Piensa en mi y ahí estaré {Louis}

La separación. Me sentía tonta e incluso indefensa pero por lo menos tenía la tranquilidad de que Louis no sufriría, no mucho ¿Cómo comparar días de dolor con toda una vida? Mientras más lejos estuviera él estuviera de conocer el dolor yo más feliz sería. Así habían pasado los días, lentos y sin nada que me diera un indicio de Louis, trabajando y viviendo a medias. Esa noche me habían dicho que tenía que salir del burdel, no me hacía mucha gracias pero no tenía nada más que hacer así que simplemente acate órdenes a lo largo del vida, como una muñeca de porcelana, escuchando sin prestar atención, asintiendo sin decir palabras. Demasiado dormida en el interior como para rezongar o decir algo más. Había escuchado que el cliente era alguien nuevo, ni sabía cómo alguien nuevo sabía de mí pero tal vez una recomendación era la mejor respuesta, daba lo mismo solo me aseguraría de que me pagara y si no me tocaba, sería bastante feliz. Muchas cosas habían pasado para pensar que ahora me alegraba ser una prostituta.

Lo seguía siendo pero de forma distinta. No me obligaba y si quería simplemente por tomar un café me pagaba más de lo que tenía, era raro pensar en eso, era una vida más fácil que vender sexo. Ir en el bosque, caminando, en donde un carruaje no podía llegar y con un vestido bastante caro había sido la peor idea de todas ¿Quién diablos vivía en el bosque y pedía una prostituta? Era muy tarde para rechazar el trabajo, no quería ni siquiera imaginar la cara del tipo al verme con al vestido echo un asco. Lo que más me dolía de toso esa era mi vestido, si la paga no valía la pena me iría de ese lugar sin más ni más. Iba refunfuñando cosas que ni siquiera se podían escuchar en el silencioso bosque.

Pude ver una casa, modesta pero bonita a unos cuantos metros lejos de mí. Tome aire y me aventure hacia la puerta, toque varias veces mientras hacia un milagro conmigo misma. No quería escuchar quejas y aunque las escuchara era culpa del cliente. Espere unos segundos mientras esperaba en el marco de la puerta, hacía frío pero trabajo era trabajo, me sentí extremadamente apenada cuando vi a la persona que abrió la puerta. Sentí que el color se me iba del rostro y que las piernas me temblaban ¿Qué? ¿Cómo?-Ahm…creo que no es aquí-actuar como que no lo conocía no era una solución ¿Había sido él? ¿Me equivoque y eche todo a perder? Ninguna de las dos cosas me hacían feliz, ni un poco.

Debía de darle un gran crédito por aguantar tanto tiempo pero sabía que en el fondo estaba la idea de que dejarme ganar era lo que debía de estar haciendo. Seguí besando su cuello hasta que decidió hacer que lo mirara, me libere de sus dedos en mi mentón hasta cuando se atrevió besarme, no tuve tiempo de refutar a todas sus palabras. Simplemente me beso, por un momento sentí tanta presión en el beso que mi cuerpo se hizo para atrás buscando el aire que él me había robado pero si creía que ese acto era una victoria estaba errando. Pase ambas manos hasta colocarlas en su nuca e hice presión, no quería lastimarlo y asustarlo pero iba a poner las cartas sobre la mesa, no me ganaría ni porque mi amor por el fuera tan grande no lo dejaría ganar-Puedo…-tome aire y le plante otro beso, no tan cariñoso como los primeros pero tampoco tan brusco-Puedo incluso escuchar lo latidos de tu corazón acelerado Louis, así que no trates de mentirme porque puedo tener cara de niña pero no lo soy-volví a besar sus labios, con un beso largo y descarado, succione su labio inferior varis veces para culminar con una mordida en el mismo.

-¿Qué me gustaría? Bueno me gustaría que intentaras vencerme-pegue mi frente a la suya, y respire contra sus labios, habían sido tantos besos en tan poco tiempo y ese último fue tan largo que me costaba trabajo mantener la respiración normal-¿O es que no puedes?-me reí sínica pero traviesa en su cara. Sabía que debía parar y que no era nada bueno lo que hacía, siempre había visto a Louis tan tierno que incluso darle un beso me daba remordimiento de consciencia per hasta hace dos días había conocido una faceta de él escondida y cuando hacía todo es juego simplemente podía sacarme de mis pensamientos racionales en donde casi me daba lo mismo que me viera como normalmente era pero claro siempre con todo el amor que le debía a él y a su persona. Hasta el momento lo subestimaba y lo seguía haciendo pero quien sabía a esas alturas, tal vez la sorprendida y derrotada iba a ser yo y no él.

Clave mi mirada en la suya, quería que me viera y que si iba a hacer algo bueno que lo hiciera mirándome a los ojos-No juegues con lo que no puedes dominar Louis-esas solo eran palabras que me servían para picarlo, dentro de esa carita tierna debía de haber alguien no tan tierno, que se enojaba y que podía llegar a reaccionar.

Sentía como empujaba un límite invisible, uno que no me había atrevido a cruzar la otra noche, esta vez iba más allá queriendo eliminarlo. Sentía un regocijo raro en la base del vientre, no era como cuando me complacía ver a los hombres babeando por mí, era mucho más intenso y no tan malvado, ni había algo escondido detrás era simplemente lo que sentía hacia él y punto solo eso pero expresado de una forma distinta. Me era difícil escuchar mi corazón pues sus mismo latidos me impedían escucharlo, resonaban fuertemente como campanas de iglesia. Sentía los labios hinchados y algo gastados, bombeando sangre constantemente y de manera poco educada, besarlo así implicaba un dolor extrañamente placentero a mi persona-¿Eso crees Louis? ¿Crees que me puedes dominar?-hice un puchero lastimero casi en forma de burla, no me gustaba ser mala con Louis pero no estaba siendo mala, simplemente era un jueguito que poco a poco se salía de mis manos ¿Y porque no? También de las suyas, de los dos él era más razonable que yo pero no lo parecía, era un hombre diferente, dominante, era difícil verlo como un pequeño que tenía miedo de besarme.

-Yo creo que es pura palabrería-me queje cuando mi espalda choco contra el piso, no trate de acomodarme pues s peso ya estaba sobre mi ¿Con que usaba la fuerza? Eso no era justo pero tampoco era algo que podía dejarme inhabilitada y sumisa. Estaba acorralada como pajarito pero eso no me impido fulminarlo con la mirada, sus risos cayeron sobre una parte de mi pecho, en donde la tela no alcanzaba a cubrir por meras cosas de estética y moda, no podía reírme pero no era ese el sentimiento que me provocaba, eran cosquillas que se encajaban en mi piel y se plantaban hasta adentro de mi ser y otras partes. Moví las muñecas, no quería escapar pero el instinto de zafarme movía por si solo a mi cuerpo-Estoy segura de que no puedes conmigo-contuve la respiración cuando su lengua me toco la piel, sentí como el líquido se iba secando mientras su rostro se aproximaba a otra parte de mí.

Solté el aire bruscamente cuando sentí su mordida, eso había sido una venganza, me quedaba claro pero aún quedaba mucho camino por recorrer. Levante la cabeza solo un poco para aproximar mi boca a a su piel y lamí ese pequeño espacio entre la oreja y su nuca.

Era en experta en hombre, claro que lo era pero no en ese que tenía encima de mi cuerpo. No sabía sus reacciones y con cada minuto que pasaba me sorprendía en cada momento, sabía que mi lengua había causado algo dentro de él que supo esconder bastante bien, la proximidad ajena me hacía sensible a cosas que nunca antes había podido descubrir como que su pulso se aceleraba y que las venas de su cuello ahora me parecían mucho más claras y apetecibles. Trataba de controlar mis impulsos pero francamente todo el ambiente estaba encerrado, era una escena muy parecida con la del hotel pero esta vez no estábamos en un lugar tan público, estábamos en su casa y yo no podía correr. Louis no sabía que tocaba botones en mí que a veces eran tan salvajes que ni una tormenta los podría calmar. Habíamos hecho mal en comenzar a jugar de aquella forma, ya no parecíamos simples niños jugando a quererse todo era mucho más profundo. Tenía que acabar con eso que había empezado y ni siquiera había sido yo.

Me di cuenta de que no podía hablar y aunque quisiera simplemente mi lengua no respondía, sentía hormigas subir y bajar a lo largo de mi tráquea e incluso me dolía un poco el hecho de tener que respirar por la boca pues al igual que muchas partes de mi cuerpo la nariz tampoco quería funcionar. Estar aprisionada por su fuerza no era señal de que había ganado ¿O si? No, yo no me dejaría ganar por eso aplicaba todo mi empeño en no demostrar ni siquiera un poco de debilidad ante sus presiones. Cada vez que tocaba era como dejar una marca de veneno, adictivo y mortífero, no quería que se diera cuenta aunque seguramente estaba muy consciente de lo que hacía y ojala que no hubiera bajado sus dedos hasta esos límites insospechados por mí, por fin el aire había entrado a mi cuerpo y con eso mi fuerza de voluntad se hizo añicos. La respiración no era más que hiperventilación, podía verlo trazar ese camino de besos entre mis pechos, sobre la tela y como mi piel se expandía cuando yo respiraba o lo intentaba. Casi me muero cuando me beso en la mejilla como si nada hubiera pasado ¿Eso era todo? No, claro que no, solté una risita cuando el peso de disipo de mi cuerpo.

Mire el techo y entrecerré los ojos, lo seguía viendo por el rabillo de los ojos, vi como tranquilamente se quitaba parte de la ropa y me sonreí de forma tierna. Ni con esa mirada me dejaría, pagaría y muy caro. Cuando estuve consciente de mis extremidades me arrodille y lo mire con cara de poco amigos-¿Eso?-me reí-No fue nada pequeño-extraño pues el era mayor que yo,me acerque hasta él y lo tome por los hombros de manera un tanto brusca, no me gustaba perder. Hice que se dejara ir para atrás pero solo un poco y sin pensarlo ni tentarme el corazón para ver su reacción me senté a horcajadas sobre él-Linda marca la de tu cuello ¿Quién te la hizo?-empuje en su pecho para que cayera y me acerque hasta donde estaba su clavícula para empezar a lamer y cuando estuve segura de que le piel ya no era tan insensible en esa zona lo succione varias veces, dolería pues era una pequeña marca de dos días pero no me importaba.

Roce su piel con mis dientes pero no me quite. Si tenía que verme como una total maldita lo haría-No me puedes ganar Louis aunque quieras-sin darme cuenta una de mis manos estaba acariciando su pecho. Mientras que de nuevo volvía a imitar a esos chupasangre.

Me estaba pasando incluso de mi propio limite pero no me gustaba perder y Louis había do por sentado que yo simplemente me dejaría así nada más porque si, definitivamente se equivocaba a mí nadie me levantaba y me dejaba caer, ni siquiera porque era Louis lo dejaría ir tranquilo. Lo amaba así pero todo eso era como un prueba que decía algo como “Que te quede claro que eres mío, completamente mío”. Lo que decía no coincidía con sus acciones pues yo seguía succionando su piel y el me había pegado más a su cuerpo con ambas manos, si le gustaba el dolor era un poco masoquista. Podía apostar a que en el cuello ya se le había formado un hematoma difícil de quitar, ni con el tiempo mi marca se le quitaría pues la había con tanto empeño que si de alguna forma desaparecía un acto divino debía de haberlo ayudado con eso-Oh yo creo que si puedo-lo recompense con un beso en la misma zona cuando decidí que ya lo había “lastimado” demasiado pero ahí no acaba la cosa pues apenas empezaba.

Me había aprisionado con el piso, pagaría. Hice que le soltara para poder levantar mi tronco, aún estaba sentada encima de él así que casi lo obligue a quitarse la parte de tela de más que cubría su torso, manejaba su cuerpo como si de un crío se tratara. Pronto pude ver su pecho, pase mis manos por detrás de su cabeza e hice que se levantara. Tener el poder era simplemente genial y más cuando Louis era como…mi presa, sonaba mal pero así era, y lo decía porque si se dejaba era porque quería o porque yo daba mucho miedo en esa situación-Ahora ¿Quién domina a quien amor?-esa última palabra me regreso al momento y a la acción. Lo bese de forma no tan tierna-¡Abre!-le pedí o más bien ordené, me sentía como una maestra una bastante mala. De todas las cosas del mundo jamás pensé en haber empujado con la punta de mi lengua sus labios, los toque suavemente haciendo una presión mínima para que me dejara entrar, tampoco lo iba a hacer por la fuerza. Sabía que podía parar pero no sabía cómo parar-Abre Louis-le volví a pedir en un tomo más bajo de lo normal y más condescendiente.

De pronto ya no estaba jugando a mostrarle mi poder, solo quería besarlo de una forma diferente. Quería hacerle saber que tocarme de esa manera y buscar otras formas para decirnos lo que sentíamos no estaba mal y que tampoco me desilusionada así de él pues era lo que muchas veces pensaba. Mis manos bajaron por su espalda desnuda, tocándolo suavemente sin prisa, sin lograr entender cómo es que él no se veía como yo lo hacía, simplemente era hermoso, no era un niño escuálido como él pensaba era un hombre. Lo pegue más a mi cuerpo, pero tomando en cuenta de que estaba sentado y yo arriba de él era casi imposible tenerlo un milímetro más pegado a mi.

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Me sorprendió que me dejara entrar pero no desaprovecharía que me hubiera dado permiso, busque su lengua y cuando por fin le encontré no dude un jugar con ella, e di un poco de miedo pero si el quería parar simplemente tenía que decirme. Una parte de mí, la cual era mínima esperaba que me dijera que eso había sido todo y la otra, la dominante quería seguir con ese juego que había dejado de serlo. Sin ser tan cariñosa me separe de sus labios para dejar de acariciar su lengua, ahora acariciaría otra parte. Puse mis manos a los costados de su cabeza para que la echara para atrás, así podría lamer desde su manzana de Adán hasta sus labios que simplemente eran deliciosos. Escuchaba música, parecida a la de tambores, poco a poco me faltaba el aire y me ardía el pecho, me sentía agotada de un forma muy peculiar como cuando corres mucho y ni siquiera te detienes a mirar lo que queda atrás de ti. No sabía que más hacer ¿Debía seguir? Si seguía quería hacerlo lento y si no seguía no quería que él se enojara-¿Puedo?-pregunte con la respiración agitada, haciendo referencia a que si podía besar otras partes de su cuerpo y no solo la boca.

Con trabajo tuve que dejarlo ir, su propio peso y seguramente el mío ayudaron a que de nuevo estuviera acostado. Me recargue en su pecho para escuchar sus latidos y largos segundo pasaron hasta que decidí mirarlo con los labios pegados a su piel, no me movía simplemente esperaba una acción de parte suya-Louis solo dime-me acomode encima de él pero solo para no tenerlo tan incómodo en aquella posición, levante los brazos para poder acariciar su rostro y darle la confianza de decir sí o no-Puedes decirme-subí hasta su cuello dando suaves y pequeños besos que se paseaban de aquí para allá sin hacer daño como antes lo había hecho. Me sentí mal por casi haberlo obligado y entendí que no era lo que yo quisiera, si no lo que él me mandara. El calor y la pasión emanando seguían latente pero de una forma no tan brusca ni tan violenta, ahora eran de un color naranja, que simplemente esperaba vacilante. Yo solo vivía para él y por él y aunque no lo demostrara y me costara mucho esa era la verdad, solo él podía destruirme y hacerme más grande con una simple palabra que saliera de sus labios. Así de grande era su poder sobre mi frágil persona. Mi amor era devoto, el de él no estaba segura no se le podía querer a una zorra que había estado con tantos, esa era la verdad, me dolía pero todas las verdades duelen.

Estando en esa posición tan apacible parecía que nada había pasado con anterioridad, solo dos ¿Novios? Que disfrutaban de un momento juntos pero ni siquiera nosotros nos podíamos engañar, aún estaba la flama que con un poco más de alcohol se avivaría de forma incontrolable. Me quede quieta mientras escuchaba el retumbar de su corazón de su corazón y como su respiración extrañamente se sincronizaba con la mía, yo nunca había conocido algo así, era hermoso no sabía si era normal pero si, era totalmente divino-No quiero que te sientas presionado, no por mí que te amo tanto. Sería incapaz de forzarte a hacer algo que no quieres-un cosquilleo proveniente de la mano que deslizo una parte del vestido se situó en mi cuello y recorrió todo mi brazo hasta llegar a entumirlo, de pronto dejar de sentir que controlaba mi cuerpo, me acurruque en su cuerpo como un perrito y me quede quieta, con la respiración interrumpiendo el silencio-¿Seguro que quieres?-susurre en voz bajita temiendo que con eso el aleteo de mis pestañas que simulaban pájaros se fuera. Sus palabras decían que si o al menos eso entendía yo y si mi razonamiento era cierto ¿Ahora que debía de hacer? Estaba como en una encrucijada, quería hacerlo sentir bien pero no quería forzarlo.

Si le preguntaba seguramente pensaría que yo dudaba de lo que quería hacer pero ¿Cómo saber si era lo que en realidad quería y no solo un impulso provocado por mi estupidez? Me incorpore un poco y volví a pegar mis labios a su pecho y comencé a bajar, cubriendo de besos las partes de su piel que la mía no había tocado del todo. Pude sentir calambres y descargas eléctricas mientras bajaba pues incluso yo me sentía traicionada por mis nervios-Te amo-dije sin mucho miramiento y seguí en lo que me había propuesto.

Ahora que tenía su total permiso no podía hacer otra cosa más que hacerlo sentir bien, era mi trabajo pero más allá de eso estaba con el hombre al que amaba, con él no podía fingir pues seguramente fracasaría de solo intentarlo, igual tampoco es que pensara fingir, no con él mi cuerpo reaccionaba al suyo por puro y natural instinto-Lo estoy-asegure despegando un poco los labios para poder hablarle, el corazón se me contraía con sus palabras y lo único que quería buscar era su felicidad. Mis besos siguieron por su cadera un tanto desconfiados y desinteresados al mundo ajeno que no fuera Louis. Puse las manos en el borde de su pantalón y levante la mirada como pidiendo permiso para poder deshacerme de ellos, mis manos subieron por su torso, consolando el hecho de lo que estaba intentando hacer, debía ir despacio no quería espantarlo y que saliera corriendo, debía mostrarme segura ante esa pared. Mientras más me acercaba a esa zona más sentía como las palabras iban quedando atascadas en mi garganta. Seguí besando su piel solo dando a tiempo a que me contestara y que se adaptara al roce de mis manos. Su acento francés era divino, le daba un toque distinto a su carita que me hacía perderme en un mar de colores distintos.

Había perdido el toque de sus manos por debajo de la tela del vestido, había descubierto le necesidad de ser tocada cuando en verdad quería no por necesidad y esa adicción en solo treinta segundos se había hecho enorme hasta el grado que con mi mano busque una de las suyas y la puse sobre mi piel, exactamente en donde se formaba el hueso de la nuca, no me importaba donde y como me tocara yo quería que simplemente lo hiciera.

Decirle que no sabia como hacerlo era muy estúpido, sobretodo cuando ahí yo era la "experta" pero definitivamente no me sentía así

Levante la cabeza cuando se apoyó en uno de sus brazos para poder levantarse ligeramente, un escalofrío me recorrió desde donde sus manos se habían enredado con mi cabello hasta mi espalda baja. Controlaba muy bien los nervios ¿Pero y yo? ¿Se me notaria nerviosa? Me sentía muy estúpida pero seguí con lo que él ya me había dado permiso, sus caricias no ayudaban en mucho para deshacerme de los nervios y de las mariposas que habían avanzado más de lo debido hasta mi garganta, podía sentir sus alas golpear en mi campanilla y obstruirme la respiración. Le sonreí sintiendo las mejillas y las orejas hirviendo, puse las manos en donde se suponía estaba el soporte y la entrada de su ropa, casi sin darme cuenta lo quite-Yo…yo también-confesé apenada. Era muy raro todo eso pero al mismo tiempo me hacía feliz de una forma muy extraña, trague saliva y lo mire no quería preguntar que debía de hacer pues eso estaba algo claro pero simplemente necesitaba ir poco a poco, tano para su bien como para el mío. Necesitaba que ambos guiáramos nuestros pasos mutuamente, no podía hacer nada sin él ni sin su ayuda, ni siquiera eso.

Y pensar que era el primero. Eso hizo el movimiento de mi cuerpo fuera algo torpe y no tan amaestrado como debería de ser. Infantilmente mi aliento rozo con su piel inclusive mis labios tocaron un poco esa zona pero no lo suficiente como para que él se echara a correr, sentí un nudo en el estómago, una mezcla de frio y caliente que se revolvía por todo mi ser-No te vayas-susurre buscando la mano que estaba encajada en mi cuero cabelludo. Esa frase no se refería a que se fuera y me dejara literalmente, era una vocecita débil que gritaba que necesitaba de su tacto, que necesitaba sentirlo aunque fuera un simple dedo. No pedía mucho, había aprendido a no ser egoísta con esa persona que ahora estaba en una situación de poco recato y al mismo tiempo de entre conmigo. Estaba acostumbrada a pedir y a tomar, la humildad no venía al caso conmigo pero en ese momento era lo primero que pasaba por la cabeza, yo era la que lo había llevado a ese punto y lo menos que podía hacer era no pedir, callarme y dejar que se relajara-Tranquilo-dije fingiendo pasividad pero por dentro era como una bola de calor que en cualquier momento explotaría, el cumulo de energía era mucho.

Mi lengua toco solo una parte de él, levante la mirada y espere su reacción. Necesitaba su aprobación, saber si debía seguir o no, si debía hacer otra cosa o intentar de otra forma.

Me daba más tranquilidad que el simplemente estaría ahí, no quería deambular sola por un camino del que poco conocía. Seguramente él se encontraba nervioso, lo podía percibir de cierta forma, pero necesitaba que se calmara, era una de las cosas no muy buenas de la transparencia de Louis, podía leer casi todo lo que pasaba por su mente y me era fácil descifrar el cambio de ese humor como en ese momento y era normal, estaba –incluso me costaba pensarlo- desnudo y yo sobre él, no era una cosa tan fácil como explicar, todo eso estaba cargado de sentimientos y situaciones que no acarreaban al borde. Me dedique unos momentos más a él, a tratar que se acostumbrara al tacto húmedo de mi lengua, en algunos instantes mis ojos se desviaban a su rostro buscando más que solo una mirada. Me detuve cuando por fin hablo-Si quiero-le replique cuando lo sentí estremecerse pero la pregunta era otra-Solo debes decirme si debo parar, haré lo que tú quieras-le dije segura. Me importaba lo que quisiera, porque si es que…no era como seducir a un cliente y tener sexo ocasional con él, el compromiso era enorme en muchos aspectos.

Clave mi mirada en la suya y espere, su respiración era un poco anormal, no era como cuando habíamos empezado a jugar pero tampoco era lente, parecía entrecortada. Me contuve de querer tocar su abdomen porque sabía que tenía que esperar órdenes. Yo no recibía órdenes de nadie pero el orgullo siempre podía ser doblegado pro algo o por alguien, en esta caso él que me llevaba amor y que también era el mío. Por un momento pensé en el mañana ¿Qué pasaría? ¿Eso significaría que debía dejar el burdel? Era una decisión bastante difícil y al mismo tiempo obvia, si quería estar con él no podía ser una prostituta porque eso suponía que mancharía su nombre, no quería ningún mal para él. La razón me volvió al cuerpo de golpe, sentí como si me estrellara contra el piso gracias a una luz blanca que hacía de mi un acertijo. No pensaba en lo que haríamos mañana, simplemente me concentraba en él.

Mi boca se alejó de esa zona y subió solo unos centímetros a su cadera. Deposite devotos besos en esa parte y volví a bajar. Quería que se sintiera querido y nada presionado, él necesitaba entender que yo lo amaba, su personalidad, su cuerpo y sus defectos pasaban a segundo plano.

Off:¿Crees que debamos de ponerle la cosa al titulo? o.o -es tonta, porno y mejor pregunta para que no la manden al hospital por ninfomana-

Tomaba sus caricias como un acceso a que yo siguiera en lo que estaba, me erizaba la piel el simple hecho de querer darle algo más que solo besos en los labios. Descubrí algo nuevo en mi interior, estaba segura de lo que hacía y de lo que quería hacer con él, más allá del deseo carnal estaba lo que pensaba para un futuro. No me había dado cuenta de la magnitud de mi amor por Louis hasta ese momento, en que comprendía que quería estar con él, nada importaba a mí alrededor, ni siquiera el hecho de que estábamos haciendo cosas malas en donde se tomaba el té. Sus palabras me aseguraban algo que aún no podía tener, a tientas subí mi mano por su torso buscando alguna otra caricia, me detuve un momento para jugar con su pecho y ahí en donde mis manos no podían seguir avanzando me quede-También te amo-le dije en una frase atropellada y ahogada por la misma respiración, otras sensaciones y el mismo acto de buscar so comodidad. Los movimientos sobre el siguieron, en donde mis labios no podían besar una mano entro a la ayuda, recorriendo su piel que definitivamente ahora estaba más cálida. Mi lengua se pasó por última vez en esa zona y regreso por el mismo camino de besos hasta su pecho, me tome la libertad de pasar la lengua hasta su garganta y ahí me quede, dando suaves y casi imperceptibles mordidas-Te amo…te amo mucho-las palabras eran arrastradas, adormiladas pero no podía esperar menos cuando mi cuerpo actuaba como quería, despertando zonas que ni quiera conocía, todo era dicho con amor a él que era mi razón de estar en ese momento con vida.