AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
Recuerdo del primer mensaje :
París, Francia.
El inicio de la afrenta sugiere un espectáculo interesante. Desde el primer combatiente que pone un pie cubierto por un tipo de calzado que le rodea el tobillo en el improvisado ring de tierra, sangre y sudor, hasta el segundo contrincante, con mayor constitución física reflejada por la semi desnudez obligatoria en el sitio, donde sólo son cubiertas sus partes nobles por unos pantalones cortos, elaborados con una tela que ha visto días mejores, provoca a valorarlos. ¿Quién pudiese ganar? Es como elegir un caballo, ver las patas, la piel entre las costillas, pero son los ojos... Sí, es en los orbes donde encuentras al ganador. Sea un bestia para transporte -humana o no- un compañero de cacería o inclusive, la presa o el propio cazador.
En tanto sus valoraciones son hechas en su mente, Charles luce descansado e informal. No va a ir con sus mejores galas a un sitio así. Sería como una luz intensa a la cual las polillas se sienten atraídas. El abrigo que lo cubre, aunque prolijo y limpio, tiene bastantes años. Camisa blanca de manga larga, pantalones cómodos y botines con refuerzo son su atuendo por esta noche. Los guantes negros es un aditamento que no abandonaría. El contacto físico piel a piel, no es algo que esté en sus preferencias.
Recargado contra un pilar de madera, brazos cruzados al pecho, sus ojos recorren la estancia. Para distinguirlo, sería preciso acercarse. El fistol del león plateado se encuentra en la solapa del abrigo. Está colocado en pro de identificarlo. Justin Hashell, el irlandés, fue muy amable al buscarle a alguien en París para que pudiera auxiliarle en su labor de reorganizar el espectáculo lo más pronto posible, por lo que contactó a alguien en París para que le ayudara por un tiempo a completar su logística.
Grimm, Cinder. Por un momento las dos cejas de Charles casi se unen formando una sola al recordar ese nombre. Tiene curiosidad. ¿Cinder? Si es apellido o nombre, es bastante... peculiar. Se obliga a no catalogar al personaje antes de tiempo. En caso contrario, estará soportando una atmósfera tensa auto provocada como pasó con el propio Hashell. ¿Quién diría que sería tan eficiente? Tanto en obtención de recursos como en pagos. Hashell no es sólo un contacto, es un cliente asiduo. Es una pena que no tenga tanta pericia al momento de manejar las armas y quiera a sus presas atadas para disfrutar de ellas.
¿Y quién es Charles para criticar o prejuiciar? Nadie. En tanto Hashell siga pagando bien, si quiere a su presa atada, sin manos, ni piernas, Charles lo hará.
Saca de su abrigo unos cuantos billetes llamando al sujeto que toma las apuestas. El olor corporal del hombre sugiere que la transacción se haga lo más rápido posible. - 100 al rubio -. El que le recibe el dinero lo observa con curiosidad, no lo identifica, lo cual es lógico debido a que sólo tiene dos semanas en París. - Johnson no durará ni un asalto, pero si quiere perder su dinero, ¿Cuál es su nombre? - la voz resuena burlesca. Charles devuelve la mirada mientras le anotan en el papel - Lyon - es la respuesta.
Tiene demasiado cuidado con su nombre y en la mayor parte de las ocasiones, utiliza pseudónimos. Es mejor la privacidad. Sus orbes azul cobalto vuelven a la arena. Cierto, el moreno es mucho más corpulento, tiene mayor fuerza. El rubio es más pequeño, lo que significa destreza y sus pupilas reflejan una rabia y una afrenta que hará todo más divertido. Está casi seguro de que el rubio tiene un impulso extra, producto de alguna situación sentimental. Cuando algo así está en medio de una contienda, genera un extra de willpower.
Su mano diestra busca en uno de sus bolsillos para sacar una cajilla y de ésta, un cigarrillo preparado con antelación. Tabaco envuelto en papel de la mejor calidad, traído de la propia Cuba. Lo enciende dando la primera calada. Quizá sea ese un mal movimiento, no cualquiera puede darse el lujo de fumar en un sitio de esta calaña. Y aun así, no pierde conciencia de su alrededor por un simple vicio, no está en sus costumbres, por lo que un movimiento a su derecha le llama la atención. Un barrido visual rápido es suficiente para tomar los datos del acontecimiento. Alguien molestando a alguien más. Un masculino a un femenino. Y por la actitud del femenino, seguro que el masculino tendrá que sobarse las gónadas.
"I want to hide the truth
I don't want to shelter you,
But with the beast inside
There's nowhere we can hide"
I don't want to shelter you,
But with the beast inside
There's nowhere we can hide"
París, Francia.
El inicio de la afrenta sugiere un espectáculo interesante. Desde el primer combatiente que pone un pie cubierto por un tipo de calzado que le rodea el tobillo en el improvisado ring de tierra, sangre y sudor, hasta el segundo contrincante, con mayor constitución física reflejada por la semi desnudez obligatoria en el sitio, donde sólo son cubiertas sus partes nobles por unos pantalones cortos, elaborados con una tela que ha visto días mejores, provoca a valorarlos. ¿Quién pudiese ganar? Es como elegir un caballo, ver las patas, la piel entre las costillas, pero son los ojos... Sí, es en los orbes donde encuentras al ganador. Sea un bestia para transporte -humana o no- un compañero de cacería o inclusive, la presa o el propio cazador.
En tanto sus valoraciones son hechas en su mente, Charles luce descansado e informal. No va a ir con sus mejores galas a un sitio así. Sería como una luz intensa a la cual las polillas se sienten atraídas. El abrigo que lo cubre, aunque prolijo y limpio, tiene bastantes años. Camisa blanca de manga larga, pantalones cómodos y botines con refuerzo son su atuendo por esta noche. Los guantes negros es un aditamento que no abandonaría. El contacto físico piel a piel, no es algo que esté en sus preferencias.
Recargado contra un pilar de madera, brazos cruzados al pecho, sus ojos recorren la estancia. Para distinguirlo, sería preciso acercarse. El fistol del león plateado se encuentra en la solapa del abrigo. Está colocado en pro de identificarlo. Justin Hashell, el irlandés, fue muy amable al buscarle a alguien en París para que pudiera auxiliarle en su labor de reorganizar el espectáculo lo más pronto posible, por lo que contactó a alguien en París para que le ayudara por un tiempo a completar su logística.
Grimm, Cinder. Por un momento las dos cejas de Charles casi se unen formando una sola al recordar ese nombre. Tiene curiosidad. ¿Cinder? Si es apellido o nombre, es bastante... peculiar. Se obliga a no catalogar al personaje antes de tiempo. En caso contrario, estará soportando una atmósfera tensa auto provocada como pasó con el propio Hashell. ¿Quién diría que sería tan eficiente? Tanto en obtención de recursos como en pagos. Hashell no es sólo un contacto, es un cliente asiduo. Es una pena que no tenga tanta pericia al momento de manejar las armas y quiera a sus presas atadas para disfrutar de ellas.
¿Y quién es Charles para criticar o prejuiciar? Nadie. En tanto Hashell siga pagando bien, si quiere a su presa atada, sin manos, ni piernas, Charles lo hará.
Saca de su abrigo unos cuantos billetes llamando al sujeto que toma las apuestas. El olor corporal del hombre sugiere que la transacción se haga lo más rápido posible. - 100 al rubio -. El que le recibe el dinero lo observa con curiosidad, no lo identifica, lo cual es lógico debido a que sólo tiene dos semanas en París. - Johnson no durará ni un asalto, pero si quiere perder su dinero, ¿Cuál es su nombre? - la voz resuena burlesca. Charles devuelve la mirada mientras le anotan en el papel - Lyon - es la respuesta.
Tiene demasiado cuidado con su nombre y en la mayor parte de las ocasiones, utiliza pseudónimos. Es mejor la privacidad. Sus orbes azul cobalto vuelven a la arena. Cierto, el moreno es mucho más corpulento, tiene mayor fuerza. El rubio es más pequeño, lo que significa destreza y sus pupilas reflejan una rabia y una afrenta que hará todo más divertido. Está casi seguro de que el rubio tiene un impulso extra, producto de alguna situación sentimental. Cuando algo así está en medio de una contienda, genera un extra de willpower.
Su mano diestra busca en uno de sus bolsillos para sacar una cajilla y de ésta, un cigarrillo preparado con antelación. Tabaco envuelto en papel de la mejor calidad, traído de la propia Cuba. Lo enciende dando la primera calada. Quizá sea ese un mal movimiento, no cualquiera puede darse el lujo de fumar en un sitio de esta calaña. Y aun así, no pierde conciencia de su alrededor por un simple vicio, no está en sus costumbres, por lo que un movimiento a su derecha le llama la atención. Un barrido visual rápido es suficiente para tomar los datos del acontecimiento. Alguien molestando a alguien más. Un masculino a un femenino. Y por la actitud del femenino, seguro que el masculino tendrá que sobarse las gónadas.
Última edición por Charles Moncrieff el Miér Abr 18, 2018 9:56 am, editado 3 veces
Charles Moncrieff- Esclavo de Sangre/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
No hay mucho qué hacer. En primera porque no es tan profunda la herida y en segunda porque la loba no parece estar muy complacida en que se le atienda. Al contrario, parece un tanto territorial y cuando la adrenalina va bajando y se da cuenta de que: 1.- Está fuera de la jaula sin protección alguna. 2.- Ni siquiera salió corriendo en dirección contraria si no que está frente a ella; y 3.- No tiene intención de tomar el revólver y aunque lo haga, no tiene ya balas. Está po-dri-do. Se relame los dientes frontales sin saber qué va a pasar con esta loba.
Se siente un poco nervioso y sí, con algo de miedo - Cinder, mira que soy Charles. Cinder, mira que no tengo nada con qué protegerme. Cin...der... ¿Me estás oyendo? - ese gruñido no le da mucha confianza. Pone las manos al frente mostrando que no trae nada en ellas como señal de paz. Como enloquezca la otra, le va a quitar todos los dedos de una sola mordida. Se queda en silencio cuando ve que lo empieza a olfatear, al restregar el morro contra él, es el propio humano quien gruñe de satisfacción abrazándola con fuerza - Cinder, podría acostumbrarme a ésto - se siente demasiado bien el pelaje, podría agarrarla de almohada y acostarse sobre ella.
Hasta que pega el morro en su entrepierna. El humano arquea una ceja formando arrugas en su sien - Cinder, si vas a hacerme sexo oral, hazlo sin colmillos - ordena poniéndose las manos en sus gemelos cuidándolos de cualquier cosa que a la loba se le ocurra. Además, con el hocico húmedo, su entrepierna queda mojada y le es incómodo. Hasta que le lametea el rostro no puede más que relajarse - ¡La puta que te parió Cinder, te restriegas en mis huevos y me lames luego la cara! ¡Serás abusiva! Ahora vas a lamerte el culo y después lo harás conmigo ¿No te das cuenta de que es asqueroso? - pone las manos en su cabeza para alejarle.
Una vez que ella se acomodó en el suelo, él fue a inspeccionar al ciervo. Ni se apenó por quitarle la cabeza con rapidez y facilidad propia de quien lo ha hecho mucho tiempo antes - las heridas son perfectas, Cinder, puedo ponerlo a la venta. Además, es de once astas, va a ser carísimo - lo lleva como puede dentro de la jaula. Una vez dentro, sacude las manos en sus pantalones dejándose el olor sin importarle y va por la caja de cigarrillos. Se enciende uno y, viendo que ella no lo atacó, lo cual es bueno, va a sentarse a su lado acariciándole el morro - parece que hemos pasado la prueba, además, estás hermosa. Qué gran ejemplar que eres, ¿Quién te quiere, ah? ¿Quién te quiere? - le remueve los cachetes como si fuera un gran danés.
Le encanta esto, sentirla y verla. Es como tener una gran mascota, pero sabe bien que no es una, lo cual es mil veces mejor. Termina dándole un beso en la nariz por pura impulsividad antes de alejar sus manos y darle otra calada al cigarro soltando el humo sin darse cuenta de que, con el olfato que ahora Cinder tiene, puede que no le guste ese aroma.
Se siente un poco nervioso y sí, con algo de miedo - Cinder, mira que soy Charles. Cinder, mira que no tengo nada con qué protegerme. Cin...der... ¿Me estás oyendo? - ese gruñido no le da mucha confianza. Pone las manos al frente mostrando que no trae nada en ellas como señal de paz. Como enloquezca la otra, le va a quitar todos los dedos de una sola mordida. Se queda en silencio cuando ve que lo empieza a olfatear, al restregar el morro contra él, es el propio humano quien gruñe de satisfacción abrazándola con fuerza - Cinder, podría acostumbrarme a ésto - se siente demasiado bien el pelaje, podría agarrarla de almohada y acostarse sobre ella.
Hasta que pega el morro en su entrepierna. El humano arquea una ceja formando arrugas en su sien - Cinder, si vas a hacerme sexo oral, hazlo sin colmillos - ordena poniéndose las manos en sus gemelos cuidándolos de cualquier cosa que a la loba se le ocurra. Además, con el hocico húmedo, su entrepierna queda mojada y le es incómodo. Hasta que le lametea el rostro no puede más que relajarse - ¡La puta que te parió Cinder, te restriegas en mis huevos y me lames luego la cara! ¡Serás abusiva! Ahora vas a lamerte el culo y después lo harás conmigo ¿No te das cuenta de que es asqueroso? - pone las manos en su cabeza para alejarle.
Una vez que ella se acomodó en el suelo, él fue a inspeccionar al ciervo. Ni se apenó por quitarle la cabeza con rapidez y facilidad propia de quien lo ha hecho mucho tiempo antes - las heridas son perfectas, Cinder, puedo ponerlo a la venta. Además, es de once astas, va a ser carísimo - lo lleva como puede dentro de la jaula. Una vez dentro, sacude las manos en sus pantalones dejándose el olor sin importarle y va por la caja de cigarrillos. Se enciende uno y, viendo que ella no lo atacó, lo cual es bueno, va a sentarse a su lado acariciándole el morro - parece que hemos pasado la prueba, además, estás hermosa. Qué gran ejemplar que eres, ¿Quién te quiere, ah? ¿Quién te quiere? - le remueve los cachetes como si fuera un gran danés.
Le encanta esto, sentirla y verla. Es como tener una gran mascota, pero sabe bien que no es una, lo cual es mil veces mejor. Termina dándole un beso en la nariz por pura impulsividad antes de alejar sus manos y darle otra calada al cigarro soltando el humo sin darse cuenta de que, con el olfato que ahora Cinder tiene, puede que no le guste ese aroma.
Charles Moncrieff- Esclavo de Sangre/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
La enorme licana observaba a Charles mientras este le hablaba, se habría reido cuando protesto por esas obsesiones tan canidas que tenía en esos momentos, incluso se llegó a preguntar si cuando estaba fuera de conciencia habría tenido ese comportamiento tan gracioso con algun otro licano o si solo se habría peleado, no lo sabría nunca suspuso, mientras miraba a Charles relamiendose el hocico, aunque de manera burlona, aunque se mostró en desconcierto cuando tras dejar la cabeza del enorme ciervo dentro de la jaula se acercó tomandola por los mofletes y tratandola como si fuese un perro, sin duda eso se lo haría pagar mas tarde, mientras tanto alargó su lengua para lamer nuevamente su cara de abajo a arriba, aunque estornudó cuando encendió el cigarro, dejó que se recostase sobre ella, e incluso que la tratase como si fuera un peluche gigante o una almohada enorme, calida, se mostró relajada, y de vez en cuando se divertía molestandole, seguramente estaba exahusto por la adrenalina, ella cuidaria de él mientras este se relajaba apoyado en ella.
E incluso en una de las gracias abrió la boca y se metió unos segundos la cabeza de Charles en la boca, sin hacerle daño, luego le soltaba y volvia a lamerle, emitiendo un gruñido jugueton, o incluso empujandole con la cabeza para que la rascase tras la oreja, no sabe si siempre iba a tener ese control, pero era agradable, sus ojos se cerraban, pronto la luna desaparecería del cielo, fue en los momentos que la luna llena finalizaba la mente de la loba empezó a nublarse, emitió un gruñido apartando a Charles de encima suya, quizá un poco mas brusca de lo deseado, empezó a dar tremendas dentelladas al aire mostrando suma ferocidad, para mostrarle el poder, se puso en pie para que la viera en todos su esplendor, sus gruñidos casi parecian rugidos.
Entonces alzó para aullar a la luna a modo despedida, mientra el pelo negro empezaba a deshacerse, a desaparecer mientras caía, se escuchaba el crujir de los huesos, como e contraían de brisca forma hasta tener un menudo cuerpo, nuevamente, desnudo, con una melena negra, su vista seguía de color ambar caminó unos segundos antes de que su vista se volviera en blanco y se desplomara en el suelo, presa del agotamiento, aunque estaba en un estado semi inconsciente. -¿Q..qu...que?.- Le buscó con la mirada comprovando que los segundos que su mente se había dispersado no le hubiera hecho daño. -¿Quien te quiere ah? ¿quien te quiere?- Dijo imitandole sonriente, aunque se notaba que no iba a aguantar mucho consciente, estaba algo aturdida, despues de las transformaciones siempre estaba muy agotada, gateo mostrando voluntad para ponerse en pie, algo atontada. -Tengo sueño...-Dijo con la voz aun algo ronca.
E incluso en una de las gracias abrió la boca y se metió unos segundos la cabeza de Charles en la boca, sin hacerle daño, luego le soltaba y volvia a lamerle, emitiendo un gruñido jugueton, o incluso empujandole con la cabeza para que la rascase tras la oreja, no sabe si siempre iba a tener ese control, pero era agradable, sus ojos se cerraban, pronto la luna desaparecería del cielo, fue en los momentos que la luna llena finalizaba la mente de la loba empezó a nublarse, emitió un gruñido apartando a Charles de encima suya, quizá un poco mas brusca de lo deseado, empezó a dar tremendas dentelladas al aire mostrando suma ferocidad, para mostrarle el poder, se puso en pie para que la viera en todos su esplendor, sus gruñidos casi parecian rugidos.
Entonces alzó para aullar a la luna a modo despedida, mientra el pelo negro empezaba a deshacerse, a desaparecer mientras caía, se escuchaba el crujir de los huesos, como e contraían de brisca forma hasta tener un menudo cuerpo, nuevamente, desnudo, con una melena negra, su vista seguía de color ambar caminó unos segundos antes de que su vista se volviera en blanco y se desplomara en el suelo, presa del agotamiento, aunque estaba en un estado semi inconsciente. -¿Q..qu...que?.- Le buscó con la mirada comprovando que los segundos que su mente se había dispersado no le hubiera hecho daño. -¿Quien te quiere ah? ¿quien te quiere?- Dijo imitandole sonriente, aunque se notaba que no iba a aguantar mucho consciente, estaba algo aturdida, despues de las transformaciones siempre estaba muy agotada, gateo mostrando voluntad para ponerse en pie, algo atontada. -Tengo sueño...-Dijo con la voz aun algo ronca.
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
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Fecha de inscripción : 15/03/2018
Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
El estornudo es suficiente para que el inglés haga a un lado el cigarrillo cuidando de no quemar a la licántropa y por supuesto, que el humo no llegue a su enorme hocico. Se recarga contra el pelaje suave y cómodo, la temperatura elevada de su compañera es suficiente para no necesitar una manta con la cual cubrirse. Está confortable, cálido y relajado. Tras todo lo acontecido, lo único en lo que piensa ahora es en dormir. Bocanada tras bocanada, el cilindro se termina y lo echa apagado lejos de ellos. Como una muestra de camaradería para el olfato potente de la otra. Su cuerpo se adapta a una posición donde sólo hay que cerrar los ojos y dejarse sumir en el letargo del sueño.
Hasta que abre la bocota colocándola sobre su cabeza como si hiciera un ademán de medir qué tanto le cabe para comérselo - tengo la cabeza demasiado dura, me parece que tus dientes no tienen la fuerza para romperla - se mofa divertido dejando que ella jugueteé. A él le agrada esta atmósfera, esta química entre ellos. Una que estaría mejor si dejara de lamerle como si fuera una piruleta. A pesar de eso, de las babas que se le quedan en el rostro, el inglés se siente a gusto. Como pocas veces. Y es increíble que sólo haya pasado una semana de haberla conocido porque siente que puede confiar en ella. - ¡Babas no, babas no! - reniega con diversión en la voz. En parte es burla y en parte juego. No hay molestia cada vez que ella le demuestra lo que le quiere... abre los ojos de golpe, no, ella no lo quiere, ella lo aprecia. Cosa diferente.
Una vez contento con su deducción, se deja hacer, le acaricia tras las orejas, le rasca la panza, poco a poco siente que el cansancio le vence. Lucha contra él. Si hubo un vampiro en el bosque, puede haber algo peor. Un cazador o un inquisidor quizá. El cielo empezaba a clarear cuando el inglés estaba sumido en un duerme vela y siente que ella le empuja, por instinto, se pone en pie rígido, buscando qué está mal, - ¿Qué pasa Cinder? ¿Algo nos ataca? - sus ojos están activos recorriendo el lugar cuando un aullido le obliga a taparse los oídos. Niega con la cabeza volteándose hacia ella para insultarla cuando ve que la transformación está empezando de nuevo.
El hermoso pelaje cae al piso y con él empiezan los sonidos de los huesos acomodándose a una complexión más pequeña. Por instinto, Charles se va quitando la gabardina para cubrirla en cuanto termine todo. A simple vista es doloroso, no quiere pensar en lo que ella siente. Va acercándose y, cuando todo remite, no llega a tocar el cuerpo femenino el suelo porque el hombre la toma entre sus brazos con presteza. Observa sus ojos, un resquicio de su forma lobuna sigue en ellos al brillar amarillentos, más va apagándose. Está agotada como él mismo. Y a pesar de eso, la chispa de su carácter emerge con unas palabras que él le dirigiera, así que la conciencia estuvo en todo momento. El inglés ríe a carcajadas antes de sostenerla bien - tonta - le acomoda contra su pecho dándole un beso en la frente.
Con cuidado, la deposita en el suelo adormilada, sus pasos le llevan a la jaula para tomar sus ropas, regresar y vestirla como si fuera una pequeña. Lo hace con el respeto que le genera, sin propasarse o hacer alguna tontería. Sólo al final, cuando ella está cubierta en su totalidad, le deja un pequeño regalo: sus labios rozan los femeninos suaves y tiernos - vamos a casa, sweetheart - le avisa levantándola en brazos para dirigirse a la zona que había acordado con su gente. Ahí está el carruaje dirigido por un eficiente Alfred que va llegando justo a tiempo. Acomoda a Cinder dentro para después hacer lo propio y cierra los ojos en el camino de vuelta.
Un toque en la puerta le despierta. Aspira profundo antes de llevar a Cinder hasta su habitación. La de Charles. ¿Por qué? Ni él mismo lo sabe. Está tan adormilado que lo único que atina es a colocarla en la cama, deshacerse de las botas y meterse a su lado abrazando una almohada para no despertar hasta después de las dos de la tarde. Necesita dormir, descansar, porque esa misma noche, este proceso debe repetirse para afianzar el Don de Gaia de su socia.
Hasta que abre la bocota colocándola sobre su cabeza como si hiciera un ademán de medir qué tanto le cabe para comérselo - tengo la cabeza demasiado dura, me parece que tus dientes no tienen la fuerza para romperla - se mofa divertido dejando que ella jugueteé. A él le agrada esta atmósfera, esta química entre ellos. Una que estaría mejor si dejara de lamerle como si fuera una piruleta. A pesar de eso, de las babas que se le quedan en el rostro, el inglés se siente a gusto. Como pocas veces. Y es increíble que sólo haya pasado una semana de haberla conocido porque siente que puede confiar en ella. - ¡Babas no, babas no! - reniega con diversión en la voz. En parte es burla y en parte juego. No hay molestia cada vez que ella le demuestra lo que le quiere... abre los ojos de golpe, no, ella no lo quiere, ella lo aprecia. Cosa diferente.
Una vez contento con su deducción, se deja hacer, le acaricia tras las orejas, le rasca la panza, poco a poco siente que el cansancio le vence. Lucha contra él. Si hubo un vampiro en el bosque, puede haber algo peor. Un cazador o un inquisidor quizá. El cielo empezaba a clarear cuando el inglés estaba sumido en un duerme vela y siente que ella le empuja, por instinto, se pone en pie rígido, buscando qué está mal, - ¿Qué pasa Cinder? ¿Algo nos ataca? - sus ojos están activos recorriendo el lugar cuando un aullido le obliga a taparse los oídos. Niega con la cabeza volteándose hacia ella para insultarla cuando ve que la transformación está empezando de nuevo.
El hermoso pelaje cae al piso y con él empiezan los sonidos de los huesos acomodándose a una complexión más pequeña. Por instinto, Charles se va quitando la gabardina para cubrirla en cuanto termine todo. A simple vista es doloroso, no quiere pensar en lo que ella siente. Va acercándose y, cuando todo remite, no llega a tocar el cuerpo femenino el suelo porque el hombre la toma entre sus brazos con presteza. Observa sus ojos, un resquicio de su forma lobuna sigue en ellos al brillar amarillentos, más va apagándose. Está agotada como él mismo. Y a pesar de eso, la chispa de su carácter emerge con unas palabras que él le dirigiera, así que la conciencia estuvo en todo momento. El inglés ríe a carcajadas antes de sostenerla bien - tonta - le acomoda contra su pecho dándole un beso en la frente.
Con cuidado, la deposita en el suelo adormilada, sus pasos le llevan a la jaula para tomar sus ropas, regresar y vestirla como si fuera una pequeña. Lo hace con el respeto que le genera, sin propasarse o hacer alguna tontería. Sólo al final, cuando ella está cubierta en su totalidad, le deja un pequeño regalo: sus labios rozan los femeninos suaves y tiernos - vamos a casa, sweetheart - le avisa levantándola en brazos para dirigirse a la zona que había acordado con su gente. Ahí está el carruaje dirigido por un eficiente Alfred que va llegando justo a tiempo. Acomoda a Cinder dentro para después hacer lo propio y cierra los ojos en el camino de vuelta.
Un toque en la puerta le despierta. Aspira profundo antes de llevar a Cinder hasta su habitación. La de Charles. ¿Por qué? Ni él mismo lo sabe. Está tan adormilado que lo único que atina es a colocarla en la cama, deshacerse de las botas y meterse a su lado abrazando una almohada para no despertar hasta después de las dos de la tarde. Necesita dormir, descansar, porque esa misma noche, este proceso debe repetirse para afianzar el Don de Gaia de su socia.
Charles Moncrieff- Esclavo de Sangre/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
Le sorprende con que delicadeza su socio sobrelleva todo, incluso era agradable despertar de la transformación y no estar sola, aturdida y perdida, la verdad que han tenido suerte, pues los inquisidores y cazadores suelen merodear al amanecer tras suna luna llena, si un hombre sale aturdido y desnudo o con las ropas sajadas, en mitad del bosque hay pocas esplicaciones que puedan llevar a esa circunstancia, sobre todo si dospues no huelen a alcohol, es ahí donde los inquisidores pillan a los licántropos cuando estan más indefensos, igualmente despues tendrá una charla con su socio, cuando esté mas despierta, ahora mismo solo se acomodaba junto a él, mientras iban de vueltas a la mansión de charles, ella abrió ligeramente los ojos cuando llegaron y Charles cargó con ella hasta la cama donde al caer estaba practicamente inconciente.
La verdad que habían tenido mucha suerte, aunque a la gente con dinero pocas veces les paraba un inqquisidor a reclamarles sus acciones las mañanas de una luna llena, mientras que alguien más pobre, habria tenido problemas, generalmente Cinder sabia esquivarlos, tuvo que aprender a pronta edad.
No sabe cuanto tiempo estuvo mas que dormida, desmayada, por el agotamiento y el efecto que daba la luna llena, fue entonces cuando derrepente abrió los ojos, amarillos, pues un aroma sumamente atrayente inundaba sus fosas nasales, se giró en la cama visualizando la figura de Charles dormido, la loba ladeo la cabeza observandole, mientras que sonrió ladinamente, se sintia con cierto instinto animal, no era muy consciente sobre él, sencillamente con su mano empezó a serpentear por el torso del ingles, mientras se acercó hasta pasar su nariz a pocos centimentros de su cuello, le estaba empezando a excitar el aroma que desprendia en ese momento Charles, que sin duda sus acciones posiblemente le despertaran.
Su mano se deslizó tan abajo para buscar la entrepierna con el tacto de sus dedos acariciando la piel de la masculinidad del ingles, si que seguramente las acciones de la loba despertaran a Charles y cuando este se girara, chocara con los labios de la licántropa, que tenía su lado animal despierto, pero realmente a Charles no tendría que ponerse duro si decidia rechazarla o dejaba que esta se deleitara acariciando su hombria. -Hueles tan bien...que te devoraría.- Dijo ella, mientras paseaba suavemente la lengua por los labios del ingles, no siempre una se despertaba bien acompañada, y aunque era la segunda vez que acababan en la misma cama con juegos eroticos. -Creo que te voy a cambiar los habitos de sueño.- Susurró con cierto tono jugueton aunque no insistió por si acao el ingles no se despertaba de humor, la noche le fue dura, y tambien queria saber las impresiones de su socio.
La verdad que habían tenido mucha suerte, aunque a la gente con dinero pocas veces les paraba un inqquisidor a reclamarles sus acciones las mañanas de una luna llena, mientras que alguien más pobre, habria tenido problemas, generalmente Cinder sabia esquivarlos, tuvo que aprender a pronta edad.
No sabe cuanto tiempo estuvo mas que dormida, desmayada, por el agotamiento y el efecto que daba la luna llena, fue entonces cuando derrepente abrió los ojos, amarillos, pues un aroma sumamente atrayente inundaba sus fosas nasales, se giró en la cama visualizando la figura de Charles dormido, la loba ladeo la cabeza observandole, mientras que sonrió ladinamente, se sintia con cierto instinto animal, no era muy consciente sobre él, sencillamente con su mano empezó a serpentear por el torso del ingles, mientras se acercó hasta pasar su nariz a pocos centimentros de su cuello, le estaba empezando a excitar el aroma que desprendia en ese momento Charles, que sin duda sus acciones posiblemente le despertaran.
Su mano se deslizó tan abajo para buscar la entrepierna con el tacto de sus dedos acariciando la piel de la masculinidad del ingles, si que seguramente las acciones de la loba despertaran a Charles y cuando este se girara, chocara con los labios de la licántropa, que tenía su lado animal despierto, pero realmente a Charles no tendría que ponerse duro si decidia rechazarla o dejaba que esta se deleitara acariciando su hombria. -Hueles tan bien...que te devoraría.- Dijo ella, mientras paseaba suavemente la lengua por los labios del ingles, no siempre una se despertaba bien acompañada, y aunque era la segunda vez que acababan en la misma cama con juegos eroticos. -Creo que te voy a cambiar los habitos de sueño.- Susurró con cierto tono jugueton aunque no insistió por si acao el ingles no se despertaba de humor, la noche le fue dura, y tambien queria saber las impresiones de su socio.
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
¿Cuál es el misterio entre medio de tus piernas que enloquecen mi cordura?.
Eres un volcán de sensaciones cada célula en tu ser compone ricura.
Y puedo morir, encima de tu cuerpo, amarrado a tu cama.
Sobredosis de sexo...
Eres un volcán de sensaciones cada célula en tu ser compone ricura.
Y puedo morir, encima de tu cuerpo, amarrado a tu cama.
Sobredosis de sexo...
Las cortinas echadas impiden que cualquier rayo de luz pueda molestarle. Echado en la cama, todo su cuerpo se estira cuan largo es disfrutando de las mantas en su piel. Con todas las ropas del día anterior, el calor le está matando. Tal vez es por cierta mujer que ha despertado y le saca de su propio letargo. La temperatura corporal de la fémina es tal, que es sofocante. Gruñe un poco intentando alejarse sin mucho éxito. Una mano busca debajo de sus pantalones hasta encontrar una madera que empieza a consumirse por el fuego que provoca la llama de su tacto. Un jadeo antes de intentar abrir los ojos, imposible. Está agotado. Y es su propia intimidad la que le exige actividad. Intenta disuadirla cambiando de posición recibiendo otro choque, esta vez los labios piden su conciencia al máximo.
Por instinto, devuelve el beso. El músculo bucal recorre la superficie de los pliegues femeninos, adormilado, relajado. Hasta que los dientes de la fémina encuentran su labio inferior y gruñe. No hay algo que le despierte más que ese simple gesto. Sus ojos se abren, el iris azul cobalto emerge de entre los párpados antes de emitir un sonido divertido. - ¿Alguien quiere terminar la confrontación de ayer? - susurra deslizando la diestra por la cabeza femenina y la siniestra recorriendo la curva de su cadera. - Eso veo. No creo poder dormir hoy, ni mañana con tan agitada loba buscando ciervos qué comer y vampiros qué matar - su virilidad exige atenciones.
Se sienta en la cama sacudiendo la cabeza para despejarse. Por instinto, toma un vaso en el mueble al lado de la cama dejando vertir agua de una jarra al efecto dejada. Bebe sediento terminándose todo. Echa un poco más de agua para mojarse la cabeza ardiente. Se remueve el cabello con la diestra dejando que el líquido le despeje la mente. Mira hacia una puerta en particular y sonríe de lado - Así que estás hambrienta. Yo también. ¿Te atreves a traspasar el umbral de lo ordinario para llegar al verdadero sentido de la lujuria? - se pone en pie descalzo extendiendo su mano hacia la loba. Su sonrisa es misteriosa. En cuanto sus dedos se tocan, Charles abre el cajón del mueble al lado del lecho para sacar una tela alargada. - Mis tiempos. Mis deseos. Sólo déjate complacer. No hay opción de hacer lo que tú quieras, siempre seré yo. Mi egoísmo, mis deseos oscuros. Y los satisfaceré casi todos - mira el reloj que marcan las 12:34 del día. Es suficiente para hacer lo que quiere y luego, dejarla ir al bosque. - Estarás lista para dejar salir a la loba, siete horas son suficientes para lo que planeo - su músculo bucal lubrica su labio inferior.
- Lo único que tienes que hacer es dejarte llevar - da un paso al frente jalando la mano de ella hacia él. En cuanto da el primer paso la fémina, el inglés no duda. Le cubre los ojos con la tela impidiendo la visión. La toma en brazos para llevarla hacia la puerta que abre el segundo círculo del infierno. En cuanto ingresan a la habitación, la cierra con un movimiento de su pie. El sonido los deja a solas. La deposita en una silla encendiendo las velas con parsimonia y paciencia - prohibido moverte. Prohibido quitarte la venda. Haces lo que yo quiera, lo que mande. Esta vez, estarás a mi merced. Has aceptado y ahora cumplirás - una vez todo encendido, se acerca tomándola de la mano - en silencio. No quiero escucharte emitir ninguna palabra - la incorpora para dirigirla a un lugar diez pasos alejado de la silla.
La voltea hacia él, la incita a dar tres pasos atrás. Toma su mano derecha para elevarla por encima de su cabeza, se oye el movimiento de unas cadenas hasta que un grillete sujeta su muñeca. Hace lo mismo con la otra muñeca. Ella puede sentir a sus espaldas, ahora que están fijos los grilletes, que no hay apoyo, la está sosteniendo en el aire. Los pies siguen libres. - Me parece que tienes demasiada ropa. Permíteme ayudarte con eso - sonríe alejándose para tomar un utensilio. El frío metal roza la clavícula derecha antes de que corte la tela con una facilidad que denota lo filoso que es. El sonido de las fibras deshilachándose es incitante.
La punta ahora se coloca en la otra clavícula. El proceso se repite y la tela que le cubría cae al piso dejando al descubierto su busto y abdomen. Una manaza se estrella contra la redondez del seno derecho con fiereza dejando una marca roja en la piel. El pezón corresponde el gesto empezando a endurecer. El metal ahora corta de la costilla hacia su muñeca derecha. Luego, a la izquierda. Las manos del hombre despojan los hilachos de lo que antes era una blusa. Desabrocha el pantalón de la fémina para dejarlo caer. Se escucha cómo suelta el utensilio por el chocar del metal contra el piso y luego, el resonar por tres ocasiones más como si hubiera rebotado. Sus manos recorren las caderas femeninas dejándolas desnudas hasta hacerla levantar un pie y después el otro.
Su tobillo derecho es sujeto con firmeza llevándolo a un paso al lado para ser rodeado por otro grillete. El izquierdo recibe el mismo tratamiento. Las cadenas resuenan con los movimientos del hombre. Están flojas, puede mover un poco los brazos hasta llevarlos a su cabeza y las piernas a la rodilla. Un movimiento al caminar de él antes de que suene algo y la tensión de las fibras de metal se haga sentir hasta que sus brazos y piernas estén tirantes. Siente un golpe de su mano en el trasero dejándolo rojo de la fuerza con la que fue dado - ¿Estás cómoda? - se mofa acariciando su redondez trasera. Una presión de sus dientes contra el cuello es ofrendada, los dientes van apretando hasta dejar una marca sin hacerla sangrar. Puede sentir su cuerpo todavía enfundado por sus ropas. Su miembro está tieso cual mástil de barco.
La diestra recorre su abdomen hasta llegar al vello púbico que oculta su triángulo. Enrosca los dedos en él apretando causando dolor. Algunas fibras se desprenden de la piel y él se las lleva al soltarla. - ¿Duele? Y ésto aún empieza, sweetheart - el siguiente golpe es contra su sexo, palmeando el clítoris y los labios vaginales externos. - Sólo es el inicio - susurra contra su oído antes de alejarse.
Charles Moncrieff- Esclavo de Sangre/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
Parecia que el ingles se despertó de buen humor, atendiendo a las demandas de la joven licántropa, que jugueteaba con la mano dentro de los ropajes, sonrió ladina, mientras le observaba mientras ladeaba la cabeza, de manera lobuna y paseaba la nariz a centimetros del cuello del ingles, mientras este parecía quejarse de no dormir, pero no parecía ir en ese sentido, cosa que hizo dar una risilla picara mientras observaba como el ingles se levantaba, sin entender que se traía bien entre manos, pero le miraba mientras se muerde el labio inferior, realmente quería devorarle entero de mas de una forma. Escuchaba sus palabras ¿el umbral de la lujuria?, la licántropa enarcó una ceja. -¿Lujuria? querido, soy una loba...soy la pura lujuria animal.- replicó Cinder emitiendo un gruñido jugueton mientras le observaba con atención, realmente quería saber que tramaba.
Él sacaba una cinta larga del cajón de la mesa de noche, mientras le miraba enarcando una ceja, mientras decía que ese día la iba a complacer, pero se harían realidad sus deseos, eso hizo que la loba sibase de manera como si estuviera notablemente impresionada, más no iba a poner resistencia, al menos no por el momento, miró a Charles mientras enarcaba una ceja. -Cuidado con esta loba, no quisiera morderte demasiado fuerte a tu deliciosa carne.- Se relamió aunque de una menera notablemente lasciva.
Dejarse llevar, eso sonaba incitante, y no sería ella quien pusiera queja alguna por ello, se levantó cuando el ingles se lo indicó y se dejó vendar los ojos, preguntandose que era lo que en realidad se traía entre manos, quedaba ciega por la venda sí, pero se valdría de olfato para adivinar los planes de su socio que tan jugueton estaba. Notando que la carga para ir a una habítación que ahora mismo la rumana no adivinaba cual era de todas. Frunció el ceño pensativa a impaciente de saber que planes tenía Charles para con ella, pero simplemente se limitó a sonreir y a asentir con la cabeza cuando hizo la petición de que no hablaria y que tocaría cubrir unicamente sus deseo, tenía curiosidad por conocer las mayores perversiones que alguien como él pudiera tener, el secreto oscuro que puede ocultar.
La movió de donde estaba la silla y la hizo alzar los brazos para notar como un grillete primero aprisionaba las mano, luego la otra, ella comprovaba que movilidad se la permitía tener aquello, sonrió cuando comentó su exceso de ropa, eso hizo que la loba riera, hasta que notó el frio metal rozar su clavicula y el sonido que hacía su ropa cuando era rasgada.
La piel de la morena se erizaba e inclusó dejó escapar un suspiro, el juego le estaba resultando excitante, no podía mentir. Una vez el torso descubierto se sorprendió cuando notó el manotazo que le dió a su pecho, cosa que escapó un bufido y gruñido, notaba como seguramente la zona se volvia roja, mientras no tardó en notar como encadenaba tambien sus tobillos, gruñó cuando dijo si estaba comoda, pero no rompería la regla de no hablar.
Aunque se notaba el jugueteo que se traía Charles, más lo peor vino a continuación, aunque no por el mordisco, eso la encantó, muy lobuno, totalmente, hizo que ella con el olfato le buscase lamiendo su mejilla cuando la mordió el cuello.
Más el tirar del vello pubico de la joven hizo que esta bufase y cerrase las piernas con fuerza rabiando un poco por el escozor. -maldito..-Se le escapó aunque seguidamente aprtó los labios mientras tenía la cabeza girada en dirección a Charles ya que el aroma venía de ahí, más seguidamente sonrió con maldad y sacó la lengua retandole a más.
Él sacaba una cinta larga del cajón de la mesa de noche, mientras le miraba enarcando una ceja, mientras decía que ese día la iba a complacer, pero se harían realidad sus deseos, eso hizo que la loba sibase de manera como si estuviera notablemente impresionada, más no iba a poner resistencia, al menos no por el momento, miró a Charles mientras enarcaba una ceja. -Cuidado con esta loba, no quisiera morderte demasiado fuerte a tu deliciosa carne.- Se relamió aunque de una menera notablemente lasciva.
Dejarse llevar, eso sonaba incitante, y no sería ella quien pusiera queja alguna por ello, se levantó cuando el ingles se lo indicó y se dejó vendar los ojos, preguntandose que era lo que en realidad se traía entre manos, quedaba ciega por la venda sí, pero se valdría de olfato para adivinar los planes de su socio que tan jugueton estaba. Notando que la carga para ir a una habítación que ahora mismo la rumana no adivinaba cual era de todas. Frunció el ceño pensativa a impaciente de saber que planes tenía Charles para con ella, pero simplemente se limitó a sonreir y a asentir con la cabeza cuando hizo la petición de que no hablaria y que tocaría cubrir unicamente sus deseo, tenía curiosidad por conocer las mayores perversiones que alguien como él pudiera tener, el secreto oscuro que puede ocultar.
La movió de donde estaba la silla y la hizo alzar los brazos para notar como un grillete primero aprisionaba las mano, luego la otra, ella comprovaba que movilidad se la permitía tener aquello, sonrió cuando comentó su exceso de ropa, eso hizo que la loba riera, hasta que notó el frio metal rozar su clavicula y el sonido que hacía su ropa cuando era rasgada.
La piel de la morena se erizaba e inclusó dejó escapar un suspiro, el juego le estaba resultando excitante, no podía mentir. Una vez el torso descubierto se sorprendió cuando notó el manotazo que le dió a su pecho, cosa que escapó un bufido y gruñido, notaba como seguramente la zona se volvia roja, mientras no tardó en notar como encadenaba tambien sus tobillos, gruñó cuando dijo si estaba comoda, pero no rompería la regla de no hablar.
Aunque se notaba el jugueteo que se traía Charles, más lo peor vino a continuación, aunque no por el mordisco, eso la encantó, muy lobuno, totalmente, hizo que ella con el olfato le buscase lamiendo su mejilla cuando la mordió el cuello.
Más el tirar del vello pubico de la joven hizo que esta bufase y cerrase las piernas con fuerza rabiando un poco por el escozor. -maldito..-Se le escapó aunque seguidamente aprtó los labios mientras tenía la cabeza girada en dirección a Charles ya que el aroma venía de ahí, más seguidamente sonrió con maldad y sacó la lengua retandole a más.
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
Las cadenas exigen de los miembros femeninos, estiran la piel haciendo lucir los músculos y vaya que los tiene la mujer. Marcados, con las venas expuestas de la tensión. Los senos elevados, rematados por puntas que van liberándose de la prisión de las ropas. El abdomen plano y los muslos firmes. Los glúteos contorneados. No sabe por dónde empezar ahora que ha dado cuatro pasos atrás admirando su obra. Si fuera pintor, se dedicaría el resto del tiempo a plasmar este momento, más el pincel es su enemigo. Los brazos se cruzan contra el pecho antes de que la contienda continúe.
Se frota las palmas de las manos haciendo fricción dejándolas un poco más calientes, lo que contrasta con el frío líquido que toma de un tonel en una cubeta. Para la labor, se descalza, dejándola en silencio total, se desprende de su camisa y se queda con los pantalones cuyo miembro está semierecto. Listo para la función, para friccionar a su vez, el interior húmedo causando sensaciones, sólo debe esperar. Portarse bien y tendrá su recompensa. Toma una tela para la labor y de paso, una pastilla de jabón. El primer cubetazo de agua fría revienta contra el tronco de la fémina. Helada, la piel reacciona enrojeciéndose. El segundo, va contra la parte trasera, el líquido choca contra la espalda y glúteos de la mujer. - Tú disculparás, la prisa que tenías hace un rato ha hecho que me olvide de calentar el agua. Tu cuerpo está sucio, malparida, debes lavarlo antes de presentarte ante mí. Esos rastros de sangre no son adecuados para mostrarte ante tu señor - se mofa con sonrisa ladeada.
Pasa la tela contra la columna vertebral humedeciéndola con las gotas que van cayendo sin control. Lo suficiente para después, enjabonar dicho paño y restregar con fuerza, sin la menor de las consideraciones esa piel dorada dejándola blanca y rojiza por la presión con que lo hace. Las caderas continúan, las regordetas nalgas, el atrevido acaricia en medio de ellas, en el canal que va de la vagina hasta su ano y más arriba dejándolo sensible por la violencia con que ejecuta sus actos. No es suave, eso es impensable en esta actuación donde él es el único espectador. Muslos vienen a continuación, pies. Y da la vuelta para ir en ascenso, olvidando el pubis en su carrera de alcanzar el vientre femenino. De ahí, a las clavículas, brazos, cuello. Cuando llega a su rostro, le da sonoro bofetón - me gusta verte así, sonrojada por el dolor y la degradación - su siniestra toma su nuca encajando las uñas en tanto va bajando hasta su coxis. En tanto, la diestra restriega las redondeces delanteras poniendo énfasis en los pezones cuyo tratamiento cruel es respondido con la erección de éstos.
Baja la diestra hasta su pubis, lo aprieta con la tela antes de removerla con el mismo "cuidado" que tuvo con el resto del físico de la licántropa - ¿Me dirás que no puedes resistir estas caricias? - sus falanges bajan hasta sus pliegues externos friccionado fuerte la tela y después, se dedica a los internos, poniendo especial cuidado en rematar con el clítoris. Su crueldad es disfrutada, hace círculos concéntricos con el pulgar. La lleva al límite, antes de que pueda desatar la presión del placer, la deja sola antes de avanzar. Tomar la siguiente cubeta llena de agua y vaciarla con fuerza contra el tórax. Cuatro baldeos más son necesarios para limpiarla del jabón y dejarla escurriendo. Las gotas buscan escapar con velocidad. Uno de los sistemas de cañería absorbe la mayor parte dejando algunos pequeños charcos en el piso.
El hombre sujeta la cabellera de la fémina con fuerza, tomando un lazo, la recoge toda en una coleta dejándola fuera de su premio. La piel de ésta, que se ofrenda al más vil de los rapiñadores. - ¿Sabes qué es lo mejor? - gruñe contra su oído, tomando la coleta desde la base para obligarla a echar atrás la cabeza - que esta vez, no tengo que contenerme en mis ansias de satisfacer mis más bajos deseos. Te regeneras de las heridas normales con velocidad impresionante. Puedo hacer lo que quiera - casi parece un ronroneo al enunciar las últimas cinco palabras. Su pene está listo para la acción de ese simple pensamiento dicho en voz alta.
La mano sostiene una tabla ligera, delgada, antes de azotarla contra las nalgas de la mujer haciendo resonar el golpe por toda la habitación. La madera mojada se pone más pesada y al segundo azote, es mayor la presión en sus puntos de dolor aumentándolo. - Oh, sí, sweetheart. Ésto será divertido - el tercer tablazo es estampado contra sus senos, justo donde los pezones están ya listos para recibir atención.
Se frota las palmas de las manos haciendo fricción dejándolas un poco más calientes, lo que contrasta con el frío líquido que toma de un tonel en una cubeta. Para la labor, se descalza, dejándola en silencio total, se desprende de su camisa y se queda con los pantalones cuyo miembro está semierecto. Listo para la función, para friccionar a su vez, el interior húmedo causando sensaciones, sólo debe esperar. Portarse bien y tendrá su recompensa. Toma una tela para la labor y de paso, una pastilla de jabón. El primer cubetazo de agua fría revienta contra el tronco de la fémina. Helada, la piel reacciona enrojeciéndose. El segundo, va contra la parte trasera, el líquido choca contra la espalda y glúteos de la mujer. - Tú disculparás, la prisa que tenías hace un rato ha hecho que me olvide de calentar el agua. Tu cuerpo está sucio, malparida, debes lavarlo antes de presentarte ante mí. Esos rastros de sangre no son adecuados para mostrarte ante tu señor - se mofa con sonrisa ladeada.
Pasa la tela contra la columna vertebral humedeciéndola con las gotas que van cayendo sin control. Lo suficiente para después, enjabonar dicho paño y restregar con fuerza, sin la menor de las consideraciones esa piel dorada dejándola blanca y rojiza por la presión con que lo hace. Las caderas continúan, las regordetas nalgas, el atrevido acaricia en medio de ellas, en el canal que va de la vagina hasta su ano y más arriba dejándolo sensible por la violencia con que ejecuta sus actos. No es suave, eso es impensable en esta actuación donde él es el único espectador. Muslos vienen a continuación, pies. Y da la vuelta para ir en ascenso, olvidando el pubis en su carrera de alcanzar el vientre femenino. De ahí, a las clavículas, brazos, cuello. Cuando llega a su rostro, le da sonoro bofetón - me gusta verte así, sonrojada por el dolor y la degradación - su siniestra toma su nuca encajando las uñas en tanto va bajando hasta su coxis. En tanto, la diestra restriega las redondeces delanteras poniendo énfasis en los pezones cuyo tratamiento cruel es respondido con la erección de éstos.
Baja la diestra hasta su pubis, lo aprieta con la tela antes de removerla con el mismo "cuidado" que tuvo con el resto del físico de la licántropa - ¿Me dirás que no puedes resistir estas caricias? - sus falanges bajan hasta sus pliegues externos friccionado fuerte la tela y después, se dedica a los internos, poniendo especial cuidado en rematar con el clítoris. Su crueldad es disfrutada, hace círculos concéntricos con el pulgar. La lleva al límite, antes de que pueda desatar la presión del placer, la deja sola antes de avanzar. Tomar la siguiente cubeta llena de agua y vaciarla con fuerza contra el tórax. Cuatro baldeos más son necesarios para limpiarla del jabón y dejarla escurriendo. Las gotas buscan escapar con velocidad. Uno de los sistemas de cañería absorbe la mayor parte dejando algunos pequeños charcos en el piso.
El hombre sujeta la cabellera de la fémina con fuerza, tomando un lazo, la recoge toda en una coleta dejándola fuera de su premio. La piel de ésta, que se ofrenda al más vil de los rapiñadores. - ¿Sabes qué es lo mejor? - gruñe contra su oído, tomando la coleta desde la base para obligarla a echar atrás la cabeza - que esta vez, no tengo que contenerme en mis ansias de satisfacer mis más bajos deseos. Te regeneras de las heridas normales con velocidad impresionante. Puedo hacer lo que quiera - casi parece un ronroneo al enunciar las últimas cinco palabras. Su pene está listo para la acción de ese simple pensamiento dicho en voz alta.
La mano sostiene una tabla ligera, delgada, antes de azotarla contra las nalgas de la mujer haciendo resonar el golpe por toda la habitación. La madera mojada se pone más pesada y al segundo azote, es mayor la presión en sus puntos de dolor aumentándolo. - Oh, sí, sweetheart. Ésto será divertido - el tercer tablazo es estampado contra sus senos, justo donde los pezones están ya listos para recibir atención.
Charles Moncrieff- Esclavo de Sangre/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
El juego no hacía má que empezar y Charles lo había dejado claro, Cinder clavaba en él su vista, mientras las cadenas tensaban más forzando la postura expuesta de la rumana ante los ojos del ingles, donde ella podía oler el aroma que desprendía Charles, ese aroma a testosterona que mentiría si dijera que no despertaba hasta él más primario insitinto que pudiera tener la loba, que emitia un excitado gruñido mirandole, mordiendose el labio con excitación mientras ligeramente unos colmillos asomaban, más solo era ese cambio, un destello ambar, y un poco de filo en sus colmillos, sus pechos subían y bajaban por la acelerada respiración excitada, mientras mantenía de momento las ordenes de no decir nada, de momento...al menos asi es el pensamiento de la loba que en ese momento gruñia al ingles como si le fuera a devorar en más de un sentido.
Más cuando escuchó como era que el hombre se frotaba las manos preguntandose que era lo que tramaba ahora,no ver la hacía agudizar más si cabía los demas sentidos, ladeando la cabeza, sonriendo quizá con una muy notable sorisa maliciosa cargada de pensamientos que bien podían ser considerados morbosos. Escuchaba el sonido de como se desprendia de algunas prendas, y la loba le olia como si estudiara su aroma, de echo, enarcó una ceja durante unos instantes relamiendose y ladeó la cabeza, haciendole saber que aunque no le veía le olia y la lujuria despertaba instintos animales, que en silencio algo tramaba, pero ella no le dió importancia ninguna, solo se imaginaba de calenturienta forma lo que le haría al cuerpo de Charles si lo tuviera acorralado contra él suelo como si fuera un cervatillo indefenso.
Más cuando escucho que el ingles cogía el agua nunca se esperó lo que ocurriria a continuación, pues el agua fria e estampó con fuerza contra ella, haciendo que a Cinder se le escapara un alarido nervioso, pero el siguiente no se hizo esperar, y el agua lanzada contra su espalda, su piel se enrojecia por los fuertes impactos del agua y Cinder volvió a escapar un aullido nerviorso, la piel rapidamente se le erizaba y empezaba a temblar por el frio, el agua helada había bajado la temperatura corporal obligandola a tiritar y sus pezones a endurecerse y marcarse bastante devido a eso, mientras el castañeo de dientes fue rebatido al apretar los labios.
Laspalabras que salieron con mofa de los labios del ingles hizo que Cinder se mostrara sumamente sorprendida y repitiera .- ¿Mi señor?- Dijo sumamente desafiante, para mostrarse revelde aun en su estado encadenado, pero cuando Charles decidió empezar a fregarla con esa falta de delicadeza enrojeciendo su piel por las feroces pasada, haciendo que la licántropa no pudiera evitar dejar escapar gemidos de molestía por ello, mientras de vez en cueando gruñia de forma licántropa, notando esa mezcla de dolor que se le hacía tambien algo placentero
Intentó cerrar las piernas cuando colaba a frotar sus intimidades, donde no pudo evitar dar jadeos muy sonoros por la impresión de las acciones desconsideradas provocadas sobre su desnudo cuerpo, erizado por el frio y enrojecido por la brutalidad del frotado, miró al ingles y gruñó dando bocados al aire amenazante casi.
Las uñas que paseaban por la espalda de la licantropa hizo que Cinder cerrara los ojos con fuerza tras la tela dejandose hacer, recibiendo un escalofrio por ello, le habria fulminado con la mirada debido a sus palabras, mientras él se recreaba en las crueles acciones, más cuando empezaba a atacar el pubis de ella a lo que hizo que Cinder le miraba frunciendo el ceño con cierto sufrimiento, cuando sus brutales tratos llegaron a su entrepierna, gemidos escaparon, mezcla de la molestia, pero tambien empezando a humedecerse por el resquicio de placer que tambien sentía, pero el ingles contratacó con un nuevo cubo de agua congelada que esta vez arrancó un grito de los labios de Cinder que respiraba agitadamente.
Tiritando movia la cabeza en direccion a Charles que se acerca tomandola de su negra cabellera, su voz suena lasciva, y el aroma a testosterona que emite el ingles, hace que a pesar de todo el maltrato de este, la loba estuviera totalmente a tono, ansiosa, casi pareciera estar en celo ante un macho licántropo, jadeó cuando tiró de su pelo para obligarla a echar la cabeza hacia atras, mientras le hablaba, sus palabras eran en un tono dulce cargado de maldad y lascivia, despertando el instinto mas primarios de la loba, que basicamente ansiaba ser montada por el hombre de la manera más animal posible.
Giró la cabeza en dirección a donde olia a Charles. -Oh querido, quizás te dé miedo saber que cuando me pongo tan caliente deseo follar o devorar, reza para que tu carne no me dé por destrozar.- Desafió bravucona, lasciva, incitada, se relamió.
Más un grito escapó de sus labios cuando fue azotada, un segundo aseguró la rojez de su piel de la zona lastimada y que emitiera varios pequeños grititos de dolor por los azotes, sus ultimas palabras hizo que Cinder se esperara lo siguiente, cuando el azote fue en sus pechos estos se movieron por el impacto, recibiendo la rojez y sus pezones ardian lastimados del golpe haciendo que la licántropa sacudiera las cadenas por el impacto, inclusó tembló por las acciones del ingles, Cinder tiñó los ojos de ambar tras la tela que le cubria los ojos -Disfrutaré hundiendo mis colmillos en tu deliciosa carne, notando el ferreo sabor de tu calida sangre, mientras escucharé tus gemidos de placer mientras me movere violentamente sacudiendo tu verga dentro de mi, embriagandome de tu aroma, eres como la luna llena para mi- Escupió cada silava la licantropa cargada de rabia, dolor y lascivia por igual, deseando hecharse sobre él, saborear nuevamente el miembro masculino del ingles, manteniendole entre sus piernas y entre sus dientes, olfateandole de esa manera lupina, embriagada en la lujuria animal que comprendia su naturaleza.
Más cuando escuchó como era que el hombre se frotaba las manos preguntandose que era lo que tramaba ahora,no ver la hacía agudizar más si cabía los demas sentidos, ladeando la cabeza, sonriendo quizá con una muy notable sorisa maliciosa cargada de pensamientos que bien podían ser considerados morbosos. Escuchaba el sonido de como se desprendia de algunas prendas, y la loba le olia como si estudiara su aroma, de echo, enarcó una ceja durante unos instantes relamiendose y ladeó la cabeza, haciendole saber que aunque no le veía le olia y la lujuria despertaba instintos animales, que en silencio algo tramaba, pero ella no le dió importancia ninguna, solo se imaginaba de calenturienta forma lo que le haría al cuerpo de Charles si lo tuviera acorralado contra él suelo como si fuera un cervatillo indefenso.
Más cuando escucho que el ingles cogía el agua nunca se esperó lo que ocurriria a continuación, pues el agua fria e estampó con fuerza contra ella, haciendo que a Cinder se le escapara un alarido nervioso, pero el siguiente no se hizo esperar, y el agua lanzada contra su espalda, su piel se enrojecia por los fuertes impactos del agua y Cinder volvió a escapar un aullido nerviorso, la piel rapidamente se le erizaba y empezaba a temblar por el frio, el agua helada había bajado la temperatura corporal obligandola a tiritar y sus pezones a endurecerse y marcarse bastante devido a eso, mientras el castañeo de dientes fue rebatido al apretar los labios.
Laspalabras que salieron con mofa de los labios del ingles hizo que Cinder se mostrara sumamente sorprendida y repitiera .- ¿Mi señor?- Dijo sumamente desafiante, para mostrarse revelde aun en su estado encadenado, pero cuando Charles decidió empezar a fregarla con esa falta de delicadeza enrojeciendo su piel por las feroces pasada, haciendo que la licántropa no pudiera evitar dejar escapar gemidos de molestía por ello, mientras de vez en cueando gruñia de forma licántropa, notando esa mezcla de dolor que se le hacía tambien algo placentero
Intentó cerrar las piernas cuando colaba a frotar sus intimidades, donde no pudo evitar dar jadeos muy sonoros por la impresión de las acciones desconsideradas provocadas sobre su desnudo cuerpo, erizado por el frio y enrojecido por la brutalidad del frotado, miró al ingles y gruñó dando bocados al aire amenazante casi.
Las uñas que paseaban por la espalda de la licantropa hizo que Cinder cerrara los ojos con fuerza tras la tela dejandose hacer, recibiendo un escalofrio por ello, le habria fulminado con la mirada debido a sus palabras, mientras él se recreaba en las crueles acciones, más cuando empezaba a atacar el pubis de ella a lo que hizo que Cinder le miraba frunciendo el ceño con cierto sufrimiento, cuando sus brutales tratos llegaron a su entrepierna, gemidos escaparon, mezcla de la molestia, pero tambien empezando a humedecerse por el resquicio de placer que tambien sentía, pero el ingles contratacó con un nuevo cubo de agua congelada que esta vez arrancó un grito de los labios de Cinder que respiraba agitadamente.
Tiritando movia la cabeza en direccion a Charles que se acerca tomandola de su negra cabellera, su voz suena lasciva, y el aroma a testosterona que emite el ingles, hace que a pesar de todo el maltrato de este, la loba estuviera totalmente a tono, ansiosa, casi pareciera estar en celo ante un macho licántropo, jadeó cuando tiró de su pelo para obligarla a echar la cabeza hacia atras, mientras le hablaba, sus palabras eran en un tono dulce cargado de maldad y lascivia, despertando el instinto mas primarios de la loba, que basicamente ansiaba ser montada por el hombre de la manera más animal posible.
Giró la cabeza en dirección a donde olia a Charles. -Oh querido, quizás te dé miedo saber que cuando me pongo tan caliente deseo follar o devorar, reza para que tu carne no me dé por destrozar.- Desafió bravucona, lasciva, incitada, se relamió.
Más un grito escapó de sus labios cuando fue azotada, un segundo aseguró la rojez de su piel de la zona lastimada y que emitiera varios pequeños grititos de dolor por los azotes, sus ultimas palabras hizo que Cinder se esperara lo siguiente, cuando el azote fue en sus pechos estos se movieron por el impacto, recibiendo la rojez y sus pezones ardian lastimados del golpe haciendo que la licántropa sacudiera las cadenas por el impacto, inclusó tembló por las acciones del ingles, Cinder tiñó los ojos de ambar tras la tela que le cubria los ojos -Disfrutaré hundiendo mis colmillos en tu deliciosa carne, notando el ferreo sabor de tu calida sangre, mientras escucharé tus gemidos de placer mientras me movere violentamente sacudiendo tu verga dentro de mi, embriagandome de tu aroma, eres como la luna llena para mi- Escupió cada silava la licantropa cargada de rabia, dolor y lascivia por igual, deseando hecharse sobre él, saborear nuevamente el miembro masculino del ingles, manteniendole entre sus piernas y entre sus dientes, olfateandole de esa manera lupina, embriagada en la lujuria animal que comprendia su naturaleza.
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
Los ojos cubiertos sólo obligan a la fémina a voltear a donde supone por el olor quizá, que está el inglés. La observa buscándolo y cada vez la sonrisa se le amplía. Está disfrutando como nunca este momento. Las gotas que resbalan por su bien formado cuerpo, las zonas rojas de los golpes dados. La ansiedad de ella en cada movimiento que es remarcado por el resonar de las cadenas. Y aún falta. No han empezado siquiera. Ni siquiera el saber que cuando más caliente está le gusta morder es suficiente para detenerle, al contrario, su risa impregna la habitación de alegría y excitación entremezcladas - sólo recuerda que soy un humano y no me recupero tan rápido. Una mordida en un mal lugar y me desangro, soy un debilucho comparado contigo - y para reafirmar la oración, la tabla golpea en medio de sus piernas, exacto donde su vagina se encuentra desprovista de protección debido a que sus piernas están abiertas.
- Tan desvalido como un cervatillo - otro golpe más, esta vez contra las nalgas y otro más. El objeto se escucha caer resonando en la habitación en tanto pasa su diestra por las marcas de la redondez de su culo - tu trasero gordo me gusta - sisea dejándose caer de rodillas para morder la piel dejando marcas. Apretando con los dedos abriendo más sus cachetes antes de seguir con los bocados y alguna que otra succión. - No sé si ese líquido que te lubrica es agua o es que ya estás tan caliente que te deshidratas por la vagina - pasea un dedo por los labios menores para su auto satisfacción, hunde la primer falange sin delicadeza. No es virgen, ya lo ha dicho. Así que no tiene consideraciones. El dedeo empieza lento, después aumenta la presión y la rapidez. De arriba a abajo arranca alaridos y gemidos hasta que, cuando siente que las compresiones vaginales son erráticas, lo abandona.
Se incorpora dando un manotazo a las nalgas - no puede ser que tan rápido estés por correrte, malparida - le toma por el cabello echando atrás su cabeza contra el hombro del varón que le muerde la yugular hasta hacerla sangrar. Degusta las gotas carmesíes con deleite - eres una sucia, una vulgar ramera, una puta - introduce la falange cubierta por sus líquidos en su boca - lámelo, degústalo, porque seguro que ya conoces su sabor, perra - el cabello es presionado de nuevo sacando algunos de sus raíces sin misericordia. El dedo sale de su boca para recorrerla con las uñas desde la barba pasando por su cuello, en medio de sus clavículas y senos, para apoderarse de la cima derecha apretándola con fuerza y rematando en pellizcos el pezón - ¿Así te gusta, puta? ¿Así te corres? - susurra contra su oído antes de abofetearle el seno que antes tocase.
La mano continúa su viaje, sus uñas haciendo surcos en la piel hasta llegar a su triángulo rizado, aprieta los vellos con violencia jalando hacia la parte contraria de la raíz para hacerla aullar. Sus caderas presionan las femeninas. Aún con el pantalón, su pene está listo para la contienda. Exige su liberación. - Mi amigo quiere venir a jugar con tu amiguita, ¿Te gusta la idea? - la suelta por completo. Se aleja antes de tomar un juguete de su repertorio. Da algunas vueltas a su alrededor buscando el lugar perfecto para empezar el siguiente rito. Las ocho cuerdas se estampan con la violencia de un envión directo a sus muslos. El segundo, cae contra su pubis y abdomen. El tercero, cuarto y quinto, revientan contra sus nalgas dejando un par de cortes - Uh, lo siento, creo que te abrí la piel. Ah cierto, te curas rápido - da tres golpes más en la misma zona. Quiere escuchar sus gritos, anhela ese sonido como nunca, no se refrena con el noveno y el décimo, ni siquiera por la sangre que mana de las heridas. Sólo es capaz de hincarse de nuevo para tomarla de las caderas e ir lamiendo gota por gota sin dejarse nada en el camino. Manchándose el rostro de la sangre licántropa.
- Tan desvalido como un cervatillo - otro golpe más, esta vez contra las nalgas y otro más. El objeto se escucha caer resonando en la habitación en tanto pasa su diestra por las marcas de la redondez de su culo - tu trasero gordo me gusta - sisea dejándose caer de rodillas para morder la piel dejando marcas. Apretando con los dedos abriendo más sus cachetes antes de seguir con los bocados y alguna que otra succión. - No sé si ese líquido que te lubrica es agua o es que ya estás tan caliente que te deshidratas por la vagina - pasea un dedo por los labios menores para su auto satisfacción, hunde la primer falange sin delicadeza. No es virgen, ya lo ha dicho. Así que no tiene consideraciones. El dedeo empieza lento, después aumenta la presión y la rapidez. De arriba a abajo arranca alaridos y gemidos hasta que, cuando siente que las compresiones vaginales son erráticas, lo abandona.
Se incorpora dando un manotazo a las nalgas - no puede ser que tan rápido estés por correrte, malparida - le toma por el cabello echando atrás su cabeza contra el hombro del varón que le muerde la yugular hasta hacerla sangrar. Degusta las gotas carmesíes con deleite - eres una sucia, una vulgar ramera, una puta - introduce la falange cubierta por sus líquidos en su boca - lámelo, degústalo, porque seguro que ya conoces su sabor, perra - el cabello es presionado de nuevo sacando algunos de sus raíces sin misericordia. El dedo sale de su boca para recorrerla con las uñas desde la barba pasando por su cuello, en medio de sus clavículas y senos, para apoderarse de la cima derecha apretándola con fuerza y rematando en pellizcos el pezón - ¿Así te gusta, puta? ¿Así te corres? - susurra contra su oído antes de abofetearle el seno que antes tocase.
La mano continúa su viaje, sus uñas haciendo surcos en la piel hasta llegar a su triángulo rizado, aprieta los vellos con violencia jalando hacia la parte contraria de la raíz para hacerla aullar. Sus caderas presionan las femeninas. Aún con el pantalón, su pene está listo para la contienda. Exige su liberación. - Mi amigo quiere venir a jugar con tu amiguita, ¿Te gusta la idea? - la suelta por completo. Se aleja antes de tomar un juguete de su repertorio. Da algunas vueltas a su alrededor buscando el lugar perfecto para empezar el siguiente rito. Las ocho cuerdas se estampan con la violencia de un envión directo a sus muslos. El segundo, cae contra su pubis y abdomen. El tercero, cuarto y quinto, revientan contra sus nalgas dejando un par de cortes - Uh, lo siento, creo que te abrí la piel. Ah cierto, te curas rápido - da tres golpes más en la misma zona. Quiere escuchar sus gritos, anhela ese sonido como nunca, no se refrena con el noveno y el décimo, ni siquiera por la sangre que mana de las heridas. Sólo es capaz de hincarse de nuevo para tomarla de las caderas e ir lamiendo gota por gota sin dejarse nada en el camino. Manchándose el rostro de la sangre licántropa.
Charles Moncrieff- Esclavo de Sangre/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
El olor que emitia el ingles tenía a la licántropa absolutamete a tono, ni se imaginaba cuanto le excitaba ese aroma, estaba totalmente ajeno a ello, más como bien decía Charles esto no hacía más que empezar, se mordía el labio con ansiedad y excitación totalmente, más cuando empezó a escuchar a Charles hablar le sorprendió que admitiese su debilidad ante ella y más estando ella como se encontraba en ese momento, pero ahí estaba la trampa, al no ver, no adivinó lo que iba a ocurrir, entonces fue cuando el golpe llegó a su entrepierna, a su centro, eso hizo que la loba diera un muy agudo grito de dolor y se sacudiese con fuerza intentando cerrar las piernas para proteger. -HIJO DE....- Ahora la muy sensible intimidad femenina, mientras daba unos pequeños grititos más que se le escapaban, debido a esto no se percató que ahora el ingles estaba a su espalda siguiendo a lo que le pareció a la loba que se burlaba de lo supuestamente debil que era y castigó su culo, intentó apretar los dientes para no dejar escapar pequeños alaridos por los golpes, las nalgas botaron por el golpe y se enrojecieron, Cinder respiró aceleradamente y dejó al final escapar una pequeña risilla desafiante.
Escucha la tablilla caer haciendo que la loba deja escapar un pequeño suspiro de alivió, mas sonrie egocentricamente cuando escucha a Charles afirmar lo que le gusta su culo. -Lo sé, lo adoras.- Dice de manera engreida a pesar de su situación mientras ladea la cabeza guiandose donde huele al ingles, que nota como muerde sus nalgas y les apreta con los dedos haciendo que esta ensanche la sonrisilla maliciosa, que pronto se borra cuando el ingles se percata de cuan mojada esta.
Intenta un esfuerzo sobre humano para no dejar escapar sonido alguno cuando sin cuidado alguno el ingles juega con sus dedos en las intimidades femeninas que estan más que humedas y sensibles por el previo golpe, pero la habiidad que muestra con los dedos hacen que a Cinder se le escapen sonoros jadeas y gimoteos cuando imprime velocidad. -Dioses....- Escapa por puró placer, empezando a tener las contracciones vaginales por el placer, que hace que se percaté el ingles de lo sumamente excitada que estaba y detenga el movimiento, haciendo que la morena moviera las caderas como reflejo deseando más placer aun.
El comentario de Charles hizo que ella diera una pequeña risilla por eso, pero antes de que le diera tiempo si quiera a hablar, Charles tiró de su melena hacia atras haciendo que se apoyara en su hombro, y cuando la mordió marcando su cuello con heridas con la forma de sus dientes hizo que Cinder se le escapara un quejido de sus labios, en el momento que el ingles introdujo sus dedos humedecidos de los propios fluidos de la muchacha, Charles no dijo mentira, ella si conocia ese sabor, y su lengua jugueteaba rapida lamiendo las falanges, aunque da un gruñido por el tiron de pelo.
Cierra los ojos tras la tela notando como la araña con esos dedos que ella misma humedecio con la lengua y que se deslizaban hacia sus pechos, notando los pellizco que hacen que exhale por las acciones ajenas, pero cuando Charles la susurra en el oido esta se gira hacia su oido gimoteandole en él para provocar y saca su lengua lamiendo la mejilla de Charles. -Si...asi me corro.- Responde desafiante y muerde con suavidad la mejilla de manera efimera antes de escapar un gemido real por el golpe a su pecho que bota rojizo mas intenso por el castigo a este.
Pero cuando la mano del ingles baja de nuevo a su monte de venus ya tiembla sabiendo lo mal que trata su vello, y no tardó su crueldad presentarse, ella escapó quejidos cuando tiraba del vello de su intimidad femenina, intentando revolverse por ello, se mueve chocando contra las cadera del ingles mientras se queja por la acción pero a su vez excitada por lo que nota detras de ella, suspira aliviada cuando la suelta. -Jugaria hasta en luna llena contigo.- comenta la loba entre jadeos acelerados.
Nota como la suelta y olfatea buscandole con el oido y el olfato, intentando saber que trama, pero cuando lo descubre lo que le arranca es un tremendo grito agudo, esos latigazos que impactan rasgando, el ingles parece disfrutar de cada tremendo grito que arranca de la garganta de la loba que incluso le crecen los colmillos y sacude las cadenas temblorosamente, el que se cure rapido y tenga buena resistencia al dolor no quiere decir que no duela, nota la sangre caer, y sus gritos son tremendamente sonoros, quebrando la voz por el grito, incluso cuando llega al decimo latigazo con esas 8 cuerdas hay lagrimas que han humedecido la cinta que la cubre los ojos y se deslizan por sus mejillas, mientras jadea y gimotea dolorida notando la lengua de charles consolar sus heridas, mientras ella flaquea sus fuerzas unos segundos dejando caer la cabeza sobre su pecho, jadeando intentando recuperar la compostura. -Me vengare....- susurra entre gimoteos, mientras vuelve a recobrar la posición aunque tiembla de manera involuntaria, pero siente placer con los lametones del ingles.
Escucha la tablilla caer haciendo que la loba deja escapar un pequeño suspiro de alivió, mas sonrie egocentricamente cuando escucha a Charles afirmar lo que le gusta su culo. -Lo sé, lo adoras.- Dice de manera engreida a pesar de su situación mientras ladea la cabeza guiandose donde huele al ingles, que nota como muerde sus nalgas y les apreta con los dedos haciendo que esta ensanche la sonrisilla maliciosa, que pronto se borra cuando el ingles se percata de cuan mojada esta.
Intenta un esfuerzo sobre humano para no dejar escapar sonido alguno cuando sin cuidado alguno el ingles juega con sus dedos en las intimidades femeninas que estan más que humedas y sensibles por el previo golpe, pero la habiidad que muestra con los dedos hacen que a Cinder se le escapen sonoros jadeas y gimoteos cuando imprime velocidad. -Dioses....- Escapa por puró placer, empezando a tener las contracciones vaginales por el placer, que hace que se percaté el ingles de lo sumamente excitada que estaba y detenga el movimiento, haciendo que la morena moviera las caderas como reflejo deseando más placer aun.
El comentario de Charles hizo que ella diera una pequeña risilla por eso, pero antes de que le diera tiempo si quiera a hablar, Charles tiró de su melena hacia atras haciendo que se apoyara en su hombro, y cuando la mordió marcando su cuello con heridas con la forma de sus dientes hizo que Cinder se le escapara un quejido de sus labios, en el momento que el ingles introdujo sus dedos humedecidos de los propios fluidos de la muchacha, Charles no dijo mentira, ella si conocia ese sabor, y su lengua jugueteaba rapida lamiendo las falanges, aunque da un gruñido por el tiron de pelo.
Cierra los ojos tras la tela notando como la araña con esos dedos que ella misma humedecio con la lengua y que se deslizaban hacia sus pechos, notando los pellizco que hacen que exhale por las acciones ajenas, pero cuando Charles la susurra en el oido esta se gira hacia su oido gimoteandole en él para provocar y saca su lengua lamiendo la mejilla de Charles. -Si...asi me corro.- Responde desafiante y muerde con suavidad la mejilla de manera efimera antes de escapar un gemido real por el golpe a su pecho que bota rojizo mas intenso por el castigo a este.
Pero cuando la mano del ingles baja de nuevo a su monte de venus ya tiembla sabiendo lo mal que trata su vello, y no tardó su crueldad presentarse, ella escapó quejidos cuando tiraba del vello de su intimidad femenina, intentando revolverse por ello, se mueve chocando contra las cadera del ingles mientras se queja por la acción pero a su vez excitada por lo que nota detras de ella, suspira aliviada cuando la suelta. -Jugaria hasta en luna llena contigo.- comenta la loba entre jadeos acelerados.
Nota como la suelta y olfatea buscandole con el oido y el olfato, intentando saber que trama, pero cuando lo descubre lo que le arranca es un tremendo grito agudo, esos latigazos que impactan rasgando, el ingles parece disfrutar de cada tremendo grito que arranca de la garganta de la loba que incluso le crecen los colmillos y sacude las cadenas temblorosamente, el que se cure rapido y tenga buena resistencia al dolor no quiere decir que no duela, nota la sangre caer, y sus gritos son tremendamente sonoros, quebrando la voz por el grito, incluso cuando llega al decimo latigazo con esas 8 cuerdas hay lagrimas que han humedecido la cinta que la cubre los ojos y se deslizan por sus mejillas, mientras jadea y gimotea dolorida notando la lengua de charles consolar sus heridas, mientras ella flaquea sus fuerzas unos segundos dejando caer la cabeza sobre su pecho, jadeando intentando recuperar la compostura. -Me vengare....- susurra entre gimoteos, mientras vuelve a recobrar la posición aunque tiembla de manera involuntaria, pero siente placer con los lametones del ingles.
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
Con la mejilla apoyada en uno de los redondos glúteos de la fémina, mantiene unos instantes de tranquilidad en tanto sus manos recorren los muslos de arriba a abajo. Se queda pensativo mirando el resto de los juguetes que tiene sobre la mesa. ¿Con qué seguirá? - ¿Qué dices? ¿Pongo peso en tus pezones o me dedico a depilarte esos pelos en el pubis que me disgustan? - relame la piel carnosa antes de gruñir incorporándose y dándole tremenda nalgada con la mano abierta para que resuene más - tienes un culo de gran puta ¿Has pensado en dedicarte a la prostitución? Podría regentearte, pagarían bien por ese par de nalgas - aprieta su labio inferior con sus dientes de las ganas que le tiene.
Se aleja un par de pasos antes de decidir lo siguiente. - Te mueves en contra de mi voluntad y te dejo así, Cinder. Te prometo que aunque me duelan los testículos, no continuamos - le advierte empezando a destensar las cadenas. Le quita los grilletes después de acercar una silla para que se siente unos instantes. - Mueve los músculos, han de estar tensos, frótalos, ya vuelvo y no te quites la tela de los ojos - va a por algo que sujeta bien antes de llegar a la fémina - ¿Mejor? Vamos al siguiente nivel. Te daré dos minutos más para que tu cuerpo se recupere, no te muevas, no te quites la tela - advierte empezando a realizar los preparativos para lo siguiente. Ella puede escuchar cómo lanza algo y luego cae de forma sistemática, aprieta algo que bien podría ser una cuerda.
Escucha después sus pasos acercarse - listo. Recuperada o no, ahí vamos - la toma del brazo obligando que apoye el abdomen en la superficie plana de la silla - apoya el abdomen en ella - ordena para empezar a unir sus antebrazos por detrás de su cuerpo con varios pases de la cuerda haciendo un total de seis lazos que une por en medio sin tocar la espalda. Repite el proceso tres veces más, el último contra las muñecas. En cuanto lo siente firme, ella siente cómo lanza el resto de la cuerda atrás - tranquila. Tranquila, balancéate o ésto no va a funcionar y te vas a dar tremendo golpe que gruñirás y no te voy a consolar - ordena empezando a jalar de la soga para hacer un amarre en la rodilla izquierda obligándola a flexionarla hacia atrás. Hace lo mismo con la segunda rodilla. Tiene una habilidad endemoniada, señal de que no es la primera vez que lo hace. Ata la cuerda que sostiene las piernas con la que sostiene los brazos para darle firmeza.
Una vez hecho, se aleja - manténte ahí, no te desbalancées - empieza a tirar de la cuerda por otro extremo elevándola un metro. Sostiene el amarre en el tubo para el efecto usado acercándose para quitarle el apoyo de la silla, ahí sonríe. La obliga a que tenga una línea vertical, cabeza al suelo, pies a lo alto. - Perfecta - se aleja para jalar medio metro más. Fija el amarre y se asegura de que resista. Comprobado ésto, se le acerca con sonrisa ladina. Si ella viera el espectáculo que ofrece, estaría fascinada por la escena como él. Se va desprendiendo de los pantalones y los calzoncillos hasta quedar desnudo. Jala aire con fuerza anticipándose a lo que viene. Se planta ante ella, su pene roza la mejilla de la joven.
Le toma de los cabellos para propinarle tremendo bofetón - si pudieras verte, zorra, te mojarías como loca. Dijiste que querías comer ¿No? Pues come - le jala de la barbilla para abrirle la boca e introducirle de una su pene cuidando de no chocar contra los dientes de la mujer - y cuidado con que muerdas. Vamos, demuéstrame lo que sabes hacer, perra - golpea su clítoris un par de veces antes de tomarle los muslos con las manos y empezar a succionar sus labios externos, adentrándose hacia los internos y más profundo aún. Su lengua recorre toda la superficie sensible de la licántropa en tanto aprieta sus carnes al hundir su músculo bucal en lo profundo de su orificio vaginal.
Se aleja un par de pasos antes de decidir lo siguiente. - Te mueves en contra de mi voluntad y te dejo así, Cinder. Te prometo que aunque me duelan los testículos, no continuamos - le advierte empezando a destensar las cadenas. Le quita los grilletes después de acercar una silla para que se siente unos instantes. - Mueve los músculos, han de estar tensos, frótalos, ya vuelvo y no te quites la tela de los ojos - va a por algo que sujeta bien antes de llegar a la fémina - ¿Mejor? Vamos al siguiente nivel. Te daré dos minutos más para que tu cuerpo se recupere, no te muevas, no te quites la tela - advierte empezando a realizar los preparativos para lo siguiente. Ella puede escuchar cómo lanza algo y luego cae de forma sistemática, aprieta algo que bien podría ser una cuerda.
Escucha después sus pasos acercarse - listo. Recuperada o no, ahí vamos - la toma del brazo obligando que apoye el abdomen en la superficie plana de la silla - apoya el abdomen en ella - ordena para empezar a unir sus antebrazos por detrás de su cuerpo con varios pases de la cuerda haciendo un total de seis lazos que une por en medio sin tocar la espalda. Repite el proceso tres veces más, el último contra las muñecas. En cuanto lo siente firme, ella siente cómo lanza el resto de la cuerda atrás - tranquila. Tranquila, balancéate o ésto no va a funcionar y te vas a dar tremendo golpe que gruñirás y no te voy a consolar - ordena empezando a jalar de la soga para hacer un amarre en la rodilla izquierda obligándola a flexionarla hacia atrás. Hace lo mismo con la segunda rodilla. Tiene una habilidad endemoniada, señal de que no es la primera vez que lo hace. Ata la cuerda que sostiene las piernas con la que sostiene los brazos para darle firmeza.
Una vez hecho, se aleja - manténte ahí, no te desbalancées - empieza a tirar de la cuerda por otro extremo elevándola un metro. Sostiene el amarre en el tubo para el efecto usado acercándose para quitarle el apoyo de la silla, ahí sonríe. La obliga a que tenga una línea vertical, cabeza al suelo, pies a lo alto. - Perfecta - se aleja para jalar medio metro más. Fija el amarre y se asegura de que resista. Comprobado ésto, se le acerca con sonrisa ladina. Si ella viera el espectáculo que ofrece, estaría fascinada por la escena como él. Se va desprendiendo de los pantalones y los calzoncillos hasta quedar desnudo. Jala aire con fuerza anticipándose a lo que viene. Se planta ante ella, su pene roza la mejilla de la joven.
Le toma de los cabellos para propinarle tremendo bofetón - si pudieras verte, zorra, te mojarías como loca. Dijiste que querías comer ¿No? Pues come - le jala de la barbilla para abrirle la boca e introducirle de una su pene cuidando de no chocar contra los dientes de la mujer - y cuidado con que muerdas. Vamos, demuéstrame lo que sabes hacer, perra - golpea su clítoris un par de veces antes de tomarle los muslos con las manos y empezar a succionar sus labios externos, adentrándose hacia los internos y más profundo aún. Su lengua recorre toda la superficie sensible de la licántropa en tanto aprieta sus carnes al hundir su músculo bucal en lo profundo de su orificio vaginal.
Charles Moncrieff- Esclavo de Sangre/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
Respiraba de manera acelerada, mientras lentamente empezaba a bajar el ritmo de esta, tomando aire despues de la tremenda fustigación por parte del ingles, notaba la calida sangre deslizarse, y tambien la ardiente mejilla del ingles apoyado en sus nalgas, transmitiendo una estraña tranquilidad despues de la batalla en la que todo ha valido para Charles, apoya su cabeza contra uno de sus brazos abriendo la boca ligeramente por las bocanadas de aire, aunque ladea ligeramente la cabeza cuando le escucha hablar. Deja escapar un pequeñó resoplido con una sonrisa de medio lado ante ese comentario, ciertamente vió algo extremo el primer plan pero mantuvo una actitud algo chulesca dentro de lo que cabía su posición, pero lo que le arrancó una risilla fue cuando alabó de manera particular nuevamente el culo de la licántropa. -¿Vender mi culo? oh querido, no todos son dignos de tocarlo, sientete afortunado.- Comentó la loba de esa manera chulesca, demasiado orgullo para dedicarse a vender su cuerpo por dinero, ademas, le gusta por igual elegir la presa como elegir a quien permite entrar en ella.
Más guardó silencio cuando escuchó la amenaza del ingles y asintió con la cabeza aceptando sus ordenes, escuchando como al fin la soltaba y la guiaba para sentarse, no se quitó la venda y las heridas empezaban a parecer hechas hace horas y no minutos, estiraba los musculos y se auto masajeaba para calmar la tensión que había tenido ante el cruel y morboso espectaculo que había dado, se relajaba o al menos lo intentaba.
Se estremecia escuchando lo que hacía el ingles, ella fruncia el ceño tratando de adivinar por el sonido, parecía que intentaba enganchar una cuerda en algun sitio, y que lo conseguía, eso ponía nerviosa a la loba que no veía que planeaban con ella, empezó a olfatear mientras no se levantaba de la silla tal como había pedido, Charles vovlió y la loba alzo la cabeza en dirección a donde le olfateaba, se dejó guiar para ser tumbada sobre la silla, preguntandose que demonios estaba haciendo. La sujetó de los brazos a la espalda empezando a atarla, los movimientos de cabeza indicaban que la licántropa estaba desconcertada y ciertamente inquieta, mientras perdía movilidad de los brazos, mientras el ingles reclamó la tranquilidad de esta, Cinder se resignó y se dejó hacer sin protestar, preguntandose que perverso juego estaba haciendo ahora de ella, desde luego nunca se había imaginado nada de esto por parte del ingles, incluso Cinder había jurado que sería en realidad alguien convencional, muy ingles, con sus educados modales y creyendose muy malo dando un par de azotes durante un pasionado encuentro, pero ahora había superado las espectativas con creces.
Sus piernas también fueron atrapadas entre las cuerdas, y notó como tiró de ella colgada boca abajo en esa forzada postura, ella emitió un ligero gruñido, cuando escuchó el espectaculo que estaba dando su figura colgada boca abajo, y atada, totalmente inmovil, totalmente indevensa ante Charles, pero confiaba lo suficiente como para no ponerse histerica rezando por escapar.
Noto el calido y suave tacto del miembro viril de Charles, palpitante, el calor que emanaba, el aroma excitante que desprendia, eso hizo que la loba se mojara más aun. Más recibió un bofetón que la hizo enrojecer su mejilla pero ella sonrió no obstante, con hambre, con lujuria, más el ingles no se hizo esperar, la hizo abrir la boca para seguidamente cubrir ese agujero con su falo, ella lo devora como si su vida dependiera de eso, ajustando sus labios a su contorno y acariciandolo a su vez con la lengua, mientras un gemido se escapa por las acciones del ingles en su entrepierna, los jadeos sonoros y los gemidos se le escapan mientras lame con impetú el miembro del ingles, metiendosela en su totalidad hasta la arcada y retirando la cabeza lo suficiente para sacarla de su boca dejando la conexión de hilos de saliva que salian de la boca de la loba y se unían al miembro viril de Charles, para despues volver a introducirselo en la boca y empezar la masturbación de este con los labios, aprovechando el balanceo al estar colgada, y que Charles la tenía sujeta de las piernas, la sacó de su boca nuevamente para humedecer con la lengua y acariciar con los labios los testiculos del hombre, antes de volver a imprimir una masturbación mas intensa, usando sus labios y lengua contra el falo masculino.
Más guardó silencio cuando escuchó la amenaza del ingles y asintió con la cabeza aceptando sus ordenes, escuchando como al fin la soltaba y la guiaba para sentarse, no se quitó la venda y las heridas empezaban a parecer hechas hace horas y no minutos, estiraba los musculos y se auto masajeaba para calmar la tensión que había tenido ante el cruel y morboso espectaculo que había dado, se relajaba o al menos lo intentaba.
Se estremecia escuchando lo que hacía el ingles, ella fruncia el ceño tratando de adivinar por el sonido, parecía que intentaba enganchar una cuerda en algun sitio, y que lo conseguía, eso ponía nerviosa a la loba que no veía que planeaban con ella, empezó a olfatear mientras no se levantaba de la silla tal como había pedido, Charles vovlió y la loba alzo la cabeza en dirección a donde le olfateaba, se dejó guiar para ser tumbada sobre la silla, preguntandose que demonios estaba haciendo. La sujetó de los brazos a la espalda empezando a atarla, los movimientos de cabeza indicaban que la licántropa estaba desconcertada y ciertamente inquieta, mientras perdía movilidad de los brazos, mientras el ingles reclamó la tranquilidad de esta, Cinder se resignó y se dejó hacer sin protestar, preguntandose que perverso juego estaba haciendo ahora de ella, desde luego nunca se había imaginado nada de esto por parte del ingles, incluso Cinder había jurado que sería en realidad alguien convencional, muy ingles, con sus educados modales y creyendose muy malo dando un par de azotes durante un pasionado encuentro, pero ahora había superado las espectativas con creces.
Sus piernas también fueron atrapadas entre las cuerdas, y notó como tiró de ella colgada boca abajo en esa forzada postura, ella emitió un ligero gruñido, cuando escuchó el espectaculo que estaba dando su figura colgada boca abajo, y atada, totalmente inmovil, totalmente indevensa ante Charles, pero confiaba lo suficiente como para no ponerse histerica rezando por escapar.
Noto el calido y suave tacto del miembro viril de Charles, palpitante, el calor que emanaba, el aroma excitante que desprendia, eso hizo que la loba se mojara más aun. Más recibió un bofetón que la hizo enrojecer su mejilla pero ella sonrió no obstante, con hambre, con lujuria, más el ingles no se hizo esperar, la hizo abrir la boca para seguidamente cubrir ese agujero con su falo, ella lo devora como si su vida dependiera de eso, ajustando sus labios a su contorno y acariciandolo a su vez con la lengua, mientras un gemido se escapa por las acciones del ingles en su entrepierna, los jadeos sonoros y los gemidos se le escapan mientras lame con impetú el miembro del ingles, metiendosela en su totalidad hasta la arcada y retirando la cabeza lo suficiente para sacarla de su boca dejando la conexión de hilos de saliva que salian de la boca de la loba y se unían al miembro viril de Charles, para despues volver a introducirselo en la boca y empezar la masturbación de este con los labios, aprovechando el balanceo al estar colgada, y que Charles la tenía sujeta de las piernas, la sacó de su boca nuevamente para humedecer con la lengua y acariciar con los labios los testiculos del hombre, antes de volver a imprimir una masturbación mas intensa, usando sus labios y lengua contra el falo masculino.
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
"Sí, ya sabes que llevo un rato mirándote,
tengo que bailar contigo hoy.
Vi que tu mirada ya estaba llamándome,
muéstrame el camino que yo voy."
tengo que bailar contigo hoy.
Vi que tu mirada ya estaba llamándome,
muéstrame el camino que yo voy."
Una mano se fija cual imán contra la cintura femenina. La otra rodea su cuerpo para tomar de sus glúteos rasguñándolos, pellizcándolos, lascerándolos. Su boca se abre para caer en picada cual águila contra su presa, un pequeño botón que es fustigado con intensidad, con maldad, fuerza y violencia unidas, celeridad y un roce más bravío continúan dándole a ella placeres y dolores por igual. Y es que el sexo no es sólo disfrute, es dolor y frustración para llegar a un punto más álgido del goce per se.
Como el sonido de una guitarra, las manos de Charles van rozándola para prepararla. Para llevarla al punto de no retorno. El duelo es igualitario, ella hace lo propio con la masculinidad del inglés que gruñe sólo de sentir esa boca desatada, enloquecida contra su miembro demostrando que ya no es una virginal mujer, que hombres han pasado por su cama, que le han enseñado bien el arte de atender a un hombre. ¡Y de qué manera! Por momentos se olvida de seguir con sus labores, arqueando el cuello, baja las manos hasta la cabeza de la fémina para apretar sus cabellos denotando así el placer que le provoca, entre gemidos bajos y algún que otro jadeo cuando hace una buena maniobra.
Separa las piernas mirando hacia abajo, a la mujer tendida hacia el sur que hace maravillas con esos labios - estás hecha toda una puta - se sonríe de lado en tanto va acompañando la ansiedad oral de la fémina por comerlo, con pequeños movimientos de cadera aspirando profundo para no dejarse ir con alguna succión o con ese ritmo satisfactorio. Se muerde el labio inferior con ganas, niega con la cabeza dando un par de pasos atrás cuando se siente muy a punto. Alarga la mano para apretar fuerte cierta parte de su sexo para frenar con el dolor la eyaculación que amenaza con arribar. - Interesante, mademoiselle Cinder. De haber sabido que era tan buena en sus aptitudes bucales, la habría contratado desde antes - se mofa antes de ir a tomar un objeto. Lo revisa entre las manos.
Se dirige hacia la licántropa jugueteando con el objeto - empecemos con el siguiente nivel - susurra hincándose ante ella - abre la boca - cuando lo obedece, introduce en ésta un tubo cilíndrico de tres centímetros de diámetro - déjalo bieeeen mojado - el tono en la larga "e" es de pura ansiedad, de deseo y insana perversión. Una vez considera que está listo, se pone en pie. Se coloca a espaldas de la fémina para dar un pequeño golpe con el tubo en su clítoris y la entrada vagina. - ¿Has sido una niña buena, Cinder? - da otro golpe contra los glúteos, sus pasos le llevan al frente de ella - Seguro que sí - le toma del cabello para llevarla de nuevo a su falo - come, loba. Cómetelo bien porque de eso depende tu placer - tras la compresión hecha en su pene, ha perdido rigidez. Trucos de viejos orientales.
El tubo se pasea por el canal que separa el orificio vaginal del anal. Durante dos, tres roces en tanto Charles obliga a la loba a comerse su pene, al cuarto roce, se va introduciendo palmo a palmo, en una imitación de un falo de tres centímetros de diámetro. Lo mete y lo saca empezando a llevar un ritmo cadencioso - ¿Te gusta, perra? ¿Te gusta, ah? - le toma de los glúteos rasguñándolos, muerde sus muslos internos hasta que la sangre mana de ellos. Se regodea lamiéndola sin perder de vista cómo el pistón entra y sale con rapidez en medio de ese sonido de chapoteo que le indica cuán excitada está esa loba. Su loba.
Charles Moncrieff- Esclavo de Sangre/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
"Quiero morir en tí.."
La ceguera empezaba a abrumar a la licana, que se sentía a merced del ingles en su totalidad, y encima atada y manteniendola colgada de sabe dios de qué, indefensa a los lujuriosos deseos que pudiera tener aquel hombre, pero no era algo que la loba le preocupara, este juego era para autenticos demonios, y era lo que ahora se habían convertido, en dos demonios sedientos de la perversión y la lujuria, que se estaba haciendo a las formas del macho ingles, la licántropa no cesa ni da respiro al endurecido miembro viril que entre sus labios se encuentra, mentras deja que en su totalidad se introduzca en su boca, apretando con los labios para imprimir más placer al ingles de esa forma, notaba como su miembro estaba tan dudo con el liquido preseminal que salía de lo excitado que estaba, sus jadeos, su olor, todo lo delataba.
Notó como el hombre se movía dejando ver lo bien que lo hacía sin duda, y las palabras del ingles le demostraba, en circunstancias normales el que la llamase puta la habria enfurecido, pero en ese contesto y viniendo de él no le molestaba, pero al final el hombre se retiraba perdiendo ella el placer y el dolor por igual en su zona y la alejanía de ese miembro que tan humedecido lo tenía con su lengua, se relamió los labios.
Suspalabras se le antojaron divertidas, ella se intentó mover para acomodarse en esa forzada postura pero no lo consiguió nada por ello, gruñó un poco por ello, pero volvió a sonreir. -Si te hubiera hecho estó la primera noche querido...me habrías pedido hasta matrimonio.- Dijo con sorna, sabía bien lo anti compromiso que era el ingles, y eso lo decía solo por el mero hecho de hacerle rabiar y molestarlo, lo cual era una absoluta paradoja puesto en la posición tan en desventaja que se encontraba la muchacha, que dejó escapar un par de pequeñas risillas ya, aunque cuando le advirtió del siguiente nivel la hizo temblar ligeramente, solo Charles sabía que le corroía su perversa mente, y Cinder ahora se sentía enormemente nerviosa y como si el papel hubiera cambiado, siendo asi ella el inocente cervatillo indefenso.
Entonces huele al ingles más cerca, perciviendo que posiblemente esté agachado a su altura, ella apreta los labios nerviosa pero obedece cuando la pide abrir la boca, y nota el sabor del objeto extraño que introduce en su boca, era grueso, lo humedece con su boca hasta que se levanta y se aleja, ella se relame con cierta ansiedad escuchando a Charles detrás de ella, es entonces cuando nota sus golpecitos que hace que la loba jadeé del ansia y por el toque, mordiendose el labio inferior hasta, que notá como se vuelve a poner frente a ella.
La verdad es que seguramente para Charles si que la loba se estaba portando bien, si quería placer eso iba a tener, la loba con hambre vuelve a lamer el falo de Charles de cuantiosa forma, mientras lo muerde de manera muy suave en el tronco sin hacerle daño, solo presionando ligeramente para incitarlo, nota el paseo que toma ese objeto, notandola algo nerviosa, pues el conducto anal se puede decir lo unico que no había sido mancillado de la loba en los juegos de cama, más esta deja de lamer unos escasos segundos el miembro de Charles. -Eres un demonio...-Susurra golpeando su calido aliento contra los genitales masculinos, antes de volver a meterlo en su boca masturbando con suma intensidad, mojandole entero asi como se succionaba al llegar a la punta, antes de seguir primero con esa masturbación lenta, ahogando los gemidos placenteros por el falo que había en su boca, mientras Charles tenía la visión de la muy humedad intimidad de Cinder, que con ese chapoteo sonoro tambien se veia los fluidos deslizarse por el monte de venus al estar boca abajo, gemía sonoramente con el miembro del ingles en su boca impremiendo velocidad en esa masturbación como si ansiara inundar la boca de la semilla masculina de quien tenía siendo su "torturador", más poco faltaba para que la chica empezara al fin a poner sus ojos en blanco bajo la venda y arqueandose muchisimo dejando ver como el orgasmo la deshacia las entrañas pero no dejó de masturbar.
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
"Tú, tú eres el imán y yo soy el metal
Me voy acercando y voy armando el plan
Sólo con pensarlo se acelera el pulso
¡Oh, yeah!."
Me voy acercando y voy armando el plan
Sólo con pensarlo se acelera el pulso
¡Oh, yeah!."
El tubo de metal que va introduciéndose y saliendo de la cueva húmeda, con olor a acre, provoca a la mujer a terminar con su sufrimiento en tanto Charles empieza a atormentar esa esfera que se esconde en medio de los labios sexuales, la lametea, la chupetea. En ocasiones succiona con tal voracidad que pareciera que busca desprenderla de la piel, todo sin perder el movimiento de la mano que mueve a velocidades cada vez más grandes el dildo. Otra de sus manos, la siniestra, aruña y golpea de vez en vez el trasero impresionante de la licántropa en tanto procura por todos los medios no perder el control con esa boca de vicio. Se ríe de pensarlo sacudiendo la cabeza.
El sudor perla ambos cuerpos, resbalan las gotas por su epidermis hasta perderse algunas y otras, hacerse más grandes al encuentro con sus compañeras. Un par de pases más, el cuerpo de Cinder se tensa, las contracciones uterinas le hacen consciente de cuán cerca está, no la deja en ese preludio. Acelera la mano, la succión se vuelve interminable, sólo interrumpida a veces por un lameteo rápido y constante sobre su parte más sensible hasta que puede ver cómo le empuja el objeto hacia afuera, con un río sin dique que se libera por la tierra que son sus labios vaginales, nalgas y pubis. Se ríe a carcajadas antes de golpetear su clítoris y después, friccionarlo con sus dedos medio e índice - viene otro, Cinder, viene otro, déjate llevar - si se sigue con el juego sexual puede concatenar otro o quizá más.
La diferencia entre un hombre y una mujer es que el primero cuando tiene su orgasmo, el mismo cuerpo le obliga a relajarse, su miembro pierde la erección por lo que tendrá que comenzar el juego para provocar su dureza de nueva cuenta. En una mujer, no se llega al nivel más bajo. Ésta puede quedar a mitad del proceso, en el número 5 de 10 y de ahí, llevarla a la cima es más fácil. Y cuando tiene ese segundo éxtasis, hay algunas que quedan en el número 6 ó 7 de excitación. No es necesario una mujer multiorgásmica, sólo un hombre hábil que pueda y sepa hacerla feliz. Para fortuna de Cinder, el inglés conoce este proceso y va a utilizarlo a su favor.
Las acometidas contra su sexo vuelven a ser más rápidas e intensas. La boca del hombre continúa martirizando su clítoris, sus dedos rasguñan sus muslos, bajando hasta sus glúteos que, lubricados por el líquido eyaculatorio de la fémina, permite una caricia mucho más íntima. El virginal orificio anal es rozado con las yemas de los dedos con suavidad. Poco a poco, en círculos, la falange va ingresando con facilidad por la humedad del sitio. Charles conoce a mujeres que sólo con tener dentro la primera parte de la falange, la que va de la punta a la articulación interfalangiana distal, es suficiente para alcanzar un violento orgasmo y quiere sabe qué tipo de mujer es esta loba. Penetra sólo eso, la puntita del dedo. Espera impaciente mirando qué tanto se incrementa su placer o bien, no hay cambios.
Se muerde el labio inferior con una sonrisa divertida, tras el primer orgasmo y la continuación de sus movimientos, ella ha dejado de satisfacerlo. Lo cual está bien, es su momento, quiere dejarle marcada su huella y que no pueda quitárselo de la cabeza durante mucho tiempo. Quiere ser parte del mundo de la fémina, que no se aleje de su lado. Se siente posesivo, territorial, muerde el muslo con fuerza para intentar enloquecerla más y que quiera regresar a probar el sexo en su casa porque por obviedad, no en su cama.
Charles Moncrieff- Esclavo de Sangre/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
La loba sigue con su trabajo oral, para castigar con placer el miembro del ingles, que bien humedecido por sus labios queda, apretando su tronco y suaves mordidas sin apretar a su glande, quiere devorarle entero, con ansiedad, y una ganas tremendas de obtener las señas de que le da él maximo placer que ella puede otorgar a alguien, mientras se mueve para masturbar intensamente con los labios, aunque le cuesta seguir el ritmo, pues las acciones del ingles la provocan el primer orgasmo que hace que ahoge el sonoro gemido por tener el miembro viril ajeno en la boca, jadea notablemente, mientras su cuerpo se ve notablemente alterado, con una respiración sumamente agitada y la rojez de sus mejillas que se incrementa con estar colgada boca abajo, pero lo que la joven no se espera es la sobrada habilidad que tiene Charles con el cuerpo femenino.
Jadea intentando volver a lamer el miembro mientras sus fluidos bañan bien toda la intimidad y se desliza por la redonde de sus nalgas, o por el monte del venus hacia el bajo vientre, retorcida literalmente de placer mientras lame buscando un respiro y el placer ajeno que quiere imprimir para que él tambien se corra en su boca, teniendo unos pensamientos realmente obscenos, sin pudor ninguno, pues cualquier de esas con Charles era todo un desea para ella.
Más exaló con sorpresa, notando donde tenía la mano el ingles, las intenciones, eso la puso algo nerviosa haciendo que se apartara su miembro de la boca por unos instantes. -Que haces...¿que haces?...oh dioses...- Se escapó entre jadeos notorios, la presión de la falange entrando en el lubricado orificio anal mientras su clitoris era severamente castigado casi provoca que la loba perdiera la noción, empezando a suplicar más, dandole igual cualquier otra acción, por dolorosa que fuera le provocara mas placer, la sangre que había por los anteriores rasguños entremezclandose con la notoria cantidad de fluidos que emanaban de ella, en la que Cinder no atinaba a pedir si exigirle más o compasión, sus contracciones eran muy notorías asi como los expasmos de su cuerpo, ruborizada y con sus venas del cuello marcadas, quedando unos segundos totalmente extasiada, antes de conseguir volver a la compostura, entre gemidos volvía a asaltar las intimidades masculinas.
Lamia con devoción ahora el escroto masculino, humedeciendolo bien con la juguetona lengua realmente humedecida, sin dar pavulo a su propio placer, adoraba a ese hombre, lo deseaba, a él, a todo su cuerpo y a él, quería marcarlo como marcaba su territorio, gruñía de placer y ansia por succionar sus intimidades masculinas, sus testiculos eran tratados con ansiedad por la muy excitada Cinder, antes de volver a tratar su miembro, lamiendolo con desesperación y despues comiendoselo al completo una y otra vez, entre gemidos, sintiendo tanto placer en devorar sus partes masculinas como el que el propio ingles le daba a su zona femenina. -Correte maldito bastardo...-Gruñó la loba volviendo a ajustar los labios al grosor masculino para seguir su movimiento acelerado e intenso.
Jadea intentando volver a lamer el miembro mientras sus fluidos bañan bien toda la intimidad y se desliza por la redonde de sus nalgas, o por el monte del venus hacia el bajo vientre, retorcida literalmente de placer mientras lame buscando un respiro y el placer ajeno que quiere imprimir para que él tambien se corra en su boca, teniendo unos pensamientos realmente obscenos, sin pudor ninguno, pues cualquier de esas con Charles era todo un desea para ella.
Más exaló con sorpresa, notando donde tenía la mano el ingles, las intenciones, eso la puso algo nerviosa haciendo que se apartara su miembro de la boca por unos instantes. -Que haces...¿que haces?...oh dioses...- Se escapó entre jadeos notorios, la presión de la falange entrando en el lubricado orificio anal mientras su clitoris era severamente castigado casi provoca que la loba perdiera la noción, empezando a suplicar más, dandole igual cualquier otra acción, por dolorosa que fuera le provocara mas placer, la sangre que había por los anteriores rasguños entremezclandose con la notoria cantidad de fluidos que emanaban de ella, en la que Cinder no atinaba a pedir si exigirle más o compasión, sus contracciones eran muy notorías asi como los expasmos de su cuerpo, ruborizada y con sus venas del cuello marcadas, quedando unos segundos totalmente extasiada, antes de conseguir volver a la compostura, entre gemidos volvía a asaltar las intimidades masculinas.
Lamia con devoción ahora el escroto masculino, humedeciendolo bien con la juguetona lengua realmente humedecida, sin dar pavulo a su propio placer, adoraba a ese hombre, lo deseaba, a él, a todo su cuerpo y a él, quería marcarlo como marcaba su territorio, gruñía de placer y ansia por succionar sus intimidades masculinas, sus testiculos eran tratados con ansiedad por la muy excitada Cinder, antes de volver a tratar su miembro, lamiendolo con desesperación y despues comiendoselo al completo una y otra vez, entre gemidos, sintiendo tanto placer en devorar sus partes masculinas como el que el propio ingles le daba a su zona femenina. -Correte maldito bastardo...-Gruñó la loba volviendo a ajustar los labios al grosor masculino para seguir su movimiento acelerado e intenso.
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
"Ya, ya me está gustando más de lo normal
todos mis sentidos van pidiendo más,
ésto hay que tomarlo sin ningún apuro"
todos mis sentidos van pidiendo más,
ésto hay que tomarlo sin ningún apuro"
Esa pregunta, esa simple y sencilla interrogante mezclada con el nerviosismo en las cuerdas vocales que fragmentan su voz es suficiente para darle un entendimiento mayor al cazador que comprende lo que está sucediendo en la mente de la mujer. Está tan nerviosa como nunca antes en tanto el dildo sigue tomando velocidad obteniendo su premio con los primeros espasmos que la envuelven antes de estallar con un líquido de olor y sabor acre. Y él no duda en degustarlo, en bajar la cabeza para retener cada gota que se escapa con dedicación mortífera. Como si de un baile se tratara, sus caderas se mueven al compás de esta actuación. La lengua masculina deja mojada la piel llevándose con él cada muestra del éxtasis de su compañera.
Algunas veces otorga mordidas o succiones, sobre todo al pasar por su clítoris donde pone especial dedicación aspirando y perdiéndose en el acto. Pasando la lengua con rapidez, golpeando en diferentes direcciones hasta encontrar dónde ella se pierde entre gemidos. La escucha maldecir, exigir que él se libere. Algo aprendió Charles de sus variadas relaciones con las mujeres. En tanto más dures, más las enloqueces. Así que ella sólo puede sentir cómo le arrebata su virilidad haciendo algo en particular con los dedos ejerciendo presión en un punto de su sexo que tiene como consecuencia un gemido de dolor en el hombre. La excitación baja, en tanto él da unos cuantos pasos atrás para calmarse.
Para que el dolor sea mayor que el placer obligándolo a perder algo de la erección. Tiene que aguantar más. El dolor sólo es una pizca de condimento en este gran acto. Para cuando regresa as la mujer, se siente flácido. Ha logrado evitar el orgasmo para continuar este martirio que a ella enloquece. Esta vez, traga saliva sonriendo de lado decidiéndose, no podrá contener su clímax una tercera ocasión, es el momento para remover las cuerdas, ella siente cómo el tórax va hacia el techo en tanto las piernas dan hacia el suelo sin tocarlo siquiera. Los arreglos manuales le ayudan al inglés a tranquilizar su excitación. Una vez que ella queda a una altura perfecta, se sonríe de lado dándole tremenda palmada en el culo - no sé por qué presiento que tu culo gordo jamás ha tenido macho que lo cabalgue - vuelve a tomar el dildo para enterrarlo en su húmeda cavidad vaginal, lo lleva en un alocado vaivén para girarlo en círculos buscando dónde está el punto que la hace gritar.
Porque eso quiere el inglés, que sus gritos de placer inunden la sala. La postura que ahora el cuerpo adopta sostenido por las cuerdas, es como si estuviera acostada boca abajo en la cama, la diferencia es que bajo su cuerpo sólo hay aire. Charles se coloca en medio de sus piernas tomándole con una mano de la cintura, con la otra sigue atacando su útero. Busca un tercer orgasmo antes de que hacer su entrada triunfal. Cuando los espasmos de la licántropa le anuncian de que la fuente se ha roto y el líquido sale a borbotones incontrolables, utiliza parte de él para lubricar su orificio trasero. Le da unos pequeños golpes antes de hacer círculos con los dedos índice y medio hasta empezar a abrir su ano.
El dildo no deja de moverse sincronizado con ese par de falanges que la van preparando para lo que se viene. - Eres toda mía. ¿Quién iba a decir que sí te desvirgaría, lobita? Aquí llegó tu cazador - la prepara unos instantes más antes de llevar el dildo a su boca mordiéndolo por el largo para no dejarlo caer en tanto con ambas manos, separa bien los glúteos de la mujer. Lo quiere, es su forma de marcarla como si fuese un lobo. Coloca su glande en la entrada vaginal dando un par de empujones para después moverse en círculos. Está tan mojada que le hace gruñir de satisfacción. Cierra los ojos echando atrás la cabeza adelantando la cadera con dos embites más. Aspira el suficiente aire para llenar los pulmones antes de sacar su falo empapado por los jugos de la mujer.
Y esta vez, su glande se coloca en el ano. Va empujando poco a poco sin consideraciones. No va a detenerse hasta no haber satisfecho su deseo. Y ese es culearla. Definitivamente quiere su culo apretado y caliente.
Charles Moncrieff- Esclavo de Sangre/Realeza
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
Cinder jadeaba sonoramente, aquél maldito inglés la estaba volviendo absolutamente loca, con todo lo que hacía, su zona intima femenina era como un grifo abierto, donde sus fluidos la invadían toda su intimidad, ella gruñe de placer, mientras estaba absolutamente acelerada, con la respiración a mil por hora, Charles no dejaba acabar su trabajo oral a la licántropa retirandose justo antes de explotar, y seguía provocando orgasmos continuos, la verdad es que Cinder en su vida había conocido alguien tan habilidoso como Charles en la cama. Generalmente la gente que conocía con la que había compartido cama había sido todo más clasico, más habitual con algún que otro pequeño jugueteo, pero este maldito hombre la hacía sufir y morir de placer a su vez, mientras la mantenía en esa retorcida postura boca abajo, notando comos sus propios fluidos habían alcanzado el abdomen de ella.
Se relamía de placer, mientras notaba como el chapoteo de los despiadados movimientos de Charles con el dildo la hacían arquearse, mientras notaba a su vez el sumo placer, el maltrato de su clitoris con la boca del inglés, y a su vez el mareó que se sentia al estar en prolongación boca abajo, pero la loba tenía aguante para soportar rodo aquello sin problemas, exhalaba y gemia por las provocaciones causantes del inglés, ese maldito inglés que despertaba todos los deseos de la licántropa.
Las palabras de Charles hicieron que la loba cegada por la venda se sorprendiera, pues parecía haber descubierto que a pesar de los juegos de dormitorio que había tenido la loba, su ano había mantenido su integridad y no había sido penetrado por nadie, le sorprendió que el ingles se diera cuenta de esto, por lo cual solo inclinó la cabeza en su dirección sin decir nada, tragando saliva, y no en vano precisamente, pues parecia que el inglés iba a cambiar de juego, empezando a mover las cuerdas, notaba como la estabilidad de este cambiaba al igual que su posición, la ceguera y el estar boca abajo la dieron una ligera sensación de caerse, pero solo fue eso, una sensación, notó como ahora su movimiento era al de queda boca abajo colgada, por lo que Cinder ladeó una sonrisilla. Que se corta por el notar movimiento ritmico del dildo haciendola jadear nuevamente, y que esta bajara la cabeza debido al placer, su intimidad no podía estar más lubricada.
-No cualquiera tiene permitido...esto...-Replicá Cinder con la respiración acelerada.- Eres mi maldito cazador...- Responde por el anterior comentario hecho por Charles, anunciando sus intenciones, nota como la sujeta la cadera para mantener una mayor firmeza en las intenciones, exhala lentamente de placer cuando su glande está en su cavidad vaginal, humedeciendose de los fluidos de la loba, se la nota tan sumamente caliente en compareción con el juguete que estaba utiliizando Charles que la loba puede notarse que se excita bastante solo notando el miembro viril de Charles en su centro, provocando asi que la loba se pasee la lengua por sus labios sumamente excitada por ello, dejando escapar gemidos cuando dió un par de empujones entrando en ella, recuperando así la dureza de su miembro o no iba a poder ejecutar lo que él tenía planeado, notando como los dedos de este a su vez tanteaba la zona anal de la loba.
Notó con cierto nerviosismo como abandonaba esa zona bien lubricada por los fluidos de ella, retiró los dedos de su ano, y notó el ardiente glande en ese orificio trasero, como lentamente se empezaba a abrir paso, haciendo que la licana empezara a emitir un gemido algo gutural, que nacía de su garganta, y no podía evitar soltarlo, notaba como las paredes de su ano comprimian notablemente el falo de Charles que se abría camino por sus entrañas, haciendo que la loba alargase el tremendo gemido. -maldito...duele...-Protestó entre mezclado con el gemido, pero sabía que el ingles estaba disfrutando de esto, sus nalgas chocaron con la cadera del inglés indicando asi lo profundo que este había llegado al interior de la indefensa y cegada loba, que bajó la cabeza.- Mueveté maldito...-Gruñó esta en una mezcla de dolor y deseo por seguir sintiendolo, un dolor que la causaba placer, pero no dejaba de ser dolor, gruñó intentando balancearse, queriendo más y más del ingles, queriendo notar como ese grosor de su miembro se movía mientras su ano lo estrangulaba, iba hacerla correrse nuevamente y ella lo sabía.
Se relamía de placer, mientras notaba como el chapoteo de los despiadados movimientos de Charles con el dildo la hacían arquearse, mientras notaba a su vez el sumo placer, el maltrato de su clitoris con la boca del inglés, y a su vez el mareó que se sentia al estar en prolongación boca abajo, pero la loba tenía aguante para soportar rodo aquello sin problemas, exhalaba y gemia por las provocaciones causantes del inglés, ese maldito inglés que despertaba todos los deseos de la licántropa.
Las palabras de Charles hicieron que la loba cegada por la venda se sorprendiera, pues parecía haber descubierto que a pesar de los juegos de dormitorio que había tenido la loba, su ano había mantenido su integridad y no había sido penetrado por nadie, le sorprendió que el ingles se diera cuenta de esto, por lo cual solo inclinó la cabeza en su dirección sin decir nada, tragando saliva, y no en vano precisamente, pues parecia que el inglés iba a cambiar de juego, empezando a mover las cuerdas, notaba como la estabilidad de este cambiaba al igual que su posición, la ceguera y el estar boca abajo la dieron una ligera sensación de caerse, pero solo fue eso, una sensación, notó como ahora su movimiento era al de queda boca abajo colgada, por lo que Cinder ladeó una sonrisilla. Que se corta por el notar movimiento ritmico del dildo haciendola jadear nuevamente, y que esta bajara la cabeza debido al placer, su intimidad no podía estar más lubricada.
-No cualquiera tiene permitido...esto...-Replicá Cinder con la respiración acelerada.- Eres mi maldito cazador...- Responde por el anterior comentario hecho por Charles, anunciando sus intenciones, nota como la sujeta la cadera para mantener una mayor firmeza en las intenciones, exhala lentamente de placer cuando su glande está en su cavidad vaginal, humedeciendose de los fluidos de la loba, se la nota tan sumamente caliente en compareción con el juguete que estaba utiliizando Charles que la loba puede notarse que se excita bastante solo notando el miembro viril de Charles en su centro, provocando asi que la loba se pasee la lengua por sus labios sumamente excitada por ello, dejando escapar gemidos cuando dió un par de empujones entrando en ella, recuperando así la dureza de su miembro o no iba a poder ejecutar lo que él tenía planeado, notando como los dedos de este a su vez tanteaba la zona anal de la loba.
Notó con cierto nerviosismo como abandonaba esa zona bien lubricada por los fluidos de ella, retiró los dedos de su ano, y notó el ardiente glande en ese orificio trasero, como lentamente se empezaba a abrir paso, haciendo que la licana empezara a emitir un gemido algo gutural, que nacía de su garganta, y no podía evitar soltarlo, notaba como las paredes de su ano comprimian notablemente el falo de Charles que se abría camino por sus entrañas, haciendo que la loba alargase el tremendo gemido. -maldito...duele...-Protestó entre mezclado con el gemido, pero sabía que el ingles estaba disfrutando de esto, sus nalgas chocaron con la cadera del inglés indicando asi lo profundo que este había llegado al interior de la indefensa y cegada loba, que bajó la cabeza.- Mueveté maldito...-Gruñó esta en una mezcla de dolor y deseo por seguir sintiendolo, un dolor que la causaba placer, pero no dejaba de ser dolor, gruñó intentando balancearse, queriendo más y más del ingles, queriendo notar como ese grosor de su miembro se movía mientras su ano lo estrangulaba, iba hacerla correrse nuevamente y ella lo sabía.
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
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Fecha de inscripción : 15/03/2018
Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
"Des-pa-ci-to
Quiero respirar tu cuello despacito,
deja que te diga cosas al oído
para que te acuerdes si no estás conmigo"
Quiero respirar tu cuello despacito,
deja que te diga cosas al oído
para que te acuerdes si no estás conmigo"
- ¡Oh yeah, baby! It's delicious - puede emitir cuando se quita el dildo de la boca una vez ya fijo su glande en la abertura anal. Se relame la humedad de sus labios paladeando de nuevo el acre sabor de la mujer que está tan mojada que empapa la entrepierna del hombre, sus testículos sienten las gotas caer sobre ellos con el movimiento de caderas y lo mojada que está. El primer gemido de dolor es bien recibido a la manera del inglés. Con tremenda palmada en el culo dejándolo más rojo aún con aquéllas pequeñas heridas que le provocase antes con el látigo. - ¡Grita, zorra, grita! - retrocede un poco haciendo que sus manos empujen centímetros ese buen y regordete trasero antes de meter todo el largo de ese falo de una sola vez. La estaca por completo. La penetra sin consideraciones sólo por el placer de escuchar su grito de dolor.
Sabe que está correspondiendo a esa profanación, siente sus paredes vaginales contraerse haciendo que su conducto anal le apriete sin consideraciones. Es fantástico. Es lujurioso, quizá por eso es incomprensible cuando le detiene las caderas con las manos bien firmes en la piel - no te dije que te movieras ¿O sí, putita? - se mantiene quieto antes de sacar el falo duro, con la punta del glande emanando una gota de líquido preseminal. Le toma con la diestra del cabello para jalarla hacia él - te mueves, me salgo. Es sencillo ¿Verdad? Aquí estás para darme placer, perra. Si obtienes tu orgasmo es una fortuna, más me perteneces - le desprende de la venda para obligarla a ladear el cuello con el objeto de mirar sus ojos - mírame desvirgarte, puta. Soy tu torturador, soy tu amo y señor, ¡Mírame desvirgarte! - exige en tanto va penetrándola palmo a palmo.
Tortuosamente lento. Se regodea con las expresiones que destilan esos ojos marrones. Los suyos están llenos de lascivia y lujuria - te dije que iba a coger este gordo culo y lo estoy cumpliendo - la jala hacia él para estacarla de nuevo sin compasión. - ¡Oh, yeah! Estás tan lasciva, tan puta, tan zorra, tan perra. ¡MI PE-RRA! - exclama lo último con un tono de autoridad y posesividad propios de un licántropo. Enseñando los dientes por completo antes de empujarla con un caderazo para jalarla de los cabellos y seguir con esa mecánica haciendo que el vaivén sea repetitivo. Golpe a golpe la ensarta. - Grita perra. ¿Quién es tu amo? ¡Say my name! - le grita con el rostro desencajado por el placer de estarla apuñalando al tiempo que le produce dolor. Lo sabe por la manera en que le aprieta con cada brutal entrada.
Se ríe al mirarla, recorre sus ojos cobalto por todo su cuerpo en tanto su mano no la suelta de los cabellos produciendo más dolor, se muerde el labio inferior de puras ganas antes de sonreír de lado - obedece y te daré el mejor de los orgasmos - promete con arrogancia, muy petulante - y para estas alturas, sabrás que cumplo lo que digo - da un par de estocadas más antes de soltarle del cabello para tomar las caderas femeninas encajando las uñas de la diestra en tanto la siniestra sigue ocupada con el dildo, más la sostiene como puede sin dejarlo caer. Las embestidas se vuelven mayores cuando pone en juego la cadera buscando que ella enloquezca más de lo que sus fluidos vaginales confirman.
Charles Moncrieff- Esclavo de Sangre/Realeza
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Fecha de inscripción : 28/03/2018
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Re: Demons [Cinder Grimm] (De casi+18, pasa a +21)
Sin duda aquellas acciones estaban haciendo las delicias para el inglés y se notaba, pues disfrutó de sobremanera el gutural gemido de dolor que escapó de los labios femeninos cuando entró en el primer embiste en el atrás de la femina, que se sentía absolutamente empalada sin poder hacer nada contra el hombre que la tenía atada, y aclamaba invocando los gritos de la licántropa durante esta acción, podía incluso notar como los gritos propios hacían que la dureza del inglés aumentasen, también el claro detectar de que cuando estaba en determinados estados se le escapaban frases en su lengua natal, más se detuvo agarrando con fuerza la cintura de la loba que seguía cegada, más esta dejó escapar un alarido de dolor cuando tan bruscamente la agarró de la melena. La loba se había puesto algo intensa y se había dejado llevar y ahora se llevaba la reprimienda para que Charles dejara claro que no podía moverse lo más minimo sin permiso, apretaba los dientes por el tirón de su melena mientras asentía levemente con la cabeza, mientras al fin algo deslumbrada sus vista fue devuelta.
El inglés retiró la venda permitiendola ver o más bien a obligarla a mirarle, mientras Charles parecía enloquecer de lujuría gritando que le mirase mientras volvia a penetrar su culo, la loba fruncia el ceño de dolor volviendo a dar otro tremende alarido gutural cuando su culo volvía a ser invadido, quiza escapandose alguna gotita de sangre por el orificio anal, debido tal vez a lo lento que entraba en su retaguardia y como notaba todo ese grosor que su esfinter apretaba notablemente.
La loba continuaba con gemidos notablemente altos, casi gritando por cada embite, por cada movimiento que hacía el ingles, le dolía y a su vez le daba un placer que no se habría esperado, se mantenía en esa posición arqueada mientras clavaba sus castaños orbes azules ajenos. Que sus palabras sonaban sumamente posesivas, por unos segundos Cinder pareció que su confusión le hizo pensar si realmente había algo en Charles que se escapaba, casi parecía que el humano había desaparecido, y quien ahora mismo la estaba montando cuan animal un licántropo, desde luego asi lo parecía, sería seguro este encuentro como estar en celo una noche de luna llena y que un licano macho rondase su territorio.
Miedo daría Charles si fuera uno, sin duda si lo fuera sería autenticamente temible, Cinder seguía dando guturales gritos entrelazados con gemidos sonoros, mientras su cuerpo estaba sumamente empapado en sudor, se retorcía por ello mientras Charles la reclamaba, y dejandose llevar por el momento obedecía al inglés. -¡¡Tú...tú eres mi amo!! ¡¡tú Charles eres mi amo!!.- Respondió entre tremendos alaridos producidos por la voragime de lujuria que los invadia.
Charles cumplia lo que prometía, y todo lo que decía se estaba convirtiendo en autentica verdad, el cuerpo de la licana parecía venir de un combate y no de un pasional encuentro, allá por donde se veía estaba marcado, sus muslos y su culo se notaban las marcas de latigazos, arañazos y la silueta de los dedos de Charles en los azotes, que su colo se había teñido en rojeces que picaban. Al fín el inglés la soltó la melena y empezó a cabalgar sobre el culo de la loba, que dejaba escapar los gemidos de dolor más seguidos que incrementaban el ritmo del inglés, se dejaba hacer sintiendose como una muñeca en manos de Charles. Llegados a un punto a la loba pierde el sentido de toda realidad. -No puedo más, no puedo más....- Empezó a gimotear muy aceleradamente, antes de dar unos ahogados gritos, los ojos de la loba se ponian en blanco, el extasis era supremo, se le deshacian las entrañas o esa era su sensación, dando un gemido muy profundo, y Charles teniendo una tremenda vista de que el grifo se le abría, cayendo una gran cantidad de fluidos al suelo, en un tremendo orgasmo que la hizo convulsionar ligeramente entre gritos y corriendose de la manera mas abundante.
El inglés retiró la venda permitiendola ver o más bien a obligarla a mirarle, mientras Charles parecía enloquecer de lujuría gritando que le mirase mientras volvia a penetrar su culo, la loba fruncia el ceño de dolor volviendo a dar otro tremende alarido gutural cuando su culo volvía a ser invadido, quiza escapandose alguna gotita de sangre por el orificio anal, debido tal vez a lo lento que entraba en su retaguardia y como notaba todo ese grosor que su esfinter apretaba notablemente.
La loba continuaba con gemidos notablemente altos, casi gritando por cada embite, por cada movimiento que hacía el ingles, le dolía y a su vez le daba un placer que no se habría esperado, se mantenía en esa posición arqueada mientras clavaba sus castaños orbes azules ajenos. Que sus palabras sonaban sumamente posesivas, por unos segundos Cinder pareció que su confusión le hizo pensar si realmente había algo en Charles que se escapaba, casi parecía que el humano había desaparecido, y quien ahora mismo la estaba montando cuan animal un licántropo, desde luego asi lo parecía, sería seguro este encuentro como estar en celo una noche de luna llena y que un licano macho rondase su territorio.
Miedo daría Charles si fuera uno, sin duda si lo fuera sería autenticamente temible, Cinder seguía dando guturales gritos entrelazados con gemidos sonoros, mientras su cuerpo estaba sumamente empapado en sudor, se retorcía por ello mientras Charles la reclamaba, y dejandose llevar por el momento obedecía al inglés. -¡¡Tú...tú eres mi amo!! ¡¡tú Charles eres mi amo!!.- Respondió entre tremendos alaridos producidos por la voragime de lujuria que los invadia.
Charles cumplia lo que prometía, y todo lo que decía se estaba convirtiendo en autentica verdad, el cuerpo de la licana parecía venir de un combate y no de un pasional encuentro, allá por donde se veía estaba marcado, sus muslos y su culo se notaban las marcas de latigazos, arañazos y la silueta de los dedos de Charles en los azotes, que su colo se había teñido en rojeces que picaban. Al fín el inglés la soltó la melena y empezó a cabalgar sobre el culo de la loba, que dejaba escapar los gemidos de dolor más seguidos que incrementaban el ritmo del inglés, se dejaba hacer sintiendose como una muñeca en manos de Charles. Llegados a un punto a la loba pierde el sentido de toda realidad. -No puedo más, no puedo más....- Empezó a gimotear muy aceleradamente, antes de dar unos ahogados gritos, los ojos de la loba se ponian en blanco, el extasis era supremo, se le deshacian las entrañas o esa era su sensación, dando un gemido muy profundo, y Charles teniendo una tremenda vista de que el grifo se le abría, cayendo una gran cantidad de fluidos al suelo, en un tremendo orgasmo que la hizo convulsionar ligeramente entre gritos y corriendose de la manera mas abundante.
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
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