AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
La noche teñia de un color distinto... tan diferente que podía distiguirlo sin dificultad, ese ambiente y ese aroma que de vez en cuando llegaba hasta mi guarida en lo más profundo del teatro provocaba en mi el más fino extasis... ese aroma era el de la muerte y la tragedía...
Leviathán Shadow ese maldito cazador que me declaro la guerra el día de ayer, no contaría por la mañana a los cuatro vientos la victoria que nunca le llegará, no importaba cuantos tontos se úniran a su ejercito o cuantos más reclutará él... todos cairán muertos tras el infierno de mis alas negras.
¿Como lo supe?, la respuesta es la más sencilla, un ángel para unos. un fantasma para otros y un demonio para un cazador tiene oidos y ojos hasta por debajo de cada lecho que tenía París y sabiendas de tan distinguida visita de mi estimado enimigo lo primero que debía hacer era ordenar los lujos que esta ocación marcaba a mis tontos administradores para tal cometido como en otras ocasiones realicé mi pliego petitorio...
Un papel con tinta roja fue proporcionado a la administración, para la gente común de esta epoca escribir con ese color era un insulto y para el personal era una amenaza y una advertencia de que el Fantasma de la ópera de París estaba demasiado molesto, independientemente que hoy era una fecha especial, se comemoraba la muerte de quién fuera el primer director de la ópera, el desgraciado Monseuir Erik Destler, una pena tenía talento pero también tenía mucha sed..
Al anochecer, cada trabajador, músico y Bailarina estaban ensayando hasta morir, sabían que de o ser bien actuada, bailada o interpretada mi ópera "Don Juan triunfante" jamás volverían a pisar este o cualquier otro escenario salvo el del cielo oel infierno de acuerdo a su jucio final después de arrastrarles a una muerte poco común y terrible para quién pueda imaginar de que soy capaz.
Subi por entre las sombras que proporcionaba la cupula del techo. entonces supe que todo cuanto había pedido estaba hecho al pie de la letra:
1- Decoraran todo el auditorio incluyendo asientos y mesas de rojo, negro y dorado, algo complicado pero en mi teatro se hacen maravillas.
2-.El candil principla adntro de la sala debe de tener 25 velas, puesto que mi invitado le gusta que todo número termine en cinco (Porcuren atarlo bien tontos)
3- A las siete en punto quiero que las puertas y ventanas sean abiertas, una hora más tarde un tramoyero debera ir a cerrarlas, portando uno de los vestuarios del Don Juan, el personaje principal.
4-No tengan expresiones de angustia o yo se las irè a quitar con un buen susto.
5- El palco numero 5 es mio, aquel que lo ocupe, de mi lugar saldrá... muerto.
6-Recuerden pagarme el día de mañana mi parte de las entradas de esta noche o de lo contrario tendrán que buscar medio personal pasado mañana.
7- Por ultimo ¡Dejen de estar leyendo una y otra vez esta nota mirandose entre los dos con espanto y ponganse a trabajar que hoy tengo visitas!.
Leviathán Shadow ese maldito cazador que me declaro la guerra el día de ayer, no contaría por la mañana a los cuatro vientos la victoria que nunca le llegará, no importaba cuantos tontos se úniran a su ejercito o cuantos más reclutará él... todos cairán muertos tras el infierno de mis alas negras.
¿Como lo supe?, la respuesta es la más sencilla, un ángel para unos. un fantasma para otros y un demonio para un cazador tiene oidos y ojos hasta por debajo de cada lecho que tenía París y sabiendas de tan distinguida visita de mi estimado enimigo lo primero que debía hacer era ordenar los lujos que esta ocación marcaba a mis tontos administradores para tal cometido como en otras ocasiones realicé mi pliego petitorio...
Un papel con tinta roja fue proporcionado a la administración, para la gente común de esta epoca escribir con ese color era un insulto y para el personal era una amenaza y una advertencia de que el Fantasma de la ópera de París estaba demasiado molesto, independientemente que hoy era una fecha especial, se comemoraba la muerte de quién fuera el primer director de la ópera, el desgraciado Monseuir Erik Destler, una pena tenía talento pero también tenía mucha sed..
Al anochecer, cada trabajador, músico y Bailarina estaban ensayando hasta morir, sabían que de o ser bien actuada, bailada o interpretada mi ópera "Don Juan triunfante" jamás volverían a pisar este o cualquier otro escenario salvo el del cielo oel infierno de acuerdo a su jucio final después de arrastrarles a una muerte poco común y terrible para quién pueda imaginar de que soy capaz.
Subi por entre las sombras que proporcionaba la cupula del techo. entonces supe que todo cuanto había pedido estaba hecho al pie de la letra:
1- Decoraran todo el auditorio incluyendo asientos y mesas de rojo, negro y dorado, algo complicado pero en mi teatro se hacen maravillas.
2-.El candil principla adntro de la sala debe de tener 25 velas, puesto que mi invitado le gusta que todo número termine en cinco (Porcuren atarlo bien tontos)
3- A las siete en punto quiero que las puertas y ventanas sean abiertas, una hora más tarde un tramoyero debera ir a cerrarlas, portando uno de los vestuarios del Don Juan, el personaje principal.
4-No tengan expresiones de angustia o yo se las irè a quitar con un buen susto.
5- El palco numero 5 es mio, aquel que lo ocupe, de mi lugar saldrá... muerto.
6-Recuerden pagarme el día de mañana mi parte de las entradas de esta noche o de lo contrario tendrán que buscar medio personal pasado mañana.
7- Por ultimo ¡Dejen de estar leyendo una y otra vez esta nota mirandose entre los dos con espanto y ponganse a trabajar que hoy tengo visitas!.
El Fantasma de la Ópera de París (Erik Destler)
El campo de batalla lucía tal y como en el pliego, sonreí malicioso con aires de gloria premeditaday desde allí resguarado por una puerta que era de mi exclusiva propiedad exclamé -¡Buen trabajo caballeros!- todos volteron hacia donde se escuchaba el sonido misterioso de mi voz -¡Abran ya las puertas y las ventanas!- de inmediato algunos dejaron lo que tenían en ese momento en sus manos para complacer mis deseos -¡Ya va empezar la función!- dije en tono amenazante desapareciendo al instante por la puerta sin que nadie viera, dirigiendome al camerino de mi estrella principal que aún no arriba para las últimas instrucciones de su ángel musical.
Phantom Nocte- Vampiro Clase Alta
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Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Después de haber estado una noche entera buscándole por el bosque en compañía de aquella fantasma, había terminado por desistir en mi búsqueda al menos temporalmente, la charla que habíamos mantenido ella y yo mientras me ayudaba a salir del bosque me había confundido bastante y tenía que aclara un poco mis ideas y centrarme bien en lo que quería, otro encuentro con mi ángel de alas negras sin embargo el problema radicaba en como actuaria ante él si sería capaz de mirarle de la misma forma o si él se percataría que en mis ojos había un cariño muy fuerte hacia su persona.
Me encontraba bastante confundida pensando tumbada en mi cama, el día había sido largo y la noche había caído con presteza haciendo que mi momento de relajación y meditación llegase. Tenía los ojos cerrados intentando visualizar el único recuerdo que había tenido, en el lugar, la situación, los sonidos, el tono de su voz, sus palabras tan cuidadosamente escogidas para hacer de una velada quizás algo tétrica por el lugar en que nos encontrábamos en una velada llena de buenas sensaciones… ¡Hay estaba la pista! En sus palabras, recordaba que cuando estuvimos hablando menciono algo de un teatro que era su hogar o el sitio donde pasaba la mayor parte de sus horas, ¿Cómo no podía haberme dado cuenta antes? Tocaba de manera hermosa un violín y que mejor sitio para demostrar su don que ante cientos de personas
Abrí los ojos quizás demasiado rápido pues la luz aunque tenue hizo que viera chispitas a mi alrededor pero quería darme prisa quizás era el momento de demostrar por una vez que no era una niña temerosa y que podía luchar por lo que quisiera porque desde siempre Kilyann y ahora mi ángel me habían cuidado y quería demostrar que también podía estar cuando me necesitaran, que no huiría de su lado por más oscuras y funestas. Me incorpore poco a poco sintiendo como mis músculos se agarrotaban después del día duro que yo misma me había impuesto para no pensar demasiado pero ahora tendrían que soportar un poco mas de movimiento. Tenía que vestirme adecuadamente ¿Pero cómo era vestirme adecuadamente para el teatro? Nunca había estado en uno y ni siquiera sabía si estabas sentado, de pie o tenias que colgarte. Estaba pensando demasiadas tonterías que eran fruto de mis nervios porque estaba vez si presentía que le iba a ver y que algo sucedería y tenía que concentrarme en que ponerme, ya que esta vez si iba a necesitar los vestidos que me había comprado y que no tendía a usar porque con cada roce de mi piel con esa tela tan suave, sentía que mi cuerpo cambiaba a una piel que no me ajustaba y no me gustaba; opte por un vestido de un suave color azul celeste de un paño bastante liso y sin demasiados adornos y como único complemento una pinza que recogiera un poco los mechones traviesos que no querían estar en su sitio y hacían que mi rostro, mejor dicho mis ojos, se ocultasen a la vista de la gente
Me puse de camino tan rápido como había estado lista hacia el teatro a pesar de tener que preguntar un par de veces el lugar, había pasado cientos de veces y ni siquiera me había percatado, probablemente mi mente se había adaptado tanto al hecho de que yo era una chica de recursos escasos que todo lo que pareciera ser caro se volvía invisible para mí.
Finalmente llegue observando la larga fila de gente dispuesta a entrar para ver lo magia que allí dentro ocurría, como podía transportarles a otro mundo sin nada más que cerrar los ojos pero no solo había fila en la entrada, también en las taquillas se podía apreciar gente que de última hora estaban comprando la entrada, cosa que debería hacer yo también si no fuera porque no llevaba dinero Pensé que no sería tan caro después de todo Dije para mi siendo una ilusa había que pagar el personal que tocaba y a los actores asique era imposible que fuera a poder entrar, además la gente ya estaba entrando, todo en la clase superior era muy distinto, no había gritos, ni empujones para entrar, andaban con elegancia y un porte exquisito
Estaba pensando cuando uno de los guardias que custodiaban las puertas me hablo Chiquilla sin entrada o un pase especial es mejor que te quites de en medio para dejar pasar a la gente que pago por la entrada Me hice a un lado dejando que todos terminaran de entrar para volver a acercarme La verdad que tengo un amigo que trabaja en la obra ¿Podrían avisarle para que salga? Sabía que no estaba bien aprovecharme de ser su amiga pero cuando pudiera le daría el dinero de la entrada ¿Muchacha sabes cuantas personas intentan lo mismo que tú? Ambos guardias se pusieron delante de la puerta para no permitirme el paso, algo que no entendía porque yo en ningún momento pensé en entrar sin permiso Démosle una oportunidad ¿Cómo se llama tu amigo? Contesto el otro guardia que tenia a primera vista un aspecto más amable y entrañable, quizás fuese porque se le veía más mayor con sus canas o porque sus ojos habían visto de todo y sabia que no debían juzgar a la ligera Pues se hace llamar El Fantasma Me supuse que era artísticamente pero en el momento que pronuncie esas dos palabras ambos hombres se pusieron del color del cabello del más anciano, hasta podía jurar que su mirada de superioridad por parte del más joven había cambiado a una de miedo Señorita puede pasar y mis más sinceras disculpas Me dejaron paso mientras comenzaba a dar mis primeros pasos sentía como sus miradas me recorrían de arriba abajo como si del mismo demonio me tratase, algo no cuadraba pero cuando llegue a su altura me pare y le sonreí a ambos Muchas gracias, espero pueda agradecérselo a la salida Negaron rápidamente y cerraron las puertas tras de mi yéndose lo más rápido que podían ¿Acaso había dicho algo malo? Parecía que temían el nombre de mi ángel alado pero ¿Por qué? La experiencia vivida con él me decía que no tenía justificación el comportamiento de los guardias pero su reacción era real y se podía ver el miedo ¿Qué estaba pasando?
Comencé a caminar por los pasillos algo confusa con todo ya que no entendía nada y tampoco conocía al lugar y no quería perderme Mi ángel de alas negras ¿Dónde estarás? Suspire esperando que quizás me oyera mientras continuaba andando solo Dios sabia a donde, subí escaleras, las volví a bajar y volví a subir hasta llegar a una especie de cortinas y una plaquita con un cinco, estaba cansada de caminar, asique se me ocurrió entrar para al menos preguntar por donde podía ir a la zona donde pudiera encontrarme a mi ángel pero nada, no había nada.
La obra estaba por comenzar porque ya estaban anunciando a los actores, asique me aproxime al balcón un poco para mirar pero de manera que nadie pudiera verme
Me encontraba bastante confundida pensando tumbada en mi cama, el día había sido largo y la noche había caído con presteza haciendo que mi momento de relajación y meditación llegase. Tenía los ojos cerrados intentando visualizar el único recuerdo que había tenido, en el lugar, la situación, los sonidos, el tono de su voz, sus palabras tan cuidadosamente escogidas para hacer de una velada quizás algo tétrica por el lugar en que nos encontrábamos en una velada llena de buenas sensaciones… ¡Hay estaba la pista! En sus palabras, recordaba que cuando estuvimos hablando menciono algo de un teatro que era su hogar o el sitio donde pasaba la mayor parte de sus horas, ¿Cómo no podía haberme dado cuenta antes? Tocaba de manera hermosa un violín y que mejor sitio para demostrar su don que ante cientos de personas
Abrí los ojos quizás demasiado rápido pues la luz aunque tenue hizo que viera chispitas a mi alrededor pero quería darme prisa quizás era el momento de demostrar por una vez que no era una niña temerosa y que podía luchar por lo que quisiera porque desde siempre Kilyann y ahora mi ángel me habían cuidado y quería demostrar que también podía estar cuando me necesitaran, que no huiría de su lado por más oscuras y funestas. Me incorpore poco a poco sintiendo como mis músculos se agarrotaban después del día duro que yo misma me había impuesto para no pensar demasiado pero ahora tendrían que soportar un poco mas de movimiento. Tenía que vestirme adecuadamente ¿Pero cómo era vestirme adecuadamente para el teatro? Nunca había estado en uno y ni siquiera sabía si estabas sentado, de pie o tenias que colgarte. Estaba pensando demasiadas tonterías que eran fruto de mis nervios porque estaba vez si presentía que le iba a ver y que algo sucedería y tenía que concentrarme en que ponerme, ya que esta vez si iba a necesitar los vestidos que me había comprado y que no tendía a usar porque con cada roce de mi piel con esa tela tan suave, sentía que mi cuerpo cambiaba a una piel que no me ajustaba y no me gustaba; opte por un vestido de un suave color azul celeste de un paño bastante liso y sin demasiados adornos y como único complemento una pinza que recogiera un poco los mechones traviesos que no querían estar en su sitio y hacían que mi rostro, mejor dicho mis ojos, se ocultasen a la vista de la gente
Me puse de camino tan rápido como había estado lista hacia el teatro a pesar de tener que preguntar un par de veces el lugar, había pasado cientos de veces y ni siquiera me había percatado, probablemente mi mente se había adaptado tanto al hecho de que yo era una chica de recursos escasos que todo lo que pareciera ser caro se volvía invisible para mí.
Finalmente llegue observando la larga fila de gente dispuesta a entrar para ver lo magia que allí dentro ocurría, como podía transportarles a otro mundo sin nada más que cerrar los ojos pero no solo había fila en la entrada, también en las taquillas se podía apreciar gente que de última hora estaban comprando la entrada, cosa que debería hacer yo también si no fuera porque no llevaba dinero Pensé que no sería tan caro después de todo Dije para mi siendo una ilusa había que pagar el personal que tocaba y a los actores asique era imposible que fuera a poder entrar, además la gente ya estaba entrando, todo en la clase superior era muy distinto, no había gritos, ni empujones para entrar, andaban con elegancia y un porte exquisito
Estaba pensando cuando uno de los guardias que custodiaban las puertas me hablo Chiquilla sin entrada o un pase especial es mejor que te quites de en medio para dejar pasar a la gente que pago por la entrada Me hice a un lado dejando que todos terminaran de entrar para volver a acercarme La verdad que tengo un amigo que trabaja en la obra ¿Podrían avisarle para que salga? Sabía que no estaba bien aprovecharme de ser su amiga pero cuando pudiera le daría el dinero de la entrada ¿Muchacha sabes cuantas personas intentan lo mismo que tú? Ambos guardias se pusieron delante de la puerta para no permitirme el paso, algo que no entendía porque yo en ningún momento pensé en entrar sin permiso Démosle una oportunidad ¿Cómo se llama tu amigo? Contesto el otro guardia que tenia a primera vista un aspecto más amable y entrañable, quizás fuese porque se le veía más mayor con sus canas o porque sus ojos habían visto de todo y sabia que no debían juzgar a la ligera Pues se hace llamar El Fantasma Me supuse que era artísticamente pero en el momento que pronuncie esas dos palabras ambos hombres se pusieron del color del cabello del más anciano, hasta podía jurar que su mirada de superioridad por parte del más joven había cambiado a una de miedo Señorita puede pasar y mis más sinceras disculpas Me dejaron paso mientras comenzaba a dar mis primeros pasos sentía como sus miradas me recorrían de arriba abajo como si del mismo demonio me tratase, algo no cuadraba pero cuando llegue a su altura me pare y le sonreí a ambos Muchas gracias, espero pueda agradecérselo a la salida Negaron rápidamente y cerraron las puertas tras de mi yéndose lo más rápido que podían ¿Acaso había dicho algo malo? Parecía que temían el nombre de mi ángel alado pero ¿Por qué? La experiencia vivida con él me decía que no tenía justificación el comportamiento de los guardias pero su reacción era real y se podía ver el miedo ¿Qué estaba pasando?
Comencé a caminar por los pasillos algo confusa con todo ya que no entendía nada y tampoco conocía al lugar y no quería perderme Mi ángel de alas negras ¿Dónde estarás? Suspire esperando que quizás me oyera mientras continuaba andando solo Dios sabia a donde, subí escaleras, las volví a bajar y volví a subir hasta llegar a una especie de cortinas y una plaquita con un cinco, estaba cansada de caminar, asique se me ocurrió entrar para al menos preguntar por donde podía ir a la zona donde pudiera encontrarme a mi ángel pero nada, no había nada.
La obra estaba por comenzar porque ya estaban anunciando a los actores, asique me aproxime al balcón un poco para mirar pero de manera que nadie pudiera verme
Amaris Scander- Humano Clase Baja
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Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
La noche en la catedral y la madrugada de fiesta para el coronel y para ese vampiro extraño y condenado había pasado con tanta rápidez que n itempo tuve para percatarme que la noche en la que una posible guerra se desataría ya anunciaba su llegada en aquel teatro completamente abarrotado y loco de atar.
Había llegado me temía mucho antes que los demás, Gideon se desapareció ese mismo día y el coronel había salido antes de lo acordado para disfrutar de los placeres que obtenía con mujeres... pero que en realidad no le entendí ni media palabra de lo que me explico, lo que haría antes de llegar a la función con esas damas, pero.. en fin esa era otra historia, todo eso estaba meditando mientras me quede en medio de esas grandes puertas de madera con ese toque ostentoso que siempre las caracterizaba de la competencia, desde ese punto miraba a todos aquellos que elegantemente pedían un boleto, mientras que di lado opuesto se hayaban dos filas más que pedían a gritos, empujones y puñetazos una entrada para la ópera más famosa de cada año -¿Que tiene de especial, acaso ya sben lo que sudederá y aún se empeñan a morir?- pense entonces, negando de nuevo -No puede ser eso posible, Frank juro y prometió que esto era secreto- pase un poco de saliva para que mi garganta volviera a aclararse tras ese escabrozo pensamiento que me erizo la piel y me puso de puntas el cabello -Hay algo más a parte de la guerra que parece se iniciará- dije interiormente mientras me quitaba de en medio para que esa gente violenta pasará sin que pudieran lastimarme, debí haberlo sospechado desde mucho antes, esos individuos pertenecían a la clase media y baja que por algun medio consiguieron monedas para un gran evento pues allí entre el tumulto de hallaban los reporteros de los principales periodicos de París y el resto de Europa, escuché como uno de ellos pregonaba a los cuatro vientos clemencia para pasar pues el estaba seguro que totra muerte más empañaría el teatro, la vida de la soprano principal debia interpretar bien el papel de esa alma en pena o sino moriría.
Entonces el espanto volvío a todo mi cuerpo, hasta donde yo recordaba aquel día en biblioteca esa hermosa joven me había comentado que era la estrella de este teatro, senti como me las piernas me temblaban y el corazón empezaba a latir aceleradamente mientras mis ojos aceitunados se abrían de vez en vez más grandes hasta que ya ni siquiera podía parpadear, mire el reloj de bolsillo -Lo siento debo entrar- me disculpe en silencio con el coronel que aún no había llegado, se supone lo conduciría hasta su asiento pero ella necesitaba de mí podía sentirlo -Estoy seguro de que Gideon lo encontrarà y lo conducirá a donde debe ser- sacudí el traje de fina etiqueta que el coronel me había prestado, enderece la corbata en forma de moño y me apresuré a sacar de la solapa el boleto que ese misterio hombre nos había enviado, corriendo entre tropezones y caidas llegue con aquellos que recaudaban las entradas que por cierto tenían una expresión de horror y miedo en sus rostros, sin pensarlo y al tenr para mí la entrada sin resticciones me observe en el espejo de hall principal para ver si no serái quizás me desalineado estilo o la falta de costumbre ante prendas como esas las que me hicieran ver mal, pero todo parecía estar en orden.
-¡Montserrat!- exclamé al ver una sombra en el espejo proveniente de la parte de arriba pero cuando quisé ver bien ya no había nada -No más alucinaciones no, calma Spencer, ve y busca a la joven-dije en voz alta a mi reflejo.
Pronto llegué a la sala principal decorada finamente con telas rojas y doradas, parecia el estilo que usan los reyes para recibir a sus visitantes, quede sin palabras por minutos cuando de pronto tomo de mi mano el papel que señalaba mi asiento, era la acomodadora más joven quién me veía de forma extraña, me tomo de las manos llevandome a la fuerza a mi destino final -Pero yo... mademoiselle... yo..- trate de explicar pero aparte de la timidez ante las mujeres no me escucho y me abandono allí en ese sitio donde ya para esos momentos había demasiada gente de todo tipo y apariencias -Debo inpedir que toda esta gente muera- reafirme en mi cabeza la misión que tenía por delante -Y también debo salvarle a ella- termine dejandome caer sobre el asiento, con experesión de angustia y nerviosismos que me provocaba la ansiedad de no poder saber firmemente que esperar del futuro que se veía cada vez más próximo.
Había llegado me temía mucho antes que los demás, Gideon se desapareció ese mismo día y el coronel había salido antes de lo acordado para disfrutar de los placeres que obtenía con mujeres... pero que en realidad no le entendí ni media palabra de lo que me explico, lo que haría antes de llegar a la función con esas damas, pero.. en fin esa era otra historia, todo eso estaba meditando mientras me quede en medio de esas grandes puertas de madera con ese toque ostentoso que siempre las caracterizaba de la competencia, desde ese punto miraba a todos aquellos que elegantemente pedían un boleto, mientras que di lado opuesto se hayaban dos filas más que pedían a gritos, empujones y puñetazos una entrada para la ópera más famosa de cada año -¿Que tiene de especial, acaso ya sben lo que sudederá y aún se empeñan a morir?- pense entonces, negando de nuevo -No puede ser eso posible, Frank juro y prometió que esto era secreto- pase un poco de saliva para que mi garganta volviera a aclararse tras ese escabrozo pensamiento que me erizo la piel y me puso de puntas el cabello -Hay algo más a parte de la guerra que parece se iniciará- dije interiormente mientras me quitaba de en medio para que esa gente violenta pasará sin que pudieran lastimarme, debí haberlo sospechado desde mucho antes, esos individuos pertenecían a la clase media y baja que por algun medio consiguieron monedas para un gran evento pues allí entre el tumulto de hallaban los reporteros de los principales periodicos de París y el resto de Europa, escuché como uno de ellos pregonaba a los cuatro vientos clemencia para pasar pues el estaba seguro que totra muerte más empañaría el teatro, la vida de la soprano principal debia interpretar bien el papel de esa alma en pena o sino moriría.
Entonces el espanto volvío a todo mi cuerpo, hasta donde yo recordaba aquel día en biblioteca esa hermosa joven me había comentado que era la estrella de este teatro, senti como me las piernas me temblaban y el corazón empezaba a latir aceleradamente mientras mis ojos aceitunados se abrían de vez en vez más grandes hasta que ya ni siquiera podía parpadear, mire el reloj de bolsillo -Lo siento debo entrar- me disculpe en silencio con el coronel que aún no había llegado, se supone lo conduciría hasta su asiento pero ella necesitaba de mí podía sentirlo -Estoy seguro de que Gideon lo encontrarà y lo conducirá a donde debe ser- sacudí el traje de fina etiqueta que el coronel me había prestado, enderece la corbata en forma de moño y me apresuré a sacar de la solapa el boleto que ese misterio hombre nos había enviado, corriendo entre tropezones y caidas llegue con aquellos que recaudaban las entradas que por cierto tenían una expresión de horror y miedo en sus rostros, sin pensarlo y al tenr para mí la entrada sin resticciones me observe en el espejo de hall principal para ver si no serái quizás me desalineado estilo o la falta de costumbre ante prendas como esas las que me hicieran ver mal, pero todo parecía estar en orden.
-¡Montserrat!- exclamé al ver una sombra en el espejo proveniente de la parte de arriba pero cuando quisé ver bien ya no había nada -No más alucinaciones no, calma Spencer, ve y busca a la joven-dije en voz alta a mi reflejo.
Pronto llegué a la sala principal decorada finamente con telas rojas y doradas, parecia el estilo que usan los reyes para recibir a sus visitantes, quede sin palabras por minutos cuando de pronto tomo de mi mano el papel que señalaba mi asiento, era la acomodadora más joven quién me veía de forma extraña, me tomo de las manos llevandome a la fuerza a mi destino final -Pero yo... mademoiselle... yo..- trate de explicar pero aparte de la timidez ante las mujeres no me escucho y me abandono allí en ese sitio donde ya para esos momentos había demasiada gente de todo tipo y apariencias -Debo inpedir que toda esta gente muera- reafirme en mi cabeza la misión que tenía por delante -Y también debo salvarle a ella- termine dejandome caer sobre el asiento, con experesión de angustia y nerviosismos que me provocaba la ansiedad de no poder saber firmemente que esperar del futuro que se veía cada vez más próximo.
Spencer Reid- Humano Clase Media
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Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
El cambiaformas sabía que quizás hoy sería la última vez que gozaría aún por su cegura disfrutar de los placeres femeninos que los burdeles podían ofrecer a alguién tan pervertido y amante de la vida que siempre cual cuerpo de las cortesanas tocaba de a poco, sonirendo y queriendo como solo un militar sabía hacerlo,en su cabeza solo reafimaba su idea de que siempre hizo suya a la vida, que siempre le hizo el amor como el siempre decía alegremente pero por hoy lo decía con la melancolía de esos ojos grisaceos que ya no veían más que la sombra en donde había luz,y colores donde todo es completamente oscuro, algo le decía que ya no volvería a regresar con sus queridas fragancias de sus amantes predilectas, que sería la última vez que se acostaría con la vida, esa misma que la orillaba a su meurte dentro del teatro adonde ya después de tantos chascarillos, besos y cuerpos iba en camino.
Su bastón raspaba con las piedras de río que adonaban las callejuelas de París, se estrellaba con los millones de zapatos que todavía esa hora andaban de allí para allá, y más de un par de esos zapatos quizó ayudarle pero él firme como siempre nunca acepto esa ayuda algunas veces desinteresadas y otras veces con malicia, como siempre expuesto a todos los peligros de una persona con su condición llego a su destino, era coronel y para los del ejercito la entrada estaba permitida sin boleto, bastaba el traje de militar que esa noche lucía con gran elegancia como si fuese un gran pavorreal.
Camino entre el bullicio y por esa suaves telas que pisaban sus zapatos, parecía la tela de los grandes palacios y propiedas hostentosas de los más poderosos, como aquellas que le guíaban día y noche en sus aposentos el día que salió de casa para nunca regresar, ahora ese mismo material le enviaban junto al timido joven que le había abandonado y que se encontraba ya muy bien acomodado era fácil de adivinar, no solo porque sus habilidades caninas le permitían olfatear su escencia sino por el simple hecho de que el joven estaba interesado en la joven vampiresa que algo extraño tenía que ver en el asunto.
-Te presto un traje y tu me prestas tu descortesía- dijo bromeando hacia donde percibía la presencía del chico -No te dejes engañar por lo que digo, especialmente cuando aproveche el querer y la ilusión de una mujer- se sento sin más en ese asiento de fino terciopelo, dejandose acoger por su suavidad -Disculpame pero ya estoy algo cansado para andar como todo un galan y después como un guerrero- suspiro -Además un chiquillo como tú necesita supervisión de un adulto- guiño su ojo y sonrio plenamente relajado mientras cruzaba las piernas y recargaba su bastón en esa enome alfombra que cubía el frío mármol del recinto -Hijo, eres masoquista, ¿Lo sabías cierto?- negó inmediatamente -Te enamoras de una mujer que no tiene un lugar en su vida para tí y menos cuando al parecer se tiene que cuidar las espaldas y que decir de la su voz, no tiene tiempo de andar cuidando de su amor, eres buen prospecto creeme, pero... también debes pensar que no viviras eternamente- miraba fijamente como si pudiese ver todo el lugar -Y por cierto ¿donde esta el otro eterno?- cuestiono sin obtener respuestas de su acompañante -Esta demasiado nervioso- pensó -Parece que estoy hablando con la pared, hijo dime aunque sea un insulto- pidió pues podía percibir que en el aire reinaba esa atroz sensación que de a poco podía llegar a consumir a la gente: Angustía.
Su bastón raspaba con las piedras de río que adonaban las callejuelas de París, se estrellaba con los millones de zapatos que todavía esa hora andaban de allí para allá, y más de un par de esos zapatos quizó ayudarle pero él firme como siempre nunca acepto esa ayuda algunas veces desinteresadas y otras veces con malicia, como siempre expuesto a todos los peligros de una persona con su condición llego a su destino, era coronel y para los del ejercito la entrada estaba permitida sin boleto, bastaba el traje de militar que esa noche lucía con gran elegancia como si fuese un gran pavorreal.
Camino entre el bullicio y por esa suaves telas que pisaban sus zapatos, parecía la tela de los grandes palacios y propiedas hostentosas de los más poderosos, como aquellas que le guíaban día y noche en sus aposentos el día que salió de casa para nunca regresar, ahora ese mismo material le enviaban junto al timido joven que le había abandonado y que se encontraba ya muy bien acomodado era fácil de adivinar, no solo porque sus habilidades caninas le permitían olfatear su escencia sino por el simple hecho de que el joven estaba interesado en la joven vampiresa que algo extraño tenía que ver en el asunto.
-Te presto un traje y tu me prestas tu descortesía- dijo bromeando hacia donde percibía la presencía del chico -No te dejes engañar por lo que digo, especialmente cuando aproveche el querer y la ilusión de una mujer- se sento sin más en ese asiento de fino terciopelo, dejandose acoger por su suavidad -Disculpame pero ya estoy algo cansado para andar como todo un galan y después como un guerrero- suspiro -Además un chiquillo como tú necesita supervisión de un adulto- guiño su ojo y sonrio plenamente relajado mientras cruzaba las piernas y recargaba su bastón en esa enome alfombra que cubía el frío mármol del recinto -Hijo, eres masoquista, ¿Lo sabías cierto?- negó inmediatamente -Te enamoras de una mujer que no tiene un lugar en su vida para tí y menos cuando al parecer se tiene que cuidar las espaldas y que decir de la su voz, no tiene tiempo de andar cuidando de su amor, eres buen prospecto creeme, pero... también debes pensar que no viviras eternamente- miraba fijamente como si pudiese ver todo el lugar -Y por cierto ¿donde esta el otro eterno?- cuestiono sin obtener respuestas de su acompañante -Esta demasiado nervioso- pensó -Parece que estoy hablando con la pared, hijo dime aunque sea un insulto- pidió pues podía percibir que en el aire reinaba esa atroz sensación que de a poco podía llegar a consumir a la gente: Angustía.
Frank Slade- Fantasma
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Fecha de inscripción : 26/08/2012
Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
-Ni te emociones- contesto el melancolico vampiro detras de los respaldos de aquellos caballeros de los que solo conocía por ocasión -El chico no es capaz de insultar a un hombre y mucho menos de hablar en ese estado tan traumatico en el que se encuntra- contemplo al joven tembloroso y angustiado, el amor por aquella lo estaba matando, pero tal parecia que esa muerte llevaba consigo una agonía tan larga que ese joven delgado y frágil de alma y de pensamiento se iba a quebrar en cualquier segundo antes de que comenzará la función -Tranquilo Spencer, al final el sol siempre volverá a salir- trato de darle consuelo y tomo asiento justo detrás suyo.
El papel que le habían proporcionado señalaba el asiento número veinticinco de la sección media justo atrás de sus únicos amigos que logro conseguir en una noche y desde ahí ya una vez acomodado saco su rosario sin importar quién o quienes le veían y rezó un padre nuestro, un ave maría y bajo por medio del ángel de la guarda a toda la corte celestial, su angustia entonces quizás era menor o peor que la del joven humano que con los ojos abiertos igual que el coronel perdio todo sentido internandose en su nerviosismo y entonces sería tal vez la única diferencia que el padecía de temor en silencio, con los ojos cerrados y escuchando el completo bullicio de una sala que de a poco comenzaba a llenarse y fue un medio de ese mar de voces que perdio toda concentración, abriendo sus parpados, luciendo sus ojos claros llenos de fe hacía todas direcciones, veía entonces las telas, el arte, las esculturas y los lujos que muy probablemente ordenaría ese monstruo segun sus sospechas.
Suspiro profundamente -Coronel- puso su palma palida en el hombro fuerte de ese canbiaformas que a su opinión de todos los humanos que había conocido hasta el momento era el único que me veía tan nitidos los colores de la vida, que no podía negar que en ese frío corazón no existiara un poco de respeto por ese gran hombre -Coronel- continúo -Solo quiero agradecerle la grata cena junto con Spencer anoche, en mi vida jamás había pasado una noche bohemía como aquella- guardo silencio con resignación -Si salimos de esta...vivos...- entrecorto por pirmera vez sus palabras -Y todo sale bien quisiera ir de nuevo con usted y Spencer, mis dos grandes amigos- declaro apañando el ambiente de melancolico sentimiento y una fe ciega a su Dios y sus santos que estaba en los cielos -Si escuchan mi oración- volvio a reccargarse eb el respaldo atercipelado -Y espero que si por que esta pleagaria es para ellos, para mis amigos y para todos lo que se han reunido hoy en este sitio, tu mi Dios sabe más que nadie lo que he sufrido y lo que sufro ahora, este clavario, este martirio- cerro sus ojos fuertemente- matame a mi si quieres, dejame morir aquí en paz y solo... te ofrezco mi vida a cambio de la del coronel, la de Spencer y la de ese a quién no conocemos, pues ese hombre es todos nosotros- abrio los ojos teminando su oración en silenciosa en su pensar, mientras esa luces ya empezaban a bajar su intensidad, anunciando que el momento estaba cada vez más cerca, más cerca de lo que incluso el y sus compañeros de combate creían.
El papel que le habían proporcionado señalaba el asiento número veinticinco de la sección media justo atrás de sus únicos amigos que logro conseguir en una noche y desde ahí ya una vez acomodado saco su rosario sin importar quién o quienes le veían y rezó un padre nuestro, un ave maría y bajo por medio del ángel de la guarda a toda la corte celestial, su angustia entonces quizás era menor o peor que la del joven humano que con los ojos abiertos igual que el coronel perdio todo sentido internandose en su nerviosismo y entonces sería tal vez la única diferencia que el padecía de temor en silencio, con los ojos cerrados y escuchando el completo bullicio de una sala que de a poco comenzaba a llenarse y fue un medio de ese mar de voces que perdio toda concentración, abriendo sus parpados, luciendo sus ojos claros llenos de fe hacía todas direcciones, veía entonces las telas, el arte, las esculturas y los lujos que muy probablemente ordenaría ese monstruo segun sus sospechas.
Suspiro profundamente -Coronel- puso su palma palida en el hombro fuerte de ese canbiaformas que a su opinión de todos los humanos que había conocido hasta el momento era el único que me veía tan nitidos los colores de la vida, que no podía negar que en ese frío corazón no existiara un poco de respeto por ese gran hombre -Coronel- continúo -Solo quiero agradecerle la grata cena junto con Spencer anoche, en mi vida jamás había pasado una noche bohemía como aquella- guardo silencio con resignación -Si salimos de esta...vivos...- entrecorto por pirmera vez sus palabras -Y todo sale bien quisiera ir de nuevo con usted y Spencer, mis dos grandes amigos- declaro apañando el ambiente de melancolico sentimiento y una fe ciega a su Dios y sus santos que estaba en los cielos -Si escuchan mi oración- volvio a reccargarse eb el respaldo atercipelado -Y espero que si por que esta pleagaria es para ellos, para mis amigos y para todos lo que se han reunido hoy en este sitio, tu mi Dios sabe más que nadie lo que he sufrido y lo que sufro ahora, este clavario, este martirio- cerro sus ojos fuertemente- matame a mi si quieres, dejame morir aquí en paz y solo... te ofrezco mi vida a cambio de la del coronel, la de Spencer y la de ese a quién no conocemos, pues ese hombre es todos nosotros- abrio los ojos teminando su oración en silenciosa en su pensar, mientras esa luces ya empezaban a bajar su intensidad, anunciando que el momento estaba cada vez más cerca, más cerca de lo que incluso el y sus compañeros de combate creían.
Gideon Stark- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Fecha de inscripción : 05/05/2012
Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
No sabía si estaba haciendo bien, no sabía si hacía el mal, ni siquiera oida dar una definición de aquellos dos o de quién era en esos precisos instantes.
Me sentía sucio, como si me hubiese caido del caballo y este a todo galope me hubiera revolcado por las aceras del bosque llenas de lodo, tal sensación hacía que en más de una ocasión intentará limpiar en vano ese fino traje de gala frente o un lado de él... si marchaba a su lado rumbo al recinto donde nuestra creación haría su debut como la cantante principal, estaba contento por ella y triste por él, pies a cada paso por las calles más concurridas de París Alessandro y yo pareciamos dos extraños, como si jamás nos hubiesemos visto, como si nunca nos hubieramos amado, como si hubiera sido un sueño el de haber sido su creación y su compañero por dos largos siglos.
-Si tan solo supieras- pense muy dentro, sintiendo allí como un puñado de cuchillas iba penetrando y desgarrando cada fibra del sentimiento que aún conservaba mi alma, si es que la tenía todavía -Perdoname- le implore sin que pudiera oirme, cabisbajo fui pensando que clase de persona era para haber hecho el trato que hice con esa mujer y el hombre extraño del cementerio -Supongo que solo será un pequeño susto- me di consuelo -Tal vez esos sujetos lo quieren para cobrar una deuda de juego- asentí mientras seguía pensando -En Alessandro no son raras las apuestas-suspire pareciendo en hallar en aquellas respuestas internas el alivio y la certeza de que nada malo le pasaría y de que si lo había entregado a sus deudores era para hacerle recapcitar que tanto a Montserrat como a mí nos necesitaba juntos y a su lado -Además, era una gitana y un brujo que otro mal se puede esperar de ellos que no sea maldad, deudas, apuestas y robos- conclui felizmente encogiendome en hombros.
Finalmente frente a nosotros se imponía el famoso Teatro de París, el teatro que más de una vez fue nuestra competencia cuando fuimos los dueños del theatres des vampires, parecia que esta no era una noche cualquiera pero aun no lograba xomprender el porque, sería por su soprano o ¿Porque tanta elegancia en sus pisos, muros y techos, telas de terciopelo rojo, esculturas decoradas al estilo griego, eran como las musas hermanas de la justicia, con esas vendas en los ojos y seduciendo con esa pose en plema desnudez dorada a quién las viera detallladamente, porque?.
Ni siquiera pude llegar a la respuesta porque era momento cumbre en el que Alessandro y yo habíamos llegado a nuestros respectivos asientos, estabamos en la fila que quedaba bajo el escenario, en las filas más caras para gente demasiado poderosa como los palcos de la parte superior y en medio de ese bullicio intente buscar a esos dos extraños pero ni siquiera su sombra veía, ni su escencia sentía cerca o la frangancia de la gitana, aún no habían llegado -Para que me preocupo, quizás después de todo no vendrán- pense y dirigi mi mirada hacia el telón que por debajo algunos pares de zapatillas de ballet y tacones desfilaban ya esperando la hora de la apertura y entonces mi mente se fue lejos hacía Montserrat, deseandole mucha suerte aunque no lo escchara y pensando que estaba haciendo en aquellos momentos los ejercicios que le enseñe para su canto, que los estaba realizando en su camirno o quizás esa delgada y esbelta figura de color palido como el marmol estaba siendo acariciada por el vestido que esta noche tan especial luciría.... suspiraba de tan solo pensarlo y luego me estremeci al pensar que ya esataba alli entre los cientos de actores que reconocían el terreno tras bambalinas, recargandoe en el asiento suavemente esboce una sonrisa de ilusión, amor y orgullo entonces su mano... la de Alessandro tomo la mía como antes, como cuando la conocimos, como los amantes perfectos que fuimos, fue inevitable sentirme culpable por saber que dentro de la intención de venir a contemplar y acompañar a Montserrat en su debut, también lo trajese aquí para que pagara sus deudas con esos taures. sonrei plenamente para ocultar lo que sentía -Todo saldrá bien te lo prometo mi ángel perfecto- le susurre tomandole de su mano enguantada de blanco con más fuerza.
Me sentía sucio, como si me hubiese caido del caballo y este a todo galope me hubiera revolcado por las aceras del bosque llenas de lodo, tal sensación hacía que en más de una ocasión intentará limpiar en vano ese fino traje de gala frente o un lado de él... si marchaba a su lado rumbo al recinto donde nuestra creación haría su debut como la cantante principal, estaba contento por ella y triste por él, pies a cada paso por las calles más concurridas de París Alessandro y yo pareciamos dos extraños, como si jamás nos hubiesemos visto, como si nunca nos hubieramos amado, como si hubiera sido un sueño el de haber sido su creación y su compañero por dos largos siglos.
-Si tan solo supieras- pense muy dentro, sintiendo allí como un puñado de cuchillas iba penetrando y desgarrando cada fibra del sentimiento que aún conservaba mi alma, si es que la tenía todavía -Perdoname- le implore sin que pudiera oirme, cabisbajo fui pensando que clase de persona era para haber hecho el trato que hice con esa mujer y el hombre extraño del cementerio -Supongo que solo será un pequeño susto- me di consuelo -Tal vez esos sujetos lo quieren para cobrar una deuda de juego- asentí mientras seguía pensando -En Alessandro no son raras las apuestas-suspire pareciendo en hallar en aquellas respuestas internas el alivio y la certeza de que nada malo le pasaría y de que si lo había entregado a sus deudores era para hacerle recapcitar que tanto a Montserrat como a mí nos necesitaba juntos y a su lado -Además, era una gitana y un brujo que otro mal se puede esperar de ellos que no sea maldad, deudas, apuestas y robos- conclui felizmente encogiendome en hombros.
Finalmente frente a nosotros se imponía el famoso Teatro de París, el teatro que más de una vez fue nuestra competencia cuando fuimos los dueños del theatres des vampires, parecia que esta no era una noche cualquiera pero aun no lograba xomprender el porque, sería por su soprano o ¿Porque tanta elegancia en sus pisos, muros y techos, telas de terciopelo rojo, esculturas decoradas al estilo griego, eran como las musas hermanas de la justicia, con esas vendas en los ojos y seduciendo con esa pose en plema desnudez dorada a quién las viera detallladamente, porque?.
Ni siquiera pude llegar a la respuesta porque era momento cumbre en el que Alessandro y yo habíamos llegado a nuestros respectivos asientos, estabamos en la fila que quedaba bajo el escenario, en las filas más caras para gente demasiado poderosa como los palcos de la parte superior y en medio de ese bullicio intente buscar a esos dos extraños pero ni siquiera su sombra veía, ni su escencia sentía cerca o la frangancia de la gitana, aún no habían llegado -Para que me preocupo, quizás después de todo no vendrán- pense y dirigi mi mirada hacia el telón que por debajo algunos pares de zapatillas de ballet y tacones desfilaban ya esperando la hora de la apertura y entonces mi mente se fue lejos hacía Montserrat, deseandole mucha suerte aunque no lo escchara y pensando que estaba haciendo en aquellos momentos los ejercicios que le enseñe para su canto, que los estaba realizando en su camirno o quizás esa delgada y esbelta figura de color palido como el marmol estaba siendo acariciada por el vestido que esta noche tan especial luciría.... suspiraba de tan solo pensarlo y luego me estremeci al pensar que ya esataba alli entre los cientos de actores que reconocían el terreno tras bambalinas, recargandoe en el asiento suavemente esboce una sonrisa de ilusión, amor y orgullo entonces su mano... la de Alessandro tomo la mía como antes, como cuando la conocimos, como los amantes perfectos que fuimos, fue inevitable sentirme culpable por saber que dentro de la intención de venir a contemplar y acompañar a Montserrat en su debut, también lo trajese aquí para que pagara sus deudas con esos taures. sonrei plenamente para ocultar lo que sentía -Todo saldrá bien te lo prometo mi ángel perfecto- le susurre tomandole de su mano enguantada de blanco con más fuerza.
Stefano Rossi- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 22/08/2011
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Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Stefano me covencio de venir hoy aqui, a este teatro que no ha sido otro de los errores más grande de mi existencia, aqui envie a la única mujer que logrado amar, esa joven vampiresa que aún hoy por hoy y gracias a mis celos seguia igual de confundida o quizás hasta peor de lo que ya era cuando le conocí como humana...
De cualquier forma pretendía venir, pero solo sin él, sin Andrea, sin es joven que insitia con voraz y tremenda insistencia de que lo acompañase, la pregunta era por demás ser ignorada ¿Porque?, ¿Porque si en cada momento que el tenía disponible no me dirigia la palabra? solo se enccogia en hombros, asentía y pensaba en silencio, más de una vez quise leer su pensamiento, pero sin amor... ¿Para que? ya no me interesaba al menos no en ese aspecto pero si en el deseo carnal que aún despertaba en mí, ese traje de gala que le acentuaba la espalda y le ensachaba el pecho, su melena oscura y lacia suelta bailaba con sus movimientos extraños, caia hasta su cadera y esto era lo que me seducía, más de una vez con el rabillo del ojo le veía en secreto, le contemplaba pero a la vez lograba despertar mi inquietud, porque tanto gesto, porque tantos movimientos, sería que de ese golpe mortal que le propine anoche en sus sentimientos como a los humanos cpmunes había percutido en la perdida de su razón, más sin embargo al contemplar sus ojos castaños vi que ellos iban dirigidos hacia las bambalinas y supuse entonces que tanto misterio se debía al nerviosimo que le provocaba la presentación más importante de nuestra amante... poco a poco me congio ese malestar y sentía como mi expresión cambiaba cada vez más a una más angustiada, mis nervios después ya no pudiero con ello y sin más como el instinto me lo dictaba y como era la costumbre hace siglos, le tome de su mano, le proporciomaba discretas caricias y juguetaba con ella como si se tratase de una hoja de árbol que ha caido en otoño.
El sabía lo que tenía y pronto sus palabras llegaron a calamrme un poco para poder pensar más claro -Es que si tan solo supieras querubín- mire hacia el frente donde todo ya estaba inundado de gente al por mayor, las clases acaudaladas, admiraban el fino arte de los muros del teatro y de la elegancia de sus pisos, alfombras palcos y asientos, que eran contemplados por sorpresa por los de las clases bajas y por aquello que era su primera vez dentro de un teatro -Para mí esta noche tendrà gran importancia-continue -Estaré a tu lado hasta el final de la función, vere al amor de mi existencia cantar como los angeles solo pueden hacerlo y después...- suspire muy profundo como si faltará el aire para respirar -Después todos juntos no amaremos hasta el amanecer, los tres celebrando su éxito y cosumando nuestro amor, ambos en mis brazos, acurrucados en mi pecho, entre las sabanas- mostraba un brillo en los ojos -Aún te deseo amado mío pero...si logro conquistar a Montserrat me iré con ella, sabes bien que amor para ti ya no hay pero si necesidad de tu cuerpo y tu calor- susurre para que solo fuera audible para él -Hoy será su noche, se que todo saldrá bien, siempre las cosas suceden para mejorar ¿No crees?- pregunte optimista -Para los tres todo saldrá y será para bien, lo sé- le tome de la mano correspondiendo a su aferración con demasiada fuerza, finalmente sonreí complacido y relajado -Ya casi es la hora- pense al escuchar a la orquesta afinando ya sus instrumentos, sin embargo dos cosas me inquietaron, la primera vi a una dama hermosa que por obvias razones era una vampiresa acompañada por otras personas, pero su mirada y su faz se me hicieron familiares, parecian ser las de Morgana, pero tan pronto como quise ver la dama había desaparecido en la multitud, probablemente subio a los palco pues hacia allá se dirigía, decidi por bien olvidar la idea -Alucinaciones mías, los nervios ya me estan enloqueciendo- pensé y al voltear de nuevo hacia el telón aún cerrado, dos jovenes enamorados que se encontraba al frente nuestro sentados, hablaron de un riesgo inminente para os administradores, la orquesta, los asistentes esta noche y la soprano que interpretaría al personaje principal, ese riegsgo se llamaba muerte y esa muerte se hacia llamar fantasma y ese fantasma se autonombraba el ángel de la muerte y para su pupila el ángel de la música -¿Su pupila?- pense de nuevo -Montserrat- reaccione dando un brinco inesperado -Ella corre peligro, lo presiento- tome la decision de irle a ver a su camerino pero entonces ya no podía moverme, el pasillo estaba ya ocupado y las entradas ya estaban custodiadas por los gendarmes e interrumpir sus ejercicios para su voz será un sacrilegio y un error más pues si tenía una sola falla durante toda la función advirtieron esas personas, la soprano o el que se equivoque perecerían a manos de ese monstruo, Stefano estaba tan metido en sus pensamientos que no escucho nada de lo que me inquieto, por su bien permanecería callado, él era capaz de revelar nuestra identidad con tal de asegurarse que estará bien, supimi mi malestar con un suspiro más profundo que el anterior -¿Que esta pasando en realidad o será que Andrea sabe algo y por eso su nerviosismo y su insistencia de venir acompañado?- pense y me alegre demasiado al pensar que me considero su aliado pese a todo lo que aconetecio anoche en el cementerio -Ya entiendo porque me has traìdo- le mumure al oido -Fue una gran decisión, tengo una deuda y debo pagarla como se debe, gracias- volvi a tomarle de la mano-Todo se arreglara, nada pasara, yo me encargo de que así sea- termine mis susurros guardando silencio espernado que la obra empezará, aún asi no podía negar sentía escalofrío al pensar lo que podía ocurrir pero con Andrea a mi lado, me aseguraría que los dos estuvieran a salvo aun a costa de mi propia vida.
De cualquier forma pretendía venir, pero solo sin él, sin Andrea, sin es joven que insitia con voraz y tremenda insistencia de que lo acompañase, la pregunta era por demás ser ignorada ¿Porque?, ¿Porque si en cada momento que el tenía disponible no me dirigia la palabra? solo se enccogia en hombros, asentía y pensaba en silencio, más de una vez quise leer su pensamiento, pero sin amor... ¿Para que? ya no me interesaba al menos no en ese aspecto pero si en el deseo carnal que aún despertaba en mí, ese traje de gala que le acentuaba la espalda y le ensachaba el pecho, su melena oscura y lacia suelta bailaba con sus movimientos extraños, caia hasta su cadera y esto era lo que me seducía, más de una vez con el rabillo del ojo le veía en secreto, le contemplaba pero a la vez lograba despertar mi inquietud, porque tanto gesto, porque tantos movimientos, sería que de ese golpe mortal que le propine anoche en sus sentimientos como a los humanos cpmunes había percutido en la perdida de su razón, más sin embargo al contemplar sus ojos castaños vi que ellos iban dirigidos hacia las bambalinas y supuse entonces que tanto misterio se debía al nerviosimo que le provocaba la presentación más importante de nuestra amante... poco a poco me congio ese malestar y sentía como mi expresión cambiaba cada vez más a una más angustiada, mis nervios después ya no pudiero con ello y sin más como el instinto me lo dictaba y como era la costumbre hace siglos, le tome de su mano, le proporciomaba discretas caricias y juguetaba con ella como si se tratase de una hoja de árbol que ha caido en otoño.
El sabía lo que tenía y pronto sus palabras llegaron a calamrme un poco para poder pensar más claro -Es que si tan solo supieras querubín- mire hacia el frente donde todo ya estaba inundado de gente al por mayor, las clases acaudaladas, admiraban el fino arte de los muros del teatro y de la elegancia de sus pisos, alfombras palcos y asientos, que eran contemplados por sorpresa por los de las clases bajas y por aquello que era su primera vez dentro de un teatro -Para mí esta noche tendrà gran importancia-continue -Estaré a tu lado hasta el final de la función, vere al amor de mi existencia cantar como los angeles solo pueden hacerlo y después...- suspire muy profundo como si faltará el aire para respirar -Después todos juntos no amaremos hasta el amanecer, los tres celebrando su éxito y cosumando nuestro amor, ambos en mis brazos, acurrucados en mi pecho, entre las sabanas- mostraba un brillo en los ojos -Aún te deseo amado mío pero...si logro conquistar a Montserrat me iré con ella, sabes bien que amor para ti ya no hay pero si necesidad de tu cuerpo y tu calor- susurre para que solo fuera audible para él -Hoy será su noche, se que todo saldrá bien, siempre las cosas suceden para mejorar ¿No crees?- pregunte optimista -Para los tres todo saldrá y será para bien, lo sé- le tome de la mano correspondiendo a su aferración con demasiada fuerza, finalmente sonreí complacido y relajado -Ya casi es la hora- pense al escuchar a la orquesta afinando ya sus instrumentos, sin embargo dos cosas me inquietaron, la primera vi a una dama hermosa que por obvias razones era una vampiresa acompañada por otras personas, pero su mirada y su faz se me hicieron familiares, parecian ser las de Morgana, pero tan pronto como quise ver la dama había desaparecido en la multitud, probablemente subio a los palco pues hacia allá se dirigía, decidi por bien olvidar la idea -Alucinaciones mías, los nervios ya me estan enloqueciendo- pensé y al voltear de nuevo hacia el telón aún cerrado, dos jovenes enamorados que se encontraba al frente nuestro sentados, hablaron de un riesgo inminente para os administradores, la orquesta, los asistentes esta noche y la soprano que interpretaría al personaje principal, ese riegsgo se llamaba muerte y esa muerte se hacia llamar fantasma y ese fantasma se autonombraba el ángel de la muerte y para su pupila el ángel de la música -¿Su pupila?- pense de nuevo -Montserrat- reaccione dando un brinco inesperado -Ella corre peligro, lo presiento- tome la decision de irle a ver a su camerino pero entonces ya no podía moverme, el pasillo estaba ya ocupado y las entradas ya estaban custodiadas por los gendarmes e interrumpir sus ejercicios para su voz será un sacrilegio y un error más pues si tenía una sola falla durante toda la función advirtieron esas personas, la soprano o el que se equivoque perecerían a manos de ese monstruo, Stefano estaba tan metido en sus pensamientos que no escucho nada de lo que me inquieto, por su bien permanecería callado, él era capaz de revelar nuestra identidad con tal de asegurarse que estará bien, supimi mi malestar con un suspiro más profundo que el anterior -¿Que esta pasando en realidad o será que Andrea sabe algo y por eso su nerviosismo y su insistencia de venir acompañado?- pense y me alegre demasiado al pensar que me considero su aliado pese a todo lo que aconetecio anoche en el cementerio -Ya entiendo porque me has traìdo- le mumure al oido -Fue una gran decisión, tengo una deuda y debo pagarla como se debe, gracias- volvi a tomarle de la mano-Todo se arreglara, nada pasara, yo me encargo de que así sea- termine mis susurros guardando silencio espernado que la obra empezará, aún asi no podía negar sentía escalofrío al pensar lo que podía ocurrir pero con Andrea a mi lado, me aseguraría que los dos estuvieran a salvo aun a costa de mi propia vida.
Alessandro Di Vanni- Vampiro Clase Alta
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Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Una noche tranquila con cientos de estrellas que sonreían y después se marchaban -Hay miles de ojos en el cielo-pense mientras caminaba -¡Un mundo nos vigila!- exclamé heroicamente y de manera tan inesperada que las dos mujeres que llevaba a ambos lados detuvieron su camino y yo recobre la conciencia... ¿Que hacia en frente de ese edificio donde habia tanta gente?, de repente estaba allí en media calle y hasta donde recordaba estaba en mi cama contando borreguitos antes de dormir... creo o esperen ¿Eso fue anoche?
-¡Devora, Chasse que hacen aquí, un gusto verlas!-trate de disimular mi amnesia -¡Que hacen esta noche tan hermosa en el circo!- suspire alegre -¿Al fin te reiras Devora?- termine botando a carcajadas sin saber porque, quizás porque se me hacia gracioso el hecho de que esa mujer se riera, por los nervios que provocaba Domine-Domino frente mío o porque pensé como hacer un experimento gracioso en el cuerpo de un joven rubio y serio, con pinta de músico y cara de perro Pastor Aleman -Bueno vienen conmigo a ver los payasos o aqui se quedan- señale el cielo -Porque esas manchitas en el cielo son...son... ojos que nos vigilan por doquier, un mundo nos vigila, ¡Nos vigilan!- comente paranoico, mientras Domine-Domino me tomaba de mi antebrazo, suspirando al instante.
-¡Pero que hermoso circo!- exclame al estar frente a la puerta -¡Si hasta vigilantes con cara de cadaver asustado a media noche tienen!- jugaba con la placa del pecho del hombre cuando mi chica dijo que no y Devora tenía rifles en lugar de pupilas -¿Que locura hice ahora?- les pregunte pero entonces Devora me tomo de la ropa jalandola por toda la sala abarrota de pavos ¡Ah no! solo son las plumas de pavorreales en las cabezas de las damas, bonita costumbre de pelearse antes de asistir a un evento como esos, sacudi mi melena alborotandola más mientras subiamos las escaleras -Devora- conteste miedoso -Devora... me dan miedo las alturas- pero ella me ignoro y de pronto llegamos a un palco -Numero cua..tro- lei en voz alta mientras la acomodadora nos invitaba a pasar, empuje a las dos pasando rápidamente para tomar el lugar de en medio -¡Yo llegue primero!- me cruce de brazos, celebrando mi tirunfo -Vamos que esperan- dije mientras una me veia sonriendo y la otra con expresión de lobo hambriento -¡Estan en su palco!- me levante de inmediato hacia donde estaba Devora -Si lo sé...- me lamente -tu siempre debes ser la primera en todo- suspire encogiendome en hombros -Por esta vez te cederá mi lugar... pero para la próxima haremos justo el juego- le lleve casi a marchas forzadas hasta el lugar de en medio y una vez allí, me mostraba inquieto, ya jugaba con el vaso, ya movía el mantel o cambiaba las cosas de lugar como si fuera un tablero de ajedrez -¡Es verdad ya me acorde!- reparé maravillado -¡Hoy es el teatro de la tragedia!- dije a todo volumen -¿Teatro?- reaccione -¿Estoy en un teatro?- dije con desilución -¡Yo que pense por un momento que era un circo!- me encogí en hombros mientras Devora quié sabe cuanto me decía y me gritaba -De acuerdo... bien.. pero no me grites que no soy Bethoveen, soy genio pero esucho muy bien-.
Vi momiento en los palcos que quedaban a nuestra derecha -¿Y el fantasma? ¿Que aún no sale de la tumba?- y de nuevo más regaños que por cierto ni siquiera preste atención pues viendo a las damas de los otros palcos se me ocurrio una brillante idea, ir sigilosamente y como si no lo quisiera la empujo y cae como una hoja -¡Que divertida broma!- excleme, mientras Devora me vio sería -¡Ves como no sabes divertirte!- reclame pero ante sus amenazas guarde silencio y contemple el recinto que de a poco callaba y se acomodaba en sus asientos -¿Tan rapido atacaremos?- les pregunte a mis acompañantes -Pero yo no se luchar en plena oscuridad, me hubieran dicho, y conmigo traería mi lámpara de aceite de bolsillo- negue con la cabeza -¡Ya se que no hay, no estoy loco!- aclaré -La hubiera inventado anoche en vez de estar contando borregos para conciliar el sueño- finalmente me sente como todo un caballero, esperando que el telón se abriera para matar... es decir para ver la obra.
-¡Devora, Chasse que hacen aquí, un gusto verlas!-trate de disimular mi amnesia -¡Que hacen esta noche tan hermosa en el circo!- suspire alegre -¿Al fin te reiras Devora?- termine botando a carcajadas sin saber porque, quizás porque se me hacia gracioso el hecho de que esa mujer se riera, por los nervios que provocaba Domine-Domino frente mío o porque pensé como hacer un experimento gracioso en el cuerpo de un joven rubio y serio, con pinta de músico y cara de perro Pastor Aleman -Bueno vienen conmigo a ver los payasos o aqui se quedan- señale el cielo -Porque esas manchitas en el cielo son...son... ojos que nos vigilan por doquier, un mundo nos vigila, ¡Nos vigilan!- comente paranoico, mientras Domine-Domino me tomaba de mi antebrazo, suspirando al instante.
-¡Pero que hermoso circo!- exclame al estar frente a la puerta -¡Si hasta vigilantes con cara de cadaver asustado a media noche tienen!- jugaba con la placa del pecho del hombre cuando mi chica dijo que no y Devora tenía rifles en lugar de pupilas -¿Que locura hice ahora?- les pregunte pero entonces Devora me tomo de la ropa jalandola por toda la sala abarrota de pavos ¡Ah no! solo son las plumas de pavorreales en las cabezas de las damas, bonita costumbre de pelearse antes de asistir a un evento como esos, sacudi mi melena alborotandola más mientras subiamos las escaleras -Devora- conteste miedoso -Devora... me dan miedo las alturas- pero ella me ignoro y de pronto llegamos a un palco -Numero cua..tro- lei en voz alta mientras la acomodadora nos invitaba a pasar, empuje a las dos pasando rápidamente para tomar el lugar de en medio -¡Yo llegue primero!- me cruce de brazos, celebrando mi tirunfo -Vamos que esperan- dije mientras una me veia sonriendo y la otra con expresión de lobo hambriento -¡Estan en su palco!- me levante de inmediato hacia donde estaba Devora -Si lo sé...- me lamente -tu siempre debes ser la primera en todo- suspire encogiendome en hombros -Por esta vez te cederá mi lugar... pero para la próxima haremos justo el juego- le lleve casi a marchas forzadas hasta el lugar de en medio y una vez allí, me mostraba inquieto, ya jugaba con el vaso, ya movía el mantel o cambiaba las cosas de lugar como si fuera un tablero de ajedrez -¡Es verdad ya me acorde!- reparé maravillado -¡Hoy es el teatro de la tragedia!- dije a todo volumen -¿Teatro?- reaccione -¿Estoy en un teatro?- dije con desilución -¡Yo que pense por un momento que era un circo!- me encogí en hombros mientras Devora quié sabe cuanto me decía y me gritaba -De acuerdo... bien.. pero no me grites que no soy Bethoveen, soy genio pero esucho muy bien-.
Vi momiento en los palcos que quedaban a nuestra derecha -¿Y el fantasma? ¿Que aún no sale de la tumba?- y de nuevo más regaños que por cierto ni siquiera preste atención pues viendo a las damas de los otros palcos se me ocurrio una brillante idea, ir sigilosamente y como si no lo quisiera la empujo y cae como una hoja -¡Que divertida broma!- excleme, mientras Devora me vio sería -¡Ves como no sabes divertirte!- reclame pero ante sus amenazas guarde silencio y contemple el recinto que de a poco callaba y se acomodaba en sus asientos -¿Tan rapido atacaremos?- les pregunte a mis acompañantes -Pero yo no se luchar en plena oscuridad, me hubieran dicho, y conmigo traería mi lámpara de aceite de bolsillo- negue con la cabeza -¡Ya se que no hay, no estoy loco!- aclaré -La hubiera inventado anoche en vez de estar contando borregos para conciliar el sueño- finalmente me sente como todo un caballero, esperando que el telón se abriera para matar... es decir para ver la obra.
Nigma Riddler- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 27/04/2012
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Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Era el momento justo.... el momento propicio, lo sentía correr por mis venas, lo respiraba en ese aire nocturno que empaba las callejuelas de París y cuya deliciosas y apetitosas personas llenas de sangre iban presurosashacía ese recinto del arte y la múscia, donde muchos sabían que existía un espectro cubierto de tinieblas y muerte con quién ya había hecho un pacto la noche anterior... Sí... era más inteligente que mi madre que nunca descansará en paz, como se le ocurría darle la espalda a alguien como yo sabiendo de lo que era capaz, el plan consistía en utilizar a la pupila del fantasma con quién por cierto ya no estaba tan contento, ella atraería a Levithán el error amoroso más grande de mi vida y a Alessandro con quién yo debía saldar viejas cuentas, con dos o tres muertes tendríamos a todos esos ingenuos bajo nuestro dominio haciendo de mi reino un lugar perfecto, al fantasma también le daría su lugar... un hermoso sepulcro en su adorada caverna.
Todo eso iba pensando cuando Nigma, ese cientifico desquiciado empezó a colmarme la paciencia -¡Estrellas, son estrellas!- replique en cuanto comenzo con su paranoia de siempre, negue con la cabeza y seguimos caminando hasta la entrada del lugar, mi querido complice seguía isistente en que ese lugar era otra cosa... -¿Circo?- dije con recelo -¡JA! ya quisieran tener esos localitos mugrosos la categoría que este tiene- me acerque amenazante -¿Porque todo lo relacionas con las bromas? ¡Eres increible... increiblemente patetico- señale con el dedo su pecho, acercandome hasta su oido -Que te quede claro, odio la felicdad y las carcajdas también, yo me río del peligro unicamente y no de gente que cree verse graciosa con maquillaje, vestuario vulgar y un cabello desalineado- me incline -Todo sea ha dicho con respeto y si intención de ofender a lo presente- dije burlona mientras caminaba subiendo las escaleras de esa vieja entrada, el vestido esta vez era negro, con un escote pronunciado y ceñido a la figura con un bello tocado con un pequeño pedacito de red cubriendome el ojo izquierdo.
-¡Son estrellas, únicamente estrellas!- exclame al instante cuando mi paciencia estaba en su punto más algido, viendolo con expresión dura y deseos de matarle al instante para que guardará silencio, sin embargo el continuaba asi que sin importar que Chasse lo tuviera sujeto del antebrazo, lo tome por el ropaje subiendolo a la fuerza por las escaleras que nos llevarían al palco contiguo del famoso "The Phantom" -Y mi temo por mucho que dentro de poco te daran pavor las mujeres llamadas Devoras si no te callas- conteste a su advertencia sobre su fobia, una vez ya enfrente del palco, comenzo a leer como si nadie más supiera hacerlo -¡Que bien!- conteste cansada -¡Ahora si comprobamos que pasaste con honores la educaió básica!- termibe molesta -¡Es más que obvio que es lo que dice!- dije frustada -¿O que querías que dijera bienvenidos?-pero parecio que ni siquiera me esuchaba, pues como un chiquillo de de cinco años empezaba a comportarse en pimera corriendo para tomar asiento, parecía que era algo gracioso según su visión -Riddler- conteste aburrida -Esto no es un juego es algo serio- me cruce de brazos viendo alteneramente el techo, cuando sentí su delgado brazo llevandome a tomar su aciento -¡Ah!- preteste al ver que Nigma nada había entendido de lo que le había dicho.
No paso mucho tiempo cuando d nuevo ese vampiro recobro la memoria y exclamo nuestro secreto a los cuatro aires -Ahora si lo mato, ahora si lo mato- intente levantarme sin control pero Chasse me detuvo afortunamente para él -¡Quieres callarte, agradece que esto parece un mercado y nadie te ha escuchado torpe!-respire lentamente intentando regresar a la calma -No, no estas sordo, pero estaras mudo si colmas aún más mi paciencia- le advertí volviendo a prestar atención en el decorado del lugar, en verdad era majestuoso y bello, las luces comenzaron a apagarse -¡Ya!-termine desesperada -¡No puedo más Chasse!- dirigi mi mirada a mi acompañante -Callalo o lo haré yo pero no creo que te gusten los metodos que ocupe- le detuve con mis manos -Solo recuerdame ¿Porque diablos lo contrate?- termine por cuestionarle, dirigiendo mi concentración al siguiente paso... la tragedia.
Todo eso iba pensando cuando Nigma, ese cientifico desquiciado empezó a colmarme la paciencia -¡Estrellas, son estrellas!- replique en cuanto comenzo con su paranoia de siempre, negue con la cabeza y seguimos caminando hasta la entrada del lugar, mi querido complice seguía isistente en que ese lugar era otra cosa... -¿Circo?- dije con recelo -¡JA! ya quisieran tener esos localitos mugrosos la categoría que este tiene- me acerque amenazante -¿Porque todo lo relacionas con las bromas? ¡Eres increible... increiblemente patetico- señale con el dedo su pecho, acercandome hasta su oido -Que te quede claro, odio la felicdad y las carcajdas también, yo me río del peligro unicamente y no de gente que cree verse graciosa con maquillaje, vestuario vulgar y un cabello desalineado- me incline -Todo sea ha dicho con respeto y si intención de ofender a lo presente- dije burlona mientras caminaba subiendo las escaleras de esa vieja entrada, el vestido esta vez era negro, con un escote pronunciado y ceñido a la figura con un bello tocado con un pequeño pedacito de red cubriendome el ojo izquierdo.
-¡Son estrellas, únicamente estrellas!- exclame al instante cuando mi paciencia estaba en su punto más algido, viendolo con expresión dura y deseos de matarle al instante para que guardará silencio, sin embargo el continuaba asi que sin importar que Chasse lo tuviera sujeto del antebrazo, lo tome por el ropaje subiendolo a la fuerza por las escaleras que nos llevarían al palco contiguo del famoso "The Phantom" -Y mi temo por mucho que dentro de poco te daran pavor las mujeres llamadas Devoras si no te callas- conteste a su advertencia sobre su fobia, una vez ya enfrente del palco, comenzo a leer como si nadie más supiera hacerlo -¡Que bien!- conteste cansada -¡Ahora si comprobamos que pasaste con honores la educaió básica!- termibe molesta -¡Es más que obvio que es lo que dice!- dije frustada -¿O que querías que dijera bienvenidos?-pero parecio que ni siquiera me esuchaba, pues como un chiquillo de de cinco años empezaba a comportarse en pimera corriendo para tomar asiento, parecía que era algo gracioso según su visión -Riddler- conteste aburrida -Esto no es un juego es algo serio- me cruce de brazos viendo alteneramente el techo, cuando sentí su delgado brazo llevandome a tomar su aciento -¡Ah!- preteste al ver que Nigma nada había entendido de lo que le había dicho.
No paso mucho tiempo cuando d nuevo ese vampiro recobro la memoria y exclamo nuestro secreto a los cuatro aires -Ahora si lo mato, ahora si lo mato- intente levantarme sin control pero Chasse me detuvo afortunamente para él -¡Quieres callarte, agradece que esto parece un mercado y nadie te ha escuchado torpe!-respire lentamente intentando regresar a la calma -No, no estas sordo, pero estaras mudo si colmas aún más mi paciencia- le advertí volviendo a prestar atención en el decorado del lugar, en verdad era majestuoso y bello, las luces comenzaron a apagarse -¡Ya!-termine desesperada -¡No puedo más Chasse!- dirigi mi mirada a mi acompañante -Callalo o lo haré yo pero no creo que te gusten los metodos que ocupe- le detuve con mis manos -Solo recuerdame ¿Porque diablos lo contrate?- termine por cuestionarle, dirigiendo mi concentración al siguiente paso... la tragedia.
Devora Le Fay- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 45
Fecha de inscripción : 10/04/2012
Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
-Quieres tranquilizarte Devora- exclamó al momento en que ella imploraba paz y silencio -Es solo un niño loco y desprotegido- hablo con ternura de loco empedernido que ahora estaba ya entretenido -Nigma- advirtio -Anoche no contaste borregos- dijo seductora -Contaste nuestros besos- rio apenada la alegre y condenada, pues la noche anterior surgio lujuria y deroche, finalmente aquella era feliz... loca y completamente feliz como la codorníz, declara ella sin ambajes en medio de risas y de coraje al ver como la vampiresa trataba a su amado debido a la torpeza que la locura traìa consigo en su nuevo "Niño consentido".
Finalmente pudo contemplar aquel sitio, ese lugar concurrido de donde todo parecia ser paz y alegría, contemplo a esa jovenes de ridiculos vestidos y de sombreros coloridos, después a los jovenes, esos graciosos pinguinos pues los colores escogidos entre el blanco y negro los hacia ver como aquel animalito, después a los hombres maduros y sus puros que contemplaban el lugar sorpredidos de la elegancia desbordante que se veía en cada parte y por ultimo esos viejecitos que estaban por alli solitos, disfrutendo de una nueva primavera en visperas quizás de su entrada a la vida eterna, serían los únicos que en medio del desastre que se causaría más adelante no pudieran salvar su vida debido a su vejez y su lentitud cansada y constante.
A veces se sentia morir por lo que ella sabía iba a ocurrir, pero tenía la certeza, una esperanza sincera de que al final todo sería por que la miseria desapareciera, por que al resurgir Camelot una nación justa naciera entre tanta gente pecadora y poco encantadora y al ver a su amado más anciaba ese momento anhelado en que en ese reino tendrían una casita para ellos dos, cuando la inquisición hubiese desaparecido y jamás fuesen de su felicidad interrumpidos, se convertiria también en un vampiro para estar siempre del que la amaba y la respetaba pese a su condición completamente humana en aquellos instantes de la noche de gala.
Entonces entre todos aquellos vio al que parecia ser uno de los cuervos, un inquisidor con presencia melancolica y faz de aparente derrota, alli estaba contemplando a dos hombres delante suyo y quién parecia estar rezando entre murmullos y susurros, al ver crucifijo en sus manos tan palidas no hizo más que dar un suspiro pidiendo perdó a su dios que durante mucho tiempo sirvio.
-Devora, tenemos problemas, graves problemas- advirtio en medio de señas, más ella no le hizo caso y entonces en su mente solo pudo formularse lo siguiente -¿Que hace un inquisidor aquí, acaso sabrá de la misión que nunca cumpli?- guardo silencio esperando que respuesta viniera prontamente a ella, pero al parecer nunca llego, las luces empezaron a perder intencidad, quedando completamente en la soledad de su pensamiento y victima de su ansiedad.
Finalmente pudo contemplar aquel sitio, ese lugar concurrido de donde todo parecia ser paz y alegría, contemplo a esa jovenes de ridiculos vestidos y de sombreros coloridos, después a los jovenes, esos graciosos pinguinos pues los colores escogidos entre el blanco y negro los hacia ver como aquel animalito, después a los hombres maduros y sus puros que contemplaban el lugar sorpredidos de la elegancia desbordante que se veía en cada parte y por ultimo esos viejecitos que estaban por alli solitos, disfrutendo de una nueva primavera en visperas quizás de su entrada a la vida eterna, serían los únicos que en medio del desastre que se causaría más adelante no pudieran salvar su vida debido a su vejez y su lentitud cansada y constante.
A veces se sentia morir por lo que ella sabía iba a ocurrir, pero tenía la certeza, una esperanza sincera de que al final todo sería por que la miseria desapareciera, por que al resurgir Camelot una nación justa naciera entre tanta gente pecadora y poco encantadora y al ver a su amado más anciaba ese momento anhelado en que en ese reino tendrían una casita para ellos dos, cuando la inquisición hubiese desaparecido y jamás fuesen de su felicidad interrumpidos, se convertiria también en un vampiro para estar siempre del que la amaba y la respetaba pese a su condición completamente humana en aquellos instantes de la noche de gala.
Entonces entre todos aquellos vio al que parecia ser uno de los cuervos, un inquisidor con presencia melancolica y faz de aparente derrota, alli estaba contemplando a dos hombres delante suyo y quién parecia estar rezando entre murmullos y susurros, al ver crucifijo en sus manos tan palidas no hizo más que dar un suspiro pidiendo perdó a su dios que durante mucho tiempo sirvio.
-Devora, tenemos problemas, graves problemas- advirtio en medio de señas, más ella no le hizo caso y entonces en su mente solo pudo formularse lo siguiente -¿Que hace un inquisidor aquí, acaso sabrá de la misión que nunca cumpli?- guardo silencio esperando que respuesta viniera prontamente a ella, pero al parecer nunca llego, las luces empezaron a perder intencidad, quedando completamente en la soledad de su pensamiento y victima de su ansiedad.
Domine Chasse- Inquisidor Clase Media
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Fecha de inscripción : 26/12/2012
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Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
-Vaya. vaya- dijo con su buena voz -pero si aquí estan las dos bellas y la bestía-termino con su otra voz mientras arrojaba la moneda al aire recargado a la entrada del palco numero cuatro -Y tal parece que ni la unión de la bella a logrado calmar a la fiera- finalmente paso hacía donde Devora se encontraba -Perdon bonne mi por el retraso- saludo cortesmente besando la delicada mano de aquella por quién su locura parecía estar extrañamente cotrolada, pero por dentro en su cabeza una guerra se debatía era el cielo contra el infierno, pero no era como la gente normal que a veces escuchaba a su voz interna en su cabeza con varias facetas, allí eran dos mentes que estaban juntas, como cuando los gemelos nacen pegados, son dos en el cuerpo de uno, eran dos conciencias que compartían la cabeza de uno.
La primera conciencia, la bondadosa y justa contemplaba aquel sito con un belleza tal que para él era un castillo, un palacio repleto de gente acaudalada salida de los cuentos de hadas, como un baile donde a la media noche todo el encanto se romperia y haría de ese lugar una posilga, mientras que la segunda le refutaba a la otra que clase de tonterias miseras eran esas, el veía allí a cientos de personas que por su curiosidad ante la leyenda iban directo a su funeral, que aquellos que entre el alboroto corrieran topandose en su camino decidiría su suerte con la moneda en mano y el revolver enfundado para él, ese era el lugar de casería, pobre brujo puedo decir en igual o peor que Nigma, son personas que ya no tienen control sobre sí, donde la realidad no existe y solo estan vivendo entre sueños dejandose llevar por esos sadicos deseos que su ficticia realidad le pide que haga, para ellos es normal sin estar concientes de esto, Devora, Chasse inclusive "The phantom" son personajes que nacen como las imagenes que cualquiera ve como gente normal cuando duerme sueña.
En medio de ese tutmulto aquel que era bueno esperaba quela obra fuera suspendida y que todo mundo huyera a casa, mientras que el otro estaba pendiente y ansioso por la tragedia que ocurriría más adelante -¿A que hora empieza la diversión?- dijo el perverso -¿Cuando suspenderan todo esto Dios mío, que no halla ningun muerto por piedad- excalmo el otro frente a esos tres que allí se encontraban, era parte de su delirio, el no podía guardar su transtorno en secreto.
La primera conciencia, la bondadosa y justa contemplaba aquel sito con un belleza tal que para él era un castillo, un palacio repleto de gente acaudalada salida de los cuentos de hadas, como un baile donde a la media noche todo el encanto se romperia y haría de ese lugar una posilga, mientras que la segunda le refutaba a la otra que clase de tonterias miseras eran esas, el veía allí a cientos de personas que por su curiosidad ante la leyenda iban directo a su funeral, que aquellos que entre el alboroto corrieran topandose en su camino decidiría su suerte con la moneda en mano y el revolver enfundado para él, ese era el lugar de casería, pobre brujo puedo decir en igual o peor que Nigma, son personas que ya no tienen control sobre sí, donde la realidad no existe y solo estan vivendo entre sueños dejandose llevar por esos sadicos deseos que su ficticia realidad le pide que haga, para ellos es normal sin estar concientes de esto, Devora, Chasse inclusive "The phantom" son personajes que nacen como las imagenes que cualquiera ve como gente normal cuando duerme sueña.
En medio de ese tutmulto aquel que era bueno esperaba quela obra fuera suspendida y que todo mundo huyera a casa, mientras que el otro estaba pendiente y ansioso por la tragedia que ocurriría más adelante -¿A que hora empieza la diversión?- dijo el perverso -¿Cuando suspenderan todo esto Dios mío, que no halla ningun muerto por piedad- excalmo el otro frente a esos tres que allí se encontraban, era parte de su delirio, el no podía guardar su transtorno en secreto.
Zeus Di Lyon- Hechicero Clase Media
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Fecha de inscripción : 28/10/2012
Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Llegó al teatro, ese lugar estaba completamente lleno, ya no había lugar para una sonmbra ni para un alfiler, allí entre tanta gente Alex se preguntaba si quizás aquel extraño que le vio en la entrada sabía que algo más haría aquella noche durante o después de la función.
Mientras más caminaba entre la gente de la clase alta, veía o intentaba en medio de ese rio de gente contemplar de nuevo a ese extraño ser... pues los instintos de animal como él que se concideraba un canino jamás fallaban, algo de ese hombre no le daba confianza a fiar, no podía ser el enmascarado que los había llamado para su ejercito pero tampoco era un mienbro reclutado a última hora, si algo vio este joven en la catedral fue la calidad de personas que aquel misterio viviente recluto, eran hombres de bien lo reconocía aunque fuera muy en sus adentros, en medio de esa alma de hierro que poseía, probablemente esa era la razòn por la que allí se encontraba vistiendo como nunca acostumbra, de traje elegante y todo su rubio cabello recogido en una coleta, si daba la pinta de un hombre como aquel que siempre soño ser y que a la fuerza le fue arrebatado ese placer o quizás quería saber si sus nuevos amigos no quedarían en ridiculo, gracias a la burla de un completo lunatico, por dejarse manipular por dos extraños, era más probable esta última su razón pero prefería callarla, no juntarse con nadie, ni con el coronel y su comitiva que ya los distinguia en la parte baja del teatro, prefirio esconderse en uno de los palcos jugando al desinteresado.
Mientras subia escalón por escalón, pensaba donde era que estaba el otro altenero, ese hombre rico y poderoso del por cierto tmpoco le daba buena espina, para él de ser cierto que ese valiente existía Anthony estaba ayudando al bando del famoso V y al de esa extraá leyenda que según hoy sería exterminada para siempre.
Al tener esa idea el seguido dirigia la mirada a sus espaldas esperando que ese sujeto apareciera o que alguién le reconociera, apresuro sus pasos al llegar a suelo firme frente a él se hallaban el palco numero cuatro y el numero cinco, los dos ya estaban ocuapados, dentro de estos podían escucharse los gritos de un hombre y una mujer, no pudo contener la curios¡dad y menos al escuchar "El teatro de la tragedia" dentro de uno de esos dos plalcos, siguiendo sus agudos instintos del oido llego a saber que el sonido provenía del número cuatro, se acerco lentamente como un lobo cazando a su presa durante la noche y al oír tan grandes infamias confesadas, fue cuando creyo en todo lo que le sucedio y supo la noche anterior.
Nego con la cabeza reconociendo su error, sabiendo que de nuevo esa actitud cerrada y aislada no le traía nada maravilloso, estaba comko el perro que es sumizo tras el regaño de su amo, quería bajar a disculparse con Frank y Spencer, que decir de Gideon con quién lidio todo ese largo tiempo, con el cazador, Vassari de quién tuvo dudas injustificadas pero sabía que allí no lo encontraría pues desde el día anterior el partió para cumplir la parte que le correspondía, no le quedaba de otra más que oír y entonces informar que había otro plan en marcha del original, una alianza que se convertiria en emboscada.
Sintio una fiel fiereza de defender lo que quería, de nuevo los instintos no le dejaban pensar y entonces intento interrumpir en la puerta cuando alguién le sujeto por el hombro....
Mientras más caminaba entre la gente de la clase alta, veía o intentaba en medio de ese rio de gente contemplar de nuevo a ese extraño ser... pues los instintos de animal como él que se concideraba un canino jamás fallaban, algo de ese hombre no le daba confianza a fiar, no podía ser el enmascarado que los había llamado para su ejercito pero tampoco era un mienbro reclutado a última hora, si algo vio este joven en la catedral fue la calidad de personas que aquel misterio viviente recluto, eran hombres de bien lo reconocía aunque fuera muy en sus adentros, en medio de esa alma de hierro que poseía, probablemente esa era la razòn por la que allí se encontraba vistiendo como nunca acostumbra, de traje elegante y todo su rubio cabello recogido en una coleta, si daba la pinta de un hombre como aquel que siempre soño ser y que a la fuerza le fue arrebatado ese placer o quizás quería saber si sus nuevos amigos no quedarían en ridiculo, gracias a la burla de un completo lunatico, por dejarse manipular por dos extraños, era más probable esta última su razón pero prefería callarla, no juntarse con nadie, ni con el coronel y su comitiva que ya los distinguia en la parte baja del teatro, prefirio esconderse en uno de los palcos jugando al desinteresado.
Mientras subia escalón por escalón, pensaba donde era que estaba el otro altenero, ese hombre rico y poderoso del por cierto tmpoco le daba buena espina, para él de ser cierto que ese valiente existía Anthony estaba ayudando al bando del famoso V y al de esa extraá leyenda que según hoy sería exterminada para siempre.
Al tener esa idea el seguido dirigia la mirada a sus espaldas esperando que ese sujeto apareciera o que alguién le reconociera, apresuro sus pasos al llegar a suelo firme frente a él se hallaban el palco numero cuatro y el numero cinco, los dos ya estaban ocuapados, dentro de estos podían escucharse los gritos de un hombre y una mujer, no pudo contener la curios¡dad y menos al escuchar "El teatro de la tragedia" dentro de uno de esos dos plalcos, siguiendo sus agudos instintos del oido llego a saber que el sonido provenía del número cuatro, se acerco lentamente como un lobo cazando a su presa durante la noche y al oír tan grandes infamias confesadas, fue cuando creyo en todo lo que le sucedio y supo la noche anterior.
Nego con la cabeza reconociendo su error, sabiendo que de nuevo esa actitud cerrada y aislada no le traía nada maravilloso, estaba comko el perro que es sumizo tras el regaño de su amo, quería bajar a disculparse con Frank y Spencer, que decir de Gideon con quién lidio todo ese largo tiempo, con el cazador, Vassari de quién tuvo dudas injustificadas pero sabía que allí no lo encontraría pues desde el día anterior el partió para cumplir la parte que le correspondía, no le quedaba de otra más que oír y entonces informar que había otro plan en marcha del original, una alianza que se convertiria en emboscada.
Sintio una fiel fiereza de defender lo que quería, de nuevo los instintos no le dejaban pensar y entonces intento interrumpir en la puerta cuando alguién le sujeto por el hombro....
Alex Bongartz- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 22/04/2012
Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
-Y... decias que el insolente era yo- contesto burlón cuando aquel hombre se dio la vuelta al haberle tocado el hombro -Cierto, el rey de la manada, el macho alfa no debe ser tocado- con su bastón no hacia más que golpetear el piso inumerables veces hasta que los de aquel palco callarán sus voces por completo -Disculpa que les halla callado pero...¿No crees que es de mala educación escuchar tras las puertas- nego marcadamente -Chico te presento a los modales, modales te presento a Alex, no le hagas mucho caso este hombre tiene instintos salvajes- ironicamente hablaba con la nada, parecia que estaba loco o la opción más logica que cabe dentro de Anthony es estar completamente drogado, fuera de sí pero sus pupilas brillaban y se contraian cada vez que hechaba miradas discretas a las damas más jovenes que pasaban delante de él, esos trajes hermosos, que enmarcaban la belleza escultural de las mujeres parisinas y de lo ridiculos que resultaban verse los caballeros junto a ellas para él era una diversión que no tenía paga ni nombre.
Y de pronto veía a ese joven extraño y rebelde del que penso no estaría en esa noche, tal y como se lo había hecho saber a V su jefe y socio inmediato pero quizás el coronel había hecho un buen trabajo o pensando en el ego de Ferrari pensaba que gracias a su ayuda en la reunión de la catedral había conseguido algo, no tardo mucho en sacar tal pensamiento a la luz -Creí que no vendrías- rompio el silencio pero con palabras bastante secas -Anoche estabas tan convencido de que era una perdida de tiempo ¡Y mirate!- exclamó -Aquí estas con traje y cobarta, perfectamente perfumado y que decir de tu melena, ¡Al fin algo civilizado en tu persona!- realizo una mueca -De acuerdo, de segunda mano pero...mal..mal no te ves- era directo como siempre, sería la razón más probable por la que no tenía amigos o novicias estables, era insoportable pero aquel licantropo ya estaba destinado a tenrlo por compañero toda la función, al menos eso en primera instancia es la intención -Ya que estamos en el mismo bando, marchando al paso V podemos subir juntos y platicar un poco antes de que las luces se apaguen por completo- era cierto las luces de apoco apagaban su intesidad, iban oscureciendose los pasillos e iluminandose con más fuerza el escenario -Por lo menos yo no quiero prevalecer aquí viejo, esto va ser dentro de un rato una zona llena de caos, una esperanza y una buena salida si desean algunos seguir viviendo como estan, aunque no dudo que uno que otro quiera morir por que su existencia es deprimente, en realidad los que pertenecen en las clases bajas si lo son- suspiro -pero esa es otra historia, creeme las cosas se pondrán demasiado moustrosas, relajemonos, tomemos un trago y después... después... lo que resulte- lo tomo por el hombro casi obligandolo a caminar por la orilla donde estan los tiburones, esas actitudes eran parecidas a las de un pirata, cualquiera que lo viera incluso el mismo joven a quién desde hace más de un rato era su diversión con su forma de hablar acerca de su vestir y su apariencia -Vamos yo se que tienes desconfianza en mi, creeme lo note desde el momento que entre a ese vegestorio de camapanario- le susurro mientras subían las escalera alejandose de aquella puerta, sin dejar que aquel siguiera con su impertinencia -Las apariencias engañan y los instintos siempre fallan- señalo a las dos damas que iban a un lado de ellos, queriendo llegar al primer piso -Es... como aquellas damas ¿Parecen hermosas no?, pero en realidad su estica figura se debe al corset que llevan debajo de tanta tela abultada llamada vestido... si se los quitas muchas de ellas pierdan tota la exquisites de una figura femenina y... ¿Que te queda? más volumen en esa zonas pronunciadas- arqueo la ceja indicando tenía razón -Creeme-repitió de nuevo -Las cosas no siempre son lo que parecen- sonrio complacido indicando con el bastón la puerta de uno de los palcos más altos, cerca del vitral donde en noches de luna llena la luz natural de ese astro penetraba -Esto te ayudará Firulais, cuando sea al momento solo te acercas al centro del palco y listo.. la luz te transformara en la mascota del equipo... perdón en la fiera del grupo- sonrió de forma extraña, ¿De verdad las cosas no son lo que parecen?
Y de pronto veía a ese joven extraño y rebelde del que penso no estaría en esa noche, tal y como se lo había hecho saber a V su jefe y socio inmediato pero quizás el coronel había hecho un buen trabajo o pensando en el ego de Ferrari pensaba que gracias a su ayuda en la reunión de la catedral había conseguido algo, no tardo mucho en sacar tal pensamiento a la luz -Creí que no vendrías- rompio el silencio pero con palabras bastante secas -Anoche estabas tan convencido de que era una perdida de tiempo ¡Y mirate!- exclamó -Aquí estas con traje y cobarta, perfectamente perfumado y que decir de tu melena, ¡Al fin algo civilizado en tu persona!- realizo una mueca -De acuerdo, de segunda mano pero...mal..mal no te ves- era directo como siempre, sería la razón más probable por la que no tenía amigos o novicias estables, era insoportable pero aquel licantropo ya estaba destinado a tenrlo por compañero toda la función, al menos eso en primera instancia es la intención -Ya que estamos en el mismo bando, marchando al paso V podemos subir juntos y platicar un poco antes de que las luces se apaguen por completo- era cierto las luces de apoco apagaban su intesidad, iban oscureciendose los pasillos e iluminandose con más fuerza el escenario -Por lo menos yo no quiero prevalecer aquí viejo, esto va ser dentro de un rato una zona llena de caos, una esperanza y una buena salida si desean algunos seguir viviendo como estan, aunque no dudo que uno que otro quiera morir por que su existencia es deprimente, en realidad los que pertenecen en las clases bajas si lo son- suspiro -pero esa es otra historia, creeme las cosas se pondrán demasiado moustrosas, relajemonos, tomemos un trago y después... después... lo que resulte- lo tomo por el hombro casi obligandolo a caminar por la orilla donde estan los tiburones, esas actitudes eran parecidas a las de un pirata, cualquiera que lo viera incluso el mismo joven a quién desde hace más de un rato era su diversión con su forma de hablar acerca de su vestir y su apariencia -Vamos yo se que tienes desconfianza en mi, creeme lo note desde el momento que entre a ese vegestorio de camapanario- le susurro mientras subían las escalera alejandose de aquella puerta, sin dejar que aquel siguiera con su impertinencia -Las apariencias engañan y los instintos siempre fallan- señalo a las dos damas que iban a un lado de ellos, queriendo llegar al primer piso -Es... como aquellas damas ¿Parecen hermosas no?, pero en realidad su estica figura se debe al corset que llevan debajo de tanta tela abultada llamada vestido... si se los quitas muchas de ellas pierdan tota la exquisites de una figura femenina y... ¿Que te queda? más volumen en esa zonas pronunciadas- arqueo la ceja indicando tenía razón -Creeme-repitió de nuevo -Las cosas no siempre son lo que parecen- sonrio complacido indicando con el bastón la puerta de uno de los palcos más altos, cerca del vitral donde en noches de luna llena la luz natural de ese astro penetraba -Esto te ayudará Firulais, cuando sea al momento solo te acercas al centro del palco y listo.. la luz te transformara en la mascota del equipo... perdón en la fiera del grupo- sonrió de forma extraña, ¿De verdad las cosas no son lo que parecen?
Anthony G. Ferrari- Humano Clase Alta
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Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Frente a mí colocados en ese pequeño tocador que era diminuto al cotraste de toda aquella dimensión del elegante camerino se encontraban la pluma cubierta de tinta en la punta, una hoja de papel amarillenta con las letras que contemplaba largo y tendido tiempo, el tintero a un costado y una vela recién nueva iluminando con creces aquel espejo donde veía la profundidad de mis extraños ojos hundirse en la tristeza, sonará increible que en vez de estar llena de temores por la amenaza que significaba la obra y la maenaza del fantasma estuviera más cerca de las lágrimas, suspiraba recordabdo las últimas indicaciones que él me había dado, con esa presencia espectral se presento ante mí el ángel de la muerte, dandome los últimos consejos de como controlar mi voz y hacerla lucir después tal y como siempre el desapareció entre los cuatro muros de aquella fortaleza tras bambalinas.
Mi mirada quedó fija al espejo, tomando valor, entinte la pluma -Adiós-, eternamente adiós- plasme en aquella hojita y después me levante de esa fina silla de filo dorado dirigiendome al espejo de cuerpo completo dode me admiraba detalladamente, como si no pudiese reconocerme, como si de un momento a otro hubiese perdido la noción que aquella dama de vestido largo con el escote pronuciado, el cabello largo y suelto con los caireles jugueteando en mis hombros y mi espalda, parecida a una cortesana era yo, Montserrat la que de un momento a otro tendría que ir a dar el concierto que aquel espectro esperaba fuera perfecto.
La expresión fría y seria, mi palido rostro resaltaba más con el maquillaje que me había puesto aquella noche y de nuevo tenía que aceptar lo que era, en lo que me había convertido y que por ello, además de que o supe esperar lo había perdido todo y lo confirmaba al ver de nuevo al tocador y contemplar frente a mi costado la única pintura que hice de mi madre y mi padre recordandome que en mi participación más importante dentro del gran teatro de París, ellos no estarìan al final, decidi caminar acercandome a las velas cuyas llamas estaban completmente vivas, bailando junto al aire que venía por debajo de la puerta, acerque mis manos hasta ellas provocandome dolor cada vez más... ardor era minimo a lo que sentía dentro de mí, una nostalgía, una angustía, una deseperación y el presentimiento de que la hora estaba más próxima, volvi a caminar sentandome de nuevo en la silla frente al espejo, doble nota donde al frente decía su destinatario final y pasando mi saliva constntemente y rápido me perdí de nuevo en el espejo relexionando sobre el paso que esta noche daría -¿Que es lo que ves? ¿Te gusta?- parecía escuchar a mi conciencia en mis adntros, sorprendentemente aún tenía alma -No, ya no- conteste viendo mi reflejo en voz alta -¿Como es que cantas? ¿Te gusta?- volvió a custionar mis pensamientos -No, ya no más, si estoy condenada y encadenada para siempre, sin nada, sin nadie, no vale la pena- me lamenté en voz alta de nueva cuenta mientras mi mano acaricaba el espejo.
-Yo canto con tristeza por que a través de mi voz todo lo veo, todo lo siento- refelexionaba -¿Que fue lo que pasó? ¿Que error cometí en mi pasado que ahora en el presente ya no puedo hacer nada para repararlo?- continuaba dando caricias con mis dedos delgados al cristla frío pero no tanto como yo -Creí que estaba ciega, creí que estaba sorda y muda y ahora que veo, escucho y canto es cuando más estoy discapacitada- suspire separandome del espejo -y así ciega, muda y sorda encontraré el camino de vuelta a mi hogar, regresaré de nuevo a casa- fue entonces al termino de estas frases que varios sonidos me hicieron regresar la vista a mis espladas, una silueta me contemplaba parecía hacía un rato.
Mi mirada quedó fija al espejo, tomando valor, entinte la pluma -Adiós-, eternamente adiós- plasme en aquella hojita y después me levante de esa fina silla de filo dorado dirigiendome al espejo de cuerpo completo dode me admiraba detalladamente, como si no pudiese reconocerme, como si de un momento a otro hubiese perdido la noción que aquella dama de vestido largo con el escote pronuciado, el cabello largo y suelto con los caireles jugueteando en mis hombros y mi espalda, parecida a una cortesana era yo, Montserrat la que de un momento a otro tendría que ir a dar el concierto que aquel espectro esperaba fuera perfecto.
La expresión fría y seria, mi palido rostro resaltaba más con el maquillaje que me había puesto aquella noche y de nuevo tenía que aceptar lo que era, en lo que me había convertido y que por ello, además de que o supe esperar lo había perdido todo y lo confirmaba al ver de nuevo al tocador y contemplar frente a mi costado la única pintura que hice de mi madre y mi padre recordandome que en mi participación más importante dentro del gran teatro de París, ellos no estarìan al final, decidi caminar acercandome a las velas cuyas llamas estaban completmente vivas, bailando junto al aire que venía por debajo de la puerta, acerque mis manos hasta ellas provocandome dolor cada vez más... ardor era minimo a lo que sentía dentro de mí, una nostalgía, una angustía, una deseperación y el presentimiento de que la hora estaba más próxima, volvi a caminar sentandome de nuevo en la silla frente al espejo, doble nota donde al frente decía su destinatario final y pasando mi saliva constntemente y rápido me perdí de nuevo en el espejo relexionando sobre el paso que esta noche daría -¿Que es lo que ves? ¿Te gusta?- parecía escuchar a mi conciencia en mis adntros, sorprendentemente aún tenía alma -No, ya no- conteste viendo mi reflejo en voz alta -¿Como es que cantas? ¿Te gusta?- volvió a custionar mis pensamientos -No, ya no más, si estoy condenada y encadenada para siempre, sin nada, sin nadie, no vale la pena- me lamenté en voz alta de nueva cuenta mientras mi mano acaricaba el espejo.
-Yo canto con tristeza por que a través de mi voz todo lo veo, todo lo siento- refelexionaba -¿Que fue lo que pasó? ¿Que error cometí en mi pasado que ahora en el presente ya no puedo hacer nada para repararlo?- continuaba dando caricias con mis dedos delgados al cristla frío pero no tanto como yo -Creí que estaba ciega, creí que estaba sorda y muda y ahora que veo, escucho y canto es cuando más estoy discapacitada- suspire separandome del espejo -y así ciega, muda y sorda encontraré el camino de vuelta a mi hogar, regresaré de nuevo a casa- fue entonces al termino de estas frases que varios sonidos me hicieron regresar la vista a mis espladas, una silueta me contemplaba parecía hacía un rato.
Montserrat Vasari- Vampiro Clase Media
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Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
-¿Porque te afliges, porque es que deprimes?- pregunte a la vampiresa que estaba hundida en la melancolí y la tristeza, todo el tiempo o por lo menos la mayoria estaba quieto, mientras contemplaba cada trágico momento en que ella rezaba o al menos daba la impresión de que con alguién superior hablaba o su propio interior le cusestionaba y de a poco con cada nueva ocurrencia le envenenaba y mataba el alma.
-Me dijiste que hoy estarías aquí, así que a visitarte me atreví- de aquel escondite salí, mostrando el atuendo de siempre, nada especial para la gala que esta noche a más de uno lo trajo la curiosidad, la capa que adornaba y cubría mi espalda, el rostro cubierto con la máscara, el sombrero protegiendo mi cabello lacio y negro y el traje que hacía de mi cuerpo un profundo misterio -Eres valiente para afrontar todo cuanto viene, encarar esa amenaza asesina que cada vez más se aproxima- asentí mientras llegaba a paso lento hasta un punto medio -Tal valor me dice que tu no eres ciega, ni sorda ni muda, simplemente eres una joven que vive y lucha- dandole cosuelo a aquella cuya vida eterna parecìa estar por los suelos, perdiendo alli los sueños y el anhelo -Montserrat, dejate aconsejar- me tome un minuto para respirar -Solo existen dos días cada año en que nada por ellos se pueden hacer y que si no se afrontan terminan haciendo el mismo y grave daño: uno se llama ayer y otro se llama mañana- afirme mientras intentaba hacerla entrar en razón, en tratar de desaparecer esa extraña sensación que se sintio cuando se veía al espejo pues tal parecia estaba deciendo adiós -Por lo tanto el hoy-continue mi afirmación -Es el día propicio para enderezar el camino, recuperar los sentidos y hacer lo que es debido- asentí convencido -No hay nada más que pueda en ti aportar, no lo tomes a mal, solo intento ayudar- por un momento la mano cerrada, recargada en su regazo intente tomar, pero ya no la quería icomodar, pues parecía que el techo y los muros vigilaba, como si algo malo pasara si algo o alguién la llegara obsevar, sabía era él "The Phantom, quién la mantenía controlada a través de la amenaza y el espanto -A lo que venía realmente es a desearte suerte, recordarás que después de tu acto algo he de iniciar para que todo este teatro y París mismo quede libre de toda maldad, para evitar más fatalidad- la puesta firme se erigio de nuevo anunciando ya mi viaje hacia el incierto destino -Trata de huir y bien librada de aqui salir, me sentiría culpable si algo llega a pasarte pues ahora se que tienes toda una existencia por delante- aunque eso significará derramamiento de sangre, ella debía seguir caminando para poder regresar y reparar lo que se ha quebrado -Alguién de mi confianza estará a tu lado...- di media vuelta después del aviso, ya no había tiempo para explicaciones o dar razones, dentro de poco ella debía salir, ya no debía tener distracciones -Si ya no te vuelvo a ver, quiero que sepas que fuen honor haberle conocido mademoiselle- nunca le ví solo a la perilla de aquella puerta vieja la vuelta dí -Yo y el ángel de la muerte debemos de morir- le adevertì, dejando finalmente revelado mi estancia allí y después aporvechando las sombras desaparecí.
-Me dijiste que hoy estarías aquí, así que a visitarte me atreví- de aquel escondite salí, mostrando el atuendo de siempre, nada especial para la gala que esta noche a más de uno lo trajo la curiosidad, la capa que adornaba y cubría mi espalda, el rostro cubierto con la máscara, el sombrero protegiendo mi cabello lacio y negro y el traje que hacía de mi cuerpo un profundo misterio -Eres valiente para afrontar todo cuanto viene, encarar esa amenaza asesina que cada vez más se aproxima- asentí mientras llegaba a paso lento hasta un punto medio -Tal valor me dice que tu no eres ciega, ni sorda ni muda, simplemente eres una joven que vive y lucha- dandole cosuelo a aquella cuya vida eterna parecìa estar por los suelos, perdiendo alli los sueños y el anhelo -Montserrat, dejate aconsejar- me tome un minuto para respirar -Solo existen dos días cada año en que nada por ellos se pueden hacer y que si no se afrontan terminan haciendo el mismo y grave daño: uno se llama ayer y otro se llama mañana- afirme mientras intentaba hacerla entrar en razón, en tratar de desaparecer esa extraña sensación que se sintio cuando se veía al espejo pues tal parecia estaba deciendo adiós -Por lo tanto el hoy-continue mi afirmación -Es el día propicio para enderezar el camino, recuperar los sentidos y hacer lo que es debido- asentí convencido -No hay nada más que pueda en ti aportar, no lo tomes a mal, solo intento ayudar- por un momento la mano cerrada, recargada en su regazo intente tomar, pero ya no la quería icomodar, pues parecía que el techo y los muros vigilaba, como si algo malo pasara si algo o alguién la llegara obsevar, sabía era él "The Phantom, quién la mantenía controlada a través de la amenaza y el espanto -A lo que venía realmente es a desearte suerte, recordarás que después de tu acto algo he de iniciar para que todo este teatro y París mismo quede libre de toda maldad, para evitar más fatalidad- la puesta firme se erigio de nuevo anunciando ya mi viaje hacia el incierto destino -Trata de huir y bien librada de aqui salir, me sentiría culpable si algo llega a pasarte pues ahora se que tienes toda una existencia por delante- aunque eso significará derramamiento de sangre, ella debía seguir caminando para poder regresar y reparar lo que se ha quebrado -Alguién de mi confianza estará a tu lado...- di media vuelta después del aviso, ya no había tiempo para explicaciones o dar razones, dentro de poco ella debía salir, ya no debía tener distracciones -Si ya no te vuelvo a ver, quiero que sepas que fuen honor haberle conocido mademoiselle- nunca le ví solo a la perilla de aquella puerta vieja la vuelta dí -Yo y el ángel de la muerte debemos de morir- le adevertì, dejando finalmente revelado mi estancia allí y después aporvechando las sombras desaparecí.
Leviathán Shadow- Condenado/Vampiro/Clase Alta
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Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Aquella noche había conocido finalmente a ese caballero que a todos nos había reclutado e involucrado en el asunto que emapañaría o liberaría finalmente al teatro, a París y a toda la gente que estaba bajo el dominio de aquel quién usurpaba el lugar de un alma en pena de quién ni siquiera le correspondía.
Ahora mientras veía en ese hombre las armas, la desición y la fuerza desfundada como las dagas que tenía a los lados, no podía hacer más que mantenerme fiel a él, recordando aquel joven miedoso pero noble, ese dectective de Londres, Spencer en todo había acertado, aqul quién me había dado la misión de cuidar y proteger a la vampiresa a la que en esos momento ibamos a ver a paso lento llevaba por faz una máscara de alguién que ignoraba, no creo que con semejante valor y confianza en si mismo quisiera ocultarle al mundo su rostro, más bien podía apostar que algo en el no marchaba bien y ese algo le daba el impulso de terminar con The phantom aquella fría y angustiosa noche de luna llena.
Mientras él se introdujo al camerino de la joven, yo seguí pensando frente a la puerta las extrañas cosas que me había sucedido hasta el momento, V, ese enmascarado, me había encontrado sin ninguna dificuldad, mientras me preparaba para asistir a la ópera, el ya estaba en mi casa entre mi cama y el rincón mas oscuro que allí había, después su carruaje de color tan negro como las sombras que no dudo en verdad que el transporte se camuflara con ellas y más aún con la rápidez con la que marchaban los caballos del mismo color, ni siquiera la crín o la cola llavaban sobre sí algún color destellante y por último la manera en como habíamos entrado al teatro, aquella manera de atravesar los sotanos para llegar a este camerino, era un cazador estaba seguro de ello, pero no podía preguntarle nada puesto que solo me daba detalles de esa mujer que con tanto empeño se esmeraba en que fuera protegida -¿Como siendo una vampiresa la puede proteger, el es un cazador y su deber es darle muerte?, sin embargo en vez de que lo haga parece hablarle tiernamente o proporcionarle una atención a esa asesina que no merece misericordia, ni ella ni los de su especie- tan pronto como formule mi pregunta en mi cabeza, aquella puerta se abrìo de par en par, pero de el enmascarado jamás le vi de nuevo, aprovvecho muy bien las sombras y todo cuanto aquel tunel parecía brindarle para moverse a placer.
Suspiraba, me enfadaba y negaba con la cabeza, aún estaba a disgusto con la ridícula idea que me parecía salvaguardar la vida de una asesina y ni siquiera tuvo la desencia de decirme por favor y gracias -Es un favor por alguién que ejecuta mi profesión y porque tiene el valor de hacer lo que otros jamás podremos-.
Me tome mi tiempo y cuando finalmente decidi entrar, vi camafeo pendiendo del cuello -Por ustedes- recé y me introduje al camerino, donde una joven de cabello castallo, largo y con rizos, se daba los toques finales frente al espejo, acomodando su escote y el largo del vestido así estuvo breves instantes hasta que su rostro fue reflejado en aquel diminuto espejo con el contraste de luz de las velas que parecían eran nuevas, estas me dajaban ver la preocupación, la angustia y una tristeza más allá de lo inimaginable en un ser de esa naturaleza, sus ojos extraños pronto se fijaron en mi presencia y fue cuando quede sin más palabras, ya no protestaba y mucho menos renegaba en mis adentros de esa misión -Anne- musite al verle por primera vez, esa joven era muy parecida a mi difunta esposa cuando le conocí, sin pensarlo dos veces la joven se acerco hasta donde yo estaba muy lentamente...
Ahora mientras veía en ese hombre las armas, la desición y la fuerza desfundada como las dagas que tenía a los lados, no podía hacer más que mantenerme fiel a él, recordando aquel joven miedoso pero noble, ese dectective de Londres, Spencer en todo había acertado, aqul quién me había dado la misión de cuidar y proteger a la vampiresa a la que en esos momento ibamos a ver a paso lento llevaba por faz una máscara de alguién que ignoraba, no creo que con semejante valor y confianza en si mismo quisiera ocultarle al mundo su rostro, más bien podía apostar que algo en el no marchaba bien y ese algo le daba el impulso de terminar con The phantom aquella fría y angustiosa noche de luna llena.
Mientras él se introdujo al camerino de la joven, yo seguí pensando frente a la puerta las extrañas cosas que me había sucedido hasta el momento, V, ese enmascarado, me había encontrado sin ninguna dificuldad, mientras me preparaba para asistir a la ópera, el ya estaba en mi casa entre mi cama y el rincón mas oscuro que allí había, después su carruaje de color tan negro como las sombras que no dudo en verdad que el transporte se camuflara con ellas y más aún con la rápidez con la que marchaban los caballos del mismo color, ni siquiera la crín o la cola llavaban sobre sí algún color destellante y por último la manera en como habíamos entrado al teatro, aquella manera de atravesar los sotanos para llegar a este camerino, era un cazador estaba seguro de ello, pero no podía preguntarle nada puesto que solo me daba detalles de esa mujer que con tanto empeño se esmeraba en que fuera protegida -¿Como siendo una vampiresa la puede proteger, el es un cazador y su deber es darle muerte?, sin embargo en vez de que lo haga parece hablarle tiernamente o proporcionarle una atención a esa asesina que no merece misericordia, ni ella ni los de su especie- tan pronto como formule mi pregunta en mi cabeza, aquella puerta se abrìo de par en par, pero de el enmascarado jamás le vi de nuevo, aprovvecho muy bien las sombras y todo cuanto aquel tunel parecía brindarle para moverse a placer.
Suspiraba, me enfadaba y negaba con la cabeza, aún estaba a disgusto con la ridícula idea que me parecía salvaguardar la vida de una asesina y ni siquiera tuvo la desencia de decirme por favor y gracias -Es un favor por alguién que ejecuta mi profesión y porque tiene el valor de hacer lo que otros jamás podremos-.
Me tome mi tiempo y cuando finalmente decidi entrar, vi camafeo pendiendo del cuello -Por ustedes- recé y me introduje al camerino, donde una joven de cabello castallo, largo y con rizos, se daba los toques finales frente al espejo, acomodando su escote y el largo del vestido así estuvo breves instantes hasta que su rostro fue reflejado en aquel diminuto espejo con el contraste de luz de las velas que parecían eran nuevas, estas me dajaban ver la preocupación, la angustia y una tristeza más allá de lo inimaginable en un ser de esa naturaleza, sus ojos extraños pronto se fijaron en mi presencia y fue cuando quede sin más palabras, ya no protestaba y mucho menos renegaba en mis adentros de esa misión -Anne- musite al verle por primera vez, esa joven era muy parecida a mi difunta esposa cuando le conocí, sin pensarlo dos veces la joven se acerco hasta donde yo estaba muy lentamente...
Solomon Vasari- Cazador Clase Alta
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Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Era la primera vez que iba sin su madre a un lugar como aquelque tenía por destino final, aún y en medio de esas aceras había en su mente el recuerdo deprimente que le dejo la partida de su madre a causa de ella, de su hermana Devora, quién ahora cegada por un sentimiento de ambición le había arrebatado a la única persona en el mundo que quizás hoy podía obtener su comprensión debido a su nueva naturaleza.
En medio de aquel poco bullicio, de los escasos pasos de las parejas o de los solitarios buscando abrigo en plena luna llena que se día bañaba con su palida luz a todo París él en su interior se preguntaba si quizás no hizo mal en irse o negarse a volver con su madre después de todo lo que paso, si en vez de haber sido orgulloso hubiese ido a pagarle con creces la vida defendiendo la de aquella bruja que alguna vez fue inmortal en muchos sentidos.
Pero para que pensar en lo que ya notenía solución, esa simple acción no le retribuiria de nuevo a su madre, jamás le devolvería la vida y aunque mantenía el consuelo de que aquella bruja ahora quizás rencarnaba en otro cuerpo, le entristecía saber que entre tanta gente ¿Donde de nuevo la volvería encontrar?, por el momento su mente volvio a una distracción más poderosa, algo que en mayor o menor medida curaba esa herida abierta y sangrante, aquello era haber avisado con anticipación todo cuanto su hermanaba amenazaba hacer en el teatro en compañia de ese vampiro disfrazado de fantasma a Leviathán, el hombre para quién trabajaba por medio de su mano derecha Anthony Ferrari.
De antemano ya sabía que se iba encontrar con ellos en donde ahora se encontraba, allí en medio de la clase media y alta de la parte baja de la sala que esta decorada tan bellamente que le hacía recordar las finas telas que decoraban el castillo de Arturo la única vez que le visito, era inevitable ver de lado a lado, pudo apreciar entonces a un ciego y dos jovenes, uno al costado y otro atrás al parecer rezando, más arriba estaban ya Anthony y un joven del que nada conocía, pero que al parecer tomaba su distencia con ese impertinente hombre rico, abajo en los primeros palcos se hallaba una joven de clase al parecer baja que admiraba con sorpresa la sala dando la impresión de que buscaba algo o alguién en lo profundo de las sombras y a un lado ya estaba como la reina del lugar su hermana, elegante y vanidosamente ataviada para la ocasión, junto con ese loco vampiro, la inquisidora traidora y el mago de dos caras solo faltaba uno ¿Donde estaba la gitana?
Decidio no perder de vista ese último palco, pronto busco su lugar y se acomodo teniendo por compañeros de asiento a dos caballeros, el primero de cabello entrecano y corto, mientras el otro poseía una melena oscura, lacia y muy larga, los saludo cortesmente regresando su vista a donde Devora, a quién esperab detener muy pronto.
Suspiro en el momento justo en el que la primera llamada levanto la voz por medio de una trompeta -Madre dame fuerzas- imploro en silencio, apretando los puños y esperando que el telón abriera, la obra comenzara , transcurriendo rápido, pues según lo que Leviathán le había ordenado es que después del primer acto se debía actuar rápidamente -El primer acto, como quisiese que ya hubiese terminado- repetía ante las ansias de eliminar su aguda angustia.... -El primer acto, su final, el final de todos- se dejo herir por esas palabras y aguardo esperando que "Don Juan triunfante" diera comienzo.
En medio de aquel poco bullicio, de los escasos pasos de las parejas o de los solitarios buscando abrigo en plena luna llena que se día bañaba con su palida luz a todo París él en su interior se preguntaba si quizás no hizo mal en irse o negarse a volver con su madre después de todo lo que paso, si en vez de haber sido orgulloso hubiese ido a pagarle con creces la vida defendiendo la de aquella bruja que alguna vez fue inmortal en muchos sentidos.
Pero para que pensar en lo que ya notenía solución, esa simple acción no le retribuiria de nuevo a su madre, jamás le devolvería la vida y aunque mantenía el consuelo de que aquella bruja ahora quizás rencarnaba en otro cuerpo, le entristecía saber que entre tanta gente ¿Donde de nuevo la volvería encontrar?, por el momento su mente volvio a una distracción más poderosa, algo que en mayor o menor medida curaba esa herida abierta y sangrante, aquello era haber avisado con anticipación todo cuanto su hermanaba amenazaba hacer en el teatro en compañia de ese vampiro disfrazado de fantasma a Leviathán, el hombre para quién trabajaba por medio de su mano derecha Anthony Ferrari.
De antemano ya sabía que se iba encontrar con ellos en donde ahora se encontraba, allí en medio de la clase media y alta de la parte baja de la sala que esta decorada tan bellamente que le hacía recordar las finas telas que decoraban el castillo de Arturo la única vez que le visito, era inevitable ver de lado a lado, pudo apreciar entonces a un ciego y dos jovenes, uno al costado y otro atrás al parecer rezando, más arriba estaban ya Anthony y un joven del que nada conocía, pero que al parecer tomaba su distencia con ese impertinente hombre rico, abajo en los primeros palcos se hallaba una joven de clase al parecer baja que admiraba con sorpresa la sala dando la impresión de que buscaba algo o alguién en lo profundo de las sombras y a un lado ya estaba como la reina del lugar su hermana, elegante y vanidosamente ataviada para la ocasión, junto con ese loco vampiro, la inquisidora traidora y el mago de dos caras solo faltaba uno ¿Donde estaba la gitana?
Decidio no perder de vista ese último palco, pronto busco su lugar y se acomodo teniendo por compañeros de asiento a dos caballeros, el primero de cabello entrecano y corto, mientras el otro poseía una melena oscura, lacia y muy larga, los saludo cortesmente regresando su vista a donde Devora, a quién esperab detener muy pronto.
Suspiro en el momento justo en el que la primera llamada levanto la voz por medio de una trompeta -Madre dame fuerzas- imploro en silencio, apretando los puños y esperando que el telón abriera, la obra comenzara , transcurriendo rápido, pues según lo que Leviathán le había ordenado es que después del primer acto se debía actuar rápidamente -El primer acto, como quisiese que ya hubiese terminado- repetía ante las ansias de eliminar su aguda angustia.... -El primer acto, su final, el final de todos- se dejo herir por esas palabras y aguardo esperando que "Don Juan triunfante" diera comienzo.
Mordred Le fay- Vampiro Clase Media
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Fecha de inscripción : 28/11/2012
Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Hoy era el gran día para la gitana pues tal y como las cartas se lo habrían pronosticado aquella mañana tivia de verano, esa noche ocurriria algo que cambiaria el curso de la historia escrita en el teatro de París, pero Cynder sabía mejor que nadie que el destino nunca estaba escrito con tinta permanente y que él dios autor tenía la facultad de borrar fragmentos y escirbir otros distintos como si fuese aquella tinta imaginaría un simple garabato escrito en la arena que quieta y asoleada esperaba con esmero a su amado, el oceano -Las palabras y el destino pueden llegarse a borrar en tan poco tiempo- pensó profundamente mientras preparaba el fino ropaje que a último momento decidió arrumbarlo y utilizar la ropa de un verdadero gitano, al menos de la autentica Cynder.
Era de esperarse que con los pantalones oscuros que portaba, la blusa blanquesina de grandes olanes ceñida a su esbalta cintura y la chaqueta de cuero negro que hacia resaltar su tez morena y sus labios pintados de rojo mlvaba no llamase la atencion de inmediato y que por esa causa fuera una sospechosa deentro del teatro, a ella nada le costaba decir lo que su mente maquilaba, que el peligro mayor ya lo tenían allí adentro, que sin restricciones lo habían dejado pasar, tanto a él como a su comitiva, por supuesto que se refería a Devora, Nigma,Zeus y Domine quienes la esperaban algunos no con tanto gusto, si, podía advertir de su presencia, podía retractarse, pero había un territorio y dignidad para su comunidad de por medio de establecerse el nuevo Camelot, adem{as de haber hecho labor de convencimiento para que el antiguo vampiro entrará en celos y llevará a su creador a un final indeseable, entonces la duda comenzo a sobresaltarle y la culpa empezo a ser de las suyas, jugueteando travieso con sus nervios quienes al aferrarse a su espalda empezo a endurecerse y a caminar con dolo, más allí no terminaba la angustía que acrecento cuando su corazón le palpito rápidamente, nunca pensó que aquella sala estuviese llena de gente, sus sentidos parecían bloquearse y después poco a poco recobraban concienca dejandole ver y oir niños, jovenes, adultos inclusive ancianos.
Su estomago parecio revolverse, sentía como una especie de vacio dejado por su alma que salía corriendo del joven y agil cuerpo de la gitana, avergonzandose de cuanta sangre se iba a manchar a causa de su ama....
Se cuestino entonces si todas esas vidas valían tan poco para sacrificarles por un trozo de tierra, si de verdad la vida de ese vampiro era tan despreciable para intercambiarle por un poco de dignidad... y nada de estas cuestiones pudo contestarlas, por más que atrasara el paso o lo apresurará, no podía darles respuesta porque ella sabía perfectamente que había cometido un grave y fatal error.
Tan pronto llego al palco donde se hallaba el nido de viboras que ya con sus cascabeles anunciaban sus deseos más primitivos por vengarse y matar, Cynder parecía debatirse entre el bin y el mal, sentía arder en el propio infierno de sus valores y principios.... pensadndo en su familia y en la verguenza de la comunidad que ella provocaría, más por otro lado veía el lado beneficioso, dignidad, poder, autonomía y respeto para su gente, un lugar entre las clases que la sociedad había establecido como bases de un vida prodigio o por lo menos así la mente de los sometidos y de los que sometían lo querían ver, nunca en su vida sintió tal senación fundir su alma entre dos vertientes :El bien y el mal.
Entro a aquella habitación con sus bots de cuero las cuales se detuvieron tan pronto su mano tomo el filo del palco fijandose de un extremo al otro, de arriba a abajo, después su castaña mirada se dirigió a Devora -Yo no le caigo bien- se dijo a si misma -¿Y si por ello me traiciona?, fue lo único que no he prevenido- platicaba con su mente y de nuevo la misma le volvió a cuestionar << ¿Estás segura de hacer esto? >> no supo contestar y centro su mirada en el telón que de a poco abriria, las tamboras anunciaban el inicio de lo que pronto considero omo el fin.
-Buenas noches- fue lo único que se atrevió a decir a esa marña de arpías, tan adentrada estaba en su pensamineto que ni siquiera se fijo en la descortesía y poco le interesaba ahora que la angustía regresaba... << No puedo servir a dos maestros >> contemplo su conciente...la duda queda en el aire y solo después del primer acto se resolverá la interrogante ¿De que lado realmente está Cynder?
Era de esperarse que con los pantalones oscuros que portaba, la blusa blanquesina de grandes olanes ceñida a su esbalta cintura y la chaqueta de cuero negro que hacia resaltar su tez morena y sus labios pintados de rojo mlvaba no llamase la atencion de inmediato y que por esa causa fuera una sospechosa deentro del teatro, a ella nada le costaba decir lo que su mente maquilaba, que el peligro mayor ya lo tenían allí adentro, que sin restricciones lo habían dejado pasar, tanto a él como a su comitiva, por supuesto que se refería a Devora, Nigma,Zeus y Domine quienes la esperaban algunos no con tanto gusto, si, podía advertir de su presencia, podía retractarse, pero había un territorio y dignidad para su comunidad de por medio de establecerse el nuevo Camelot, adem{as de haber hecho labor de convencimiento para que el antiguo vampiro entrará en celos y llevará a su creador a un final indeseable, entonces la duda comenzo a sobresaltarle y la culpa empezo a ser de las suyas, jugueteando travieso con sus nervios quienes al aferrarse a su espalda empezo a endurecerse y a caminar con dolo, más allí no terminaba la angustía que acrecento cuando su corazón le palpito rápidamente, nunca pensó que aquella sala estuviese llena de gente, sus sentidos parecían bloquearse y después poco a poco recobraban concienca dejandole ver y oir niños, jovenes, adultos inclusive ancianos.
Su estomago parecio revolverse, sentía como una especie de vacio dejado por su alma que salía corriendo del joven y agil cuerpo de la gitana, avergonzandose de cuanta sangre se iba a manchar a causa de su ama....
Se cuestino entonces si todas esas vidas valían tan poco para sacrificarles por un trozo de tierra, si de verdad la vida de ese vampiro era tan despreciable para intercambiarle por un poco de dignidad... y nada de estas cuestiones pudo contestarlas, por más que atrasara el paso o lo apresurará, no podía darles respuesta porque ella sabía perfectamente que había cometido un grave y fatal error.
Tan pronto llego al palco donde se hallaba el nido de viboras que ya con sus cascabeles anunciaban sus deseos más primitivos por vengarse y matar, Cynder parecía debatirse entre el bin y el mal, sentía arder en el propio infierno de sus valores y principios.... pensadndo en su familia y en la verguenza de la comunidad que ella provocaría, más por otro lado veía el lado beneficioso, dignidad, poder, autonomía y respeto para su gente, un lugar entre las clases que la sociedad había establecido como bases de un vida prodigio o por lo menos así la mente de los sometidos y de los que sometían lo querían ver, nunca en su vida sintió tal senación fundir su alma entre dos vertientes :El bien y el mal.
Entro a aquella habitación con sus bots de cuero las cuales se detuvieron tan pronto su mano tomo el filo del palco fijandose de un extremo al otro, de arriba a abajo, después su castaña mirada se dirigió a Devora -Yo no le caigo bien- se dijo a si misma -¿Y si por ello me traiciona?, fue lo único que no he prevenido- platicaba con su mente y de nuevo la misma le volvió a cuestionar << ¿Estás segura de hacer esto? >> no supo contestar y centro su mirada en el telón que de a poco abriria, las tamboras anunciaban el inicio de lo que pronto considero omo el fin.
-Buenas noches- fue lo único que se atrevió a decir a esa marña de arpías, tan adentrada estaba en su pensamineto que ni siquiera se fijo en la descortesía y poco le interesaba ahora que la angustía regresaba... << No puedo servir a dos maestros >> contemplo su conciente...la duda queda en el aire y solo después del primer acto se resolverá la interrogante ¿De que lado realmente está Cynder?
Cynder- Gitano
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Fecha de inscripción : 04/11/2012
Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Ese traje de gala que portaba le hacía sentirse ridiculo aunque no podía negar que la comodidad de las ropas de primera mano siempre son más que confortables y suaves para el cuerpo que las luce y eso lo sintió las primeras horas mientras caminaba rumbo al teatro de París pero después hasta la misma corbata que no estaba tan ajustada sentía le sofocaba al grado de deshacer el moño pero aún así tenía demasiado calor que recorría su cuerpo que apenas el aire frío de aquella noche callada le hcía sentirse libre y fresco.
El dueño del traje le esperaría en la puerta principal del teatro, su gran amigo Archibaldo de la Cruz, usaría como excusa su profesión de periodista pra estar dentro de las primeras puesto que el día que asistieron a la taquilla los boletos para las clases privilegiadas estaban agotados, era por eso que Jhofiel debía vestirse a la altura de las circunstancias, sino hubiese sido preferible ir de la manera adelantada a su epóca con la que siempre resaltaba su esbelta, alta pero masculina silueta.
Su corazón emepezaba a palpitar tan rápido como los psos empezaron a ser lentos, un grupo de periodistas ya estaba atacando a los guardias de la entrada para que les dejasen pasar, parecían una parvada de aves en plena migración, gaviotas o patos grasnndo sin razón, nego con la cabeza con sonrisa un cunato traviesa que de pronto dejo ver su blanca dentadura como si de una broma se tratase lo que sus ojos verdosos contemplaban.
La mayoría podía considerarle como loco, pero quién de los que estaba peleando su lugar o los que ya estaban instalados en la teatral lo eran,, sabiendo el peligro al que estaban condenados y de una posible muerte tal y como lo había visto en sus sueños predictorios, más ese joven gitano se declaraba el rey de los locos... si pues un genio debe serlo y el lo era.
La luz lunar y las farolas del teatro iluminaron su amigo quién como siempre contemplaba el paisaje con impaciencia, con nerviosismo y preocuapación, estirando el cuello y queriendo ver casi a través de los muros y de las personas en busca de su distraido al amigo.
-No te angusties Archibaldo- dije entono demasiado deprimente -Ya llegué- termino con fastidio mal interpretado -Lo sé ni yo mismo lo creí- señalo a su escurridizo cuerpo con las manos abiertas -Bueno y... que tal me veo-comento sarcastico alzando los hombros y casi ignorndo la respuesta de su amigo observó detenidamente el teatro, con profundidad pasando a la angustía y al miedo sus ojos reflejaron lo que no podía decir con palabras a pesar de que el tenía poder de paolabra pareciendo un periquillo se lo disponía, una verde ave pero sin la jaula de oro.
Suspiró de manera profunda y tomo aliento de nuevo para soltarle cuando sintió una mano en su esplada, era su amgo que en medio de sus pensamientos lo ignoro por completo -¿Decías?-interrogó y como un perro fiel le siguió jiusto detrás, Archiblado ya tenía la coartada perfecta -¿Como...?- dejo la pregunta al aire con cierta timidez entre cada letra -¿Como vamos a entrar si a ellos siendo extranjeros... no tienen el privilegio?- veía a los lados, perdiendo la noción del frente, empujando al caballero de mucho porte y fina estamapa -Perdón, no quise...- entrecortaron sus palabras con la seña del silencio, el dedo indice se poso en sus labios y entonces aquel español tomo la palabra y el mando de la situación.
El dueño del traje le esperaría en la puerta principal del teatro, su gran amigo Archibaldo de la Cruz, usaría como excusa su profesión de periodista pra estar dentro de las primeras puesto que el día que asistieron a la taquilla los boletos para las clases privilegiadas estaban agotados, era por eso que Jhofiel debía vestirse a la altura de las circunstancias, sino hubiese sido preferible ir de la manera adelantada a su epóca con la que siempre resaltaba su esbelta, alta pero masculina silueta.
Su corazón emepezaba a palpitar tan rápido como los psos empezaron a ser lentos, un grupo de periodistas ya estaba atacando a los guardias de la entrada para que les dejasen pasar, parecían una parvada de aves en plena migración, gaviotas o patos grasnndo sin razón, nego con la cabeza con sonrisa un cunato traviesa que de pronto dejo ver su blanca dentadura como si de una broma se tratase lo que sus ojos verdosos contemplaban.
La mayoría podía considerarle como loco, pero quién de los que estaba peleando su lugar o los que ya estaban instalados en la teatral lo eran,, sabiendo el peligro al que estaban condenados y de una posible muerte tal y como lo había visto en sus sueños predictorios, más ese joven gitano se declaraba el rey de los locos... si pues un genio debe serlo y el lo era.
La luz lunar y las farolas del teatro iluminaron su amigo quién como siempre contemplaba el paisaje con impaciencia, con nerviosismo y preocuapación, estirando el cuello y queriendo ver casi a través de los muros y de las personas en busca de su distraido al amigo.
-No te angusties Archibaldo- dije entono demasiado deprimente -Ya llegué- termino con fastidio mal interpretado -Lo sé ni yo mismo lo creí- señalo a su escurridizo cuerpo con las manos abiertas -Bueno y... que tal me veo-comento sarcastico alzando los hombros y casi ignorndo la respuesta de su amigo observó detenidamente el teatro, con profundidad pasando a la angustía y al miedo sus ojos reflejaron lo que no podía decir con palabras a pesar de que el tenía poder de paolabra pareciendo un periquillo se lo disponía, una verde ave pero sin la jaula de oro.
Suspiró de manera profunda y tomo aliento de nuevo para soltarle cuando sintió una mano en su esplada, era su amgo que en medio de sus pensamientos lo ignoro por completo -¿Decías?-interrogó y como un perro fiel le siguió jiusto detrás, Archiblado ya tenía la coartada perfecta -¿Como...?- dejo la pregunta al aire con cierta timidez entre cada letra -¿Como vamos a entrar si a ellos siendo extranjeros... no tienen el privilegio?- veía a los lados, perdiendo la noción del frente, empujando al caballero de mucho porte y fina estamapa -Perdón, no quise...- entrecortaron sus palabras con la seña del silencio, el dedo indice se poso en sus labios y entonces aquel español tomo la palabra y el mando de la situación.
Jhofiel- Gitano
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Fecha de inscripción : 05/11/2012
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Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
De nueva cuenta las horas pasaban como si un reloj de arena se tratase eran lentas y también tan escurridisas que sin más al ver las manecillas de mi reloj de bolsillo la hora estaba cada vez más próxima.
Entonces en aquel sinlloncito rojo que siempre me abrazaba cuando la duda y el nerviosismo invadían hasta la última parte de mi cuerpo y mi ser veía el trancurrir del día, el paso del sol por entre los techos de las casas, por entre las cabecillas de los niños traviesos mientras jugueteaban por la calle o proporcionando calidez a los enamorados y cosuelo a los que desanimados caminaban pensativos por debajo de mi balcón.
La noche se acercaba y la brisa vespertina en conjunto con su aroma llegaron hasta mi ventana abierta de par en par y con ello un cúmulo de sentimientos y dudas que por alguna extraña razón me daban mala espina, intente distraerme mientras empezaba a alistarme para la ópera de esta noche, un bontoncillo por allí, uno más en el saco, el pañuelo blanco en la zolapa, un pqueño trapazo a los zapatos de brillante chorol oscuro y la corbata de moño bien ajustaba sin que llegaará a asfixiarme, si, pude distrarmme un poco pero solo un poco pues tan pronto staba listo, las dudas y la ansiedad regresaban a mí desconcentrandome de lo que trataba de ver en el espejo.
El cochero llego con mi carruaje y así a borde el transporte que esta vez cuando más necesitaba que fuera lento llego a toda marcha,tan rápido como otras veces en mis citas con las casas editoriales hubiese preferido, ahora en esos instantes hubiese preferido que en lugar de cochero estuviese allí un peresozo gusano y en vez de caballos tortugas de las más lentas que existieran en la faz de la tierra, pensamiento que me hizo brotar una sonrisa como si estuviese mal de la mente o si hubiese retornado a esas extraña ideas que alguna vez me arruinaron la vida y que ahora solo eran el vestigio de un pasado que jamás quisiera recordar y que se me olvido tan pronto como estuve en las afueras de ese majestuoso teatro al que no había asistido más que una sola vez, al verlo se me hacía increible pensar que lli había muerto tanta gente como Jhofiel y otra gente en esos momentos atestiguaba y que hoy caería una victima más, aún más en mi la sorpresa de que alguién que se hace pasar por un difunto fuese en realidad un asesino con demasiado ingenio para tenr medio mundo facinado y a la otra mitad atemorizado y sometido....
Y hablando de temores me pregunte entonces donde podría estar Jhofiel, el miedo volvio a mi cuerpo pensando que quizás algo le pudo haber pasado, para ser un joven que habita en la libetad de los bosques no era demasiado precavido en las selvas civilizadas de París pero al parecer lo llama con el pensamiento o quizás ya estabamos sincronizados pues el allí apareción aunque no sabía con exactitud el grado de éstres en el que se encontraba, por más que hablaba y respondía sus preguntas nada de contestación por su parte, algo quizás había soñado anoche supuse pues ese estado solo lo conseguía cuando tenía una revelación demasiado perturbadora, yo le creía, sabía que no era un charlatán como muchos otros de su especie que harán cualquier cosa por dinero y coas al por mayor, en esas cosas el era serio, tan serio como lo solía ser un sacerdote al dar un misa de espaldas a sus feligreses, pero lo que no me tenía muy convencido era aquello del famoso V y su carta ¿Porque Jhofiel? ¿Porque el? ¿Y si algo le llegaba a suceder?, para mi incluso la muerte ya podía ser una opción que no me molesta en absoluto, un hombre soltero que llega a los cuareta solo roba el oxigeno a los recién nacidos y a los jovenes como Jhofiel.
Pronto y ante su impaciencia y su miedo decidi por el bien de ambos llevarlo allá adentro, se sentará aunque quizás sería más dificil tenerlo tranquilo que aquí en la ceras de afuera -Slencio- murmuré mientras estabamos frente al guardía que estricto nos negaba la entrada -Soy Archibaldo de la Cruz mi señor- realice una presentación cortez y de buena y refinada educación -Vengo representando la edición matutina del principal periodico de España en las tierras de Cataluña- comente desinteresado del tema por el que todos los periodistas les tenía como perros y gatos al otro extreño de la puerta -Me informaron que hay una nueva cantante dentro de su grupo de artistas, solo quiero una entrevista y una crónica para que pueda llega más lejos de la ópera parisina ¿Es de sangre joven no es así?- el guardía como si fuese un perro de guardia se no quedo viendo con fierese y sin emitir gesto o palabra alguna, simplemente levanto la mano con dedo acusador firme y recto señalando a mi amigo -¿El?....-pregunte mientras en mi cabeza buscaba una excusa -Bueno el es mi.... mi... aprendiz, practicante de periodismo, tan solo veale con ese cabello y los anteojos redondos ¿no le ve todo el porte de artista incomprendido?-el guaría asintió, permitiendonos el acceso.
Los boletos en las manos contenían los asientos de las primeras filas, casí al frente del escenario, unas señoritas que en vez de ver un buen prospecto con Jhofiel veían hacía los palco no llevaron hasta nuestros respectivos lugares.
Cada parte del recinto estaba decorado finamente con los colores que solo un rey podía darse el lujo de utilizar, tal parecía que alguién importante vendría como invitado aquella noche, la gente ya pocisionada en sus lugares mientras el eco de sus voces bajaba de intensidad conforme las luces también perdian su brilo y las tamboras, platillo y trompetas anunciaban con creces el tiempo faltnte para que el telón se abriera de par en par.
-Sientate- casi dije a regañadientes a Jhofiel quién además de impresionado por el lugar, la semejnza de lo que vio en su premunición era más exacta dejandolo sin aliento y tembloroso de las piernas -Respira Jhofiel, todo parece tranquilo- voltee de lado a lado -¿Que puede salir mal en algo que parece seguro y perfecto?- cuestione sin obtener respuesta, sin más me enfoque al frente -La función esta apunto de iniciar- anuncie guardando el debido silencio.
Entonces en aquel sinlloncito rojo que siempre me abrazaba cuando la duda y el nerviosismo invadían hasta la última parte de mi cuerpo y mi ser veía el trancurrir del día, el paso del sol por entre los techos de las casas, por entre las cabecillas de los niños traviesos mientras jugueteaban por la calle o proporcionando calidez a los enamorados y cosuelo a los que desanimados caminaban pensativos por debajo de mi balcón.
La noche se acercaba y la brisa vespertina en conjunto con su aroma llegaron hasta mi ventana abierta de par en par y con ello un cúmulo de sentimientos y dudas que por alguna extraña razón me daban mala espina, intente distraerme mientras empezaba a alistarme para la ópera de esta noche, un bontoncillo por allí, uno más en el saco, el pañuelo blanco en la zolapa, un pqueño trapazo a los zapatos de brillante chorol oscuro y la corbata de moño bien ajustaba sin que llegaará a asfixiarme, si, pude distrarmme un poco pero solo un poco pues tan pronto staba listo, las dudas y la ansiedad regresaban a mí desconcentrandome de lo que trataba de ver en el espejo.
El cochero llego con mi carruaje y así a borde el transporte que esta vez cuando más necesitaba que fuera lento llego a toda marcha,tan rápido como otras veces en mis citas con las casas editoriales hubiese preferido, ahora en esos instantes hubiese preferido que en lugar de cochero estuviese allí un peresozo gusano y en vez de caballos tortugas de las más lentas que existieran en la faz de la tierra, pensamiento que me hizo brotar una sonrisa como si estuviese mal de la mente o si hubiese retornado a esas extraña ideas que alguna vez me arruinaron la vida y que ahora solo eran el vestigio de un pasado que jamás quisiera recordar y que se me olvido tan pronto como estuve en las afueras de ese majestuoso teatro al que no había asistido más que una sola vez, al verlo se me hacía increible pensar que lli había muerto tanta gente como Jhofiel y otra gente en esos momentos atestiguaba y que hoy caería una victima más, aún más en mi la sorpresa de que alguién que se hace pasar por un difunto fuese en realidad un asesino con demasiado ingenio para tenr medio mundo facinado y a la otra mitad atemorizado y sometido....
Y hablando de temores me pregunte entonces donde podría estar Jhofiel, el miedo volvio a mi cuerpo pensando que quizás algo le pudo haber pasado, para ser un joven que habita en la libetad de los bosques no era demasiado precavido en las selvas civilizadas de París pero al parecer lo llama con el pensamiento o quizás ya estabamos sincronizados pues el allí apareción aunque no sabía con exactitud el grado de éstres en el que se encontraba, por más que hablaba y respondía sus preguntas nada de contestación por su parte, algo quizás había soñado anoche supuse pues ese estado solo lo conseguía cuando tenía una revelación demasiado perturbadora, yo le creía, sabía que no era un charlatán como muchos otros de su especie que harán cualquier cosa por dinero y coas al por mayor, en esas cosas el era serio, tan serio como lo solía ser un sacerdote al dar un misa de espaldas a sus feligreses, pero lo que no me tenía muy convencido era aquello del famoso V y su carta ¿Porque Jhofiel? ¿Porque el? ¿Y si algo le llegaba a suceder?, para mi incluso la muerte ya podía ser una opción que no me molesta en absoluto, un hombre soltero que llega a los cuareta solo roba el oxigeno a los recién nacidos y a los jovenes como Jhofiel.
Pronto y ante su impaciencia y su miedo decidi por el bien de ambos llevarlo allá adentro, se sentará aunque quizás sería más dificil tenerlo tranquilo que aquí en la ceras de afuera -Slencio- murmuré mientras estabamos frente al guardía que estricto nos negaba la entrada -Soy Archibaldo de la Cruz mi señor- realice una presentación cortez y de buena y refinada educación -Vengo representando la edición matutina del principal periodico de España en las tierras de Cataluña- comente desinteresado del tema por el que todos los periodistas les tenía como perros y gatos al otro extreño de la puerta -Me informaron que hay una nueva cantante dentro de su grupo de artistas, solo quiero una entrevista y una crónica para que pueda llega más lejos de la ópera parisina ¿Es de sangre joven no es así?- el guardía como si fuese un perro de guardia se no quedo viendo con fierese y sin emitir gesto o palabra alguna, simplemente levanto la mano con dedo acusador firme y recto señalando a mi amigo -¿El?....-pregunte mientras en mi cabeza buscaba una excusa -Bueno el es mi.... mi... aprendiz, practicante de periodismo, tan solo veale con ese cabello y los anteojos redondos ¿no le ve todo el porte de artista incomprendido?-el guaría asintió, permitiendonos el acceso.
Los boletos en las manos contenían los asientos de las primeras filas, casí al frente del escenario, unas señoritas que en vez de ver un buen prospecto con Jhofiel veían hacía los palco no llevaron hasta nuestros respectivos lugares.
Cada parte del recinto estaba decorado finamente con los colores que solo un rey podía darse el lujo de utilizar, tal parecía que alguién importante vendría como invitado aquella noche, la gente ya pocisionada en sus lugares mientras el eco de sus voces bajaba de intensidad conforme las luces también perdian su brilo y las tamboras, platillo y trompetas anunciaban con creces el tiempo faltnte para que el telón se abriera de par en par.
-Sientate- casi dije a regañadientes a Jhofiel quién además de impresionado por el lugar, la semejnza de lo que vio en su premunición era más exacta dejandolo sin aliento y tembloroso de las piernas -Respira Jhofiel, todo parece tranquilo- voltee de lado a lado -¿Que puede salir mal en algo que parece seguro y perfecto?- cuestione sin obtener respuesta, sin más me enfoque al frente -La función esta apunto de iniciar- anuncie guardando el debido silencio.
Archibaldo de la Cruz- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 28/10/2011
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