- Destinos inciertos - / Kurt / +18

-Con cuidado, hay un escalón- le dije a Natalia mientras entrabamos en la casa donde haríamos los ensayos de mi proyecto más arriesgado e importante.

-Ay! No entiendo porque me has traído con los ojos vendados, podría hacerme daño- iba con las manos hacia adelante dando pequeños pasitos con precaución. Me reí por escucharla protestar, lo había hecho durante todo el trayecto.

-Ya te lo he dicho, quería que fuese una sorpresa
-Sabes que no me gustan las sorpresas
-Lo sé y por eso intento que te gusten dándote muchas- deposite un beso en su mejilla- pero ya hemos llegado.
-Ya era hora, hemos tardado... ¿no estamos muy lejos de la ciudad?
- ¿y qué esperabas? ¿Qué consiguiese un magnifico teatro disponible en el centro de Paris con nuestro presupuesto?- Me reí nuevamente mientras le desataba la venda de los ojos, ella me propino un codazo no muy fuerte- Auch! Que soy frágil – Esta vez no pudo evitar reírse
-Tonto…
-Ta chan! Este es mi gran hallazgo- camine por la estancia extendiendo los brazos como dirigiendo la visión de Natalia hacia todos los puntos de la estancia.
-Está hecha un desastre Kurt...Y huele a moho- su cara era de sorpresa, disgusto y fascinación.
-Lo sé pero lo tengo todo pensado- Abrí las ventanas de par en par para que entrase más luz y aire fresco- retiraremos todos esos tablones y haremos un pequeño escenario en toooda esta zona- se la señale con los brazos y dando grandes zancadas – desde allí- señale el fondo de la habitación – tu y yo veremos cómo ensayan y haremos de mandamases- corrí hasta allí mientras ella reía entre dientes – Pondremos algunas sillas y mesas – Salí de esa estancia entrando a otra de la misma dimensión con un tabique partiéndola en dos pero que a la vez estaba partido- Quitaremos esto de aquí- dije cuando vi que Natalia entro, empuje unos cuantos ladrillos que se cayeron sin mucha dificultad – y aquí montaremos los camerinos .
-he visto unas escaleras, ¿Qué hay en la parte de arriba?
-Hay dos habitaciones pequeñas pero la madera de las escaleras está podrida y he preferido no subir, obviaremos de momento la planta superior. –Me puse a remover tablones del suelo.
-¿Piensas limpiar esto tu solo?
-Nop, tú me ayudaras señorita- Claro que no pensaba hacerlo solo y tampoco tenía pensado que ella me ayudase. Pero me interesaba ver su reacción
-¿Qué?! No pienso hacerlo, es tu marrón, ya he tenido suficiente con conseguirte el dinero- se enfurruño y yo me reí
- Pero mujer, échame una manita- En eso momento se dio cuenta que estaba bromeando
-Idiota!-me empujo – y dime, ¿Quiénes estarán dispuestos a limpiar este desastre?
-Nuestros actores querida mía, nuestros actores.

Cuando le dije que lo tenía todo pensado es porque había pensado en absolutamente todo. Pasamos el día recogiendo y limpiando, quedaba mucho por hacer pero ya era un comienzo, con la caída del sol ambos acabamos en el suelo de lo que parecía ser mármol
-Va a quedar de maravilla Kurt…
-Lo sé-la mire-puedo verlo…- Natalia apoyó su cabeza en mi hombro
-Y yo…-me miro y me beso –Esta es nuestra oportunidad de conseguirlo – se me echo encima y pasamos la noche juntos en la casa.
El sol nos pillo desprevenidos y soñando. Nos despertamos con algo de desgana y nos vestimos.
-¿Sabes qué hora es?
-No…-Bostece- pero tiene pinta de ser algo tarde, la gente no tardara en empezar a llegar – me estire y me acerque a una de las ventanas, como había predicho a lo dejos vi a Josep correr hacia la casa, sonreí, aquel chiquitajo no se rendía.
Pasaron algunas horas hasta que llegaron todos, la mayoría comenzó a recoger y barrer sin rechistar, animados y de buena gana pero hubo unos cuantos que hicieron muecas.
Por mi parte estaba en la otra habitación derribando lo que quedaba del muro divisor con otros dos ayudándome.
-Es un lugar muy grande señor
-Y bonito – Añadió otro
-Y sucio- complete yo y todos reímos.

En la entrada escuche una voz que se presentaba, Josep corrió hasta donde me encontraba
-Ha llegado Hamlet señor- Josep se había aprendido los nombres de todos los personajes de la obra y los relacionaba automáticamente con los actores que habían pasado las pruebas.
-Gracias – le revolví el pelo y salí para recibir a Joshua
Le vi en la entrada algo perdido y observando el lugar, tenía unos ojos preciosos y…decidí no seguir mis pensamientos por ese camino. No era lo adecuado.

-Buenos días Señor Maloney, espero que no le haya sido complicado llegar, como ve estamos dándole unos pequeños retoques a este lugar, aquí haremos todos los ensayos y será prácticamente nuestro segundo hogar – me eche el cabello hacia atrás, estaba algo sudado, el trabajo no me permitía estar del todo presentable. – Pase y ayúdenos

-Sí, espera te ayudo…- me fui con Joshua para ayudarle a levantar el piano, por la experiencia que tenia no era un instrumento precisamente liviano y estaba algo suelto y roto, era probable que alguna pieza se soltase y no quería bajas nada más empezar.

-Señor, los chicos de la otra sala preguntan dónde deben dejar los escombros- me dijo Josep antes de que fuese tras de Joshua

-Hay que sacarlos fuera pero enseguida voy- Le dije y me dirigí hacia el piano, para cuando llegue Joshua ya lo estaba moviendo- Espera que te ayudo, no me vendría bien que te hicieras daño – Sonreí por mi especie de chiste, cogí el piano por el otro extremo y lo movimos cerca de la salida, observe el amasijo de madera, cuerdas y notas - ¿tú crees que se pueda arreglar? Nos vendría muy bien...-Alce la mirada y nuestros ojos se encontraron por primera vez, de una forma más…intensa o al menos así lo sentí en ese momento, me sentí pegado en la miel de sus ojos, eran muy limpios y …me perdí. Durante unos segundos le mire sin decir una palabra hasta que Charly me puso la mano en el hombro.

-¿Nos ayudas a sacar el resto de la pared? – me pregunto con su voz gruesa, Charley era un hombre de mediana edad, alto y grueso, tenía las manos callosas y los ojos aun vivos, sería uno de los extras.

-Claro, vamos- me aclare la garganta y deje a Joshua que continuase con alguna otra tarea, por mi parte ayude a terminar de derribar la pared, sacamos todos los escombros a la calle, barrimos y limpiamos.

-Kurt! Por aquí todo preparado!- Me grito Natalia desde la otra sala
-Voy!- deje a los demás organizando la otra sala y fui a ver el trabajo de la sala donde estaría el escenario.- Vaya, ha quedado de maravilla- bese a Natalia en los labios y me asome a la ventana, el sol comenzaba a descender de su trono- No nos queda mucho tiempo hay que terminar de colocar los tablones del escenario.- Me puse con los demás a encajar y clavar maderas, barnizamos lo mejor que pudimos y decidimos que por aquel día todos habíamos tenido bastante.

-Bueno señores y señoritas – Mire a todos los integrantes de mi nueva compañía de actores, tenían la cara negra del polvo, las manos sucias de haber trabajado por un bien mayor y los ojos cansados pero ilusionados- Ha sido un día muy largo y agotador, pero por fin lo tenemos todo listo para empezar.- Me acerque a la pequeña mochila de tela que me había traído- Como vosotros yo también he trabajado y os traigo un guion para cada uno- repartí guiones personalizados, cada uno tenía su personaje y frases subrayadas con un color diferente. La noche anterior después de fundir tres velas y gastarme unos peniques en lápices de colores lo deje todo preparado. – Os espero mañana por la mañana sobre las diez, se que hoy estáis agotados y no os haré madrugar pero creedme cuando os digo que será mi única y ultima indulgencia, se exige puntualidad, trabajo y sobre todo…-mire a cada uno de los presentes- pasión- di una palmada con ambas manos – Hasta mañana- cogí mi mochila, Natalia corrió con una sonrisa hacia mí y tomo mi mano

-Muy bien- me susurro y todos nos marchamos de la nueva y vieja casa hasta el próximo día donde empezaría el trabajo duro de verdad…

Cuando Natalia iba a besarme la voz de Joshua nos interrumpió, ella se quedo un poco frustrada e intento disimular su mala cara.

-Os dejo, iré a buscar el carro para volver- me dio un beso en la mejilla

-Señor, ¿pueden acercarme a la ciudad?- Josep tiro suavemente de mi manga, le mire y asentí.

-Claro que si-revolví su cabello- Ve con Natalia.- Ella se lo llevo tomándole de la mano. A veces aparentaba ser mas mayor de lo que uno pudiese pensar por su aspecto, no pude evitar pensar en ese momento en su historia distrayéndome unos segundo ¿tendría padres? No se me había ocurrido preguntárselo y hasta ese momento ni si quiera me lo pregunte, me sentí un poco culpable por haber tenido un descuido así. Pronto tendría una charla con él.

Despeje la mente y me centre en Joshua.
-Disculpa – pedí por mi momento de silencio.- Si, claro, dime qué necesitas.

Me intrigaba, se había tomado la molestia de pedirme unos minutos a solas, ¿sería algo importante? Tenía pinta de que si. Me gustó esa actitud, quería que mis actores confiaran en mí y me hablasen de lo que fuera que les ocurriese y más él que iba a ser mi protagonista.

Le dí vueltas toda la noche, a lo que sería mi pequeña charla - o gran charla, todavía no lo sé- Con Kurt Callahan. Aún debo decirle que me quedan un par de compromisos que cumplir con la compañía de teatro, y hasta entonces seré completamente libre. Espero me comprenda, que entienda que no he de servir a dos "amos" por así decirlo y que a partir de entonces me voy a dedicar en cuerpo y alma a mi nueva compañía. Tampoco quiero adentrarme en una plática demasiado extensa, ni explicarle los motivos de mi decisión, porque me sentiría expuesto e incómodo. Recordar ciertos pasajes de mi vida con "ese" sujeto, me hacen tener náuseas y coraje. Mucho, demasiado coraje. Lamentablemente tendré que dejar de ver un tiempo a mis compañeras de vestuario; sobre todo a Sussete, quien fue una de las primeras en recibirme con cordialidad. Pocas y grandes compañeras como ella; por lo demás, no hay nada que extrañar.

-No le robaré mucho tiempo, es algo que quiero poner en su consideración y conocimiento. -Siempre hablando con educación, aunque aún me sorprende que sea tan joven. Sólo espero me comprenda y no termine echándome sin haber comenzado. Estoy nervioso, no le conozco lo suficiente.

Le doy un poco de espacio a Kurt -retirándome algunos cuántos pasos- para despedirse de Josep e intercambiar algunas palabras con su novia Natalia, quien al parecer no ha tomado a bien el que le robe algunos minutos de su compañía. Puedo ver en su rostro la mueca de disgusto. Carraspeo, centrando mi vista en cualquier punto, estoy a nada de silbar fingiendo no percatarme de nada, escondiendo mis manos en las bolsas delanteras de pantalón. No es mi deseo comenzar con el pie izquierdo, mucho menos causarme o causar un grave problema con la "segunda" al mando. Soy enemigo de los problemas, de ahí radica mi extraña manía de preferir la soledad, de huir a la primera señal de peligro. Continuar con un perfil bajo tras bambalinas, no pareciendo importante a miradas curiosas. Casi me había resultado la última vez... Casi.

No quiero que nadie escuche por accidente lo que tengo que confesar, así que dirijo mis pasos hacia una pequeña estancia no muy lejana a nuestra posición actual. Kurt me sigue algunos segundos después, cerrando la puerta tras de sí.

-Bien - me decido a hablar de una buena vez, lo que ha de pasar pasará- Le he pedido ésta pequeña reunión, para externar mi agradecimiento -por principio de cuentas- de dejarme pertener cer a su compañía siendo su protagonista y en segundo lugar - tomo aire y luego lo expulso- Yo... aún debo representar un par de funciones más con mi actual compañía de teatro y habré terminado el contrato. No quiero decir con esto que desatenderé mis funciones con usted - Me apresuró a continuar antes que tome la palabra - Estaré puntual a las citas, cuando sea requerido no importando los días o el horario, no se preocupe, soy una persona muy responsable. Guardo silencio, esperando su respuesta. Confío en que sabrá entender.

Le note algo nervioso, sinceramente eso no me gusto, cuando una persona se pone así suele ser porque lo que va a decirte no va a ser de tu agrado, resople con paciencia, escucharía lo que tuviese que decirme esperando que no fuese algo demasiado perjudicial para mí o para el trabajo.

Me gire para hacerle señas a Natalia de que se fuese y que yo iría después, cuando me di la vuelta Joshua ya no estaba, enarque una ceja y le busqué con la mirada. Se había metido nuevamente en la casa, quizá buscando algo de intimidad para eso tan importante que tenía que decirme.

Comenzó ha hablar y no pude más que escuchar hasta que termino. Me quede en silencio unos segundos y me cruce de brazos acariciando mi barbilla.
No me gustaba la idea de que estuviese trabajando en un teatro, aunque desde que le vi en la audición supuse que era profesional, lo hacía demasiado bien para ser un simple aficionado.
Lo que me preocupaba realmente era que no pudiese cumplir con todo lo que yo iba a exigirle y desde luego no era poco. El insistió y remarcó su seriedad y responsabilidad lo que me hizo ver otro posible problema… ¿y si todo aquel proyecto para él sería demasiado pequeño? Por mi parte me lo estaba jugando todo a una sola carta y la mayoría de las personas que estábamos ahí éramos personas que no tenían muchas más opciones. Sí, me incluía. Pero él… era actor de teatro estable, eso era realmente complicado de conseguir, solo los mejores o personas con una “buena estrella” conseguían algo así.

Mi dedo índice golpeaba despacio mi labio inferior, no me había dado cuenta de que había permanecido varios segundos callado, le mire y respiré profundo- Bueno…no voy a negarte que me preocupa que en algún momento no puedas cumplir con todo. Porque créeme…a ti voy a exigirte al que más como es lógico. – lleve mis brazos a mi espalda. – Si tienes un trabajo estable… ¿por qué quieres trabajar conmigo?- era algo que necesitaba saber- Este es un proyecto en pañales como puedes ver- abrí un poco las manos para dirigir su mirada a toda la estancia vacía. –De momento no puedo ofrecerte más que un salario más o menos decente y la promesa de que las cosas mejorarán. Entiéndeme, quiero que te quedes, te necesito- le miré fijamente- pero si lo haces ten en cuenta que será como empezar de cero. No me importa que termines de hacer lo que tengas pendiente pero no quiero que te hagas una idea equivocada de esto- trague saliva, sabía que era muy probable que se echase para atrás, era difícil rechazar estabilidad por algo nuevo- No va a ser fácil…

Le miro expectante, con la mirada seria fija en mi. Más tarde tomar esa actitud pensante que me pone más nervioso de lo que ya estoy. Daría lo que fuera por saber lo que está analizando. Es una realidad, el que no quiero que me eche, estoy familiarizándome con todos los actores y sé que podemos formar una magnífica compañía teatral. No están maleados , ni se sienten unas estrellas intocables, como de donde yo provengo.Todos vamos a comenzar, a formar nuestros propios rumbos.

-Claro señor Callahan, usted puede exigirme todo cuanto crea necesario. No voy a fallarle, es por eso que he venido a expresarle mis motivos. Estoy acostumbrado al trabajo duro, soy una persona responsable créalo.

Me quedo helado cuando me pregunta el porqué quiero trabajar a su lado, si es algo tan volátil que no se sabe siquiera que puede tener éxito. Una sonrisa se dibuja en mi rostro, la respuesta era muy sencilla, pero es un hecho que la decisión real, la que me motivó a buscar otros rumbos era mucho muy incómoda. No iba a decirle ni remotamente que padecía de acoso por parte de mi regordete y calvo jefe.

-Allá de donde yo provengo, las cosas no son tan maravillosas como se pudiera pensar. Amo estar parado sobre el escenario, observar a lo lejos las decenas y decenas de butacas abarrotadas, pero... La gente, los actores no tienen amor por su trabajo. En cambio con ustedes, las cosas son diferentes. No esperan ganar más que los demás, trabajan por un bien común, somos o trataremos de ser como una familia. - Me encojo de hombros, ¿qué otras razones necesitaba escuchar para que me creyera ?- El dinero es lo de menos señor, conque tenga con qué cubrir la renta de mi casa y un plato de sopa caliente que llevarme a la boca todos los días, es más que suficiente. Tal vez no me crea, pero el dinero es lo que menos me interesa. - Le sonreí franco, clavando mi mirada en la suya. Firme. - No será fácil, pero hay un buen ánimo y muchas, demasiadas ganas. Lo vamos a lograr -Estiré mi mano para que la estrechara, como un pequeño símbolo de unión. - Todo va a salir muy bien, y... gracias por confiar en mi, no se arrepentirá.

No tardo demasiado en contestar, eso me sorprendió gratamente, sonreí de lado.

Una vez hubo abierto la boca nadie le detuvo, me dio razones y argumentos. Sus palabras eran completamente firmes y su voz estaba cargada de una convicción abrumadora. En ese momento sentí que él lo tenía más claro que incluso yo mismo.
Me tendió la mano para “firmar” el contrato. Se la estreche con firmeza.

-He de reconocer que me sorprende de forma positiva su forma de pensar- sonríe – haremos grandes cosas. De eso estoy seguro.

Camine saliendo nuevamente de la casa.-Bueno, es hora de marcharse, ya me esperan- mire hacia el carromato en el que me esperaban Natalia y Josep.- Nos vemos mañana Maloney y no llegues tarde.- Camine a paso ligero al carromato tras cerrar bien la puerta de la casa.

-Espero no haberos hecho esperar demasiado- sonreí
-El cochero casi se larga y nosotros también, si no fuese porque Josep insistió en esperarte.- Natalia se rió- por cierto, ¿qué quería Joshua?

-Nada, solo comunicarme que tiene unos asuntos pendientes que terminara de cumplir en estos días
-Ah- añadió sin más- el camino era largo pero sinceramente a mí se me hizo corto. Josep nos contaba chistes malos y alguna anécdota. Por lo visto no tenía padres, o al menos eso pude entre ver. De momento preferí no meterme en eso, ya habría tiempo de hablar con calma el tema.

Dejamos a Josep en el centro de París y después nos fuimos caminando hasta Montmatre. Natalia se quedo en su casa, me dijo que tenía mucho por coser y casi lo preferí, estaba agotado y lo único que quería era quitarme el polvo de encima y dormir como un bendito.

Cené medio trozo de pan y me quede completamente dormido, a pesar del ruido de la taberna que tenia bajo los pies.

El día transcurre de lo más normal. Por la mañana me dirigí al teatro como tengo acostumbrado, fingí una vez más, ensayé con los que pronto serían mis ex compañeros, sonreí bromeé, pero... Mi mente estaba en otra parte, muy lejos de ahí. Conté las horas mentalmente, segundo a segundo, minuto tras minuto. Cuando todo hubo acabado, corrí lo más rápido que pude a casa, me aseé y enseguida me puse en marcha para continuar los planes con mi nueva compañía. "Nueva" se escuchaba bien, un nuevo comienzo. Sonreí como tonto durante todo el trayecto, y aún lo hago, sentado sobre lo que será el nuevo escenario. La señorita que hará de Ophelia - una mujer muy hermosa-  ya estaba aquí cuando llegué. Sashenka me dijo que se llamaba, intercambiamos algunas palabras, explicándome que no tenía la menor idea de lo que la obra trataba en sí. No pude evitar reírme, pero no en una mala forma, sino que al parecer todos los actores estaban prácticamente en pañales. Ayudé a repasar sus líneas, le mostré la manera correcta de plantarse sobre un escenario, cómo modular la voz... En fin, pequeños grandes detalles que servirían de mucho. Ella aprende rápido, será pan comido; tengo que darle la suficiente confianza, ya que será mi pareja, eso es fundamental, debemos tener química o de lo contrario no será creíble nuestra representación.

Para cuando tuvimos "casi" montada lo que sería nuestra primera escena juntos, prácticamente ya todos estábamos reunidos. Kurt llegó después- aunque puntual- a la cita, Josep venía con él y su pareja. Le miro de reojo, parece que el trato con los niños se le da natural, eso habla bien de una persona, porque aunque es pequeño, le da su lugar.

-Eh, bueno si crees necesario que debamos ensayar por separado, no tengo inconveniente en hacerlo, podemos hacerlo en casa - Comento a Sashenka de manera cordial, esperando que no tomara a mal mi sugerencia-. Creo que no tenemos mucho tiempo para explayarnos, pero no me hagas mucho caso, de cualquier modo podemos preguntarle a Kurt, quien mejor que él para sacarnos de dudas... Oh parece que aquí viene-. Me alejo dos pasos de la chica, observando que se acercaba paso a paso hasta nosotros.

-No Kurt, lo siento pero es lo más bajo, no puedo
-Vamos Ruth, mira este vestido, tiene más agujeros que un colador y que me dices de esta espada, su pintura empieza a descascarillarse en toda la hoja.
- He dicho quince francos por todo, lo tomas o lo dejas, créeme que hay gente dispuesta a pagarme más por todo esto.

Suspire, Ruth tenía razón, conseguir atrezo era de lo más caro y complicado- Esta bien, quince – Tenia el dinero más que justo y pensaba gastarme solo diez. Aun así saque las monedas de mi bolsillo y se los deje sobre la mesa – Gracias Ruth, seguramente vuelva para pedirte unas cuantas telas u objetos.
-Claro hijo, vuelve cuando quieras – Conto las monedas con habilidad y las guardo. Sacó el resto de ropa en sacos de tela. Dejo un ovillo de hilo negro y una aguja sobre la mesa- cortesía de la casa- me sonrió.
Agradecí con un gesto y cogí los sacos.
-Toma Josep, ayúdame con esto- Le di uno de los sacos grande y yo me quede con los otros dos
-Sí señor- se lo cargo en la espalda- ¿dónde iremos ahora?
-A recoger a Natalia para irnos ya al ensayo, seguramente el resto ya esté llegando.
Había quedado con Josep temprano para recoger todo lo necesario y para provechar de hablar con él. Durante toda la mañana le estuve preguntando acerca de su familia y demás, resulto que Josep era huérfano, su padre murió durante la revolución y su madre murió cuando el tenia cinco años, de peste, ella y sus dos hermanos mayores. Su padre dejo a su hermana pequeña en un convento y se quedo solo con Josep, ambos trabajaron cuidando caballos hasta que estallo la revolución. No entro en detalles, solo me dijo que al quedarse solo vivió un tiempo en la calle y que ahora que trabajaba conmigo pudo alquilarse una habitación en un hostal. Era un chico valiente y no perdió la sonrisa en ningún momento, salvo cuando me habló de su hermana pequeña, la quería mucho y no quería dejarla pero él era demasiado pequeño para tomar esas decisiones.
Cuando llegamos a casa de Natalia ella ya nos esperaba con una caja de hilos y agujas.

-Pero que mozos más apuestos han venido a buscarme- Se acerco y le dio un beso en la frente a Josep- Hola…-me dio un beso suave en los labios- ¿Te ayudo con algo?
-No, ya tienes bastante con esa caja tuya- la bese en la mejilla –Vamos a por un carromato- los tres montamos en un carro y fuimos de camino a la casa-teatro. Durante el trayecto me asaltaron muchas ideas y proyectos nuevos, estaba concentrado, tanto que Natalia y Josep decidieron hacerme una jugarreta, reímos y me desquite a base de cosquillas con Josep y besos con Natalia.
No tardamos mucho en llegar, descargamos todo y entramos. A nuestra llegada ya estaban todos esparcidos en el lugar.

-Buenos días señores – Carlos, uno de los jóvenes y Baptiste vinieron a ayudarme con los sacos. –Me alegra ver que estamos todos- los conté a todos con la mirada.- Como veréis he traído los disfraces y algo de atrezo, Natalia os repartirá a cada uno la ropa y os los probareis para ver si es necesario hacer algún arreglo.

Escuche por lo bajo hablar a Joshua y Sashenka, sonreí- Bueno Joshua, no sé si te ayuda con tu duda pero aprovecho para decíroslo a todos-Saque de mi petate varias hojas atadas – Os repartiré las partes de cada uno para que vayáis leyéndolas y aprendiéndolas, la casa permanecerá abierta siempre que queráis ensayar, por mi parte siempre estaré aquí por si tenéis dudas o necesitáis ayuda con algo. Con esto quiero decir...-fui repartiendo las hojas – que la mayoría de los ensayos serán por vuestra cuenta y tres veces a la semana haremos ensayos generales- termine de repartirlas todas- los lunes, los miércoles y los sábados, si aun tenéis alguna duda este es el momento de hacerla- sonreí y espere alguna intervención.

Espere unos minutos prudenciales a que alguien dijese algo pero al parecer todo había quedado muy claro.

-Bien, pues manos a la obra.

Natalia hizo que todos se pusieran en fila para repartir la ropa y ver el tema de los arreglos. Por mi parte me fui con Josep a ver algo más interesante.

-Qué opinas- toque la madera de las escaleras que subían al segundo piso de la casa.

-Está bastante podrida pero se puede cambiar –me contesto arrancando un trozo de madera de la barandilla.

-Sí, lo que pensaba-Me di golpes en el labio con el dedo índice-¿entonces te animas?

Josep sonrió- ¡Claro!

Nuestro plan era arreglar las escaleras y mudarnos al piso de arriba. Desde que Josep me había hablado de su situación no había dejado de darle vueltas toda la mañana. Lo cierto es que yo también necesitaba otro sitio donde vivir, ya no podía seguir en el Chat Noire, el dueño me tenia de favor y ya no sabía cómo echarme…Sin duda el segundo piso de esa casa abandonada y ahora reformada era el lugar perfecto para mí y ahora también para Josep.
Sabía que arriba había tres habitaciones, una de ellas era una especie de cocina, tenía un hogar de piedra y podría servirnos para cocinar, las otras dos nos las repartiríamos como habitaciones. La única dificultad era la escalera, toda la madera estaba podrida y era imposible acceder al segundo piso por otra entrada así que llegue a un acuerdo con Josep, el me ayudaba a reconstruirla y a cambio podría quedarse ahí todo el tiempo que quisiera.

-Perfecto, ahora debemos conseguir madera y sacar toda esta.
Ese mismo nos pusimos manos a la obra, mientras los demás se medían y probaban la ropa, otros ya empezaban a ensayar y Natalia se volvía loca de ver tantos agujeros que coser.

Lo mas duro fue sacar toda la madera, era pesada y no siempre fue fácil arrancarla. Nos llevo dos días. Apilamos toda esa madera esperando a darle un uso.
Los días siguientes fuimos recopilando toda la madera que podíamos de los comerciantes que la remataban o de barcos que se desguazaban para cambiar su estética. Ese domingo llevaba un trozo de un barco pirata que había sido capturado por el ejército y destripado. Era perfecto para ponerlo como pilar maestro. Lo metí en el salón grande, el del escenario, y después entré en la habitación que se había designado para los camerinos. En ella ya estaban algunos vestidos lavados y arreglados, colgaban de varillas de madera encajadas en un armario viejo. Aun quedaba una montaña de ropa y los hilos y trozos de tela estaban por todas partes. Preferí no tocar nada, estaba seguro de que Natalia me daría una paliza si ordenase su desorden, o como ella decía: ¡deja de revolver mis cosas!

Me senté en mi escritorio, me había llevado una mesa vieja y una de las sillas que quedaban de la vieja casa. Me sentaba con mucho cuidado porque a veces tambaleaba, pero después de un rato hacía gala de una gran estabilidad. Me centre en mis escritos, en las correcciones y en un proyecto propio. No escuche la puerta ni los pasos de la persona que acaba de entrar, solo fui consciente de la presencia de otra persona cuando le escuche recitar una de los párrafos más importantes de la obra. Era Joshua y practicaba su papel. Me acerque sin hacer ruido para escucharle mejor, escondido detrás de la pared, no quería desconcentrarle pero no fui tan sigiloso como pensaba.

-Sí, perdona, no quería interrumpirte- me asome a la estancia, estaba de pie en el escenario, sonreí y camine hacia él con los brazos cruzados- veo que ya te sabes parte de tu dialogo- Cogí una de las sillas y la puse frente al escenario – repítelo – me acerque a el- pero esta vez sácalo de aquí- le puse la mano en el abdomen –con fuerza- hice un puño con la mano- es tu madre, estas enfadado por su impiedad y no soportas su traición, no solo a tu padre muerto injustamente si no a ti mismo- le di un pequeño golpecito- vamos, siéntelo - me senté en la silla y espere

[color:cbe7= white]De todas las personas con las que me pude haber encontrado aquel día, tuvo que ser precisamente Kurt. Pensé que mi olfato estaba "mal" cuando percibí su olor en la vieja construcción (Lo bueno o malo de ser un cambiante, es que tienes el olfato altamente desarrollado) cada persona que conozco huele diferente, él huele diferente. Si tuviese que describir su aroma, podría decir que huele a madera, a tierra mojada... No sé, no soy muy bueno para éstas cosas, aún esto es muy nuevo para mi. Lo de ser "diferente" me refiero. Por más que trato de vivir de manera normal, fingiendo que soy un humano como cualquier otro ha sido muy difícil, tanto, que duele. Me duele aquí dentro.

Desde luego que no tiene que pedir disculpas, después de todo es el jefetiene aún más derecho que yo de estar aquí, así que el enojo inicial - ya que no me gusta ser interrumpido mientras ensayo - lo he relegado a segundo plano. Cierro los ojos, los vuelvo a abrir parpadeando para tranquilzarme, escuchando sus pisadas que se acercan hasta mí. Es ahora mismo que teniéndole cerca - demasiado cerca- me doy cuenta de que me saca al menos unos diez centímetros, quizás un par de centímetros más, no estoy seguro.

-Veo que ya te sabes parte de tu dialogo, repítelo, pero esta vez sácalo de aquí-

Su mano en forma de puño en mi abdomen es como un aguijonazo. Una gran punzada, porque por un lado me ha dado a entender de que me falta fuerza interpretativa (no le culpo me siento oxidado) y por otro lado... << Vamos, que no pasa nada, deja de pensar en tonterías >> me he descubierto observándole de reojo, inclusive tuve alguno que otro sueño con él -que por obvias razones nunca voy a revelar- y me digo a mi mismo que soy un completo loco tonto. Es absurdo, él tiene una pareja y yo... Simplemente tengo el organismo revolucionado más nada. Debe ser la falta de vida social. Si, eso debe ser ni más ni menos. << Pero es atractivo... Es lógico. Si pero es EL jefe recuérdalo. >> ¿Cuando dejará de atormentarme mi voz interior? a veces creo que me odia, le fascina ponerme el dedo en la yaga. Además ¿qué hago yo pensando éstas cosas? estoy atravesando un momento difícil, no tendría siquiera por qué preocuparme por ésto.

-Está bien... Lo haré de nuevo. -dije discretamente recuperando la posición original. Estoy frío, debo encontrar algo, una situación que me haga explotar, que me llene de rabia - que de éstas tengo muchas - pero una en particular, es la que necesito para tal cometido. ¡Pero claro! hay algo que me escuece por dentro, ¡algo que no he podido olvidar, que me quema, que me hace enfadar! Mi mandíbula se tensa, una vena resalta en mi frente, mis manos se convierten en un puño.

Repito la misma escena anterior, cargándola de dramatismo, de dolor, de sufrimiento... ¡Me he metido tanto en el papel, que he terminado con los ojos llorosos, la respiración entre cortada, y las manos sudorosas! es ahora que no le despego la vista. Mi mirada se ha cruzado con la suya, tratando de buscar una respuesta positiva. Si mi actuación no le ha parecido buena... En realidad no ha sido una actuación del todo. El guión sólo ha servido de pretexto para desahogarme, en verdad estaba sufriendo, yo sufría... ¡Sufría tanto que no sabía como podía soportarlo!

Por un momento reinó el silencio. Aquel hombre sentado en la silla parecía no decidirse a dar su veredicto. Ahora mismo le veo como una sombra difusa, una sombra dispuesta a darme la estocada final.

Tiemblo. Estoy temblando...

<< De una vez dí lo que tengas qué decir. Hazlo ya >>

Me senté en la silla relajado esperando mi espectáculo. Lo cierto es que quizá hubiese sido algo “intenso” con él, al tocarle y todo aquello, pero yo era así, así era como me gustaba enseñar a mí. Desde mi punto de vista el contacto es fundamental. No me paso desapercibido su sonrojo, sonreí de lado intentando que no se me notara, se veía tan…bah tonterías, sacudí la cabeza quitándome esas ideas.

Respiró y comenzó nuevamente, esta vez con algo despierto en su interior, le observe atento y en silencio, dejándome llevar por esa rabia y frustración con la que descargaba cada palabra. No exagero si admito que los pelos se me erizaron, ¡fue magnífico!
Se quedo ante mí en silencio, desviando la mirada, pude notar como su cuerpo se estremeció un segundo, sonreí de forma discreta y aplaudí.

-Bravo, muy bien hecho Joshua, no esperaba menos de ti –me puse en pie y le di una palmadita en el hombro- sabía que no me había equivocado contigo. – Salí de la estancia sin decir nada mas, decidí que le dejaría ensayar tranquilo, al fin y al cabo a mi aun me quedaban varias cosas por hacer…

Sin embargo aquella no fue la única tarde en la que coincidimos. Se repitió más veces, a la misma hora. Mientras Josep y yo colocábamos las maderas que íbamos encontrando llegaba él y se ponía a ensayar, luego Josep se iba y nos quedábamos solos, al principio no hablábamos, solo le hacía algunas correcciones y poco más, pero con el paso de los días fuimos tomando más confianza.
Le conté mi proyecto con las escaleras, me hablo algo sobre su antiguo trabajo pero lo cierto es que era muy reservado y apenas conseguía averiguar mucho de él. Lo que si empezaba a descubrir era que me gustaba el sonido de su risa, era de ese tipo de personas que cuando ríen sus ojos también lo hacen adoptando un brillo diferente. Cada día llegaba con una nueva historia absurda solo por escucharle reír.

-Te lo digo enserio, deja ya de reírte, ese tipo creyó realmente que yo era consejero del rey y que me había ofendido grandemente, temblaba por su vida-me reí entre dientes- Bueno, basta sh sh vamos a seguir con el dialogo, empieza desde el principio y te sigo.

Un trozo de la manzana de Joshua me dio de lleno en el pecho y lejos de molestarme lo cogí y me lo metí en la boca-Si, pero más loco esta el que acepta trabajar conmigo-Me reí siguiendo la broma y también me puse en pie junto con él.

Estábamos ensayando una de las escenas finales hasta ese breve descanso, le notaba algo agobiado y por eso decidí parar pero al parecer esa breve pausa no había conseguido relajarse. Su propuesta me pareció interesante, quizá practicar con algo menos complicado suavizaría la presión. Aunque si he de ser sincero no estaba muy convencido con lo de improvisar siendo Ophelia, aun así lo intentaría de buena gana.

Asiento para que sepa que estoy de acuerdo con su idea. Me quito la chaqueta, empezaba a tener calor, estaba atardeciendo pero estar ahí encerrados y en “acción” hacían que la chaqueta me incomodase.

Me aclaré la garganta y deje que tomase mi mano. Joshua se metió enseguida en el papel. Comenzó a recitar la carta con una voz suave y llena de pasión.
En la obra esas palabras le llegan a Ophelia a través de una carta que ella le lee a su padre. Pero mi idea era hacer que Hamlet, es decir Joshua, Recitase la carta, sin que se le viese en el escenario claro esta, durante la escena. Por eso se la había aprendido y lo cierto es que me había dejado impresionado. La forma en la que me miraba, su voz y la caricia final hicieron que se generase una atmósfera de seducción en la que la presa era Ophelia, interpretada por mi en este caso, y Hamlet el cazador.

No sabía muy bien que improvisar en ese momento ya que Ophelia tenía pocos encuentros con Hamlet y lo cierto es que generalmente no salia bien parada de ellos. De todas formas intenté pensar en algo, en una supuesta conversación que ambos hubiesen tenido después de ella recibir la carta y todo lo demás acontecido antes de que perdiese la cabeza.

-¿Es que intentáis confundirme mi señor?-Me introduje en el papel de Ophelia- ¿A qué vienen vuestras dulces palabras?

Hacía mucho tiempo que no interpretaba, que no compartía el escenario con nadie, tanto que había olvidado lo mucho que me gustaba.
Joshua lo hizo mucho mejor, se metió de lleno en el papel haciendo que a mí me fuese más fácil hacerlo también, ambos estábamos concentrados y con nuestros cinco sentidos en la actuación o al menos yo lo estaba, tanto que no fui consciente de que cada vez estábamos más cerca, de que su calor invadía mi espacio y que su aroma era más intenso. No me di cuenta hasta que sentí sus labios suaves rozar los míos de lo mucho que también me apetecía a mi besarle.

Me quede inmóvil un segundo, intentando entender lo que estaba pasando y simplemente me dejé llevar por lo que me pedía mi cuerpo en ese momento, sin pensar ni razonar. Los besos no se razonan, se sienten o no.
Mi brazo derecha paso por su cadera rodeándole y acercándole a mi cuerpo. Sin embargo la izquierda fue más previsora y le tomé de la nuca con ella para evitar que sus labios se escapasen por el pudor. Aquel beso tímido y casto adquirió un ritmo más pasional aunque sin excederse, aun no estaba seguro de si ese beso había sido por el momento o era algo más…
Los primeros segundos de no pensar, de concentrarme en el beso pasaron dejándome la claridad. Entonces me separe despacio un poco aturdido por el momento. Una dosis de pasión inesperada que me dejaron algo mareado.

-Perdona yo…no sé porqué lo he hecho, te pido disculpas de todo corazón- habían pocas cosas que conseguían sacarme los colores y esta había sido una de ellas.
Salí de la estancia y de la casa, aunque se suponía que vivía ahí estaba un tanto avergonzado y no quería volver a entrar. Aquella noche la pase en una taberna cercana. No pude dejar de pensar en aquel beso.
Los días siguientes fueron un tanto incómodos, apenas nos mirábamos a los ojos y siempre con cierto sonroja miento. Empecé a preguntarme qué pensaba él de todo lo que había pasado pero no me atrevía a preguntarle y para colmo casi nunca estábamos solos, siempre había gente en la casa arreglando, ensayando y trabajando.
Mi cabeza daba vueltas y no podía quitarme a Joshua de ella, no comprendía lo que me pasaba hasta que una tarde ocurrió.

Natalia se había ido a Marsella a visitar a su madre y de paso traer más telas, Josep me dijo que no vendría aquella noche, tenía que preparar sus cosas para mudarse a la casa y de forma poco habitual todos los que vinieron a ensayar se fueron pronto, así que Joshua y yo nos quedamos solos…
Yo estaba en mi pequeño escritorio revisando papeles y pensaba que todos se había ido, pero un ruido en la sala de ensayos me hizo levantar la vista de mis papeles. Salí para comprobar quien quedaba por allí aun y le vi, había abierto una de las ventanas, me miró y se puso rojo, apartó la mirada y yo también.

Pero volví a mirarle y entonces comprendí lo que me pasaba, lo que me había estado quitando el sueño todas esas noches. Me acerque en silencio hacia el hasta quedarme a escasos centímetros suyos. Me acerque y volví a besarle de la misma forma en la que lo había hecho la última vez.