Piensa en mi y ahí estaré {Louis}

La separación. Me sentía tonta e incluso indefensa pero por lo menos tenía la tranquilidad de que Louis no sufriría, no mucho ¿Cómo comparar días de dolor con toda una vida? Mientras más lejos estuviera él estuviera de conocer el dolor yo más feliz sería. Así habían pasado los días, lentos y sin nada que me diera un indicio de Louis, trabajando y viviendo a medias. Esa noche me habían dicho que tenía que salir del burdel, no me hacía mucha gracias pero no tenía nada más que hacer así que simplemente acate órdenes a lo largo del vida, como una muñeca de porcelana, escuchando sin prestar atención, asintiendo sin decir palabras. Demasiado dormida en el interior como para rezongar o decir algo más. Había escuchado que el cliente era alguien nuevo, ni sabía cómo alguien nuevo sabía de mí pero tal vez una recomendación era la mejor respuesta, daba lo mismo solo me aseguraría de que me pagara y si no me tocaba, sería bastante feliz. Muchas cosas habían pasado para pensar que ahora me alegraba ser una prostituta.

Lo seguía siendo pero de forma distinta. No me obligaba y si quería simplemente por tomar un café me pagaba más de lo que tenía, era raro pensar en eso, era una vida más fácil que vender sexo. Ir en el bosque, caminando, en donde un carruaje no podía llegar y con un vestido bastante caro había sido la peor idea de todas ¿Quién diablos vivía en el bosque y pedía una prostituta? Era muy tarde para rechazar el trabajo, no quería ni siquiera imaginar la cara del tipo al verme con al vestido echo un asco. Lo que más me dolía de toso esa era mi vestido, si la paga no valía la pena me iría de ese lugar sin más ni más. Iba refunfuñando cosas que ni siquiera se podían escuchar en el silencioso bosque.

Pude ver una casa, modesta pero bonita a unos cuantos metros lejos de mí. Tome aire y me aventure hacia la puerta, toque varias veces mientras hacia un milagro conmigo misma. No quería escuchar quejas y aunque las escuchara era culpa del cliente. Espere unos segundos mientras esperaba en el marco de la puerta, hacía frío pero trabajo era trabajo, me sentí extremadamente apenada cuando vi a la persona que abrió la puerta. Sentí que el color se me iba del rostro y que las piernas me temblaban ¿Qué? ¿Cómo?-Ahm…creo que no es aquí-actuar como que no lo conocía no era una solución ¿Había sido él? ¿Me equivoque y eche todo a perder? Ninguna de las dos cosas me hacían feliz, ni un poco.

No tocaría más el tema pues eso implicaría que la herida que acabábamos de hacernos sería aún más profunda. Las palabras que salían de mi boca lo arruinaban todo así que era mejor dejarle la situación en sus manos, como me había comprado por esa noche era lo menos que podía hacer después de haber cometido un error tan grande. Había arruinado todo el camino que habíamos construido en poco tiempo, dudaba mucho que él quisiera seguir jugando a la pareja feliz, yo lo amaba de todas formas, no me importaba lo que hiciera o cuanto me lastimara, lo seguiría amando-Claro ve, aquí te espero...Te amo-sonreí cuando se levantó sintiendo una falta de algo en mi cuerpo, rubor y pena, un revoltijo de cosas que cuando se fue a vestir pude darme tiempo de entenderla o por lo menos separarlas por prioridades. El calor podría esperar, solo si él quería. Me arrodille para acomodar el vestido, no tenía más que hacer, solo esperar y hacer lo que me pidiera.

Los más probable es que quisiera dormir o hablar o tal vez ni a eso llegaríamos….Debía de dejar de ser tan pesimista, él como yo había querido dejar la fiesta en paz, según note pero las impresiones eran malas, los egos estaban heridos, nadie era como en un principio-¿Te falta mucho?-pregunte algo animada, si él me notaba así podríamos hacer un progreso en lo que era “Dejar de herirnos estando juntos” tendría que ser un trabajo constante si queríamos triunfar y no acabar muertos por las palabras. Me levante y comencé a buscarlo, mucho sin tiempo sin él era como estar perdiendo fuerza, la corriente de energía era poca y me sentía perdida, sola como siempre estaba.

¿Cuánto había pasado? Tal vez muy poco tiempo desde que me había levantado en su busca pero él me había detenido en el intento, seguramente aún estaba apenado por lo ocurrido, nuestro momento doloroso y por su desnudez, tenía que aceptar que no había sido muy justa al ponerme el vestido sobre todo cuando me gustaba sentir su piel cerca de la mía, con Louis me limitaba a mí misma cosas que se morían por salir como caballos desbocados. El punto era que decidí darle un poco de tiempo, teníamos que aprender cosas que estando juntos era más difícil de llevar acabo, como mi paciencia. Lo quería ahora y él no estaba listo. Respire profundo, conté del uno al diez y de regreso, me mordí el labio y cerré los ojos tratando de no salir corriendo al encuentro, pero mi momento de esplendor como la buena persona que quería ser no duró mucho ya que algo en su voz me dijo que estaba ocurriendo una situación de la que yo no era participe, no sabía cuál pero ¿Y si era algo malo y él no quería decirme? Avancé lentamente con algo de miedo, no podía quedarme como estúpida parada mientras él tenía un problema, en el fondo no es que quisiera ser buena, solo lo quería conmigo.

-¿Louis?-pregunte con la voz temblorosa y apenas pasando la mirada por la sala de té, pensamientos impuros llegaron a mi mente pero después de lo ocurrido tal vez no era una buena idea de que siguiera jugando a tentar al destino. Saque de la cabeza esas ideas tan rápido que tuve que apoyarme en una pared para mantener el equilibrio. Y ahí lo vi, aun desnudo con el peso apoyado en sus piernas y con la ropa entre los brazos, suspire profundo y me acerque notándolo algo agitado. Me atreví a tocar su hombro que se encontraba frío por el sudor pero en general la piel estaba tibia-¿Te encentras bien amor?-me doble sobre mis rodillas para quedar a su altura, bese un poco más debajo de su nuca, dejaría de presionar, si él me tenía confianza seguramente me lo diría. Yo no solo quería ser la chica con la que te acuesta porque la quieres, quería ser otras cosas.

-No, no-reí,-estaba nervioso y seguía sin entender el porqué, lo único que sabía era que tenía que darle un poco de espacio-Y estoy bien, deberías cambiarte podrías pescar un resfriado y eso no sería bueno porque seriamos dos enfermos-Louis era tan lindo, muchas personas estaba segura que darían lo que fuera por ser o tener a alguien así con quien platicar, un amigos, un novio, un hermano, lo que fuera y yo lo tenía. Lo único malo…siempre parecía que cuando más dispuestos estábamos a hacer de lo nuestro algo más grande algo pasaba que lo arruinaba. No importaba, a decir verdad comenzaba a hacérseme costumbre esa parte, de todas formas me sentía agradecida porque no muchas personas tenían la oportunidad de conocer a Louis, era tan especial, tan lindo y tan tierno que no podía dejar de abrázalo o de darle un beso. Rápidamente y como si alguien me estuviera apresurando me levante y cerré las ventanas que dejaba entrar la brisa, su cuero me parecía tan frágil que no podía perderlo, aunque fuera cosas mía lo del viento.

-Te espero allá-le señale con la cabeza el cuarto donde habíamos dejado de ser tan nobles el uno con el otro, comencé a tararea una canción esperando que la fuerza de voluntad no me ganara y me girara para ir a besarlo, no quería que la situación se repitiera, prefería llevar las cosas con calma. Mis ojos se querían girar, era una gran tentación tenerlo desnudo a poco metros pero como obediente niña fui y me metí en el cuarto esperando a que terminara, di un salto y me hice ovillo en la cama. Seguía emocionada, en una parte por el encuentro de hace poco pero también porque había aceptado a Louis en mi vida y el a mí, claro las cosas podían cambiar si es que él ya no quería verme pero no sonaba como algo probable, Miles de cosas se pasaron por mente mientras aguardaba ¿Cómo tenia casa? ¿Cómo me había pagado? Había algo extraño detrás de todo eso ¿Y si me había mentido e algo? No, eso no. Tenía un trabajo, era eso pero aun así era mucho dinero el cual tenía que pagar para tres días o incluso más. Tenía muchas cosas que saber.

Una parte de mi entendía la situación e incluso se había resignado a que nada más pasara entre Louis y yo. Él se decía mío pero yo sabía la verdad, Louis podría ser de todos pero mío, totalmente mío no iba a ser nunca, no porque yo lo alejara si no porque el mismo lo hacía. La paciencia no era una de mis virtudes pero con Louis comenzaba a ponerla en práctica. Me gire cuando lo sentí cerca, mi nariz se pegó a su pecho mientras escuchaba todo lo que decía, un nudo en el estómago se me formó después de sus palabras, no entendía cómo es que el siguiera perjurando que eso podía pasar que podíamos estar juntos sin importar nada, yo sabía que todas esas palabras las decía cegado por algo más, porque dentro de sus planes no estaba yo. Me quedaba el consuelo de que al amor que según me tenía siempre iba a estar ahí, y que no importaba si algún día su amor por mí se iba o lo que fuera, estaba segura de que una mujer cualquiera no opacaría mi belleza, por mucho que la amara-Por cierto…-susurre mientras me reincorporaba y me sentaba con las piernas cruzadas en la cama. Suponía que Louis debía de preguntarse por mi cambios de humor tan rápido pero cuando la vida te trata mal aprendes a evitar el dolor y el sufrimiento tapándolo con otras cosas-¿Cómo es que yo no supe nada de todo esto?-me reí un poco, me había parecido una idea bastante brillante aunque no resultará como yo había querido.

-Debo decir que tienes ideas macabras detrás de esa cara de santo-con el dedo indicé toque la punta de su nariz, rocé un poco para después acercarme a darle un beso en los labios…como los buenos amigos con derecho que éramos. Lo dejaba libre para que pudiera buscar otros horizontes que conmigo nunca tendría porque conmigo no había presente ni futuro, solo pasado. Jugué con la tela del vestido feliz por poder darle un uso a mis manos en ese momento, me preguntaba muchas cosas en ese momento como por ejemplo que es lo que estaba pasando por la mente de mi Louis, o como cuantas mujeres estaban detrás de él…de seguro eran muchas y todas unas reverendas putas que al final del día eran buenas para Louis, los aires de santa no se me daban y esa teoría era las más aceptada por mí al rechazo de él, él era virgen y yo no, era mucho mejor fingir ser una santa que una golfa tocada por todos. Seguramente el en otras circunstancias, con mi cuerpo no casto le hubiera gustado más pero lo superaría con el tiempo.

Salí de mis divagaciones mentales para girarme a verlo con una sonrisa hipócrita, hipócrita porque detrás de esa sonrisa escondía todo lo que en verdad pasaba-¿Vamos a dormir?-me escabullí dentro de las sabanas para comenzar a taparlo a él también, pegue mi oído a la almohada con maña para escuchar como empezaba zumbar por dentro gracias a la presión. Me lo quedé viendo mientras descifraba todos los códices de esa mirada clara

Off: Siento el post feo y contestar hasta despues de dos años, puedes hacer lo que quieras con el tema, cerrarlo o como veas, yo entiendo : )

La piel se me heló cuando comenzó a hablar, no entendía nada ¿El me reclamaba? ¿El creía que la que no lo amaba era yo? Lo seguí con la mirada hasta recorrer su figura de pies a cabeza tratando de no lastimarme con la lengua, sentía como el calor de hace poco minutos se volvía un frío cruel y agónico, me dolía la espalda, el estómago me dolía el cuello de solo ver y confirmar la tensión en el ambiente, no quería moverme pues tenía la sensación de que si lo hacía sus palabras me cortarían profundamente justo en la llaga que el mismo había venido ocasionando durante todo ese tiempo. Me levante de un golpe de la cama, caminando justo a donde él había guardado el vestido con el que había llegado-¿Sabes? No tengo por qué soportar tus reclamos estúpidos-no quería decirlo pero mientras más pasaba el tiempo más corría del riesgo de comenzar a hablar y soltar todo eso que llevaba guardado desde hace tiempo. Las lágrimas comenzaron a llenarme los ojos, insistentes en no querer salir fueron haciendo un pequeño cristal entorno a el iris y la pupila bloqueando toda imagen que pudiera captar.

Me trague un suspiro al momento en que mi puño pegaba el armario en donde había guardado mi vestido, varias lagrimas salieron de golpe dejándome de nuevo la capacidad de verlo todo-Tú dices amarme a mi ¿Y que acaba de pasar?-me gire apoyando la espalda para poder obtener el control de la situación-¿Qué paso Louis? Dame una explicación ¿Qué paso justo en esa cama?-señale con el dedo índice el lecho en donde decidió que yo era muy poca cosa para él-Me trajiste engañada ¿Dónde está la confianza de nuestro amor? ¿Dónde está tu supuesta confianza en mí? ¿Eh?-me limpie las lágrimas mientras camina afuera del cuarto con los recurrentes temblores que se albergaban en mi cuerpo, todo estaba matándome-Aquí estoy yo Louis, como tu tonta…como la sombra de Cloudia con la que seguramente te hubieras casado si no fue por que la desgraciada se murió ¿No es verdad? ¿Hubieras regreso por mí?-la odiaba, odiaba a Louis por obligarme a quererlo de esa forma tan arrebatadora, me odiaba por haber caído como la estúpida niña desamparada que era.

Estaba no molesta si no lo que le seguía, ni el mismo diablo se atrevería a llegar en ese momento. Me abalancé sobre la mesa en donde tenía el juego de té, el cual tome con ambas manos y sin importarme el líquido que vertí sobre el piso lo arroje contra las paredes logrando que se rompiera-Todos, me han humillado…del que no lo esperaba era de ti y ¿Qué haces? Me rechazas, me traes aquí dispuesta a darte todo lo que tengo que no es nada porque tú lo ocupas todo y lo único que haces es ¿Tomar té?-dirigí mi mirada hasta uno de los pedazos más grande que se habían roto con el impacto y lo apreté entre mis manos, dejando salir dos gruesas líneas de sangre-Me quieres para tomar té…me moría por ese momento Louis y tú solo quieres tomar té conmigo-metí la porcelana por dentro de uno de los tirantes del vestido e hice presión para romper la tela-¿Qué me falta Louis? Dímelo tal vez pueda conseguirlo-baje la pieza hasta tomar el largo del vestido y comenzar a rasgarlo-¿Qué me falta? ¿Quieres que sea una puta como esas que se hacen las santas? ¿Quieres que sea virgen? ¿Quieres que deje de ser una piruja? ¡Eh, dímelo de una puta vez! ¿Qué hago?-la tela clara ya se había manchado con el tinte rojo que poco a poco comenzaba a marearme.

Puse la porcelana en la piel de mi brazo izquierdo e hice un gran corte, comiendo todo el dolor, me ardía si pero ni siquiera se comparaba con lo que me había hecho pasar esa noche-¿Te gusto así?-no podía desmayarme justo en ese momento, me volví a secar las lágrimas dejando un rastro de sangre cerca de la nariz que me hizo tambalear hasta chocar con la puerta pero no me detuve, un mechón de cabello se cruzó por mi cabello y erróneamente también lo corte-¿Te gusto ahora? ¿Ahora si me llevarías a la cama o prefieres que haga otra cosa? Solo dime…-solté la porcelana hecha añicos y exprimí la sangre en mis manos para mancharme el rostro, otra oleada de asco me invadió al sentir la textura de la sangre tan cerca del rostro-No me hubiera importado como lo hubieras hecho, me conformaba con que lo hicieras y listo ¿Pero sabes qué? Veo que no soy suficiente ni soy lo que quieres…esto-señale el cabello y la tela manchada para después aventarlo de forma déspota-Quédatelo…es tuyo, te lo regalo…yo no lo quiero-estaba loca, encerrada en mi propio mundo, quería salir de ahí porque las paredes se cernían sobre mí de forma siniestra.

Respire profundamente, manteniendo mi peso sobre mis pies. Me acerque hasta la puerta y la abrí, sentir el frío en las piernas ahora desnudas, ya había soportado cuando era niña el frío una vez más no sería nada…nada me pasaba comparado con lo de ahora. Mis pies se aventuraron por el bosque, con la sangre escurriendo y las lágrimas chorreando sin cesar por mis mejillas.

La cordura me había abandonado. Dios de nuevo se había olvidado de mi justo cuando yo comenzaba a creer en él. Todo el momento me había cegado pero en vez de sentir una mínima de culpa por todas las palabras dichas pude ver de nuevo y con total claridad mi camino, del cual nunca debí apartarme por Louis. Si lloraba era por rabia, por creer que alguien como Louis amaría a una mujer como yo ¿Y que decía mujer? Una niña estúpida, una piruja infantil. El aire cortaba justo en las heridas, me encogía el estómago y me dejaba paralizada los huesos de la columna mientras seguía avanzando como una maniática por el bosque, las lágrimas que limpiaba parecían regresar a su lugar de origen porque no dejaba de chorrear pero mientras avanzaba decidí que esa noche sería la última…no volvería a llorar más por alguien que solo quería que me alejara de mi destino, que lo olvidara para que después se le ocurriera dejarme.

Un gato blanco de gran tamaño incluso para ser un animal adulto se me cruzo, cerrándome el camino, pero no era cualquier gato, ese animal yo lo había visto antes tal vez un poco más pequeño pero si…era el mismo. Rodee lo ojos con desgana mientras me agachaba para tomar el bulto que llevaba en el hocico-¿Tu dueño te mando de nuevo?-tome el saco entro los brazos y después rebasar al animal solo unos cuantos pasos antes de girarme-¿Te mando el cobarde? ¿Tampoco es lo suficientemente hombre para venir y enfrentarme? Te tuvo que mandar a ti ¿Verdad?-mire el saco y después al gato, repetí la misma acción una cuantas veces hasta que de nuevo dos lagrimas se salieron, tome aire tratando de calmarme y no arremeter contra el animal pero lo único que pude conseguir fue aventar el saco hacia la tierra con una fuerza impresionante-Ve, regresa con tu amo…y si eres tan inteligente como para traerme eso regresa y déjame en paz-me di la vuelta pensando que pude tomar el abrigo para no morir pero no, ya me habían humillado demasiado.

-No lo necesito, nunca lo necesite…nunca necesite a nadie para estar en donde estoy-no necesitaba su abrigo, no necesitaba su amor ni su cama ni sus caricias pues habían miles de hombres que se irían a bancarrota solo por mí, él en las dos veces que pudo hacerme suya no lo hizo y yo estaba harta, cansada y herida, dejaría de intentar…si no me quería lo aceptaba y listo. Había miles de mujeres u hombres para él y eso estaba bien para mi ahora que entendía que no había sido capaz de llegar a nada más porque la otra parte no quería.

Mire al gato, bastante bien amaestrado ¡No podía creer las cosas de las que era capaz el infeliz de Louis! Tome de nuevo el saco a regañadientes-¡Te dije que no!-lo volví aventar incluso más lejos de lo que lo había hecho antes. Cerré los ojos llegando a los pasajes de mi memoria que me releían en donde y el lugar por el cual había llegado a esa cabaña que solo me hundió en el sufrimiento de la verdad que Louis se encargó de hacerme creer. El cuerpo respondió solo, dejando al gato blanco atrás comencé a caminar por uno de los senderos más notables de ese bosque frío y oscuro…la civilización no debería estar muy lejos por lo que recordaba si no moriría sin que nadie se enterara. El viento me susurraba en el oído que envolviera mi corazón roto y se lo diera a esa otra persona que me aceptaba y me quería no importaba que, tal vez él podría juntar de nuevo todos los pedazos del corazón roto que Louis acabo por asesinar. Los pasos siguieron hasta que el olor característico a contaminación y otras cosas me familiarizaron con la salida…no me había dado cuenta que tan mal estaba, que tan al borde de mis sentimientos me encontraba, aferrada con uñas y dientes lo de menos era el frio, la sangre seca, los pies descalzos o las lágrimas plasmadas cerca de los ojos, eso no importaba.

¿Cómo fue? No lo sabía, el punto era que había llegado hasta el burdel pero no podía dejar que me vieran de esa forma no, llegaría por otra entrada una que nadie conocía. Ahí podría pensar y re direccionar mi vida. Con trabo se abría la puerta y lastimeramente pude verme en el espejo, mi apariencia era pésima, así me había dejado Louis pero por dentro de seguro me encontraba mucho peor…mire el reflejo de la herida en el brazo y no sentí otras osa más que asco, la locura me llevaba a grados demencia tan extraños que solo el sueño me haría olvidar esa noche. El veneno inyectado había salido de mi cuerpo, no tenía nada que ver con Louis y tampoco quería, lo quería lejos y fuera de mi vida.