AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Recuerdo del primer mensaje :
La noche teñia de un color distinto... tan diferente que podía distiguirlo sin dificultad, ese ambiente y ese aroma que de vez en cuando llegaba hasta mi guarida en lo más profundo del teatro provocaba en mi el más fino extasis... ese aroma era el de la muerte y la tragedía...
Leviathán Shadow ese maldito cazador que me declaro la guerra el día de ayer, no contaría por la mañana a los cuatro vientos la victoria que nunca le llegará, no importaba cuantos tontos se úniran a su ejercito o cuantos más reclutará él... todos cairán muertos tras el infierno de mis alas negras.
¿Como lo supe?, la respuesta es la más sencilla, un ángel para unos. un fantasma para otros y un demonio para un cazador tiene oidos y ojos hasta por debajo de cada lecho que tenía París y sabiendas de tan distinguida visita de mi estimado enimigo lo primero que debía hacer era ordenar los lujos que esta ocación marcaba a mis tontos administradores para tal cometido como en otras ocasiones realicé mi pliego petitorio...
Un papel con tinta roja fue proporcionado a la administración, para la gente común de esta epoca escribir con ese color era un insulto y para el personal era una amenaza y una advertencia de que el Fantasma de la ópera de París estaba demasiado molesto, independientemente que hoy era una fecha especial, se comemoraba la muerte de quién fuera el primer director de la ópera, el desgraciado Monseuir Erik Destler, una pena tenía talento pero también tenía mucha sed..
Al anochecer, cada trabajador, músico y Bailarina estaban ensayando hasta morir, sabían que de o ser bien actuada, bailada o interpretada mi ópera "Don Juan triunfante" jamás volverían a pisar este o cualquier otro escenario salvo el del cielo oel infierno de acuerdo a su jucio final después de arrastrarles a una muerte poco común y terrible para quién pueda imaginar de que soy capaz.
Subi por entre las sombras que proporcionaba la cupula del techo. entonces supe que todo cuanto había pedido estaba hecho al pie de la letra:
1- Decoraran todo el auditorio incluyendo asientos y mesas de rojo, negro y dorado, algo complicado pero en mi teatro se hacen maravillas.
2-.El candil principla adntro de la sala debe de tener 25 velas, puesto que mi invitado le gusta que todo número termine en cinco (Porcuren atarlo bien tontos)
3- A las siete en punto quiero que las puertas y ventanas sean abiertas, una hora más tarde un tramoyero debera ir a cerrarlas, portando uno de los vestuarios del Don Juan, el personaje principal.
4-No tengan expresiones de angustia o yo se las irè a quitar con un buen susto.
5- El palco numero 5 es mio, aquel que lo ocupe, de mi lugar saldrá... muerto.
6-Recuerden pagarme el día de mañana mi parte de las entradas de esta noche o de lo contrario tendrán que buscar medio personal pasado mañana.
7- Por ultimo ¡Dejen de estar leyendo una y otra vez esta nota mirandose entre los dos con espanto y ponganse a trabajar que hoy tengo visitas!.
La noche teñia de un color distinto... tan diferente que podía distiguirlo sin dificultad, ese ambiente y ese aroma que de vez en cuando llegaba hasta mi guarida en lo más profundo del teatro provocaba en mi el más fino extasis... ese aroma era el de la muerte y la tragedía...
Leviathán Shadow ese maldito cazador que me declaro la guerra el día de ayer, no contaría por la mañana a los cuatro vientos la victoria que nunca le llegará, no importaba cuantos tontos se úniran a su ejercito o cuantos más reclutará él... todos cairán muertos tras el infierno de mis alas negras.
¿Como lo supe?, la respuesta es la más sencilla, un ángel para unos. un fantasma para otros y un demonio para un cazador tiene oidos y ojos hasta por debajo de cada lecho que tenía París y sabiendas de tan distinguida visita de mi estimado enimigo lo primero que debía hacer era ordenar los lujos que esta ocación marcaba a mis tontos administradores para tal cometido como en otras ocasiones realicé mi pliego petitorio...
Un papel con tinta roja fue proporcionado a la administración, para la gente común de esta epoca escribir con ese color era un insulto y para el personal era una amenaza y una advertencia de que el Fantasma de la ópera de París estaba demasiado molesto, independientemente que hoy era una fecha especial, se comemoraba la muerte de quién fuera el primer director de la ópera, el desgraciado Monseuir Erik Destler, una pena tenía talento pero también tenía mucha sed..
Al anochecer, cada trabajador, músico y Bailarina estaban ensayando hasta morir, sabían que de o ser bien actuada, bailada o interpretada mi ópera "Don Juan triunfante" jamás volverían a pisar este o cualquier otro escenario salvo el del cielo oel infierno de acuerdo a su jucio final después de arrastrarles a una muerte poco común y terrible para quién pueda imaginar de que soy capaz.
Subi por entre las sombras que proporcionaba la cupula del techo. entonces supe que todo cuanto había pedido estaba hecho al pie de la letra:
1- Decoraran todo el auditorio incluyendo asientos y mesas de rojo, negro y dorado, algo complicado pero en mi teatro se hacen maravillas.
2-.El candil principla adntro de la sala debe de tener 25 velas, puesto que mi invitado le gusta que todo número termine en cinco (Porcuren atarlo bien tontos)
3- A las siete en punto quiero que las puertas y ventanas sean abiertas, una hora más tarde un tramoyero debera ir a cerrarlas, portando uno de los vestuarios del Don Juan, el personaje principal.
4-No tengan expresiones de angustia o yo se las irè a quitar con un buen susto.
5- El palco numero 5 es mio, aquel que lo ocupe, de mi lugar saldrá... muerto.
6-Recuerden pagarme el día de mañana mi parte de las entradas de esta noche o de lo contrario tendrán que buscar medio personal pasado mañana.
7- Por ultimo ¡Dejen de estar leyendo una y otra vez esta nota mirandose entre los dos con espanto y ponganse a trabajar que hoy tengo visitas!.
El Fantasma de la Ópera de París (Erik Destler)
El campo de batalla lucía tal y como en el pliego, sonreí malicioso con aires de gloria premeditaday desde allí resguarado por una puerta que era de mi exclusiva propiedad exclamé -¡Buen trabajo caballeros!- todos volteron hacia donde se escuchaba el sonido misterioso de mi voz -¡Abran ya las puertas y las ventanas!- de inmediato algunos dejaron lo que tenían en ese momento en sus manos para complacer mis deseos -¡Ya va empezar la función!- dije en tono amenazante desapareciendo al instante por la puerta sin que nadie viera, dirigiendome al camerino de mi estrella principal que aún no arriba para las últimas instrucciones de su ángel musical.
Phantom Nocte- Vampiro Clase Alta
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Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
¿De verdad todos tenemos que enloquecer? ¿De verdad todos tenemos que envejecer y enfermar? ¿De verdad todos tenemos que morir?... ¿Es eso necesario?
Que más podia preguntarme cuanto ante mis ojos yo estaba viendo morir a un hombre, un ser que sin querer herí de muerte todo gracias a esa inseguridad que desde el mismo momento en que ese demente cruzó mi camino ha sido una sombra, una maldición que no me dejaba tranquilo y que ahora más que nunca dejaría que por las noches durmiría cual niño en su cuna, como cuando fui uno de ellos y dormía entre los brazos de mi madre, mientras me leía, volvería a esas noches donde despertaba debido a las pesadillas que me atormentaban en una gran medida mi mente, esas imagenes perturbadoramente intensas que provocaban en mi sobresaltos, tranpiración en frío y el corazón que con cada latido rápido podía llegar a escaparse de mi pecho... y ahora con esa imagen donde un hombre agonizaba con sus cabellos dorados y sus rupas manchadas de sangre que se derramaba formando un rio a su alrededor la culpabilidad y esos sentimientos que me hacen ser el joven sumiso que soy retornaban incrementando los escalofríos, el temblor en todo el cuerpo y las lágrimas tibias a punto de ser liberadas por mis ojos que hacían un esfuerzo hasta el ardor de impedirles la salida a mis mejillas, mientras la saliva sentía resbalar por mi gargante contrastando lo frio que era con lo tibio de mis ojos, saliva tan fría que en vano mojaba mis labios secos y mudos.
-Fue...fue... mi culpa ¿Cierto?- le cuestione con un gesto de angustía que podía sentir más que marcadas las lineas de mi amplia frente -Perdoname, perdoname, yo... yo... debí de haber sido más fuerte- las palabras se iban al aire con gran esfuerzo pues yo no podía darles ese enfasis que hacían parecer firmes aún en esos casos y vino a mi la pregunta ¿Como los otros no parecían estar tan afectados como yo? o como Gideon y Montserrat estaban ya muertos que ni lágrimas poseían -Que privilegio- pense más luego recorde esa manera en que aquella jovencita por la que había venido estaba tan destrozada por su propia naturaleza que al parecer estaba ya bajo el dominio del sujeto que se hacía llamar "The Phantom", a Gideon que apenas si podía tolerar su existencia de no ser por Dios como apoyo o ese hombre que moribundo referia que vino para causar su propio suicidio -Supongo que lo que pareciese ser para los hombres tan atractivo como la inmortalidad, la belleza, el poder o la magia para los que la poseen es su perdición... su maldición, Pero yo jale el gatillo- respondí regresando a la realidad de las circunstancias que sucedían en esos momentos -¿Porque no escogiste a otro si tanto querías morirte?-suspire profundo esperando una respuesta que nunca llego, estaba tan adentrado en su agonía que no escuchaba la de mi alma, me pedía su última voluntad y como cualquier otro ser humano hice lo único que alguién más haria -¡Ni hables así!- grite lleno de desesperación -Tu no te vas a morir- negue -Tu no- seguia negando con la cabeza marcadamente -Simplemente no puedes- el no podía darme más consuelo como la única noche que lo conocí había sido directo sin importar mucho lo que le pasará o pensaran los demás, su amargura siguio cegandolo hasta el final, tanto que termino alejandome de él, me corrio y yo no pude decir nada era más el temblor, el pavor mismo el que me hizo callar.
Senti las manos de los otros dos en mis brazos delgados, con las mangas desgarradas -¡No dejenme, dejenme aquí!- grite hasta la salida, que por cierto nunca supe como llegue hasta ese rincón donde la gente corria de un lado a otro, algunas más gritaban solicitando auxilio o un poco de agua, llorando o sorprendidos por haber visto a un hombre que cayo ante ellos y después nadie más lo encontro, en ese momento no tenía la cabeza para pensar en hipotesis, todo me daba vueltas, alli sentado en la orilla de la cera, ni siquiera podía ver mis manos, estabn sucias de su sangre -Sangre- murmuré mientras las gotas comenzaban a recorrer mis mejillas -¡Gideon el coronel Slade!- reaccione en pánico, ya no era el dueños de mi mismo -Tenemos que regresar por el- me levante rumbo a la entrada -¡Tenemos que salvar al resto!- más la mano de ese hasta entonces desconocido ser contuvo con sus fuerza supraterrenales todo intento de dar un paso más -¡Dejamé ir, Slade me salvo! ¡Dejame!- entre ambos forcejeabamos, quedandose con la suya ese hombre de cabellos negros y ojos azules celeste quié en un intento desesperado, quizás viendo mi llanto, mi desesperación y mi impotencia me estrecho -Dejame ir...- murmure entre sollozos -Dejame...- y tal como un chiquiilo me solte a llorar -Ese siempre ha sido mi problema... me encariño con quién conozco sin siquiera saber lo indispensable pero es que... pero es que- intente calmarme -Sin excepción todos somos seres que tienen derecho a vivir...¡Alex, el coronel, Montserrat, nosotros, París no tenemos porque terminar así, suicidas, profugos, enfermos, malditos o locos, nada es justo- finalmente me deje caer al piso en medio de llanto -No podré dormir más- mis ojos se dirigieron a la gran estructura que estaba siendo devorada por el fuego, llegando su humareda hasta el cielo estrellado y claro de aquella noche -Comprendo al fin que ese ruido que nos perturba tan a menudo por las madrugadas, ese que no te deja dormir no siempre viene de afuera- comente derrotado, igual que ese hombre había aprendido una lección que solo tragedias como estas podían traer consigo... ¿De verdad todos tenemos que sufrir en carne viva tan drámaticas tragedias para aprender una simple lección, para comprender un error o para decifrar el verdadero deseo y aspiraciones en nuestra vida?
Que más podia preguntarme cuanto ante mis ojos yo estaba viendo morir a un hombre, un ser que sin querer herí de muerte todo gracias a esa inseguridad que desde el mismo momento en que ese demente cruzó mi camino ha sido una sombra, una maldición que no me dejaba tranquilo y que ahora más que nunca dejaría que por las noches durmiría cual niño en su cuna, como cuando fui uno de ellos y dormía entre los brazos de mi madre, mientras me leía, volvería a esas noches donde despertaba debido a las pesadillas que me atormentaban en una gran medida mi mente, esas imagenes perturbadoramente intensas que provocaban en mi sobresaltos, tranpiración en frío y el corazón que con cada latido rápido podía llegar a escaparse de mi pecho... y ahora con esa imagen donde un hombre agonizaba con sus cabellos dorados y sus rupas manchadas de sangre que se derramaba formando un rio a su alrededor la culpabilidad y esos sentimientos que me hacen ser el joven sumiso que soy retornaban incrementando los escalofríos, el temblor en todo el cuerpo y las lágrimas tibias a punto de ser liberadas por mis ojos que hacían un esfuerzo hasta el ardor de impedirles la salida a mis mejillas, mientras la saliva sentía resbalar por mi gargante contrastando lo frio que era con lo tibio de mis ojos, saliva tan fría que en vano mojaba mis labios secos y mudos.
-Fue...fue... mi culpa ¿Cierto?- le cuestione con un gesto de angustía que podía sentir más que marcadas las lineas de mi amplia frente -Perdoname, perdoname, yo... yo... debí de haber sido más fuerte- las palabras se iban al aire con gran esfuerzo pues yo no podía darles ese enfasis que hacían parecer firmes aún en esos casos y vino a mi la pregunta ¿Como los otros no parecían estar tan afectados como yo? o como Gideon y Montserrat estaban ya muertos que ni lágrimas poseían -Que privilegio- pense más luego recorde esa manera en que aquella jovencita por la que había venido estaba tan destrozada por su propia naturaleza que al parecer estaba ya bajo el dominio del sujeto que se hacía llamar "The Phantom", a Gideon que apenas si podía tolerar su existencia de no ser por Dios como apoyo o ese hombre que moribundo referia que vino para causar su propio suicidio -Supongo que lo que pareciese ser para los hombres tan atractivo como la inmortalidad, la belleza, el poder o la magia para los que la poseen es su perdición... su maldición, Pero yo jale el gatillo- respondí regresando a la realidad de las circunstancias que sucedían en esos momentos -¿Porque no escogiste a otro si tanto querías morirte?-suspire profundo esperando una respuesta que nunca llego, estaba tan adentrado en su agonía que no escuchaba la de mi alma, me pedía su última voluntad y como cualquier otro ser humano hice lo único que alguién más haria -¡Ni hables así!- grite lleno de desesperación -Tu no te vas a morir- negue -Tu no- seguia negando con la cabeza marcadamente -Simplemente no puedes- el no podía darme más consuelo como la única noche que lo conocí había sido directo sin importar mucho lo que le pasará o pensaran los demás, su amargura siguio cegandolo hasta el final, tanto que termino alejandome de él, me corrio y yo no pude decir nada era más el temblor, el pavor mismo el que me hizo callar.
Senti las manos de los otros dos en mis brazos delgados, con las mangas desgarradas -¡No dejenme, dejenme aquí!- grite hasta la salida, que por cierto nunca supe como llegue hasta ese rincón donde la gente corria de un lado a otro, algunas más gritaban solicitando auxilio o un poco de agua, llorando o sorprendidos por haber visto a un hombre que cayo ante ellos y después nadie más lo encontro, en ese momento no tenía la cabeza para pensar en hipotesis, todo me daba vueltas, alli sentado en la orilla de la cera, ni siquiera podía ver mis manos, estabn sucias de su sangre -Sangre- murmuré mientras las gotas comenzaban a recorrer mis mejillas -¡Gideon el coronel Slade!- reaccione en pánico, ya no era el dueños de mi mismo -Tenemos que regresar por el- me levante rumbo a la entrada -¡Tenemos que salvar al resto!- más la mano de ese hasta entonces desconocido ser contuvo con sus fuerza supraterrenales todo intento de dar un paso más -¡Dejamé ir, Slade me salvo! ¡Dejame!- entre ambos forcejeabamos, quedandose con la suya ese hombre de cabellos negros y ojos azules celeste quié en un intento desesperado, quizás viendo mi llanto, mi desesperación y mi impotencia me estrecho -Dejame ir...- murmure entre sollozos -Dejame...- y tal como un chiquiilo me solte a llorar -Ese siempre ha sido mi problema... me encariño con quién conozco sin siquiera saber lo indispensable pero es que... pero es que- intente calmarme -Sin excepción todos somos seres que tienen derecho a vivir...¡Alex, el coronel, Montserrat, nosotros, París no tenemos porque terminar así, suicidas, profugos, enfermos, malditos o locos, nada es justo- finalmente me deje caer al piso en medio de llanto -No podré dormir más- mis ojos se dirigieron a la gran estructura que estaba siendo devorada por el fuego, llegando su humareda hasta el cielo estrellado y claro de aquella noche -Comprendo al fin que ese ruido que nos perturba tan a menudo por las madrugadas, ese que no te deja dormir no siempre viene de afuera- comente derrotado, igual que ese hombre había aprendido una lección que solo tragedias como estas podían traer consigo... ¿De verdad todos tenemos que sufrir en carne viva tan drámaticas tragedias para aprender una simple lección, para comprender un error o para decifrar el verdadero deseo y aspiraciones en nuestra vida?
Spencer Reid- Humano Clase Media
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Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Había visto una muerte, solo una, pero fue tan rapida, tan repentina que ni siquiera su espiritú maldecido pudo sentirla como aquel joven.
Su corazón se estremcio al grado de que su único deseo fue regresar al lugar donde estaba todo el desastre, quería quemarse, quería que le dispararan o minimamente dejar que algo le cayera encima o le impidiera el paso hacia la salida, pero... ¿Porque Mordred tenía semejantes deseos?, en parte se podía decir por lo que escuchó en los labios del agonizante Lycan, aunque si bien es cierto viviendo tantos siglos en el cuerpo de un niño las dimensiones de estas palabras no alcazaban la altura necesaria para torturar su corazón si habían hecho que recordara a su madre, que murió en sus brazos, esa muerte donde no pudo hacer nada más que prometer detener a Devora, donde prometio confesar el secreto donde Alessandro, aquel a quién planeaba asesinar era el padre de Devora pero no pudo hacer nada de aquello y lugeo la muerte de su hermana, -quizá- pensaba él -era el castigo que se merecía- pero solo era un pensamiento para intentar reprmir esa ganas de llorar probablemente más intensas que las del muchacho -Todos tenemos nuestro castigo, el mío era haber perecido allí- seguía maquilando allí afuera de lo poco que quedaba del teatro, miraba al cielo que de pronto se opacaba con el humo de las cenizas, ese humo...que era más que seguro que no solo llevara consigo las cenizas de la madera sino también de los hombres, los niños, los ancianos, las mujeres, de Alex, Devora, quizás de Slade, a quién no conocio y el resto de los "soldados" de ambos bandos, un suspiro se unio con el viento que se llevaba la cenizas a un lugar desconocido.
Miro la callejuela, cientos de personas estaban dandose cita allí para intetar ayudar, algunas traian agua, otros gritaban, algunos más solo se quedaban en las puertas por donde ellos salieron, pero paradogicamente todos ni siquiera se metían, ni siquiera los socorrieron al salir, todos si no es que la gran mayoria hablaba que el fantasma estaría enojado, que los mataría si ingresaban o si ayudaban, todos sin excepción le tenían pavor al que llamaba "El fantasma de la ópera de París".
-Spencer-dudo en el nombre, apenas llevaba dos o tres veces que lo habia escuchado -Cuanta razón tienes- contesto con desanimo -Ojalá pudiese comprender aún más el rol de ser adulto pero hay mucho de mi que no saben y tampoco es el momento para que lo conozcan- contemplo tanbién a Gideon que se hayaba al parecer algo intranquilo -Pero se a que ruido te refieres- ser un niño eterno pareciera ser fabuloso para cualquiera, no crecer, no envejecer, ni morir, no perder la inocencia y vivir sin responsabilidades, con la única preocupación de los regaños de la madre pero para Mordred todo eso fue una maldición, ese ruido también le perturbo y ahora casi le volvia sordo en aquellos instantes -Lo único que puedo decirte es que la vida no es justa para nadie, sin embargo debemos agradcer que estamos vivos, aceptar lo que nos toca vivir y hacer hasta circo, maroma y teatro para cambiar ese destino- cayó un momento -Piensalo ¿Sí?- rogo casi como un niño, aún faltaba muchas cosas que comprender del mundo adulto en que ahora y bruscamente fue inmerso.
Como un niño también se asustaba, para su alma la palabra policía era sinonimo de carcel, esos hombres que tenía a las espaldas estaban especulando sobre la pronta llegada de los gendarmes al lugar de los hechos y la Santa Inquisición también no demoraria en meter su mano en todo aquello, Mordred sintió todo un escalofrio que llego hasta el más pequeño rincón de su ser -Compañeros tendremos que irnos de aquí- comento exhaltado -Acabo de escuchar que los gendarmes y la inquisición viene en camino- sintio una mirada que venía directamente de Spencer, ese hombre que estab sentada a la orilla de la acera -El coronel estará bien, algo me dice que otro de los míos y los suyos los sacaran del apuro-nego -No podemos quedarnos Spencer, todo nuestro futuro está en juego- miro al otro vampiro quién se veía más que intranquilo cunado se le nombro a la inqusición -¿Estás bien Gideon?- le interrogo mientras veía con curiosidad el rosario a un más pequeño del que dejo con aquel otro hombre -No tienes que hablar si no quieres, nadie te obliga, solo pido que nos vayamos de aquí- su iterlocutor asintio y aun en contra de su voluntad tomaron a Spencer alenjodose poco a poco del lugar -¿En donde nos esconderemos?, después de todos somo sobrevivientes, la gente nos vio y les diran como somos a la policía- aquel hombre, ese misterioso y religioso vampiro que llevaba más camino recorrido que ellos dos, detuvo sus pasos, se giro viendo el ropaje roto, rasgado cubierto de ceniza al igual que sus rostros y sus cabellos alborotados y sin decir más señalo al frente suyo invitandolos a seguirle con la mirda ya puesta en ese sendero, aún con sus dudas Mordred siguió las huellas del otro vampiro a un rumbo completamente desconocido.
Su corazón se estremcio al grado de que su único deseo fue regresar al lugar donde estaba todo el desastre, quería quemarse, quería que le dispararan o minimamente dejar que algo le cayera encima o le impidiera el paso hacia la salida, pero... ¿Porque Mordred tenía semejantes deseos?, en parte se podía decir por lo que escuchó en los labios del agonizante Lycan, aunque si bien es cierto viviendo tantos siglos en el cuerpo de un niño las dimensiones de estas palabras no alcazaban la altura necesaria para torturar su corazón si habían hecho que recordara a su madre, que murió en sus brazos, esa muerte donde no pudo hacer nada más que prometer detener a Devora, donde prometio confesar el secreto donde Alessandro, aquel a quién planeaba asesinar era el padre de Devora pero no pudo hacer nada de aquello y lugeo la muerte de su hermana, -quizá- pensaba él -era el castigo que se merecía- pero solo era un pensamiento para intentar reprmir esa ganas de llorar probablemente más intensas que las del muchacho -Todos tenemos nuestro castigo, el mío era haber perecido allí- seguía maquilando allí afuera de lo poco que quedaba del teatro, miraba al cielo que de pronto se opacaba con el humo de las cenizas, ese humo...que era más que seguro que no solo llevara consigo las cenizas de la madera sino también de los hombres, los niños, los ancianos, las mujeres, de Alex, Devora, quizás de Slade, a quién no conocio y el resto de los "soldados" de ambos bandos, un suspiro se unio con el viento que se llevaba la cenizas a un lugar desconocido.
Miro la callejuela, cientos de personas estaban dandose cita allí para intetar ayudar, algunas traian agua, otros gritaban, algunos más solo se quedaban en las puertas por donde ellos salieron, pero paradogicamente todos ni siquiera se metían, ni siquiera los socorrieron al salir, todos si no es que la gran mayoria hablaba que el fantasma estaría enojado, que los mataría si ingresaban o si ayudaban, todos sin excepción le tenían pavor al que llamaba "El fantasma de la ópera de París".
-Spencer-dudo en el nombre, apenas llevaba dos o tres veces que lo habia escuchado -Cuanta razón tienes- contesto con desanimo -Ojalá pudiese comprender aún más el rol de ser adulto pero hay mucho de mi que no saben y tampoco es el momento para que lo conozcan- contemplo tanbién a Gideon que se hayaba al parecer algo intranquilo -Pero se a que ruido te refieres- ser un niño eterno pareciera ser fabuloso para cualquiera, no crecer, no envejecer, ni morir, no perder la inocencia y vivir sin responsabilidades, con la única preocupación de los regaños de la madre pero para Mordred todo eso fue una maldición, ese ruido también le perturbo y ahora casi le volvia sordo en aquellos instantes -Lo único que puedo decirte es que la vida no es justa para nadie, sin embargo debemos agradcer que estamos vivos, aceptar lo que nos toca vivir y hacer hasta circo, maroma y teatro para cambiar ese destino- cayó un momento -Piensalo ¿Sí?- rogo casi como un niño, aún faltaba muchas cosas que comprender del mundo adulto en que ahora y bruscamente fue inmerso.
Como un niño también se asustaba, para su alma la palabra policía era sinonimo de carcel, esos hombres que tenía a las espaldas estaban especulando sobre la pronta llegada de los gendarmes al lugar de los hechos y la Santa Inquisición también no demoraria en meter su mano en todo aquello, Mordred sintió todo un escalofrio que llego hasta el más pequeño rincón de su ser -Compañeros tendremos que irnos de aquí- comento exhaltado -Acabo de escuchar que los gendarmes y la inquisición viene en camino- sintio una mirada que venía directamente de Spencer, ese hombre que estab sentada a la orilla de la acera -El coronel estará bien, algo me dice que otro de los míos y los suyos los sacaran del apuro-nego -No podemos quedarnos Spencer, todo nuestro futuro está en juego- miro al otro vampiro quién se veía más que intranquilo cunado se le nombro a la inqusición -¿Estás bien Gideon?- le interrogo mientras veía con curiosidad el rosario a un más pequeño del que dejo con aquel otro hombre -No tienes que hablar si no quieres, nadie te obliga, solo pido que nos vayamos de aquí- su iterlocutor asintio y aun en contra de su voluntad tomaron a Spencer alenjodose poco a poco del lugar -¿En donde nos esconderemos?, después de todos somo sobrevivientes, la gente nos vio y les diran como somos a la policía- aquel hombre, ese misterioso y religioso vampiro que llevaba más camino recorrido que ellos dos, detuvo sus pasos, se giro viendo el ropaje roto, rasgado cubierto de ceniza al igual que sus rostros y sus cabellos alborotados y sin decir más señalo al frente suyo invitandolos a seguirle con la mirda ya puesta en ese sendero, aún con sus dudas Mordred siguió las huellas del otro vampiro a un rumbo completamente desconocido.
Mordred Le fay- Vampiro Clase Media
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Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Las llamas consumen el lugar. Afuera se escuchan las alarmas de los bomberos y los gritos de la gente. Es demasiado tarde. La estructura está a punto de colapsar sobre si misma. Recorro el lugar buscando a la dueña de aquella voz que me arrastró hasta aqui sin poder encontrar mas que su ligero rastro. Una vampireza, eso debió ser... una pelea entre clanes de Vampiros
Mas entre los escombros, por sobre el aroma de la sangre chamuscada y la ceniza y el humo, puedo percibir otro aroma familiar. Un lycan. ¿Que hace él aqui? Quizás si conseguía salvarlo de las llamas podría obtener algunas respuestas. Aunque por el momento parezca completamente inerte, puedo sentir que la vida no se ha consumido por completo en él.
- Monsieur Bongartz!
La sorpresa casi me hace perder el equilibrio. Se trataba de uno de los lobos de la manada que Hagen reunió en parís. Uno de aquellos a los que llamaban ronin. Un sin clan. se ecnotraba gravemente herido, quizás muerto ya, pero el cuerpo aun estaba tibio cuando pude palparlo. Decidí hecharlo sobre mis hombros. Si el destino nos había puesto en el camino era quizás por que no quería que este teatro fuese la tumba del Lycan.
- No te dejarás este mundo todavía Lobo... No así... ¡no de este modo!
(* y con el cuerpo lánguido de Alex Bongartz a cuestas, Epoch consigue llegar con muchos esfuerzos, de nuevo hasta el lobby del teatro)
Mas entre los escombros, por sobre el aroma de la sangre chamuscada y la ceniza y el humo, puedo percibir otro aroma familiar. Un lycan. ¿Que hace él aqui? Quizás si conseguía salvarlo de las llamas podría obtener algunas respuestas. Aunque por el momento parezca completamente inerte, puedo sentir que la vida no se ha consumido por completo en él.
- Monsieur Bongartz!
La sorpresa casi me hace perder el equilibrio. Se trataba de uno de los lobos de la manada que Hagen reunió en parís. Uno de aquellos a los que llamaban ronin. Un sin clan. se ecnotraba gravemente herido, quizás muerto ya, pero el cuerpo aun estaba tibio cuando pude palparlo. Decidí hecharlo sobre mis hombros. Si el destino nos había puesto en el camino era quizás por que no quería que este teatro fuese la tumba del Lycan.
- No te dejarás este mundo todavía Lobo... No así... ¡no de este modo!
(* y con el cuerpo lánguido de Alex Bongartz a cuestas, Epoch consigue llegar con muchos esfuerzos, de nuevo hasta el lobby del teatro)
Epoch- Cambiante Clase Baja
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Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
No sé como explicar lo que en esos momentos envolvía mi alma... era... tan tranquilo y los colores tan blancos, tan nitidos a pesar que mis parpados cubrian las iris de mis ojos de tinte color miel.
El dolor iba desapareciendo, el humo, el olor a escombros, los pasos y los gritos de dolor que ese joven emitía cada vez estaban más lejanos, en instantes mi vida fue resumida en imagenes de colores ocres, era tan agradable y tan detestable a la vez que no sabía si odiar o repudiar a la muerte.
Odiaba mi existencia y cada respiro que daba era un dolor más que soportar, el día, la noche y la luna durante años fueron una condena que yo no merecía... entonces este final que daba por concluido para mi mismo era... ¿Injusto?, muy tarde, la herida estaba hecha, cada vez caía más entre los brazos de la muerte que me iba arrastrando lentamente al limbo o al infierno y con pocas esperanzas a un cielo que ni en la tierra logre conocer, era demasiado tarde para pensar si realmente mi descenlace era suficiente o fue una imprudencia.
El calor se hacia menos, el peso de lo que cayera encima, la sangre que empapaba parte de mi vestimenta eran inperceptibles para mí -En paz- susurraba crebantadamente -Paz... solo eso quiero...- susurre y al fin parecia que me quedaba en descanso eterno, alguién llamaba, pero el eco de la voz se escuchaba tan lejos y huecamente que ni siquiera quisé mirar haia cualquier lado de ese lugar tan oscuro donde los colores y las imagenes se habían marchado para nunca volver... me sentía solo, más vacio que en vida, ni siquiera la luna estaba alli para que se intrometiera con su brillo en lo que no le importaba -Empiezo a creer que la paz es horrible- habla por mi la pequeñisima voz que nos dicta las sensaciones y los errores, la que cuando leemos las más divinas obras de los sabios de antaño es ella por quién corre la narración -Ya nadie grita mi nombre- siguio la vocesilla, pero entonces otra sensación surgio de improviso, sentia que flotaba o que nadaba, en ese cuarto oscuro la única luz blanquesina empezo a alejarse a medida que la fluidez al flotar era más intensa y las luces rojas en los horizontes se encendían, eran como pequeñas estrellas fugaces que le rodeaban y después de una en una se metieron en mis adentros, la intranquilidad volvia... la sensación volvia a ser extraña.
Seguía a flote pero no por mi cuenta, algo me lleveba a cuestas, el alma volvia a doler, la herida abierta en la piel hacía lo contrario, el pecho volvio a doler pero no de muerte fisica, no, de muerte espiritual como en vida.
Por un momento me imagine estaba en el infierno, el mismo aroma de las cenizas llegaba hasta mí cada vez que inhalaba y exhalaba el poco oxigeno que podía rescatar del ambiente, el calor se hacia cada vez más intenso y los parpados dejaban ver tras su cortina algunos destellos amarillenntos y anaranjados que pronto se hicieron oscuros pero no como en ese lugar donde estuve una cantidad desconcertante de tiempo, allí estaba tibio... ¿Que diablos estaba pasando?
-Tengo que abrirlos- intente exigirme -¡Abrelos, vamos abre estos maldecidos ojos!, tengo que ver que pasa aunque la realidad no me caiga en gracia- la furia, la frustación, esos desdichados sentimientos que me estropeaban la existencia ahora querían obstruirme la vista -¡Alex abre los ojos!- exclame en mi cabeza, mientras mi cuerpo hacía un esfuerzo más allá de lo inimaginable para un moribundo por responder a las dudas que invadian como fantasma su lecho de muerte.
Los parpados se abrieron lentamente, solo podían distinguir una silueta y un aroma caracteristico pero me era familiar... ¡Todo ese tiempo ni la muerte ni el destino ni Dios mismo había sido el responsable de que mi cuerpo levitara, en realidad fue un hombre... ¿Quién era?.
No tarde mucho en reconocerle, lo había visto en la taberna junto a otros cambiaformas y Lycan como yo -¡Tú!- exclame cuando la vista me dio una imagen fija y la memoria me dio su referencia -El hombre de la taberna...¡Porque!- un grito se escapo de mis labios secos y heridos, la herida estaba allí eso era lo único real que quedo de ese pequeño lapso en que me iba ir para no regresar -¡Porque no me dejaste morir!- le negue mi vista, mis ojos contemplaban dolorosamente un poco de ese interior que aún permanecia en llamas que ni el hombre o el famoso fantasma podrían disipar -¿Que has hecho?- entre dolores, el semblante se transformo en el retrato perfecto de la melancolía -Quería morir... ¿Que se supone que haga ahora?.. mi existencia es peor que esta herida, ¿Porque se emepeñan en que siga agonizando en vida? ¿Porque Hombre -Oso, porque?- una lágrima resbalo por la mejilla -¿Porque me has salvado?- le miré sin la máscara que portaba, esa falsa faz que parecía dura y fría pero que en fondo albergaba, disfrazaba y cubría las heridas de una vida que yo no escogi -¿Que te hice?-. me cubri el rostro con las manos, la última cuestión no era tanto para el cambiaformas, pues creo esa era su raza, la pregunta iba con remitente al reino de los cielos... -¡Dejame aquí!- exclame pero ese hombre no estaba dispuesto a dejarme allí, la pregunta era ¿Porque?.
El dolor iba desapareciendo, el humo, el olor a escombros, los pasos y los gritos de dolor que ese joven emitía cada vez estaban más lejanos, en instantes mi vida fue resumida en imagenes de colores ocres, era tan agradable y tan detestable a la vez que no sabía si odiar o repudiar a la muerte.
Odiaba mi existencia y cada respiro que daba era un dolor más que soportar, el día, la noche y la luna durante años fueron una condena que yo no merecía... entonces este final que daba por concluido para mi mismo era... ¿Injusto?, muy tarde, la herida estaba hecha, cada vez caía más entre los brazos de la muerte que me iba arrastrando lentamente al limbo o al infierno y con pocas esperanzas a un cielo que ni en la tierra logre conocer, era demasiado tarde para pensar si realmente mi descenlace era suficiente o fue una imprudencia.
El calor se hacia menos, el peso de lo que cayera encima, la sangre que empapaba parte de mi vestimenta eran inperceptibles para mí -En paz- susurraba crebantadamente -Paz... solo eso quiero...- susurre y al fin parecia que me quedaba en descanso eterno, alguién llamaba, pero el eco de la voz se escuchaba tan lejos y huecamente que ni siquiera quisé mirar haia cualquier lado de ese lugar tan oscuro donde los colores y las imagenes se habían marchado para nunca volver... me sentía solo, más vacio que en vida, ni siquiera la luna estaba alli para que se intrometiera con su brillo en lo que no le importaba -Empiezo a creer que la paz es horrible- habla por mi la pequeñisima voz que nos dicta las sensaciones y los errores, la que cuando leemos las más divinas obras de los sabios de antaño es ella por quién corre la narración -Ya nadie grita mi nombre- siguio la vocesilla, pero entonces otra sensación surgio de improviso, sentia que flotaba o que nadaba, en ese cuarto oscuro la única luz blanquesina empezo a alejarse a medida que la fluidez al flotar era más intensa y las luces rojas en los horizontes se encendían, eran como pequeñas estrellas fugaces que le rodeaban y después de una en una se metieron en mis adentros, la intranquilidad volvia... la sensación volvia a ser extraña.
Seguía a flote pero no por mi cuenta, algo me lleveba a cuestas, el alma volvia a doler, la herida abierta en la piel hacía lo contrario, el pecho volvio a doler pero no de muerte fisica, no, de muerte espiritual como en vida.
Por un momento me imagine estaba en el infierno, el mismo aroma de las cenizas llegaba hasta mí cada vez que inhalaba y exhalaba el poco oxigeno que podía rescatar del ambiente, el calor se hacia cada vez más intenso y los parpados dejaban ver tras su cortina algunos destellos amarillenntos y anaranjados que pronto se hicieron oscuros pero no como en ese lugar donde estuve una cantidad desconcertante de tiempo, allí estaba tibio... ¿Que diablos estaba pasando?
-Tengo que abrirlos- intente exigirme -¡Abrelos, vamos abre estos maldecidos ojos!, tengo que ver que pasa aunque la realidad no me caiga en gracia- la furia, la frustación, esos desdichados sentimientos que me estropeaban la existencia ahora querían obstruirme la vista -¡Alex abre los ojos!- exclame en mi cabeza, mientras mi cuerpo hacía un esfuerzo más allá de lo inimaginable para un moribundo por responder a las dudas que invadian como fantasma su lecho de muerte.
Los parpados se abrieron lentamente, solo podían distinguir una silueta y un aroma caracteristico pero me era familiar... ¡Todo ese tiempo ni la muerte ni el destino ni Dios mismo había sido el responsable de que mi cuerpo levitara, en realidad fue un hombre... ¿Quién era?.
No tarde mucho en reconocerle, lo había visto en la taberna junto a otros cambiaformas y Lycan como yo -¡Tú!- exclame cuando la vista me dio una imagen fija y la memoria me dio su referencia -El hombre de la taberna...¡Porque!- un grito se escapo de mis labios secos y heridos, la herida estaba allí eso era lo único real que quedo de ese pequeño lapso en que me iba ir para no regresar -¡Porque no me dejaste morir!- le negue mi vista, mis ojos contemplaban dolorosamente un poco de ese interior que aún permanecia en llamas que ni el hombre o el famoso fantasma podrían disipar -¿Que has hecho?- entre dolores, el semblante se transformo en el retrato perfecto de la melancolía -Quería morir... ¿Que se supone que haga ahora?.. mi existencia es peor que esta herida, ¿Porque se emepeñan en que siga agonizando en vida? ¿Porque Hombre -Oso, porque?- una lágrima resbalo por la mejilla -¿Porque me has salvado?- le miré sin la máscara que portaba, esa falsa faz que parecía dura y fría pero que en fondo albergaba, disfrazaba y cubría las heridas de una vida que yo no escogi -¿Que te hice?-. me cubri el rostro con las manos, la última cuestión no era tanto para el cambiaformas, pues creo esa era su raza, la pregunta iba con remitente al reino de los cielos... -¡Dejame aquí!- exclame pero ese hombre no estaba dispuesto a dejarme allí, la pregunta era ¿Porque?.
Alex Bongartz- Licántropo Clase Alta
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Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Intente seguir al cambiaformas, corri desesperado, era rápido quizás por su naturaleza... yo era brujo, un humano cualquiera que se enredo en todo esto porque más allá del hombre enmascarado había sido Nói, aquella que nunca llegó la que me había convencido de participar aún cuando las dudas estaban a flor de piel -¿Que habría ocurrido con ella?- pensé, perdiendome de la concentración que debia poseer al frente del camino... cuando regrese era a la cruda realidad llena de tizne, fuego y muerte por doquier el cambiaformas se desviaba hacía el extremo de la sala completamente deschecha, me parecía que conocía al moribundo -¿Debía ayudar a ese hombre de aspecto intimidante?- ni siquiera pude dar respuesta a ello pues no tarde mucho en escuchar el lamento de ayuda de otro hombre que estaba en alguna parte más adelante -Estarán bien, ese hombre sabe lo que hace- suspire -Simplemente no es peligroso- me di consuelo, abandonandolos en el camino.
Pronto el humo y el calor que provocaba las llamas y la madera encendida se hizo más intensa, obligandome a crubrir mi nariz y boca con el antebrazo, a lo lejos y como si fuese un espejismo aparecieron frente a mí un cambiaformas, era un tipo de perro adolorido y algo viejo, estaba orillado y sin salida ante un hombre que parecía ser uno de los míos... Había cometido un error al juzgar a ese de melena larga que se quedó atrás para cuidar de un moribundo... no cometería lo mismo de nuevo, defendería a esa criatura del brujo que con una mirada casi desquisiada y perdida prentendía sin compasión terminar con el anciano que para colmo por su forma de ver hacia otros extremos parecía estaba ciego.
Rompiendo las mangas percudidas de la camisa para tener mejor movilidad en los brazos me acerque hasta una distancia considerable para que llegaran hasta el un par de semillas que arroje en medio de los dos, estas brotaron para convertirse en una clase de enredaderas que tomaron al otro por las caderas con fuerza -¡Eres un adefecio para nuestra raza!- grite una vez que mi hechizo lo tenía fuertemente atado en el aire -¡No lo suelten!- ordene al vegetal que pronto comenzo a sacarse, rompiendose en millones de pedazos que una vez en el suelo se volvieron polvo -Estoy en serios problemas- me vi reflejado en las orbes castañas de ese hombre que ahora me miraba como un depredador observa a la presa que será utilizada a la hora de su cena.
Cientos de rayos verdes empezaron a ser lanzados desde las palmas de mis manos, era mi energia interior, la que lograba que la magia sergiera por si sola, me sorprendia la habilidad con la que ese hombre esquivaba de uno en uno los obstaculos que mi energia le ponía en medio de su camino, pronto comencé a sentir cansancio y al tomar un respiro varias maderas fueron transformadas en serpientes de gran tamaño que fueron en dirección a él, eran de color gisaceo que hambrientas iban a toda velocidad hacia él... pronto igual que mis vegetales le tomaron envolivendolo con sus cascabeles todo su cuerpo, pronto comenzaron a ejercer fuerza suficiente para asfixiarlo -La guerra está ganada- dije con la sonrisa del triunfo en mis labios que se desvanecio al momento en que corri a socorrer al cambiaformas viejo, ciego y caido que al no poder decir palabras debido a su transformación gruñia al sentir un presentimiento probablemente.
Decidi retonar la mirada donde las enormes serpientes se hacian cargo del brujo pero ese hombre había desaparecido y mis mágicos animales se hicieron cuervos que tan pronto sintieron mi mirada se fueron en dirección mía, eran tantos que me hicieron retoceder para no que sus picos no me lastimaran más de lo que alguos habían logrado, de nueva cuenta el cambiaformas estaba solo.
Sentía la sangre de mi rostro y la cabeza recorrer mis mejillas hasta que finalmente, los numerosos pajaros retrocedieron convirtiendose en cenizas... su mirada transtornada me contemplo y su voz cambiaba de un matiz a otro, eran tres voces en una, que se debatían por dejarme vivir o morir... finalmente gano la tono macabro que me tomo por el rostro ensangrentado y comencé a sentirme cansado, la juventud se me iba con su toque maldito y mis huesos adelgazaron, mi piel se volvio flácida y arrugada... muy fría, ya no pude emitir palabra entonces mi cuerpo se desvanecio en el piso, el aire se había ido mientras mi corazón que aun sentia latia lento se detuvo de un momento, ahora estaba muerto, me robo mi vida en dos minutos, allí quede tendido, un viejo de casi cien años que murió teniendo veinte... Solo me quedaba decir con el pensamiento que: -¡Dios acompañe y de fuerzas a los caidos, París despierte del sueño en que los mantiene el fantama y la muerte de sus aliados V les haga justicia!- quede con las pupilas abiertas y fijas -¡En V dejo la venganza de mi muerte!-.
Pronto el humo y el calor que provocaba las llamas y la madera encendida se hizo más intensa, obligandome a crubrir mi nariz y boca con el antebrazo, a lo lejos y como si fuese un espejismo aparecieron frente a mí un cambiaformas, era un tipo de perro adolorido y algo viejo, estaba orillado y sin salida ante un hombre que parecía ser uno de los míos... Había cometido un error al juzgar a ese de melena larga que se quedó atrás para cuidar de un moribundo... no cometería lo mismo de nuevo, defendería a esa criatura del brujo que con una mirada casi desquisiada y perdida prentendía sin compasión terminar con el anciano que para colmo por su forma de ver hacia otros extremos parecía estaba ciego.
Rompiendo las mangas percudidas de la camisa para tener mejor movilidad en los brazos me acerque hasta una distancia considerable para que llegaran hasta el un par de semillas que arroje en medio de los dos, estas brotaron para convertirse en una clase de enredaderas que tomaron al otro por las caderas con fuerza -¡Eres un adefecio para nuestra raza!- grite una vez que mi hechizo lo tenía fuertemente atado en el aire -¡No lo suelten!- ordene al vegetal que pronto comenzo a sacarse, rompiendose en millones de pedazos que una vez en el suelo se volvieron polvo -Estoy en serios problemas- me vi reflejado en las orbes castañas de ese hombre que ahora me miraba como un depredador observa a la presa que será utilizada a la hora de su cena.
Cientos de rayos verdes empezaron a ser lanzados desde las palmas de mis manos, era mi energia interior, la que lograba que la magia sergiera por si sola, me sorprendia la habilidad con la que ese hombre esquivaba de uno en uno los obstaculos que mi energia le ponía en medio de su camino, pronto comencé a sentir cansancio y al tomar un respiro varias maderas fueron transformadas en serpientes de gran tamaño que fueron en dirección a él, eran de color gisaceo que hambrientas iban a toda velocidad hacia él... pronto igual que mis vegetales le tomaron envolivendolo con sus cascabeles todo su cuerpo, pronto comenzaron a ejercer fuerza suficiente para asfixiarlo -La guerra está ganada- dije con la sonrisa del triunfo en mis labios que se desvanecio al momento en que corri a socorrer al cambiaformas viejo, ciego y caido que al no poder decir palabras debido a su transformación gruñia al sentir un presentimiento probablemente.
Decidi retonar la mirada donde las enormes serpientes se hacian cargo del brujo pero ese hombre había desaparecido y mis mágicos animales se hicieron cuervos que tan pronto sintieron mi mirada se fueron en dirección mía, eran tantos que me hicieron retoceder para no que sus picos no me lastimaran más de lo que alguos habían logrado, de nueva cuenta el cambiaformas estaba solo.
Sentía la sangre de mi rostro y la cabeza recorrer mis mejillas hasta que finalmente, los numerosos pajaros retrocedieron convirtiendose en cenizas... su mirada transtornada me contemplo y su voz cambiaba de un matiz a otro, eran tres voces en una, que se debatían por dejarme vivir o morir... finalmente gano la tono macabro que me tomo por el rostro ensangrentado y comencé a sentirme cansado, la juventud se me iba con su toque maldito y mis huesos adelgazaron, mi piel se volvio flácida y arrugada... muy fría, ya no pude emitir palabra entonces mi cuerpo se desvanecio en el piso, el aire se había ido mientras mi corazón que aun sentia latia lento se detuvo de un momento, ahora estaba muerto, me robo mi vida en dos minutos, allí quede tendido, un viejo de casi cien años que murió teniendo veinte... Solo me quedaba decir con el pensamiento que: -¡Dios acompañe y de fuerzas a los caidos, París despierte del sueño en que los mantiene el fantama y la muerte de sus aliados V les haga justicia!- quede con las pupilas abiertas y fijas -¡En V dejo la venganza de mi muerte!-.
Bryan Wilde- Hechicero Clase Media
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Localización : En cualquier parte, quiza hasta en las estrellas...
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
-¿Adefecio?- rió maevolamente -¿Quién es el adefecio ahora?, anciano- Zeus no había esperado tanto de un hombre joven como lo fue su oponente, como siempre ninguna de sus caras había medido el peligro de quién pareciera inocente -¡Son un par de idiotas, por que siempre han de subestirmar, casi nos mata!- respondio el demonio dentro de Zeus, el mismo que tiene ganas de matar y no por haber asesinado de manera mágica a ese hombre absoviendo toda su juventud significa que sed de sangre estaba saciada porque era obvio, en ese malifico plagio de vida no hubo ni una gota de sangre -Vamos parecia inofensivo- contesto otro dentro del mismo -¡Intentaba salvar a ese hombre y tu lo mataste!- respondió el más debil de los tres -No olvides que tu me ordenaste matarlo ¡Porque si no te das cuenta estupido ignorante nos estamos desangrando!- hablo el malevolo Zeus que intentaba intimidar al más debil que veía alrededor desconcertado -¿Que han hecho?- no se dejo doblegar esta vez -¿Que esta pasando conmigo?- se llevo las manos a la cabeza, exactamente a sus cienes mientras transtornado observaba a su alrededor, el fuego ardía y las pocas vigas y maderas que quedaban en pie continuaban cayendo, alimentando todo el fuego que furioso terminaba hasta con los cuerpos de los vampiros que quedaron allí postrados en el escenario, al igual que la ceniza de la madera, la de sus restos infestaba el aire que empujaba el humo hacia lo más alto de las pinturas recién borradas del techo.
Luego contemplo al cuerpo que tenía bajo sus pies, el joven que murio anciano gracias a la otra cara que albergaba su mente, su piel tan arrugada como una pasa y tan descolorida como un tronco viejo de árbol, este le veia con los ojos abiertos, los únicos organos que demostraban la verdadera edad con la que murió su dueño, después alzo la mirada y vio que el cambiaformas estaba completamente tendido en piso áun transfromado, igual que el otro cadaver también este tenía la mirada fija y ya no emitía palabra o gruñido alguno.
Ninguna de los otras dos voces hablaban, permanecian callados, mientras el verdadero Zeus que finalmente tenía control de si mismo se acercaba cautelosamente al cuerpo yacido entre los escombros y muros -¡Esta muerto!- exclamo de la sorpresa y el espanto -¿Que han hecho?- ellos nada, aunque el demonio que albergaba dentro de él hubiese intentado matarlo, solo el animal se asfixio, el hombre detrás de tanto pelaje ni siquiera reconocio el momento en que la muerte vino por él -¡Esa basura era vieja!- dijo aquel falto de sentimientos -Y ustedes conmigo también- se dijo -¡Ustedes hacen de mi mente un enfermizo basurero!- el brujo después de muchos años reconocio la verdad que intentaba negar siempre que tenía oportunidad, él tenía un problema, el resto del mundo que le conocia, lo señalaba y lo advertía, jamás lo acepto, el simplemente no podia estar demente.
Para liberar la culpa este se acerco hacía el cuerpo del canino muerto que ni siquiera puedo ser apreciado por el brujo, una viga que se sostenía milagrosamente cayó con el simple movimiento de la pisada fuerte de Zeus, la madera dominada por el fuego toco el cuerpo encendiendolo de inmediato -No, no ¡No!- grito aquel hombre mientras veía cada parte de esa triste escena, desesperado vio hacia el piso, una flecha yacia allí sin haber cazado una victima.
-¡No lo hagas cobarde!- le interrupio su lado oscuro -Si lo haces te dejaremos solo- respondieron al unisono ambas caras que de vez en cuando eran dueñas de sus actos, una había exclamado en su mente y otra de manera fisica -Sí, te dejaremos solo como a ese perro que se esta haciendo azado para la cena... Que triste sería que murieras solo sin nosotros.. tus amigos, tu familia ¿no crees?- intentaba manipularse al mismo por obra de si mismo -Piensa que si te matas, se irá contigo tu familia- complemento la voz intermedia -¿Amigos y familia?, ustedes no pueden serlo... ¡Todo este tiempo estuvieron enfermandome!, me transformaron en asesino... y ¡Eso es de enemigos!- vio la puenta de flecha y cogiendola finalmente acaricio su parte más filosa con la yema de los dedos, la tomo entre sus dos manos que transpiraban friamente y temblaban... solo temblaban-¡No te dejaré!-se enfurecio el asesino y aunque absurdo pareciera el forcejeo del arma era entre la mano derecha e izquierda, cada una perteneciente a ambas caras de Zeus, finalmente la mano izquierda se quedo con el arma -Es mía- la voz cambio de colatura -¡Muerete, pudrete pero dejame vivir!- la misma mano le enterro la punta en el pecho una y otra vez con odio y coraje, la sangre era salpicada y mancho la punta de la flecha con color carmín fresco y tibio -Como quieras- respondio el verdadero quebrantadamente -Estan solos- volvio otro tono de voz intermedio entre el real y el oscuro, dandose por vencido -¿No pensate en que mi sangre y mis latidos son los mismos que los tuyos o sí?- sonrio victorioso -Eres una creación de mi mente- solto una carcajada mientras caía de rodillas al piso -Reconocí demasiado tarde que siempre estuve discutiendo conmigo mismo... cuesta creerlo- ya no podía exhalar más aire -Te pudrirás conmigo porque habitas en mi cabeza- entonces el otro tomo control de él por ultima vez -¡No, No,No!- grito desesperado alborotandose los cabellos, alzo la vista y arriba contemplo unas manos que lanzaron sobre de él, una escultura de madera prendiendo su ropa y su carne inmediatamente, se escucharon sus gritos... tan fuertes, tan llenos de dolor y tortura, mientras que otro tiempo después se reia, soltaba carcajadas y celebraba que era libre, completamente libre de los dos demonios que le poseían.
Un rato más tarde el brujo también era ya polvo y cenizas, la pregunta queda ¿Quién le dio el tiro de gracia?.
Luego contemplo al cuerpo que tenía bajo sus pies, el joven que murio anciano gracias a la otra cara que albergaba su mente, su piel tan arrugada como una pasa y tan descolorida como un tronco viejo de árbol, este le veia con los ojos abiertos, los únicos organos que demostraban la verdadera edad con la que murió su dueño, después alzo la mirada y vio que el cambiaformas estaba completamente tendido en piso áun transfromado, igual que el otro cadaver también este tenía la mirada fija y ya no emitía palabra o gruñido alguno.
Ninguna de los otras dos voces hablaban, permanecian callados, mientras el verdadero Zeus que finalmente tenía control de si mismo se acercaba cautelosamente al cuerpo yacido entre los escombros y muros -¡Esta muerto!- exclamo de la sorpresa y el espanto -¿Que han hecho?- ellos nada, aunque el demonio que albergaba dentro de él hubiese intentado matarlo, solo el animal se asfixio, el hombre detrás de tanto pelaje ni siquiera reconocio el momento en que la muerte vino por él -¡Esa basura era vieja!- dijo aquel falto de sentimientos -Y ustedes conmigo también- se dijo -¡Ustedes hacen de mi mente un enfermizo basurero!- el brujo después de muchos años reconocio la verdad que intentaba negar siempre que tenía oportunidad, él tenía un problema, el resto del mundo que le conocia, lo señalaba y lo advertía, jamás lo acepto, el simplemente no podia estar demente.
Para liberar la culpa este se acerco hacía el cuerpo del canino muerto que ni siquiera puedo ser apreciado por el brujo, una viga que se sostenía milagrosamente cayó con el simple movimiento de la pisada fuerte de Zeus, la madera dominada por el fuego toco el cuerpo encendiendolo de inmediato -No, no ¡No!- grito aquel hombre mientras veía cada parte de esa triste escena, desesperado vio hacia el piso, una flecha yacia allí sin haber cazado una victima.
-¡No lo hagas cobarde!- le interrupio su lado oscuro -Si lo haces te dejaremos solo- respondieron al unisono ambas caras que de vez en cuando eran dueñas de sus actos, una había exclamado en su mente y otra de manera fisica -Sí, te dejaremos solo como a ese perro que se esta haciendo azado para la cena... Que triste sería que murieras solo sin nosotros.. tus amigos, tu familia ¿no crees?- intentaba manipularse al mismo por obra de si mismo -Piensa que si te matas, se irá contigo tu familia- complemento la voz intermedia -¿Amigos y familia?, ustedes no pueden serlo... ¡Todo este tiempo estuvieron enfermandome!, me transformaron en asesino... y ¡Eso es de enemigos!- vio la puenta de flecha y cogiendola finalmente acaricio su parte más filosa con la yema de los dedos, la tomo entre sus dos manos que transpiraban friamente y temblaban... solo temblaban-¡No te dejaré!-se enfurecio el asesino y aunque absurdo pareciera el forcejeo del arma era entre la mano derecha e izquierda, cada una perteneciente a ambas caras de Zeus, finalmente la mano izquierda se quedo con el arma -Es mía- la voz cambio de colatura -¡Muerete, pudrete pero dejame vivir!- la misma mano le enterro la punta en el pecho una y otra vez con odio y coraje, la sangre era salpicada y mancho la punta de la flecha con color carmín fresco y tibio -Como quieras- respondio el verdadero quebrantadamente -Estan solos- volvio otro tono de voz intermedio entre el real y el oscuro, dandose por vencido -¿No pensate en que mi sangre y mis latidos son los mismos que los tuyos o sí?- sonrio victorioso -Eres una creación de mi mente- solto una carcajada mientras caía de rodillas al piso -Reconocí demasiado tarde que siempre estuve discutiendo conmigo mismo... cuesta creerlo- ya no podía exhalar más aire -Te pudrirás conmigo porque habitas en mi cabeza- entonces el otro tomo control de él por ultima vez -¡No, No,No!- grito desesperado alborotandose los cabellos, alzo la vista y arriba contemplo unas manos que lanzaron sobre de él, una escultura de madera prendiendo su ropa y su carne inmediatamente, se escucharon sus gritos... tan fuertes, tan llenos de dolor y tortura, mientras que otro tiempo después se reia, soltaba carcajadas y celebraba que era libre, completamente libre de los dos demonios que le poseían.
Un rato más tarde el brujo también era ya polvo y cenizas, la pregunta queda ¿Quién le dio el tiro de gracia?.
Zeus Di Lyon- Hechicero Clase Media
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Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
- No es tu momento todavía, lobo. Tienes un par de preguntas que responder.
La cantidad de mágia que podía percibir en el ambiente era sobrecogedora. Aunque el teatro esta a punto de caerse aun la batalla continúa adentro. Había sobrenaturales causando problemas y eso generalmente provocaba a los inquisidores a enviar a sus malditos cazadores.
Sea lo que sea que traigan entre manos estos vampiros debemos estar prevenidos; de suerte que este lycan estaba metido en el centro de la tormenta.
- Usted sabe quien soy Bongartz, y sabe que no me ando por las ramas. Cualquier atentado en Paris atañe al territorio de Hagen y por lo tanto es asunto de la Manada.
Tenía que hablarle con seriedad para no dejarme enredar por su actitud autocompasiva. ¿Quería morir? Tiempo habrá de quebrarle el cuello con mis propias manos para mejor complacer sus deseos pero antes habría que sacarle al menos algo de información para hacer algun sentido de toda esta destrucción.
(* lleva arrastrando al hombre lobo a regañadientes hasta un lugar seguro, donde lo coloca con cuidado en el suelo, su capacidad de sanación hará el resto)
- Hable claro Bongartz, ¿cual es su participacion en todo esto?
La cantidad de mágia que podía percibir en el ambiente era sobrecogedora. Aunque el teatro esta a punto de caerse aun la batalla continúa adentro. Había sobrenaturales causando problemas y eso generalmente provocaba a los inquisidores a enviar a sus malditos cazadores.
Sea lo que sea que traigan entre manos estos vampiros debemos estar prevenidos; de suerte que este lycan estaba metido en el centro de la tormenta.
- Usted sabe quien soy Bongartz, y sabe que no me ando por las ramas. Cualquier atentado en Paris atañe al territorio de Hagen y por lo tanto es asunto de la Manada.
Tenía que hablarle con seriedad para no dejarme enredar por su actitud autocompasiva. ¿Quería morir? Tiempo habrá de quebrarle el cuello con mis propias manos para mejor complacer sus deseos pero antes habría que sacarle al menos algo de información para hacer algun sentido de toda esta destrucción.
(* lleva arrastrando al hombre lobo a regañadientes hasta un lugar seguro, donde lo coloca con cuidado en el suelo, su capacidad de sanación hará el resto)
- Hable claro Bongartz, ¿cual es su participacion en todo esto?
Epoch- Cambiante Clase Baja
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Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Las extensiones del reverendo desde afuera luchan con el fuego sin poder hacerlo retroceder, a pesar de recibir la ayuda de las gentes que hacen un alboroto. Todo esto lo presiento y lo escucho apenas, pues en mi forma de cuervo contemplo con interés la guerra que dió origen a esta catástrofe.
Dos hechiceros de esos en quienes la magia parece fluir como un poderoso torrente, se golpeaban con esa energía dando un espectáculo de poder del que yo no tenía idea. ¿Quienes eran estos personajes y por que combatían?
Nunca lo sabré, pues el vencedor de tan terrible batalla terminó por fulminarse el mismo, sellando el secreto. Horrorizado por cuanto contemplaba decidí imitar a Epoch, cuando sentí que su pulso abandonaba el teatro. En cualquier momento toda la estructura colapsará.
Encuentro al oso afuera y con cierto descaro me poso en su hombro. ¡Ha encontrado a alguien con vida!
¿Por que no me sorprende que sea un pariente de esos perros del clan Hagen?
Dos hechiceros de esos en quienes la magia parece fluir como un poderoso torrente, se golpeaban con esa energía dando un espectáculo de poder del que yo no tenía idea. ¿Quienes eran estos personajes y por que combatían?
Nunca lo sabré, pues el vencedor de tan terrible batalla terminó por fulminarse el mismo, sellando el secreto. Horrorizado por cuanto contemplaba decidí imitar a Epoch, cuando sentí que su pulso abandonaba el teatro. En cualquier momento toda la estructura colapsará.
Encuentro al oso afuera y con cierto descaro me poso en su hombro. ¡Ha encontrado a alguien con vida!
¿Por que no me sorprende que sea un pariente de esos perros del clan Hagen?
Reverend- Cambiante Clase Media
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Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Estaba contrariado, no sabia como demonios podía seguir con vida, ¿Es que acaso Dios me estaba castigando?, ya había intantado miles de maneras de morir pero ninguna funciona, ¡Vamos, ni esta ocasión en que todo era accidental!
El aire con cenizas en sus entrañas me sofocaba y a ese hombre que ahora de a poco recordaba mejor me estaba prguntando como si fuese el mismisimo Sherlock Holmes en persona -Ese detective- pensé -Pronto también metera su cuchara en esta sopa de sangre- suspiré -¿Que otra solución podía haber para que esto terminará de buena manera?, ahora creo en el cazador, debo ayudarle... de algo debe serir mi maldita y miserable vida que no se dejaba extinguir bajo ninguna amenaza- trate de levantarme aunque sea con las pocas fuerzas que me quedaban, más todo era inutil volvia a caer al suelo, golpeando mi nuca -¿Que podía hacer?- me cuestionaba, sabía perfectamente que tanto el miedoso de Spencer y el fanático religioso de Gideon en ese mismo instante tendrían su dudas respecto a su participación y su ayuda en este tremendo lío, el famoso V necesitaría manos... muchas manos.
-Ahora lo recuerdo mejor Epoch- recordando ese día tan extraño en la taberna, donde al parecer aún nadie a notado cuanto menosprecio mi condición y mi existencia -Se quién es y de lo que es capaz de hacer- le miré adolorido, la maldita sanación estaba logrando que no que no muriera en paz como tanto anhelaba... tendría que hacerlo, buscar sentido a mi vida, una vez más... de nuevo -¡Todo este asunto atañe a París en general!... no solo a un manada- exclame con coraje y a regañadientes -Si quieren servir a esto, deben de saber más que mi papel en este asunto- el cuerpo me dolía y cada vez más iba percibiendo con más claridad la vida volver a cada centimetro de mi cuerpo, lo detestaba, así como el calor infernal que todavía abrazaba la mayor parte del lugar y el pánico que veía o escuchaba en los otros -Aquí en este teatro hay algo que es más que una leyenda, un mito que alguién se ha empeñado en destruir para liberar a las miles de personas que viven influenciadas por el miedo que el difunde, en un intento desesperado por cumplir esa promesa, el liberador acabo con este lugar- comenzaba a doler menos pero aún mi voz sonaba agitada, vomo si quisiera expulsar todo ardor del pecho -Muchas razas estaban involucradas, para ser exactas solo un representante por cada una- recorde aquel descubrimiento que el extraño chico había hecho en la catedral -Ahora todos estan muertos.... pero yo sé que ese monstruo se salvo de las llamas, porque el viene del infierno tal y como lo dijo V, querrá cobrarse con manos llenas la ofensa, el liberador se a quedado sin manos y necesita detenerle antes de que el ese demonio acabe con todo París- vi fijamente al cambiaformas, las ideas venían a mí tan rápida y fugazmente, Hagen y su manada podrían ser las manos que V ecesitará para terminar con todo esto más los asuntos que complicaran todo lo que ya había acontecido, el teatro se venía abajo cada vez más rápido teníamos que irnos a un lugar seguro, pero no sin antes decirle al cambiaformas -Vayamos a un lugar seguro, reune tu que puedes a todo el Clan Hagen... esta es una guerra declarada en contra de un vampiro que ha traido de cabeza a todo París... estoy seguro que si unimos más gente, más que diez miseras existencias, Paris estará liberado- no sabía si Epoch me había comprendido y en realidad tampoco había el suficiente tiempo para analizarlo, quizpas había hablado rápido y en forma de aceertijo, pero si todos ellos querían ayudar o más allá de eso simplemente por instinto querían proteger su territorio debía hablar con todos o algunos de ese dichoso clan que aunque deteste el primer encuentro puesto que yo jamás he estado de acuerdo con mi existencia, tal vez ellos me den la pauta para una batalla más y una pequeña ayuda que podía ser la diferencia entre el que se hacia llamar V y el Fantasma de la ópera de París.
El aire con cenizas en sus entrañas me sofocaba y a ese hombre que ahora de a poco recordaba mejor me estaba prguntando como si fuese el mismisimo Sherlock Holmes en persona -Ese detective- pensé -Pronto también metera su cuchara en esta sopa de sangre- suspiré -¿Que otra solución podía haber para que esto terminará de buena manera?, ahora creo en el cazador, debo ayudarle... de algo debe serir mi maldita y miserable vida que no se dejaba extinguir bajo ninguna amenaza- trate de levantarme aunque sea con las pocas fuerzas que me quedaban, más todo era inutil volvia a caer al suelo, golpeando mi nuca -¿Que podía hacer?- me cuestionaba, sabía perfectamente que tanto el miedoso de Spencer y el fanático religioso de Gideon en ese mismo instante tendrían su dudas respecto a su participación y su ayuda en este tremendo lío, el famoso V necesitaría manos... muchas manos.
-Ahora lo recuerdo mejor Epoch- recordando ese día tan extraño en la taberna, donde al parecer aún nadie a notado cuanto menosprecio mi condición y mi existencia -Se quién es y de lo que es capaz de hacer- le miré adolorido, la maldita sanación estaba logrando que no que no muriera en paz como tanto anhelaba... tendría que hacerlo, buscar sentido a mi vida, una vez más... de nuevo -¡Todo este asunto atañe a París en general!... no solo a un manada- exclame con coraje y a regañadientes -Si quieren servir a esto, deben de saber más que mi papel en este asunto- el cuerpo me dolía y cada vez más iba percibiendo con más claridad la vida volver a cada centimetro de mi cuerpo, lo detestaba, así como el calor infernal que todavía abrazaba la mayor parte del lugar y el pánico que veía o escuchaba en los otros -Aquí en este teatro hay algo que es más que una leyenda, un mito que alguién se ha empeñado en destruir para liberar a las miles de personas que viven influenciadas por el miedo que el difunde, en un intento desesperado por cumplir esa promesa, el liberador acabo con este lugar- comenzaba a doler menos pero aún mi voz sonaba agitada, vomo si quisiera expulsar todo ardor del pecho -Muchas razas estaban involucradas, para ser exactas solo un representante por cada una- recorde aquel descubrimiento que el extraño chico había hecho en la catedral -Ahora todos estan muertos.... pero yo sé que ese monstruo se salvo de las llamas, porque el viene del infierno tal y como lo dijo V, querrá cobrarse con manos llenas la ofensa, el liberador se a quedado sin manos y necesita detenerle antes de que el ese demonio acabe con todo París- vi fijamente al cambiaformas, las ideas venían a mí tan rápida y fugazmente, Hagen y su manada podrían ser las manos que V ecesitará para terminar con todo esto más los asuntos que complicaran todo lo que ya había acontecido, el teatro se venía abajo cada vez más rápido teníamos que irnos a un lugar seguro, pero no sin antes decirle al cambiaformas -Vayamos a un lugar seguro, reune tu que puedes a todo el Clan Hagen... esta es una guerra declarada en contra de un vampiro que ha traido de cabeza a todo París... estoy seguro que si unimos más gente, más que diez miseras existencias, Paris estará liberado- no sabía si Epoch me había comprendido y en realidad tampoco había el suficiente tiempo para analizarlo, quizpas había hablado rápido y en forma de aceertijo, pero si todos ellos querían ayudar o más allá de eso simplemente por instinto querían proteger su territorio debía hablar con todos o algunos de ese dichoso clan que aunque deteste el primer encuentro puesto que yo jamás he estado de acuerdo con mi existencia, tal vez ellos me den la pauta para una batalla más y una pequeña ayuda que podía ser la diferencia entre el que se hacia llamar V y el Fantasma de la ópera de París.
Alex Bongartz- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 22/04/2012
Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Orias estaba entre las llamas desconcertado por el gran golpe que se había dado con él muro y el arco, para su desdicha para él no había más salida, todas estaban con tablas caídas de aquí a allá, el aire se acababa y se extinguía cada vez más rápido y aunque el estaba muerto sabía más que nadie que el fuego para los de su condición era letal.
Trato de caminar en medio de ese panoraba lugubre e impregnado del olor de la muerte, ese olor tan extraño que a lo lejos veía que era de un animal completamente inherte, era es a quién con su miserable arco habí intentado ayudar -¿Porque no utilice otra cosa?- se cuestionaba, teniendo tantas habilidades como inmortal se limitaba a seguir pareciendo un completo humano, ironico después de siglos -Quizás eso orillo a Leviathán a tratar de terminar con el famtasma la primera vez- Orias fue su maestro y siempre trato de guardar las apariencias, aparentar ser un humano cuando en realidad era de la misma estirpe que una vez le arrebato su mundo cuando sus padres perecieron entre colmillos -Intente ser su padre, un padre sustituto- la culpa le estaba asfixiando más que el mismo humo de ese lugar ¿Como era posible que en medio de un terreno cubierto de incertidumbre se podía dar golpes de pecho?, bueno Orias no encontraba salida, y sabía que tal como ese cuerpo que estaba frente a sus ojos castaños ññegaría su momento.
¿Y que podía hacer un hombre como él , mientras veía que la muerte se le venía encima de manera lenta y precautoria?, en un principio analizo sus posibilidades, una forma para poder salir de ese infierno pero todo intento fue inutil, cada intento nuevo, una parte de sue cuerpo se quemaba, después decidio rezar, escuchar de verdad el milagro de una voz... ya nadie estaba en el lugar, la guerra esta inconclusa y no terminaría en ese lugar, decidio empezar a pedir perdón y al ver que su compromiso ya no sería cumplido, que no vovlvería a ver a su joven entrenado, a Leviathán Shadow, su hijo adoptivo, el hijo que el propio destino y la naturaleza le prohibio, saco de su saco ya completamente desehecho un papel, era un sobre sellado y con nombre en letras antiguas que llamaba al cazador -Lo siento- susurro, bajando la cabeza y sintiendo con una de sus manos el suelo caliente intento ponerse en pie, mientras tanto la otra mano sostenía con fuerza esa extraña nota que jamás sería entregada en manos de su aprendiz, esperaba el propi destino se encargará de entregarla.
Un sonido se escucho entre las columnas tambaleantes, las pisadas fuertes y llenas de rabia y fuerza permanecían latentes encima de su cabeza, como todo instinto levanto la vista y casi por inercia su cuerpo delgado se puso en pie, en un principio pensó se trataba de ayuda, a penas detectaba el olor de sangre fresca y a cambiaformas pero estaban demasiado lejos... de esa amenza solo escucho una ligera risa, malevola, perversa, como celebrando la victoria sobre algo o sobre Orias.
Las llamas le impedían la ver con claridad, los ojos se lastimaban con la intensidad de la luz, ningún olor aparente gobernaba en el aire y las pisadas, las risas dejaron de escucharse como un gran eco amenazante.
Cogió su arco, para su desgracia ya no tenía flechas, todas se desperdiciaron en el momento en que intento fallidamente salir de ese circulo sofocante -Muy bien esta vez utilizare mis habilidades que el mismo demonio me dio- solo había un pequeño detalle, jamás las utilizó, seguía en el oficio de cazador hasta esos, ya sus siglos de existencia, fue lo peor, creerse un humano cuando a pesar de todo mataba para vivir.
Retrocedio unos pasos y en la oscuridad de ese muro que le golpeo la cabeza, unas manos heladas, empezaron a estrangularle, con fuerza, decía cosas pero Orias ya no las podía detetectar, no entedía ya el significado, salvo de lo último que pensó -Intente dar aviso a Leviathán, espero que sea más rápido que la Corte de los...- el aire se acabo, la cartacae al piso sin que el ser se de cuenta, el cuello trono como laas maderas que se envolvian sin su permiso en el fuego.
Orias ya no siente lo que esta pasando con él, esta muerto y con los ojos abiertos fijamente...
Una furia incontrolable de su asesino le desangra por completo, ese ser saborea su sangre, se ríe pero Volac, ese vampiro que no sintio su muerte ni su eternidad venir hace miles de años ya no escuchaba, ya no pudo defenderse de lo que se le coloco en las orbes abiertas y no fueron sus parpados los que le dieron la oscuridad eterna, ni siquiera podía aferrarse a la madera mientras lo arrastraban dejando un camino de tenúe y poca sangre, el ultimo destino que permancía incierto para su fantasma si es que lo había, para el recuerdo, si es que su alumno se llegaba a enterar que Orias hizo hasta lo imposible por ayudar y avisar de la amenaza eminente de una corte de Búhos, si es que el enmascarado, del cual conocío su bella y juvenil cara podía perdonar y recorda... finalmente también el misterio se posaba para su cuerpo yacido muerto que no iba a recibir una sepultura, sino digna de un campo santo por lo menos en las zonas alejadas como el siempre el vampiro -Humano soño.
¿Que motivo tuvieron para asesinarle, su muerte servirá de algo para quién lo hizo?
Trato de caminar en medio de ese panoraba lugubre e impregnado del olor de la muerte, ese olor tan extraño que a lo lejos veía que era de un animal completamente inherte, era es a quién con su miserable arco habí intentado ayudar -¿Porque no utilice otra cosa?- se cuestionaba, teniendo tantas habilidades como inmortal se limitaba a seguir pareciendo un completo humano, ironico después de siglos -Quizás eso orillo a Leviathán a tratar de terminar con el famtasma la primera vez- Orias fue su maestro y siempre trato de guardar las apariencias, aparentar ser un humano cuando en realidad era de la misma estirpe que una vez le arrebato su mundo cuando sus padres perecieron entre colmillos -Intente ser su padre, un padre sustituto- la culpa le estaba asfixiando más que el mismo humo de ese lugar ¿Como era posible que en medio de un terreno cubierto de incertidumbre se podía dar golpes de pecho?, bueno Orias no encontraba salida, y sabía que tal como ese cuerpo que estaba frente a sus ojos castaños ññegaría su momento.
¿Y que podía hacer un hombre como él , mientras veía que la muerte se le venía encima de manera lenta y precautoria?, en un principio analizo sus posibilidades, una forma para poder salir de ese infierno pero todo intento fue inutil, cada intento nuevo, una parte de sue cuerpo se quemaba, después decidio rezar, escuchar de verdad el milagro de una voz... ya nadie estaba en el lugar, la guerra esta inconclusa y no terminaría en ese lugar, decidio empezar a pedir perdón y al ver que su compromiso ya no sería cumplido, que no vovlvería a ver a su joven entrenado, a Leviathán Shadow, su hijo adoptivo, el hijo que el propio destino y la naturaleza le prohibio, saco de su saco ya completamente desehecho un papel, era un sobre sellado y con nombre en letras antiguas que llamaba al cazador -Lo siento- susurro, bajando la cabeza y sintiendo con una de sus manos el suelo caliente intento ponerse en pie, mientras tanto la otra mano sostenía con fuerza esa extraña nota que jamás sería entregada en manos de su aprendiz, esperaba el propi destino se encargará de entregarla.
Un sonido se escucho entre las columnas tambaleantes, las pisadas fuertes y llenas de rabia y fuerza permanecían latentes encima de su cabeza, como todo instinto levanto la vista y casi por inercia su cuerpo delgado se puso en pie, en un principio pensó se trataba de ayuda, a penas detectaba el olor de sangre fresca y a cambiaformas pero estaban demasiado lejos... de esa amenza solo escucho una ligera risa, malevola, perversa, como celebrando la victoria sobre algo o sobre Orias.
Las llamas le impedían la ver con claridad, los ojos se lastimaban con la intensidad de la luz, ningún olor aparente gobernaba en el aire y las pisadas, las risas dejaron de escucharse como un gran eco amenazante.
Cogió su arco, para su desgracia ya no tenía flechas, todas se desperdiciaron en el momento en que intento fallidamente salir de ese circulo sofocante -Muy bien esta vez utilizare mis habilidades que el mismo demonio me dio- solo había un pequeño detalle, jamás las utilizó, seguía en el oficio de cazador hasta esos, ya sus siglos de existencia, fue lo peor, creerse un humano cuando a pesar de todo mataba para vivir.
Retrocedio unos pasos y en la oscuridad de ese muro que le golpeo la cabeza, unas manos heladas, empezaron a estrangularle, con fuerza, decía cosas pero Orias ya no las podía detetectar, no entedía ya el significado, salvo de lo último que pensó -Intente dar aviso a Leviathán, espero que sea más rápido que la Corte de los...- el aire se acabo, la cartacae al piso sin que el ser se de cuenta, el cuello trono como laas maderas que se envolvian sin su permiso en el fuego.
Orias ya no siente lo que esta pasando con él, esta muerto y con los ojos abiertos fijamente...
Una furia incontrolable de su asesino le desangra por completo, ese ser saborea su sangre, se ríe pero Volac, ese vampiro que no sintio su muerte ni su eternidad venir hace miles de años ya no escuchaba, ya no pudo defenderse de lo que se le coloco en las orbes abiertas y no fueron sus parpados los que le dieron la oscuridad eterna, ni siquiera podía aferrarse a la madera mientras lo arrastraban dejando un camino de tenúe y poca sangre, el ultimo destino que permancía incierto para su fantasma si es que lo había, para el recuerdo, si es que su alumno se llegaba a enterar que Orias hizo hasta lo imposible por ayudar y avisar de la amenaza eminente de una corte de Búhos, si es que el enmascarado, del cual conocío su bella y juvenil cara podía perdonar y recorda... finalmente también el misterio se posaba para su cuerpo yacido muerto que no iba a recibir una sepultura, sino digna de un campo santo por lo menos en las zonas alejadas como el siempre el vampiro -Humano soño.
¿Que motivo tuvieron para asesinarle, su muerte servirá de algo para quién lo hizo?
Orias Volac- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 02/04/2013
Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Selena en mi guarida, inconsciente casi a punto de que la muerte me la arrebatará y allá arriba aún tenían todo un baile de sangre que no la dejaba descansar.
Con los ropajes rotos, de algunas partes quemado de nuevo por el maldito fuego, observaba a esa mortal debatirse entre la vida y el amo a quién servía -¡Necesita descanso, con un demonio!- fije mis ojos carmín en el agrietado y empedrado techo de mi cueva -Y yo necesito un muerto...necesito sangre y jugar con el cuerpo después- era tanta la furia, la impotencia que me había dejado ese mal nacido de Leviathán que mi sed incremento, ¿Pero a quién castigaría por su insolencia de otros cuantos?, mire a la joven reposar para que sus pétalos se regeneraran, contemple con cuidado su cuello y su yugular -¡No!- retire de mi mente toda pretensión perturbadora, cuando los poderes infernales servían de nuevo a su amo, eran más fieles y letales que los que podía tener si fuera un vampiro cualquiera... Podía escuchar el pensamiento de alguien, se lamentaba, se daba casi un tiro de gracia por no poder pedir perdón ¿Al cazador?
-Interesante- una sonrisa maliciosa pareció escaparse de mis labios -Un vampiro que busca el perdón de un cazador y que a su vez lo quiere como un hijo- musité pensativo -Leviathán es resentido pero le dolerá hasta el alma perder a su padre adoptivo- algunas carcajadas de matices diferentes salieron de mi boca, haciendo eco en ese enorme palacio, mi palacio hecho de piedra -Yo vigilaré tu sueño Selena, mandando a otros a dormir para siempre- le abrigue con las pocas sábanas que cobijaban esa cama de tintes como la noches sin luna y sin estrellas -Volveré pronto- le advertí aunque sabía perfectamente que no me escuchaba.
Al subir quería huir de esas llamas tan poderosas, su luz lastimaba mis ojos, más que al cazador incluso odiaba ese anaranjado que dejaba a la luz todas las escorias y el repudio de toda la sociedad, para que mis ropajes no se terminaran hechos en cenizas escale por las tramoyeras donde el fuego apenas estaba debilitando las maderas y otras ya habían caído sobre cuerpos o dejándolos en un diminuto espacio, eran como los condenados a la hoguera... que delicioso espectáculo.
Seguí caminando y encontré a ese maldito mago de segunda asesinarse por su propia mano, su mente sí que estaba retorcida y aún así logro convencerme de que Devora hiciera sus fechorías, ofreciéndome a Leviathán como recompensa -El ángel de la muerte lo condena al infierno- tome unas cuantas maderas pesadas -Pagaras por la imbécil de Devora que al igual que tú me vio la cara- murmure desde las alturas ansioso por ver como las tablas le quitaban su patética y miserable vida -Sufrirás por verle la cara al demonio... cucaracha- pero cuando estaba a punto de arrojar el cúmulo de maderas otra más grande cayó al desprenderse del techo -Bueno- me dije al ver la madera en llamas y de aparente peso inaguantable para un humano moribundo, retorciéndose en el suelo y aunque el fuego estaba presente hice el mayor de mis esfuerzos, lo tome con mis manos que sentían el calor y simplemente lo deje caer -¡Oh!- exclame desde el hueco que había de penumbras -Me estaba quemando, lo siento... cucaracha- solté un par de carcajadas fuertes y siniestras, mis ojos se deleitaban, su liquido carmesí se empezó a derramar, pero poco duro mi gusto pues inmediatamente todo el cuerpo se prendió empezando a dejar cenizas -¡Créeme ya te acostumbraras al calor!- dulce venganza, supongo.
Fui siguiendo el olor al sufrimiento ajeno, como me gustaba y más si se trataba de alguien vinculado con Shadow, mientras caminaba cuidándome del fuego y esquivando los materiales costosos y baratos de mi teatro que se venían abajo, solo iba pensando ¿Que haría con lo que quedará del desdichado?, no muy lejos de llegar hacia donde él estaba, donde el calor había aumentado en la planta baja, allí donde antes hubo butacas y amantes del arte se me ocurrió la manera de castigar al cazador y de avisar a todo París que esta vez habían llegado a un punto sin retorno.
Contemple desde la oscuridad al hombre que imploraba el nombre de ese mal nacido, como rezaba, como intentaba escapar de un lugar donde ya no había más que llamas al frente suyo y la sombra de la muerte detrás -Lo que me faltaba- me mofe de su actitud -Otro vampiro creyéndose humano, ¿Que ya no los harán con esa maldad pura?, flechas y un arco que estupidez, ya veo de donde el cazador saco la cabeza completamente hueca -Ven a mí- utilicé el único poder que se fue otorgado por mi creador sabiamente, ese que consistía en manejar la mente del otro a mi antojo -Yo pienses, no podrás salir... estás muerto- le dictaba en su cabeza -Pero para que la agonía sea más lenta, ve al muro detrás tuyo, aún hay oscuridad- así ese que aparentaba ser joven, que estaba asustado, afligido y con sentimientos de culpa fue retorciendo, con pasos tímidos hacia atrás lentamente, mis brazos y mis manos se estiraron lo suficiente para alcanzar su cuello.
-Buenas noches, honorable caballero- la muerte siempre es cortes -No, no se atreva voltear o se romperá el cuello- sonreí amenazante -Sabe, usted hubiera salido bien librado de este asunto pero... los pensamientos sí, los pensamientos son... como decirlo, la desnudez del alma- comentaba malicioso –Yo te escuche, pronunciaste su nombre entre inútiles oraciones e interminables lloriqueos y ese… ese mi querido vampiro fue tu error- suspiré tomando calma suficiente, un momento de gran placer –Me gustaría hacer tantas cosas con tu “hijo”, es un niño malcriado, reto a la muerte y ella no olvida- reí con hipocresía –Los niños no solo se traen al mundo, no solo se adoptan para dejarlos luego, se hacen malos, se convierten en monstruos como yo, como él- respiré mientras intentaba dejar la preocupación por el fuego, más cuando me di cuenta este ya había crecido, no tardaría mucho en llegar hasta nosotros –La culpa no es siempre del cordero.. sino del pastor, se te escapo tu oveja, reto al lobo y el pastor merece un escarmiento- deje de apretar su cuello y más cuando sentí sus manos forzando las mías –Un escarmiento en el que deba ser sacrificado para que el cordero se siente terriblemente culpable, para que todos los demás rebaños y pastores sepan que por su impertinencia el lobo esta terriblemente enojado- me acerque a su oido y entonces murmure –Nos vemos en el infierno- con fuerza gire su cuello hasta que un pequeño sonido de sus huesos se hizo presente y su respiración agitada dejo de escucharse, empuje el cuerpo al piso y de la manga saque una estaca, el único recuerdo que me dejo el cazador la noche anterior.
-¡Maldito bastardo!- exclame dejando caer con mis manos fielmente aferradas al arma en el cuerpo del vampiro muerto, una y otra vez, sin parar, con tanta rabia que ni yo mismo se que tantas maldiciones dije en tan solo un instante, la sangre que probablemente consumió esa misma noche, empezó a derramarse por las profundas heridas que le hice por doquier -¡Púdrete en el infierno Leviathán Shadow! ¡Me encargaré de ti y yo mismo te entregaré a las puertas de la oscuridad!- pare mientras mis ojos veían complacidamente el liquido colorear el piso, mis guantes rotos, mismos que lleve a la boca, probando con la lengua un poco de ella –Dulce placer de los dioses- dije saboreándola, contemple los alrededores y entonces el silencio y yo reinábamos el lugar. La guerra iniciada por el cazador había concluido, escuchaba voces a lo lejos, pero también se retiraron con un herido –También ustedes recibirán su castigo- susurré –Pero será de una forma completamente magistral, mejor que esto- me refería al cuerpo que sin más me lo lleve arrastrando por el suelo, procurando que se quemará un poco mientas yo permanecía a salvo de la escasa sombra, llevaba en los ojos dos monedas de oro, mañas mías que suelo hacer con mis victimas, sin embargo se las retire para subirlo hasta el único vitral que permanecía intacto, preparé la soga que llevaba desde la guarida oculta en l gabardina, hice un nudo y so lo coloque en el alrededor de su cuello roto y sucio de sangre, lo colgué de una viga que permanecía tibia pero estable y antes de lanzarlo para que formara parte de mi nueva fachada, le clave la daga justo en el corazón –Ah y otra cosa- saque las monedas de la bolsa del mi ropaje –Tu propina por… enviar mi mensaje a Leviathán, Montserrat, los sobrevivientes, los que se quieran entrometer en el asunto a partir de esta noche y a todo París, que estarán invitados a un baile inolvidable, al baile de la muerte roja, en honor de lo único valioso en cada pútrido ser de este país… la sangre- y sin un nada más que argumentar guarde las monedas en la solapa de su traje, empujándolo con todas mis fuerzas hacia el vidrio que se cayó a pedazos, mientras disfrutaba de los gritos que todos los espectadores en las aceras y los que ayudaban a controlar el fuego –El mejor réquiem para el fantasma- retorne hacia la cueva, procurando hubiese sombras, llevaba una sonrisa victoriosa en el rostro, mostrando la ansiedad por ejecutar mis últimas cartas que me llevarán a la muerte de Shadow y de sus aliados.
Con los ropajes rotos, de algunas partes quemado de nuevo por el maldito fuego, observaba a esa mortal debatirse entre la vida y el amo a quién servía -¡Necesita descanso, con un demonio!- fije mis ojos carmín en el agrietado y empedrado techo de mi cueva -Y yo necesito un muerto...necesito sangre y jugar con el cuerpo después- era tanta la furia, la impotencia que me había dejado ese mal nacido de Leviathán que mi sed incremento, ¿Pero a quién castigaría por su insolencia de otros cuantos?, mire a la joven reposar para que sus pétalos se regeneraran, contemple con cuidado su cuello y su yugular -¡No!- retire de mi mente toda pretensión perturbadora, cuando los poderes infernales servían de nuevo a su amo, eran más fieles y letales que los que podía tener si fuera un vampiro cualquiera... Podía escuchar el pensamiento de alguien, se lamentaba, se daba casi un tiro de gracia por no poder pedir perdón ¿Al cazador?
-Interesante- una sonrisa maliciosa pareció escaparse de mis labios -Un vampiro que busca el perdón de un cazador y que a su vez lo quiere como un hijo- musité pensativo -Leviathán es resentido pero le dolerá hasta el alma perder a su padre adoptivo- algunas carcajadas de matices diferentes salieron de mi boca, haciendo eco en ese enorme palacio, mi palacio hecho de piedra -Yo vigilaré tu sueño Selena, mandando a otros a dormir para siempre- le abrigue con las pocas sábanas que cobijaban esa cama de tintes como la noches sin luna y sin estrellas -Volveré pronto- le advertí aunque sabía perfectamente que no me escuchaba.
Al subir quería huir de esas llamas tan poderosas, su luz lastimaba mis ojos, más que al cazador incluso odiaba ese anaranjado que dejaba a la luz todas las escorias y el repudio de toda la sociedad, para que mis ropajes no se terminaran hechos en cenizas escale por las tramoyeras donde el fuego apenas estaba debilitando las maderas y otras ya habían caído sobre cuerpos o dejándolos en un diminuto espacio, eran como los condenados a la hoguera... que delicioso espectáculo.
Seguí caminando y encontré a ese maldito mago de segunda asesinarse por su propia mano, su mente sí que estaba retorcida y aún así logro convencerme de que Devora hiciera sus fechorías, ofreciéndome a Leviathán como recompensa -El ángel de la muerte lo condena al infierno- tome unas cuantas maderas pesadas -Pagaras por la imbécil de Devora que al igual que tú me vio la cara- murmure desde las alturas ansioso por ver como las tablas le quitaban su patética y miserable vida -Sufrirás por verle la cara al demonio... cucaracha- pero cuando estaba a punto de arrojar el cúmulo de maderas otra más grande cayó al desprenderse del techo -Bueno- me dije al ver la madera en llamas y de aparente peso inaguantable para un humano moribundo, retorciéndose en el suelo y aunque el fuego estaba presente hice el mayor de mis esfuerzos, lo tome con mis manos que sentían el calor y simplemente lo deje caer -¡Oh!- exclame desde el hueco que había de penumbras -Me estaba quemando, lo siento... cucaracha- solté un par de carcajadas fuertes y siniestras, mis ojos se deleitaban, su liquido carmesí se empezó a derramar, pero poco duro mi gusto pues inmediatamente todo el cuerpo se prendió empezando a dejar cenizas -¡Créeme ya te acostumbraras al calor!- dulce venganza, supongo.
Fui siguiendo el olor al sufrimiento ajeno, como me gustaba y más si se trataba de alguien vinculado con Shadow, mientras caminaba cuidándome del fuego y esquivando los materiales costosos y baratos de mi teatro que se venían abajo, solo iba pensando ¿Que haría con lo que quedará del desdichado?, no muy lejos de llegar hacia donde él estaba, donde el calor había aumentado en la planta baja, allí donde antes hubo butacas y amantes del arte se me ocurrió la manera de castigar al cazador y de avisar a todo París que esta vez habían llegado a un punto sin retorno.
Contemple desde la oscuridad al hombre que imploraba el nombre de ese mal nacido, como rezaba, como intentaba escapar de un lugar donde ya no había más que llamas al frente suyo y la sombra de la muerte detrás -Lo que me faltaba- me mofe de su actitud -Otro vampiro creyéndose humano, ¿Que ya no los harán con esa maldad pura?, flechas y un arco que estupidez, ya veo de donde el cazador saco la cabeza completamente hueca -Ven a mí- utilicé el único poder que se fue otorgado por mi creador sabiamente, ese que consistía en manejar la mente del otro a mi antojo -Yo pienses, no podrás salir... estás muerto- le dictaba en su cabeza -Pero para que la agonía sea más lenta, ve al muro detrás tuyo, aún hay oscuridad- así ese que aparentaba ser joven, que estaba asustado, afligido y con sentimientos de culpa fue retorciendo, con pasos tímidos hacia atrás lentamente, mis brazos y mis manos se estiraron lo suficiente para alcanzar su cuello.
-Buenas noches, honorable caballero- la muerte siempre es cortes -No, no se atreva voltear o se romperá el cuello- sonreí amenazante -Sabe, usted hubiera salido bien librado de este asunto pero... los pensamientos sí, los pensamientos son... como decirlo, la desnudez del alma- comentaba malicioso –Yo te escuche, pronunciaste su nombre entre inútiles oraciones e interminables lloriqueos y ese… ese mi querido vampiro fue tu error- suspiré tomando calma suficiente, un momento de gran placer –Me gustaría hacer tantas cosas con tu “hijo”, es un niño malcriado, reto a la muerte y ella no olvida- reí con hipocresía –Los niños no solo se traen al mundo, no solo se adoptan para dejarlos luego, se hacen malos, se convierten en monstruos como yo, como él- respiré mientras intentaba dejar la preocupación por el fuego, más cuando me di cuenta este ya había crecido, no tardaría mucho en llegar hasta nosotros –La culpa no es siempre del cordero.. sino del pastor, se te escapo tu oveja, reto al lobo y el pastor merece un escarmiento- deje de apretar su cuello y más cuando sentí sus manos forzando las mías –Un escarmiento en el que deba ser sacrificado para que el cordero se siente terriblemente culpable, para que todos los demás rebaños y pastores sepan que por su impertinencia el lobo esta terriblemente enojado- me acerque a su oido y entonces murmure –Nos vemos en el infierno- con fuerza gire su cuello hasta que un pequeño sonido de sus huesos se hizo presente y su respiración agitada dejo de escucharse, empuje el cuerpo al piso y de la manga saque una estaca, el único recuerdo que me dejo el cazador la noche anterior.
-¡Maldito bastardo!- exclame dejando caer con mis manos fielmente aferradas al arma en el cuerpo del vampiro muerto, una y otra vez, sin parar, con tanta rabia que ni yo mismo se que tantas maldiciones dije en tan solo un instante, la sangre que probablemente consumió esa misma noche, empezó a derramarse por las profundas heridas que le hice por doquier -¡Púdrete en el infierno Leviathán Shadow! ¡Me encargaré de ti y yo mismo te entregaré a las puertas de la oscuridad!- pare mientras mis ojos veían complacidamente el liquido colorear el piso, mis guantes rotos, mismos que lleve a la boca, probando con la lengua un poco de ella –Dulce placer de los dioses- dije saboreándola, contemple los alrededores y entonces el silencio y yo reinábamos el lugar. La guerra iniciada por el cazador había concluido, escuchaba voces a lo lejos, pero también se retiraron con un herido –También ustedes recibirán su castigo- susurré –Pero será de una forma completamente magistral, mejor que esto- me refería al cuerpo que sin más me lo lleve arrastrando por el suelo, procurando que se quemará un poco mientas yo permanecía a salvo de la escasa sombra, llevaba en los ojos dos monedas de oro, mañas mías que suelo hacer con mis victimas, sin embargo se las retire para subirlo hasta el único vitral que permanecía intacto, preparé la soga que llevaba desde la guarida oculta en l gabardina, hice un nudo y so lo coloque en el alrededor de su cuello roto y sucio de sangre, lo colgué de una viga que permanecía tibia pero estable y antes de lanzarlo para que formara parte de mi nueva fachada, le clave la daga justo en el corazón –Ah y otra cosa- saque las monedas de la bolsa del mi ropaje –Tu propina por… enviar mi mensaje a Leviathán, Montserrat, los sobrevivientes, los que se quieran entrometer en el asunto a partir de esta noche y a todo París, que estarán invitados a un baile inolvidable, al baile de la muerte roja, en honor de lo único valioso en cada pútrido ser de este país… la sangre- y sin un nada más que argumentar guarde las monedas en la solapa de su traje, empujándolo con todas mis fuerzas hacia el vidrio que se cayó a pedazos, mientras disfrutaba de los gritos que todos los espectadores en las aceras y los que ayudaban a controlar el fuego –El mejor réquiem para el fantasma- retorne hacia la cueva, procurando hubiese sombras, llevaba una sonrisa victoriosa en el rostro, mostrando la ansiedad por ejecutar mis últimas cartas que me llevarán a la muerte de Shadow y de sus aliados.
Phantom Nocte- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/12/2011
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Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Las sensaciones eran nítidas, quizás demasiado, aún borroso podía contemplar la desesperación de miles de cristianos tratando de apagar el fuego y otros más tratando de ayudarnos, pero ellos, los que habían entrado al lugar en aras de ayudar los alejaban de nosotros como si fuesen moscas que estuviesen encima de carne fresca.
En un eco muy distante, podía escuchar sus voces, percibía como Epoch me exigía respuestas -Maldito cambiaformas- pensaba en medio del ardor que provocaban las heridas que aun permanecían abiertas -Pero ya te arrepentirás, ya veré la forma de quitarme la vida... ¡Arruinaste mi anhelada muerte!- entre más exclamaba interiormente, más aumentaban mis dolores, solo me quedaba esperar a que mi endemoniada naturaleza se encargara de disiparlos y dejarme en el estado deplorablemente maldecido de siempre.
Podía decir que ni cerrando los ojos venía la calma, pues de inmediato llegaban escenas de la decena trágica, todo un recuento se escribía en mi interior, convirtiéndolos en torrente de sueños que en conjunto formaban una sola pesadilla, donde la única salida era marcada por la máscara... la máscara rara e inquietante que desenmascaraba otra frente a propios y extraños, fue de repente que una sensación pareció tranquilizarme al verle hundido entre recuerdos dispersos -Él puede- me oía susurrar en la realidad -Y nosotros tenemos que seguir con el plan- mencionaba entre los delirios, mismos que provocaban que cientos de gotas empapaban mi frente, mis manos y mi espalda -Pero ellos...- seguía reacomodando los recuerdos y reconociendo rostros, algunos que solo fueron vistos de manera casual, otros yacidos muertos que encontraba mientras estaba tratando de defender a los míos -Spencer- susurre el nombre del chico de gran estatura pero de diminuta valentía -Gideon- mencione al recordar las cuentas de ese rosario que al igual que su dueño había trascendido a través de los siglos y sin embargo continuaba exactamente igual y entonces la duda que me tomo por sorpresa obligo a despertarme del doloroso recuerdo -¿ si ellos habían desistido de seguir en el juego?- mi mirada abierta no se dirigió a ninguna mirada, simplemente se limito a contemplar las estrellas, aferrándome al cielo para no perder la fe como seguramente ellos, que habían sobrevivido la habían perdido... como yo la perdí la noche anterior, ahora sabía que el enmascarado estaba solo y si él lo estaba París estaba destinada a irse al infierno completamente sola.
Con el dolor en los costados me puse en pie, aborreciendo cada vez más m suerte, pero por otro lado viéndolo desde una perspectiva extrañamente positiva en mí, quizás había sobrevivido para ayudar a “V” en sustitución de las piezas perdidas del ajedrez, quizás ahora yo debía de encargarme en buscar sus remplazos, pensando esto por minutos no dije más, no importaba si Epoch seguía exigiéndome lo que este público dominado por el pánico no podía escuchar, muy pronto me convencí que por mucho que los odiase aunque no sabía bien porque, si era porque al final me salvaron o porque son la viva imagen de lo que yo no me resigno a ser eran la única alternativa, debía considerar que esos clanes eran numerosos y aunque el enemigo solo era un vampiro, este contaba como diez más de su tipo –No tengo alternativa- concluí interiormente.
Pronto mi mirada se conecto con la de Epoch y en breve con los otros –Esto, lo que ha pasado tiene un trasfondo más oscuro de lo que parece-dije firmemente –Pero este asunto no se puede hablar a la ligera y menos en un lugar donde la sangre fluye y la muerte va y viene por almas, no puede escuchar que conspiramos para que sus alas no cubran todo París, en un cinco de noviembre que cada vez está más próximo- suspire profundamente –Hermanos- dije dolidamente –Necesito de ustedes y de todos los con… de todos los que sean de nuestra raza o de otras- el silencio entonces se adueño de nuestro espacio, nadie entendía o quizás comprendieron que esto iba más allá de lo que un cumulo de personas normales debían saber, aún con mis heridas camine siguiéndolos por detrás… sigilosamente poco a poco nos fuimos alejando del teatro en llamas donde las voces fueron silenciadas, las vidas fueron apagadas, las dudas mataron a unos, las ambiciones y las cargas de nuestras existencias que nos hacían seres miserables terminaron exterminando sueños y conclusiones que se debieron tomar a consideración cuando aún había tiempo, donde la confusión entre hacer el bien y el valor para dar todo sea mucho o poco para terminar con el falso representante de la muerte que mantiene encadenado entre las sombras a París nos condujo al camino de espinas que nos espera a partir de esta noche y que seguramente se complicara porque ojos y extensiones disfrazadas de ovejas acechan desde las montañas y que ahora aprovecharan para clavar sus garras y asfixiarnos hasta dejarnos en el último suspiro que nos llevara al cementerio de la ignorancia…
En cuanto a los sobrevivientes solo nos queda luchar de frente contra nuestros propios medios, si queremos sobrevivir en el infierno al que hemos ingresado, donde el tiempo no apremiara nuestros fracasos y titubeos , que como retante nos mostrará lo que no queremos ver, nos dará puñaladas donde más nos duele y es ahí donde se verá si “V” acertó al tener fe en simples seres que con todas sus fuerzas y mi en fondo odian ser quienes son… reunió a historias trágicas, aunque la pregunta sigue al aire ¿Para qué, será acaso para entender su propia tragedia que habita tras su máscara?
En un mes que aunque se oye mucho es poco, sé que las dudas se despejaran y que nuevos enemigos vendrán en nuestra búsqueda pero mientras ellos llegan, nosotros, los caídos tenemos que luchar con enemigo mucho peor que cualquiera… que aniquila y envenena… nosotros mismos y la sombra de los que hoy perdimos en el teatro de la tragedia.
En un eco muy distante, podía escuchar sus voces, percibía como Epoch me exigía respuestas -Maldito cambiaformas- pensaba en medio del ardor que provocaban las heridas que aun permanecían abiertas -Pero ya te arrepentirás, ya veré la forma de quitarme la vida... ¡Arruinaste mi anhelada muerte!- entre más exclamaba interiormente, más aumentaban mis dolores, solo me quedaba esperar a que mi endemoniada naturaleza se encargara de disiparlos y dejarme en el estado deplorablemente maldecido de siempre.
Podía decir que ni cerrando los ojos venía la calma, pues de inmediato llegaban escenas de la decena trágica, todo un recuento se escribía en mi interior, convirtiéndolos en torrente de sueños que en conjunto formaban una sola pesadilla, donde la única salida era marcada por la máscara... la máscara rara e inquietante que desenmascaraba otra frente a propios y extraños, fue de repente que una sensación pareció tranquilizarme al verle hundido entre recuerdos dispersos -Él puede- me oía susurrar en la realidad -Y nosotros tenemos que seguir con el plan- mencionaba entre los delirios, mismos que provocaban que cientos de gotas empapaban mi frente, mis manos y mi espalda -Pero ellos...- seguía reacomodando los recuerdos y reconociendo rostros, algunos que solo fueron vistos de manera casual, otros yacidos muertos que encontraba mientras estaba tratando de defender a los míos -Spencer- susurre el nombre del chico de gran estatura pero de diminuta valentía -Gideon- mencione al recordar las cuentas de ese rosario que al igual que su dueño había trascendido a través de los siglos y sin embargo continuaba exactamente igual y entonces la duda que me tomo por sorpresa obligo a despertarme del doloroso recuerdo -¿ si ellos habían desistido de seguir en el juego?- mi mirada abierta no se dirigió a ninguna mirada, simplemente se limito a contemplar las estrellas, aferrándome al cielo para no perder la fe como seguramente ellos, que habían sobrevivido la habían perdido... como yo la perdí la noche anterior, ahora sabía que el enmascarado estaba solo y si él lo estaba París estaba destinada a irse al infierno completamente sola.
Con el dolor en los costados me puse en pie, aborreciendo cada vez más m suerte, pero por otro lado viéndolo desde una perspectiva extrañamente positiva en mí, quizás había sobrevivido para ayudar a “V” en sustitución de las piezas perdidas del ajedrez, quizás ahora yo debía de encargarme en buscar sus remplazos, pensando esto por minutos no dije más, no importaba si Epoch seguía exigiéndome lo que este público dominado por el pánico no podía escuchar, muy pronto me convencí que por mucho que los odiase aunque no sabía bien porque, si era porque al final me salvaron o porque son la viva imagen de lo que yo no me resigno a ser eran la única alternativa, debía considerar que esos clanes eran numerosos y aunque el enemigo solo era un vampiro, este contaba como diez más de su tipo –No tengo alternativa- concluí interiormente.
Pronto mi mirada se conecto con la de Epoch y en breve con los otros –Esto, lo que ha pasado tiene un trasfondo más oscuro de lo que parece-dije firmemente –Pero este asunto no se puede hablar a la ligera y menos en un lugar donde la sangre fluye y la muerte va y viene por almas, no puede escuchar que conspiramos para que sus alas no cubran todo París, en un cinco de noviembre que cada vez está más próximo- suspire profundamente –Hermanos- dije dolidamente –Necesito de ustedes y de todos los con… de todos los que sean de nuestra raza o de otras- el silencio entonces se adueño de nuestro espacio, nadie entendía o quizás comprendieron que esto iba más allá de lo que un cumulo de personas normales debían saber, aún con mis heridas camine siguiéndolos por detrás… sigilosamente poco a poco nos fuimos alejando del teatro en llamas donde las voces fueron silenciadas, las vidas fueron apagadas, las dudas mataron a unos, las ambiciones y las cargas de nuestras existencias que nos hacían seres miserables terminaron exterminando sueños y conclusiones que se debieron tomar a consideración cuando aún había tiempo, donde la confusión entre hacer el bien y el valor para dar todo sea mucho o poco para terminar con el falso representante de la muerte que mantiene encadenado entre las sombras a París nos condujo al camino de espinas que nos espera a partir de esta noche y que seguramente se complicara porque ojos y extensiones disfrazadas de ovejas acechan desde las montañas y que ahora aprovecharan para clavar sus garras y asfixiarnos hasta dejarnos en el último suspiro que nos llevara al cementerio de la ignorancia…
En cuanto a los sobrevivientes solo nos queda luchar de frente contra nuestros propios medios, si queremos sobrevivir en el infierno al que hemos ingresado, donde el tiempo no apremiara nuestros fracasos y titubeos , que como retante nos mostrará lo que no queremos ver, nos dará puñaladas donde más nos duele y es ahí donde se verá si “V” acertó al tener fe en simples seres que con todas sus fuerzas y mi en fondo odian ser quienes son… reunió a historias trágicas, aunque la pregunta sigue al aire ¿Para qué, será acaso para entender su propia tragedia que habita tras su máscara?
En un mes que aunque se oye mucho es poco, sé que las dudas se despejaran y que nuevos enemigos vendrán en nuestra búsqueda pero mientras ellos llegan, nosotros, los caídos tenemos que luchar con enemigo mucho peor que cualquiera… que aniquila y envenena… nosotros mismos y la sombra de los que hoy perdimos en el teatro de la tragedia.
Alex Bongartz- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 22/04/2012
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