AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Dulce soledad. Tenías que amargarla. [Wesh]
2 participantes
Página 1 de 3.
Página 1 de 3. • 1, 2, 3
Dulce soledad. Tenías que amargarla. [Wesh]
La noche se cernía sobre mí mientras caminaba por las calles parisinas. Sabía perfectamente que este no era el lugar en el que debía estar. En estos momentos, mi sitio estaba al lado de algún rico infiel, disfrutando de una noche de placer. Pero ese ambiente recargado del burdel me agobiaba. Mucha gente pegada, cuerpos sudorosos y un ambiente cálido, por llamarlo de alguna manera. Así que, de vez en cuando, decidía hacer alguna escapadita. Las tenía merecidas, ya que mi cuerpo se vendía muy bien. Sentía las miradas de la gente normal. Miradas devoradoras las de los hombres, de odio las de mujeres. No se me daba bien relacionarme con el sexo femenino. Demasiado envidiosas. Además, no les solía gustar que sus hombres se quedaran embobados observando las curvas de mi cuerpo. ¿Qué se le va a hacer? No necesito amigas para sobrevivir. Ni siquiera para vivir. No necesito a nadie.
Mi vestido no era decente. Enseñaba más carne de lo que cualquier mujer con marido deseaba, y se ceñía tanto a mi cuerpo que no dejaba demasiado lugar a la imaginación. Soy prostituta, y orgullosa de ello. Ha sido una elección mía y no me arrepiento. También sé que podría cambiar de vida. Pero... ¿Para qué? Placer y dinero se juntan en esta profesión. Además arruino la reputación de mi padre. ¿Qué más quiero? Sumergida en mis pensamientos, tropecé en un saliente del suelo. No logré recuperar el equilibrio a tiempo ni había por allí ningún héroe que me rescatase cual princesa de cuento. Así que solo quedaba la dura realidad, un brusco golpe contra el suelo.
Me recompuse con rapidez. Ninguna mueca de dolor se adivinaba en mi rostro. ¿Para qué? Probablemente a nadie le interesaría. Tampoco esta era una calle demasiado transitada. Podría volver a levantarme conservando mi dignidad. Y es lo que intenté. Pero al apoyar mi pie derecho, un dolor agudo me recorrió el tobillo. ¡Genial! Volví a perder el equilibrio, y esta vez un pequeño atisbo de dolor cruzó por mi mirada. Así que allí estaba yo, sentada en el suelo y con el tobillo derecho doblado. Me voy superando cada día más. ¿Quién iba a pensar que acabaría tirada por las calles de París como una pordiosera?
Mi vestido no era decente. Enseñaba más carne de lo que cualquier mujer con marido deseaba, y se ceñía tanto a mi cuerpo que no dejaba demasiado lugar a la imaginación. Soy prostituta, y orgullosa de ello. Ha sido una elección mía y no me arrepiento. También sé que podría cambiar de vida. Pero... ¿Para qué? Placer y dinero se juntan en esta profesión. Además arruino la reputación de mi padre. ¿Qué más quiero? Sumergida en mis pensamientos, tropecé en un saliente del suelo. No logré recuperar el equilibrio a tiempo ni había por allí ningún héroe que me rescatase cual princesa de cuento. Así que solo quedaba la dura realidad, un brusco golpe contra el suelo.
Me recompuse con rapidez. Ninguna mueca de dolor se adivinaba en mi rostro. ¿Para qué? Probablemente a nadie le interesaría. Tampoco esta era una calle demasiado transitada. Podría volver a levantarme conservando mi dignidad. Y es lo que intenté. Pero al apoyar mi pie derecho, un dolor agudo me recorrió el tobillo. ¡Genial! Volví a perder el equilibrio, y esta vez un pequeño atisbo de dolor cruzó por mi mirada. Así que allí estaba yo, sentada en el suelo y con el tobillo derecho doblado. Me voy superando cada día más. ¿Quién iba a pensar que acabaría tirada por las calles de París como una pordiosera?
Giulietta Di Noir- Mensajes : 78
Fecha de inscripción : 24/06/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Dulce soledad. Tenías que amargarla. [Wesh]
Llevaba un rato caminando por la misma calle que la cortesana. El tiempo suficiente para observar, divertido, cómo las mujeres abrían la boca escandalizadas a su paso, para después apartar de un tirón a sus maridos embobados. También la réplica cortante de la muchacha, que levantaba la cabeza orgullosa de su porte y de las reacciones que provocaba en la gente; sus miradas de desprecio a las mujeres que la rechazaban. Pobres infelices todas ellas, la muchacha también. Incluso él mismo, que por mucho que quería, no podía evitar que los ojos se le perdieran bajo el ruedo de su descarada falda o sobre su piel de porcelana.
En medio de tanto desdén, vio cómo la joven tropezaba y caía de bruces en los adoquines húmedos. Intentó llegar a ella antes de que se golpeara contra el suelo, pero no llegó a tiempo. Las risas de las mujeres que todavía la observaban con desagrado, levantaron eco entre las paredes de piedra. Ella simuló ignorarlas.
Llegó hasta la muchacha con rapidez y le tendió una mano para ayudarla a levantarse. Hizo como que no veía la mueca de dolor de su rostro, sus rojos labios apretados en una delgada línea.
-Lo siento -se disculpó sin saber muy bien por qué-, vi cómo te caías, pero no tuve tiempo de agararte.
En medio de tanto desdén, vio cómo la joven tropezaba y caía de bruces en los adoquines húmedos. Intentó llegar a ella antes de que se golpeara contra el suelo, pero no llegó a tiempo. Las risas de las mujeres que todavía la observaban con desagrado, levantaron eco entre las paredes de piedra. Ella simuló ignorarlas.
Llegó hasta la muchacha con rapidez y le tendió una mano para ayudarla a levantarse. Hizo como que no veía la mueca de dolor de su rostro, sus rojos labios apretados en una delgada línea.
-Lo siento -se disculpó sin saber muy bien por qué-, vi cómo te caías, pero no tuve tiempo de agararte.
Wesh- Gitano
- Mensajes : 223
Fecha de inscripción : 03/05/2011
Localización : París
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Dulce soledad. Tenías que amargarla. [Wesh]
Parpadeé repetidas veces intentando soportar el dolor de mi tobillo. Las malditas mujeres se lo tomaban como un juego, se reían. Sí, yo también jugaré con sus maridos, pero de forma muy diferente. Sonreí tan solo de imaginar sus caras tras descubrir la infidelidad. La mayoría de ellos lo hacen. ¿Por qué tener a una sola mujer cuando puedes acostarte con muchas otras? Las grandes cuestiones de la vida.
Giré la cabeza distraída cuando noté que una voz masculina se dirigía hacia mí. ¿Lo siento? ¿Aquel tío se estaba disculpando? Fruncí el ceño. En estos momentos no estaba para juegos. Vaya, vaya. Al fin y al cabo sí que había héroe, solo que un poco retrasado. Le dediqué una pícara sonrisa y una intensa mirada, de esas de las que cuesta romper el vínculo. Sin embargo, cuando hablé, mis palabras salían cargadas de veneno.
-Muchas gracias, oh mi caballero andante- fingí, mientras la intensidad de mi mirada se iba transformando en maldad. Rodé los ojos.- No necesito ni que usted ni su séquito cuiden de mí. Puedo hacerlo yo sola.- Ante todo, orgullo. Por supuesto que podía. Él no había estado en los últimos años de mi vida. Había tenido que lamerme las heridas yo solita, sanar lentamente. ¿Para qué lo necesito? Volví a intentar levantarme, esta vez con el pie izquierdo. Con dificultad y apoyándome con la pared, lo conseguí, si bien tambaleándome un poco. Escruté a "mi héroe" durante unos instante. De tez morena y rostro atrayente. Gitano, sin duda alguna.- ¿Ves?- reafirmé con una sonrisita. Yo siempre acabo teniendo la razón.
Giré la cabeza distraída cuando noté que una voz masculina se dirigía hacia mí. ¿Lo siento? ¿Aquel tío se estaba disculpando? Fruncí el ceño. En estos momentos no estaba para juegos. Vaya, vaya. Al fin y al cabo sí que había héroe, solo que un poco retrasado. Le dediqué una pícara sonrisa y una intensa mirada, de esas de las que cuesta romper el vínculo. Sin embargo, cuando hablé, mis palabras salían cargadas de veneno.
-Muchas gracias, oh mi caballero andante- fingí, mientras la intensidad de mi mirada se iba transformando en maldad. Rodé los ojos.- No necesito ni que usted ni su séquito cuiden de mí. Puedo hacerlo yo sola.- Ante todo, orgullo. Por supuesto que podía. Él no había estado en los últimos años de mi vida. Había tenido que lamerme las heridas yo solita, sanar lentamente. ¿Para qué lo necesito? Volví a intentar levantarme, esta vez con el pie izquierdo. Con dificultad y apoyándome con la pared, lo conseguí, si bien tambaleándome un poco. Escruté a "mi héroe" durante unos instante. De tez morena y rostro atrayente. Gitano, sin duda alguna.- ¿Ves?- reafirmé con una sonrisita. Yo siempre acabo teniendo la razón.
Última edición por Giulietta Di Noir el Vie Jul 01, 2011 4:33 am, editado 1 vez
Giulietta Di Noir- Mensajes : 78
Fecha de inscripción : 24/06/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Dulce soledad. Tenías que amargarla. [Wesh]
Dio un paso atrás sin mover un solo músculo de su rostro. A pesar del veneno que destilaban sus palabras, su rostro era igual de hermoso. Un mal asunto. Orgullo. Vanidad. Daba igual como lo llamaran; era pecado mortal en todas sus formas. No se lo reprochaba, él era igual de pecador en ese aspecto. Aunque eso no significaba que pudiera hablarle como si ella fuera la mismísima Josefina Bonaparte, algo que, obviamente, no era.
-Lo veo -asintió también con la cabeza-. Lo que también tengo ganas de ver es si es capaz de dar un par de pasos sin caerte de nuevo
Esta vez sí sonrió. Una media sonrisa que no iluminó sus ojos, pero que fue suficiente para que a ella se le encendieran las mejillas por el reto. Vanidad. Orgullo. No la culparía. No. Pero iba a disfrutar de cada fisura en el pecado. Quizá porque así aliviaría sus propios rasguños.
-Lo veo -asintió también con la cabeza-. Lo que también tengo ganas de ver es si es capaz de dar un par de pasos sin caerte de nuevo
Esta vez sí sonrió. Una media sonrisa que no iluminó sus ojos, pero que fue suficiente para que a ella se le encendieran las mejillas por el reto. Vanidad. Orgullo. No la culparía. No. Pero iba a disfrutar de cada fisura en el pecado. Quizá porque así aliviaría sus propios rasguños.
Wesh- Gitano
- Mensajes : 223
Fecha de inscripción : 03/05/2011
Localización : París
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Dulce soledad. Tenías que amargarla. [Wesh]
Con una mirada iracunda acepté sus palabras. ¿Realmente creía que me iba a rendir tan fácilmente? ¿Que no podría soportar el dolor? La estupidez masculina no tiene límites. La verdad era que con tacones era mucho más difícil. Así que, ¿por qué no? Me descalcé aún apoyada contra la pared. Mis pies tocaron el frío suelo. Menuda noche. Lo bien que estaría yo en el burdel, acostándome con cualquier cerdo. ¡Pero no! Yo tenía que doblarme el tobillo. Esto me fastidiará un par de noches.
Así pues, comencé a caminar. Cuando el peso de mi cuerpo reposó sobre los pies, sentí como mi pierna derecha temblaba. Una única lágrima resbaló por mi rostro, consecuencia del dolor. Pero me la limpié con rapidez, con la esperanza de que el muchacho no hubiese visto ninguna muestra de debilidad en mí. Cosa bastante improbable, pero con suerte... Apoyé primero el izquierdo. Hasta ahí todo bien. El problema radicó en el siguiente paso. Apoyar todo el peso de mi cuerpo sobre el pie derecho no fue buena idea. Aguanté. No perdí el equilibrio, aunque creo que se debió más a la suerte que a mis cualidades físicas. Sin embargo, tuve que volver a apoyarme contra la pared.
-¿Contento?- pregunté con ironía. ¡Qué asco! Pero no, por nada del mundo pienso tragarme mi orgullo. Ni de broma le voy a pedir ayuda después de haberla rechazado. Sería de personas incoherentes, y yo no soy incoherente. Así pues, mordiéndome el labio inferior con demasiada fuerza y expuesta a hacer el ridículo más espantoso, comencé a cojear. Aún me quedaba un largo camino hasta el burdel, pero no tengo la más mínima intención de que sea en brazos del gitano. Los tacones en mi mano se balanceaban al ritmo de mis lentos pasos. Esto no es divertido. Llegaré con los pies destrozados.
Así pues, comencé a caminar. Cuando el peso de mi cuerpo reposó sobre los pies, sentí como mi pierna derecha temblaba. Una única lágrima resbaló por mi rostro, consecuencia del dolor. Pero me la limpié con rapidez, con la esperanza de que el muchacho no hubiese visto ninguna muestra de debilidad en mí. Cosa bastante improbable, pero con suerte... Apoyé primero el izquierdo. Hasta ahí todo bien. El problema radicó en el siguiente paso. Apoyar todo el peso de mi cuerpo sobre el pie derecho no fue buena idea. Aguanté. No perdí el equilibrio, aunque creo que se debió más a la suerte que a mis cualidades físicas. Sin embargo, tuve que volver a apoyarme contra la pared.
-¿Contento?- pregunté con ironía. ¡Qué asco! Pero no, por nada del mundo pienso tragarme mi orgullo. Ni de broma le voy a pedir ayuda después de haberla rechazado. Sería de personas incoherentes, y yo no soy incoherente. Así pues, mordiéndome el labio inferior con demasiada fuerza y expuesta a hacer el ridículo más espantoso, comencé a cojear. Aún me quedaba un largo camino hasta el burdel, pero no tengo la más mínima intención de que sea en brazos del gitano. Los tacones en mi mano se balanceaban al ritmo de mis lentos pasos. Esto no es divertido. Llegaré con los pies destrozados.
Giulietta Di Noir- Mensajes : 78
Fecha de inscripción : 24/06/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Dulce soledad. Tenías que amargarla. [Wesh]
La vio comerse el dolor y tragarse los gemidos de dolor que la torcedura del pie le estaban provocando. Pero caminaba, o hacía algo parecido, apoyada contra la sucia fachada del edificio. Metió las manos en los bolsillos de los pantalones y se quedó a su lado, aún cuando era obvio que deseaba quedarse sola para poder sufrir a gusto. Tonterías femeninas, estaba claro. Hasta un orgulloso como él sabía cuándo tenía que pedir ayuda. También cuándo tenía que prestarla: únicamente cuando se la pedían. Ya había rechazado su mano, no volvería a ofrecérsela.
-Ni estoy contento, ni dejo de estarlo, señora -se encogió de hombros conteniendo una sonrisilla ante la mirada colérica de la cortesana-. No es a mí a quien le duele el pie.
Debería haberse marchado en ese momento, pero después de ver lo poco bien que caía la cortesana en aquel barrio, prefirió no alejarse demasiado. No le extrañaría que en cualquier momento llegara una horda de mujeres iracundas a lanzarle hortalizas podridas y a gritarle "ramera" y cosas peores. O quizá sería algún caballero poco caballeroso el que quisiera aprovecharse de su delicada situación. Aah! Aquellos tiempos no eran tan adelantados como todos se creían, quizá era verdad que tendría que hacerse pasar por un caballero andante... aunque sin séquito. Además, la mujer por ahora le divertía.
-Ni estoy contento, ni dejo de estarlo, señora -se encogió de hombros conteniendo una sonrisilla ante la mirada colérica de la cortesana-. No es a mí a quien le duele el pie.
Debería haberse marchado en ese momento, pero después de ver lo poco bien que caía la cortesana en aquel barrio, prefirió no alejarse demasiado. No le extrañaría que en cualquier momento llegara una horda de mujeres iracundas a lanzarle hortalizas podridas y a gritarle "ramera" y cosas peores. O quizá sería algún caballero poco caballeroso el que quisiera aprovecharse de su delicada situación. Aah! Aquellos tiempos no eran tan adelantados como todos se creían, quizá era verdad que tendría que hacerse pasar por un caballero andante... aunque sin séquito. Además, la mujer por ahora le divertía.
Wesh- Gitano
- Mensajes : 223
Fecha de inscripción : 03/05/2011
Localización : París
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Dulce soledad. Tenías que amargarla. [Wesh]
¿Alguien me puede explicar por qué este hombre sigue aquí? ¿No le he dejado muy claras mis intenciones? Últimamente, los hombres no hacen ni caso a mis palabras. O disfrutan demasiado con mi presencia, cosa que entendería, o me ignoran en sobremanera. Y encima metió las manos en los pantalones, como si todo esto fuese un espectáculo y él el público. Suspiré e intenté tranquilizarme. ¡Qué locura!
-¿Señora? ¡Oh, vamos! En todo caso señorita.- Tan solo tengo diecinueve años, y no me gusta que me tomen por "anciana". Él se encogió de hombros. Tal vez sería mejor que dejara de cohibirle para que se marchara. Magullada, sola y con este vestido me esperaba un futuro muy oscuro por las calles de París. Aunque, muy caballeroso él, decidió quedarse a mi lado. Intenté cojear un poco más. Dolía. Volví a acabar apoyada contra la pared, y esta vez, me dejé resbalar hasta sentarme. Si me iba a caer en breves, mejor ahorrarme el golpe. Sin dedicarle una sola mirada al gitano, cogí mi tobillo derecho entre las manos y lo observé. Estaba un poco hinchado, y más que acabaría si volvía al burdel por mi propio pie. ¿Sería el momento de agachar la cabeza y pedirle perdón al gitano por mi lengua viperina? Odio estas situaciones en las que no puedo hacer las cosas por mí misma.
Clavé mi mirada en el rostro del joven. No tenía malas intenciones, si fuese así, yo ya estaría sin el vestido. Para una persona "decente" que había por aquí, voy y meto la pata. Sin duda, hoy no es mi día. En fin, si soy tan cabezota como para seguir así tal vez muera de hipotermia. Ah, este es el momento perfecto para presentarse, darle a conocer mi apellido.
-Soy Giulietta, Giulietta Di Noir- murmuré mientras le dedicaba una mirada de cordero degoyado.
-¿Señora? ¡Oh, vamos! En todo caso señorita.- Tan solo tengo diecinueve años, y no me gusta que me tomen por "anciana". Él se encogió de hombros. Tal vez sería mejor que dejara de cohibirle para que se marchara. Magullada, sola y con este vestido me esperaba un futuro muy oscuro por las calles de París. Aunque, muy caballeroso él, decidió quedarse a mi lado. Intenté cojear un poco más. Dolía. Volví a acabar apoyada contra la pared, y esta vez, me dejé resbalar hasta sentarme. Si me iba a caer en breves, mejor ahorrarme el golpe. Sin dedicarle una sola mirada al gitano, cogí mi tobillo derecho entre las manos y lo observé. Estaba un poco hinchado, y más que acabaría si volvía al burdel por mi propio pie. ¿Sería el momento de agachar la cabeza y pedirle perdón al gitano por mi lengua viperina? Odio estas situaciones en las que no puedo hacer las cosas por mí misma.
Clavé mi mirada en el rostro del joven. No tenía malas intenciones, si fuese así, yo ya estaría sin el vestido. Para una persona "decente" que había por aquí, voy y meto la pata. Sin duda, hoy no es mi día. En fin, si soy tan cabezota como para seguir así tal vez muera de hipotermia. Ah, este es el momento perfecto para presentarse, darle a conocer mi apellido.
-Soy Giulietta, Giulietta Di Noir- murmuré mientras le dedicaba una mirada de cordero degoyado.
Giulietta Di Noir- Mensajes : 78
Fecha de inscripción : 24/06/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Dulce soledad. Tenías que amargarla. [Wesh]
Se detuvo frente a ella después de dar un par de pasitos y vio cómo se dejaba caer al suelo y examinaba su tobillo. Una vez más, sus predicciones se hacían realidad y ¡oh, sorpresa!, no había tenido que utilizar poderes mágicos, tan solo el sentido común. Contuvo el "ya se lo dije" que tenía en la punta de la lengua. A él nunca le había gustado que se mofaran. Aunque al ver su mirada de cervatilla perdida le entraron ganas. ¿Con quién diablos se creía que estaba hablando? ¿Con alguno de sus inexpertos amantes? ¿Primero le atacaba con su lengua y ahora se hacía la niña buena? Debería dejarla allí con sus problemas y su tobillo hinchado. Pero por alguna extraña razón, le caía bien.
-Wesh -dijio como única presentación, acuclillándose ante ella.
Tomó su pie sin mucha delicadeza y lo examinó con cuidado. No era una gran torcedura, en un par de días podría andar como si nada. Aunque ahora le molestara como el demonio.
Ignoró deliberadamente la forma en la que dijo su apellido. Conocía a los Di Noir. Todo el mundo había oído hablar de la noche en que la mujer de Di Noir murió y su hija se fugó al primer burdel que encontró. El escándalo estaba servido. Nunca le había gustado lo poco que había oído del hombre, así que no sintió lástima alguna. ¿Así que era ella la hija? Si es que solo él podía tener tan mala suerte.
Soltó su pie con la misma rudeza con la que lo había tomado y apoyó los antebrazos en las rodillas. Clavó los ojos en sus iris azules, tan fríos como el hielo y no sintió la empatía que le habría golpeado con cualquier otra mujer. Aunque le caía bien, sin duda se merecía lo que le sucediera.
-Presiento que le va a doler bastante hasta que llegue al burdel, señorita -enfatizó la última palabra-. La próxima vez que ande con esos tacones, tenga más cuidado.
Imaginó que el consejo no era lo que buscaba con esa mirada de cierva, pero no le vendría mal sentirse un poco desamparada
-Wesh -dijio como única presentación, acuclillándose ante ella.
Tomó su pie sin mucha delicadeza y lo examinó con cuidado. No era una gran torcedura, en un par de días podría andar como si nada. Aunque ahora le molestara como el demonio.
Ignoró deliberadamente la forma en la que dijo su apellido. Conocía a los Di Noir. Todo el mundo había oído hablar de la noche en que la mujer de Di Noir murió y su hija se fugó al primer burdel que encontró. El escándalo estaba servido. Nunca le había gustado lo poco que había oído del hombre, así que no sintió lástima alguna. ¿Así que era ella la hija? Si es que solo él podía tener tan mala suerte.
Soltó su pie con la misma rudeza con la que lo había tomado y apoyó los antebrazos en las rodillas. Clavó los ojos en sus iris azules, tan fríos como el hielo y no sintió la empatía que le habría golpeado con cualquier otra mujer. Aunque le caía bien, sin duda se merecía lo que le sucediera.
-Presiento que le va a doler bastante hasta que llegue al burdel, señorita -enfatizó la última palabra-. La próxima vez que ande con esos tacones, tenga más cuidado.
Imaginó que el consejo no era lo que buscaba con esa mirada de cierva, pero no le vendría mal sentirse un poco desamparada
Wesh- Gitano
- Mensajes : 223
Fecha de inscripción : 03/05/2011
Localización : París
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Dulce soledad. Tenías que amargarla. [Wesh]
Wesh. Me sonaba. Alguna vez había oído hablar de él. Pero no le di demasiada importancia. ¿Para qué? Se acuclilló ante mí, con intención de examinarme el pie. Vaya, el señorito ahora se creía médico. La poca delicadeza con la que me agarró me hizo soltar un gemido. Fue un grave error, pero ya no podía remendarlo. Así que esperé a escuchar su veredicto. Se tomó su tiempo. Por un momento, pareció que no pensaba en mi tobillo. En fin, serían imaginaciones mías. Volvió a soltar mi pie con dureza, pero esta vez no se me escapó nada.
Se acomodó ante mí y clavó sus oscuros ojos en los míos. Parecía estar buscando algo en ellos. Demasiado tarde para encontrar algo que no esté congelado. ¿Algún rastro de sentimientos? Imposible, tan solo frialdad y arrogancia, lo que erigía mi vida. Me dejé observar como si fuera una muñequita. Escuché sus palabras. Respiré hondo. ¿Así que era eso? ¿Ese era mi caballero andante? Durante unos instantes, mi mirada demostró decepción. Pero fue durante tan poco tiempo que solo podrías haber creerla visto. Pronto volvió la frialdad, más fuerte que antes. Observé al muchacho con indiferencia mientras hacía un gran esfuerzo por ponerme en pie. Dolió, como las anteriores veces, pero la determinación en salir de allí era demasiado fuerte. Caminé descalza hasta alejarme unos cuantos metros de él, y entonces me volví. Con fiereza, lancé uno de los maltratados tacones hacia el gitano. Para ser más exactos, a su cabeza.
Sin siquiera fijarme en si había dado en el blanco, me giré y seguí caminando. A cada paso, el dolor me sorprendía de nuevo y me encogía el estómago, pero seguí adelante como debería haber hecho antes. Esperaría hasta llegar a una calle más transitada, y allí buscaría al hombre de apariencia más decente. A no ser que te fijes en el pequeño detalle de que no llevo zapatos, tenía el mismo aspecto de siempre.
Se acomodó ante mí y clavó sus oscuros ojos en los míos. Parecía estar buscando algo en ellos. Demasiado tarde para encontrar algo que no esté congelado. ¿Algún rastro de sentimientos? Imposible, tan solo frialdad y arrogancia, lo que erigía mi vida. Me dejé observar como si fuera una muñequita. Escuché sus palabras. Respiré hondo. ¿Así que era eso? ¿Ese era mi caballero andante? Durante unos instantes, mi mirada demostró decepción. Pero fue durante tan poco tiempo que solo podrías haber creerla visto. Pronto volvió la frialdad, más fuerte que antes. Observé al muchacho con indiferencia mientras hacía un gran esfuerzo por ponerme en pie. Dolió, como las anteriores veces, pero la determinación en salir de allí era demasiado fuerte. Caminé descalza hasta alejarme unos cuantos metros de él, y entonces me volví. Con fiereza, lancé uno de los maltratados tacones hacia el gitano. Para ser más exactos, a su cabeza.
Sin siquiera fijarme en si había dado en el blanco, me giré y seguí caminando. A cada paso, el dolor me sorprendía de nuevo y me encogía el estómago, pero seguí adelante como debería haber hecho antes. Esperaría hasta llegar a una calle más transitada, y allí buscaría al hombre de apariencia más decente. A no ser que te fijes en el pequeño detalle de que no llevo zapatos, tenía el mismo aspecto de siempre.
Giulietta Di Noir- Mensajes : 78
Fecha de inscripción : 24/06/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Dulce soledad. Tenías que amargarla. [Wesh]
Se levantó a la vez que ella, sin perder un solo detalle de todas las emociones que pasaban por esos ojos fríos, tanto que casi parecían vacíos. Pero no lo estaban. ¡Por Dios, que no lo estaban! Primero decepción, que apenas tardó un segundo en cubrir con esa máscara de arrogancia. Después determinación, la de seguir andando a pesar de los dolores que el pie la provocaba. Caminaba recta a pesar de la cogera y de que iba descalza por los adoquines manchados. No la siguió al principio, quería ver qué haría. No se esperaba el pequeño zapato de tacón que le lanzó a la cabeza, por lo que casi consiguió estampárselo. Y fue entonces cuando no pudo reprimir ni un solo instante más las carcajadas.
Toda la dignidad de la mujer se había ido al diablo con ese gesto tan lleno de emociones. Frustración. Desesperación. Ira. Las mejillas sonrosadas por el dolor y por la furia se le antojaron hermosas, a saber por qué. Tardó un instante en recuperarse de la hilaridad que le había provocado ese lanzamiento de zapato, y cuando lo hizo caminó tras ella sin deshacerse del todo de la risa.
-Eso no ha sido muy propio de una dama, señorita Di Noir -se burló sin un ápice de misericordia-. Además acaba de malograr un par de zapatos. Muy bonitos, por cierto
´
Pronto se puso a su altura y adaptó sus zancadas a los pasitos cortos de ella. La estudió detenidamente y sin ningún pudor. Para eso enseñaba ella todas sus curvas, ¿no? No podía quejarse, eso estaba claro. La mujer tenía unas curvas espléndidas, capaces de volver loco a cualquier hombre. Una suerte que él no fuera cualquier hombre... Y suerte también qeu había muchas mujeres en París donde poder elegir.
Toda la dignidad de la mujer se había ido al diablo con ese gesto tan lleno de emociones. Frustración. Desesperación. Ira. Las mejillas sonrosadas por el dolor y por la furia se le antojaron hermosas, a saber por qué. Tardó un instante en recuperarse de la hilaridad que le había provocado ese lanzamiento de zapato, y cuando lo hizo caminó tras ella sin deshacerse del todo de la risa.
-Eso no ha sido muy propio de una dama, señorita Di Noir -se burló sin un ápice de misericordia-. Además acaba de malograr un par de zapatos. Muy bonitos, por cierto
´
Pronto se puso a su altura y adaptó sus zancadas a los pasitos cortos de ella. La estudió detenidamente y sin ningún pudor. Para eso enseñaba ella todas sus curvas, ¿no? No podía quejarse, eso estaba claro. La mujer tenía unas curvas espléndidas, capaces de volver loco a cualquier hombre. Una suerte que él no fuera cualquier hombre... Y suerte también qeu había muchas mujeres en París donde poder elegir.
Wesh- Gitano
- Mensajes : 223
Fecha de inscripción : 03/05/2011
Localización : París
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Dulce soledad. Tenías que amargarla. [Wesh]
Tras mis pasos, escuché una carcajada. ¿Se estaba riendo de mí? ¿De verdad? Me dieron ganas de lanzarle el otro tacón, pero al parecer mi puntería no había sido la suficiente. Realmente me hubiese encantado que el zapato se hubiese estampado contra su rostro. También creía escuchar el sonido de pasos. Ahora me sigue. ¡Increíble! ¿Este hombre no sabe lo que es que una mujer lo rechace? Porque lanzarle un zapato no es precisamente una indirecta.
El gitano parloteó alegremente, como quien charla con un amigo. Me abstuve de escuchar, aunque si entendí un par de palabras. Señorita Di Noir. Recordaba mi apellido. Una sonrisa torcida se me dibujó en el rostro. También oí algo sobre mis zapatos. Me sobran zapatos. Podría comprarme muchos como estos. No es que me falte el dinero, precisamente.
-¿Quiere algo?-le pregunté con frialdad- Porque parece usted un perro faldero. ¿No tiene a otra puta a la que acosar?- Y dicho ésto, intenté aligerar el paso. Cosa bastante difícil en mi situación y que lo único que consiguió fue causarme más dolor. Noté la mirada escrutadora del hombre, estudiando cada curva de mi cuerpo. Realmente, eso era algo que me resbalaba. Estaba tan acostumbrada a ser el centro de atención que incluso me hubiera ofendido si en algún momento de la noche Wesh no me mirase como me estaba mirando.
A base de mucho dolor conseguí llegar a una calle más transitada. Enseguida, paré a un de los viandantes con un educado “Perdone”. El hombre me observó de arriba a abajo, y yo aguanté la inspección sin quejarme.
-¿Por qué no tiene usted zapatos, bella dama?- preguntó con curiosidad.
-Mis zapatos han sufrido un pequeño contratiempo. ¿Podría usted...?- sin embargo, cuando estaba a punto de pedirle que me sacara de allí, el hombre clavó su mirada en Wesh.
-Un placer conocerla.- dijo después, y, con ligereza, se marchó.
¡Me lo ha aullentado! Arggh.
El gitano parloteó alegremente, como quien charla con un amigo. Me abstuve de escuchar, aunque si entendí un par de palabras. Señorita Di Noir. Recordaba mi apellido. Una sonrisa torcida se me dibujó en el rostro. También oí algo sobre mis zapatos. Me sobran zapatos. Podría comprarme muchos como estos. No es que me falte el dinero, precisamente.
-¿Quiere algo?-le pregunté con frialdad- Porque parece usted un perro faldero. ¿No tiene a otra puta a la que acosar?- Y dicho ésto, intenté aligerar el paso. Cosa bastante difícil en mi situación y que lo único que consiguió fue causarme más dolor. Noté la mirada escrutadora del hombre, estudiando cada curva de mi cuerpo. Realmente, eso era algo que me resbalaba. Estaba tan acostumbrada a ser el centro de atención que incluso me hubiera ofendido si en algún momento de la noche Wesh no me mirase como me estaba mirando.
A base de mucho dolor conseguí llegar a una calle más transitada. Enseguida, paré a un de los viandantes con un educado “Perdone”. El hombre me observó de arriba a abajo, y yo aguanté la inspección sin quejarme.
-¿Por qué no tiene usted zapatos, bella dama?- preguntó con curiosidad.
-Mis zapatos han sufrido un pequeño contratiempo. ¿Podría usted...?- sin embargo, cuando estaba a punto de pedirle que me sacara de allí, el hombre clavó su mirada en Wesh.
-Un placer conocerla.- dijo después, y, con ligereza, se marchó.
¡Me lo ha aullentado! Arggh.
Giulietta Di Noir- Mensajes : 78
Fecha de inscripción : 24/06/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Dulce soledad. Tenías que amargarla. [Wesh]
Habría sido difícil que ningún hombre se detuviera a amparar a la cortesana de alcurnia. El caso era que por alguna extraña razón todos se la comieron con los ojos pero solo uno se detuvo con intención de ayudarla... Hasta que le vio a él a su lado no dudó en despedirse de forma apresurada. ¡Ah! Así que él era la extraña razón. Cuando ella se volvió como un resorte y le atravesó con sus hermosos ojos helados soltó una nueva carcajada. Acabó fingiendo un ataque de tos en deferencia a su delicado estado. O quizá porque parecía estar dispuesta a clavarle el tacón que le quedaba en cualquier parte dolorosa de su anatomía.
- Hay que ver lo galantes que son los hombres de París -comentó mientras observaba los pasos apresurados del hombre-. Se deshacen en atenciones con las doncellas en apuros
Sus mejillas de porcelana se colorearon aún más ante la ironía de sus palabras.
- ¡Oh! Disculpa lo de doncella. No pretendía insultar. -la expresión de arrepentimiento en su rostro era fingida, igual que el tono de sus palabras, por supuesto-. Quería decir "putas en apuros". Creo que ese término te gusta más.
- Hay que ver lo galantes que son los hombres de París -comentó mientras observaba los pasos apresurados del hombre-. Se deshacen en atenciones con las doncellas en apuros
Sus mejillas de porcelana se colorearon aún más ante la ironía de sus palabras.
- ¡Oh! Disculpa lo de doncella. No pretendía insultar. -la expresión de arrepentimiento en su rostro era fingida, igual que el tono de sus palabras, por supuesto-. Quería decir "putas en apuros". Creo que ese término te gusta más.
Wesh- Gitano
- Mensajes : 223
Fecha de inscripción : 03/05/2011
Localización : París
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Dulce soledad. Tenías que amargarla. [Wesh]
La ira se me iba subiendo poco a poco a la cabeza. ¡Malnacido bastardo! Me giré con violencia en busca de su mirada, transmitiendo de todo menos amabilidad. Pero volvió a reírse. Como si la situación le causase muchísima gracia. ¿Dónde la ve? Porque creo que yo ahora mismo podría estallar. Debido al ataque de risa acabó tosiendo. A ver si había suerte y se había atragantado con algo.
-Muérete, por favor- comenté con un poco de ira contenida. Solo un poco. La pierna buena se me estaba cansando de apoyar todo el peso de mi cuerpo sobre ella. No, si al final me jodería las dos. Asqueroso gitano. Rodé los ojos mientras me volvía a girar, buscando a otro hombre que quisiese acercarse a nosotros. En mi cara se dibujó una sonrisita cuando rectificó, pese anteriormente haberme sonrojado. Puta, eso es lo que soy. Y sí, me gusta que lo llamen por su nombre.
-Las cosas se llaman por su nombre- añadí, distraída, buscando alguien que me pudiese ayudar. Esta vez vi a una mujer. No me llevaba demasiado bien con ellas, pero al menos no me intentaría violar. Apoyé el pie malo con fuerza, lo que hizo que las lágrimas brotaran de mis ojos rápidamente. Llegué cojeando hasta ella. La verdad es que esa no era la mejor impresión del mundo y la mujer se asustó. Empezaba con mal pie.
-Perdone usted- murmuré con voz temblorosa- pero ya no sé que hacer. Aquel hombre- señalé al gitano con el dedo mientras me esforzaba por seguir llorando.- intenta aprovecharse de mí. Ayúdeme, por favor, me a pegado- terminé la frase y le indiqué con la mano mi pie torcido e hinchado, esperando la reacción de la mujer.
-Muérete, por favor- comenté con un poco de ira contenida. Solo un poco. La pierna buena se me estaba cansando de apoyar todo el peso de mi cuerpo sobre ella. No, si al final me jodería las dos. Asqueroso gitano. Rodé los ojos mientras me volvía a girar, buscando a otro hombre que quisiese acercarse a nosotros. En mi cara se dibujó una sonrisita cuando rectificó, pese anteriormente haberme sonrojado. Puta, eso es lo que soy. Y sí, me gusta que lo llamen por su nombre.
-Las cosas se llaman por su nombre- añadí, distraída, buscando alguien que me pudiese ayudar. Esta vez vi a una mujer. No me llevaba demasiado bien con ellas, pero al menos no me intentaría violar. Apoyé el pie malo con fuerza, lo que hizo que las lágrimas brotaran de mis ojos rápidamente. Llegué cojeando hasta ella. La verdad es que esa no era la mejor impresión del mundo y la mujer se asustó. Empezaba con mal pie.
-Perdone usted- murmuré con voz temblorosa- pero ya no sé que hacer. Aquel hombre- señalé al gitano con el dedo mientras me esforzaba por seguir llorando.- intenta aprovecharse de mí. Ayúdeme, por favor, me a pegado- terminé la frase y le indiqué con la mano mi pie torcido e hinchado, esperando la reacción de la mujer.
Giulietta Di Noir- Mensajes : 78
Fecha de inscripción : 24/06/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Dulce soledad. Tenías que amargarla. [Wesh]
Aquello ya no le hizo tanta gracia. La mujer le miró como si fuera el diablo reencarnado en gitano y por un instante pareció tentada de gritar en ayuda de la cortesana. Luego la miró mejor, percatándose de sus ropas indecentes. Después lo miró a él mejor, centrándose en su altura y en el tamaño de sus manos. No hizo absolutamente nada. Ni siquiera salir corriendo. Wesh aprovechó ese momento para dejar las cosas claras
- Lo de puta podía perdonártelo, encanto -se acercó a ella despacio, paso a paso, sabiendo que su tobillo no la dejaría ir muy lejos. La muy tonta ni siquiera se movió. La mujer fue más lista y se fue alejando a medida que él avanzaba-. Pero no soporto a las perras mentirosas. Casi estoy tentado de golpearte, solo para hacer qeu me caigas bien de nuevo
La agarró de un brazo sin un ápice de la poca delicadeza mostrada anteriormente. Miró a la mujer que de nuevo se había quedado como una estatua.
- Haría bien en irse, señora. Si se suelta y la muerde podría pegarle la rabia -la recatada señora abrió los ojos como platos sin saber si creerle o no. Wesh sacudió la cabeza con resignación-. No se preocupe. La devolveré a la perrera de donde se ha escapado
- Lo de puta podía perdonártelo, encanto -se acercó a ella despacio, paso a paso, sabiendo que su tobillo no la dejaría ir muy lejos. La muy tonta ni siquiera se movió. La mujer fue más lista y se fue alejando a medida que él avanzaba-. Pero no soporto a las perras mentirosas. Casi estoy tentado de golpearte, solo para hacer qeu me caigas bien de nuevo
La agarró de un brazo sin un ápice de la poca delicadeza mostrada anteriormente. Miró a la mujer que de nuevo se había quedado como una estatua.
- Haría bien en irse, señora. Si se suelta y la muerde podría pegarle la rabia -la recatada señora abrió los ojos como platos sin saber si creerle o no. Wesh sacudió la cabeza con resignación-. No se preocupe. La devolveré a la perrera de donde se ha escapado
Wesh- Gitano
- Mensajes : 223
Fecha de inscripción : 03/05/2011
Localización : París
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Dulce soledad. Tenías que amargarla. [Wesh]
La mujer me creyó al principio. Sí, la vida te enseña muchas cosas, a actuar también. En su cara se dibujaba el horror mientras miraba al hombre. Sin embargo, fue inteligente y volvió a mirarme. Por supuesto, soy puta, y se nota. Su mirada volvió al gitano, como dándose cuenta del problema en el que se estaba metiendo. No se movió ni un ápice. Parecía en estado de shock. Pero a mí la mujer ya me daba igual. Al parecer, había traspasado la línea que hace cabrear a un hombre. ¡Por fin se lo tomaba en serio y no como un juego!
Me giré hacia él, arrogante. Si hubiese sido un gato, le hubiese mostrado los colmillos y el pelo se me hubiese erizado. La verdad es que ahora me daba un poco de miedo. Pero siendo yo solo podía esperarlo altiva y con una frialdad acongojante en la mirada. La cosa estaba poniéndose fea. Ya no quedaba nada en mí de la mujer llorona y fingida que había sido hacía unos segundos. Sabía perfectamente que era algo que me había buscado, pero me estaba entrando terror. Terror psicológico. Si llegaba a ponerme una mano encima mi mundo volvería a derrumbarse otra vez, todo lo que había luchado por borrar los recuerdos no habría servido para nada. Así que temblé como un cervatillo asustado cuando me agarró con tanta rudeza.
Con suerte, mantuve la calma. Él seguía hablando con ese tono de amenaza, y la mujer, de piedra, no podría más que hacerle caso. Se alejó lentamente, dándose la vuelta para no tener que volver a observar la escena. Así que de nuevo quedábamos él y yo, esta vez en una situación mucho más diferente a la anterior.
-No tendrás el valor de pegarme- no era un reto ni ningún tipo de burla. Tan solo una afirmación que yo esperaba con ansia que se convirtiera en realidad.
Me giré hacia él, arrogante. Si hubiese sido un gato, le hubiese mostrado los colmillos y el pelo se me hubiese erizado. La verdad es que ahora me daba un poco de miedo. Pero siendo yo solo podía esperarlo altiva y con una frialdad acongojante en la mirada. La cosa estaba poniéndose fea. Ya no quedaba nada en mí de la mujer llorona y fingida que había sido hacía unos segundos. Sabía perfectamente que era algo que me había buscado, pero me estaba entrando terror. Terror psicológico. Si llegaba a ponerme una mano encima mi mundo volvería a derrumbarse otra vez, todo lo que había luchado por borrar los recuerdos no habría servido para nada. Así que temblé como un cervatillo asustado cuando me agarró con tanta rudeza.
Con suerte, mantuve la calma. Él seguía hablando con ese tono de amenaza, y la mujer, de piedra, no podría más que hacerle caso. Se alejó lentamente, dándose la vuelta para no tener que volver a observar la escena. Así que de nuevo quedábamos él y yo, esta vez en una situación mucho más diferente a la anterior.
-No tendrás el valor de pegarme- no era un reto ni ningún tipo de burla. Tan solo una afirmación que yo esperaba con ansia que se convirtiera en realidad.
Giulietta Di Noir- Mensajes : 78
Fecha de inscripción : 24/06/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Dulce soledad. Tenías que amargarla. [Wesh]
Volvió a dar una sacudida a su brazo, solo por el miedo que encerraban sus ojos, su tono y sus palabras. ¡Oh, sí! Había sentido el temblor de su cuerpo cuando el terror la invadió por completo, justo cuando su temperamento se había mostrado más amenazante y menos juguetón. A otro hombre le habría gustado tal sensación de poder. A él le asqueaba.
- Tengo el valor suficiente para hacer muchas cosas de las que me arrepiento más tarde, señorita Di Noir -contesté casi sobre sus labios-. Por suerte para usted, soy más hombre de lo que se imagina, lo justo como para no tener necesidad de levantar nunca la mano a una mujer -repasé su esbelta figura con una mirada de desdén-. Aunque esta se lo merezca.
Dicho eso, se agachó sin soltar el brazo dela cortesana, apoyó el hombro en su estómago y se la echó a la espalda como si fuera un saco de patatas o quizá un fardo de la curtiduría. Por la mueca feroz que tenía en el rostro, casi parecía esto último.
- Ahora dígame donde está su maldito burdel antes de que me arrepienta -ordenó inflexible.
- Tengo el valor suficiente para hacer muchas cosas de las que me arrepiento más tarde, señorita Di Noir -contesté casi sobre sus labios-. Por suerte para usted, soy más hombre de lo que se imagina, lo justo como para no tener necesidad de levantar nunca la mano a una mujer -repasé su esbelta figura con una mirada de desdén-. Aunque esta se lo merezca.
Dicho eso, se agachó sin soltar el brazo dela cortesana, apoyó el hombro en su estómago y se la echó a la espalda como si fuera un saco de patatas o quizá un fardo de la curtiduría. Por la mueca feroz que tenía en el rostro, casi parecía esto último.
- Ahora dígame donde está su maldito burdel antes de que me arrepienta -ordenó inflexible.
Wesh- Gitano
- Mensajes : 223
Fecha de inscripción : 03/05/2011
Localización : París
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Dulce soledad. Tenías que amargarla. [Wesh]
Volvió a sacudirme. Con ojos vidriosos observé su comportamiento. Estaba enfadado, pero no había perdido los nervios. Menos mal. Así que yo tenía razón, no acabaría más mal de lo que ya estaba. Y poco a poco, la arrogancia fue volviendo. Si es que no tengo arreglo.
Él se acercó a mí mientras hablaba. Bonito discurso. ¡Qué pena que me entre por un oído y me salga por el otro! Tampoco es que su cercanía me afectase mucho. ¿Qué se le va a hacer? Demasiadas experiencias. Levanté la barbilla mientras él me observaba. Tal vez me odiase. A lo mejor así me dejaba tranquila con mi dolor de tobillo.
Debo confesar que me sorprendió un tanto cuando se agachó y no pude evitar enarcar las cejas. Solté un gritito cuando me cogió como un saco de patatas. Vaya, vaya. Así que finalmente me había salido con la mía. Estuve a punto de regodearme, pero ya había tenido demasiada suerte.
-Es el burdel más conocido de París. Vamos, no me digas que nunca has ido- Mis palabras sonaban divertidas. Por si acaso me encontraba encima de un hombre sin sangre en las venas, le señalé el camino que debía seguir. Me esperaba un camino entretenido, en un posición muuuy incómoda.
Él se acercó a mí mientras hablaba. Bonito discurso. ¡Qué pena que me entre por un oído y me salga por el otro! Tampoco es que su cercanía me afectase mucho. ¿Qué se le va a hacer? Demasiadas experiencias. Levanté la barbilla mientras él me observaba. Tal vez me odiase. A lo mejor así me dejaba tranquila con mi dolor de tobillo.
Debo confesar que me sorprendió un tanto cuando se agachó y no pude evitar enarcar las cejas. Solté un gritito cuando me cogió como un saco de patatas. Vaya, vaya. Así que finalmente me había salido con la mía. Estuve a punto de regodearme, pero ya había tenido demasiada suerte.
-Es el burdel más conocido de París. Vamos, no me digas que nunca has ido- Mis palabras sonaban divertidas. Por si acaso me encontraba encima de un hombre sin sangre en las venas, le señalé el camino que debía seguir. Me esperaba un camino entretenido, en un posición muuuy incómoda.
Giulietta Di Noir- Mensajes : 78
Fecha de inscripción : 24/06/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Dulce soledad. Tenías que amargarla. [Wesh]
Lo que más le molestaba de todo aquello era que la mujer encima parecía de lo más satisfecha. No entendía porqué tanto interés en sacar de quicio a un hombre, si luego se encogía como un ratón asustado. Y en lugar de estar aliviada, volvía a comportarse como una arpía.
- Soy generoso con las mujeres, pero nunca pago por ellas
Aunque pensó que esa afirmación no era del todo cierta. Había muchas formas de pagar por una mujer y el dinero no era la peor de ellas. Wesh había pagado con creces, en carne y sangre. Quizá por eso nunca volvió a hacerlo de ninguna de las maneras. De todas formas, para hacerle tragar su comentario, alzó el hombro haciéndola botar sobre él y así poder clavarla la articulación en el estómago. Su gemido hizo que una pequeña sonrisa surgiera de nuevo.
- Y no me gustan los burdeles. La vida ya es demasiado sórdida para andar metido en ellos.
De todas formas, él conocía cada rincón de París, no le sería difícil dar con el lugar en cuestión. Y, aunque podría haber tomado un carruaje, decidió llevarla a cuestas por las calles más transitadas de la ciudad. Giulietta no pesaba tanto como para cansarle, pero para ella no sería nada cómodo.
- Soy generoso con las mujeres, pero nunca pago por ellas
Aunque pensó que esa afirmación no era del todo cierta. Había muchas formas de pagar por una mujer y el dinero no era la peor de ellas. Wesh había pagado con creces, en carne y sangre. Quizá por eso nunca volvió a hacerlo de ninguna de las maneras. De todas formas, para hacerle tragar su comentario, alzó el hombro haciéndola botar sobre él y así poder clavarla la articulación en el estómago. Su gemido hizo que una pequeña sonrisa surgiera de nuevo.
- Y no me gustan los burdeles. La vida ya es demasiado sórdida para andar metido en ellos.
De todas formas, él conocía cada rincón de París, no le sería difícil dar con el lugar en cuestión. Y, aunque podría haber tomado un carruaje, decidió llevarla a cuestas por las calles más transitadas de la ciudad. Giulietta no pesaba tanto como para cansarle, pero para ella no sería nada cómodo.
Wesh- Gitano
- Mensajes : 223
Fecha de inscripción : 03/05/2011
Localización : París
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Dulce soledad. Tenías que amargarla. [Wesh]
Seguro que era mentira. A los hombres les costaba demasiado admitir que pagaban por señoras de compañía. Inmersa en mis pensamientos, el pequeño bote me pilló completamente desprevenida. ¡Arggh! Se lo estoy guardando. Todo. Cuando tengo la oportunidad se lo devolveré, uno a uno. Intenté ahogar el gemido pero se me escapó. Esto es maltrato, a los encargados del burdel no les hará gracia. Que las chicas tengan heridas o hematomas no vende. Pero en fin, tampoco es algo que me preocupe demasiado, yo me vendo aunque venga con una bomba.
-Pues usted se lo pierde- me encogí de hombros (como pude) con inocencia.- Oiga, me hace daño, ¿sabe? Como me deje alguna marca será usted el que después se la verá con mis jefes.- La verdad es que con cada minuto que pasaba estaba más incómoda. Y además, el pelo se me había despeinado. En esta posición pierdo todo el... ¿glamour? que tengo. Pero en fin, tengo la sensación de que si sigo abriendo la boca para quejarme el gitano este me dejará en un vertedero.
Me costaba mirar hacia arriba, pero podía ver como la gente se paraba para observar. Menuda escenita. Aunque es algo a lo que estoy acostumbrada. Las situaciones que vivo no son normales. Mi vida es todo lo contrario a normal. No sé como lo hago pero siempre acabo armándola. Hasta ahora pensaba que era el resto del mundo, pero... No, decididamente esto no era algo para pensarlo ahora.
-Pues usted se lo pierde- me encogí de hombros (como pude) con inocencia.- Oiga, me hace daño, ¿sabe? Como me deje alguna marca será usted el que después se la verá con mis jefes.- La verdad es que con cada minuto que pasaba estaba más incómoda. Y además, el pelo se me había despeinado. En esta posición pierdo todo el... ¿glamour? que tengo. Pero en fin, tengo la sensación de que si sigo abriendo la boca para quejarme el gitano este me dejará en un vertedero.
Me costaba mirar hacia arriba, pero podía ver como la gente se paraba para observar. Menuda escenita. Aunque es algo a lo que estoy acostumbrada. Las situaciones que vivo no son normales. Mi vida es todo lo contrario a normal. No sé como lo hago pero siempre acabo armándola. Hasta ahora pensaba que era el resto del mundo, pero... No, decididamente esto no era algo para pensarlo ahora.
Giulietta Di Noir- Mensajes : 78
Fecha de inscripción : 24/06/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Dulce soledad. Tenías que amargarla. [Wesh]
Con sus jefes... Como si no tuviera ya suficientes problemas. Aunque bien valdría la pena si conseguía darle una lección a la arpía rubia que llevaba a cuestas.
-Hablas de tus jefes como si tuviera que preocuparme lo más mínimo. ¿O quizá eres tú la que se preocupa, cherie? -comentó con sorna, lanzando una mirada envenenada al trasero sobre su hombro. Un trasero que las faldas remarcaban con total claridad como si fueran una segunda piel.
Continuó andando por la calle adoquinada, haciendo caso omiso a las miradas y las bocas abiertas de la gente con la que se cruzaba. Pero nadie intervino en ayuda de la "dama". Sus ropas la marcaba claramente como a una prostituta y, aunque hacía tiempo que él había aprendido a pasar por parisino a pesar de sus rasgos, su envergadura no invitaba a ninguna interferencia por parte de nadie.
-¿No contestas, encanto? ¿Te ha comido la lengua el gato? -mira por donde, lo dudaba.
-Hablas de tus jefes como si tuviera que preocuparme lo más mínimo. ¿O quizá eres tú la que se preocupa, cherie? -comentó con sorna, lanzando una mirada envenenada al trasero sobre su hombro. Un trasero que las faldas remarcaban con total claridad como si fueran una segunda piel.
Continuó andando por la calle adoquinada, haciendo caso omiso a las miradas y las bocas abiertas de la gente con la que se cruzaba. Pero nadie intervino en ayuda de la "dama". Sus ropas la marcaba claramente como a una prostituta y, aunque hacía tiempo que él había aprendido a pasar por parisino a pesar de sus rasgos, su envergadura no invitaba a ninguna interferencia por parte de nadie.
-¿No contestas, encanto? ¿Te ha comido la lengua el gato? -mira por donde, lo dudaba.
Wesh- Gitano
- Mensajes : 223
Fecha de inscripción : 03/05/2011
Localización : París
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Página 1 de 3. • 1, 2, 3
Temas similares
» Dejemos de jugar al escondite, he ganado. [Wesh]
» Ficha de Wesh
» Relaciones de Wesh
» No contaba con esto [Wesh]
» Visita inesperada [Wesh]
» Ficha de Wesh
» Relaciones de Wesh
» No contaba con esto [Wesh]
» Visita inesperada [Wesh]
Página 1 de 3.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour