AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Un secreto vestido de mascaras {La Alianza}
Recuerdo del primer mensaje :
El bruto se cubre; el rico se adorna; el fatuo se disfraza; el elegante se viste.
Honoré De Balzac
Honoré De Balzac
Había llegado el día, la Alianza tendría su primera reunión general, en donde todos estaban invitados a participar. Dicha reunión, se efectuaría bajo el velo de un baile de máscaras, en celebración de la inauguración oficial de la N-Corporation, y nadie podía entrar a la mansión sin la respectiva invitación, aquella que había sido entregada de manera personal por los criados de Emerick en el transcurso de la semana.
Era de noche y la mansión lucía hermosamente iluminada hasta el mismo camino por el que los más lujosos carruajes desfilaban hasta su puerta principal. En la entrada había dos criados destinados a abrir las puertas de los carruajes, ayudar a bajar a los comensales y guiarles hasta la puerta principal en donde uno de los guardias pedía la invitación y recordaba a voz de susurro a los recién llegados que: “Vuestra identidad, es el tesoro más preciado que portaréis esta noche, cuidadla”.
Siguiendo por el vestíbulo, hacia el interior de la mansión, podía apreciarse tres grandes puertas de roble de doble hoja de las sólo una de ellas estaba abierta, y en su umbral una bella damisela, disfrazada de bufón real, invitaba todos los recién llegados a pasar. Sin embargo, el real motivo de su presencia era cuidar de que nadie intentase forzar las otras dos puertas que permanecían cerradas con llave.
En el interior, la música llenaba exquisitamente cada espacio del salón. Dos mesas alargadas, rebosantes de comida y bebestibles, eran atendidas a la perfección por otro grupo de criados a quienes los invitados podrían pedir lo que realmente quisieran. La orquesta tocaba majestuosamente mientras un par de comensales ya bailaba en medio de la pista de baile, ya que los mismos criados y otros externos habían sido contratados para hacer parecer una mayor presencia de gente. Todo estaba perfectamente manejado, y Emerick observaba desde una de las esquinas el desarrollo del evento.
Bebía una copa de ponche, preparada con vinos recién procesados, provenientes de sus propios viñedos, había sido una cosecha estupenda y por tanto le tenía guardada para aquella ocasión especial. Vestía un traje digno de la realeza, el que aprovechaba el reciente Danismo surgido en Francia, además de su respectiva mascara negra del tipo antifaz que se encargaba de cubrir su identidad. Respiró profundo y permaneció aparentemente tranquilo mientras vigilaba la llegada de cada persona nueva a ese salón.
Era de noche y la mansión lucía hermosamente iluminada hasta el mismo camino por el que los más lujosos carruajes desfilaban hasta su puerta principal. En la entrada había dos criados destinados a abrir las puertas de los carruajes, ayudar a bajar a los comensales y guiarles hasta la puerta principal en donde uno de los guardias pedía la invitación y recordaba a voz de susurro a los recién llegados que: “Vuestra identidad, es el tesoro más preciado que portaréis esta noche, cuidadla”.
Siguiendo por el vestíbulo, hacia el interior de la mansión, podía apreciarse tres grandes puertas de roble de doble hoja de las sólo una de ellas estaba abierta, y en su umbral una bella damisela, disfrazada de bufón real, invitaba todos los recién llegados a pasar. Sin embargo, el real motivo de su presencia era cuidar de que nadie intentase forzar las otras dos puertas que permanecían cerradas con llave.
En el interior, la música llenaba exquisitamente cada espacio del salón. Dos mesas alargadas, rebosantes de comida y bebestibles, eran atendidas a la perfección por otro grupo de criados a quienes los invitados podrían pedir lo que realmente quisieran. La orquesta tocaba majestuosamente mientras un par de comensales ya bailaba en medio de la pista de baile, ya que los mismos criados y otros externos habían sido contratados para hacer parecer una mayor presencia de gente. Todo estaba perfectamente manejado, y Emerick observaba desde una de las esquinas el desarrollo del evento.
Bebía una copa de ponche, preparada con vinos recién procesados, provenientes de sus propios viñedos, había sido una cosecha estupenda y por tanto le tenía guardada para aquella ocasión especial. Vestía un traje digno de la realeza, el que aprovechaba el reciente Danismo surgido en Francia, además de su respectiva mascara negra del tipo antifaz que se encargaba de cubrir su identidad. Respiró profundo y permaneció aparentemente tranquilo mientras vigilaba la llegada de cada persona nueva a ese salón.
Última edición por Emerick Boussingaut el Dom Ene 20, 2013 8:15 pm, editado 4 veces
Emerick Boussingaut- Licántropo/Realeza
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Fecha de inscripción : 23/09/2012
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Re: Un secreto vestido de mascaras {La Alianza}
Parado donde estaba la inquietud de cota era para el casi palpable, probablemente también lo fuera para la pequeña molonee quien siempre cercana debía estar ya acostumbrada a su “tio” acostumbrada a sentirlo cerca, a percibir los cambios de animo del hombre. No podía hacer nada para aliviar su tensión, tampoco quería hacer nada, mantenerlo alerta era lo mejor en aquellos momentos, cuando sus sentidos reconocían medianamente las razas o las intenciones pero entre el perfume y las mascaras estaban en terreno confuso.
Su impaciencia fue palpable cuando lanzo la pregunta hacia el, cuando comenzaría preguntaba? En realidad poco sabia del protocolo que seguiría aquella reunión o si abría algún momento crucial en el, la invitación no era especialmente explicita pero había tenia la oportunidad de asistir por lo que lo habia hecho, lo peor que podía hacer un grupo era aislarce, aquella fiesta podia ser peligrosa pero si tantas personas iban a unirse por un común era mejor que estuviese enterado de ello, un sistema cerrado estaba condenado al fracaso. Su clan no sufriría aquel destino- Paciencia Dakota, esperemos a ver que sucede- no es que el coctel de aromas fuese mas soportable para el de lo que lo era para Dakota, pero tenia bien claras sus prioridades, solo esperaba que melonee la estuviese pasando mejor.
-y aunque hubiese conocido otros confió en que prevalecería en lo alto de la escala- contesto simplemente sin voltear a verla, como dándole cierto aire de confidencialidad a la platica- ellos son Dakota y melonee vienen conmigo, veo que no tiene con usted a su hija, espero que no por ningún infortunio y que alla logrado encontrar a quien buscaba en aquel tiempo- comento ya sin el cinismo nin el sarcasmo, deseando sinceramente un buen final para una hermana de raza.
La palabra bienvenidos desvió su atención de la mujer que habia tomado una copa bebiéndola sin mas, el preferia no ingerir nada de momento. Unos momentos después fue un hombre el que volvió a ahblar, agudizando sus sentidos y abuzandon de ellos intento identificar su aroma, sentirlo pero estaba a una ditacia que no le dejaba distinguir mucho entre tanta gente, notaba su aroma y su presencia y si no se equivocaba era posible que fuese un licano con el pero siempre era posible que se tratase de un cambiaformas lobo o simplemente un humano demasiado apegado a su raza.
“Bienvenidos y gracias por asistir al baile de mascaras en celebración de la gran inauguración de la N-Corporation….”
Las palabras le fueron dejando mas o menos claro que clase de fundacion era la que se habia inaugurado y aunque le perecia una causa noble y algo sin duda digno de celebrar para aquella gente la cual deia admitirle debían tener bastante tolerancia para trabajar en semejante coctel de razas no lograba entender por que el habia recibido una invitación, no conocía al anfitrion y tampoco tenia relación alguna con la fundación.
“Es indispensable para nuestros propósitos, el contar con un lugar central y cuyo movimiento de gente no genere sospechas, sea a la hora que sea, brindándonos así el escondite perfecto, sin contar aún con que además tendremos el equipamiento perfecto para atención de nuestros heridos”
El dialogo le dejo perplejo, de un momento a otro el sentido del discurso habia cambiado por completo, “nuestros propósitos” le parecía que la forma en que el hombre hablaba era bastante conveniente y acertada, usaba un “nosotros” incluyendo a todos, haciéndoles sentir parte de algo mas grande pero cuales eran aquellos propósitos? A donde se habia ido a meter? Sus ojos se entrecerraron debajo de la mascara y su atención se centro en el hombre que hablaba, como esperando que en algún momento le diese sentido a su presencia ahí. Sintió a cota carraspear a su lado y decidio tranquilizarse, de nada le serviría desprender una presencia hostil cuando buscaba entender que sucedía ahí.
“Imagino que todos tenéis ya, al menos una mínima idea, del porqué estáis aquí.”
Su rostro se mantuvo impasible, pero para sus adentros soltó una ligera sonrisa “Tu imaginación esta demasiado desarrollada” pues el, no entendía precisamente que hacia ahí o cual era el propósito oculto detrás de todo aquello.
Su impaciencia fue palpable cuando lanzo la pregunta hacia el, cuando comenzaría preguntaba? En realidad poco sabia del protocolo que seguiría aquella reunión o si abría algún momento crucial en el, la invitación no era especialmente explicita pero había tenia la oportunidad de asistir por lo que lo habia hecho, lo peor que podía hacer un grupo era aislarce, aquella fiesta podia ser peligrosa pero si tantas personas iban a unirse por un común era mejor que estuviese enterado de ello, un sistema cerrado estaba condenado al fracaso. Su clan no sufriría aquel destino- Paciencia Dakota, esperemos a ver que sucede- no es que el coctel de aromas fuese mas soportable para el de lo que lo era para Dakota, pero tenia bien claras sus prioridades, solo esperaba que melonee la estuviese pasando mejor.
-y aunque hubiese conocido otros confió en que prevalecería en lo alto de la escala- contesto simplemente sin voltear a verla, como dándole cierto aire de confidencialidad a la platica- ellos son Dakota y melonee vienen conmigo, veo que no tiene con usted a su hija, espero que no por ningún infortunio y que alla logrado encontrar a quien buscaba en aquel tiempo- comento ya sin el cinismo nin el sarcasmo, deseando sinceramente un buen final para una hermana de raza.
La palabra bienvenidos desvió su atención de la mujer que habia tomado una copa bebiéndola sin mas, el preferia no ingerir nada de momento. Unos momentos después fue un hombre el que volvió a ahblar, agudizando sus sentidos y abuzandon de ellos intento identificar su aroma, sentirlo pero estaba a una ditacia que no le dejaba distinguir mucho entre tanta gente, notaba su aroma y su presencia y si no se equivocaba era posible que fuese un licano con el pero siempre era posible que se tratase de un cambiaformas lobo o simplemente un humano demasiado apegado a su raza.
“Bienvenidos y gracias por asistir al baile de mascaras en celebración de la gran inauguración de la N-Corporation….”
Las palabras le fueron dejando mas o menos claro que clase de fundacion era la que se habia inaugurado y aunque le perecia una causa noble y algo sin duda digno de celebrar para aquella gente la cual deia admitirle debían tener bastante tolerancia para trabajar en semejante coctel de razas no lograba entender por que el habia recibido una invitación, no conocía al anfitrion y tampoco tenia relación alguna con la fundación.
“Es indispensable para nuestros propósitos, el contar con un lugar central y cuyo movimiento de gente no genere sospechas, sea a la hora que sea, brindándonos así el escondite perfecto, sin contar aún con que además tendremos el equipamiento perfecto para atención de nuestros heridos”
El dialogo le dejo perplejo, de un momento a otro el sentido del discurso habia cambiado por completo, “nuestros propósitos” le parecía que la forma en que el hombre hablaba era bastante conveniente y acertada, usaba un “nosotros” incluyendo a todos, haciéndoles sentir parte de algo mas grande pero cuales eran aquellos propósitos? A donde se habia ido a meter? Sus ojos se entrecerraron debajo de la mascara y su atención se centro en el hombre que hablaba, como esperando que en algún momento le diese sentido a su presencia ahí. Sintió a cota carraspear a su lado y decidio tranquilizarse, de nada le serviría desprender una presencia hostil cuando buscaba entender que sucedía ahí.
“Imagino que todos tenéis ya, al menos una mínima idea, del porqué estáis aquí.”
Su rostro se mantuvo impasible, pero para sus adentros soltó una ligera sonrisa “Tu imaginación esta demasiado desarrollada” pues el, no entendía precisamente que hacia ahí o cual era el propósito oculto detrás de todo aquello.
Remington Talbot Colton- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 10/08/2012
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Re: Un secreto vestido de mascaras {La Alianza}
La chica continuaba observando por el ventanal del lugar todas aquellas otras personas que seguían llegando, tomando a largos intervalos de tiempo un poco d champan, se le veía muy serena. Pero la realidad era que estaba atenta a todo lo que pasaba su alrededor, no entendía como una causa que se supone es algo tan delicado y que se debería tomar de manera más discreta. Pero el sabría como manejaría las cosas, podía escuchar a lo largo y ancho del salón, todas las conversaciones, mas eso no le importaba, algunos hablaban del baile, otros de la hermosa decoración del castillo, y la mayoría realmente se encontraban fuera de su ambiente, al parecer las fiestas no eran lo suyo. Y otros resultaron conocidos así que se ponían al corriente. Entre tanto, el anfitrión continuaba saludando a todo el que llegaba. Pudo escuchar unos pasos acercándose lentamente en su dirección y el aroma delato al individuo, o más bien individua, una cambia formas. La chica saludo de manera indecisa, dudando si la licantropía correspondiera a ello .quizás por el hecho verle sola y alejada.
-Bouna Nuit signorina – dijo con su particular acento italiano, correspondiendo de manera amable a la inclinación como gesto de cortesía. Según lo que le escucho, la chica al igual que ella no se sentía tan como con tanta gente extraña a su alrededor, mas cuando portaran mascaras, y con el rostro cubierto, tu puedes ser quien quieras.
-Comparto su punto de vista – dijo con tono tranquilo y respetable – A decir verdad, tampoco me sentía a gusto entre aquella multitud, por eso decidí alejarme un poco, además de que es aburrido estar en un lugar atestado de gente que no conoces, aunque bien por los que se conocen, o se conocían y ahora se reencuentran – con la cabeza señalo a uno de los grupos que hablaba y reía-.
-Si, es algo incomodo – agrego antes de tomando nuevamente de su copa. Se preguntaba si los motivos de aquella mujer para estar allí serian los mismos de ella, pues hasta donde había entendido, la fiesta era para despintar a aquellas personas externas a la causa, y en el interior del lugar se llevaría a cabo la verdadera reunión con los miembros de la alianza.
-Permítame presentarme. –Estiro la mano – Antonella...– el apellido lo reservo por seguridad. – ¿y usted es…?
-Bouna Nuit signorina – dijo con su particular acento italiano, correspondiendo de manera amable a la inclinación como gesto de cortesía. Según lo que le escucho, la chica al igual que ella no se sentía tan como con tanta gente extraña a su alrededor, mas cuando portaran mascaras, y con el rostro cubierto, tu puedes ser quien quieras.
-Comparto su punto de vista – dijo con tono tranquilo y respetable – A decir verdad, tampoco me sentía a gusto entre aquella multitud, por eso decidí alejarme un poco, además de que es aburrido estar en un lugar atestado de gente que no conoces, aunque bien por los que se conocen, o se conocían y ahora se reencuentran – con la cabeza señalo a uno de los grupos que hablaba y reía-.
-Si, es algo incomodo – agrego antes de tomando nuevamente de su copa. Se preguntaba si los motivos de aquella mujer para estar allí serian los mismos de ella, pues hasta donde había entendido, la fiesta era para despintar a aquellas personas externas a la causa, y en el interior del lugar se llevaría a cabo la verdadera reunión con los miembros de la alianza.
-Permítame presentarme. –Estiro la mano – Antonella...– el apellido lo reservo por seguridad. – ¿y usted es…?
Antonella Morel- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 30/08/2012
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Re: Un secreto vestido de mascaras {La Alianza}
Sonreí al escucharle, tal parecía ser no era la única que se sentía fuera de lugar, pero me alegraba de ver grupos bien integrados y gente que se reconocía aún con mascaras; los asistentes parecían dispersos cada quien en sus asuntos por lo que comence a sentirme un poco ansiosa sobre el momento en el que la verdadera junta diera inicio.
Antonella era el nombre de la asistente con quien compartia aquella ventana, el apellido en aquellos lugares era lo de menos, pusto que un eslabón debil en aquella organización sería capaz de llevar a todos los demás a la inminente ruina en los planes de aquella alianza que por el momento lucía estar bien organizada más sin embargo el tiempo diría que tanto estabamos involucrados en la causa.
- Camila, un placer - esa fue mi respuesta ante su pregunta, dado que debiamos ser cautelosos con cualquiera de aquel sitio justo cuando iba a comenzar a hablar de nuevo, el sonido de las puertas cerrarse atrajo mi atención y luego la voz de nuestro jefe de alianza inundo el lugar, todo parecía indicar que el verdadero motivo de nuestra reunión en aquel sitio estaba por comenzar.
- Creo que deberiamos hacercarnos un poco ahora - le indique a la joven a mi lado para depués caminar un poco más hacia donde estaban todos y escuchar las palabras de aquel a la cabeza.
Antonella era el nombre de la asistente con quien compartia aquella ventana, el apellido en aquellos lugares era lo de menos, pusto que un eslabón debil en aquella organización sería capaz de llevar a todos los demás a la inminente ruina en los planes de aquella alianza que por el momento lucía estar bien organizada más sin embargo el tiempo diría que tanto estabamos involucrados en la causa.
- Camila, un placer - esa fue mi respuesta ante su pregunta, dado que debiamos ser cautelosos con cualquiera de aquel sitio justo cuando iba a comenzar a hablar de nuevo, el sonido de las puertas cerrarse atrajo mi atención y luego la voz de nuestro jefe de alianza inundo el lugar, todo parecía indicar que el verdadero motivo de nuestra reunión en aquel sitio estaba por comenzar.
- Creo que deberiamos hacercarnos un poco ahora - le indique a la joven a mi lado para depués caminar un poco más hacia donde estaban todos y escuchar las palabras de aquel a la cabeza.
Thalie De Rose- Cambiante Clase Media
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Fecha de inscripción : 10/09/2012
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Re: Un secreto vestido de mascaras {La Alianza}
Eso sinceramente le habría hecho soltar una carcajada si no estuviesen ahí -Claro, creo que es suficientemente apuesto para tener esa confianza- Dijo con cierto tono en la voz, le había divertido y a la vez creía que probablemente tenía algo de cierto.
Asintió -Claro, no iba a inmiscuirla en esto... incluso si la causa me parece noble... - Vio hacia el anfitrión -No pensé en traerla cuando apenas sé lo que está sucediendo y cómo van a moverse los hilos a partir de ahora - Su plena conciencia estaba en que ella podía inmiscuirse hasta el cuello y salir de ello sin problema. Pero había algo que aún la mantenía alerta. Sonrió a los acompañantes de Remington saludándolos con un ligero movimiento. Se veían adorables de la manera en que iban.
Escuchó el discurso y arqueó una ceja, aunque esto no fue visible.Parecía que jugaba con ellos, o tal vez ella estaba muy a la defensiva en ese momento, o más bien desde que había dicho que pertenecía a la realeza. Era probablemente irracional juzgarle por eso y por eso se había aguantado la ida a pesar que no le agradaba mucho. Observó al licano -Es que no sabes de que va esto? aunque hablando de esta reunión, no sé quiénese de los presentes lo sabrá...- Observó a la vampiresa que estaba con Emerick. Curiosa combinación.
Hablaba en voz baja, no se sentía muy segura en ese sitio. Todo lo que estaba esperando era ver cómo se iba a desarrollar esa reunión y qué tanto era como había creído o no. Información, algo básico, la necesitaba. Si alguien como Remington estaba ahí, le daba curiosidad ¿A quién más habían invitado? No sabía como iban a proceder, pero aquí le darían las respuestas suficientes o eso era lo que esperaba, al menos.
Se quedó esperando ver qué más se les era dicho. Desvió su mirada buscando a la chica de antes, solo por curiosidad de ver donde estaba exactamente.
Asintió -Claro, no iba a inmiscuirla en esto... incluso si la causa me parece noble... - Vio hacia el anfitrión -No pensé en traerla cuando apenas sé lo que está sucediendo y cómo van a moverse los hilos a partir de ahora - Su plena conciencia estaba en que ella podía inmiscuirse hasta el cuello y salir de ello sin problema. Pero había algo que aún la mantenía alerta. Sonrió a los acompañantes de Remington saludándolos con un ligero movimiento. Se veían adorables de la manera en que iban.
Escuchó el discurso y arqueó una ceja, aunque esto no fue visible.Parecía que jugaba con ellos, o tal vez ella estaba muy a la defensiva en ese momento, o más bien desde que había dicho que pertenecía a la realeza. Era probablemente irracional juzgarle por eso y por eso se había aguantado la ida a pesar que no le agradaba mucho. Observó al licano -Es que no sabes de que va esto? aunque hablando de esta reunión, no sé quiénese de los presentes lo sabrá...- Observó a la vampiresa que estaba con Emerick. Curiosa combinación.
Hablaba en voz baja, no se sentía muy segura en ese sitio. Todo lo que estaba esperando era ver cómo se iba a desarrollar esa reunión y qué tanto era como había creído o no. Información, algo básico, la necesitaba. Si alguien como Remington estaba ahí, le daba curiosidad ¿A quién más habían invitado? No sabía como iban a proceder, pero aquí le darían las respuestas suficientes o eso era lo que esperaba, al menos.
Se quedó esperando ver qué más se les era dicho. Desvió su mirada buscando a la chica de antes, solo por curiosidad de ver donde estaba exactamente.
Esther de Le Santo- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 23/09/2011
Re: Un secreto vestido de mascaras {La Alianza}
En cuanto el Jefe terminó de decir aquella última frase, me sentí tan sofocada que mandé todo al carajo y comencé a desgarrarme aquel traje a la vista de todos. No me importó que se sintieran abochornados o algo por el estilo. ¿Para qué fingir estupideces que apenas tenían sentido? ¿Qué era realmente la Buena Sociedad, sino una vaga ilusión de cómo tienen que ser para que los demás no los miren a mal? A mí nunca me ha importado eso.
Cuando la mayoría del vestido estuvo desgarrado, dejando sólo la parte interna- más cómoda para moverme, vamos-, decidí que la máscara también me molestaba, tanto física como psicológicamente. Física, porque hería mis orejas. Psicológica, porque no le veía el sentido a tener una máscara puesta en una habitación llena de sobrenaturales. Y estaba segura de ello, porque no olía ninguna esencia enemiga que requiriera ocultar nuestras caras a los demás.
Así que sin mas, descubrí mi rostro. Al carajo esconder mi identidad. Si ellos tienen miedo de ser cazados, pues bien. Yo no temía a la caza. De hecho, yo era la caza.
-Inspiradoras palabras, Jefe- aplaudí, mientras le dedicaba una de mis típicas sonrisas- aunque creo que muchos apenas saben dónde están parados, o en qué se están metiendo. ¿Soportarán la presión de sentirse perseguidos día y noche por las bendiciones de Dios? ¿Aguantarán el ver a sus amigos despedazados en el suelo? Es un espectáculo que quiero ver.
Mi sonrisa se hizo más tenebrosa a medida que hablaba. Liza me reconvino mentalmente.
Riful, estás dando un espectáculo. Detente.
-Como quieras, Liza- sonreí a mi hermana con la misma expresión que le dediqué a los presentes- ¿Y bien? ¿Qué responden a eso? ¿Tanto miedo tienen a su destino que ocultan sus identidades?
Cuando la mayoría del vestido estuvo desgarrado, dejando sólo la parte interna- más cómoda para moverme, vamos-, decidí que la máscara también me molestaba, tanto física como psicológicamente. Física, porque hería mis orejas. Psicológica, porque no le veía el sentido a tener una máscara puesta en una habitación llena de sobrenaturales. Y estaba segura de ello, porque no olía ninguna esencia enemiga que requiriera ocultar nuestras caras a los demás.
Así que sin mas, descubrí mi rostro. Al carajo esconder mi identidad. Si ellos tienen miedo de ser cazados, pues bien. Yo no temía a la caza. De hecho, yo era la caza.
-Inspiradoras palabras, Jefe- aplaudí, mientras le dedicaba una de mis típicas sonrisas- aunque creo que muchos apenas saben dónde están parados, o en qué se están metiendo. ¿Soportarán la presión de sentirse perseguidos día y noche por las bendiciones de Dios? ¿Aguantarán el ver a sus amigos despedazados en el suelo? Es un espectáculo que quiero ver.
Mi sonrisa se hizo más tenebrosa a medida que hablaba. Liza me reconvino mentalmente.
Riful, estás dando un espectáculo. Detente.
-Como quieras, Liza- sonreí a mi hermana con la misma expresión que le dediqué a los presentes- ¿Y bien? ¿Qué responden a eso? ¿Tanto miedo tienen a su destino que ocultan sus identidades?
Riful- Cambiante Clase Baja
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Fecha de inscripción : 03/10/2012
Localización : En el abismo
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Re: Un secreto vestido de mascaras {La Alianza}
Me integré tardíamente a la fiesta de la Alianza, como es típico de mi y de la cual me habia llegado la invitación de un criado de mi amigo Emerick...al parecer la fiesta ya había comenzado a desarrollarse en distintos aspectos.....la música, el baile, los salud, la gente conociéndose todo parecía un extraño mundo para mi al cual me había dado la valentía de entrar gracias a mi libre pensamiento ante la sociedad, no podía dejar pasar esta ocasión, ni dejar de conocer a este grupo secreto....
Al entrar, me di cuenta de lo enorme que era este lugar, no podía hallar a Emerick entre tanta multitud, que ocupaba ese inmenso espacio...reconocí algunas caras familiares que había visto por ahí, pero ninguna señal de mi amigo...de seguro estaría en un lugar en dónde brillaba fervientemente por su clase social...
Y enseguida pensé que en esta fiesta tendría de comportarme, no podía andar gritando a los 4 vientos lo que me molesta del mundo, tenía que seguir un cierto protocolo, aunque me fastidiase, porque tampoco venía a echarle a perder la fiesta organizada por mi amigo....
Emerick había aparecido en frente de todos nosotros disculpándose y explicandonos la descripción de la organización y el fin al que ésta conlleva... yo le escuchaba con atención, y después poder acercarme a saludarle, pero el problema era que no sabía si yo podía rondar por su alrededor...quizás no me reconocería, ya que yo llevaba conmigo un traje negro, con un antifaz color dorado, imponiendo la idea de una de mis grandes operetas, con el personaje de "Don Giovanni"...
Pero tenía mi invitación a la mano, por si algún degenerado se atreve el preguntarme el "Que hace usted aquí?" Quién es usted?" preguntas estúpidas...si estoy aquí es porque me han invitado, si no fuese asi, me estaría peleando con los guardias de afuera....
En fin...solo estaba esperando el momento preciso para encontrarme con mi amigo (si es que puedo), para ofrecerle mis humildes servicios a esta asociación....
Al entrar, me di cuenta de lo enorme que era este lugar, no podía hallar a Emerick entre tanta multitud, que ocupaba ese inmenso espacio...reconocí algunas caras familiares que había visto por ahí, pero ninguna señal de mi amigo...de seguro estaría en un lugar en dónde brillaba fervientemente por su clase social...
Y enseguida pensé que en esta fiesta tendría de comportarme, no podía andar gritando a los 4 vientos lo que me molesta del mundo, tenía que seguir un cierto protocolo, aunque me fastidiase, porque tampoco venía a echarle a perder la fiesta organizada por mi amigo....
Emerick había aparecido en frente de todos nosotros disculpándose y explicandonos la descripción de la organización y el fin al que ésta conlleva... yo le escuchaba con atención, y después poder acercarme a saludarle, pero el problema era que no sabía si yo podía rondar por su alrededor...quizás no me reconocería, ya que yo llevaba conmigo un traje negro, con un antifaz color dorado, imponiendo la idea de una de mis grandes operetas, con el personaje de "Don Giovanni"...
Pero tenía mi invitación a la mano, por si algún degenerado se atreve el preguntarme el "Que hace usted aquí?" Quién es usted?" preguntas estúpidas...si estoy aquí es porque me han invitado, si no fuese asi, me estaría peleando con los guardias de afuera....
En fin...solo estaba esperando el momento preciso para encontrarme con mi amigo (si es que puedo), para ofrecerle mis humildes servicios a esta asociación....
Mikelangelo Van Dort- Vampiro/Realeza
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Re: Un secreto vestido de mascaras {La Alianza}
Dakota miraba inquisitivamente todo lo que ocurría a su alrededor, la palabrería del anfitrión simplemente le hizo suspirar con fuerza, si la mayoría de las personas que estaban ahí eran como el [Meros acompañantes] probablemente no tendrían ni idea de lo que pasaba en la sala, sin embargo aun girando el rostro hacia su alfa y analizando la expresión de la pequeña Melonee podía deducir que ellos tampoco tenían ni idea de lo que ocurría a su alrededor, la cachorra probablemente porque tampoco era como si estuviese muy interesada en el discurso del noble y el alfa porque según tenia entendido simplemente asistió al evento porque recibió la invitación. No quería quejarse pues no era su asunto, pero si pasaba algo demasiado peligroso probablemente no se callaría la boca.
- Entonces alfa, cuando comienza lo interesante?-Pregunto notando como la dama ciega entraba en escena, le pareció extraño que la mujer no llevase un bastón para guiarse o que no llevase consigo a algún acompañante que guiase su camino, debía haber perdido la vista hacia poco pues comúnmente las personas ciegas eran mas consientes de su especialidad que aquellos que nacieron con los ojos iluminados. Una sonrisa de agrado surgió hacia la muchacha recordando uno de los guerreros de la tribu a la que perteneció, quien a pesar de la invidencia utilizaba el arco como arma, y nunca fallo un tiro, durante las fiestas al asistía siendo guiado por dos impresionantes lobos blancos.
- Este sitio es extraño sabe alfa? Me da la sensación de que en cualquier momento alguien saltara y…-Dakota paro de susurrar hacia Remington en el momento en que la cambiaformas salto den entre el resto y comenzó a hablar, armando un tremendo follón, tenia ganas de rodar los ojos, golpearse la frente y golpear la frente de la chica, no le importaba en lo mas mínimo lo que ella hiciera, o lo que los demás hiciera, mientras rompiera con el aburrimiento que comenzaba a plagar la noche, sin embargo aquello le tomo por sorpresa obligándole a levantar una ceja-…Quitarse la ropa enfrente de todos…-comenzó a reírse sosteniendo su estomago, apoyando la cabeza en el hombro del alfa, no deseaba que el alfa le reprendiese por su mala educación así que trato de mitigar el sonido con el cuerpo de Remy, había querido taparle los ojos Melonee pero…Estaba muy ocupado conteniendo la risa
Alguna cosa extraña pasaba en la vida de Dakota de vez en cuando, y con extraño se refería a relativamente pues para empezar él era un hombre lobo medio indio, medio blanco que viajo a parís con una mascara cuadricula da en busca de una buena caza que pudiese afilarle los dientes y cumplir una venganza, una venganza que tenia fundamentos pero jamás un final.
- Muchacha! Deja de ponerte en ridículo y anda a vestirte, hay mas de una manera de protestar y esta no es la correcta- era cierto que él estuvo a al borde desde que llego, pero sin duda con quitarse la mascara hubiese sido suficiente, aunque por otro lado se había reído, Dakota nunca se reía, nunca levantaba la voz, nunca relajaba el ceño, él era Dakota, Dakota el Beta, Dakota El ejecutor.
- Entonces alfa, cuando comienza lo interesante?-Pregunto notando como la dama ciega entraba en escena, le pareció extraño que la mujer no llevase un bastón para guiarse o que no llevase consigo a algún acompañante que guiase su camino, debía haber perdido la vista hacia poco pues comúnmente las personas ciegas eran mas consientes de su especialidad que aquellos que nacieron con los ojos iluminados. Una sonrisa de agrado surgió hacia la muchacha recordando uno de los guerreros de la tribu a la que perteneció, quien a pesar de la invidencia utilizaba el arco como arma, y nunca fallo un tiro, durante las fiestas al asistía siendo guiado por dos impresionantes lobos blancos.
- Este sitio es extraño sabe alfa? Me da la sensación de que en cualquier momento alguien saltara y…-Dakota paro de susurrar hacia Remington en el momento en que la cambiaformas salto den entre el resto y comenzó a hablar, armando un tremendo follón, tenia ganas de rodar los ojos, golpearse la frente y golpear la frente de la chica, no le importaba en lo mas mínimo lo que ella hiciera, o lo que los demás hiciera, mientras rompiera con el aburrimiento que comenzaba a plagar la noche, sin embargo aquello le tomo por sorpresa obligándole a levantar una ceja-…Quitarse la ropa enfrente de todos…-comenzó a reírse sosteniendo su estomago, apoyando la cabeza en el hombro del alfa, no deseaba que el alfa le reprendiese por su mala educación así que trato de mitigar el sonido con el cuerpo de Remy, había querido taparle los ojos Melonee pero…Estaba muy ocupado conteniendo la risa
Alguna cosa extraña pasaba en la vida de Dakota de vez en cuando, y con extraño se refería a relativamente pues para empezar él era un hombre lobo medio indio, medio blanco que viajo a parís con una mascara cuadricula da en busca de una buena caza que pudiese afilarle los dientes y cumplir una venganza, una venganza que tenia fundamentos pero jamás un final.
- Muchacha! Deja de ponerte en ridículo y anda a vestirte, hay mas de una manera de protestar y esta no es la correcta- era cierto que él estuvo a al borde desde que llego, pero sin duda con quitarse la mascara hubiese sido suficiente, aunque por otro lado se había reído, Dakota nunca se reía, nunca levantaba la voz, nunca relajaba el ceño, él era Dakota, Dakota el Beta, Dakota El ejecutor.
Dakota Jagger- Licántropo Clase Baja
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Re: Un secreto vestido de mascaras {La Alianza}
La risa del acompañante de Remington casi le hace soltar la risa propia. No supo si era por la mujer que no había podido finalmente soportar aquello o por verle a él así y sentirse como contagiada. O tal vez eran ambas cosas. Ciertamente aquello le estaba poniendo de un humor poco favorable y eso le había sacado de ello. De buena gana se habría quitado la máscara también, realmente solo era como estar jugando y no le agradaba eso. Incuso si decían que era proteger su identidad, no veía como una simple máscara iba a lograr tal hazaña.
Se quedó cerca del par de lobos que al parecer no tenían nada que ver con todo aquello. Si había que decir verdades, aunque ella podía andar libremente con el vestido que traía habiéndolo elegido para no sentirse un león enjaulado como la muchacha y era justo por eso que esa falda parecían más jirones que una de alta costura, el lugar no es que fuese lo más adecuado. Empezaba a preguntarse qué se pretendía lograr en tenerlos en un lugar como ese. Una reunión, el sitio oficial... ¿Qué no era extraño? Mostrar la ubicación así? Si había intrusos o cualquier cosa... por qué hacer directamente una reunión alí sin saber aún quien era su aliado o su enemigo en ese sitio?
Como sea ella no era de pensar tanto las cosas, de momento quería un trago, se estaba empezando a cabrear porque aquello parecía más un juego que otra cosa. Y tal vez ella no odiaba las ropas, pero si que le dieran vueltas a las cosas. Su carácter explosivo ya había estado conteniéndose demasiado rato, estaba empezando a perder la paciencia también, no iba a hacerlo como Riful, pero estaba cansándose de que no pasase nada realmente importante o que le diera noción de la razón por la que había ofrecido su ayuda en un primer momento.
Chasqueó la lengua. Aunque aquello le había hecho gracia se estaba poniendo de mal humor y quería aventarle algo por la cabeza al tal Emerick. Había dicho ciertas cosas pero no veía ni reflejo aún de nada de ello. Se preguntaba si sería como la mayoría de los nobles. Si era así, había un problema mayor para ella. O tal vez no podía llamarlo tal tampoco. Se acercó a Remington para poder hablarle con un mero tono de confidencialidad viendo a Dakota apenas conteniendo la risa, eso le hizo sonreír de momento -Hey... tal vez no estes en el mejor lugar Remington - Lo dio con una pizca de malicia. El hombre no sabía de qué iba aquello, eso le daba la oportunidad de decir algo como eso. Observó a la joven que se había desgarrado el vestido viendo si haría algo más o qué haría el resto.
Se quedó cerca del par de lobos que al parecer no tenían nada que ver con todo aquello. Si había que decir verdades, aunque ella podía andar libremente con el vestido que traía habiéndolo elegido para no sentirse un león enjaulado como la muchacha y era justo por eso que esa falda parecían más jirones que una de alta costura, el lugar no es que fuese lo más adecuado. Empezaba a preguntarse qué se pretendía lograr en tenerlos en un lugar como ese. Una reunión, el sitio oficial... ¿Qué no era extraño? Mostrar la ubicación así? Si había intrusos o cualquier cosa... por qué hacer directamente una reunión alí sin saber aún quien era su aliado o su enemigo en ese sitio?
Como sea ella no era de pensar tanto las cosas, de momento quería un trago, se estaba empezando a cabrear porque aquello parecía más un juego que otra cosa. Y tal vez ella no odiaba las ropas, pero si que le dieran vueltas a las cosas. Su carácter explosivo ya había estado conteniéndose demasiado rato, estaba empezando a perder la paciencia también, no iba a hacerlo como Riful, pero estaba cansándose de que no pasase nada realmente importante o que le diera noción de la razón por la que había ofrecido su ayuda en un primer momento.
Chasqueó la lengua. Aunque aquello le había hecho gracia se estaba poniendo de mal humor y quería aventarle algo por la cabeza al tal Emerick. Había dicho ciertas cosas pero no veía ni reflejo aún de nada de ello. Se preguntaba si sería como la mayoría de los nobles. Si era así, había un problema mayor para ella. O tal vez no podía llamarlo tal tampoco. Se acercó a Remington para poder hablarle con un mero tono de confidencialidad viendo a Dakota apenas conteniendo la risa, eso le hizo sonreír de momento -Hey... tal vez no estes en el mejor lugar Remington - Lo dio con una pizca de malicia. El hombre no sabía de qué iba aquello, eso le daba la oportunidad de decir algo como eso. Observó a la joven que se había desgarrado el vestido viendo si haría algo más o qué haría el resto.
Última edición por Esther de Le Santo el Miér Nov 21, 2012 4:16 pm, editado 1 vez
Esther de Le Santo- Licántropo Clase Alta
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Re: Un secreto vestido de mascaras {La Alianza}
Escucho a la descarada loba y le dirigió una mirada, posiblemente sus palabras tenían algo de razón, pero el debía conocer lo que le rodeaba. No podía solo aislarse y decidir ignorar el avance del mundo, el aislamiento de su gente solo los condenaría a la destrucción.
-no creo que allá cometido un error…aun.
Aseguro. No, aun no sentía arrepentimiento, las cosas estaban algo raras por ahí pero el conocimiento siempre era ganancia. Dirigió la mirada a su beta y levanto una mano, como diciéndole que calmara su risa. Lo comprendía y de hecho el se abría reído, pero su posición le indicaba guardar comportara. Volvió la mirada a la joven, viendo sus ropas destrozadas le recorrió hasta llegar a su rostro, a sus ojos. La mujer estaba apenas vestida pero no era sorpresa. No en una comunidad de lobos en la que la desnudez no era signo de vergüenza. Durante la luna la desnudez se volvía algo natural. Nada que ver con morbo o como indebido, solo la aceptación de su piel y su naturaleza. La desnudes era algo bello y no algo que debiese tomarse con morbo y sucia lujuria. El cuerpo merecía respeto.
-hemos sido invitados aquí, con indicaciones precisas y lo menos que le debemos al anfitrión es el respeto por sus normas.
Contesto con simpleza. Ellos no se sentía cómodos con ropas formales, incluso ahora había algo de piel entre su atuendo, haciéndole sentir cerca de su naturaleza, la mascara tampoco era algo que apoyara. En su comunidad las mascaras eran usadas solo por aquellos llamados “ejecutores” era algo ceremonial, algo de respeto. Algo que denotaba la posición de aquel que había renunciado a mucho para el servicio de sus hermanos. Que ellos las usaran parecía incorrecto pero no estaban en su comunidad, se estaban moviendo bajo las normas humanas. Con la mas cordial de las invitaciones y sin nada que les indicase dar una respuesta agresiva hasta ahora.
-No puedo evitar preguntarle, todas esas cuestiones señorita. Son para los presentes o para usted misma?
Parecía una protesta más a su propia actitud que algo en contra de los demás. Ella no podía conocerlo, no podía saber quien era, parecía también consiente de que mas aparte de el no entendían a ciencia cierta su presencia ahí, entonces por que esa clase de preguntas? Como si hubiesen afirmado algo ya? Cuando no encontraban sentido en sus palabras. Como saber de que le hablaba.
-Y si desea respuesta entonces antes deberá aclararme a que dios se refiere y por qué desea mi vista sobre la muerte de mi familia.
-no creo que allá cometido un error…aun.
Aseguro. No, aun no sentía arrepentimiento, las cosas estaban algo raras por ahí pero el conocimiento siempre era ganancia. Dirigió la mirada a su beta y levanto una mano, como diciéndole que calmara su risa. Lo comprendía y de hecho el se abría reído, pero su posición le indicaba guardar comportara. Volvió la mirada a la joven, viendo sus ropas destrozadas le recorrió hasta llegar a su rostro, a sus ojos. La mujer estaba apenas vestida pero no era sorpresa. No en una comunidad de lobos en la que la desnudez no era signo de vergüenza. Durante la luna la desnudez se volvía algo natural. Nada que ver con morbo o como indebido, solo la aceptación de su piel y su naturaleza. La desnudes era algo bello y no algo que debiese tomarse con morbo y sucia lujuria. El cuerpo merecía respeto.
-hemos sido invitados aquí, con indicaciones precisas y lo menos que le debemos al anfitrión es el respeto por sus normas.
Contesto con simpleza. Ellos no se sentía cómodos con ropas formales, incluso ahora había algo de piel entre su atuendo, haciéndole sentir cerca de su naturaleza, la mascara tampoco era algo que apoyara. En su comunidad las mascaras eran usadas solo por aquellos llamados “ejecutores” era algo ceremonial, algo de respeto. Algo que denotaba la posición de aquel que había renunciado a mucho para el servicio de sus hermanos. Que ellos las usaran parecía incorrecto pero no estaban en su comunidad, se estaban moviendo bajo las normas humanas. Con la mas cordial de las invitaciones y sin nada que les indicase dar una respuesta agresiva hasta ahora.
-No puedo evitar preguntarle, todas esas cuestiones señorita. Son para los presentes o para usted misma?
Parecía una protesta más a su propia actitud que algo en contra de los demás. Ella no podía conocerlo, no podía saber quien era, parecía también consiente de que mas aparte de el no entendían a ciencia cierta su presencia ahí, entonces por que esa clase de preguntas? Como si hubiesen afirmado algo ya? Cuando no encontraban sentido en sus palabras. Como saber de que le hablaba.
-Y si desea respuesta entonces antes deberá aclararme a que dios se refiere y por qué desea mi vista sobre la muerte de mi familia.
Remington Talbot Colton- Licántropo Clase Alta
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Re: Un secreto vestido de mascaras {La Alianza}
Jugar con fuego es más fácil de lo que parece,
siempre y cuando no te descubran
Selene sabía muy bien que se estaba arriesgando, y mucho. Lo había hecho por diversos motivos, y uno de ellos eran sus sospechas. Era probable que no cumplieran con su trato aquellos que sabían dónde estaba su adorado primo. Lo había pensado siempre. Claro que ocurriría lo mismo con ella con el tiempo. La espada de Damocles pendía sobre su cabeza desde hace mucho.
Pero ése no era su motivo más poderoso para meterse dónde se había metido. No, ni por asomo. La inclinación ideológica le podía, su sentido por la justicia era más fuerte, y eso junto a sus sospechas la llevaron a adelantar un poco su pequeño proyecto...a jugar con fuego. Había que hacerlo, pues tarde o temprano habría que tomar una decisión.
Había oído hablar de aquellla organización hacía relativamente poco tiempo, y estaba segura de que muchos no se fiarían de ella. No tenía la menor intención de decir en voz alta para quiénes se suponía qué trabajaba, pero era probable que algunos de los presentes en aquella fiesta pudiera leer mentes. Pero tampoco estaba asustada. Selene estaba bien segura de sus intenciones. No temía que la consideraran una traidora, pues tenía muy claro sus ideales.
Eso sí, debía tener muchísimo cuidado con su identidad. Aquellos para los que trabajaba, la Inquisición, no podía saber qué ella se presentaría allí.
Estuvo de los nervios el día que recibió la invitación. Pero lo hizo todo con cuidado.
El día señalado para el acontecimiento se puso uno de sus vestidos más bellos y viejos, uno que no habría osado ponerse en su país natal, de color negro y dorado con adornos exquisitos. La máscara que llevaba era dorada, por lo que le daba un aire bastante elegante. ¿Y el pelo? Suelto, por supuesyo.
Cuando al fin llegó le mostró la invitación a la dama vestida de bufona y pasó acompañada por los dos criados al interior, observando con interés todo lo que había a su alrededor.
Y cuando llegó adónde estaba todo el mundo...sonrió con tristeza. Sabía que había llegado un poco tarde, todo el mundo estaba ya allí, o al menos gran parte de los que deberían venir. No conocía a ninguno de ellos aún, o al menos a casi ninguno. Era probable que hubiera oído hablar de unos cuantos.
La pelirroja se metió entre la gente, directamente. Observando a todo el mundo.
Entonces apareció el anfitrión de la fiesta, que se llamaba...mmm...¿cómo era? Emmerick. Explicó todo lo que había que saber para empezar sobre la organización, lo que pretendía, lo que conllevaba y lo que hacía. Selene se abrió un poco paso entre la gente, metiéndose más entre la multitud, mientras le escuchaba con curiosidad, con la cabeza algo ladeada cual niña curiosa.
Sonrió aún con más tristeza. Ella tenía bien claro en qué podría ser útil, pero no parecía muy sensato decirlo en voz alta. Había algunos personajes curiosos allí. Algunos nombres que ya iban resultando conocidos.
-Creo que más de uno tiene muy claro el motivo por el cual está aquí-dijo la muchacha en voz no demasiado alta, pero bien clara y firme. Las palabras del jefe de aquella organización le había hecho pensar-Yo, por mi parte, no creo que pueda proporcionar medios, lo que por ahora podría hacer de verdadera utilidad es pasar información...o luchar cuando haya que luchar-no por algo podía pasarles información del enemigo. Era como un topo. Solía espiar, pero como bruja también sabía pelear. Tenía...experiencia. Claro que no iba a decir todo lo que podía hacer así de cajón delante de todos. Las cosas poco a poco.
Suelo contempló cómo una joven se hartaba de ocultar su identidad y se
Luego vio como una joven se hartaba de ocultar su identidad. Era más que evidente, pues se quitó la máscara...y la ropa.
La pelirroja hizo un puchero. Le iba a caer bien aquella muchacha por semejante desparpajo aunque no le hubiese hecho mucha gracia que se quitara la ropa.
-¡Mon dieu! Menudo desparpajo. Pero creo que hay otras formas de demostrar disconformidad...creáme conozco muchas-sonrió con tristeza y la contempló sin malicia. Cómo envidiaba ese desparpajo...¡ojalá la bruja pudiera hacer lo mismo! Luego volvió a mirar a los demás y al anfitrión y jefe de aquella organización.
siempre y cuando no te descubran
Selene sabía muy bien que se estaba arriesgando, y mucho. Lo había hecho por diversos motivos, y uno de ellos eran sus sospechas. Era probable que no cumplieran con su trato aquellos que sabían dónde estaba su adorado primo. Lo había pensado siempre. Claro que ocurriría lo mismo con ella con el tiempo. La espada de Damocles pendía sobre su cabeza desde hace mucho.
Pero ése no era su motivo más poderoso para meterse dónde se había metido. No, ni por asomo. La inclinación ideológica le podía, su sentido por la justicia era más fuerte, y eso junto a sus sospechas la llevaron a adelantar un poco su pequeño proyecto...a jugar con fuego. Había que hacerlo, pues tarde o temprano habría que tomar una decisión.
Había oído hablar de aquellla organización hacía relativamente poco tiempo, y estaba segura de que muchos no se fiarían de ella. No tenía la menor intención de decir en voz alta para quiénes se suponía qué trabajaba, pero era probable que algunos de los presentes en aquella fiesta pudiera leer mentes. Pero tampoco estaba asustada. Selene estaba bien segura de sus intenciones. No temía que la consideraran una traidora, pues tenía muy claro sus ideales.
Eso sí, debía tener muchísimo cuidado con su identidad. Aquellos para los que trabajaba, la Inquisición, no podía saber qué ella se presentaría allí.
Estuvo de los nervios el día que recibió la invitación. Pero lo hizo todo con cuidado.
El día señalado para el acontecimiento se puso uno de sus vestidos más bellos y viejos, uno que no habría osado ponerse en su país natal, de color negro y dorado con adornos exquisitos. La máscara que llevaba era dorada, por lo que le daba un aire bastante elegante. ¿Y el pelo? Suelto, por supuesyo.
Cuando al fin llegó le mostró la invitación a la dama vestida de bufona y pasó acompañada por los dos criados al interior, observando con interés todo lo que había a su alrededor.
Y cuando llegó adónde estaba todo el mundo...sonrió con tristeza. Sabía que había llegado un poco tarde, todo el mundo estaba ya allí, o al menos gran parte de los que deberían venir. No conocía a ninguno de ellos aún, o al menos a casi ninguno. Era probable que hubiera oído hablar de unos cuantos.
La pelirroja se metió entre la gente, directamente. Observando a todo el mundo.
Entonces apareció el anfitrión de la fiesta, que se llamaba...mmm...¿cómo era? Emmerick. Explicó todo lo que había que saber para empezar sobre la organización, lo que pretendía, lo que conllevaba y lo que hacía. Selene se abrió un poco paso entre la gente, metiéndose más entre la multitud, mientras le escuchaba con curiosidad, con la cabeza algo ladeada cual niña curiosa.
Sonrió aún con más tristeza. Ella tenía bien claro en qué podría ser útil, pero no parecía muy sensato decirlo en voz alta. Había algunos personajes curiosos allí. Algunos nombres que ya iban resultando conocidos.
-Creo que más de uno tiene muy claro el motivo por el cual está aquí-dijo la muchacha en voz no demasiado alta, pero bien clara y firme. Las palabras del jefe de aquella organización le había hecho pensar-Yo, por mi parte, no creo que pueda proporcionar medios, lo que por ahora podría hacer de verdadera utilidad es pasar información...o luchar cuando haya que luchar-no por algo podía pasarles información del enemigo. Era como un topo. Solía espiar, pero como bruja también sabía pelear. Tenía...experiencia. Claro que no iba a decir todo lo que podía hacer así de cajón delante de todos. Las cosas poco a poco.
Suelo contempló cómo una joven se hartaba de ocultar su identidad y se
Luego vio como una joven se hartaba de ocultar su identidad. Era más que evidente, pues se quitó la máscara...y la ropa.
La pelirroja hizo un puchero. Le iba a caer bien aquella muchacha por semejante desparpajo aunque no le hubiese hecho mucha gracia que se quitara la ropa.
-¡Mon dieu! Menudo desparpajo. Pero creo que hay otras formas de demostrar disconformidad...creáme conozco muchas-sonrió con tristeza y la contempló sin malicia. Cómo envidiaba ese desparpajo...¡ojalá la bruja pudiera hacer lo mismo! Luego volvió a mirar a los demás y al anfitrión y jefe de aquella organización.
Selene Ladomie- Condenado/Hechicero/Clase Media
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Re: Un secreto vestido de mascaras {La Alianza}
"Cuando dos elefantes luchan es la hierba la que sufre."
Proverbio Africano
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Había estado presente desde los inicios mismos de la fiesta, desde que la organización en sí había comenzado a agarrar forma. Había ayudado al montaje de la parte salud, sabía muy bien como debían de ser los hospitales, siendo que él mismo trabajaría de manera fija en aquel lugar; como “Doctor” para los ojos extraños, mientras que para los más conocidos, sería una ya conocido brujo con habilidades de curandero.
Vestía de forma elegante y observaba a todos con suspicacia por debajo de su antifaz marrón mientras se preguntaba si se encontraría con algún otro brujo, alguno de los suyos y si es que alguien en ellos conocería su secreto de amago de inmortalidad. Hasta ahora, todo parecía marchar bien, todo parecía ir tranquilo hasta que uno de los vampiros quiso pasarse de listo con una de las criadas y evidentemente fue descubierto. A Violette no se le escaparía ninguna de las mentes y el líder podía considerarse afortunado de contar con ella, no cualquiera conseguía un vampiro con semejantes poderes y años encima.
— Menudo idiota — rió burlón mientras estiraba su cuello entre la multitud para poder ver a través del ventanal como es que lo echaban de patitas a la calle.
Pronto el espectáculo pasó y el Duque encubierto regresó al salón, ubicándose en la parte delantera de éste, justo por delante de aquella cortina que él mismo había colgado con particular cuidado, y desde donde comenzó a ofrecer su discurso de ideas. Eustace miró alrededor, se preguntaba con cuantas personas de las presentes habría hablado Emerick en persona, cuantas de ellas sabrían ya la identidad de su anfitrión y cuantos otros lo sospecharían pues algo le decía que muchos pecaban de sabiondos y jugaban también a los adivinos que, por supuesto, no eran.
Una mujer carraspeó, y él como muchos, se vio vuelta a mirarle para escuchar como se disculpaba y rogaba por un poco de ayuda para ubicarse. Quiso ignorarla, no era asunto suyo, pero justo en ese momento otras de las mujeres comenzó a rajarse la ropa para sacársela de encima como si ésta le resultara desagradable, entonces le reconoció. Era Riful del Oeste, la salvaje, mal educada y siempre desesperada de atención, Riful.
Rodó los ojos y antes de que estallara todo en una gran trifulca, se acercó a la mujer ciega y le tomó del brazo para llevarla a un costado en donde le sentó, quizás con más brusquedad de la que debiera hacer alarde un caballero, pero aquella era su forma de ayudarla y salvarle del desorden, su propia forma que jamás podría haber sido clasificada como social.
Se dio la vuelta, y miró a Riful, como la muchachita seguía con su estúpido espectáculo del cual el resto no parecía estar muy conforme, mas sus manos le picaban de las ganas de maldecirla y hacer que esos mismos jirones de su vestido destrozado se alzaran rebeldes para amarrarle de pies a cabeza hasta dejarle sin respiración por el tiempo que fuese necesario para su propio escarmiento. Para fortuna de ella, sabía que debía comportarse, pero su magia se tentaba a salir de todos modos y los jirones de ropa vibraban sobre el suelo, amenazantes de hacer realidad sus pensamientos. Pobre y estúpida Riful.
Vestía de forma elegante y observaba a todos con suspicacia por debajo de su antifaz marrón mientras se preguntaba si se encontraría con algún otro brujo, alguno de los suyos y si es que alguien en ellos conocería su secreto de amago de inmortalidad. Hasta ahora, todo parecía marchar bien, todo parecía ir tranquilo hasta que uno de los vampiros quiso pasarse de listo con una de las criadas y evidentemente fue descubierto. A Violette no se le escaparía ninguna de las mentes y el líder podía considerarse afortunado de contar con ella, no cualquiera conseguía un vampiro con semejantes poderes y años encima.
— Menudo idiota — rió burlón mientras estiraba su cuello entre la multitud para poder ver a través del ventanal como es que lo echaban de patitas a la calle.
Pronto el espectáculo pasó y el Duque encubierto regresó al salón, ubicándose en la parte delantera de éste, justo por delante de aquella cortina que él mismo había colgado con particular cuidado, y desde donde comenzó a ofrecer su discurso de ideas. Eustace miró alrededor, se preguntaba con cuantas personas de las presentes habría hablado Emerick en persona, cuantas de ellas sabrían ya la identidad de su anfitrión y cuantos otros lo sospecharían pues algo le decía que muchos pecaban de sabiondos y jugaban también a los adivinos que, por supuesto, no eran.
Una mujer carraspeó, y él como muchos, se vio vuelta a mirarle para escuchar como se disculpaba y rogaba por un poco de ayuda para ubicarse. Quiso ignorarla, no era asunto suyo, pero justo en ese momento otras de las mujeres comenzó a rajarse la ropa para sacársela de encima como si ésta le resultara desagradable, entonces le reconoció. Era Riful del Oeste, la salvaje, mal educada y siempre desesperada de atención, Riful.
Rodó los ojos y antes de que estallara todo en una gran trifulca, se acercó a la mujer ciega y le tomó del brazo para llevarla a un costado en donde le sentó, quizás con más brusquedad de la que debiera hacer alarde un caballero, pero aquella era su forma de ayudarla y salvarle del desorden, su propia forma que jamás podría haber sido clasificada como social.
Se dio la vuelta, y miró a Riful, como la muchachita seguía con su estúpido espectáculo del cual el resto no parecía estar muy conforme, mas sus manos le picaban de las ganas de maldecirla y hacer que esos mismos jirones de su vestido destrozado se alzaran rebeldes para amarrarle de pies a cabeza hasta dejarle sin respiración por el tiempo que fuese necesario para su propio escarmiento. Para fortuna de ella, sabía que debía comportarse, pero su magia se tentaba a salir de todos modos y los jirones de ropa vibraban sobre el suelo, amenazantes de hacer realidad sus pensamientos. Pobre y estúpida Riful.
Última edición por Eustace Dubois el Sáb Ene 12, 2013 2:28 pm, editado 2 veces
Eustace Gougeon- Hechicero Clase Media
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Re: Un secreto vestido de mascaras {La Alianza}
Era muy atrevido lo que Riful había hecho, pero era muy cierto. Crystall ya había compartido el campo de batalla con ella en la noche del teatro, en la Redada en París y la experiencia de Crystall le decía que subestimar a la iglesia era imprudente y mortal.
Sin embargo, aquella alianza que el Duque Emerick Boussingaut estaba creando iba más allá de atacar a la inquisición y el protocolo del baile de disfraces era algo que claramente Riful no comprendía.
Crystall dejó atrás a Derek y dirigiéndose a todos así hablo, —Compañeros aliados la joven tiene razón, no sé cuantos de ustedes hayan enfrentado a un inquisidor. Yo he matado a muchos pero también sufrido heridas y riesgos de muerte, en mi última batalla luché con un maestro inquisidor de nombre Ruggero Rosso, salí avante pero casi pierdo lo que más quiero; mas es muy precipitado declarar esta alianza un fuerte de guerreros que irán en contra de nuestros enemigos mortales. Sólo el Duque sabrá el rol de cada uno de nosotros y esta reunión se ha convocado para satisfacer cada una de nuestras dudas. Yo soy una bruja y Crystall es mi nombre—.
Crystall conservó su máscara, no por temor, sino por obediencia al Duque. Lo volvió a mirar y pensó en los escritos que había encontrado en su librería acerca de un elixir conocido como Lágrimas de Dios. Crystall estaría muy al pendiente para sacar conocimientos de quien sepa algo de ello.
—Ahora demos la palabra a nuestro líder, que nuestras dudas ha de aclarar— dijo Crystall y regresó a ocupar su lugar junto a su hermano, éste le cogió entre sus brazos y ella reposo su cabeza en el pecho de él.
Sin embargo, aquella alianza que el Duque Emerick Boussingaut estaba creando iba más allá de atacar a la inquisición y el protocolo del baile de disfraces era algo que claramente Riful no comprendía.
Crystall dejó atrás a Derek y dirigiéndose a todos así hablo, —Compañeros aliados la joven tiene razón, no sé cuantos de ustedes hayan enfrentado a un inquisidor. Yo he matado a muchos pero también sufrido heridas y riesgos de muerte, en mi última batalla luché con un maestro inquisidor de nombre Ruggero Rosso, salí avante pero casi pierdo lo que más quiero; mas es muy precipitado declarar esta alianza un fuerte de guerreros que irán en contra de nuestros enemigos mortales. Sólo el Duque sabrá el rol de cada uno de nosotros y esta reunión se ha convocado para satisfacer cada una de nuestras dudas. Yo soy una bruja y Crystall es mi nombre—.
Crystall conservó su máscara, no por temor, sino por obediencia al Duque. Lo volvió a mirar y pensó en los escritos que había encontrado en su librería acerca de un elixir conocido como Lágrimas de Dios. Crystall estaría muy al pendiente para sacar conocimientos de quien sepa algo de ello.
—Ahora demos la palabra a nuestro líder, que nuestras dudas ha de aclarar— dijo Crystall y regresó a ocupar su lugar junto a su hermano, éste le cogió entre sus brazos y ella reposo su cabeza en el pecho de él.
Crystall Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Un secreto vestido de mascaras {La Alianza}
Justo cuando puse un pie dentro del lugar, escuche a lo que parecía una cambiaformas desgarrarse las ropas. La confusión se apoderó de mí, especialmente cuando sentí un brazo llevarme hacia algún lugar desconocido y sentarme con brusquedad. Bufé de disgusto, aunque luego el arrepentimiento se apoderó de mí. No había sido de la mejor manera, pero al menos aquella persona desconocida había tratado de ayudarme.
-Gracias- dije, muy bajito, esperando que mi voz no llamara demasiado la atención. Un chispazo de las auras de cada una de las personas me permitió ver que muchas eran sobrenaturales y brujos como yo, especialmente la persona que me había llevado a un lugar seguro.
Escuché atentamente las palabras de la que parecía ser Riful del Oeste, un nombre que no sonaba demasiado bonito a mis oídos. ¿Cómo es que el Duque había conseguido una alianza con aquella mujer tan peligrosa? ¿Por qué habría de necesitarla? ¿No bastaba con el inmenso despliegue de personas que había en aquel lugar?
Aunque en cierta forma, aquella chica demente tenía razón. A lo que nos enfrentábamos era a los soldados de Dios, preparados durante toda su vida para matarnos. ¿Qué ventajas teníamos nosotros? Muy pocas. Quizá ninguna. ¿Podríamos soportar la idea de la muerte? Al parecer, la bruja llamada Crystall creía que sí. Y que cada uno tenía un papel en aquella empresa.
-Me pregunto qué querrá el Duque de una bruja ciega que ve visiones- me pregunté, en voz baja. Era una interrogante que me hacía pensar.
-Gracias- dije, muy bajito, esperando que mi voz no llamara demasiado la atención. Un chispazo de las auras de cada una de las personas me permitió ver que muchas eran sobrenaturales y brujos como yo, especialmente la persona que me había llevado a un lugar seguro.
Escuché atentamente las palabras de la que parecía ser Riful del Oeste, un nombre que no sonaba demasiado bonito a mis oídos. ¿Cómo es que el Duque había conseguido una alianza con aquella mujer tan peligrosa? ¿Por qué habría de necesitarla? ¿No bastaba con el inmenso despliegue de personas que había en aquel lugar?
Aunque en cierta forma, aquella chica demente tenía razón. A lo que nos enfrentábamos era a los soldados de Dios, preparados durante toda su vida para matarnos. ¿Qué ventajas teníamos nosotros? Muy pocas. Quizá ninguna. ¿Podríamos soportar la idea de la muerte? Al parecer, la bruja llamada Crystall creía que sí. Y que cada uno tenía un papel en aquella empresa.
-Me pregunto qué querrá el Duque de una bruja ciega que ve visiones- me pregunté, en voz baja. Era una interrogante que me hacía pensar.
Karólynn Schwarowzki- Hechicero Clase Media
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Re: Un secreto vestido de mascaras {La Alianza}
"Existen derrotas, pero nadie está a salvo de ellas. Por eso es mejor perder algunos combates en la lucha por nuestros sueños que ser derrotados sin siquiera saber por qué se está luchando."
Paulo Coelho
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Apenas acababa de concluir sus primeras palabras, que no habían sido más que el preludio para lo que verdaderamente importaban, cuando un nuevo escándalo, esta vez más notorio que el anterior, comenzó a gestarse por parte de la obra y gracia de Riful. Respiró profundamente, era algo que quizás debiera esperárselo al tener, entre sus invitados, seres de naturaleza tan salvaje como algunos licántropos y cambiaformas, mas se había hecho ya la ilusión de que la muchacha podía llegar a ser un miembro de confianza, pero ya estaba comprobado que la mujer era incapaz de seguir instrucciones y además su lealtad no estaba con ellos sino con su propia impulsividad.
— Inspiradoras palabras, Jefe — dijo la cambiaformas, haciendo que la cara del Duque se contrajera del desconcierto aún por debajo de su antifaz.
— Lo siento, Madame, pero aun no habéis escuchado nada de lo en verdad interesante — intentó responder con calma y educación aun cuando sus más fuertes y trabajosamente contenidos impulsos fueron apretarle del pescuezo cuando ella prosiguió.
— ¿Soportarán la presión de sentirse perseguidos día y noche por las bendiciones de Dios? ¿Aguantarán el ver a sus amigos despedazados en el suelo? Es un espectáculo que quiero ver.
«El espectáculo lo estáis dando vos» estuvo a punto de decir, pero otra de las voces masculinas se encargó de exteriorizarlo, por lo que su nariz olfateó con disimulo en dirección del hombre con aroma desconocido, pero que tenía toda la facha, personalidad y aroma de quien pertenece a su misma especie. Otra voz vino esta vez del costado de la anterior, todo indicaba ser que ambos señores eran cercanos entre sí y de la misma especie, probablemente miembros importantes de las manadas que le había mencionado Antonella Morel a quien también buscó con la mirada, pero antes de encontrarla, una tercera opinión, esta vez más alentadora, salió de los labios de una misteriosa pelirroja a quien creyó reconocer solamente por aquella cabellera... eso sería interesante, una condenada unida a su causa.
Una nueva mujer, quien se presentó a si misma como Crystall, se dirigió al resto procurando alentarles, mas en medio de su discurso le mencionó a él como “el Duque” y Emerick le observó escéptico ¿En qué momento les había dicho que podían revelarse las identidades de todos? Resopló, por suerte había tomado ya las precauciones necesarias para que entrasen ahí sólo los verdaderamente seleccionados.
— Muchas gracias Crystall, aunque debido a vuestras palabras delatoras, creo que ya no veo la necesidad de seguir usando esto — mencionó sacándose el antifaz para mostrarse ante todos, quizás un poco antes del tiempo pronosticado, pues debido a su titularidad en la Corporación, su identidad es algo que los presentes terminarían sabiendo antes o después.
— Sabed todos, que desde que se ha cerrado esa puerta y ustedes han permanecido en el interior de este salón, es que vuestras mentes y pensamiento han superado la prueba necesaria de confianza para ser conocedores de las intenciones de esta nueva Alianza, y que sepáis no todos lo han logrado — señaló para dejarlo en claro, y aun cuando ya había develado la lectura de mentes a la que todos fueron sometidos, no revelaría la identidad de su arma secreta. Como los más ancianos dicen “Se cuenta el milagro, pero no el santo”— Vuestras identidades están realmente a salvo dentro de este lugar, mas la decisión de mostrarse o no seguirá siendo vuestra — les explicó entregando su antifaz a uno de sus allegados.
— Primero que todo, cabe señalar que este no es precisamente un grupo separatista y revolucionario, no estamos aquí para luchar ciegamente contra la opresión, estamos aquí para unir mentes y pensar con inteligencia, para debilitar al enemigo, para dejarle en evidencia. La Inquisición no está formada por santos sino por asesinos, por perseguidores despiadados y creyentes de palabras sin fuerza, humanos guiados por líderes pecadores que han sido encubiertos por su propio poder. Ningún inquisidor, nunca se ha dado la tarea comprobar la humanidad real que hay debajo de las pieles de los sobrenaturales. Somos perseguidos por su propia ignorancia y por aquellos que dentro de nuestra naturaleza disfrutan de armar el caos. Es una sociedad fuerte y poderosa, pero poco inteligente; tiene debilidades y comete errores y he ahí en donde está nuestra ventaja y el porque no debemos lanzarnos a la lucha ciega — miró a Riful — No vamos a pelear a menos que sea necesario, vamos a actuar con inteligencia.
Se hizo entonces a un lado y cogió una de las cuerdas que pendían de las cortinas a su espalda, la que replegó hacia los costados de un solo tirón, dejando al resto de la habitación al descubierto. El lugar era tan amplio como el salón de baile en que antes habían estado, sólo que a diferencia de ese, éste estaba equipado con un par de sillones y mesones en cuya superficie descansaba un sinnúmero de planos y pergaminos con importantes documentos, así como en las paredes se colgaban también algunas armas de fina herrería, confeccionadas ni más ni menos que por la misma Gianella Massone.
— Bienvenidos a la verdadera cara de la N-Corporation — volvió a dirigirse a todos en voz alta — Lo que estáis pisando ahora es la supuesta ala dedicada al cuidado de enfermos contagiosos y terminales, un lugar con peligro de contagio de tuberculosis, pestes y otras enfermedades que necesitan de cuarentena. Un área especialmente protegida, aun cuando su fama jamás invitaría a ningún extraño por mera curiosidad, cuya guardia está completamente justificada por lo ya mencionado, además de estar respaldada por las leyes de salud lo que impide la entrada a extraños sin una orden especial de cateo y el único personal autorizado para acceder a ella está aquí, son ustedes, y por tanto es, en otras palabras, el centro de operaciones de la Alianza de criaturas sobrenaturales cuyo principal objetivo es la abolición legal de los poderes de la Inquisición; esta es lucha por nuestra vida... no por nuestra muerte.
— Inspiradoras palabras, Jefe — dijo la cambiaformas, haciendo que la cara del Duque se contrajera del desconcierto aún por debajo de su antifaz.
— Lo siento, Madame, pero aun no habéis escuchado nada de lo en verdad interesante — intentó responder con calma y educación aun cuando sus más fuertes y trabajosamente contenidos impulsos fueron apretarle del pescuezo cuando ella prosiguió.
— ¿Soportarán la presión de sentirse perseguidos día y noche por las bendiciones de Dios? ¿Aguantarán el ver a sus amigos despedazados en el suelo? Es un espectáculo que quiero ver.
«El espectáculo lo estáis dando vos» estuvo a punto de decir, pero otra de las voces masculinas se encargó de exteriorizarlo, por lo que su nariz olfateó con disimulo en dirección del hombre con aroma desconocido, pero que tenía toda la facha, personalidad y aroma de quien pertenece a su misma especie. Otra voz vino esta vez del costado de la anterior, todo indicaba ser que ambos señores eran cercanos entre sí y de la misma especie, probablemente miembros importantes de las manadas que le había mencionado Antonella Morel a quien también buscó con la mirada, pero antes de encontrarla, una tercera opinión, esta vez más alentadora, salió de los labios de una misteriosa pelirroja a quien creyó reconocer solamente por aquella cabellera... eso sería interesante, una condenada unida a su causa.
Una nueva mujer, quien se presentó a si misma como Crystall, se dirigió al resto procurando alentarles, mas en medio de su discurso le mencionó a él como “el Duque” y Emerick le observó escéptico ¿En qué momento les había dicho que podían revelarse las identidades de todos? Resopló, por suerte había tomado ya las precauciones necesarias para que entrasen ahí sólo los verdaderamente seleccionados.
— Muchas gracias Crystall, aunque debido a vuestras palabras delatoras, creo que ya no veo la necesidad de seguir usando esto — mencionó sacándose el antifaz para mostrarse ante todos, quizás un poco antes del tiempo pronosticado, pues debido a su titularidad en la Corporación, su identidad es algo que los presentes terminarían sabiendo antes o después.
— Sabed todos, que desde que se ha cerrado esa puerta y ustedes han permanecido en el interior de este salón, es que vuestras mentes y pensamiento han superado la prueba necesaria de confianza para ser conocedores de las intenciones de esta nueva Alianza, y que sepáis no todos lo han logrado — señaló para dejarlo en claro, y aun cuando ya había develado la lectura de mentes a la que todos fueron sometidos, no revelaría la identidad de su arma secreta. Como los más ancianos dicen “Se cuenta el milagro, pero no el santo”— Vuestras identidades están realmente a salvo dentro de este lugar, mas la decisión de mostrarse o no seguirá siendo vuestra — les explicó entregando su antifaz a uno de sus allegados.
— Primero que todo, cabe señalar que este no es precisamente un grupo separatista y revolucionario, no estamos aquí para luchar ciegamente contra la opresión, estamos aquí para unir mentes y pensar con inteligencia, para debilitar al enemigo, para dejarle en evidencia. La Inquisición no está formada por santos sino por asesinos, por perseguidores despiadados y creyentes de palabras sin fuerza, humanos guiados por líderes pecadores que han sido encubiertos por su propio poder. Ningún inquisidor, nunca se ha dado la tarea comprobar la humanidad real que hay debajo de las pieles de los sobrenaturales. Somos perseguidos por su propia ignorancia y por aquellos que dentro de nuestra naturaleza disfrutan de armar el caos. Es una sociedad fuerte y poderosa, pero poco inteligente; tiene debilidades y comete errores y he ahí en donde está nuestra ventaja y el porque no debemos lanzarnos a la lucha ciega — miró a Riful — No vamos a pelear a menos que sea necesario, vamos a actuar con inteligencia.
Se hizo entonces a un lado y cogió una de las cuerdas que pendían de las cortinas a su espalda, la que replegó hacia los costados de un solo tirón, dejando al resto de la habitación al descubierto. El lugar era tan amplio como el salón de baile en que antes habían estado, sólo que a diferencia de ese, éste estaba equipado con un par de sillones y mesones en cuya superficie descansaba un sinnúmero de planos y pergaminos con importantes documentos, así como en las paredes se colgaban también algunas armas de fina herrería, confeccionadas ni más ni menos que por la misma Gianella Massone.
— Bienvenidos a la verdadera cara de la N-Corporation — volvió a dirigirse a todos en voz alta — Lo que estáis pisando ahora es la supuesta ala dedicada al cuidado de enfermos contagiosos y terminales, un lugar con peligro de contagio de tuberculosis, pestes y otras enfermedades que necesitan de cuarentena. Un área especialmente protegida, aun cuando su fama jamás invitaría a ningún extraño por mera curiosidad, cuya guardia está completamente justificada por lo ya mencionado, además de estar respaldada por las leyes de salud lo que impide la entrada a extraños sin una orden especial de cateo y el único personal autorizado para acceder a ella está aquí, son ustedes, y por tanto es, en otras palabras, el centro de operaciones de la Alianza de criaturas sobrenaturales cuyo principal objetivo es la abolición legal de los poderes de la Inquisición; esta es lucha por nuestra vida... no por nuestra muerte.
Última edición por Emerick Boussingaut el Dom Ene 20, 2013 8:19 pm, editado 1 vez
Emerick Boussingaut- Licántropo/Realeza
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Re: Un secreto vestido de mascaras {La Alianza}
Derek cruzó su brazos mientras Crystall se dirigía a todos. Su esposa liberal que por experiencia apoyaba y tachaba la actitud de la mujer que salvaje se desprendía de un atuendo. Como una bebé emberrincha que se niega a comer, así la joven había actuado y como la madre que justifica su esposa había caminado al centro. Alzando las palabras como el gobernador habla al pueblo, mas no lo hacía como la líder de la congregación. Terminó anunciando su identidad y la mención de Ruggero Rosso le quemó el pecho, las imágenes de la Redada en París le invadieron y sintió que le faltaba el aire. Mas la presencia de Crystall tomándole el brazo fue suficiente para regresarlo al momento y ambos se besaron con cariño.
Y finalmente se introdujo el duque que acusaba a Crystall de delatar su identidad, a Derek le divirtió y cuando Emerick se desiso de la máscara cual juguete roto que no sirve más y que al niño ya fastidia, continuó su discurso.
Los hermanos esposos se miraron como los enamorados del salón y divirtiéndose se quitaron la máscara que ocultaba también sus rostros, el rostro de ella, una bruja guerrera y el de él, el ex mago Doreckmair O’ Raven y ahora dueño de plantaciones en Nueva Orleans.
Provocaron en algunos interés, pues ese rostro que los reflectores del teatro seguían como animales en celo hacía días que canceló todas sus funciones y de la lista de popularidad había decrecido, muchos habían hablado de su muerte y ahora ese argumento ya no era un secreto.
El duque Emerick Boussingaut hizo correr unas cortinas dejando al descubierto una nueva sala, tan grande como la anterior o inclusive más y habló más acerca de lo que la Alianza trataba.
¿Mostrar al mundo la verdadera cara de una institución de cazadores que se justifican bajo pobres argumentos de la palabra de Dios?
¡No era sencillo!
¿Pero acaso el duque Emerick Boussingaut líder de la alianza había afirmado ser sencillo?
Y Derek miró a sus alrededores, –¿cuántos sobrenaturales habrá en esta sala? El duque se había encargado de corroborar las identidades de todos nosotros por el poder de un vampiro, ¿quién sino puede introducirse en la mente de un sobrenatural de forma tan sencilla? Era fácil identificar a un vampiro y en el salón sólo había una–. Sin embargo eso no le interesaba a Derek. Ahora Derek veía el dinero que invirtió en donaciones anónimas y se sintió bien consigo mismo.
Pero el incestuoso se bañó en un mar de dudas, él era también un brujo con habilidades que Crystall quería explotar, ilusión poder que lo hizo famoso, reminiscencia y la premonición. Para Crystall la unión de sus propios poderes con los de su hermano los harían tan poderosos que no necesitarían de nadie como aliados, mas era una idea que ella había abandonado cuando ellos se casarán y terminaran enamorándose finalizando sus acciones en un incesto.
Y el naufrago que perdido en la isla busca las respuesta primero se formula las preguntas. –Es obvio que el duque sabe que soy brujo y mi poder es la ilusión, pero nada más. Ahora Crystall se mencionó bruja... ¿Conocerá sus poderes? Él será consciente de todas las habilidades y naturaleza sobrenatural de todos los que estábamos presentes?–
Y como muchos Derek también aplaudió.
Y finalmente se introdujo el duque que acusaba a Crystall de delatar su identidad, a Derek le divirtió y cuando Emerick se desiso de la máscara cual juguete roto que no sirve más y que al niño ya fastidia, continuó su discurso.
Los hermanos esposos se miraron como los enamorados del salón y divirtiéndose se quitaron la máscara que ocultaba también sus rostros, el rostro de ella, una bruja guerrera y el de él, el ex mago Doreckmair O’ Raven y ahora dueño de plantaciones en Nueva Orleans.
Provocaron en algunos interés, pues ese rostro que los reflectores del teatro seguían como animales en celo hacía días que canceló todas sus funciones y de la lista de popularidad había decrecido, muchos habían hablado de su muerte y ahora ese argumento ya no era un secreto.
El duque Emerick Boussingaut hizo correr unas cortinas dejando al descubierto una nueva sala, tan grande como la anterior o inclusive más y habló más acerca de lo que la Alianza trataba.
¿Mostrar al mundo la verdadera cara de una institución de cazadores que se justifican bajo pobres argumentos de la palabra de Dios?
¡No era sencillo!
¿Pero acaso el duque Emerick Boussingaut líder de la alianza había afirmado ser sencillo?
Y Derek miró a sus alrededores, –¿cuántos sobrenaturales habrá en esta sala? El duque se había encargado de corroborar las identidades de todos nosotros por el poder de un vampiro, ¿quién sino puede introducirse en la mente de un sobrenatural de forma tan sencilla? Era fácil identificar a un vampiro y en el salón sólo había una–. Sin embargo eso no le interesaba a Derek. Ahora Derek veía el dinero que invirtió en donaciones anónimas y se sintió bien consigo mismo.
Pero el incestuoso se bañó en un mar de dudas, él era también un brujo con habilidades que Crystall quería explotar, ilusión poder que lo hizo famoso, reminiscencia y la premonición. Para Crystall la unión de sus propios poderes con los de su hermano los harían tan poderosos que no necesitarían de nadie como aliados, mas era una idea que ella había abandonado cuando ellos se casarán y terminaran enamorándose finalizando sus acciones en un incesto.
Y el naufrago que perdido en la isla busca las respuesta primero se formula las preguntas. –Es obvio que el duque sabe que soy brujo y mi poder es la ilusión, pero nada más. Ahora Crystall se mencionó bruja... ¿Conocerá sus poderes? Él será consciente de todas las habilidades y naturaleza sobrenatural de todos los que estábamos presentes?–
Y como muchos Derek también aplaudió.
Derek Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Un secreto vestido de mascaras {La Alianza}
Esther se apoyó en Remington mientras escuchaba al que había dicho tantas cosas el día que le conoció que ahora no le cuadraban del todo. Pero era paciente... bueno, tal vez no lo era, pero sabía disimular a veces. Lanzar cosas y demás en un lugar como ese era un fastidio porque había mucha gente. Ah, y ahora lo de las máscaras valían para poco. Ahora que, si no s ela había quitado era porque su hija había hecho algo extraño al ponérsela y snetía que se quitaría todo y sus largos cabellos junto con ella -Ayúdame ¿quieres?- Le dijo al Alfa junto a ella, señalándole con las manos las cintas de la máscara enlazadas con su melena oscura.
Lo hacía mientras ladeaba el rostro justo cuando la cortina se descubría. Esuchó con tranquilidad la explicación, tenía sentido, aunque en su mente seguía pensando que aquel sujeto había mentido con su modestia y comentarios acerca de ser un líder. Como fuese, al menos aquella espantosa fiesta en la que la mayoría parecía mentirse a sí mismos parecía haber cambiado de rumbo.
Armamento e información. Actuar con inteligencia, decía. Y sus palabras hasta hacían que sonase sencillo, pero era la Iglesia, con un poder que sobrepasaba lo que muchos imaginaban y algunos no alcanzaban a comprender en totalidad lo que eso significaba. No era que debiesen, tenían que hacerlo, para garantizar al menos lo suficiente para avanzar en una meta como esa. Nunca se habían tomado la molestia de ver la humanidad que había detrás de su naturaleza? Lo sabían, los condenados, más que nadie. Y decía que los seres sobrenaturales, pero la peor aberración de la Inquisición era que no diferenciaba entre ninguno de ellos. Se movían por motivos a veces que nada tenían que ver. Los brujos, si eran eliminados, no creía que la mayoría siquiera llegara a la hoguera, eran eliminados antes siquiera de eso. Tampoco es que se llevara un juicio a seres como ellos. Humanos comunes eran exterminados y todo lo que movía eso, era tanto el poder que poseían como la Fe de sus creyentes. Podía parecer poca cosa, pero al final no lo era. NIgual que aquella, la Iglesia era una organización, más que seguir a los santos a los que proclamaban su devoción, la mayoría se encomendaba a los hombres que dirigían todo aquello. Los seres humanos eran así, ella y todos los presentes, no creía que funcionaran de manera diferente. El creer, confiar en otros. Y la Iglesia no había logrado su supremacía sin un fundamento que salía a la vista si te fijabas con cautela.
De cualquier forma, esto se ponía interesante, por mucho, esa fachada podía ser buena, pero le intrigaba si realmente funcionaría con ciertas habilidades, los inquisidores tenían sus medios, tal vez ni siquiera necesitaran ir y plantarse frente a ellos. Los condenados, acaso no eran como ellos, no conocía el alcance de los poderes de un brujo o algo similar a eso. Por eso no podía evitar pensarlo.
-Interesante, ¿no te parece? - El comentario iba más con cierto tono mordaz hacia quien estaba cerca. Era parte de su forma de ser y eso que se mantenía lo más tranquila y en control posible.
Lo hacía mientras ladeaba el rostro justo cuando la cortina se descubría. Esuchó con tranquilidad la explicación, tenía sentido, aunque en su mente seguía pensando que aquel sujeto había mentido con su modestia y comentarios acerca de ser un líder. Como fuese, al menos aquella espantosa fiesta en la que la mayoría parecía mentirse a sí mismos parecía haber cambiado de rumbo.
Armamento e información. Actuar con inteligencia, decía. Y sus palabras hasta hacían que sonase sencillo, pero era la Iglesia, con un poder que sobrepasaba lo que muchos imaginaban y algunos no alcanzaban a comprender en totalidad lo que eso significaba. No era que debiesen, tenían que hacerlo, para garantizar al menos lo suficiente para avanzar en una meta como esa. Nunca se habían tomado la molestia de ver la humanidad que había detrás de su naturaleza? Lo sabían, los condenados, más que nadie. Y decía que los seres sobrenaturales, pero la peor aberración de la Inquisición era que no diferenciaba entre ninguno de ellos. Se movían por motivos a veces que nada tenían que ver. Los brujos, si eran eliminados, no creía que la mayoría siquiera llegara a la hoguera, eran eliminados antes siquiera de eso. Tampoco es que se llevara un juicio a seres como ellos. Humanos comunes eran exterminados y todo lo que movía eso, era tanto el poder que poseían como la Fe de sus creyentes. Podía parecer poca cosa, pero al final no lo era. NIgual que aquella, la Iglesia era una organización, más que seguir a los santos a los que proclamaban su devoción, la mayoría se encomendaba a los hombres que dirigían todo aquello. Los seres humanos eran así, ella y todos los presentes, no creía que funcionaran de manera diferente. El creer, confiar en otros. Y la Iglesia no había logrado su supremacía sin un fundamento que salía a la vista si te fijabas con cautela.
De cualquier forma, esto se ponía interesante, por mucho, esa fachada podía ser buena, pero le intrigaba si realmente funcionaría con ciertas habilidades, los inquisidores tenían sus medios, tal vez ni siquiera necesitaran ir y plantarse frente a ellos. Los condenados, acaso no eran como ellos, no conocía el alcance de los poderes de un brujo o algo similar a eso. Por eso no podía evitar pensarlo.
-Interesante, ¿no te parece? - El comentario iba más con cierto tono mordaz hacia quien estaba cerca. Era parte de su forma de ser y eso que se mantenía lo más tranquila y en control posible.
Esther de Le Santo- Licántropo Clase Alta
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Re: Un secreto vestido de mascaras {La Alianza}
Hay que seguir la lucha con lo que podamos hasta que podamos.
Benito Juarez
Benito Juarez
Observé interesado todo aquel panorama selectivo; realmente impresionante. Me sentía como en un nido, en un hormiguero de personas. Siempre había tenido fascinación por aquellos seres revoltosos, pero igualmente organizados. Me preguntaba si seríamos capaces de llevar a delante todo aquello, de ser como las hormigas, fuertes, indestructibles en su mundo. Cargando pesos que es imposible de pensar que seres tan pequeños puedan llevar en sus lomos tales cosas. Oh! La esperanza de que podamos ser un manada, un clan... Pero los olores empezaban a abrumarme! Que era todo aquello, lycanes, brujos y brujas, humanos, vampiros, cambia formas. Había todo! Todo y mas. Tanto que mordí mis labios y me apoyé con delicadeza sobre aquella columna, mirando fríamente todo aquel alboroto. Consiente de que todos estaban alarmados, a la expectativa. Escuche. Ah... cuantas palabras, no alcanzaba a anotar lo importante. Las cosas que debía o no decir.
Pronto, me acerqué a lo que sería el bordeado del circulo principal. Donde frente a una puerta estaba Emerick. Parecía molesto por unos momentos, las palabras anteriores le habían molestado. Claro... "Duque", que palabras, por que habían dicho aquello? Era necesario? Empezaba a tener miedo, las mascarás iban a tener que empezar a salirse poco a poco. Pero la mía, la mía sería la última. Sentía las energías, podía ver el poder que emanaban muchos y me daba miedo. Tanto, que empecé a ponerme a un lado. Aún así escuchaba. Sabía que todo esto causaría alborotos en mi ser. Pero las personas lo estaban haciendo todo demasiado rápido. Se suponía que empezaría todo cuando estemos dentro de alguna sala. Cuando hablemos por precisión de lo que debemos. Pero allí empezó, mas rápido de lo habitual. Abrí mis ojos como una lechuza asustada y observé el interior de aquel lugar. Era enorme y tenía libros y planos por todos lados.
Una cosa era segura. Todos esos libros pasarían por mis manos. La verdad era que no sabía muchas palabras en este idioma. Solos necesarias y algunas mas. Pero sabía de muchos temas en particular, mi pasado me provocaba solamente leer. Excluirme de la sociedad, donde estaba yo y las palabras. Una mezcla rara. Una bipolaridad inigualable. La capacidad de llamar la atención y ser el centro de todo. A preferir leer y escabullirme en un rincón. Me daba la sensación de que en este caso sería una horrible mezcla de los dos. No quería hablar demasiado. No. No en esos momentos.
Cuando entramos, solo me debatí por mirarlos a todos, Emerick estaba al descubierto, mirando de igual forma a todos los que entraban a todos los que se presentaban y lo único que pude hacer fue mirarlo por unos momentos, para luego observar todo a nuestro alrededor. Aquellas armas... Y esas palabras al mismo tiempo. "No vamos a pelear a menos que sea necesario, vamos a actuar con inteligencia". Aquellas palabras me ponían contento, me hacían sonreír con una dulzura incalculable. Pues el pensamiento inmediato que se había venido a mi mente antes de entrar, fue la pura guerra y destrucción de todo. La sangre, la perdida de personas. Empezaba a inhibirme, a no querer hablar con nadie. Cero contactos, cero sentimientos involucrados en la situación. Empezaba a decirme, "Que tonto haz sido, haz hablando con alguien de aquí" Pero que bien me sentía, al saber que no sabía como era su rostro y entre toda esta cantidad de gente, era casi imposible que pueda recordar su aroma con exactitud. Aquello me hacía superar todo esto un poco. Esperaba prepararme, física y mentalmente, para las situaciones que pronto empezarían a aparecer. Quería empezar a estudiar todos los planos, ayudar en lo que sea. Ya hacía un tiempo, desde mi primer reunión con el Jefe. Había preparado algunas cosas. Me había tomado en serio la forma de alimentar a todos. Como me organizaría los días. Que de preferencia comía cada especie. Recetas y demás.
Obviamente, también había empezado a leer de brujos y cambia formas. Los brujos tenían muchos poderes; no eran como los gitanos, como muchos decían. Me había enterado de las ilusiones o de algunos poderes compartidos con mi raza. Al igual que con los Lycanes. También había hablando con una cambia formas, me había enterado de que se cambiaban en más de un animal. Una bruja también había ido a mi hogar un día. Magia negra y magia blanca. Las brujas podían llevar ambos poderes, no era necesario ser maligna o de un puro corazón para tener esos poderes. Al parecer era mas bien las cargas positivas o negativas de las personas. Me impresionaba. Me volvía loco la necesidad de querer y poder aprender de todas las personas que estaban ahí. Esperaba poder terminar de saberlo todo. De que aquellos me ayuden a conocer mas palabras. A fortalecer mis poderes, que aún que yo mismo sabía que estaban en mi. No solía usarlos. Mas que la regeneración rápida. Que era algo que simplemente se hacía, sin tener que buscarlo. Sin tener que pensarlo.
Suavemente, me volví de mis pensamientos, y me acaricié los cabellos y el antifaz que cubría mi rostro, estaba esperando a que poco a poco todos se los vayan sacando. Y como por arte de magia. Me lo quité. Dejé al descubierto mis rasgados ojos, aun cuando había dicho que esperaría. De repente una sensación de querer confiar me inundó. Y agaché mis rostro, entrelazando mis dedos, observando unos planos atentamente, quería tocarlos, leerlos. Pero no me sentía en confianza total. Esperaba a que el Duque comience a hablar nuevamente, nos comente como irían las cosas. Si podíamos hacer uso de toda aquella instalación cuando queramos y como queramos. Era como un enorme nido de alta información, que ponía mi piel de puntas.
Invitado- Invitado
Re: Un secreto vestido de mascaras {La Alianza}
Libreo la cinta de la mujer, dejando que la mascara callera y guardo silencio escuchando el discurso de su anfitrión, así que era un duque, el mismo nivel que la mujer que protegía las tierras de su gente. Le escucho con atención y movió un brazo siquiera antes de que las primeras palabras salieran de la boca del hombre, informando de la inspección que se había hecho en sus mentes. El movimiento fue hecho justo a tiempo para detener a Dakota que podía sentir no estaba feliz con la actitud de aquel hombre. Dakota era su beta y era una suerte que fuese el quien estuviese ahí presente, si Adrien hubiese ido con el las cosas podrían ponerse verdaderamente feas. Había sido un error aceptar una reunión de aquel tipo, en solo unos minutos Emerick había insultado las mas sagradas de sus costumbres. Por respeto a su anfitrión habían usado mascaras, cuando el privilegio de tal cosa era el derecho y la pena de un ejecutor. Por el bien de su raza había asistido intentando averiguar que era lo que sucedía ahí, habían llegado sin armas y sin protección y el sujeto había hurgado en sus mentes traicionando la buena fe puesta en el. Era posible que incluso la ubicación de su amada villa fuese puesta al descubierto.
-tranquilo
Hablo lentamente a su beta, su pequeña estaba ahora a su lado, le miro a los ojos y le concedió el permiso de retirarse la mascara, debía haber sido difícil para Dakota usarla, en el pasado había sido ejecutor y los recuerdos de su antigua manada debían pesarle en aquellos momentos pero era lo bastante fuerte como para no mencionarlo.
El mismo Remington llevo los dedos a los broches de la mascara y se desprecian de ella dejando que los cabellos castaños tocaran nuevamente su frente, sus ojos fieros se posaron en el hombre que había extendido la invitación a aquel lugar. Camino lentamente al frente mientras el hombre hablaba, su descontento era casi palpable a su alrededor cuando se acercó a su anfitrión, se detuvo a escasos centímetros de el, ladeo el rostro y sonrió hablando en voz baja.
-Mi nombre es Remington Talbot Colton, le buscare en el futuro “duque” -Siseo conteniendo su mal humor- no es usted de mi confianza ni me agradan sus métodos, pero por sus leyes no ha cometido delito. Le buscare mañana y espero que corresponda a mi buena voluntad aceptando esta “invitación”
Termino con un asentimiento de cabeza antes de marcharse de ahí. Dirigió apenas una mirada a sus acompañantes antes de dirigirse a la salida. Estaban cerca de la entrada cuando murmuro.
-¿aun recuerdas tus fusiones como chaman Dakota? Maldícelos a todos y que cualquier pensamiento sobre nuestra villa no cruce jamás su mente
Gruño entre dientes.
-tranquilo
Hablo lentamente a su beta, su pequeña estaba ahora a su lado, le miro a los ojos y le concedió el permiso de retirarse la mascara, debía haber sido difícil para Dakota usarla, en el pasado había sido ejecutor y los recuerdos de su antigua manada debían pesarle en aquellos momentos pero era lo bastante fuerte como para no mencionarlo.
El mismo Remington llevo los dedos a los broches de la mascara y se desprecian de ella dejando que los cabellos castaños tocaran nuevamente su frente, sus ojos fieros se posaron en el hombre que había extendido la invitación a aquel lugar. Camino lentamente al frente mientras el hombre hablaba, su descontento era casi palpable a su alrededor cuando se acercó a su anfitrión, se detuvo a escasos centímetros de el, ladeo el rostro y sonrió hablando en voz baja.
-Mi nombre es Remington Talbot Colton, le buscare en el futuro “duque” -Siseo conteniendo su mal humor- no es usted de mi confianza ni me agradan sus métodos, pero por sus leyes no ha cometido delito. Le buscare mañana y espero que corresponda a mi buena voluntad aceptando esta “invitación”
Termino con un asentimiento de cabeza antes de marcharse de ahí. Dirigió apenas una mirada a sus acompañantes antes de dirigirse a la salida. Estaban cerca de la entrada cuando murmuro.
-¿aun recuerdas tus fusiones como chaman Dakota? Maldícelos a todos y que cualquier pensamiento sobre nuestra villa no cruce jamás su mente
Gruño entre dientes.
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Re: Un secreto vestido de mascaras {La Alianza}
Dakota estaba viendo rojo, completamente rojo, lo único que observaba eran los rostros de los invitados a su alrededor y los labios del anfitrión moverse en una vomitadera de palabras que no le interesaban en lo mas mínimo, su mente se quedo congelada en las primeras frases, había sentido algo extraño cuando entraron a la mansión, estaba seguro de que el alfa también lo había hecho, pero nunca se imagino que se tratase de aquella infamia, la ira se había desatado dentro de el al caer en cuenta de las implicaciones que traía aquello, ese hombre delante suyo había mancillado sus costumbres con sus acciones, no solo a las costumbres, sino al honor del mismo alfa Colton, pero después de todo no se podía esperar mas de alguien que parecía mas atado a su corona que a sus raíces, los clanes Talboth, Nahira, Hagen, Svensson y Morel demostraban las diferentes facetas de lo que debía ser un verdadero licántropo, aquel hombre no debía haber crecido rodeado de los suyos, seguro era una de esas lamentables crías de mordidas equivocadas, alguien que poseía la licantropía por casualidad
Sintió la fuerte mano del alfa conteniendo su ira, el agarre era firme igual que su semblante y esto fue suficiente para hacerle retroceder, el Alfa Colton tenia 90 años liderando una manada de al menos 300 personas y recientemente nombrado el Alfa de alfas tomando también bajo su protección al resto de las manadas esparcidas por Paris, en la cabeza de ellos tres se encontraba el anonimato de aquellas 300 personas ademasde el resto de las manadas, personas que enviando como representantes al Alfa tendieron su mano como ayuda a través de él, pero aquel hombre, aquel hombre sin pensar en las consecuencias de sus acciones le había tomado el pie
- Ven acá Melonee-Siseo acercando a la niña cuando Remington avanzo en medio de la fiesta hacia Emerick, a Dakota no le habría importado romperle los huesos, después de todo en el pasado, en aquel doloroso pasado se había dedicado a asesinas a licántropos descontrolados, asesinos, animales salvajes que se había convertido por completo en bestias, a pesar de la fuerza superior estos el fue entrenado para atacar cada uno de los puntos débiles de los de su propia raza, durante aquellos tiempos había simplemente quebrado, desangrado, arrancado y cortado hasta dejar a sus victimas transformadas en masa sanguinolentas e irreconocibles, la ira irracional que siempre mantenía oculta tras su expresión impasible salía a flote desbordándose como una catarata o una presa abierta a golpes
Se llevo una mano a la mascara aplastándola con la fuerza de sus dedos, aquella mascara que tanto odiaba, aquella cobertura que le enloquecía y le volvía una bomba de tiempo nada mas usarla, entonces sus ojos se abrieron tranquilos, como siempre Remington tomaba las riendas de sus propios asuntos, el no eran un hombre violento, pero cuando se enojaba podía ser terrorífico, por suerte para los presente él se contenía perfectamente, además, debía felicitarle por la decisión de dejar a Adrien en casa, el era un animal en toda la extensión de la palabra y las cosas no terminarían bien para ninguno de ellos. Tomo la mano de Melonee bajando el rostro que formaba una tenue y sombria sonrisa, le sorprendía que siquiera recordase que poseía esa clase de habilidad, el era un chaman que no usaba magia y por lo tanto la magia era ineficaz para contrarrestar sus “Hechizos”
- Lo recuerdo claramente Alfa Colton-Dijo comenzando a andar detrás de el guiando a la pequeña fuera del recinto, con el aire a su alrededor pausado rio bajo comenzando a murmurar maldiciones en su idioma natal, el de los pieles rojas del norte de américa, convocando a los espíritus de la naturaleza, de los arboles, de la tierra, las grandes almas que controlaban el universo, esas que algún día se aburrirían de acudir a su llamando, esas que solamente ayudaban a los de su clan, los chamanes sin magia.
Sintió la fuerte mano del alfa conteniendo su ira, el agarre era firme igual que su semblante y esto fue suficiente para hacerle retroceder, el Alfa Colton tenia 90 años liderando una manada de al menos 300 personas y recientemente nombrado el Alfa de alfas tomando también bajo su protección al resto de las manadas esparcidas por Paris, en la cabeza de ellos tres se encontraba el anonimato de aquellas 300 personas ademasde el resto de las manadas, personas que enviando como representantes al Alfa tendieron su mano como ayuda a través de él, pero aquel hombre, aquel hombre sin pensar en las consecuencias de sus acciones le había tomado el pie
- Ven acá Melonee-Siseo acercando a la niña cuando Remington avanzo en medio de la fiesta hacia Emerick, a Dakota no le habría importado romperle los huesos, después de todo en el pasado, en aquel doloroso pasado se había dedicado a asesinas a licántropos descontrolados, asesinos, animales salvajes que se había convertido por completo en bestias, a pesar de la fuerza superior estos el fue entrenado para atacar cada uno de los puntos débiles de los de su propia raza, durante aquellos tiempos había simplemente quebrado, desangrado, arrancado y cortado hasta dejar a sus victimas transformadas en masa sanguinolentas e irreconocibles, la ira irracional que siempre mantenía oculta tras su expresión impasible salía a flote desbordándose como una catarata o una presa abierta a golpes
Se llevo una mano a la mascara aplastándola con la fuerza de sus dedos, aquella mascara que tanto odiaba, aquella cobertura que le enloquecía y le volvía una bomba de tiempo nada mas usarla, entonces sus ojos se abrieron tranquilos, como siempre Remington tomaba las riendas de sus propios asuntos, el no eran un hombre violento, pero cuando se enojaba podía ser terrorífico, por suerte para los presente él se contenía perfectamente, además, debía felicitarle por la decisión de dejar a Adrien en casa, el era un animal en toda la extensión de la palabra y las cosas no terminarían bien para ninguno de ellos. Tomo la mano de Melonee bajando el rostro que formaba una tenue y sombria sonrisa, le sorprendía que siquiera recordase que poseía esa clase de habilidad, el era un chaman que no usaba magia y por lo tanto la magia era ineficaz para contrarrestar sus “Hechizos”
- Lo recuerdo claramente Alfa Colton-Dijo comenzando a andar detrás de el guiando a la pequeña fuera del recinto, con el aire a su alrededor pausado rio bajo comenzando a murmurar maldiciones en su idioma natal, el de los pieles rojas del norte de américa, convocando a los espíritus de la naturaleza, de los arboles, de la tierra, las grandes almas que controlaban el universo, esas que algún día se aburrirían de acudir a su llamando, esas que solamente ayudaban a los de su clan, los chamanes sin magia.
Dakota Jagger- Licántropo Clase Baja
- Mensajes : 25
Fecha de inscripción : 19/08/2012
Re: Un secreto vestido de mascaras {La Alianza}
La reunión cada vez la sorprendía más. Aquel espectáculo lamentable que había montado, una mujer rasgándose las ropas, los murmullos de los demás invitados, las palabras exaltadas de esa “dama” – ¿ver a los compañeros desgarrados y muertos? por favor de que está hablando, ¿no se supone que esta es una organización para buscar la paz? – caviló. Podía sentir la tensión que se estaba apoderando del lugar. Hacía muy poco que conocía la existencia de estos individuos que ahora la rodeaban. Pero ella se había convencido a si misma, que esta corporación no buscaba la eliminación de los cazadores e inquisidores sino la eliminación de la Inquisición. La posibilidad de poder convivir y de que no existieran más atropellos por parte de ninguno de los bando.
No terminó de salir del estupor en que se encontraba por las acciones y palabras de aquella joven Rylfus, según escucho entre los rumores que se esparcían a su alrededor. Cuando la pareja que minutos antes ella había estado admirando tomó la palabra. Hablaba a todos tomándolos por compañeros y refiriéndose a lo que era luchar contra la inquisición y la suerte que había tenido de salir ilesa. - Girolamo, me ha contado sobre que no es nada agradable toparse con estos inquisidores y en especial a los que él llama condenados. Que por medio del terror y las torturas aniquilan a sus víctimas. Gracias a Dios que él no pertenece esa institución - pensó, mientras la mujer seguía hablando de su experiencia - y todo porque no le gustan las ataduras o seguir órdenes – siguió cavilando, hasta que de pronto en el discurso de la mujer el nombre de Ruggero se mencionó.
- ¿Qué? – Dijo casi de forma inaudible. Sintió que las piernas le temblaban y todo giraba de forma alocada a su alrededor – no puede ser, Ruggero no sería capaz, no puede ser la misma persona – se dijo mientras movía su cabeza negando lo que estaba escuchando. Se apoyó en la columna tratando de conseguir un poco de calma a la sensación de terror que la estaba invadiendo. Darse cuenta que si alguno de ellos la reconocía, o sacaban conclusiones – maldición – pensó – no solo me podrían asesinar por ser la hermana de un cazador, eso sería lo de menos si supieran… - un sudor frio le recorrió la columna, le habían comentado que algunos de estos seres podían leer la mente y no quería que nadie se enterase de la relación que la unía a Ruggero. ¿Cuántos de todos esos sobrenaturales serían parte de los que acabaron con su familia? ¿Cuánto de ellos habrían sido perseguidos por los dos hombres que amaba y eran importantes para su vida?
Intentó, no sucumbir al miedo que trepaba por su espalda y que se aferraba de su garganta. Buscó entre la concurrencia a algún conocido, además del Duque, pero no podía reconocerlos. Respiró hondo y sacó valor de flaquezas. Se encaminó hasta donde se encontraba la salida, debía huir de ese lugar lo antes posible, pero las fuerzas le estaban jugando una mala pasada. Las cosas no estaban yendo bien en esa reunión y en verdad lo estaba pasando fatal. Se detuvo a escasos metros de la entrada al salón, pues no quería llamar la atención, vio cómo, pasaban frente a ella, varias personas, que se iban quitando sus antifaces y se retiraban algo disgustados. – O Dios que las fuerzas me alcancen hasta llegar al carruaje, no me puedo quedar ni un minuto más - pensó mientras daba unos pasos hasta la entrada. Pero todo se puso negro y cayo desvanecida al piso.
No terminó de salir del estupor en que se encontraba por las acciones y palabras de aquella joven Rylfus, según escucho entre los rumores que se esparcían a su alrededor. Cuando la pareja que minutos antes ella había estado admirando tomó la palabra. Hablaba a todos tomándolos por compañeros y refiriéndose a lo que era luchar contra la inquisición y la suerte que había tenido de salir ilesa. - Girolamo, me ha contado sobre que no es nada agradable toparse con estos inquisidores y en especial a los que él llama condenados. Que por medio del terror y las torturas aniquilan a sus víctimas. Gracias a Dios que él no pertenece esa institución - pensó, mientras la mujer seguía hablando de su experiencia - y todo porque no le gustan las ataduras o seguir órdenes – siguió cavilando, hasta que de pronto en el discurso de la mujer el nombre de Ruggero se mencionó.
- ¿Qué? – Dijo casi de forma inaudible. Sintió que las piernas le temblaban y todo giraba de forma alocada a su alrededor – no puede ser, Ruggero no sería capaz, no puede ser la misma persona – se dijo mientras movía su cabeza negando lo que estaba escuchando. Se apoyó en la columna tratando de conseguir un poco de calma a la sensación de terror que la estaba invadiendo. Darse cuenta que si alguno de ellos la reconocía, o sacaban conclusiones – maldición – pensó – no solo me podrían asesinar por ser la hermana de un cazador, eso sería lo de menos si supieran… - un sudor frio le recorrió la columna, le habían comentado que algunos de estos seres podían leer la mente y no quería que nadie se enterase de la relación que la unía a Ruggero. ¿Cuántos de todos esos sobrenaturales serían parte de los que acabaron con su familia? ¿Cuánto de ellos habrían sido perseguidos por los dos hombres que amaba y eran importantes para su vida?
Intentó, no sucumbir al miedo que trepaba por su espalda y que se aferraba de su garganta. Buscó entre la concurrencia a algún conocido, además del Duque, pero no podía reconocerlos. Respiró hondo y sacó valor de flaquezas. Se encaminó hasta donde se encontraba la salida, debía huir de ese lugar lo antes posible, pero las fuerzas le estaban jugando una mala pasada. Las cosas no estaban yendo bien en esa reunión y en verdad lo estaba pasando fatal. Se detuvo a escasos metros de la entrada al salón, pues no quería llamar la atención, vio cómo, pasaban frente a ella, varias personas, que se iban quitando sus antifaces y se retiraban algo disgustados. – O Dios que las fuerzas me alcancen hasta llegar al carruaje, no me puedo quedar ni un minuto más - pensó mientras daba unos pasos hasta la entrada. Pero todo se puso negro y cayo desvanecida al piso.
Corradine Grimaldi- Humano Clase Alta
- Mensajes : 528
Fecha de inscripción : 20/08/2012
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