Las 120 jornadas de Sodoma ( Jozsef Bátori).

por **Edmundo Mercadante** Lun Oct 18, 2010 11:10 pm

Recuerdo del primer mensaje :

El carruaje se desplazó lejos del bullicio habitual de la ciudad y de las calles, sobre las piernas llevaba un pequeño gatito de color gris y ojos azules que lo habia seguido no bien habia salido de su residencia, en un principio le habia parecido sumamente molesto, y estaba a punto de hacer que los caballos lo pisaran, pero tras un rato de analizarlo detenidamente lo encontró demasiado gracioso y frágil como para tener una muerte tan ruín y perversa, maldijo por unos momentos esa extraña personalidad tan cambiante que tenía, y decidió cargar al pequeño gatito y llevarselo con el de paseo al campo.

El día era esplendido, un brillante sol iluminaba las calles, y el carruaje corría a gran velocidad, no deseaba volver muy tarde, y quería aprovechar los rayos de sol en todo su esplendor, el reloj marcaba exactamente las tres de la tarde, iba contemplando por la ventana, mientras el pequeño animalito se divertía en arañar los cojines de su carruaje, surcaron a gran velocidad las puertas de la ciudad, la zona pobre que tanto frecuentaba, y por fin el paisaje comenzó a volverse mas y mas campirano, era justamente lo que deseaba, le recordaba mucho a los vastos maizales de su tierra natal, aunque en Europa parecían no cultivar el maiz, mas bien se enfocaban al trigo y a otros granos, que a el no le agradaban tanto, aunque los campos lucian dorados y hermosos invitando al reposo.

Tras encontrar un lugar que le agradó, hizó detener el carruaje donde viajaba, cogió al gatito y salió abriendo la puerta con un movimiento rápido, la luz del sol lastimo un poco su vista, asi que tuvo que tapar sus ojos con el libro que llevaba en la mano mientras contemplaba el lugar, rodeado de arboles y campos sembrados.
Llevaba una fresca camisa de seda desabotonada, dejando notar su bien trabajada fisonomia, los musculos de su espalda y de sus brazos al caminar se remarcaban como los musculos de un gran felino que avanza al acecho de su presa, indicó al cochero retirarse y volver en unas dos horas aproximadamente.

Se sentó al pie del arbol y comenzó a leer un libro que llamaban " libro prohibido", el autor un tal Marques de Sade, se habia enterado que por la obsenidad de su escritos, estaba reclutado actualmente en alguna prisión o sanatorio mental de francia ( en esta epoca aun vivia el marques de Sade), el libro se titulaba las 120 jornadas de Sodoma, y decían de el que era terriblemente sadico y perverso, eso a el no le interesaba, estaba harto de la clásica literatura con finales felices, y un rasgo que le habia llamado la atencion de ese autor, que comenzaba a volverse uno de sus favoritos, era precisamente el hecho de denigar la virtud y exaltar el vicio.

El gatito se sentó sobre sus piernas mientras la inteligente pero penetrante mirada de Edmundo pasaba rapidamente por cada pagina del libro, le hacia cosquillas mientras tanto con el dedo indice detrás de la oreja al animalito al cual parecía gustarle, hasta que al final le dijo al felino.
-Aquien crees de estos nobles caballeros que me parezco mal, pequeño animal escucha con atención:
El Duque de Blangis: Cincuenta años, un aristócrata que adquirió su riqueza por envenenar a su madre por la herencia, y a su hermana, cuando ella se enteró de sus planes. Blangis es descrito como alto, robusto y de gran potencia sexual, aunque se insiste que es un gran cobarde, y que está orgulloso de serlo. Es esposo de Constance, hija de Durcet.
El Obispo: Hermano de Blangis, él es un hombre de cuarenta y cinco años, flaco y débil, con una boca desagradable. Es un apasionado del sexo anal, e incluso cuando tiene sexo con mujeres y niñas, se niega a tener relaciones vaginales con ellas. Es padre de Aline, que la tuvo con la esposa del duque. Entonces Aline es considerada hija del duque y sobrina del obispo.
El Presidente de Curval: Un hombre alto y flaco, espantosamente sucio su cuerpo, sesenta años. Está casado con Julie, hija del duque.
Durcet: Un banquero de cincuenta y tres años, que es descrito como bajo, pálido y afeminado. Disfruta la sodomía pasiva más que la activa, por el pequeño tamaño de su pene. Es esposo de Adélaïde, hija del presidente.
No creo que me parezca absolutamente ni fisica ni mentalmente a ninguno de estos personajes no te parece minino, mas bien...creo que seguiré leyendo.-
Tras unas horas de lectura comprendió por que el autor estaba encerrado, pero lejos de parecerle una lectura prohibida le pareció una lectura grotesca, tan grotesca que se volvia fascinante, mientras mas avanzaba la trama mas ansioso estaba por leer cuales eran las depravaciones que aquel grupo de letrados cometía, se sumergió por completo en la lectura, que ni siquiera se dió cuenta que el minino se quedo dormido, el tiempo se habia detenido para el.

por **Edmundo Mercadante** Mar Nov 09, 2010 12:52 am

-No Jozsef, no te leeré un cuento, es una poesía que leí cuando tenía tu edad, y deje olvidada mucho tiempo, hasta que conocí por fin a la persona indicada para leersela.-murmuró Edmundo, acomodando su brazo para que Jozsef pudiera descanzar junto a su cuerpo, revoloteó las paginas, hasta encontrar una cuyo titulo decía mas o menos " Soneto Con Sed".

La voz de Edmundo resonó en un tono bajo pero suave, mientras se escuchaba la siguiente poesía.

-Leyendo un libro, un día, de repente,
hallé un ejemplo de melancolía:
Un hombre que callaba y sonreía,
muriéndose de sed junto a una fuente.

Puede ser que, mirando la corriente,
su sed fuera más triste todavía;
aunque acaso aquel hombre no bebía
por no enturbiar el agua transparente.

Y no sé más. No sé si fue un castigo,
y no recuerdo su final tampoco
aunque quizás lo aprenderé contigo;

yo, enamorado, soñador loco,
que me muero de sed y no lo digo,
que estoy junto a la fuente y no la toco.

La lectura termino y Edmundo cerró el libro, mientras le decía con suavidad a Jozsef-Tu eres el agua que necesito Jozsef, eres mi fuente...y no quiero morir sin haber bebido de ella...sin haberla tocado.-murmuró el cambiaformas, volteando su cuerpo en dirección de Jozsef, sujetandolo por la barbilla, y levantando su mirada para encontrarse con la de el.

Se quedó callado esperando la respuesta del muchacho, mientras la tenue luz de las velas de la estancia comenzaba a apagarse muy lentamente.
(fuera de juego).
Perdon por la larga ausencia, he estado mal de salud física y temo que mentalmente tambien jejeje, el nombre de la poesia es Soneto con Sed, y el escritor se llama Jose Angel Buesa por si te interesa leer otro de sus poemas.
ah tambien una disculpa por lo breve del post, todavia sigo con migraña.

por **József Bároti** Mar Nov 09, 2010 11:31 am

Escucho con atención aun cuando sus parpados comenzaban a cerrarse de forma pesada pretendiéndole entregarlo a los brazos de Morfeo, no comprendía por lo menos no del todo lo que sus labios pronunciaban y en tinta se encontraba plasmado frente a el, porque y a pesar de ser bueno con los acertijos aquel no se le parecía a los que conocía mas bien suponía que era algo fácil de comprender.

Pobre hombre era aquel del cual hablaba, no tenia porque no meter sus manos y beber seguramente el agua lo comprendería, seguramente no guardaría rencor porque le belleza del agua a diferencia de otras estaba diseñada para ser probada, para aplacar la sed y ser un bien no la fuente de sufrimiento y desespero.

Abrio los parpados para verle cuestionándole con la mirada –no lo haras- aseguro en voz baja observándole con aquellos dos resplandecientes orbes, uno que veía el campo celestial y el otro lo terrenal. Cerro sus labios sobre los de Edmundo cerrando los parpados mas por sentir que por saber, sus brazos rodearon el cuello del cambiaformas ¿seria aquel sorbo suficiente para aplacar su sed? No sabia de que otra forma hacerle sentir saciado, separo sus labios de los ojos besando la punta de su nariz y cada uno de sus ojos, el seria el agua que necesitaba, la cura de su enfermedad, el seria lo que Edmundo mas añorase.

-¿Cómo puedo hacer que no te sientas como el hombre de la poesia?- le cuestiono en voz baja acariciando su rostro, porque podia beber cierto era y no asi terminarse el agua, no debía terminarla porque entonces se quedaría sin nada, y otras personas necesitaban de su agua ¿quería saciar a otras personas aparte de Edmundo? En aquellos instantes solo por él se preocuparía.

{no te preocupes, primero va la salud y después el ocio, habrá ya tiempo para seguir cuando te mejores. Por otro lado te a quedado corto me sublime! La poesía bastante acorde =)}

por **Edmundo Mercadante** Lun Nov 15, 2010 1:01 am

Hacía años que no habia vuelto a leer aquella poesía escuchada alguna vez de los labios de su hermana cuando ambos eran jovenes, nunca antes pensó que se hubiese podido aplicar en mejor momento, y mucho menos con aquel muchacho.
Aquella fuente de agua.

Edmundo cerró los ojos al sentir la humedad de los labios de Jozsef en los suyos, y sus manos aferrandose a su cuello, como un infante que se aferra a las faldas de su madre para no extraviarse, le respondió al gitano de la siguiente manera.
-Solo quiero que estes conmigo, y con eso será mas que suficiente- y era cierto, quería enseñarle muchas cosas de la vida a Jozsef, muchas mas.

Actuando mas por inercia que por alguna otra cuestión Edmundo desabotonó con manos seguras la camisa de Jozsef, y deslizó sus manos grandes por el pecho del muchacho, deteniendose en su vientre, mientras se erguía un poco y colocaba su cuerpo encima del de Josez, quedando los labios de Edmundo muy cerca de su cuello, sin dejar de acariciar el cuerpo de Jozsef, e inhalando y exhalando suavemente cerca de su oido y cuello.

por **József Bároti** Lun Nov 15, 2010 9:22 am

Le observo asintiendo con calma, no energéticamente como era su costumbre porque algo le decía que la situación se volvía seria quizas no lo comprendía pero tampoco era tan torpe para saber que desconocía de aquellos temas tanto como de cazar o golpear ¿Qué pasaba entonces? El solo habia visto como las personas se besaban aunque sus padres no solian hacerlo frente a el. En las fiestas gitanas donde el alcohol abundaba muchas beses las personas terminaban dando tumbos unos sobre otros pero se perdían en la seguridad de las cabañas y tiendas, seguramente para dormir como el lo hacia cuando terminaba asi.

Sus manos terminaron sobre la cama, a ambos lados de su rostro mientras sentía su cálida respiración rozar la piel de su cuello y sus hábiles manos recorrer su torso, beso sus cabellos sintiendo como su vientre y pecho se estrechaban contra las manos ajenas ante cada inhalación, divertido no pudo mas que sonreír y dejar escapar una hilarante risa ahogada.

-¿Qué haremos ahora?- le cuestiono con tranquilidad porque el también quería estar con Edmundo, quería que le pintara el mundo con palabras que sacara de las sombras aquello que los demás no lograban decirle con verdades, pero vivir con el no era una opción ¿Qué le diría a Luther? ¿y a si hermana? No podia dejarlos en las calles mientras el disfrutaba de una vivienda. Podria visitarlo cada tercer dia o algun parecido, porque su familia también lo necesitaba ¿no era el el mas rápido al huir?¿el mas agil con las manos y el que trepaba los arboles en busca de frutos? Cierto era mas aquellos motivos no eran los que le impedían alejarse de ellos sino el profundo amor que les tenia, no se habían separado un lustro y quizas aun mas, no podían hacerlo ahora.

-¿aun tengo tu marca?- le cuestiono ladeando el rostro para dejar a la vista la zona en el cuello donde debía exhibirse el manchón rojo ¿se habría quitado con el baño?

por **Edmundo Mercadante** Mar Nov 23, 2010 12:14 am

-Ahora lo que haremos será una sorpresa Jozsef- musitó Edmundo quedamente en el oido del gitano, sonrió cuando escuchó la pregunta de Jozsef respecto a si aun tenia la marca roja en su cuello, Edmundo nego en silencio.

-Esa marca desapareció ya,pero quisiera darte una que permanecerà en tu mente,para que no me olvides,ni yo de ti.- los ojos verdes como las esmerladas de Edmundo se clavaron fijamente en los dos extraños ojos bicolores que poseia Jozsef, terminó por despojar de Jozsef la camisa de su pijama, y comenzó a recorrer su cuello, su pecho y su vientre, con suaves besos, que subian y bajaban recorriendo el cuerpo del muchacho, hasta que al final, su lengua se apodero del pezón de Jozsef, y sus labios se cerrarón en un movimiento de ventosa sobre este, Edmundo levanto el rostro, retirandolo del pecho de Jozsef, y dejó caer parte de su cuerpo sobre Jozsef, mientras una de sus manos se deslizaba por la pierna del muchacho.

-Si te desagrada puedes decirme que pare Jozsef-dijo Edmundo poniendo la verdad en sus labios y frunciendo un poco el ceño, sin quitar su mirada del joven gitano, la noche afuera ya lucía avanzada y un banco de niebla comenzaba a caer por la ventana, cubriendo lo que sea que estuviese afuera, casi al mismo tiempo que una ligera llovizna comenzaba a golpetear contra el amplio ventanal, y al fino oido de Edmundo, llegaba el sonido amortiguado de los pasos de la servidumbre que comenzaban a retirarse a pasar la noche, despues de todo, como el mismo decía, a la cama solamente se va a dos cosas...y las dos hay que saber aprovecharlas muy bien.

por **József Bároti** Mar Nov 23, 2010 11:35 am

Sonrio de forma amplia porque las sorpresas eran siempre de su agrado la sensación aquella de mariposas revolotear en su estomago le era agradable, se sentía libre y feliz aunque con un leve mareo que desaparecería seguramente siendo suplido por la sorpresa al saber de que se trataba todo aquello, las sorpresas podían también ser momentos de completa incertidumbre y desespero aunque eso no ocurría con él.

-no podría olvidarte, aunque no me marques yo no te olvidare- asevero observándole, con aquel único orbe en función de ver, sus mejillas adquirieron una fuerte tonalidad carmín impropia de un joven como el cuando los labios del cambiaformas se cerraron sobre su pecho, una corriente eléctrica le recorrió el cuerpo haciéndole vibrar de pies a cabeza, erizándole el poco o nulo vello de los brazos.

-N…n-no- tartamudeo azorado por lo que su cuerpo le hacia sentir y desconocía porque nunca antes su pecho habia retumbado con tanta fuerza como si su corazón quisiera salir disparado en todas direcciones ¿era causado acaso aquello por sus caricias? Su cuerpo temblaba suavemente bajo el peso de Edmundo de forma que el no podia controlar, como si estuviera expuesto a una fuerte ventisca sin nada mas que unos pantaloncillos para cubrirse aunque mas bien y aunque lo desconociera su cuerpo vibraba por todo aquello que comenzaba a experimentar.

Su virada se desvió a la ventana le parecía escuchar las risas y exclamaciones que las gotas de lluvia profesaban antes de estamparse contra aquel objeto transparente, dejándole en mil gotas mas como un pequeño cristal al golpear el suelo, se deshacía en una decena mas -¿me daras ya la sorpresa?- le cuestiono animadamente quizas le enseñaría una verdad que le abrirá los ojos, quizas traería otro animal como aquel mono araña o su nuevo amigo el pájaro regresaría a hacerles compañía, ansiaba ya saber mientras su corazón calentaba su pecho sin bajar aquel rubor carmín de sus mejillas.

por **Edmundo Mercadante** Jue Dic 09, 2010 3:07 am

-Lo mejor será ir despacio Jozsef-dijo Edmundo sonriendo de manera reconfortante, dedicandole una mirada profunda y hechizante a Jozsef, su tía favorita desde que Edmundo era un pequeño comentaba de lo cautivadora que era la mirada del infante, cuando los años pasaron, eran las mujeres con las que yacía quienes opinaban precisamente lo mismo que su tía, y tiempo despues alguno que otro hombre perdido que llego a aparecer en su cama, opinaban lo mismo todo, pero esas miradas eran lascivas, Edmundo tenia una mirada completamente diferente la cual le dedicaba ahora a Jozsef.

La palma de la mano del mexicano, se deslizó como una serpiente por el pecho de Jozsef, y finalmente, se detuvo sobre su pelvis, como un animal buscando su madriguera, la mano de Edmundo se deslizó con suavidad, hasta encontrarse con el sexo de Jozsef, lo sujeto con suavidad, mientras realizaba un suave movimiento de vaivén.

Edmundo observó las mejillas sonrosadas de Jozsef, y se aproximó hacia el.
-Esta es la sorpresa que quería darte Jozsef, algo que ninguno de los dos olvidará nunca.-musito el cambiaformas, esta vez, su mano soltó el miembro de Jozsef, y se deslizó aun mas abajo, levantando un poco al chico por la cadera con la mano que aun tenía libre, y rozando la piel de su trasero.
Movimientos suaves que no eran tan acostumbrados en el, algo en el habia cambiado, quizá por aquellos instantes, desde el atardecer.

Fuera de juego.
Hey he regresado, despues de un pesado semestre y una dificil enfermedad!, pero ya listo para seguir jugando con todos los animos!, un abrazo!

por **József Bároti** Jue Dic 09, 2010 12:26 pm

Dejo escapar una exclamación cuando su mano se detuvo en aquella zona que nadie antes habia osado tocar, cubrió sus labios con sus manos observándole y ruborizando, su cuerpo no ceso de temblar violentamente, como si dentro de el una revolución se llevase acabo –tengo miedo…-murmuro con la respiración entrecortada aun recostado sobre la cama, sus mejillas vibraban en una tonalidad casi anaranjada, sus irregulares orbes brillaban por las lagrimas a punto de derramar, temia de lo que no conocía, temia que no fuese a gustarle la sorpresa.

Se limpio las lágrimas de un manotazo que dejo enrojecido su rostro -¿es una sorpresa única?- le cuestiono en voz baja apoyándose con las manos en la cama para lograr sentarse -¿es una sorpresa solo para mi?- su mirada permanecía fija en los ojos del cambiaforma, porque algo en ellos habia cambiado y no lograda descifrar que, sujeto el rostro del hombre besando cada uno de sus parpados con aquella inocencia de la cual ya no gozaba poseer.

-¿y nos mantendría siempre unidos?...¿sera un lazo?- le cuestiono con tangible curiosidad, su cuerpo tembló nuevamente sintiendo su mano sobre sus glúteos, el quería formar un lazo, uno que fuese solo para ellos dos, uno que no lo atara robándole su libertad sino que le hiciera amarla -¿y si llegase a olvidarlo?...¿que pasaría entonces?- le cuestiono sintiendo como las manos le temblaban y su pecho se movia al compas de su respiración.

off: me alegro que estes mejor =)

por **Edmundo Mercadante** Vie Dic 10, 2010 1:00 am

Edmundo observó las mejillas de Jozsef, que lentamente comenzaban a ser cubiertas por el tenue rocío de sus lagrimas, con la mano que no se encontraba en los genitales de Jozsef, limpió sus lagrimas, y le dijo en un tono confortante.
-No te preocupes Jozsef, yo estoy aquí, conmigo no tendrás que temer nada-

Jozsef parecía estar pensando mucho en eso, le divirtió pensar que lo que pensaba a darle, ya lo estaba comenzando a hacer, y el joven gitano apenas y se daba cuenta, Edmundo asintió en silencio a todos sus cuestionamientos.
-Por supuesto que si Jozsef, es algo inquebrantable, por que por un momento tu y yo seremos uno solo...dime si te gusta...o si te duele iré mas despacio.-

Edmundo quitó despació la ropa interior de Jozsef, lanzandola hacia un lado de la cama, le dedicó una ultima mirada, antes de deslizarse, como una serpiente sobre sus pasos, apoyó sus manos sobre las piernas de Jozsef, y sus labios hicieron presa del miembro hasta entonces virginal y viril de Jozsef, haciendo una ligera succión con sus labios, y deslizando una de sus manos por el pecho y el cuerpo del gitano.

Tan acostumbrado a eso, su actuar era natural, ya antes lo habia hecho, y lo habian hecho con el, ahora debía de poner en práctica una paciencia, y un caracter mas sutil, para no avalanzarse como una fiera en brama sobre el cuerpo del muchacho, sacaría la casta...iría despacio....hasta que Jozsef lo quisiese...

por **József Bároti** Vie Dic 10, 2010 9:34 am

-no te detendrás si me duele- le cuestiono entonces con los parpados bien abiertos y sus ojos amenazando con salirse de su órbita, quizás las sorpresas ya no eran de su total agrado porque si dolia algo bueno no podia ser, las cosas buenas jamás dolían o por lo menos eso suponía el como muchas otras cosas, no estaba seguro.

Grito nuevamente cerrando las piernas con rapidez e intentando escabullirse por entre sus brazos, las corrientes eléctricas de las cuales su cuerpo era presa comenzaban a intensificarse haciéndole temblar con un dolor extrañamente gratificante, apretó los puños mordiéndose con fuerza el labio inferior, se movió hasta conseguir rodear la cintura de Edmundo con sus brazos, con un trémulo pulso y aun mas castañeante cuerpo.

-me cuerpo me esta gritando dos cosas- le indico al oído aferrándose a el sin importarle su desnudez todos en algun momento habían de estar asi –me pide que te detenga…y también que no te permita cesar…no se a cual hacerle caso- puntualizo suspirando ampliamente en un vorágine de sensaciones encontradas. Se cuestiono entonces porque alguien decidía querer ser uno con el si en toda su vida nadie asi lo habia deseado, ni siquiera Luther o su hermana, ni el resto de la pandilla.

-confiare en ti y en que me dañaras- murmuro a su oído apretando los parpados al tiempo que le soltaba con la respiración frenada, decidia confiar ciegamente en que sin mucho conocer comenzaba a depositar sus sueños.

por **Edmundo Mercadante** Lun Mar 14, 2011 1:03 am

Los labios de Edmundo aun se mantenían en aquella zona,no era necesario ver a Joszef, estaba seguro de todas las sensaciones que ese joven estaba experimentando, algo que quizá ya hubiese sentido de tener otro tipo de personalidad, sintió las manos del gitano aferrandose a su cuerpo, y escuchó sus palabras entrecortadas...Edmundo sentía que la piel comenzaba a encendersele lentamente,una intensa llama estaba a punto de estallar en su interior, y frente a el tenía la causa y el efecto, la enfermedad y la cura a todas sus preocupaciones anteriores a ese momento.

-El miedo es lo mas natural Joszef...el miedo siempre viene ante lo desconocido...pero avecez las sensaciones desconocidas suelen ser gratificantes...e inolvidables.- levantó su rostro, introdujo uno de sus dedos en sus labios, y acontinuacion con el dedo humedecido, empujó con suavidad a Joszef sobre el mullido lecho en que dos miembros de razas tan distintas yacían, un mexicano y un gitano, un brujo y un cambiaformas, quizá antes ya hubiera pasado...a Edmundo le importaba vivir el momento y nada mas...mientras sus labios recorrían cada centimetro de la piel del torso desnudo de Joszef, su dedo comenzó a moverse lentamente sobre el trasero del gitano, Edmundo atrapó los labios de Joszef, en el momento preciso, en que la mano del cambiaformas, exploraba el interior de Joszef con suma delicadeza, sus labios se encargaron de humedecer a un mas la boca del gitano, mientras despacio con la mano que aun tenía libre, el cambiaformas comenzó a despojarse lentamente de su ropa interior, hacercando aquel miembro muy cerca de los muslos del gitano.
-jamás haría algo que te lastimara...eres lo mas importante en estos momentos Joszef...no hay nada mas que tu y yo,aquí y ahora.-

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