Entre los pensamientos muertos de mi alma...

Recuerdo del primer mensaje :

No habia mucho para andar haciendo conmigo misma. Esa era la pura verdad. No tenia nada que hacer más que quedarme sentada en una taberna cualquiera y simplemente beber un poco de vino con algo de sangre; si, sangre. Soborne al tabernero como siempre para que le ponga un poco para mi. Asi es, soy una de sus mejores clientas nada más que por eso: un simple soborno de varios francos y el tabernero se inca a mis pies.

Suspire. Pensamientos viejos rondaban mi cabeza...Historias de muertes, de tristeza, de perdidas...de dolor...De mi familia, de mi esposo, de mi novia, cuya muerte me es dudosa en varios sentidos...Que paso con ella en realidad? Ese ataque fue un accidente o un plan...? Y de ser asi, porque lo haria? A mi lado tenia todo lo que pudiera pedir: dinero, amor, comprension, compañia... No lo entiendo...

Tome un sorbo del vino y volvi a suspirar, esperando que alguien o algo me animase un poco.

No sabia muy bien a como responder ahora, mi estimado empleado habia sido algo promiscuo en sus tiempo de viajero mientras luchaba pero practicamente volvio a ser puro cuando se transformo en lo que ahora es. No lo culpo. Casi 20 años despues de que yo me transformase habia vuelto a explorar con hombres...y alguna que otra mujer. Algo me quedo colgando y se lo pregunte, ya que, al fin y al cabo, estabamos solos y estabamos hablando de todo:
-Aun siendo lo que es, porque no busco a nadie más con quien compartir la vida? A diferencia mia, usted aun esta vivo y usted tiene un corazón que lata en su pecho. Deberia aprovechar de encontrar a alguien que le acompañe. Para mi...bueno, practicamente es tarde...porque si me juntase con algun humano, moriria y no tengo el coraje suficiente para arruinarle la vida convirtiendolo. Pero usted tiene toda una vida por delante.-y ahi fue que cruce mi mirada con la suya.-Qué le hizo querer estar en solitario?

Suspiré. Habíamos llegado a un punto de inflexión en el que aún no sabía si hablaba mi yo humano o mi yo licántropo, pero sin duda, alguna que me definía en ambos sentidos. -Nunca he creído en el amor. Mientras viajaba he sido testigo de muchos que hablaban en nombre del amor y proclamaban el suyo en altas voces. He visto como parejas jóvenes se amaban con pasión y pura lujuria, sin importarles el mundo a su alrededor, teniéndose el uno para el otro. Pero también he visto parejas en las que la pasión había desaparecido, y el amor estaba opacado en sus seres, simplemente se mantenían juntos por el mero hecho de compartir una vida.

-He sido de mujeres leales a sus esposos, que le preparaban la comida, limpiaban la casa y criaban a sus hijos, felices por hacerlo. Hombres que llegaban de sus trabajos y su sonrisa se dibujaba en su cara al verla a ella, abrazándola y dándole un cálido beso de bienvenida. tomé aire mientras proseguía -Y también hombres, que en una noche pierden la razón y acaban en el burdel buscando una compañía que no necesitan. Mujeres que no satisfacen sus deseos y buscan en la juventud o en otro algo nuevo que las haga vibrar

Le miré a los ojos, cruzando nuestras miradas contestando a su última pregunta. - El amor es algo efímero. Algo que con el paso de los años sólo quedan los rastros del cariño y los recuerdos de una vida juntos. Al igual que vos, madame, mi sangre será caliente, pero tampoco soy humano. Cuando me transformo soy capaz de matar a cualquiera que se encuentre cerca de mi. Pierdo la razón y es algo con lo que tendré que vivir el resto de mis días. Si encontrase el amor, y lo perdiese antes de que se marchitase por el tiempo ¿qué recuerdos quedarían? Sólo dolor concluí -Mi ser ha vivido siempre solitario, conviviendo con la naturaleza, la cual me llena y complementa ese vacío en mi. No debo lealtad a nadie ni preciso de dicha lealtad hacia mi. Soy libre de vagar por el mundo a mi antojo y así ha de ser, pues llevo una dura carga a mis espaldas que nadie más debería soportar.

Al oir sus palabras, comprendi de inmediato lo que pasaba con él y con su vida. Sabia bien ahora porque jamas busco del amor, en si, no lo necesitaba. Yo ya habia probado del verdadero amor 2 veces y aun lo busco pero él era un ser que no vivia por ello y eso solo me hizo suspirar unas palabras al observar el agua:
-La libertad...-despues evoque mi mirada a la luna y sonrei un poco pero no demasiado en realidad.-En sus palabras...no hay un error. La sociedad busca satisfaccion en lugar de saber que alguien a su lado puede contentarlos para siempre...pero no quede con eso solamente...-cerré mis ojos y me recoste en la hierva.-Mi esposo era humano, señor Cena. Estuvo conmigo durante 60 años...jamás vio a otra mujer ni quizo jamas estar con alguien más que no fuera yo...Habia amor real en sus ojos y ese amor solo se apagó cuando murió...-una pequeña lágrima rodo de mis ojos al recordar como la muerte se lo llevaba y solo me dejaba una vaga sombra de lo que fue.

-Yo aun busco al ser que me reviva y que tenga esos ojos de amor puro que alguna vez, hace dos siglos, vi...pero es porque ya lo he tenido a mi lado...

Le había expresado a la madame mis más íntimos pensamientos y, tras un suspiro cuando acabé de explicarle como era que en mi vida no había sitio para el amor, pronunció una palabra que me hizo entender que lo había entendido a la perfección. Se tendió sobre la hierba y cerró sus ojos comenzando a relatarme sobre su pasado. Quedé callado observándola aunque ella no me podía ver. La madame había estado casada con un humano, a quien había perdido al envejecer, acabándosele el amor que había entre ellos. No me equivocaba al decir que el amor era efímero.

Vi como salía una lágrima de sus ojos deslizándose hacia abajo.No podía comprender los sentimientos de la madame pues, para alguien inmortal, enamorarse de un mortal era como si, al final de los días quisiesen dejar este mundo junto a ellos y no seguir atados a la eternidad. Escuché su último deseo y dsvié mi mirada una vez más hacia el agua que reposaba tranquila. -Estoy seguro que habrá alguien capaz de despertar ese sentimiento de nuevo en ti. Aunque tu esposo fue y será siempre...diferente

Sonrei aun sin abrir mis ojos.
-Aun asi...no me arrepiento de jamas haberle transformado.-me sente de nuevo, moviendo un poco mis pies bajo el agua.-Muchas veces quise hacerlo para tenerlo siempre a mi lado...pero bajo las circunstancias, nunca hubiera sido feliz conmigo de ser inmortal tambien...-corte una pequeña flor que habia junto a mi y la mire mientras hablaba.-Lo amaba tanto que deje que descansase en paz y que estuviera en un lugar mucho mejor que junto a mi.-lo mire a él y dije:-A veces me pregunto el porque las parejas cambian o buscan a otros y olvidan a quienes tienen al lado, de quienes se enamoraron antes de buscar a algun amante...

Vi como se sentaba de nuevo diciéndome que no se arrepentía de haberlo transformado en un vampiro, un igual a ella que pudiesen vivir eternamente. Cortó una flor y se quedó mirándola mientras hablaba. -Fue una decisión muy valiente la que tomaste pues otras hubiesen sido egoístas y lo hubiesen llevado consigo a tu mundo Tenía razón en aquello. Había deseado en todo el momento lo mejor para él aunque eso acarrease dolor y sufrimiento en su ser, dejándola completamente sola en el mundo.

Me encogí de hombros ante su último comentario pues no sabía la respuesta. -Muchos creen sentir amor, pero no lo es. Se pierden en los remolinos de la pasión o se dejan influenciar por el gozo de sus cuerpos y olvidan sentimientos. Incliné mi torso hacia atrás, apoyando mis manos en el suelo quedando semiinclinado. -Muchos humanos ven sus vidas muy cortas y, algunos, temen a la soledad. Temen perder ese sentimiento que los une a alguien, por eso, buscan una alternativa, alguien más a quien poder recurrir si ese amor desaparece Era algo ilógico pero los sentimientos humanos no se podía comprender con la razón.

Torci mis labios.
-Fui humana y no entiendo aun asi...Para mi si el amor une a dos personas, no deberia agotarse hasta que la muerte les llegue a ambos y deban buscar a alguien nuevo en sus vidas pero...quizás son solo pensamientos de mi época...y quizas la sociedad actual solo busque relaciones de una sola noche...-eso era muy deprimente para mi. La vida no tenia porque ser de esa forma pero ya era tarde, las sociedades cambiaran siempre y no hay nada más que hacer, salvo adaptarse.-Casi siempre intento codearme con vampiros que no son tan excentricos, ni ricachones engridos porque algunos se acercan a mi epoca o son más longevos y comparten mis pensamientos.-me rei un poco.-Pero nunca en la historia de mi existencia elegire estar en la eternidad con otro vampiro. Seria una de mis peores decisiones.-mire la pequeña flor y luego se la extendi a John con una pequeña sonrisa.-Ojala estos pétalos no se marchiten antes de que seas feliz.

-Así, tal cual dices, debe ser. Un amor que supere las barreras del tiempo. Que siempre permanezca vivo en sus corazones y que ea llama sólo se apague con la muerte. No obstante no todos encuentran ese amor, madame, y muchos, en su afán de encontrarlo, lo pierden. La sociedad no ha cambiado tanto desde los seres primitivos hasta ahora añadí con ironía. A mi forma de ver, seguíamos siendo los mismos que hace miles de años atrás, más inteligentes, sí, mejor organizados y capaz de convivir en sociedad ante nuestros iguales, expandiéndonos por toda la corteza terrestre hasta ocupar cada rincón proscrito que quedase sobre la faz de la Tierra.

Sin embargo, ser capaz de quitarle la vida a otro por mero egoísmo, avaricia, ira o supervivencia no hacía más que demostrar que, rasgos primitivos animales, seguían vigentes en nuestra sociedad. Al igual ocurría en los burdeles con las mujeres que vendían su cuerpo a cambio de unos francos. Aquello no había cambiado por más años que pasaran pues, el placer y el desahogo de la lujuria y la violencia iba implícita en el ser de todos los seres vivos.

Dirigí mi mirada a la madame desconcertado ante lo que acababa de decir. A pesar de que otro vampiro creyese en el amor igual que ella, nunca compartiría su vida con él, según dijo. -¿Por qué? pregunté rápidamente, notándoseme el desconcierto en la cara -Vos misma dice que la entienden y tiene sus mismos conceptos sobre el amor, ¿no es lo que busca? Me extendió la flor blanca que había cogido antes sonriéndome. La cogí, dejándola en la palma de mi mano mientras la miraba. Sonreí de buen agardo, de forma sincera por una vez.

Al parecer tenia claro el concepto de como deberia ser el amor, que no lo buscase no significaba que no supiera que es lo que deberia ser. Fue bueno saberlo. Cuando me pregunto el por que no compartiria mi no-vida al lado de otro inmortal, intente ser lo más clara que pude:
-En lo que a mi respecta, una relacion entre dos vampiros pocas veces se basa en verdadero amor. Casi siempre es por pura lujuria que nuestros cuerpos experimentan luego del cambio...Ya estuve una vez con un vampiro y, aunque él aun me está esperando para que estemos juntos, no puedo hacerlo porque no es amor lo que siento al verle. Es muy triste querer pasar la eternidad con alguien que quiza te hace feliz en la cama pero despues solo te hace sentir más solo que antes...-es por eso que habia rechazado al Conde. Lamentablemente no podria estar con él debido a que es demasiado seductor, es como si quisiera estar con un cortesano la eternidad entera...-Por más que busque a veces a quien tengas mis mismos pensamientos, solo podria entablar amistad. Los vampiros somos seres oscuros con muchos deseos y pocas veces hay verdadero amor en una pareja de inmortales. Hay casos especiales pero no siempre se dan...

Escuché su explicación mientras permanecía en silencio, recapitulando en cada palabra que la madame me decía, exprimiendo sus consejos, sus ideas y sus pensamientos. Comprendía muy bien el sentimiento de lujuria entre seres de la misma raza. Yo mismo me sentría atraído por la sangre caliente y estaba seguro que sentiría algo parecido por un igual a mi, aunque no había tenido aún la suerte, o desdicha, de conocer a ninguno personalmente.
Comprendí que la madame era deseada por otro hombre, otro vampiro. Sin embargo, ella no sólo quería el placer de la cama sino el verdadero sentimiento del amor, algo que, según ella, en los vampiros, seres oscuros según su descripción, no se daba en la mayoría de ocasiones.

-Sin embargo vos, madame, busca el amor con ahínco y es un ser oscuro. le recodé pues no estaba en nada de acuerdo con aquella descripción que se había dado a sí misma -déjeme decirle que ser de luz, o de oscuridad, no depende de su ser, sino de su alma. A vos no la veo un ser oscuro en absoluto levanté la flor que me acababa de dar para que quedara a la vista de ambos -¿ve esta flor? vos es igual, es un alma viva que reluce en medio de un mundo oscuro, solitaria pero con brillo propio. Podría haberse marchitado, sus pétalos haber caído y haberse consumado formando parte de su mundo. Sin embargo no lo ha hecho.

-Los deseos del corazón, aunque simples, dirigen nuestro destino y sólo nosotros podemos decidir que camino escoger. Madame, no por ser lo que es le reprime de los mismos deseos que yo o cualquier otro ser pudiese tener. ¿Acaso se ha negado ya la felicidad? sabía que la pregunta podría levantar heridas profundas pero ya no podía dejar de decir lo que pensaba tras el transcurso de aquel diálogo en el que habían entrado ambos.

Oia sus palabras y sabia muy bien que jamas podria olvidarlas siendo él quien las decia, además de que me hacia sentir bien. Para él yo no era un ser oscuro como los demás de mi especie, sino alguien puro y con luz. Me costaba un poco entender porque alguien me llamaria asi. Es algo inusual porque hasta colegas mios me han considerado asi.
Le sonrei y le dije:
-Gracias...por considerarme asi...
Torci un poco mis labios cuando me lo pregunto:
-No me la niego...es que...-bueno en realidad no tenia cóm oexplicarme. No era feliz pero tampoco tenia ganas de suicidarme por las tristezas que a veces siento.-Muchas cosas he pasado en estos largos siglos...a veces prefiero mil veces sufrir yo las heridas de otros que verlos sufrir...En parte me duele mucho más a mi pero disminuyo el dolor de otros y les doy más felicidad...-frunci un poco el ceño.-Creo que...siempre estoy buscando eso en lugar de mi felicidad...

Le miré a los ojos bajando la flor nuevamente sin soltarla de mi mano. La madame me había aceptado tal cual yo era, sin juzgarme en ningún momento. Había aceptado que trabajase en su hostal a pesar de las críticas de Alfred para ello y el problema añadido de aquellas noches en las que debía retirarme por miedo a mi transformación. Incluso me había curado las heridas y había velado por mi seguridad poniendo en riesgo la suya. Ante mi pregunta, torció el gesto y pareció pensarlo por un momento.

Su respuesta me dejó incompleto, pues sabía y había experimentado aquello mismo que me contaba tan sólo un par de días atrás.-Fue eso mismo lo que le llevó a cuidarme ¿no es así? le pregunté directamente sin dejar de mirarla -Pero ¿qué sentido tiene hacer feliz a otros cuando vos no lo es? ¿qué sentido tiene cargar con todo el peso del dolor? ¿Acaso no es negarse su propia felicidad? ¿No es negarse a sí misma la oportunidad de sonreír de forma sincera? No comprendía los sentimientos que llevaba en su corazón, ni los que esperaba encontrar tras ayudar a todos aquellos que necesitasen de una ayuda. Quizás buscaba el arrepentimiento de aquella búsqueda que no encontraba a pesar del transcurso del tiempo.

-Madame, vos huye a la felicidad porque teme perderla de nuevo le declaré la conclusión a la que había llegado pues sus palabras no me dejaban lugar a dudas, o al menos eso pensaba yo. -Vive en un mundo que está cambiando continuamente y tiene miedo de dejarse llevar por ese cambio pues, quizás lo que encuentre sea perder lo poco que le queda de su alma. La entiendo bien, ya que yo decidí vivir solo, pero a diferencia de vos, mi felicidad no reside en la compañía, sino en ser yo mismo.

Le sonrei de forma amplia y no evadi su mirada a la hora de contestarle a sus palabras:
-Ha dado en el blanco debo admitirlo...pero no. No huyo de la felicidad. Vera, cuando una conoce la felicidad, es cierto, no deseo perderla de nuevo. Es por esto mismo que busque un nuevo modo de ser feliz: al cuidar a los demas, protegerlos, aconsejarles, brindandoles apoyo cuando más lo necesiten y ver una sonrisa en sus rostros es algo muy satisfactorio para mi. No lo cuide a usted por capricho, sino porque a lo largo que usted trabajo para mi, le he tomado algo de cariño y me habria sentido...vacia si a usted le pasaba algo por la culpa de ese vampiro repugnante.-le sonrei de forma amplia.-Verle ahora junto a mi, con esa pequeña flor en su mano y habiendo sonreido hacia mi, me hace sentir muy bien y me siento feliz por ello.-aparte un momento mi mirada para dirigirla al cielo.-Al quitar algo de mi felicidad para darsela a otros, muchas veces me incrementa. Algun dia encontrare un tipo de felicidad mucho más pura que no querre perder pero estoy bien si veo sonrisas en los rostros de quienes apoyo.

Me admitió que su mayor temor era perder esa felicidad que tanto le hubiese encontrado encontrar. Era fácil saberlo tras hablar con ella, podía leérsele en los ojos que anhelaba ese sentimiento de sentirse querida puramente por el corazón del otro y entregarse a él. Miré a la flor cuando me dijo que había sido un poco más feliz al verme allí con ella, tras todo lo acontecido, y que esperaba algún día encontrar esa felicidad añorada aunque, por el momento, se contentaba con ver las sonrisas en los rostros de los demás. Asentí pero debía añadir una cosa más -Pero no deje de buscar su propia felicidad, madame. Nunca se dé por vencida

La noche pasaba deprisa sobre ambos mientras compartían secretos y declaraciones que había guardado para sus adentros durante mucho tiempo, demasiado tiempo. La luna se había desplazado por la cúpula celeste y las estrellas se reflejaban en el agua cristalina del lago haciendo parecer pequeños diamantes bajo ella que brillaban con una fuerza estremecedora. -Pronto será la noche, madame. Dentro de dos días habrá luna llena, mi cuerpo comienza a sentirlo. le dije mientras miraba en el cielo a la luna casi completa. Sentí algo parecido al miedo de pensar no poder controlar mis instintos.

-Es posible que mañana me encuentre algo más nervioso que de costumbre. Será la primera luna llena en la que me transforme aquí, en París. Deberé estar alejado de todos, por lo que, notará mi ausencia algunos días. No se preocupe por ello, mi cuerpo necesita acostumbrarse a volver ser humano además que la temperatura de mi cuerpo y el aroma que este desprende es demasiado fuerte para ignorarlo, incluso para un humano corriente. Por favor, le miré entonces a los ojos -no me busque esa noche ni se acerque a mi. No quiero hacerle daño

Sonrei a sus palabras.
-No me rendiré, se lo prometo...solo que por ahora, no buscaré mi felicidad. Esta debe encontrarme primero.
Me puso un poco...como decirlo? Nerviosa y un poco triste el que pronto sea el momento de que John se deba ausentar por su transformación. Que no lo busque? Como me pedia eso? Y que pasaria si en su transformacion vuelve a herirse y en la mañana acaba peor? No queria eso y queria asegurarme de que realmente estaria bien, pero, vamos, no es la primera vez que él se transforma...Ah...Yo y mis preocupaciones...
Le dirigi una mirada de pena:
-Pero como sabre que no te pasará nada malo durante esta etapa?

Le sonreí de buen agrado ante su preocupación pero no era la primera vez que me transformaba. El dolor que sentía habian sido en las primeras noches que no conocía lo que se estaba produciendo en mi cuerpo pero ahora era capaz de transformarme sin sentir ese dolor, convirtiéndome en mi otro ser. Sin embargo aún no controlaba mi ser y mis ansias de destrucción cada vez que me transformaba y, era por ello, por lo que temía tanto que perdiese el control y atacase sin piedad a cuanto me rodease. En mis recuerdos habían escenas de cuerpos mutilados, desmembrados a mordiscos y sabía que yo había sido el culpable de tales actos tras las noches de luna llena. Mi exilio bien había supuesto una paz en mi interior ante tales ataques pero aún así no los controlaba.

-Madame, soy un licántropo, no es la primera luna llena que vivo, ni tampoco será la última. Estaré bien, se lo prometo. Pero si se acerca yo... no sabía como decirle que corría peligro. No es que quisiese hacerle daño sino que perdía la razón y no era consciente de lo que hacía -Aún no soy consciente de lo que hago. No distingo entre bien o mal le dije intentando que comprendiese el riesgo que sería estando tan cerca de mi llegado el momento. Si mi fuerza y velocidad era casi comparable con la de los vampiros, transformados podía llegar a superarlos o estar a igual condiciones que ellos, recién alimentados.

-Cuando pase la noche de luna llena, regresaré a vos, y volveré a mi trabajo habitual como si nada hubiese ocurrido. Aún me esperan muchas más lunas llenas en esta ciudad hasta que cumpla con mi deseo.

Bueno, en parte no me habia dejado tranquila pero era una realidad: no era ni la primera ni la ultima vez que iba a convertirse...Lo unico bueno es que, segun tenia entendido, John habia contruido su cabaña lejos de Paris y en una parte del bosque donde muy pocos lo podrian encontrar. Quizas era por eso, para que no lo encontrasen y para que su otro lado, menos consiente de sus actos, no matase a nadie. Le sonrei. Muy astuto.

Algo me hizo abrir los ojos como platos y, en un parpadeo, mire a mi izquierda...Un cazador!
-CUIDADO!-grité bien fuerte, empujandolo a John lejos de mi, hasta casi estrellarlo contra los arboles, en el instante en que recibi una bala en mi corazón, otra en mi vientre y en la base de mi cuello. Ardia y mucho pero esta vez, fue breve. Senti mi cuerpo caer al agua y flotar, la luna se veia muy borrosa ahora, parecia una mancha. Me dolia la garganta, no podia moverme, el veneno de la plata pura me habia inmovilizado practicamente.
Escuche pasos rompiendo las ramas caidas en el suelo.
-Un chupasangre menos. Ahora el lycan.-y supe de inmediato que le estaria apuntando a John.
-Por...que...?-logre susurrar y al parecer me escucho pero no quito la mira de mi amigo.
-Increible que aun vivas despues de donde te he disparado. Los monstruos como tu y los hombres malditos de lobos como él deben ser purgados. Tu alma será enjuiciada en el infierno y el alma de este hombre descansará en paz de su maldición. Amén.-y cargo su arma con tres balas más de plata. Tenia que hacer algo. Si le disparaban con esas balas, moriria tanto su lado lobuno como su lado humano y eso no iba a permitirselo nunca. Senti la presencia de alguien más, era otro cazador que la apuntaba las espaldas a John. Bastardos...No se los iba a perdonar nunca...
-Descuida, yo te cubro.-lo dijo con bastante seguridad a pesar de que estaba temblando mucho.
Cerré mis ojos y me deje hundir en el fondo del arroyo. Habre muerto esta vez o de nuevo me negarán el infierno y tendré que volver a la vida?

Miraba a la madame mientras me sonreía. No debía preocuparse de aquellos detalles pues me había preparado a consciencia para que este día llegase. De pronto se rostro se desfiguró y, en lugar de aquella sonrisa, mostró la cara de una preocupación inminente. Arremetió contra mi, con gran impetú, a la vez que gritaba advirtiendo de algo que en aquel momento no comprendí. Tres estallidos silbaron en el aire mientras salía disparado por la inercia de la fuerza de la madame, estrellándome contra unos árboles a unos metros de distancia. Lo que vi a continuación me cortó la respiración, la madame tenía un agujero en el cuello y su cuerpo cayó al agua del lago quedando flotando en este, sin vida.

Las palabras se ahogaron en mi garganta cuando vi aparecer ante mi un hombre esbelto, apuntándome con un arma de fuego. Había disparado su arma contra la amdame y yo sería el siguiente. Sentí una punzada de dolor en el hombro al querer moverme. El golpe me había adolorido la zona afectada de la anterior pelea. Los ojos de aquel hombre no mostraban piedad alguna, nos miraba como monstruos a los que debía derrocar para un bien de la humanidad. Escuché el chasquido del gatillo cuando lo apretó mientras esbozaba la dulce sonrisa de la victoria por el trabajo conseguido.

Me desplacé lo suficiente para que la bala solo perforase mi piel superficialmente por el costado. Aún así, la herida abrasó mi costado como si me hubiesen puesto hierro candente encima. Rugí del dolor mientras volvía a encarar a aquel mortal que ya se había girado para disparar en un segundo intento. De un manotazo arrojé las ramas caídas haciendo que fallase su segundo disparo por muy poco. Me interné en el bosque escuchaba las pisadas que me seguían. La madame me necesitaba en aquellos momentos. Di un rodeo buscando al cazador pero había desaparecido. Volví sobre mis pasos con cautela, un descuido sería fatal. El ambiente estaba inundado por el olor a pólvora y aquello me guiaba, aquel cazador no se había marchado.

Me escondí entre unos arbustos y agarré una rama seca que arrojé contra un árbol cercano produciendo el eco del sonido al entrechocar las maderas. Un nuevo disparo se produjo hacia el árbol, dejando una marca en éste, y una sombra apareció a mi derecha con el arma apuntada hacia el frente. Saqué mi cuchillo de caza de su funda de cuero y me lancé contra la sombra, sin tiempo para reaccionar. El corte no fue limpio pero evité una nueva bala me atravesase el pulmón en escasos segundos. La sangre salpicó mi brazo y el arma cayó al suelo dejando el eco de su último disparo. El hombre había recibido el corte en mitad de su rostro, algo que, sin duda alguna llevaría para el resto de su vida.

El arroyo no era profundo...porque sentia que lo era...algo me abrazaba la cintura y me hacia hundirme cada vez más y más profundo en el lago...mire un poco de reojo pero no vi nada, salvo algunos ojos amarillos...Je, demonios...por fin moriria...De la nada, algo toma mi mano. Abro despacio mis ojos y lo veo a aquel vampiro que pidio y pide mi mano hasta el cansancio...un verdadero inmortal entre los nuestros...
-Mi rosa blanca...no dejare que te vayas aun...como una luz entre nuestra sociedad, regresa a la forma en laque se te ha traido a la oscuridad...toma una de mis vidas, que he absorvido de los humanos, y en tus pies ponte derecha...grita bien fuerte y demuestrame que tu juicio aun puede posponerse!-de su brazo salio una luz roja que se paso de su cuerpo a mi pecho. Eso me dio una energia que ya me habia acostumbrado a sentir.

Me puse de pie gritando bien fuerte, mis ojos verde agua desaparecieron totalmente bajo un manto rojo de poder oscuro y deseos de matar y vengarme. Me quite yo misma aquellas balas de plata casi rugiendo pero ya no me dolian. Las arroje al fondo del arroyo y mire con profundo odio al segundo cazador, quien con osadia puso su pistola en el craneo de John, cuando este le habia cortado el rostro al primero. Me miro temblando y no dudo en dispararme de nuevo. 4 tiros más. Me impacto en el pecho pero las balas salieron de mi cuerpo. Como si se resbalasen.

Intentó escaparse y en un parpadeo, con un pequeño salto, me puse frente a él.
-Matar es trabajar en el nombre de Dios!?-le di un fuerte golpe en el pecho que lo arrojo al claro de nuevo. Lo levante de sus ropas.-Asesinar a inocentes es una satisfaccion para El Señor??-lo avente al suelo con mucha fuerza, casi haciendo estremecer la tierra. Luego lo volvi a levantar.-Violar niños es una recompensa que Dios les da?? EH???-lo arroje hacia los arboles y despues salté sobre él, bebiendome toda su sangre de unos pocos tragos. Me puse de pie, tomandolo de su cuello y lo arroje hacia los arboles, oi un ruido seco y como si algo se quebrase, asi que si algo de vida le quedó, ahora ya se habia ido.

Me quedé de espaldas a John, con mis ojos cerrados pero despues no pude evitar confrontarle, a una distancia prudente de él. Practicamente le empecé a gritar con mis ojos llenos de lágrimas.
-Esto es ser un ser de luz? Alguien que no es oscuro? Todos me dan caza como si fuera un trofeo en los muros de los cazadores!! Por esto nadie quiere estar conmigo! Por esto nunca transforme a mi amado Ryan antes de morir! Soy un monstruo totalmente inhumano y nadie nunca querria volver a ver mi rostro despues de ésto!!-y antes de oir siquiera una excusa, me fui corriendo de alli, muy rápido, la velocidad más rápida que mis pies me ofrecieran y despues, volé a un sitio donde nadie podria encontrarme...mi castillo.


Punto de vista de Justin.

El hostal estaba cerrado y mis hermanos se habian ido pero me quede en la entrada esperando ver si John o Jaks volvian, solo para ver como habian ido las cosas. Me quede preocupado por lo que habia ocurrido. Esperaba que mi estimada amiga no le haya dado condena a su empleado más reciente...

Aquel cazador aún seguía con vida. Se llevó sus manos al rostro sin llegar a tocárselo. Lo tenía partido en dos tras mi cuchillada y la sangre la ahogaba los gritos de dolor mientras se revolcaba por el suelo. Apoyé una mano en el terreno firme pues mi cuerpo estaba excediendo ya el límite. Tomé una bocanada de aire antes de darle el golpe de gracia final. Levanté mi cuchillo hacia atrás pero algo frío y con forma cilíndrica se apoyó sobre mi cráneo. -Muere maldito perro del demonio
Dicen que los humanos ven su vida pasar cuando están a punto de morir. Yo he estado tantas veces al filo de esa muerte, incluso en algunas de ellas, casi llegando a traspasarlas que mi alma ya aceptaba aquel momento. Dejé caer mi cuchillo y cerré mis ojospara lo inminente. Había llegado lejos, sí, había vivido muchos años con aquella condena y esta noche, por fin me libraría de ella. ¿Por qué me sentía nostálgico? ¿Acaso no es lo que deseo? ¿No es lo que ando buscando y lo que me ha traído a esta ciudad?

Estaba listo para morir pero parecía que el destino me tenía preparado otro camino. Un grito desesperado hizo que el cazador a mis espaldas se girase. Volteé mi cabeza hacia el lago y allí la vi. La madame, quién había recibido los disparos de aquellos tipos directamente seguía con vida. Sus ojos. Sus ojos eran de un color sangre intenso. Irradiaba dolor, furia, destrucción... Noté como los latidos del corazón del cazador se disparaban mientras dirigía su arma contra ella una vez más. Cuatro estallidos sonaron casi a la vez pero el cuerpo de la madame permaneció allí, inmutable. De un salto arremetió contra él, arrojándolo contra los árboles mientras soltaba toda su ira contenida. Observé como le extraía toda su sangre, su alma y lo arrojaba quebrándolo contra uno de los árboles de aquel bosque donde su vida se había consumado.

La madame quedó de espaldas a mi y no se atrevió a girarse. Estaba furiosa consigo misma por lo que acababa de hacer. Me incorporé a duras penas intentando alcanzarla. El otro cazador poco podía hacer ya en su estado. Quise llegar hasta ella pero huyó alejándose por el bosque a una velocidad que no pude alcanzar. Intenté seguirla pero su rastro se perdió cuando dejó de pisar tierra firme y huyó por los cielos. Eché una última mirada atrás y me alejé de allí lo más pronto posible.

Llegué a mi cabaña sin saber que hacer. La madame había huido y no sabía adonde. Di vueltas nervioso pero no podía quedarme allí. Sabía que desearía acabar con su existencia. Sus últimas palabras...No tenía que encontrarla. Salí de mi cabaña y corrí como nunca antes había corrido. No sabía hacia donde lo hacía. No sabía si, de encontrarme con algún humano sospecharían de mi al llevar sangre en mis ropas. La casualidad, ¿o el destino?, me llevó hasta el hostal de la madame dodne las luces ya estaba apagadas. Justin se había encargado de cerrar aquella noche el hostal como le había mandado hacer. Esperaba que aún se encontrase allí. Golpeé con impetud la puerta, casi echándola abajo. El tiempo apremiaba. -¡Justin!