AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
+22
Epoch
Bryan Wilde
Archibaldo de la Cruz
Jhofiel
Cynder
Mordred Le fay
Solomon Vasari
Leviathán Shadow
Montserrat Vasari
Anthony G. Ferrari
Alex Bongartz
Zeus Di Lyon
Domine Chasse
Devora Le Fay
Nigma Riddler
Alessandro Di Vanni
Stefano Rossi
Gideon Stark
Frank Slade
Spencer Reid
Amaris Scander
Phantom Nocte
26 participantes
Página 3 de 5.
Página 3 de 5. • 1, 2, 3, 4, 5
The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Recuerdo del primer mensaje :
La noche teñia de un color distinto... tan diferente que podía distiguirlo sin dificultad, ese ambiente y ese aroma que de vez en cuando llegaba hasta mi guarida en lo más profundo del teatro provocaba en mi el más fino extasis... ese aroma era el de la muerte y la tragedía...
Leviathán Shadow ese maldito cazador que me declaro la guerra el día de ayer, no contaría por la mañana a los cuatro vientos la victoria que nunca le llegará, no importaba cuantos tontos se úniran a su ejercito o cuantos más reclutará él... todos cairán muertos tras el infierno de mis alas negras.
¿Como lo supe?, la respuesta es la más sencilla, un ángel para unos. un fantasma para otros y un demonio para un cazador tiene oidos y ojos hasta por debajo de cada lecho que tenía París y sabiendas de tan distinguida visita de mi estimado enimigo lo primero que debía hacer era ordenar los lujos que esta ocación marcaba a mis tontos administradores para tal cometido como en otras ocasiones realicé mi pliego petitorio...
Un papel con tinta roja fue proporcionado a la administración, para la gente común de esta epoca escribir con ese color era un insulto y para el personal era una amenaza y una advertencia de que el Fantasma de la ópera de París estaba demasiado molesto, independientemente que hoy era una fecha especial, se comemoraba la muerte de quién fuera el primer director de la ópera, el desgraciado Monseuir Erik Destler, una pena tenía talento pero también tenía mucha sed..
Al anochecer, cada trabajador, músico y Bailarina estaban ensayando hasta morir, sabían que de o ser bien actuada, bailada o interpretada mi ópera "Don Juan triunfante" jamás volverían a pisar este o cualquier otro escenario salvo el del cielo oel infierno de acuerdo a su jucio final después de arrastrarles a una muerte poco común y terrible para quién pueda imaginar de que soy capaz.
Subi por entre las sombras que proporcionaba la cupula del techo. entonces supe que todo cuanto había pedido estaba hecho al pie de la letra:
1- Decoraran todo el auditorio incluyendo asientos y mesas de rojo, negro y dorado, algo complicado pero en mi teatro se hacen maravillas.
2-.El candil principla adntro de la sala debe de tener 25 velas, puesto que mi invitado le gusta que todo número termine en cinco (Porcuren atarlo bien tontos)
3- A las siete en punto quiero que las puertas y ventanas sean abiertas, una hora más tarde un tramoyero debera ir a cerrarlas, portando uno de los vestuarios del Don Juan, el personaje principal.
4-No tengan expresiones de angustia o yo se las irè a quitar con un buen susto.
5- El palco numero 5 es mio, aquel que lo ocupe, de mi lugar saldrá... muerto.
6-Recuerden pagarme el día de mañana mi parte de las entradas de esta noche o de lo contrario tendrán que buscar medio personal pasado mañana.
7- Por ultimo ¡Dejen de estar leyendo una y otra vez esta nota mirandose entre los dos con espanto y ponganse a trabajar que hoy tengo visitas!.
La noche teñia de un color distinto... tan diferente que podía distiguirlo sin dificultad, ese ambiente y ese aroma que de vez en cuando llegaba hasta mi guarida en lo más profundo del teatro provocaba en mi el más fino extasis... ese aroma era el de la muerte y la tragedía...
Leviathán Shadow ese maldito cazador que me declaro la guerra el día de ayer, no contaría por la mañana a los cuatro vientos la victoria que nunca le llegará, no importaba cuantos tontos se úniran a su ejercito o cuantos más reclutará él... todos cairán muertos tras el infierno de mis alas negras.
¿Como lo supe?, la respuesta es la más sencilla, un ángel para unos. un fantasma para otros y un demonio para un cazador tiene oidos y ojos hasta por debajo de cada lecho que tenía París y sabiendas de tan distinguida visita de mi estimado enimigo lo primero que debía hacer era ordenar los lujos que esta ocación marcaba a mis tontos administradores para tal cometido como en otras ocasiones realicé mi pliego petitorio...
Un papel con tinta roja fue proporcionado a la administración, para la gente común de esta epoca escribir con ese color era un insulto y para el personal era una amenaza y una advertencia de que el Fantasma de la ópera de París estaba demasiado molesto, independientemente que hoy era una fecha especial, se comemoraba la muerte de quién fuera el primer director de la ópera, el desgraciado Monseuir Erik Destler, una pena tenía talento pero también tenía mucha sed..
Al anochecer, cada trabajador, músico y Bailarina estaban ensayando hasta morir, sabían que de o ser bien actuada, bailada o interpretada mi ópera "Don Juan triunfante" jamás volverían a pisar este o cualquier otro escenario salvo el del cielo oel infierno de acuerdo a su jucio final después de arrastrarles a una muerte poco común y terrible para quién pueda imaginar de que soy capaz.
Subi por entre las sombras que proporcionaba la cupula del techo. entonces supe que todo cuanto había pedido estaba hecho al pie de la letra:
1- Decoraran todo el auditorio incluyendo asientos y mesas de rojo, negro y dorado, algo complicado pero en mi teatro se hacen maravillas.
2-.El candil principla adntro de la sala debe de tener 25 velas, puesto que mi invitado le gusta que todo número termine en cinco (Porcuren atarlo bien tontos)
3- A las siete en punto quiero que las puertas y ventanas sean abiertas, una hora más tarde un tramoyero debera ir a cerrarlas, portando uno de los vestuarios del Don Juan, el personaje principal.
4-No tengan expresiones de angustia o yo se las irè a quitar con un buen susto.
5- El palco numero 5 es mio, aquel que lo ocupe, de mi lugar saldrá... muerto.
6-Recuerden pagarme el día de mañana mi parte de las entradas de esta noche o de lo contrario tendrán que buscar medio personal pasado mañana.
7- Por ultimo ¡Dejen de estar leyendo una y otra vez esta nota mirandose entre los dos con espanto y ponganse a trabajar que hoy tengo visitas!.
El Fantasma de la Ópera de París (Erik Destler)
El campo de batalla lucía tal y como en el pliego, sonreí malicioso con aires de gloria premeditaday desde allí resguarado por una puerta que era de mi exclusiva propiedad exclamé -¡Buen trabajo caballeros!- todos volteron hacia donde se escuchaba el sonido misterioso de mi voz -¡Abran ya las puertas y las ventanas!- de inmediato algunos dejaron lo que tenían en ese momento en sus manos para complacer mis deseos -¡Ya va empezar la función!- dije en tono amenazante desapareciendo al instante por la puerta sin que nadie viera, dirigiendome al camerino de mi estrella principal que aún no arriba para las últimas instrucciones de su ángel musical.
Phantom Nocte- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 321
Fecha de inscripción : 06/12/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
-Vaya que can tan.... agresivo- murmuro en medio de la irrritación y la burla aquel hombre, que tras ver el desastre sabía que había llegado el momento de poner las cosas en claro, definirse por una causa y no servir a dos amos, allí tendido en el piso mientras observaba lo acontecido en el escenario y los tiros que se escuchaban más lejos, fruncio el ceño y tomo impulso con su elegante bastón de cual aferraba su mano a la pequeña bola con incrustaciones de oro.
Sus ojos azules veían su sombra y después la alfombra roja que pisaban sus zapataos de charol que dan intenso color negro de pronto absorbieron ese calor infernal que se hayaba justo en el pasillo que llevaba a la parte baja del teatro, no decía nada solo dejaba que el latido pronto y rápido de su corazón ambisioso y herido le guiara... pero quizás ciegamente....
Tomo la delantera y sin importar cuantas cenizas empezaran a caer de aquel lugar y si morían aplastados por las vigas y maderas caidas empezo a agredir al licantropo, sabía que una forma de despertar a la bestia que llevaba dentro era despertando su ira y la otra era acercarlo hasta aquel traga liz que por las noches dejaba pasar entre sus fauses la delicada blancura de la luz lunar -¿Que hago?- decidio contestarle -Simplemente le enseño modales a un perro- rio a carcajadas -Aúnque con esa mirada no espantas ni a unas sandalias en forma de conejo- reí ironico -Quizás un poco de luz mortecina te haga sentri más... vivo- comento amenazante mientras señalaba con ese bastón de color oscuro como probablemente fuese la colatura de su alma a la luna gigantesca y blanca -¿Hasta ahora te das cuenta quién es el verdadero traidor?- declaraba mientras ese hombre sufria los horrores de su transformación -No se como Le... V- rectifico -Logro escogerlos- guardo silencio -Espera... fui yo quién los escogio, yo estuve de acuerdo en que fuerasn los más humanos dentro de los inhumanos inmortales pero no porque fueran los más nobles... no... si no porque son los más debiles, los que se pueden derrotar con facilidad, mounstruos que nunca maduraron y que por ello serían los rivales más faciles para Devora y compañia- solto carcajadas que parecían ensordecer el resto del sonido arrastrado por la tragedia, el fuego y la muerte -¿Como crees entonces que Devora supo todo esto, por un truco de magia?- pregunta sarcastica que siempre sin importar la ocasión lograba sacar -Trabajaba para Devora poco después de que ella y V tuvieron amoríos, juegos para Devora claro, la belleza jamás convinará con la fealdad- suspiro -Bueno para que te lo digo si con ese aspecto tu debes saberlo ¿No?-sabía que eso le heriria más de lo que un arma pudiese hacer, sonrio victorioso una vez que vio a esa gigantesca bestia al frente suyo -No me das miedo ¿Sabes?- declaro soltando más carcajadas euforicas mismas que desaparecieron al momento en que esa bestía se le abalanzó -No- nego entre quejidos por el esfuerzo -Buscate tu propio almuerzo o cena- logro lastimarle con el bastón sin llegar a perforar o herir -Todos sabemos que para un humano sin habilidades o talentos "Divinos" la adrenalina hace maravillas por los indefensos-respondío agitado, poniendose en pie, contemplandolo desde las alturas.
Un aullido llego hasta sus oidos, la cabeza sintio le vibraba como cuando se oyen las campanas demasiado cerca, intento taparse las orejas con sus manos temblorosas que intentaban abarcar todo su aparato auditivo -¡Callate!- grito, pero no logro saber si en realidad su voz se escuchaba o también se perdia en la inmesidad del sonido, su rodilla no aguanto la presión del cuerpo callendo al vació sin opción a sostenerse de algún lado y así salvarse de la caida.
No supo en que momentos estaba entre las garras de ese enorme canofilo que de un zarpaso le envió al otro lado de la sala cerca del escenario, era la parte que más ardía en llamas, las maderas y una enorme columna parecio se le habían venido encima pero en realidad solo fue la causa de su caida tras el impacto que le propino el golpe, Anthony calló justo aún lado.
Ahora si estaba enfurecido, furia que aumentaba a cada punzada en la pierna, creía que su voz se perdería allí entre el estruendo de las voces del fuego y los destrozos de las vigas. Tomaba aire y apretaba los dientes mientras se acomodaba la rodilla en su sitio, el dolor era insoportable pero no tanto como su enojo, saco de su saco roto y quemado su botecito naranja con pequeñas pastillas, esas que lograban quitar el dolor, los huesos aún provocaban un sonido, se puso en pie con ayuda del bastón roto del cual le faltaba esa bola de oro.... saco su pistola, aquella vieja arma que le obsequio el enmascarado V hace mucho tiempo en uno de sus contados cumpleaños, era un arma de inquisidor cargada con balas especiales que jamás utilizó hasta ahora.
Avanzó por donde encontro salidas que aun el fuego no las consumía, tosía por el humo y cojeaba, se quejaba y lo buscaba ¿Donde se había metido aquel hombre lobo?, esa era una cuestión que debía resolver en instantes.
Silbaba como si realmente fuera un perro común y corriente, finalmente no muy a lo lejos lo hayo, estaba ayudando a aquellos dos y mostrandose ante ellos como un animal manso y noble -¡Que cursilerias son esas!- exclamo -No tengo tiempo, debo ir al doctor, gracias a ti me parece que me disloque la rodilla- dijo entre quejidos -Bueno después de todo eres un perro demasiado fiel,¿Tu pedigree es de caza cierto?- preparo el gatillo, cargando el arma -Fue un placer conocerlos caballeros- amenazo -Usted coronel nos roba oxigeno, Spencer si no aprovechas los manjares de la vida entonces no sirves para vivir y Alex, bueno te haría un favor si acabo con tu perruna vida- Se escucho dos y luego un disparo extra ¿Logro matarlos?
Sus ojos azules veían su sombra y después la alfombra roja que pisaban sus zapataos de charol que dan intenso color negro de pronto absorbieron ese calor infernal que se hayaba justo en el pasillo que llevaba a la parte baja del teatro, no decía nada solo dejaba que el latido pronto y rápido de su corazón ambisioso y herido le guiara... pero quizás ciegamente....
Tomo la delantera y sin importar cuantas cenizas empezaran a caer de aquel lugar y si morían aplastados por las vigas y maderas caidas empezo a agredir al licantropo, sabía que una forma de despertar a la bestia que llevaba dentro era despertando su ira y la otra era acercarlo hasta aquel traga liz que por las noches dejaba pasar entre sus fauses la delicada blancura de la luz lunar -¿Que hago?- decidio contestarle -Simplemente le enseño modales a un perro- rio a carcajadas -Aúnque con esa mirada no espantas ni a unas sandalias en forma de conejo- reí ironico -Quizás un poco de luz mortecina te haga sentri más... vivo- comento amenazante mientras señalaba con ese bastón de color oscuro como probablemente fuese la colatura de su alma a la luna gigantesca y blanca -¿Hasta ahora te das cuenta quién es el verdadero traidor?- declaraba mientras ese hombre sufria los horrores de su transformación -No se como Le... V- rectifico -Logro escogerlos- guardo silencio -Espera... fui yo quién los escogio, yo estuve de acuerdo en que fuerasn los más humanos dentro de los inhumanos inmortales pero no porque fueran los más nobles... no... si no porque son los más debiles, los que se pueden derrotar con facilidad, mounstruos que nunca maduraron y que por ello serían los rivales más faciles para Devora y compañia- solto carcajadas que parecían ensordecer el resto del sonido arrastrado por la tragedia, el fuego y la muerte -¿Como crees entonces que Devora supo todo esto, por un truco de magia?- pregunta sarcastica que siempre sin importar la ocasión lograba sacar -Trabajaba para Devora poco después de que ella y V tuvieron amoríos, juegos para Devora claro, la belleza jamás convinará con la fealdad- suspiro -Bueno para que te lo digo si con ese aspecto tu debes saberlo ¿No?-sabía que eso le heriria más de lo que un arma pudiese hacer, sonrio victorioso una vez que vio a esa gigantesca bestia al frente suyo -No me das miedo ¿Sabes?- declaro soltando más carcajadas euforicas mismas que desaparecieron al momento en que esa bestía se le abalanzó -No- nego entre quejidos por el esfuerzo -Buscate tu propio almuerzo o cena- logro lastimarle con el bastón sin llegar a perforar o herir -Todos sabemos que para un humano sin habilidades o talentos "Divinos" la adrenalina hace maravillas por los indefensos-respondío agitado, poniendose en pie, contemplandolo desde las alturas.
Un aullido llego hasta sus oidos, la cabeza sintio le vibraba como cuando se oyen las campanas demasiado cerca, intento taparse las orejas con sus manos temblorosas que intentaban abarcar todo su aparato auditivo -¡Callate!- grito, pero no logro saber si en realidad su voz se escuchaba o también se perdia en la inmesidad del sonido, su rodilla no aguanto la presión del cuerpo callendo al vació sin opción a sostenerse de algún lado y así salvarse de la caida.
No supo en que momentos estaba entre las garras de ese enorme canofilo que de un zarpaso le envió al otro lado de la sala cerca del escenario, era la parte que más ardía en llamas, las maderas y una enorme columna parecio se le habían venido encima pero en realidad solo fue la causa de su caida tras el impacto que le propino el golpe, Anthony calló justo aún lado.
Ahora si estaba enfurecido, furia que aumentaba a cada punzada en la pierna, creía que su voz se perdería allí entre el estruendo de las voces del fuego y los destrozos de las vigas. Tomaba aire y apretaba los dientes mientras se acomodaba la rodilla en su sitio, el dolor era insoportable pero no tanto como su enojo, saco de su saco roto y quemado su botecito naranja con pequeñas pastillas, esas que lograban quitar el dolor, los huesos aún provocaban un sonido, se puso en pie con ayuda del bastón roto del cual le faltaba esa bola de oro.... saco su pistola, aquella vieja arma que le obsequio el enmascarado V hace mucho tiempo en uno de sus contados cumpleaños, era un arma de inquisidor cargada con balas especiales que jamás utilizó hasta ahora.
Avanzó por donde encontro salidas que aun el fuego no las consumía, tosía por el humo y cojeaba, se quejaba y lo buscaba ¿Donde se había metido aquel hombre lobo?, esa era una cuestión que debía resolver en instantes.
Silbaba como si realmente fuera un perro común y corriente, finalmente no muy a lo lejos lo hayo, estaba ayudando a aquellos dos y mostrandose ante ellos como un animal manso y noble -¡Que cursilerias son esas!- exclamo -No tengo tiempo, debo ir al doctor, gracias a ti me parece que me disloque la rodilla- dijo entre quejidos -Bueno después de todo eres un perro demasiado fiel,¿Tu pedigree es de caza cierto?- preparo el gatillo, cargando el arma -Fue un placer conocerlos caballeros- amenazo -Usted coronel nos roba oxigeno, Spencer si no aprovechas los manjares de la vida entonces no sirves para vivir y Alex, bueno te haría un favor si acabo con tu perruna vida- Se escucho dos y luego un disparo extra ¿Logro matarlos?
Anthony G. Ferrari- Humano Clase Alta
- Mensajes : 10
Fecha de inscripción : 26/11/2012
Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Quizás en aquellos momentos Frank no veía absolutamente nada, era como si estuviese siempre bajo la oscuridad y por más que buscará entre los muros no hallará alguna luz o antorcha... sus ojos disicamente estaban cerrados pero los de alma permabecían intactos podía saber que Spencer de un momento a otro estaba tenso y al siguiente estaba con las lagrimas en el rostro -Vamos hijo- se dirigio al chico -Para de llorar, un soldado nunca derrama una lágrima antes de la batalla- en realidad el jamás estuvo allí, en un campo,dando la vida por su país o en medio de un terreno invadido por dos bandos y caidos por doquier, sin embargo aquel viejo cambiaformas ha estado en otro tipo de guerra ante su vista perdida... la guerra por la vida y la supervivencia.
Sus ojos completamente abiertos y cristalinos parecían ver, cuando su dueño giraba la cabeza de un lado a otro captando cada sonido, olor, sensación y la colatura de aquel canto prominente y melancolico a a la vez que se desprendia de una voz joven y que después se volco en una voz convencida que hablaba más no cantaba y la respuesta de una voz rencorosa que improvisaba y amenazaba, de inmediato golpeo su rodilla -Muchachos- señalo cual teniente a su batallón -Allí esta nuestro toque de guerra- giro de nuevo la cabeza hacia Spencer esta vez con los ojos cerrados, para el eso no era una gran diferencia pero le ayudaba a pensar y asimilar lo que pasaría, como si fuese la estrategia de la guerra más importante en lo que el consideraba una inutil vida -Escuchenme y aunque suene raro... o aún más que todo lo que este vampiro melancolico dice- le señalo, a sabiendas que el estaba por detrás, esa detección de aura nunca le fallaba -Habrá muertos aquí, ese último que está cantando es en verdad malo, no se tentará el corazón... no es de esos, es un asesino, así que no importa lo que suceda- Spencer quizo hablar y sin embargo el le callo -¡Silencio soldado!- comento energico mientras la potente voz masculina se unía a la femenina -Estoy dando el discurso más importante de mi vida...ahora ¿En que iba?- quedo reflexivo por minutos -¡Pero que diablos!-se golpeo la frente con su mano algo arrugada y manchada el rostro -¡Se me ha olvidado!. bueno como sea...- reparo -Por mi no se preocupen es probable que de todo esto terminemos separados, así que por piedad si me ven tendido en el piso- detuvo su aparente tono melancolico -¡Dejenme ahí, soy un coronel y debo morir en el campo de batalla!-carraspeo para acalarar la garganta -Además- finalmente abrio los ojos, tornando su cabeza al frente y elevandola ligereamente haciendo que ese gran candil le provocara un extraño brillo aun más hermoso que el de todos los días -¡Estoy viejo y mi vida ha sido una tremenda basura!- golpeo en las braceras del asiento -Harán un gran favor a la humanidad, les robo oxigeno y se necesita a la hora de estar en la cama- declaro -Tapate los oidos si no quieres escuchar San Gideon de Asis, pues te estoy dando Spencer el único conocimiento que un hombre debe poseer a su edad- entonces sus oidos escucharon un ruido extraño, eran gritos de esa voz agrsiva y seria que con sus manos parecia cortar la soga que sotenía algo arriba -Spencer, Gideon o ambos diganme.... ¿Que hay en el techo?- ambos me describieron aquella enorme bola cristalina que estaba sobre sus cabezas, el se la imagino, pudo ver dentro de su mente cada detalle, el cristal cortado, aquellos pedazos que parecían las estalactitas de una cueva en medio de nieve, las llamas que las velas reflejaban en su interior, que quietas aguardaban el momento cuspide en que ellas pudieran hacer de las suyas en medio de tan fragiles seres -No quiero asustarlos- advirtio -Agachense- sus acompañantes le cuestionaron -¡Agachense!- grito con más fuerza y desesperacion al escuchar la fuerza con la que venía aquella cosa directo al centro de la sala.
Por un momento perdio el conocimimiento que de a poco comrnzo a recobrar mientras oia los lamentos, el llanto, las voces ahogadas, las primeras peleas de aquella guerra, un tiroteo, el quejido de Spencer y un aullido, que le hizo poseer un poco de tranquilidad -Hijo ¿oyes eso?- intento calmar al muchacho -El perro... ese licantropo necio vino después de todo- sonrio a quejidos, olfateo sin importar que la humareda le afectara a su nariz y llego hasta el aroma de Gideon, parecía eso le calmaba, el vampiro estaba vivo pero no por mucho si se descuidaba.
Había perdido su bastón y lo único que poseía eran las manos, misma que intentaron quitar de encima todo el cumulo de escombros que cayo encima de ellos, más todo era inutil, era un cabiaformas viejo y de vez en cuando el coronel perdia su convicción chiquandose cual niño enfermo, sin embargo reflexiono sabiendo que este no era el mejor momento para niñerias, el joven humano aún se quejaba, definitivamente debía hacer algo por él.
Cuando finalmente puso todo de su parte y pensando que la fuerza había regresado pudo percibir de nuevo esa escencia, Alex aquel sobrenatural necio e incredulo había regresado para ayudarlos, ambos lograron quitar de encima de Spencer partes pesadas de metal y de madera, a tientas Frank le toco para después ayudarle a levantarse y ya incados en el piso podía imginar lo que aquel hombre hacia al frente suyo -Te veo Alex, estos ojos ya no sirven pero ¡Bah! no son tan efectivos como los que tengo en el pecho y se lo que haces ahora mismo, solo ayudanos a terminar con esto, salvar a los otros, a nosotros mismos, a todo París y a él...-le sorio sincero -Solo nunca digan que yo dije emejante cursileria- solto una carcajada que cayo cuando oyo pasos sigilosos y heridos dirigiendose a su pocisión -Spencer- dijo al escuchar el gatillo que ya estaba listo para se utilizado -Vas a tener que recobrar el valor de un policía y disparar en defensa propia- escucho la agitada y nerviosa respiración del humano -Se acerca el traidor, siempre supe que había uno y que esta noche iba descurirlo, a este viejo nada se le escapa- declaro con su mirada perdida al frente, que cualquiera que tuviera vista de tan fijos sus orbes ya se hubiese quedado ciego, pero el solo sentía el calor y como de a poco su piel lo iba absorbiendo -Alex, nosotros le quitaremos el arma- susurro entre los grullidos de aquel aleman -Esperen... tranquilos- indico sigilosamente mientras afinaba su sentido del oido, aquel había llegado hasta el frente suyo y escucho cada palabra que aquel decía para mofarse como cuando era joven y con vista -¿Yo?-dibujo una sonrisa en el rostro -¿Viejo yo?... te enseñare lo que es de antaño- contesto amenazante -¡Alex ahora!- dio la orden y mientras se escuharon los disparos de las balas perdidas, el licantropo se abalanzo sobre el.
Entonces el desato su furia que siempre contenía, sus recuerdos aunque algo borrosos e inconclusos se arremolinaron en su mente y fueron transformandolo en aquel lobo de pelaje brillante y de un blanco tan puro como la nieve, el bastón quedo en su osico, las piernas y los brazos se fueron transformando en cuatro patas finas y fornidas, al igual que su cuerpo, su lengua rosada de fuera y la salivación que la furia le provocaba, seguía sin ver pero podía mover con mayor facilidad sus orejas ubicando los sonidos, lanzo una allido en todo grave mientras de un brinco llego hasta su brazo que mordio con fuerza, sentía la sangre en sus fauses, detestaba llegar a esos extremos, odiaba probarla, aún no podía entender como los vampiros soportaban tal sabor.
Las madibulas pronto se cansaron de ejercer tanta fuerza y decidio respirar un poco aún fatigado se abalanzo a la rodilla de aquel hombre que le hizo finalmente caer, agitaba con fuerza aquella extremidad cual instinto de un carnivoro que ya casi tiene la presa asegurada.
Una vez el suelo y vencido de sus rodillas ambos canes le mordieron los brazos obligandolo a arrojar el arma sin querer hacia Spencer.
Como deseaba Frank decirle al joven que dispara pues no duraria mucho tiempo la resistencia, además de que siempre supo que Anthony era inteligente, facultad que perfecciono bajo la tutela de Leviathán pero ese joven no hablaba idioma que el llamaba "perruno", así que decidio empezar a gruñir y lanzar pequeños pero agudos chillidos aun con las fauces abiertas y los colmillos incrustados en la piel -¡Dispara!-pensó y el tiro se oyo venir desde lejos y uno más seguido de ese... Alex quedo inmovil, tal parecía que habia sido el que termino con la vida de Anthony pues el hombre debajo de ellos quedo inerme con los ojos abiertos y respirando agitado -Tu final... esta cerca... traidor- formulo en su mente mientras la mandibula dejaba de ejercer fuerza.
Sus ojos completamente abiertos y cristalinos parecían ver, cuando su dueño giraba la cabeza de un lado a otro captando cada sonido, olor, sensación y la colatura de aquel canto prominente y melancolico a a la vez que se desprendia de una voz joven y que después se volco en una voz convencida que hablaba más no cantaba y la respuesta de una voz rencorosa que improvisaba y amenazaba, de inmediato golpeo su rodilla -Muchachos- señalo cual teniente a su batallón -Allí esta nuestro toque de guerra- giro de nuevo la cabeza hacia Spencer esta vez con los ojos cerrados, para el eso no era una gran diferencia pero le ayudaba a pensar y asimilar lo que pasaría, como si fuese la estrategia de la guerra más importante en lo que el consideraba una inutil vida -Escuchenme y aunque suene raro... o aún más que todo lo que este vampiro melancolico dice- le señalo, a sabiendas que el estaba por detrás, esa detección de aura nunca le fallaba -Habrá muertos aquí, ese último que está cantando es en verdad malo, no se tentará el corazón... no es de esos, es un asesino, así que no importa lo que suceda- Spencer quizo hablar y sin embargo el le callo -¡Silencio soldado!- comento energico mientras la potente voz masculina se unía a la femenina -Estoy dando el discurso más importante de mi vida...ahora ¿En que iba?- quedo reflexivo por minutos -¡Pero que diablos!-se golpeo la frente con su mano algo arrugada y manchada el rostro -¡Se me ha olvidado!. bueno como sea...- reparo -Por mi no se preocupen es probable que de todo esto terminemos separados, así que por piedad si me ven tendido en el piso- detuvo su aparente tono melancolico -¡Dejenme ahí, soy un coronel y debo morir en el campo de batalla!-carraspeo para acalarar la garganta -Además- finalmente abrio los ojos, tornando su cabeza al frente y elevandola ligereamente haciendo que ese gran candil le provocara un extraño brillo aun más hermoso que el de todos los días -¡Estoy viejo y mi vida ha sido una tremenda basura!- golpeo en las braceras del asiento -Harán un gran favor a la humanidad, les robo oxigeno y se necesita a la hora de estar en la cama- declaro -Tapate los oidos si no quieres escuchar San Gideon de Asis, pues te estoy dando Spencer el único conocimiento que un hombre debe poseer a su edad- entonces sus oidos escucharon un ruido extraño, eran gritos de esa voz agrsiva y seria que con sus manos parecia cortar la soga que sotenía algo arriba -Spencer, Gideon o ambos diganme.... ¿Que hay en el techo?- ambos me describieron aquella enorme bola cristalina que estaba sobre sus cabezas, el se la imagino, pudo ver dentro de su mente cada detalle, el cristal cortado, aquellos pedazos que parecían las estalactitas de una cueva en medio de nieve, las llamas que las velas reflejaban en su interior, que quietas aguardaban el momento cuspide en que ellas pudieran hacer de las suyas en medio de tan fragiles seres -No quiero asustarlos- advirtio -Agachense- sus acompañantes le cuestionaron -¡Agachense!- grito con más fuerza y desesperacion al escuchar la fuerza con la que venía aquella cosa directo al centro de la sala.
Por un momento perdio el conocimimiento que de a poco comrnzo a recobrar mientras oia los lamentos, el llanto, las voces ahogadas, las primeras peleas de aquella guerra, un tiroteo, el quejido de Spencer y un aullido, que le hizo poseer un poco de tranquilidad -Hijo ¿oyes eso?- intento calmar al muchacho -El perro... ese licantropo necio vino después de todo- sonrio a quejidos, olfateo sin importar que la humareda le afectara a su nariz y llego hasta el aroma de Gideon, parecía eso le calmaba, el vampiro estaba vivo pero no por mucho si se descuidaba.
Había perdido su bastón y lo único que poseía eran las manos, misma que intentaron quitar de encima todo el cumulo de escombros que cayo encima de ellos, más todo era inutil, era un cabiaformas viejo y de vez en cuando el coronel perdia su convicción chiquandose cual niño enfermo, sin embargo reflexiono sabiendo que este no era el mejor momento para niñerias, el joven humano aún se quejaba, definitivamente debía hacer algo por él.
Cuando finalmente puso todo de su parte y pensando que la fuerza había regresado pudo percibir de nuevo esa escencia, Alex aquel sobrenatural necio e incredulo había regresado para ayudarlos, ambos lograron quitar de encima de Spencer partes pesadas de metal y de madera, a tientas Frank le toco para después ayudarle a levantarse y ya incados en el piso podía imginar lo que aquel hombre hacia al frente suyo -Te veo Alex, estos ojos ya no sirven pero ¡Bah! no son tan efectivos como los que tengo en el pecho y se lo que haces ahora mismo, solo ayudanos a terminar con esto, salvar a los otros, a nosotros mismos, a todo París y a él...-le sorio sincero -Solo nunca digan que yo dije emejante cursileria- solto una carcajada que cayo cuando oyo pasos sigilosos y heridos dirigiendose a su pocisión -Spencer- dijo al escuchar el gatillo que ya estaba listo para se utilizado -Vas a tener que recobrar el valor de un policía y disparar en defensa propia- escucho la agitada y nerviosa respiración del humano -Se acerca el traidor, siempre supe que había uno y que esta noche iba descurirlo, a este viejo nada se le escapa- declaro con su mirada perdida al frente, que cualquiera que tuviera vista de tan fijos sus orbes ya se hubiese quedado ciego, pero el solo sentía el calor y como de a poco su piel lo iba absorbiendo -Alex, nosotros le quitaremos el arma- susurro entre los grullidos de aquel aleman -Esperen... tranquilos- indico sigilosamente mientras afinaba su sentido del oido, aquel había llegado hasta el frente suyo y escucho cada palabra que aquel decía para mofarse como cuando era joven y con vista -¿Yo?-dibujo una sonrisa en el rostro -¿Viejo yo?... te enseñare lo que es de antaño- contesto amenazante -¡Alex ahora!- dio la orden y mientras se escuharon los disparos de las balas perdidas, el licantropo se abalanzo sobre el.
Entonces el desato su furia que siempre contenía, sus recuerdos aunque algo borrosos e inconclusos se arremolinaron en su mente y fueron transformandolo en aquel lobo de pelaje brillante y de un blanco tan puro como la nieve, el bastón quedo en su osico, las piernas y los brazos se fueron transformando en cuatro patas finas y fornidas, al igual que su cuerpo, su lengua rosada de fuera y la salivación que la furia le provocaba, seguía sin ver pero podía mover con mayor facilidad sus orejas ubicando los sonidos, lanzo una allido en todo grave mientras de un brinco llego hasta su brazo que mordio con fuerza, sentía la sangre en sus fauses, detestaba llegar a esos extremos, odiaba probarla, aún no podía entender como los vampiros soportaban tal sabor.
Las madibulas pronto se cansaron de ejercer tanta fuerza y decidio respirar un poco aún fatigado se abalanzo a la rodilla de aquel hombre que le hizo finalmente caer, agitaba con fuerza aquella extremidad cual instinto de un carnivoro que ya casi tiene la presa asegurada.
Una vez el suelo y vencido de sus rodillas ambos canes le mordieron los brazos obligandolo a arrojar el arma sin querer hacia Spencer.
Como deseaba Frank decirle al joven que dispara pues no duraria mucho tiempo la resistencia, además de que siempre supo que Anthony era inteligente, facultad que perfecciono bajo la tutela de Leviathán pero ese joven no hablaba idioma que el llamaba "perruno", así que decidio empezar a gruñir y lanzar pequeños pero agudos chillidos aun con las fauces abiertas y los colmillos incrustados en la piel -¡Dispara!-pensó y el tiro se oyo venir desde lejos y uno más seguido de ese... Alex quedo inmovil, tal parecía que habia sido el que termino con la vida de Anthony pues el hombre debajo de ellos quedo inerme con los ojos abiertos y respirando agitado -Tu final... esta cerca... traidor- formulo en su mente mientras la mandibula dejaba de ejercer fuerza.
Frank Slade- Fantasma
- Mensajes : 34
Fecha de inscripción : 26/08/2012
Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
En medio de los escombros, con las maderas vencidas y los metales encima no podía más que recordar mi vida por breves instantes, todo lo que sucedió hace algunos minutos, como empezaron a caer los muertos, como todo ardio en llamas, como todo en poco tiempo estaba siendo destruido, mi vida en Londres como policía, como civil y como victima, esa impotencia que sentía por la debilidad a aceptar la condición de mi mente, la falsa idea de que en cualquier momento distorcionaria la realidad, el momento en que creí perdida mi cordura gracias a aquellas pastillas que me hacian olvidar todo en un segundo... y era esa misma impotencia la que con desesperación revolvía mi estomago, provocando un cosquilleo extraño que me hacia quejar de un momento a otro, era como si estuviese en mi cama pasando esa malas noches donde veía nitidamente a Tobías... mi secuestrador y el moustruo que gobernaba a mis otros miedos.
Y de repente entre aquellos pensamientos pude distiguir una voz real, era el coronel quién hablaba, intentaba mantenerme tranquilo... parecía su voz tan lejana y distante como si estuviera en un sueño tan profundo del cual aquel hombre intentara despertarme, seguía su voz pero todo estaba oscuro en ese sitio, la espalda y todo el cuerpo me dolían a un extremo en que pensaba iba a morir, sin embargo poco a poco recupere la noción, escuchando con claridad todo a mi alrededor, las agresiones de unos contra otros ya habían comenzado y el calor cada vez era más intenso.
-Solo quiero salir de aquí- susurre al coronel que ya nada me respodió, llego esa necesidad de que por lo menos me callará como hace instantes donde tal parecía que se estuviese despidiendo o que por lo menos dijera curselerías que jamás confesaría o lo que el quisiera con tal de sacarme de mi cabeza revuelta y atormentada la idea de que él había muerto -No, no puede esta muerto- dije con el ceño afligido e intente mover de manera inutil aquellas vigas que tenía por encima -¡Por favor debo salir, asegurarme de que todos esten bien!- asenti con aflicción tal que termine con los puños adoliridos al intentar golpear lo que tuviera encima.
Me sentia amarrado, atado a una silla vieja como en la que estuve mientras Tobías hizo conmigo mil cosas de las que no tuve opción a defenderme y aqui la situación era similar con la única diferencia que no era yo el que al que debía defender sino a todos mis amigos y a París de ese mounstruo.
Los segundos se hacían años y los minutos se hacían siglos, todo era eterno bajo esa circunstancias, tras escuchar a la muerte llevandose a los vivos sofocados y a los que revivian en mi mente, esos pobres que murieron aplastados por la gran araña dorada que aterrizo en sus cabezas,cada vez que esto venía a mi mente intentaba cerrar los ojos, contaerlos fuertemente pero volvía verlos, negaba entonces con la cabeza y los mechones de mi cabello terminaron alborotados, los escalofrios regresaban y el oxigeno allí debajo se extinguia, remojaba mis labios con escaa saliba y enre los disparos que se oían a lo lejos o los gritos de furia, de tortura y auxilio solo estaba esperando el momento en que mi corta vida acabara de una buena vez.
Aguarde con las orbes cerradas y para no escuchar todo aquello, ni siquiera mi conciencia y las voces del recuerdo en mi cabeza me concentre en mi respiracion -No tengo miedo- repetia constante -No tengo miedo- cerraba los puños que ya estaban por demás frios, fue cuando en medio de esa oscuridad acumulada volvió la luz y el oxigeno o aunque sea ligeramente un poco regreso a mí, entonces al abrir los ojos tenía ante mi a un lobo gigantesco de pelaje castaño y testa abajo pareciendo ser manzo y fiel...al verlo no hice mas que sonreir e intentar tocarle ligeramente, el coronel tambien se hayaba con el, viendo hacia el frente con esa mirada aparentemente perdida y cristalina aguardando escuchar mi voz -Estoy bien y vivo coronel- dije con seguridad, alegre, con pose de cabo, tenía tantas ganas de abrazarlo que si pensarlo decidi abrir mis temblorosos brazos estrechandolo fuertemente pero el gruñido de Alex me detuvo, el coronel también quedó atento, observando minsiosamente de rodillas el resto de esos alrededores debastados e incinerados casi en su totalidad, después de minutos de analisis dio ordenes que yo no podía seguir.
Agitado y tembloroso al igual que el de rodillas decía que no en pequeños susurros -¡No me pida que disparé!- suplique en voz baja-Yo no puedo... nunca pude y menos ahora con su sombra... la sombra de Tobías- finalmente le revele ese nombre viejo y que era parte de mis secretos- ¡Aún no entiende que por eso vine a París!- grite desesperado -Por favor, no me haga esto, el también era un traidor y con el no pude hacer nada- comente afligido ya si reproche alguno.
Ninguno de lo dos ya no pudo contestarme ambos estaban ya transformados en lo que eran, no negare que aquello me dejo boquiabierto... entonces otras criaturas aparte de los vampiros tambien habitaban París, no eran inventos que la gente pregonaba a otros o a los niños para que se fueran a dormir temprano, mientras suspiraba recordaba que mi madre también narraba cientos de historias como protagonistas como el coronel, como Alex o como los brujos, llegando a preguntarme entonces si la inquisición tenía un promesa verdadera de matarles y si de verdad existia para los pocos que sabíamos sobre la Corte de los Búhos.
-Spencer despierta- pensé al dirigir la mirada a esos dos hombres que transformados en bestias intentaban destruir al traidor, parecía una escena de una novela de terror, alli podían elevarse gracias al fuego dos enormes sombras que devoraban la figura diminuta de un hombre, dirigi la mirada hacía otro extremo y en mis rodillas estaba el arma que aquel hombre rico y excentrico portaba para asesinarnos sin piedad, la contemple detenidamente y el semblante angustioso cambio por uno melancolico e indeciso, no quería pero fue inevitable recordar como termino aquella historia:
<< Y entonces ya no tenía escapatoría, estaba con Miguel la otra cara del transtornado Tobías Hankel... cavaba para mí un sepulcro en un cementerio abandonado en las afueras de Londres, mientras yo lloraba angustiado y estaba mal herido, el me había hecho a un lado, según Miguel yo no servía para cavar agujeros en la tierra, al hacer esfuerzo con el pico y la pala, el arma salió disparada cayendo en mis rodillas y si más, sin tener escapatoría u opción le disparé con la mano firme, el me miro y entonces Tobías solo dijo "gracias, Miguel mi padre me ha librerado", la cabeza dejo caer su peso y la mirada le quedo fija en aquel firmamento estrellado y frio que ambientaba el paisaje >>
Ese fregmento que escribi a mi antiguo jefe de policia regreso tal cual, textualmente a mi en ese momento inoportuno, obligandome a ver aquel revolver de nuevo mientras entrecerraba mis orbes aceitunadas.
Tome el arma de manera tan lenta como si el disparo no fuese necesario, mi respiración se hizo más acelerada, sudaba en frio y todo ruido desaparecio en aquel instante del lugar, mi boca parecia amargarse, los escalofrios iban en aumento por todo mi cuerpo que se levanto inmediatamente apuntando directo a Anthony, sin embargo la punteria no duro lo que debía, mi mano comenzo a tambalearse perdiendo al objetivo, volvi a intentarlo, esta vez cargue el revolver y posicione mi dedo en el gatillo.
La saliba se deslizaba rapidamente por mi garganta -Dios- imploraba y cuando estuve a punto de disparar la cara de Hankel estaba en vez de la de Anthony, cerre los ojos y dispare para cuando los abrí Alex quedo inmovil, desplomandose en el piso unos segundos después -¡Que hecho!- grite -¡Que he hecho!- las lágrimas que tanto contuve cayeron resbalandose sobre mis mejillas palidas -¡Que hice!- parecía caer en la paranoia y el frenesí -Que hice...- me deje caer en el piso tomandome por el cabello a mambos costados, mi rostro se afligio mientras comenzaba a moverme de atrás hacía adelante, arrojando el arme hasta el otro lado del escenario -¡Alex! ¡Alex!... perdoname... perdoname por piedad perdoname y note vayas... ¡No te vayas!- termine llorando en verdad, con llanto propio de una persona culpable y desesperada -¡Alex!- exclame intentando que se moviera del piso pero nada sucedio ni un sonido... ni un aullido.
De inmediato me levante para ir con el pero el sonido de un arma recién cargada a mis espaldas hizo detenerme alzando las manos y seguir temblando sin control en mi lugar.
Y de repente entre aquellos pensamientos pude distiguir una voz real, era el coronel quién hablaba, intentaba mantenerme tranquilo... parecía su voz tan lejana y distante como si estuviera en un sueño tan profundo del cual aquel hombre intentara despertarme, seguía su voz pero todo estaba oscuro en ese sitio, la espalda y todo el cuerpo me dolían a un extremo en que pensaba iba a morir, sin embargo poco a poco recupere la noción, escuchando con claridad todo a mi alrededor, las agresiones de unos contra otros ya habían comenzado y el calor cada vez era más intenso.
-Solo quiero salir de aquí- susurre al coronel que ya nada me respodió, llego esa necesidad de que por lo menos me callará como hace instantes donde tal parecía que se estuviese despidiendo o que por lo menos dijera curselerías que jamás confesaría o lo que el quisiera con tal de sacarme de mi cabeza revuelta y atormentada la idea de que él había muerto -No, no puede esta muerto- dije con el ceño afligido e intente mover de manera inutil aquellas vigas que tenía por encima -¡Por favor debo salir, asegurarme de que todos esten bien!- asenti con aflicción tal que termine con los puños adoliridos al intentar golpear lo que tuviera encima.
Me sentia amarrado, atado a una silla vieja como en la que estuve mientras Tobías hizo conmigo mil cosas de las que no tuve opción a defenderme y aqui la situación era similar con la única diferencia que no era yo el que al que debía defender sino a todos mis amigos y a París de ese mounstruo.
Los segundos se hacían años y los minutos se hacían siglos, todo era eterno bajo esa circunstancias, tras escuchar a la muerte llevandose a los vivos sofocados y a los que revivian en mi mente, esos pobres que murieron aplastados por la gran araña dorada que aterrizo en sus cabezas,cada vez que esto venía a mi mente intentaba cerrar los ojos, contaerlos fuertemente pero volvía verlos, negaba entonces con la cabeza y los mechones de mi cabello terminaron alborotados, los escalofrios regresaban y el oxigeno allí debajo se extinguia, remojaba mis labios con escaa saliba y enre los disparos que se oían a lo lejos o los gritos de furia, de tortura y auxilio solo estaba esperando el momento en que mi corta vida acabara de una buena vez.
Aguarde con las orbes cerradas y para no escuchar todo aquello, ni siquiera mi conciencia y las voces del recuerdo en mi cabeza me concentre en mi respiracion -No tengo miedo- repetia constante -No tengo miedo- cerraba los puños que ya estaban por demás frios, fue cuando en medio de esa oscuridad acumulada volvió la luz y el oxigeno o aunque sea ligeramente un poco regreso a mí, entonces al abrir los ojos tenía ante mi a un lobo gigantesco de pelaje castaño y testa abajo pareciendo ser manzo y fiel...al verlo no hice mas que sonreir e intentar tocarle ligeramente, el coronel tambien se hayaba con el, viendo hacia el frente con esa mirada aparentemente perdida y cristalina aguardando escuchar mi voz -Estoy bien y vivo coronel- dije con seguridad, alegre, con pose de cabo, tenía tantas ganas de abrazarlo que si pensarlo decidi abrir mis temblorosos brazos estrechandolo fuertemente pero el gruñido de Alex me detuvo, el coronel también quedó atento, observando minsiosamente de rodillas el resto de esos alrededores debastados e incinerados casi en su totalidad, después de minutos de analisis dio ordenes que yo no podía seguir.
Agitado y tembloroso al igual que el de rodillas decía que no en pequeños susurros -¡No me pida que disparé!- suplique en voz baja-Yo no puedo... nunca pude y menos ahora con su sombra... la sombra de Tobías- finalmente le revele ese nombre viejo y que era parte de mis secretos- ¡Aún no entiende que por eso vine a París!- grite desesperado -Por favor, no me haga esto, el también era un traidor y con el no pude hacer nada- comente afligido ya si reproche alguno.
Ninguno de lo dos ya no pudo contestarme ambos estaban ya transformados en lo que eran, no negare que aquello me dejo boquiabierto... entonces otras criaturas aparte de los vampiros tambien habitaban París, no eran inventos que la gente pregonaba a otros o a los niños para que se fueran a dormir temprano, mientras suspiraba recordaba que mi madre también narraba cientos de historias como protagonistas como el coronel, como Alex o como los brujos, llegando a preguntarme entonces si la inquisición tenía un promesa verdadera de matarles y si de verdad existia para los pocos que sabíamos sobre la Corte de los Búhos.
-Spencer despierta- pensé al dirigir la mirada a esos dos hombres que transformados en bestias intentaban destruir al traidor, parecía una escena de una novela de terror, alli podían elevarse gracias al fuego dos enormes sombras que devoraban la figura diminuta de un hombre, dirigi la mirada hacía otro extremo y en mis rodillas estaba el arma que aquel hombre rico y excentrico portaba para asesinarnos sin piedad, la contemple detenidamente y el semblante angustioso cambio por uno melancolico e indeciso, no quería pero fue inevitable recordar como termino aquella historia:
<< Y entonces ya no tenía escapatoría, estaba con Miguel la otra cara del transtornado Tobías Hankel... cavaba para mí un sepulcro en un cementerio abandonado en las afueras de Londres, mientras yo lloraba angustiado y estaba mal herido, el me había hecho a un lado, según Miguel yo no servía para cavar agujeros en la tierra, al hacer esfuerzo con el pico y la pala, el arma salió disparada cayendo en mis rodillas y si más, sin tener escapatoría u opción le disparé con la mano firme, el me miro y entonces Tobías solo dijo "gracias, Miguel mi padre me ha librerado", la cabeza dejo caer su peso y la mirada le quedo fija en aquel firmamento estrellado y frio que ambientaba el paisaje >>
Ese fregmento que escribi a mi antiguo jefe de policia regreso tal cual, textualmente a mi en ese momento inoportuno, obligandome a ver aquel revolver de nuevo mientras entrecerraba mis orbes aceitunadas.
Tome el arma de manera tan lenta como si el disparo no fuese necesario, mi respiración se hizo más acelerada, sudaba en frio y todo ruido desaparecio en aquel instante del lugar, mi boca parecia amargarse, los escalofrios iban en aumento por todo mi cuerpo que se levanto inmediatamente apuntando directo a Anthony, sin embargo la punteria no duro lo que debía, mi mano comenzo a tambalearse perdiendo al objetivo, volvi a intentarlo, esta vez cargue el revolver y posicione mi dedo en el gatillo.
La saliba se deslizaba rapidamente por mi garganta -Dios- imploraba y cuando estuve a punto de disparar la cara de Hankel estaba en vez de la de Anthony, cerre los ojos y dispare para cuando los abrí Alex quedo inmovil, desplomandose en el piso unos segundos después -¡Que hecho!- grite -¡Que he hecho!- las lágrimas que tanto contuve cayeron resbalandose sobre mis mejillas palidas -¡Que hice!- parecía caer en la paranoia y el frenesí -Que hice...- me deje caer en el piso tomandome por el cabello a mambos costados, mi rostro se afligio mientras comenzaba a moverme de atrás hacía adelante, arrojando el arme hasta el otro lado del escenario -¡Alex! ¡Alex!... perdoname... perdoname por piedad perdoname y note vayas... ¡No te vayas!- termine llorando en verdad, con llanto propio de una persona culpable y desesperada -¡Alex!- exclame intentando que se moviera del piso pero nada sucedio ni un sonido... ni un aullido.
De inmediato me levante para ir con el pero el sonido de un arma recién cargada a mis espaldas hizo detenerme alzando las manos y seguir temblando sin control en mi lugar.
Spencer Reid- Humano Clase Media
- Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 03/03/2012
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Las cartas podían decir mucho, las premuniciones eran utiles pero demasiado subjetivas, podían cambiar bajo cualquier circunstancia, el jamás preevino lo que ocurria en aquellos momentos, si, sabía era grave pero no al grado de que por ello resultaran un sin fin de muertos, heridos y moribundos regados por doquier.
Veía de lado a lado con el rostro por completo angustiado, solo podía ver amarillos, anaranjados y un río rojo derramandose por doquier, los fantasmas de aquellas voces que se oían a lo lejos cansadas de pedir auxilio a gritos -Dios mío- proclamo mientras hacia la señal de la cruz, no solo por todo lo que vaía sino por las auras que alcanzaba a percibir... eran fuertes, antiguas y más malevolas que lo contrario a esto, la cabeza parecia explotarle era demasiada energia negativa que no alcanzaba a manejar su magnitud, esos dones gitanos que no eran tan suyos ahora le causaban severos problemas.
Al levantarse de su lugar con los cristales de los lentes rotos, que le habían provocado grandes heridas en su rostro sangrante y lleno de tizne no hacia mas que tambalearse, tenía su estomago revuelto y el susto a no ver a Archibaldo junto a él le provocaba una angustia tal que ni siquiera pensaba con claridad, caminaba cual ciego pues sin las gafas solo vaía un campo borroso en donde sombras empezaron a vislumbrarse en su camino, todas si excepción algunas estaban en una lucha obligada entre la vida y la muerte y los enmascarados allí arriba que aunque pareciera extraño peleaban a espadazas en una tabla pequeña y fragil que en cualquier momento podía romperse.
Suapiro profundamente y continuo en direccion opuesta todos los sonidos trágicos y de guerra aproximandose a una enorme puierta que extrañamente veía con exactitud, detuvo sus pasos lentos a rastras viendo de nuevo a la parte de atrás para darse cuenta que todo seguía borroso -¿Que esta sucediendo?- se cuestinono secretamente regresando rapido la mirada a aquella puerta donde empezaba a ver todo lo que probablemente sucedería después de esta masacre, las lágrimas empezaron a correr por sus mejillas que de a poco se mezclaron con la sangre de esas cortadas -Supuse sería así- dijo en medio de sollozos que más allá de la tristeza simbolizaban el miedo y la alegría contradictoriamente -Si esos son los designios de Dios los cumpliré- se rsigno finalmente y fue cuando aquella puerta desaparecio lentamente hasta que una mano real le toco por detrás, era su amigo que aún estaba vivio y debía estarlo puesto que la misión a partir del día siguiente era completamente de él y de nadie más que él, más de eso y lo que vio no dijo nada, solo lo estrecho fuertemente algunos instantes -Me alegra que este bien amigo mio- declaro separandose de él con las lágrimas discretas en el rabillo de sus ojos.
Su compañero le invitaba a marcharse, huir e intentar ayudar, buscando entre los muertos algunos sobreviventes -No llegaremos- dijo tan melancolico que ni siquiera su compañero pudo escucharlo en medio del estruendo de las llamas torturando a las vigas, las maderas, las telas y los cuerpos -Por lo menos yo no- susurro antes de pisar los escalones, entonces Archiblado parecio percatarse del comentario e ibtento detenerse pero Jhofiel, aquel gitano que ya había visto su destino sabía que dentro de él estaba la salvación para ese escritor y sin más se lo llevo corriendo casi como si fuese uno de esos coloridos juguetes de papel que los niños lanzan durante las primavera en aquellas tierras lejanas y verdes que nunca más volvería a ver, subiero por las escaleras carcomidas y de barandales casi fundidos por el calor, revasando y esquivando cada parte que caia o rosaba el piso, su calor se hizo más intenso debido al esfuerzo que realizaban, las paredes lucian más rojas que de costumbre, el dorado se hizo nego y aquellos modaicos que había en piso perteneciente al sendero que les entregaría al hall principal estaba llenos de cenizas y de sangre.
Cuando llegaron a las enormes puertas de madera que estaba cerradas vieron desde el primer escalón que decendia un campo de batalla, era como ver aquellas pinturas que relataban las guerras de los ejercitos, era contemplar a la muerte sin que esta les tocará...
Jhofiel vio con sorpresa aquellas manchas borrosas que yacían en la alfombra principal -¿Son muertos cierto?- le pregunto a su querido y viejo amigo pero el nada contestaba -¿Los guardias... también estan...?- el silencio de su acompañante le decía todo, ese silencio que no era roto por ninguna moribunda voz, simplemente era coloreado por humo que gris fltaba por los aires, mientras las cortinas, esas enormes telas que al parecen fueron de terciopelo con filos dorados eran consumidas por esas llamas que cada vez se hacían más intensa y acrecentaban, devorando los primeros cuerpos que fueron destrozados ante la estampida humana provocada por el panico.
La tristeza y resignacion de pronto terminaron por poseer al gitano Jhofiel, aquel que su nombre era el de un ángel y que hoy se demostro por gracia divina que en verdad solo fue el mensajero que condujo al verdadero guerrero a la batalla que le correspondía, ese mismo ángel que en su pasado y en su presente sufriria como un martir... -Archibaldo... mi querido amigo- tartamudeo en un principio -Yo...si algo llega a ocurrime jurame por lo que tu creas y por mi dios al que profeso que seguirás con esto hasta que haya concluido- comento con la cabeza baja como en pose de un querubín -Amigo, esas puertas jamás las cruzare, tu serás la voz de aquel que ahora pelea en la sala- empezo a jugutear con sus manos que de pronto acariciaron sus rosados labios -No hubo otra manera que el destino encontrará más que esta... resignate por favor, si peleas que sea por París y por lo que yo hubiera hecho si siguiera con vida- quedo fijo viendo al frente y respirando cada vez más rapido, agitado y nervioso -Todo esto lo acabo de ver- giro la cabeza hacia el escritor quién le veía sin poder entender de que hablaba con exactitud aquel que aunque fueron pocas las veces compartio momentos que solo los amigos pueden vivir y que ahora Jhofiel las recordaba de manera rápida, como si estuviese viendo las estaciones del año en aquel árbol que nunca más volvería a ver a su cantor bajo la sombra de su ala cantando cuentos en flor -La vida fue buena mientras duro, no puedo quejarme- se encogio en hombros -Buena suerte Archi y por favor cuando el campo este libre y se abra para ti la salida no mires atrás-guardo silencio por unos minutos -Solo corre y dirigete cerca del gran edificio de la Corte de los Milagros- suspiro dejando salir el aire poco a poco volviendo su mirada al frente, allí se sentia la presencia de alguién que al poco rato dejo vislumbrarse, se trataba de una mujer que vestía de manera inusual, con el maquillaje corrido y sus ropajes de cuero quelados mientras dejaba ver parte de su piel morena que aunque empolvado conivnaba con su cabello negro como el azabache -Esta es mi señal-asintio con la cabeza y espero a aquella que se mostraba transtornada y culpable se acercara con la muerte de Jhofiel en el arma o la salvación del joven escritor Archibaldo de la Cruz.
Veía de lado a lado con el rostro por completo angustiado, solo podía ver amarillos, anaranjados y un río rojo derramandose por doquier, los fantasmas de aquellas voces que se oían a lo lejos cansadas de pedir auxilio a gritos -Dios mío- proclamo mientras hacia la señal de la cruz, no solo por todo lo que vaía sino por las auras que alcanzaba a percibir... eran fuertes, antiguas y más malevolas que lo contrario a esto, la cabeza parecia explotarle era demasiada energia negativa que no alcanzaba a manejar su magnitud, esos dones gitanos que no eran tan suyos ahora le causaban severos problemas.
Al levantarse de su lugar con los cristales de los lentes rotos, que le habían provocado grandes heridas en su rostro sangrante y lleno de tizne no hacia mas que tambalearse, tenía su estomago revuelto y el susto a no ver a Archibaldo junto a él le provocaba una angustia tal que ni siquiera pensaba con claridad, caminaba cual ciego pues sin las gafas solo vaía un campo borroso en donde sombras empezaron a vislumbrarse en su camino, todas si excepción algunas estaban en una lucha obligada entre la vida y la muerte y los enmascarados allí arriba que aunque pareciera extraño peleaban a espadazas en una tabla pequeña y fragil que en cualquier momento podía romperse.
Suapiro profundamente y continuo en direccion opuesta todos los sonidos trágicos y de guerra aproximandose a una enorme puierta que extrañamente veía con exactitud, detuvo sus pasos lentos a rastras viendo de nuevo a la parte de atrás para darse cuenta que todo seguía borroso -¿Que esta sucediendo?- se cuestinono secretamente regresando rapido la mirada a aquella puerta donde empezaba a ver todo lo que probablemente sucedería después de esta masacre, las lágrimas empezaron a correr por sus mejillas que de a poco se mezclaron con la sangre de esas cortadas -Supuse sería así- dijo en medio de sollozos que más allá de la tristeza simbolizaban el miedo y la alegría contradictoriamente -Si esos son los designios de Dios los cumpliré- se rsigno finalmente y fue cuando aquella puerta desaparecio lentamente hasta que una mano real le toco por detrás, era su amigo que aún estaba vivio y debía estarlo puesto que la misión a partir del día siguiente era completamente de él y de nadie más que él, más de eso y lo que vio no dijo nada, solo lo estrecho fuertemente algunos instantes -Me alegra que este bien amigo mio- declaro separandose de él con las lágrimas discretas en el rabillo de sus ojos.
Su compañero le invitaba a marcharse, huir e intentar ayudar, buscando entre los muertos algunos sobreviventes -No llegaremos- dijo tan melancolico que ni siquiera su compañero pudo escucharlo en medio del estruendo de las llamas torturando a las vigas, las maderas, las telas y los cuerpos -Por lo menos yo no- susurro antes de pisar los escalones, entonces Archiblado parecio percatarse del comentario e ibtento detenerse pero Jhofiel, aquel gitano que ya había visto su destino sabía que dentro de él estaba la salvación para ese escritor y sin más se lo llevo corriendo casi como si fuese uno de esos coloridos juguetes de papel que los niños lanzan durante las primavera en aquellas tierras lejanas y verdes que nunca más volvería a ver, subiero por las escaleras carcomidas y de barandales casi fundidos por el calor, revasando y esquivando cada parte que caia o rosaba el piso, su calor se hizo más intenso debido al esfuerzo que realizaban, las paredes lucian más rojas que de costumbre, el dorado se hizo nego y aquellos modaicos que había en piso perteneciente al sendero que les entregaría al hall principal estaba llenos de cenizas y de sangre.
Cuando llegaron a las enormes puertas de madera que estaba cerradas vieron desde el primer escalón que decendia un campo de batalla, era como ver aquellas pinturas que relataban las guerras de los ejercitos, era contemplar a la muerte sin que esta les tocará...
Jhofiel vio con sorpresa aquellas manchas borrosas que yacían en la alfombra principal -¿Son muertos cierto?- le pregunto a su querido y viejo amigo pero el nada contestaba -¿Los guardias... también estan...?- el silencio de su acompañante le decía todo, ese silencio que no era roto por ninguna moribunda voz, simplemente era coloreado por humo que gris fltaba por los aires, mientras las cortinas, esas enormes telas que al parecen fueron de terciopelo con filos dorados eran consumidas por esas llamas que cada vez se hacían más intensa y acrecentaban, devorando los primeros cuerpos que fueron destrozados ante la estampida humana provocada por el panico.
La tristeza y resignacion de pronto terminaron por poseer al gitano Jhofiel, aquel que su nombre era el de un ángel y que hoy se demostro por gracia divina que en verdad solo fue el mensajero que condujo al verdadero guerrero a la batalla que le correspondía, ese mismo ángel que en su pasado y en su presente sufriria como un martir... -Archibaldo... mi querido amigo- tartamudeo en un principio -Yo...si algo llega a ocurrime jurame por lo que tu creas y por mi dios al que profeso que seguirás con esto hasta que haya concluido- comento con la cabeza baja como en pose de un querubín -Amigo, esas puertas jamás las cruzare, tu serás la voz de aquel que ahora pelea en la sala- empezo a jugutear con sus manos que de pronto acariciaron sus rosados labios -No hubo otra manera que el destino encontrará más que esta... resignate por favor, si peleas que sea por París y por lo que yo hubiera hecho si siguiera con vida- quedo fijo viendo al frente y respirando cada vez más rapido, agitado y nervioso -Todo esto lo acabo de ver- giro la cabeza hacia el escritor quién le veía sin poder entender de que hablaba con exactitud aquel que aunque fueron pocas las veces compartio momentos que solo los amigos pueden vivir y que ahora Jhofiel las recordaba de manera rápida, como si estuviese viendo las estaciones del año en aquel árbol que nunca más volvería a ver a su cantor bajo la sombra de su ala cantando cuentos en flor -La vida fue buena mientras duro, no puedo quejarme- se encogio en hombros -Buena suerte Archi y por favor cuando el campo este libre y se abra para ti la salida no mires atrás-guardo silencio por unos minutos -Solo corre y dirigete cerca del gran edificio de la Corte de los Milagros- suspiro dejando salir el aire poco a poco volviendo su mirada al frente, allí se sentia la presencia de alguién que al poco rato dejo vislumbrarse, se trataba de una mujer que vestía de manera inusual, con el maquillaje corrido y sus ropajes de cuero quelados mientras dejaba ver parte de su piel morena que aunque empolvado conivnaba con su cabello negro como el azabache -Esta es mi señal-asintio con la cabeza y espero a aquella que se mostraba transtornada y culpable se acercara con la muerte de Jhofiel en el arma o la salvación del joven escritor Archibaldo de la Cruz.
Jhofiel- Gitano
- Mensajes : 10
Fecha de inscripción : 05/11/2012
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Quizás por primera vez comertia un error increiblemente fatal con Jhofiel, pensé que probablemente y solo por esa vez se trataba de sus miedos más profundos que salían de forma insciente o que probablemente todo aquello que me comento en el café había sido producto de esa imaginacion que a veces salia disparada despúes de tanto vieaje de allí a allá sin un poco de civilización o por leer tanto libro que yo le había obsequiado ya hace algunos años atrás o conociendolo hubiese comido demás haciendole alucinar todo aquel episodio y que la carta no era para el... errores de la correspondecia "moderna".
Jhofiel a veces era así, aunque se veía normal podía ser el hombre más loco entre los hombres locos y era por eso mismo que había decidido acompañarle en esta enmascarada, necesitaba saber si de verdad era cierto y poco a poco me fui convenciendo al ver la seriedad a la que se estaba tornando aquel escenario pues, para un artista se es fácil reconocer entre la verdad y la mentira, lo que alli sucedia era un discurso veradero realmente hecho para reflexionar y... por el otro lado estaba esa criatura que bajo amenazas amendrentaba a su discipula y condenaba a muerte al país y ese extraño de máscara interesante que en frente de todos le desmantelo parte del teatro.
Las cosas se agravaron al tal grado que el fuego comenzo por consumir todo a su paso a si fueran seres vivos o fueran simples objetos el al igual que ese enmascarado no perdonaba ni lo más sagrado o antiguo, la luz contrastaba con aquellos muros pintados de rojo haciendolos parecer paredes de fuego, las telas se consumían, las vigas se derrumbaban y la gente muerta, apalstada, incinerada o ahogada por la misma humareda del lugar.
Aquel gitano había quedado separado de mi desde el momento en que aquel extraño artefacto cayó hacia la sala y que nos mantuvo a tientas minutos despúes, podían escucharse disparos que eran rapidos y que parecian no alcanzar a su objetivo, los aullidos de un lobo y los quejidos melancolicos de un joven probablemente, no podía decir que era lo que acontecía pues las llams se extendieron a tal extremo que se hicieron murallas, enormes cortinas cadecientes que nos impedían ver a gran medida lo que paso al centro o a los extremos.
Así tapandome la boca con la ya carcomida manga decidi ir en busqueda de mi compañero que lo encontre muy a lo lejos, aunque me parecio curioso el hecho de ver a la nada y angustiarse por eso, pensaba estaba rezando pero sus lágrimas contenidas me dijeron otra cosa, no eran sus heridas físicas, esas que le habían manchado la cara en diferentes partes y tampoco podía ser por que sin gafas el ni veía, debía haber otra explicación que ni siquiera me permitio preguntarle, tan pronto vio una salida por entre los pasillos que aumentaban de a poco el calor en su interior me hizo introducirme en ellos corriendo el peligro de morir bajo los estragos de aquella fatidica destrucción, era tan rápido que casi me llevaba a rastras de sostenerme por algunas vigas que permanecieron caidas e inclinadas en todo el camino.
Finalmente al detenernos y tomar el poco aliento que había alli en hall vimos con desesperación un campo similar al que habia alli en la sala, los muertos replegados y los moribundos ya sin fuerzas, la mayoria rezando el padre nuestro o la Salve...y que poco a poco quedaban como si en realidad el sueño les fuese ganando hasta quedarse profundamente dormidos.
El joven me pregunto que si eran muertos -¿Ves solo manchas cierto?- cuestione sarcastico -Todos son vidas arrebatadas sin saber su ha sido causa o destino- quede atonito mirando el lugubre paisaje cuando, ese hombre, el único que realmente entendia que mipasado no fue una demencia, que se convirtio en mi amigo, mi hermano y en mi familia ahora parecía despedirse, hablaba como si jamás nos volviesemos a ver -¿De que estas hablando?- le susurre -¿Estas demente cierto Jhofiel o el humo de afecto el cerebro?- intente retarle más el continuaba en ese mismo tono y era lo que más me desagradaba -¡Deja de decir tonterias Jhofiel, yo voy a voltear... tu estarás aquí, nos largamos y si quieres vamos a la Corte de los milagros ¿Ya?- negue marcadamente con la cabeza -Además sabes que no pasa nada y que tus visiones son subjetivas y nada más... todo puede cambiar ¿Recuerdas lo que me has dicho?- conteste desesperado y gire mi cabeza hacia el sendero que conducía a la sala principal, los gritos de los caidos y los torturados emepezaron a causar más que revuelo -¡Deja de recitar tu tesmento Jhofiel y ayudame a encontrar una salida para ¡Los dos!- separé mi vista de amenazante silencio y decidi bajar aun en contra de mi voluntad por aquellos escalones que me llevaban hacia las puertas que permanecian cerradas con candado y de par en par.
Más al empezar a caminar entre los cadaveres y la angustia de contemplar como las enormes cortinas ya habían alcanzado a ese lugar una sombra femenina que se autonombraba culpable aparecio en nuestro camino, al juzgar su apariencia era gitana igul que Jhofiel, venía casi a rastras y con el maquilllaje corrido, lo blanc de las ropas cubiertas de rojo carmesí y el resto estaba roto, esa mujer suplicaba ayuda y perdón en medi de sollozos -Solo...- le interrupi su dramatismo -¿Conoces alguna puerta y asi salvandonos los tres ganas idulgencias y probablemente dependiendo lo que hicieste tus pecados esten perdonados- sin embargo la chica derrotada y afligida que parecia ahogarse con su propia saliba y su llanto quedo postrada a mis pies pidiendome perdón en nombre de los humanos caidos -Yo no tengo nada de que perdonarte- sonrí -Solo salgamos de aqui y será suficiente. puedes unirte nuestra misión si quieres... ¡Porque aquí nadie morirá!- excalme viendo a Jhofiel y después al chica que con cortesía ayude a ponerse ne pie ¿Que tan grave fue su falta?, me pregunte al verla de esa actitud tan extraña y tan misteriosa
Jhofiel a veces era así, aunque se veía normal podía ser el hombre más loco entre los hombres locos y era por eso mismo que había decidido acompañarle en esta enmascarada, necesitaba saber si de verdad era cierto y poco a poco me fui convenciendo al ver la seriedad a la que se estaba tornando aquel escenario pues, para un artista se es fácil reconocer entre la verdad y la mentira, lo que alli sucedia era un discurso veradero realmente hecho para reflexionar y... por el otro lado estaba esa criatura que bajo amenazas amendrentaba a su discipula y condenaba a muerte al país y ese extraño de máscara interesante que en frente de todos le desmantelo parte del teatro.
Las cosas se agravaron al tal grado que el fuego comenzo por consumir todo a su paso a si fueran seres vivos o fueran simples objetos el al igual que ese enmascarado no perdonaba ni lo más sagrado o antiguo, la luz contrastaba con aquellos muros pintados de rojo haciendolos parecer paredes de fuego, las telas se consumían, las vigas se derrumbaban y la gente muerta, apalstada, incinerada o ahogada por la misma humareda del lugar.
Aquel gitano había quedado separado de mi desde el momento en que aquel extraño artefacto cayó hacia la sala y que nos mantuvo a tientas minutos despúes, podían escucharse disparos que eran rapidos y que parecian no alcanzar a su objetivo, los aullidos de un lobo y los quejidos melancolicos de un joven probablemente, no podía decir que era lo que acontecía pues las llams se extendieron a tal extremo que se hicieron murallas, enormes cortinas cadecientes que nos impedían ver a gran medida lo que paso al centro o a los extremos.
Así tapandome la boca con la ya carcomida manga decidi ir en busqueda de mi compañero que lo encontre muy a lo lejos, aunque me parecio curioso el hecho de ver a la nada y angustiarse por eso, pensaba estaba rezando pero sus lágrimas contenidas me dijeron otra cosa, no eran sus heridas físicas, esas que le habían manchado la cara en diferentes partes y tampoco podía ser por que sin gafas el ni veía, debía haber otra explicación que ni siquiera me permitio preguntarle, tan pronto vio una salida por entre los pasillos que aumentaban de a poco el calor en su interior me hizo introducirme en ellos corriendo el peligro de morir bajo los estragos de aquella fatidica destrucción, era tan rápido que casi me llevaba a rastras de sostenerme por algunas vigas que permanecieron caidas e inclinadas en todo el camino.
Finalmente al detenernos y tomar el poco aliento que había alli en hall vimos con desesperación un campo similar al que habia alli en la sala, los muertos replegados y los moribundos ya sin fuerzas, la mayoria rezando el padre nuestro o la Salve...y que poco a poco quedaban como si en realidad el sueño les fuese ganando hasta quedarse profundamente dormidos.
El joven me pregunto que si eran muertos -¿Ves solo manchas cierto?- cuestione sarcastico -Todos son vidas arrebatadas sin saber su ha sido causa o destino- quede atonito mirando el lugubre paisaje cuando, ese hombre, el único que realmente entendia que mipasado no fue una demencia, que se convirtio en mi amigo, mi hermano y en mi familia ahora parecía despedirse, hablaba como si jamás nos volviesemos a ver -¿De que estas hablando?- le susurre -¿Estas demente cierto Jhofiel o el humo de afecto el cerebro?- intente retarle más el continuaba en ese mismo tono y era lo que más me desagradaba -¡Deja de decir tonterias Jhofiel, yo voy a voltear... tu estarás aquí, nos largamos y si quieres vamos a la Corte de los milagros ¿Ya?- negue marcadamente con la cabeza -Además sabes que no pasa nada y que tus visiones son subjetivas y nada más... todo puede cambiar ¿Recuerdas lo que me has dicho?- conteste desesperado y gire mi cabeza hacia el sendero que conducía a la sala principal, los gritos de los caidos y los torturados emepezaron a causar más que revuelo -¡Deja de recitar tu tesmento Jhofiel y ayudame a encontrar una salida para ¡Los dos!- separé mi vista de amenazante silencio y decidi bajar aun en contra de mi voluntad por aquellos escalones que me llevaban hacia las puertas que permanecian cerradas con candado y de par en par.
Más al empezar a caminar entre los cadaveres y la angustia de contemplar como las enormes cortinas ya habían alcanzado a ese lugar una sombra femenina que se autonombraba culpable aparecio en nuestro camino, al juzgar su apariencia era gitana igul que Jhofiel, venía casi a rastras y con el maquilllaje corrido, lo blanc de las ropas cubiertas de rojo carmesí y el resto estaba roto, esa mujer suplicaba ayuda y perdón en medi de sollozos -Solo...- le interrupi su dramatismo -¿Conoces alguna puerta y asi salvandonos los tres ganas idulgencias y probablemente dependiendo lo que hicieste tus pecados esten perdonados- sin embargo la chica derrotada y afligida que parecia ahogarse con su propia saliba y su llanto quedo postrada a mis pies pidiendome perdón en nombre de los humanos caidos -Yo no tengo nada de que perdonarte- sonrí -Solo salgamos de aqui y será suficiente. puedes unirte nuestra misión si quieres... ¡Porque aquí nadie morirá!- excalme viendo a Jhofiel y después al chica que con cortesía ayude a ponerse ne pie ¿Que tan grave fue su falta?, me pregunte al verla de esa actitud tan extraña y tan misteriosa
Archibaldo de la Cruz- Humano Clase Alta
- Mensajes : 50
Fecha de inscripción : 28/10/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Cynder que momentos atrás en que el fuego se propago e hizo del lugar un verdadero infierno no hizo más que taparse los oidos y fingir que nada de aqyellos sucedia, ahora caminaba entre los muertos y los caídos, todos y cada uno con expresiones distintas, inermes y sin vida con poses diferentes en un desgraciado lecho de muerte, lleno de eniza en que probablemente muchos no merecian morir.
Que más le importaba ver a Nigma debatiendose entre la vida y la muerte o Devora consumando la venganza que había deseado durante años, incluso lego a ignorar a Domine y su grito de auxilio y los disparos que se oyeron a sus espaldas... estaba perdida en el fondo de sus pensamientos, caminaba como una loca sin remedio intentando hayar algun indicio que también le llevara a la muerte.... ¡Que horrible es la ambición para algunos, para aquellos qu se hayan marginados como Cynder! o como ese hombre a quién todo mundo repudiaba y ahora el los había asesinado bajo el seudonimo de un alma en pena, el hambre siempre es la peor de las enemistades.
Cuando pudo reaccionar en medio de la humareda se dio cuenta que ya había dado más de sos vueltas a ese lugar, esos rostros ya los había visto y de todos había intentado revivirlos, su alma estaba manchada, ya no era digna de vivir, todo esa sangre estaba ahora sobre si.
Con la esperanza de hayar a alguién continuo caminando por los pasillos que se encontraba oscuros y en otras partes iluminados a medias por las llamas que empezaban a nacer en partes ajenas a la sala y fue esa necesedad que pronto la llevo a encontrarse muy cera de dos voces que discutian sobre el destino del otro, escuchaba aun hombre ya maduro y a un joven que tambien entre tos y falta de aire se encontraba en perfectas condiciones aunque algo sucios y quemados de los ropajes -Gracias al señor de los cielos- susurro entrelazando las manos, mientras de esos ojos castaños llenos de muerte fresca salieron gotas tibías que resbalaron por su tez morena hasta caer en ese piso de marmol que parecía estar caliente.
Corrío sin parar y asi sin aliento hasta la entrada principal donde todo un cumulo de cuerpos se hayaban adornando la entrada en vez de la hermosa alfombra que la gitana recordaba cuando entro al esperado lugar, de nuevo todo el remordimiento llego hasta lo más recondito de su ser al grado de que cada movimiento parecia ser de una mujer histerica escapada del sanatorio mental, sus finas manos tomaron su largo cabello negro que pronto estaba alborotado entre tantos jaloneos hacia los lados -No puede ser... no puede ser... no puede ser....- decía angustiada -Soy una asesina, lo soy... lo soy- se reprochaba asi misma y uando se acerco hacia ellos, esos dos extraños una muñeca de trapo estaba a la mitad del sendero, se tomo unos cuantos minutos y dejo salir un grito de tan gran estruendo que lo poco que permanecia en los techos termino por caerse.
-Por favor perdoneme- llego a suplicarle de rodillas al hombre maduro y de expresion aparentemente dura y enfadada -¡Por favor en nombre de los suyos perdoneme!- se aferro a su rodilla sintiendo la salvacion y el alivo que su alma necesitaba -Por... favor- susurro mientras se tallaba con las telas del ese fino y sucio pantalón de etiqueta.
La paz regreso a su alma cuando aquel desconocido le aseguro que no tenía nada de que perdonarle, sonrio y las lágrimas parecieron borrarse pero el placer fue breve, los cuerpos y sus miradas fijas, la sangre en el piso le hacían recordar que al sentirse bien solo era engañarse así misma pues aunque aquel hombre le decía que no debía pedir perdón era por que ignoraba que la gitana había vendido a tantos inocentes con tal de conseguir a un pedazo de teirra que probablemente no sería suyo -¡Camelot, es una estupidez!- exclamo en su interior -¿Como pude creer en ello?- nego -Y ahora miles estan muertos y yo misma lleve otro más a las manos de esa vibora... el también ya debe de estar muerto gracias a mis intrigas- quedo reflexiva por instantes, con la mano cubriendo su rostro -Solo hay una salida-comento entre suspiros dolorosos -Es la principal pero esta cerrada- devolvio su mirada a ellos -Yo los sacare de aquí pero... ustedes son los que continuan yo...-cerro los ojos -Yo contribui a que todos los que cayeron esten muertos, comprendame, nadie puede vivir con esa culpa ni siquiera el más fuerte- sin dar oportunidad a que se le refutara su comentario se acerco a los guardias que ya habían muerto, las llaves estaban en sus guantes negros -No alcanzaron a abrir- tomo las llaves enormes y doradas, tan antiguas quizás como las puertas de cedro y hierro -¡Ayudenme a moverlos!- imploro ayuda de los dos caballeros que le veían esputrefactos, finalmente entre los tres removieron algunos de los cuerpos, el calor cada vez se hacía mas sofoante y los vidrios reventaron -¡No queda mucho tiempo, hay que abrir ya!- metio rapidamente cada una de las llaves pero ninguna era la correcta -¡Vamos porquería abre!- gritaba con desesperacion a esa madera como si tuviera vida -¡Vamos abre!- exclamo más noto que ningun otro vidrio se quebro en mil pedazos ¿Que había pasado entonces?.
Sudaba en frio y las manos omenzaron a temblarle, finalmente encontro la llave magica le dijo ella -¡Listo vamos salgan!- comento alegremente -Es lo último bueno que haré en mi vida- hablaba mientras le daba vuelta a las cerraduras, cuando disparos sin sentido se escuchaban cada vez más cerca -Cynder estas muerta, te han descubierto- hablo su voz interna que le hacía sentir escalofrios en todo el cuerpo y provocaba su respiración fuera agitada ada vez más aunque se estuviese ahogando entre el intervalo de cada nuevo respiro -Vamos no seas tonta abre y salvalos- seguia aquella voz que al igual que ella estaba agitada y preoupada << ¿Vas algún lado andrajosa? >> escucho una voz a sus espaldas, un ser que cargaba el arma para matarle, era una voz perdida, hundida en la locura, fuera de si -Si, iba a un lugar- finalmente dijo valiente con el ceño frunido y la mirada retante misma que perdio su intensidad cuando uno de ellos corrio y los tiros omenzaron a ser silenciados por el impacto en el cuerpo que se desplomo a los pocos instantes, el único que qudaba comenzo a sollozar, intentando regresar con el cuerpo de su amigo -No- le detuvo -Vayase, por piedad ¡Vayase y haga justicia por él!- dio media vuelta mientras vio al asesino sin perderle de vista -¡Tú!....- dijo con extrañeza -¿Pero... como...?- retrocedio ante la sorpresa -¿Que significan esas lágrimas en tu rostro? ¿Que sucedió?- pregunto mientras sus pasos llegaro hasta el tope de las puertas -¡Responde que sucedio!- más el arma volvio a cargarse -El que menos esperabamos- comento entre sollozos al sentir lástima por ese hombre del que nunca espero verle así -¿Porque?- pero él nada decía, simplemente el cañon de un arma de inquisidor apuntaba al desconocido sobreviviente -No lo permitas Cynder, no lo permitas- pensó.
-Escucheme bien señor- respiro profundamente -En cuanto me separe de esta puerta usted intente abrirla, lallave correcta ya esta incrustada en la boca de la cerradura- aquel hombre intento brindar consuelo y hacerse solidario, ofreciendose a quedar con ella hasta el final -¡Estamos acorralados no lo ve, debe de morir uno para que él otro salga de aqui y si vamos a eso quién más se lo merece soy yo... ya sabe porque!-grito enfurecida -Solo...hagaló- comento más calmada y en tono suplicante -Y hagame tres favores más, el primero ayude a ese enmascarado, aquel con cara sonriente, conviertase en su voz para que la gente capte que si los perversos somos así es gracias a lo que su dichoso dinero y soiedad moldearon de nosotros, uando todo termine pidale a él perdón en mi nombre, luego vaya con los gitanos e intervega por mi para obtener también su perdón, para que con la oración de la comunidad llegue al cielo y le aclare a Dios Todo poderoso porque lo hice, el segundo nunca me olvide... yo no tengo a nadie que me recuerde- dijo melancolica sin perder de vista a su depredador -y el tercero, cuando salga de aquí corra.... y no miré atrás- Cynder sonrio después de esas palabras tan meditadas como si en medio de ellas se estuviese preparando para su muerte, el gatillo fue jalado por esas tembloros y ansiosas manos sin control, la gitania sintio como la bala le atreveso el torso saliendo por su espalda y aún asi continúo su batalla mientras aquel hombre finalmente logro abrir la puerta y en medio de empujones, esfuerzos consiguio la salida.
Cynder murió de manera lenta y dolorosa, el disparo no fue lo único que recibo, miles de puñaladas le fueron dadas por las manos de su agresor dejandola desangrada al instante y derribada en piso en medio de los muertos que ella misma había movido de sus lugares,alli yacio su cuerpo debil y vacio salpicado de su propia sangre.
Su camisa estaba completamente roja como la malva, humeda y entre suspiros doloroso las lágrimas salieron de nueva cuenta, la mirada le quedo fija en el techo donde grandes angles y querubines contemplaban su muerte, sin que pudieran bajar y curarle o limpiar de su boca abierta la sangre que escupía, entre pensamientos consideraba que su agonía era el castigo, ni la saliba que pasaba contrarestaba el dolor tan agudo que sentía -Perdonalo y perdonanos a todos-sus latidos se hicieron más lentos y ella lo percibía -Sabías palabras de tu hijo- entrelazo sus manos mientras las reposaba en su pecho que se veía agitado -Dios- pronuncio en un murmullo debil mientras poco a poco sus ojos se cerraron y un último respiro profundo calló su voz y termino con su dolor.
El fuego llego gracias a la corriente del viento frio de aquella turbia noche, consumiendo los cuerpos y el de la gitana al instante... Cynder un gitana que busco libertad en cientos de aventuras donde por milagro salio ilesa perdio la batalla gracias al ambicion y la seduccion de lujos que justificaba bajo el nobre de su comunidad, más al final y después de todo consiguio una oportunidad de libertad a costa de su vida: La de París... pero quizás con la muerte ella logro liberarse de todo lo que la mantenía encadenada, su descenlace llevo a su libertad más eso dependera del cristal con quese mire y de quién lo juzgue.
Que más le importaba ver a Nigma debatiendose entre la vida y la muerte o Devora consumando la venganza que había deseado durante años, incluso lego a ignorar a Domine y su grito de auxilio y los disparos que se oyeron a sus espaldas... estaba perdida en el fondo de sus pensamientos, caminaba como una loca sin remedio intentando hayar algun indicio que también le llevara a la muerte.... ¡Que horrible es la ambición para algunos, para aquellos qu se hayan marginados como Cynder! o como ese hombre a quién todo mundo repudiaba y ahora el los había asesinado bajo el seudonimo de un alma en pena, el hambre siempre es la peor de las enemistades.
Cuando pudo reaccionar en medio de la humareda se dio cuenta que ya había dado más de sos vueltas a ese lugar, esos rostros ya los había visto y de todos había intentado revivirlos, su alma estaba manchada, ya no era digna de vivir, todo esa sangre estaba ahora sobre si.
Con la esperanza de hayar a alguién continuo caminando por los pasillos que se encontraba oscuros y en otras partes iluminados a medias por las llamas que empezaban a nacer en partes ajenas a la sala y fue esa necesedad que pronto la llevo a encontrarse muy cera de dos voces que discutian sobre el destino del otro, escuchaba aun hombre ya maduro y a un joven que tambien entre tos y falta de aire se encontraba en perfectas condiciones aunque algo sucios y quemados de los ropajes -Gracias al señor de los cielos- susurro entrelazando las manos, mientras de esos ojos castaños llenos de muerte fresca salieron gotas tibías que resbalaron por su tez morena hasta caer en ese piso de marmol que parecía estar caliente.
Corrío sin parar y asi sin aliento hasta la entrada principal donde todo un cumulo de cuerpos se hayaban adornando la entrada en vez de la hermosa alfombra que la gitana recordaba cuando entro al esperado lugar, de nuevo todo el remordimiento llego hasta lo más recondito de su ser al grado de que cada movimiento parecia ser de una mujer histerica escapada del sanatorio mental, sus finas manos tomaron su largo cabello negro que pronto estaba alborotado entre tantos jaloneos hacia los lados -No puede ser... no puede ser... no puede ser....- decía angustiada -Soy una asesina, lo soy... lo soy- se reprochaba asi misma y uando se acerco hacia ellos, esos dos extraños una muñeca de trapo estaba a la mitad del sendero, se tomo unos cuantos minutos y dejo salir un grito de tan gran estruendo que lo poco que permanecia en los techos termino por caerse.
-Por favor perdoneme- llego a suplicarle de rodillas al hombre maduro y de expresion aparentemente dura y enfadada -¡Por favor en nombre de los suyos perdoneme!- se aferro a su rodilla sintiendo la salvacion y el alivo que su alma necesitaba -Por... favor- susurro mientras se tallaba con las telas del ese fino y sucio pantalón de etiqueta.
La paz regreso a su alma cuando aquel desconocido le aseguro que no tenía nada de que perdonarle, sonrio y las lágrimas parecieron borrarse pero el placer fue breve, los cuerpos y sus miradas fijas, la sangre en el piso le hacían recordar que al sentirse bien solo era engañarse así misma pues aunque aquel hombre le decía que no debía pedir perdón era por que ignoraba que la gitana había vendido a tantos inocentes con tal de conseguir a un pedazo de teirra que probablemente no sería suyo -¡Camelot, es una estupidez!- exclamo en su interior -¿Como pude creer en ello?- nego -Y ahora miles estan muertos y yo misma lleve otro más a las manos de esa vibora... el también ya debe de estar muerto gracias a mis intrigas- quedo reflexiva por instantes, con la mano cubriendo su rostro -Solo hay una salida-comento entre suspiros dolorosos -Es la principal pero esta cerrada- devolvio su mirada a ellos -Yo los sacare de aquí pero... ustedes son los que continuan yo...-cerro los ojos -Yo contribui a que todos los que cayeron esten muertos, comprendame, nadie puede vivir con esa culpa ni siquiera el más fuerte- sin dar oportunidad a que se le refutara su comentario se acerco a los guardias que ya habían muerto, las llaves estaban en sus guantes negros -No alcanzaron a abrir- tomo las llaves enormes y doradas, tan antiguas quizás como las puertas de cedro y hierro -¡Ayudenme a moverlos!- imploro ayuda de los dos caballeros que le veían esputrefactos, finalmente entre los tres removieron algunos de los cuerpos, el calor cada vez se hacía mas sofoante y los vidrios reventaron -¡No queda mucho tiempo, hay que abrir ya!- metio rapidamente cada una de las llaves pero ninguna era la correcta -¡Vamos porquería abre!- gritaba con desesperacion a esa madera como si tuviera vida -¡Vamos abre!- exclamo más noto que ningun otro vidrio se quebro en mil pedazos ¿Que había pasado entonces?.
Sudaba en frio y las manos omenzaron a temblarle, finalmente encontro la llave magica le dijo ella -¡Listo vamos salgan!- comento alegremente -Es lo último bueno que haré en mi vida- hablaba mientras le daba vuelta a las cerraduras, cuando disparos sin sentido se escuchaban cada vez más cerca -Cynder estas muerta, te han descubierto- hablo su voz interna que le hacía sentir escalofrios en todo el cuerpo y provocaba su respiración fuera agitada ada vez más aunque se estuviese ahogando entre el intervalo de cada nuevo respiro -Vamos no seas tonta abre y salvalos- seguia aquella voz que al igual que ella estaba agitada y preoupada << ¿Vas algún lado andrajosa? >> escucho una voz a sus espaldas, un ser que cargaba el arma para matarle, era una voz perdida, hundida en la locura, fuera de si -Si, iba a un lugar- finalmente dijo valiente con el ceño frunido y la mirada retante misma que perdio su intensidad cuando uno de ellos corrio y los tiros omenzaron a ser silenciados por el impacto en el cuerpo que se desplomo a los pocos instantes, el único que qudaba comenzo a sollozar, intentando regresar con el cuerpo de su amigo -No- le detuvo -Vayase, por piedad ¡Vayase y haga justicia por él!- dio media vuelta mientras vio al asesino sin perderle de vista -¡Tú!....- dijo con extrañeza -¿Pero... como...?- retrocedio ante la sorpresa -¿Que significan esas lágrimas en tu rostro? ¿Que sucedió?- pregunto mientras sus pasos llegaro hasta el tope de las puertas -¡Responde que sucedio!- más el arma volvio a cargarse -El que menos esperabamos- comento entre sollozos al sentir lástima por ese hombre del que nunca espero verle así -¿Porque?- pero él nada decía, simplemente el cañon de un arma de inquisidor apuntaba al desconocido sobreviviente -No lo permitas Cynder, no lo permitas- pensó.
-Escucheme bien señor- respiro profundamente -En cuanto me separe de esta puerta usted intente abrirla, lallave correcta ya esta incrustada en la boca de la cerradura- aquel hombre intento brindar consuelo y hacerse solidario, ofreciendose a quedar con ella hasta el final -¡Estamos acorralados no lo ve, debe de morir uno para que él otro salga de aqui y si vamos a eso quién más se lo merece soy yo... ya sabe porque!-grito enfurecida -Solo...hagaló- comento más calmada y en tono suplicante -Y hagame tres favores más, el primero ayude a ese enmascarado, aquel con cara sonriente, conviertase en su voz para que la gente capte que si los perversos somos así es gracias a lo que su dichoso dinero y soiedad moldearon de nosotros, uando todo termine pidale a él perdón en mi nombre, luego vaya con los gitanos e intervega por mi para obtener también su perdón, para que con la oración de la comunidad llegue al cielo y le aclare a Dios Todo poderoso porque lo hice, el segundo nunca me olvide... yo no tengo a nadie que me recuerde- dijo melancolica sin perder de vista a su depredador -y el tercero, cuando salga de aquí corra.... y no miré atrás- Cynder sonrio después de esas palabras tan meditadas como si en medio de ellas se estuviese preparando para su muerte, el gatillo fue jalado por esas tembloros y ansiosas manos sin control, la gitania sintio como la bala le atreveso el torso saliendo por su espalda y aún asi continúo su batalla mientras aquel hombre finalmente logro abrir la puerta y en medio de empujones, esfuerzos consiguio la salida.
Cynder murió de manera lenta y dolorosa, el disparo no fue lo único que recibo, miles de puñaladas le fueron dadas por las manos de su agresor dejandola desangrada al instante y derribada en piso en medio de los muertos que ella misma había movido de sus lugares,alli yacio su cuerpo debil y vacio salpicado de su propia sangre.
Su camisa estaba completamente roja como la malva, humeda y entre suspiros doloroso las lágrimas salieron de nueva cuenta, la mirada le quedo fija en el techo donde grandes angles y querubines contemplaban su muerte, sin que pudieran bajar y curarle o limpiar de su boca abierta la sangre que escupía, entre pensamientos consideraba que su agonía era el castigo, ni la saliba que pasaba contrarestaba el dolor tan agudo que sentía -Perdonalo y perdonanos a todos-sus latidos se hicieron más lentos y ella lo percibía -Sabías palabras de tu hijo- entrelazo sus manos mientras las reposaba en su pecho que se veía agitado -Dios- pronuncio en un murmullo debil mientras poco a poco sus ojos se cerraron y un último respiro profundo calló su voz y termino con su dolor.
El fuego llego gracias a la corriente del viento frio de aquella turbia noche, consumiendo los cuerpos y el de la gitana al instante... Cynder un gitana que busco libertad en cientos de aventuras donde por milagro salio ilesa perdio la batalla gracias al ambicion y la seduccion de lujos que justificaba bajo el nobre de su comunidad, más al final y después de todo consiguio una oportunidad de libertad a costa de su vida: La de París... pero quizás con la muerte ella logro liberarse de todo lo que la mantenía encadenada, su descenlace llevo a su libertad más eso dependera del cristal con quese mire y de quién lo juzgue.
Cynder- Gitano
- Mensajes : 11
Fecha de inscripción : 04/11/2012
Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Mi teatro ardía en llamas y todo gracias a él, ese miserable del que ahora desconocia sus movimientos... ese hombre era incierto -¡Bravo... Idiota!- dije con cinico sarcasmo -¡Mira lo que has hecho con mi teatro!- contemplaba de vez en cuando el panorama que podía verse desde aquella parte tan alta del escenario donde mi rival y yo simplemente nos veíamos tras las máscaras sin conocer la expresión que el otro tenía, por su puesto que la mía era de odio y fastidio más debía confesar que mi alma se regocijaba mientras escuchaba cada misero e infame grito de desesperación y muerte por todo el lugar -Pero... has complacido a este ángel en busqueda de muertes violentas e injustas, ¿acaso la máscara no te deja ver?- continuaba en mi ese sarcasmo que me facilitaba herir a ese hombre como quería, después de todo Devora había me había confesado mucho sobre él -¡Dicen!- exclame -que tu odias la injusta muerte, que por eso te empeñas en matar estirpes como la mía- levante el tono de la voz puesto que debajo de nosotros se hayaba el enorme circúlo que ardía gracias al papel de utileria que le decorara minutos antes -Pero... ¿porque no empiezas por ti mismo?- pregunte mofandome de una situación que quizás aún no se había dado cuenta -Sí... por tí Leviathán, después de todo tu ocasionaste todo este desastre ¿No?- empece a dirigir mis pasos sigilosamente hacia uno de sus costados -¡Vamos admitelo!, si no me hubieras desenmascarado en medio de todo París esta función hubiera terminado en vanales festejos de estupidas costumbres humanas, en cambio- señale con mi mano enfundada de color negro hacia la sala destrozada -Esto se convirtio en el teatro de la tragedia- solte una carcajada retante -¿Ves como tenía razón?, entre tú y yo solo hay una delgada linea que nos separa- comence a sonar agitado -¿Aun no lo entiendes o no lo quieres ver?, lo único que nos separa es que tu eres un debíl e inferior humano cubriendo su sadismo y su sed de venganza en un traje de cazador y yo soy superior ¡Un ángel cadído, un ser sediento de muerte y venganza que utiliza un traje de un fantasma, una leyenda, de un ángel de la música!- reí a carcajadas que pronto resonaron por todo el teatro -Aceptalo los dos somos unos propagadores de muerte... sus proveedores por decirlo decentemente- realicé una reverencia, jugando así con el vuelo de la capa oscura, intentando con ella envolverle o confundirle y asi tener la ventaja para arrojarlo a las llamas abrazadoras desde aquellas alturas.
-¿Que haré contigo?- negue en silencio con la cabeza -Intento matarte y milagrosamente algo siempre te salva, incluso te deformo del rostro y sobrevives misteriosamente con una máscara- reí tenuemente -Planeo enboscarte y te enredas con mi antigua pupila convenciendola de traiconarme ¡A mí, su maestro!- le vi por arriba, en un gesto altanero -Pero ya recibio su castigo como todos, pobre ilusa... tan perdida, intentando vivir sin miedo, perfeccionando una sed de venganza que jamás desarrollará, ¡Una sabandija debíl, inutil que no sirve ni siquiera para la más bella de las artes: ¡Mi música!- comente con finjida lástima -Pero... bueno quién sabe mejor de las vampiresas que tú ¿No es cierto?- dirigi mi mirada hacia todas direcciones en busca de oscuridad pero no encontre mpas que luz, calor y fuego por todos rincones, entonces debía planear -Tu querida Devora te manda muchos saludos- retome la platica mientras ganaba tiempo maquilando una forma más fácil de encontrar mis terrenos, además la luz siempre acentuaba mis cicatrices, podía verse mi piel como lo que era, una pasa seca, arrugada y carcomida, eso me hacía sentir mpas que incomodo -Devora, esa vampiresa que te vio la cara- aclare mi voz -¡Claro literalmente hablando, nadie querría ver algo tan horrendo que hay debajo de esa... basura que llevas por falsa faz!-sonrei ampliamente detrás de las telas que me cubrían -Ella te entrego a mí- retome las amenazas -Y yo te entregaré al infierno- desenbaine la espada que portaba en un costado tal cual el personaje lo pedía como requisito -¿Muerete quieres?- le señale con la espada empujandola un poco en su pecho sin llegar a clavarsela de una buena vez, finalmente mis comentarios porvocaron sus insolentes contestaciones -¿Utileria?...¡Patetico!- exclamé -De verdad que cada vez me haces dudar en que eres un cazador- lancé mi primer movimiento dirigido hacia su hombro, rompiendo de inmediato la manga de su saco completamente oscuro que pronto parecío mezclarse con la mermelada del nectar de los frutos rojos, sin embargo no se qujo, ningún sonido parecio emitirse detrás de la máscara sinicamente sonriente -Creo que no te quedo claro lo de la ¡utilería!- fui subiendo de a poco el volumen de mi voz, tomando fuerza para que aquella espada lo partiera en dos -¡Pudrete, muerete o yo te haré desaparecer en miles de pedazos que arrojaré al fuego, disfrutando de la escencia que desprenda tu carne!- tome impulso, corri dirigiendo la punta del arma directo a su torso y quizás en el combate podía tenr dos probabilidades matarlo o descubrir una forma de regresar a mis territorios, en algún sitio donde aún las sombras esperaran por su amo....
-¿Que haré contigo?- negue en silencio con la cabeza -Intento matarte y milagrosamente algo siempre te salva, incluso te deformo del rostro y sobrevives misteriosamente con una máscara- reí tenuemente -Planeo enboscarte y te enredas con mi antigua pupila convenciendola de traiconarme ¡A mí, su maestro!- le vi por arriba, en un gesto altanero -Pero ya recibio su castigo como todos, pobre ilusa... tan perdida, intentando vivir sin miedo, perfeccionando una sed de venganza que jamás desarrollará, ¡Una sabandija debíl, inutil que no sirve ni siquiera para la más bella de las artes: ¡Mi música!- comente con finjida lástima -Pero... bueno quién sabe mejor de las vampiresas que tú ¿No es cierto?- dirigi mi mirada hacia todas direcciones en busca de oscuridad pero no encontre mpas que luz, calor y fuego por todos rincones, entonces debía planear -Tu querida Devora te manda muchos saludos- retome la platica mientras ganaba tiempo maquilando una forma más fácil de encontrar mis terrenos, además la luz siempre acentuaba mis cicatrices, podía verse mi piel como lo que era, una pasa seca, arrugada y carcomida, eso me hacía sentir mpas que incomodo -Devora, esa vampiresa que te vio la cara- aclare mi voz -¡Claro literalmente hablando, nadie querría ver algo tan horrendo que hay debajo de esa... basura que llevas por falsa faz!-sonrei ampliamente detrás de las telas que me cubrían -Ella te entrego a mí- retome las amenazas -Y yo te entregaré al infierno- desenbaine la espada que portaba en un costado tal cual el personaje lo pedía como requisito -¿Muerete quieres?- le señale con la espada empujandola un poco en su pecho sin llegar a clavarsela de una buena vez, finalmente mis comentarios porvocaron sus insolentes contestaciones -¿Utileria?...¡Patetico!- exclamé -De verdad que cada vez me haces dudar en que eres un cazador- lancé mi primer movimiento dirigido hacia su hombro, rompiendo de inmediato la manga de su saco completamente oscuro que pronto parecío mezclarse con la mermelada del nectar de los frutos rojos, sin embargo no se qujo, ningún sonido parecio emitirse detrás de la máscara sinicamente sonriente -Creo que no te quedo claro lo de la ¡utilería!- fui subiendo de a poco el volumen de mi voz, tomando fuerza para que aquella espada lo partiera en dos -¡Pudrete, muerete o yo te haré desaparecer en miles de pedazos que arrojaré al fuego, disfrutando de la escencia que desprenda tu carne!- tome impulso, corri dirigiendo la punta del arma directo a su torso y quizás en el combate podía tenr dos probabilidades matarlo o descubrir una forma de regresar a mis territorios, en algún sitio donde aún las sombras esperaran por su amo....
Phantom Nocte- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 321
Fecha de inscripción : 06/12/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Ahora todo lucía como un infierno, anaranjado, iluminado y desolado, el teatro se había convertido en un campo Santo, era como el limbo incierto y eterno del que miles de muertos entregaban su alma a los cielos.
Una guerra se disputaba en medio de las destrozadas e incineradas butacas, dos bandos en que se jugaban la vida humanos y condenados, se oían lejanos disparos, gritos dolorosos, arrepentidos y desesperados e inconciente estaba la vampiresa que al final actuo con toda valentía y entereza, mientras en la parte más elevada dos máscaras volvian a toparse "cara a cara", con la ira desborada y con sed de justicia y venganza, y allí postrado frente del falso arcangel permanecía quieto, escuchando atentamente esperando mi momento, sabía que con esa actitud le haría desatinar, enfadar y finalmente no haría más que lo que sabe hacer mejor: Asesinar y atacar sin piedad.
Detrás de la máscara se dibujaba la esxpresión de un tirunfante que ya veía en sus manos la muerte e su contrincante que cual animal se dejaba guíar, el tonto e ignorante era aquel fantasma farsante, sin embargo le dejaba creer que el era dueño de todo saber, pues Devora fue un error, el más horrendo amor del que pude pobrar un amargo sabor pero bien debía agradecer ese enorme favor, un poco solo un poco en medio de ese calor y después la muerte del depredador.
Odiaba las muertes injustas, más el consuelo que calmaba mi alma me decía que toda perdida al final sería bien recompensada, que quizás ellos no eran dignos de vivir en el país que pronto ayudaría a reconstruir, con la cabeza asentí cuando aquel pensamiento de mi voz interna alcancé a oír, suspire profundo y cuando finalmente el hombro lo tenía herido y sangrando, llego el momento por mi ansiado, le regresaría cada provocación sin detener mi fuerte convicción -Si ya note que no es de utilería, pero también me percate que no sabes afilar una cuchilla- solte carcajadas abiertas y alocadas -Si... estuviese bien afilada me habías cortado e brazo de forma instantanea- comenzaron mis porvocadoras palabras llenas de fervil sarcasmo.
-Nada de lo que digas me haré retoceder, nada me hará cambiar de parecer mucho menos enfuerecer, por mucho tiempo ancie estos momentos, alguna virtud debí agregar a mis sentimientos, por aunque lo dudes creeme que los poseo- me prapare para hablar con profundo acento -Paciencia y calma eso es mejor que cualquier truco o arma- tome un minuto para regresar y respirar, soportando el dolor que la herida comenzaba a causar -Yo, mi odiado ser fantasmal, aprendí a todo soprtar y aunque las muertes no pueda tolerar se que al final más hombres y mujeres naceran, los nuevos seres que a ustedes no conocerán, por lo menos no los condenados como tu y Devora que son locos de atar- mientras hablaba mis costados cuidadaba, ese vampiro era un alma endemoniada -Y quiero decir algo más... antes que con tu espada me pretendas matar- me atreví a pensar, contemple los riesgos de lo que iba a comentar, me convenía decirlo asi de una buena vez trataría de eliminarme -Además yo jamás me enrede con tu pupila, fue ella misma que cansada de tus villanías decidió servir a la justicia ¿Acaso crees que el mundo de ser por entero tuyo?- sonreí victorioso -Permiteme quitar la venda del ojo, que si permites agregar mi máscara luce como un cazador misterioso y no como un pobre andrajoso- sin más el vampiro se me abalanzo furioso entonces saque de mis ropajes las aramas filosas que detuvieron la envestida de un perro rabioso.
Las dagas formaron una cruz, esa misma que se detenía con mi fuerza, reflejando la luz y la humareda intensa -Estas loco y enfermo, solo un lunatico podria deleitarse con tal monstruosidad, has perdido la noción de la realidad, con justa razón todos de ti terminan por quererse alejar- solte una carcjada forzada -¿Así pretendes que aguién te pueda amar-tome el suficiente aliento y fuerza para contra atacar -Que equivocado estas- empuje su espada hacía atrás y con mis dos armas empecé a jugar, el sonido del metal ya también era parte del toque de guerra de ese lugar, las armas antiguas emepezaron a chocar, movimientos rápidos y al la vez lentos por instantes empezaron hacer la batalla más interesante -¿No te diviertes farsante?- exclame con alegría desbordante, las cuchillas rompiron su traje y entonces tomandolo por el cuello lo arroje al abismo del que parecio no salir de nuevo buscando una revancha y sacando por su boca maleficios -Sal de allí sabandija asesina, ni siquiera pude herirte lo suficente para que hayas muerto, estas allí en un lugar incierto, recuerdas que nuestro primer encuentro me mostraste parte de tu secreto... las penumbras, aquí ya no hay eso- dirigi mi mirada a todas direcciones menos a techo -No pudo haber muerto apenas comenzabamos el duelo- pense en mis adentros mientras mo cuerpo tomaba aiento y hombro descansa de la herida provocada y de la fuerza desbordada -¡Sal de allí!- grite con las armas listas para ser enterradas en el corazón de ese monstruo.
Una guerra se disputaba en medio de las destrozadas e incineradas butacas, dos bandos en que se jugaban la vida humanos y condenados, se oían lejanos disparos, gritos dolorosos, arrepentidos y desesperados e inconciente estaba la vampiresa que al final actuo con toda valentía y entereza, mientras en la parte más elevada dos máscaras volvian a toparse "cara a cara", con la ira desborada y con sed de justicia y venganza, y allí postrado frente del falso arcangel permanecía quieto, escuchando atentamente esperando mi momento, sabía que con esa actitud le haría desatinar, enfadar y finalmente no haría más que lo que sabe hacer mejor: Asesinar y atacar sin piedad.
Detrás de la máscara se dibujaba la esxpresión de un tirunfante que ya veía en sus manos la muerte e su contrincante que cual animal se dejaba guíar, el tonto e ignorante era aquel fantasma farsante, sin embargo le dejaba creer que el era dueño de todo saber, pues Devora fue un error, el más horrendo amor del que pude pobrar un amargo sabor pero bien debía agradecer ese enorme favor, un poco solo un poco en medio de ese calor y después la muerte del depredador.
Odiaba las muertes injustas, más el consuelo que calmaba mi alma me decía que toda perdida al final sería bien recompensada, que quizás ellos no eran dignos de vivir en el país que pronto ayudaría a reconstruir, con la cabeza asentí cuando aquel pensamiento de mi voz interna alcancé a oír, suspire profundo y cuando finalmente el hombro lo tenía herido y sangrando, llego el momento por mi ansiado, le regresaría cada provocación sin detener mi fuerte convicción -Si ya note que no es de utilería, pero también me percate que no sabes afilar una cuchilla- solte carcajadas abiertas y alocadas -Si... estuviese bien afilada me habías cortado e brazo de forma instantanea- comenzaron mis porvocadoras palabras llenas de fervil sarcasmo.
-Nada de lo que digas me haré retoceder, nada me hará cambiar de parecer mucho menos enfuerecer, por mucho tiempo ancie estos momentos, alguna virtud debí agregar a mis sentimientos, por aunque lo dudes creeme que los poseo- me prapare para hablar con profundo acento -Paciencia y calma eso es mejor que cualquier truco o arma- tome un minuto para regresar y respirar, soportando el dolor que la herida comenzaba a causar -Yo, mi odiado ser fantasmal, aprendí a todo soprtar y aunque las muertes no pueda tolerar se que al final más hombres y mujeres naceran, los nuevos seres que a ustedes no conocerán, por lo menos no los condenados como tu y Devora que son locos de atar- mientras hablaba mis costados cuidadaba, ese vampiro era un alma endemoniada -Y quiero decir algo más... antes que con tu espada me pretendas matar- me atreví a pensar, contemple los riesgos de lo que iba a comentar, me convenía decirlo asi de una buena vez trataría de eliminarme -Además yo jamás me enrede con tu pupila, fue ella misma que cansada de tus villanías decidió servir a la justicia ¿Acaso crees que el mundo de ser por entero tuyo?- sonreí victorioso -Permiteme quitar la venda del ojo, que si permites agregar mi máscara luce como un cazador misterioso y no como un pobre andrajoso- sin más el vampiro se me abalanzo furioso entonces saque de mis ropajes las aramas filosas que detuvieron la envestida de un perro rabioso.
Las dagas formaron una cruz, esa misma que se detenía con mi fuerza, reflejando la luz y la humareda intensa -Estas loco y enfermo, solo un lunatico podria deleitarse con tal monstruosidad, has perdido la noción de la realidad, con justa razón todos de ti terminan por quererse alejar- solte una carcjada forzada -¿Así pretendes que aguién te pueda amar-tome el suficiente aliento y fuerza para contra atacar -Que equivocado estas- empuje su espada hacía atrás y con mis dos armas empecé a jugar, el sonido del metal ya también era parte del toque de guerra de ese lugar, las armas antiguas emepezaron a chocar, movimientos rápidos y al la vez lentos por instantes empezaron hacer la batalla más interesante -¿No te diviertes farsante?- exclame con alegría desbordante, las cuchillas rompiron su traje y entonces tomandolo por el cuello lo arroje al abismo del que parecio no salir de nuevo buscando una revancha y sacando por su boca maleficios -Sal de allí sabandija asesina, ni siquiera pude herirte lo suficente para que hayas muerto, estas allí en un lugar incierto, recuerdas que nuestro primer encuentro me mostraste parte de tu secreto... las penumbras, aquí ya no hay eso- dirigi mi mirada a todas direcciones menos a techo -No pudo haber muerto apenas comenzabamos el duelo- pense en mis adentros mientras mo cuerpo tomaba aiento y hombro descansa de la herida provocada y de la fuerza desbordada -¡Sal de allí!- grite con las armas listas para ser enterradas en el corazón de ese monstruo.
Leviathán Shadow- Condenado/Vampiro/Clase Alta
- Mensajes : 205
Fecha de inscripción : 06/10/2012
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Ese desdichado tomo la ventaja, traia con sigo bien guardadas cada una de sus armas mismas que terminaron por rasgar mis finos ropajes, la capa estaba hecha tiras que pronto cayeron en el piso y otras más sirvieron como alimento al fuego que adornaba a ese enorme abismo que quedaba por debajo de nuestros pies... mismos que en ocasiones parecían pisar mal la delgada tabla de madera dando la impresion de que pronto uno o el otro perdería el equilibrio tras la fuerza que haciamos con las armas pues yo dejaba atrás mi guardía, responía con el mismo coraje cada uno de sus "golpes maestros", haciendo caso aomiso de sus comentarios -Sabes Leviathán- comenzaba una charla agitada y rápida dentro del duelo -No sabes provocarme ¿Acaso crees que me iba ofender por un simple comentario sobre mi máscara?- solte una carcajada -¡Por supuesto que no idiota!- realice una manioba fallida que logro la espada en breves instantes quedará allí clavada entre las maderas de la escenografía -Pero a ti parece te toque en la fibra que más te duele- enfatice la última palabra con esfuerzo logrando liberar mi arma -Si- asenti marcadamente y comente en tono presuncioso -Contestaste todas mis ofensas y debo decir que con una tranquilidad y creatividad poetica pero... aún no me has contestado si consideras que somos iguales, perecidos- me abalancé contra él haciendo que los matales unieran sus sonidos en cada golpeteo creado para derrotar al otro -Veo que eso te ¡Molesta!- le empuje con fuerza hacía atrás intentando incrustar en su pechola punta de su espada que el con su mano enfundada como la mía logro deternerme aún por más que implementara lo sobrenatural -Escuchame bien... tu me estas hartando y acabando con mi paciencia puedo hacer más que quitar vidas en lugar tan pequeño como mi teatro- le dije mientras estaba por encima de el ergido y pisandole con el arma detenida -Creeme también la paciencia tiene sus restricciones y limites- comentaba agitado -¡Muerete ya de una buena vez y dejaré a París en paz!- tome una pausa para tomar aliento pues el fuego estaba subiendo de intensidad, el calor era más dificíl, la luz cegaba mis ojos, solo quería que todo comabate terminara y marcharme -¡Horrible luz!- retrocidí bajando la guardía -¡La odio, la odio!- exclame perdiendo de vista al cazador -¡Mis ojos!- girtaba con tanto dolor como si en realidad me hubieran quemado las orbes y entonces sentí su mano en mi cuello lanzandome con fuerza, sentí el aire a mi alrededor y allí abriendo mis ojos que ardían tremendamente, entonces vislumbre las sombras que quedaban entre el telón y las tramoyeras, con esfuerzos subí hasta ellas.
Allí en esas alturas repose un poco, cerre mis ojos escasos de parpados, interiorizando todo dolor, escuche la voz de mi enemigo en medio de tanto estruendo -Malnacido- murmure recargandome en aquellos muros donde apun la luz no se había atrevido a penetrar -Vas a morir, te juro que vas a ¡morir!- grite con ira, furia, coraje y sed de que su sangre corriera por mis manos, ese hombre destruyo mi teatro, me desenmascaro frente a todos y por si fuera poco provoco quedará como un idiota con la espada desenbainada -Esto no se queda así- tome impulso poniendome de pie aún tambaleando a causa de caminar a tientas, más estaba allí las cuerdas tome una de las que fueran más largas, entonces solo espere el momento preciso en que se pusiera justo debajo de mí -Si no puedo perforarte con la espada, si logare que te ahogues como un pez sin agua- declare con esto la guerra, misma que seguramente llego a sus odios puesto que su máscara discretamente se dirigía al techo más desconcertado volvia a mirar hacia los lados -Si me conocieras del todo Leviathán, sabrías que la luz siempre será el lugar menos indicado donde puedas encontrarme- la visión perfecta que poseía un demonio había regresado y desde allí arriba emepecé mi andar de un lado a otro como una fiera acechando a su presa -Eres una calamidad, quizás por eso prefiera una tela a una máscara corriente, al final no te dejan ver aunque como humano... ¿Que es lo que ves?- pregunte sarcastico y entonces guarde silencio, ni mis pasos o mi respiración lograron escucharse, tal parecía me había ido dejandolo cobardemente en medio del desastre.
-No estaba equivocado, como el inutil mortal que eres tienes tu visión limitada- respondí pero esta vez con la soa en el cuello y detrás de él, no era tan dificl bajar y deslizarse por las tramoyeras cuando eres el hijo de alguién que en los libros sagrados es retratado como un reptil restrero, como la serpiente que a largo plazo envuelve a sus victimas con sus cascabeles tineantes anunciando la muerte de su victima -¿Sabes algo?- le pregunte aumentando la presión con fuerza desmedida -Creo que después de todo la espada no quizó matarte porque igual que su dueño pensó que era más deleitante terminar contigo de una forma más... manual- rei a carcajadas -Te voy a dar un consejo: La muerte es impredesible, un día te quiere quemar vivo y solo tu cara o tu cuerpo resultan lástimados, intenta clavarte una espada en el corazón y el fuego vuelve ciego a quién la lleve en el puño... nada de eso le funciono- jale la cuerda en dirección a mi pecho, mientras escuchaba sus gemidos, que forzados intentaban brindarle oxigeno debajo de la máscara, mientras sus manos intentaban en vano quitarse la cuerda que le apretaba la garganta, sin siquiera dejarle hablar -Ella, la muerte no quería mancharse las manos contigo- dije con lastima finjida y exagerada -Pero no le dejaste camino y ahora sientes sus manos en la cuerda- la furia desmedida se asomaba entre sílaba y predicado -Y ella piensa: debi hacerlo desde el inicio, sin embargo nunca es tarde y... esto es devertido- finalmente aplique toda mi fuerza -¿Que dices?, no te entiendo- empece a mofarme ante sus intentos fallidos de replicar -Tranquilo Leviathán toma todo el aire posible- mi expresión cambio por una más sorpresiva -¡Oh es cierto!, te tengo sujeto del cuello- le tire al piso cuando lo hice tropezar con mi zapato, el quedo de espaldas, dando opotunidad de patalear e intentar salir de mis garras -Escuchame bien cazador, cuando mueras todos aquellos que te ayudaron pagaran en la justa medida su insolencia, París se llenará de sangre ¡Este ángel no tendra misericordía!- me acerque a su oido -Y si Montserrat aún vive para contarlo morirá bajo el fuego, como alguién que me traciono siglos atrás... ¿Sabes que le hice?, la incinere en el cementerio junto a su amado y disfrute cada segundo de dolor mientras se retorcia y pedia clemencia pero mientras más suplicaba el fuego lo convertía al doble de intenso, por tal como cazador que eres podrás imaginarte que tan doloroso es para un vampiro un tormento como ese, en especial una neofita como ella- me separe de él y tomando aliento pues el fuego ya había iluminado todo de nueva cuenta, cerré los ojos descargando toda la fuerza posible en un tirón fue cuando ya no sentí movimientos de parte de ese cazador, repiré aliviado pensando que ya estaba muerto al fin.
Allí en esas alturas repose un poco, cerre mis ojos escasos de parpados, interiorizando todo dolor, escuche la voz de mi enemigo en medio de tanto estruendo -Malnacido- murmure recargandome en aquellos muros donde apun la luz no se había atrevido a penetrar -Vas a morir, te juro que vas a ¡morir!- grite con ira, furia, coraje y sed de que su sangre corriera por mis manos, ese hombre destruyo mi teatro, me desenmascaro frente a todos y por si fuera poco provoco quedará como un idiota con la espada desenbainada -Esto no se queda así- tome impulso poniendome de pie aún tambaleando a causa de caminar a tientas, más estaba allí las cuerdas tome una de las que fueran más largas, entonces solo espere el momento preciso en que se pusiera justo debajo de mí -Si no puedo perforarte con la espada, si logare que te ahogues como un pez sin agua- declare con esto la guerra, misma que seguramente llego a sus odios puesto que su máscara discretamente se dirigía al techo más desconcertado volvia a mirar hacia los lados -Si me conocieras del todo Leviathán, sabrías que la luz siempre será el lugar menos indicado donde puedas encontrarme- la visión perfecta que poseía un demonio había regresado y desde allí arriba emepecé mi andar de un lado a otro como una fiera acechando a su presa -Eres una calamidad, quizás por eso prefiera una tela a una máscara corriente, al final no te dejan ver aunque como humano... ¿Que es lo que ves?- pregunte sarcastico y entonces guarde silencio, ni mis pasos o mi respiración lograron escucharse, tal parecía me había ido dejandolo cobardemente en medio del desastre.
-No estaba equivocado, como el inutil mortal que eres tienes tu visión limitada- respondí pero esta vez con la soa en el cuello y detrás de él, no era tan dificl bajar y deslizarse por las tramoyeras cuando eres el hijo de alguién que en los libros sagrados es retratado como un reptil restrero, como la serpiente que a largo plazo envuelve a sus victimas con sus cascabeles tineantes anunciando la muerte de su victima -¿Sabes algo?- le pregunte aumentando la presión con fuerza desmedida -Creo que después de todo la espada no quizó matarte porque igual que su dueño pensó que era más deleitante terminar contigo de una forma más... manual- rei a carcajadas -Te voy a dar un consejo: La muerte es impredesible, un día te quiere quemar vivo y solo tu cara o tu cuerpo resultan lástimados, intenta clavarte una espada en el corazón y el fuego vuelve ciego a quién la lleve en el puño... nada de eso le funciono- jale la cuerda en dirección a mi pecho, mientras escuchaba sus gemidos, que forzados intentaban brindarle oxigeno debajo de la máscara, mientras sus manos intentaban en vano quitarse la cuerda que le apretaba la garganta, sin siquiera dejarle hablar -Ella, la muerte no quería mancharse las manos contigo- dije con lastima finjida y exagerada -Pero no le dejaste camino y ahora sientes sus manos en la cuerda- la furia desmedida se asomaba entre sílaba y predicado -Y ella piensa: debi hacerlo desde el inicio, sin embargo nunca es tarde y... esto es devertido- finalmente aplique toda mi fuerza -¿Que dices?, no te entiendo- empece a mofarme ante sus intentos fallidos de replicar -Tranquilo Leviathán toma todo el aire posible- mi expresión cambio por una más sorpresiva -¡Oh es cierto!, te tengo sujeto del cuello- le tire al piso cuando lo hice tropezar con mi zapato, el quedo de espaldas, dando opotunidad de patalear e intentar salir de mis garras -Escuchame bien cazador, cuando mueras todos aquellos que te ayudaron pagaran en la justa medida su insolencia, París se llenará de sangre ¡Este ángel no tendra misericordía!- me acerque a su oido -Y si Montserrat aún vive para contarlo morirá bajo el fuego, como alguién que me traciono siglos atrás... ¿Sabes que le hice?, la incinere en el cementerio junto a su amado y disfrute cada segundo de dolor mientras se retorcia y pedia clemencia pero mientras más suplicaba el fuego lo convertía al doble de intenso, por tal como cazador que eres podrás imaginarte que tan doloroso es para un vampiro un tormento como ese, en especial una neofita como ella- me separe de él y tomando aliento pues el fuego ya había iluminado todo de nueva cuenta, cerré los ojos descargando toda la fuerza posible en un tirón fue cuando ya no sentí movimientos de parte de ese cazador, repiré aliviado pensando que ya estaba muerto al fin.
Phantom Nocte- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 321
Fecha de inscripción : 06/12/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Debía haberlo imaginado o por lo menos haber planeado algo,era impredecible ese condenado y sin duda un monstruo astuto que en el momento improvisa en absoluto.
No me quedaba más que pensar y adivinar cual era su siguiente paso a dar, como iba ser su actuar, después de todo mos ofensa aunque discretas y poeticas lo había hecho enfadar -Me hubiese gustado que te escucharas hablar fantasma infernal- dije mientras mi cabeza alzaba buscando a la fiera enjaulada en su oscuridad añorada -Pues aunque tu lo nieges, te has ofendido, lo muestras con tu espada desenbainada tratando de dar estoques con ira desenfrenada... sobre todo hacia tu máscara- reí debajo de la mía, comence a dar pasos sigilos y en medida silenciosos de un lado a otro, pero a cualquier lado en que quedará mirando el fuego hacía presencia con su color anaranjado y su calor desmesurado que cada vez me estaba sofocando, sin embargo me tome minutos descanso y al igual que mi enemigo quede a mercedad de la fragilidad que hace momentos debía aporvechar co ese loco de atar fue cuando entonces una cuerda me intentaba asfixiar y detrás mío al fantasma escuche hablar, intentaba sus manos enfundas quitar pero nada de mis movimientos lo hacía basilar.
El mundo comenzo a darme vueltas, veía todo de forma revuelta, la anaranjado se volvio morado y este a su vez azulado, miles de manchas empezaron a aprecer a medida que quede mareado, las dagas, mis armas de plata cayeron lejos mi costado y debajo de mi faz falsa miles de quejidos comenzaron a salir entre suspiros que desesperados intentaron obtner oxigeno de todos lados, la garganta me dolía, poco a poco el aire se restirgia y mi saliba ya no era ingerida, se quedaba en aquel nudo que con su cuerda provoca aquel inmundo y el suelo me recibio al caer gracias a su zapato en mi camino atravesado, fue allí donde escuche todas sus amenazas y sus confesiones de matanzas pasadas, menciono a mis aliados y Montserrat en sus amenazas, no podía permitirlo más ¿Como quitarme de encima a ese maldito?, aunque moribundo dirigi mi mirada al resto de ese incinerado mundo, observe el telón cayendose a pedazos, a lo lejos podía ver las chispas de los disparos, escuchaba los gritos de un muchacho y podía ver la batalla de los vampiros abajo en el escenario, más mi rival no se fijo que aquella espada al lado mio quedo, solo bastaba alzar la mano para tomarla, de nuevo mi mente empezó a maquilar, más lo único que me dio por respuesta fue cotar, atacar y de nuevo improvisar, se me ocurrio entonces dejar de dramatizar, fingiendo no respirar más, la cuerda dejo entonces de apretar, dejandome reposar antes de levantar -Eres fácil de ¡engañar!- le empuje hacia atrás golpeandole con la nuca en su barbilla, regrse a verle a los ojos y de una patada lo arroje hasta la orilla de aquella tabla delgada y viejecilla, di un masaje a mi cuello y me ergi de nuevo -Sin duda mi máscara es mejor, impide que el fuego me deje sin visión- comente tomando alinento en cualquier ocasión, entonces comence a dar estocadas, unas más centradas que otras pero ese hombre las esquivaba y sin más tomo mis dagas, amabas en sus manos enfundadas que también comenzaron a provocar cortadas en mi, aquel que originalmente las portaba y las usaba, nos moviamos de un lado a otro, rompinos cuerdas y pedazos de madera que pronto cayeron alimentando a esa gigantezca hoguera, las armas en un momento dado quedaron atoradas, quedando máscara a máscara pero el de un golpe me mando lejos de estaca, le envolví con la capa dejandole una cortada en el torso hecha con la espada, aprovechando su momento de debilidad le quite mis armas le tire al piso sin oportunidad a que pudiera tenr sobre mi alguna ventaja, la espada a us corazón apuntaba y en el momento mismo que tome fuerza para incrustarla, un cristal se había roto al otro lado de la sala, entonces alguién sin control comenzo a disparar y Montserrat despertando de su desmayo termino por gritar debido a los muertos que había cerca de su lugar y una voz femenina con desesperación empezo a llamar, ese me distrajo por completo, la ventaja llego a él de nuevo, el ser fantasmal podía notar trataba de meditar, desesperado grito, me tomo por el cuello lanzandome al escenario conertido en un infierno se azomo desde las alturas asegurandose no subiera, aporvechando el fuego desaparecio la fiera para ir en busca aparentemente de ese ser en problemas... iba a levantarme para seguirle pero los gritos de y llanto que esparcia la vapiresa hicieron quedarme, además de las palbras del fantasma empecé a acordarme, me puse en pie para acercarme y tratar de calmarle pero era tarde ella había caido en la histeria, misma que le llevo a perder la conciencia -No puedes dejarla Leviathán, no importa cúal se su naturaleza, sacala y llevatela ¡Ya!- escuche a mi voz interna dentro de mi cabeza -¿Y donde se supone te llevo?- pregunte coteplandola detalladamente, en verdad era una mujer muy bella, cerré los ojos tratando de quitar esa mirada que sentía al verle de una manera diferente -¿Que hago con ella?- exclame en voz alta ahora ese era mi dilema.
No me quedaba más que pensar y adivinar cual era su siguiente paso a dar, como iba ser su actuar, después de todo mos ofensa aunque discretas y poeticas lo había hecho enfadar -Me hubiese gustado que te escucharas hablar fantasma infernal- dije mientras mi cabeza alzaba buscando a la fiera enjaulada en su oscuridad añorada -Pues aunque tu lo nieges, te has ofendido, lo muestras con tu espada desenbainada tratando de dar estoques con ira desenfrenada... sobre todo hacia tu máscara- reí debajo de la mía, comence a dar pasos sigilos y en medida silenciosos de un lado a otro, pero a cualquier lado en que quedará mirando el fuego hacía presencia con su color anaranjado y su calor desmesurado que cada vez me estaba sofocando, sin embargo me tome minutos descanso y al igual que mi enemigo quede a mercedad de la fragilidad que hace momentos debía aporvechar co ese loco de atar fue cuando entonces una cuerda me intentaba asfixiar y detrás mío al fantasma escuche hablar, intentaba sus manos enfundas quitar pero nada de mis movimientos lo hacía basilar.
El mundo comenzo a darme vueltas, veía todo de forma revuelta, la anaranjado se volvio morado y este a su vez azulado, miles de manchas empezaron a aprecer a medida que quede mareado, las dagas, mis armas de plata cayeron lejos mi costado y debajo de mi faz falsa miles de quejidos comenzaron a salir entre suspiros que desesperados intentaron obtner oxigeno de todos lados, la garganta me dolía, poco a poco el aire se restirgia y mi saliba ya no era ingerida, se quedaba en aquel nudo que con su cuerda provoca aquel inmundo y el suelo me recibio al caer gracias a su zapato en mi camino atravesado, fue allí donde escuche todas sus amenazas y sus confesiones de matanzas pasadas, menciono a mis aliados y Montserrat en sus amenazas, no podía permitirlo más ¿Como quitarme de encima a ese maldito?, aunque moribundo dirigi mi mirada al resto de ese incinerado mundo, observe el telón cayendose a pedazos, a lo lejos podía ver las chispas de los disparos, escuchaba los gritos de un muchacho y podía ver la batalla de los vampiros abajo en el escenario, más mi rival no se fijo que aquella espada al lado mio quedo, solo bastaba alzar la mano para tomarla, de nuevo mi mente empezó a maquilar, más lo único que me dio por respuesta fue cotar, atacar y de nuevo improvisar, se me ocurrio entonces dejar de dramatizar, fingiendo no respirar más, la cuerda dejo entonces de apretar, dejandome reposar antes de levantar -Eres fácil de ¡engañar!- le empuje hacia atrás golpeandole con la nuca en su barbilla, regrse a verle a los ojos y de una patada lo arroje hasta la orilla de aquella tabla delgada y viejecilla, di un masaje a mi cuello y me ergi de nuevo -Sin duda mi máscara es mejor, impide que el fuego me deje sin visión- comente tomando alinento en cualquier ocasión, entonces comence a dar estocadas, unas más centradas que otras pero ese hombre las esquivaba y sin más tomo mis dagas, amabas en sus manos enfundadas que también comenzaron a provocar cortadas en mi, aquel que originalmente las portaba y las usaba, nos moviamos de un lado a otro, rompinos cuerdas y pedazos de madera que pronto cayeron alimentando a esa gigantezca hoguera, las armas en un momento dado quedaron atoradas, quedando máscara a máscara pero el de un golpe me mando lejos de estaca, le envolví con la capa dejandole una cortada en el torso hecha con la espada, aprovechando su momento de debilidad le quite mis armas le tire al piso sin oportunidad a que pudiera tenr sobre mi alguna ventaja, la espada a us corazón apuntaba y en el momento mismo que tome fuerza para incrustarla, un cristal se había roto al otro lado de la sala, entonces alguién sin control comenzo a disparar y Montserrat despertando de su desmayo termino por gritar debido a los muertos que había cerca de su lugar y una voz femenina con desesperación empezo a llamar, ese me distrajo por completo, la ventaja llego a él de nuevo, el ser fantasmal podía notar trataba de meditar, desesperado grito, me tomo por el cuello lanzandome al escenario conertido en un infierno se azomo desde las alturas asegurandose no subiera, aporvechando el fuego desaparecio la fiera para ir en busca aparentemente de ese ser en problemas... iba a levantarme para seguirle pero los gritos de y llanto que esparcia la vapiresa hicieron quedarme, además de las palbras del fantasma empecé a acordarme, me puse en pie para acercarme y tratar de calmarle pero era tarde ella había caido en la histeria, misma que le llevo a perder la conciencia -No puedes dejarla Leviathán, no importa cúal se su naturaleza, sacala y llevatela ¡Ya!- escuche a mi voz interna dentro de mi cabeza -¿Y donde se supone te llevo?- pregunte coteplandola detalladamente, en verdad era una mujer muy bella, cerré los ojos tratando de quitar esa mirada que sentía al verle de una manera diferente -¿Que hago con ella?- exclame en voz alta ahora ese era mi dilema.
Leviathán Shadow- Condenado/Vampiro/Clase Alta
- Mensajes : 205
Fecha de inscripción : 06/10/2012
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Le escuchaba atentamente cada una de sus palabras intentando hacer caso de lo que me decia y mantener la calma, dentro de mi queria decirle que se fuera conmigo que huyera pero no podia pedirle eso, era su hogar y queria defenderlo sin embargo, me daba demasiado miedo perderle, que le pudiera pasara algo y no estar ahi a su lado aunque muy a mi pesar sabia que si le seguia solo seria una carga para él.
Me quede muy sorprendida con su pregunta, era algo complicado de explicarle pues no tenia ni idea de a que se referia él con amante, yo no queria ser como mi madre, entregarle todo al hombre que te importaba y luego cuando lo habia conseguido dejarme tirada, sabia que yo eso no podria superarlo y me terminaria destruyendo pero por otro lado, sentia la necesidad de aceptar, de sentirle a mi lado, de arriesgar todo a una carta que no sabria que resultado tendria. La obra habia comenzado y sin embargo no me habia percatado, yo solo seguia como ausente, presa de mi confusion ante aquella pregunta que no sabia que respuesta darle pero una voz fuerte me saco de mis pensamientos casi haciendo que me asustara, volvia a la realidad a estar a su lado a pesar de no saber que habia acontecido en todo el tiempo Esta bien mi angel, te esperare Le sonrei dulcemente dejando que se marchara y quedandome ahi parada como una estatua a la que la acaban de tallar pero al igual que ellas sabia que algo dentro de mi se marchaba con aquel ser al que llamaba mi angel.
Me quede aun entre las sombras por si aquel hombre que me habia amenazado decidia volver sin embargo lo suficientemente cerca para poder observar lo que sucedia en el escenario, la escena era muy extraña pero tampoco podia juzgarla pues nunca habia visto una y no sabia como sucedia todo, solo veia a mi angel que habia desenvainado y eso no parecia un arma de mentira. Ya no sabia si era realidad o ficcion lo que estaba viendo, solo sentia como mi estomago se contraia y mi respiracion se dificultaba por momentos. Observaba casi sin pestañear cada gesto de los personajes que yo creia que estaban interpretando a pesar de que mis adentros decian que no y eso me dolia demasiado verle como la tomaba y la acariciaba, perdia su mano en sus rizos... pero tenia que hacerme creer a mi misma que era parte del espectaculo o sino romperia mi "promesa" de esperarle.
La obra dio un reves, un reves inesperado pues esa tela que tanto temia que yo le quitase habia sido apartada de su rostro, dejandole mostrarselo y escuchando las voces de muchos aunque no lo entendia, yo no veia nada malo en aquel rostro pero se me encogio tanto el estomago que tuve que apartarme de ver aquella escena, sabia que él se enojaria que algo malo pasaria pero aun asi no podia pensar nada malo. Cuando volvi a observar el escenario todo estaba ardiendo, la gente huia ¿Que debia hacer yo?, dijo que vendria y tenia que confiar en ello.
El tiempo iba pasando y las llamas devoraban todo a su paso, no podia continuar en el palco por lo que decidi salir, siguiendo a la multitud de gente, le esperaria fuera... ¿Que fue eso? ¡Parecia un disparo! Ese sonido me hizo detenerme enmedio del pasillo con lo que la gente despavorida que intentaba huir haciendome daño pero eso no era lo que me importaba en este instante sino él.
El ruido habia venido de dentro del escenario, asique rasgue un trozo de mi vestido para usarlo de pañuelo y volvi sobre mis pasos para intentar llegar al escenario o al menos al palco para ver si estaba bien y sino era asi, correr a su lado.
El humo cada vez era mas negro y asfixiante, obstaculizaba la vision y el paso, pues muchas vigas se habian caido a los lados con llamas, ornamentos habia sido destruidos al paso de la masa humana asustada, todo era un completo caos y aun asi iba a seguir hasta encontrarle. Mis pasos eran torpes pero decididos, sentia como mi piel ardia y como sufria arañazos al contacto con algunos objetos pero eso no era lo importante, solo le tenia en la cabeza a él. No sabia ni siquiera donde me estaba dirigiendo, habia perdido el sentido de la orientacion completamente, de hecho no entendia como aun podia andar, de seguro el trapo que tenia tapandome no ayudaba mucho pero ahi seguia yo andando desesperada, hasta que me tope con una viga enorme que me restringia el paso, tenia que dar marcha atras pero cuando justo iba a hacerlo otra viga cayo cortandome el paso y haciendo que cayera al suelo del impacto de la viga. Era mi final no podia hacer nada, ademas en la caida habia perdido el trapo que me tapaba y ahora mi cuerpo ingeria todo el humo y el calor, sentia abrasarse mis pulmones, como me iba consumiendo hasta el punto del casi el desmayo Lo siento mi angel, lo siento demasiado... Siempre te cuidare Dos lagrimas escaparon de mis ojos a la vez que pronunciaba su nombre y caia desmayada esperando mi final, uno que por suerte no seria doloroso si moria antes por asfixia
Me quede muy sorprendida con su pregunta, era algo complicado de explicarle pues no tenia ni idea de a que se referia él con amante, yo no queria ser como mi madre, entregarle todo al hombre que te importaba y luego cuando lo habia conseguido dejarme tirada, sabia que yo eso no podria superarlo y me terminaria destruyendo pero por otro lado, sentia la necesidad de aceptar, de sentirle a mi lado, de arriesgar todo a una carta que no sabria que resultado tendria. La obra habia comenzado y sin embargo no me habia percatado, yo solo seguia como ausente, presa de mi confusion ante aquella pregunta que no sabia que respuesta darle pero una voz fuerte me saco de mis pensamientos casi haciendo que me asustara, volvia a la realidad a estar a su lado a pesar de no saber que habia acontecido en todo el tiempo Esta bien mi angel, te esperare Le sonrei dulcemente dejando que se marchara y quedandome ahi parada como una estatua a la que la acaban de tallar pero al igual que ellas sabia que algo dentro de mi se marchaba con aquel ser al que llamaba mi angel.
Me quede aun entre las sombras por si aquel hombre que me habia amenazado decidia volver sin embargo lo suficientemente cerca para poder observar lo que sucedia en el escenario, la escena era muy extraña pero tampoco podia juzgarla pues nunca habia visto una y no sabia como sucedia todo, solo veia a mi angel que habia desenvainado y eso no parecia un arma de mentira. Ya no sabia si era realidad o ficcion lo que estaba viendo, solo sentia como mi estomago se contraia y mi respiracion se dificultaba por momentos. Observaba casi sin pestañear cada gesto de los personajes que yo creia que estaban interpretando a pesar de que mis adentros decian que no y eso me dolia demasiado verle como la tomaba y la acariciaba, perdia su mano en sus rizos... pero tenia que hacerme creer a mi misma que era parte del espectaculo o sino romperia mi "promesa" de esperarle.
La obra dio un reves, un reves inesperado pues esa tela que tanto temia que yo le quitase habia sido apartada de su rostro, dejandole mostrarselo y escuchando las voces de muchos aunque no lo entendia, yo no veia nada malo en aquel rostro pero se me encogio tanto el estomago que tuve que apartarme de ver aquella escena, sabia que él se enojaria que algo malo pasaria pero aun asi no podia pensar nada malo. Cuando volvi a observar el escenario todo estaba ardiendo, la gente huia ¿Que debia hacer yo?, dijo que vendria y tenia que confiar en ello.
El tiempo iba pasando y las llamas devoraban todo a su paso, no podia continuar en el palco por lo que decidi salir, siguiendo a la multitud de gente, le esperaria fuera... ¿Que fue eso? ¡Parecia un disparo! Ese sonido me hizo detenerme enmedio del pasillo con lo que la gente despavorida que intentaba huir haciendome daño pero eso no era lo que me importaba en este instante sino él.
El ruido habia venido de dentro del escenario, asique rasgue un trozo de mi vestido para usarlo de pañuelo y volvi sobre mis pasos para intentar llegar al escenario o al menos al palco para ver si estaba bien y sino era asi, correr a su lado.
El humo cada vez era mas negro y asfixiante, obstaculizaba la vision y el paso, pues muchas vigas se habian caido a los lados con llamas, ornamentos habia sido destruidos al paso de la masa humana asustada, todo era un completo caos y aun asi iba a seguir hasta encontrarle. Mis pasos eran torpes pero decididos, sentia como mi piel ardia y como sufria arañazos al contacto con algunos objetos pero eso no era lo importante, solo le tenia en la cabeza a él. No sabia ni siquiera donde me estaba dirigiendo, habia perdido el sentido de la orientacion completamente, de hecho no entendia como aun podia andar, de seguro el trapo que tenia tapandome no ayudaba mucho pero ahi seguia yo andando desesperada, hasta que me tope con una viga enorme que me restringia el paso, tenia que dar marcha atras pero cuando justo iba a hacerlo otra viga cayo cortandome el paso y haciendo que cayera al suelo del impacto de la viga. Era mi final no podia hacer nada, ademas en la caida habia perdido el trapo que me tapaba y ahora mi cuerpo ingeria todo el humo y el calor, sentia abrasarse mis pulmones, como me iba consumiendo hasta el punto del casi el desmayo Lo siento mi angel, lo siento demasiado... Siempre te cuidare Dos lagrimas escaparon de mis ojos a la vez que pronunciaba su nombre y caia desmayada esperando mi final, uno que por suerte no seria doloroso si moria antes por asfixia
Amaris Scander- Humano Clase Baja
- Mensajes : 197
Fecha de inscripción : 07/02/2012
Edad : 27
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Tenía la desventaja, ¡Yo, el ángel de la muerte estaba siendo abandonado por ella!, empezaba a creer que le estaba dando la razon al muy infeliz de Leviathán, quién ya se había librado de la cuerda alrededor del cuello porque curiosamente le descubrí tenía.
Ahora eramos dos hombres como aquellos que en la edad media se debatían a muerte en duelo de espadas, debía admitir el era rápido y quién no lo iba ser si tenía la desventaja de la luz que lastimaba mis ojos, la misma que me hacia retroceder en ese elevado y falso puento de madra vieja que en cualquier momento podía romperse pues el fuego ya lo había calentado demás y que seguía alimentandose a medida que ese hombre intentaba clavarme el arma.
Desesperado busque por el piso, sin sombras estaba desprotegido, la espada ahora era suya, finalmente la oscuridad se apiado de mí y allí casi en las únicas fauces oscuras que había entre el telón y la tramoyera encontré sus dagas.
Su ataque sirvio de excusa para agacharme y tomarlas, mis manos empezaron a acariciar cada parte de plata mientras me erguía de nuevo, niendole malicioso y con una sonrisa hipocrita -Parece que después de todo el mal triunfará esta noche-murmure mientras cerrando los puños y con potencia me le abalancé, podía apostar que el roce del metal se escuchaba a kilometros de distancia sin importar cuanto pasará allí abajo entre los ajustes de cuentas de Devora y compañia.
Eramos dos sombras debatiendonos a muerte en lo más alto de un escenario, dos seres espetrales que a sus costados tenían la voz del mismisimo infierno cuando las llams eran alimentadas haciendolas crecer, las telas se quemaban, nuestros ropajes y máscaras, entonces fue por ese breve instante que tuve la ventaja sobre mi oponente, la sangre salió disparada en distintas direcciones, sus navajas de verdad que si coratabn profundamente, hecho que producía el mayor de los placeres, cuanto más anhelaba el momento de que en vez de cortarle superficialmente en el abdomen, las piernas o los brazos pudiera cortarle la cabeza -Las dagas se han revelado a su amo- sonreí para darle paso a las carcajadas abiertas -Y para vengarse del mal uso que les das que sirven a tu más odiado enenmigo- un pequeño quejido emano de mi ante el esfuerzo de las envestidas que terminaron atorandose en una de las divisiones de las rejas metalicas que resguardaban ambos lados del puentecillo, podía sentirlo, sus pasos rápidos se dirigían hacia mi, su respiración me decía que ya estaba fátigado o probablente al final de todo era mi respiración la que estaba agitada gracias al coraje y la ira que finalmente emanaba de cada poro de mi piel -Terminemos con esto- dije entre dientes mientras las armas volvian al combate -¡Vaya eso demuestra que no tienes los pies en la tierra!- fui acercandome a el mofandome de su situación pero si bien es cierto todo puede girar de un momento a otro, una herida me saco de balance, se pasaría eso lo sabía pero igual que cualquiera en el primer momento dolio, sentí que las armas me fueron arrebatadas quedando a su merced en cuanto abri los ojos de nuevo ante mi caida -¡Que esperas!- exclame furioso -¡Hazlo!- le vi desde alli abajo -¡Hciste todo este alboroto, toda esta matanza para llegar al punto en que estas ahora!- intentaba provocarlo -¡Hazlo mal nacido!- grite lo más alto que pude -¡Matame!-pero esa última exclamación fue censurada por los cristales de una ventana que en algún lado se partieron en mil pedazos, sonido que solo fue la obertura para el sufriento que desprendía Montserrat y los disparos sin sentido que componían la melodía -La escucho- dije entusiasmado -¡La escucho, es la melodía de la muerte! ¡Ha llegado ayudarme!- contemple a Leviathán retante y victorioso -Me pregunto... ¿A quién matará en venganza por haber dañado a uno de sus protegidos?- me quite la tela de la cara, mostrandole el rostro deformado y esa sonrisa que asomaba mi quijada carecida de carne -Cuanto sonrio lo hago ampliamente- comente en medio de la agitación.
La sonrisa duro poco, a lo lejos pude escucharle pedir auxilio -Selena, como pude...- me reproche en mis adentros, mientras contemplaba el panorama que había inundado de fuego hasta donde se escuchaban sus llamados y oraciones, después mis orbes retornaron al cazador quién también mostraba desconcierto -¿Que hago?- me pregunte al ver la enorme desventaja en la que ahora estaba mi oponente -Puedo matarlo y ahora mismo pero... ella morira en cualquier momento...- mis sentidos se despertaron de inmediato, recobrando fuerzas -Ahora es tu oportunidad ¡Matalo!- dictaba mi instinto -¿Pero y Selena que pasará si la dejo allí?, la lumbre, el fuego- pensaba mientras veía a ese lugar donde ella se encontraba, sin más mimente fue siglos, demasiados años atrás recordando el sufrimiennto de esa vibora traidora mientras estaba siendo calcinada junto a la tumba de su padre, después el ardor placentero con el que queme mi rostro deformandolo para siempre.
-¡No!- desesperado levantandome de inmediato, mire a Leviathán con desprecio, lo tome por el cuello, quedando por minutos meditando al frente suyo -Podría haberte matado ahora mismo- entonces mis manos lo arrojaron hacía la parte baja del escenario, seguí su caida yentonces nuestras miradas se cruzaron por última vez.
Aún a ciegas baje por entre las cuerdas rotas o cortadas de tajo por el filo de las dagas, conocía bien el camino yo mismo había hecho este teatro, su voz me llevaba hasta el pasillo por el que siempre pasaba para llegar a mi palco, aquellos pasadizos que permanecían en secreto entre las columnas me llevaron por sus senderos, frios, humedos y de piedra hasta la parte en donde los pasillos eran inreconocibles, no había lugar donde se miraba el fuego que se divertia y se alimentaba del tapizado, las pinturas y las vigas del techo y fue precisamente en medio de ellas donde pude ver a Selena en el piso, inconciente y al parecer sin vida -¡Selena! ¡Selena!- le llame aun cuando las llamas se empeñaban en opacar mi voz y ahogarla con el rugir de su fuerza -¡Selena!- le llame una vez más pero no obtuve de esa su voz dulce que calmaba mi alma respuesta alguna, sus delicadas y finas manos que se atrevieron a tocar mi rostro permanecian quietas reposando en la alfombra que tocaba cada parte de su cuerpo que permanecía de cara a él.
Contemple el sitio y cada parte de el estaba hecho cenizas pero fue al ver hacia arriba que me percate que otro pedazo de viga iba a caer encima de la joven, di un paso sin pensar hacía donde ella pero me detuve, era el fuego quién no me dejaba mover como yo anhelaba -No puedo...- negue con la cabeza, resignandome -¡Maldita luz, hasta cuando parece haber hayado una pizca de felicidad me la arrebatas!- la madera cayo, provocando un gran estruendo, volví a mirarle -Tú no puedes terminar así- reparé en un suspiro -¡Yo soy el ángel de la muerte y yo decido que vivirás!- exclame a los cuatro vientos sin importar quién me escuchaba o quién me vería, simplemente cerré los ojos y me adentre al fuego sientiendo su calor abrazador y cientos de quemaduras que iban destruyendo mis ropajes, convirtiendo mi escencia y mi aroma en algo parecido a olor desprendido de los muertos en la hoguera en las plazas publicas.
Sentía mi piel arder, el dolor esparcirse por cada centimetro de mi ser debajo de la gabardina ya casi calcinada -Selena, flor de mi eden- dije mientras mis ojos recién abiertos le contemplaban -Hablame- le rogue en medio de agitados suspiros -¡Hablame!- me puse de rodillas a su lado mientras mi mano con timides fue acercandose para posarse en sus cabellos cubiertos de cenizas -Aqui está tu ángel para cubrirte entre sus alas y sacarte de este infierno que no mereces- vi la salida oculta, estaba despejada, más llevarla a mi guarida era un riesgo terriblemente grande, podría descubrir al monstruo y entonces la perdería.
En medio de esos turbios pensamientos la tome en mis brazos, procurando cubrirla con lo largo de la gabardina, le contemple algunos instantes sintiendo la sed de la venganza, del coraje y la impotencia de estar alli para portegerle -¡Todo esto es tu culpa maldito infeliz!- exclame esperando con ello que me escuchará -Tocaste algo mío, casi lo destruyes... y eso significa tu muerte, ¡Este ángel se cobrara con tu vida! Me oyes Leviathán... ¡Con tu vida!- tome un poco de aliento -Ahora... hagase la guerra contras todos los que sobrevivan hoy... ¡Todo París se arrpentira de no haber hecho lo que el fantasma les ordeno!- me dirigi a aquella salida, envolviendo en sus senderos que nos llevarían a mi guarida el único lugar seguro por ahora.
Ahora eramos dos hombres como aquellos que en la edad media se debatían a muerte en duelo de espadas, debía admitir el era rápido y quién no lo iba ser si tenía la desventaja de la luz que lastimaba mis ojos, la misma que me hacia retroceder en ese elevado y falso puento de madra vieja que en cualquier momento podía romperse pues el fuego ya lo había calentado demás y que seguía alimentandose a medida que ese hombre intentaba clavarme el arma.
Desesperado busque por el piso, sin sombras estaba desprotegido, la espada ahora era suya, finalmente la oscuridad se apiado de mí y allí casi en las únicas fauces oscuras que había entre el telón y la tramoyera encontré sus dagas.
Su ataque sirvio de excusa para agacharme y tomarlas, mis manos empezaron a acariciar cada parte de plata mientras me erguía de nuevo, niendole malicioso y con una sonrisa hipocrita -Parece que después de todo el mal triunfará esta noche-murmure mientras cerrando los puños y con potencia me le abalancé, podía apostar que el roce del metal se escuchaba a kilometros de distancia sin importar cuanto pasará allí abajo entre los ajustes de cuentas de Devora y compañia.
Eramos dos sombras debatiendonos a muerte en lo más alto de un escenario, dos seres espetrales que a sus costados tenían la voz del mismisimo infierno cuando las llams eran alimentadas haciendolas crecer, las telas se quemaban, nuestros ropajes y máscaras, entonces fue por ese breve instante que tuve la ventaja sobre mi oponente, la sangre salió disparada en distintas direcciones, sus navajas de verdad que si coratabn profundamente, hecho que producía el mayor de los placeres, cuanto más anhelaba el momento de que en vez de cortarle superficialmente en el abdomen, las piernas o los brazos pudiera cortarle la cabeza -Las dagas se han revelado a su amo- sonreí para darle paso a las carcajadas abiertas -Y para vengarse del mal uso que les das que sirven a tu más odiado enenmigo- un pequeño quejido emano de mi ante el esfuerzo de las envestidas que terminaron atorandose en una de las divisiones de las rejas metalicas que resguardaban ambos lados del puentecillo, podía sentirlo, sus pasos rápidos se dirigían hacia mi, su respiración me decía que ya estaba fátigado o probablente al final de todo era mi respiración la que estaba agitada gracias al coraje y la ira que finalmente emanaba de cada poro de mi piel -Terminemos con esto- dije entre dientes mientras las armas volvian al combate -¡Vaya eso demuestra que no tienes los pies en la tierra!- fui acercandome a el mofandome de su situación pero si bien es cierto todo puede girar de un momento a otro, una herida me saco de balance, se pasaría eso lo sabía pero igual que cualquiera en el primer momento dolio, sentí que las armas me fueron arrebatadas quedando a su merced en cuanto abri los ojos de nuevo ante mi caida -¡Que esperas!- exclame furioso -¡Hazlo!- le vi desde alli abajo -¡Hciste todo este alboroto, toda esta matanza para llegar al punto en que estas ahora!- intentaba provocarlo -¡Hazlo mal nacido!- grite lo más alto que pude -¡Matame!-pero esa última exclamación fue censurada por los cristales de una ventana que en algún lado se partieron en mil pedazos, sonido que solo fue la obertura para el sufriento que desprendía Montserrat y los disparos sin sentido que componían la melodía -La escucho- dije entusiasmado -¡La escucho, es la melodía de la muerte! ¡Ha llegado ayudarme!- contemple a Leviathán retante y victorioso -Me pregunto... ¿A quién matará en venganza por haber dañado a uno de sus protegidos?- me quite la tela de la cara, mostrandole el rostro deformado y esa sonrisa que asomaba mi quijada carecida de carne -Cuanto sonrio lo hago ampliamente- comente en medio de la agitación.
La sonrisa duro poco, a lo lejos pude escucharle pedir auxilio -Selena, como pude...- me reproche en mis adentros, mientras contemplaba el panorama que había inundado de fuego hasta donde se escuchaban sus llamados y oraciones, después mis orbes retornaron al cazador quién también mostraba desconcierto -¿Que hago?- me pregunte al ver la enorme desventaja en la que ahora estaba mi oponente -Puedo matarlo y ahora mismo pero... ella morira en cualquier momento...- mis sentidos se despertaron de inmediato, recobrando fuerzas -Ahora es tu oportunidad ¡Matalo!- dictaba mi instinto -¿Pero y Selena que pasará si la dejo allí?, la lumbre, el fuego- pensaba mientras veía a ese lugar donde ella se encontraba, sin más mimente fue siglos, demasiados años atrás recordando el sufrimiennto de esa vibora traidora mientras estaba siendo calcinada junto a la tumba de su padre, después el ardor placentero con el que queme mi rostro deformandolo para siempre.
-¡No!- desesperado levantandome de inmediato, mire a Leviathán con desprecio, lo tome por el cuello, quedando por minutos meditando al frente suyo -Podría haberte matado ahora mismo- entonces mis manos lo arrojaron hacía la parte baja del escenario, seguí su caida yentonces nuestras miradas se cruzaron por última vez.
Aún a ciegas baje por entre las cuerdas rotas o cortadas de tajo por el filo de las dagas, conocía bien el camino yo mismo había hecho este teatro, su voz me llevaba hasta el pasillo por el que siempre pasaba para llegar a mi palco, aquellos pasadizos que permanecían en secreto entre las columnas me llevaron por sus senderos, frios, humedos y de piedra hasta la parte en donde los pasillos eran inreconocibles, no había lugar donde se miraba el fuego que se divertia y se alimentaba del tapizado, las pinturas y las vigas del techo y fue precisamente en medio de ellas donde pude ver a Selena en el piso, inconciente y al parecer sin vida -¡Selena! ¡Selena!- le llame aun cuando las llamas se empeñaban en opacar mi voz y ahogarla con el rugir de su fuerza -¡Selena!- le llame una vez más pero no obtuve de esa su voz dulce que calmaba mi alma respuesta alguna, sus delicadas y finas manos que se atrevieron a tocar mi rostro permanecian quietas reposando en la alfombra que tocaba cada parte de su cuerpo que permanecía de cara a él.
Contemple el sitio y cada parte de el estaba hecho cenizas pero fue al ver hacia arriba que me percate que otro pedazo de viga iba a caer encima de la joven, di un paso sin pensar hacía donde ella pero me detuve, era el fuego quién no me dejaba mover como yo anhelaba -No puedo...- negue con la cabeza, resignandome -¡Maldita luz, hasta cuando parece haber hayado una pizca de felicidad me la arrebatas!- la madera cayo, provocando un gran estruendo, volví a mirarle -Tú no puedes terminar así- reparé en un suspiro -¡Yo soy el ángel de la muerte y yo decido que vivirás!- exclame a los cuatro vientos sin importar quién me escuchaba o quién me vería, simplemente cerré los ojos y me adentre al fuego sientiendo su calor abrazador y cientos de quemaduras que iban destruyendo mis ropajes, convirtiendo mi escencia y mi aroma en algo parecido a olor desprendido de los muertos en la hoguera en las plazas publicas.
Sentía mi piel arder, el dolor esparcirse por cada centimetro de mi ser debajo de la gabardina ya casi calcinada -Selena, flor de mi eden- dije mientras mis ojos recién abiertos le contemplaban -Hablame- le rogue en medio de agitados suspiros -¡Hablame!- me puse de rodillas a su lado mientras mi mano con timides fue acercandose para posarse en sus cabellos cubiertos de cenizas -Aqui está tu ángel para cubrirte entre sus alas y sacarte de este infierno que no mereces- vi la salida oculta, estaba despejada, más llevarla a mi guarida era un riesgo terriblemente grande, podría descubrir al monstruo y entonces la perdería.
En medio de esos turbios pensamientos la tome en mis brazos, procurando cubrirla con lo largo de la gabardina, le contemple algunos instantes sintiendo la sed de la venganza, del coraje y la impotencia de estar alli para portegerle -¡Todo esto es tu culpa maldito infeliz!- exclame esperando con ello que me escuchará -Tocaste algo mío, casi lo destruyes... y eso significa tu muerte, ¡Este ángel se cobrara con tu vida! Me oyes Leviathán... ¡Con tu vida!- tome un poco de aliento -Ahora... hagase la guerra contras todos los que sobrevivan hoy... ¡Todo París se arrpentira de no haber hecho lo que el fantasma les ordeno!- me dirigi a aquella salida, envolviendo en sus senderos que nos llevarían a mi guarida el único lugar seguro por ahora.
Phantom Nocte- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 321
Fecha de inscripción : 06/12/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
-Pero que hombre tan gentil- dije agradecido por habeme enviado al fuego, ¡Vaya que Stefano podía tener su lado calído de vez en cuando, hasta donde habia llegado su desesperación ante la eminente traición que creyo incinerarla conmigo -Tendré que estudiarme en el laboratorio- reí a carcajadas, mientras esas cosas naranjas, esas damas con ritmo ardiente danzando a mi alrededor me quemaban cuando sus manos se posaban en mis brazos, en el cuello, en mi torzo y en todos lados -Señoritas- les señale -Yo ya soy hombre casado y mi Domino esta viendolas a ustedes justo ahora creo...- todas se acercaron y el ardor en mi cuerpo comenzó a ser inminente -Pero no se enojen- comente con cierto dolor -¡Vamos!- exclame al ver como esas siluetas de mujeres se iban acercando para desvanecerse después en simples llamas de fuego real -¡Otra vez mi maldito cerebro!.. ya que me estaba empezando a sentir deseado ¡Ja!- me encogí en hombros y aún con el miedo por esas cosas que podían devorarnos me atreví a cruzar el único sendero que aún no estaba del todo cuebierto de tablas, de cristales, cuerdas, sogas y ¡Fierro viejo que vendan!... bueno creo que ese consepto de comprar cosas usadas todavía no se inventa ¡Un descubrimento más a mi lista! y la ventaja de esto es que si lo llego a inventar en el futuro esataré vivo para recibir mis ganancias, aunque de ropavejero no se gane mucho... ¡He ropavejero! ¡Ya le inventado nombre!.
Pero en eso no estaba.... ¡Ah sí!, decía que estaba cruzando todo ese camino cuando finalmente vi un escenario tan hermosamente decorado de muertos y sometidos que mi felicidad no tardo mucho tiempo en regresar -Esto si deberían hacerlo una obra de ópera- sonrei impaciente mientras escuchaba tiros, gritos y lamentos -Como se rien- murmure entre un suspiro de alivio, hasta que viendo al frente le encontré, allí iba ese vampiro celoso, el antiguo Stefano Rossi alias Romeo a intentar salvar a sus Julietos pero yo cual Montesco y Capuleto debía impedir a toda costa semejante atrocidad, para mi suerte un lluvia de armas caía adentro del teatro ¡Que esperaban!... Dios socorre a los locos, hice la señal de la cruz mientras mis puños sostenían las degas -Gracias Cielo, tierra, infierno, inframundo u lo que sea- la sonrisa de entusiasmo volvía a mi -Mambru, se fue a la gurerra que dolor,que dolor, que pena- cantaba mientras con sigilo le seguia por detrás, debía admitir que el cabello de aquel hombre era hermoso, largo y negro que brillaba con esas pequeñas llamas que pretendíam aesinarlo antes que yo -No permitire que ahora que puedo matar gratis me quiten el privilegio simples quimicos y atomos quema todo- pense mientras cada vez me acercaba a él -Mambru se fue a le guerra no se cuando vendrá, Do-Re-Mi-Do-Re-La, no se cuando ¡vendrá!- dije con fuerza arrojandome hacia su espalda.
-Ni si quiera me sentiste venir ¿Cierto?...hasta donde te quita el amor la noción de la realidad y mira que yo estoy loco- solte un par de carcajadas mientras conducia su caminar amenazandolo con una de las armas en el cuello -Te duele verlos así... pero acá entre nosotros, tu fuiste el culpable, si tan solo pudieras confiar en los tuyos, ahorita tendrían otro tipo de fuego en la cama-la presunncion se asomaba en cada palabra que de mis labios pintados salia -Shhhhh- le callé cuando el intentaba responder -Callate tu también, tantas voces me volverán loco a la larga- entonces en ese momento senti dolor en mis piernas, en aquellas partes quemadas, lamentandome entre paso y paso -Haz sido un chico muy pero muy... malo-volvi a sonreir -Y por eso con mucho gusto tendré que matarte-fingi lastima -Es una pena que toque pastel después de esta fiesta.. pero la vida no es justa ¿o sí?- de la manga que poseía aquel calcinado y sucio sucio traje de gala, seque el arma que faltaba -Esto va a ser muy divertido- las carcajadas emepazon a umentar en número y secuencia a medida que el arma se iba introduciendo una y otra vez en diferentes partes de su espalda, algunas con más fuerza que otras pero era tan divertido dar puñaladas -Dime ¿Que siente recibir una puñalada en el sentido estricto de la palabra?, después de todo a ellos dos también les dite una aunque literalmente hablando- me mofe de el, hasta que se puso de rodillas, escupiedno sangre por la boca y respirando con dificultades -Yo se porque no te defendiste... creías que así los salvarías ¿No es así?, sacrificando tu vida por la de ellos... ¡Oh mi martir!- me agache hasta toparme con su oido -Pero... ni así funcionará, suena romantico pero querido los cuentos de hadas no existen y además... tus sentidos no funcionan bien, creeme ser un loco es cansado, ¡Un trabajo extenuante!- no me hacía caso, su castaña mirada permanecía fija en el lugar donde ellos dos, tanto el anciano como la joven yacían vencidos -Me molesta que no me hagan caso- le jale de su larga melena y entonces el grito << Alessandro, Montserrat...¡Los amo! >> negue con la cabeza -Tu romansismo me da sueño- levante mi brazo al costado de mi cuerpo con la daga ensangrentada en mano y tomando impulso le dije -Ellos te alcazaran...¡En el infierno!- entonces el filo de ambas cuchillas atravesaron su cuello, rebanandolo al instante mientras la sangre comenzaba a ser derramada en el cuerpo que vencido había terminado por caer moribundo, dando sus últimos pensamientos a esos dos bastardos -mmm... así no me causa gracia- replique al ver semejante dramatizmo, me laeje para tomar una tabla de las que habían caido y tome con ella fuego de todas esas llamas que empezaban a convertirse en verdaderos gigantes y así con antorcha en mano le prendi fuego al vampiro caido -¡Ahora si es divertido de nuevo!- volvia reirme como un loco sin sentido mientras escuchaba sus quejidos, veía como se quemaba el cuerpo y me embriagaba el aroma que emanaba aquella criatura -Lastima tenia hermoso cabello- me lamente en un susurro cuando escuche que un cristal se había roto, mi mirada se centro en el punto donde se había escuchado el sonido, comenzandome a reir de todo aquello que vi, las carcajadas aumentaban en volumen, entonces arroje las dagas al fuego y tome un arma que quedo en el piso, está tenía grabado Domine en el mango y entonces mis risas se convirtieron en algo insoportable -Ella me dijo que riera- pensé y reí aún más -¡Vamos payaso rie, rie, rie!- dijo una voz -¡Dispara!- dijo otra en mi cabeza, tome el arma entre mis manos y sin saber lo que hacía me dirigi a la puerta allí habia gente viva, estaba Cynder y dos hombres que desconocia pero que me eran graciosos -¡Disparales, que te vean reír como siempre!- volvian a dcitarme en mi cabeza -¡Vamos payaso rie!- les dispare a ambos -¿Vas a algún lado andrajosa?- recuerdo que eso dije, entonces la gitana menciono algo sobre lágrimas en mi rotro, la furia pudo más que mi razón disparandole de inmediato, dando oportunida a que el otro escapara y allí teniendo su cuerpo vencido, tome uno de esos vidiros y le empecé a puñalar tal y como lo hice con Stefano -¡Los...payasos...nunca... lloran!- comente pausado y con los ojos completamente abiertos sin parpadear, mire hacía atrás -Ella.. ella tiene la culpa lo que paso... ella es la culpable- susurre dejando a la moribunda Cynder con ese cristal clavado en su cuerpo que por tanto dolor ya no pudía sentir -Ella... Ella debe morir- retorne a la sala, subiendo despacio cada escalón con la mirada fija hacía adelante -Ella... ella...-solo eso podía decir y lo único que recuerdo de aquel momento.
Pero en eso no estaba.... ¡Ah sí!, decía que estaba cruzando todo ese camino cuando finalmente vi un escenario tan hermosamente decorado de muertos y sometidos que mi felicidad no tardo mucho tiempo en regresar -Esto si deberían hacerlo una obra de ópera- sonrei impaciente mientras escuchaba tiros, gritos y lamentos -Como se rien- murmure entre un suspiro de alivio, hasta que viendo al frente le encontré, allí iba ese vampiro celoso, el antiguo Stefano Rossi alias Romeo a intentar salvar a sus Julietos pero yo cual Montesco y Capuleto debía impedir a toda costa semejante atrocidad, para mi suerte un lluvia de armas caía adentro del teatro ¡Que esperaban!... Dios socorre a los locos, hice la señal de la cruz mientras mis puños sostenían las degas -Gracias Cielo, tierra, infierno, inframundo u lo que sea- la sonrisa de entusiasmo volvía a mi -Mambru, se fue a la gurerra que dolor,que dolor, que pena- cantaba mientras con sigilo le seguia por detrás, debía admitir que el cabello de aquel hombre era hermoso, largo y negro que brillaba con esas pequeñas llamas que pretendíam aesinarlo antes que yo -No permitire que ahora que puedo matar gratis me quiten el privilegio simples quimicos y atomos quema todo- pense mientras cada vez me acercaba a él -Mambru se fue a le guerra no se cuando vendrá, Do-Re-Mi-Do-Re-La, no se cuando ¡vendrá!- dije con fuerza arrojandome hacia su espalda.
-Ni si quiera me sentiste venir ¿Cierto?...hasta donde te quita el amor la noción de la realidad y mira que yo estoy loco- solte un par de carcajadas mientras conducia su caminar amenazandolo con una de las armas en el cuello -Te duele verlos así... pero acá entre nosotros, tu fuiste el culpable, si tan solo pudieras confiar en los tuyos, ahorita tendrían otro tipo de fuego en la cama-la presunncion se asomaba en cada palabra que de mis labios pintados salia -Shhhhh- le callé cuando el intentaba responder -Callate tu también, tantas voces me volverán loco a la larga- entonces en ese momento senti dolor en mis piernas, en aquellas partes quemadas, lamentandome entre paso y paso -Haz sido un chico muy pero muy... malo-volvi a sonreir -Y por eso con mucho gusto tendré que matarte-fingi lastima -Es una pena que toque pastel después de esta fiesta.. pero la vida no es justa ¿o sí?- de la manga que poseía aquel calcinado y sucio sucio traje de gala, seque el arma que faltaba -Esto va a ser muy divertido- las carcajadas emepazon a umentar en número y secuencia a medida que el arma se iba introduciendo una y otra vez en diferentes partes de su espalda, algunas con más fuerza que otras pero era tan divertido dar puñaladas -Dime ¿Que siente recibir una puñalada en el sentido estricto de la palabra?, después de todo a ellos dos también les dite una aunque literalmente hablando- me mofe de el, hasta que se puso de rodillas, escupiedno sangre por la boca y respirando con dificultades -Yo se porque no te defendiste... creías que así los salvarías ¿No es así?, sacrificando tu vida por la de ellos... ¡Oh mi martir!- me agache hasta toparme con su oido -Pero... ni así funcionará, suena romantico pero querido los cuentos de hadas no existen y además... tus sentidos no funcionan bien, creeme ser un loco es cansado, ¡Un trabajo extenuante!- no me hacía caso, su castaña mirada permanecía fija en el lugar donde ellos dos, tanto el anciano como la joven yacían vencidos -Me molesta que no me hagan caso- le jale de su larga melena y entonces el grito << Alessandro, Montserrat...¡Los amo! >> negue con la cabeza -Tu romansismo me da sueño- levante mi brazo al costado de mi cuerpo con la daga ensangrentada en mano y tomando impulso le dije -Ellos te alcazaran...¡En el infierno!- entonces el filo de ambas cuchillas atravesaron su cuello, rebanandolo al instante mientras la sangre comenzaba a ser derramada en el cuerpo que vencido había terminado por caer moribundo, dando sus últimos pensamientos a esos dos bastardos -mmm... así no me causa gracia- replique al ver semejante dramatizmo, me laeje para tomar una tabla de las que habían caido y tome con ella fuego de todas esas llamas que empezaban a convertirse en verdaderos gigantes y así con antorcha en mano le prendi fuego al vampiro caido -¡Ahora si es divertido de nuevo!- volvia reirme como un loco sin sentido mientras escuchaba sus quejidos, veía como se quemaba el cuerpo y me embriagaba el aroma que emanaba aquella criatura -Lastima tenia hermoso cabello- me lamente en un susurro cuando escuche que un cristal se había roto, mi mirada se centro en el punto donde se había escuchado el sonido, comenzandome a reir de todo aquello que vi, las carcajadas aumentaban en volumen, entonces arroje las dagas al fuego y tome un arma que quedo en el piso, está tenía grabado Domine en el mango y entonces mis risas se convirtieron en algo insoportable -Ella me dijo que riera- pensé y reí aún más -¡Vamos payaso rie, rie, rie!- dijo una voz -¡Dispara!- dijo otra en mi cabeza, tome el arma entre mis manos y sin saber lo que hacía me dirigi a la puerta allí habia gente viva, estaba Cynder y dos hombres que desconocia pero que me eran graciosos -¡Disparales, que te vean reír como siempre!- volvian a dcitarme en mi cabeza -¡Vamos payaso rie!- les dispare a ambos -¿Vas a algún lado andrajosa?- recuerdo que eso dije, entonces la gitana menciono algo sobre lágrimas en mi rotro, la furia pudo más que mi razón disparandole de inmediato, dando oportunida a que el otro escapara y allí teniendo su cuerpo vencido, tome uno de esos vidiros y le empecé a puñalar tal y como lo hice con Stefano -¡Los...payasos...nunca... lloran!- comente pausado y con los ojos completamente abiertos sin parpadear, mire hacía atrás -Ella.. ella tiene la culpa lo que paso... ella es la culpable- susurre dejando a la moribunda Cynder con ese cristal clavado en su cuerpo que por tanto dolor ya no pudía sentir -Ella... Ella debe morir- retorne a la sala, subiendo despacio cada escalón con la mirada fija hacía adelante -Ella... ella...-solo eso podía decir y lo único que recuerdo de aquel momento.
Nigma Riddler- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 74
Fecha de inscripción : 27/04/2012
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Era una mujer la que había intentado terminar con la vida de Gideon, más para su sorpresa pudo ver de quién de se trataba, era una de esas mujeres que durante un tiempo penso en cotejarla pero después al decidir consagrar su vida al Dios verdadero, la belleza, la alegria y la poca demencia que esa mujer poseía dejo de atraerle.
Los ojos del vampiro se centraban en los de quién recuerda llevaba por nombre Domine Chasse, una de las inquisidoras más nobles en la congregación, la mano derecha de la poderosa y gloriosa Santa Inqusición -¿Que haces Domine?- pregunto en tono bajo y desconcertado -¿Porque haces esto?- le miro desde los suelos que emepezaban a tomar calor severo, las llams aumentaban junto con su rugir que a los voces humanas cayaron no hacia mucho tiempo y que ahora solo prevalecian los sonidos tragicos de Spencer, de dos mujeres y los balazos que su colega había lanzado fallidamente contra él.
-Chasse tan solo mirate, ¡Tu la más poderosa y alegre de todos los inquisidores en existencia, terminas matando a las criaturas del señor que intentamos porteger de los demonios oscuros del diablo!- contesto con cierta furia -¡Como es que tu ahora te alimentas de esa sangre y esa muerte, ¿acaso no es suficente con lo que ese ángel de los infiernos acaba de hacer con el teatro de Paris?!- intento ponerse en pie, meientras su melancolica mirada no perdia ni un instante al arma y ni esa muejer que se mostraba pensativa entre la espada y la pared -Domine es claro que lo que haces no esta bien- finalmente la figura esbelta de aquel condenado se erguio de nueva cuenta segura y sin temor al arma y es que podía confesar que igual de quién tenía enfrente estaba reflexivo pues le resultaba contradictorio que él queriendo la muerte con toda su alama para acabar con todo sufriento y condena que le abatía tener que defenderse y negarse a morir con esas armas que eran dignas de las bestías como él, era tan raro por donde la vida le llevaba -¿Que es lo quieres de mi señor?- oro en su interior mientras el mechón de su cabello regresaba al ojo izquierdo -Domine- levanto ligeramente las manos, colocandolas a los costados -Dejaré el arma aquí, en el piso- advirtio haciendo justamente palabra por palabra de manera pausa y lo más despacio que se pudiera -Puedes huir Domine- le invito a que lo hiciera -sabes lo que te harán ellos si se enteran que su espía les termino dando la espalda y que ni siquiera terminaste la primera de muchas matanzas que te encomendaron porque terminaste enamorandote de la presa- parecio que entonces aquella niña ingenua dejo de apuntarle con la misma seguridad de hace unos segundos, poniendo una faz mucho más melancolica y deprimente, por primera vez parecía que Gideon veía su propi dolor en alguién más, pues nunca en su vida a partir de ser transformado en vampiro había querido ver su propio reflejo -Yo lo entiendo Domine... pero La Corte de los Búhos no- reparo melancolico -Te condenaran a muerte si se enteran que mataste a otro de sus miembros y que les diste la espalda... te mandaran a la hoguera o a los calabozos con torturados y enfermos de lepra- poco a poco aquel vampiro fue acercandose a ella para intentar, de alguna manera quitarle el arma -¿De verdad el famoso señor N valdrá todo eso, en dado caso que la corte llegue a encontrarte?- solo unos pasos más y estaría junto a Domine, pero aquella mujer solo se atevio a responder algunas de sus interrogantes, aquel condenado no supo que más decir, no sabía si lamentar o maldecir, no sabia si reprochar o buscar alguna clase de misión en su Dios -Domine escucha por favor- volvio a insistir por vez última, aquella mujer al ver la proximidad de Gideon volvio a disparar, si, quizás aquel que tenía la apariencia de un joven podía utilizar sus habilidades como vampiro, pero de hacerlo sería renegar de la iglesia y su santa Trinidad.
Aquel que estaba entrenado en otras habilidades igual que su ponente empezaron a realizar, giros en los aires y cientos de maniobras que quién fuera el espectador seguramente juraria que son del circo, sin más y aun en contra de su voluntad Gideon tuvo que golpearle para poder arrebatar el arma que seguía disparando desenfrenadamente hacía todas las direcciones, sin darse cuenta cada truco hecho para poder aniquilar o salvar los había llevado a la parte alta, aquella que pseía un enorme vitral de multiples colores como el verde, el amarillo o el turquesa, era esa la única parte que no tenía fuego, al contrario esa parte era la menos iluminada y la única que podía sentrise fresca -Domine por favor ¿Porque lo hiciste?- volvio a preguntar sabiendo que la respuesta le había sido dada minutos antes de que llegaran hasta es punto -Escuchame- propuso serio -¡Por el amor de Dios o del señor N si es que al el lo deseas poner antes que el Todopoderoso ¡Arrepientete!- pero ella continuaba disparando, entonces aun lamentadose por ello tomo entre sus manos un pedazo de metal viejo que había recogido de aquel campanario, el creía que pertenecia a una cruz y era ahora ese simbolo producto de su fe y devocion que calmaría a Domine -¡Alejate, demonio cruel, deja de seducirla ¡Luzbel!- exclamo tirando aquel pequño metal tapando el cañon de arma, ocasionado que esta explotara y la otra que poseía saliera por aires sin destino conocido.
El estallido provocó que Domine perdiera el equilibrio, terminando por atravesar los cristales de ventanal -¡Cuidado!- exclamo aquel vampiro en cuanto vio como aquella que conocio años atrás iba directo al vacio -¿Que hecho?- se martirizaba, asi como los que pecan se flagelan en semanas del seño por sus pecados -Resiste Domine- trato de brindar consuelo en medi del esfuerzo que realizaba aque ser que ni siquiera intentaba utilizar algo de sus poderes para poder ayudar y salvar la situación, por el contrario vio a los ojos llenos de lágrimas a aquella mujer que tapaba o al menos intentaba cubrir con una sonrisa.
El cuerpo de Gideon temblaba ante el deso de sacar su verdadera naturaleza y fue al intentar regresarla hacía un lugar seguro que la manga de su ropaje termino por romperse,llendose aquella al vacio de la calle principal del teatro, aquel inquisidor quizó salvarle pero no importaba cuanto desde las alturas estirara su mano, jamás la alcanzaría, había sido demasiado tarde.
Todo se vovlio silencio para Stark, el mundo se había ido, otra muerte más en su conciencia, con la gran diferencia que ahora el podíia haber hecho algo de sacar su naturaleza que tanto repudía y que ahora tanto culpaba, algunos disparos comenzaron a escucharse en la parte baja, los lamentos de Spencer imperaron lo poco que quedaba de la sal a y el escenario, sus ojos se llenaron de indignación, cerrandolos de inmediato, pensó en lanzarse a la llamas que ardá alli abajo pero un joven apuesto al que nunca había visto antes le llamo por su nombre.
Gideon quedo impresionado, ¿Como lo sabía si nunca cruzo con el palabra?, más por su piel y sus facciones supo que era uno de ellos, de esos demonios llamados por muchos vampiros.
De nuevo el condenado volvía a estar en pie y pensando en que su pecado podía borrarse rescatando a Spencer, Alex y el coronel, siguió al descoconido del cual poco le había prestado atención, puesto que sus oraciones y pensares se había marchado junto a Domine Chasse, la inquisidora que se eanmoro de su porpia presa, aquella que murio diciendo su única razón por la que le dio la espalda a su propio clan inquisidor: << Esta bien, el fue un poco rudo al principio, pero siempre dicen que hay un roto para un descocido, ambos lo único que buscamos es paz y amor...¡yo lo arreglaré con amor!¡Tanto como anoche entre besos y abrazos le di en la cama!... ya lo verás seremos una gran famila feliz, como la que el y yo nunca tuvimos >>
Mis explicación y mismas palabras que junto el grito despavorido que dio al caer jamás, se olvidarian a un vampiro tan melancolico y desdichado como Gideon Stark, quién ahora se dirigia con ese descoconcido a la palnta baja para llevar a los sobrevientes de la tragedia a un lugar seguro, pues aquel a quién Domine amo, sentía el dolor de su perdida desencadenando en el una serie de sentimientos que provocaron una balacera sin sentido en lo poco que quedaba del teatro.
Los ojos del vampiro se centraban en los de quién recuerda llevaba por nombre Domine Chasse, una de las inquisidoras más nobles en la congregación, la mano derecha de la poderosa y gloriosa Santa Inqusición -¿Que haces Domine?- pregunto en tono bajo y desconcertado -¿Porque haces esto?- le miro desde los suelos que emepezaban a tomar calor severo, las llams aumentaban junto con su rugir que a los voces humanas cayaron no hacia mucho tiempo y que ahora solo prevalecian los sonidos tragicos de Spencer, de dos mujeres y los balazos que su colega había lanzado fallidamente contra él.
-Chasse tan solo mirate, ¡Tu la más poderosa y alegre de todos los inquisidores en existencia, terminas matando a las criaturas del señor que intentamos porteger de los demonios oscuros del diablo!- contesto con cierta furia -¡Como es que tu ahora te alimentas de esa sangre y esa muerte, ¿acaso no es suficente con lo que ese ángel de los infiernos acaba de hacer con el teatro de Paris?!- intento ponerse en pie, meientras su melancolica mirada no perdia ni un instante al arma y ni esa muejer que se mostraba pensativa entre la espada y la pared -Domine es claro que lo que haces no esta bien- finalmente la figura esbelta de aquel condenado se erguio de nueva cuenta segura y sin temor al arma y es que podía confesar que igual de quién tenía enfrente estaba reflexivo pues le resultaba contradictorio que él queriendo la muerte con toda su alama para acabar con todo sufriento y condena que le abatía tener que defenderse y negarse a morir con esas armas que eran dignas de las bestías como él, era tan raro por donde la vida le llevaba -¿Que es lo quieres de mi señor?- oro en su interior mientras el mechón de su cabello regresaba al ojo izquierdo -Domine- levanto ligeramente las manos, colocandolas a los costados -Dejaré el arma aquí, en el piso- advirtio haciendo justamente palabra por palabra de manera pausa y lo más despacio que se pudiera -Puedes huir Domine- le invito a que lo hiciera -sabes lo que te harán ellos si se enteran que su espía les termino dando la espalda y que ni siquiera terminaste la primera de muchas matanzas que te encomendaron porque terminaste enamorandote de la presa- parecio que entonces aquella niña ingenua dejo de apuntarle con la misma seguridad de hace unos segundos, poniendo una faz mucho más melancolica y deprimente, por primera vez parecía que Gideon veía su propi dolor en alguién más, pues nunca en su vida a partir de ser transformado en vampiro había querido ver su propio reflejo -Yo lo entiendo Domine... pero La Corte de los Búhos no- reparo melancolico -Te condenaran a muerte si se enteran que mataste a otro de sus miembros y que les diste la espalda... te mandaran a la hoguera o a los calabozos con torturados y enfermos de lepra- poco a poco aquel vampiro fue acercandose a ella para intentar, de alguna manera quitarle el arma -¿De verdad el famoso señor N valdrá todo eso, en dado caso que la corte llegue a encontrarte?- solo unos pasos más y estaría junto a Domine, pero aquella mujer solo se atevio a responder algunas de sus interrogantes, aquel condenado no supo que más decir, no sabía si lamentar o maldecir, no sabia si reprochar o buscar alguna clase de misión en su Dios -Domine escucha por favor- volvio a insistir por vez última, aquella mujer al ver la proximidad de Gideon volvio a disparar, si, quizás aquel que tenía la apariencia de un joven podía utilizar sus habilidades como vampiro, pero de hacerlo sería renegar de la iglesia y su santa Trinidad.
Aquel que estaba entrenado en otras habilidades igual que su ponente empezaron a realizar, giros en los aires y cientos de maniobras que quién fuera el espectador seguramente juraria que son del circo, sin más y aun en contra de su voluntad Gideon tuvo que golpearle para poder arrebatar el arma que seguía disparando desenfrenadamente hacía todas las direcciones, sin darse cuenta cada truco hecho para poder aniquilar o salvar los había llevado a la parte alta, aquella que pseía un enorme vitral de multiples colores como el verde, el amarillo o el turquesa, era esa la única parte que no tenía fuego, al contrario esa parte era la menos iluminada y la única que podía sentrise fresca -Domine por favor ¿Porque lo hiciste?- volvio a preguntar sabiendo que la respuesta le había sido dada minutos antes de que llegaran hasta es punto -Escuchame- propuso serio -¡Por el amor de Dios o del señor N si es que al el lo deseas poner antes que el Todopoderoso ¡Arrepientete!- pero ella continuaba disparando, entonces aun lamentadose por ello tomo entre sus manos un pedazo de metal viejo que había recogido de aquel campanario, el creía que pertenecia a una cruz y era ahora ese simbolo producto de su fe y devocion que calmaría a Domine -¡Alejate, demonio cruel, deja de seducirla ¡Luzbel!- exclamo tirando aquel pequño metal tapando el cañon de arma, ocasionado que esta explotara y la otra que poseía saliera por aires sin destino conocido.
El estallido provocó que Domine perdiera el equilibrio, terminando por atravesar los cristales de ventanal -¡Cuidado!- exclamo aquel vampiro en cuanto vio como aquella que conocio años atrás iba directo al vacio -¿Que hecho?- se martirizaba, asi como los que pecan se flagelan en semanas del seño por sus pecados -Resiste Domine- trato de brindar consuelo en medi del esfuerzo que realizaba aque ser que ni siquiera intentaba utilizar algo de sus poderes para poder ayudar y salvar la situación, por el contrario vio a los ojos llenos de lágrimas a aquella mujer que tapaba o al menos intentaba cubrir con una sonrisa.
El cuerpo de Gideon temblaba ante el deso de sacar su verdadera naturaleza y fue al intentar regresarla hacía un lugar seguro que la manga de su ropaje termino por romperse,llendose aquella al vacio de la calle principal del teatro, aquel inquisidor quizó salvarle pero no importaba cuanto desde las alturas estirara su mano, jamás la alcanzaría, había sido demasiado tarde.
Todo se vovlio silencio para Stark, el mundo se había ido, otra muerte más en su conciencia, con la gran diferencia que ahora el podíia haber hecho algo de sacar su naturaleza que tanto repudía y que ahora tanto culpaba, algunos disparos comenzaron a escucharse en la parte baja, los lamentos de Spencer imperaron lo poco que quedaba de la sal a y el escenario, sus ojos se llenaron de indignación, cerrandolos de inmediato, pensó en lanzarse a la llamas que ardá alli abajo pero un joven apuesto al que nunca había visto antes le llamo por su nombre.
Gideon quedo impresionado, ¿Como lo sabía si nunca cruzo con el palabra?, más por su piel y sus facciones supo que era uno de ellos, de esos demonios llamados por muchos vampiros.
De nuevo el condenado volvía a estar en pie y pensando en que su pecado podía borrarse rescatando a Spencer, Alex y el coronel, siguió al descoconido del cual poco le había prestado atención, puesto que sus oraciones y pensares se había marchado junto a Domine Chasse, la inquisidora que se eanmoro de su porpia presa, aquella que murio diciendo su única razón por la que le dio la espalda a su propio clan inquisidor: << Esta bien, el fue un poco rudo al principio, pero siempre dicen que hay un roto para un descocido, ambos lo único que buscamos es paz y amor...¡yo lo arreglaré con amor!¡Tanto como anoche entre besos y abrazos le di en la cama!... ya lo verás seremos una gran famila feliz, como la que el y yo nunca tuvimos >>
Mis explicación y mismas palabras que junto el grito despavorido que dio al caer jamás, se olvidarian a un vampiro tan melancolico y desdichado como Gideon Stark, quién ahora se dirigia con ese descoconcido a la palnta baja para llevar a los sobrevientes de la tragedia a un lugar seguro, pues aquel a quién Domine amo, sentía el dolor de su perdida desencadenando en el una serie de sentimientos que provocaron una balacera sin sentido en lo poco que quedaba del teatro.
Gideon Stark- Condenado/Vampiro/Clase Alta
- Mensajes : 91
Fecha de inscripción : 05/05/2012
Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Era de esperarse la extraña situación en la que sde encontraba ese vampiro, simplemente seguía su instinto, tan despierto y primitivo como hay en cada uno de los neofitos al ver el fuego.
Si, al ver esa marea que en vez de ser tan calida como el agua del mar, era caliente y hambrienta como lo son los rayos del sol, mismos que terminaron por consumir todo lo existente en aquella elegante sala que en unos minutos paso de ser un elegante edficio con mosaicos brillantes y pulidos, escaleras únicas en belleza y esculturas que mostraban sensualidad con la deznudez completa de las musas era aohra un cementerio lleno de de cadaveres apalstados, sofocados o que murieron en haras de saber en que momento su vida habia terminado y por que motivo.
Por lo menos eso veía Mordred al pasa junto a varios cadavares, que contemplaba curioso y se contenía al ver la sangre derramada en las alfombras o en las vigas que en vez del color de la madera era tan carmesí como los telones que se quemaban desmoronando el decorado, ante todo este escenario el intentaba contener su instinto y no comenzar a beber sangre muerta, sabía eso era dañino, además del panico hacia el terrible fuego que algunos de su misma condición le habian dicho era el más peligroso y doloroso tormento que Dios podía haber inventado.
Pero entoces se pregunto ¿Que clase Dios o Dioses eran aqeullos paraa dejar que la gente muriera, para que existiera engendros como él o el fantasma, con tanta maldad como su hermana? ¿Que Dios podia permitir tanta guerra y tanta violencia desde los tiempos arturicos hasta ese dia?, esos actos eran de aquellos que habian prometido los Dioses de defender a sus hijos, ¿Que clase de padre permitiria que ellos murieran?, entonces aunque absurdo, empezo a dudar de la existencia de un ente divino.
Pretendio seguir caminando sin saber muy bien lo que haría o como iba ayudar o por lo menos detener a su hermana que desde el punto donde ahora se encontraba, aquel que tenía aun lado un vitral de multiples colores pasteles a su hermana terminar con aquel que su madre le había confesado un secreto muy especial, el cual ahora estaba en la duda si revelarlo con tal de detenerle o dejarlo en las tumbas del tiempo y olvido -Si lo haces sabes bien que cometera una blasfemia- hablo aquella voz que no había escuchado desde hace unos meses cuando su mágica condición de niño eterno desaparecio por completo -Ve y detenle- ordeno pacificamente aquella voz que pronto cayo en el momento en que vio a dos seres debatirse en duelo buscando la muerte del otro, una parecia ser demasiado alegre, envuelta en un mundo color de rosa donde la locura equivalia a incomprension desmedida que crea la sociedad y sus prejuicios y el otro, un hombre melancolico que se compadece y oraba por él cada vez que podía, seguramente, preguntandose probablemente igual que el donde estaba su Dios, el mismo que decidio terminar con la oponente de ese hombre, ahora Mordred no olo fue testigo de la muerte de su madre sino que también la muerte de auqella deprimente mujer -Todo el mundo muere- pensó -No dejaré que alguién más muera- se fijo el objetivo y así se acerco sigiloso y con cuidado al hombre que se lamentaba una y otra vez por lo sucedido -En otro momento te darás golpes de pecho, amigo- le hablo en el momento en que se detuvo a su costado -Si por lo menos no quieres cargar otra culpa, te recomiendo me acompañes a detener a una mujer que esta allí abajo en el escenario-hablo serio actitude que tomaba cuando el no conocia a su interlocutor -¡Vamos o todo Paris sufrira las consecuencias!- le dijo firme extediendole la mano le ayudo a incorporarse -Vampiro también ¿He?- clamo en son algo alegre y entusiasta.
Mordred tomo la delantera, viendo debes en cuando a sus espaldas para ver si el desconocido seguia alli, pues en cualquier momento entre tantas cosas que se desprendían y caían a lo largo del camino revestido en llamas podían caerse encima, de ellos, sobre sus cabezas, de pronto cuando finalmente hayaron la única salida, esta las llevo al campo que parecia de batalla pero el vampiro se centro en la escena entre Devora y ese desconocido soldado a quien su mabre amo demasiado, aquel que mantenía la ventaja y después tras las advertencias de Anthony, quién amargamente descubrió era traidor, Devora, su hermana tomo la ventaja -¡No!- exclamo al ver el resutado del combate -Mujer ¿Que has hecho?- dijo angustiado -Devora, el...el era tu padre- afirmo con la cabeza al ver el desconcierto en la faz de su hermana -Mi madre me lo confeso antes de morir ¡Cuando tu le disparaste!- entonces las lágrimas salieron de sus ojos, resbalandose tibias por sus mejillas -Eres un monstruo, ¡Mataste a tus propios padres!- entonces el joven hijo de Morgana trato de acercarse hasta el escenario pero algunos balazos empezaron a ser disparados en direcciones contrarias y sin sentido, una sombra se vislumbro al fondo llevandose a una joven que entro en histeria en el momento justo en que vio dsvanecer el cuerpo del aprendiz de brujo y el cuerpo incinerado de un joven de cabelleras largas... entonces ya no habiendo más personas ajenas a la situación, aquel hombre loco y desquisiado que vio en aquella taberna se acerco apuntando a su hermana con el arma de inquisidor que fue de la chica que cayo por el enorme ventanal, ese hombre iba pareciendo ido, sin parpadear, simplemente cargo el arma y apuntando, suvamente jalo el gatillo << Esta muerta por tu culpa >> le escucho decir a ese hombre << Después de que arriesgo su vida por ti, la mataste >> entonces muevos balazos empezaron a escuchar -¡Devora!- grito ante la impresion del acto que esta presenciando en aquellos momentos...
Si, al ver esa marea que en vez de ser tan calida como el agua del mar, era caliente y hambrienta como lo son los rayos del sol, mismos que terminaron por consumir todo lo existente en aquella elegante sala que en unos minutos paso de ser un elegante edficio con mosaicos brillantes y pulidos, escaleras únicas en belleza y esculturas que mostraban sensualidad con la deznudez completa de las musas era aohra un cementerio lleno de de cadaveres apalstados, sofocados o que murieron en haras de saber en que momento su vida habia terminado y por que motivo.
Por lo menos eso veía Mordred al pasa junto a varios cadavares, que contemplaba curioso y se contenía al ver la sangre derramada en las alfombras o en las vigas que en vez del color de la madera era tan carmesí como los telones que se quemaban desmoronando el decorado, ante todo este escenario el intentaba contener su instinto y no comenzar a beber sangre muerta, sabía eso era dañino, además del panico hacia el terrible fuego que algunos de su misma condición le habian dicho era el más peligroso y doloroso tormento que Dios podía haber inventado.
Pero entoces se pregunto ¿Que clase Dios o Dioses eran aqeullos paraa dejar que la gente muriera, para que existiera engendros como él o el fantasma, con tanta maldad como su hermana? ¿Que Dios podia permitir tanta guerra y tanta violencia desde los tiempos arturicos hasta ese dia?, esos actos eran de aquellos que habian prometido los Dioses de defender a sus hijos, ¿Que clase de padre permitiria que ellos murieran?, entonces aunque absurdo, empezo a dudar de la existencia de un ente divino.
Pretendio seguir caminando sin saber muy bien lo que haría o como iba ayudar o por lo menos detener a su hermana que desde el punto donde ahora se encontraba, aquel que tenía aun lado un vitral de multiples colores pasteles a su hermana terminar con aquel que su madre le había confesado un secreto muy especial, el cual ahora estaba en la duda si revelarlo con tal de detenerle o dejarlo en las tumbas del tiempo y olvido -Si lo haces sabes bien que cometera una blasfemia- hablo aquella voz que no había escuchado desde hace unos meses cuando su mágica condición de niño eterno desaparecio por completo -Ve y detenle- ordeno pacificamente aquella voz que pronto cayo en el momento en que vio a dos seres debatirse en duelo buscando la muerte del otro, una parecia ser demasiado alegre, envuelta en un mundo color de rosa donde la locura equivalia a incomprension desmedida que crea la sociedad y sus prejuicios y el otro, un hombre melancolico que se compadece y oraba por él cada vez que podía, seguramente, preguntandose probablemente igual que el donde estaba su Dios, el mismo que decidio terminar con la oponente de ese hombre, ahora Mordred no olo fue testigo de la muerte de su madre sino que también la muerte de auqella deprimente mujer -Todo el mundo muere- pensó -No dejaré que alguién más muera- se fijo el objetivo y así se acerco sigiloso y con cuidado al hombre que se lamentaba una y otra vez por lo sucedido -En otro momento te darás golpes de pecho, amigo- le hablo en el momento en que se detuvo a su costado -Si por lo menos no quieres cargar otra culpa, te recomiendo me acompañes a detener a una mujer que esta allí abajo en el escenario-hablo serio actitude que tomaba cuando el no conocia a su interlocutor -¡Vamos o todo Paris sufrira las consecuencias!- le dijo firme extediendole la mano le ayudo a incorporarse -Vampiro también ¿He?- clamo en son algo alegre y entusiasta.
Mordred tomo la delantera, viendo debes en cuando a sus espaldas para ver si el desconocido seguia alli, pues en cualquier momento entre tantas cosas que se desprendían y caían a lo largo del camino revestido en llamas podían caerse encima, de ellos, sobre sus cabezas, de pronto cuando finalmente hayaron la única salida, esta las llevo al campo que parecia de batalla pero el vampiro se centro en la escena entre Devora y ese desconocido soldado a quien su mabre amo demasiado, aquel que mantenía la ventaja y después tras las advertencias de Anthony, quién amargamente descubrió era traidor, Devora, su hermana tomo la ventaja -¡No!- exclamo al ver el resutado del combate -Mujer ¿Que has hecho?- dijo angustiado -Devora, el...el era tu padre- afirmo con la cabeza al ver el desconcierto en la faz de su hermana -Mi madre me lo confeso antes de morir ¡Cuando tu le disparaste!- entonces las lágrimas salieron de sus ojos, resbalandose tibias por sus mejillas -Eres un monstruo, ¡Mataste a tus propios padres!- entonces el joven hijo de Morgana trato de acercarse hasta el escenario pero algunos balazos empezaron a ser disparados en direcciones contrarias y sin sentido, una sombra se vislumbro al fondo llevandose a una joven que entro en histeria en el momento justo en que vio dsvanecer el cuerpo del aprendiz de brujo y el cuerpo incinerado de un joven de cabelleras largas... entonces ya no habiendo más personas ajenas a la situación, aquel hombre loco y desquisiado que vio en aquella taberna se acerco apuntando a su hermana con el arma de inquisidor que fue de la chica que cayo por el enorme ventanal, ese hombre iba pareciendo ido, sin parpadear, simplemente cargo el arma y apuntando, suvamente jalo el gatillo << Esta muerta por tu culpa >> le escucho decir a ese hombre << Después de que arriesgo su vida por ti, la mataste >> entonces muevos balazos empezaron a escuchar -¡Devora!- grito ante la impresion del acto que esta presenciando en aquellos momentos...
Mordred Le fay- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 19
Fecha de inscripción : 28/11/2012
Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Las llamas cada vez crecian mas al igual que su sufrimiento, pero ella debia entender que yo era un viejo, una vampiro que sabía más que ella, no importando los siglos o los años lo único que importa es la experiencia que va escribiendo la vida día tras día.
-No quisiera- levante la voz -Pero no me dejas alternativa muchacha- dije con cierta lamentación de por medio -Hasta tu madre fue aún más sensata que tú, pero eso no lo heredaste, al contrario ¡La has matado!- exclame lo más fuerte que pude.
-¿Quienes son los hijos para juzgar a sus padres?, ni ellos mismos en un futuro serán las blancas palomas que ustedes se creen- decidi entonces por mi bien mantener la calma -Quizás Morgana al final de cuentas siempre busco un final así y ese es su castigo, la parte de la historia ha sido completada y todos recibimos nuestro justo castigo en la medida correcta- dirigi mi mirada hacia Montserrat procurando que ella estuviese viva, que aun respirara y que ningún obejto llegara a tocarle -Yo sigo sufriendo con una eternidad acuestas, Morgana en la pobreza, Merlín atrapado en una cueva y Arturo muerto, tan muerto para apostar que su reino jamás regresara- comence entonces a darle vueltas, alejado como era obvio de las llams que poco a poco rodearon a aquella mujer que se lamentaba, se retorcia y queria con todas sus fuerzas negarse a ver -Y ahora tu, con semejante belleza, dotada de atributos y... pendiendo de un hilo ¡Vaya cruel destino fue el de toda nuestra estirpe, que no solo es condenada por simple hecho de la condición vampirica sino tambien por nuestra condición pasada, como me hubiera gustado en verdad enmedar todo esto- lance un suspiro al vacío poniendo todo a refelexión.
-Dejarte con vida no sería justo o más bien sería inadecuado puesto que serías capaz de vender medio París a los infiernos con tal de estar cinco segundos en el trono disfrutando de ser una matriarca- entonces simplemente me aparte de aquel lugar, contemplando como las llams se iban acercando a aquel cuerpo femenino que seguia troturando para que no pudiera tener fuerzas y volverse a levantar -Un poco más e iré por Montserrat y Ste...- pensaba mientras fui interrumpido por clamor piadoso de Stefano y la manera en como aquel sujeto le tenía atado, sin dejarlo mover por un minuto -¡Stefano, mi querubín!- intente correr hacia el, para socorrerle o defenderlo de esas manos y esa demencia tan atroz, pero era demasiado tarde unas cuantas vigas cayeron impidiendome el paso, que después se vio cortado por las maderas y las cuerdas que caían desde los cielos o por lo menos de aquel escenario donde los enmascarados se estaban batiendo a muerte -¡Stefano!- volvia gritarle -¡Stefano!- entonces fue cuando una sensacion extraña comenzo a estremecer todo lo que hay dentro de mi, era... como si de repente sintiera un gran vacío, como si una parte mía hubiera perecido.
Pude ver como las cenizas de un cuerpo comenzaban a elevarse en medio de esa gran fogata que se armo sola sin ayuda de la mano humana, el alma se había ido y con ella la conciencia privandome de todos los sentidos, no podía escuchar o moverme -¡Stefano!- le grite sin obtener respuesta -¡Stefano!-me arroje de rodillas al piso -Yo... también te amo...- murmure en medio de sollozos que pronto se tranformo en enormes lagrimas que al caer solo provocaban más heridas de las que podía soportar, sin más quede quieto, si atender lo que había dejado pendiente.
Senti que aunque debil alguien me tomo por el cuello de abrigo, era la mano de es mujer quién se había levantado y recuperado un poco del trance, pero nada me hacía regresar, me había ido con Stefano y el dolor no me dejaba pensar con claridad -Te voy a ahorrar el trabajo- le enfrente viendole a los ojos , agachada ligeramente -¡Mataste a mi hijo, a mi amante!- de pronto pude gritar aunque no tuviera las fuerzas suficientes y el llanto de vez en cuando quebrara mi voz -Yo ya no puedo más con esto ¡Ya no puedo con este castigo!...- interrumpi mis reclamos -Y menos si él ya no esta conmigo- murmure -Lo amaba y lo perdono, no importa lo que haya hecho, Stefano era mío... ¡Mio!- me erguí de nueva cuenta y sin pensarlo me dirigi lo más rapido que pude cerca de las flmas que cada vez eran más fuertes y se mostraban ambrientas -Yo te jure que no ibamos a ir los dos juntos, no importa quién estuviera en el camino- levante la vista al techo, creyendo que quizás el ya estaba con ese Dios que había imperado en las creencias de todos los continentes, por un momento lo imagine justo frete de él, no pude evitar sonreir, fue cuando Montserrat emepezaba a recobrar el sentido, sus lágrimas parecian brotar como las fuentes que vi a lo largo de mi vida y de las cuales su belleza disfrute tiempo después a su lado, al ver sus ojos desisti de mis actos -¿Como abandonarte de nueva cuenta? y menos ahora que el ha...partido-. sonrei de la forma en como solo lo haría un padre, un amigo y un amante pero fue justo en ese momento cuando por la espada sentí varios balas penetrando mi espalda, así hasta que el arma parecio quedarse vacia -Balas de inquisidor- dije en medio de las dificultades que comenzaba a presentar, el ardor esta dominandome, el dolor era terrible y el corazón diminuyo su latir.
-Lo siento- volvieron las lágrimas a mis ojos, desvaneciendome en el piso y después solo senti paz y tranquilidad, algo atraveso mi cabeza y esta cayo en el fuego, entonces el mundo acabo para mí, solo para mi, dejando como único pendiente a mi pequeña rosa... ¿Que será de Montserrat de hoy en adelante?, ninguno de los dos, Ni Stefano ni yo podremos volver a recuperarla, ahora solo nos queda ver su camino desde cielo o el infierno.
-No quisiera- levante la voz -Pero no me dejas alternativa muchacha- dije con cierta lamentación de por medio -Hasta tu madre fue aún más sensata que tú, pero eso no lo heredaste, al contrario ¡La has matado!- exclame lo más fuerte que pude.
-¿Quienes son los hijos para juzgar a sus padres?, ni ellos mismos en un futuro serán las blancas palomas que ustedes se creen- decidi entonces por mi bien mantener la calma -Quizás Morgana al final de cuentas siempre busco un final así y ese es su castigo, la parte de la historia ha sido completada y todos recibimos nuestro justo castigo en la medida correcta- dirigi mi mirada hacia Montserrat procurando que ella estuviese viva, que aun respirara y que ningún obejto llegara a tocarle -Yo sigo sufriendo con una eternidad acuestas, Morgana en la pobreza, Merlín atrapado en una cueva y Arturo muerto, tan muerto para apostar que su reino jamás regresara- comence entonces a darle vueltas, alejado como era obvio de las llams que poco a poco rodearon a aquella mujer que se lamentaba, se retorcia y queria con todas sus fuerzas negarse a ver -Y ahora tu, con semejante belleza, dotada de atributos y... pendiendo de un hilo ¡Vaya cruel destino fue el de toda nuestra estirpe, que no solo es condenada por simple hecho de la condición vampirica sino tambien por nuestra condición pasada, como me hubiera gustado en verdad enmedar todo esto- lance un suspiro al vacío poniendo todo a refelexión.
-Dejarte con vida no sería justo o más bien sería inadecuado puesto que serías capaz de vender medio París a los infiernos con tal de estar cinco segundos en el trono disfrutando de ser una matriarca- entonces simplemente me aparte de aquel lugar, contemplando como las llams se iban acercando a aquel cuerpo femenino que seguia troturando para que no pudiera tener fuerzas y volverse a levantar -Un poco más e iré por Montserrat y Ste...- pensaba mientras fui interrumpido por clamor piadoso de Stefano y la manera en como aquel sujeto le tenía atado, sin dejarlo mover por un minuto -¡Stefano, mi querubín!- intente correr hacia el, para socorrerle o defenderlo de esas manos y esa demencia tan atroz, pero era demasiado tarde unas cuantas vigas cayeron impidiendome el paso, que después se vio cortado por las maderas y las cuerdas que caían desde los cielos o por lo menos de aquel escenario donde los enmascarados se estaban batiendo a muerte -¡Stefano!- volvia gritarle -¡Stefano!- entonces fue cuando una sensacion extraña comenzo a estremecer todo lo que hay dentro de mi, era... como si de repente sintiera un gran vacío, como si una parte mía hubiera perecido.
Pude ver como las cenizas de un cuerpo comenzaban a elevarse en medio de esa gran fogata que se armo sola sin ayuda de la mano humana, el alma se había ido y con ella la conciencia privandome de todos los sentidos, no podía escuchar o moverme -¡Stefano!- le grite sin obtener respuesta -¡Stefano!-me arroje de rodillas al piso -Yo... también te amo...- murmure en medio de sollozos que pronto se tranformo en enormes lagrimas que al caer solo provocaban más heridas de las que podía soportar, sin más quede quieto, si atender lo que había dejado pendiente.
Senti que aunque debil alguien me tomo por el cuello de abrigo, era la mano de es mujer quién se había levantado y recuperado un poco del trance, pero nada me hacía regresar, me había ido con Stefano y el dolor no me dejaba pensar con claridad -Te voy a ahorrar el trabajo- le enfrente viendole a los ojos , agachada ligeramente -¡Mataste a mi hijo, a mi amante!- de pronto pude gritar aunque no tuviera las fuerzas suficientes y el llanto de vez en cuando quebrara mi voz -Yo ya no puedo más con esto ¡Ya no puedo con este castigo!...- interrumpi mis reclamos -Y menos si él ya no esta conmigo- murmure -Lo amaba y lo perdono, no importa lo que haya hecho, Stefano era mío... ¡Mio!- me erguí de nueva cuenta y sin pensarlo me dirigi lo más rapido que pude cerca de las flmas que cada vez eran más fuertes y se mostraban ambrientas -Yo te jure que no ibamos a ir los dos juntos, no importa quién estuviera en el camino- levante la vista al techo, creyendo que quizás el ya estaba con ese Dios que había imperado en las creencias de todos los continentes, por un momento lo imagine justo frete de él, no pude evitar sonreir, fue cuando Montserrat emepezaba a recobrar el sentido, sus lágrimas parecian brotar como las fuentes que vi a lo largo de mi vida y de las cuales su belleza disfrute tiempo después a su lado, al ver sus ojos desisti de mis actos -¿Como abandonarte de nueva cuenta? y menos ahora que el ha...partido-. sonrei de la forma en como solo lo haría un padre, un amigo y un amante pero fue justo en ese momento cuando por la espada sentí varios balas penetrando mi espalda, así hasta que el arma parecio quedarse vacia -Balas de inquisidor- dije en medio de las dificultades que comenzaba a presentar, el ardor esta dominandome, el dolor era terrible y el corazón diminuyo su latir.
-Lo siento- volvieron las lágrimas a mis ojos, desvaneciendome en el piso y después solo senti paz y tranquilidad, algo atraveso mi cabeza y esta cayo en el fuego, entonces el mundo acabo para mí, solo para mi, dejando como único pendiente a mi pequeña rosa... ¿Que será de Montserrat de hoy en adelante?, ninguno de los dos, Ni Stefano ni yo podremos volver a recuperarla, ahora solo nos queda ver su camino desde cielo o el infierno.
Alessandro Di Vanni- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 69
Fecha de inscripción : 22/08/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
-¿De verdad había pasado tanto tiempo?, ¿Pero que demonios había sucedido?- me preguntaba a medida que la concienca regresaba a mi cuerpo, entonces empece a sentir un calor que no podía explicar, pero a la larga me sofacaba, me atemorizaba, se podían oir las llams por todas partes y no habia rincon donde todo estuviera de color tan anaranjado como el último amanecer que había visto hace más de un año.
La abeza me dolía, sin mencionar la espalda y fue cuando recorde todo lo que había intentado hacer -¿Que he hecho?- me cuestione aún recostada en aquella manera que también en vez de ser tan fria como los de cada escenario este estaba tibio y era en medio de ese aparente infierno que otros se estaban debatiendo, a lo lejos podía oir desparos, gritos, lamentos y suplicas hacia un ángel -¿Cual angel?- me pregunte y fue mi misma conciencia quién me dio la respuiesta << The Phantom>> ¿A quién estaría engañando ahoraenvolviendola en sus falsas alas de ser celestial?
Me sentía cansada, los parpados comenzaban a pesarme asi que decidi finalmente levantar la vista, despegar la cabeza con la larga cabellera rizada ya desacomodada del piso, para mi gran sorpresa todo ya estaba destruido, no había más butacas ni más terciopelo rojo ni siquiera en el telón, el gran candil estaba en medio de todo lo poco que quedaba desecho sin que fuera devorado por las llamas aún-
Desesperada mis ojos se centraban en todas lados, con una expresion de angustia en faz que incluso yo podia percibirla -¿Donde ha quedado V?- pense en el paradero del cazador antes que el de los demas -¿Donde esta Spnecer y... Stefano...¡Alessandro!?- exclame en mi interior, que pareciera fue escuchado finalmente puesto que Alessandro estaba allí, frente a una enorme llama desprendida de todo el material que caia a pedazos del techo.
Le vi de forma extraña, ocasionando que brotaran mis lágrimas contenidas desde días atrás y entonces cuando parecia que de nuevo estaba a mi lado unq pistola escupio balas hacia el -¡Alessandro! ¡Alessandro!- pero el solo me pidio una disculpa y entonces un tiro más atraveso su cabeza, cayendo sin más a las llamas, su cabeza comenxaba a incinerarse -¡Asesina!- mire aquella quién después de las plabras de un joven quedo sorprendida al grado de tirar el arma al piso y negando una verdad de la que preferi no escuchar.
Cuando aquella dama se hizo hacia atrás una visión más horrible se dio paso en mis horizontes, con tristeza descubri que Stefano estaba muerto y que ahora mismo el era quién alimentaba el fuego, mientras se volvia parte de la ceniza que caía en todo ese lugar -¡Stefano mi amor!- quise negar lo que veia cerrando todo lo que pudiera mis ojos, entonces la respiración se convirtio en algo agitado y sin pausa, los latidos de mi corazon aumentaban a tal grado que ya no podia soprtarlos.
Negaba con la cabeza cada vez de forma más notoria -no- murmuré una vez -No- dije cada vez más abajo -¡No! ¡Ellos no! ¡No me los quites también!- reclame al cielo y emepece a pregonar lo mismo por todas las partes donde comence a caminar, mis manos me temblaban, transpiraba en frio, sentía que el alma se iba y regresaba, habia perdido la nocuión de mi realidad, el pecho me dolía, dandome pequeñas punzadas, después todo se apago, el mundo se detuvo y los sonidos callaron, mis piernas se vencieron debido a la ansiedad y a los escalofrios que presentaba, senti la sencón de sueño y enconta de mi voluntad cai al piso, rasgando con las uñas el piso mientras mi mirada se dirigia a cada lecho de muerte que mis creadores habían recibido -Es culpa... es mi culpa... solo.... mi... cul..pa- las lágrimas se derramaron y después todo se volvio oscuro, teniendo la seguridad que mi destino estaba hecho, moriria en medio de ambos como vivi, deborada por las llamas como ellos, como debe ser una creación y una amante fiel hasta la muerte...
La abeza me dolía, sin mencionar la espalda y fue cuando recorde todo lo que había intentado hacer -¿Que he hecho?- me cuestione aún recostada en aquella manera que también en vez de ser tan fria como los de cada escenario este estaba tibio y era en medio de ese aparente infierno que otros se estaban debatiendo, a lo lejos podía oir desparos, gritos, lamentos y suplicas hacia un ángel -¿Cual angel?- me pregunte y fue mi misma conciencia quién me dio la respuiesta << The Phantom>> ¿A quién estaría engañando ahoraenvolviendola en sus falsas alas de ser celestial?
Me sentía cansada, los parpados comenzaban a pesarme asi que decidi finalmente levantar la vista, despegar la cabeza con la larga cabellera rizada ya desacomodada del piso, para mi gran sorpresa todo ya estaba destruido, no había más butacas ni más terciopelo rojo ni siquiera en el telón, el gran candil estaba en medio de todo lo poco que quedaba desecho sin que fuera devorado por las llamas aún-
Desesperada mis ojos se centraban en todas lados, con una expresion de angustia en faz que incluso yo podia percibirla -¿Donde ha quedado V?- pense en el paradero del cazador antes que el de los demas -¿Donde esta Spnecer y... Stefano...¡Alessandro!?- exclame en mi interior, que pareciera fue escuchado finalmente puesto que Alessandro estaba allí, frente a una enorme llama desprendida de todo el material que caia a pedazos del techo.
Le vi de forma extraña, ocasionando que brotaran mis lágrimas contenidas desde días atrás y entonces cuando parecia que de nuevo estaba a mi lado unq pistola escupio balas hacia el -¡Alessandro! ¡Alessandro!- pero el solo me pidio una disculpa y entonces un tiro más atraveso su cabeza, cayendo sin más a las llamas, su cabeza comenxaba a incinerarse -¡Asesina!- mire aquella quién después de las plabras de un joven quedo sorprendida al grado de tirar el arma al piso y negando una verdad de la que preferi no escuchar.
Cuando aquella dama se hizo hacia atrás una visión más horrible se dio paso en mis horizontes, con tristeza descubri que Stefano estaba muerto y que ahora mismo el era quién alimentaba el fuego, mientras se volvia parte de la ceniza que caía en todo ese lugar -¡Stefano mi amor!- quise negar lo que veia cerrando todo lo que pudiera mis ojos, entonces la respiración se convirtio en algo agitado y sin pausa, los latidos de mi corazon aumentaban a tal grado que ya no podia soprtarlos.
Negaba con la cabeza cada vez de forma más notoria -no- murmuré una vez -No- dije cada vez más abajo -¡No! ¡Ellos no! ¡No me los quites también!- reclame al cielo y emepece a pregonar lo mismo por todas las partes donde comence a caminar, mis manos me temblaban, transpiraba en frio, sentía que el alma se iba y regresaba, habia perdido la nocuión de mi realidad, el pecho me dolía, dandome pequeñas punzadas, después todo se apago, el mundo se detuvo y los sonidos callaron, mis piernas se vencieron debido a la ansiedad y a los escalofrios que presentaba, senti la sencón de sueño y enconta de mi voluntad cai al piso, rasgando con las uñas el piso mientras mi mirada se dirigia a cada lecho de muerte que mis creadores habían recibido -Es culpa... es mi culpa... solo.... mi... cul..pa- las lágrimas se derramaron y después todo se volvio oscuro, teniendo la seguridad que mi destino estaba hecho, moriria en medio de ambos como vivi, deborada por las llamas como ellos, como debe ser una creación y una amante fiel hasta la muerte...
Montserrat Vasari- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 287
Fecha de inscripción : 15/06/2011
Localización : En cualquier lugar donde viva el arte parisino
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
La columna de humo se alzaba imponente de sobre el teatro. Muchas memorias vinieron a mi mente al contemplar aquel espectáculo - es el modus operandi del Clan Hagen - dije para nadie por que no había a mi lado alguien con quien compartir el estremecimiento que me provocaba ver arder las llamas.
Los lycan solían aprovecharse de la pasíon que sienten los vampiros por el teatro para convertir muy esperados estrenos -al menos entre la comunidad de sanguijuelas- en trampas mortales. El fuego no dejaba rastro siguiera de sus cuerpos, que se consumen como si fuesen de papel.
(* Puede escuchar varios disparos dentro del teatro)
A pesar del hedor asqueroso que desprendía el lugar me acerque cuanto pude. Ya había en las calles algunas personas que presas del pánico daban grandes voces, pero aún no se veía venir por alguna de las calles que desembocan aquí a nadie dispuesto a combatir el fuego. Sin embargo habia alguien dentro al menos para jalar el gatillo.
- Tal vez quede, inclusive, alguien con vida...
Por supuesto las vendettas de los Hagen contra ciertos vampiros no excluian dalos colaterales, gente inocente que solo iba a olvidarse un rato de si mismos y viajar a otros mundos por medio del teatro. - Sin duda esto podría ser obra de los Hagen, pero ciertamente no han iniciado ellos este fuego. Alguien mas lo ha hecho-
Para su buena o mala fortuna los humanos resisten mejor las llamas que los vampiros, mala fortuna será en verdad si las llamas les queman sin llegar a matarlos, pues les espera la muerte por asfixia, por que el aire es el primero en arder en medio de un incendio.
Debo admitir que cuando estuve ya frente a la molicie en llamas me quedé perplejo con el imponente espectáculo, mas luego la desesperación me hizo hechar mano de la sobrehumana fuerza con que Gaia me ha dotado para lanzar contra la puerta el primer objeto que tuve a mi alcance y que resultó ser una jardinera con todo y su arbusto seco.
La puerta se resquebrajó por el impacto y la jardinera fue a parar al fondo del lobby, las llamas alegres por la bocanada de aire crepitaron como si estallasen alargandose para alacanzarme, sentí como si el fuego me llamase dentro de su seno y tuve miedo de morir, pero un grito desesperado como un llanto me convenció de que si me había tocado estar aquí, era por designio de un poder aun mayor que mi pobre razón.
(* Cubriendose con su enorme abrigo a manera de capa el hombre-oso penetra en el lobby del teatro en llamas)
Escucho a lo lejos un llanto como en las leyendas que cuentan los tepoztecos acerca de La llorona, el humo confunde mi olfato y nubla mi vista, mis oídos no alcanzan a escuchar nada mas que ese espectral lamento hacia el cual encamino mis pasos. ¿Será la voz de alguien que agoniza? ¿o será un fantasma que apenas muerto ya comienza su penar entre las llamas?
- ¡EH! ¡¿Quien vive?! grito apenas puedo divisar algo que se mueve entre el humo y la locura. Trato de alcanzarle..
Los lycan solían aprovecharse de la pasíon que sienten los vampiros por el teatro para convertir muy esperados estrenos -al menos entre la comunidad de sanguijuelas- en trampas mortales. El fuego no dejaba rastro siguiera de sus cuerpos, que se consumen como si fuesen de papel.
(* Puede escuchar varios disparos dentro del teatro)
A pesar del hedor asqueroso que desprendía el lugar me acerque cuanto pude. Ya había en las calles algunas personas que presas del pánico daban grandes voces, pero aún no se veía venir por alguna de las calles que desembocan aquí a nadie dispuesto a combatir el fuego. Sin embargo habia alguien dentro al menos para jalar el gatillo.
- Tal vez quede, inclusive, alguien con vida...
Por supuesto las vendettas de los Hagen contra ciertos vampiros no excluian dalos colaterales, gente inocente que solo iba a olvidarse un rato de si mismos y viajar a otros mundos por medio del teatro. - Sin duda esto podría ser obra de los Hagen, pero ciertamente no han iniciado ellos este fuego. Alguien mas lo ha hecho-
Para su buena o mala fortuna los humanos resisten mejor las llamas que los vampiros, mala fortuna será en verdad si las llamas les queman sin llegar a matarlos, pues les espera la muerte por asfixia, por que el aire es el primero en arder en medio de un incendio.
Debo admitir que cuando estuve ya frente a la molicie en llamas me quedé perplejo con el imponente espectáculo, mas luego la desesperación me hizo hechar mano de la sobrehumana fuerza con que Gaia me ha dotado para lanzar contra la puerta el primer objeto que tuve a mi alcance y que resultó ser una jardinera con todo y su arbusto seco.
La puerta se resquebrajó por el impacto y la jardinera fue a parar al fondo del lobby, las llamas alegres por la bocanada de aire crepitaron como si estallasen alargandose para alacanzarme, sentí como si el fuego me llamase dentro de su seno y tuve miedo de morir, pero un grito desesperado como un llanto me convenció de que si me había tocado estar aquí, era por designio de un poder aun mayor que mi pobre razón.
(* Cubriendose con su enorme abrigo a manera de capa el hombre-oso penetra en el lobby del teatro en llamas)
Escucho a lo lejos un llanto como en las leyendas que cuentan los tepoztecos acerca de La llorona, el humo confunde mi olfato y nubla mi vista, mis oídos no alcanzan a escuchar nada mas que ese espectral lamento hacia el cual encamino mis pasos. ¿Será la voz de alguien que agoniza? ¿o será un fantasma que apenas muerto ya comienza su penar entre las llamas?
- ¡EH! ¡¿Quien vive?! grito apenas puedo divisar algo que se mueve entre el humo y la locura. Trato de alcanzarle..
Epoch- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 574
Fecha de inscripción : 29/08/2010
Localización : Omnipresente
Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
Todo pasó tan rápidamente que ni siquiera pude saber con exactitud que fue lo que sucedió, todo en mi mente era más borroso que todo lo calcinado a los horizontes, pues donde yo viera había mumo por deoquier, cenizas, muertos... en todos los lados a donde una se parace a observar había tragedía -"El teatro de la tragedia"- pensé con detenimiento mientras mis oidos se percatabn del dolor contenido en los lamentos y gritos de los que ahora se debatían entre la vida y la muerte contra aquellos disparos fuera de control -Empiezo a creer que jamás debí de haberle hecho caso a esa joven- aun le recordaba, era la cantante de cara melancolica y de energía angustiante -Quizás si yo no hubiera seguido tocando esa...cosa no hubiera caido y...- mi voz interior calló entonces, poco a poco recordaba que esa enorme araña de cristal se había desprendio del techo en el momento mismo que esa mujer desenmascaro al famoso "Fantasma", entonces corrí lo más que pude hasta llegar a unos escasos metros de hall principal intentando encontrar a Nói, que jamás encontre y entonces me desvaneci en medio de la confusión y la gente... -Entonces eso sucedio- pensé.
Continué mi camino en medio de los cadáveres pues ya ninguno respiraba, hasta que giado por una rafaga de aire pude hallar el hall principal, allí contemple dos cuerpos, ambos eran gitanos que terminaron de la manera más indeseable sus días en ese lugar que se había convertido en el mismisimo purgatorio -No puede ser- músite mientras mi cabeza se hacía un poco hacia atrás y allí contemple que la puerta estaba ligeramente abierta, alguién finalmente logro salir o probablemente los caidos en ese silencioso lugar, aquellos cuyos cuerpos reposaban en el mar de su propia sangre intentaron salir pero fueron detenidos por aluguién de los que estaba en la sala principal o quizás el fue ese mismo miserable.
Pensé un instant mientras tomaba de nuevo postura erguida y negaba con la cabeza, mis cabellos rizados eran una maraña cubierta de polvo que se dejaba caer al paso que mis cabellos se agitaban, entonces también pude percatarme que mi ropa estaba rota, sucia y calcinada de algunas partes -Tengo que salir y encontrar a Nói- dije en mi cabeza -Es muy raro que no hubiese llegado ¿Que le sucedió?- me vi interrumpido al momento en que un estruendo termino por romper la puerta principal y una jardinera paso ante mis ojos, aparentemente había sido arrancada de su lugar por algo mayor a mi comprensión pero de igual manera no iba a quedarme a averiguarlo...
El que penetro en el recinto era una persona cubierta con una especie de de capa, era mucho el humo como para vizlumbrar con claridad y además de todo los ojos emepezaban a derremar lagrimas del malestar que todo ese asfixiante humo le provocaba a mis orbes, sintiendo un ardor que ni yo mismo podía soportar -Es él- musite con sorpresa -Es el fantasma... viene por mi, sabe que yo segui con la música- alarmada segui mi instinto y en vez de atacar o afrontar lo que viniese eche mis pasos hacia atrás regresando a la zona del desastre -Después de todo esa cosa es presa del tal V- pensaba mientras aceleraba el paso -Se lo llevo, lo elimina, se acaba todo y regreso a mi bosque- sonrei victorioso, escuchando sus pasos por detrás mío, podía presentir intentaba alcanzarme incluso le oí gritar más no me detuve hasta el momento en que sentí el calor y los lamentos estaban más cerca, agitado contempe el lugar, ya había muertos allí, un loco que había perdido por completo la razón, un chico lamentandose con un moribuendo en piso y un hombre apuntandole a la cabeza, el otro hombre también se detuvo detras mio.
Pensé demasiado antes de mi siguiente movimiento, pero si era otro psicotico no estaba dispuesto a que los pocos que quedaban perdieran la vida, respire profundo y me dirigi a alguién que no era quién esperaba, era un hombre raro y misterioso, la oscuridad podía respirarse entorno a el -¿Quién eres tú?- me dirigi agrsivo, su aspecto me hacía dudar, he vivido casas interesantes al respecto con gentes de ese tipo de porte -¡Contesta!- mis manos comenzaron a desprender un destello verdoso propi de los brujos que intenta ya sacar un hechizo de defensa -Contesta o no respondo- le volvi a amenazar poniendome mucho más nervioso al escuchar los disparos a mis espaldas y el golpe que provoco el cuerpo al caer en ese escenario antiguo y plagado de muerte.
Continué mi camino en medio de los cadáveres pues ya ninguno respiraba, hasta que giado por una rafaga de aire pude hallar el hall principal, allí contemple dos cuerpos, ambos eran gitanos que terminaron de la manera más indeseable sus días en ese lugar que se había convertido en el mismisimo purgatorio -No puede ser- músite mientras mi cabeza se hacía un poco hacia atrás y allí contemple que la puerta estaba ligeramente abierta, alguién finalmente logro salir o probablemente los caidos en ese silencioso lugar, aquellos cuyos cuerpos reposaban en el mar de su propia sangre intentaron salir pero fueron detenidos por aluguién de los que estaba en la sala principal o quizás el fue ese mismo miserable.
Pensé un instant mientras tomaba de nuevo postura erguida y negaba con la cabeza, mis cabellos rizados eran una maraña cubierta de polvo que se dejaba caer al paso que mis cabellos se agitaban, entonces también pude percatarme que mi ropa estaba rota, sucia y calcinada de algunas partes -Tengo que salir y encontrar a Nói- dije en mi cabeza -Es muy raro que no hubiese llegado ¿Que le sucedió?- me vi interrumpido al momento en que un estruendo termino por romper la puerta principal y una jardinera paso ante mis ojos, aparentemente había sido arrancada de su lugar por algo mayor a mi comprensión pero de igual manera no iba a quedarme a averiguarlo...
El que penetro en el recinto era una persona cubierta con una especie de de capa, era mucho el humo como para vizlumbrar con claridad y además de todo los ojos emepezaban a derremar lagrimas del malestar que todo ese asfixiante humo le provocaba a mis orbes, sintiendo un ardor que ni yo mismo podía soportar -Es él- musite con sorpresa -Es el fantasma... viene por mi, sabe que yo segui con la música- alarmada segui mi instinto y en vez de atacar o afrontar lo que viniese eche mis pasos hacia atrás regresando a la zona del desastre -Después de todo esa cosa es presa del tal V- pensaba mientras aceleraba el paso -Se lo llevo, lo elimina, se acaba todo y regreso a mi bosque- sonrei victorioso, escuchando sus pasos por detrás mío, podía presentir intentaba alcanzarme incluso le oí gritar más no me detuve hasta el momento en que sentí el calor y los lamentos estaban más cerca, agitado contempe el lugar, ya había muertos allí, un loco que había perdido por completo la razón, un chico lamentandose con un moribuendo en piso y un hombre apuntandole a la cabeza, el otro hombre también se detuvo detras mio.
Pensé demasiado antes de mi siguiente movimiento, pero si era otro psicotico no estaba dispuesto a que los pocos que quedaban perdieran la vida, respire profundo y me dirigi a alguién que no era quién esperaba, era un hombre raro y misterioso, la oscuridad podía respirarse entorno a el -¿Quién eres tú?- me dirigi agrsivo, su aspecto me hacía dudar, he vivido casas interesantes al respecto con gentes de ese tipo de porte -¡Contesta!- mis manos comenzaron a desprender un destello verdoso propi de los brujos que intenta ya sacar un hechizo de defensa -Contesta o no respondo- le volvi a amenazar poniendome mucho más nervioso al escuchar los disparos a mis espaldas y el golpe que provoco el cuerpo al caer en ese escenario antiguo y plagado de muerte.
Bryan Wilde- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 57
Fecha de inscripción : 24/09/2011
Localización : En cualquier parte, quiza hasta en las estrellas...
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: The theatre of tragedy (LE DUE MASCHERE DELLA NOTE) Part.II
El cuerpo del vampiro yacía justo en mis pies, sin vida... todas aquellas leyendas que sobrevivieron a la furia incontenible de los dioses hoy había llegado a su fin por mi propia mano que firme por instantes sostuvo el arma que hbía llegado hasta mí, arma que fue vaciada en el viejo Alessandro, arma que deje caer bruscamente en el piso poco después de escuchar a Mordred -¡Eres un mentiroso!- replique al instante en que de sus labios escuche aquella tonteria -Como siempre siendo el hijito de mamá tienes que hechar a perder mi ¡felicidad!- empecé a agitarme, sentia tanta furia solo de ver a ese hombre que aun siendo sangre de mi sangre le repudiaba, le odiaba y esperaba jamás hubiese nacido -¿Como prentendes que te crea pedazo de bastardo?, ¡Tú el mocoso malcriado que me arrebato el cariño de mi madre, tú el que vivio haciendo mi vida una miserable tortura con tus burlas, tu juegos, tus menosprecios...¡Como!- exclame en aquel escenario en donde ya habia dos muertos uyos cuerpos emepezaban a calcinarse, mientras que la vampiresa, aquella mujer, por la que todos morían habia desaparecido justo despúes de que parecio desvanecerse al ver a ambos hombres muertos -O... ¿acaso?- regrese mi mirada hacia aquel vampiro -¿Acaso ya se te olvido como calcinabas mi ropa, tirabas mis perfumes a la basura o simplemente me quitabas lo pco que aquella... ¡Bruja decidia arrmarme!... ¡Como les dabas esas migajas a los pájaros, mis migajas, lo único que comia en todo el día!- comente con odio -¿Acaso no recuerdas como te burlaste de mi cuando.... abusaron de mí?- negue con la cabeza -¡Estabas muerto de la risa! y a mi madre... que gracias a las fuerzas de lo que tu quieras ya debe estar en el infierno la convenciste de que eran invenciones mías- decayó mi tono de voz -¡Cuando más necesite de mi madre tu mismo la alejaste!- asenti con la sonrisa en mi rostro -y así pretendes que te crea...- guardé silencio -Mi padre- reflexione -Que más da- encogi mis hombros -Si lo fue o no, no importa-regreso aquel tono rabisoso -No me arrepiento... por que ni este hombre, ni a esa bruja los considero mis padres- declaré -¡Nunca tuve familia! ¡Siempre fui una vil huerfana que tuvo que luchar con uñas y dientes para llegar hasta aquí!- dije con altivez, sin ver siquiera a los cuerpos de nueva cuenta -Lo único que quería era atención, un poco de amor...una minuscula parte de essos privelegios que tu sin importar la miseria siempre tuviste Mordred Le Fay...- vi al techo y me centre en el calor del lugar pensando lo ilógico e increible que sonaba el hecho de estar hablando como si aquel edificio no estuviera casi hecho cenizas -Por eso hice todo esto... cuando te sucede justo lo que a mi me ha pasado tienes hambre de poder, de venganza, tienes hambre que no necesariamente se refiere al pan en la mesa.... tenía hambre de amor, por eso estuve con tantos hombres, por eso me gusta jugar con ellos, como el hombre que jugo conmigo... ¡Queria mostrarle al mundo quién era la gran ¡Devora Le Fay!, por eso le vendi todas esas almas aquel fantasma de este teatro para que me ayudará a elimnar a Alessandro y sus bastardos y yo le entregaría a V, saníamos gracias al riquillo ese lo que pasaría esta noche y entonces puse todas mis manos derechas a sus dispocision, más una parte del reino que conseguire- le mire con desprecio -Y del cual qurerido- hice incampie seductor -Tu no formarás parte- pequeñas y moduladas carcajadas salieron de mis labios carmín algo ya despintados, mientras le veía retadoramente, pues a lo lejos vi venir a Nigma con un arma -Sus minutos ya estan contados- torci los labios en señal del deseo de ver a mi hermano muerto pero nada de eso sucedio...
Nigma se dirigio a mi, justo en dirección al escnario donde aún permanecia postrada -¿Nigma?- le llame al ver su mirada perdida y en vez de carcajadas vi por primera vez lágrimas de un grosor exagerado, el maquillaje blanco y las pinturas en los ojos ya estaban corridos, parecía como si un balde con agua le hubiese sido arrojado a su cabeza, sus murmullos parecían rezos y todos m culpaban a mi, me culpaban de que Domine hubiese muerto -¿Pero como?- me pregunte sabiendo que Domine era buena haciendo su labor -La corte de los búhos vendra a matarnos, Domine era su elemento más preciado- pero de eso suponía debia preocuparme después ahora lo único que importaba era librarme de ese loco que ya amenazante preparaba el gatillo -Espera.. Nigma- murmure -No matarás a la mano que te alimenta, Nigma por dios- por más explicaciones que yo diera el seguia avanzando, estaba en una especie de trance del cual no podía despertar -¡Nigma, reacciona!- exclame por ultima vez -Nigma amigo mío- retrocedi algunos pasos -Yo no tuve nada que ver en su muerte, dejad que te explique, no entiendes ¡Por favor!- grite ya tardíamente, el gatillo habia sido jalado y las bals penetraron mi abdomen que pronto expulso sangre por montones, horrorizada veía las heridas mientras Nigma reía sin parar.
Entonces poco a poco fui retrocediendo hasta que llego el momento en el cual los tacones en falso pisaron aquel agujero que había sido cubierto por papel y que ahora escupia fuego mismo que termino por absoberme, sentía el dolor hasta que finalmente aquel puente de utileria cayo sobre mí dejandome imconsiente -¡Que Dios Salve a la reina madre!- exclame desvaneciendome sin saber más sobre lo que pasaría con mi cuerpo.
-La gran y ambiosa Devora a perecido en el fuego voraz que le consume y le calcina en aquel agujero coloreado de anaranjado, Dios tuvo piedad de la princesa que nunca llego a ser reina pues aquel golpe le djo inconsciente para no sentir el dolor que emanaban de los brazos de la muerte y el dolor que siempre emano para ella la vida y la no-vida-
Nigma se dirigio a mi, justo en dirección al escnario donde aún permanecia postrada -¿Nigma?- le llame al ver su mirada perdida y en vez de carcajadas vi por primera vez lágrimas de un grosor exagerado, el maquillaje blanco y las pinturas en los ojos ya estaban corridos, parecía como si un balde con agua le hubiese sido arrojado a su cabeza, sus murmullos parecían rezos y todos m culpaban a mi, me culpaban de que Domine hubiese muerto -¿Pero como?- me pregunte sabiendo que Domine era buena haciendo su labor -La corte de los búhos vendra a matarnos, Domine era su elemento más preciado- pero de eso suponía debia preocuparme después ahora lo único que importaba era librarme de ese loco que ya amenazante preparaba el gatillo -Espera.. Nigma- murmure -No matarás a la mano que te alimenta, Nigma por dios- por más explicaciones que yo diera el seguia avanzando, estaba en una especie de trance del cual no podía despertar -¡Nigma, reacciona!- exclame por ultima vez -Nigma amigo mío- retrocedi algunos pasos -Yo no tuve nada que ver en su muerte, dejad que te explique, no entiendes ¡Por favor!- grite ya tardíamente, el gatillo habia sido jalado y las bals penetraron mi abdomen que pronto expulso sangre por montones, horrorizada veía las heridas mientras Nigma reía sin parar.
Entonces poco a poco fui retrocediendo hasta que llego el momento en el cual los tacones en falso pisaron aquel agujero que había sido cubierto por papel y que ahora escupia fuego mismo que termino por absoberme, sentía el dolor hasta que finalmente aquel puente de utileria cayo sobre mí dejandome imconsiente -¡Que Dios Salve a la reina madre!- exclame desvaneciendome sin saber más sobre lo que pasaría con mi cuerpo.
-La gran y ambiosa Devora a perecido en el fuego voraz que le consume y le calcina en aquel agujero coloreado de anaranjado, Dios tuvo piedad de la princesa que nunca llego a ser reina pues aquel golpe le djo inconsciente para no sentir el dolor que emanaban de los brazos de la muerte y el dolor que siempre emano para ella la vida y la no-vida-
Devora Le Fay- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 45
Fecha de inscripción : 10/04/2012
Página 3 de 5. • 1, 2, 3, 4, 5
Temas similares
» LE DUE MASCHERE DELLA NOTTE Part.II
» Trozos de Abril (Le due maschere della notte Part. III)
» El despertar de los caídos (Le due maschere della notte part.III)
» Presagio (LE DUE MASCHERE DELLA NOTTE)
» La noche del búho (Le due maschere della notte Prt.III)
» Trozos de Abril (Le due maschere della notte Part. III)
» El despertar de los caídos (Le due maschere della notte part.III)
» Presagio (LE DUE MASCHERE DELLA NOTTE)
» La noche del búho (Le due maschere della notte Prt.III)
Página 3 de 5.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour