AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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La purga de los lobos (+18)
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La purga de los lobos (+18)
Recuerdo del primer mensaje :
El sol todavía no asomaba cuando montamos, guiamos a los caballos ayudándonos de la visión que poseemos los licantropos, que nos permite ver en la oscuridad. Mire atrás con nostalgia, el templo apenas se veía, los arboles ya lo cubrían con su espesor, sabía perfectamente cómo se sentiría mi hermana al llegar a la sala y no encontrarnos, sabía que me odiaría por ello, pero no podía permitirme llevarla a un viaje del que ni yo mismo sabía si podría regresar, no quería verla morir, no podía perderla, no lo permitiría, ya había perdido a toda la gente que quería, y no podía soportar ni por un momento la sola idea de no volverla a ver.
Poco a poco empezaron a entrar entre las frondosas ramas los pocos rayos de luz del sol, que daban a la tierra un preciosos tono dorado, eso facilito el trote de los caballos, el canto de los pájaros a nuestro paso contrastaba con la animada conversación del mago que parecían bromear sobre algo de la noche anterior, yo seguía callado pese a los intentos de Lheia de darme conversación, ella parecía contenta y se sujetaba a mí con fuerza, Idril por lo contrario estaba callada, parecía pensativa, imagine que echaba de menos a mi hermana, ambas habían hecho muy buenas migas.
-Paramos aquí -dijo Shon- con tus prisas llevamos desde ayer sin probar bocado, y el estomago me ruge.
-lo que rugía era tu boca esta noche -dijo Sirius con sorna-que con los ronquidos no nos has dejado pegar ojo.
-Estas muy callado Lobbo -apunto Lheia
-sí, no he pasado buena noche.
-¿acompañado quizás?
-no -dije rotundo.
Cabalgamos durante horas a paso ligero por los frondosos bosques de la zona septentrional de Valindolf, ya casi habíamos llegado a las fronteras del reino de Onidia. Este se encontraba cerca del templo, y ocupaba el centro de nuestro bosque, su reina Isaraviel, reinaba desde hacia ciento cincuenta años, y si he de ser sincero atravesar su reino me inquietaba profundamente, ella era una loba que odiaba a los forasteros, con unos fuertes ideales antiguos, su amistad con mi abuelo, padre de Sanya, mi madre, esa que nunca conocí, hizo que mantuviera una complicada relación con mi padre y con su reino.
Pronto llegamos a una zona donde el espesor de los arboles se hizo más patente, un profundo silencio llamo mi atención, cerré los ojos, cuando oí con claridad, el conocido ruido de la cuerda de varios arcos tensándose.
-¡Parar! –dije a mis compañeros con rotundidad.
Baje de un salto de mi caballo, y mire hacia las copas de los arboles.
-¡Soy Lobbo Landvik, mostraros!
No tardaron en aparecer entre las copas de los arboles, los montaraces que vigilaba la frontera del reino de Onidia.
Unos cuantos bajaron ante mí, muchos de ellos eran jóvenes, sabia sobradamente que no me conocían, me miraban sin saber muy bien cómo actuar, mientras bajaban la cabeza en señal de respeto. Era hijo de dos alfas, aunque abandoné estas tierras siendo solo un bebe y habia vuelto junto a Damon en contadas ocasiones.
El capitán de la guardia, un Lobo de unos 100 años, de cabello castaño y marcados rasgos varoniles, se acerco a mí.
-Señor –dijo mientras bajaba la cabeza como el resto- tenemos ordenes de la reina de no dejar pasar a ningún forastero, como bien sabéis nuestros bosques están siendo atacados.
Alzo la cabeza y miro a mis compañeros que seguían sobre los caballos.
-Conozco la situación de nuestros bosques, de hecho ese es el motivo por el cual necesito atravesar vuestro reino.
-Usted puede atravesar el reino sin problemas, al igual que su escolta de lobos, pero el hechicero y la humana no podrán sobrepasar esta frontera.
-No discutiré contigo una decisión que no puedes tomar, te exijo que nos lleves ante Isaraviel –conteste tajante.
El norte necesitaba a las manadas unidas, mi hermana había hecho un trabajo fantástico, ella junto a Sirius habían conseguido que humanos y lobos aunaran sus fuerzas contra el enemigo, pero en estas tierras salvajes, de allí de donde procedía mi madre, era necesario algo mas que fe, yo era por derecho el alfa de ambas manadas que enfrentadas se peleaban en un duelo estúpido de poder.
Hijo de dos alfas y sobrino de un rey esperaba que mi presencia bastara para hacerles entrar en razón por esta maldita vez.
Última edición por Lobbo Landvik el Sáb Nov 25, 2017 1:40 pm, editado 1 vez
Lobbo Landvik- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 178
Fecha de inscripción : 16/08/2016
Re: La purga de los lobos (+18)
La hechicera perdió la consciencia entre mis brazos, la alcé del suelo, sangraba en abundancia su cuerpo temblaba varios grados por debajo de su temperatura normal, tenia que cortar la hemorragia o se desangraría.
En un improvisado campamento donde se llevaron a los heridos deposité a Wenky. La herida era un tajo limpio, le quité la ropa que cubría su cuerpo ladeandola para poder fijar bien mi mirada en la herida.
Era un tajo limpio, tomé una botella de ron sacando con los dientes el corchó para tirar por encima de su herida un chorro, la escuché gritar en ese momento, al parecer había vuelto en si.
-¡aguanta preciosa! Ya casi hemos terminado -mentí con cara de travieso, lo que la hizo enarcar una ceja -¿un beso? -pregunté ladeando la sonrisa de forma engreída -deberías gritar, ¡no! me va a doler -dije poniendo voz de mujer y haciendo gestos con las manos mientras me reía.
De no estar tumbada fijo me hubiera asestado un buen puñetazo en el pecho.
Me acerqué a ella con la botella, le di un trago y lancé un poco para desinfectar mis manos.
-Toma bebe -le pedí antes de volver a sonreír acercándome un poco mas a la improvisada camilla.
Mi espalda se doblo hasta que mis labios presionaros suavemente los ajenos -esto no va a curarte -aseguré contra ellos antes de deslizar mi lengua entre estos para encontrarme con su sinhueso en una cruenta batalla de egos que le arrancó mas de un jadeo y que encendió mis ámbar oscureciendolos.
Me aparté relamiendome, dejandole la botella para que bebiera y sacando la daga de acero me acerqué a un fuego prendido que como yo otros usaban para cauterizar las heridas de los heridos.
Dejé que la hoja adquiriera un tono incandescente, cuando eso ocurro regresé junto a al hechicera.
-Cuenta hasta tres ¿de acuerdo?
La escuché decir una con el cuerpo relajado pero dispuesto a tensarse con el numero tres, claro que eso no sucedió porque no esperé tanto y antes de que pronunciara el numero dos cautericé su herida forzándola a maldecirme gritando mi nombre casi aullando de dolor.
-Joder, no lo hiciste con tanta pasión cuando te la metí -bromeé apartando la daga de su piel y comprobando que la herida había quedado bien cerrada.
-Ahora si ya casi hemos terminado bromeé acercándome de nuevo a ella y agachándome para depositar un beso suave en sus labios.
-Solo he de poner una pasta, son plantas antibióticas, servirán para que no se infecte y en unos días estarás perfectamente.
La bruja me miraba fijamente jadeando, con su rostro perlado en sudor mientras me veía masticar las hojas de agrio sabor que como un cataplasma esparciría en su espalda.
-De nada -dije sin borrar la sonrisa, pero ella se centraba en la sangre que manchaba mi camisa y que emanaba de mi costado derecho.
-No es nada, un roce, cerrará.
En un improvisado campamento donde se llevaron a los heridos deposité a Wenky. La herida era un tajo limpio, le quité la ropa que cubría su cuerpo ladeandola para poder fijar bien mi mirada en la herida.
Era un tajo limpio, tomé una botella de ron sacando con los dientes el corchó para tirar por encima de su herida un chorro, la escuché gritar en ese momento, al parecer había vuelto en si.
-¡aguanta preciosa! Ya casi hemos terminado -mentí con cara de travieso, lo que la hizo enarcar una ceja -¿un beso? -pregunté ladeando la sonrisa de forma engreída -deberías gritar, ¡no! me va a doler -dije poniendo voz de mujer y haciendo gestos con las manos mientras me reía.
De no estar tumbada fijo me hubiera asestado un buen puñetazo en el pecho.
Me acerqué a ella con la botella, le di un trago y lancé un poco para desinfectar mis manos.
-Toma bebe -le pedí antes de volver a sonreír acercándome un poco mas a la improvisada camilla.
Mi espalda se doblo hasta que mis labios presionaros suavemente los ajenos -esto no va a curarte -aseguré contra ellos antes de deslizar mi lengua entre estos para encontrarme con su sinhueso en una cruenta batalla de egos que le arrancó mas de un jadeo y que encendió mis ámbar oscureciendolos.
Me aparté relamiendome, dejandole la botella para que bebiera y sacando la daga de acero me acerqué a un fuego prendido que como yo otros usaban para cauterizar las heridas de los heridos.
Dejé que la hoja adquiriera un tono incandescente, cuando eso ocurro regresé junto a al hechicera.
-Cuenta hasta tres ¿de acuerdo?
La escuché decir una con el cuerpo relajado pero dispuesto a tensarse con el numero tres, claro que eso no sucedió porque no esperé tanto y antes de que pronunciara el numero dos cautericé su herida forzándola a maldecirme gritando mi nombre casi aullando de dolor.
-Joder, no lo hiciste con tanta pasión cuando te la metí -bromeé apartando la daga de su piel y comprobando que la herida había quedado bien cerrada.
-Ahora si ya casi hemos terminado bromeé acercándome de nuevo a ella y agachándome para depositar un beso suave en sus labios.
-Solo he de poner una pasta, son plantas antibióticas, servirán para que no se infecte y en unos días estarás perfectamente.
La bruja me miraba fijamente jadeando, con su rostro perlado en sudor mientras me veía masticar las hojas de agrio sabor que como un cataplasma esparciría en su espalda.
-De nada -dije sin borrar la sonrisa, pero ella se centraba en la sangre que manchaba mi camisa y que emanaba de mi costado derecho.
-No es nada, un roce, cerrará.
Lobbo Landvik- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 178
Fecha de inscripción : 16/08/2016
Re: La purga de los lobos (+18)
Sentía el escozor cuando el alcohol fue derramado en su espalda, arrancandola un grito que acabó en jadeos tratando de controlar el dolor, miró a Lobbo atendiendola. Alzando una ceja algo sorprendido por la petición del beso y haciendo la correspondiente mofa, levantó la mano con clara intención de golpearlo, pero no tenía fuerzas. No perdía esa odiosa actitud engreida ni en aquellos momento, más hizo caso y bebió de la botella que el licántropo la paso, le venía bien el trago, pues sabía que realmente no quedaba tan poco como aseguraba el mentirosillo lobo.
Wenkyel suspiró dolorida mirando como el joven se inclinaba sobre ella accediendo a sus deseos y dandola primero un suave beso, y aunque aseguró que eso no iba a curarla ella saboreo un segundo beso mas humedo, mientras jugaba su lengua con la de él, escapandole de los labios jadeos de ansiedad por más besos aun sobre los labios ajenos, dandole una suave lamida sobre los labios. -Se que no me va a curar, pero era para demostrarte que podía hacerlo y que tú accederias...no puedes resistirte.- Dijo con voz debil pero burlona a fin de cuentas, como intentando mostrarle que le podía seguir el ritmo aunque estuviera en ese estado de debilidad, se relamió los labios mirandole. -Algun dia lo conseguiré tambien sin ese delicioso sabor alcohol de tus labios. -Dijo para picarle, y se rió con suavidad ya que le dolía hasta eso.
El semblante se cambiaba a uno más aterrado por parte de la bruja bebiendo mientras de reojo veía como acercaba la daga, en ese momento las burlas primeras de Lobbo se habrían hecho realidad, y gritaría que eso le dolería mucho. Pero se conformó con solo tragar saliba con temor y recostandose preparandose. -Está bien....uno....d..- El aullido que dolor tremendo y agudo que dió la bruja fue enormemente sonoro, acompañado de un "¡¡¡Lobbo, hijo de.....!!!" que no acabo de terminar por el agudo grito del dolor tan intenso. La bruja temblaba de dolor y sollozó unos instante mordiendo un trozo de tela para reprimirse. Más abrió los ojos mirando a Lobbo cuando solto eso..se limpio las lagrimas de las mejillas y apretó los dientes. -Sera por que eres más habil con las armas que con lo que tienes entre las piernas.- Dijo de manera mordaz, se relamió con la respiración acelerada. - Repetiré a ver si eres capaz de más...- Le dijo manteniendo una maliciosa sonrisilla, no es que ahora tuviera muchas ganas de mantener esa batalla de egos, pero no quería perder el animo.
Ni pudo evitar sonreir de suave forma cuando otro beso llego de parte del licántropo. Jadeaba limpiandose un poco el sudor del cuello con la mano, mientras le observaba como esparce esa pasta sobre su espalda. -¿Es una escusa para esparcir algo que sale de tu boca por mi piel?- Bromeó la bruja, aunque se ruborizó un poco, ese maldito lobo la estaba viendo demasiado en un estado bastante vulnerable, entreabrió los labios fijandose en la sangre del costado. Miró a Lobbo con preocupación, se levanto echandose algo de ropa por encima ya que la había despojado de ropa para curarla la herida. - Dejame ahora cuidarte yo..sé curar heridas...- Dijo acariciandole la cara y abriendo la camisa para examinarle el costado. -Se que vosotros os curais antes....pero igualmente voy a limpiarte la herida y a ayudarte a acelerar tu curación de perro prodigio.- Dijo algo chulesca, mientras buscaba para traerle las cosas y limpiar con suavidad la sangre para ver la herida.- Tranquilo, no soy tan cruel como lo has sido tú.- Replica acordandose cuando le cauterizó la herida, sacudió un poco la cabeza, si bien estaba debilitada por el dolor y las heridas no se iba a dejar vencer por el agotamiento y atendería al impertinente licántropo. Le pasó la botella mientras examinaba la herida por si iba a tener que cose o sus habilidades de licano servirían.
Wenkyel suspiró dolorida mirando como el joven se inclinaba sobre ella accediendo a sus deseos y dandola primero un suave beso, y aunque aseguró que eso no iba a curarla ella saboreo un segundo beso mas humedo, mientras jugaba su lengua con la de él, escapandole de los labios jadeos de ansiedad por más besos aun sobre los labios ajenos, dandole una suave lamida sobre los labios. -Se que no me va a curar, pero era para demostrarte que podía hacerlo y que tú accederias...no puedes resistirte.- Dijo con voz debil pero burlona a fin de cuentas, como intentando mostrarle que le podía seguir el ritmo aunque estuviera en ese estado de debilidad, se relamió los labios mirandole. -Algun dia lo conseguiré tambien sin ese delicioso sabor alcohol de tus labios. -Dijo para picarle, y se rió con suavidad ya que le dolía hasta eso.
El semblante se cambiaba a uno más aterrado por parte de la bruja bebiendo mientras de reojo veía como acercaba la daga, en ese momento las burlas primeras de Lobbo se habrían hecho realidad, y gritaría que eso le dolería mucho. Pero se conformó con solo tragar saliba con temor y recostandose preparandose. -Está bien....uno....d..- El aullido que dolor tremendo y agudo que dió la bruja fue enormemente sonoro, acompañado de un "¡¡¡Lobbo, hijo de.....!!!" que no acabo de terminar por el agudo grito del dolor tan intenso. La bruja temblaba de dolor y sollozó unos instante mordiendo un trozo de tela para reprimirse. Más abrió los ojos mirando a Lobbo cuando solto eso..se limpio las lagrimas de las mejillas y apretó los dientes. -Sera por que eres más habil con las armas que con lo que tienes entre las piernas.- Dijo de manera mordaz, se relamió con la respiración acelerada. - Repetiré a ver si eres capaz de más...- Le dijo manteniendo una maliciosa sonrisilla, no es que ahora tuviera muchas ganas de mantener esa batalla de egos, pero no quería perder el animo.
Ni pudo evitar sonreir de suave forma cuando otro beso llego de parte del licántropo. Jadeaba limpiandose un poco el sudor del cuello con la mano, mientras le observaba como esparce esa pasta sobre su espalda. -¿Es una escusa para esparcir algo que sale de tu boca por mi piel?- Bromeó la bruja, aunque se ruborizó un poco, ese maldito lobo la estaba viendo demasiado en un estado bastante vulnerable, entreabrió los labios fijandose en la sangre del costado. Miró a Lobbo con preocupación, se levanto echandose algo de ropa por encima ya que la había despojado de ropa para curarla la herida. - Dejame ahora cuidarte yo..sé curar heridas...- Dijo acariciandole la cara y abriendo la camisa para examinarle el costado. -Se que vosotros os curais antes....pero igualmente voy a limpiarte la herida y a ayudarte a acelerar tu curación de perro prodigio.- Dijo algo chulesca, mientras buscaba para traerle las cosas y limpiar con suavidad la sangre para ver la herida.- Tranquilo, no soy tan cruel como lo has sido tú.- Replica acordandose cuando le cauterizó la herida, sacudió un poco la cabeza, si bien estaba debilitada por el dolor y las heridas no se iba a dejar vencer por el agotamiento y atendería al impertinente licántropo. Le pasó la botella mientras examinaba la herida por si iba a tener que cose o sus habilidades de licano servirían.
Wenkyel Enhydra- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 239
Fecha de inscripción : 06/07/2017
Re: La purga de los lobos (+18)
Ladeé la sonrisa divertido por sus palabras.
-¿Necesito yo escusa para esparcir algo que salga de mi boca sobre tu piel? -dije con aire engreído mientras esta tomaba asiento ofuscada centrándose en descubrir mi torso para observar la herida con detenimiento.
-¿me puedes dar un beso? -pregunté imitándola poniendo su voz, lo que la llevó a fruncir el ceño mirándome fijamente mientras yo me reía y ella se le encendían las mejillas.
Tiré de su nuca buscando su boca, relamiendome después de un beso profundo, húmedo, en el que mi lengua arrasó con su sinhueso deleitándome de esa sabor a alcohol que siempre copaba nuestros besos.
-Cerrará sola -aseguré centrando mis ámbar en su mirada turbia -estoy bien.
Desvié mi mirada hacia Idril, que venia a comentarme como estaba Sirius, al parecer solo necesitaba recobrar energía, no había sido herido en batalla, eso lo sabia pues había hecho de contención, no porque no fuera bueno con el cuerpo a cuerpo, si no porque era bestial como hechicero.
Mi hermana podía estar orgullosa del hombre con el que se había casado y el de ella, me costaba lo mucho que ambos se amaban.
-Dile a Sirius que mas le vale reponerse antes de volver o mi hermana nos capará a los dos, al menos a mi, la suya parece que la necesita para traer descendencia.
Devolví mi atención a la bruja que seguía enfrascada en mi herida ocn el ceño fruncido, alegaba que sangraba mucho y que seria mejor coserla, que ella sabia curar y que...
-Vale -dije sin mas -cerrara, pero si crees que necesita puntos hazlo
Tomé la botella y di un par de tragos rápidos
-¿quieres? -pregunté pasándosela.
Wenky enhebraba la aguja tras desinfectarla con un chorro de whisky.
-¡Oye, no lo desperdicies! -bromeé sin perder mi sentido del humor -no he sido cruel, era la forma mas rápida, perdías mucha sangre.
Di un nuevo trago de la botella relamiendome después.
-¿estas mejor? -pregunté refiriéndome a su herida. Ella se había llevado la peor parte
-¿Necesito yo escusa para esparcir algo que salga de mi boca sobre tu piel? -dije con aire engreído mientras esta tomaba asiento ofuscada centrándose en descubrir mi torso para observar la herida con detenimiento.
-¿me puedes dar un beso? -pregunté imitándola poniendo su voz, lo que la llevó a fruncir el ceño mirándome fijamente mientras yo me reía y ella se le encendían las mejillas.
Tiré de su nuca buscando su boca, relamiendome después de un beso profundo, húmedo, en el que mi lengua arrasó con su sinhueso deleitándome de esa sabor a alcohol que siempre copaba nuestros besos.
-Cerrará sola -aseguré centrando mis ámbar en su mirada turbia -estoy bien.
Desvié mi mirada hacia Idril, que venia a comentarme como estaba Sirius, al parecer solo necesitaba recobrar energía, no había sido herido en batalla, eso lo sabia pues había hecho de contención, no porque no fuera bueno con el cuerpo a cuerpo, si no porque era bestial como hechicero.
Mi hermana podía estar orgullosa del hombre con el que se había casado y el de ella, me costaba lo mucho que ambos se amaban.
-Dile a Sirius que mas le vale reponerse antes de volver o mi hermana nos capará a los dos, al menos a mi, la suya parece que la necesita para traer descendencia.
Devolví mi atención a la bruja que seguía enfrascada en mi herida ocn el ceño fruncido, alegaba que sangraba mucho y que seria mejor coserla, que ella sabia curar y que...
-Vale -dije sin mas -cerrara, pero si crees que necesita puntos hazlo
Tomé la botella y di un par de tragos rápidos
-¿quieres? -pregunté pasándosela.
Wenky enhebraba la aguja tras desinfectarla con un chorro de whisky.
-¡Oye, no lo desperdicies! -bromeé sin perder mi sentido del humor -no he sido cruel, era la forma mas rápida, perdías mucha sangre.
Di un nuevo trago de la botella relamiendome después.
-¿estas mejor? -pregunté refiriéndome a su herida. Ella se había llevado la peor parte
Lobbo Landvik- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 178
Fecha de inscripción : 16/08/2016
Re: La purga de los lobos (+18)
La bruja miraba con delicadeza la herida de Lobbo, que aunque se empeñaba que estaba bien más empeñaba ella en curarsela, alzó la vista roja al mas no poder con esas bromas que incansablemente pronunciaba por el placer sin duda de ver a la bruja caer en ruborización y enfados. Cuando hizo burla de su petición del beso la bruja le dió un pequeño manotazo ruborizada, pero enseguida el pequeño pique fue aplacado con un nuevo beso, que Wenkyel le presentó batalla con su lengua contra la del lobo, jadeaba cada vez que le besaba arrastrada por el deseo, que daba como ganador de ese asalto a Lobbo, la bruja suspiró y volvió a deslizar la vista a la herida a pesar de que aseguraba de lo bien que estaba.
Escuchó la conversación que tenía con la otra chica y como se aseguraba del buen estado de Sirius, la verdad es que le impresionó el poder de este, y no pudo evitar sonreir de medio lado cuando mencionó lo intensa que podía ser su hermano si algo le pasaba. Frunció el ceño tocando alrededor de la herida de Lobbo, viendo el sangrante corte, y lo limpió con sumo cuidado y delicadeza, ignorando las palabras de Lobbo. -Deja de hacerte el machote, te voy a curar y nada más que hablar. - Gruñó la bruja tomando la botella para desinfectar la aguja ante la protesta del licano por "desperdiciar" el alcohol. Wenkyel bufó buscando la paciencia mientras alzaba la vista desde su baja posición mientras le curaba. -Si has sido cruel, no has esperado ni a que me mentalizase de lo que ibas a hacer, ademas...pude notar que casi tienes un orgasmo cuando aplastastes esa daga incandescente contra mi piel.- comentó la bruja, quizás despues sorprendida de lo brusca que fue en sus palabras. -pero..gracias por hacerlo...- Susurró a continuación como si eso arreglara lo brusca que fue en la anterior frase.
Cosía la herida con cuidado de no dañarle, o quizás disfrutando de lo duro que fingía ser el lobo, o quizás no lo fingía y si lo aguantaba sin problemas. Volvió a observarle cuando preguntó por su estado, Wenkyel sonrió y ladeo la cabeza de forma chulesca. -¿Que clase de piromante sería si no aguantase unas cuantas e insignificantes quemaduras?.- Dijo encendiendo su ego, lo cierto es que logicamente le ardía la herida al más no poder, pero la planta antibiotica cumplía su misión apaciguando el dolor. -El fuego es mi elemento, no mi enemigo.- Aseguró de manera engreida.
Tapó la herida ya cosida del licántropo, mientras meditaba que ahora era el momento perfecto para enseñarle al licano que ella tambien podía dominar en otros ambitos, cogió la botella de wisky dandole un trago poniendose en pie quedando ahora más alta que el licántropo, para seguidamente agarrar la melena de Lobbo tirando de él para que la mirase y bajar a besarlo dandole de beber el wisky de su propia boca, para finalizar colando su lengua en la boca ajena y lamer los labios del licántropo antes de retirarse mordiendose el labio inferior. -Yo también sé jugar a esos juegos. - Aseguró para volver a sentarse y recostase, las energias estaban bajas despues de una batalla. E incluso la bruja notaba cansancio, miraba al lobo no obstante como siempre engreido se mostraba, como si siempre tuviera la sarten por el mango, aunque ahora el ego de la bruja le decía que era ella quien había ganado ese duelo de fuego que se traía con el impertinente licano, mientras alargaba el brazo acariciando el abdomen de Lobbo. - Hasta tú necesitas descansar.- Aseguró ella mirandole con los ojos casi cerrados.
Escuchó la conversación que tenía con la otra chica y como se aseguraba del buen estado de Sirius, la verdad es que le impresionó el poder de este, y no pudo evitar sonreir de medio lado cuando mencionó lo intensa que podía ser su hermano si algo le pasaba. Frunció el ceño tocando alrededor de la herida de Lobbo, viendo el sangrante corte, y lo limpió con sumo cuidado y delicadeza, ignorando las palabras de Lobbo. -Deja de hacerte el machote, te voy a curar y nada más que hablar. - Gruñó la bruja tomando la botella para desinfectar la aguja ante la protesta del licano por "desperdiciar" el alcohol. Wenkyel bufó buscando la paciencia mientras alzaba la vista desde su baja posición mientras le curaba. -Si has sido cruel, no has esperado ni a que me mentalizase de lo que ibas a hacer, ademas...pude notar que casi tienes un orgasmo cuando aplastastes esa daga incandescente contra mi piel.- comentó la bruja, quizás despues sorprendida de lo brusca que fue en sus palabras. -pero..gracias por hacerlo...- Susurró a continuación como si eso arreglara lo brusca que fue en la anterior frase.
Cosía la herida con cuidado de no dañarle, o quizás disfrutando de lo duro que fingía ser el lobo, o quizás no lo fingía y si lo aguantaba sin problemas. Volvió a observarle cuando preguntó por su estado, Wenkyel sonrió y ladeo la cabeza de forma chulesca. -¿Que clase de piromante sería si no aguantase unas cuantas e insignificantes quemaduras?.- Dijo encendiendo su ego, lo cierto es que logicamente le ardía la herida al más no poder, pero la planta antibiotica cumplía su misión apaciguando el dolor. -El fuego es mi elemento, no mi enemigo.- Aseguró de manera engreida.
Tapó la herida ya cosida del licántropo, mientras meditaba que ahora era el momento perfecto para enseñarle al licano que ella tambien podía dominar en otros ambitos, cogió la botella de wisky dandole un trago poniendose en pie quedando ahora más alta que el licántropo, para seguidamente agarrar la melena de Lobbo tirando de él para que la mirase y bajar a besarlo dandole de beber el wisky de su propia boca, para finalizar colando su lengua en la boca ajena y lamer los labios del licántropo antes de retirarse mordiendose el labio inferior. -Yo también sé jugar a esos juegos. - Aseguró para volver a sentarse y recostase, las energias estaban bajas despues de una batalla. E incluso la bruja notaba cansancio, miraba al lobo no obstante como siempre engreido se mostraba, como si siempre tuviera la sarten por el mango, aunque ahora el ego de la bruja le decía que era ella quien había ganado ese duelo de fuego que se traía con el impertinente licano, mientras alargaba el brazo acariciando el abdomen de Lobbo. - Hasta tú necesitas descansar.- Aseguró ella mirandole con los ojos casi cerrados.
Wenkyel Enhydra- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 239
Fecha de inscripción : 06/07/2017
Re: La purga de los lobos (+18)
Sentí las puntadas en mi piel, el hierro se hundía en mi carne y tras este, como corría el hilo uniendo las partes. La herida estaba caliente y yo iba bebiendo de la botella, así que apenas sentía dolor. Eso y que ella se esforzaba por no dañarme mas de la cuenta mientras me explicaba lo cruel que yo había sido logrando hacerme reír.
Su mirada se elevaba de la herida a mis ojos en ocasiones, sobre todo si en algún instante siseaba ligeramente.
Una vez acabó la sutura acercó sus labios al hilo cortándolo con los dientes y tras limpiar la herida y cubrirla dio su trabajo por concluido sonriendo satisfecha.
-No ha estado mal -dije sin poder borrar esa engreída sonrisa de mis labios mientras la miraba.
La piromana, como ella se describía, se alzó, yo aun estaba sentado así que elevé la mirada sintiendo de inmediato como sus dedos se anclaban en mi pelo con rudeza, esta vez fue ella la que presionó mis labios abriéndose paso entre ellos con su lengua de fuego.
Yo no me quedé atrás, nuestras lenguas como brasas serpentearon dando mas combustible a aquel incendio en e que se convertían nuestros cuerpos.
Mis manso se afianzaron a sus nalgas, empujé para bajarla, sentirla bailar sobre mi verga era todo cuanto ansiaba, mas ella me detuvo con un jadeo que delató sus ganas, al parecer las heridas necesitaban reposo y un mohin fue la respuesta que encontró en mi rostro.
¿no dices que sabes jugar? Pues juguemos -le pedí afianzando su muñeca para no dejarla ir.
La hechicera negó logrando zafarse con una divertida sonrisa triunfal pintada en la cara, se dejo vencer sobre aquel improvisado lecho y me invitó de algún modo a hacer lo mismo.
Sus ojos se cerraban, al parecer estaba cansada, no la culpaba, la lucha había sido encarnizada y ella malherida.
Yo era un licantropo, mis heridas cerraban con mas facilidad y mi resistencia era superior a la humana.
-Voy a comprobar que todos los míos estén de una pieza ¿podrás esperarme? -pregunté con tono divertido consciente de que posiblemente a mi vuelta ya estaría en los brazos de Morfeo.
Me relamí los labios guiñándole un ojo antes de emprender camino hacia unos cuantos de mis hombres que se arremolinaban bebiendo alrededor del fuego.
Cogí la bota que me pasaron y dí un trago escuchando hablar de las chanzas de unos y otros durante la batalla.
Todos reíamos animados por la victoria y el alcohol que empezaba a correr raudo por las venas.
Su mirada se elevaba de la herida a mis ojos en ocasiones, sobre todo si en algún instante siseaba ligeramente.
Una vez acabó la sutura acercó sus labios al hilo cortándolo con los dientes y tras limpiar la herida y cubrirla dio su trabajo por concluido sonriendo satisfecha.
-No ha estado mal -dije sin poder borrar esa engreída sonrisa de mis labios mientras la miraba.
La piromana, como ella se describía, se alzó, yo aun estaba sentado así que elevé la mirada sintiendo de inmediato como sus dedos se anclaban en mi pelo con rudeza, esta vez fue ella la que presionó mis labios abriéndose paso entre ellos con su lengua de fuego.
Yo no me quedé atrás, nuestras lenguas como brasas serpentearon dando mas combustible a aquel incendio en e que se convertían nuestros cuerpos.
Mis manso se afianzaron a sus nalgas, empujé para bajarla, sentirla bailar sobre mi verga era todo cuanto ansiaba, mas ella me detuvo con un jadeo que delató sus ganas, al parecer las heridas necesitaban reposo y un mohin fue la respuesta que encontró en mi rostro.
¿no dices que sabes jugar? Pues juguemos -le pedí afianzando su muñeca para no dejarla ir.
La hechicera negó logrando zafarse con una divertida sonrisa triunfal pintada en la cara, se dejo vencer sobre aquel improvisado lecho y me invitó de algún modo a hacer lo mismo.
Sus ojos se cerraban, al parecer estaba cansada, no la culpaba, la lucha había sido encarnizada y ella malherida.
Yo era un licantropo, mis heridas cerraban con mas facilidad y mi resistencia era superior a la humana.
-Voy a comprobar que todos los míos estén de una pieza ¿podrás esperarme? -pregunté con tono divertido consciente de que posiblemente a mi vuelta ya estaría en los brazos de Morfeo.
Me relamí los labios guiñándole un ojo antes de emprender camino hacia unos cuantos de mis hombres que se arremolinaban bebiendo alrededor del fuego.
Cogí la bota que me pasaron y dí un trago escuchando hablar de las chanzas de unos y otros durante la batalla.
Todos reíamos animados por la victoria y el alcohol que empezaba a correr raudo por las venas.
Lobbo Landvik- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 16/08/2016
Re: La purga de los lobos (+18)
Sin duda había vuelto a encender al lobo cono una mecha, mentiría si dijera que no era eso lo que deseaba, aunque solo fuese por ponerse en la tesitura de ser ella quien le negara al lobo lo que él en ese instante deseaba, una pequeña venganza personal de las tantas y tantas jugarretas picaras del lobo. Aunque mentiría si dijese que no se excitó de sobre manera como la sujetó despues de ese ardiente beso, y si bien tenía ganas de haberse lanzado sobre Lobbo pero iba a llevarse esta victoría para su orgullo, solo para eso. Suspiró recostándose invitando a Lobbo a seguirla, pero sin duda el licantropo aun tenía cosas que atender, o ganas de divertirse, sin embargo la bruja por mucho que quisiera seguirle el ritmo ella si era humana en ese sentido y necesitaba un respiro, ademas de llevar desde que estaba con el licántropo en un duerme vela.
Suspiró observandole, y le devolvió el guiño de ojo cuando avisó que iba a echar un ojo a sus hombres. Wenkyel sonrió mientras se acomodaba. Quizás se durmió por que solo recordó el sonido de las risas lejanas de los chicos divirtiendose, pero estaba ciertamente agotada, se durmió sí, y no sabe cuanto tiempo pasó cuando unos pasos la despertaron, se encontraba algo más despejada, pero la luna estaba alta aun y el silenció era algo más presente. Se estiró un poco sin levantarse y soltó una pequeña risa. -¿Te vas a tropezar con todas las ramas que veas?.- Comentó de manera burlona la bruja, mientras se sentaba desperezándose un poco restregándose la mejilla con algo de sueño. -Vaya vaya, puedo oler el licor desde aquí y eso que yo no tengo el don del lobo corriendo por mis venas.- Susurró mientras le miraba sonriendo con malicia y picarda.
Se echó su pelirroja melena hacia atrás que ahora se veía algo despeinada, más golpeó de manera juguetona la pierna de Lobbo. -Ya que has estado de fiesta con tu manada me habrás traido algo ¿no?- Sonríe de medio lado mirándole, sin duda parecía que estaba algo ebrio y era algo natural, merecía esa pequeña juega después de haber combatido y haberse llevado el primer asalto, en realidad la bruja lo entendía más de lo que pudiera parecer. Le miró mordiéndose el labio ligeramente. Se incorporó agarrándole para tirar de él. -Anda ven aquí perro tonto, te he esperado...como pedistes...bueno, aproveché para dar una cabezada mientras tu te bebías todo el alcohol sin acordarte de traerme un poco.- Gruñe la bruja para provocarle, como si de verdad le ofendiera eso, finalmente se rió mientras se le aceleraba el pulso debido a los pensamientos que la invadían, aunque podía deberse a la necesidad adictiva que ese maldito licántropo la provocaba. Pero naturalmente no iba a decírselo, eso le daría un poder que no quería darle al menos aun, y mucho menos engrosar ese ego tan grande que ya poseía, pero solo por juego se acercó a él con aire creído y altivo agarrándole nuevamente el pelo para echara hacia atrás la cabeza, la bruja alargó la lengua lamiendole el cuello y le mordió suavemente con un jadeo ansioso. -Bien...buenas noches.- Dijo riendo entre dientes para fastidiarle. Le soltó y se giró atizándole con su melena en la cara antes de volver al lecho improvisado riendo divertida por las reacciones del licántropo con aire triunfal, le era sumamente gratificante y excitante dejarle con la miel en los labios y la cara que ponía.
Suspiró observandole, y le devolvió el guiño de ojo cuando avisó que iba a echar un ojo a sus hombres. Wenkyel sonrió mientras se acomodaba. Quizás se durmió por que solo recordó el sonido de las risas lejanas de los chicos divirtiendose, pero estaba ciertamente agotada, se durmió sí, y no sabe cuanto tiempo pasó cuando unos pasos la despertaron, se encontraba algo más despejada, pero la luna estaba alta aun y el silenció era algo más presente. Se estiró un poco sin levantarse y soltó una pequeña risa. -¿Te vas a tropezar con todas las ramas que veas?.- Comentó de manera burlona la bruja, mientras se sentaba desperezándose un poco restregándose la mejilla con algo de sueño. -Vaya vaya, puedo oler el licor desde aquí y eso que yo no tengo el don del lobo corriendo por mis venas.- Susurró mientras le miraba sonriendo con malicia y picarda.
Se echó su pelirroja melena hacia atrás que ahora se veía algo despeinada, más golpeó de manera juguetona la pierna de Lobbo. -Ya que has estado de fiesta con tu manada me habrás traido algo ¿no?- Sonríe de medio lado mirándole, sin duda parecía que estaba algo ebrio y era algo natural, merecía esa pequeña juega después de haber combatido y haberse llevado el primer asalto, en realidad la bruja lo entendía más de lo que pudiera parecer. Le miró mordiéndose el labio ligeramente. Se incorporó agarrándole para tirar de él. -Anda ven aquí perro tonto, te he esperado...como pedistes...bueno, aproveché para dar una cabezada mientras tu te bebías todo el alcohol sin acordarte de traerme un poco.- Gruñe la bruja para provocarle, como si de verdad le ofendiera eso, finalmente se rió mientras se le aceleraba el pulso debido a los pensamientos que la invadían, aunque podía deberse a la necesidad adictiva que ese maldito licántropo la provocaba. Pero naturalmente no iba a decírselo, eso le daría un poder que no quería darle al menos aun, y mucho menos engrosar ese ego tan grande que ya poseía, pero solo por juego se acercó a él con aire creído y altivo agarrándole nuevamente el pelo para echara hacia atrás la cabeza, la bruja alargó la lengua lamiendole el cuello y le mordió suavemente con un jadeo ansioso. -Bien...buenas noches.- Dijo riendo entre dientes para fastidiarle. Le soltó y se giró atizándole con su melena en la cara antes de volver al lecho improvisado riendo divertida por las reacciones del licántropo con aire triunfal, le era sumamente gratificante y excitante dejarle con la miel en los labios y la cara que ponía.
Wenkyel Enhydra- Hechicero Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/07/2017
Re: La purga de los lobos (+18)
Lo pasamos bien frente a la lumbre pero llegado el momento, bastante ebrio me retiré a dormirla junto a la hechicera.
Iba despacio para no despertarla, aunque al parecer no se me daba muy bien eso de ir en silencio pues tropecé con medio bosque y las ramas crujían bajo mis pies haciéndome reír y luego sisear intentando hacerme callar.
Ladeé la sonrisa cuando la escuché preguntarme si no podía tropezar con mas ramas.
-Bueno, creo que si me bebo otra podría superar mi propia marca -bromeé enredando las palabras dejándome caer al lado de la hechicera que me miraba con una sonrisa ladeada
Me encogí de hombros observando esa cascada de fuego que caía por encima de su hombro.
-No, no te he traído nada, me lo he bebido -reconocí riéndome pegándome cada vez mas a su cuerpo.
-Así que lobo tonto -susurré alargando las palabras mientras mis manos se perdían en sus caderas para pegarla mas a mi con un tirón brusco que al arrastro contra mi cuerpo.
Mis labios se acercaron a los ajenos ansiosos de devorar y des comidos, hambriento de ella, boca entreabierta que me calcino con su cálido aliento, aunque lejos de corresponder, de enredarse en una batalla a muerte, gruñó deslizando su sinhueso por mi cuello.
Ladeé la cabeza dándole acceso, el cuello era mi punto débil, así que ahora es ella quien logro arrancarme un gruñido lobuno que me encendió mas haciendo que mi pantalón creciera pegado a su cuerpo.
Mordió mi cuello, mis manos empujaron sus caderas contra mi abultado miembro clavandola en su bajo vientre ante la picara sonrisa de la dama que me tenia exactamente como me quería y así me lo hizo saber dándose la vuelta para darme la espalda.
-¡Oh vamos! -le dije con una aparente frustración invadiendo mi cuerpo -no puedes dejarme así.
Yo no era de los que se rendían, así que me pegué a su espalda, ladeé la sonrisa deslizando mis labios bañados en alcohol por su cuello muy despacio, lamiendo su piel que se erizaba a mi paso.
Trepé por su piel alzándome vencedor sobre su cuerpo, mi verga dura contra su centro, solo la tela del pantalón me separaba de llegar y conquistar.
Mi boca ascendió por su mandíbula, mordiéndola hasta que sus labios entreabiertos rozaron los míos.
-Tienes tantas ganas como yo, lo huelo -aseguré enredando las palabras con ese aire engreído que me caracterizaba.
Mi lengua los lamió con lascivia, sus dedos se enredaron en mi nuca antes de convertir aquello roces en un beso pasional, rudo, que me arranco un sin fin de gruñidos y jadeos. Nuestras lenguas como la hiedra se enredaron deslizándose de una cueva a otra.
Mi mano se abrió paso por debajo de su falda haciendo a un lado sus bragas, recorrí ocn mis dedos su feminidad, mojada, la trinchera empapaba mis dedos cuando estos pasaban.
-Estas muy mojada -susurre contra sus labios volviendo a devorarlos.
Nuestras bocas engrosadas por los mordiscos se buscaban ávidas de la del otro entre roncos gruñidos.
Hundí dos de mis dedos en su laberinto, sacudiéndolos enérgicos y pronto a estos les acompañó un tercero.
Sus caderas buscaban mis embestidas mientras me la follaba con la mano esperando que liberara al kraken que rugía dentro de mis pantalones.
Iba despacio para no despertarla, aunque al parecer no se me daba muy bien eso de ir en silencio pues tropecé con medio bosque y las ramas crujían bajo mis pies haciéndome reír y luego sisear intentando hacerme callar.
Ladeé la sonrisa cuando la escuché preguntarme si no podía tropezar con mas ramas.
-Bueno, creo que si me bebo otra podría superar mi propia marca -bromeé enredando las palabras dejándome caer al lado de la hechicera que me miraba con una sonrisa ladeada
Me encogí de hombros observando esa cascada de fuego que caía por encima de su hombro.
-No, no te he traído nada, me lo he bebido -reconocí riéndome pegándome cada vez mas a su cuerpo.
-Así que lobo tonto -susurré alargando las palabras mientras mis manos se perdían en sus caderas para pegarla mas a mi con un tirón brusco que al arrastro contra mi cuerpo.
Mis labios se acercaron a los ajenos ansiosos de devorar y des comidos, hambriento de ella, boca entreabierta que me calcino con su cálido aliento, aunque lejos de corresponder, de enredarse en una batalla a muerte, gruñó deslizando su sinhueso por mi cuello.
Ladeé la cabeza dándole acceso, el cuello era mi punto débil, así que ahora es ella quien logro arrancarme un gruñido lobuno que me encendió mas haciendo que mi pantalón creciera pegado a su cuerpo.
Mordió mi cuello, mis manos empujaron sus caderas contra mi abultado miembro clavandola en su bajo vientre ante la picara sonrisa de la dama que me tenia exactamente como me quería y así me lo hizo saber dándose la vuelta para darme la espalda.
-¡Oh vamos! -le dije con una aparente frustración invadiendo mi cuerpo -no puedes dejarme así.
Yo no era de los que se rendían, así que me pegué a su espalda, ladeé la sonrisa deslizando mis labios bañados en alcohol por su cuello muy despacio, lamiendo su piel que se erizaba a mi paso.
Trepé por su piel alzándome vencedor sobre su cuerpo, mi verga dura contra su centro, solo la tela del pantalón me separaba de llegar y conquistar.
Mi boca ascendió por su mandíbula, mordiéndola hasta que sus labios entreabiertos rozaron los míos.
-Tienes tantas ganas como yo, lo huelo -aseguré enredando las palabras con ese aire engreído que me caracterizaba.
Mi lengua los lamió con lascivia, sus dedos se enredaron en mi nuca antes de convertir aquello roces en un beso pasional, rudo, que me arranco un sin fin de gruñidos y jadeos. Nuestras lenguas como la hiedra se enredaron deslizándose de una cueva a otra.
Mi mano se abrió paso por debajo de su falda haciendo a un lado sus bragas, recorrí ocn mis dedos su feminidad, mojada, la trinchera empapaba mis dedos cuando estos pasaban.
-Estas muy mojada -susurre contra sus labios volviendo a devorarlos.
Nuestras bocas engrosadas por los mordiscos se buscaban ávidas de la del otro entre roncos gruñidos.
Hundí dos de mis dedos en su laberinto, sacudiéndolos enérgicos y pronto a estos les acompañó un tercero.
Sus caderas buscaban mis embestidas mientras me la follaba con la mano esperando que liberara al kraken que rugía dentro de mis pantalones.
Lobbo Landvik- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 16/08/2016
Re: La purga de los lobos (+18)
El lobo sin duda estaba hambriento una vez saciada la sed con alcohol y amigos, ahora parecía decidido a saciar otro tipo de necesidad, la bruja se divirtió haciendole rabiar fingiendo que se quedaría a dos velas, pero el licántropo era más habil de lo que a veces aparentaba, Wenkyel le dió la espalda buscando frustrarle y lo que consiguió es empezar a erizar la piel de la bruja cada vez que notaba el calor de sus labios o el de su humeda lengua en su cuello, la bruja no pudo evitar suspirar cerrando los ojos disfrutando del cosquilleo excitante que sentía. Había descubierto cuanto le gustaba a Lobbo que lamiera y besara su cuello, eso era una ventaja que sin duda jugaba a favor de la bruja.
Se mordió el labio inferior mirandole con deseo cuando se puso sobre ella y ladeo una sonrisa maliciosa cuando notaba como presionaba su zona masculina contra ella, haciendola sentir más calor si eso era posible, entreabrió los labios por la excitación trasmitida mientras le miró cuando el lobo insinuó como ambos deseaban caer en la lujuria, y ella mentiría si dijera que eso no era así, pero negó riendo divertida solo por llevarle la contraría, ya que su pulso iba a mil por hora con tan solo sentir el tacto del licántropo. No se resistió a sus dedos y tiró de su nuca para besarlo de lasciva forma, jugando con su lengua y dejando escapar jadeos nerviosos cargados de deseo por el otro.
Notaba sus dedos ansiar la zona femenina de la bruja que humeda de la excitación se encontraba, más las palabras del licántropo cuando destacó lo mojada que se encontraban los ojos de Wenkyel se clavaron en él sin poder evitar enrojecer sus mejillas nuevamente, aunque sabía que no era una queja por parte de Lobbo no pudo evitar eso cuando era tan explicitó con algunas cosas. -Es...que...ansiaba esto..- Dejó escapar timidamente, para volver a besarle con sumo deseo, quitando la ropa que le entorpecía el tacto con el licantropo, le apartó un poco, quizá mostrandose algo más atrevida que la primera vez pero las tornas habían cambiado, al menos ahora no estaban los dos borrachos, solo él, quizá por eso se tomo alguna libertad más o algun acto de atrevimiento mejor dicho, fue ella quien apartó ligeramente al licano para desabrochar el botón y liberar a la bestia que deseaba que saliera, ella acariciaba con suavidad aumentando la intensidad por momentos, besó mientras el cuello de Lobo antes de deslizar los besos hacía abajo lentamente sin dejar de masturbarle, aumentando la pasión.
Rozó con su aliento primeramente la hombria del licano, antes de profundizar algo más el juego, encendiendo sus acciones en la zona masculina, mientras le miraba antes de volver a subir lamiendo la zona abdominal y pectoral en la ascensión nuevamente al cuello, se acercó al oido de Lobbo. -Devorame...- susurró al licántropo, mientras le miraba encendida de deseo, despojandose de cualquier prenda que pudiera entorpecer, ofreciendose por completo. -Devorame...principe.- Dijo haciendo alusión a como le habían llamado la otra loba de la manada suya, sonrió con cierta timidez tras decir eso, no sabiendo si había podido meter un poco la pata o no, lo enmendaría de ser asi.
Se mordió el labio inferior mirandole con deseo cuando se puso sobre ella y ladeo una sonrisa maliciosa cuando notaba como presionaba su zona masculina contra ella, haciendola sentir más calor si eso era posible, entreabrió los labios por la excitación trasmitida mientras le miró cuando el lobo insinuó como ambos deseaban caer en la lujuria, y ella mentiría si dijera que eso no era así, pero negó riendo divertida solo por llevarle la contraría, ya que su pulso iba a mil por hora con tan solo sentir el tacto del licántropo. No se resistió a sus dedos y tiró de su nuca para besarlo de lasciva forma, jugando con su lengua y dejando escapar jadeos nerviosos cargados de deseo por el otro.
Notaba sus dedos ansiar la zona femenina de la bruja que humeda de la excitación se encontraba, más las palabras del licántropo cuando destacó lo mojada que se encontraban los ojos de Wenkyel se clavaron en él sin poder evitar enrojecer sus mejillas nuevamente, aunque sabía que no era una queja por parte de Lobbo no pudo evitar eso cuando era tan explicitó con algunas cosas. -Es...que...ansiaba esto..- Dejó escapar timidamente, para volver a besarle con sumo deseo, quitando la ropa que le entorpecía el tacto con el licantropo, le apartó un poco, quizá mostrandose algo más atrevida que la primera vez pero las tornas habían cambiado, al menos ahora no estaban los dos borrachos, solo él, quizá por eso se tomo alguna libertad más o algun acto de atrevimiento mejor dicho, fue ella quien apartó ligeramente al licano para desabrochar el botón y liberar a la bestia que deseaba que saliera, ella acariciaba con suavidad aumentando la intensidad por momentos, besó mientras el cuello de Lobo antes de deslizar los besos hacía abajo lentamente sin dejar de masturbarle, aumentando la pasión.
Rozó con su aliento primeramente la hombria del licano, antes de profundizar algo más el juego, encendiendo sus acciones en la zona masculina, mientras le miraba antes de volver a subir lamiendo la zona abdominal y pectoral en la ascensión nuevamente al cuello, se acercó al oido de Lobbo. -Devorame...- susurró al licántropo, mientras le miraba encendida de deseo, despojandose de cualquier prenda que pudiera entorpecer, ofreciendose por completo. -Devorame...principe.- Dijo haciendo alusión a como le habían llamado la otra loba de la manada suya, sonrió con cierta timidez tras decir eso, no sabiendo si había podido meter un poco la pata o no, lo enmendaría de ser asi.
Wenkyel Enhydra- Hechicero Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/07/2017
Re: La purga de los lobos (+18)
Aquella frase escapó de sus labios arrasando mi cordura, poco ya me importaba si su cuerpo me rehuía con el juego del gato y el ratón, ahora solo deseaba que volviera a susurrar entre jadeos que o era todo cuanto deseaba en ese momento contra mi oído.
No tardo en confirmar con palabras lo que su cuerpo aseveraba en gestos, que dudaba, posiblemente no del deseo que me prodigaba, pues su piel se erizaba al paso de mis manos, y su espalda se arqueaba ligeramente cuando estas caricias se tornaban tan profundas como mi lengua y la suya húmedas chocaban con pasión recorriendo cada recoveco de nuestras bocas.
Jadee contra la humedad de sus labios cuando sus brazos rodearon mi cuello hundiendo sus dedos en mi pelo para hacer mas intenso si es que eso era posible aquel incesante beso.
Su cuerpo se relajo, cediendo a mis caricias, mientras sus dedos, al principio despacio, mas poco a poco afianzándose en mi cuerpo daban paso a dibujar los músculos de mi espalda.
Sus palabras dieron paso a una lenta sonrisa que dibuja el principio de lo nuestro, estaba borracho, pro eso no me nublaba el juicio lo suficiente como para no percibir como su cuerpo serpenteaba ansioso bajo el mio.
Me perdí en sus ojos azules, cascada fuego enmarcaba nuestros rostros, escuché como de forma burlona dudaba sobre la capacidad en que mi cuerpo tomaría el suyo debido a mi lamentable estado.
Sonreí sin aflojar mi agarre un ápice, mis labios se abrieron provocando los suyos, acercándose para que cuando esta los fuera a tomar poner la distancia justa para no ser alcanzados.
Me relamí frente a ella, con los labios con sabor a alcohol.
-compruébalo por ti misma, creo que te sorprenderá lo dura que me la has puesto.
Descaro, entre nosotros había empezado el juego de la provocación y esa mujer lograba hacerme enloquecer solo con el tono de su voz, que con sensuales gestos y palabras arrastradas no me dejaba pensar en otra cosa que en introducirme en su interior.
Tiro de mi ropa interior liberando mi falo, que entre sus manos se erguía duro y palpitante.
Descendió para aplacarlo con sus labios, gruñí fuera de mi al sentir el calor de su boca, como lo lamia hambrienta como si ella fuera la loba. Apenas eso duró unos segundos, para calentar mas si cabía mis instintos mas primarios que iluminaron en un ámbar radioactivo mis ojos.
Jadeé esta vez si aproximando mi boca a la suya para quedarse, enredando nuestras lenguas nuevamente mientras mis dedos surcaban ya sin vacilación su entrepierna para acariciar los labios menores, recorriendolos con suavidad.
Acaricie su pequeña bulba haciéndola gemir, su cuerpo se arqueo entre mis manos, como si me hubiera estado esperando
Su respiración estaba ronca, casi al borde del éxtasis.
Sonreí excitandome muchísimo aquella reacción tan primitiva, tan salvaje frente a una caricia que no había echo mas que empezar.
-Tranquila nena, o me harás correrme sin metertela -susurré de forma engreida contra su boca dejandole mas que claro que su excitación era la mía.
Impaciente dirigió mi virilidad hacia la entrada de su vagina, quería sentirme dentro, lo quería ya, mas yo deseaba seguir jugando, quería hacerla explotar de placer una y otra vez, que no olvidara aquel encuentro en el bosque, devorarla como suplicaba.
-¿Me quieres dentro? -pregunté sin dejar de masturbarla -¿te pone que sea un príncipe?
No tardo en confirmar con palabras lo que su cuerpo aseveraba en gestos, que dudaba, posiblemente no del deseo que me prodigaba, pues su piel se erizaba al paso de mis manos, y su espalda se arqueaba ligeramente cuando estas caricias se tornaban tan profundas como mi lengua y la suya húmedas chocaban con pasión recorriendo cada recoveco de nuestras bocas.
Jadee contra la humedad de sus labios cuando sus brazos rodearon mi cuello hundiendo sus dedos en mi pelo para hacer mas intenso si es que eso era posible aquel incesante beso.
Su cuerpo se relajo, cediendo a mis caricias, mientras sus dedos, al principio despacio, mas poco a poco afianzándose en mi cuerpo daban paso a dibujar los músculos de mi espalda.
Sus palabras dieron paso a una lenta sonrisa que dibuja el principio de lo nuestro, estaba borracho, pro eso no me nublaba el juicio lo suficiente como para no percibir como su cuerpo serpenteaba ansioso bajo el mio.
Me perdí en sus ojos azules, cascada fuego enmarcaba nuestros rostros, escuché como de forma burlona dudaba sobre la capacidad en que mi cuerpo tomaría el suyo debido a mi lamentable estado.
Sonreí sin aflojar mi agarre un ápice, mis labios se abrieron provocando los suyos, acercándose para que cuando esta los fuera a tomar poner la distancia justa para no ser alcanzados.
Me relamí frente a ella, con los labios con sabor a alcohol.
-compruébalo por ti misma, creo que te sorprenderá lo dura que me la has puesto.
Descaro, entre nosotros había empezado el juego de la provocación y esa mujer lograba hacerme enloquecer solo con el tono de su voz, que con sensuales gestos y palabras arrastradas no me dejaba pensar en otra cosa que en introducirme en su interior.
Tiro de mi ropa interior liberando mi falo, que entre sus manos se erguía duro y palpitante.
Descendió para aplacarlo con sus labios, gruñí fuera de mi al sentir el calor de su boca, como lo lamia hambrienta como si ella fuera la loba. Apenas eso duró unos segundos, para calentar mas si cabía mis instintos mas primarios que iluminaron en un ámbar radioactivo mis ojos.
Jadeé esta vez si aproximando mi boca a la suya para quedarse, enredando nuestras lenguas nuevamente mientras mis dedos surcaban ya sin vacilación su entrepierna para acariciar los labios menores, recorriendolos con suavidad.
Acaricie su pequeña bulba haciéndola gemir, su cuerpo se arqueo entre mis manos, como si me hubiera estado esperando
Su respiración estaba ronca, casi al borde del éxtasis.
Sonreí excitandome muchísimo aquella reacción tan primitiva, tan salvaje frente a una caricia que no había echo mas que empezar.
-Tranquila nena, o me harás correrme sin metertela -susurré de forma engreida contra su boca dejandole mas que claro que su excitación era la mía.
Impaciente dirigió mi virilidad hacia la entrada de su vagina, quería sentirme dentro, lo quería ya, mas yo deseaba seguir jugando, quería hacerla explotar de placer una y otra vez, que no olvidara aquel encuentro en el bosque, devorarla como suplicaba.
-¿Me quieres dentro? -pregunté sin dejar de masturbarla -¿te pone que sea un príncipe?
Lobbo Landvik- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 16/08/2016
Re: La purga de los lobos (+18)
La bruja miraba los ojos del lobo, mientras seguían en ese juego pasional que se había encendido, pudo ver como cuando había vuelto a ascender por su cuerpo los ojos del licántropo ahora eran brillantes, mostrando su naturaleza sobrenatural, en otro caso inquietaría a la bruja, pero en ese momento, solo por ser él, sintío una mezcla de temor y excitación que se vió ahogada en los desesperados besos pasionales que siguieron contra el lobo, cada caricía la hacía hundirse más en el deseo que esta vez parecía más desesperado que la primera vez, aunque quizá sea por que esta vez solo uno de los dos estaba ebrio y no los dos.
Le miraba con tremendo deseo entre jadeos presa de la excitación, más no pudo evitar temblar de placer de tremenda forma cuando la calida mano del licántropo se adentraba en su sexo más que mojado, sensible ahora a cualquier caricia, aunque notó como Lobbo la encontró divertida la primitiva reacción presa de un deseo y una excitación que la bruja pensaba que jamas le habían provocado, gimió mirandole, deseando volver a sentir las caricias de aquella noche en el bosque, de volver a tenerlo dentro, la bruja le miró relamiendose lentamente con deseo y sonrió levemente de medio lado. -No puedo calmarme...ahora no..- Dijo de manera ansiosa, deseandole.
Le observó con la respiración aun acelerada, mientras deseosa de que entrase en ella, se extremecía por las palabras del lobo, apenas podía hablar por la masturbación que el licántropo la ofrecía, teniendola en un autentico placer, los jadeos eran sonoros e inevitables. -No solo te quiero dentro...te deseo dentro...y que no pares.- Dijo arrastando las palabras dejandose llevar por la desatada lujuria que sentía en ese momento, se mordió el labio inferior mirandole. -Me pone que por una vez el principe sea la bestia...por que lo eres, solo hay que mirarte a los ojos.- Suspiró de placer retorciendose un poco más, los claros ojos de la hechicera clavados en los ambar licanos.
-No me hagas rogarte...te deseo..te necesito..- Susurró en su oido antes de dar una delicada mordida en el lobulo de la oreja, y dejando escapar una maliciosa risa, deslizó los dedos por el pecho captando su musculatura con el tacto, notando el calor que desprendía, se alzó un poco para llegar a su cuello, y deborarlo con pasión disfrutando de lo que esa acción le gustaba, le arañó levemente los hombros dejada llevar por el deseo. Le obligó a tumbarse contra ella mientras seguía atendiendo su cuello entre besos y pequeños mordiscos, pegaba su cuerpo al de él, y se arqueaba ofreciendose y restregandose contra él, incluso la lascivia la reventaba por el simple echo de pasear sus labios por el cuello del lobo, al que practicamente le suplicaba por cada embestida que le pudiera dar, deseando que no parase, deseando que dejara salir su locura animal y ahogar sus gemidos en la boca del otro.
Le miraba con tremendo deseo entre jadeos presa de la excitación, más no pudo evitar temblar de placer de tremenda forma cuando la calida mano del licántropo se adentraba en su sexo más que mojado, sensible ahora a cualquier caricia, aunque notó como Lobbo la encontró divertida la primitiva reacción presa de un deseo y una excitación que la bruja pensaba que jamas le habían provocado, gimió mirandole, deseando volver a sentir las caricias de aquella noche en el bosque, de volver a tenerlo dentro, la bruja le miró relamiendose lentamente con deseo y sonrió levemente de medio lado. -No puedo calmarme...ahora no..- Dijo de manera ansiosa, deseandole.
Le observó con la respiración aun acelerada, mientras deseosa de que entrase en ella, se extremecía por las palabras del lobo, apenas podía hablar por la masturbación que el licántropo la ofrecía, teniendola en un autentico placer, los jadeos eran sonoros e inevitables. -No solo te quiero dentro...te deseo dentro...y que no pares.- Dijo arrastando las palabras dejandose llevar por la desatada lujuria que sentía en ese momento, se mordió el labio inferior mirandole. -Me pone que por una vez el principe sea la bestia...por que lo eres, solo hay que mirarte a los ojos.- Suspiró de placer retorciendose un poco más, los claros ojos de la hechicera clavados en los ambar licanos.
-No me hagas rogarte...te deseo..te necesito..- Susurró en su oido antes de dar una delicada mordida en el lobulo de la oreja, y dejando escapar una maliciosa risa, deslizó los dedos por el pecho captando su musculatura con el tacto, notando el calor que desprendía, se alzó un poco para llegar a su cuello, y deborarlo con pasión disfrutando de lo que esa acción le gustaba, le arañó levemente los hombros dejada llevar por el deseo. Le obligó a tumbarse contra ella mientras seguía atendiendo su cuello entre besos y pequeños mordiscos, pegaba su cuerpo al de él, y se arqueaba ofreciendose y restregandose contra él, incluso la lascivia la reventaba por el simple echo de pasear sus labios por el cuello del lobo, al que practicamente le suplicaba por cada embestida que le pudiera dar, deseando que no parase, deseando que dejara salir su locura animal y ahogar sus gemidos en la boca del otro.
Wenkyel Enhydra- Hechicero Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/07/2017
Re: La purga de los lobos (+18)
Lamí sus labios jugando con ella, tentándola a buscarme. La hechcera alzó ligeramente la cabeza para atrapar mi inferior en el juego del gato y el ratón, la podía escuchar gemir, su respiración pesada moría en mi boca que de buenas a primeras avasalló la ajena, deslizando mi lengua entre sus labios para perderse en un duelo a muerte con su sinhueso.
Nos devoramos hambrientos como depredadores, engrosando nuestros belfos, gruñendo, aplacando así sus jadeos mientras sus caderas danzaban contra mis dedos.
Ladeé la cabeza cuando su boca invadió mi cuello, cerré los ojos dejando escapar unos rápidos jadeos, me excitaba esa zona, como lamia el peligros sendero de mi yugular hasta llegar al lóbulo de mi oreja escuchádola suplicar.
No sabia cuanta razón albergaban sus palabras, yo era una bestia de ojos ámbar.
Saqué mis dedos mojados de ella llevándolos a mi boca, lamiéndolos para paladear su sabor, ladeé la sonrisa de forma maliciosa, descendiendo por su mandíbula, mordiendo su cuello hasta dejar marcados mis dientes en su piel amoratada.
Coroné las cúspides de sus grandes senos, lazados, ofrecidos y ahora bañados con mi saliva impregnada de alcohol.
Su cuerpo era deliciosa, me excitaba esas curvas peligrosas, esa mirada felina y como sus caderas me buscaban cuando sobrepasé la media luna de su ombligo hasta perder mi lengua en su centro abriéndome paso por sus cavidades, lamiendo y succionando su bulto que se engrosaba con el paso de mi lengua completamente sensible a mis suaves mordiscos.
No dejé de follármela con la boca hasta que sentí que iba a explotar, sus dedos aferraron mi pelo gimiendo querer mas, no era obediente asi que me alcé relamiendome, su boca me buscó fundiéndose en el sabor a sexo.
Tomé el tronco con la mano, deslizando mi glande por la trinchera de su sexo, sus labios bajos besaban la punta.
En la entrada al averno empujé gruñendo, sus paredes se dilataron engullendo mi verga al completo, alcé sus piernas colocandolas sobre mis hombros, profundizando así la entrada, quedando completamente dentro.
Embestí de forma salvaje mirando sus tormentas, en ellas se iluminaban los rayos y las centellas.
Entraba tan dentro que sus paredes temblaban con cada uno de mis salvajes movimientos hasta que juntos gruñimos llegado al climas, sus paredes estrangularon mi miembro que vibraba en su interior llenándola de mi.
Mi cuerpo cayó laxo sobre el ajeno, cerré los ojos haciéndome ligeramente a un lado con una ladeada sonrisa de satisfacción.
-¿Ha valido la pena esperarme? Pregunté con ese aire engreído que me caracterizaba, mas que una pregunta creo era una afirmación.
Nos devoramos hambrientos como depredadores, engrosando nuestros belfos, gruñendo, aplacando así sus jadeos mientras sus caderas danzaban contra mis dedos.
Ladeé la cabeza cuando su boca invadió mi cuello, cerré los ojos dejando escapar unos rápidos jadeos, me excitaba esa zona, como lamia el peligros sendero de mi yugular hasta llegar al lóbulo de mi oreja escuchádola suplicar.
No sabia cuanta razón albergaban sus palabras, yo era una bestia de ojos ámbar.
Saqué mis dedos mojados de ella llevándolos a mi boca, lamiéndolos para paladear su sabor, ladeé la sonrisa de forma maliciosa, descendiendo por su mandíbula, mordiendo su cuello hasta dejar marcados mis dientes en su piel amoratada.
Coroné las cúspides de sus grandes senos, lazados, ofrecidos y ahora bañados con mi saliva impregnada de alcohol.
Su cuerpo era deliciosa, me excitaba esas curvas peligrosas, esa mirada felina y como sus caderas me buscaban cuando sobrepasé la media luna de su ombligo hasta perder mi lengua en su centro abriéndome paso por sus cavidades, lamiendo y succionando su bulto que se engrosaba con el paso de mi lengua completamente sensible a mis suaves mordiscos.
No dejé de follármela con la boca hasta que sentí que iba a explotar, sus dedos aferraron mi pelo gimiendo querer mas, no era obediente asi que me alcé relamiendome, su boca me buscó fundiéndose en el sabor a sexo.
Tomé el tronco con la mano, deslizando mi glande por la trinchera de su sexo, sus labios bajos besaban la punta.
En la entrada al averno empujé gruñendo, sus paredes se dilataron engullendo mi verga al completo, alcé sus piernas colocandolas sobre mis hombros, profundizando así la entrada, quedando completamente dentro.
Embestí de forma salvaje mirando sus tormentas, en ellas se iluminaban los rayos y las centellas.
Entraba tan dentro que sus paredes temblaban con cada uno de mis salvajes movimientos hasta que juntos gruñimos llegado al climas, sus paredes estrangularon mi miembro que vibraba en su interior llenándola de mi.
Mi cuerpo cayó laxo sobre el ajeno, cerré los ojos haciéndome ligeramente a un lado con una ladeada sonrisa de satisfacción.
-¿Ha valido la pena esperarme? Pregunté con ese aire engreído que me caracterizaba, mas que una pregunta creo era una afirmación.
Lobbo Landvik- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 16/08/2016
Re: La purga de los lobos (+18)
La lascivia que entraba en el cuerpo de la bruja provocada por el lobo era casi la peor de las posesiones, gemía sin control con cada acción de este, que la estasiaba, enloqueció cuando su cuello una vez más fue marcado por el licántropo, sin duda alguna una especie de marca de territorio sobre el cuerpo de la pelirroja, suspiraba de ronca forma y se arqueó cuando Lobbo bajó a su humeda intimidad femenina, haciendo que la bruja casí perdiera la razón de placer, quiso que siguiera, pero ese licántropo no parecía estar dispuesto a obedecer tan gratuita forma, y se reveló abandonando su intimidad humedecida y muy sensible, para cuando subió de nuevo deseó devorarle sin compasión alguna, casi había perdido el juicio con él, se había vuelto loca bajo el placer que aquel engreido lobo le otorgaba, era malicioso, demasiado y a ella le encantaba.
Cuando noto como la atravesaba tan adentro y las embestidas llegaban saciando sus lujuriosos deseos, los gemidos de la bruja eran notables, se excitaba más notandole tan adentro, mientras entre gemidos gritaba su nombre, de manera placentera y suplicante a la vez, enloquecida de placer, jadeo sonoramente en los labios ajenos, le deseaba tanto, había deseado esto de nuevo, el explotaba en su interior, mientras ella se arqueaba sintiendo el placer más extremo y sin duda el licántropo notaría eso, le miró jadeando aun, buscando el aliento que le faltaba en ese momento, con el cuerpo perlado en el sudor de la tremenda batalla que acababa de llevarse acabo, notó su ardiente cuerpo desplomarse sobre ella, cosa que aprovechó para deslizar unos besos más por su cuello y bajando al hombro antes de que se ladease, la bruja se echó la melena roja hacía atras buscando que el aire despejase un poco su agotamiento, estaba exhausta, y miró al licántropo.
Recorrió con su mirada el cuerpo ajeno, mientras intentaba despejar los sentimientos encontrados, mientras sacudía la cabeza incluso pensando para sí misma que lo que ahora le ocupaba la mente no eran si no sandeces romanticas arrastradas por el instante de pasión vivida, por segunda vez, pero él estaba ebrio, él era un lobo y por lo que había leido, y por el comportamiento que conocía de sus familiares con el don, se comportaban como animales en ocasiones, y mentiría si dijera que esa salvaje lujuria animal no atraía de sobre manera a la pelirroja, pocas veces se podía disfrutar seguir de instintos tan primarios como animales, la bruja se relamío de muy lenta forma clavando su mirada en la ajena, quería ver hasta su alma, quería saber lo que le rondaría en la cabeza, aunque quizás eso fuese una tontería, pensó.
No pudo evitar soltar una risilla maliciosa cuando le escuchó. -Si, ha merecido la pena..pero que no se te suba tanto.- Dijo intentando recuperar su ego sobre el de él, cosa dificil, pero no iba a ceder ni siquiera en esta circunstancia. Más se giró buscando un hueco abrazada a él y jugó pasando sus dedos por el pecho de este. -Hoy no huyes...¿Que a cambiado?.- Preguntó con cierta curiosidad, la verdad es que lo agradecía, era una reacción mucho más calida y más despues de otro encuentro, y esta vez uno de los dos estaba sobrío, suspiró sin aguantar mucho más despierta, durmiendo por fin de manera profunda, quizás por que se sentía ahora más segura bajo la compañía del lobo. Cosa que antes le resultaba algo más complicada, pero los últimos acontecimientos dejaba ver que era absolutamente de fiar, no recuerda en que momento se quedó en brazos de morfeo de manera profunda.
Cuando noto como la atravesaba tan adentro y las embestidas llegaban saciando sus lujuriosos deseos, los gemidos de la bruja eran notables, se excitaba más notandole tan adentro, mientras entre gemidos gritaba su nombre, de manera placentera y suplicante a la vez, enloquecida de placer, jadeo sonoramente en los labios ajenos, le deseaba tanto, había deseado esto de nuevo, el explotaba en su interior, mientras ella se arqueaba sintiendo el placer más extremo y sin duda el licántropo notaría eso, le miró jadeando aun, buscando el aliento que le faltaba en ese momento, con el cuerpo perlado en el sudor de la tremenda batalla que acababa de llevarse acabo, notó su ardiente cuerpo desplomarse sobre ella, cosa que aprovechó para deslizar unos besos más por su cuello y bajando al hombro antes de que se ladease, la bruja se echó la melena roja hacía atras buscando que el aire despejase un poco su agotamiento, estaba exhausta, y miró al licántropo.
Recorrió con su mirada el cuerpo ajeno, mientras intentaba despejar los sentimientos encontrados, mientras sacudía la cabeza incluso pensando para sí misma que lo que ahora le ocupaba la mente no eran si no sandeces romanticas arrastradas por el instante de pasión vivida, por segunda vez, pero él estaba ebrio, él era un lobo y por lo que había leido, y por el comportamiento que conocía de sus familiares con el don, se comportaban como animales en ocasiones, y mentiría si dijera que esa salvaje lujuria animal no atraía de sobre manera a la pelirroja, pocas veces se podía disfrutar seguir de instintos tan primarios como animales, la bruja se relamío de muy lenta forma clavando su mirada en la ajena, quería ver hasta su alma, quería saber lo que le rondaría en la cabeza, aunque quizás eso fuese una tontería, pensó.
No pudo evitar soltar una risilla maliciosa cuando le escuchó. -Si, ha merecido la pena..pero que no se te suba tanto.- Dijo intentando recuperar su ego sobre el de él, cosa dificil, pero no iba a ceder ni siquiera en esta circunstancia. Más se giró buscando un hueco abrazada a él y jugó pasando sus dedos por el pecho de este. -Hoy no huyes...¿Que a cambiado?.- Preguntó con cierta curiosidad, la verdad es que lo agradecía, era una reacción mucho más calida y más despues de otro encuentro, y esta vez uno de los dos estaba sobrío, suspiró sin aguantar mucho más despierta, durmiendo por fin de manera profunda, quizás por que se sentía ahora más segura bajo la compañía del lobo. Cosa que antes le resultaba algo más complicada, pero los últimos acontecimientos dejaba ver que era absolutamente de fiar, no recuerda en que momento se quedó en brazos de morfeo de manera profunda.
Wenkyel Enhydra- Hechicero Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/07/2017
Re: La purga de los lobos (+18)
La hechicera se acurrucó en mi pecho, tiré de las pieles cubriendo nuestros cuerpos desnudos bajo estas mientras escuchaba su pregunta ¿por que no me marchaba? francamente no tenia respuesta.
-No lo se -contesté con sinceridad, estaba a gusto con ella en este instante y aunque yo no era una persona especialmente cariñosa por las circunstancias que había vivido en mi vida y por la férrea educación recibida, en ese instante, borracho, solo quería dormir con ella.
-¿Te molesta? -pregunté buscando su mirada esperando una respuesta.
Creo que acabé dormido antes de obtenerla, iba tan borracho que los ojos se me entrecerraban y mis esfuerzos por mantenerlos abiertos quedaron en nada, ademas después del derroche de adrenalina, la verdad es que solo tenia ganas de descansar hasta que las luces del alba me molestaran.
Abrí los ojos cuando la hija de la reina me despertó, seguía enredado en la piel de la pelirroja, así que no pude evitar ladear la sonrisa ante la mirada de la loba.
-¡Voy! -aseguré saliendo como dios me trajo al mundo de debajo de las mantas en busca del pantalón que debía haber caído al suelo tras la gesta de la noche anterior.
Al parecer la reina quería que habláramos a solas, que le explicara los motivos de mi visita repentina.
-¡Aquí! -dije con una sonrisa dando caza a mis pantalones que habían quedado enredados bajo la improvisada cama y calzándomelos con presteza bajo la mirada de las dos mujeres.
Las botas después y la camisola por encima.
Le guiñé el ojo a Blondy antes de ir con la loba hacia el palacete donde residía con su madre.
La sala de reuniones era una habitación rectangular con un trono al fondo elevado del resto de la estancia por cuatro escalones de piedra blanca que separaban a la reina del resto de los sillones del consejo, todos ellos tallados en filigranas de madera.
Las paredes adornadas con motivos de caza lupina otorgaban a aquel lugar de altos arcos un aspecto salvaje.
Con diligencia me pidió me sentara en el del centro y así lo hice no sin antes presentarle mis respetos con una leve inclinación de cabeza.
-¿Que os trae por aquí Sr?
-Las disputas entre manadas. Sabéis que mi hermana recientemente se ha desposado con Sirius Cannif, desde entonces ella se ha hecho cargo de unir a las manadas en contra del rey tirano, un hombre que no solo merma a los humanos si no que ademas nos da caza para convertirnos en bestias deformes sometidas a sus designios, experimentan con nuestra especie y por eso, porque las dos manadas de este bosque, el mas alejado, inhóspito y salvaje, el que un día perteneció a mi padre y a mi madre se han negado a colaborar, vengo a pedir con humildad que reconsideréis el tratado que mi hermana os ofrece, unirnos al resto es el único modo de combatir.
La reina meditaba mis palabras, aunque no me dio respuesta, intuí que quería reunirse con el consejo y así me lo hizo saber ella.
Asentí recorrí de nuevo los pasillos de palacio hasta el exterior donde me esperaban los mios y ella.
-No lo se -contesté con sinceridad, estaba a gusto con ella en este instante y aunque yo no era una persona especialmente cariñosa por las circunstancias que había vivido en mi vida y por la férrea educación recibida, en ese instante, borracho, solo quería dormir con ella.
-¿Te molesta? -pregunté buscando su mirada esperando una respuesta.
Creo que acabé dormido antes de obtenerla, iba tan borracho que los ojos se me entrecerraban y mis esfuerzos por mantenerlos abiertos quedaron en nada, ademas después del derroche de adrenalina, la verdad es que solo tenia ganas de descansar hasta que las luces del alba me molestaran.
Abrí los ojos cuando la hija de la reina me despertó, seguía enredado en la piel de la pelirroja, así que no pude evitar ladear la sonrisa ante la mirada de la loba.
-¡Voy! -aseguré saliendo como dios me trajo al mundo de debajo de las mantas en busca del pantalón que debía haber caído al suelo tras la gesta de la noche anterior.
Al parecer la reina quería que habláramos a solas, que le explicara los motivos de mi visita repentina.
-¡Aquí! -dije con una sonrisa dando caza a mis pantalones que habían quedado enredados bajo la improvisada cama y calzándomelos con presteza bajo la mirada de las dos mujeres.
Las botas después y la camisola por encima.
Le guiñé el ojo a Blondy antes de ir con la loba hacia el palacete donde residía con su madre.
La sala de reuniones era una habitación rectangular con un trono al fondo elevado del resto de la estancia por cuatro escalones de piedra blanca que separaban a la reina del resto de los sillones del consejo, todos ellos tallados en filigranas de madera.
Las paredes adornadas con motivos de caza lupina otorgaban a aquel lugar de altos arcos un aspecto salvaje.
Con diligencia me pidió me sentara en el del centro y así lo hice no sin antes presentarle mis respetos con una leve inclinación de cabeza.
-¿Que os trae por aquí Sr?
-Las disputas entre manadas. Sabéis que mi hermana recientemente se ha desposado con Sirius Cannif, desde entonces ella se ha hecho cargo de unir a las manadas en contra del rey tirano, un hombre que no solo merma a los humanos si no que ademas nos da caza para convertirnos en bestias deformes sometidas a sus designios, experimentan con nuestra especie y por eso, porque las dos manadas de este bosque, el mas alejado, inhóspito y salvaje, el que un día perteneció a mi padre y a mi madre se han negado a colaborar, vengo a pedir con humildad que reconsideréis el tratado que mi hermana os ofrece, unirnos al resto es el único modo de combatir.
La reina meditaba mis palabras, aunque no me dio respuesta, intuí que quería reunirse con el consejo y así me lo hizo saber ella.
Asentí recorrí de nuevo los pasillos de palacio hasta el exterior donde me esperaban los mios y ella.
Lobbo Landvik- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 16/08/2016
Re: La purga de los lobos (+18)
Responderle no serviría de nada, pues el lobo estaba tan ebrio que se quedó dormido enseguida, ella simplemente se acomodo en su pecho y se durmió junto al calido abrazo del lobo, en un profundo sueño donde lo único que recordaba de él eran los ojos ambarinos que aparecían durante el sueño, no había dormido asi desde que se había encontrado con él, más esa noche se permitío ese lujo, aunque tambien podía ser por el cansancio acumulado y la fogosa batalla campal con el licántropo, donde había convertido gran parte de sus ardientes deseos en realidad, solo se despertó pesadamente cuando notó al lobo moverse de sus brazos, ella gruñó ligeramente, pues no quería que se fuera y la dejara ahí pero cuando abrío los ojos no pudo si no ruborizarse y comprobar que estaba bien tapada sintiendo como la timidez la atropellaba de cruel forma.
Más el no dar credito de como Lobbo salió de entre las pieles completamente desnudo dandole igual la otra mujer, hizo que los claros ojos de la bruja le observasen abiertos al más no poder y abriendo la boca ligeramente por la sorpresa, no daba credito al descaro que aquel licántropo se gastaba, apenas pudo reaccionar cuando la guiño el ojo antes de irse con la otra mujer, aprovechando que se quedó sola se vistió usando la magia antes de ir a asearse un poco y de paso observar como iba la herida cauterizada, se veía aun algo reciente pero la verdad es que estaba bastante bien, se la acarició un poco sin poder evitarlo y terminó de asearse para buscar al resto del grupo de Lobbo, Wenkyel caminó por el campamento sumamente tensa, rigida como una tabla, hasta que divisó a Sirius Cannif, al que no dudó en acercarse lo más rapidamente posible, no por nada, pero era el único que no tenía sangre de lobo corriendo por sus venas.
Wenkyel se mantenía sumamente tensa, muy rigida, casí intentando no hacer ruido ni respirando, quizás buscando un poco de liberar tanta tensión miró al hechicero. - Hola...¿estás mejor? Fuistes realmente impresionante..jamas vi tanto poder- Comentó fingiendo seguridad, pero lo cierto es que rodeada de las manadas era el momento más tenso, y más con la ausencia de Lobbo, se llevó la mano al mechon de su pelo rojo jugando con él de muy nerviosa forma, apretando muchisimo los dientes mientras desviaba la atención para observar el castillo, como si eso pudiera aliviar algo, se mantenía al lado del otro hechicero sin moverse, siendo practicamente de manera literal su sombra y apenas levantando la vista lo justo y necesario, demasiados licántropos, casí sintió una leve sensación de alivió cuando Lobbo apareció de nuevo. -¿Como ha ido?- Preguntó, mientras se acercaba a él, intentó recuperar su ego antes de recibir una de las sonrisas engreidas del lobo, asi que le miro con cara de "ya era hora" con cierta altivez, no era momento para soltar una broma que pudiera enfadar al resto, al cabo de un rato se quedo pensativa y miró a su alrdedor. -Ahm....¿Y cual es el plan cuando la dama de la noche esté en esplendor? - Dijo de manera algo repentina y con cierta preocupación, que le puso sinceramente más rigida que antes si eso era posible. -Bueno, supongo que un circulo de fuego será suficiente.- Dijo como si eso solventara todos los problemas, mientras seguía jugando con el mechon de pelo como si tuviera todo controlado, ciertamente estaba empezando en caer en cosas que antes no. -¿Y si vuelven mientras a atacarnos esos seres retorcidos que vi ayer?.- Sin duda se estaba alterando lo suficiente para ponerse por segundos en lo peor, y miró a Lobbo algo exasperada. -¡¡es que no te alteras jamás!!.- Aunque se refería tanto en cuando ella le intentase tocar los cojones, o simplemente compartir las inquietudes que ella tenía, Lobbo parecía tener respuesta para todo, eso la ponía de los nervios o sentía que no le daba importancia a la bruja, cosa que personalmente a Wenkyel le daban ganas de comportarse como lo haría su prima y lanzarse encima de él y zarandearle al grito de "reacciona" pero eso no ocurriría, al menos por el momento.
Más el no dar credito de como Lobbo salió de entre las pieles completamente desnudo dandole igual la otra mujer, hizo que los claros ojos de la bruja le observasen abiertos al más no poder y abriendo la boca ligeramente por la sorpresa, no daba credito al descaro que aquel licántropo se gastaba, apenas pudo reaccionar cuando la guiño el ojo antes de irse con la otra mujer, aprovechando que se quedó sola se vistió usando la magia antes de ir a asearse un poco y de paso observar como iba la herida cauterizada, se veía aun algo reciente pero la verdad es que estaba bastante bien, se la acarició un poco sin poder evitarlo y terminó de asearse para buscar al resto del grupo de Lobbo, Wenkyel caminó por el campamento sumamente tensa, rigida como una tabla, hasta que divisó a Sirius Cannif, al que no dudó en acercarse lo más rapidamente posible, no por nada, pero era el único que no tenía sangre de lobo corriendo por sus venas.
Wenkyel se mantenía sumamente tensa, muy rigida, casí intentando no hacer ruido ni respirando, quizás buscando un poco de liberar tanta tensión miró al hechicero. - Hola...¿estás mejor? Fuistes realmente impresionante..jamas vi tanto poder- Comentó fingiendo seguridad, pero lo cierto es que rodeada de las manadas era el momento más tenso, y más con la ausencia de Lobbo, se llevó la mano al mechon de su pelo rojo jugando con él de muy nerviosa forma, apretando muchisimo los dientes mientras desviaba la atención para observar el castillo, como si eso pudiera aliviar algo, se mantenía al lado del otro hechicero sin moverse, siendo practicamente de manera literal su sombra y apenas levantando la vista lo justo y necesario, demasiados licántropos, casí sintió una leve sensación de alivió cuando Lobbo apareció de nuevo. -¿Como ha ido?- Preguntó, mientras se acercaba a él, intentó recuperar su ego antes de recibir una de las sonrisas engreidas del lobo, asi que le miro con cara de "ya era hora" con cierta altivez, no era momento para soltar una broma que pudiera enfadar al resto, al cabo de un rato se quedo pensativa y miró a su alrdedor. -Ahm....¿Y cual es el plan cuando la dama de la noche esté en esplendor? - Dijo de manera algo repentina y con cierta preocupación, que le puso sinceramente más rigida que antes si eso era posible. -Bueno, supongo que un circulo de fuego será suficiente.- Dijo como si eso solventara todos los problemas, mientras seguía jugando con el mechon de pelo como si tuviera todo controlado, ciertamente estaba empezando en caer en cosas que antes no. -¿Y si vuelven mientras a atacarnos esos seres retorcidos que vi ayer?.- Sin duda se estaba alterando lo suficiente para ponerse por segundos en lo peor, y miró a Lobbo algo exasperada. -¡¡es que no te alteras jamás!!.- Aunque se refería tanto en cuando ella le intentase tocar los cojones, o simplemente compartir las inquietudes que ella tenía, Lobbo parecía tener respuesta para todo, eso la ponía de los nervios o sentía que no le daba importancia a la bruja, cosa que personalmente a Wenkyel le daban ganas de comportarse como lo haría su prima y lanzarse encima de él y zarandearle al grito de "reacciona" pero eso no ocurriría, al menos por el momento.
Wenkyel Enhydra- Hechicero Clase Alta
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Re: La purga de los lobos (+18)
Sirius:
Comía un trozo de carnaza junto a los chicos, riéndonos, hablando de todo un poco cuando la bruja que se follaba a Lobbo se acercó a nosotros. Podía verla inquieta, como pez fuera del agua dando bocanadas de aire para mantenerse en calma.
-Estoy bien, no mido mucho en ocasiones mi poder, fue cansancio, un gasto excesivo de energía que me pasó factura, pero -le mostré el pedazo de carne y mi jarra de hidromiel bien repleta -pero como ves me cuidan bien -bromeé riéndome.
Esa mañana los lobos habían ido a cazar un buen corzo, así que aliñado con especias y hecho a la brasa sabia delicioso.
-¿quieres? -le dije pasandole un pedazo de carne invitándola a tomar asiento a mi lado.
Elevé la mirada al ver como Lobbo con esa sonrisa engreída que lo caracterizaba se acercaba a nosotros, se dejó caer a mi lado pasando por encima de mis hombros su brazo y con la diestra muy rápido robándome la jarra de hidromiel para darle un buen tiento que la dejó a medias.
-¿eso significa que has hablado mucho Lobbo? -pregunté golpeando mi frente con la suya en un saludo muy bárbaro.
Lobbo:
Me dejé caer al lado de Lobbo atrayendolo del cuello hasta que nuestras frentes se encontraron.
-Pues tiene que pensar en mi propuesta, ya sabes como funcionan estas cosas, así que simplemente esperaremos una respuesta.
Abrí los brazos acogiendo a la hechicera que nerviosa se acomodaba entre ellos con su mirada puesta en la mía como si ahí pudiera encontrar la respuesta a todo aquello que la inquietaba.
Me eché a reir al unisono del resto de la manada que me acompañaba, todos podíamos ver el aura de la bruja, estaba asustada y la forma en la que realizaba las preguntas la delataba.
-Pues...me convertiré en licantropo -dije echándole un bocado a su cuello -y te comeré mejor -bromeé llevándome un manotazo.
No es que no me importara nada, pero estábamos en un bosque, todos eramos licanos y nadie se atrevería ha adentrarse en estas tierras en luna llena, no si no querían no salir vivos.
-Estarás a salvo con Sirius, os quedareis encerrados en palacio, no te preocupes, nos echaremos al bosque y a la mañana siguiente despertaremos hechos de nuevo hombres.
-alzaré un muro que no podrán traspasar si lo intentan, tranquila, estoy casado con una licantropo, se lo que son las noches de luna llena -aseguró Sirius mirándola para darle seguridad.
Besé su cuello despacio, recorriéndolo con mi nariz.
-No va a pasarte nada Wenky, Sirius es muy poderoso, podéis hablar juntos de cosas de magia, e que me echaras de menos, pero no te gustaría que con mi forma de licantropo me colara en tu lecho bromeé guiñándole un ojo.
Comía un trozo de carnaza junto a los chicos, riéndonos, hablando de todo un poco cuando la bruja que se follaba a Lobbo se acercó a nosotros. Podía verla inquieta, como pez fuera del agua dando bocanadas de aire para mantenerse en calma.
-Estoy bien, no mido mucho en ocasiones mi poder, fue cansancio, un gasto excesivo de energía que me pasó factura, pero -le mostré el pedazo de carne y mi jarra de hidromiel bien repleta -pero como ves me cuidan bien -bromeé riéndome.
Esa mañana los lobos habían ido a cazar un buen corzo, así que aliñado con especias y hecho a la brasa sabia delicioso.
-¿quieres? -le dije pasandole un pedazo de carne invitándola a tomar asiento a mi lado.
Elevé la mirada al ver como Lobbo con esa sonrisa engreída que lo caracterizaba se acercaba a nosotros, se dejó caer a mi lado pasando por encima de mis hombros su brazo y con la diestra muy rápido robándome la jarra de hidromiel para darle un buen tiento que la dejó a medias.
-¿eso significa que has hablado mucho Lobbo? -pregunté golpeando mi frente con la suya en un saludo muy bárbaro.
Lobbo:
Me dejé caer al lado de Lobbo atrayendolo del cuello hasta que nuestras frentes se encontraron.
-Pues tiene que pensar en mi propuesta, ya sabes como funcionan estas cosas, así que simplemente esperaremos una respuesta.
Abrí los brazos acogiendo a la hechicera que nerviosa se acomodaba entre ellos con su mirada puesta en la mía como si ahí pudiera encontrar la respuesta a todo aquello que la inquietaba.
Me eché a reir al unisono del resto de la manada que me acompañaba, todos podíamos ver el aura de la bruja, estaba asustada y la forma en la que realizaba las preguntas la delataba.
-Pues...me convertiré en licantropo -dije echándole un bocado a su cuello -y te comeré mejor -bromeé llevándome un manotazo.
No es que no me importara nada, pero estábamos en un bosque, todos eramos licanos y nadie se atrevería ha adentrarse en estas tierras en luna llena, no si no querían no salir vivos.
-Estarás a salvo con Sirius, os quedareis encerrados en palacio, no te preocupes, nos echaremos al bosque y a la mañana siguiente despertaremos hechos de nuevo hombres.
-alzaré un muro que no podrán traspasar si lo intentan, tranquila, estoy casado con una licantropo, se lo que son las noches de luna llena -aseguró Sirius mirándola para darle seguridad.
Besé su cuello despacio, recorriéndolo con mi nariz.
-No va a pasarte nada Wenky, Sirius es muy poderoso, podéis hablar juntos de cosas de magia, e que me echaras de menos, pero no te gustaría que con mi forma de licantropo me colara en tu lecho bromeé guiñándole un ojo.
Lobbo Landvik- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 16/08/2016
Re: La purga de los lobos (+18)
Se había sentado cerca del brujo, aceptando el trozo de carne para comer algo, era simpatico aquel hechicero, o al menos es la sensación que daba el hombre, le dibujo una ligera sonrisa, aunque solo era para ocultar el nerviosismo que se escondía detras e intentado dar más segura, pero no sabía hasta que punto estaba consiguiendo transmitir seguridad o siquiera si lo hacia, comió un poco finalmente, hasta que vió volver a Lobbo, que no dudó en lanzarse sobre el hechicero robandole asi la jarra, para despues abrazarla, eso dió un pequeño alivio a la pelirroja, que clavo sus claros ojos en los pardos ajenos, antes de ponerse una vez más roja como un tomate cuando la manada empezó a reirse de sus inquietudes, cosa que hizo que la bruja ocultara su rostro tras la espesa melena roja para intentar ocultar la vergüenza que siente ante la reacción de todos.
Y aunque la ligera carantoña de Lobbo fue de agradecer el hecho de bromear sobre ello hizo que le diera un manotazo por burlarse, pues ahora mismo no se sentía intimidada bajo la forma humana por ellos, aunque sin duda eso se había demostrado no hacerlos menos peligrosos. Miró a Sirius, él estaba en las mismas que ella, pero no es lo mismo enfrentarse a un licántropo que a todos los que allí estaban, miró nuevamente al brujo cuando dijo que se quedaría con él cuando hiciera luna llena, paseó la mirada de Lobbo a Sirius. - Y yo tengo dos hermanso con el don del lobo, y tambien una hermana mayor cambiante....asi que conozco las naturalezas salvajes, peor no es lo mismo dos descontrolados siendo 5 restantes para poner medios, en este caso....solo dos no compartimos el don y todos los demas sois lobos.- Dijo intentando explicar la inquietud, aunque sentía que de una manera muy pobre, aunque ciertamente a Sirius no lo veía preocupado, bajo la vista al suelo, quizás sintiendose algo ridicula, manteniendose cerca de Lobbo, que era lo único que en ese momento le traía algo de paz.
Cerró los ojos con notable consuelo notando los besos de lobo en su cuello, cosa que hacía erizar la piel, asintió atendiendo a razones, que si bien no le convencian del todo no quedaba otra que confiar. -Si, pude observar lo poderoso que es...- Susurró finalmente, mientras chasqueaba la lengua y alzando la ceja con ese ultimo comentario. -¿Ves como eres primordial?- dijo dando a entender que se sentía más calmada, alzaba la vista para clavar sus ojos en los ajenos, mordiendose ligeramente el labio, pero enseguida se negó asi misma, dejo que comiera y charlara con lo el resto de su manada manteniendose a su lado, mientras empezaba a tener una batalla campal en su interior, sentía cierto cosquilleo cada vez que alzaba la vista para mirarle, encontrando totalmente encantador todo cuanto hacía, incluso esa odiosa sonrisa engreida que tenía, la bruja se llevó una mano a su cara, ¿Que era esto? ¿se estaba enamorando tal vez? habían sido dos encuentros...pero pasionales como ninguno...pero él en los dos caso había estado borracho, quizás para él había sido algo tan simple como desfogar, pero...¿Como alguien como él se iba a fijar en una bruja? se quedó sumida en esos confusos pensamientos mientras quedaba ajena a las conversaciones, de hecho a Lobbo le costó un poco volverla a traer de vuelta al presente. -Perdona...¿Qué?- Preguntó con confusión aun sumida en ese debate interior, ruborizandose por sus meros pensamientos.
Y aunque la ligera carantoña de Lobbo fue de agradecer el hecho de bromear sobre ello hizo que le diera un manotazo por burlarse, pues ahora mismo no se sentía intimidada bajo la forma humana por ellos, aunque sin duda eso se había demostrado no hacerlos menos peligrosos. Miró a Sirius, él estaba en las mismas que ella, pero no es lo mismo enfrentarse a un licántropo que a todos los que allí estaban, miró nuevamente al brujo cuando dijo que se quedaría con él cuando hiciera luna llena, paseó la mirada de Lobbo a Sirius. - Y yo tengo dos hermanso con el don del lobo, y tambien una hermana mayor cambiante....asi que conozco las naturalezas salvajes, peor no es lo mismo dos descontrolados siendo 5 restantes para poner medios, en este caso....solo dos no compartimos el don y todos los demas sois lobos.- Dijo intentando explicar la inquietud, aunque sentía que de una manera muy pobre, aunque ciertamente a Sirius no lo veía preocupado, bajo la vista al suelo, quizás sintiendose algo ridicula, manteniendose cerca de Lobbo, que era lo único que en ese momento le traía algo de paz.
Cerró los ojos con notable consuelo notando los besos de lobo en su cuello, cosa que hacía erizar la piel, asintió atendiendo a razones, que si bien no le convencian del todo no quedaba otra que confiar. -Si, pude observar lo poderoso que es...- Susurró finalmente, mientras chasqueaba la lengua y alzando la ceja con ese ultimo comentario. -¿Ves como eres primordial?- dijo dando a entender que se sentía más calmada, alzaba la vista para clavar sus ojos en los ajenos, mordiendose ligeramente el labio, pero enseguida se negó asi misma, dejo que comiera y charlara con lo el resto de su manada manteniendose a su lado, mientras empezaba a tener una batalla campal en su interior, sentía cierto cosquilleo cada vez que alzaba la vista para mirarle, encontrando totalmente encantador todo cuanto hacía, incluso esa odiosa sonrisa engreida que tenía, la bruja se llevó una mano a su cara, ¿Que era esto? ¿se estaba enamorando tal vez? habían sido dos encuentros...pero pasionales como ninguno...pero él en los dos caso había estado borracho, quizás para él había sido algo tan simple como desfogar, pero...¿Como alguien como él se iba a fijar en una bruja? se quedó sumida en esos confusos pensamientos mientras quedaba ajena a las conversaciones, de hecho a Lobbo le costó un poco volverla a traer de vuelta al presente. -Perdona...¿Qué?- Preguntó con confusión aun sumida en ese debate interior, ruborizandose por sus meros pensamientos.
Wenkyel Enhydra- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 239
Fecha de inscripción : 06/07/2017
Re: La purga de los lobos (+18)
Pronto alcanzaríamos el ocaso, era hora de prepararlo todo para que Sirius y Wenky estuvieran seguros durante la noche.
Nos lanzaríamos a los bosques, eran bastos y salvajes, lo suficientemente espesos como para mantener nuestros instintos de depredador activos.
Cazaríamos algunos ciervos, comeríamos carne cruda y posiblemente las parejas jóvenes se montarían trayendo así muchas lunas después poderosos nuevos hijos de la luna.
Ya sentía correr por mis venas el influjo de madre luna, mas alterado, mas hambriento, mas excitado, todos los allí presentes sentíamos al bosque llamarnos.
Sirius pegó su frente a la mía dándome un par de golpes en la nuca.
El hechicero era un poderoso brujo, el marido de mi hermana, para mi era familia y sabia mantendría a la bruja a salvo si algún lobo joven se descarriaba.
Me acerqué a la temerosa mujer de fuego con una sonrisa picara que se ensanchó en cuanto sus ojos me encontraron.
-Esta noche no seria un buen compañero de baile -le dije moviendo la pelvis como si la embistiera.
Me llevé un manotazo, algo que me hizo reír y de paso quitar la tensión que el ambiente tenia.
-No te va a pasar nada, permanece en el interior de palacio y nos vemos mañana con las primeras luces del alba.
Sirius con un saquito de cuero en la mano esparcía una especie de arena oscura creando un circulo alrededor del palacete.
No lo cerró, no hasta que yo saliera del interior, cuando lo hiciera ningún licano podría atravesar la barrera.
Orillé mis labios contra los de la bruja presionando mi boca contra al ajena, mis labios se entreabrieron dejando que su lengua penetrara mi frontera. Húmeda mi sinhueso envolvió la ajena enredándose salvaje.
-Tengo que irme -apunté dejando de besarla para posar mi frente contra la ajena un instante.
Mis ojos resplandecían en un amarillo radioactivo, fruto de la cercanía de la dama blanca.
Di unos pasos atrás y Sirius cerró la circunferencia dejándome fuera, mis ojos se hundieron en los del hechicero que asintió con la cabeza.
Era el momento, me desnudé, no era plan de romper la ropa, lo mismo hizo la manada y así todos nos lanzamos al espesor de los bosques, pronto la trasformación nos convertiría en bestias de las tinieblas.
Nos lanzaríamos a los bosques, eran bastos y salvajes, lo suficientemente espesos como para mantener nuestros instintos de depredador activos.
Cazaríamos algunos ciervos, comeríamos carne cruda y posiblemente las parejas jóvenes se montarían trayendo así muchas lunas después poderosos nuevos hijos de la luna.
Ya sentía correr por mis venas el influjo de madre luna, mas alterado, mas hambriento, mas excitado, todos los allí presentes sentíamos al bosque llamarnos.
Sirius pegó su frente a la mía dándome un par de golpes en la nuca.
El hechicero era un poderoso brujo, el marido de mi hermana, para mi era familia y sabia mantendría a la bruja a salvo si algún lobo joven se descarriaba.
Me acerqué a la temerosa mujer de fuego con una sonrisa picara que se ensanchó en cuanto sus ojos me encontraron.
-Esta noche no seria un buen compañero de baile -le dije moviendo la pelvis como si la embistiera.
Me llevé un manotazo, algo que me hizo reír y de paso quitar la tensión que el ambiente tenia.
-No te va a pasar nada, permanece en el interior de palacio y nos vemos mañana con las primeras luces del alba.
Sirius con un saquito de cuero en la mano esparcía una especie de arena oscura creando un circulo alrededor del palacete.
No lo cerró, no hasta que yo saliera del interior, cuando lo hiciera ningún licano podría atravesar la barrera.
Orillé mis labios contra los de la bruja presionando mi boca contra al ajena, mis labios se entreabrieron dejando que su lengua penetrara mi frontera. Húmeda mi sinhueso envolvió la ajena enredándose salvaje.
-Tengo que irme -apunté dejando de besarla para posar mi frente contra la ajena un instante.
Mis ojos resplandecían en un amarillo radioactivo, fruto de la cercanía de la dama blanca.
Di unos pasos atrás y Sirius cerró la circunferencia dejándome fuera, mis ojos se hundieron en los del hechicero que asintió con la cabeza.
Era el momento, me desnudé, no era plan de romper la ropa, lo mismo hizo la manada y así todos nos lanzamos al espesor de los bosques, pronto la trasformación nos convertiría en bestias de las tinieblas.
Lobbo Landvik- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 178
Fecha de inscripción : 16/08/2016
Re: La purga de los lobos (+18)
Los azules ojos de la bruja se abrieron al más no poder, desde luego se llevó un merecido manotazo por esa impertinencia, le hacía tanto de rabiar ese maldito licántropo, pero la tensión se había ido por esos instantes, y él aseguraba que junto al otro brujo estaría bien, más la bruja alzó la mirada de manera desafiante. -Más te vale ser el primero en aparecer cuando el sol se alce.- Gruñó la bruja, aunque era más una suplica que una orden, ese beso se le antojó demasiado corto, deseando que no se fuera. -Te juro que como no seas el primero te pegaré y me da igual tu estatus....- Replicó la bruja, aunque sabía que eso lo único que hacía era reir al licántropo, que tanto placer encontraba en los enfados de la pelirroja, que se aferraba a sus ropajes sin querer que se marchase, mirandole alargando la mano para tocar la mejilla de Lobbo. -Tengo algo que confesar, te lo diré al alba.- Susurró antes de ver como él se retiraba.
La bruja entrelazaba los dedos nerviosa por lo que quería decirle, independientemente de lo que respondiera él, simplemente quería expresarlo, estaba demasiado nerviosa para poner su mente en orden. Los radioactivos ojos amarillos de Lobbo sencillamente la enloquecían, la robaban toda razón y sentido, se preguntaba por qué le atraía tanto el lado salvaje del licántropo, tal vez por que su familia veía a los licántropos como las ovejas negras de la familia, más ella nunca rechazó a sus hermanos por poseer el don, era todo tan sumamente complicado, el corazón de la pelirroja iba a mil por hora, mientras le observaba desviando a mirar al hechicero que cerraba el circulo que ahora les separaba, dejó escapar un pesado suspiro relamiendo sus labios con el dulce recuerdo del beso hace escasos minutos, más cuando se desnudó al igual que el resto de la manada las mejillas de la bruja se volvieron de ese rojo fosforecente, y abriendo mucho los ojos se giró para asegurarse de no tener la visión de nadie, y aunque a Lobbo ya le había visto como vino al mundo, esa desfachatez la perturbaba aun, no podía evitarlo.
Sacudía la cabeza para despertar de sus pensamientos, mientras observaba a Sirius acabar el circulo, antes de meterse a resguardarse, mientras se cruzaba de brazos mirando al hechicero. -¿Seguro que no atravesaran el circulo? .- Dijo algo desconfianza mientras se acercaba al brujo, lo ideal sería charlar un poco, conocerse mejor, la noche iba a ser algo intensa se temía, pronto se escuchaban los aullidos a la luna. -ya ha empezado.- Dijo mientras jugaba nerviosamente con sus cabellos antes de mirar a Sirius con el semblante serio. -¿No te preocupe que vuestros enemigos aprovechen la luna llena? no creo que ahora se controlen nada...- Comentó preocupadamente, este momento podía ser muy peligroso o muy favorable segun que enemigos, no podía estarse quieta, paseaba de un lado a otro como un animal enjaulado observando al brujo, mientras le miraba ladeando la cabeza. -Eres muy joven....¿como eres tan poderoso...?.- Le preguntó finalmente, desando conocerle un poco más, parece tener profundo lazo de amistad con Lobbo y tiene un poder envidiable, no venia mal conocerle algo mejor. -¿Como es estar sentimentalmente con un licántropo?- Pregunto quizá revelando más de lo que realmente deseaba hacer, quizás esperaba algo sarcastico o burlon por parte del brujo, tampoco le extrañaria mucho, le miró con aire pensativo.
La bruja entrelazaba los dedos nerviosa por lo que quería decirle, independientemente de lo que respondiera él, simplemente quería expresarlo, estaba demasiado nerviosa para poner su mente en orden. Los radioactivos ojos amarillos de Lobbo sencillamente la enloquecían, la robaban toda razón y sentido, se preguntaba por qué le atraía tanto el lado salvaje del licántropo, tal vez por que su familia veía a los licántropos como las ovejas negras de la familia, más ella nunca rechazó a sus hermanos por poseer el don, era todo tan sumamente complicado, el corazón de la pelirroja iba a mil por hora, mientras le observaba desviando a mirar al hechicero que cerraba el circulo que ahora les separaba, dejó escapar un pesado suspiro relamiendo sus labios con el dulce recuerdo del beso hace escasos minutos, más cuando se desnudó al igual que el resto de la manada las mejillas de la bruja se volvieron de ese rojo fosforecente, y abriendo mucho los ojos se giró para asegurarse de no tener la visión de nadie, y aunque a Lobbo ya le había visto como vino al mundo, esa desfachatez la perturbaba aun, no podía evitarlo.
Sacudía la cabeza para despertar de sus pensamientos, mientras observaba a Sirius acabar el circulo, antes de meterse a resguardarse, mientras se cruzaba de brazos mirando al hechicero. -¿Seguro que no atravesaran el circulo? .- Dijo algo desconfianza mientras se acercaba al brujo, lo ideal sería charlar un poco, conocerse mejor, la noche iba a ser algo intensa se temía, pronto se escuchaban los aullidos a la luna. -ya ha empezado.- Dijo mientras jugaba nerviosamente con sus cabellos antes de mirar a Sirius con el semblante serio. -¿No te preocupe que vuestros enemigos aprovechen la luna llena? no creo que ahora se controlen nada...- Comentó preocupadamente, este momento podía ser muy peligroso o muy favorable segun que enemigos, no podía estarse quieta, paseaba de un lado a otro como un animal enjaulado observando al brujo, mientras le miraba ladeando la cabeza. -Eres muy joven....¿como eres tan poderoso...?.- Le preguntó finalmente, desando conocerle un poco más, parece tener profundo lazo de amistad con Lobbo y tiene un poder envidiable, no venia mal conocerle algo mejor. -¿Como es estar sentimentalmente con un licántropo?- Pregunto quizá revelando más de lo que realmente deseaba hacer, quizás esperaba algo sarcastico o burlon por parte del brujo, tampoco le extrañaria mucho, le miró con aire pensativo.
Wenkyel Enhydra- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 239
Fecha de inscripción : 06/07/2017
Re: La purga de los lobos (+18)
La hechicera parecía estar francamente nerviosa, su pregunta me llevó a ladear la sonrisa, temía por que las bestias atravesaran mi muro mágico y nos despedazaran, algo que de suceder seria muy factible a decir verdad.
-Pues...no, no creo que falle -dije con seguridad, no así con soberbia.
Al parecer mis palabras lograron tranquilizarla mínimamente y eso la llevó a preguntarme sobre mi y la fuerte de mi poder.
-Es una larga historia, según mi padre Höor Cannif, mi magia proviene de mi madre. Según él es una gran hechicera, eso si, un tanto caótica -me reí porque cada vea que hablaba de ella mi padre sonreía recordando viejas chanzas.
El caso es que aunque la historia es larga voy a resumirtela, no controlo mi poder..es decir, tengo mas del que puedo asumir. Controlo el clima, tengo premoniciones sobre el futuro y ademas dentro de mi crece la oscuridad de la nigromancia, aunque intento no usar ese don oscuro para no corromperme.
Es complicado, pero lo entenderías si conocieras mi historia desde el inicio...
Hice una pausa, los lobos ya aullaban a Mani ahí afuera.
-El caso es que en circunstancias extremas, ya sea porque me cabreo mucho o me excito o entro en euforia...no soy capaz de controlar mi poder y me convierto en alguien peligroso.
Hasta que conocí a la hermana de Lobbo, digamos que mi vida social con mujeres se limitaba a largas conversaciones que acababan aburriéndolas, las norteñas son mas de acción que de tomar el té. Mi mujer ha tenido, tiene, mucha paciencia conmigo, así que si me preguntas como es estar con un lobo, pues te diré que ella se convierte en bestia una vez al mes, yo por contra soy un monstruo mas peligroso.
Amo a la hermana de Lobbo, son buena gente, Lobbo es algo arrogante, pero me he criado entre mis hermanos que la verdad son peores que él, así que...
Elaine, mi esposa es la mayor, la sigue Lobbo y por último está Velkan.
-Pues...no, no creo que falle -dije con seguridad, no así con soberbia.
Al parecer mis palabras lograron tranquilizarla mínimamente y eso la llevó a preguntarme sobre mi y la fuerte de mi poder.
-Es una larga historia, según mi padre Höor Cannif, mi magia proviene de mi madre. Según él es una gran hechicera, eso si, un tanto caótica -me reí porque cada vea que hablaba de ella mi padre sonreía recordando viejas chanzas.
El caso es que aunque la historia es larga voy a resumirtela, no controlo mi poder..es decir, tengo mas del que puedo asumir. Controlo el clima, tengo premoniciones sobre el futuro y ademas dentro de mi crece la oscuridad de la nigromancia, aunque intento no usar ese don oscuro para no corromperme.
Es complicado, pero lo entenderías si conocieras mi historia desde el inicio...
Hice una pausa, los lobos ya aullaban a Mani ahí afuera.
-El caso es que en circunstancias extremas, ya sea porque me cabreo mucho o me excito o entro en euforia...no soy capaz de controlar mi poder y me convierto en alguien peligroso.
Hasta que conocí a la hermana de Lobbo, digamos que mi vida social con mujeres se limitaba a largas conversaciones que acababan aburriéndolas, las norteñas son mas de acción que de tomar el té. Mi mujer ha tenido, tiene, mucha paciencia conmigo, así que si me preguntas como es estar con un lobo, pues te diré que ella se convierte en bestia una vez al mes, yo por contra soy un monstruo mas peligroso.
Amo a la hermana de Lobbo, son buena gente, Lobbo es algo arrogante, pero me he criado entre mis hermanos que la verdad son peores que él, así que...
Elaine, mi esposa es la mayor, la sigue Lobbo y por último está Velkan.
Sirius Cannif- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 140
Fecha de inscripción : 03/08/2017
Re: La purga de los lobos (+18)
La pelirroja miraba al hechicero, mientras se preguntaba por que demonios todos ahí la encontraban tan divertida cuando estaba enfadada o asustada, casi hechaba de menos la primera imagen, donde era ella claramente la que tocaba las narices al personal, pero las tornas habían cambiado un poco, la bruja observaba al hechicero escuchandole hablar, e incluso encontrando curiosas sus afirmaciones, parece ser que ella no era la única en el mundo que se atrevía con cosas que se escapaban de su control, cosa que sinceramente la hizo sonreir. -Derrepente no me siento tan sola, si te sirve de consuelo yo suelo explotar las cosas...me valgo de inventos para aumentar mi conocimiento del fuego, más de una vez hice arder mi habitación y recibir los gritos de mi hermana a continuación...aunque mi prima se lo toma con filosofía...o simplemente se lo toma como alguien a quien le falta mas de una tuerca....-Chasqueo la lengua dibujando una maliciosa sonrisilla. -Cannif....eres de la realeza entonces...- Hizo una educada reverencia. -Algo comentó Lobbo y conozco vuestro apellido.- Dijo con tranquilidad.
Le miró ladeando su cabeza, incluso empezando a notar su animo subir ciertamente. - Bueno, no debería admitir esto pero he leido bastante sobre nigromancia y soy capaz de hacer posesiones...aunque no muy prolongadas...creo que la clave para no dejarse llevar es conocer todo.- Comentó aunque igual de manera un tanto ingenua, no sabiendo bien como reaccionaría quien tenía ahi enfrente, aunque el mismo había admitido como sentía que las sombras le abrazaban, más dejó escapar una sonrisilla. - Tranquilo, a mi es casi imposible aburrirme.- Comentó afable, mientras tenía intención de demostrar algo más, miró al hechicero sonriendo mientras se llevo las manos a la frente, empezo a deslizar las manos hacia atras cambiando su pelo pelirrojo por un pelo gris plateado, miro riendo al hechicero. -Tambien puedo alterar mi aspecto o el de quien yo desee.- Dijo guiñandole un ojo, para despues sacudir la cabeza volviendo su melena a su estado natural, nuevamente pelirroja.
-En realidad...al principio me parecía egocentrico, pedante, engreido...pero...uhm....hay que mirar un poco mejor para no ver solo la fachada, aunque a veces me saca de mis casillas....- Sonrió de manera estupida y enamoradiza, maldita sea, tenía razón, ya le añoraba, eso hizo que chasqueara la lengua con fastidió, se llevó una mano al cuello para masajearselo buscando la propia relajación, tenía el cuello algo sensible por las distintas marcas y moretones que habían quedado despues de las batallas campales que tenía con Lobbo en la noche, quizás por eso se estaba enamorando de él, de la pasión que destilaba todo su ser. Volvió a prestar atención al brujo mientras sacaba un saquito de polvora. -Me encanta hacer inventos que exploten...en la batalla me traté de contener para que no se me fuera la mano, no se lo digas a Lobbo, por que le tendría haciendo chistes hasta el fin de los tiempos...pero si no me controlo cuando manejo el fuego...termino excitandome y eso hace que se me vaya la mano y reine el caos...personalmente si me gusta esa sensación de perdida de control...pero estando vosotros por el campo de batalla no me lo puedo permitir.- Suspiró mientras ladeo la cabeza escuchando los aullidos fuera. -Me gusta lo unidos que estais a nivel familiar...al final es lo que importa- Abrió la palma de la mano creando una pequeña llama que serpenteó por sus dedos. -Y si intercambiamos información....dominar las tempestades...por dominar el fuego tal vez...- Dijo con ansia de conocimiento, mientras ladeaba una maliciosa sonrisa mientras sus azules ojos tercían naranjas mientras miraba la llama, y dilataba sus pupilas observandola.
Le miró ladeando su cabeza, incluso empezando a notar su animo subir ciertamente. - Bueno, no debería admitir esto pero he leido bastante sobre nigromancia y soy capaz de hacer posesiones...aunque no muy prolongadas...creo que la clave para no dejarse llevar es conocer todo.- Comentó aunque igual de manera un tanto ingenua, no sabiendo bien como reaccionaría quien tenía ahi enfrente, aunque el mismo había admitido como sentía que las sombras le abrazaban, más dejó escapar una sonrisilla. - Tranquilo, a mi es casi imposible aburrirme.- Comentó afable, mientras tenía intención de demostrar algo más, miró al hechicero sonriendo mientras se llevo las manos a la frente, empezo a deslizar las manos hacia atras cambiando su pelo pelirrojo por un pelo gris plateado, miro riendo al hechicero. -Tambien puedo alterar mi aspecto o el de quien yo desee.- Dijo guiñandole un ojo, para despues sacudir la cabeza volviendo su melena a su estado natural, nuevamente pelirroja.
-En realidad...al principio me parecía egocentrico, pedante, engreido...pero...uhm....hay que mirar un poco mejor para no ver solo la fachada, aunque a veces me saca de mis casillas....- Sonrió de manera estupida y enamoradiza, maldita sea, tenía razón, ya le añoraba, eso hizo que chasqueara la lengua con fastidió, se llevó una mano al cuello para masajearselo buscando la propia relajación, tenía el cuello algo sensible por las distintas marcas y moretones que habían quedado despues de las batallas campales que tenía con Lobbo en la noche, quizás por eso se estaba enamorando de él, de la pasión que destilaba todo su ser. Volvió a prestar atención al brujo mientras sacaba un saquito de polvora. -Me encanta hacer inventos que exploten...en la batalla me traté de contener para que no se me fuera la mano, no se lo digas a Lobbo, por que le tendría haciendo chistes hasta el fin de los tiempos...pero si no me controlo cuando manejo el fuego...termino excitandome y eso hace que se me vaya la mano y reine el caos...personalmente si me gusta esa sensación de perdida de control...pero estando vosotros por el campo de batalla no me lo puedo permitir.- Suspiró mientras ladeo la cabeza escuchando los aullidos fuera. -Me gusta lo unidos que estais a nivel familiar...al final es lo que importa- Abrió la palma de la mano creando una pequeña llama que serpenteó por sus dedos. -Y si intercambiamos información....dominar las tempestades...por dominar el fuego tal vez...- Dijo con ansia de conocimiento, mientras ladeaba una maliciosa sonrisa mientras sus azules ojos tercían naranjas mientras miraba la llama, y dilataba sus pupilas observandola.
Wenkyel Enhydra- Hechicero Clase Alta
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