Piensa en mi y ahí estaré {Louis}

La separación. Me sentía tonta e incluso indefensa pero por lo menos tenía la tranquilidad de que Louis no sufriría, no mucho ¿Cómo comparar días de dolor con toda una vida? Mientras más lejos estuviera él estuviera de conocer el dolor yo más feliz sería. Así habían pasado los días, lentos y sin nada que me diera un indicio de Louis, trabajando y viviendo a medias. Esa noche me habían dicho que tenía que salir del burdel, no me hacía mucha gracias pero no tenía nada más que hacer así que simplemente acate órdenes a lo largo del vida, como una muñeca de porcelana, escuchando sin prestar atención, asintiendo sin decir palabras. Demasiado dormida en el interior como para rezongar o decir algo más. Había escuchado que el cliente era alguien nuevo, ni sabía cómo alguien nuevo sabía de mí pero tal vez una recomendación era la mejor respuesta, daba lo mismo solo me aseguraría de que me pagara y si no me tocaba, sería bastante feliz. Muchas cosas habían pasado para pensar que ahora me alegraba ser una prostituta.

Lo seguía siendo pero de forma distinta. No me obligaba y si quería simplemente por tomar un café me pagaba más de lo que tenía, era raro pensar en eso, era una vida más fácil que vender sexo. Ir en el bosque, caminando, en donde un carruaje no podía llegar y con un vestido bastante caro había sido la peor idea de todas ¿Quién diablos vivía en el bosque y pedía una prostituta? Era muy tarde para rechazar el trabajo, no quería ni siquiera imaginar la cara del tipo al verme con al vestido echo un asco. Lo que más me dolía de toso esa era mi vestido, si la paga no valía la pena me iría de ese lugar sin más ni más. Iba refunfuñando cosas que ni siquiera se podían escuchar en el silencioso bosque.

Pude ver una casa, modesta pero bonita a unos cuantos metros lejos de mí. Tome aire y me aventure hacia la puerta, toque varias veces mientras hacia un milagro conmigo misma. No quería escuchar quejas y aunque las escuchara era culpa del cliente. Espere unos segundos mientras esperaba en el marco de la puerta, hacía frío pero trabajo era trabajo, me sentí extremadamente apenada cuando vi a la persona que abrió la puerta. Sentí que el color se me iba del rostro y que las piernas me temblaban ¿Qué? ¿Cómo?-Ahm…creo que no es aquí-actuar como que no lo conocía no era una solución ¿Había sido él? ¿Me equivoque y eche todo a perder? Ninguna de las dos cosas me hacían feliz, ni un poco.

-¿Qué…?-Sentía miles de nudos en el estómago causados por la tensión pero no la tensión por incomodidad si no porque Louis y yo estábamos haciendo algo que nunca hubiéramos imaginado estar haciendo, suponía –entre el poco razonamiento que se dejaba ver- que ninguno hubiera pensando en ese momento. Yo antes de decirle que lo amaba con tanta fuerza que ni siquiera las olas del mar podrían arrancar ese sentimiento, me sentía distante a él, como si encontrármelo en la calle era solamente una maldición pues en mi sano juicio juraba que alguien tan noble como él siempre buscaría lo mejor y no a una prostituta, esos momentos en que los vea pasar a mi lado indiferente eran los peores del día. Incluso estar separados por un metro de distancia era como tenerlo que ver a los lejos o casi no verlo, las sintonías eran distintas hasta ese momento en que mi tierno t dócil Louis era otro, uno que dejaba ver lo que quería y que si tenía miedo lo escondía perfectamente solo para estar conmigo. Me gustaba que Louis me tocara pues no lo hacía de forma desesperada como los otros, no se preocupaba solo por él si no yo sentía que también lo hacía por mí.

Todo vestigio de pena, por la cicatriz, por que viera mi cuerpo se había borrado con su mano acariciando mi vientre, con el vestido que había logrado bajar solo un poco y con ese mordisqueo parecido al de un gatito que me había hecho soltar un suspiro largo y pesado. ¿Debía decirle ahora lo que había estado medio “pensando”? No era un buen momento pues seguramente arruinaría todo, esperaría, seguramente le haría tanta ilusión como a mi aunque siempre estaba el caso de que prefiriera mejor dejarlo como que habíamos tenido un encuentro y que el título de amigos cariñosos estaba bien. Cuando se levantó lo primero que vino a mi cabeza fue que había hecho algo mal y que no le había gustado, como reprimenda a mi pésimo en un acto que no supe como paso me tenía en brazos, solo me di cuenta de que dejábamos la sala en donde todo había comenzado y donde estaba la ropa de la cual lo había despojado, a pesar de salir de ahí seguía sintiendo el bochorno que aceleraba mi corazón dramáticamente-Así… ¿Así como amor?-debía admitir que me costó mucho trabajo decir esas palabras completas pero no me había visto patética en el intento.

Me dio tiempo de besarlo mientras caminaba y al mismo tiempo darme cuenta a donde se dirigía, sentir enrojecer mi rostro, aunque fuera él seguía sintiendo pena de que no le gustara como hasta ese momento. Me acomode cuando me dejo de nuevo reposando, solo dándome el suficiente espacio para poder tenerlo encima de mi otra vez, apreté sus manos con tanta fuerza que pude sentir sus tendones, relaje un poco mi agarre y ligeramente encorve la espalda cuando sentí su lengua por mi cuello y hombros. Yo le gustaba y me amaba, no podía ser más feliz como lo estaba siendo justo ahí-¿Cómo lo haces? ¿Cómo haces que…?-termine –o medio termine- de balbucear rápida y estrepitosamente cuando después de escuchar su voz ligeramente cambiaba ahora podía sentir el rocé de sus dientes, era ligero como ponerte perfume, Louis descubría y me hacia descubrir cosas nuevas y que nadie más había encontrado con anterioridad. Me obligo a dejar su mano para que el vestido estuviera totalmente abajo, ladee la cabeza apenada, ahora me ponía en su lugar y entendía lo que había pasado él hace pocos minutos. Mis labios fueron en busca de los suyos cuando él se inclinó sobre mí, era un pretexto para ahogar un jadeo ocasionado por su tacto en una parte tan sensible como eran los pechos.


Me separe para tomar aire y volver a besarlo mientras intentaba con las manos colgarme de su cuello, provocando que todo su peso estuviera en mí. No me importaba, lo quería. Baje las manos por su espalda y me detuve a jugar con sus omoplatos, haciendo círculos y pegando con los dedos sutilmente-Soy tuya Louis por siempre, lo sabes.-presione mis labios contra su cuello, en mi herida y me quede pegada sintiendo su palpitar y el mío.

Quería besarlo pero en ese momento la excusa perfecta para ahogar suspiros eran mis labios sobre cualquier parte de él. Me sentía inmensamente feliz, nerviosa, amada por primera vez, eran tantas cosas que ni siquiera podía diferenciarlas una por una sin que se volvieran a mezclar. Era tantas las cosas que ocurrían en mi interior justo en ese momento que juraba que Louis podría darse cuenta en mi rostro, nunca imagine un momento así con él, ni siquiera en mis mejores fantasía donde era inalcanzable y yo una pequeña fracción en el universo ¡Y ahora! ¡Dios! El corazón me explotaría de solo pensar que era mío y que nadie podría arrebatármelo, tampoco me importaba ser suya pues eso era lo que yo quería, me daba poco morir después de eso siempre que muriera en sus brazos. La vida me había llevado a él de mil formas y yo tontamente siempre lo había evitado ¿Desde hace cuánto tiempo pudimos estar juntos? Eso no importaba, claro que lo lamentaría pero ya no los postergaríamos más.

Sus preguntas simples no las podía responder, la garganta me ardía y la boca la tenía seca, solo cuando me besaba podía sentir una mayor comodidad pero al mismo tiempo hinchazón, todas esas cosas y más el provocaba y no era consciente-Esto-me sentía tan… ¿Normal? No era como las veces en que trabaja en el burdel, en donde yo mandaba, en donde yo elegía con quien acostarme, cuánto dinero obtener y ser la reina del lugar. No era un experta estando bajo su cuerpo, si no otra chica normal, con una belleza promedio con la misma experiencia de él o incluso menos. No me sentía sucia ni manchada, eso era bueno, al menos desde el punto en que yo lo veía pues reaccionaba por instinto y no por obligación ni por rutina. Cada uno de sus latidos se volvían míos, era simplemente un acto de lo más hermoso y eso era todo lo que podía pedir pero él se empeñaba en dar más.

Sus manos dejaban marcas ahí donde tocaban, mi piel era mucho más sensible como si la piel no existiera y todo estuviera al rojo vivo, reaccionada de forma inmediata a sus caricias. Sentía como una bomba de tiempo iba creciendo mientras su dedo seguía acariciando esa zona. Cerré los ojos y deje de abrazarlo, su cuerpo ya no me era suficiente para seguir aferrándome al mundo, lleve una mano desesperada en donde estaba el apoyo de nuestro peso y apreté los dedos con fuerza cuando su lengua se posó ahí, como si fuera un bebé. Con la otra mano solo pude hacer que su cabeza no se retirara, ejercía solo una mínima presión para que siguiera ahí. ¿Qué pensaría si…? Ni siquiera me acabe de convencer cuando mis piernas abrazaron su cadera, solo un poco, apretando los huesos para que dejara de separarse de mí. Sentí frío cuando su lengua cálida dejo el rastro de su saliva y esta asimismo se iba secando pero estaba bien, era parte del momento-Louis yo…ahm-no planeaba decir más, las palabras estaban solo de adorno.

No podía hacer mucho justo en esa posición, con él en mi pecho y lejos de mis labios así que busque otra forma de sentir su piel. Había recobrado el valor para no sentir que pedazos de mí se iban, volví a recorrer su espalda, sintiendo los huesos, su cabello y volvía a bajar, regresando por el mismo trazo del piel.

Pasión, amor, ternura tantas palabras y ninguna se acercaba a la definición de lo que sentía en ese momento. Deje de revolver en el pasado y los malos recuerdos quería enfocarme solo en estar con él, disfrutando de que estábamos solos, en su casa y que simplemente teníamos tiempo para el otro. Antes hubiera imaginado una vida totalmente encerrada en los placeres que el burdel podía ofrecer, ahora sentía que había placeres mucho más placenteros en cosas tan sencillas como abrazar a alguien sin intención de sacarle algo a cambio, yo quería que eso me pasara siempre pero con Louis, si el aceptaba obviamente haría lo me pidiera, me importaban poco las críticas que se pudieran presentar en torno a mí, no me importaba si él solo quería ser mi amigo o que yo fuera su prostituta, solo quería estar con él costara lo que costara. ¿Se daba cuenta de que yo ya no podía controlar mi cuerpo? ¿Era capaz de notarlo? Porque yo ya no sabía lo que seguía siendo real y no, me concentraba en él y solo eso. Las cosas alrededor se habían derretido, solo el, yo y la cama.

Varios quejidos salieron de mi boca, las parte más sensible de mis pechos habían tomado tal grado de dureza que del mismo momento y sensación incluso me dolían. Me dolía respirara pero agradecía que aun siguiera haciéndolo, todas las veces que Louis no estaba conmigo simplemente se me olvidaban muchas cosas, mi nombre, mi edad, como vivir. Comenzaba a entender lo que quería y por qué la razón de que siguiera rehusándose a pegar su cuerpo al mío, no eran los roces que apenas se notaban y que hacían que el deseo creciera, si no me equivocaba al parecer quería que no solo él fuera el que disfrutara esa noche. Hice un puchero al repasar esa idea, viéndolo de algún modo yo siempre servía, no importaba el hombre, solo servía de objeto sexual y nadie velaba por lo que quería o lo que no quería. A veces simplemente lo hacían a la fuerza, nadie en realidad quería complacer a alguien que trabajaba por complacer.

La energía que emanaba de sus dedos, recorría mis piernas y hacia que mi pecho saltara por las descargas, sentía escalofríos y miles de cosas más. Caprichosamente busque su rostro cuando dejo de hacer aquello, buscando alguna respuesta demandante del porque lo había hecho, solo pude sonreír apenada cuando me dijo que le gustaba, las mejillas me quemaron pues una oleada de algo que no reconocí invadió mi cuerpo. Me levante apoyándome de las palmas de las manos cuando se arrodillo, con la espalda cóncava trate de ocultar mi cuerpo de no tan mujer, siempre confiaba en mi misma pero ahora me daba pena que me viera así ¿No pensaría que era una tonta? Me veía como una tonta cada vez que lo tenía enfrente pero… ¿Por qué pensaba en eso?-También me gustas mucho-levante un dedo y lo llame, por mucho que me gustaba que me estuviera tocando yo quería hacer lo mismo. No quería que estuviera ni un centímetro separado de mí, era demasiado para mi cuerpo-Te amo-añadí antes de acercar mi torso al punto donde se encontraba y tomar su rostro para de nuevo besarlo de una forma no tan tierna, explorando su cavidad bucal con la lengua y recargando mi peso en él, buscando tocar partes que había pasado desapercibidas o que simplemente quería volver a tocar-Eres excelente ¿Lo sabes?-me separe para comentarle y morder su labio, tomándolo entre mis dientes y jalarlo.

No entendía muy bien las pequeñas frases de Louis, si entendía lo que decía pero no él porque era casi como estar en otro mundo, uno en donde nada era totalmente real-No lo soy-respondí con aire un tanto arrastrado y cantado, como si le susurrara al viento-Me puedes tocar, esa es la forma en que puedes comprobarlo-le sonreí de forma tierna y esa misma sonrisa se volvió una más traviesa, no pensaba hacerle ninguna jugarreta simplemente le haría confiar en él y de paso me haría confiar en mi misma. Tome una de sus manos y la subí hasta donde hace poco estaba acariciando, suspire pues con que me tocara desarmaba todo el valor que conformaba mi ser-¿Ves?...ahm-me quede callada mientras tomaba aire, inhalaba y exhalaba varias veces para perseguir-Soy, soy real…y soy de tu propiedad-baje la mano que me daba libre hasta su entrepierna y acaricie esa zona con cuidado, a mi parecer la sangre se había acumulado en zonas de nuestros cuerpos que nunca antes hubiéramos pensado. De nuevo estaba apenada por tocarlo así pero creo que ya había quedado claro que él era mío y yo era suya, lo sabíamos no había porque pedir permiso o ¿O sí?

Lo entretuve en varias cosas a la vez, como un segundo beso, lento, delineando el contorno de sus labios con la lengua pude notar que tenían un sabor peculiar y no era el té. Era algo mucho más delicioso. Recapitule los últimos minutos de lo que había pasado, definitivamente no quería volver atrás, solo quería seguir, mover y no mirar a la habitación de al lado en donde habíamos dejado tirada su ropa, y nuestra noche de té que había terminado más que en un simple juego de niños. Sentía como en momentos poco a poco nos fundíamos, era muy lastimero y doloroso, en el buen sentido mue eso pasara era como prolongar el placer de tenernos así. Baje por su cuello, demorando esta vez del lado contrario en donde estaba la marca, bese su hombro y seguí caminando con la bocas hasta el hueco que se formaba entre los huesos, tome su piel esta vez sin los labios y jale, me gustaba jugar con su piel porque era preciosa, tan blanca y suave que daban ganar de morderla cada vez que ponía mis labios sobre ella y su cuerpo, aunque a él no le pareciera, era simplemente fantástico en todos los sentidos.

Siempre pensé que era difícil que alguien me amara pero cuando encontré a Louis todas las dudas se disiparon, él podía ser todas las cosas que yo quería que fuera, lo cual era complicado y sencillamente lo amaba más allá de la razón por eso mismo.

Quería complacerlo, el punto en que podía preguntar sin temor a que me saliera con otra cosa había llegado. El hecho de estar así tenía que ver mucho con la confianza y en el respeto, si, lo pensaba yo que casi no tenía respeto por nadie ni por nada pero con nadie había querido estar así más que con Louis, sus manos sacaban pequeños suspiros de mi boca pero eso no me impedía seguir con los movimientos en su zona más sensible que reaccionaba notablemente-¿Has tocado las nubes?-me sentía muy extraña, nunca había pensando ser de nadie pero me gustaba que mencionara que era solamente de él, era ser como una posesión con mucho más significado, era hermoso. Hasta después comprendí la doble intención de mi pregunta, esperaba que él no se pusiera a pensar que yo era una acelerada solo por eso pues en mi inocencia recién adquirida no estaba eso implicado-

Avance un poco más hacia él haciendo que su cuerpo quedara ligeramente acostado en la cama-¿Qué quieres?-pregunte para dejar de tocarlo e inclinarme a besar su pecho, llegue hasta uno de sus pezones y pase la lengua, pude notar cuando volví a lamer como este se erguía-Puedes decirme lo sabes amor-nunca antes se me hubiera ocurrido decirle a alguien “amor” como un apodo cariñoso, pero él se lo merecía, eso y mucho más porque era la personificación de lo que sentía, del amor sin medidas.
Su piel me incitaba a morderla, como una adicción recién creada, si no me decía nada era porque de cierta forma le gustaba y si eso pasaba entonces yo no podía ser más feliz y sentirme tan… ¿Excitada? Sí, eso era. Darle placer a alguien que amas me hacía sentir así porque era parte de mí, aunque estuviera en un cuerpo que no era el mío. Me acomode sobre su pecho, con la barbilla pegada a los brazos esperando que me dijera algo, seguí jugando con los labios sobre su piel y de vez en cuando levantaba la mirada para poder verlo a esos ojos que tenían una mezcla de ternura y seducción irresistibles, sentía el ligero rocé de su entre pierna y la mía pero trataba de hacer caso omiso -de forma estúpida pues sentía la sangre correr como fuego-y mantenerme tranquila. Me "arrastre" hasta quedar completamente sobre de él y besarle.

Off: Asco de post, no me gusto, quedo raro y lo odio. Te mereces algo bonito u.u

Así como Louis me conocía yo lo conocía a él y sabía todo eso que a veces pensaba sobre nosotros pero en especial sobre él. Ahora entendía que su hostilidad no era porque yo le desagrada si no al contrario, siempre pensó que porque yo era “bonita” nunca me gustaría alguien como él pero se equivocaba, yo siempre lo amé y me gustaba porque era diferente, desde su forma de ser hasta los rasgos que poseía, no había nada que no me gusta de su persona y menos aún que lo veía de esa forma, en todo su esplendor y como había venido al mundo. Me comprobaba, tenerlo así que él era la personas con más luz interior que yo podía conocer en esta vida, era único tal y como era. No lo cambiara por nada del mundo, no pediría por nada más cuando lo sentía así debajo de mi piel, con su respiración subiendo y bajando. El calor de nuestros cuerpos se había fundido, así lo sentía yo pero seguramente estaban a una temperatura tan elevada que ya ni siquiera nos dábamos cuenta del cambio de temperatura-Eres la persona que más amo en este mundo Louis, me pasaría toda mi vida contigo, no podría estar lejos de ti…me es imposible-y aunque muchas veces siempre me alejaba había entendido que huir para protegerlo no era la respuesta porque tal vez mi cuerpo era lo que él necesitaba para estar totalmente a salvo del mundo.

-Abrázame-le pedí en tono demandante-No me sueltes-no debía mostrar miedo en ese lugar tan íntimo si no todo se iría muy lejos, lamí su lóbulo y lo succione varias veces de forma traviesa, era suave y esponjado, como un pequeño algodón o pedazo de seda. Pase mis manos por debajo de él y lo estreche hundiendo los dedos suavemente dejándole claro que lo quería conmigo, que era mío y que no se libraría de mi tan fácilmente.

Pensé que se iría cuando se sentó ¿Tanto lo habían conmovido mis palabras? No quería arruinar el momento con eso, pero todas mis frases no expresaban todo lo que sentía por él, se quedaban cortas. Me volví a acomodar en la el lecho pero ahora sin él, esperaba que no se fuera pero por el contrario se quedó mirándome como si esperara que mutara en algo o me evaporara. Pestañe varias veces sorprendida por su pregunta ¿Acaso eso importaba mucho? ¿Sabría que yo tenía 17 años? Si no lo sabía y le decía ¿Lo tomaría como algo malo? Yo no lo veía así porque las damas de alta sociedad se casaban desde mucho antes y tenían hijos a edad insospechables, a eso todo el mundo le aplaudía ¿No podíamos estar juntos por eso? A mí no me importaba la edad, ni que me pudiera llevar veinte años, yo lo amaba pero tal vez si era un impedimento para él. No es que yo fuera una mujer en toda la expresión de la palabra, en ciertos aspectos ni siquiera era lo suficientemente madura como otras mujeres ¿Él ya se había dado cuenta de que no quería estar con una niña? Estuve a nada de rogarle que por favor no me dejara y que se olvidara de eso cuando mis labio se abrieron-¿Eso importa mucho? Porque… No…me…digas-acaricie su cabeza cuando esta se apoyó en mi vientre.

De nuevo me sentía sofocada, mareada y con la respiración pesada, de nuevo la atmosfera estaba encapsulada con aire caliente, pensé que después de las lágrimas y los mimos infantiles todo había acabado y como no quería presionarlo no pensé en el “más allá”, de hecho estaba bastante conforme si es que decidía parar. No sabía que iba a hacer o que iba a pasar. Bueno a decir verdad si me daba una idea mientras sus dedos se acercaban a la parte más baja de mi vientre, sentía cosquillas y algo parecido a pequeños espasmos. Cuando su mano se coló allí, sentí caliente muy caliente y un más húmedo, al grado de me mordí el labio excusándome en eso y tratando de ocultar lo que en verdad pasaba-…no me digas…así-la última palabra se vio acompañada de un suspiro. Ya ni siquiera sabía porque había dicho eso, no lo recordaba. Mi corazón pego en mi pecho violentamente al sentir sus dedos moverse, era como un indicio de que en algún momento de aquella noche mi corazón abriría gran parte de mi pecho, rompiendo los huesos y todo lo que se le cruzara en el camino.

Siguió tocando un tiempo más, lo sabía porque aparte de sentir sus dedos en esa zona me había levantado ligeramente para verlo, con todo el esfuerzo que me dejaban sus manos logre apoyarme en mis antebrazos. Louis ya no era el tierno chico, era más bien como un Louis que tomaba lo que era suyo, una versión de mí –cuando me importaban poco los demás- mucho más romántica, él podía tocar y pedir lo que quisiera de mí, para eso estaba yo, para ser suya de todas las formas imaginables. Mientras más pasaba el tiempo más comprobaba que quería estar siempre a su lado ya fuera como su puta, su novia o como…Ese pensamiento ni siquiera llegue a razonarlo pues un escalofrió me recorrió hasta el punto en que tuve que reacomodarme sobre el mullido lugar al ver como se llevaba los dedos a la boca-No te miro como un anciano-dije con la voz temblorosa y apenada, la inexperta parecía yo en esos momento pero no era para menos estaba desnuda, en la cama de la personas que más amaba en ese mundo-Porque no lo eres….pero…pero no me veas como una niña porque no lo soy-estaba segura de que todo eso lo decía por mi apariencia, así natural.

Sin las plumas, los vestidos, sin el corsé que apretaba mi figura de forma que se viera menos infantil si, tenía razón era una pequeña que apenas había logrado desarrollarse, mis pechos no eran tan grandes como aparentaban las varillas de os vestidos ni siquiera era tan alta como aparentaba los zapatos que tenía que portar. Había sufrido mucho, nadie se imaginaba cuanto ni experimentaría todo lo que yo, inclusive mi mente había olvidado episodios dolorosos que no me servían ni tendida bajo su merced ni en ningún otro lugar porque eran desgarradores, y si me preguntaban cómo es que sabía eso no sabría qué contestar. Pero de nuevo deje otra vez todos esos pensamientos atrás y me deje envolver por él.

Sentía el cuerpo hirviendo, pero con todo y eso le devolví la sonrisa que más fue un puchero de puro placer, sus besos eran agonizantes, hice la cabeza para atrás cuando de nuevo llego ahí, en esa zona con sus labios y su lengua. Estaba actuando como su muñeca, dejando que abriera mis piernas e hiciera movimientos con su lengua. Sin querer evitarlo gemí y me deje caer para atrás, estaba tan frío o tal vez yo estaba muy caliente que quede como cegada mientras ponía ambas manos en su cabeza. Presione con mis dedos su cuero cabelludo en busca de más, apreté los ojos tratando de que el alma no se me fuera del cuerpo pero ya era inevitable, una pierna con vida propia subió hasta situarse en su hombro y ahí se quedó, haciendo notar los leves temblores de mi organismo.

A nosotras las prostitutas nos dan dinero por fingir, por hacer como que nos gusta lo que nos hacen, nos pagan porque nosotras brindamos servicios y sonrisas falsas, nos habían amaestrado para que la temperatura de nuestro cuerpo cambiara cuando estuviéramos debajo de cualquier tipo que pudiera pagarnos. Todo lo que somos es una máscara delante de los hombros y yo en particular me había construido una en verdad fuerte, todas las capas de las que estaba constituida habían sido lentamente perforadas por Louis, él ni cuenta se había dado de eso pero poniendo atención notaría que en ese momento no estaba fingiendo nada ¿No lo sabía? ¿No sabía que cuando amas a alguien como yo lo amaba a él esas cosas no se podían fingir? Ni por muy puta que fuera me atrevería a fingir, sí, me estaba gustando y mucho.

La piel de mi amado era como parches que sanaban todas o la mayoría de las heridas que eran visibles e inclusive también las invisibles. No me importaba tener una cicatriz en la cadera de años atrás, con él no me importaba lo que pasara afuera, en mi burbuja solo estábamos él y yo. Medio escuche lo que decía, ahogada en su mundo y sus caricias era incapaz de ponerle mi total atención auditiva-Si soy tuya…ahm…te amo-y eso fue todo lo que pude decir, había sonado algo tonto desde mi punto de vista pero tomando en cuenta de que yo era la que estaba echada pues no es que pudiera decir otra cosa, lo podría intentar pero ni en mil años mis palabras tendrían el significado que en verdad quería darles. Baje la pierna de su hombro y me volví a incorporar, poniendo especial atención en no asustarlo ni hacerle creer otra cosa.

Puse un dedo en su barbilla y la levante, quería besarlo por lo que me incline, antes que nada y con la confianza por delante metí la lengua que buscaba la suya, cuando la encontré no pude evitar succionarla, era tan suave y cálida. Jadee porque nunca había echo eso con alguna parte de su cuerpo pero me parecía tan…delicioso que regrese de nuevo a lo que hacía. Lo atraje hacia mí, sintiendo su cuerpo encima del mía, acariciando sus costados esperando que ni hiciera de las suyas para alejarse de mi.