Foro de rol situado en el París del siglo XIX; encontrarás vampiros, licántropos, cambiaformas, hechiceros, humanos, etc. (Advertencia: Sitio +18 años).
PARÍS, FRANCIA AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
¿Estás dispuesto a regresar más doscientos años atrás?
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La noche teñia de un color distinto... tan diferente que podía distiguirlo sin dificultad, ese ambiente y ese aroma que de vez en cuando llegaba hasta mi guarida en lo más profundo del teatro provocaba en mi el más fino extasis... ese aroma era el de la muerte y la tragedía... Leviathán Shadow ese maldito cazador que me declaro la guerra el día de ayer, no contaría por la mañana a los cuatro vientos la victoria que nunca le llegará, no importaba cuantos tontos se úniran a su ejercito o cuantos más reclutará él... todos cairán muertos tras el infierno de mis alas negras. ¿Como lo supe?, la respuesta es la más sencilla, un ángel para unos. un fantasma para otros y un demonio para un cazador tiene oidos y ojos hasta por debajo de cada lecho que tenía París y sabiendas de tan distinguida visita de mi estimado enimigo lo primero que debía hacer era ordenar los lujos que esta ocación marcaba a mis tontos administradores para tal cometido como en otras ocasiones realicé mi pliego petitorio... Un papel con tinta roja fue proporcionado a la administración, para la gente común de esta epoca escribir con ese color era un insulto y para el personal era una amenaza y una advertencia de que el Fantasma de la ópera de París estaba demasiado molesto, independientemente que hoy era una fecha especial, se comemoraba la muerte de quién fuera el primer director de la ópera, el desgraciado Monseuir Erik Destler, una pena tenía talento pero también tenía mucha sed.. Al anochecer, cada trabajador, músico y Bailarina estaban ensayando hasta morir, sabían que de o ser bien actuada, bailada o interpretada mi ópera "Don Juan triunfante" jamás volverían a pisar este o cualquier otro escenario salvo el del cielo oel infierno de acuerdo a su jucio final después de arrastrarles a una muerte poco común y terrible para quién pueda imaginar de que soy capaz. Subi por entre las sombras que proporcionaba la cupula del techo. entonces supe que todo cuanto había pedido estaba hecho al pie de la letra:
1- Decoraran todo el auditorio incluyendo asientos y mesas de rojo, negro y dorado, algo complicado pero en mi teatro se hacen maravillas. 2-.El candil principla adntro de la sala debe de tener 25 velas, puesto que mi invitado le gusta que todo número termine en cinco (Porcuren atarlo bien tontos) 3- A las siete en punto quiero que las puertas y ventanas sean abiertas, una hora más tarde un tramoyero debera ir a cerrarlas, portando uno de los vestuarios del Don Juan, el personaje principal. 4-No tengan expresiones de angustia o yo se las irè a quitar con un buen susto. 5- El palco numero 5 es mio, aquel que lo ocupe, de mi lugar saldrá... muerto. 6-Recuerden pagarme el día de mañana mi parte de las entradas de esta noche o de lo contrario tendrán que buscar medio personal pasado mañana. 7- Por ultimo ¡Dejen de estar leyendo una y otra vez esta nota mirandose entre los dos con espanto y ponganse a trabajar que hoy tengo visitas!.
El Fantasma de la Ópera de París (Erik Destler)
El campo de batalla lucía tal y como en el pliego, sonreí malicioso con aires de gloria premeditaday desde allí resguarado por una puerta que era de mi exclusiva propiedad exclamé -¡Buen trabajo caballeros!- todos volteron hacia donde se escuchaba el sonido misterioso de mi voz -¡Abran ya las puertas y las ventanas!- de inmediato algunos dejaron lo que tenían en ese momento en sus manos para complacer mis deseos -¡Ya va empezar la función!- dije en tono amenazante desapareciendo al instante por la puerta sin que nadie viera, dirigiendome al camerino de mi estrella principal que aún no arriba para las últimas instrucciones de su ángel musical.
Alli mientras todos se hallaban ya acomodados y otros más estaban a punto de ocupar sus aterciopelados asientos, los músicos que conformaban la orquesta de ese maldecido teatro se acomodaban de uno en uno hasta que todos se encontraban afinando sus respectivos instrumentos, todos con la misma faz entre sorpresa y espanto, todos co las manos temblorosas y resbalosas por donde los arcos de los violines o las cuerdas de las guitarras se escabullían, quizás para no sentir el estrés de su amo y señor. Yo no era nadie en la ópera, yo era un simple brujo que vivía libre y feliz entre la llanura de los bosques hasta que esa carta y ese encuentro con el misterioso enmascarado me convirtieron en un espiritú magico encarcelado, con miles de gentes en vez de estrellas y una guitarra y asiento de la más incomoda madera en vez de grillos y pasto fresco del verano m´s sin embargo era un infiltrado más, alguién esperando el momento tan anunciado por muchos para que si es que exista ese fantasma fuese destruido. Nói aún no llegaba, no me quede a esperarla a las puertas del recinto puesto que se me había hecho demasiado tarde intentando encontrar un traje de gala a mi talla y de segunda mano, en encontrar las famosas partituras de una Obertura que el extraño sujeto nos había pedido que se interpretará al final del primer acto y que mi compañera me ofreció quizás esperando que con ello creyera en las intenciones como ella lo hacía en aquellos momentos. -Creo que empezare a odiar Tchaikosky por el resto de mi miserable vida-pense mientras a paso lento salía del pasillo de los artista para dirigirme al lugar donde la mayor parte de los instrumentos de cuerdas ya estaban acomodados -Bueno por lo menos aquí no tengo porque escuchar a las bailarinas histericas, bellas sí, pero histericas- encogiendome en hombros tome asiento en la primera silla que encontre sin dueño, coloque las partituras en el atril para interesar con el sonido de las cuerdas a los demás según el plan y ellos tal y como abejas quedaron atraidos por la miel que destilaba cada nota impresa en ese papel -La ordeno el fantasma para el final del primer acto- interrumpí el sonido comentando a todos que con miradas curiosas no dejaban de preguntarse quién era y lo que pretendía, pero parecía inedito que todos al oir el sobrenombre de ese ser no hallan hecho más que asentir y sin preguntar acercarse para tomar conciencia de lo que se tocaría y que si bien era cierto no desconocían tenían que repasar para según ellos no comoteer algún error del que les cueste más del empleo -Solo hagamos lo bien y el no tendrá porque enfadarse-dije presuncioso aunque inseguro y con mil dudas si estaba haciendo lo correcto o en realidad estaba dando pauta para que miles de persons encontraran una muerte que podía ser que no o si la merecieren. -¿Donde estas Nói?-cuestionaba con el pensamiento quién al intentar responderme ordenaba a mi cabeza girar de lado a lado en su busqueda que lamentablemente no tuvo exito.suspire profundo como si en realidad guardará en mis adentros el aire necesario para introducirme al lago de las afueras de España y de pronto tenía unas ancias locas, sin explicación para querer estar allí -No Bryan, resiste, ella vendrá en cualquier momento, quizás después de que la obra de comienzo- asentí aceptando mi propio consejo interno, así pues me enfoque entonces en ayudar a mis compañeros que tenían mil dudas sobre como tocar una pieza tan elaborada como la de aquel compositor y entonces en medio de la catedra que estaba dando en aquellos precisos momentos una voz antigua y muy enfadada hizo que al instante las personas presentes y músicas callaran para escuchar su amenaza -¿De verdad existe o solo es V? ¿Y que tal si V es el verdadero asesino? sino ¿para que entonces usar máscara?- negue ante aquella cuestión que mi compañera trato la noche anterior de quitarme de la cabeza, preferí guardar silencio mientras los demás exaltados volvían a sus asientos sin comprender con exactitude que fue ese extraño caso donde un voz hablo desde el techo y sí como apareció, asi se esfumo en alguna parte del techo o de las paredes....pobre de la persona que este en palco No.5 y pobre de nosotros que somos los siguientes en el menú...pobres...pobres...
Bryan Wilde
Hechicero Clase Media
Mensajes : 57 Fecha de inscripción : 24/09/2011 Localización : En cualquier parte, quiza hasta en las estrellas...
El teatro estaba rebosante de gente contenta alegre, de unos pobres ilusos que seguramente no volverían a ver la luz de la mañana siguiente, como saboreaba ese instante plagado de muerte, y como recompensa por tantas almas llevadas al infierno seguria obteniendo los beneficios que el lado oscuro me concedía, pero lo que más anhelaba era ver allí tendido y sin vida aquel miserable, ese odioso cazador que había llegado para arruinarme la vida... pero no por mucho tiempo. La suerte siempre estaba a mi fvor y tridores, serpientes o aves de rapiña siempre hay en todas las clases y todas las razas, mismas que esta noche eran mis aliados, que serviciales me advirtieron la presencia de ese miserable humano para querer arruinarme la fiesta, ante tal pensamiento, una pregunta que seguía en mi cabeza, la cual terminaba por sacarme una sonrisa de esos labios casi calcinados era ¿Por que demonios Leviathán quería defender a una sociedad tan sumida en la decadencia y en la podedumbre de la vanidad y el pecado? -¡Patetico!- pensé y entonces llegue donde Montserrat se hallaba dandose los toques finales en su vestuario que y mismo preparé para ella -¡Bravo, Bravo, bravissimo!- la silueta se hizo presente en ese epejo falso donde des all´podía observar sus acciones y sus movimientos -¿Que es lo que escondes?- pregunte con atoritario tono al ver como de pronto en un cajón escondía tintero y hojas amarillentas -¡Ahora no es el tiempo de escribir!- exclamé reprendiendolé -Ahora es el momento en que debes dedicarte solo a mí y a mi música ¡Entiendes!... yo...soy lo único... que puede acaparar ¡Tu mente, es mía, me pertenece!- un estruendoso eco impero en aquella habitación mostrandole la furia que podía desatar ante la desobediencia -Hiciste un pacto conmigo- murmure apenas lo suficiente audible para ella. La voz ya provenía desde otro rincón del viejo pero elegante camerino, la sombra en el espejo había desaparecido y como la humedad fui introduciendome hasta el otro muro por formas que solo alguién como yo sabría hacerlo -Tu...eres mi voz Montserrat... ¡Quiero perfección!- exigí -Esa es mi única instrucción, lucete para mi invitado de esta noche, que en no queden ganas de hacer algún movimiento que de en jaque al rey- presuncioso me voía, la silueta solo mostraba la oscuridad que le rellenaba pero ni siquiera la cara o lo que quedará de ella dejaba que fuera reflejada por la luz de las velas nuevas, solo buscaba el ángulo para que imperante se proyectara ante ella, absobiendola, envolviendola en el misterio y el miedo -En ese vestido será a ti a quién vea, pero en tu voz será a mí quién escuche, hazlo bien y obtendrás tu... recompensa- solté un rosa de petalos abiertos y frescos, del más intenso color carmesí y en el tallo el moño y un diminuto broche de plat y una blanquesina perla en el medio, de su camerino me escabulli, mientras a lo lejos se me oía decir -Esa es mi instruciión, haz que mi voz se escuche... canta para mí musa de la música eterna puesto que me perteneces, cualquier error y el precio será la muerte- última palabra dicha en amenazador susurro, sin saber más de ella me dirigía a mi palco por los aticós del teatro -Criaturas desafortunadas-suspiraba con falso lamento-Con cuanto gusto tendré que matarlas- reí con carcajadas abiertas, mientras veía y criticaba cada prenda ridicula que osaban llevar algunos al teatro -¡Ridiculo! y por eso serán las primeras en irse al infierno-mis ojos ya algo coloreados de carmesí vieron detenidamente mi palco, aquel marcado con el número cinco, alguién parecía lo había ocupado -Desdichado ser inferior-exclame enfurecido, enfoque a un más la vista y pude ver era una dama pero por el cándil que pendía en medio de la sala no podía ver su rostro -De todos modos para que ferlo ahora, si lo vere en unos momentos más mientras paga el precio de su insolencia- me decía a regañadientes. Rápidamente utilicé la puerta más cecana que daba a uno de los pasillos más altos que los tramoyeros utilizaban para apagar y pulir esa enorme artesanía lumiosa de cristal que estaba por encima de todos y desde allí contempladolos de uno en uno mi voz llena de venganza contenida abarco todos los rincones provocando el pavor que quería esparcir donde el peso mayor recaería en la incensata que ocupaba mi lugar -¡Insolente mujer esclava de la engañosa desobediencia!- exclame mientras la orquesta calló, los presentes se paralizaron y todo ante mi estaba estaba sometido a un imponente silencio -¡Usurpando mi poder, mi gloria y mis lujos!-mirabanse los unos a los otros quienes desesperados intentaron en vano ver hacia el techo para poder obtener una imagen del dueño de esa voz dueña del eco misterioso que empapaba cada sitio aunue estuviera lleno en su totalidad -¡Ignorate y atrevida eres tú, que con tu brillante idea de ocupar mi sitio, has ganado de mí, un final indeseable!- todo el tiempo estuve allí en la oscuridad que me brindaba la vieja puerta y las luces que ya estaban a medias -¡Mientras que a ustedes mis tontos administradores y mis deficientes acomodadoras!- señale represor -no di instrucciones precisas para que ¡El palco número cinco fuera exclusivamente de mi propiedad!-respire agitado -¡Ire por tí! ¡Si tú la que ocupas el palco número cinco y más vale que reces al ángel de tu guarda por que de esta nada te salvará excepto un milagro!- mentalmente ordene el seguro de la puerta de ese palco fuera cerrado para que mi primera presa de alí no pudiera salir, por lo menos no con vida -No huirás de mí, Pueden esconderse pero no pueden escapar de ¡mí!- amenacé indirectamente a Leviathán que yo sabía se encontraba en mi teatro ya preparado para intentar atacar en algún lado. Me retiré de allí tomando entre mis manos una soga que había tomado del techo -Espero que que sea de la medida de tu cuello- decía mientras la acriciaba y con pasos lentos tal y como la muerte acecha al enfermo por medio de la agonía paseaba por el pasillo que tenía entre sus palcos el mío, la perta se abrió para mí y allí en la esquina más oscura de la habitación esperaba deseoso verle el rostro esa mujer, quería contemplar para mi deleite su miedo reflejdo en la angustía y la tensión de rostro quizás con lágrimas en los ojos, más ella nunca dio la cara, abía la puerta estaba abierta y que se debía a algo fuera de su comprensión puesto que no había nadie -Quizás la próxima victima, simplemente la mato dejo por allí el cuerpo y me pongo comodo para disfrutar de mi ópera- solucine en mi cabeza dando algún consuelo, tome la soga por dos extremos y acercandome sin hacer el menor ruido a sus espaldas, mis pasos llenos de sigilo se detuvieron de manera inmediata al escuchar de los labios de aquella la invocación de su ángel de alas negras para brindarle la protección que le había prometido. Retrocedí unos pasos por causa de la sorpresa -Esta noche no- me reclame a mí mismo -¿porque tenías que venir esta noche?- reproche mentalmente -Selena-cambio mi tono de voz a uno más dulce y de aparente ternura -Niña aduladora, no temas más tú angel ha llegado para resguardarte con sus alas, el siempre desde las sombras está y dentro de ti también habita- la soga yacía aún en mis manos y lo único que se me pudo ocurrir es arrojarla en el rincón oscuro dode nada ya se veía -No puedo...no puedo...- me repetí en silencio -¿Que hago ahora contigo? no puedo matarte ¿Pero porque no si me has insultado? ¿Que hago para protegerte, sacarte de aquí?- la furia se esfumó y solo quedo la duda que me dió la respuesta menos esperada para mí -Finge mientras, algo se te ocurrirá- le ví con mi ojo descubierto profundamente, el único que con su intenso color le daba señas de que yo estaba allí y de que mi cuerpo se hllaba confuso entre la sombra frente de ella.
Me encontraba entre las sombras desde donde podía ver todo pasando desapercibida, veía como la gente se colocaba en sus asientos algunos con aparente inquietud pero no había motivo para ello ¿o quizás si? Seguro que era por la expectación de ver una obra magnífica como me pasaba a mí, que era la primera obra que veía y tenia muchísimas ganas de que el telón se levantara. Vi que la obra parecía estar por empezar asique me moví levemente poder posicionarme de mejor manera y mucho mas cómoda mientras veía la obra aunque mi interior decía que eso estaba mal que yo no tenía derecho a estar en un lugar así. Una voz inundo el teatro ¿Quién era? ¿Quién podía tener una voz tan oscura como para hacer que cualquier corazón se encogiera de miedo? Cuando dijo la palabra mujer empecé a sentir que el asunto iba conmigo, alguien había notado mi presencia y ahora se iba a “vengar”. Y la continuación de sus palabras que cada vez me estremecían más y me asustaban me ratificaba que era yo, la que había despertado la maldad en esa alma y que ahora vendría a por mí.
En cuanto escuche que vendría por mí, mi cabeza me ordeno salir de allí tan rápido como pudiera pero la puerta se había cerrado ¿Quién la había cerrado? Porque yo no, la angustia y el pánico se adueñaban de mi mientras intentaba abrir con desesperación la puerta pero no había manera, asique después del quinto intento me resigne y fui de espaldas hasta una zona oscura donde dejarme caer y esperar a que el dueño del palco viniera Quizás… si le explico la equivocación Me decía para calmarme pero sabía que había hecho mal, que no debía haberme quedado allí en cuanto entre pero la curiosidad tuvo más poder, y ver una obra me había camelado y atraído sin pensar en las obvias consecuencias. Le escuchaba hablar y con cada palabra sabía que estaba más cerca mi fin, asique solo podía agarrar mis manos deseando que mi ángel apareciera Solo vine a verte y mi ángel, en vano te busque y ahora me hallo aquí asustada y esperando probablemente mi final. Siento no haberte encontrado antes pues no podre verte una vez mas y no podrás cumplir la promesa de cuidarme pues no hay otra entrada que por la que entrara el dueño de este lugar Decía para mi escondiéndome entre lagrimas en una zona más oscura aun, era mi último recurso, pasar desapercibida ante su mirada y que creyera que había logrado escapar pues había aquella voz perteneciente a un hombre estaba aquí, había llegado veloz dispuesto a cazar a su presa, en este caso yo Mi ángel de alas negras, estés donde estés pero no contemples lo que aquí suceda y… Iba a continuar hablando para mí cuando escuche una voz demasiado familiar llamarme por mi nombre que me hizo llorar más aun y levantarme de mi escondite para ir hasta él y abrazarle sin decir nada, solo necesitaba sentirle, sentir que no era un espejismo que mi subconsciente quería formas en estos instantes Lo siento, lo siento mucho… solo vine a buscarte y termine en este palco, se que debía haberme ido pero la curiosidad pudo mas Seguía sin soltarle y sin parar de llorar ¿Cómo había llegado él aquí? Si la puerta estaba cerrada ¿Cómo sabia que se trataba de mí? ¿Dónde estaba ese hombre que hacía unos segundos me estaba amenazando por ocupar su lugar?Mi ángel, ese hombre… tenemos que irnos, sino te hará daño a ti también o pedirle disculpas… Estaba demasiado nerviosa que ni sabía que tenía que hacer, solo tiritaba del miedo pegada a él, esperando quizás que me diera alguna idea.
Alce mi mirada hacia la suya y cuando vi su ojo me fui serenando, no sabía como lo había hecho pero me transmitía esa tranquilidad pero a la vez tenía una oscuridad que no había visto anteriormente en él, solo se lo vi una vez a mi madre y fue cuando hablaba de mi padre y no revelaba su identidad a pesar de que la sabia ¿Sucede algo mi ángel? Me separe un poco de él mirándole con cierta intriga y a la vez confusión de que hubiera venido antes él que el hombre y el hombre aun no hubiera aparecido ¿Estas bien? Parece que tu alma tiembla de preocupación o como si me ocultases algo, tu mirada me lo muestra A pesar de que me había alejado todavía seguía lo bastante cerca como para alzar mi mano y acariciar su mejilla Estoy aquí y puedes confesarte conmigo, sabes que no me iré Sonreí en parte con ternura y cariño y en parte con nerviosismo y miedo aun patente con la amenaza y de que pudiera afectarle a él
Amaris Scander
Humano Clase Baja
Mensajes : 197 Fecha de inscripción : 07/02/2012 Edad : 27
Mis brazos quedaron inertes y sin movimiento,ambas partes de mi cuerpo tenían una sensación extraña, un cosquilleo extraño que solo ella podía provocarme, una suciedad que nunca había sentido ante nadie, de repente toda esa sangre pesaba y todo ese color carmín me ensuciaba de pies a cabeza, como si la gbardina que portaba aquella noche en vez de ser negra, era de ese color, mismo que no solo en miso ojos despertaba y daba la apariencia de una oscuridad única, de una maldad extremadamente peligrosa, que muy posiblemente Selena se haya percatado o quizás empezaría a darse cuenta después de ese miedo desbordado que la tenía controlada La joven temblaba,rogaba y sollozaba ante mis ojos -¿No era eso lo que querías ver?- me pregunte internamente si atreverme a dar reepuesta -¿No morías por contemplar su sufrimiento para placer y deleite?- volvía a atormentarme la voz de la conciencia -¡Vamos que esperas matale!-quede inmovil y la preocupación de a poco se fue asomando en la mirada fija que poseía y entonces para que ella no pudiera ver más decidi después de unos minutos sin corresponderle al abrazo fuerte que tenía prendida a mí mover mis manos tomando la larga gabardina de las orillas con mis manos para envolverla dentro de ella como si en verdad fueran alas y somo si en vez de una mujer tuviera allí a una niña asustada. Cada vez la estrechaba contra mi pecho intento incocientemente quizás con ello corregir el erro que había cometido -Ya paso todo, estás a salvo con este tú ángel- intente brindarle consuelo -No te disculpes, calla que si ya en mi hay heridas de por vida con tu espanto y tu llanto me provocarás más y esta noche tu ángel debe ser fuerte- dije en voz baja con actitud benevolente, más sin embargo y por más que mis palabras fuesen sinceras no exterminaban del todo la oscuridad que traía en todo mi escencia y probablemente entonces ella pensaría que había más de ese ángel que conoció en el cementerio, que en vez de eso era un demonio quién le cuidaba, que en vez de un heróe era un esesino y miles de dudas más comenzarían a atormentarla si al menos no intentaba disiparlas o hacerle creer otra idea, por alguna extraña razón no quería se fuera de mi lado, necesitaba de ella y darme el lujo de perder lo único bueno que poseía en aquellos instantes no era la mejor de mis opciones, pero si también la dejaba aquí... la perdería pues como todos los patéticos y estupidos humanos de allá abajo estaba condenada a morir -Yo se a lo que has venido- mentía, me costaba mucho el ser benevolente, cada vez más apretaba los puños en aras de contener todo mi odio y furia, esas gans de matar que en ella no podía desbordar -Este palco es algo especial-dije con aire misterioso -La curiosidad es siempre la asesina más sigilosa que se pueda conocer, siempre se lleva a quién quiere con ella, se divierte con las vidas de los más inocentes y tú... eres lo más puro que conozco, una presa fácil de ese depredador mortal- terminé en un suspiro, en realidad, era yo el asesino, era yo ese depredador y era quién si no le hubiese escuchado pronunciar en sus labios mi nombre le iba a matar entre juegos y maldades. No me atreví a contestar su pregunta, no pude decirle quién fue en realidad el que la amenazo, simplemente deje de envolverla separandome ligeramente de ella mientras llegaba de a poco a sus manos, la mirada permanecía fija a la suya esperaba que como los gitanos con los que alguna vez estuve cautivo ella también pudiese leerla, mi respiración podía escucharse cada vez más fuerte, cada vez más agitada. Su mano rozo mi mejilla y mis parpados o lo poco que quedaba en uno de ellos se cerraron profundamente, lo había logrado, había leido en mirada lo que con plabras no podía decirle, aunque haya leido todo a medias -Selena...- le hable en un susurro -Escuchame bella rosa- tome su mano envolviendola en la mía, abriendo mis ojos de nueva cuenta, ladeaba la cabeza de un lado a otro como si estuviese aturdido, no hayaba excusa, pretexto o coartada para que se fuera y la protegiera -Yo... yo... yo...-titubeaba al hablar -Yo soy un...- cada vez perdía más la fuerza y cuando tomaba la decisión de decirle nada resultaba y más cuando esa mirada entre duda e intriga me ponía en medio de la espada y la pared -Yo soy un... ángel que ha venido a protegerte de ese hombre- finalmente pude terminar la idea que en mi cabeza se había formado -Escuchame con atención- dije misterioso, intrigante y determinante -Si estoy preocupado es por que... hoy no fue el mejor día para que vinieras- advertí -Tú ángel tiene un enemigo peligroso que busca...- interrumpí de inmediato -Selena debes ser fuerte-dije decidido- ese enemigo ha venido hoy a matarme-tome con más fuerza su mano entre las mías -él fue el que te amenazó y escuchandolo llegue antes que él, aquí no estas segura- en el fondo se la tortura de la mentira comenzaba a pasarme factura, con ella no quería ser el monstruo que era, pero tampoco quería que allí pereciera y mucho menos viera y supiera lo que haría cuando ese fastidioso deciese aparecer -Esta es mi casa y quiere que este sea mi lecho de muerte-no sabía si con eso se entristeció o suegia llorando por el miedo -Quiero que mantegas la calma, después del primer acto seguramente el vendrá por mí, pero antes yo estaré aquí para llevarte al único lugar seguro que existe- la tome de la mano guiandola hacía el sillón que ocupaba sienpre y le pedi tomase asiento -Ese lugar esta debajo del teatro y es mi palacio- susurre como si se tratase de un secreto mientras me mantenía de rodillas a su lado sosteniendola de la mano -cuando ya no escuches ningún ruido saldrás y huirás si es que no regreso...- por primera vez algo en mis adentros parecia marchitarse -Selena yo quiero decirte... que yo...-bese su mano despacio y elegantemente -¿Tú quisieras ser por unos momentos, solo lo que dura este acto...?- repare -¿Ser mi amante?- sabía que no era el mejor momento, que fue mucho para ella, presa del miedo, de la confusión y ahora con esta confesión de un posible final la tristeza y la imprsión y la sorpresa pero quería dejar de andarme lejos de rodeos, ser para mí lo único bueno que pude obtener.
Y así igual que aquella extraña noche, de nueva cuenta esa máscara carismatica estaban frente a mis ojos llenos de desperación, nerviosismo, espejos de lo que parecía ser mi despedida, mismo que le vieron fijamente y parecieron cobrar vida por alguna extraña razón cuando el de a poco se acercaba a paso lento, la flicción se hacia menos si el estaba alli pero también se acrecentaba más al saber y recordar aquello con que había amenazado anoche. No dije palabra alguna, no pude estaba tan frágil en aquellos momentos que si no me manejaba con cautela me iba quebrar más facíl que las varas olvidadas y viejas que se encuentran por senderos valdios, por un momento pense tomarle la mano pero el instinto me detuvo, debía aceptar lo que era, yo era una vampiresa, una hija de las tinieblas y él... él era uno de los que se encargaban de desaparecernos, quizás algún movimiento que hiciera hacia él y terminaría muerte como la vil bestia pagana a la que me había convertido, mi final no la había planeado así, sería algo mahestuso en manos de un mounstruo parecido al que me transformo, fue entonces cuando suprimi en mis adentros todo impulso por tocarle y entonces parecio que no era la única que me despedia, ese hombre que yacía detrás de la máscara también estaba haciendo lo mismo que yo solamente que el si tenía la valentía de decirlo y yo la cobardía de escribir y luego djar que todo fluyera de tal manera que ya no estuviera para enfrentar las consecuencias de mis actos. -Pero entonces ¿The Phantom y él ya se conocían?- custione al momento en que desaparecio entre las sombras -¡Ah!- solte la protesta en rápido suspiro -¡Como si no tuviera ya demasiadas cosas para cuestionarme y preocuparme!- exclame enfurecida levantandome del asiento -¿Que demonios esta sucediendo que yo no se?- me vía al espejo por momentos -¡¿V?!- pregunte a gritos girandome a ver la nada llena de penumbra -Se ha ido-mencione a un modo de conclusión que de antemano ya conocía. Por el momento preferí ignorar todo eso, aunque me temía que después de la obra ya tampoco tendría tiempo para pensar o preocuparme por el futuro de ese cazador y el del resto de París. Rápidamente cogi entre mis marmolizadas manos delgadas aquella parte del vestido que asimilaba las alas de un cuervo, las acomode de tal manera que parecieran al abrir los brazos realmente las desplegaba como si pudiese alzar el vuelo, puese los broches y empecé a relaizar movimientos bruscos para poner a prueba su resistencia ante el movimiento, después me acerque al espejo pequeño, ese que estaba incrustado en el tocador y acercandome más de la cuenta me puese las pestañas de tamaño exagerado que a la larga resaltaron más mis orbes, fue cuando una sombra masculina volvio a posarse sobre el marco de puerta, por un momento comencé a creer que era V de nuevo pero su voz me hizo dar cuenta que me había hecho falsas ilusiones como casí siempre. El camerino parecio helarse, habían dejado la puerta abierta para que el amigo de confianza del cazador pudiese entrar o salir sin ningún problema, se supone como todo vampiro debi de haber seguido mis instintos y poneerme a la defensiva pero aquel hombre de apariencia reflexiva, pasiva y sabia hacia detener todo instinto -¿Tan pronto a V o a tí se les olvido mi nombre o a ambos?- pregunte con tono amenazante y lugubre -¿Que te sucede parece que has visto un fantasma, incluso estas más palido que un vampiro?- comente sarcastica mientras le veía desde el espejo -No, no soy Anne- se borro toda sonrisa de mi rostro -Aunque hubiese preferido ser cuealquier otra excepto la que soy, pero el nombre de Anne me recuerda a una mujer de la que muy frecuentemente habla... hablaba mi...- el comentario se quedo a medias, una de las acomodadoras me indico que ya era la hora de salir al escenario, asentí con la melancolía que mis parpados escondieron al cerrarse en medio de un largo suspiro -Ya voy-comente resignada a esa mujer que ya grande tambaleaba en sus propias piernas por el miedo y lo que significaba esta ópera de no salir bien -Lo siento- me disculpe ante ese hombre que aun me contemplaba con sorpresa -Fue un placer conocerte aunque fuera por menos de dos minutos- le tome el hombro y sali por la pierta que yacía abierta, misma que me llevaría a mi destino, el último de esta misarable vida. Sentía mi temperatura era más fría que lo normal, el corazón latia tan rapido que podía percibir la sangre bombeada por todo mi cuerpo, buena la poca sangre que consumí antes de llegar hasta allí, la corriente se hacía cada vezmás intensa, era fria y su silbido me indicaba la salida próxima, entonces mis pasos se hicieron más lentos, los tacones guardaron silencio, tratando con delicadeza el suelo de madera fina que pisaban, la respiración se hizo cada vez más agitada y los puños se cerraron completamente -Ya no hay marcha atrás- escuche a mi mente decir mientras mis orbes volvian a cerrarse en medio de la resignación. Los aplausos ya podían escucharse, la orquesta tocaba con todas sus fuerzas, todos ya me esperaban, todos rogaban porque las cosas salieran bien, mientras que para los periodistas y espectadores esperaban lo contrario para que una muerte más empañara el teatro y la leyenda, el miedo se infundiera con más intensidad y la leyenda creciera para la publicidad y el turismo. El telón se abrió de par en par, yo colocada en medio con los ojos cerrados ya estaba lista para la ejecutar la decisión que había tomado y para dar oportunidad de que V y su amigo pudieran salir y arrepentirse, ser enemigo del fantasma no era la mejor opción.
Después del silencio de aquella oscura, tenebrosa pero a la vez imponente melodía, la primera canción salió de mis labios sintiendola tan profundamente puesto que hablaba de mi historia:
Hace mucho tiempo, un pájaro, fatal de nombre Chromaggia cruzo con la flecha de un arquero mientras volaba a lo largo de la costa de lava.
Durante años, pensando en ser perseguida, Escapó de la flecha... Chromaggia, Chromaggia ¿Por qué no enfrentas el peligro? La flecha estaba enterrada en su ala y ella volaba para liberarse “Arrastrando la flecha, Otros están heridos por mi culpa, mi culpa" ¡Abajo! ¡Hacia la boca del diablo! Su flecha, mis ojos. ¡Chromaggia, toma esos mi vida...! ¡Prefiero estar muerta a seguir lastimando a todo el que se atraviesa!
Todo el tiempo con los ojos cerrados y cuando pensaba arruinar la ópera fue lo que contemple al frnete de mí, allí estaba escuchandome Spencer y admirandome mientras me aplaudían de manera elegante Alessandro y Stefano, quedé en silencio y el murmullo comenzo a imperar la sala, el primer acto ni siquiera había concluido y todo se me había olvidado, los presentes sabían lo que me sucedería ante tremenda interrupción. Y entonces esos murmullos me dijeron que no estaban dirigidos a mí si no a un actor enmascarado que entrraba por extremo derecho del escenario -¿Que haces aquí V?- conteste extrañada -¡Alejate, The Phantom va a matarte!-exclamé entre dientes pero el contesto en cambio la orquesta comenzo a tocar una pieza que no estaba en el guión y tomando aliento comenzó a hablar en contra de The Phantom enfrente de todos...
Montserrat Vasari
Vampiro Clase Media
Mensajes : 287 Fecha de inscripción : 15/06/2011 Localización : En cualquier lugar donde viva el arte parisino
¿Sentarme, pararme, caminar, correr, gritar, quedarme callado o hablar?, ¿Que era lo que debía hacer en aquellos momentos?, Gideon me ponía aún más nervioso de lo que debía estar, los escalofrios no cesaban al contrario cada vez iban aumentando hasta llegar el punto que la pregunta anterior vino a mi cabeza. Pense en levantarme pero tan pronto vi a la gente a mi alrededor temí que me hicieran alguna especie de mala pasada por mi atuendo, yo sentía que el traje no asentaba para nada la figura, a decir verdad sentía que ninguna prenda por muy elegante o costosa que fuese haciere el milagro de un aspecto más madura para mi apariencia, entonces me quede sentado mientras suprimía el anhelo y las ansias al cruzar mis pies quye tan pronto el calzado de charol tuvo contacto un inesperado rechinido hizo que me sonrojora de tal manera que quisiese en esos momentos fuera una ave para esconeder la cabeza por debajo de la tierra. Algunas jovenes que estaban sentadas mo muy lejos de nosotros solo me veían de arriba a abajo y empezaban a susurrarse, luego parecía que algo les causaba mucha gracia o llegue a pensar que algo se había metido en sus ojos -Que manías de hacer muecas-pense -¿Y porque solo a mí, acaso se ve que de verdad tengo la pinta de doctor?- lnegue con la cabeza decidiendo ignorarlas, mejor centre mis ojos en aquel escenario que ya estaba iluminado en su totalidad mientras nosotros ya estabamos a tientas en la sala, podía escuchar la orquesta preparse tn arduamente que parecía que en el tatro la corona iba estar presente cuando en realidad lo único presente alli era la muerte disfrazada de leyenda, una historia que jamás fue la suya. Algo extraño podía percibir en mi estomago, era como el reboloteo de las mariposas atrapadas en frasco de vidrio, intentaba en vano quitarme esa sensación de encima, ya me movía de un lado a otro y nada resulto pues a medida que la hora de inicio se acercaba más me inquietaba -¡Que frustante!- proteste entre mis pensamientos que en aquellos momentos ya me estaban provocando un intenso dolor en mi cabeza, misma que empezo a punsar cuando esa música parecida venir del mismo Hades inundo cada rincón del lugar, el organo avisaba quién era su creador, proclamaba a los cuatro vientos que la guerra iba comenzar y en medio de sus redobles se percibia ya el paso de la muerte, el paso de esa dama misteriosa que esta noche iba ser la protagonista independientemente del batallón que estaba allí, de los enmascarados y de los invitados, se podía sentir como paseaba ya entre nosotros, como en cada nota rápida interpretada rápidamente en ese organo leía nuestras vidas, estaba determinando a quien era justo que se llevara consigo. Tan horribles pensamientos se fueron discipando cuando Montserrat entro en escena, de nuevo parecía tener la ilusión de aquel día en la biblioteca, en la noche donde fui a dar a la catedral, allí en su silueta forrada de un vestido largo y negro que acariciaba el suelo del escenario al caminar, esas alas de ave negra acariciando sus finos brazos y sus ojos completamente cerrados me devolvieron por escasos momentos la tranquilidad que desde anoche ya no poseía. Su canto empezo a ser como una ola del mar que fuerte y bella nos empapo a todos ahogandonos en la profundidad de sus sentimientos -Algo no esta bien- pensé, sabía que era melancolica pero no al grado en que ahora interpretaba -¿Sabía ya algo de lo que estaba sucediendo entre el público o porque sería que por instantes eso me sonaba a una despedida?- el corazón literalmente snetí se me hizo me pequeño y por más que aclaraba la voz, apretaba con debil fuerza las braseras del sillón donde reposaba fue inebitable que las lágrimas salieran resbalando tibias por mis mejillas, de pronto la visión ya no la tenía clara, veía a través del agua que conformaba mi alma y vi en mi cabeza a mi madre enferma, sentada allí en la ventana del sanatorio en sus días buenos, cuando estaba cuerda y me leia libros al pie de mi cama, cuando papá se fue de casa, el secuestro que sufrí en manos de de Tobías y mi farmacodependencia, de cierta manera también la canción contaba parte de la flecha que lleve por mucho tiempo en mis alas y que por no afrontar la realidad preferi herir a todos con mi adicción... solo yo me provoque un mal inescesario que aún estando consiente no tuve el valor de frenarlo. El coronel me dio su pañuelo, limpie mis lágrimas y baje la cabeza aceptando que todo cuanto había pensado era verdad -¿Porque a nosotros Montserrat, porque?- susurre en medio de sollozos, y en intervalos intentaba recuperar mi respiración y con ello mi tranquilidad, el escalofrío se había ido pero ahora permanecía la escencia pura de tristeza ostigandome como siempre. El canto termino y todo quedó en silencio y entones por qegundos creí que ya me había perdido en mi propia locura, pero tan pronto escuche los murmullos de aqui y de allá pensé que había cometido una imprudencia sin ser conciente de ella, a levantar la vista mis ojos llorosos dieron cuenta que seguia en el sillón aterciopelado, que a un lado tenía a Frank y por detrás tenía a Gideon quién intentanme dar consuelo apoyo su mano en mi hombro, ni siquiera me había percatado del frío de su piel. Pase saliba y cuando vi el escenario un enmascarado de facciones terrorificas y carismaticas a la vez estaba sobre el escenario, ignorando lo que Montserrat le decía, que anonadado, viendole fijamente -Esto se ha adelantado, él es quién nos recluto- advertí en voz baja al coronel quién estaba con la expresión fria y reflexiva -¿Que vamos a hacer ahora? ¿Que pasará con Montserrat?- sentía mi rostro más alargado y mis cejas ligeramente levantadas, la angustía estaba ya en cada parte mi me dominaba y ahora era imposible disimular más... la pregunta es ¿Podre soportar lo que suceda y que haré por mis amigos, seré capaz de afortar mis miedos o seguiré siendo el mismo infante de siempre?.
-¿Cuanto va a tardar esto?- me pregunte profundamente mientras veía con repugnancia a la gitana que había llegado vestida exactamente igual que cuando la conocí -Se supone te dí...¡Un traje!- le gite sin importarme mucho o poco lo que pensará la demás gente que ya esperaba ansiosa que la ópera diera comienzo -De seguro lo vendiste ¿Cierto?, simplemente los de tu clase no saben apreciar los lujos que nos ofrece la vida- negue con la cabeza mientras la apoyaba en dos de mis dedos completamente extendidos, mientras mi brazo decansaba en la bracera del sillón de elegante gusto. Los mechones de mi cabello iban y venían, igual que yo no podían quedarse quietos, las ansias eran bastante grandes que llegaban a dominarme y entonces prefería concentrarme en aquel escenario que de a poco la oquesta anunciaba empezaría a ser usado -Hubieras disfrutado esto madre si nunca me hubieras dado la espalda, si jamás me hubieras negado como hija- sonreí maelvolamente -Pero para que rogarte o implorarte dentro de mi mente, si hasta en mismo infierno seguramente escuchas más a tu hijo predilecto que a mí-deje de pensar en ella abocandome en la parte baja de la sala donde ya distinguía al traidor que alguna vez engaño a mi madre, ese hombre de cabello entre cano que nos mando al exilio sin importar que mi madre estuviera esperando ya un hijo y que por su culpa jamás llego a término -Desgraciado, ya quiero ver tu rostro cuando pruebes de propio veneno, cuanto voy a gozar de ese momento-sonreí ampliamennte -Alessandro Aznavour- murmure su nombre y después simplemente me deje envolver por la suavidad de las telas de ese asiento, mientras los demás aguardaban a mis espaldas y a mis costados estaban aquellos dos, ese par que era tal para cual, así que ya andaban juntos, ese sí que me causaba bastante gracia y al mirar hacia arriba estaba Zeus con su moneda que lanzaba por los aires con tanta fuerza, malicia y elegancia que me hacía distraerme por segundos de la misión que venía a concluir -Él será mi rey, que importa su demencia, si Nigma y Domine estan juntos... yo estaré con el... además el bien y el mal juntos en un solo cuerpo es demasiado tentador- maquilaba en mi cabeza mientras enredaba mis dedos en emi cabello pues ya estaban cansados de soportar el peso de mi bello rostro. Pero entonces el ensordecedor canto de ese organo distrajo de él mi mirada y centrandola en el escenario me di cuenta que una joven chica, con tan solo diescisiete o diesciocho años estaba en el escenario, melancolica, oscura y misteriosa comenzaba a cantar para los presentes y para las personas que aún seguían desconcertadas por la voz que amenazante aterrorizo al público y que seguramente para estas horas la primera victima de esta guerra ya había caido en sus garras. -¿Esa es la chica por la que V, The Phantom, Alessandro y Stefano se pelean?- señale abiertamente y en voz alta -¡Que gustos tan infantiles, siglos y no saben distiguir a una mujer, eso apenas en una niña ¡ja!- reí a carcajadas abiertas, estaba divertida y volví a prestar atención, mis carcajadas no eran propias de la educación de una reina que dentro de minutos recibiría su trono, volví a guardar compustura y aclare mi voz intentando contener la risa -Esto de verdad es para morirse de gracia- tome en mis manos la copa de vino que había mandado pedir, entrecruce mis delgadas y alargadas piernas y tome el cigarrilo que muy amablemente Zeus encendío para mí. -Entretenido, la chica no canta mal pero definitivemente no la quiero en mi servicio de bufones- declaré cuando su acto termino, dejando la copa en la mesilla -Miren eso, esta sin palabras, bueno nos ahorra una parte del trabajo ¿no creen?- pregunte a mis complices quienes algunos parecían mostrar duda como Cynder, Domine estaba con lágrimas corriendo por las mejillas y Nigma con las ansias de que un niño tendría cuandoo quiere jugar -Escuchenme bien- fume un poco -Esta niña tonta ya nos facilitó el trabajo, ese pátetico asesino la matará con mucha más razón, entonces solo enfoqumonos en matar a V y su ejercito, después a Alessandro y como broche de oro al "fantasma"... ya no nos sirve y solo estorbará en futuro, ni uno solo de estos edificios será de nadie que no sea yo ¡Entendieron!- exclame y todos asintieron con la cabeza excepto Cynder que seguía con la mirada fija hacia el escenario -Cynder ¡Hable!- le intente llamar pero ella jamás escucho al contrario solo dejo salir un suspiro de sorpresa -No soy estupida Cynder, guardate tus arremedos, rabietas e hipocresia para con los pulgosos de tu clase- decía mientras me levataba del asiento, imponente y amenazante, acomodandome el largo del vestido -¿No me estas oyendo gitana, ¡Te habla tu futura reina!- finalmente detuve mis pasos al lado suyo -No quiero empezar la guerra tan temprano, si aún quieres tu tierra y tu vida, Querida contesta- pero al ver que nada funcionaba mire con enfado hacia el escenario, un enmascarado ajeno al elenco ya estaba alli postrado, la orquesta comenzo a tocar una pieza de Tchakosky -Damas y Caballeros, el plan se ha adelantado, alistense el verdadero espectaculo va a dar comienzo- sonreí malevolamente, dejando unos francos en la mesa, salí con mi comitiva atrás -A sus puestos de batalla que hoy.... hoy ¡haremos historia con la fundación del nuevo Camelot!-.
Ese majestuso sonido empezo a motivar e innudar mis sentidos, digna y bella melodía que de las cuerdas, tompretas, tambores y de otros instrumentos salían y acu compas yo podía comunicarle a ese infame que aquí la persona que tanto matar anhelaba, esa era mi obertura que mi presencia anunciaba para provocar al fantasma y de una vez por todas a la sociedad de él liberarla.
La joven vampiresa provoco adelantarlo todo, era más que notorio sus intenciones de que querer entieero y velorio, de dejarse matar por ese animal rudo y torbo, su cantar y su silenci al terminar lo dijeron todo, la cobardía termino por poseerla al ver con sorpresa personas que ella conocía, dos personas de su misma naturaleza que le alababan,sonreían y aplaudían mientras que un joven parte de mi ejército con lágrimas en los ojos la veía. -Es la hora de revancha, de la justicia y de la vendetta, es el momento de hacer mi pequeña jugarreta- murmure mientras terminaba la orquesta de tocar tan imponente pieza, en silencio me acomode capa y chaqueta sacudiendo mi calzado quizás un poco sucio y enpolvado y ajustando los guantes de cuero a mis manos. Ese pequeño intervalo de silencio anuncio mi momento, el bullicio de los presentes al ver mi máscara solo hizo ponerle más misterio a la llama, mientras que yo en el escenario estaba piostrado y desde allí a todos contemplaba, sus comentarios poco me importaban -Asi que este decorado Fantasma es para mí, ¡Pero que hombre tan gentíl!- susurre a tal tono que solo ese miserable pudiese percibir y también a Montserrat en medio de todo la podía oír -Yo te lo advertí- me atreví a decir -El fantasma y yo hoy debemos morir, no podemos existir y ni tu ni nadie de esa idea me hará desistir, se lo que me sucederá estando aquí y es precisamente eso lo que deseo conseguír, pero descuida tu involucrada no estarás y de esto bien librada saldras- le di consuelo aunque sabía que para ella ya era complicado que lo tuviese en aquellos momentos. Dirigiendome a todos aquellos, como si fuese uno más del elenco, empecé a declamar un discurso serío, confiando en que por mí vendría el otro enmascarado: -Amigos, mis estimados, mis colegas y todos ustedes que mis palabras crean, yo al igual que ustedes me había confiado y conformado con la vida diaria, al a seguridad que sentirla nos es necesaria, la dulce tranquilidad de lo repetitivo que todos los días nos es un alivo y yo igaul que ustedes disfruto tanto como cualquiera y lo que menos deseo es dejar que por ello ustedes no se den cuenta que aquí alguién a ustedes los controla y maneja porque yo soy uno de ustedes aunque se que en estos momento nada creyesen, pero la verdad es que yo siempre camino entre ustedes, siempre camino por las oscuras aceras sin que se den cuenta... Pero hoy no he venido a anunciarles de mi presencia, he venido en aras de recordar el pasado que a todos atañe y este teatro ha manchado, asosicado con el resultado de una muerte de un músico desprestigiado, de la guerra constante de los administradores de este teatro, de las muertes horrendas que muchos de los parisinos han protagonizado y quiero que todos lo sepan para cuando la victoria sobre ese monstruo se a nuestra con la remembranza de este día sea celebrada, esta noche en que ustedes y yo sin cobardía lucharemos por nuestras vidas a ese ser maldecido que no quiere establezca un lazo unido, donde ustedes se enterarán de todo lo que ha ocurrido y de que tambien sospecho que sus complices estan ya al acecho, a ustedes los corderos, esos inocentes borregos que quieren comercelos vivos. ¿Y porque?, porque mientras exista la vivolencia para que ejercer el poder de la palabra, mientras exista la conquista, el miedo, la tortura y el poder para que la libertad y la justicia, para que nuestra propia defensa, para que darle valor a la vida... mientras existan criaturas asesinas haciendose pasar por leyendas para que se necesita de la suma inteligencia que existe en nuestra propia naturaleza. Y lo cierto es que hay algo erroneo en este lugar, pue aquí se alberga un loco de atar, un vampiro que después de oime hablar, venganza buscará, ira desatara y victimas también deseara cobrar, matara por el simple hecho del placer, me consideran un loco puedo suponer pero ustedes deben saber que no hay un ente sobrenatural con una maldición tal para matar si las cosas salen mal, un espirítu siempre se lamente más no con la vida atenta. En es país hay más que historias de arrabal, hay historias que ha tendido a olvidar cuyos protagonistas son tachados por un animal pero que en esta noche sus vidas piensan salvar, todo por ustedes piensan sacrificar ¿Porque es que como humanos tdo debemos reprochar, juzgar?, entre ellos existen los que anhelan regrese su humanidad de la manera tan repentina en la que les fue rebatada la vida... Crueldad, intolerancia y opresión ¿Como es que paso esto, quién es el culpable en esta ocasión?, bueno, sin duda hay unos más culpables que otros y al final ellos también recibiran su castigo por los que son las victimas entre nosotros, pero sien todo un caballero, siendo sincero si buscan al culpable solo mirense al espejo y contemplen el reflejo.... yo se perfectamente porque durante tantos siglos se sometieron, yo se porque lo hicieron se que una máscara influye miedo, creeanme yo mejor que nadie lo comprendo y ¿Quién no lo tendría dentro de este lugar? muerte, misterio, oscuridad, amenaza y venganza que más puede ensuciar esta casa, to eso solo fue una conpiración para desequilibar su razón, despojarlos del sentido común... el temor los atrapo, ese ser en su sombra los envolvio y llenos de pánico corrieron y complacieron sus malevolos mandatos con tal de preservarse, con tal de salvarse. Anoche intente terminar con este falso rey del mal, anoche parte de este teatro fue demolido y destruido, quedo destrozado y todo para intentar frenarlo, pero por pocos es bien sabido que este ser tiene un pacto con el diablo, no fue demasiado el trabajo que invirtio para repararlo y por ello contemplen que todo fue un intento fallido pero con cosuelo al inicio de la libertad puedo atribuirlo y hoy vengo a contarlo para recordarle a París lo que a olvidado, todo lo que por su bien y tranquilidad ha ignorado... ¡Es tiempo que el gran The Phantom caiga con todo y su reinado de sangre y sufrimeinto manchado!- exclame con inpirado acento despúes de casi no tomar aliento y el publico siguiera atento -Es hora de recordarle y exterminarle, al mundo mostrarle que justicia, vida y libertad son más que palabras- cerre mis puños con fuerza aplicada -si los crimenes de este hombreno les son indiferentes, sin saben cual ha sido el destino de tantos inocentes, entonces les pido,les solicito y les invito a que a partir de hoy unamos fuerzas y terminemos con todo esto, sadición y sangrientos sucesos. Si ve lo que yo veo, si sienten lo que yo siento sabiendo la verdad oculta trás todo esto y si buscan lo que yo busco aunque sea en silencio, entonces hagan lo correcto y traten de salvarse por ese medio todo cuanto crren que ha perdido en el inteto de vivir el ideal del existir-contemple por unos moementos a Montserrat, sin prestar mucha atención en la expresión de su faz -Si de verdad es lo que mi discurso les ha provocado, entonces coloquense a mi lado y ¡Serán libres, soberanos y para aquellos que aunque en las sombras viven pronto serán respetados!-el lugar enmudecio, ningún sonido profano el sentimiento nacido del dolor y de un llamado a la lucha y tal pareció que en aquel ambiente flotaba ya un poema de libertad y de amargura y fue alli trás la madera antigua y dura que unos pasos se escucharon venir y una voz se escucho llena de oscuridad decir << ¡La obra debe seguir, toquen, toquen! >>
Me quede con Selena, escodido entre las sombras solo mi cabeza maquilaba a un más de lo debido ¿Como sacarla o que hacer con ella en caso seguro que la lucha comenzará esta noche?, las respuestas no llegaban a mi cabeza, mi naturaleza me decía que quizás dejarla alli sería buena alternativa pero algo que no podía describir me decía que era lo único bueno que me quedaba, además ya le había revelado suficiente, ¿Que hacer con ella?, en esos escasos momentos era uno de mis más grandes problemas. Cuando finalmente la obra dio comienzo no hacía mas que intentar ver desde esa oscura esquina del palco a la joven vampiresa que yacía en el escenario -Hazlo bien o sufriras las consecuencias de tus actos- hable en el interior de su mente y entonces pareció vislumbrarse en mayor medidia el único ojo descubierto que ante la dama que estaba conmigo no podía lucir su color carmín habitual -¡Solo canta! ¡Canta de una vez para mí o te mataré frente a todos!- exclame mentalmente, esa telapatía mía que era un obsequio por parte del infierno -¡Me estas haciendo quedar en ridiculo, niña tonta si continuas te mataré sin piedad!- ante tal amenaza Montserrat alzó la mano señalandole a la orquesta comenzará a interpretar la pieza que abría el espectaculo, fue cuando decidi olvidarme de todo lo que acontecía en lugar por momentos conscentrado profundamente en la música y mi voz. Allí entre las sombras movía mis manos como si en realidad yo fuese el director de la orquesta, arriba, abajo, a los lados y al centro con movimientos marcados o sútiles, la cantaba con tal sentimiento que hizo mis ojos se cerraran y me perdiera en aquella llanura donde el pájaro negro volaba lamentandose de su desdicha -Bien, bien- susurre al grdo que parecía mi voz solo un eco entre las sombras, como aquel quejido que el viento deja cuando sopla y los mortales suelen condirle con ente sobrenatural -Tú eres mi voz, tú eres mi rostro- pense en mis adentros, en esos momentos no emitia ruidos, podía percibirse que el palco solo estaba ocupado por una persona, pues mi respiració, mi escencia y mis pasos estaban camufladas lo suficientemente bien para que alguién lo notará, sobre todo aquellos curiosos que debes en cuando veían hacía ese lugar, quizás a la espera de que ya no hubiera nadie alli o que como era costumbre dejará mis.... "recuerdos". Finalmente la música se detuvo y cada nota fue ejecutada con la perfección debida -Quizás le conceda indulgencias, un castigo leve solo eso obtendra por la falla que cometió al principio- pense y sonreí malevolo puesto que después de todo iba obtener un poco de sangre -Quizás pensé demasiado rápido- la vampiresa volvio a quedarse sin alma, no hablaba, no emitía sonido, esta allí de pie viendo con sorpresa a unos cuantos de los que se hayaban en las primeras filas, idolatrandola y llorando de emociones sin sentido -Era de esperarse- dije en un susrro con aburrimiento -Me ahorrare los castigos y los futuros fallos, la mato y luego los mato, por lo menos a los que conoce- maquile de nuevo en mi cabeza -¿De que sirve que los mates si esa mujer estará muerta para saber lo que le hiciste a sus amigos?- hablo el lado más oscuro de mi conciencia -¿De que me servira?- conteste -De nada especial, un poco de sangre derramada y otro poco en mis venas podría ser una buena recompensa, una gran utilidad- me encogí de hombros y cuando seguía imaginandome la terrorifica escena y el pan perfecto para la muerte de la joven un estruendo en el area de los metales en la orquesta empezó a repercutir en todo lo ancho y largo de la sala -¡Esto no es de mi obra!-finalmente proteste sin fijarme en el sobresalto que seguramente tuvo mi acompañante -Eres tú, ¡claro tú!- exclame mientras por debajo de las sombras los puños se cerraban cada vez más, el color de mi orbe se volvio de malva, era un rubí rojo cuyo brillo era provocado por el odio contenido, no podía moveerme desde aquel palco, no con Selena allí, el plan debía seguir en marcha -Vendre por ti más tarde- murmure a las espaldas de la muchacha, dejando una rosa roja entre la oscuridad y la tenue luz del enorme candil que pendía del techo. Tome el camino más rápido que yo mismo construi años atrás entre los aticos del teatro, mismos que había aprochado momentos atrás cuando amenace a la chica sin saber quién era, pero por el momento era preferible olvidarla, si yo perdía prematuramente, perdería su vida, la única que he respetado despúes de siglos. Hbía ordenado que un tramoyero estuviese allí, en el primer atico con el vestuario del protagonista de mi obra, pero cuando llegue el aún no se encontraba -Malditos, esos adeministradores... una vida más que...- el epnsamiento en voz alta se vio interrumpido por unos pasos temerosos que se fueron acercando hasta la puerta, mismo miedo quién giro la perilla para abrir la puerta, era un joven de cabello castaño, mediana estatura y delgado com una madera de pino pulida, incluso poseía el mismo color, con ojos verdes como la esmeralda. Si, era un joven bello, que contemplaba desde el rincón más oscuro de aquel antiguo lugar, ya empolvado y olvidado -¿Buscabas a alguién?- pregunte con voz misteriosa. -Nnnnnno- contesto aquel temeroso, arrastrando la primera letra de esa negación -Bu...bue..no, los administradores... me enviaron aquí- culmino tembloroso. -No me digas- declame dese otro punto oscuro -¿Sabías que los administradores te han enviado a tu tumba?- cuestione sarcastico -Fue el ángel de la muerte quién lo ordeno- entonces lo tome por la espalda orillandolo a empjones hasta la pared contigua donde nada se veía. -No me mate, por piedad- rogo el chico. -No, no tengo excusa- aclare mientras lo tenía tomado del cuello y dandome la espalda -Solo dame el ropaje y largate de mi presencia- le azote contra la pared, dandose un duro golpe en la frente, causa que no le dejo tor remedio que dar la vuelta y verme directamente al ojo y tras la amenaza de esa mirada comenzo a desvestrise, arrojando el vestuario a mis pies, quedandose con el ropaje interior, a punto estaba de salir por esa puerta cuando le detuve el paso con mi brazo -¿A donde crees que vas pequeño mortal?- le amenacé haciendole retroceder poco a poco, volviendo a poner contra la pared -Usted me dijo que dejaría ir, que no tenía excusa para matarme- clamó con angustía el hombresillo. -Por supuesto que lo dije- comente presuncioso -Pero en ese entonces no me habías visto el rostro, ni habías escuchado de mi la voz- le advertí. -¡Pero usted hizo que me pegará en la cabeza, sabía que no tenía más remedio que voltear para intentar calmar el dolor del golpe!- exclamo envuelto en lágrimas. -Lo sé querido, lo hice aproposito- comente confiado -Digamos que cree la excusa, además los administradores deben entender que es la hora que dicto y no cuando ellos quieran- le empuje con fuerza contra la pared, apunto de sacarle el aire -Además eres bello- le acaricie la mejilla limpia y lisa, carne joven -y yo... yo odio lo bello- susurre atacandole a la yugular inmediatamente, absorbiendo rápidamente su sangre -Lo necesitaba- dije en medio de un suspiro, dejando caer el cuerpo sin escrupulos -¡Ah!, después me encargo de ti, ahora voy el maldito cazador- cogí la ropa y la puse, dandome cuenta que el traje me queba ajustado, algo que hacía resaltar mi figura, el antifaz negro que volvi a cubrir con el trzo de tela, tome el peluquin y la capa disponiendome a salir por aquella puerta que llevaba alecenario -¡La obra debe seguir, toquen, toquen!- ordene al instante, la orquesta presa del miedo comenzaron a tocar la introducción al siguiente acto y así al paso que la música dictaba en cada compás pase por detrás del cazador con mi debida precausión y dejando en medio de los dos a Montserrat, quién ya me había reconocido. El escenario había cambiado de un invierno sombrío a un un infierno completamente encendido, los papeles chinos de colores naranjas y amarillos estaba sientdo movidos por otros ayudantes y en medio un gran circulo de papales impulsado por un aire de los sotanos hacían parecer un verdadero circulo de fuego, un circulo donde solo Leviathán caería de alguna manera... Uno de los actores se acerco con el dialogo que competía con los del libreto y entonces respondí con un dialogo muy diferente al que estaba escrito, al grado que quedo extrañado -¡Largo, Don Juan te lo ordena!- exclame inmediatamente para que en la escena solo quedaramos nosotros tres:
Ustedes han venido aquí en la busqueda de su más profundo deseo, en la búsqueda por exterminar a Don Juan El dueño de este lugar, el amo de este infierno A quién tu quieres matar y tu mi hermosa dama pretendes traicionar, Deseos que hasta ahora, hasta el día de hoy ha estado en silencio, silencio. . .
Te he traído aquí, para que me invitado accediera venir, que nuestros planes pudiesen fundirse y fusionarse... Mi bella flor tu mente ya sucumbió a mí cayeron todas las defensas sucumbido totalmente a mí ahora estás aquí con los dos: sin pensarlo ya has decidido, decidido. . . Tú te irás con él si lo harás pero antes con el morirás, ingenioso tu discurso pero yo soy Don Juan... celoso estas de mis obras perfectas celoso estas de las vidas que transformo, la noche en este infierno parece haber arreglado todo cuanto hiciste pero un precio te pide tu vida será suficente y finalmente podre ser libre de tu máscara odiosa...
Fue un diálogo que decidi cambiar, desenvaine la espada mientras caminaba tras las espaldas de la chica poniendo el filo en el cuello del cazador, dispuesto a cortar sin piedad, la gente no percibía si realmente lo dicho por Leviathán era actuado, si la espada era real o un aditamento de utileria pero de igual manera el bullicio se había desaparecido, impresionados de como el enmascarado no hacía ni un movimiento en su defensa, se mantenía firme y recto, con las manos ocultas en la capa -Ya estoy harto de tí- dije arregañadientes, molesto ycon furia desmedida -Pero acabaré contigo- platicaba agitado a su oido -Sí todo este lugar fue decorado especialmente para tí, un hombre de calaña tiene sufieciente valor para hacer todo lo que ha hecho conmigo y por ello debe de tener un lecho de muerte digno y lujoso... ¿Acaso no soy piadoso cazador?- pregunte -¡Acaso no soy piadoso!- exclame más fuerte pero el cazador no hacía movimiento, solo se escuchaba su respiración de una forma tan relajada que me sorprendía -Casi me quitas a mi pupila, pero ni ese te sirvio, tengo ojos, oidos por todos lados en París- le aclaré la situación -Ya hablaré contigo más tarde Montserrat, claro si es que te sobra aliento- le mire con odio por instantes y regrese a donde Leviathán -¿Algún diálogo final que tu personaje desee agregar?- el enmascarado no dijo palabras -Bueno el que calla otorga ¿No crees?- tome la espada por el puño fuertemente y como un verdugo me disponía a cortar su cuello cuando Montserrat empezó a cantar....
El todo de aquel lugar era ya victima de un silencio tan profundo que obligo a las voces calladas murmurar de tal forma que parecían ecos fantasmas en vez de ecos humanos. Sentía como las piernas que se cubrían con el largo vuelo del vestido temblaban y que mi piel estaba aún más fría de lo que ya era por naturaleza, solo que de allí esperando que el fantasma viniera por V o que el cazador finalmente decidiera irse antes de que fuese demasiado tarde -¿Pero que es lo hace?, debería irse- preguntaba en mi interior mientras le observaba boquiaierta y sin aliento, su declaración me había robado lo poco que tenía a tal grado que ni siquiera pude contestarle a sus susurros. Mi mirada no hayaba lugar en donde posarse, para encontrar un poco de paz y olvidar lo que en esos momentos sucedía, sin embargo, entre más voltease de aquí allá, mis ojos volvían a posarse en Spencer que al parecer no venía solo y su voz junto con la de dos hombres más formaban parte del ruido oprimido, mientras Stefano y Alessandro veían al enmascarado y luego a mí, quizás por que ellos eran mis creadores y no sabían si de nueva cuenta estaba en peligro o probablemente ya habían decifrado mis penurías y pensares a través de la lectura de mi mente, en vista de ello decidí ver al techo y mis ojos de extraño color se toparon con los palcos, fue cuando sentí como el alma, si es que aún tenía se iba apabuyada por el miedo y regresaba por que sabía no me podía quedar sola en ningún momento. -V por favor... corre, corre todavía que puedes... te lo suplico- rogue a regañadientes -V por favor por esa vida que te debo, toma mi consejo, V vendrá por tí, ¡El vendra por tí!- intente hablar en tono más alto y por lo consiguiente el también para intentar protegerme o quizás simplemente no estaba en sus planes -¡V!- exclame con voz temblorosa mientras veía como una sombra alta y oscura completamente se encontraba en el escenario -Es él, es él- pense aceleradamente, mientras en medio de parpadeos rápidos pensé en la forma de advertirle al cazador que el no era parte del elenco -Dios guarde en clemencia a ese hombre- implore por el descanso del desdichado que hubiese muerto para que el fantasma ocupara su lugar. Aquel hombre, si es que así se le podía llamar a ese vampiro llego a mi costado y en su canción me pedía guardará silencio, el desanimo se noto en mi postura y la resignación en mi cabeza encorbada, no tuve más que guardar silencio y entonces descucbri que todo cuanto dijo V era cierto, podía ser que estuviera con él en un sentido extraño al no hacerme el minimo caso pero el fantasma debía morir, los humanos por lo menos estás generaciones no tenían la culpa de lo que le hicieron alguna vez hace siglos, el valiente vive hasta que el cobarde quiere... tenía sentido, y V era ese hombre que dejo atrás el miedo y lo que podía significar para su vida reatar de tal manera a The Phantom. ¡Vaya reflexión hasta cuando le vine a tomar el hilo!, el cazador demostraba que la sociedad era prejuiciosa pero que en realidad es seguro de lo que es y lo demuestra a cada instante latente no tenemos que recurrir a medios poco ortodoxos para tener el control y el poder de lo que somos. Para mí ya era más que tarde, darle vuelta a la página o borrar lo poco que escribí en ella, la tinta era proporcionada por las vidas que arrebate y por la sangre que bebí, eso ni Dios mismo con su sacro poder podía borrar de mi alma. Al pensar me desentendí de las palabras que el fantasma estaba diciendo, era el publico los que sin saber que esto no era actuado mostraban interes en lo que pasaría posteriormente, si ese ser el famoso "Don juan", le cortaría la cabeza cual feudal verdugo a ese hombre enmascarado que permanecía quieto, encarando a su propia muerte -Entonces en mi cabeza aquel discurso volvio a repetirse, palabra por palabra, letra por letra y gesto por gesto -Hacer lo correcto- pensé mientras veía de nuevo a aquellos que conocía entre el publico -Ese mensaje era para mí- me dije observando las luces vivas y anaranjadas que del candelabro emanaban e iluminaba a media luz toda la sala -Debo hacer lo correcto- musité. Por un momento tome aliento, aprete mis puños calmando mis nervios, recorde mi lineas e igual que The Phantom las cambiaría, si para el yo era la carnada que atraería al cazador, yo me convertiría en la carnada para atrapar al fantasma, después de tantas malas decisiones era lo único correcto que podía hacer, además al salvarle la vida a V, mi deuda quedaría saldada. Mis orbes cerradas, mi mente maquilando la idea y el plan, tome la pose de mi personaje, de "Margaritte" la cortesana y negue con la cabeza indicando le a un joven que nunca había visto dentro de orquesta que la música debía continuar, The phantom al escuchar que la música seguía en la parte de Don Juan no tuvo más que cantar esa pequeña parte que le correspondía, aún así el no separaba la espada de V, solo me veía con su ojo de tonalidades malva, retante y sentenciandome -Bien Montserrat, lo tienes donde quieres, ¿Estás segura de hacer esto?-sin decir palabra alguna asentí convencida a la voz de mi conciencia -Es lo correcto- y comencé con mi parte:
Me has traído aquí Para ese momento cuando las palabras se secan Para el momento en que aprece la verdad en el habla Rompiedo el silencio El silencio
He venido aquí Sin saber la razón y desconociendo tu verdadera intención En mi mente ya he imaginado lo que pasaría, si me conciderarás traidora Y ahora estos tres cuerpos se entrelazan Desamparados y en silencio Ahora estoy aquí con ustedes No hay dudas He decidido Decidido
Más allá del punto de en que no hay retorno Ya no hay vuelta atrás Dejemos a este mentiroso enmascarado Y tú y yo mi Don Juan Triunfante Unamos nuestra pasión, el juego ha comenzado por fin
Más allá de toda idea de bien o mal Una pregunta final ¿Cuánto tiempo debemos esperar antes de dos somos uno?
Entonces llegue en forma tentadora hasta su presencia, me quite las mangas del vestido, baje los pequeños tirantes de encaje que sostenían todo el vestuario a mis hombros, ahora esta jugando mi papel, la mirada timida cambio, y una más seductora florecio, el semblante y el baile de mis caderas le invitaba a que siguiera mis pasos, entonces ambos hicimos lucir aquel escenario de aparente infierno en un lugar con calor de verdad, parecia los anaranjados más vivos, los rojos se movían de un lado a otro con más intensidad y el circulo en medio de el escenario parecía que después del pecado nos consumiría vivos. Subimos escalon por escalon, jugando con la lujuría y cuidando el paso del otro, ada uno en su propia escalera, hasta que en lo más alto de aquel ficticio espacio nos topamos frente a frente -A caído- pense cantando victoria, acomodando el vuelo del vestido y observando la sorpresa de la gente, por un momento mire a al cazador asintiendo con la cabeza y regreso mi mirada a The phantom cantando el resto de la pieza.
¿Cuándo comienza la carrera? ¿Cuando el amor florecera, cuanto más a Chrommagia, Margaritte la flecha le quedará clavada? ¿Cuándo las llamas, al fin nos consumirán?
Ambos terminamos la canción, acercandonos y estrechandonos cuando finalmente quedamos a centimetros de distancia, pasee su mano por mi cuerpo y finalmente quede quieta sin movimiento dejando que él jugara con mis rizos, mientras terminabamos por decir:
Más allá del punto sin retorno El último umbral El puente es cruzado Así que a ponerse de pie y observar como el infierno arderá Con la muerte de los dos, el pecado y la traición no sedujo Hemos pasado el punto donde no hay retorno
Todo quedo en silencio y entonces sin más le quite el antifaz pero antes de que la gente le pudiera contemplar el saco una navaja y ropio las cuerdas que sostenían el cadelabro... Los gritos se escuchaban allí abajo, tal fatal incidente cobro su tres victimas: Un niño y sus padres, la gente comenzo a correr despaborida pero The pahntom penso en todo, las puertas y ventanas estaba cerradas y el salon comenzó a arder en llamas, quise ver hacpiua donde estaba Spencer y mis creadores, ellos ya no estaban, otras personas que desconocía también se levantaron, pero el fantasma ya tenía aliados... ¿Que pasará ahora?.
Montserrat Vasari
Vampiro Clase Media
Mensajes : 287 Fecha de inscripción : 15/06/2011 Localización : En cualquier lugar donde viva el arte parisino
Y en medio de todo lo que pude haber dicho o hecho, mi obra debía continúar y así embelasado por la voz y los movimientos de Montserrat enbaine la espada -Mi música, como pude haberte desairado- pense, y fue como cante como interprete mi parte, sin embargo las miradas dicen mucho más que todas las palabras del mundo, y con ojo amenazante mire fijamente la máscara del cazador -Esto no se ha terminado- susurre mientras le empujaba con el hombro, Montserrat me guio hacia las escleras, ella veía con sorpresa como apenas si tocaba el piso, la capa me llegaba hasta la punta del pie y entonces en lugar de un hombre parecía ser una sombra la que levitaba y asendía, una sombra que no tenía rostro, tan solo un ojo, uno solo pero que podía desnudar el alma y matar de una solada fija mirada. Con fuerza turbia nos mirabamos frente a frente, en mi orilla no había más oscuridad, parecía que la vampiresa le cantaba a la nada, y solo por aquella vez o usaría mis habilidades que poseía entre las sombras, incluso llegue a despojarme de la capa arrojandola al medio de esa falso aro de fuego. Termine por estrecharla fuertemente, mientras ella reconfortada reposo su peso en mi pecho mientras me daba la espalda, su mano guiaba a la mía por todo su cuerpo y finalmente la dejo libre para que hiciera de ella lo que quisiera, jugue con sus rizos, percibi el aroma de su cabello y de pronto cual instinto mis manos emepezaron a acariciar su cuello -Aún tienes esperanza de salvar tu vida del infierno- susurre a su oido -Sería un desperdicio que tu voz terminara siendo el instrumento que anunciará la tortura que sufrirías en ese lugar- platique en tono bajo y amenazante -Y mi voz, mi máscara no puede ser fundida en el infierno, solo imagina la verguenza de tú ángel- dfinalmente conclui la pieza:
Dime que vas a compartir conmigo Un amor, una vida Chrommagia lleva en tus alas mi nombre, eso me salvara de mi soledad
Dime que me quieres Pero contigo aquí A tu lado, mi voz será escuchada Donde quiera que vayas No me traiciones de nuevo avecita Montserrat es todo lo que pido...
Todo quedo en silencio y parecía accedería a mis demandas por el bien de su vida, volteo, mirandome cariñosamente, puso las manos en mi mejilla y entonces me quito la máscara, mi antifaz -¡Serpiente traidora!- exclame mientras la tomaba por el cuello -¡Me han visto, me han visto!- tome la navaja que si ocultaba debajo de la manga y empecé a cortar esas cuerdas que sostenían al candelabro improvisadamente -Pero sabes que Montserrat, nadie...¡Nadie vivirá para contarlo!- el enorme artefacto cayó en medio de la sala, cobrando sus primeras victimas -Esto si es divertido- reí a carcajadas abiertas -Observa lo que has hecho con tus propias ¡Tonterías!- le tome por la nuca con fuerza obligandole a mirar a la sala -Y todo por él.... claro todos terminan queriendo el lado bueno ¿No?- comente con furia contenida -Pues a mi no me tendrán cariño, ¡Todos a partir de esta noche me tendrán respeto y terror!-tranquilice mis carcajadas -Pero tú ya no vivirás para apreciarlo- le hice mirar me a la fuerza -¡El ángel de la muerte te condena al infierno!- acerque mi rostro hasta el suyo de tal manera que las llamas que ya empezaban a hacer arder el lugar le dieran un boceto de como era en verdad mi rostro -Si Montserrat, soy una horrible gargola que danza en el infierno, sin carne que le cubra los huesos, sin parpados, sin labios...- le arrebate las telas y el antifaz de la mano -Quiero que mires muy bien, porque con este adefecio ¡Será lo último que verás!- le arroje al pescenario ya envuelto en llamas a causa del papel de fantasia y el telón había caido, sus estructuras eran devoradas por el hambre del fuego -Se me olvido... tu castigo es por alta traición, bueno... supongo que al purgatorio que irás te lo dirán- pero ya ni un quejido de ella o replica de ella se escucho -El ángel de la muete mata rápido, no es así Leviathán- sonrei de manera maliciosa a mi contrincante quién demasiado tarde subio para rescatar a su complice -Pero por alguna extraña razón ni mis técnicas ni mi veneno a logrado matarte ¿Porque?- avanzaba a pasos amenazantes mientras me colocaba el antifaz y la tela -¡Observa que tan rápido he ternminado con todo el lugar, el humo sofoco a los que en vano corrieron al Hall principal, otros más el candelabro les apalsto con su peso infernal, sus llamas se propagaron incinerando todo cuanto hay su paso!- sonreí hipocitamente -¡A caso no soy la causa de muerte más rápida que ha existido y todo por la culpa de tu amiguita que ya es historia y la tuya por supuesto por venir ¡Aquí... a enfrentarme... otra vez!- hable pausado -¡Escuchas eso!- exclame -Es lo que yo llamo música para mis oidos- contemple la puerta del atico donde una de las bailarinas gritaba intentando revivir al tramoyero, al "Amor de su vida", mientras las acomodadoras intentaba guiar a la salida, y los administradores se lamentaban por su teatro -Eso es música, notas salpicadas que forman acordes, deleitantes si, pero no lo suficiente- de nuevo la espada hizo aparición -Con tus gritos, no haré acordes, compondré una sifonía que me deje más que satisfecho- me acerque más mientras el enmascardo sacaba de sus bolsillos algo que no podía distinguir -Es cierto los trucos- asentí sarcastico -¿Cual va ser el de la función de hoy, el conejo que sale del sombrero?- quede a la espera de su respuesta, mientras me ponía en guardia, con sonrisa maliciosa y sintiendo el calor aumentar a medida que las llamas crecían y se dispersaban.
-¿Y a que hora empiezan los muertos?- le pregunte a Devora quien creo ya estaba demasiado irritada mientras veía con desprecio a un hombre que se hayaba en la planta baja -Ja, ja, ja...Devora ¿tan pronto cambias de modelo?- rei a carcajadas abiertas como si sus actitudes fueran un chiste para mi -Lo que no sé a verdad cierta es quién de los dos se enfadara más... el maguito a siempre te perdonara, pero el lado b siempre resultará un C- reí cada vez más divertido -Es decir una C de cabeza descalabrada- bote de la risa alzando los pies hasta quedar completamente encorbado dentro de ese asiento -Entiendes... cabeza rota...se... se entera que lo cambiaste.... y ¡Pum!- no podía parar de reir y cada vez me estaba empezando a doler el estomago de la gracia que me provocaba imaginar como se le fracturari el craneo -Lo... lo único malo- intente recobrar el aliento -Si es que sobrevives no sé como te va a quedar la corona- hice ademanes de una corona mal acomodada -Quizás para sostenerla tendrás que ponertela de cabeza para que se sujete, La sobrena del reino del revés con la corona al revés- seguí riendome pero tan pronto como las luces se apagaron mi risa se extinguio por completo -¡Un eclipse!, ¡Lo ves Domine-Domino, un eclipse!- entonces aquella joven tan bella y tan cuerda me explico que no era un fenomeno de esa naturaleza, si no un artefacto que pendía del techo -¿A sí, eso era?- me encogi en hombros -Eso yo... ya lo sabía, solo quería saber que tan inteligente eres- me cruce de brazos -La artificialidad moderna- musite entre dientes. -Y dicen que el loco soy yo- le susurre a mi hermosa mujer que también observa con deteinimiento como Devora hablaba y ser reía sola, esa risa provoco que la mía volviera a brotar hasta sacarme lágrimas de los ojos -¿Y de que nos estamos riendo he?- pregunte serio finalmente -No entedí el chiste, espera... ¿Dijo uno?- pregunte a la inquisidora quién inmediatamente se encogio de hombros y entonces mi retorcida mirada se centro en el escenario y vio a un enmascarado postrado en medio -Se gustas, se gustan, son novios, son novios y se besan sus bocas- dije animado apaludiendo entre cada pausa -¿Y el que papel representa?... ¿el enmascarado feliz?, desde mi punto de vista con esa máscara debe ser muy infeliz, el sujeto que sale en el espejo debería decirselo de vez en cuando- asentí seguro y con expresión de repugnancia, entonces Devora se levanto de su asiento -¿Puestos?- pregunte extrañado -¿Pero si nosotros no somos mercaderes, acaso venderemos recuerdos de visita?, en futuro sería un gran negocio- entonces Devora me tomo por el cuello y emezó agritonearme -Esta bien, esta bien- respondí con dificultades -Pero no te enojes- me regreso al asiento con fuerza quedandome a disfrutar de la obra << Vamonos >> grito el brujo -¿Pero porque, ya se acabo la obra?- le pregunte entre burla y borma e igual que Devora me llevo por el cuello -Ya mejor comprenme una correa ¿no?- y así nos fuimos entre jaloneos y bromas hasta uno de los aticos que estaban ocultos en las alturas del teatro -¡Vaya vestigios!, neciesitan una buena remodelación- camine entre las cosas dispersas de aqui y de allá -Alguién deberia enseñarle a este fantasma un poco de civilidad- comente imitando a un profesor estrictico de la epoca -¡Hasta un cadaver usado hay aquí- era un joven muy bello por cierto, que tenía la expresión de miedo y angustia en sus ojos -Necesita unos ajustes- pensé y mientras los otraos platicaban quien sabe de cosas saque una navaja de la solapa y empece a cortarle por la mejilla, mientras lo recargaba en una pared -Eso ya esta mejor- saque un espejo de oros -No hay nada mejor que una gran sonrisa- comence a reirme a carcajadas -Observa que hermoso te ves- pero el cuerpo cayo al piso -Ups, perece que se murió del susto- y entonces Devora me llamo diciendo que si yo tenía algo que decir -¿Yo?- me autoseñale extrañado -¿Que siempre quisé ser actor de ópera?- quede pensativo en medio de la timidez que desborde en esos momentos -¡Ah no era eso, es de el plan!... si el plan- baje mi tono efusivo a uno más siniestro -Lo divertido de esto es que haremos masacre y media... sin sangre la fiesta no tiene chiste- solte algunas carcajadas -Bueno... el que elimine a más aliados de Leviathanito obtendrá más puntos y más puntos equivale a más francos....bueno en el equipo de cuarta del cazador está un inquisidor del cual primor te encargarás tu- señale a Domine -Dos Maguitos, de los que te encargarás Zeus y cara oscura Zeus, un Lobito, de esos perritos pulgosos que no tienen nada de tierno el cual ya se lo encargué a otro.... Un cambiaformas, un humano miedoso y un gitano, no creo que tan dificil sea eso para ti ¿o como lo ves tu Cynder?- le cuestione al ver su evidente indecisión -Por último yo me encargo de Stefano y Devora... para que te digo...- les mire a todos con sonrisa malevola -¿Alguién tiene preguntas, sugerencias?- mire a todos por igual -Bueno...si las tienen el departamento de dudas y quejas solo abré de vez en cuando desde el medio día hasta pasada la una de la tarde- asentí con la cabeza, comenzandose a dispersar -¡Al ataque mis valientes!- exclame desanimado -¡Solo a nosotros nos falto una melodía!... ¡Diablos porque no pusimos a Bethoveen!- exclame mientras iba en busqueda de Stefano.
Todo paso tan rápido para ese vampiro que no hacía más que rezar y que sentir la tristeza de aquel humano y la fragilidad de la pendía la vida de quién se encontraba cantando en el escenario. Recargaba su mano en el hombro de Spencer y con la otra mano iba contando decena por decena de aquel antiguo rosario con rosas y flores talladas en cada una de las bolitas de madera, ese vampiro gozaba de repasarlas con el dedo, era la forma más facil que encontraba para desahogar ese sentimiento que le oprimia el pecho sin ser tan evidente con el coronel Slade, pues si bien Gideon sabía que era ciego solo era fisicamente por en el interior, con él alma el podía verlo todo. Cuando aquel enmascarado salio a escena el inquisidor levanto la cabeza y mientras escuchaba atento cada una de las palabras del misterioso hombre que había entrado con una melodía majestuosa, guardo aquellla artesanía religiosa y por un momento se sintió comprendido, el hombre había hecho mención de los que recluto, de los que no se atrevieron por ser juzgados o porque dentro de todo n esta situación, en esta batalla así como él aquellos que no aceptaban su naturaleza tal y como era debían darle la cara si querían sobrevivir o leberar al país de ese vampiro maldito. Pocas ganas no le quedaron de aplaudirle, de decirle que lo admiraba y de cuán agradecido estaba por lo que dijo y por haberlo reclutado, todas las dudas se habían dicipado, entonces cerro los puños y quedo innerte mientras aquel desdichado hacia aparición. La amada de Spencer quedo en medio y la melancolía de su canto también desaparecio al entender un poco de ese mensaje que la gente ignoraba o ni siquiera distinguia que era verdadero, al girar su cabeza de lado a lado con esa profunda mirada pudo percatarse que la obra era seguida por todos, esperando a que ese ser o que los dos más adelante allí arriba se matasen o matasen al primer enmascarado -Dios nos guarde- rezó en el mismo momento en que vio como el enorme candil que pendía del techa iba en picada directo a la famalia que vio morir en el preciso momento en que cayo sobre ellos y otra vez las atroces escenas de sangre regresaron como Deja vú a su cabeza, abrumado se levanto de su asiento perdiendo de vista a sus dos amigos, llevaba sus heladas y blanquesinas manos a las cienes como si hubiera perdido el jucio, se sentía mareado y no sabía si era el calor de las llamas que de pronto le rodeaban o era el intento de reprimir sus instintos el que le sofocaba ,entonces de la nada quedo en medio de las butacas incendiadas y de las derribadas por ese artefacto -¡Spencer!- exclamo mientras observa su alrededor, percatandose que estaba de rodillas en la alfombra llena de tisne y cenizas -¡Coronel!- volvio a llamar a sus amigo pero no obtuvo respuesta, intento ver hacia el escenario pero solo vislumbro dos sombras viendose máscara a máscara y alli en el procenio a dos hombres intentando reanimar a la joven que permanecía inmovil. Se levanto como pudo en medio de esa bruma gris intento caminar pero solo lograba hacerse más ciego, se quedo quieto hasta que el misma tragedía le condujo hacia un camino ente comillas limpio de todo mal, pensand en encontrar a sus compañeros y ayudar al enmascarado tomo el sendero pero solo encontro puertas cerradas y entonces una sombra femenina se vislumbro, intento recordar y no conocía a ninguna mujer dentro de los que se vieron en la catedral, se percino en la señal de la Santa Cruz y pidiendo perdon con un "Mea culpa" saco el revolver que llevaba previniendo las posibles circusntancias, la firmeza de sus manos volvio hacerse latente mientras cargaba el arma y posicionaba el dedo al gatillo -¡¿Quién eres!?- hablo con voz atoritario mientras su flequllo le impedia la un poco la vista pero aún asi no bajo la guardía -¡Muestrate o disparo!- indico fiuertemente y espero a que quién fuese saliera de su escondite pero nadie dio la cara -¡Te lo advertí!- y cual arma de la inquisición empezó disparar en diferentes direcciones, concentrado en la puntería y el ceño fruncido, entonces despúes de que las balas se terminaron descanso se inquieto al escuchar un allido a lo lejos -Alex- musitó, desviando la mirada del peligro.
Ojala Nigma me hubiese pedido que me quedará con él, pero mi alocado vampiro le gusta trabajar solo, aun así por lo que sucedio la noche anterior no podía sentir más que el era mi pareja, mi hombre y que yo debía estaar con él para protegerlo... -Señor N- musite cariñosamente mientras desaparecio entre el humo y la polvadera gris -Ten cuidado amor mío- y así yo tambien tome mi sendero donde me encontraría con aquel inquisidor que si algo sabía era un condenado... un vampiro, incluso llegue a toparmelo varías veces en "La Corte de los Buhos"... pero el nunca hablaba, se mantenía callado con su rosario y leyendo la biblia -Esto va ser pan comido- pense con una sonrisa de oreja a oreja como si el señor N me hubiese contado uno de sus tantos chistes -El partido esta ganado, un cuchillazo y luego un disparo al corazón, entonces ¡Kataplam! caera como mosquito incinerado por la luz de los faroles- podía escuchar su revolver, podía percibir sus pasos, sabía donde estaba... sus gritos desesperados y llenos de amplia desesperacion me decían eso y más, sus disparos solo me dictaban sus debilidades, el pobre ya esta muerto -Pero que mala educación tienes, tratar así a una dama- dije indignada mientras buscaba escondite entre las llamas y una butaca que aun estaba integra -Sabes, yo escuche mucho de ti en la corte... el famoso vampiro humano, el vampiro santo- solte en carcajadas -Y creo que la corte no estara muy feliz de que tu y yo estemos haciendo esto- puse las manos en mi barbilla -Pero calma todo en esta vida- ladee la cabeza y realicé gestos con los ojos -Y en tu muerte hay solución, te remato, te hago pasar por el traidor y ¡listo!- empezaba a transpirar, podía sentir esas gotitas resbalar por mi frente, el traje estaba cada vez más ajustado, emepezaba a preparar las armas, primero los cuchillos de plata -Tú asi quedarás como el traidor, huiré yo con el señor N y los dos enmascarados mueren ¿Te parece la idea? ¡Para mi es perfecta!- dije con efusiva alegria, mientras me asomaba sigilosamente por entre la butaca y el tisne que volaba por los aires -Vamos que no puedes var hacía otro lado- pensé mientras me lleve el susto de mi vida pues una bala había transpasado el respaldo. El silencio se hizo presente cuando un aullido impero en el lugar, mi enemigo me perdio la pista y supe que era mi ooportunidad -Camaron que se duerme se lo lleva ¡La corriente!- reí a carcajadas y dicha la última palabra con gran esfuerzo tras la fuerza y la velocidad con la que me dirigí al vampiro llegue a contratacarlo por la espalda -Muere Gideon, muere- intente darle algunas puñaladas que detuvo una vez que me dio la cara, usando mis tecnicas los cuchillos empezaron a rasgarle la ropa -Uno- cero- declare victoriosa al ver como la sangre comenzaba a correr por sus pantorrillas manchando de color vino el pantalón fino que portaba. -Los cuchillos son mi especialidad- adverti sarcastica guardando mi distancia, las llamas parecían ser la pendiente a la que estabamos sentenciados a caer si alguno de los dos perdía -¿Bueno no piensar disparar de nuevo vampirito?- pero el vampiro comenzó a levitar -¡Demonio!- excleme en cuanto me llevo por los aires, arrojandome por las paredes hasta dejarme sin aliento. Medejo alli rendida en el piso, apenas con fuerzas para respirar y el cabello alborotado y jadeando por el dolor que sentía en mi cabeza y espalda -El peor herror ... que puedes cometer... es darle la espalda a tu oponente, dejame enseñarte lo que te pasa- tome impulso para levantarme propinandole una patada, después puñetazos en sus costillas, en su estomago y en la cara y cuando lo deje algo perdido y si equilibrio le propine otra patada con tal fuerza que fue arrojado hasta el otro extremo de la sala destrozada, rompiendo lo poco que quedaba de ella -¡Ahhhhhhh!- grite con energía con los cuchillos en dirección a el, salte transpasando las llamas y con una marometa en el aire aterrice justo clavandole una de las dagas en el costado, comenzando a reotrcese de dolor por el material en que estaban hechas mis cuchillas, el vampiro se quejaba de dolor y en vano nombraba a Dios -¡Por favor dejalo en paz! nunca has entendido que el no te escucha- comente sinitiendo que ya la victoria era mía, mientras lo contemplaba desde arriba, de pie le daba vueltas aún algo adolorida, cojeando de mi pierna izquierda -Estas heridas son minimas vampiro, lo que te esta sucediendo es una muerte lenta- le susurre amenazante quitandole el arma en donde su cuerpo la tenía incrustada, esta estaba ligeramente roja de la punta y su brillo contrastaba con las llamas, la sangre parecía reluciente puesto que estaba fresca -Y cuando termine contigo insineraré tu cuerpo en esas llamas, piensalo bien.. finalmete estarás a temperatura ambiente y ahora..- comente presunciosa frente a él postrado en el piso -Dejame darte el tiro de gracia- guarde los cuchillos y saque el recolcer que contenía las balas que tanto les hacía mal -Adios mi moribundo y traidor colega- coloque mi mano en el gatillo -Vamos Domino, un disparo al corazón y tu trabajo termino- asenti ante el pensamiento y tome con firmeza el gatillo, sin mostrar piedad, dispare varias veces, la polvora dejo su rastro acostumbrado impidiendome ver con claridad si el ya estaba muerto ese engendro.
Después de la tremenda alegría que sentí cuando Montserrat salió a escena, en el corazón algo me dictaba que lo que seguía en los momentos siguientes iban a ser tan trágicos como la vez en que le habíamos rescatado, intente pensar por un momento que solo se trataba de la culpa por entregar a Alessandro con sus enemigos de apuestas pero... cada vez que le veía, cada vez que contemplaba a mi pequeña vampiresa esa sensación regresaba y cada vez con mayor intensidad. Sentía la presión en el pecho, una presión que me quitaba el aire, en vano intente tomar aliento o estrujarme el ropaje del pecho con mi mano, la sensación permanecio aún después de que un enmascarado salió a escena, la expresión de mi mujer lo decía todo, le conocía y sabía perfectamente lo que estaba sucediendo y las consecuencias que acotecerían después, to se reafirmo cuando aquella cualida sombra le amenazó brutalmente en contra de su vida -¿Entonces Alessando jamás...?- interrumpi mis interrogntes internas -¿Que he hecho?- dije con culpa, el verdadero culpable que mantenía ocupada a Montserrat por las noches era ese ser extraño, que le mantenía dominada y atada a él y tembién era mi culpa que hubiese caido Montserrat con ese eminente peligro, al alejarla de mi lado y el de Alessandro termino enredandose con la mala calaña con tal de conseguir un nuevo maestro. Tan pronto ocurrio todo que un parpadeo la enorme araña de cristal se hayaba incrustada en algunos cuerpos, mientras que en el resto del lugar las llamas ya no estaban consumiendo, la gente gritaba desesperada, intentaban corre al Hall principal, pero algunas el humo las sofoco desvaneciendose en el intento y otras más en la estampida humana cuando salieron corriendo, las puertas y ventanas estaba cerradas, la sala estaba destrozada con todo y sus asientos, una mujer lloraba arriba en una puerta abierta y los administradores se apenaban y se lamentaban por la tragedia y la mala adequsición del local. Podía observar todo ello desde el piso, Alessandro al ver que el enorme adorno venía en picada me empujo con toda su fuerza hacia al otro extremo del teatro, el ya estaba en pie en aquellos momentos, buscando desesperado a Montserrat, me ayudo a levantarme preguntando si no la había visto. Pensamos que el fuego abrazador la había consumido pero fue el mismo humo gris el que nos dio unos segundos para contemplar el escenario ella allí estaba, tendida en el piso e inconciente ese desdichado seguramente la arrojo, corrimos tan pronto sin importar las quemaduras provocadas por las vigas que vencidas caían en el camino. Cuando llegamos hasta ella, se encontraba inconsciente y con el cabello alborotado cubriendole el rostro, rápido intentamos levantarle y quisimos que despertara o mejor cargarle en brazos pues algunos disparos podían oirse al otro estremo de la sala al igual que el choque de los cuchillos, pero como en todo Alessandro y yo comenzamos a discutir por quién la cargaría en brazos, pero entonces una sombra femenina entro en el acto, callandonos con el sonido de sus labios, sabía quién era venía por Alessandro. Deje a Montserrat con él y me adelante pasos -Escucheme he cometido un error- dije angustiado -El es inocente, lo juro, malinterprete las cosas , el no tiene nada que ver con lo que paso entre Montserrat y yo, dejelé ir...-suplique pero la dama me aparto y un loco se me avalanzó -¡No!...-grite mientras aquel caballero me comenzaba propinar golpes sin defenderme por estar al pendiente de los dos -¡Corre mientras puedas, Alessandro todo ha sido una trampa! ¡Perdoname, mil veces perdoname!- rogue quedando algo aturdido por la golpiza a merced del otro que ya tenía conmigo la batalla ganada.
-¡Bravo, bravo y más bravo!- heble mientras despampanante salía por entre las llamas, cuanto desastre había originado un simple jueguito de venganzas cruzadas, sinceramente tanta muerte, tanto ruido y tanto pavor no hacía mas que dar un pequeño placer -No saben como amo el dramatismo, a mi parecer estuvieron... muchisimo mejor que el enmascarado y la tonta que esta en el suelo- finalmente me detuve ante ambos caballeros que no hacían más que mirarme con angustia y extrañesa -Pobre ilusa... - dije con lastima finjida -era poca pieza para The Phantom, era de esperarse que muriera de esa manera- rei carcajadas sarcasticas acercandome al cuerpo de la chica yacido inmovil y al parecer sin alama dentro -Vamos admitanlo ella ya esta muerta y no por la caída, ¡No!, los vampiros no morimos de eso, ¡Sería ridiculo!- camine hacia donde estaba aquel hombre de semblante duro y antiguo, viendolo bien sus canas era un atractivo, mi madre debo confesar no tenía tan malas preferencias después de todo -The Phantom hace cosas terribles a quienes les traicionan, los mata, juega con los cuerpos, les hace sentir amados.... cobijados... y después una mordida, una soga en el cuello ocualquier cosa sadica que venga su mente la ejecuta sin remordimiento... ¡Vamos admitanlo!, no la hubiera dejado caer sin asegurarse que esté muerta- termine en en un susurro malevolo, enrollando mis brazos en el cuello de Alessandro, acariciendo sus hombros procativamente, dejandole despacio de tocarle con mis manos. Sigilosamente me acerque al cuerpo, le observe por minutos y la sonrisa comenzó a esbozarse de a poco hasta hacerse demasiado notoria, inclinaba mi cabeza de un lado al otro tan despacio como me era posible, después tome impulso y con la zapatilla le propine un pequeño golpecito en los costados que hizo girar al cuerpo sin que emitiera queijido alguno -Si, ya esta muerta- hice un par de muecas, mientras enderesaba mi postura, regresando con el baile de mis caderas al lugar de donde había salido, sonrei a penas un poco, mirando fijamente a Alessandro -Pero... para que vean mi gran benevolencia de reina, con gusto los mataré para que se vayan al infierno con ella- entonces el vampiro de cabellos largos y de color tan negro co la noche se pendío de mí implorandome perdón, pidiendo que les diera la libertad, incluso tuvo la osadía de aferrarse a las telas de mi fino vestido desgarrandomelo de la pierna derecha -¡Atrás plebeyo! ¿Que crees que haces?- conteste molesta mientras lo arrojaba al piso de un empujón -¡Mira lo que has hecho, rompiste mi vestido tan caro y fino!, ya estarás satisfecho- frucí el ceño, cuando intentaba acercarseme de nuevo -Oh no querido, lo que se le vende al diablo ya no tiene ni devoluciones ni renbolso- musite -¡Riddler!- llame al desquisiado vampiro que esperaba desde las sombras, ya más que ansioso por descargar su instinto asesino, le ataco propinandole golpes casi mortales -¡Mil veces perdoname!- dije arremedando -No se cansan de dramatizar ustedes dos, ni siquiera cuando Stefano te entrego a mi la noche de ayer... ¿recuerdas el cementerio Alessandro?- comence a acercarme de nuevo a el con sigilo como si estuviese pisando aguas turbias de los pantanos -¡Como se rogaron, se imploraron! y ete muerto de celos- le señale con una mano -Te entrego a mí, sin saber que en realidad su "amada" estaba sometida por los encantos de The Phantom, que en realidad la noche en que ellos dos se entregaron a las llamas de la pasión, su... intento de vampiresa estaba pensando en el, en lo que pasaría si su Ángel se hubiese enterado- asentí -Sí, Stefano es un traidor, pero no menos que tú- entrecerre los ojos llenos de ira. -¿Quién soy yo?- solte unas cuantas carcajadas -La pregunta ofende caballero Alessandro Aznavour o ¿No eras parte de la mesa redonda de Arturo a quién por cierto traicionaste en el nombre de una mujer llamada... Morgana Le Fay?- sonreí con la victoria reflejada en los labios pintados de carmín -Te tengo una noticia.... Morgana sobrevivio a la caida de Camelot, a la ira de los mismos dioses y del propio Merlín, pero no sobrevivio a la ira de su propia hija, que por cierto nacio en medio de las carencias del destierro- aquel hombre quedo impresionado con la historia que le había confesado -Así es que... Stefano no te sientas culpable por que tu creador es otro de esos traidores- le observe detenidamente -Nigma, loquito de mi vida, se buena con tu reina y matalo ¿Quieres?- comente con cierta ternura. -En cuanto a ti Alessandro he venido a cobrar la venganza que mi madre ya no pudo ejecutar contigo pero que yo la cumplire en su honor- le mire con rencor y aires de malicia -Aún no me entiendes, la idea es resurgir Camelot, restaurar el reino donde yo asumiré el poder... The Phantom se alió con mis fuerzas, ambos conseguiremos lo que deseamos y contigo derrtado, el resto está muerto...- hable con veno en mis palabras. Me acerque lentamente como una vibora a su propia presa, me concentre en el objetivo mientras mis ojos que le veían fijamente cambiaron a un carmesí brillante -Vamos a torturarte un poco- musite comenzando a infringir dolor en su cuerpo, don vampirico que siempre me resultaba eficaz, Alessandro fue cediendo quedando de rodillas ante mi -Que tal se siente el dolor dentro de tí- simule como si no pudiese oir sus quejidos ni sus palabras -¿Que dices?, disculpame el crujir de las llamas y las vigas cayendo no me permiten escucharte- eleve el volumen de mi voz -¿Que aún no lo sientes?, permite entonces subri la intensidad- mis orbes se hicieron aun más brillantes rojisas -Escuchame bien Alessandro ¡Yo Devora Le Fay, asesine a la gran Morgana Le Fay, mi propia madre y cualquiera que me estorbe le haré lo mismo.. tú... tú... me estorbas, me enojas y por ti mi madre termino manchando mis manos de sangre, tanto que lavaré la suciedad con la tuya!- comence a reir a carcajadas mientras el en el piso trataba de ponerse en pie.
-¿Y eso es todo lo que tienes Devora Le Fay?- hable a sus espaldas mientras ella creía dominarme -Nunca más volví a pensar en Morgana, ni siquiera se vino a la cabeza que despúes de Mordred tuviera el valor para tener más demonios como ese- ella con esas orbes tan delicadas y tan llenas de odio, me observa de pies a cabeza, regresaba su mirada hacia aquel que se quejaba sin dejar de lado la concentración -¿Que es lo que quieres que diga?,¿Que te pida perdón o que mate a mi creación por la traicion que me provoco al venderme como mercancía para liberarse de la venganza dictada por celos?- poco a poco fui dando pasos cada vez más largos, orillandola hacía el punto en que el escenario estaba envuelto en llamas aún más que el resto, amenazante y decidido a la vez, ayudado por la gabardina me hacía ver más alto e imponente -Ahora Devora... ¿Porque no me atacas? ¡Porque diablos no terminas por matarme y limpiar tus manos con mi sangre!- le tome por el cuello levantandola ligeramente -Se me olvidaba... tu aún eres una neofita que en todo te supera esa a la que tu llamaste ilusa- asenti con fuerza -Sí puede ser que tu hayas heredado la belleza de Morgana pero sin duda no tienes su ¡inteligencia!-, le arroje al suelo con potencia. Aremangue los brazos del abrigo mientras ella se levantaba a penas del piso de madera, el vestido que portaba ya estaba lleno de ceniza y en vez de verse de tan brillante satin como se supone era, podía apreciarse que enlodado y sucio, como una pobre pueblerina buscando suerte en otra ciudad -Creeme Devora hagas lo que hagas e intentes lo que intentes Stefano no me matará, por que el sabe que con la misma moneda se paga, además nunca podrás anular el amor de hijo a su padre, las creaciones que hacemos son iguales a un primogenito... y tambipen ellos como hijos cometen errores, nadie nace sabiendo... la gran prueba eres tú al tratar inutilmente de matarme con ayuda de Stefano- me puse de rodillas ante ella -Además de traidor a traidor tu serias la menos indicada para tomar la corona de un Camelot que jamás regresaría a ser lo que es porque simple y sencillamente eres de esas mujeres hermosas y bellas pero de cabeza hueca y vanidad en vez de orbes... ¡Tu reino fracasaría!- le tome por la nuca levantandola de inmediato con fuerza tal que de a poco los dedos le daja marcados -No importa que yo muera o que todo París muera, será la suerte la que te lleve a la desdicha, creeme la vida se cobra los errores muy caros y... para los malos a veces suciamente, te lo dice un vampiro tan viejo que cuando tu vas yo ya vengo jovencita- le fui encaminando hacia el fuego -Observa bien en ese circulo de llamas, miralo detenidamente- << Morgana >> Músito -Dirigete a ella y pidele perdón- le hice bajar hasta el piso a la fuerza -¡Pero de rodillas!- le dí vueltas en su sitio mientras pronunciaba -Ni tu ni nadie tenias derecho a juzgarla salvo los dioses y Merlín mismo, no tienes derecho a culparme por algo que tu propia madre provoco o... ¿Acaso no te conto la otra parte de la historia?- ante su silencio respondí -Creo que no, la verdad de la historia es que tu madre me enamoro con creces, engaño a Merlín y a mí, pensando que me amaba le entregue Camelot en charola de plata y ¿Sabes con que me pago?, con la misma traición que tu le hiciste a ella, me vendio a un vampiro, al emjor postor que me transformara para ver como su reino crecía mientras yo era un mendigo, pero no se imagino que su plan fracasaría y que trono de ese reino jamás volvería resurgir, que se hundiria con todo y su rey, muy probablemente entonces no penso lo que sería de la vida de Mordred y su descendecia venidera- entonces la hermosa mujer despanpanate comenzó a caminar en dirección a Morgana, alzando sus manos para abrazarla y pedirle perdón -Si, Vamos acercate... acercate más- dije algo adolorido y agitación que salia entre dientes -¡Felicidades!- le dijo Morgana -¡Eres la verguenza de toda mi dinastía! ¡Ves porque nunca te quisé!, ¡eres una tonta, pues pareceras bonita pero no rendiras el mismo honor que tu hermano a mi apellido!- la legendaria bruja echo unos pasos atrás para impedir que Devora se le acercara -Ni siquiera sabes ser un vampiro... si así fuera sabrías distiguir una simple ilusión mental que puede generar un antiguo con ayuda de la clarividancia, claro esta- entonces la imagen de Morgana fue desvaneciendose y aparecio en su lugar la mía -Bienvenida Mademoiselle al mundo real- la figura mí desapareció, dandose cuenta en lugar que había caido. -No creo... que salgas de eso viva- me levante del piso mientras recuperaba el aliento del dolor interno que me provoco cuando lo infingio en mi cuerpo -Eso Devora se llama ilusión, un poder que hagas lo hagas jamás poseeras se necesita práctica, constancia y casi un milenio de existencia- me acerque adolorido hasta donde ella se encontraba -Eso te pasa por meterte conmigo y mi familia, eso te sucedio por jugar con antiguos sin pensar en las consecuencias, espero que entiendas lección que tu madre nunca te inculco-, el lugar estaba envuelto en llamas donde solo sus gritos de ardor y dolor podían escucharse tan fuertemente que me hizo soneir de gusto, pues para mi con eso pagaba todo lo que nos había hecho a los tres y a Morgana.
Cuanto ansiaba aquellos momentos, quería ver muertos, tenerlos en mis manos para contemplar sus cara de llenas de angustia y dibujarles una bella sonrisa para alegrarles la vida... es decir la muerte. Sabía perfectamente que Domine, mi bello Domino se hayaba en buenos pasos pues desde donde yo estaba contemplando el lindo panorama, podía ver esas odiosas y cegadoras chispas que la boca de la pistola entonaba cada impacto -Parece tener ritmo- y de la nada comence a golpear con el zapato -Que bella melodía- susurre cuando escuche los quejidos de ese maldito inquisidor que solo nos había arruinado la fiesta, la diversión de anoche mientras estaba con... ¿Con quién estaba?, ya se me olvido pero bueno de todos modos me arruino la fiesta. Parecía que alguién me hablaba -Ahora no, ¡Callense!- le susurraba a lo que crei eran esas vocesillas que siempre me fastidiaban a excepcion de cuando estaba entretenido con mis experimentos -Pero que voz tan más .... seductora me hablo esta vez, normalmente son voces terrorificas y de aire malevolo- reí, intentando contener mis carcajadas abiertas, ue cuando entonces me di cuenta que era Devora la que me hablaba -Adios voz linda-, seguiré con las risas de siempre- me encogí de hombros y salte en dirección del objetivo fijado. -Pero que calor hace aquí y yo con un frack, la vida no es justa supongo- mire a mi alrededor, todo era fuego -¡Pero que escenografía tan realista!- exclame -El fuego conbina muy bien con la tela naranja y negra que... cubría el escenario, aunque parece piel barata de tigre pero bueno...- alce las manos a mis costados y observe al vampiro de larga cabellera y de expresión tan angustiosa como tenía idea, puse la mano en mi barbilla recargandola en el brazo que rodeaba mi torso -Mmmmm, Yo tenía que hacer algo contigo-declare reflexivo y mirando extrañado trataba de acordarme pero nada todo en blanco -¡Ah si!- grite de improviso -tengo que matarte- realice una mueca -¡Empecemos entonces!- reí con las carjadas acostumbradas y mientras intentaba defender a su colega comence a propinarle una golpiza que lo dejo como un completo martir a punto de ser acribillado -Sabías que yo queria actuar en la ópera- le dije mientras le pateaba con fuerza sobrenatural en las costillas -No se que tenga que ver con esto... pero no tengo la virtud de la discresión- le deje finalmente mientras el pobre vampiro intentaba ponerse en pie, yo le contemplaba divertido y aproveche su debilidad cuando se puso en pie, llevandole de nueva cuenta al piso. -Ahora... permiteme mostrarte el poder de mi mente, lo que haré se requiere de mucha practica, afortunadamente yo tuve siglos para aprender- me acerque a su odio -Te diré que la locura es un grado de inteligencia y algunas veces tiene sus ventajas- comence a sonreirle, -mirame a los ojos- alzandole a la fuerza la barbilla, le obligue a mirarlos, de inmediato el joven vampiro se tambaleo aún mas de lo que ya estaba, hasta que se orillo a una de las paredes más cercanas e intento en vano mantenerse entero pero cayo de inmediato al piso aferrandose al piso, empezo a tirar cosas de la escenografía intensificando el fuego -¡Aumentando el poder!- grite alegre mientras mi rival iba a gatas hasta mí -¡Toda la vida he esperado ansioso por usar este poder! vamos a ver para que sirve... debo agradecerte por ofrecerte a ser mi conejillo de indias- celebre gusto comenzando a cantar y al final de cada estrofa le propinaba una patada en donde fuera cayendo, procuraba fuera en la barbilla, como medico sabía que alli se guardaba el equilibrio - El viejo vampiro va caer- una patada lo empujo de nuevo hacia atrás- -Va caer- lo hice retroceder con otro golpe alli en el piso por donde había llegado de rodillas -De una buena vez- pare por un momento, el esfuerzo fisico y mental agotan -El desdichado vampiro va caer- le propine una última patada que le hizo rodar saliendose del escenario -¡Y soy tan feliz!- termine la tonada de la infantil canción mientras enlazaba las manos, exagerando los movimientos. -Nunca había visto a alguién tan derrotado como tú- sonrei abiertamente -¿Y sabes porque a mí esto no me hace daño?- pregunte al hombre que se hayaba tembloroso en el piso -¡Porque yo ya estoy loco!- empecé a carcajearme -Y todo eso que ves ahora yo lo veo todos los días... que resistencia ¿No te parece?- terminemos con esto, corrí tomando un tubo de metal que era del escenario principal, tome impulso -Como dicen por allí... todo lo bueno también tiene su final...-
Me sentía como si todo lo hubiera ensuciado, como si de repente tuviese encima de mi una mano que no me dejase mover, levantarme o de un brinco ir en protección de mi Alessandro, pero como siempre tan ciego como los murcielagos no vi la realidad del asunto, nunca se me ocurrio de verdad que Montserrat buscará otro medio por el cual desenvolverse en esa naturaleza que le dimos pero jamas le enseñamos a utilizar... al grado de vener al propio demonio su libertad, esa libertad que creyo poseer cuando fue transformada y que por ella estaba en el piso tendida y desprotegida. Intente ponerme en pie pero un hombre desquisiado se avalanzó hacia mi justo cuando esa maldita mujer lo llamo, me sorprendio su estado, nunca pense que un vampiro podía caer en un estado mental tan decadente y sus visiones, que hicieron perdeme y poder así matarme era un completa locura que en mis sentidos un poco conscientes me hacían sentir como rasguñaba el piso. Era terrible todo lo que veía, tanto era la gravedad de las visiones que el estomago parecio revolverse, cada una de las tablas de madera del piso comenzo a moverse de su sitio, el escenario estaba siendo removido y tratando de escapar sentí mi torpezar y el choque contra la pared me hizo caer de rodillas al piso.... y allí vi a Alessandro y a Devora caminando y luchando de cabeza, como si el piso estuviese en el techo, ranas saltaban a mi alrededor y de pronto querían atacarme, mi lengua se agrando convirtiendose en serpiente mientras me envolvia entre sus redes, entonces al tratar de mirar de nuevo al frente todo comenzó a darme vueltas pareciendo como si a cada paso que daba la tierra se tambaleaba de un extremo al otro, lo único que veía es que el estaba ergido con las manos tras su espalda, contemplandome con una gran sonrisa en medio de las llamas atroces que el fuego real provoco. Me arrastre en el piso mientras trataba de llegar a el, contemple a una joven de ojos extraños que se intentaba avalanzar contra mí, era de gran tamaño parecida a los gigantes, decidi ignorarla pero su aparente mirada perdida hizo que marchara con mayor lentitud hasta toparme de nuevo con ese hombre, en medio de las tablas que seguian volando haciendo un remolino a mi alrededor, también su el parecio crecer y sus manos se transformaron en garras que me golpeaba con fuerza, sabía eran patadas, podía sentir la punta de sus zapatos, sin embargo no reaccionaba de ninguna forma seguía sumido en su pensamiento, su canción se transforma en un eco lejano que me aturdía a medida que la canción avanzaba, caí en una clase de agujero negro y volvia ver su rostro, vislumbrar su pecho y finalmente el cuerpo entero, estabamos fuera del escenario entre un sin fin de butacas rotas, algunas consumidas por el fuego y otras por el impacto que sufrieron cuando ese vampiro me arrojo al falso vacio. Pude escuchar su amenaza, debía hacer algo o de lo contrario perderia la vida sin lograr vencerle, entonces en medio de ese delirio me puse en pie a un tambaleando y mareado, volvia aferrarme a su saco y la flor llena de gusanos que se movían me dio la respuesta... pronto la aprete con fuerza y algo salpico de ese adorno que le hizo retroceder en cuanto el liquido hizo contacto con los ojos, tome aire mientras todo cuanto había visto desaparecia entregandome de nuevo a la realidad, entre jadeos y respiraciones rápidas finalmente volví en sí. Relaje la cabeza hacía atrás percatandome que Alessandro tenía bajo su dominio a esa mujer, me sentí aún más tranquilo y tome fuerza de nuevo, aproveche moviendome aún algo lento entre las llamas para aparecer detras sueyo y golpearle una y otra vez con tanta fuerza que quedo en el piso -Puede que lo bueno nunca llegue a su final ¡Payaso!- le golpeee una vez mas en el estomago -Pero si revisas la historia los malos nunca obtienen la victoria- le deje finalmente en medio de un circulo de llamas cerca de los palco principales destruidos -Ese fue un estupendo truco- dije presuncioso -¡Que resistencia!- exclame sarcastico -Ahora permiteme mostrarte un poder que se manejar mejor que ningún otro y sabrás porque pude aguantar tanto tiempo una demencia como la tuya- me concentre en su cuerpo adolorido y tembloroso, quejandose todavía por el ardor en los ojos, esos qujidos aumentaron al doble -¿Que tal se siente el dolor?- seguío concentrado mientras me acercaba perpicaz -¿Verdad que ya no es tan gracioso?- aumente el ardor en sus ojos y logre que la cabeza le pusanse de un modo terrible, que las piernas se sintieran rotas y los brazos con miles de abiertas producto de filosas espadas, el estomago empezo a tener colicos haciendolo cambiar a una pocisión fetal, mientras en vano se movia de un lado a otro rodando en el piso, se tallaba los brazos, más cuando intetno ponerse de pie las piernas le tambalearon producto de los calambres que le recorrieron todo el cuerpo, cayendose de rodillas ante mí -¿El payaso esta triste? ¿Necesita enloquecer a alguién para que ser ría?- solte un par de carcajadas -pero si a usted el dolor le esta enloqueciendo... ¿Acaso no le gusta reirse de si mismo?- lo lenvante con una mano tomandole por el cuello de la camisa -Nada lo compone- realice una descarada y finjida mueca de tristeza mientras el parecía un muñeco de trapo sin vida y demasiado viejo -Vamos, haber si entonces el fuego le provoca cosquillas- le proporcione un fuerte golpe en la barbilla arrojandolo al fuego, deje de ejercer mi poder entonces, dandome la espalda volví para ayudar a Alessandor y rescatar a Montserrat.
Cuando el enmascarado salio, supe que entonces el coronel y Spencer tenían razón, quizás mis poderes caninos por esta vez me traicionaron creyendo que todo era un engaño pero como siempre el rencor y el coraje eterno son indudablemente un pañuelo que impide ver lo que podría ser la verad de las cosas. Aquel discurso provoco en mi, algo que no podría describir con exactitud, parecía que ese hombrre nos conocía demasiado bien y pretendía como pago a nuestros servicios darnos un lugar dentro de la sociedad... era para mí lo único que anhele desde hace cuarenta y un años, sentirme humano de nueva cuenta, volver a ser aceptado entre todos sin ser visto como un extraño o un mounstruo con una vida normal negada. Asentí y de emoción pense por un momento apalaudirle pero fue cuando esa sombra escurridiza y malevola aparecio en el escenario, su a aura me lo decía todo, ese hombre era algo más que un simple vampiro, en su escencia podía percibir algo de azufre y en su alma una maldad infinita empapada de sangre, entonces guarde todo impulso regresando ede nuevo a mi lugar y solo por curiosiodad regrese la mirada a Anthony quién parecia algo inquieto mientras vigilaba aquel palco donde pretendía meterme unos momentos antes que la ópera diera comienzo -Algo anda mal con este sujeto- pensé mientras frunci discretamente el ceño, la atención regreso al escenario cuando aquella mujer y el vampiro asesino subieron hasta la parte más alta del escenario y desde allí interpretaban esa extraña canción de la que no sabía muy bien, ni creo los presentes tampoco si en realidad formaba parte del guíon o eran amenazas directas entre ellos tres. La respuesta a este cuestión se resolvio m inutos después cuando quién parecía ser una joven vampireza le quito la máscara y el antifaz que portaba dejando caer por la ira y desesperación aquel enorme artefacto luminoso sobre el publico, la escena queadría marcada en mi para siempre pues desde donde me encontraba vi cada segundo de la muerte que envolvio en llamas a esa tres personas y que más adelante alcanzó a las demas que murieron victimas del humo, del miedo y bajo los pies de quienes corrieron encima de los caidos, mientras que por su azaña la cantante cayo al piso arrojada por ese bestía, mientras otros dos vampiros comenzaron a pelear en el escenario y balazos se escucharon en el rincón más apartado del lugar en llamas. Las bancas estaban destrozadas y las vigas que sostenían el elegante y antiguo techo comenzaron a vencerse por el calor, desplomandose aquí y allá, Anthony se encontraba tranquilo con una sonrisa aparente en los labios, sosteniendo su bastón con amabas manos y una pose de don juan y conquistador -Levantate- le ordene -¡Tenemos que ayudar!- exclame mientras recordaba que Gideon, Sepncer y Frank se hallaban perdidos o muerto allá abajo -Escuchame bien niño bonito- amenacé con odio mientras le tomaba por el cuello de la camisa -Esto no tiene nada de gracia.... ¡Levanta tu elegante trasero de esa silla y vamos por ellos!-le arroje al piso y tome el sendero rumbo a la salida del palco, aquel hombre seguía con una sonrisa que pretendia borrarsela de un buen golpe en la cara, más al seguirme se adelanto mientras me obstruía el paso -¡El pasillo se esta cayendo en llamas, quitate idiota!- le empuje pero tan pronto como abría y cerre los ojos de nueva cuenta el ya tenía su bastón en mano, tratando inutilmente de golpearme, mis reflejos esaban más que aumentados y alertas -¡Que haces, dejame en paz!- senti el corazón me daba vulcos, uno tras otro, la furia comenzaba a apoderarse de mí y la respiración se vovlivo densa y pesada ante cada palabra que me restregaba en la cara. Cerre los ojos fuertemente intentando contener los instintos, sin embargo al ver por ese traga luz a la luna, mi cuerpo se encorbo mientras sentía el dolor, de mis manos salieron las garras y aumentaron su tamaño, el traje se rompio en pedazos dejando al descubierto un pelaje castaño, las pupila se contrajo y mis ojos se volvieron de un tono más claro casí como la miel -¡Que has hecho!-mi voz también cambio, de pronto se oía como el de un demonio, como el de un mountruo que arranca vidas sin piedad -¡Tú.... eres el traidor!- abrí las fauses y me abalece hacía el sujeto que reía a carcajadas que con toda su fuerza logro arrojarme, llevandome consigo los barandales rotos que decoraban el frente de cada palco -Tu vienes conmigo- pense, lanzando un aullido tan aturdidor que le hizo caer de inmediato en medio de quejidos al sentir los estagos en su rodilla mal reparada. Entonces la luz de las llamas dejo de iluminarle pues al transformarme era aún más alto que un hombre promedio, le vi por un momento fijamente y luego levante una de mis garras dando un fuerte zarpaso para que su cuerpo saliera volando a tal grado que se estrello con una de las musa metalicas que estaban al costado del escenario, tirandolas al instante -Ya esta muerto- me imagine y utilice mi olfato, pese a todo lo que aquel traidor balbuseo, ya creía en ellos, todo el tiempo tuvieron razón y era tiempo de pagar mi falta. Pronto encontre su escencia debajo de algunas sillas rotas, desesperado y cual canino escarbe hasta quitarlas de encima, agache testa y cola en señal de arrepentimiento mientras ellos dos se ayudaban a ponerse en pie mutuamente. Mi odio se percato de los pasos de alguién mal herido que caminaba cojeando entre el fuego, me puse en defensa lanzando algunos gruñidos y mordidas al aire cual perro defiende su terreno, lo único que se vislumbro al final fue un cañon de revolver, pero no cualquier revolver era el de un inqusidor.
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