usted? La fuerza con que le partió el brazo al sujeto me hace pensar que también hay algo especial en su persona, tómese el tiempo para responder - otra aspiración profunda al tabaco ilumina en poco el lugar.
Sólo existe un punto rojo en el extremo del cilindro de papel y tabaco. Esa forma de romperle el brazo es típica de un sujeto con una constitución física mayor o inclusive, de alguien sobrenatural. Ha escuchado de ellos, ha tenido a dos bajo su mando. Los beneficios han sido mayor teniéndolos a su lado. Ahora la pregunta es, ¿Qué tan humana es Cinder en realidad? ¿Podrá su conciencia ayudarle en su trabajo? De no ser así, entonces sabrá dónde colocarla: consiguiendo material muerto.
Charles Moncrieff- Esclavo de Sangre/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
La verdad era que la trifulca se le antojaba divertida, sobre todo la forma de haberse desecho de esos dos mastuerzos, estaba claro que usar su cara no siempre funcionaba, por muy adorable que intentase ser, algunos hombres primero necesitaban descargar la testosterona antes de que el cerebro se le desplazase un metro hacia abajo de su lugar inicial. Pero la trifulca montada le es tan divertida que añade leña al fuego señalando a otro que nada tenía que ver alegando a uno de los que la miran que fue aquel quien le golpeo, sin duda la travesura había llegado a buen puerto, tirando de Charles para escapar, el abandonar el lugar se hace practicamente invisible a los ojos de muchos, lo cual la salida es una victoria, una vez fuera se dejo guiar por el himano mientras miraba alrededor, observó al caballo a quien propinó unas caricias antes de subir agarrandose a la espalda del recien conocido, antes de abandonar el sitio, colocandose la capucha por encima de su cabeza.
Se pregunta cual es el siguiente destino, mientras observa el lugar a donde consiguen llegar, mira alrededor con sorpresa, al ver que es un descampado, el sitio perfecto para hacer maldades, se desliza para bajar del caballo hechando un vistazo a su alrededor antes de mirar a Charles nuevamente ladeando la cabeza.
Le observa con atención, casi estudiandole mientras pasea lentamente de un lado a otro, como acechando a su presa, con las manos entrelazadas a la espalda, manteniendo esa sonrisa maliciosa, el que le habia citado con él le había dado poca información a la loba, solo como era y que iba a ofrecerle un trabajo prometedor, pero ahora llegaba el momento de la verdad, y tenía que asegurarse de que esto valía la pena, observó como nuevamente empezaba a fumar y en una actitud que a la loba se le antojo chulesca vió como se recostaba en el arbol, ella ladeo su sonrisa con cierta malicia, mientras le olfateaba con cierto disimulo para que no le alertase ese comportamiento, más perece que el humano tenía algo más que añadir a todo esto.
Las cuestiones se le antojaron divertida, pero no parecía que fuera alguien que se asustase si fuera arrolladoramente sincera, la chica miraba alrededor cuando soltó la primera pregunta, y despues enarcó las cejas cuando preguntó por su naturaleza, al preguntar tan abiertamente, lo que le daba a sospechar que a pesar de ser humano conocía bien a los seres sobrenaturales, lo cual podía ser algo sumamente bueno, se mordió el labio inferior mientras jugaba con un mechon de su oscura melena. -Bien te voy a responder primero a la segunda capciosa pregunta querido.- Dijo casi con cierto deje de entusiasmo. -Digamos que por las noches aullo a la luna de manera pasional.- Se acercó lentamente mirando al hombre, y cuando apenas estaba a unos pocos centimetros de él se aseguró que tuviera una buena visión del rostro de la femina y fue entonces cuando dejo que sus ojos pasaran a un color amarillo radiactivo, asi se mantuvieron durante unos segundos antes de volver a apagare. -Espero que eso te ilumine. y no te dé miedo....no muerdo...muy fuerte.- Rió de manera pilla mientras paseo la vista por el infinito.
-En cuanto a la primera pregunta te dire que depende de quien pueda ofrecerme mas dinero por la defensa.- Estalló en risa y nego con la cabeza levantando las manos. -Es broma, si te soy sincera llamaría a los perros para que me obedecieran a mi, y cazaría a la mujer y a los que la persiguen....y me comeria al que mejor huela.- Guiño un ojo por la respuesta.- ¿Por qué cazar a uno pudiendo más de una presa...? la caza es tan gratificante a veces, aunque luego segun el dia me pongo algo territorial, pero que no te inquiete la respuesta, realmente para mi la lealtad es algo realmente importante...¿te parecen acertadas mis respuestas?- Dice con cierto desconfiado mientras le miraba de arriba abajo. -¿Y tu? Cuales son tus principios, y solo como sugerencia...espero que seas sincero.- Le miró espectante, casi analizandole, casi dispuesta a olfatear un engaño por parte de él, fruncio el ceño adoptando una posición algo más seria, denotando que aunque aparentaba un permante buen humor no es que se tomase las cosas a broma por ello.
Se pregunta cual es el siguiente destino, mientras observa el lugar a donde consiguen llegar, mira alrededor con sorpresa, al ver que es un descampado, el sitio perfecto para hacer maldades, se desliza para bajar del caballo hechando un vistazo a su alrededor antes de mirar a Charles nuevamente ladeando la cabeza.
Le observa con atención, casi estudiandole mientras pasea lentamente de un lado a otro, como acechando a su presa, con las manos entrelazadas a la espalda, manteniendo esa sonrisa maliciosa, el que le habia citado con él le había dado poca información a la loba, solo como era y que iba a ofrecerle un trabajo prometedor, pero ahora llegaba el momento de la verdad, y tenía que asegurarse de que esto valía la pena, observó como nuevamente empezaba a fumar y en una actitud que a la loba se le antojo chulesca vió como se recostaba en el arbol, ella ladeo su sonrisa con cierta malicia, mientras le olfateaba con cierto disimulo para que no le alertase ese comportamiento, más perece que el humano tenía algo más que añadir a todo esto.
Las cuestiones se le antojaron divertida, pero no parecía que fuera alguien que se asustase si fuera arrolladoramente sincera, la chica miraba alrededor cuando soltó la primera pregunta, y despues enarcó las cejas cuando preguntó por su naturaleza, al preguntar tan abiertamente, lo que le daba a sospechar que a pesar de ser humano conocía bien a los seres sobrenaturales, lo cual podía ser algo sumamente bueno, se mordió el labio inferior mientras jugaba con un mechon de su oscura melena. -Bien te voy a responder primero a la segunda capciosa pregunta querido.- Dijo casi con cierto deje de entusiasmo. -Digamos que por las noches aullo a la luna de manera pasional.- Se acercó lentamente mirando al hombre, y cuando apenas estaba a unos pocos centimetros de él se aseguró que tuviera una buena visión del rostro de la femina y fue entonces cuando dejo que sus ojos pasaran a un color amarillo radiactivo, asi se mantuvieron durante unos segundos antes de volver a apagare. -Espero que eso te ilumine. y no te dé miedo....no muerdo...muy fuerte.- Rió de manera pilla mientras paseo la vista por el infinito.
-En cuanto a la primera pregunta te dire que depende de quien pueda ofrecerme mas dinero por la defensa.- Estalló en risa y nego con la cabeza levantando las manos. -Es broma, si te soy sincera llamaría a los perros para que me obedecieran a mi, y cazaría a la mujer y a los que la persiguen....y me comeria al que mejor huela.- Guiño un ojo por la respuesta.- ¿Por qué cazar a uno pudiendo más de una presa...? la caza es tan gratificante a veces, aunque luego segun el dia me pongo algo territorial, pero que no te inquiete la respuesta, realmente para mi la lealtad es algo realmente importante...¿te parecen acertadas mis respuestas?- Dice con cierto desconfiado mientras le miraba de arriba abajo. -¿Y tu? Cuales son tus principios, y solo como sugerencia...espero que seas sincero.- Le miró espectante, casi analizandole, casi dispuesta a olfatear un engaño por parte de él, fruncio el ceño adoptando una posición algo más seria, denotando que aunque aparentaba un permante buen humor no es que se tomase las cosas a broma por ello.
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
El pasado otorga experiencias de todo tipo, desde las más básicas: comer, aprender a qué hacer y qué no para no perecer, quiénes son los que están a tu alrededor y pueden brindar seguridad; como las más complicadas: las estrategias a utilizar para evitar que el dinero falte, los movimientos necesarios para atrapar a algunas personas en sus propios juegos o las criaturas que están alrededor y que pueden ser peligrosas, por lo que es prudente mantenerse a distancia. Si bien las preguntas a Cinder eran al parecer vagas, la realidad es que son filosas cuchillas que atraviesan toda superficie, arterias y venas para llegar al punto más profundo y hacer emanar el elixir vital. En este caso, las palabras que son imprescindibles para colocar a la fémina en el lugar exacto de la estructura orgánica del interrogador.
Y sus palabras, si bien enfundadas en un tono dulce y alegre, pueden ser en otros oídos, la más viva resolución de que Cinder no es una persona a tener al lado si algo se desestabiliza en ella. Excepto para el interrogador que, como si fuera una figura de su mental ajedrez, la coloca en una posición superior a la de los peones. La postura de ella, aunada a su constante caminar cual depredadora da fuerza a esas oraciones brutales y sin velos que puedan malinterpretar los ojos del humano.
"Digamos que por las noches aúllo a la luna de manera pasional". La imagen sugerente invade sus pensamientos, la piel cubierta de un grueso pelaje, el hocico cánido alzándose sobre el cuerpo en una parodia de quien alza la mano para alcanzar las estrellas, las garras filosas, brillantes y mortales recorriendo el espacio-tiempo hasta llegar a su presa son todos los conceptos básicos que aluden a esa oración. Un lobo. Loba, se corrige. Había escuchado de esta clase de seres, pero jamás había visto uno. Un escalofrío recorre desde el coxis hasta la nuca, cada vértebra tiembla y en consecuencia, el resto del cuerpo de sólo imaginar lo que las bocas de quien se han enfrentado a un ente así, la sensación de inferioridad ante el ser que puede duplicar su peso y altura con sólo desearlo. Y a pesar de ello, hay demasiadas premisas que deben eliminarse porque el folclor no atiende a la ciencia, pero sí a las supersticiones.
Le parece por un momento, que eligió mal el lugar para estar con ella a solas. Cuando va acercándose sus labios se amplían en lo que parece ser una sonrisa y culmina con una mueca. ¿Miedo? Por supuesto. No lo va a negar porque hacerlo es entrar en un grupo de necios que no entienden que el punto inequívoco es negarlo. Se debe sentirlo para reaccionar y triunfar. Su cabeza se mueve de derecha a izquierda hasta que un crujir rompe el silencio. Las intenciones de la loba se descubren cuando sus ojos cambian. - El miedo es parte de la esencia humana, sea sobrenatural o no. Estoy convencido de que la debilidad no está en sentirlo, está en escapar. Se debe actuar, superar la parálisis del cuerpo para reaccionar. En el instante en que no pueda hacerlo, tienes la obligación de darme un paliza o una mordida - el cigarrillo acude a sus labios. Lo aprieta entre éstos aspirando el humo antes de sonreír de lado y sacar la bocanada gris.
La siguiente respuesta descubre el alma de la fémina sin que ésta lo reconozca o quizá, por eso mismo, tiene tal contestación. La amenaza le gana una sonrisa que va convirtiéndose poco a poco en un sonido alegre que emana de su garganta hasta que se alza al cielo la carcajada. Su cabeza se mueve de derecha a izquierda formando un "no" silencioso - no arruinemos los negocios con estas actitudes banales e infantiles. Soy un hombre de honor en lo que respecta a mis socios. Te estoy calibrando para saber si serás alguien de mi equipo y me sales con ésto. Organizo espectáculos, horas de diversión donde aquél que paga, es trasladado a lugares como éste para cazar a humanos. Incluso me han solicitado a un vampiro recién convertido. Cada uno tiene su precio, la organización y los elementos que se utilizan también llevan un costo. Todos los que participan bajo mis órdenes reciben una tajada, pero para ello, debo encontrar primero a quien pueda proporcionarme lo que necesito sin que haga demasiadas preguntas. Y ahí es que entras tú - se aleja del árbol para llegar hasta el caballo.
Saca de un pequeño bolso un bulto de tela. Se acerca hasta ella descubriendo lo que contiene: queso y carne seca. Sin preocuparse, toma asiento en el suelo dejando la tela en el mismo para tomar el queso y cual picnic le ofrece a ella el pedazo que acaba de cortar - la superstición es un mal a exterminar. Sé los cuentos básicos del hombre lobo, sólo tú podrías decirme cuál es la verdad tras el mito. ¿Son sólo capaces de transformarse a la luz de la luna llena? ¿Una mordida es suficiente para crear a otro? ¿La plata es mortal? Mientras más conozca de tu especie, mejor podría protegerte. Cierto, ten tu primer paga - saca del abrigo el dinero de las apuestas, lo cuenta meticuloso y separa una cuarta parte dejándosela al alcance de la mano. - Te repito que soy hombre de negocios y me gusta que mi equipo reconozca la clase de jefe que tienen - parte un pedazo de carne y se lo lleva a la boca masticándolo con tranquilidad en tanto los grillos emiten sonidos propios y la luna ilumina el sitio.
Y sus palabras, si bien enfundadas en un tono dulce y alegre, pueden ser en otros oídos, la más viva resolución de que Cinder no es una persona a tener al lado si algo se desestabiliza en ella. Excepto para el interrogador que, como si fuera una figura de su mental ajedrez, la coloca en una posición superior a la de los peones. La postura de ella, aunada a su constante caminar cual depredadora da fuerza a esas oraciones brutales y sin velos que puedan malinterpretar los ojos del humano.
"Digamos que por las noches aúllo a la luna de manera pasional". La imagen sugerente invade sus pensamientos, la piel cubierta de un grueso pelaje, el hocico cánido alzándose sobre el cuerpo en una parodia de quien alza la mano para alcanzar las estrellas, las garras filosas, brillantes y mortales recorriendo el espacio-tiempo hasta llegar a su presa son todos los conceptos básicos que aluden a esa oración. Un lobo. Loba, se corrige. Había escuchado de esta clase de seres, pero jamás había visto uno. Un escalofrío recorre desde el coxis hasta la nuca, cada vértebra tiembla y en consecuencia, el resto del cuerpo de sólo imaginar lo que las bocas de quien se han enfrentado a un ente así, la sensación de inferioridad ante el ser que puede duplicar su peso y altura con sólo desearlo. Y a pesar de ello, hay demasiadas premisas que deben eliminarse porque el folclor no atiende a la ciencia, pero sí a las supersticiones.
Le parece por un momento, que eligió mal el lugar para estar con ella a solas. Cuando va acercándose sus labios se amplían en lo que parece ser una sonrisa y culmina con una mueca. ¿Miedo? Por supuesto. No lo va a negar porque hacerlo es entrar en un grupo de necios que no entienden que el punto inequívoco es negarlo. Se debe sentirlo para reaccionar y triunfar. Su cabeza se mueve de derecha a izquierda hasta que un crujir rompe el silencio. Las intenciones de la loba se descubren cuando sus ojos cambian. - El miedo es parte de la esencia humana, sea sobrenatural o no. Estoy convencido de que la debilidad no está en sentirlo, está en escapar. Se debe actuar, superar la parálisis del cuerpo para reaccionar. En el instante en que no pueda hacerlo, tienes la obligación de darme un paliza o una mordida - el cigarrillo acude a sus labios. Lo aprieta entre éstos aspirando el humo antes de sonreír de lado y sacar la bocanada gris.
La siguiente respuesta descubre el alma de la fémina sin que ésta lo reconozca o quizá, por eso mismo, tiene tal contestación. La amenaza le gana una sonrisa que va convirtiéndose poco a poco en un sonido alegre que emana de su garganta hasta que se alza al cielo la carcajada. Su cabeza se mueve de derecha a izquierda formando un "no" silencioso - no arruinemos los negocios con estas actitudes banales e infantiles. Soy un hombre de honor en lo que respecta a mis socios. Te estoy calibrando para saber si serás alguien de mi equipo y me sales con ésto. Organizo espectáculos, horas de diversión donde aquél que paga, es trasladado a lugares como éste para cazar a humanos. Incluso me han solicitado a un vampiro recién convertido. Cada uno tiene su precio, la organización y los elementos que se utilizan también llevan un costo. Todos los que participan bajo mis órdenes reciben una tajada, pero para ello, debo encontrar primero a quien pueda proporcionarme lo que necesito sin que haga demasiadas preguntas. Y ahí es que entras tú - se aleja del árbol para llegar hasta el caballo.
Saca de un pequeño bolso un bulto de tela. Se acerca hasta ella descubriendo lo que contiene: queso y carne seca. Sin preocuparse, toma asiento en el suelo dejando la tela en el mismo para tomar el queso y cual picnic le ofrece a ella el pedazo que acaba de cortar - la superstición es un mal a exterminar. Sé los cuentos básicos del hombre lobo, sólo tú podrías decirme cuál es la verdad tras el mito. ¿Son sólo capaces de transformarse a la luz de la luna llena? ¿Una mordida es suficiente para crear a otro? ¿La plata es mortal? Mientras más conozca de tu especie, mejor podría protegerte. Cierto, ten tu primer paga - saca del abrigo el dinero de las apuestas, lo cuenta meticuloso y separa una cuarta parte dejándosela al alcance de la mano. - Te repito que soy hombre de negocios y me gusta que mi equipo reconozca la clase de jefe que tienen - parte un pedazo de carne y se lo lleva a la boca masticándolo con tranquilidad en tanto los grillos emiten sonidos propios y la luna ilumina el sitio.
Charles Moncrieff- Esclavo de Sangre/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
La morena miraba al hombre con atención, mientras sonreía de medio lado escuchando al hombre, sin duda la reacción que tuvo cuando desveló la naturaleza verdadera de una forma más o menos en cubierta, pero sin duda aquel hombre no era como otros, lo normal es que hubiera salido corriendo o que hubiera tomado ese comentarío cono una excentricidad, o quizás con una conotación muy distinta a la que realmente se refería, frunció los labios mientras miraba a aquel hombre, jugando con un mechon de su pelo, sin duda su reacción fue bastante agradable .-El miedo es solo un mecanismo de defensa y en algunas ocasiones necesario.- Comentó de manera distraida, no se las iba a dar de invencible, aunque a veces su actitud lo pareciera.
Clavó su mirada en Charles alzando una ceja cuando dió su opinión ante la advertencia de la joven de que fuese sincero, pues para ella nada era lo suficientemente precavido, ladeó la cabeza, mientras escuchaba las palabra de él, y aunque mostró un mohin por el comentario de que su preocupación era infantil, la loba solo se cruzo de brazos por su respuesta, aunque sin duda le valieron gratamente las palabras respecto a su pregunta, aunque dibujo una sonrisa maliciosa cuando comentó el tipo de negocio, sin duda era algo peculiar, pero lo que comentó del vampiro joven se vió obligada a intervenir para aclarar algunos asuntos, un negocio es un negocio, y aunque el riesgo era la sal y la pimienta de la vida para ojos de Cinder, tampoco había que pecar de estupida.
-Espero poder participar cazando en esos espectaculos...aunque no creo que sea buena idea para mi, me daría a conocer demasiado y perdería parte de mi encanto.- Bromeo mientras negaba con la cabeza. -En cuanto a cazar vampiros jovenes, no tengo inconveniente, pero el vampiro joven suele estar acostumbrado a ir acompañado a algo que se llaman Sire..que suele ser el que los ha convertido, y esos amigo son con los que hay que andarse con ojo.- Sin duda Cinder había tenido que salir alguna vez con el rabo entre las patas, pues hay vampiros bastantes poderosos, sobre todo cuando los siglos empiezan a abrazar al vampiro, y aunque ella sabía el daño que podía hacer a un vampiro eso funcionaba también a la inversa, sencillamente eran especies rivales, aunque dudaba que un humano supiera eso.
Sonrió aceptando el trozo de queso, para cruzar las piernas y dejarse caer en la hierba degustando la comida, mientras escuchaba las preguntas que su nuevo socio tenía sobre su naturaleza, ella dibujaba una amplia sonrisa divertida por la curiosidad, esperó a terminar de comer el trocito de queso que tenía en la boca, antes de empezar a darle luz sobre el tema. -La luna llena nos enloquece, nos vuelve seres irracionales cargados de frenesí animal, perdiendo la noción y no controlamos lo que hacemos, hay quienes se encadenan para no dañar a nadie y hay quienes se adentran en el bosque para dejar florecer nuestro lado salvaje.- Le guiñó un ojo.- Algunos lo suficientemente experimentados aprendemos a mas o menos manejarnos aun en nuestra forma bestial, pero no es cien por cien efectiva...- Reveló, esa parte no era algo que normalmente revelase, pero no creyó que fuese peligroso confiarle esa parte de saber en cierta medida recuperar la conciencia en su forma animal, más por lo dicho por Charles no había por que ocultar eso.
-En cuanto a la mordida...solo es contagiosa en el la forma animal, de hecho asi me convirtió mi padre, pero eso es una historia aburrida.-Dejó escapar una risa cinica al comentar eso último de naturaleza más personal y se recostó en la hierba apoyando su cabeza sobre su mano, poniendo una postura similar a la que pones cuando tomas el sol en la playa. -Ahora a pesar de no estar en luna llena puedo dejar salir ciertos rasgos, aunque normalmente ocurre cuando me enfado, ojos ambar, uñas afiladas, y dentadura puntiaguda, parecida a la de un vampiro, solo que yo gruño...pero nada más de ello cuando no hay luna llena, salvo que a pesar de aparentar ser humana, el olfato sigue siendo agudo, igual que el oido, mas fuerza, mas velocidad...esas cosas ¿acaso te interesa que te dé un mordisquito?.- Dió una mordida al aire de manera sugerente y despues se tumbó del todo en la hierba riendose.
-Si, la plata nos hace daño.- Suspira y recoge el dinero ganado, guardandoselo y perdiendo su mirada en las constelaciones del cielo mientras entrelaza los dedos tras la nuca, pensando que ahora sería buen momento para saciar más la curiosidad de su socio. -Mi turno, ¿que seres sobrenaturales conoces y desde cuando?.- Casi eso era lo que más curiosidad le daba, pero despues fue a lo realmente importante. - Hablame más detalladamente del negocio que traes entre manos, me ha gustado el concepto, pero quisiera conocer mejor los detalles.- Aseguró mientras despues guardó silencio con el ceño fruncido para escuchar a su acompañante.
Clavó su mirada en Charles alzando una ceja cuando dió su opinión ante la advertencia de la joven de que fuese sincero, pues para ella nada era lo suficientemente precavido, ladeó la cabeza, mientras escuchaba las palabra de él, y aunque mostró un mohin por el comentario de que su preocupación era infantil, la loba solo se cruzo de brazos por su respuesta, aunque sin duda le valieron gratamente las palabras respecto a su pregunta, aunque dibujo una sonrisa maliciosa cuando comentó el tipo de negocio, sin duda era algo peculiar, pero lo que comentó del vampiro joven se vió obligada a intervenir para aclarar algunos asuntos, un negocio es un negocio, y aunque el riesgo era la sal y la pimienta de la vida para ojos de Cinder, tampoco había que pecar de estupida.
-Espero poder participar cazando en esos espectaculos...aunque no creo que sea buena idea para mi, me daría a conocer demasiado y perdería parte de mi encanto.- Bromeo mientras negaba con la cabeza. -En cuanto a cazar vampiros jovenes, no tengo inconveniente, pero el vampiro joven suele estar acostumbrado a ir acompañado a algo que se llaman Sire..que suele ser el que los ha convertido, y esos amigo son con los que hay que andarse con ojo.- Sin duda Cinder había tenido que salir alguna vez con el rabo entre las patas, pues hay vampiros bastantes poderosos, sobre todo cuando los siglos empiezan a abrazar al vampiro, y aunque ella sabía el daño que podía hacer a un vampiro eso funcionaba también a la inversa, sencillamente eran especies rivales, aunque dudaba que un humano supiera eso.
Sonrió aceptando el trozo de queso, para cruzar las piernas y dejarse caer en la hierba degustando la comida, mientras escuchaba las preguntas que su nuevo socio tenía sobre su naturaleza, ella dibujaba una amplia sonrisa divertida por la curiosidad, esperó a terminar de comer el trocito de queso que tenía en la boca, antes de empezar a darle luz sobre el tema. -La luna llena nos enloquece, nos vuelve seres irracionales cargados de frenesí animal, perdiendo la noción y no controlamos lo que hacemos, hay quienes se encadenan para no dañar a nadie y hay quienes se adentran en el bosque para dejar florecer nuestro lado salvaje.- Le guiñó un ojo.- Algunos lo suficientemente experimentados aprendemos a mas o menos manejarnos aun en nuestra forma bestial, pero no es cien por cien efectiva...- Reveló, esa parte no era algo que normalmente revelase, pero no creyó que fuese peligroso confiarle esa parte de saber en cierta medida recuperar la conciencia en su forma animal, más por lo dicho por Charles no había por que ocultar eso.
-En cuanto a la mordida...solo es contagiosa en el la forma animal, de hecho asi me convirtió mi padre, pero eso es una historia aburrida.-Dejó escapar una risa cinica al comentar eso último de naturaleza más personal y se recostó en la hierba apoyando su cabeza sobre su mano, poniendo una postura similar a la que pones cuando tomas el sol en la playa. -Ahora a pesar de no estar en luna llena puedo dejar salir ciertos rasgos, aunque normalmente ocurre cuando me enfado, ojos ambar, uñas afiladas, y dentadura puntiaguda, parecida a la de un vampiro, solo que yo gruño...pero nada más de ello cuando no hay luna llena, salvo que a pesar de aparentar ser humana, el olfato sigue siendo agudo, igual que el oido, mas fuerza, mas velocidad...esas cosas ¿acaso te interesa que te dé un mordisquito?.- Dió una mordida al aire de manera sugerente y despues se tumbó del todo en la hierba riendose.
-Si, la plata nos hace daño.- Suspira y recoge el dinero ganado, guardandoselo y perdiendo su mirada en las constelaciones del cielo mientras entrelaza los dedos tras la nuca, pensando que ahora sería buen momento para saciar más la curiosidad de su socio. -Mi turno, ¿que seres sobrenaturales conoces y desde cuando?.- Casi eso era lo que más curiosidad le daba, pero despues fue a lo realmente importante. - Hablame más detalladamente del negocio que traes entre manos, me ha gustado el concepto, pero quisiera conocer mejor los detalles.- Aseguró mientras despues guardó silencio con el ceño fruncido para escuchar a su acompañante.
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
Un poco de carne es triturado en los molares, es como estar en una taberna escuchando a los viejos compañeros hablar de banalidades, aunque de esta conversación se sacan buenos apuntes para no errar la siguiente vez. Hablando de comer, falta la bebida. Emite un gruñido de molestia desviando la mirada al caballo, estudiándolo para ver si con las patas puede deshacerse de la amarra y acercarse porque tiene pereza de incorporarse y sacar la petaca con el whisky. Al final se rinde, - odio no tener servidumbre - se incorpora con un movimiento lento acercándose paso a paso a la bestia. Sus manos vagan por el bolso hasta encontrar lo buscado. Lo toma jugueteando con él, lanzando el objeto a unos escasos centímetros para atraparlo y vuelta de nuevo. Arriba-abajo.
En tanto va regresando, observa el lugar estudiándolo, no quiere más sorpresas de las que él no haya buscado. Abre la petaca para dar un sorbo al contenido obteniendo en respuesta la conocida abrasión a su lengua, para deslizarla después hacia su garganta y, cual serpiente, sentirla ondularse hasta quedarse en su pecho enroscada. Un sonido gutural emana de su boca entrecerrando los ojos antes de echársela a Cinder - whisky, el mejor de mi terruño, para participar en la cacería deberás pagar tu propia presa y no creo que te gusten los costos, optarás por hacerlo tú misma con las habilidades que te obsequiaron - le explica en tanto levanta los brazos para estirar las vértebras arqueándose como si deseara alcanzar el cielo con las manos, pero sólo es un estiramiento. Vuelve a su posición frente a la fémina, sentándose a horcajadas sobre el pasto.
Apenas su culo toca el piso, se queda quieto, su ceja izquierda se levanta formando unas arrugas en la frente - lo del Sire no me preocupa. Quien lo transformó fue uno de mis antiguos colaboradores. No soy tan idiota para meterme con algo que no conozco. Primero me informo, luego actúo - corta otro pedazo de carne para morderlo con hambre. Es un hombre pragmático, las dificultades son para aquéllos que no han tomado las precauciones necesarias. - Si el bastardo se salía de control, su Sire estaba en plena cacería para exterminarlo. El transformado fue un vagabundo, pero su cacería me dio los datos necesarios para saber que, en caso de que alguien nuevo se presentase en mi camino, dar media vuelta para buscar apoyo con la Inquisición - sus ojos acerados se posan en la mujer - por supuesto, si tú te sales de control, procuraré inhabilitarte porque no pienso perder a una socia tan prometedora - y sus palabras son sinceras.
El beneficio es la pieza medular de su actuar. Si ella no tiene control en algún momento, tendrá que pararla hasta que pueda hacerla reaccionar. - Perderte sería un inconveniente para los negocios. Así que procura contarme lo que te preocupa, así podremos armar un plan para que sigas a mi lado - calla cuando ella sigue explicándole sobre los pormenores del hombre lobo. Mujer loba, se corrige. Se sonríe contento y satisfecho. Tiene a alguien de bastante valía en el equipo como había sido el vampiro en su momento. - mordiscos cuando quieras, pero preferentemente en un lugar donde pueda ocultarlo y también, en un sitio donde pueda demostrarte lo que provocan en mí las mordidas -le coquetea divertido. Empieza a relajarse, no demasiado, pero hay atisbos de ello en el cambio de su postura, de sus movimientos. El compartir su comida.
Se queda meditando - si lo que quieres es atarte, me avisas, tengo un lugar donde puedo contenerte, si lo que deseas es salir y dar rienda suelta a tu instinto animal, sólo avísame para quedarme en casa o evitar el lugar por donde andes. No soy un cobarde, pero la precaución me ha mantenido vivo. Y no, no quiero transformarme. Si voy a perder el control en noches de luna llena, no me agrada. No me considero capaz de soportar la pérdida de mi cordura - extiende la mano para tomar la petaca y darle otro trago. La conversación con una loba es peculiar y satisfactoria, así que puede continuar con ésto durante más tiempo. Le parece una inversión valiosa en lugar de una banalidad.
Tras tragar un pedazo de queso, cambia de posición flexionando una pierna apoyada en el piso y estirando la otra. Su brazo se enrosca en la que sigue erguida antes de colocar la barba sobre el antebrazo, sus ojos se sumen en los recuerdos e intenta ser lo más conciso posible, - el vampiro que te relaté y dos cambiaformas. Uno era tremendo oso que casi me mata en mis incursiones a los bosques de Irlanda y que no podía matar por más pólvora que gastaran mis balas hasta que el vampiro me rescató y el otro cambiaformas, era una serpiente. Una cobra real, por lo que me comentaron después tras haberla descrito. Una especie de la India. Me dio un susto de muerte puesto que casi alcanza a morderme. Como ya sabía cómo destruirla, tras la primera bala que le acerté y noté que no le hacía daño, cambié de estrategia y fui a por las de plata. Perdí a tres de mis hombres, pero verla tornar a su forma humana fue fascinante. El oso y el vampiro fue cuando era un crío de dieciocho años, la serpiente, hace dos. Nunca pude atravesar demasiado la coraza del vampiro, no me dijo nada de los de tu raza, supongo que la leyenda de que son acérrimos rivales tiene su peso y temía en lo profundo que le fuera a traicionar, algo que jamás hice - su apéndice bucal lubrica los labios del hombre tras otro trago a la petaca.
Inquieto, se pone en pie caminando en círculos alrededor del improvisado picnic - mi negocio ya fue probado en Inglaterra. Tiene grandes beneficios. Algún acaudalado, aburrido de los placeres mundanos contacta con el vendedor quien me informa de los requerimientos, hago la estrategia, el presupuesto, llamo a las personas adecuadas, si el contratante está de acuerdo en el precio y los términos, raptamos a alguien de bajos recursos o bien, a quien se apegue a las especificaciones, lo mantenemos oculto en tanto todo se prepara y lo soltamos para que nuestro cliente le dé cacería. El resultado de la misma depende de la pericia del cliente, pero hay que tener a un grupo nutrido de personas ocultas bajo capuchas para que la presa no escape y esté contenido en un espacio controlado. La cacería no termina hasta que uno de los dos, presa o cazador, muera. Si muere el cliente, limpiamos la zona y matamos a la presa para no tener testigos. Si es la presa la occisa, se limpia la zona y tenemos cliente satisfecho para la siguiente vez. Cuando veo que el cliente está en peligro, procuro que le ayuden, pero si el sujeto en cuestión es idiota y pide que lo dejen solo a pesar de que se nota que terminará muerto, pues fue su idiotez la que lo mató. Obviamente, todo se cobra por adelantado. En ocasiones, el cliente pide que no sea una cacería, si no que le dejen a la presa servida y atada como cerdo. Se hace como indique. No soy nadie para juzgar la habilidad de mis clientes, sólo un creador de espectáculos. ¿Entiendes el concepto? Al final, pago a todos los que intervinieron y a nuestro siguiente negocio - culmina deteniendo su andar al lado de ella.
Su mente se hunde en los recuerdos y detalles, todo parece estar claro. - Si vas a participar, desde ya te aviso que todo ésto es confidencial. No quiero a otros sujetos elaborando espectáculos y quitándonos la plata que podríamos ganar. No me gustan las competencias. Si vemos que alguien está imitándonos, pues sabrá que no debe hacerse porque la última vez, el vampiro se ganó el placer de cazarlo y consumir toda su sangre. En caso de hacerse aquí, en París, seguro que lo pondremos a debate sobre quién es el que va a por él, pero algo exijo: cabal cumplimiento con su labor. Todos somos adultos, por lo que el profesionalismo es indispensable. ¿Aceptas el trabajo? Porque de ser así, tenemos que ver todo lo que nos falta, así como las personas que necesitamos para que colaboren con nosotros - saca un cigarrillo y lo enciende.
Por su lado, todo está dicho.
En tanto va regresando, observa el lugar estudiándolo, no quiere más sorpresas de las que él no haya buscado. Abre la petaca para dar un sorbo al contenido obteniendo en respuesta la conocida abrasión a su lengua, para deslizarla después hacia su garganta y, cual serpiente, sentirla ondularse hasta quedarse en su pecho enroscada. Un sonido gutural emana de su boca entrecerrando los ojos antes de echársela a Cinder - whisky, el mejor de mi terruño, para participar en la cacería deberás pagar tu propia presa y no creo que te gusten los costos, optarás por hacerlo tú misma con las habilidades que te obsequiaron - le explica en tanto levanta los brazos para estirar las vértebras arqueándose como si deseara alcanzar el cielo con las manos, pero sólo es un estiramiento. Vuelve a su posición frente a la fémina, sentándose a horcajadas sobre el pasto.
Apenas su culo toca el piso, se queda quieto, su ceja izquierda se levanta formando unas arrugas en la frente - lo del Sire no me preocupa. Quien lo transformó fue uno de mis antiguos colaboradores. No soy tan idiota para meterme con algo que no conozco. Primero me informo, luego actúo - corta otro pedazo de carne para morderlo con hambre. Es un hombre pragmático, las dificultades son para aquéllos que no han tomado las precauciones necesarias. - Si el bastardo se salía de control, su Sire estaba en plena cacería para exterminarlo. El transformado fue un vagabundo, pero su cacería me dio los datos necesarios para saber que, en caso de que alguien nuevo se presentase en mi camino, dar media vuelta para buscar apoyo con la Inquisición - sus ojos acerados se posan en la mujer - por supuesto, si tú te sales de control, procuraré inhabilitarte porque no pienso perder a una socia tan prometedora - y sus palabras son sinceras.
El beneficio es la pieza medular de su actuar. Si ella no tiene control en algún momento, tendrá que pararla hasta que pueda hacerla reaccionar. - Perderte sería un inconveniente para los negocios. Así que procura contarme lo que te preocupa, así podremos armar un plan para que sigas a mi lado - calla cuando ella sigue explicándole sobre los pormenores del hombre lobo. Mujer loba, se corrige. Se sonríe contento y satisfecho. Tiene a alguien de bastante valía en el equipo como había sido el vampiro en su momento. - mordiscos cuando quieras, pero preferentemente en un lugar donde pueda ocultarlo y también, en un sitio donde pueda demostrarte lo que provocan en mí las mordidas -le coquetea divertido. Empieza a relajarse, no demasiado, pero hay atisbos de ello en el cambio de su postura, de sus movimientos. El compartir su comida.
Se queda meditando - si lo que quieres es atarte, me avisas, tengo un lugar donde puedo contenerte, si lo que deseas es salir y dar rienda suelta a tu instinto animal, sólo avísame para quedarme en casa o evitar el lugar por donde andes. No soy un cobarde, pero la precaución me ha mantenido vivo. Y no, no quiero transformarme. Si voy a perder el control en noches de luna llena, no me agrada. No me considero capaz de soportar la pérdida de mi cordura - extiende la mano para tomar la petaca y darle otro trago. La conversación con una loba es peculiar y satisfactoria, así que puede continuar con ésto durante más tiempo. Le parece una inversión valiosa en lugar de una banalidad.
Tras tragar un pedazo de queso, cambia de posición flexionando una pierna apoyada en el piso y estirando la otra. Su brazo se enrosca en la que sigue erguida antes de colocar la barba sobre el antebrazo, sus ojos se sumen en los recuerdos e intenta ser lo más conciso posible, - el vampiro que te relaté y dos cambiaformas. Uno era tremendo oso que casi me mata en mis incursiones a los bosques de Irlanda y que no podía matar por más pólvora que gastaran mis balas hasta que el vampiro me rescató y el otro cambiaformas, era una serpiente. Una cobra real, por lo que me comentaron después tras haberla descrito. Una especie de la India. Me dio un susto de muerte puesto que casi alcanza a morderme. Como ya sabía cómo destruirla, tras la primera bala que le acerté y noté que no le hacía daño, cambié de estrategia y fui a por las de plata. Perdí a tres de mis hombres, pero verla tornar a su forma humana fue fascinante. El oso y el vampiro fue cuando era un crío de dieciocho años, la serpiente, hace dos. Nunca pude atravesar demasiado la coraza del vampiro, no me dijo nada de los de tu raza, supongo que la leyenda de que son acérrimos rivales tiene su peso y temía en lo profundo que le fuera a traicionar, algo que jamás hice - su apéndice bucal lubrica los labios del hombre tras otro trago a la petaca.
Inquieto, se pone en pie caminando en círculos alrededor del improvisado picnic - mi negocio ya fue probado en Inglaterra. Tiene grandes beneficios. Algún acaudalado, aburrido de los placeres mundanos contacta con el vendedor quien me informa de los requerimientos, hago la estrategia, el presupuesto, llamo a las personas adecuadas, si el contratante está de acuerdo en el precio y los términos, raptamos a alguien de bajos recursos o bien, a quien se apegue a las especificaciones, lo mantenemos oculto en tanto todo se prepara y lo soltamos para que nuestro cliente le dé cacería. El resultado de la misma depende de la pericia del cliente, pero hay que tener a un grupo nutrido de personas ocultas bajo capuchas para que la presa no escape y esté contenido en un espacio controlado. La cacería no termina hasta que uno de los dos, presa o cazador, muera. Si muere el cliente, limpiamos la zona y matamos a la presa para no tener testigos. Si es la presa la occisa, se limpia la zona y tenemos cliente satisfecho para la siguiente vez. Cuando veo que el cliente está en peligro, procuro que le ayuden, pero si el sujeto en cuestión es idiota y pide que lo dejen solo a pesar de que se nota que terminará muerto, pues fue su idiotez la que lo mató. Obviamente, todo se cobra por adelantado. En ocasiones, el cliente pide que no sea una cacería, si no que le dejen a la presa servida y atada como cerdo. Se hace como indique. No soy nadie para juzgar la habilidad de mis clientes, sólo un creador de espectáculos. ¿Entiendes el concepto? Al final, pago a todos los que intervinieron y a nuestro siguiente negocio - culmina deteniendo su andar al lado de ella.
Su mente se hunde en los recuerdos y detalles, todo parece estar claro. - Si vas a participar, desde ya te aviso que todo ésto es confidencial. No quiero a otros sujetos elaborando espectáculos y quitándonos la plata que podríamos ganar. No me gustan las competencias. Si vemos que alguien está imitándonos, pues sabrá que no debe hacerse porque la última vez, el vampiro se ganó el placer de cazarlo y consumir toda su sangre. En caso de hacerse aquí, en París, seguro que lo pondremos a debate sobre quién es el que va a por él, pero algo exijo: cabal cumplimiento con su labor. Todos somos adultos, por lo que el profesionalismo es indispensable. ¿Aceptas el trabajo? Porque de ser así, tenemos que ver todo lo que nos falta, así como las personas que necesitamos para que colaboren con nosotros - saca un cigarrillo y lo enciende.
Por su lado, todo está dicho.
Charles Moncrieff- Esclavo de Sangre/Realeza
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Fecha de inscripción : 28/03/2018
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
Escuchaba al humano mientras le seguía con la mirada, no pudo evitar reir cuando se quejó de no tener servicio para que le trajera los caprichos del caballo, mientras seguía tumbada en el cesped del claro, incluso recordando a un animal rodó un poco por este, como para dejar impregnado en él el olor de ella, una aptitud algo dominante sin duda, aunque si era sincera nunca se paró a meditar si era una alfa o no, simplemente una loba solitaria sin manada, excentrica, y que le gustaban los juegos rudos, y Charles era el que le ofrecería uno de ellos, cogió el wiskhy dandole un trago mientras le escuchaba, le sorprendió en cierta forma que el joven ya hubiera tratado con vampiros y cambiantes, sonrió, realmente la plata siempre es dañina para todo ser sobrenatural, aunque no pudo evitar enarcar una ceja cuando escuchó que la inhabilitaria si se salia de control, la verdad que a Cinder le hizo gracia imaginarselo enfrentandose a la enorme loba negra en la que se transformaba, quizá se salía de la imaginación, ya que la joven en forma humana era menuda, pero en cambio, en su forma licántropa era enorme, negra como la noche y unos ojos amarillos que resplandecian.
Sacó la lengua de manera que se pudo adivinar casi juguetona mirando al joven, antes de reir y asentir con la cabeza, realmente pensó que no sería una mala transformación, aunque no todos sobreviven a una mordida de licántropo, ella fue mordida de niña y por muy poco no lo cuenta. Charles aclaró el tema de los vampiros, más Cinder quiso aclarar algunos puntos antes que nada. -Quiero que sepas que yo no cazo vampiros con una edad que pase los 100 años, incluso con 90 tendría mis dudas, cuanto más edad tengan mas posibilidades tengo de perder miserablemente, y no es algo que me seduzca.- Comentó de manera tranquila.
Abrió los ojos con sorpresa cuando Charles coqueteó con ella, se giró a mirarle y alzó una ceja. -¿Acostumbras a mezclar negocios y placer? no me mal interpretes, no me molesta, es solo que...te comeria vivo encanto.- Le guiña un ojo de manera juguetona, y se rie mientras retoza comodamente sobre la hierba estirandose para desperezarse, permitiendose un bostezo que cubre con la mano rapidamente, antes de seguir mirando el firmamento con los ojos medio cerrados. Mientras escuchaba las opciones que le daba las noches de luna llena, dibujó una sonrisa sincera por tan franco ofrecimiento de parte de su socio. -Veras... lo unicó que me retendría son cadenas de plata, pero al volver a mi ser, suelo estar algo confusa y deshorientada, más sigo prefiriendo adentrarme en las profundidades del bosque y que mi parte animal se desplaye, adoro despertar con el sabor de la sangre en la boca...es tan deliciosa...ademas, ando trabajando en mantenerme semi consciente a pesar de estar convertida en bestia, es util tener cierto control, sobre todo para evadir cazadores, inquisidores...- Le comentó de manera batante despreocupada, no había motivo para alertarse.
Arrugó la nariz pensativa, y desvió la mirada hacia Charles para sonreirle, no quería ser licántropo, muchos pensaban que era una maldición, pero para Cinder era un autentico don, pero no esperaba que su nuevo amigo lo comprendiese, simplemente no indagó más en ello, se pasó ligeramente la lengua por los labios lamiendo los resquicios del wiskhy de antes.
Escuchó como habían viajado llevando ese negocio, sin duda era para gente cruel, quizá ahi ella encajase mejor de lo que hubiera pensado jamas, pues los gustos que tenia la licántropa pocas veces los había revelado, pero quizás le daría un voto de confianza para Charles, asi que se sentó mirandole dejando caer su oscura melena hacia alante mientras le observaba. -Acepto...-Sonrió de ladina forma notandose ciertos rasgos lupinos, pero de manera efimera, solo que su rostro a veces marcaba mucho la ferocidad de su verdadera naturaleza. -En realidad prefiero no pagar y cazar por mi cuenta, a veces...como carne humana, la cazo y uhm....naturalmente esto lo hago en forma animal, en mi forma humana tal vez me veas comer carne cruda, aunque naturalmente de animal, fetiches que tiene una.- Explotó en unas carcajadas mientras gateo acercandose a Charles, solo para comprobar si eso le ponia nervioso, incluso empezó a olfatearle de una manera algo más descarada. -Espero que no por esto me temas, las ganas de carne humana son puntuales...pero por ese dinero, no me importa quitar gente que nadie echaria demenos, solo te aviso que hay mucho sobrenatural en París, hay que ser meticulosos o pronto tendremos un cartel luminoso para los inquisidores, y esos cerdos si saben ser crueles, oh....si lo saben, lo saben muy bien, esos depravados yo creo que se les pone dura de solo pensar torturar a un humano, y yo creo que tienen orgasmos cuando pillan a un sobrenatural, eso desde luego.- Sonrie mirando a Charles mientras vuelve a sentarse y mirar a su alrededor. -¿Cual es el plan encanto?
Sacó la lengua de manera que se pudo adivinar casi juguetona mirando al joven, antes de reir y asentir con la cabeza, realmente pensó que no sería una mala transformación, aunque no todos sobreviven a una mordida de licántropo, ella fue mordida de niña y por muy poco no lo cuenta. Charles aclaró el tema de los vampiros, más Cinder quiso aclarar algunos puntos antes que nada. -Quiero que sepas que yo no cazo vampiros con una edad que pase los 100 años, incluso con 90 tendría mis dudas, cuanto más edad tengan mas posibilidades tengo de perder miserablemente, y no es algo que me seduzca.- Comentó de manera tranquila.
Abrió los ojos con sorpresa cuando Charles coqueteó con ella, se giró a mirarle y alzó una ceja. -¿Acostumbras a mezclar negocios y placer? no me mal interpretes, no me molesta, es solo que...te comeria vivo encanto.- Le guiña un ojo de manera juguetona, y se rie mientras retoza comodamente sobre la hierba estirandose para desperezarse, permitiendose un bostezo que cubre con la mano rapidamente, antes de seguir mirando el firmamento con los ojos medio cerrados. Mientras escuchaba las opciones que le daba las noches de luna llena, dibujó una sonrisa sincera por tan franco ofrecimiento de parte de su socio. -Veras... lo unicó que me retendría son cadenas de plata, pero al volver a mi ser, suelo estar algo confusa y deshorientada, más sigo prefiriendo adentrarme en las profundidades del bosque y que mi parte animal se desplaye, adoro despertar con el sabor de la sangre en la boca...es tan deliciosa...ademas, ando trabajando en mantenerme semi consciente a pesar de estar convertida en bestia, es util tener cierto control, sobre todo para evadir cazadores, inquisidores...- Le comentó de manera batante despreocupada, no había motivo para alertarse.
Arrugó la nariz pensativa, y desvió la mirada hacia Charles para sonreirle, no quería ser licántropo, muchos pensaban que era una maldición, pero para Cinder era un autentico don, pero no esperaba que su nuevo amigo lo comprendiese, simplemente no indagó más en ello, se pasó ligeramente la lengua por los labios lamiendo los resquicios del wiskhy de antes.
Escuchó como habían viajado llevando ese negocio, sin duda era para gente cruel, quizá ahi ella encajase mejor de lo que hubiera pensado jamas, pues los gustos que tenia la licántropa pocas veces los había revelado, pero quizás le daría un voto de confianza para Charles, asi que se sentó mirandole dejando caer su oscura melena hacia alante mientras le observaba. -Acepto...-Sonrió de ladina forma notandose ciertos rasgos lupinos, pero de manera efimera, solo que su rostro a veces marcaba mucho la ferocidad de su verdadera naturaleza. -En realidad prefiero no pagar y cazar por mi cuenta, a veces...como carne humana, la cazo y uhm....naturalmente esto lo hago en forma animal, en mi forma humana tal vez me veas comer carne cruda, aunque naturalmente de animal, fetiches que tiene una.- Explotó en unas carcajadas mientras gateo acercandose a Charles, solo para comprobar si eso le ponia nervioso, incluso empezó a olfatearle de una manera algo más descarada. -Espero que no por esto me temas, las ganas de carne humana son puntuales...pero por ese dinero, no me importa quitar gente que nadie echaria demenos, solo te aviso que hay mucho sobrenatural en París, hay que ser meticulosos o pronto tendremos un cartel luminoso para los inquisidores, y esos cerdos si saben ser crueles, oh....si lo saben, lo saben muy bien, esos depravados yo creo que se les pone dura de solo pensar torturar a un humano, y yo creo que tienen orgasmos cuando pillan a un sobrenatural, eso desde luego.- Sonrie mirando a Charles mientras vuelve a sentarse y mirar a su alrededor. -¿Cual es el plan encanto?
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
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Fecha de inscripción : 15/03/2018
Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
Toma nota de los datos vertidos, sobre todo del tipo de vampiro que debe cazarse y si ella, siendo una licántropa, tenía sus reservas de perseguir a un ente de la noche, Charles sabía entender que no debía acercarse demasiado a la flama siendo él polilla. Se sonríe socarrón al tiempo que ella le guiña el ojo - ¿Me comerías vivo? Eso me llama la atención, si comes partes de mi anatomía como dices, con esa vehemencia, seguro que querré que me comas cada noche - sus palabras tenían un doble sentido y claro que se refería a su virilidad - los negocios y el placer pueden mezclarse si y sólo si, se entiende por ambos que sólo es un desfogue carnal. Que no existen compromisos ni exclusividades. No conmigo, así que si me comes, ten por seguro que puede que al otro día no desee de tu compañía o si te como, tengo bien entendido que un día no quieras estar conmigo - mientras las condiciones sean claras, la fémina sabe a qué atenerse.
Da otra calada al cigarrillo, en su mente no puede imaginarla atada con cadenas de plata, aunque el dato es preciso y se queda grabado en su memoria a fuego. Así la contenía, espera no tener oportunidad de comprobarlo, de ser así, podría ser que la vida de la mujer estuviere en peligro. Su aceptación le favorece, sus costumbres las acepta. Cada quien tiene sus frivolidades. La observa acercarse a gatas, se sonríe divertido hincando una rodilla para ponerse a su altura - no te temo. Cada quien sus costumbres, sólo que yo no estoy jamás en el menú y mis colaboradores tampoco, no voy a estar supliendo elementos porque se te antojó comerlos - se queda callado.
Demasiado sobrenatural y la Inquisición son una combinación negativa para el negocio. Debe ser precavido por él y por su nueva socia - de acuerdo, veremos las estrategias a seguir juntos, tú me indicarás si es viable o no. Si la Inquisición podría estar metiendo sus narices o algún cazador. En caso de ser necesario, no quiero tener que matar a alguno de ellos, pero si se mete demasiado con el negocio, habrá que desaparecerlo - se pone en pie recogiendo la petaca y nada más. Deja el lienzo con el resto de la carne y del queso - regresemos a la ciudad, necesito que me indiques cómo localizarte, tengo a un par de personas que traje desde Londres y que están buscando clientes. En cuanto haya alguno seguro, te buscaré. ¿Te acerco a algún lugar? - ofrece la mano para que ella monte a sus espaldas. Por hoy, ésto ha terminado.
El sitio para las reuniones está atestado, en el transcurso de la semana han llegado diez de sus viejos empleados, haciendo ya un total de diecisiete personas en el interior de la vieja casona que tuvo que separarse por sectores. Los antiguos han llegado ya mentalizados de lo que Charles exige tener, así que ya tienen la armería, el área de contención de presas, la cocina bien provista de comida, las caballerizas con los caballos que luego teñirán dependiendo las necesidades para no ser reconocidos por la policía y la sala del inglés para las estrategias.
Charles parece león enjaulado, hace ya tres horas que pidió la presencia de Cinder y no aparece, necesita ver con ella la estrategia, que el lugar sea factible para la cacería, la primera en París y donde no quiere ningún error. Los mapas están sobre la mesa rectangular de madera, algunos candelabros colocados estratégicamente iluminan bien el lugar, hay un total de diez sillas alrededor de la mesa, el hombre ocupa la cabecera en tanto sigue haciendo anotaciones para lo que va a ser la captura de la primera presa, las especificaciones y los datos de los investigadores que han enviado los perfiles de los sujetos que pueden cuadrar con la descripción. Hay un par que se le antojan interesantes, el equipo de captura está ahora mismo arreglando los detalles para salir en su búsqueda.
La puerta se abre al tiempo que él levanta la cabeza de los documentos, la observa con frialdad antes de asentir con la cabeza - llevo tres horas esperándote, creí que estabas comprometida con el negocio. Tenemos un cliente, hay que ver la manera de que estés más accesible, ahora ven, éste es el lugar que quiero que vayas a revisar para asegurarnos de que no habrá ningún sobrenatural, cazador, inquisidor, lo que sea que pueda arruinarnos la velada - le muestra el mapa de la sección del bosque elegido - se hará la próxima semana para evitar la luna llena, así nos quitamos de encima a los licántropos ¿Qué te parece? - su tono deja de ser abrupto para convertirse en algo más relajado. Ahora que ya llegó, puede bajar la velocidad de su mal carácter.
Vestido de camisa blanca de mangas largas arrolladas en los bíceps, pantalones y botas de montar en negro y la barba que parece desatendida desde hace dos días, toma la copa de vino tinto en tanto le da un trago y picotea del plato a su lado, un poco de carne. - si quieres algo de comer avísame para llamar a alguien, supongo que querrás tu corte crudo. Éste es de venado - le invita en tanto sus ojos siguen observando sus anotaciones. Está muy concentrado para darse cuenta de algo más.
Da otra calada al cigarrillo, en su mente no puede imaginarla atada con cadenas de plata, aunque el dato es preciso y se queda grabado en su memoria a fuego. Así la contenía, espera no tener oportunidad de comprobarlo, de ser así, podría ser que la vida de la mujer estuviere en peligro. Su aceptación le favorece, sus costumbres las acepta. Cada quien tiene sus frivolidades. La observa acercarse a gatas, se sonríe divertido hincando una rodilla para ponerse a su altura - no te temo. Cada quien sus costumbres, sólo que yo no estoy jamás en el menú y mis colaboradores tampoco, no voy a estar supliendo elementos porque se te antojó comerlos - se queda callado.
Demasiado sobrenatural y la Inquisición son una combinación negativa para el negocio. Debe ser precavido por él y por su nueva socia - de acuerdo, veremos las estrategias a seguir juntos, tú me indicarás si es viable o no. Si la Inquisición podría estar metiendo sus narices o algún cazador. En caso de ser necesario, no quiero tener que matar a alguno de ellos, pero si se mete demasiado con el negocio, habrá que desaparecerlo - se pone en pie recogiendo la petaca y nada más. Deja el lienzo con el resto de la carne y del queso - regresemos a la ciudad, necesito que me indiques cómo localizarte, tengo a un par de personas que traje desde Londres y que están buscando clientes. En cuanto haya alguno seguro, te buscaré. ¿Te acerco a algún lugar? - ofrece la mano para que ella monte a sus espaldas. Por hoy, ésto ha terminado.
UNA SEMANA DESPUES
El sitio para las reuniones está atestado, en el transcurso de la semana han llegado diez de sus viejos empleados, haciendo ya un total de diecisiete personas en el interior de la vieja casona que tuvo que separarse por sectores. Los antiguos han llegado ya mentalizados de lo que Charles exige tener, así que ya tienen la armería, el área de contención de presas, la cocina bien provista de comida, las caballerizas con los caballos que luego teñirán dependiendo las necesidades para no ser reconocidos por la policía y la sala del inglés para las estrategias.
Charles parece león enjaulado, hace ya tres horas que pidió la presencia de Cinder y no aparece, necesita ver con ella la estrategia, que el lugar sea factible para la cacería, la primera en París y donde no quiere ningún error. Los mapas están sobre la mesa rectangular de madera, algunos candelabros colocados estratégicamente iluminan bien el lugar, hay un total de diez sillas alrededor de la mesa, el hombre ocupa la cabecera en tanto sigue haciendo anotaciones para lo que va a ser la captura de la primera presa, las especificaciones y los datos de los investigadores que han enviado los perfiles de los sujetos que pueden cuadrar con la descripción. Hay un par que se le antojan interesantes, el equipo de captura está ahora mismo arreglando los detalles para salir en su búsqueda.
La puerta se abre al tiempo que él levanta la cabeza de los documentos, la observa con frialdad antes de asentir con la cabeza - llevo tres horas esperándote, creí que estabas comprometida con el negocio. Tenemos un cliente, hay que ver la manera de que estés más accesible, ahora ven, éste es el lugar que quiero que vayas a revisar para asegurarnos de que no habrá ningún sobrenatural, cazador, inquisidor, lo que sea que pueda arruinarnos la velada - le muestra el mapa de la sección del bosque elegido - se hará la próxima semana para evitar la luna llena, así nos quitamos de encima a los licántropos ¿Qué te parece? - su tono deja de ser abrupto para convertirse en algo más relajado. Ahora que ya llegó, puede bajar la velocidad de su mal carácter.
Vestido de camisa blanca de mangas largas arrolladas en los bíceps, pantalones y botas de montar en negro y la barba que parece desatendida desde hace dos días, toma la copa de vino tinto en tanto le da un trago y picotea del plato a su lado, un poco de carne. - si quieres algo de comer avísame para llamar a alguien, supongo que querrás tu corte crudo. Éste es de venado - le invita en tanto sus ojos siguen observando sus anotaciones. Está muy concentrado para darse cuenta de algo más.
Charles Moncrieff- Esclavo de Sangre/Realeza
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Fecha de inscripción : 28/03/2018
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
Le hacia mucha gracia que el joven le siguiera la corriente con ese pequeño flirteo que se había traido con él, aunque cuando Charles se interpuso y aclaró las cosas, hizo que Cinder enarcara una ceja, más nunca había estado más de acuerdo con esa petición, a Cinder ciertamente le gustaba coquetear le divertía, y ver que alguien tenía las ideas tan clara como ella le era totalmente sorprendente, ella no quería ni historias de amor, ni mucho menos, eso era algo que a ella se le antojaba ajeno, e innecesario, por que dejarse arrastrar por el amor, cuando el placer era mas divertido, aunque la loba nunca había sentido la necesidad de atarse a alguien, por contrario que fuese a su naturaleza licana, aunque no por ello tenía menos lealtad, la licana era leal, aunque esta costaba ganarsela, se rió mirando a Charles ladeando la cabeza con cierta coqueteria y guiñandole un ojo.
-Resido en un hostal cerca del sur de París.- Le informó para que supiera donde encontrarla, pues ella no hacía tampoco mucho que llegó a Paris desde Rumania, pero ya se conocía bien la ciudad, pues le gusta saber por donde moverse y los territorios a abarcar antes que nada.
Esa mañana se despertó, estaba algo alterada, pues pronto la luna llena se alzara sobre el cielo parisino, ella emitió un gruñido cubriendose la cara con el brazo y moviendose con brusquedad, más se sentó en la cama y bostezó, se aseó y se vistió para abandonar la habitación alquilada del hostal, jugó con su mechon de pelo antes de abandonar, donde la frenaron a la salida, pues tenía dos encargos, uno de parte de su nuevo socio, y otro un trabajito extra de un cliente ya conocido, que la esperaría en la taberna que ella frecuentada, se mordió el labio y no vió el incomeniente en acudir a la cita, pues faltaban un par de horas para reunirse con su socio, asi que puso rumbo a la taberna, donde un hombre de alta cuna le esperaba en la mesa, Cinder se sentó frente a él ampliando la dulce sonrisa que podía fingir la muchacha, mientras el pomposo frances le pedía algo sencillo para ella, algo simple.
Resolver una disputa que tenía, y aunque tuvo sus dudas le tocaba hacer las veces de lo que mejor se le daba, de mercenaria, asi que con las mismas y el estomago vacio se fue en busca del que le causaba el conflicto al contratante, que no fue dificil de encontrar cuando atajó por el callejon con sus tres guardaespaldas, Cinder se presentó ante él haciendose la muchachita perdida, cuando el baboso hombre se acerco a ella se puso de puntillas para llegar a su oido y amenazar con que debe dejar de molestar a quien bien conocía, eso enfadó al hombre y mando a que sus guardaespaldas aleccionaran a la chica, pero Cinder se dejó llevar por la pasión de la pelea, y no solo noqueo a los tres hombres si no que partió el brazo al hombre que entre sollozos aseguró que dejaría la cosa estar.
Volvió a salir del callejón, debido a la pelea aun sangraba un poco su labio inferior, volvió a la taberna y recibió un más que generoso pago tras contar lo ocurrido, cuando se dió cuenta el tiempo había volado y llegaba tarde, atravesó a toda velocidad la ciudad para llegar al lugar de runión, donde miró como Charles con el humor turbio reclamó sus horas de retraso y como había que buscar que estuviera más accesible para contactar, ella lamió la sangre en su labio, que tuvo que cerrar los ojos para que no vieran el destello ambarino debido a ello. -Lo siento, se me complicó el dia, un pequeño contra tiempo que me llevó mas tiempo del deseado.-Se rió intentando poner cara de inocente.
Observó en el mapa la zona que quería cercar para esos "cotos de caza" enarcó la ceja al ver el sitió que se trataba, discreto, escondido y con un acceso embarazoso de llegar, si podía ser buen sitio. -Parece un buen lugar, pero habra que borrar rastro, en el bosque los inquisidores se suelen adentrar en luna llena para cazarnos, pero puedo rastrear la zona para asegurarme que no es territorio de nadie, y nadie se meterá ahí por casualidad.- Aseguró la morena mientras paseaba la vista por el mapa, era una tarea sencilla y asi no tendría que hacer mas encargos menores por el momento.
-Si carne cruda por favor...y cerveza.- Sonrie, tenía hambre y su ojos seguían mirando el mapa, y señalo otra parte de este. -Este sitio sería más acertado, asi tendriais más espacio para las cazas, e incluso ofrecer diversión de dificultad a vuestros clientes, entonces la zona dicha es buena pero podeis coger esta que esta más arriba, y mas dificil de llegar si no sabes como, eso nos dara discrepción...- Sugirió, mientras se mordió el labio inferior pensando. -Igualmente hay que mirar que no sea el territorio de nadie, sobre todo...de ninguna manada, los que son como yo...podemos ser muy posesivos con algunas cosas.- Le aseguró y seguidamente dió un mordisco a la carne mostrando la falta de alimentación que llevaba.
-Resido en un hostal cerca del sur de París.- Le informó para que supiera donde encontrarla, pues ella no hacía tampoco mucho que llegó a Paris desde Rumania, pero ya se conocía bien la ciudad, pues le gusta saber por donde moverse y los territorios a abarcar antes que nada.
Una semana más tarde.
Esa mañana se despertó, estaba algo alterada, pues pronto la luna llena se alzara sobre el cielo parisino, ella emitió un gruñido cubriendose la cara con el brazo y moviendose con brusquedad, más se sentó en la cama y bostezó, se aseó y se vistió para abandonar la habitación alquilada del hostal, jugó con su mechon de pelo antes de abandonar, donde la frenaron a la salida, pues tenía dos encargos, uno de parte de su nuevo socio, y otro un trabajito extra de un cliente ya conocido, que la esperaría en la taberna que ella frecuentada, se mordió el labio y no vió el incomeniente en acudir a la cita, pues faltaban un par de horas para reunirse con su socio, asi que puso rumbo a la taberna, donde un hombre de alta cuna le esperaba en la mesa, Cinder se sentó frente a él ampliando la dulce sonrisa que podía fingir la muchacha, mientras el pomposo frances le pedía algo sencillo para ella, algo simple.
Resolver una disputa que tenía, y aunque tuvo sus dudas le tocaba hacer las veces de lo que mejor se le daba, de mercenaria, asi que con las mismas y el estomago vacio se fue en busca del que le causaba el conflicto al contratante, que no fue dificil de encontrar cuando atajó por el callejon con sus tres guardaespaldas, Cinder se presentó ante él haciendose la muchachita perdida, cuando el baboso hombre se acerco a ella se puso de puntillas para llegar a su oido y amenazar con que debe dejar de molestar a quien bien conocía, eso enfadó al hombre y mando a que sus guardaespaldas aleccionaran a la chica, pero Cinder se dejó llevar por la pasión de la pelea, y no solo noqueo a los tres hombres si no que partió el brazo al hombre que entre sollozos aseguró que dejaría la cosa estar.
Volvió a salir del callejón, debido a la pelea aun sangraba un poco su labio inferior, volvió a la taberna y recibió un más que generoso pago tras contar lo ocurrido, cuando se dió cuenta el tiempo había volado y llegaba tarde, atravesó a toda velocidad la ciudad para llegar al lugar de runión, donde miró como Charles con el humor turbio reclamó sus horas de retraso y como había que buscar que estuviera más accesible para contactar, ella lamió la sangre en su labio, que tuvo que cerrar los ojos para que no vieran el destello ambarino debido a ello. -Lo siento, se me complicó el dia, un pequeño contra tiempo que me llevó mas tiempo del deseado.-Se rió intentando poner cara de inocente.
Observó en el mapa la zona que quería cercar para esos "cotos de caza" enarcó la ceja al ver el sitió que se trataba, discreto, escondido y con un acceso embarazoso de llegar, si podía ser buen sitio. -Parece un buen lugar, pero habra que borrar rastro, en el bosque los inquisidores se suelen adentrar en luna llena para cazarnos, pero puedo rastrear la zona para asegurarme que no es territorio de nadie, y nadie se meterá ahí por casualidad.- Aseguró la morena mientras paseaba la vista por el mapa, era una tarea sencilla y asi no tendría que hacer mas encargos menores por el momento.
-Si carne cruda por favor...y cerveza.- Sonrie, tenía hambre y su ojos seguían mirando el mapa, y señalo otra parte de este. -Este sitio sería más acertado, asi tendriais más espacio para las cazas, e incluso ofrecer diversión de dificultad a vuestros clientes, entonces la zona dicha es buena pero podeis coger esta que esta más arriba, y mas dificil de llegar si no sabes como, eso nos dara discrepción...- Sugirió, mientras se mordió el labio inferior pensando. -Igualmente hay que mirar que no sea el territorio de nadie, sobre todo...de ninguna manada, los que son como yo...podemos ser muy posesivos con algunas cosas.- Le aseguró y seguidamente dió un mordisco a la carne mostrando la falta de alimentación que llevaba.
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
Las manos hacen anotaciones, pasan página, remarcan, tachan, la pluma corre sin descanso. La primera observación es tomada en cuenta, - De acuerdo, rastrilla la zona y avísame si encuentras algo que tengamos que arreglar, desaparecer o tomar en cuenta para la cacería -. Deja la pluma para tocar la campanilla y solicitar lo que su empleada requiere. Alfred, su mayordomo, asiente y sale de la estancia dejándolos solos. Alguien más se asoma para indicar que el equipo de búsqueda está casi listo para salir, lo despacha solicitando al líder para hacerle algunas preguntas y luego, recomendaciones. Sus ojos vuelven a la licántropa.
- Lo siento, se me complicó el día, un pequeño contra tiempo que me llevó más tiempo del deseado - remea recordando la frase de la mujer denotando su memoria fotográfica y con un tono que en los oídos de la otra suena a reclamo, reproche y malestar - si quieres pasar de ser una empleada a ser mi socia, te recomiendo que te pongas lista y estés cuando se te necesita, no cuando tus ocupaciones fuera de mi negocio te lo permitan y vas a vivir acá - le echa al frente una hoja con una dirección - es un pequeño lugar, pero suficiente para ti y tu vida privada. No quiero estar buscándote por todos los malditos lados - voltea cuando alguien aparece.
Es un sujeto que podría estar muy bien acomodado en prisión, con múltiples cicatrices por el rostro y los brazos, vestido de manera convencional para que las personas comunes le abran paso y le huyan. - ¿Está Thomas consciente de que no voy a aceptar otro desliz y que tienen que traerme a la presa? Si vuelve a equivocarse, le pondré precio y lo voy a meter en la siguiente cacería - advierte. El grandulón sólo asiente con la cabeza. Y para el metro ochenta y cinco de altura de Charles, el otro parece un gigante. - No levanten demasiada atención, que se piensen que es un ajuste de cuentas, que alguien disperse rumores de que se metió con gente a la que no le gusta su rebeldía, así eliminaremos sospechas - el otro vuelve a asentir. Pareciera que no tiene lengua - váyanse, quiero a mi presa antes del amanecer, atado, cubiertos los ojos y amordazado. En cuanto lleguen, avisen a Hernán, él ya está esperándolo y se quedará despierto para recibirlo. Si acaso se atreve a dormir y lo descubres, me avisas. También ya me está cansando - otro movimiento de cabeza y el tipo se esfuma.
Vuelve la mirada a la mujer, se le acerca para ver los lugares al mismo tiempo que Alfred llega a entregar la comida. - De acuerdo, lo tomaré en cuenta, hay un cliente que vendrá desde Londres a por diversión, está bien entrenado y las cacerías en campo libre le aburren, si esta zona está disponible, asegúrate de que podamos estar sin ser molestados - toma la copa de vino para darle un trago. Es cuando la observa, sus ojos se aprietan formando pequeñas rendijas antes de acercarse, tomarle de la barbilla y alzarle el rostro. Le pasa un dedo por el labio malherido - espero que el idiota que se atrevió a tocarte haya quedado en el piso tendido, si no, tendré que ir a hacerlo entender que con lo mío no se mete - se le sale.
Él es bastante posesivo con su gente, pero quizá pudiera malinterpretarse. Su cabeza se mueve de derecha a izquierda denotando su disgusto antes de pasarle los cubiertos y una servilleta de lino - ya me mostraste que eres una salvaje, ahora demuéstrame que sabes usar los cubiertos y comportarte como una dama. Si vas a ayudarme, habrá ocasiones en que tenga que llevarte a con los clientes. Eres la única mujer en el grupo, si tuviera otra, la enseñaría. Así que ¿Te atreves a educarte o tendré que buscarme otra? - le flagela con frialdad. Si va a hacerla su socia -algo que hizo en su momento con el vampiro-, le serviría bastante que se comportase como una mujer sumisa y recatada, con modales perfectos. Y esa sería la parte que quizá Cinder no estuviera dispuesta a hacer.
- Lo siento, se me complicó el día, un pequeño contra tiempo que me llevó más tiempo del deseado - remea recordando la frase de la mujer denotando su memoria fotográfica y con un tono que en los oídos de la otra suena a reclamo, reproche y malestar - si quieres pasar de ser una empleada a ser mi socia, te recomiendo que te pongas lista y estés cuando se te necesita, no cuando tus ocupaciones fuera de mi negocio te lo permitan y vas a vivir acá - le echa al frente una hoja con una dirección - es un pequeño lugar, pero suficiente para ti y tu vida privada. No quiero estar buscándote por todos los malditos lados - voltea cuando alguien aparece.
Es un sujeto que podría estar muy bien acomodado en prisión, con múltiples cicatrices por el rostro y los brazos, vestido de manera convencional para que las personas comunes le abran paso y le huyan. - ¿Está Thomas consciente de que no voy a aceptar otro desliz y que tienen que traerme a la presa? Si vuelve a equivocarse, le pondré precio y lo voy a meter en la siguiente cacería - advierte. El grandulón sólo asiente con la cabeza. Y para el metro ochenta y cinco de altura de Charles, el otro parece un gigante. - No levanten demasiada atención, que se piensen que es un ajuste de cuentas, que alguien disperse rumores de que se metió con gente a la que no le gusta su rebeldía, así eliminaremos sospechas - el otro vuelve a asentir. Pareciera que no tiene lengua - váyanse, quiero a mi presa antes del amanecer, atado, cubiertos los ojos y amordazado. En cuanto lleguen, avisen a Hernán, él ya está esperándolo y se quedará despierto para recibirlo. Si acaso se atreve a dormir y lo descubres, me avisas. También ya me está cansando - otro movimiento de cabeza y el tipo se esfuma.
Vuelve la mirada a la mujer, se le acerca para ver los lugares al mismo tiempo que Alfred llega a entregar la comida. - De acuerdo, lo tomaré en cuenta, hay un cliente que vendrá desde Londres a por diversión, está bien entrenado y las cacerías en campo libre le aburren, si esta zona está disponible, asegúrate de que podamos estar sin ser molestados - toma la copa de vino para darle un trago. Es cuando la observa, sus ojos se aprietan formando pequeñas rendijas antes de acercarse, tomarle de la barbilla y alzarle el rostro. Le pasa un dedo por el labio malherido - espero que el idiota que se atrevió a tocarte haya quedado en el piso tendido, si no, tendré que ir a hacerlo entender que con lo mío no se mete - se le sale.
Él es bastante posesivo con su gente, pero quizá pudiera malinterpretarse. Su cabeza se mueve de derecha a izquierda denotando su disgusto antes de pasarle los cubiertos y una servilleta de lino - ya me mostraste que eres una salvaje, ahora demuéstrame que sabes usar los cubiertos y comportarte como una dama. Si vas a ayudarme, habrá ocasiones en que tenga que llevarte a con los clientes. Eres la única mujer en el grupo, si tuviera otra, la enseñaría. Así que ¿Te atreves a educarte o tendré que buscarme otra? - le flagela con frialdad. Si va a hacerla su socia -algo que hizo en su momento con el vampiro-, le serviría bastante que se comportase como una mujer sumisa y recatada, con modales perfectos. Y esa sería la parte que quizá Cinder no estuviera dispuesta a hacer.
Charles Moncrieff- Esclavo de Sangre/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
Sin duda estaba claro que no iba a escapar de su tardanza impuno, y claro que no se esperó el reclamo por parte de Charles, repitiendo la frase dicha por ella misma, Cinder puso cierta cara de sorpresa ante ello, y miró hacia otro lado con el semblante de circunstancia por la recriminación, sin duda su tardanza le había molestado, apretó los labios, sabía que si se hubiera reido Charles habría escupido fuego probablemente, le pareció graciosa esa idea, pero no lo demostró, más miró con cierta sorpresa la nueva dirección en la que iba a residir, arqueó las cejas. -Bien, llevaré mis cosas a la nueva dirección.- Dijo sin reproches, quizá estaría un sitio más comoda, y los trabajitos del tipo matona quedarían totalmente en segundo plano, ya que en el hostal no tenía muchas más opciones, pero estaría bien cambiar el territorio ciertamente.
Cinder observaba a Charles, más cuando entró ese hombre tan grande Cinder no pudo evitar abrir sus oscuros ojos como platos mirandole, entre lo alto que era su socio y ese enorme hombre que tenían en la puerta la chica, más que una loba ahora mismo se sentía como un ratón entre los dos hombres, se rió negando con la cabeza mientras escuchaba mirando el mapa, parece que estaba teniendo unos contra tiempos con otros seres de la entidad, cosa que hizo que Cinder se sintiera algo menos rebelde por la tardanza a presentarse delante de su socio. -Vaya vigardo...-Dijo refiriendose claramente al colosal tamaño del hombre que se marchaba.
Miró como su socio se acercaba a repasar los lugares sugeridos por la mujer lobo, sin duda para su visión era un coto de caza que le resultaría de lo más jugoso, y dudaba que tuviera hombres que disfrutaran tanto de una buena cacería como ella, el oler a la presa, rastrearla, como el lobo acecha al ciervo, realmente su socio no tenía ni idea de lo mucho que disfrutaba Cinder de su condición realmente. Fue cuando Charles la tomó por el menton observando la herida del labio, Cinder dibujó una malevola sonrisa. -Oh lo recibió, pero estos dias ando un poco con la cabeza en otro lado, igualmente, me curo muy rapido, en unas horas habrá curado la herida, es muy minia.-Sonrió asegurando la poca importancia que realmente tenía. Aunque mentiría si dijera que esa acción le sorprendió, no se esperaba ni siquiera que se fijase en ello, pasó su lengua por el labio mientras miraba la zona elegida, saber, si hay otros licanos en estos dias sería sumamente facil descifrarlo, olfatear, e incluso podría marcar territorio, aunque no sería algo muy factible, la naturaleza era caprichosa, aunque con una vuelta le diria todo lo que quiere saber. -¿Quieres que vaya sola o prefieres acompañarme a ver el terreno?- Preguntó la loba a su socio sin levantar la vista, del mapa.
Una vez planeado el territorio a coger habría que tener cuidado estos dias, pues la luna llena pronto tocaria el cielo e incluso ella empezaba a notar ese nerviosismo que acompañaba la alteración que sufrian los licanos, aunque de momento la morena hacia lo posible para tanerla bajo control, pero era posible que el humor si se le marcara algo más turbio de lo que ella podría tenerlo en realidad, miró los cubiertos y la servilleta, incluso miró a Charles con cierto reproche por sus palabras. Miró los cubiertos. -Bueno...puedo hacerlo, si insistes, tú eres el clase alta y el experto en modales refinados...aunque creo que lo podría sacar más partido.- Sonrié de medio lado, para colocarse recta en la silla, colocarse la servillata, cambió el semblante para tratar de poner uno mucho más dulce, y miró a su socio esperando la aprovación a corregir postura o quizá el coger los cubiertos algo mejor. -Casi parecerá que nací de alta cuna como tú.- Sonrie ampliamente mirandole. -Además me vendrá bien parecer más dulce y sumisa, se puede sacar mucho así, generalmente la gente no le gusta mucho las bravuconas, lo sé.- Asegura, mientras sigue intentando comer correctamente.
Cinder observaba a Charles, más cuando entró ese hombre tan grande Cinder no pudo evitar abrir sus oscuros ojos como platos mirandole, entre lo alto que era su socio y ese enorme hombre que tenían en la puerta la chica, más que una loba ahora mismo se sentía como un ratón entre los dos hombres, se rió negando con la cabeza mientras escuchaba mirando el mapa, parece que estaba teniendo unos contra tiempos con otros seres de la entidad, cosa que hizo que Cinder se sintiera algo menos rebelde por la tardanza a presentarse delante de su socio. -Vaya vigardo...-Dijo refiriendose claramente al colosal tamaño del hombre que se marchaba.
Miró como su socio se acercaba a repasar los lugares sugeridos por la mujer lobo, sin duda para su visión era un coto de caza que le resultaría de lo más jugoso, y dudaba que tuviera hombres que disfrutaran tanto de una buena cacería como ella, el oler a la presa, rastrearla, como el lobo acecha al ciervo, realmente su socio no tenía ni idea de lo mucho que disfrutaba Cinder de su condición realmente. Fue cuando Charles la tomó por el menton observando la herida del labio, Cinder dibujó una malevola sonrisa. -Oh lo recibió, pero estos dias ando un poco con la cabeza en otro lado, igualmente, me curo muy rapido, en unas horas habrá curado la herida, es muy minia.-Sonrió asegurando la poca importancia que realmente tenía. Aunque mentiría si dijera que esa acción le sorprendió, no se esperaba ni siquiera que se fijase en ello, pasó su lengua por el labio mientras miraba la zona elegida, saber, si hay otros licanos en estos dias sería sumamente facil descifrarlo, olfatear, e incluso podría marcar territorio, aunque no sería algo muy factible, la naturaleza era caprichosa, aunque con una vuelta le diria todo lo que quiere saber. -¿Quieres que vaya sola o prefieres acompañarme a ver el terreno?- Preguntó la loba a su socio sin levantar la vista, del mapa.
Una vez planeado el territorio a coger habría que tener cuidado estos dias, pues la luna llena pronto tocaria el cielo e incluso ella empezaba a notar ese nerviosismo que acompañaba la alteración que sufrian los licanos, aunque de momento la morena hacia lo posible para tanerla bajo control, pero era posible que el humor si se le marcara algo más turbio de lo que ella podría tenerlo en realidad, miró los cubiertos y la servilleta, incluso miró a Charles con cierto reproche por sus palabras. Miró los cubiertos. -Bueno...puedo hacerlo, si insistes, tú eres el clase alta y el experto en modales refinados...aunque creo que lo podría sacar más partido.- Sonrié de medio lado, para colocarse recta en la silla, colocarse la servillata, cambió el semblante para tratar de poner uno mucho más dulce, y miró a su socio esperando la aprovación a corregir postura o quizá el coger los cubiertos algo mejor. -Casi parecerá que nací de alta cuna como tú.- Sonrie ampliamente mirandole. -Además me vendrá bien parecer más dulce y sumisa, se puede sacar mucho así, generalmente la gente no le gusta mucho las bravuconas, lo sé.- Asegura, mientras sigue intentando comer correctamente.
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
Las manos inquietas toman un cigarrillo, lo encienden y se sienta al lado de Cinder dándose un respiro pequeño después de todo el ajetreo. Le faltan el lugar, la presa y todo estaría completo para esperar a que la noche sea propicia. Eso sin contar que si el coto no es bueno, tendrán que buscar rápido otro. Sus ojos acerados no pierden detalle de los movimientos de la fémina en tanto va apreciando los aciertos y los fallos. - Lo bravucona no puedo quitártelo ni aunque vuelvas a nacer. La servilleta debe cubrirte ambas piernas en todo momento, aunque no tengas alimentos en el plato - es la primera observación al tiempo que el humo exhala de sus fosas nasales. - Los dedos sólo deben tocar el mango de los cubiertos, no más allá y está mal visto que juguetees con éstos - parece su madre.
Y recordarla le ensombrece el semblante. La aleja con rapidez en tanto jala hacia sí el mapa observando el terreno - sí, iré contigo, necesito sacar algunos demonios de mi cabeza y la cabalgata me hará bien - da otra calada y con el cigarrillo en los labios remarca algunos lugares que ella denotó como propicios para el espectáculo. Trae las manos desnudas, algo extraño en él, pero cuando está en plena organización le estorba tener los guantes y no le preocupa que alguien vea los callos impropios en un hombre de su posición social. Ha trabajado duro desde pequeño y para personas como John, el grandulón que ahora era su jefe de obtención de presas, era indispensable demostrar que no era un niño de cuna de oro.
Deja el cilindro de papel en un cenicero soltando el humo - no subas los codos a la mesa - reprende cuando de reojo vio que la otra lo hacía. Alguien le llama la atención esperando paciente en la puerta, es Alfred quien con un uniforme aburrido y elegante, aunado a su expresión neutral, parece una estatua viviente - ¿Alguna preferencia para la cena, señor? - su voz suena igual de aburrida. Charles se queda pensativo - sopa de champiñones seguida por pescado y verduras al vapor, vino blanco y de postre, frutillas a la crema - basta de proteína animal. Falta algo de equilibrio en su alimentación - y dile a Deschamps que necesito de su presencia mañana, que traiga a su modista, necesitaré cinco trajes femeninos a la última usanza, que traiga los bocetos y tomará las medidas. Dile que se le requiere a las once de la mañana - mira a Cinder con atención - que traiga telas de color claro, tonos pastel sería una opción. Diferentes texturas y nada de velos. Ah, también que traiga consigo bocetos de sombreros y capas. Que en veinte minutos dejen en la entrada mi caballo y el zaino - el mayordomo asiente y se retira.
Su mano se hace de la copa para darle un trago en tanto también termina el cigarrillo, lo mata en el cenicero y se provee de su propio plato. Le muestra a Cinder cómo es que se come con decencia en total silencio. Una vez terminado de comer, le observa unos instantes - me parece que por hoy, la lección ha terminado. Te necesitaré mañana a las diez y media. Soy inglés y la puntualidad es mi mayor fuerte y lo que más exijo. Llegas un minuto tarde y de tu sueldo descontaré los trajes, sombreros y capas a combinación. Ni qué decir de los zapatos. ¿Entendido? - es magnánimo con su gente, les proporciona los recursos que necesita, pero si promete algo, lo cumple.
Se pone en pie para acercarse a un mueble. Saca un cinturón el cual tiene engarzados varios bolsillos. Revisa algunos y luego de ello, se coloca las pistolas, una navaja y en la bota, otra más. Todas con brillo plateado. Toma la gabardina abrochándosela y luego, el sombrero a juego - cuando digas, nos vamos - afuera le esperan ya dispuestos ambos corceles para realizar la investigación del lugar. Del caballo alazán de Charles cuelga una mochila. Seguro que trae algunos souvenirs para el camino.
Y recordarla le ensombrece el semblante. La aleja con rapidez en tanto jala hacia sí el mapa observando el terreno - sí, iré contigo, necesito sacar algunos demonios de mi cabeza y la cabalgata me hará bien - da otra calada y con el cigarrillo en los labios remarca algunos lugares que ella denotó como propicios para el espectáculo. Trae las manos desnudas, algo extraño en él, pero cuando está en plena organización le estorba tener los guantes y no le preocupa que alguien vea los callos impropios en un hombre de su posición social. Ha trabajado duro desde pequeño y para personas como John, el grandulón que ahora era su jefe de obtención de presas, era indispensable demostrar que no era un niño de cuna de oro.
Deja el cilindro de papel en un cenicero soltando el humo - no subas los codos a la mesa - reprende cuando de reojo vio que la otra lo hacía. Alguien le llama la atención esperando paciente en la puerta, es Alfred quien con un uniforme aburrido y elegante, aunado a su expresión neutral, parece una estatua viviente - ¿Alguna preferencia para la cena, señor? - su voz suena igual de aburrida. Charles se queda pensativo - sopa de champiñones seguida por pescado y verduras al vapor, vino blanco y de postre, frutillas a la crema - basta de proteína animal. Falta algo de equilibrio en su alimentación - y dile a Deschamps que necesito de su presencia mañana, que traiga a su modista, necesitaré cinco trajes femeninos a la última usanza, que traiga los bocetos y tomará las medidas. Dile que se le requiere a las once de la mañana - mira a Cinder con atención - que traiga telas de color claro, tonos pastel sería una opción. Diferentes texturas y nada de velos. Ah, también que traiga consigo bocetos de sombreros y capas. Que en veinte minutos dejen en la entrada mi caballo y el zaino - el mayordomo asiente y se retira.
Su mano se hace de la copa para darle un trago en tanto también termina el cigarrillo, lo mata en el cenicero y se provee de su propio plato. Le muestra a Cinder cómo es que se come con decencia en total silencio. Una vez terminado de comer, le observa unos instantes - me parece que por hoy, la lección ha terminado. Te necesitaré mañana a las diez y media. Soy inglés y la puntualidad es mi mayor fuerte y lo que más exijo. Llegas un minuto tarde y de tu sueldo descontaré los trajes, sombreros y capas a combinación. Ni qué decir de los zapatos. ¿Entendido? - es magnánimo con su gente, les proporciona los recursos que necesita, pero si promete algo, lo cumple.
Se pone en pie para acercarse a un mueble. Saca un cinturón el cual tiene engarzados varios bolsillos. Revisa algunos y luego de ello, se coloca las pistolas, una navaja y en la bota, otra más. Todas con brillo plateado. Toma la gabardina abrochándosela y luego, el sombrero a juego - cuando digas, nos vamos - afuera le esperan ya dispuestos ambos corceles para realizar la investigación del lugar. Del caballo alazán de Charles cuelga una mochila. Seguro que trae algunos souvenirs para el camino.
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
Todo le era sumamente desconcertante, miraba a Charles mientras le fruncia el ceño cada vez que la corregia, y si bien en un momento pareció su madre dando instruciones hizo que solo alzara una ceja, quizás contaría más de su pasado con el tiempo, aunque lo dudaba pues no lo compartia con nadie, aunque adivinó que algo turbió el humor de Charles cuando dió ese tipo de indicaciones de naturaleza tan familiar tal vez, enarcó ligeramente la ceja pero no dió más importancia, aunque cuando indicó que se quería deshacer de sus demonios personales sintió curiosidad, pero dejaría las preguntas para otro momento donde no le viera rozando la ofuscación tal vez, respiró hondo y miró su plato, intentando mantener las indicaciones a rajatabla, los de alta cuna se complicaban o eso le pareció a la morena. El sacerdote atendió las necesidades de su socio, trayendole la refinada comida que a Cinder ni en mil años se le habría ocurrido pedir.
Miró a Charles cuando elegia los vestidos que ella iba a llevar, por un segundo Cinder se puso algo rigida. -¿Vestidos? no llevo un vestido desde la boda de mi hermano y tenia 15 años.-Sin duda para ella eso le quedaba tan lejos, pues aunque aparentaba tener unos 25, para los lobos el tiempo pasaba distinto, más alzó una ceja y miró a Charles. -Me gusta el purpura...- Dijo, sin duda igual al hombre le pareció algo extraña esa afirmación, pero aunque ella habitara normalmente ropas negras y con tonos cobre o rojizos, aunque en su mayoria negros, el color purpura siempre fue su favorito. -Y el azul..-Aclaró entrecortadamente, le despistaba bastante la idea de tener vestidos, y simplemente daba su opinión sobre ellos, aunque los tonos pasteles hasta donde ella sabía solian ser tonos claros, aunque no estaba segura, la educación que le dieron la tipica de clase media.
Abrió los ojos con sorpresa mirando a Charles y se rió cuando amenazó con hacerla pagar de su sueldo si llegaba tarde.- Si, he entendido la amenaza, relajate, no tengo intención de pluriemplearme mas de lo debido y menos para pagar las ropas.- Dijo en un tono jocoso, y saco la lengua nuevamente, un gesto bastante habitual en ella en realidad cuando se sentía ociosa o estaba divirtiendose por algunos comentarios, aunque empezar a ver a Charles con el ceño fruncido empezaba a tener su encanto. Levantaba ambas manos en señal de que no se enfadara y sonrió, llegaba el momento de ponerse en marcha, eso era algo que ella dominaba más y estaba deseando llegar al bosque.
Cuando salieron acarció a los caballos, y se montó sobre el, mirando a Charles para marcar el rumbo hacia los bosques. -Espero que estes provisto de armas, aunque me encargaré de mantenerte fuera de problemas con las bestias...domar bestias se me da bien si...- Se rie guiñando un ojo a su socio antes de dar unas palmadas a su caballo para que aligerara el paso, aprovechando los minutos pasar y empezar a dejar atras la ciudad miró a Charles. -¿Que demonios son los que te turbian la mente? me pica la curiosidad.- Dijo en un momento de el camino hacia el bosque, ladeaba la cabeza azuzando a su caballo para que se pusiera junto al de Charles para no obligarle a alzar la voz, mientras miraba el paisaje, aunque no lo pareciese se estaba encargando de olfatear por si captaba el aroma de otro que compartiera su condición cerca, aunque estaban de suerte y ese no era el caso. -Estamos cerca del bosque ya..- Informó cuando el ruido de la ciudad quedó atras.
Miró a Charles cuando elegia los vestidos que ella iba a llevar, por un segundo Cinder se puso algo rigida. -¿Vestidos? no llevo un vestido desde la boda de mi hermano y tenia 15 años.-Sin duda para ella eso le quedaba tan lejos, pues aunque aparentaba tener unos 25, para los lobos el tiempo pasaba distinto, más alzó una ceja y miró a Charles. -Me gusta el purpura...- Dijo, sin duda igual al hombre le pareció algo extraña esa afirmación, pero aunque ella habitara normalmente ropas negras y con tonos cobre o rojizos, aunque en su mayoria negros, el color purpura siempre fue su favorito. -Y el azul..-Aclaró entrecortadamente, le despistaba bastante la idea de tener vestidos, y simplemente daba su opinión sobre ellos, aunque los tonos pasteles hasta donde ella sabía solian ser tonos claros, aunque no estaba segura, la educación que le dieron la tipica de clase media.
Abrió los ojos con sorpresa mirando a Charles y se rió cuando amenazó con hacerla pagar de su sueldo si llegaba tarde.- Si, he entendido la amenaza, relajate, no tengo intención de pluriemplearme mas de lo debido y menos para pagar las ropas.- Dijo en un tono jocoso, y saco la lengua nuevamente, un gesto bastante habitual en ella en realidad cuando se sentía ociosa o estaba divirtiendose por algunos comentarios, aunque empezar a ver a Charles con el ceño fruncido empezaba a tener su encanto. Levantaba ambas manos en señal de que no se enfadara y sonrió, llegaba el momento de ponerse en marcha, eso era algo que ella dominaba más y estaba deseando llegar al bosque.
Cuando salieron acarció a los caballos, y se montó sobre el, mirando a Charles para marcar el rumbo hacia los bosques. -Espero que estes provisto de armas, aunque me encargaré de mantenerte fuera de problemas con las bestias...domar bestias se me da bien si...- Se rie guiñando un ojo a su socio antes de dar unas palmadas a su caballo para que aligerara el paso, aprovechando los minutos pasar y empezar a dejar atras la ciudad miró a Charles. -¿Que demonios son los que te turbian la mente? me pica la curiosidad.- Dijo en un momento de el camino hacia el bosque, ladeaba la cabeza azuzando a su caballo para que se pusiera junto al de Charles para no obligarle a alzar la voz, mientras miraba el paisaje, aunque no lo pareciese se estaba encargando de olfatear por si captaba el aroma de otro que compartiera su condición cerca, aunque estaban de suerte y ese no era el caso. -Estamos cerca del bosque ya..- Informó cuando el ruido de la ciudad quedó atras.
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
Extraña cuando las féminas sólo se dedican a asentir y a obedecer sus instrucciones. Tener a una como la licántropa a su lado y tratar de refinarla, era mil veces peor que ir a buscar comida en el bosque. Se guarda sus comentarios desde que ella empieza a renegar por tener que usar vestidos y luego, cuando empieza a soltar colores para éstos - hay momentos en la vida de todo caballero que... - deja la frase al aire. Sólo para sus pensamientos, la termina "quisiera retorcerles el cuello a las mujeres por abrir las bocas cuando uno no se lo pide, mas calla. Guarda silencio porque de conocer a la licántropa, seguro que tendrán una discusión sobre por qué sí y por qué no usar vestidos.
De todas formas, Alfred no va a hacerle caso a sus peticiones si no a las de Charles, aleccionado que está, no va a ir en contra de los deseos de su señor. Así que tiene todo perfecto. La segunda respuesta casi hace que le dé con la servilleta en las piernas. Pluriemplearse, con lo que le va a pagar y se dedica a hacer trabajos fuera del itinerario que el inglés le marca. Ya tiene dos que le guarda. Los ojos entornados del hombre son suficiente señal de que algo está incordiando, con el tiempo, Cinder irá reconociendo esos pequeños detalles en su fisionomía. Aunado al hecho de que se vuelve más taciturno, menos afable y más dado a dar órdenes y esperar a que se sigan a rajatabla. Lo único que la salva es esa señal de "sumisión" cuando levanta las manos hacia él en franca muestra de rendición.
En cuanto monta el córcel, todo cambia. Va siguiendo a la fémina por el camino en tanto el aire le golpea el rostro llevándose sus pensamientos, sólo está el disfrutar del paseo y observar los lugares por los que tendrán que pasar con el carruaje para conducir a la presa y al cazador, así como al equipo de apoyo. Hace anotaciones mentales que no va a olvidar hasta plasmarlas en papel. Entonces se volverán desechables. El comentario le conmina a pasear el apéndice bucal por la dentadura frontal dejando la boca levemente abierta. Una ceja se arquea formando arrugas en la frente en tanto avanza - lección número uno, a Alfred, mi mayordomo, sólo lo ordeno yo. Puedes hacer sugerencias, pero no va a tomarlas en cuenta si yo no lo indico. Lección número dos, - le avienta una piedra al decirle: - ¿Cómo vas a ir vestida cual vil sirviente si se supone, serás mi acompañante? Serás bruta - reniega con ojos entrecerrados.
Avanza tras ella, procurando que la montura la siga - y por supuesto que sabes domar bestias, tienes vasta experiencia en eso, ¡Eres una! Y por supuesto que cargo suficientes armas, pero para domarte, sólo una es válida y cuelga entre mis muslos - y no puede evitarlo, su garganta se llena de aire y cuando lo exhala, es con una franca carcajada de su ocurrencia. Charles ríe poco, así que verlo con tal gesto, seguro que es desconcertante para los que le conocen. Fortuna de la fémina que baja las defensas del hombre. Es capaz de coquetearle de forma vulgar y ella no se inmuta, al contrario, le sigue la corriente. Estar con la licántropa le relaja, no puede negarlo, pero a veces es tan insufrible que quisiera darle un par de azotes.
La indicación viene tarde, él ya sabe que están cerca del bosque, pero la pregunta que le suelta, es suficiente para que toda la diversión se esfume y vuelva a su estado taciturno con el que la recibió. Niega con la cabeza - no rasques en eso, Cinder. No encontrarás el hueso que buscas y sí un nido de gusanos que te olerá a mierda - recomienda por primera y única vez. Sólo es recordar a su madre con esos ojos tan parecidos a los de Charles para que se ponga de mal humor. La detesta a ella y a su padre. Al par de imbéciles que, en lugar de luchar por sus hijos, los vendieron al mejor postor.
El siguiente kilómetro pasa en silencio, sumido en recuerdos que sólo le hacen entornar más y más los ojos, inclusive, fustigar indebidamente a la montura que relincha y sale a galope. No la detiene, al contrario, la instiga a continuar así, alineando el cuerpo al del caballo para alcanzar mayor velocidad en tanto la gabardina ondea con el viento y con ello, mantener la cabalgata a campo traviesa. Los guantes en que ha enfundado sus manos antes de salir, dan las instrucciones al animal para que continúe con el mismo ritmo. Ensimismado en sus pensamientos, la situación se le va de las manos: en plena carrera, el corcel nota algo que le asusta y frena de golpe, antes de alzar las patas delanteras con un relincho que atraviesa la quietud del bosque.
Charles logra mantenerse sobre la montura por muy poco, jalando las riendas, apretando los muslos antes de dar un golpe con el fuete en las ancas del animal y obligarlo a recobrar la horizontal - ¡Quieto, Aryo! ¡Quieto! - pero el caballo está ya encabritado. Da un par de coces hacia atrás, Charles tiene que ser más ágil y fuerte, aprieta todo el cuerpo, sobre todo las piernas para soportar toda la escena antes de que, por fin, la montura se relaje y se quede quieto dando golpes en el suelo levantando tierra. La frente del inglés se ha perlado de sudor en el proceso y de su boca emanan grandes bocanadas de aire. - ¡Puta madre, Aryo! ¿Qué diablos viste? - sus ojos buscan frenético hasta que encuentra la razón del nerviosismo del caballo.
Un par de ojos amarillos se asoma desde un lugar a doscientos metros de distancia de ellos, por un instante logra ver un pelaje negro, pero los movimientos son elegantes cuando toma distancia a grandes saltos. Pareciera una pantera, pero de eso no hay en París. Así que, debe ser - un cambiaformas. ¡Maldición! - ahora debería seguirle el rastro y ver cuál es su territorio. Eso seguro que no le va a gustar a la licántropa. Sin contar con la escena que acaba de protagonizar el propio inglés.
De todas formas, Alfred no va a hacerle caso a sus peticiones si no a las de Charles, aleccionado que está, no va a ir en contra de los deseos de su señor. Así que tiene todo perfecto. La segunda respuesta casi hace que le dé con la servilleta en las piernas. Pluriemplearse, con lo que le va a pagar y se dedica a hacer trabajos fuera del itinerario que el inglés le marca. Ya tiene dos que le guarda. Los ojos entornados del hombre son suficiente señal de que algo está incordiando, con el tiempo, Cinder irá reconociendo esos pequeños detalles en su fisionomía. Aunado al hecho de que se vuelve más taciturno, menos afable y más dado a dar órdenes y esperar a que se sigan a rajatabla. Lo único que la salva es esa señal de "sumisión" cuando levanta las manos hacia él en franca muestra de rendición.
En cuanto monta el córcel, todo cambia. Va siguiendo a la fémina por el camino en tanto el aire le golpea el rostro llevándose sus pensamientos, sólo está el disfrutar del paseo y observar los lugares por los que tendrán que pasar con el carruaje para conducir a la presa y al cazador, así como al equipo de apoyo. Hace anotaciones mentales que no va a olvidar hasta plasmarlas en papel. Entonces se volverán desechables. El comentario le conmina a pasear el apéndice bucal por la dentadura frontal dejando la boca levemente abierta. Una ceja se arquea formando arrugas en la frente en tanto avanza - lección número uno, a Alfred, mi mayordomo, sólo lo ordeno yo. Puedes hacer sugerencias, pero no va a tomarlas en cuenta si yo no lo indico. Lección número dos, - le avienta una piedra al decirle: - ¿Cómo vas a ir vestida cual vil sirviente si se supone, serás mi acompañante? Serás bruta - reniega con ojos entrecerrados.
Avanza tras ella, procurando que la montura la siga - y por supuesto que sabes domar bestias, tienes vasta experiencia en eso, ¡Eres una! Y por supuesto que cargo suficientes armas, pero para domarte, sólo una es válida y cuelga entre mis muslos - y no puede evitarlo, su garganta se llena de aire y cuando lo exhala, es con una franca carcajada de su ocurrencia. Charles ríe poco, así que verlo con tal gesto, seguro que es desconcertante para los que le conocen. Fortuna de la fémina que baja las defensas del hombre. Es capaz de coquetearle de forma vulgar y ella no se inmuta, al contrario, le sigue la corriente. Estar con la licántropa le relaja, no puede negarlo, pero a veces es tan insufrible que quisiera darle un par de azotes.
La indicación viene tarde, él ya sabe que están cerca del bosque, pero la pregunta que le suelta, es suficiente para que toda la diversión se esfume y vuelva a su estado taciturno con el que la recibió. Niega con la cabeza - no rasques en eso, Cinder. No encontrarás el hueso que buscas y sí un nido de gusanos que te olerá a mierda - recomienda por primera y única vez. Sólo es recordar a su madre con esos ojos tan parecidos a los de Charles para que se ponga de mal humor. La detesta a ella y a su padre. Al par de imbéciles que, en lugar de luchar por sus hijos, los vendieron al mejor postor.
El siguiente kilómetro pasa en silencio, sumido en recuerdos que sólo le hacen entornar más y más los ojos, inclusive, fustigar indebidamente a la montura que relincha y sale a galope. No la detiene, al contrario, la instiga a continuar así, alineando el cuerpo al del caballo para alcanzar mayor velocidad en tanto la gabardina ondea con el viento y con ello, mantener la cabalgata a campo traviesa. Los guantes en que ha enfundado sus manos antes de salir, dan las instrucciones al animal para que continúe con el mismo ritmo. Ensimismado en sus pensamientos, la situación se le va de las manos: en plena carrera, el corcel nota algo que le asusta y frena de golpe, antes de alzar las patas delanteras con un relincho que atraviesa la quietud del bosque.
Charles logra mantenerse sobre la montura por muy poco, jalando las riendas, apretando los muslos antes de dar un golpe con el fuete en las ancas del animal y obligarlo a recobrar la horizontal - ¡Quieto, Aryo! ¡Quieto! - pero el caballo está ya encabritado. Da un par de coces hacia atrás, Charles tiene que ser más ágil y fuerte, aprieta todo el cuerpo, sobre todo las piernas para soportar toda la escena antes de que, por fin, la montura se relaje y se quede quieto dando golpes en el suelo levantando tierra. La frente del inglés se ha perlado de sudor en el proceso y de su boca emanan grandes bocanadas de aire. - ¡Puta madre, Aryo! ¿Qué diablos viste? - sus ojos buscan frenético hasta que encuentra la razón del nerviosismo del caballo.
Un par de ojos amarillos se asoma desde un lugar a doscientos metros de distancia de ellos, por un instante logra ver un pelaje negro, pero los movimientos son elegantes cuando toma distancia a grandes saltos. Pareciera una pantera, pero de eso no hay en París. Así que, debe ser - un cambiaformas. ¡Maldición! - ahora debería seguirle el rastro y ver cuál es su territorio. Eso seguro que no le va a gustar a la licántropa. Sin contar con la escena que acaba de protagonizar el propio inglés.
Charles Moncrieff- Esclavo de Sangre/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
La verdad es que algunas pistas empezaba a tener cuando su socio se molestaba, podía notar su tensión e incluso oler su cambio de humor, pero aun tenía que afinar y conocerlo más, pero él podía reconocer su gesto de submisión, cuando alzaba las manos, más ahora de camino a la zona deseada para llevar el coto de caza y ella queriendo saciar su curiosidad la respuesta de Charles fue cuanto menos mordaz, lo que hizo que Cinder ladeara la cabeza, y tras pasar la lengua por los labios sus ojos oscuros brillaron en un amarillo radio activo, y tuvo que hacer un esfuerzo sobre humano para no emitir un gruñido, pero sacó el enfado sacudiendo la cabeza, para que su socio no viera lo irascible que estaba por el acercamiento de la luna llena.
-Vale, vale, lo que tu digas, que poco sentido del humor.- Decidió decir para buscar la calma, y bajar un poco los humos, apretó los labios mientras seguía desviando la mirada hacía los arboles olfateando, aunque cuando Charles hizo el comentario de la doma, Cinder miró repentinamente al hombre y amplio una sonrisa al igual que azuzó al caballo para acercarse a él con una sonrisa burlona. -¡Oh! ¿eso crees? no me durarías un asalto.-Dijo dando una risotada y aprovechó el movimiento del caballao de su socio para colar la mano y tocarle el culo antes de darle arre al caballo y alejarse entre risas maliciosas.
Aunque pasado el momento de diversión su pregunta cayó en saco roto, pues no quiso decir lo que le turbiaba, más Cinder no iba a insistir, entendía que había temas que no eran agradables, y aunque ella tenía a los de clase alta idealizados en una vida entre algodones, donde jamas tuvieron una preocupación respecto a nada, y no tenía motivo para creer otra cosa, simplemente enarcó la ceja por esa respuesta, aunque era normal que no quisiera compartir nada, aun no se conocían los suficiente salvo la información que una basica conversación y el aroma que él transmitia le daba a la loba lo suficiente información, o al menos la necesaria.
Se desvió un poco de la ruta para comprobar, desmontó al caballo y se acercó a los arboles, siguiendo un rastro, pues algo captaba, más lo importante es que no fuera de otro licántropo, y mucho menos de licántropo macho, al parecer de momento esta zona estaba libre de ellos, más el relinchar del caballo de Charles a lo lejos le alertó, Cinder saltó para montar su caballo y darle arre para llegar rapidamente a donde charles se encontraba, más cuando llegó rapidamente captó el olor del cambiante, ahora si que Cinder no pudo equitar ese gruñido lobuno que se escapo de sus labios.
Si Charles giraba la cabeza para observarla podría ver como ahora Cinder tenía los ojos de color amarillo brillante, y como sus colmillos crecían para rozar su propia lengua, desmontó del caballo mirando a la pantera, y se inclinó ligeramente de forma defensiva. -La plata afecta a los cambiantes al igual que a los licántropos.- Le masculló de manera seca a Charles, indicandole asi que preparase para disparar, mientras tanto escuchaba el rugir de la pantera mientras ella se acercaba y se inclinaba hacia delante gruñendo. -Largo...es MI territorio.- Le gruñó sabiendo perfectamente que el cambiante tenía una comprensión absoluta sobre las palabras de la loba, y ambos olian la naturaleza del contrario, para Cinder le fue rapido la identificación, Cambia formas felino, la forma pantera probablemente sería la más grande de sus tres transformaciones, y por ese olor a testosterona denotó que era un macho quien tenía delante. Seguramente entre el olor a loba de ella y si Charles daba un disparo de advertencia cumpliria la intimidación suficiente para animar al cambiaformas a irse de la zona, generalmente estos no se llevaban nada bien con los lobos.
-Vale, vale, lo que tu digas, que poco sentido del humor.- Decidió decir para buscar la calma, y bajar un poco los humos, apretó los labios mientras seguía desviando la mirada hacía los arboles olfateando, aunque cuando Charles hizo el comentario de la doma, Cinder miró repentinamente al hombre y amplio una sonrisa al igual que azuzó al caballo para acercarse a él con una sonrisa burlona. -¡Oh! ¿eso crees? no me durarías un asalto.-Dijo dando una risotada y aprovechó el movimiento del caballao de su socio para colar la mano y tocarle el culo antes de darle arre al caballo y alejarse entre risas maliciosas.
Aunque pasado el momento de diversión su pregunta cayó en saco roto, pues no quiso decir lo que le turbiaba, más Cinder no iba a insistir, entendía que había temas que no eran agradables, y aunque ella tenía a los de clase alta idealizados en una vida entre algodones, donde jamas tuvieron una preocupación respecto a nada, y no tenía motivo para creer otra cosa, simplemente enarcó la ceja por esa respuesta, aunque era normal que no quisiera compartir nada, aun no se conocían los suficiente salvo la información que una basica conversación y el aroma que él transmitia le daba a la loba lo suficiente información, o al menos la necesaria.
Se desvió un poco de la ruta para comprobar, desmontó al caballo y se acercó a los arboles, siguiendo un rastro, pues algo captaba, más lo importante es que no fuera de otro licántropo, y mucho menos de licántropo macho, al parecer de momento esta zona estaba libre de ellos, más el relinchar del caballo de Charles a lo lejos le alertó, Cinder saltó para montar su caballo y darle arre para llegar rapidamente a donde charles se encontraba, más cuando llegó rapidamente captó el olor del cambiante, ahora si que Cinder no pudo equitar ese gruñido lobuno que se escapo de sus labios.
Si Charles giraba la cabeza para observarla podría ver como ahora Cinder tenía los ojos de color amarillo brillante, y como sus colmillos crecían para rozar su propia lengua, desmontó del caballo mirando a la pantera, y se inclinó ligeramente de forma defensiva. -La plata afecta a los cambiantes al igual que a los licántropos.- Le masculló de manera seca a Charles, indicandole asi que preparase para disparar, mientras tanto escuchaba el rugir de la pantera mientras ella se acercaba y se inclinaba hacia delante gruñendo. -Largo...es MI territorio.- Le gruñó sabiendo perfectamente que el cambiante tenía una comprensión absoluta sobre las palabras de la loba, y ambos olian la naturaleza del contrario, para Cinder le fue rapido la identificación, Cambia formas felino, la forma pantera probablemente sería la más grande de sus tres transformaciones, y por ese olor a testosterona denotó que era un macho quien tenía delante. Seguramente entre el olor a loba de ella y si Charles daba un disparo de advertencia cumpliria la intimidación suficiente para animar al cambiaformas a irse de la zona, generalmente estos no se llevaban nada bien con los lobos.
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
El caballo asustado ante la amenaza inminente, se aleja unos cuantos metros en el instante en que Charles baja de la grupa llevando las manos a los costados para alcanzar los revolvers, dos armas de nueva creación para la época que pueden disparar seis tiros consecutivos cada una, un costo muy alto tuvo que pagar por ellas, pero bien valen la pena en una situación como ésta. Su frente está perlada de sudor por el esfuerzo de contener a su montura hace unos instantes, el corazón galopa como el propio corcel ahora, llenando todo su cuerpo de sangre impregnada de adrenalina que lo hace ignorar el dolor en sus muslos, evitando que se le acalambren y por lo tanto, también el resto de su ser.
Su mirada se dirige a quien va llegando ahora, la fémina responde al llamado de la bestia interna dejando mostrar los ojos amarillos y los colmillos delanteros puntiagudos se asoman dándole la apariencia de un glabro, la etapa intermedia entre el homínido y el crinos, siendo esta última, la forma de batalla de todo licántropo y la que emanaba cuando la luna llena está en su apogeo. El hombre se caracteriza por investigar y aprender todo lo que puede, así que se había documentado después de su primer encuentro con la fémina y ahora tiene mayores detalles sobre los lycans. Puede apreciar el aumento en la musculatura de Cinder cuando se agazapa, las uñas que se tornan más gruesas y alargadas, si fueran tocadas, rasgarían la piel sin mucho esfuerzo.
Palabras como "homínido" (la forma humana per se), "glabro" (donde aparecen leves rasgos del lobo, dependiendo qué tan cerca esté la luna llena, es qué tanto se parece al lobo) y "crinos", se grabaron en su mente. Pocos pueden encontrar tan buenos estudios sobre los licántropos. Charles sabe que con el dinero adecuado y en el lugar preciso, todo es fácil de conseguir. Se queda callado ante las indicaciones de la mujer, no va a meterse en su cacería, en su actuar. Hacerlo es una tontería y más cuando sabe que él es el que está en desventaja. Prepara la pistola que trae las balas de plata -una precaución que tuvo antes de salir puesto que a eso iban, a buscar hombres lobo y sólo ese metal en específico es letal para ellos- y apunta en dirección al cambiaformas.
El estruendo rompe el precario silencio del lugar, algunos pájaros salen volando asustados por el ruido, los animales corren en direcciones contrarias a éste. Charles aprecia con satisfacción que la bala ha dado en el blanco: el hombro de la pantera sangra, de su boca un rugido amenazante les indica que no es prudente acercarse. El inglés da un par de pasos para asegurar el tiro y aprieta el gatillo. Esta vez la bestia es más rápida, salta empezando una loca carrera hacia ellos. Si bien es cierto que la licántropa es de cuidado, el que no sea luna llena limita las habilidades de la misma y el felino va a por todas. Vengarse del humano y liquidar a la mujer lobo que amenaza su territorio.
Es una lucha a muerte, el primer salto lo hace contra la fémina, pareciera que le faltó medir bien la distancia porque queda a dos metros de ésta, sólo es una estrategia para desbalancearla, así que da un giro de tuerca a la situación. Antes de que siquiera Cinder lo toque, voltea hacia Charles para caerle encima. Es más ágil, más preciso en su forma de pantera, ni siquiera le da oportunidad al hombre de tirar del gatillo por tercera vez, las garras delanteras le toman de los hombros y el impulso lo lleva al piso montado sobre el sujeto que lo observa con los ojos bien abiertos. La tarascada va directa a la cabeza cuando el propio inglés la detiene poniéndole el revólver en el hocico para que sea la barrera entre ambos - ¡Ni lo sueñes, idiota! - le golpea el costado para intentar sacarle el aire, pero desconoce la estructura orgánica del felino, por lo que sólo es un puñetazo que duele.
Y la bestia hace algo diferente esta vez, aún mordiendo la pistola, mueve la cabeza con violencia hacia la derecha para desprender el arma de la mano de Charles y dejarlo indefenso. Con la caída, el otro revólver de balas simples ha quedado en la tierra, oculto entre las hojas de los árboles. La escena es tan rápida que el humano no logra evitar que también la segunda arma termine lejos de él. Sin protección, la pantera va a dar su siguiente ataque, directo al rostro del inglés.
Su mirada se dirige a quien va llegando ahora, la fémina responde al llamado de la bestia interna dejando mostrar los ojos amarillos y los colmillos delanteros puntiagudos se asoman dándole la apariencia de un glabro, la etapa intermedia entre el homínido y el crinos, siendo esta última, la forma de batalla de todo licántropo y la que emanaba cuando la luna llena está en su apogeo. El hombre se caracteriza por investigar y aprender todo lo que puede, así que se había documentado después de su primer encuentro con la fémina y ahora tiene mayores detalles sobre los lycans. Puede apreciar el aumento en la musculatura de Cinder cuando se agazapa, las uñas que se tornan más gruesas y alargadas, si fueran tocadas, rasgarían la piel sin mucho esfuerzo.
Palabras como "homínido" (la forma humana per se), "glabro" (donde aparecen leves rasgos del lobo, dependiendo qué tan cerca esté la luna llena, es qué tanto se parece al lobo) y "crinos", se grabaron en su mente. Pocos pueden encontrar tan buenos estudios sobre los licántropos. Charles sabe que con el dinero adecuado y en el lugar preciso, todo es fácil de conseguir. Se queda callado ante las indicaciones de la mujer, no va a meterse en su cacería, en su actuar. Hacerlo es una tontería y más cuando sabe que él es el que está en desventaja. Prepara la pistola que trae las balas de plata -una precaución que tuvo antes de salir puesto que a eso iban, a buscar hombres lobo y sólo ese metal en específico es letal para ellos- y apunta en dirección al cambiaformas.
El estruendo rompe el precario silencio del lugar, algunos pájaros salen volando asustados por el ruido, los animales corren en direcciones contrarias a éste. Charles aprecia con satisfacción que la bala ha dado en el blanco: el hombro de la pantera sangra, de su boca un rugido amenazante les indica que no es prudente acercarse. El inglés da un par de pasos para asegurar el tiro y aprieta el gatillo. Esta vez la bestia es más rápida, salta empezando una loca carrera hacia ellos. Si bien es cierto que la licántropa es de cuidado, el que no sea luna llena limita las habilidades de la misma y el felino va a por todas. Vengarse del humano y liquidar a la mujer lobo que amenaza su territorio.
Es una lucha a muerte, el primer salto lo hace contra la fémina, pareciera que le faltó medir bien la distancia porque queda a dos metros de ésta, sólo es una estrategia para desbalancearla, así que da un giro de tuerca a la situación. Antes de que siquiera Cinder lo toque, voltea hacia Charles para caerle encima. Es más ágil, más preciso en su forma de pantera, ni siquiera le da oportunidad al hombre de tirar del gatillo por tercera vez, las garras delanteras le toman de los hombros y el impulso lo lleva al piso montado sobre el sujeto que lo observa con los ojos bien abiertos. La tarascada va directa a la cabeza cuando el propio inglés la detiene poniéndole el revólver en el hocico para que sea la barrera entre ambos - ¡Ni lo sueñes, idiota! - le golpea el costado para intentar sacarle el aire, pero desconoce la estructura orgánica del felino, por lo que sólo es un puñetazo que duele.
Y la bestia hace algo diferente esta vez, aún mordiendo la pistola, mueve la cabeza con violencia hacia la derecha para desprender el arma de la mano de Charles y dejarlo indefenso. Con la caída, el otro revólver de balas simples ha quedado en la tierra, oculto entre las hojas de los árboles. La escena es tan rápida que el humano no logra evitar que también la segunda arma termine lejos de él. Sin protección, la pantera va a dar su siguiente ataque, directo al rostro del inglés.
Charles Moncrieff- Esclavo de Sangre/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
Cinder tiene los ojos encendidos de amarillo y gruñe con ferocidad, mientras tenía los ojos fijos en la pantera, la musculatura de Cinder se marcaba, pero Charles había oido la información de la loba sobre que los cambiantes realmente no son tan diferentes como desde fuera e podía pensar, su socio fue rapido, escuchó el seco disparo y el zumbar de la bala pasar bien rapido hacia el hombro de la pantera, que rugió con ferocidad, mientras se noto que la herida había encendido más la furia. Avanza corriendo contra ellos velozmente, Cinder abre los ojos con sorpresa, y ve como salta, la loba piensa que la va a derribar, pero el felino pasa de largo por sus sorpresa, y prefiere ir a por el humano que es mas fragil a nivel fisico, y aunque pocos lo sabían Cinder en realidad tenía la habilidad de fortaleza, lo que hacía que aguantase muy bien el dolor, lo cual la hacía una rival a tener en cuenta, pero eso el cambiante no lo tenía en cuenta, Cinder dió un grito de furia cuando saltó sobre Charles, no dando credito a que prefiría abatir primero al humano.
Observa como muerde el arma por suerte y sacude la cabeza sin duda para tratar de arrebatarle el arma a su socio pronto vió la loba las intenciones de la pantera, le había desarmado y ahora iba a desfigurar su rostro de un bocado, pero eso la loba no lo iba a permitir, Cinder se levantó y corrió en dirección al enorme felino, Cinder salta y se engancha al lomo de la pantera, entrelazando sus piernas alrededor del cuerpo de esta y clavando las uñas empezando a dar mordiscos en la piel y dado a que la dentadura de la joven estaba crecida y afilada hacía mucho daño, la pantera saltaba intentando desacerse de la chica que tenía encima, y lo consiguió rodando, Cinder se giró para ponerse en pie y fue entonces cuando el tremendo escozor la hizo dar un sonoro grito, pues la pantera había dado un señor zarpazo a su espalda, avanzó unos metros arqueada gritando buscando aliviar el dolor que sentia de manera inutil, nota y huele la sangre que se desliza a borbotones por su espalda.
Se gira mirandole de manera fulminante y aulla, pronto los aullidos se hacen sonoros por el bosque, a lo que atienden una llamada de socorro, Cinder no a aullado para llamar a un licántropo, si no para que los lobos normales aullaran de manera amenazadora, buscando factor intimidación hacia el cambiante, Cinder como puede se levanta y saca una de sus dagas con intención de matar a la pantera, que sin duda la bala de plata la debilita también, corre contra ella y salta sobre la pantera clavando la daga en el lomo, aunque no de manera mortal, la pantera se sacude a la loba de encima y cambia de forma a un gato mas pequeño para salir a toda prisa por el bosque. -¡¡Se escapa!!.- Grita Cinder con la voz quebrada y fria, mentras se lleva una mano a la espalda, pues la herida era cuantiosa, cruzandole la espalda, busca recoger una de las armas de Charles, mientras se acerca a este comprobando el estado de su socio. -¿Estás bien? ¿te ha hecho algo?- Le palpaba revisandole entero comprobando que no le mordió ni araño, la herida de ella puede escapar.
Miró hacía el bosque, ella puede seguir el rastro, huele su sangre, huele su presa y la euforia de la luna llena la invite a cazar, desea destrozar, y el dolor en su espalda hace crecer más aun sus furia, grué mirando en esa dirección de hecho la joven una vez tras comprobar que está bien, Cinder se adentra en el bosque saliendo corriendo tras de él, siguiendo su rastro a traves del bosque buscandole, iba a despedazar a ese cambiante o al menos eso era lo unico que pensaba.
Observa como muerde el arma por suerte y sacude la cabeza sin duda para tratar de arrebatarle el arma a su socio pronto vió la loba las intenciones de la pantera, le había desarmado y ahora iba a desfigurar su rostro de un bocado, pero eso la loba no lo iba a permitir, Cinder se levantó y corrió en dirección al enorme felino, Cinder salta y se engancha al lomo de la pantera, entrelazando sus piernas alrededor del cuerpo de esta y clavando las uñas empezando a dar mordiscos en la piel y dado a que la dentadura de la joven estaba crecida y afilada hacía mucho daño, la pantera saltaba intentando desacerse de la chica que tenía encima, y lo consiguió rodando, Cinder se giró para ponerse en pie y fue entonces cuando el tremendo escozor la hizo dar un sonoro grito, pues la pantera había dado un señor zarpazo a su espalda, avanzó unos metros arqueada gritando buscando aliviar el dolor que sentia de manera inutil, nota y huele la sangre que se desliza a borbotones por su espalda.
Se gira mirandole de manera fulminante y aulla, pronto los aullidos se hacen sonoros por el bosque, a lo que atienden una llamada de socorro, Cinder no a aullado para llamar a un licántropo, si no para que los lobos normales aullaran de manera amenazadora, buscando factor intimidación hacia el cambiante, Cinder como puede se levanta y saca una de sus dagas con intención de matar a la pantera, que sin duda la bala de plata la debilita también, corre contra ella y salta sobre la pantera clavando la daga en el lomo, aunque no de manera mortal, la pantera se sacude a la loba de encima y cambia de forma a un gato mas pequeño para salir a toda prisa por el bosque. -¡¡Se escapa!!.- Grita Cinder con la voz quebrada y fria, mentras se lleva una mano a la espalda, pues la herida era cuantiosa, cruzandole la espalda, busca recoger una de las armas de Charles, mientras se acerca a este comprobando el estado de su socio. -¿Estás bien? ¿te ha hecho algo?- Le palpaba revisandole entero comprobando que no le mordió ni araño, la herida de ella puede escapar.
Miró hacía el bosque, ella puede seguir el rastro, huele su sangre, huele su presa y la euforia de la luna llena la invite a cazar, desea destrozar, y el dolor en su espalda hace crecer más aun sus furia, grué mirando en esa dirección de hecho la joven una vez tras comprobar que está bien, Cinder se adentra en el bosque saliendo corriendo tras de él, siguiendo su rastro a traves del bosque buscandole, iba a despedazar a ese cambiante o al menos eso era lo unico que pensaba.
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
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