AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Una nueva sorpresa {Soren} ACTIVO
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Una nueva sorpresa {Soren} ACTIVO
Recuerdo del primer mensaje :
Descalza, sintiendo las piedrecillas bajo sus pies, caminaba bordeando su casa, esa que apenas un par de personas conocían. Ya no usaba aquellos vestidos tan elegantes ni el pelo en un moño apretado. Sólo una tela ligera la cubría, pegándose a su cuerpo mientras continuaba moviéndose con el viento del otoño, el cabello caía en ondas más abajo de sus hombros y la sonrisa parecía no querer irse de su rostro. Se sentó en el frontis a leer un poco y tomar una taza de té, el sol ya casi no estaba en lo alto y pese a que su piel notaba el cambio de temperatura, prefirió quedarse como estaba esperando a su visitante.
Miraba sus pies mientras se balanceaba en el asiento, el libro ya estaba a un costado, sin luz natural no iba a leer, no tenía planeado usar gafas, ¿qué le diría a sus clientes cuando la vieran desnuda y con lentes? Era mejor disfrutar del silencio, algo que rara vez podía conseguir. Tener dinero no aseguraba tener paz, un montón de ahorros a lo largo de los años quizás, al menos ahora tenía esta casa donde podía estar sola. Durante el resto de los días dos personas cuidaban de ella y la mantenían limpia y ordenada, además de repleta de atenciones para los animales en su patio.
Se escuchaban los caballos a los lejos, ahora una sensación extraña llenaba su estómago, ¿Qué había pensado al invitarlo? De seguro él diría que no, seguro el chofer vendría solo, apenas con un mensaje de Soren que decía que no podía, que ella estaba loca, que cómo se le ocurría invitarlo a una casa lejos de Paris si apenas se conocían. Si, todo eso le diría. Suspiró y se puso de pie al ver entrar el carruaje hasta la entrada de su hogar, bajó los tres escalones y esperó a que se detuviera, ahora sólo se abrazaba con sus propios brazos, protegiéndose del viento que comenzaba a aparecer esa noche.
De nuevo estaba nerviosa, algo complicada, con la incertidumbre apoderándose de ella. Se mordía el labio cuando saludó al hombre que conducía el carruaje y acariciaba a los caballos. Miró a la puerta esperando impaciente, con el pie golpeteando el suelo, aún sin zapatos, aún sin una capa, ahora tiritando, pero al parecer no era por frío. - ¿Todo bien en el camino Finn? – preguntó mientras pasaba la mano por el cabello de uno de los animales. En realidad su pregunta era otra, ella quería que la puerta se abriera y su amigo saliera.
Miraba sus pies mientras se balanceaba en el asiento, el libro ya estaba a un costado, sin luz natural no iba a leer, no tenía planeado usar gafas, ¿qué le diría a sus clientes cuando la vieran desnuda y con lentes? Era mejor disfrutar del silencio, algo que rara vez podía conseguir. Tener dinero no aseguraba tener paz, un montón de ahorros a lo largo de los años quizás, al menos ahora tenía esta casa donde podía estar sola. Durante el resto de los días dos personas cuidaban de ella y la mantenían limpia y ordenada, además de repleta de atenciones para los animales en su patio.
Se escuchaban los caballos a los lejos, ahora una sensación extraña llenaba su estómago, ¿Qué había pensado al invitarlo? De seguro él diría que no, seguro el chofer vendría solo, apenas con un mensaje de Soren que decía que no podía, que ella estaba loca, que cómo se le ocurría invitarlo a una casa lejos de Paris si apenas se conocían. Si, todo eso le diría. Suspiró y se puso de pie al ver entrar el carruaje hasta la entrada de su hogar, bajó los tres escalones y esperó a que se detuviera, ahora sólo se abrazaba con sus propios brazos, protegiéndose del viento que comenzaba a aparecer esa noche.
De nuevo estaba nerviosa, algo complicada, con la incertidumbre apoderándose de ella. Se mordía el labio cuando saludó al hombre que conducía el carruaje y acariciaba a los caballos. Miró a la puerta esperando impaciente, con el pie golpeteando el suelo, aún sin zapatos, aún sin una capa, ahora tiritando, pero al parecer no era por frío. - ¿Todo bien en el camino Finn? – preguntó mientras pasaba la mano por el cabello de uno de los animales. En realidad su pregunta era otra, ella quería que la puerta se abriera y su amigo saliera.
Claire Quartermane- Realeza Francesa
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Re: Una nueva sorpresa {Soren} ACTIVO
Alguien como ella no merecía el cielo. Alguien como ella merecía el infierno. Con cada movimiento que hacían los dedos entre sus piernas sentía su piel arder, ¿sería Soren el diablo? Música proveniente de alguna parte le llenaba los oídos, era imposible, estaban en medio de la nada, quizás eran truenos de alguna tormenta que amenazaba con golpear aquella noche. Pero esos sonidos eran sus propios gemidos, parecían hechos con la voz de alguien más, lastimeros, suplicantes, pequeños ruegos para algo que estaba tan cerca que sentía como si sólo necesitara estirar la mano para alcanzarlo. ¿Me odias vampiro? ¿Quieres que me vuelva loca? ¡Termina con esto ya! No podía gritarle todo eso, simplemente no podía, no quería tampoco…
-S…- iba a morir, estaba segura. La cabeza le daba vueltas, alguien movía la cama, sólo eso podía ser, no había más explicaciones. El cielo… su mente quería jugarle una mala pasada. ¿Era posible que ese par de pecadores fueran capaces de algo tan celestial? La piel de Soren se recuperaría rápido, no como ella. Las secuelas de lo que harían esa noche quedarían grabadas para siempre en su consciencia. –Soren…- al fin pudo decir lo que había querido hace tanto tiempo. Una pequeña y algo estúpida sonrisa afloró en su rostro, los vellos en sus brazos se erizaron, nada era normal, nada parecía seguir el conducto regular. Todo con él era diferente, hasta nuevo, ¿lo sería también alcanzar el tan ansiado orgasmo?
Tirar de esos cabellos suaves parecía fácil, encontrar su boca había sido lo complicado. No quería romper el contacto que tenía la piel de Soren con su propio cuello, pero era necesario. Aprisionó esos labios contra los suyos en un beso demandante, sediento. Fue la chispa última para encender lo que él había querido en ella, porque fue en ese beso que ella alcanzó el clímax, fue mordiendo el labio inferior del vampiro que ella logró estar cerca del cielo. Entreabrió los ojos aferrándose más a él, intentando que todo a su alrededor volviera ser real, la sensación de placer aún presente en oleadas en su cuerpo la sacudía como una frágil hoja azotada por el viento.
Se sentía como si fuera ese el primer orgasmo de su vida. No era lo mismo fingir uno, sentir uno trabajando, a tener que recomponer cada parte de si misma que había sido despojado de toda energía. Respiró aún con la boca muy cerca de la del hombre que comenzaba a llenar sus pensamientos. Los músculos de su cuerpo no se relajaban como ella esperaba, al contrario, seguían expectantes, ¿sería ese otro poder de los seres sobrenaturales? – Tú…- fue todo lo que pudo decir, es tu turno, tú tienes que sentir esto, - tenemos que compartirlo…- tenemos que vivirlo juntos. Palabras y pensamientos intercalados, miles de sensaciones que se arremolinaban buscando poder salir, le dio otro beso sólo para acallar lo que era obvio. Deja de latir corazón, tú no tienes voz en esto.
-S…- iba a morir, estaba segura. La cabeza le daba vueltas, alguien movía la cama, sólo eso podía ser, no había más explicaciones. El cielo… su mente quería jugarle una mala pasada. ¿Era posible que ese par de pecadores fueran capaces de algo tan celestial? La piel de Soren se recuperaría rápido, no como ella. Las secuelas de lo que harían esa noche quedarían grabadas para siempre en su consciencia. –Soren…- al fin pudo decir lo que había querido hace tanto tiempo. Una pequeña y algo estúpida sonrisa afloró en su rostro, los vellos en sus brazos se erizaron, nada era normal, nada parecía seguir el conducto regular. Todo con él era diferente, hasta nuevo, ¿lo sería también alcanzar el tan ansiado orgasmo?
Tirar de esos cabellos suaves parecía fácil, encontrar su boca había sido lo complicado. No quería romper el contacto que tenía la piel de Soren con su propio cuello, pero era necesario. Aprisionó esos labios contra los suyos en un beso demandante, sediento. Fue la chispa última para encender lo que él había querido en ella, porque fue en ese beso que ella alcanzó el clímax, fue mordiendo el labio inferior del vampiro que ella logró estar cerca del cielo. Entreabrió los ojos aferrándose más a él, intentando que todo a su alrededor volviera ser real, la sensación de placer aún presente en oleadas en su cuerpo la sacudía como una frágil hoja azotada por el viento.
Se sentía como si fuera ese el primer orgasmo de su vida. No era lo mismo fingir uno, sentir uno trabajando, a tener que recomponer cada parte de si misma que había sido despojado de toda energía. Respiró aún con la boca muy cerca de la del hombre que comenzaba a llenar sus pensamientos. Los músculos de su cuerpo no se relajaban como ella esperaba, al contrario, seguían expectantes, ¿sería ese otro poder de los seres sobrenaturales? – Tú…- fue todo lo que pudo decir, es tu turno, tú tienes que sentir esto, - tenemos que compartirlo…- tenemos que vivirlo juntos. Palabras y pensamientos intercalados, miles de sensaciones que se arremolinaban buscando poder salir, le dio otro beso sólo para acallar lo que era obvio. Deja de latir corazón, tú no tienes voz en esto.
Claire Quartermane- Realeza Francesa
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Re: Una nueva sorpresa {Soren} ACTIVO
Soren nunca había visto el orgasmo de una mujer, quizás sólo en sus fantasías eróticas y de repente le pareció que aquello era como un sueño, uno del que no quería despertar, porque por primera vez estaba pudiendo cumplir ese anhelo que todo hombre llevaba por naturaleza muy adentro. El beso lo sobrecogió y el mordisco despertó en él la pasión, haciendo que el fuego en su interior se revolviera deseoso. El corazón de Claire latió con fuerza, casi retumbándose en sus propios oídos, el calor de que emanaba su cuerpo lo invadió todo y Soren se maravilló con la expresión de su rostro mientras se perdía en el éxtasis.
-¿Lo he hecho bien? - Preguntó cuando ella le dijo que debían compartirlo, una sonrisa sincera se dibujó en el rostro, retiró su mano, ahora húmeda de ese lugar y comenzó a desabotonarse la camisa, con cada botón su rostro se iba poniendo más y más colorado y cuando la camisa se abrió para revelar el pálido y delgado pecho, Soren quería esconder la cabeza en un agujero como los avestruces.
¿Cuantos hombres de cuerpos perfectos habría tenido a su merced Claire? Pensaba mordiéndose el labio inferior – Lamento no estar más... como decirlo...atlético... y sexy – Comentó una vez terminó de quitarse toda la prenda, dudo si debía tirarla por ahí o doblarla debidamente y colocarla en la cama. Tras unos segundos de duda, dobló la camisa y la puso organisadamente al lado de su saco y chaleco.
- Estoy... nervioso... la verdad es que... me asusta no dar la talla – Confesó desviando la mirada hacía el suelo ¿Y si lo hacía mal? ¿Y si no era lo suficientemente bueno como los otros clientes? Seguramente hombres expertos acudían a ella y él no tenía idea ni de como comenzar.
-¿Lo he hecho bien? - Preguntó cuando ella le dijo que debían compartirlo, una sonrisa sincera se dibujó en el rostro, retiró su mano, ahora húmeda de ese lugar y comenzó a desabotonarse la camisa, con cada botón su rostro se iba poniendo más y más colorado y cuando la camisa se abrió para revelar el pálido y delgado pecho, Soren quería esconder la cabeza en un agujero como los avestruces.
¿Cuantos hombres de cuerpos perfectos habría tenido a su merced Claire? Pensaba mordiéndose el labio inferior – Lamento no estar más... como decirlo...atlético... y sexy – Comentó una vez terminó de quitarse toda la prenda, dudo si debía tirarla por ahí o doblarla debidamente y colocarla en la cama. Tras unos segundos de duda, dobló la camisa y la puso organisadamente al lado de su saco y chaleco.
- Estoy... nervioso... la verdad es que... me asusta no dar la talla – Confesó desviando la mirada hacía el suelo ¿Y si lo hacía mal? ¿Y si no era lo suficientemente bueno como los otros clientes? Seguramente hombres expertos acudían a ella y él no tenía idea ni de como comenzar.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Una nueva sorpresa {Soren} ACTIVO
Siempre supo que ese era un riesgo que corría, parecía más difícil hacer sentir seguro a Soren que todo lo que había hecho en su vida. ¿Cómo explicarle que para ella todo había sido simplemente… perfecto? Volvió a besarlo, no una, muchas veces, pequeños toques suaves con sus labios, como aquellos roces que daban los niños cuando jugaban a besarse. Siguió recorriendo el resto de su rostro redescubriéndolo todo, primero su mejilla, su nariz, sus ojos, ¿sería mucho si le agradeciera por hacerla feliz? Soren no sabía lo que acababa de hacer, no era consciente de en que se había metido o mejor dicho donde. El corazón de una puta era siempre un lugar complicado.
-Perfecto…- susurró cuando llegó a su oído y depositó también un beso ahí. – Eres perfecto… lo hiciste perfecto…- sonrió como pocas veces lo hacía, con el espíritu y el cuerpo lleno, tranquila, serena, plena. Seguía desnuda pero estaba relajada, como si fuera algo normal estar así junto a él, con la sonrisa tatuada y el pecho inflado de alegría. – Tú cuerpo me encanta Soren, tú me encantas… todo en ti me encanta… no vuelvas a decir que no eres sexy, porque para mí lo eres, siempre lo has sido… - lo miró completamente, incluso el gesto de quitarse la camisa y dejarla a un lado ordenado le parecía algo increíble, cada pequeño detalle de él le encanta, jamás se cansaría de repetirlo.
Tomó las manos del vampiro con las suyas y las llevó hasta su boca para besarlas. Lo miró a los ojos sintiendo como el fuego volvía a encenderse en su interior, era sorprendente, quería aún más de él, cada vez más, como si en vez de apagar aquella llama sólo agregara combustible para hacerla arder más. – Te quiero… no estoy hablando de algo físico… te quiero Soren, no puedes no dar la talla porque ya superaste a todos… - bajó la cabeza para que no mirara sus enrojecidas mejillas y besó su pecho, adoraba esa piel pálida y fría que contrastaba tan bien con la suya, - No tienes que lamentar nada, no tienes por qué estar nervioso… me haces feliz vampirito… no sabes cuanto…-
Sabía que entraba en un terreno peligroso, pero valía la pena. Lentamente llegó con sus manos al borde del pantalón de Soren, levantó la mirada para encontrar la de él, necesitaba una especie de autorización para realizar el siguiente movimiento. Desde que lo había conocido sólo una vez se había sentido como una cortesana, sólo cuando estuvieron en el burdel y aún así todas sus barreras se habían derrumbado, había quedado expuesta y vulnerable. Desabrochó su pantalón mientras se deslizaba en la cama para besar su estómago, ¿por qué insistía en no confiar en si mismo? - Soren… ¿puedo ayudar con eso? – no esperó la respuesta y deslizó aquella prenda de ropa para dejarlo casi desnudo, él último paso debía darlo él. Volvió a su antigua posición y volvió a encontrar sus labios, los músculos de sus mejillas parecían arder debido a la sonrisa, - Te quiero…- susurró sintiéndose infantil y estúpida.
-Perfecto…- susurró cuando llegó a su oído y depositó también un beso ahí. – Eres perfecto… lo hiciste perfecto…- sonrió como pocas veces lo hacía, con el espíritu y el cuerpo lleno, tranquila, serena, plena. Seguía desnuda pero estaba relajada, como si fuera algo normal estar así junto a él, con la sonrisa tatuada y el pecho inflado de alegría. – Tú cuerpo me encanta Soren, tú me encantas… todo en ti me encanta… no vuelvas a decir que no eres sexy, porque para mí lo eres, siempre lo has sido… - lo miró completamente, incluso el gesto de quitarse la camisa y dejarla a un lado ordenado le parecía algo increíble, cada pequeño detalle de él le encanta, jamás se cansaría de repetirlo.
Tomó las manos del vampiro con las suyas y las llevó hasta su boca para besarlas. Lo miró a los ojos sintiendo como el fuego volvía a encenderse en su interior, era sorprendente, quería aún más de él, cada vez más, como si en vez de apagar aquella llama sólo agregara combustible para hacerla arder más. – Te quiero… no estoy hablando de algo físico… te quiero Soren, no puedes no dar la talla porque ya superaste a todos… - bajó la cabeza para que no mirara sus enrojecidas mejillas y besó su pecho, adoraba esa piel pálida y fría que contrastaba tan bien con la suya, - No tienes que lamentar nada, no tienes por qué estar nervioso… me haces feliz vampirito… no sabes cuanto…-
Sabía que entraba en un terreno peligroso, pero valía la pena. Lentamente llegó con sus manos al borde del pantalón de Soren, levantó la mirada para encontrar la de él, necesitaba una especie de autorización para realizar el siguiente movimiento. Desde que lo había conocido sólo una vez se había sentido como una cortesana, sólo cuando estuvieron en el burdel y aún así todas sus barreras se habían derrumbado, había quedado expuesta y vulnerable. Desabrochó su pantalón mientras se deslizaba en la cama para besar su estómago, ¿por qué insistía en no confiar en si mismo? - Soren… ¿puedo ayudar con eso? – no esperó la respuesta y deslizó aquella prenda de ropa para dejarlo casi desnudo, él último paso debía darlo él. Volvió a su antigua posición y volvió a encontrar sus labios, los músculos de sus mejillas parecían arder debido a la sonrisa, - Te quiero…- susurró sintiéndose infantil y estúpida.
Claire Quartermane- Realeza Francesa
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Re: Una nueva sorpresa {Soren} ACTIVO
¿Perfecto él? Claire debía estar equivocada, pensaba mientras recibía sus besos suaves y apacibles por el rostro y se le antojó que aquello era como el picotear de decenas de colibríes. Sonrió tímidamente al escuchar aquellas palabras, no todo el mundo tenía la dicha de saber que alguien le quería. No todos podían llegar a descubrir los profundos rincones del corazón del otro.
No estaba muy seguro de que Claire no pudiese albergar cariño para muchos hombres y suponía que, debía llegar a amar algo de todos sus clientes, porque de alguna manera al entregar el cuerpo, también entregaba un poquito de su alma ¿no?.
Se llevó ambas manos al rostro muerto de vergüenza cuando ella desabotonó el pantalón y estos resbalaron por sus muslos. Se sintió expuesto como nunca antes había estado y vulnerable como un pequeño niño. Quiso aferrarse a las palabras de ella y creer que en realidad era bueno y daba la talla a sus expectativas, para atreverse a dar el siguiente paso. Deseó que fuera ella la que se posicionara sobre él y comenzara a moverse para no tener que ser él quien tomara la iniciativa, pero no sabía como pedírselo y además admitirlo le daba vergüenza.
Así que contó hasta 10 mentalmente, en un lapso de tiempo que le pareció demasiado eterno y con cada número buscó algo de confianza en alguna parte recóndita de su mente. Cuando hubo terminado, se ubicó sobre ella y con manos inseguras la tomó por los muslos para acercar la cadera de ella hacía su miembro que ahora yacía erguido y deseoso. Cerró los ojos una vez más, no podía mirarla al rostro mientras hacía algo así ¿Y si encontraba molestia en su expresión o algo por el estilo? No creía que pudiera soportarlo. Así que a ciegas, se empujó entre las piernas de ella, descubriendo lo fácil que resultaba penetrarla debido a la humedad y la relajación posterior al orgasmo que acababa de sentir.
Una extraña sensación lo invadió por completo. Aquella calidez que nunca antes había experimentado le sobrecogió y se mordió el labio inferior inconscientemente, conforme se acoplaba casi perfectamente al cuerpo de ella.
- Wow... - Exclamó con genuina sorpresa – Increíble... -
No estaba muy seguro de que Claire no pudiese albergar cariño para muchos hombres y suponía que, debía llegar a amar algo de todos sus clientes, porque de alguna manera al entregar el cuerpo, también entregaba un poquito de su alma ¿no?.
Se llevó ambas manos al rostro muerto de vergüenza cuando ella desabotonó el pantalón y estos resbalaron por sus muslos. Se sintió expuesto como nunca antes había estado y vulnerable como un pequeño niño. Quiso aferrarse a las palabras de ella y creer que en realidad era bueno y daba la talla a sus expectativas, para atreverse a dar el siguiente paso. Deseó que fuera ella la que se posicionara sobre él y comenzara a moverse para no tener que ser él quien tomara la iniciativa, pero no sabía como pedírselo y además admitirlo le daba vergüenza.
Así que contó hasta 10 mentalmente, en un lapso de tiempo que le pareció demasiado eterno y con cada número buscó algo de confianza en alguna parte recóndita de su mente. Cuando hubo terminado, se ubicó sobre ella y con manos inseguras la tomó por los muslos para acercar la cadera de ella hacía su miembro que ahora yacía erguido y deseoso. Cerró los ojos una vez más, no podía mirarla al rostro mientras hacía algo así ¿Y si encontraba molestia en su expresión o algo por el estilo? No creía que pudiera soportarlo. Así que a ciegas, se empujó entre las piernas de ella, descubriendo lo fácil que resultaba penetrarla debido a la humedad y la relajación posterior al orgasmo que acababa de sentir.
Una extraña sensación lo invadió por completo. Aquella calidez que nunca antes había experimentado le sobrecogió y se mordió el labio inferior inconscientemente, conforme se acoplaba casi perfectamente al cuerpo de ella.
- Wow... - Exclamó con genuina sorpresa – Increíble... -
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Una nueva sorpresa {Soren} ACTIVO
Hace tiempo… en realidad no tanto tiempo, para ella parecían minutos eternos los que habían transcurrido desde que había estado sentada descalza en el frente de su casa. Esos minutos de espera con la incertidumbre de si había recibido el mensaje, si aceptaría leer el mensaje o si aceptaría la invitación que le había hecho. Todas sus respuestas estaban frente a ella, o mejor dicho, casi dentro de ella. Antes, había deseado ser famosa, la mejor de París, la más cara, por la que todos rogaran, ahora lo único que quería es a él. Lo deseaba, más que a las joyas, vestidos, más que a los otros hombres, más que la fama y más que a esos sueños que tuvo desde que se dio cuenta que existía algo más allá de su pequeña casa en el campo inglés.
Sabe que está perdida, sabe que no hay escape alguno que la pueda alejar lo suficiente, especialmente porque es ella quien no quiere escapar, por el contrario, quiere estar más cerca, más dentro, más en él. Las manos como puños se aferraron a las sábanas, los ojos cerrados mientras esperaba que él tomara la decisión. Ella se sentía irremediablemente atraída hacia él. Y aquello que siempre creyó que existía en otros, aquello con lo que Soren parecía vivir cada minuto hervía en su interior. No era un sentimiento romántico, sólo era la certeza de saber que lo que hacía estaba bien, no tener la constante sensación de que cada paso dado era un error. Ella lo quería porque era muy diferente a los otros hombres que había conocido y a los que hubiese podido querer.
Con las mejillas coloradas gimió al sentir como Soren entraba en ella, el mundo volvía a darle vueltas y sus brazos se fueron hacia el cuello del vampiro para evitar caer. Su cuerpo lo recibía como si siempre hubiera estado hecho para él, calzando perfectamente como dos piezas de un puzzle, no entendía como palabras podían salir de su boca, no era la primera vez de Claire, pero era la primera vez que se sentía así. Todo siempre le parecía tan complicado y a ella le gustaban las cosas simples, - Y tú me pareces tan simple Soren…- no era más que un susurro, algo que de seguro él no entendería, ni siquiera ella era capaz de seguir el hilo de sus propios pensamientos.
Sus caderas comenzaron a moverse como si siguieran el lento ritmo de una canción tocada bajo la luna, apenas imperceptible para alguien que no estuviera dentro de la atmósfera cargada de deseo que ambos habían creado. A veces, las cosas son tan bellas que si dices algo corres el riesgo de arruinarlo todo. Pero Claire simplemente no era capaz de pronunciar otra palabra, todo en ella parecía estar centrado en Soren, los besos, las manos recorriendo su cuerpo desnudo, sus ojos descubriendo zonas que antes sólo su imaginación había conocido. La cama parecía demasiado grande para ella, demasiado, haciendo de esa distancia casi inexistente entre los dos algo gigantesco. Quería perderse en sus labios, en cada uno de sus recovecos, sin límites, sin pudores, mirando, espiando, descubriendo lo que sólo él, parecía poder enseñarle.
Sabe que está perdida, sabe que no hay escape alguno que la pueda alejar lo suficiente, especialmente porque es ella quien no quiere escapar, por el contrario, quiere estar más cerca, más dentro, más en él. Las manos como puños se aferraron a las sábanas, los ojos cerrados mientras esperaba que él tomara la decisión. Ella se sentía irremediablemente atraída hacia él. Y aquello que siempre creyó que existía en otros, aquello con lo que Soren parecía vivir cada minuto hervía en su interior. No era un sentimiento romántico, sólo era la certeza de saber que lo que hacía estaba bien, no tener la constante sensación de que cada paso dado era un error. Ella lo quería porque era muy diferente a los otros hombres que había conocido y a los que hubiese podido querer.
Con las mejillas coloradas gimió al sentir como Soren entraba en ella, el mundo volvía a darle vueltas y sus brazos se fueron hacia el cuello del vampiro para evitar caer. Su cuerpo lo recibía como si siempre hubiera estado hecho para él, calzando perfectamente como dos piezas de un puzzle, no entendía como palabras podían salir de su boca, no era la primera vez de Claire, pero era la primera vez que se sentía así. Todo siempre le parecía tan complicado y a ella le gustaban las cosas simples, - Y tú me pareces tan simple Soren…- no era más que un susurro, algo que de seguro él no entendería, ni siquiera ella era capaz de seguir el hilo de sus propios pensamientos.
Sus caderas comenzaron a moverse como si siguieran el lento ritmo de una canción tocada bajo la luna, apenas imperceptible para alguien que no estuviera dentro de la atmósfera cargada de deseo que ambos habían creado. A veces, las cosas son tan bellas que si dices algo corres el riesgo de arruinarlo todo. Pero Claire simplemente no era capaz de pronunciar otra palabra, todo en ella parecía estar centrado en Soren, los besos, las manos recorriendo su cuerpo desnudo, sus ojos descubriendo zonas que antes sólo su imaginación había conocido. La cama parecía demasiado grande para ella, demasiado, haciendo de esa distancia casi inexistente entre los dos algo gigantesco. Quería perderse en sus labios, en cada uno de sus recovecos, sin límites, sin pudores, mirando, espiando, descubriendo lo que sólo él, parecía poder enseñarle.
Claire Quartermane- Realeza Francesa
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Re: Una nueva sorpresa {Soren} ACTIVO
Soren no se sorprendió al descubrir que no entendía las palabras de Claire, eso le pasaba a menudo. Además había que sumarle el hecho de que el placer que sentía en ese momento amenazaba con desquiciarlo, cada vez era más difícil, algo que para él era fácil en casi todas las situaciones: pensar.
-Hnnn... - Murmuró, un sonido que no tuvo forma de palabra ni de nada, más bien como una especie de gemido apenas audible. Ahora las caderas de Claire se movían generando un apacible y delicioso ritmo, una letanía tortuosa, que sólo le incitaba a más. El vampiro abrió finalmente los claros ojos y observó a la mujer bajo él, muchos pensamientos que podrían ser catalogados como 'impuros' se cruzaron por su mente, deseos deprimidos naturales en la mayoría de los hombres.
Se preguntó si, ese tipo de deseos eran los que provocaba Claire y en general lo que una 'Puta' debía complacer, porque lo más probable era que su padre buscaba cortesanas ya que no podía satisfacer todos sus deseos con su esposa, muchos hombres tendían a ver a sus esposas como mujeres respetables y no le pedirían hacer cosas audaces en la cama.
Soren agarró a Claire por las caderas, sus dedos pálidos y fríos se hundieron en la carne generosa y se empujó con fuerza hasta alcanzar lo más profundo de su interior, otro – Hnnn... - seguido de un – Ahh...- Salió de sus labios.
El problema era que, Soren no veía a Claire como a una puta, pero tampoco la veía como una respetable esposa. ¿Sería correcto tener esos malos pensamientos con alguien que consideraba una amiga? Se preguntó, conforme aumentaba el ritmo de sus embestidas y sus manos ahora viajaban de nuevo a los pechos de ella, aprisionándolos sin delicadeza, como si, los instintos reprimidos estuvieran saliéndose de control.
-Hnnn... - Murmuró, un sonido que no tuvo forma de palabra ni de nada, más bien como una especie de gemido apenas audible. Ahora las caderas de Claire se movían generando un apacible y delicioso ritmo, una letanía tortuosa, que sólo le incitaba a más. El vampiro abrió finalmente los claros ojos y observó a la mujer bajo él, muchos pensamientos que podrían ser catalogados como 'impuros' se cruzaron por su mente, deseos deprimidos naturales en la mayoría de los hombres.
Se preguntó si, ese tipo de deseos eran los que provocaba Claire y en general lo que una 'Puta' debía complacer, porque lo más probable era que su padre buscaba cortesanas ya que no podía satisfacer todos sus deseos con su esposa, muchos hombres tendían a ver a sus esposas como mujeres respetables y no le pedirían hacer cosas audaces en la cama.
Soren agarró a Claire por las caderas, sus dedos pálidos y fríos se hundieron en la carne generosa y se empujó con fuerza hasta alcanzar lo más profundo de su interior, otro – Hnnn... - seguido de un – Ahh...- Salió de sus labios.
El problema era que, Soren no veía a Claire como a una puta, pero tampoco la veía como una respetable esposa. ¿Sería correcto tener esos malos pensamientos con alguien que consideraba una amiga? Se preguntó, conforme aumentaba el ritmo de sus embestidas y sus manos ahora viajaban de nuevo a los pechos de ella, aprisionándolos sin delicadeza, como si, los instintos reprimidos estuvieran saliéndose de control.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Una nueva sorpresa {Soren} ACTIVO
Pequeñas luces que lo iluminan todo, no es la luna, ella se quiso esconder de nosotros, no son las velas, que hace mucho ya se extinguieron. Son esos ojos que a ratos parecen esconderlo todo, en cambio hoy muestran algo nuevo, algo que sólo al conocer deseó haber sabido siempre de su existencia. ¿Cómo puede seguir el curso de su vida normal después de algo así? Se sentía conectada a él y no sólo a través de algo físico, era diferente y lo más insólito era que siempre lo había sido, pero aún así se sorprendía cada vez que él le enseñaba algo nuevo, como el profesor que siempre dijo que es.
Sentirlo más profundamente sólo provocó que su garganta fuera ahora la que perdiera el control, ruidos extraños salían de ella y la dejaban con la respiración algo agitada, el corazón parecía que quisiera salir por su boca, empujando las paredes de su pecho al mismo ritmo que las caderas tenían. No sabía si su cuerpo temblaba por el placer que sentía o por la diferencia de temperatura entre ambos, lo más probable era lo primero. Claire mantenía los ojos bien abiertos, como si cerrarlos la hicieran perder algún detalle, como si a ratos pensara que todo eso lo estaba viviendo alguien más porque ella no era merecedora de tantas cosas buenas.
Ayudándose con sus manos intentó que ambos giraran sin que perdieran el delicioso movimiento que tenían, ella quería estar sobre él y sentirlo todo de una manera única. Quizás Soren podría intimidarse, pero Claire seguía sorprendida de si misma ¿por qué no actuaba como una puta? ¿Por qué era tan gentil, atenta y considerada con él? Porque lo quieres, y junto a esa voz en su cabeza una sonrisita tonta apareció en sus labios. Comenzó a moverse más fuerte, dejando que su cabello cayera a los costados de la cara de Soren como escondiéndolos del mundo, ella buscaba su boca para besarlo y sentía la necesidad de que usara sus manos para obtener más de ella.
Lo mordió en los labios y sabía que apenas sentiría ese gesto, quería probarlo y no sólo como si fuera un bocadillo nuevo, quería saber hasta que límites era capaz de llegar, quería tentarlo, quería descubrirlo, quería que todo lo que vivieran esta noche fuera único, para ambos, en especial para él, quería que por el resto de la inmortal vida de Soren, jamás la olvidara, porque estaba claro que ella jamás lo olvidaría, incluso cuando su vida cambiara de rumbo, ella sabía que en algún lado el vampiro torpe que tanto quería estaría escondiendo una sonrisa.
Sentirlo más profundamente sólo provocó que su garganta fuera ahora la que perdiera el control, ruidos extraños salían de ella y la dejaban con la respiración algo agitada, el corazón parecía que quisiera salir por su boca, empujando las paredes de su pecho al mismo ritmo que las caderas tenían. No sabía si su cuerpo temblaba por el placer que sentía o por la diferencia de temperatura entre ambos, lo más probable era lo primero. Claire mantenía los ojos bien abiertos, como si cerrarlos la hicieran perder algún detalle, como si a ratos pensara que todo eso lo estaba viviendo alguien más porque ella no era merecedora de tantas cosas buenas.
Ayudándose con sus manos intentó que ambos giraran sin que perdieran el delicioso movimiento que tenían, ella quería estar sobre él y sentirlo todo de una manera única. Quizás Soren podría intimidarse, pero Claire seguía sorprendida de si misma ¿por qué no actuaba como una puta? ¿Por qué era tan gentil, atenta y considerada con él? Porque lo quieres, y junto a esa voz en su cabeza una sonrisita tonta apareció en sus labios. Comenzó a moverse más fuerte, dejando que su cabello cayera a los costados de la cara de Soren como escondiéndolos del mundo, ella buscaba su boca para besarlo y sentía la necesidad de que usara sus manos para obtener más de ella.
Lo mordió en los labios y sabía que apenas sentiría ese gesto, quería probarlo y no sólo como si fuera un bocadillo nuevo, quería saber hasta que límites era capaz de llegar, quería tentarlo, quería descubrirlo, quería que todo lo que vivieran esta noche fuera único, para ambos, en especial para él, quería que por el resto de la inmortal vida de Soren, jamás la olvidara, porque estaba claro que ella jamás lo olvidaría, incluso cuando su vida cambiara de rumbo, ella sabía que en algún lado el vampiro torpe que tanto quería estaría escondiendo una sonrisa.
Claire Quartermane- Realeza Francesa
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Re: Una nueva sorpresa {Soren} ACTIVO
Ella se giró en algún punto y tomó el lugar que le correspondía, o el que Soren en su infinita ingenuidad creía que debía tener, aquel era el problema de ser tan sumiso y también tan ingenuo, un problema que había hecho estragos en su no-vida a través de los años. El vampiro deseaba cambiar aquello algún día y dejar de ser tan dependiente, tan falto de iniciativa, pero por el momento aquello estaba bien así.
Sonrió con la expresión apacible, relajada, por el placer que sentía en deliciosas oleadas, ahora comprendía porque a los hombres les gustaba tanto aquello, porque el sexo era algo tan importante en la vida de los humanos y le pareció increíble que hasta ese momento hubiese sobrevivido sin saber lo que aquello significaba.
-Es genial – Comentó con la respiración agitada, aquello era nuevo y extraño, porque nunca se encontraba en situaciones en las que su cuerpo se agitara de esa manera, tampoco solía sentir calor, su temperatura se mantenía gélida y sin cambios, pero ahora era distinto, conforme pasaban los minutos y las caderas de Claire se movían con asombrosa habilidad, sentía como el calor subía por su cuerpo, abrazadoramente, aquello era casi mágico.
Sus manos viajaron de nuevo hacía los pechos de ella y los apretujó entre ellas, los botones de sus pezones se perdieron entre sus dedos y aunque deseó que sus caricias fueran suaves y gentiles, la pasión que sentía en el momento no se lo permitió y las caricias resultaron gozosas y algo bruscas. Frunció el ceño ligeramente cuando se sintió muy próximo al orgasmo. ¿Estaría bien correrse dentro de ella?.
El pensamiento lo hizo reaccionar y salir del trance, no lo había pensado y de nuevo lo invadió la vergüenza, sus manos dejaron de acariciarla y también detuvo el movimiento de sus caderas – Oye... te avisaré cuando... este a punto y puedes bajarte...- Murmuró con la cabeza cada vez más roja.
Sonrió con la expresión apacible, relajada, por el placer que sentía en deliciosas oleadas, ahora comprendía porque a los hombres les gustaba tanto aquello, porque el sexo era algo tan importante en la vida de los humanos y le pareció increíble que hasta ese momento hubiese sobrevivido sin saber lo que aquello significaba.
-Es genial – Comentó con la respiración agitada, aquello era nuevo y extraño, porque nunca se encontraba en situaciones en las que su cuerpo se agitara de esa manera, tampoco solía sentir calor, su temperatura se mantenía gélida y sin cambios, pero ahora era distinto, conforme pasaban los minutos y las caderas de Claire se movían con asombrosa habilidad, sentía como el calor subía por su cuerpo, abrazadoramente, aquello era casi mágico.
Sus manos viajaron de nuevo hacía los pechos de ella y los apretujó entre ellas, los botones de sus pezones se perdieron entre sus dedos y aunque deseó que sus caricias fueran suaves y gentiles, la pasión que sentía en el momento no se lo permitió y las caricias resultaron gozosas y algo bruscas. Frunció el ceño ligeramente cuando se sintió muy próximo al orgasmo. ¿Estaría bien correrse dentro de ella?.
El pensamiento lo hizo reaccionar y salir del trance, no lo había pensado y de nuevo lo invadió la vergüenza, sus manos dejaron de acariciarla y también detuvo el movimiento de sus caderas – Oye... te avisaré cuando... este a punto y puedes bajarte...- Murmuró con la cabeza cada vez más roja.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Una nueva sorpresa {Soren} ACTIVO
¿Genial? ¿Cómo podía Soren encontrar palabras para algo que para ella era simplemente… WOW? Tomar el control había producido el efecto contrario a la mayoría de las veces, ahora se sentía como más… conectada, como si el cambio de roles fuera algo que los favorecería a ambos, pero esto no era una transacción, ni una atención que debía darle a alguien, no tenía que pensar en beneficios o pérdidas, sólo tenía que cerrar los ojos y disfrutar, como jamás se había dado el lujo de hacerlo, porque era un lujo, era algo que podía desconcentrarte del trabajo, que podría hacerte perder la cabeza.
Aquellos movimientos bruscos en sus pechos habrían espantado a cualquiera, pero no a Claire, ella simplemente estaba aún más excitada, él no sabía lo que estaba provocando o quizás la aceleración de sus caderas era la señal para que lo supiera, pensó que podía perder la cabeza, casi literalmente, en esa cama y moriría feliz con el recuerdo de esos últimos minutos. Abrió los ojos sorprendida con sus palabras, ¿alguna vez a algún otro hombre le habría preocupado algo así? Quizás a un par, pero la mayoría sólo veía su bienestar personal y olvidaba que el sexo era una cosa de a dos.
Volvió a besarlo por lo que le parecieron minutos, quizás aún más y abrió sus ojos para perderse en los de él, - No… no Soren… no tienes que avisarme nada… sólo vamos… -susurraba como podía mientras seguían moviéndose, apenas estaba consciente y sabía que incluso podría perder el conocimiento si el orgasmo era superior a lo que antes habían producido sólo unos dedos, - vamos a llegar juntos… disfrútalo… es increíble…- variaba el ritmo de lo que hacía para alargar aún más el preámbulo, quería recriminarse, decir que todo estaba mal, que no merecía tanta felicidad, pero estaría contradiciendo sus propias palabras.
Otra vez, increíble se quedaba corto, sabía que sólo una cosa haría que ella se desmayara por horas, pero no podía pedirselo a Soren, sabía que él se negaría, no sentiría unos colmillos perforando la piel entre sus piernas. Imaginó la escena y automáticamente su cuerpo comenzó a contraerse, como deseandolo, casi rogándo por la liberación tan esperada, su garganta se desgarró en un grito que podía asustar a cualquiera y sus labios sólo pronunciaban una palabra, un nombre, - Ohh… Soren…- jadeó mirándolo a los ojos, estaba, al borde, casi ahí mismo, pero necesitaba que él estuviera, la puta fría y desgraciada necesitaba sentir que alguien más sentía lo mismo que ella.
Aquellos movimientos bruscos en sus pechos habrían espantado a cualquiera, pero no a Claire, ella simplemente estaba aún más excitada, él no sabía lo que estaba provocando o quizás la aceleración de sus caderas era la señal para que lo supiera, pensó que podía perder la cabeza, casi literalmente, en esa cama y moriría feliz con el recuerdo de esos últimos minutos. Abrió los ojos sorprendida con sus palabras, ¿alguna vez a algún otro hombre le habría preocupado algo así? Quizás a un par, pero la mayoría sólo veía su bienestar personal y olvidaba que el sexo era una cosa de a dos.
Volvió a besarlo por lo que le parecieron minutos, quizás aún más y abrió sus ojos para perderse en los de él, - No… no Soren… no tienes que avisarme nada… sólo vamos… -susurraba como podía mientras seguían moviéndose, apenas estaba consciente y sabía que incluso podría perder el conocimiento si el orgasmo era superior a lo que antes habían producido sólo unos dedos, - vamos a llegar juntos… disfrútalo… es increíble…- variaba el ritmo de lo que hacía para alargar aún más el preámbulo, quería recriminarse, decir que todo estaba mal, que no merecía tanta felicidad, pero estaría contradiciendo sus propias palabras.
Otra vez, increíble se quedaba corto, sabía que sólo una cosa haría que ella se desmayara por horas, pero no podía pedirselo a Soren, sabía que él se negaría, no sentiría unos colmillos perforando la piel entre sus piernas. Imaginó la escena y automáticamente su cuerpo comenzó a contraerse, como deseandolo, casi rogándo por la liberación tan esperada, su garganta se desgarró en un grito que podía asustar a cualquiera y sus labios sólo pronunciaban una palabra, un nombre, - Ohh… Soren…- jadeó mirándolo a los ojos, estaba, al borde, casi ahí mismo, pero necesitaba que él estuviera, la puta fría y desgraciada necesitaba sentir que alguien más sentía lo mismo que ella.
Claire Quartermane- Realeza Francesa
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Re: Una nueva sorpresa {Soren} ACTIVO
Correspondió al beso de ella con avidez, con ese deseo que había estado reprimiendo todo el tiempo, mordisqueó sus labios una y otra vez, perdido en las sensaciones. Entonces ella partió el beso para decirle que estaba bien si lo hacía dentro de ella y Soren la miró con curiosidad, no lo preguntaba porque temiera dejarla en embarazo, sabía de antemano que eso era imposible estando él ya muerto, pero era el hecho de estar 'manchando' un cuerpo ajeno, le parecía que debía ser decente y preguntar primero así otros hombres lo hubiesen hecho.
-Esta... bien, si no te molesta... así será – Murmuró volviendo a sonreír, contento y aliviado de que resultara tan fácil sonreír aún cuando estuviera desnudo y expuesto como en ese momento, ella se movía cada vez más rápido, más frenética, con el movimiento de las caderas de ambos, los pechos de Claire subían y bajaban al mismo ritmo que se imponía en esa unión de pecado.
El cabello se le venía a la cara con el movimiento y el concierto de gemidos que escapaba de sus labios le fascinaba y excitaba por igual. Sus manos viajaron una vez más a los pechos de ella y volvió a acariciarla con frenesí, dejándose perder en la inconsciencia del deseo, olvidando la decencia, la cordura, los modales y muchas otras cosas que le retenían a mostrar lo que llevaba por dentro. El placer del pecado ahora le empujaba al infierno a través del cuerpo de ella.
Abrió los labios y los colmillos quedaron en evidencia, níveos y puntiagudos, afilados como dos pequeños cuchillos, una vista aterradora y extrañamente erótica ahora se formaba en su rostro compungido por el placer y por el deseo malsano de morderla y alcanzar el orgasmo bebiendo de su sangre.
Con un movimiento rápido se sentó, pegando su pecho al de ella, quedando ella sentada sobre él, sus labios fueron a dar a su cuello y los colmillos rozaron la piel, allí donde se escondía esa poderosa vena que transportaba el elixir. Se empujó tan fuerte como pudo contra sus caderas, alcanzando lugares insospechados dentro de ella, llegando tan lejos como era humanamente posible, apretándola y enterrando las uñas entre sus nalgas.
Vamos, que esperas, muerdela Soren. Bebe de ella, prueba su deliciosa sangre y dejame salir, te prometo que seré bueno... como siempre.
-Esta... bien, si no te molesta... así será – Murmuró volviendo a sonreír, contento y aliviado de que resultara tan fácil sonreír aún cuando estuviera desnudo y expuesto como en ese momento, ella se movía cada vez más rápido, más frenética, con el movimiento de las caderas de ambos, los pechos de Claire subían y bajaban al mismo ritmo que se imponía en esa unión de pecado.
El cabello se le venía a la cara con el movimiento y el concierto de gemidos que escapaba de sus labios le fascinaba y excitaba por igual. Sus manos viajaron una vez más a los pechos de ella y volvió a acariciarla con frenesí, dejándose perder en la inconsciencia del deseo, olvidando la decencia, la cordura, los modales y muchas otras cosas que le retenían a mostrar lo que llevaba por dentro. El placer del pecado ahora le empujaba al infierno a través del cuerpo de ella.
Abrió los labios y los colmillos quedaron en evidencia, níveos y puntiagudos, afilados como dos pequeños cuchillos, una vista aterradora y extrañamente erótica ahora se formaba en su rostro compungido por el placer y por el deseo malsano de morderla y alcanzar el orgasmo bebiendo de su sangre.
Con un movimiento rápido se sentó, pegando su pecho al de ella, quedando ella sentada sobre él, sus labios fueron a dar a su cuello y los colmillos rozaron la piel, allí donde se escondía esa poderosa vena que transportaba el elixir. Se empujó tan fuerte como pudo contra sus caderas, alcanzando lugares insospechados dentro de ella, llegando tan lejos como era humanamente posible, apretándola y enterrando las uñas entre sus nalgas.
Vamos, que esperas, muerdela Soren. Bebe de ella, prueba su deliciosa sangre y dejame salir, te prometo que seré bueno... como siempre.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Una nueva sorpresa {Soren} ACTIVO
Claire definitivamente agradecía no tener un espejo cerca, ¿qué imagen tendría? Quizás despeinada, la piel brillando por el sudor de lo que hacía, incluso sin maquillaje, ¿por qué entonces Soren se había fijado en ella de alguna forma? Simple… no todo estaba en esas cosas, ellos podían hablar, compartir lo que sentían, incluso jugar o simplemente estar en silencio acompañados de una copa de vino. Era todo tan extraño, pero era más extraño aún no sentir esa necesidad que generaba el amor hacia una pareja, aunque no es como si ella tuviera mucha experiencia en eso, era más cariño, amor pero con un amigo, con alguien con quien podías pelear y sabrías que de todas formas estaría ahí para ti.
¿Por qué pensaba en eso justo ahora? La única imagen que realmente le importaba era la tentación que aparecía justo frente a ella, dos motivos para seguir teniendo una esperanza de que todo terminaría aún mejor de lo que ya lo era. El cambio de posición dejó sus manos libres y fueron automáticamente a perderse entre su cabello, llegando incluso a tirar de él mientras sentía las embestidas de Soren. Habían dejado de ser suaves, tranquilas, tomaban cada vez más fuerza, rozando en una violencia que no hacía nada menos que incitarla a más. Muérdeme…
¿Quería torturarla? Porque lo estaba haciendo, lo hacía rozando esos colmillos en su piel, dando un adelanto de algo que quizás no iba a ocurrir, sabía que él notaría los cambios en los latidos de su corazón, como cada vez iba más rápido, lo mismo que su respiración, lo mismo que sus movimientos, sabría que su sangre estaba deseando salir, sabía que no importaba si la dejaba seca, ella lo quería, podría suplicar si era necesario. – Hazlo… por favor, hazlo…- esta vez si era un ruego, arqueando su espalda para estirar su cabeza hacia atrás pensaba que sería la mejor invitación que podría hacerle, era casi una ayuda para sentir sus dos colmillos pinchándole la piel.
Muérdeme Soren, hazlo, desgarra mi piel, no me interesa si quedan marcas o si muero, sólo hazlo de una vez, deja que mi sangre llene tu boca, vamos… hazlo… No porque lo pensara más fuerte él lo haría realidad, la decisión no era suya, ella no tenía el poder para cambiar los pensamientos de las otras personas, no tenía ninguna influencia en él. Sentía como si los pulmones le ardieran y estuviera al borde de un acantilado, decidiendo entre si dar o no el último paso, ¿no debería ser él quien se sintiera así? Intentaba no imaginar sus propias venas llenas de vida, no quería hacerlo, pero ella jamás había controlado sus pensamientos, menos ahora, cuando era Soren el que llenaba todo.
¿Por qué pensaba en eso justo ahora? La única imagen que realmente le importaba era la tentación que aparecía justo frente a ella, dos motivos para seguir teniendo una esperanza de que todo terminaría aún mejor de lo que ya lo era. El cambio de posición dejó sus manos libres y fueron automáticamente a perderse entre su cabello, llegando incluso a tirar de él mientras sentía las embestidas de Soren. Habían dejado de ser suaves, tranquilas, tomaban cada vez más fuerza, rozando en una violencia que no hacía nada menos que incitarla a más. Muérdeme…
¿Quería torturarla? Porque lo estaba haciendo, lo hacía rozando esos colmillos en su piel, dando un adelanto de algo que quizás no iba a ocurrir, sabía que él notaría los cambios en los latidos de su corazón, como cada vez iba más rápido, lo mismo que su respiración, lo mismo que sus movimientos, sabría que su sangre estaba deseando salir, sabía que no importaba si la dejaba seca, ella lo quería, podría suplicar si era necesario. – Hazlo… por favor, hazlo…- esta vez si era un ruego, arqueando su espalda para estirar su cabeza hacia atrás pensaba que sería la mejor invitación que podría hacerle, era casi una ayuda para sentir sus dos colmillos pinchándole la piel.
Muérdeme Soren, hazlo, desgarra mi piel, no me interesa si quedan marcas o si muero, sólo hazlo de una vez, deja que mi sangre llene tu boca, vamos… hazlo… No porque lo pensara más fuerte él lo haría realidad, la decisión no era suya, ella no tenía el poder para cambiar los pensamientos de las otras personas, no tenía ninguna influencia en él. Sentía como si los pulmones le ardieran y estuviera al borde de un acantilado, decidiendo entre si dar o no el último paso, ¿no debería ser él quien se sintiera así? Intentaba no imaginar sus propias venas llenas de vida, no quería hacerlo, pero ella jamás había controlado sus pensamientos, menos ahora, cuando era Soren el que llenaba todo.
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Re: Una nueva sorpresa {Soren} ACTIVO
Comenzaba a sentirse mareado, era el calor, ese calor que pocas veces tenía la oportunidad de sentir, por momentos creía perderse en la inconsciencia, por momentos le daba la impresión de que se perdería por completo. Sus dientes arañaron la piel del cuello de la mujer, dejando superficiales marcas rojizas, conforme abría y cerraba la boca al respirar.
Las palabras de Claire fueron algo confusas, no estaba muy seguro a que se refería, entonces pareció estar consciente de que estaba a punto de morderla, que el impulso le había llevado hasta ese extremo. Abrió los ojos de par en par, azules y lívidos como dos canicas y observó de reojo el rostro de ella, lo que alcanzaba a ver a través de la maraña de cabello húmedo.
Ella lo quiere, ella lo desea. Quiere que la muerdas. Vamos, sólo hazlo.
Abrió sus labios trémulamente y paseó la lengua por la piel sudorosa, probando el sabor salado de la misma y lleno de besos la extensión que previamente había lamido. ¿Era acaso aquello una disculpa?, si que lo era, se avergonzaba de haber tan siquiera contemplado la posibilidad de morderla, de romper la promesa que antes había dicho, de contradecir sus propias palabras.
Chupó la piel una y otra vez, hasta que alcanzó el lóbulo de la oreja de ella, allí también besó y rozó con sus colmillos la piel, sus manos ahora viajaban por la espalda, aruñando a su paso, empujando con su caderas frenéticamente, demasiado próximo a conocer el cielo. Cerró los ojos una vez más y sus manos se ciñeron a su espalda con más fuerza, el calor subió como una vorágine de colores por todo su cuerpo, alcanzando su cabeza y convirtiéndolo todo en un blanco celestial.
- Aghhh hnn...- Gimió o prácticamente gritó, cuando el orgasmo lo sobrecogió y se perdió en un mundo etéreo y perfecto, en donde la vergüenza y todas aquellas cosas que lo atormentaban no existían, un mundo sin inhibiciones, sin reglas ni restricciones.
Las palabras de Claire fueron algo confusas, no estaba muy seguro a que se refería, entonces pareció estar consciente de que estaba a punto de morderla, que el impulso le había llevado hasta ese extremo. Abrió los ojos de par en par, azules y lívidos como dos canicas y observó de reojo el rostro de ella, lo que alcanzaba a ver a través de la maraña de cabello húmedo.
Ella lo quiere, ella lo desea. Quiere que la muerdas. Vamos, sólo hazlo.
Abrió sus labios trémulamente y paseó la lengua por la piel sudorosa, probando el sabor salado de la misma y lleno de besos la extensión que previamente había lamido. ¿Era acaso aquello una disculpa?, si que lo era, se avergonzaba de haber tan siquiera contemplado la posibilidad de morderla, de romper la promesa que antes había dicho, de contradecir sus propias palabras.
Chupó la piel una y otra vez, hasta que alcanzó el lóbulo de la oreja de ella, allí también besó y rozó con sus colmillos la piel, sus manos ahora viajaban por la espalda, aruñando a su paso, empujando con su caderas frenéticamente, demasiado próximo a conocer el cielo. Cerró los ojos una vez más y sus manos se ciñeron a su espalda con más fuerza, el calor subió como una vorágine de colores por todo su cuerpo, alcanzando su cabeza y convirtiéndolo todo en un blanco celestial.
- Aghhh hnn...- Gimió o prácticamente gritó, cuando el orgasmo lo sobrecogió y se perdió en un mundo etéreo y perfecto, en donde la vergüenza y todas aquellas cosas que lo atormentaban no existían, un mundo sin inhibiciones, sin reglas ni restricciones.
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Re: Una nueva sorpresa {Soren} ACTIVO
Ódialo Claire, tienes que odiarlo, tienes que detestarlo por no hacer lo que tú quieres, por no cumplir tus ruegos, ¿desde cuando dejas que sea un hombre quien decida? ¿Perdiste tu toque, puta? Te han domesticado, ya no eres salvaje e inalcanzable, ahora eres un animalito más, uno que se asusta cuando las personas se acercan, uno que espera cerca de ellos a que le lancen algo de comida, estas esperando las migajas con la boca abierta. Ódialo… -No puedo… - ¿lo había dicho en voz alta? Tenía los ojos cerrados pero todo el resto de sus sentidos atentos y alertas, no podía odiarlo sintiendo todo eso, no con esos besos bañando su piel.
Había algunos instintos que ni siquiera el más inteligente de los cerebros podía superar, ni siquiera esa supuesta idea de tener que aborrecerlo por no hacer lo que la niña caprichosa quería. Necesitaba la fría piel de Soren, la necesitaba para que ese helado toque le ayudara a aclarar su mente, pero lo único que lograba era que su cabeza sólo pensara en una cosa… más. Los minutos se convirtieron en días… décadas… siglos. Tenía que resignarse, lo sabía, el cambio en sus ojos era la señal, se sintió poco atractiva por segundos pero luego supo que todas esas ideas eran más que estúpidas, tenía que recordarse que podía ser Claire, sólo Claire y no la puta.
Soren era viento helado que la hacía ser ella otra vez, también el cálido sentimiento que le detenía los escalofríos, su raza era asesina, pero sabía que estaba a salvo, al menos de todo, jamás de sí misma. Debía relajarse y sentir, eso haría, sonreír y sentir como golpes se producían desde su propio centro, desde donde la humedad del vampiro comenzaba a llenarla, desde donde toda la temperatura del lugar parecía subir, quemándola pero haciéndola adicta al calor sabiendo que su propia liberación estaba ahí, empujándose un poco más para conseguirla, mirando como los bordes de su visión se ennegrecían. Dios… se iba a desmayar, el orgasmo con Soren la haría desmayarse.
Ni su propio grito había logrado alejarla de la inconsciencia total, su cabeza yacía ahora colgada sobre el hombro del vampiro mientras seguían unidos y mientras su cuerpo seguía recibiendo descargar de nada más que puro y absoluto placer. La sonrisita que la acompañaba no le permitía respirar correctamente, todo en ella estaba aún como ardiendo, su piel delicada a cualquier toque, en especial aquella zona que lejos de estar adolorida estaba satisfecha, aunque ella más, porque todo parecía multiplicarse, todo parecía no querer tener fin, unos minutos más, un poco más, sólo para tener más recuerdos antes de tener que volver al mundo exterior y esa realidad que le parecía cada vez más asfixiante.
Había algunos instintos que ni siquiera el más inteligente de los cerebros podía superar, ni siquiera esa supuesta idea de tener que aborrecerlo por no hacer lo que la niña caprichosa quería. Necesitaba la fría piel de Soren, la necesitaba para que ese helado toque le ayudara a aclarar su mente, pero lo único que lograba era que su cabeza sólo pensara en una cosa… más. Los minutos se convirtieron en días… décadas… siglos. Tenía que resignarse, lo sabía, el cambio en sus ojos era la señal, se sintió poco atractiva por segundos pero luego supo que todas esas ideas eran más que estúpidas, tenía que recordarse que podía ser Claire, sólo Claire y no la puta.
Soren era viento helado que la hacía ser ella otra vez, también el cálido sentimiento que le detenía los escalofríos, su raza era asesina, pero sabía que estaba a salvo, al menos de todo, jamás de sí misma. Debía relajarse y sentir, eso haría, sonreír y sentir como golpes se producían desde su propio centro, desde donde la humedad del vampiro comenzaba a llenarla, desde donde toda la temperatura del lugar parecía subir, quemándola pero haciéndola adicta al calor sabiendo que su propia liberación estaba ahí, empujándose un poco más para conseguirla, mirando como los bordes de su visión se ennegrecían. Dios… se iba a desmayar, el orgasmo con Soren la haría desmayarse.
Ni su propio grito había logrado alejarla de la inconsciencia total, su cabeza yacía ahora colgada sobre el hombro del vampiro mientras seguían unidos y mientras su cuerpo seguía recibiendo descargar de nada más que puro y absoluto placer. La sonrisita que la acompañaba no le permitía respirar correctamente, todo en ella estaba aún como ardiendo, su piel delicada a cualquier toque, en especial aquella zona que lejos de estar adolorida estaba satisfecha, aunque ella más, porque todo parecía multiplicarse, todo parecía no querer tener fin, unos minutos más, un poco más, sólo para tener más recuerdos antes de tener que volver al mundo exterior y esa realidad que le parecía cada vez más asfixiante.
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Re: Una nueva sorpresa {Soren} ACTIVO
Como un niño que descubre por primera vez el sabor del chocolate, Soren no quería abandonar la sensación que en ese momento le embargaba, sus ojos aún se mantenían cerrados, pero su cabeza ahora descansaba sobre el hombro de ella y se perdía entre su cabello húmedo, ese cabello era selva, esa piel era la madre tierra y su bajo vientre, el milagro de la vida. Nunca antes había estado tan cerca de la creación como en ese momento, de la vida que 200 años atrás le había sido robada.
Disfrutó del olor de su cuello que por un momento se le antojó era como el de una selva virgen, era tierra húmeda y salvaje. Abrió los ojos lentamente conforme la sensación abandonaba su cuerpo paulatinamente, no quiso salir de ese lugar aún, porque allí veía enormes mariposas de colores, de esas que se decía sólo habitaban de día en la plenitud del Amazonas.
- Mariposas de colores – Murmuró con una sonrisa contra la piel de ella, sus manos aún envolviéndola como a una diosa y en ese momento lo era, la diosa de la vida.
Retiró su cabeza lentamente y se dejó caer hacía atrás extendiendo los brazos a ambos lados, quedando sobre el colchón con una sonrisa de idiota, como las de los amantes en pleno día de san-valentin. Su pecho ahora brillaba con el sudor de ella, porque como era natural, los vampiros no sudaban, tampoco amaban o sentían orgasmos, o bueno, eso creía él antes de conocerla a ella.
- Gracias – Murmuró observándola con ojos curiosos, ojos de infante.
Disfrutó del olor de su cuello que por un momento se le antojó era como el de una selva virgen, era tierra húmeda y salvaje. Abrió los ojos lentamente conforme la sensación abandonaba su cuerpo paulatinamente, no quiso salir de ese lugar aún, porque allí veía enormes mariposas de colores, de esas que se decía sólo habitaban de día en la plenitud del Amazonas.
- Mariposas de colores – Murmuró con una sonrisa contra la piel de ella, sus manos aún envolviéndola como a una diosa y en ese momento lo era, la diosa de la vida.
Retiró su cabeza lentamente y se dejó caer hacía atrás extendiendo los brazos a ambos lados, quedando sobre el colchón con una sonrisa de idiota, como las de los amantes en pleno día de san-valentin. Su pecho ahora brillaba con el sudor de ella, porque como era natural, los vampiros no sudaban, tampoco amaban o sentían orgasmos, o bueno, eso creía él antes de conocerla a ella.
- Gracias – Murmuró observándola con ojos curiosos, ojos de infante.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Una nueva sorpresa {Soren} ACTIVO
Todo con Soren parecía siempre una despedida. O al menos así lo había sentido cada vez que se habían visto, sus entrañas se apretaban como si un puño estuviera retorciéndolas mientras el miedo a que aquella fuera la última vez juntos se hacía más intenso. No quería perder al primer amigo que alguna vez hubiese tenido, ese si que sería un fracaso enorme y Claire prefería pensar que ese era el motivo por el cual temía tanto, no porque finalmente estuviera abriendo una parte de si misma que no se atrevía a mostrar jamás. Para ella era debilidad, nadie podía saberlo, si dejaba que algo mínimo la afectara después no podría tener todo controlado.
Pero, ¿era necesario tanto control? – No… - seguía su propia línea de pensamientos, pero notó que Soren se alejaba y le daba las gracias, ahora podría pensar que estaba hablándole a él, se sonrojó y se quedó de costado dándole la espalda mientras esperaba a que su corazón dejara de latir tan rápido, - No tienes que agradecerme… creo que yo debería hacerlo… por todo, en serio… - ahora hasta sus orejas estaban coloradas y sonreía pensando que la avergonzaba más lo que decía a estar sin ropa junto a él, soltó una risita algo nerviosa mientras seguía intentando que los colores normales volvieran a su rostro, algo que parecía aún más difícil de conseguir cuando recordaba lo que recién habían hecho.
-Voy a extrañar tus labios, a veces son algo fríos pero me gustan… - aún desnuda como estaba se giró y tomó un almohadón más grande que toda su cabeza, tapándose el rostro con él dejando sólo sus ojos a la vista, - lo que no quiere decir que no extrañaré el resto de ti… creo que me gusta todo de ti, incluso tus anteojos, te dan un aspecto más serio, algo intelectual… como de profesor - y volvió a reír con un carcajeo que bajó por su columna vertebral como si vibrara, porque eso hacía ella, bromeaba cuando no quería seguir pensando en cosas serias, como el hecho de que esperaba no ser un mal recuerdo de la primera vez de su primer amigo.
Se sentó cruzando sus piernas como en la posición del loto cubriéndose aún con aquel cojín y lo miró desde arriba, directo a los ojos, despeinada pero con todo en ella casi gritando que podía declararse como alguien feliz, - Soren… quiero preguntarte algo… - eso parecía mucho más fácil de pensar que de hacer, - de verdad… quiero que me respondas algo directamente… no creas que me molestaré por lo que digas o algo así, pero quiero saberlo…- respiraba profundo mientras cambiaba su sonrisa por un tic que la hacía morderse el labio mientras miraba la punta de la nariz del vampiro, - Cuando pienses en tu primera vez… ¿lo recordarás como algo bueno o malo? – listo, ya estaba, había lanzado lo que quería decir, ahora sólo necesitaba palabras de él y que no se riera de sus mejillas coloradas.
Pero, ¿era necesario tanto control? – No… - seguía su propia línea de pensamientos, pero notó que Soren se alejaba y le daba las gracias, ahora podría pensar que estaba hablándole a él, se sonrojó y se quedó de costado dándole la espalda mientras esperaba a que su corazón dejara de latir tan rápido, - No tienes que agradecerme… creo que yo debería hacerlo… por todo, en serio… - ahora hasta sus orejas estaban coloradas y sonreía pensando que la avergonzaba más lo que decía a estar sin ropa junto a él, soltó una risita algo nerviosa mientras seguía intentando que los colores normales volvieran a su rostro, algo que parecía aún más difícil de conseguir cuando recordaba lo que recién habían hecho.
-Voy a extrañar tus labios, a veces son algo fríos pero me gustan… - aún desnuda como estaba se giró y tomó un almohadón más grande que toda su cabeza, tapándose el rostro con él dejando sólo sus ojos a la vista, - lo que no quiere decir que no extrañaré el resto de ti… creo que me gusta todo de ti, incluso tus anteojos, te dan un aspecto más serio, algo intelectual… como de profesor - y volvió a reír con un carcajeo que bajó por su columna vertebral como si vibrara, porque eso hacía ella, bromeaba cuando no quería seguir pensando en cosas serias, como el hecho de que esperaba no ser un mal recuerdo de la primera vez de su primer amigo.
Se sentó cruzando sus piernas como en la posición del loto cubriéndose aún con aquel cojín y lo miró desde arriba, directo a los ojos, despeinada pero con todo en ella casi gritando que podía declararse como alguien feliz, - Soren… quiero preguntarte algo… - eso parecía mucho más fácil de pensar que de hacer, - de verdad… quiero que me respondas algo directamente… no creas que me molestaré por lo que digas o algo así, pero quiero saberlo…- respiraba profundo mientras cambiaba su sonrisa por un tic que la hacía morderse el labio mientras miraba la punta de la nariz del vampiro, - Cuando pienses en tu primera vez… ¿lo recordarás como algo bueno o malo? – listo, ya estaba, había lanzado lo que quería decir, ahora sólo necesitaba palabras de él y que no se riera de sus mejillas coloradas.
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Re: Una nueva sorpresa {Soren} ACTIVO
Escuchó lo que decía como aún perdido en el ensueño y cuando ella se giró para darle la espalda, se preguntó que significaba y que debía hacer, ¿Sería correcto abrazarla por la espalda? ¿o ese gesto significaba que quería que no la tocase más? decidió que se acercaría con disimulo y si notaba alguna reacción extraña, se alejaría, entonces ella se había girado y perdió el impulso para regresar a su posición inicial, boca arriba en la cama, con la mirada fija en el techo.
- Eres la primera persona a la que le agradan mis gafas - Comentó conforme sus mejillas se tornaban rojas una vez - También la primera mujer que me dice que le gusto...- Carraspeó, ahora no sabía que cosa le daba más vergüenza, si las palabras de ella o su cuerpo desnudo. Quería vestirse, pero no quería parecer como si recién terminado el acto pretendiera irse, como si fuera un cliente o algo parecido, pero no le gustaba la incómoda sensación de estar expuesto, como un recién nacido.
Escuchó que se movía y se reía, pero no se atrevía a mirarla, no fuera que el deseo se encendiera de nuevo ¿Y si eso pasaba con que cara la miraría? No, que vergüenza, debía volver a ser quien era y respetarla, porque se lo merecía, puta o esposa, o lo que fuera, debía respetarla como mujer. La pregunta le hizo abrir los ojos de par en par como platos, de inmediato los cerró y arrugó la nariz, las mejillas ahora parecían un par de melones.
- C...omo algo maravilloso - Tartamudeó - Maravilloso y húmedo... como una selva, llena de vida y de colores... como a una gran mariposa de alas de seda y de vida efímera...¿Sabías que las mariposas sólo viven por un día? -
- Eres la primera persona a la que le agradan mis gafas - Comentó conforme sus mejillas se tornaban rojas una vez - También la primera mujer que me dice que le gusto...- Carraspeó, ahora no sabía que cosa le daba más vergüenza, si las palabras de ella o su cuerpo desnudo. Quería vestirse, pero no quería parecer como si recién terminado el acto pretendiera irse, como si fuera un cliente o algo parecido, pero no le gustaba la incómoda sensación de estar expuesto, como un recién nacido.
Escuchó que se movía y se reía, pero no se atrevía a mirarla, no fuera que el deseo se encendiera de nuevo ¿Y si eso pasaba con que cara la miraría? No, que vergüenza, debía volver a ser quien era y respetarla, porque se lo merecía, puta o esposa, o lo que fuera, debía respetarla como mujer. La pregunta le hizo abrir los ojos de par en par como platos, de inmediato los cerró y arrugó la nariz, las mejillas ahora parecían un par de melones.
- C...omo algo maravilloso - Tartamudeó - Maravilloso y húmedo... como una selva, llena de vida y de colores... como a una gran mariposa de alas de seda y de vida efímera...¿Sabías que las mariposas sólo viven por un día? -
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Una nueva sorpresa {Soren} ACTIVO
Ya había desistido de intentar comprender a la raza humana, en especial a los hombres, porque con cada día que pasaba más complicados se le hacían. Y ahora parecía que con los vampiros era lo mismo, no es como si ella fuera una especialista conocedora de aquellos seres, pero si había tenido alguna experiencia cercana con más de uno, con varios en realidad. Jugaba con sus pies mientras intentaba ordenar que quería decir, como explicarse mejor sobre algo que aún no identificaba del todo, complicaciones, todo esto sólo traía complicaciones, algo con lo que no estaba dispuesta a lidiar.
Desde el momento en que lo había conocido todo era aventura y una de las buenas, todo parecía siempre mágico y estar con él era un escape a su mundo que si bien amaba a veces parecía agobiarla con eso de tener que eternamente fingir, ser ella misma era el respiro que necesitaba. - ¿De verdad? ¿Soy la primera? Me estás tomando el pelo… eso es imposible… no puedo ser la primera en decir que le gustas… eres increíble Soren… - ¿desde cuando salían tantas palabras a la vez de su boca? Se levantó para ir por una manta y así poder cubrirlos a ambos, sabía que ella estaría cómoda con su desnudez, pero quizás era demasiado para él.
Acurrucándose a su lado buscó su cuello para enterrar la cabeza un rato ahí, la piel fría era el único recordatorio de la no humanidad de Soren, quizás si hubiese bebido de ella habría absorbido también algo de aquel calor que ella intentaba darle. - ¿Un día? – preguntó levantando un poco la cabeza desde aquel escondite recién descubierto, sonreía porque esa era una de las cosas que más adoraba de él, poder conocer datos que jamás pensó existían o aprender incluso en las situaciones más extrañas, - Me gustan las mariposas, pero creo que es un poco triste que vivan tan poco… ¿qué alcanzan a hacer en un día? – depositó dos besos en las coloradas mejillas del vampiro y volvió a la posición anterior, ahora buscando poner una de sus piernas entre las de él.
Se sentía tranquila, plena y ahora feliz, sabiendo que su amigo no recordaría esto como algo malo, - Te quiero vampirito… - susurró depositando otro beso en la piel de su hombro, subiendo con pequeños toques para encontrar su boca. Deseaba poder extender los minutos, que el amanecer no hiciera su aparición sólo por ese día, pedir un imposible y que sus ruegos fueran escuchados, hacer caso omiso de que el tiempo seguiría corriendo lo quisiera o no, esperando al menos que los recuerdos no se fueran muy rápido, como si fueran huellas en la arena que el mar borra sin pedir disculpas.
Desde el momento en que lo había conocido todo era aventura y una de las buenas, todo parecía siempre mágico y estar con él era un escape a su mundo que si bien amaba a veces parecía agobiarla con eso de tener que eternamente fingir, ser ella misma era el respiro que necesitaba. - ¿De verdad? ¿Soy la primera? Me estás tomando el pelo… eso es imposible… no puedo ser la primera en decir que le gustas… eres increíble Soren… - ¿desde cuando salían tantas palabras a la vez de su boca? Se levantó para ir por una manta y así poder cubrirlos a ambos, sabía que ella estaría cómoda con su desnudez, pero quizás era demasiado para él.
Acurrucándose a su lado buscó su cuello para enterrar la cabeza un rato ahí, la piel fría era el único recordatorio de la no humanidad de Soren, quizás si hubiese bebido de ella habría absorbido también algo de aquel calor que ella intentaba darle. - ¿Un día? – preguntó levantando un poco la cabeza desde aquel escondite recién descubierto, sonreía porque esa era una de las cosas que más adoraba de él, poder conocer datos que jamás pensó existían o aprender incluso en las situaciones más extrañas, - Me gustan las mariposas, pero creo que es un poco triste que vivan tan poco… ¿qué alcanzan a hacer en un día? – depositó dos besos en las coloradas mejillas del vampiro y volvió a la posición anterior, ahora buscando poner una de sus piernas entre las de él.
Se sentía tranquila, plena y ahora feliz, sabiendo que su amigo no recordaría esto como algo malo, - Te quiero vampirito… - susurró depositando otro beso en la piel de su hombro, subiendo con pequeños toques para encontrar su boca. Deseaba poder extender los minutos, que el amanecer no hiciera su aparición sólo por ese día, pedir un imposible y que sus ruegos fueran escuchados, hacer caso omiso de que el tiempo seguiría corriendo lo quisiera o no, esperando al menos que los recuerdos no se fueran muy rápido, como si fueran huellas en la arena que el mar borra sin pedir disculpas.
Claire Quartermane- Realeza Francesa
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Re: Una nueva sorpresa {Soren} ACTIVO
-Eres la primera... en serio, no tengo por que mentir en algo tan vergonzoso – Comentó desviando el rostro hacía un lado que ella no pudiera verle, porque volvía a tener las mejillas coloradas, la sintió acercarse y acomodarse a un lado y le agradó el gesto, porque sentía su calidez cerca a su mejilla, sonrió, pero para dentro, porque su rostro no lo reflejó, aquello simplemente lo sentía.
-Quizás como sólo pueden vivir poco, entonces pueden vivir al máximo sus vidas – Comentó, porque vivir tanto le hacía perder el sentido y la 'gracia' a las cosas, Soren había tenido que encontrar en el arte, esa motivación inexistente para su largo travesar por el mundo. - Si sabes que vas a morir de una enfermedad, de un accidente o de viejo, de alguna forma aprovechas y valoras mejor lo que tienes... creo que es el problema de la mayoría de vampiros... que van por ahí, haciendo lo que les place, sin pensar en las consecuencias de sus actos -
Se quedó callad, anonadado con lo que acababa de salir de los labios de ella. Unas palabras tan íntimas, inclusive más que lo que acababan de hacer, abrió los labios intentando decir algo, pero nada salio ¿Que podía decir uno en un momento como ese?. El amor no existía, así de simple. Él no creía en ello y jamás se permitiría sucumbir frente a tal sentimiento que volvía débiles a las personas.
- Gra...cias... no se que decir... - Murmuró apenas y paseó su mano por entre el cabello de ella enrollándolo formando bucles – Y me siento afortunado de que mi primera experiencia con una mujer haya sido contigo... no quería que fuera con cualquiera, quiero decir... con alguien con quien no volviera a tener ningún contacto... han pasado 200 años y... yo nunca – Suspiró, tanto tiempo y tantas oportunidades perdidas – Porqué... Seguiremos viéndonos ¿verdad? Podremos hablar de todo y ser amigos para siempre ¿verdad? -
-Quizás como sólo pueden vivir poco, entonces pueden vivir al máximo sus vidas – Comentó, porque vivir tanto le hacía perder el sentido y la 'gracia' a las cosas, Soren había tenido que encontrar en el arte, esa motivación inexistente para su largo travesar por el mundo. - Si sabes que vas a morir de una enfermedad, de un accidente o de viejo, de alguna forma aprovechas y valoras mejor lo que tienes... creo que es el problema de la mayoría de vampiros... que van por ahí, haciendo lo que les place, sin pensar en las consecuencias de sus actos -
Se quedó callad, anonadado con lo que acababa de salir de los labios de ella. Unas palabras tan íntimas, inclusive más que lo que acababan de hacer, abrió los labios intentando decir algo, pero nada salio ¿Que podía decir uno en un momento como ese?. El amor no existía, así de simple. Él no creía en ello y jamás se permitiría sucumbir frente a tal sentimiento que volvía débiles a las personas.
- Gra...cias... no se que decir... - Murmuró apenas y paseó su mano por entre el cabello de ella enrollándolo formando bucles – Y me siento afortunado de que mi primera experiencia con una mujer haya sido contigo... no quería que fuera con cualquiera, quiero decir... con alguien con quien no volviera a tener ningún contacto... han pasado 200 años y... yo nunca – Suspiró, tanto tiempo y tantas oportunidades perdidas – Porqué... Seguiremos viéndonos ¿verdad? Podremos hablar de todo y ser amigos para siempre ¿verdad? -
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Re: Una nueva sorpresa {Soren} ACTIVO
Intentó pensar que haría si sólo viviera un día, que cosas elegiría sobre otras, quienes les gustaría que estuvieran a su lado para compartir esos escasos recuerdos, a que brazos abrazar una única vez y que labios besar por última vez. Que lugares visitaría, que cosas comería, que bebería y el cuerpo de quien recorrería. Era demasiada gente, demasiados lugares, demasiadas cosas y demasiados recuerdos, demasiado que hacer en tan poco tiempo. Cerró los ojos y agradeció no ser una mariposa, recordó las veces en que se lamentaba por no ser vampira y no tener vida eterna, ahora él, con un ejemplo tan simple, le demostraba lo equivocada que estaba.
-Pero tú no eres como la mayoría de los vampiros… tú eres especial, eres diferente y por eso me gustas tú y no todos los otros… - volvía a esconderse en su cuello, quería a toda costa evitar que pudiera ver su rostro sonrojado que la hacía lucir aún menor, para él prefería ser una mujer, no una niña, alguien que algún día pudiera llegar a ser su igual, no una humana inferior, - Algunas veces pienso que me gustaría saber como y cuando moriré, pero luego creo que estaría perdiendo el tiempo en encontrar la forma de evitarlo en vez de disfrutar los quizás meses o años que me quedan…-
Por su cabeza las imágenes seguían apareciendo como cuadros rápidamente pintados que cambiaban los paisajes a una velocidad demasiado alta, algo que simplemente no era capaz de captar. Las palabras de Soren la hicieron abrir los ojos tan bruscamente que sus párpados llegaron a dolerle, - Gracias… - susurró levantando la cabeza para mirarlo a los ojos, - Nos veremos, hablaremos, reiremos, yo comeré y haré tonterías, tú me enseñarás… seremos amigos hasta que mis días se acaben Sorito… hasta que no quede más de mi vida estaré a tu lado lo quieras o no… -
Entre bromas y risas intercalaba palabras serias, entre frases divertidas decía una promesa, aquellos que nacen pobres conocen el valor del compromiso y cumplen. Ella volvía a ocupar aquel lugar con la nariz pegada a su piel, con el hombro de Soren como almohada, con su brazo y el resto de su cuerpo como acompañante, aquella manta parecía una decoración cuando la piel del vampiro estaba más fría que el ambiente, pero para Claire toda esa superficie era suave y cálida, algo que no podía medirse con un termómetro ni con ningún tipo de instrumento, quería a Soren, quizás hasta podría llegar a amarlo de la forma en que lo hacen los amigos, pero por ahora, prefería no espantarlo con eso.
-Pero tú no eres como la mayoría de los vampiros… tú eres especial, eres diferente y por eso me gustas tú y no todos los otros… - volvía a esconderse en su cuello, quería a toda costa evitar que pudiera ver su rostro sonrojado que la hacía lucir aún menor, para él prefería ser una mujer, no una niña, alguien que algún día pudiera llegar a ser su igual, no una humana inferior, - Algunas veces pienso que me gustaría saber como y cuando moriré, pero luego creo que estaría perdiendo el tiempo en encontrar la forma de evitarlo en vez de disfrutar los quizás meses o años que me quedan…-
Por su cabeza las imágenes seguían apareciendo como cuadros rápidamente pintados que cambiaban los paisajes a una velocidad demasiado alta, algo que simplemente no era capaz de captar. Las palabras de Soren la hicieron abrir los ojos tan bruscamente que sus párpados llegaron a dolerle, - Gracias… - susurró levantando la cabeza para mirarlo a los ojos, - Nos veremos, hablaremos, reiremos, yo comeré y haré tonterías, tú me enseñarás… seremos amigos hasta que mis días se acaben Sorito… hasta que no quede más de mi vida estaré a tu lado lo quieras o no… -
Entre bromas y risas intercalaba palabras serias, entre frases divertidas decía una promesa, aquellos que nacen pobres conocen el valor del compromiso y cumplen. Ella volvía a ocupar aquel lugar con la nariz pegada a su piel, con el hombro de Soren como almohada, con su brazo y el resto de su cuerpo como acompañante, aquella manta parecía una decoración cuando la piel del vampiro estaba más fría que el ambiente, pero para Claire toda esa superficie era suave y cálida, algo que no podía medirse con un termómetro ni con ningún tipo de instrumento, quería a Soren, quizás hasta podría llegar a amarlo de la forma en que lo hacen los amigos, pero por ahora, prefería no espantarlo con eso.
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Re: Una nueva sorpresa {Soren} ACTIVO
- Cuando yo estaba vivo, también me hacía esas mismas preguntas - Comentó llevándose el dedo índice a la nariz por que en ese momento le picó - Sin embargo nunca deseé ser importal, cuando mi mentor me lo propuso, me reí de él y lo llamé patético, ¿Extrañaba la compañía de otra persona? ¿Me quería? que tontería, yo lo veía como un egoismo que sólo surje cuando el amor se interpone - Le explicó y se quedó pensando unos instantes antes de continuar- Supongo que si uno está enamorado, piensa en vivir para estar al lado de esa persona, se convierte entonces esa persona en su motivación y eso te impulsa a vivir con más intensidad y a aprovechar los momentos que tienes a su lado -
Le parecía extraño a hablar de cosas que no entendía (ni quería entender), hablar con suposiciones gracias a las cosas que había leído en las novelas románticas - Vivir para otro me parece... patético... quiero decir... quiero vivir para mi mismo, para mi arte, quiero vivir para continuar mi búsqueda de conocimiento, pero obsecionarme con una persona hasta el punto de olvidar mis propios ideales... No logro tan siquiera imaginarme en una situación así - Agregó con un suspiro corto, se giró para observarla.
- ¿Ha estado enamorada la señorita Delacroix? - Le preguntó con expresión curiosa - ¿De verdad enamorada como en las novelas de Shekespeare o Baudelaire? - Y mientras ella respondía, pensó en que su piel tan fría debía ser algo incómoda para ella. ¿Sería mejor vestirse? Se preguntaba, su reloj biológico le decía que eran casi las 3 de la madrugada, le quedaba poco menos de dos horas de esa mágica noche.
- Seremos amigos hasta que el tiempo nos lo permita - Concluyó con una sonrisa tranquila - Sin importar que sean tiempos distintos para ambos - Agregó.
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